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Republica Dominicana

Universidad Nacional Pedro Henriquez Ureña


(UNPHU)
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Escuela de Contabilidad y Auditoría

Durkheim, Comte y marx


Asignatura: Sustentante:
SOC-100-06 Haniel Baez

Docente: Matrícula:
Manuel Ramon Sosa Pichardo 22-1208

Santo Domingo, 22 de mayo de


INDICE

1) EMILE DURKHEIM

2) EL SUICIDIO (EMILE DURKHEIM)

3) AUGUSTO COMTE

4) EL POSITIVISMO DE AUGUSTO COMTE

5) MAYORES OBRAS DE COMTE

6) KARL MARX

7) EL MARXISMO

8) BIBLIOGRAFIA
1. Émile Durkheim

Hijo de un rabino, destacó pronto


como estudiante, lo que le permitiría
acceder en 1879 a la Escuela Normal
Superior de París, por la que se
licenció en filosofía en 1882.
Terminados sus estudios en la
Normal, inició su carrera docente en
diversas ciudades francesas. Durante
el curso 1885-1886 se trasladó a
Alemania, donde conoció los métodos
de la psicología experimental de
Wilhelm Wundt.

Desde Alemania envió a diversas


revistas francesas algunos artículos
sobre filosofía y ciencias positivas; gracias a estas colaboraciones fue nombrado profesor
encargado de la asignatura de ciencia social y pedagogía de la Universidad de Burdeos
(1887). En 1896 se le otorgó la cátedra de filosofía social y fundó la revista L'année
sociologique. En 1902 fue nombrado profesor de la cátedra de ciencias de la educación de la
Universidad de París, donde ejercería la docencia hasta su fallecimiento.

En el ámbito de sus investigaciones, Durkheim pasó de un interés inicial por la pedagogía a


una mayor amplitud de miras que lo llevó al campo de la sociología, por aquel entonces en
sus comienzos tras la primera formulación positivista de Augusto Comte. El primer trabajo
importante de Émile Durkheim fue su tesis doctoral, Sobre la división del trabajo social
(1893). Tras examinar la excesiva especialización y deshumanización del trabajo, tendencia
en progresión ascendente desde la Revolución Industrial, Durkheim subrayaba en este
estudio los graves riesgos que tal evolución suponía para el bienestar y el interés común de
la sociedad.

Dos años después publicó su obra fundamental, Las reglas del método sociológico (1895),
que constituye un verdadero breviario de sociología; en ella acotó Durkheim el campo de la
nueva ciencia y propuso la metodología que había de seguir. El objeto de estudio de la
sociología no puede ser una suma de individuos (pues en la misma configuración del
individuo intervienen fuerzas sociales que operan sobre él), sino el fenómeno o hecho social,
una de cuyas principales características es precisamente la coerción que ejerce sobre el
individuo.

El hecho social es, además, exterior al individuo (existe antes de su nacimiento) y producto
de una colectividad. Las "representaciones colectivas" y las estructuras de la sociedad
imponen al individuo las normas de pensamiento, las reglas de conducta, el canon de una
existencia normal, y también sus aspiraciones más elevadas, sin que todo ello excluya cierto
margen de autonomía del individuo en el ámbito de la colectividad.

En tanto que objeto de la sociología, el hecho social no debe ser juzgado (por ejemplo, está
fuera de su campo establecer si los ritos religiosos poseen o carecen de fundamento), sino
analizado y estudiado a partir de la observación y de los datos y evidencias empíricas,
aplicando métodos científicos y atendiendo a su función y a sus causas inmediatas. El
resultado de ello ha de ser la explicación de la conciencia colectiva (término acuñado por
Durkheim), formada por un conjunto de valores compartidos que es completamente distinta
de la suma de las conciencias individuales. La conservación, cambio o pérdida de tales
valores (morales, religiosos, etc.) determina la estabilidad o evolución de una sociedad.

