Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DEUTERONOMIO
II
Alumna: Vanessa Yépez Pérez
Temas:
Reyes del Norte y Sur
Teofanía
¿Quiénes eran los hijos de
Dios?
1
LOS REYES DEL NORTE Y SUR
Introducción
Los Reyes de Israel son una parte importante de la historia bíblica del Antiguo Testamento. Los reyes de
Israel gobernaron a la nación de Israel después de la época de los Jueces, cuando los israelitas deseaban
tener un rey como las naciones vecinas (1 Samuel 8:4-7).
Dios escuchó y concedió su deseo, pero fueron advertidos de que un rey podía ser un peligro para ellos
(1 Samuel 8:11-18).
El primer rey de Israel fue Saúl, elegido por Dios a través del profeta Samuel en el año 1050 a.C. (1
Samuel 9:15-16).
Saúl fue seguido por David, quien fue elegido por Dios después de que Saúl fuera desaprobado (1
Samuel 16:1-13).
David fue recordado como un gran rey y un hombre conforme al corazón de Dios (1 Reyes 2:10-12).
El hijo de David, Salomón, fue el tercer rey de Israel y conocido por su sabiduría y riqueza. Sin
embargo, la desobediencia de Salomón llevó a la división del reino de Israel en dos partes después de
su muerte (1 Reyes 11:11-13).
Los reyes de Israel fueron líderes importantes, pero muchos de ellos se desviaron de la voluntad de Dios y
llevaron a la nación a la desobediencia y el juicio divino. Su historia sirve como una lección sobre la
importancia de seguir la voluntad de Dios y las consecuencias de la desobediencia.
Rey Saúl
Saúl fue el primer rey de Israel, elegido por Dios a través del profeta Samuel en el año 1050 a.C..
Saúl fue un líder valiente pero desobediente que perdió la aprobación divina debido a su desobediencia.
Los celos hacia David y su falta de confianza en Dios finalmente resultó en su caída y muerte
Rey David
David fue el segundo rey de Israel, elegido por Dios a través del profeta Samuel después de que Saúl fuera
desaprobado. Fue un líder valiente y exitoso en la batalla, derrotando a enemigos como Goliat y los filisteos
(1 Samuel 17:1-58, 2 Samuel 8:1-14).
Pero, David también cometió pecados graves, como su adulterio con Betsabé y su asesinato de su esposo
Urías (2 Samuel 11:1-27). Cuando el profeta Natán confrontó a David con su pecado, David se arrepintió
sinceramente y buscó la misericordia de Dios (2 Samuel 12:1-14).
A pesar de sus fallas, Dios lo bendijo y prometió que su descendencia sería la línea real perpetua de Israel
(2 Samuel 7:8-16). David murió en paz y fue recordado como un gran rey y un hombre conforme al corazón
de Dios (1 Reyes 2:10-12).
Rey Salomón
Fue el tercer rey de Israel, sucediendo a su padre David. Fue conocido por su sabiduría y riqueza, y por
construir el Templo de Jerusalén (1 Reyes 3:5-15, 6:1-38).
Bajo el reinado de Salomón, Israel disfrutó de paz y prosperidad. Él recibió la sabiduría de Dios y fue
famoso por sus juicios justos (1 Reyes 3:16-28, 4:29-34). También fue conocido por su comercio con otros
países y su gran riqueza (1 Reyes 10:14-29).
Sin embargo, la acumulación de riqueza y poder llevó a Salomón a desobedecer a Dios. Tomó muchas
esposas y concubinas extranjeras, lo que llevó a la adoración de dioses falsos en Israel (1 Reyes 11:1-13).
Como resultado, Dios prometió quitar el reino de las manos de Salomón después de su muerte, aunque por
respeto a David, lo haría después de la muerte de Salomón (1 Reyes 11:11-13). Salomón murió en el año
931 a.C. y fue recordado como un gran rey, pero también como alguien que se apartó de la voluntad de
Dios.
2
El reinado de Salomón se deterioró hacia el final de sus días por el descontento de parte de la población
que debía pagar fuertes tributos por sus ambiciosos proyectos. Al mismo tiempo, el trato preferencial que
recibía su propia tribu produjo la irritación de las demás, lo que provocó un creciente antagonismo entre la
monarquía y los separatistas tribales.
Después de la muerte de Salomón (930 AC), una insurrección abierta condujo a la separación de las diez
tribus del norte y a la división del país en un reino norte: Israel, y un reino sur: Judá, en el territorio de
las tribus de Judá y Benjamín.
