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INSTITUTO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES


IDEI-BOLIVIA Sistema Jurídico Regional

SISTEMA JURIDICO REGIONAL


Esta Sección pretende difundir información y artículos de análisis
sobre el derecho interamericano y todas las instituciones que
conforman el sistema jurídico regional, considerando
principalmente los contenidos de la información enviada por la OEA
y bajo la coordinación del Programa de Asesoría del Instituto.

Para este número presentamos una traducción no oficial del Fallo


de la Corte Internacional de Justicia en el caso Perú vs. Chile,
elaborado por los asociados estudiantes del Instituto Mijhaíl Pavel
Pardo y Fernando Espinoza Medrano.
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CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA

NOTA DE PRENSA

DISPUTA MARÍTIMA (CHILE VS. PERÚ)

LA HAYA, 27 de enero de 2014.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el director del Órgano Judicial de las Naciones Unidas,
ha efectuado hoy su fallo en la causa relativa a la Disputa Marítima (Perú contra Chile).

En su fallo, que será inapelable, sin apelación ulterior y vinculante para las partes, la Corte,

(1)Decide, por quince votos contra uno, que el punto de partida de la frontera marítima única
para delimitar las respectivas zonas marítimas entre la República del Perú y la República de
Chile es la intersección con el paralelo de latitud que pasa a través de Hito N º 1 con la línea de
bajamar respectivamente;

(2) Decide, por quince votos contra uno, que el segmento inicial de la frontera marítima única
sigue el paralelo que pasa por Hito N º 1 hacia el oeste;

(3) Decide, por diez votos contra seis, que este segmento inicial se extiende hasta un punto
(Punto A), situado a una distancia de 80 millas náuticas desde el punto de partida de la
frontera marítima única;

(4) Decide, por diez votos contra seis, que desde el punto A, la frontera marítima única deberá
continuar hacia el sur - oeste a lo largo de la línea equidistante de las costas de la República del
Perú y el República de Chile, medido a partir de ese momento, hasta su intersección (en el
punto B) con la Límite de las 200 millas marinas medidas desde las líneas de base a partir del
cual el mar territorial de la República de Chile se calcula. Desde el punto B, la frontera
marítima única seguirá hacia el sur a lo largo de ese límite hasta que alcance el punto de
intersección (punto C) de los límites de 200 millas náuticas medida a partir de las líneas de
base a partir del cual el mar territorial de la República del Perú y el República de Chile se miden
correspondientemente;

(5) Decide, por quince votos contra uno, que, por las razones expuestas en el apartado 189 [de
la presente Sentencia], que no es necesario pronunciarse sobre la segunda presentación
definitiva de la República de Perú.
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1. Sobre la existencia de una frontera marítima acordada

El Tribunal recuerda que, según la solicitud del Perú, estas actuaciones preocupan "la
delimitación de la frontera entre las zonas marítimas de Perú y Chile en el Océano Pacífico".

Perú sostiene que no existe un límite marítimo acordado entre los dos países, y solicita a la
Corte se traze una línea de límite utilizando el método de la equidistancia con el fin de lograr
un resultado equitativo. Por su parte, Chile sostiene que el Tribunal no debe efectuar ninguna
delimitación, ya que ya existe una frontera marítima internacional, acordado entre ambas
partes, a lo largo del paralelo de latitud que pasa a través del punto de partida de la frontera
terrestre entre Perú y Chile y que se extiende a un mínimo de 200 millas náuticas.

Con el fin de resolver el litigio del que se conoce, el Tribunal debe por lo tanto comprobar en
primer lugar si existe un acuerdo de frontera marítima, como afirma Chile. A tal fin, la Corte
revisa primeramente las proclamaciones de 1947, por el que Chile y Perú proclamaron
unilateralmente ciertos derechos marítimos que se extienden hasta 200 millas marinas de sus
respectivas costas. Tomando nota de que las Partes están de acuerdo que estas
proclamaciones, las mismas no establecen un límite marítimo internacional, la Corte considera
que el lenguaje de estos instrumentos, así como su carácter provisional, se opone a una
interpretación de las mismas como el reflejo de un entendimiento común de las Partes con
respecto a una delimitación marítima.