Aplicando su propia metodología, Émile Durkheim partió de datos estadísticos oficiales


para preparar su siguiente estudio: El suicidio (1897). La tesis de la obra se resume en la
siguiente frase: "El suicidio varía en proporción inversa al grado de integración del
individuo en la comunidad religiosa, familiar y política". Siguiendo la concepción
sociológica expuesta en su trabajo anterior, Durkheim parte del presupuesto de que el
individuo está guiado por una realidad moral colectiva. De la observación de que cada
pueblo tiene cierto porcentaje de suicidios, más constante que la mortalidad y regulado por
reglas fijas, se desprende que los países y sus instituciones son una fuerza motriz
independiente del individuo.

Según Durkheim, las verdaderas causas del suicidio son de naturaleza social (falta de
integración) y permanecen desconocidas incluso para el mismo suicida. El autor distingue
entre causas y motivos, y considera estos últimos como pretextos no decisivos. Debido
precisamente a estas consideraciones, se reprochó a Durkheim el haber formulado una tesis
apresurada, basada en datos no actuales e incompletos, sin calcular la incidencia de las
enfermedades mentales y especialmente de la ciclotimia, presente muy a menudo en los
suicidas. Sus sucesores se esforzaron en completar las teorías del maestro en aquellos puntos
expuestos por él de una manera incompleta por falta de estadísticas.

Sobre el fenómeno religioso versó una de sus obras más significativas, Las formas
elementales de la vida religiosa (1912), basada en diversas observaciones antropológicas
sobre los aborígenes americanos y australianos. La teoría de Durkheim parte de que la
religión debe ser considerada como un fenómeno social y, al mismo tiempo, como el
producto de una forma de pensamiento colectivo. Durkheim interpreta la religión como un
símbolo de la sociedad misma: en el temor que nos inspira lo sagrado se expresa nuestra
dependencia de la sociedad de forma simbólica. Así, el mismo concepto de dios sólo es, en
realidad, una forma de culto a la sociedad. La religión, al igual que la sociedad y la cultura,
ejerce un control sobre la conciencia del individuo, y es por ello un valiosísimo instrumento
de cohesión social. Esta interpretación, centrada en la función social de lo religioso, sería
recogida por el funcionalismo antropológico.
Para Durkheim, el fenómeno religioso conlleva siempre una tajante división de la realidad
en dos ámbitos: lo sagrado y lo profano. El conjunto de todas las cosas reales o ideales
pertenece a una de estas dos esferas, las cuales, a su vez, se excluyen radicalmente. De ahí
que no sea suficiente el criterio jerárquico según el cual las cosas sagradas serían aquellas
consideradas como superiores en dignidad y poder a las profanas: no por el hecho de que
una cosa esté subordinada a otra, ésta será sagrada en relación a la primera. Lo característico
de lo sagrado en relación a lo profano es su heterogeneidad absoluta, su falta de cualidades
comunes. Por ello, las energías que actúan en una de las esferas no son las mismas
encontradas en la otra, acrecentadas o atenuadas, sino que son de naturaleza distinta.

Pese a la rígida separación establecida entre lo sagrado y lo profano, el mismo Durkheim


reconoce que esta distancia no puede ser tan grande que impide toda comunicación entre las
dos esferas, puesto que lo sagrado no serviría de nada si no pudiera entrar en relación con lo
profano. La comunicación entre ambos universos es posible y necesaria, pero exige una serie
de precauciones, por lo que se realiza a través de relaciones de tipo ritual. Esta condición
pone de manifiesto la dualidad esencial de los ámbitos; por ello el paso del estado laico
(profano) al estado sacerdotal (sagrado) se efectúa en todas las religiones a través de un rito
de iniciación.

Junto a las obras ya reseñadas cabe citar Filosofía y sociología (1899) y una serie de estudios,
de entre los cuales los más importantes son Crimen y salud social (1895), La prohibición del
incesto y sus orígenes (1896), Sobre la definición de los fenómenos religiosos (1879-1898), Las
representaciones colectivas y las representaciones individuales (1898), Determinación del
hecho moral (1907) y Juicios de realidad y juicios de valor (1911).

Publicó además numerosos artículos, singularmente en Revue de métaphysique et de


morale, Revue philosophique y L'année sociologique: entre ellos cabe destacar Sobre el
totemismo (1902), Algunas formas primitivas de clasificación (1903) y La organización
matrimonial de las sociedades australianas (1903). En la Rivista italiana di sociologia
aparecieron El suicidio considerado en el aspecto sociológico (1897) y La sociología y su
dominio científico (1900).