3
Los Reyes de Israel (Norte)
El reino de Israel, con su capital Samaria, subsistió más de 200 años bajo 19 reyes, mientras que el reino de
Judá, fue gobernado desde Jerusalem durante 400 años por un número igual de reyes de la casa de David.
La expansión de los imperios asirio y babilonio trajo la conquista primero de Israel y después de Judá.
El reino de Israel fue vencido por los asirios (722 AEC) y su pueblo fue llevado al exilio y al olvido. Más de
cien años después, Babilonia conquistó el reino de Judá, exilió a la mayoría de sus habitantes y destruyó
Jerusalén y el Templo (586 AEC).
1. Rey Jeroboam
Rey de Israel durante 22 años (931-910)—Ahías profetizó que Jeroboam seria rey sobre 10 de las 12
tribus de Israel, haciéndolo el primer rey del reino dividido. Dios le prometió un reinado largo y
exitoso siempre y cuando el rey siguiera los caminos de Jehová.
Rompió su pacto con Dios y se volvió arrogante, eventualmente practicando la idolatría.
2. Rey Nadab
Nadab, rey de Israel durante dos años (910-909)—Siguió los malos caminos de su padre Jeroboam
durante su corto reinado. Murió en las manos de Baasa, hijo de Ahías. Baasa también mató a la familia
entera de Jeroboam y Nadab, cumpliéndose lo que Dios había advertido a Jeroboam sobre las
consecuencias de romper el pacto con Jehová.
3. Rey Baasa
Baasa, rey de Israel durante 24 años (909-886) — Jehú profetizó la derrota de Baasa por sus pecados.
Fue un rey malvado que continuó con la apostasía en Israel.
4. Rey Ela
Ela, rey de Israel durante dos años (886-885) —Fue el hijo de Baasa. Zimri, su siervo, conspiró matarlo
mientras visitaba la casa de su mayordomo Arsa.
5. Rey Zimri
Zimri, rey de Israel durante siete días (885) —La historia de Zimri es corta pero trágica. Israel se
volvió contra el al escuchar que había asesinado a Ela y el resto de la casa de Baasa. El pueblo lo
tumbó de su lugar y pusieron a Omri. Durante estos eventos, Zimri entró a la casa real y prendió fuego.
Ahí murió. Fue un rey malvado.
6. Rey Omri
Omri, rey de Israel durante 12 años (885-874)—Omri quedó como rey después de los eventos que
terminaron con la vida de Zimri. Hubo una breve oposición a él por un grupo que apoyaba a Tibni
como rey. Primera de Reyes 16 dice que el compró el monte de Samaria por dos talentos de plata y
estableció esa ciudad. Omri también hizo lo malo delante de Dios.
7. Rey Acab
Acab, rey de Israel durante 22 años (874-853)— Quizás fue el más malvado de todos los reyes. Su
esposa, la infame Jezabel, fue aún más malvada que él. Elías fue uno de los muy pocos profetas que se
mantuvieron fieles a Dios durante el reinado de Acab, que fue conocido no solamente por su inmensa
idolatría, pero también por las persecuciones de los profetas de Jehová.
Dios había anunciado un castigo terrible para Acab y Jezabel. Al oír esto, Acab se arrepiente y Dios-
siempre honrando el arrepentimiento del hombre– pospone el castigo. Acab vuelve a deshonrar a Dios y
muere en batalla; luego Jezabel y toda su descendencia.
4
8. Rey Ocozías
Ocozías, rey de Israel durante dos años (853-852) Fue malvado como su padre Acab, y recibió el
castigo de muerte por sus pecados y los de sus padres. Su gran pecado fue que, estando herido, consultó
a Baal-zebub, un dios falso, en vez de consultar a Jehová.
9. Rey Joram
Joram, rey de Israel durante 12 años (852-841)—La Biblia hace una comparación interesante entre
Joram y los reyes anteriores. Aunque fue desobediente a Dios, dice que no fue al extremo de Acab. Por
lo menos quitó los ídolos que su padre había puesto en Israel. Aun así, vivió una vida pecaminosa y no
agradó a Dios. Entró en conflicto contra el rey de Moab y pide consejo a Eliseo, el profeta que siguió a
Elías.
5
19. Rey Oseas
Oseas, rey de Israel durante nueve años (732-712)—El último rey de Israel también hizo lo malo
delante de Dios. Su derrota vino en manos del rey de Asiria, quien se enteró de que Oseas conspiraba
contra él. Asiria llevó a Israel en cautiverio.