El Tribunal de Justicia analiza la Declaración de Santiago 1952, por el que Chile, Ecuador y Perú,
"Proclaman como norma de su política internacional marítima que cada uno posee en exclusiva
soberanía y jurisdicción sobre el mar a lo largo de las costas de sus respectivos países a un
distancia mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas". La Corte considera que la
Declaración de Santiago de 1952 se constituye en un tratado internacional. Se concluye que, a
pesar de que esta Declaración contiene algunos elementos que son relevantes para el tema de
la delimitación marítima, a saber, relativo a los límites entre determinadas zonas marítimas
insulares y aquellas zonas que genera las costas continentales en las que se apoyan dichas
zonas marítimas insulares, no se estableció un límite marítimo lateral entre Perú y Chile a lo
largo del paralelo de latitud que desembocan en el Océano Pacífico desde la terminal mar
adentro de su frontera terrestre. No obstante, observa que, en el momento de la Declaración,
podría haber habido algún tipo de entendimiento común entre los Estados partes de un
carácter más general en cuanto a sus límites marítimos.

La Corte considera seguidamente acuerdos y arreglos posteriores adoptados por el Perú, Chile
y Ecuador. En particular, se analiza el Acuerdo Marítimo Especial sobre Zonas Fronterizas de
1954, que ha establecido una zona de tolerancia, a partir de una distancia de 12 millas náuticas
de la costa y de 10 millas náuticas a cada lado del paralelo, que se constituye en el límite
marítimo". Zona que pretende beneficiar a los vasos pequeños y mal equipados, con el fin de
evitar la "fricción entre el países en cuestión", como resultado de violaciones inadvertidas de la
frontera marítima de dichos buques.
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La Corte considera que los términos de este Acuerdo reconocen, en un acuerdo internacional
vinculante, la existencia de una frontera marítima ya establecida. El Tribunal, sin embargo,
señala que este acuerdo no indica cuándo y a través de medios esa frontera fue acordada. Por
tanto, considera que el reconocimiento expreso de la partes sobre la existencia de una
frontera marítima sólo puede reflejar un tácito acuerdo que habían alcanzado con anterioridad
y que se " consolidó " en 1954 por el Acuerdo Marítimo Especial sobre Zonas Fronterizas.

La Corte observa, además, que el presente Acuerdo no brinda indicación alguna al respecto de
la naturaleza de la frontera marítima. Tampoco señala referencia concerniente a su extensión,
excepto que sus disposiciones dejan claro que la frontera marítima se extiende más allá de 12
millas marinas de la costa.

2. La naturaleza de la frontera marítima acordada

La Corte vuelve a la cuestión de la naturaleza de la frontera marítima acordada, es decir,


si se trata de una frontera marítima única aplicable a la columna de agua, el lecho del mar y su
subsuelo, o un límite aplicable sólo a la columna de agua. Tras señalar que el acuerdo tácito de
las Partes deben ser entendidos en el contexto de las proclamaciones de 1947 y la Declaración
de Santiago de 1952, el que expresó las reclamaciones de los fondos marinos y de aguas sobre
el lecho del mar y sus recursos sin que las partes establecieran distinción alguna entre estos
espacios - la Corte concluye que el límite es para todo propósito uno.

3. La extensión de la frontera marítima acordada

Con el fin de determinar la extensión de la frontera marítima acordada, la Corte primeramente


examina la práctica relevante de las Partes a principios y mediados de la década de 1950, más
específicamente su pesca potencial y la actividad. Observa que la información mencionada por
las partes muestra que los peces especies que se fueron adoptando en la década de 1950
podían en general encontrarse dentro de un rango de 60 millas náuticas de la costa. La Corte
observa, además, que las cifras de capturas indican que la actividad marítima directa en ese
momento era la pesca realizada por los buques pequeños. Asimismo, toma nota de la
orientación de la costa en esa región, y la ubicación de los más importantes puertos
pertinentes de las Partes en el momento.