2. El suicidio (EMILE DURKHEIM)

"El suicidio: un estudio sociológico" ("Le Suicide: Étude de sociologie"), escrito por Émile
Durkheim y publicado en 1897. En este libro, Durkheim analiza el suicidio desde una
perspectiva sociológica, examinando las causas sociales y extranjeras que influyen en las
tasas de suicidio en diferentes sociedades.

Durkheim argumenta que el suicidio no es simplemente un acto individual impulsado por


motivos psicológicos o morales, sino que también está influenciado por factores sociales y
culturales. Para respaldar su argumento, Durkheim utilizó estadísticas de suicidio
recopiladas de diferentes países europeos a lo largo de varios años.
Uno de los hallazgos principales de Durkheim fue la relación entre la integración social y la
tasa de suicidio. Observó que las personas que estaban socialmente integradas, es decir,
aquellas que tenían fuertes lazos sociales y una mayor participación en la vida comunitaria,
tenían menos probabilidades de suicidarse. Por el contrario, aquellos que experimentaban la
falta de integración social, como los solteros, los viudos y los que vivían en comunidades
desorganizadas, tenían una mayor predisposición al suicidio.

Además de la integración social, Durkheim también examinó otros factores que influyen en
las tasas de suicidio, como la religión y las condiciones económicas. Por ejemplo, encontró
que las sociedades católicas tenían tasas de suicidio más bajas que las sociedades
protestantes. Sin embargo, Durkheim también señaló que las diferencias religiosas en la tasa
de suicidio podrían estar influenciadas por factores socioculturales más amplios y no
necesariamente por la condena religiosa del suicidio en sí.

En resumen, el estudio de Durkheim sobre el suicidio fue importante porque estableció las
bases para analizar el fenómeno desde una perspectiva sociológica, destacando la influencia
de los factores sociales y culturales en las tasas de suicidio. Durkheim demostró que el
suicidio no es simplemente un problema individual, sino que también refleja las
características y dinámicas de la sociedad en la que ocurre.

Durkheim identificó diferentes tipos de suicidio en función de las características sociales y


culturales de las sociedades en las que se producen.

El suicidio altruista se refiere a los casos en los que los individuos tienen una baja
importancia del yo y están dispuestos a quitarse la vida por el bienestar o los intereses de
otros. Durkheim menciona el ejemplo de los pueblos celtas, donde el suicidio de los ancianos
era visto como un acto honorable cuando ya no podían valerse por sí mismos. Un ejemplo
moderno de suicidio altruista sería el sacrificio de soldados en el ejército, donde la lealtad al
grupo y la obediencia a la autoridad pueden superar el deseo de preservar la propia vida.

El suicidio egoísta ocurre cuando los vínculos sociales son débiles y el individuo se siente
desconectado de la sociedad. En las sociedades modernas, donde la dependencia de la
familia y la comunidad es menor, los lazos sociales pueden debilitarse, lo que aumenta la
propensión al suicidio egoísta.

El suicidio anómico está relacionado con situaciones de desintegración social y falta de


normas o reglas claras. Ocurre en sociedades donde los límites sociales y las pautas de
comportamiento son flexibles o están en proceso de cambio. Por ejemplo, en países con altas
tasas de divorcio, donde las normas matrimoniales son menos rígidas, se puede observar un
aumento en el suicidio anómico. Asimismo, los cambios constantes en el ámbito comercial e
industrial también pueden generar una sensación de desorientación y aumentar la
incidencia de este tipo de suicidio.

El suicidio fatalista se produce en situaciones en las que los individuos se sienten atrapados
y oprimidos por reglas o condiciones extremadamente opresivas. En sociedades esclavistas,
donde la libertad personal está severamente restringida, puede surgir el suicidio fatalista
como una forma de escape.

Durkheim llegó a la conclusión de que en sociedades y comunidades que requieren una


mayor cohesión y solidaridad para sobrevivir, la tasa de suicidios tiende a ser menor. La
responsabilidad y el deber hacia el grupo actúan como un freno a la voluntad de suicidio.