6
Los
Reyes
Las otras dos tribus, las de Judá y Benjamín, formaron su propio reino bajo Roboam, el hijo de Salomón.
Los Reyes de Judá son un grupo de monarcas que gobernaron el reino del sur de Judá después de la
de Judá
división del reino de Israel en dos partes. Judá era la región que incluía a Jerusalén y su templo, y su línea
de reyes fue descendiente de David.
El primer rey de Judá fue Roboam, hijo de Salomón, quien tomó el trono en el año 931 a.C. después de la
(Sur)
división del reino. Aunque algunos reyes de Judá eran piadosos y obedientes a Dios, muchos de ellos eran
corruptos y desobedientes, lo que llevó al declive y eventual destrucción del reino.
Uno de los reyes más conocidos de Judá fue Josías, quien reinó desde el año 640 a.C. hasta su muerte en la
batalla contra Egipto en el año 609 a.C. Josías fue un rey piadoso que restauró la adoración del templo y
redescubrió la ley de Dios (2 Reyes 22:1-2, 23:1-25).
El último rey de Judá fue Sedequías, quien gobernó hasta la caída de Jerusalén y el exilio de los judíos en
Babilonia en el año 586 a.C. (2 Reyes 25:1-21).
La historia de los reyes de Judá sirve como una lección sobre la importancia de la obediencia a Dios y las
consecuencias de la desobediencia. Aunque muchos de estos reyes tuvieron fallas y defectos, también hubo
ejemplos de liderazgo piadoso y sabio.
1. Rey Roboam
Rey de Judá durante 17 años. Roboam fue el hijo de Salomón y el primer rey de Judá después de la
división del reino. Su reinado duró (desde el año 931 a.C. hasta el año 913 a.C). (1 Reyes 12:1-24,
14:21).
Roboam fue recordado como un rey arrogante y desobediente a Dios. Después de que el pueblo de Judá
le pidió que redujera su carga tributaria, consultó con los ancianos sabios y los jóvenes imprudentes y
decidió seguir el consejo de los jóvenes (1 Reyes 12:6-15). Esta decisión llevó a la división permanente
del reino de Israel. Durante su reinado, Judá también fue invadida por el faraón Sisac de Egipto, quien
tomó muchos tesoros del templo de Jerusalén (1 Reyes 14:25-26). Roboam murió después de un reinado
de 17 años, y fue sucedido por su hijo Abías (1 Reyes 14:31). Su historia sirve como una lección sobre
la importancia de buscar la sabiduría de Dios y la humildad en la toma de decisiones, y las
consecuencias de la arrogancia y la desobediencia.
2. Rey Abías
Rey de Judá durante tres años. Abías fue el segundo rey de Judá y sucedió a su padre Roboam después
de su muerte. Su reinado duró solo tres años, (desde el año 913 a.C. hasta el año 910 a.C). (1 Reyes
15:1-8). Aunque Abías fue considerado un rey piadoso que buscó seguir los mandamientos de Dios,
también continuó con la tradición de la rivalidad entre Judá y el reino del norte de Israel. Luchó contra
el rey Jeroboam de Israel en una gran batalla en la que los hombres de Judá mataron a 500,000 de los
hombres de Israel (2 Crónicas 13:1-20).
Sin embargo, a pesar de su piadosidad y su victoria militar, la estabilidad política y económica de Judá
continuó siendo inestable durante su reinado.
Abías murió después de solo tres años de reinado y fue sucedido por su hijo Asa (1 Reyes 15:9-10). Su
historia sirve como una lección sobre la importancia de buscar agradar a Dios en la vida y la
importancia de la estabilidad en la gobernanza.
3. Rey Asa
Rey de Judá durante 41 años. Asa fue el tercer rey de Judá y gobernó durante 41 años, (desde el año
910 a.C. hasta el año 869 a.C). (1 Reyes 15:9-24, 2 Crónicas 14-16).
Asa fue considerado un rey piadoso que buscó seguir los mandamientos de Dios. Luchó contra la
idolatría y eliminó los ídolos y altares paganos que habían sido establecidos en el reino de Judá (2
Crónicas 14:2-5). También buscó la paz con su vecino del norte, el reino de Israel, y firmó un pacto con
el rey Baasa para proteger sus fronteras (2 Crónicas 16:1-6).