En ese contexto, la Corte recuerda que los barcos que salen desde Arica (un puerto chileno
situado justo 15 km al sur de la terminal mar adentro de la frontera terrestre) para capturar
las anteriormente citadas especies, en una dirección oeste-norte-oeste, en el rango de 60
millas náuticas de la costa, cual se extiende esencialmente de norte a sur en este punto, no
podría cruzar el paralelo más allá de un punto aproximadamente de 57 millas náuticas desde el
punto de partida de la frontera marítima. La orientación de la costa gira bruscamente hacia el
noroeste de esta región (véase el mapa Nº 2), de tal manera que, en la lado peruano, los
barcos de pesca que salen hacia el mar de Ilo (situada a unos 120 km al noroeste de la
del mar terminal hacia la frontera terrestre), en dirección sur-oeste, a la gama de los mismas
especies, se cruzarían el paralelo de latitud en un punto hasta aproximadamente 100 millas
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náuticas desde el punto de partida de la frontera marítima convenientemente.

Aunque la conclusión de que la naturaleza de uso múltiple de la frontera marítima significa que
la evidencia relativa a la actividad pesquera, en sí mismo, no puede ser determinante de la
magnitud de ese límite, la Corte considera, no obstante, que la actividad de la pesca
proporciona cierto apoyo a la idea de que la Partes, en el momento en que se reconoció la
existencia de una frontera marítima acordada entre ellos, era poco probable haber
considerado que se extendió todo el camino a la Límite de las 200 millas náuticas .

A continuación la Corte se traslada a un contexto más amplio y examina los desarrollos


contemporáneos en el derecho del mar s principios de 1950. Se observa, en particular, que las
reclamaciones de una zona marítima que se extiende hasta una distancia mínima de 200 millas
náuticas, tales como las realizadas por las Partes en la Declaración de Santiago de 1952, no
estaban en conformidad con el derecho internacional en el momento.

Sobre la base de las actividades pesqueras de las Partes en la década de 1950, que se
realizaron hasta una distancia de unas 60 millas náuticas de los principales puertos de la zona,
la práctica pertinente de otros Estados y la labor de la Comisión de Derecho Internacional
sobre el Derecho del Mar de la época, la Corte es de la opinión de que las pruebas de las que
dispone no permiten llegar a la conclusión de que la frontera marítima acordada a lo largo del
paralelo se extendió más allá de 80 millas marinas frente a su punto de partida.

A la luz de esta conclusión provisional, la Corte examina otros elementos de la práctica, en su


mayoría con posterioridad a 1954, que pueden ser de relevancia para el tema de la extensión
del acuerdo de la frontera marítima. Considera, sin embargo, que estos elementos no llevan a
cambiar su posición.

Por lo tanto, con base en una evaluación de la totalidad de las pruebas pertinentes
presentadas ante la misma, la Corte concluye que el límite marítimo acordado entre las Partes
se extiende a una distancia de 80 millas náuticas a lo largo del paralelo desde su punto de
partida.

4. El punto de partida de la frontera marítima acordada

Para determinar el punto de partida de la frontera marítima, la Corte considera en


particular, el registro del proceso que conduce a los arreglos Faro de 1968-1969, mediante los
que las partes decidieron construir faros "para materializar el paralelo de la frontera marítima
de origen" en el primer marcador de la frontera terrestre. El Tribunal es de la opinión de que
los arreglos faro de 1968-1969 sirven como pruebas concluyentes de que la frontera marítima
acordada sigue el paralelo que pasa a través de Marcador N º 1.

Por tanto, la Corte concluye que el punto de partida de la frontera marítima entre las partes es
la intersección con el paralelo de latitud que pasa a través del Hito N º 1 con la línea de
bajamar.
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5. El curso de la frontera marítima del punto A

Habiendo concluido que existe una frontera marítima única acordada entre las Partes y que
ese límite comienza en la intersección del paralelo de latitud que pasa a través de los Límites
del Marcador N º 1 con la línea de bajamar y se prolonga durante 80 millas náuticas a lo largo
de ese paralelo, la Corte pasa a determinar el curso de la frontera marítima a partir de ese
momento. Para llevar a cabo la delimitación, la Corte aplica la metodología de las tres etapas
generalmente empleada.

En la primera etapa, la Corte construye una línea de equidistancia provisional a menos que
haya convincente razones que impiden que. En la segunda etapa, se considera si hay
circunstancias relevantes que puede requerir un ajuste de esa línea para lograr un resultado
equitativo. En la tercera etapa, la Corte lleva a cabo una prueba de desproporcionalidad en la
que se evalúa si el efecto de la línea, como ajustado, es tal que le corresponda de la zona
pertinente de las partes son notablemente desproporcionada en relación con la longitud de
sus costas pertinentes.