En cuanto a las diferencias entre religiones y estructuras familiares, Durkheim encontró que
los judíos tenían tasas de suicidio más bajas que los católicos. Esto se debía a la precariedad
en la que vivían muchas comunidades judías en el siglo XIX, lo que generaba una mayor
dependencia y responsabilidad mutua. En sociedades católicas, donde la cohesión social y la
solidaridad comunitaria eran más fuertes, la tasa de suicidio también era menor en
comparación con sociedades protestantes más individualistas. Además, Durkheim observó
diferencias en la tasa de suicidio según el tipo de familia, siendo menor en las familias
extensas del Mediterráneo y mayor en las familias nucleares del norte de Europa.

Estas explicaciones de Durkheim resaltan la importancia de los factores sociales, culturales y


de integración en la comprensión del fenómeno del suicidio, y cómo las características de las
sociedades influyen en las tasas de suicidio.

3. Augusto comte

Auguste Comte, conocido como el


fundador del positivismo, tuvo una
vida marcada por su búsqueda de
una nueva forma de organizar la
sociedad basada en los principios de
la ciencia. Después de romper con la
tradición católica y monárquica de su
familia, Comte se volcó hacia el
agnosticismo y las ideas
revolucionarias durante la época de la
Restauración en Francia.

En 1814, ingresó en la Escuela


Politécnica de París, donde tuvo
contacto con las ciencias exactas y la
ingeniería, lo que despertó su interés
por la "revolución de los técnicos" promovida por el Conde de Saint-Simon. Aunque la
escuela fue disuelta por el gobierno en 1816, Comte decidió quedarse en París para
completar sus estudios de forma autodidacta y sustentarse dando clases particulares de
matemáticas.

En 1817, se unió a Saint-Simon y trabajó como su secretario hasta su ruptura en 1824. La


discordia entre ellos fue profunda, ya que mientras compartían la idea de reorganizar la
sociedad a través de las ciencias positivas, divergían en el enfoque práctico de dicha
reorganización. Saint-Simon quería pasar a la organización práctica de una nueva sociedad
dirigida por un "sacerdocio" científico, mientras que Comte consideraba que aún faltaban
desarrollos teóricos previos.

La publicación de un trabajo propio por parte de Comte en 1824, titulado "Plan de los
trabajos científicos necesarios para reorganizar la sociedad", le valió el aprecio de diversos
intelectuales y científicos de la época. Este reconocimiento lo impulsó a emprender su gran
obra, el "Curso de filosofía positiva" (1830-1842), una enciclopedia de las ciencias positivas.
Durante este tiempo, Comte contrajo matrimonio civilmente, a pesar de la desaprobación de
sus padres, con una mujer culta y devota, aunque su relación no estuvo exenta de
dificultades.

En 1826-1827, Comte experimentó su primer episodio de locura, pero gracias a la energía y el


apoyo de su esposa logró superarlo. Una vez recuperado, centró sus esfuerzos en el "Curso
de filosofía positiva", donde planteó la necesidad de resolver el problema social a través de
la aplicación del conocimiento científico. Comte consideraba que la ciencia proporcionaba un
conocimiento objetivo que debía utilizarse para ordenar asuntos políticos, económicos y
sociales, superando las ideologías basadas en la imaginación, los intereses o los sentimientos.

En resumen, la vida de Auguste Comte estuvo marcada por su búsqueda de una nueva
organización social basada en los principios de la ciencia, su relación con el Conde de
Saint-Simon y la publicación del "Curso de filosofía positiva", que sentó las bases del
positivismo y su visión de la sociedad.
Auguste Comte, a pesar de su influencia en el desarrollo del positivismo y sus ideas sobre la
aplicación de la ciencia en la organización social, vivió una vida desgraciada y tumultuosa.
Aunque abogaba por la ciencia positiva como fundamento para el orden y el progreso, su
exceso de trabajo contribuyó a empeorar sus trastornos psicológicos, lo que resultó en un
intento de suicidio y el abandono de su esposa.