7
Sin embargo, hacia el final de su reinado, Asa comenzó a confiar más en su propio poder y estrategia
militar que en Dios. Buscó la ayuda del rey de Aram en lugar de confiar en Dios durante una invasión
de Israel, y recibió una fuerte reprimenda del profeta Hanani por su falta de fe (2 Crónicas 16:7-10).
Asa murió después de un largo reinado de 41 años y fue sucedido por su hijo Josafat (1 Reyes 15:23-
24). Su historia sirve como una lección sobre la importancia de confiar en Dios en todo momento y la
necesidad de ser constantes en la obediencia a Dios a lo largo de nuestras vidas.
4. Rey Josafat
Rey de Judá durante 25 años. Josafat fue el cuarto rey de Judá y gobernó durante 25 años, (desde el
año 870 a.C. hasta el año 845 a.C). (1 Reyes 22:41-50, 2 Crónicas 17-20). Josafat también fue un rey
piadoso que buscó seguir los mandamientos de Dios. Restauró la adoración al Dios verdadero y envió a
sus líderes para enseñar la ley de Dios en todo el reino (2 Crónicas 17:3-10). También fortaleció la
defensa de Judá y construyó ciudades fortificadas (2 Crónicas 17:12-19).
Sin embargo, Josafat también tuvo momentos de debilidad en su fe, y formó una alianza matrimonial
con el impío rey Acab de Israel (2 Crónicas 18:1). Esto eventualmente llevó a Josafat a unirse a Acab
en la batalla contra Siria, en la que fue herido y reprendido por el profeta Jehú (2 Crónicas 18:28-34).
Josafat murió después de un reinado de 25 años y fue sucedido por su hijo Joram (2 Crónicas 20:31-
37). Su historia sirve como una lección sobre la importancia de mantenerse firmes en la fe y no
comprometerse con aquellos que no buscan seguir a Dios.
5. Rey Joram
Rey de Judá durante ocho años. Joram fue el quinto rey de Judá y gobernó durante ocho años, (desde el
año 845 a.C. hasta el año 837 a.C). (2 Reyes 8:16-24, 2 Crónicas 21:1-20). A diferencia de su padre
Josafat, Joram no buscó seguir los mandamientos de Dios y se involucró en prácticas paganas. Mató
a todos sus hermanos para asegurarse el trono y estableció lugares de adoración a Baal en todo el
reino (2 Reyes 8:18, 2 Crónicas 21:4-6). Dios lo castigó por sus malas acciones y le envió una carta a
través del profeta Elías, en la que se le informó que Dios traería juicio sobre él y su pueblo (2 Crónicas
21:12-15). Joram murió debido a una enfermedad dolorosa en su intestino y no fue llorado por el
pueblo (2 Crónicas 21:18-19).
Joram fue sucedido por su hijo Ocozías (2 Reyes 8:25-29, 2 Crónicas 22:1-6). La historia de Joram es
un recordatorio de las consecuencias del pecado y la importancia de buscar la voluntad de Dios en
nuestras vidas.
6. Rey Ocozías
Rey de Judá durante un año. Ocozías fue el sexto rey de Judá y gobernó durante un año, (desde el año
837 a.C. hasta el año 836 a.C). (2 Reyes 8:25-29, 2 Crónicas 22:1-9). Al igual que su padre Joram,
Ocozías siguió los caminos impíos de su abuela Jezabel y adoró a Baal en lugar de al Dios verdadero (2
Reyes 8:27, 2 Crónicas 22:3). Se unió al rey Joram de Israel en una guerra contra Siria, pero resultó
herido y regresó a Jezreel para recuperarse (2 Reyes 9:15-16).
Fue durante su estancia en Jezreel que Ocozías fue asesinado por Jehú, quien había sido ungido como
rey de Israel por un profeta de Dios. Jehú también mató a muchos de los parientes de Ocozías que
estaban con él en Jezreel (2 Reyes 9:27-28).
La muerte de Ocozías puso fin a la línea de la familia de Acab en Judá, y su madre Atalía intentó tomar
el trono para sí misma. Sin embargo, el hijo menor de Ocozías, Joás, fue salvado y criado en secreto
para un día reclamar el trono (2 Reyes 11:1-3).
La vida de Ocozías es un recordatorio de las consecuencias del pecado y la importancia de seguir los
caminos de Dios en lugar de los de los ídolos.
8
siguiendo las prácticas de su madre. Tras seis años de reinado, fue asesinada en el transcurso de una
revolución palatina dirigida por el sacerdote Joyadá. El trono pasó a ser ocupado por Joás.