En primer lugar, la Corte selecciona los puntos de base y construye una línea equidistante
provisional que comienza en el punto final de la frontera marítima existente (punto A). La línea
de equidistancia provisional así construidas corren en general en dirección sur- oeste, casi en
línea recta, lo que refleja el buen carácter de las dos costas, hasta que llega al límite de las 200
millas marinas medidas a partir de las líneas chilena de base ( punto B).

Mar adentro de este punto las proyecciones de 200 millas marinas de las costas de las partes
ya no se solapan.

Antes de continuar con la aplicación de su metodología habitual, la Corte recuerda que, en su


segunda comunicación, el Perú solicitó que concluya y declare que, más allá del punto en los
que las fronteras marítimas comunes terminan, Perú tiene derecho a ejercer derechos de
soberanía sobre una zona marítima situado a una distancia de 200 millas marinas contadas
desde sus líneas de base (esta afirmación es en relación con el área en un tono más oscuro de
azul en el mapa n º 2). El Tribunal, sin embargo, considera que, dado que la línea limite
fronteriza acordada a lo largo del paralelo de latitud termina a 80 millas náuticas de la costa y
que se ha decidido que, más allá del final de la frontera acordada, se procederá a la
delimitación de los derechos marítimos de solapamiento de las Partes dibujando una línea
equidistante, la segunda comunicación de Perú ha quedado sin objeto Por tanto, el Tribunal
no necesita pronunciarse sobre la misma.

El Tribunal de Justicia observa que, desde el punto B, el límite de las 200 millas náuticas del
derecho marítimo chileno corre en una dirección generalmente hacia el sur. El segmento final
de la frontera marítima continúa a lo largo de ese límite desde el punto B hasta el punto C,
donde los límites de 200 millas náuticas de los derechos marítimos de las Partes se cruzan.
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En segundo lugar, el Tribunal considera que no hay circunstancias relevantes que requieran un
ajuste de la línea equidistante provisional. En tercer lugar, el Tribunal es de la opinión de que
no existe desproporción significativa evidente, como lo haría poner en cuestión el carácter
equitativo de la línea equidistante provisional.

6. Conclusión

El Tribunal concluye que la frontera marítima entre las Partes se inicia en la intersección del
paralelo de latitud que pasa a través de Hito N º 1 con la línea de bajamar, y se extiende por 80
millas náuticas a lo largo de ese paralelo de latitud al punto A. A partir de este punto, la
frontera marítima corre a lo largo de la línea equidistante hacia el punto B, y luego a lo largo
del Límite de las 200 millas marinas medidas desde las líneas de base chilenas para el punto C.
En vista de las circunstancias del caso, la Corte ha definido el curso del límite marítimo entre
las Partes, sin determinar las coordenadas geográficas precisas. Recuerda que no se le ha
pedido hacerlo en las presentaciones finales relativas a las Partes. Por tanto, el Tribunal espera
que las Partes determinaran estas coordenadas de conformidad con la Sentencia, en el espíritu
de la buena vecindad.

Composición de la Corte.-El Tribunal estaba compuesto de la siguiente manera : Presidente


Tomka ; Vicepresidente Sepúlveda-Amor; Magistrados Owada , Abraham, Keith, Bennouna ,
Skotnikov , Cançado Trindade, Yusuf , Xue , Donoghue , Gaja , Sebutinde , Bhandari ; Jueces ad
hoc Guillaume , Orrego Vicuña ; Registrador Couvreur.

Presidente TOMKA y Vicepresidente Sepúlveda-Amor anexan declaraciones a la Sentencia del


Tribunal; Magistrado Owada añade una opinión separada al fallo de la Corte; Juez SKOTNIKOV
anexa una declaración al fallo de la Corte; Jueces XUE, GAJA, BHANDARI y el Juez ad hoc
ORREGO VICUÑA anexa una opinión disidente conjunta a la Sentencia de la Corte; Jueces
DONOGHUE y GAJA anexan declaraciones al fallo de la Corte;

El juez Sebutinde anexa una opinión disidente al fallo de la Corte; Juez ad hoc GUILLAUME
anexa una declaración al fallo de la Corte; Juez ad hoc ORREGO VICUÑA anexa una separada,
parcialmente concurrente y parcialmente disidente, la opinión de la Sentencia de la Corte.

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