Su rebeldía e intransigencia también dificultaron su inserción en el mundo académico. A


pesar de su renombre, Comte no logró obtener una posición oficial sólida y nunca obtuvo
una cátedra en la Escuela Politécnica, donde enseñó por un tiempo antes de ser expulsado en
1844. A medida que su vida se volvía más agitada y sus relaciones personales se deterioran,
experimentó nuevas crisis mentales que se reflejaron en sus últimas obras, como el "Sistema
de política positiva" (1851-1854) y el "Catecismo Positivista" (1852).

Comte fundó la Asociación Politécnica en un intento de difundir las ideas positivistas, pero
su vida se había desconectado de la ciencia contemporánea, y se concentraba únicamente en
sus reflexiones subjetivas. Aunque recibió ayuda económica de algunos admiradores, como
Émile Littré y John Stuart Mill, para evitar la miseria, su situación financiera era precaria.

A pesar de sus dificultades personales, el legado intelectual de Comte, especialmente su


"Curso de filosofía positiva" (1830-1842), tuvo una gran influencia en diversas ramas del
conocimiento, como la filosofía, la medicina, la historia y la sociología. Sus ideas también
tuvieron impacto en corrientes políticas diversas, incluyendo el pensamiento reaccionario de
Charles Maurras.

En resumen, la vida de Auguste Comte estuvo marcada por una serie de dificultades
personales, crisis mentales y tensiones sociales, pero sus contribuciones intelectuales,
especialmente en el desarrollo del positivismo, tuvieron un impacto duradero en diversas
disciplinas y corrientes de pensamiento.

4. El positivismo de Augusto Comte

El positivismo de Auguste Comte se caracteriza por su enfoque en el conocimiento basado


en hechos verificables y la negación de la metafísica especulativa. Comte consideraba que la
filosofía debía ser absorbida por la ciencia y enfocó sus estudios hacia los hechos y la
sociedad. Criticó la metafísica tradicional por involucrarse en polémicas insolubles y afirmó
que su declive era el resultado natural del progreso de la humanidad.

El positivismo de Comte abarca varias áreas, incluyendo una teoría del conocimiento, una
interpretación de la historia y una posición política ante la sociedad. En términos de
conocimiento, el positivismo sostiene que el verdadero conocimiento se basa en hechos
verificables y que debe ser útil, es decir, traducirse en un aumento de la capacidad de control
e intervención tecnológica sobre los fenómenos. El advenimiento de la ciencia se caracteriza
por el abandono de explicaciones teológicas y metafísicas en favor de explicaciones positivas
basadas en leyes que gobiernan los hechos.

En resumen, el positivismo de Comte se basa en el conocimiento de los hechos verificables y


la negación de la metafísica especulativa. Busca una comprensión sistemática y útil de los
fenómenos, reemplazando las explicaciones absolutas por leyes científicas. Su enfoque
abarca aspectos epistemológicos, interpretaciones históricas y consideraciones políticas y
sociales.

5. El curso de la filosofía positiva

El Curso de Filosofía Positiva, publicado por Auguste Comte entre 1830 y 1842, es la obra
principal del positivismo y tiene como objetivo exponer y examinar de manera sistemática
todo el conocimiento científico desde la perspectiva de la filosofía positiva. El curso consta
de 57 lecciones y en las primeras dos lecciones, Comte presenta su famosa "ley de los tres
estados", que describe el desarrollo del pensamiento humano a través de tres etapas
sucesivas.

El primer estado es el estado teológico, en el cual el pensamiento atribuye los fenómenos


naturales a la acción de agentes sobrenaturales, como dioses. El segundo estado es el estado
metafísico, que es una modificación del estado teológico en el que los agentes sobrenaturales
son reemplazados por fuerzas abstractas o abstracciones personificadas. En este estado,
explicar los fenómenos implica asignarles entidades abstractas correspondientes.
El tercer y último estado es el estado positivo, en el cual el pensamiento humano renuncia a
investigar el origen y el propósito de las cosas, así como a buscar causas últimas. En cambio,
se centra en establecer las leyes efectivas de los fenómenos y las relaciones invariables entre
ellos. El objetivo de la ciencia en estado positivo es la previsión, es decir, el conocimiento que
permite prever y controlar los fenómenos. La filosofía positiva considera que los fenómenos
están regidos por leyes naturales invariables y no se ocupa de cuestiones causales.

Comte argumenta que la filosofía positiva ha sido capaz de superar la mentalidad teológica
y metafísica en todas las ramas del conocimiento, excepto en la sociología, que es
considerada como la "física social". La sociología, para Comte, debe cerrar todo el sistema de
las ciencias y constituye el gran cometido de la filosofía positiva. Comte proyecta una
historia de la sociedad humana desde el punto de vista de la ley de los tres estados, y ve en
la sociología la culminación de todo el sistema de conocimiento.

En resumen, el Curso de Filosofía Positiva de Comte es una obra fundamental del


positivismo en la que se expone y examina de manera sistemática el conocimiento científico
desde la perspectiva de la filosofía positiva. Introduce la ley de los tres estados para describir
el desarrollo del pensamiento humano y defiende que el conocimiento positivo se centra en
establecer las leyes efectivas de los fenómenos. La sociología desempeña un papel central en
el sistema de conocimiento y representa la culminación de la filosofía positiva.

El concepto de "física social" fue introducido por Auguste Comte como parte de su filosofía
positiva. La física social, también conocida como sociología, es considerada por Comte como
la culminación del sistema de conocimiento y tiene como objetivo comprender y estudiar las
leyes y principios que rigen la sociedad humana.

Comte ve a la física social como una disciplina científica que se basa en el análisis de los
fenómenos sociales de manera objetiva y sistemática. Considera que la sociedad puede ser
estudiada de manera similar a las ciencias naturales, aplicando métodos científicos y
estableciendo leyes y principios que expliquen su funcionamiento.

Según Comte, la física social busca comprender las relaciones y estructuras sociales, los
procesos de cambio social, la evolución histórica de las sociedades y las condiciones para el
progreso y la estabilidad social. Para ello, propone un enfoque basado en la observación, el
análisis empírico y la recolección de datos sociológicos.

El objetivo último de la física social, según Comte, es alcanzar una comprensión completa de
la sociedad humana y utilizar ese conocimiento para mejorar la calidad de vida de las
personas y promover el bienestar social. Considera que la física social desempeña un papel
fundamental en la construcción de una sociedad justa y armónica, basada en la igualdad y la
solidaridad.

En resumen, la física social de Auguste Comte se refiere a la sociología como disciplina


científica que busca comprender y estudiar las leyes y principios que rigen la sociedad
humana. Propone un enfoque científico basado en la observación, el análisis empírico y la
recolección de datos sociológicos con el objetivo de mejorar la calidad de vida y promover el
bienestar social.

6. Karl Max

Karl Marx, un pensador de origen alemán nacido en


Tréveris, Prusia Occidental, en 1818 y fallecido en Londres
en 1883, es considerado el padre del socialismo científico. Su
obra más importante es 'El Capital', que publicó junto a
Engels en 1867.

Marx ingresó a las universidades de Bonn, Berlín y Jena


para completar sus estudios de Derecho, Historia y Filosofía
en 1841. Aunque formalmente no estudió Economía,
muchos historiadores lo consideran un economista muy
importante debido a su principal obra, 'El Capital', que es
uno de los libros de economía más leídos y estudiados de
todos los tiempos.

Karl Marx y Friedrich Engels, con quienes tuvo una estrecha colaboración intelectual y
política, se centraron en lo que denominaron "socialismo científico". Basado en una crítica
sistemática del orden establecido y el descubrimiento de teorías que conducirán a su
superación. De hecho, creían que la revolución era la fuerza necesaria para acabar con la
civilización burguesa.

En concreto, en 1848, a petición de una liga revolucionaria clandestina integrada por


emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron estas ideas en el "Manifiesto Comunista". En
el Manifiesto, presentaron una nueva concepción del mundo, la dialéctica como la doctrina
más completa del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y el papel revolucionario del
proletariado como creador de una sociedad comunista. Este libro sentó las bases del
comunismo.

Es importante tener en cuenta que la perspectiva sobre el trabajo de Marx y su influencia en


el siglo XX puede variar según las diferentes interpretaciones y contextos históricos. Aunque
Marx tuvo un impacto significativo en la teoría económica y social, y sus ideas influyeron en
movimientos políticos y sociales, también es importante reconocer que su obra ha sido
objeto de debate y crítica.

El análisis de Marx sobre el funcionamiento del capitalismo se centra en la explotación del


trabajador por parte del capitalista y en las contradicciones inherentes al sistema. Marx
argumenta que el capitalismo se basa en la extracción de plusvalía, es decir, el valor
adicional que se crea a través del trabajo y que es apropiado por los capitalistas. Esta
explotación se produce debido a la relación desigual de poder entre los propietarios de los
medios de producción (capitalistas) y los trabajadores asalariados.
Marx también señala que el capitalismo está impulsado por la lógica de la acumulación de
capital, en la que los capitalistas reinvierten sus ganancias para aumentar su riqueza y poder.
Este proceso, según Marx, lleva a la concentración y centralización del capital en manos de
unos pocos, lo que perpetúa las desigualdades sociales y económicas.

En cuanto a la influencia de Marx en el siglo XX, es cierto que sus ideas y teorías tuvieron un
impacto significativo en el pensamiento político y social de ese período. Inspiró
movimientos socialistas y comunistas en diferentes partes del mundo, y sus escritos fueron
fundamentales en el desarrollo de la teoría marxista y el materialismo histórico.

Sin embargo, también es importante reconocer que las implementaciones prácticas del
marxismo en diversos países a lo largo del siglo XX han sido objeto de controversia y debate.
Algunos críticos argumentan que estas implementaciones condujeron a formas de
totalitarismo y violaciones de los derechos humanos. Otros sostienen que las condiciones
históricas y los contextos específicos jugaron un papel importante en los resultados
observados.

En resumen, el trabajo de Marx, especialmente su obra principal "El capital", ha tenido una
influencia significativa en las ciencias sociales y económicas, así como en los trastornos
políticos del siglo XX. Sus ideas sobre la explotación, las desigualdades económicas y la
crítica al capitalismo han sido ampliamente discutidas y han generado diferentes
interpretaciones y aplicaciones prácticas a lo largo del tiempo.

Es cierto que Marx no era partidario del culto a la personalidad y que incluso afirmó en una
ocasión que no era "marxista". Su objetivo principal al escribir "El Capital" era comprender la
época en la que vivía y contribuir a su transformación.

En su análisis del capitalismo, Marx se centró en la explotación del trabajador y en la


generación de plusvalía por parte de los capitalistas. Sin embargo, algunos críticos
argumentan que Marx subestimó otras fuentes de riqueza, como la innovación, el espíritu
empresarial y el progreso tecnológico. Estos elementos han demostrado ser fundamentales
en el funcionamiento del capitalismo y han llevado a mejoras en la productividad y a la
reducción de las horas de trabajo en muchos casos.

Aunque algunas de las predicciones de Marx no se cumplieron, como la idea de un


empobrecimiento generalizado de los trabajadores, hay aspectos de su análisis que siguen
siendo relevantes. Por ejemplo, su descripción del capitalismo como un proceso de
acumulación y reinversión constante del capital ha sido confirmada por las crisis financieras
y económicas que han ocurrido a lo largo de la historia.

Además, la tendencia hacia el monopolio descrita por Marx también ha sido observada en la
realidad, con grandes conglomerados que representan una gran proporción de las ventas
totales en muchos países.
Aunque la revolución mundial que Marx predijo no se ha materializado, su influencia ha
sido significativa en movimientos políticos y sociales en diversas partes del mundo. Sin
embargo, es importante tener en cuenta que la implementación práctica del marxismo ha
sido objeto de debate y ha dado lugar a diferentes interpretaciones y resultados.

En resumen, aunque Marx cometió errores en sus predicciones y subestimó algunas


dinámicas del capitalismo, su análisis del sistema económico y social sigue siendo relevante
en muchos aspectos. Su influencia en el pensamiento político y social es innegable, aunque
las aplicaciones prácticas de sus ideas han tenido resultados diversos.

7. El marxismo

Es correcto decir que el marxismo es una doctrina política y filosófica desarrollada por Karl
Marx y Friedrich Engels. El marxismo se basa en una crítica al sistema capitalista y propone
la transformación de la sociedad a través de la abolición de las clases sociales y la propiedad
privada.

Marx y Engels argumentaban que el capitalismo generaba desigualdades sociales y


explotación de los trabajadores, y veían en el socialismo y el comunismo la alternativa para
superar estas problemáticas. El marxismo se considera una teoría científica en el sentido de
que busca analizar las leyes y dinámicas de la sociedad capitalista y predecir su desarrollo
futuro.

El "Manifiesto del Partido Comunista", publicado en 1848, es una de las obras más conocidas
del marxismo y expone los principios básicos de esta corriente de pensamiento. El
manifiesto aboga por la lucha de clases, la abolición de la propiedad privada de los medios
de producción y la instauración de una sociedad sin clases.

Es importante destacar que, si bien el marxismo ha tenido una influencia significativa en la


política y el pensamiento social, su implementación práctica ha dado lugar a diferentes
interpretaciones y resultados. Las experiencias históricas de los regímenes que se
autodenominan marxistas o comunistas han sido diversas y han generado debates sobre las
implicaciones políticas y sociales del marxismo.

Las características siguientes corresponden a algunos de los principios y propuestas


asociados al marxismo. A continuación, se proporciona una breve explicación de cada uno:

● Fin del sistema de desigualdad de clases sociales: El marxismo busca superar la


división de la sociedad en clases sociales, promoviendo la igualdad y la eliminación
de privilegios y desigualdades económicas y sociales.

● Abolición de la propiedad privada: Según el marxismo, la propiedad privada de los


medios de producción perpetúa la explotación y las desigualdades. Propone la
socialización de los medios de producción, es decir, que sean de propiedad colectiva
o estatal.
● Salario determinado por los beneficios generados: En el marxismo se sostiene que el
salario de un trabajador debería basarse en el valor del trabajo que realiza y los
beneficios que su labor aporta al proceso de producción, en contraposición a una
remuneración determinada por la negociación individual entre empleador y
empleado.

● Determinación del valor de una mercancía por el trabajo necesario para su


producción: Según la teoría del valor trabajo de Marx, el valor de una mercancía se
basa en la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla. Esto se
contrasta con otras teorías del valor que se basan en factores como la utilidad o la
demanda.

● Creación de una única clase social administradora: El marxismo plantea la idea de


una sociedad sin clases, en la cual la administración y toma de decisiones estarían a
cargo de la clase trabajadora o proletariado, que se convertiría en la clase dominante.

● Centralización de la economía y los medios de producción: El marxismo propone la


centralización de la economía y la socialización de los medios de producción bajo el
control del Estado o de la clase trabajadora, con el objetivo de evitar la explotación y
lograr una planificación económica orientada al bienestar social.

● Impuesto progresivo sobre la renta: El marxismo aboga por una redistribución de la


riqueza y propone un sistema fiscal progresivo, en el cual las personas con mayores
ingresos o propiedades contribuyan proporcionalmente más al financiamiento del
Estado y los programas sociales.

● Control de la banca centralizada: El marxismo propone el control estatal o colectivo


de las instituciones bancarias y financieras, como parte de la socialización de los
medios de producción y la planificación económica.

● Sistema público de comunicación, transporte y educación: El marxismo defiende la


idea de que ciertos servicios fundamentales para la sociedad, como la comunicación,
el transporte y la educación, deben ser de carácter público y accesibles a toda la
población.

Estas características representan algunos de los principios e ideas centrales del marxismo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la interpretación y aplicación práctica del
marxismo ha sido diversa y ha dado lugar a diferentes corrientes y enfoques dentro de la
tradición marxista.
7. Bibliografias

Comte, Auguste. “FISICA SOCIAL | AUGUSTE COMTE.” Casa del Libro,

https://www.casadellibro.com/libro-fisica-social/9788446021490/1968940. Accessed

24 May 2023.

Comte, Augusto, and Louis Jules Etex. “Biografia de Augusto Comte.” Biografias y Vidas

.com, https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/comte.htm. Accessed 24 May

2023.

Durkheim, Émile. “Biografia de Émile Durkheim.” Biografias y Vidas .com,

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/durkheim.htm. Accessed 24 May

2023.

Durkheim, Émile. “El suicidio.” Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/El_suicidio.

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