8. Rey Joás
Rey de Judá durante 40 años. Joás fue el octavo rey de Judá y gobernó durante 40 años, (desde el año
835 a.C. hasta el año 796 a.C). (2 Reyes 11:21-12:21, 2 Crónicas 24:1-27).
Cuando Joás era un bebé, su tía Atalía intentó tomar el trono para sí misma después de la muerte de su
hijo Ocozías. Sin embargo, el sacerdote Joiada salvó a Joás y lo escondió en el templo hasta que tuvo
siete años, momento en que fue coronado rey (2 Reyes 11:4-21, 2 Crónicas 22:10-12).
Durante su reinado, Joás restauró el templo destruido y recaudó fondos para reparar sus daños (2
Reyes 12:4-16, 2 Crónicas 24:4-14). También escuchó la enseñanza de los sacerdotes y buscó la
voluntad de Dios en sus decisiones (2 Reyes 12:2, 2 Crónicas 24:2).
Sin embargo, después de la muerte del sacerdote Joiada, Joás se desvió del camino de Dios y adoró a
ídolos. Fue reprendido por el profeta Zacarías, pero Joás ordenó que lo mataran (2 Reyes 12:17-21, 2
Crónicas 24:15-22).
Como resultado de su desobediencia, el reino de Judá sufrió bajo el dominio de enemigos extranjeros
después de la muerte de Joás (2 Reyes 12:17-18, 2 Crónicas 24:23-27).
La vida de Joás es un recordatorio de la importancia de seguir el camino de Dios y la gravedad de
desviarse de él.
9. Rey Amasías
Rey de Judá durante 29 años. Amasías fue el noveno rey de Judá y gobernó durante 29 años, (desde el
año 796 a.C. hasta el año 767 a.C). (2 Reyes 14:1-20, 2 Crónicas 25:1-28).
Durante su reinado, Amasías derrotó a los edomitas en batalla y saqueó sus ciudades (2 Reyes 14:7, 2
Crónicas 25:11-12). Sin embargo, luego contrató a un ejército de mercenarios israelitas para luchar
contra los habitantes de Efraín, desobedeciendo así la palabra del Señor (2 Crónicas 25:7-10).
Después de su victoria, Amasías trajo consigo dioses idólatras de los edomitas y comenzó a adorarlos
(2 Reyes 14:3-4, 2 Crónicas 25:14-16). El profeta Amós lo reprendió por su desobediencia, pero
Amasías se negó a escuchar y lo expulsó del país (Amós 7:10-17).
Finalmente, Amasías fue asesinado por conspiradores en Jerusalén después de huir de una derrota en
batalla (2 Reyes 14:19-20, 2 Crónicas 25:27-28).
La vida de Amasías es un recordatorio de las consecuencias de desobedecer la palabra de Dios y de la
importancia de mantener la fe en él en todo momento.
9
enemigos (2 Reyes 15:36). La vida de Jotam es un recordatorio de que incluso cuando otros actúan
mal, podemos elegir seguir el camino del Señor y ser bendecidos por él. También es un recordatorio de
la importancia de proteger nuestro hogar y nuestra comunidad de aquellos que nos quieren dañar.
10
El reinado de Amón es un ejemplo de cómo la falta de arrepentimiento y obediencia a Dios puede llevar
a consecuencias terribles e incluso a la muerte. Su vida sirve como una advertencia a aquellos que
siguen sus propios caminos en lugar de buscar a Dios.
16. Rey Josías
Rey de Judá durante 31 años. Josías fue el decimosexto rey de Judá y uno de los pocos reyes que se
destacó por hacer lo que era justo a los ojos del Señor. Josías se convirtió en rey a los ocho años
después de la muerte de su padre, y en el año 622 a.C., comenzó una reforma religiosa radical en Judá
(2 Reyes 22:1-2).
Durante la renovación del Templo, el libro de la ley se encontró y se leyó ante el rey. Esto llevó a Josías
a hacer cambios significativos en la adoración de Judá. Derribó los altares paganos y los ídolos, y
restauró los sacrificios en el Templo de Jerusalén según lo establecido por la ley de Moisés.
Josías también se destacó en la expansión del territorio de Judá, conquistando varias ciudades y
territorios. Sin embargo, a pesar de su éxito, su reinado llegó a un final trágico cuando fue asesinado en
la batalla contra el faraón Neco de Egipto en el año 609 a.C. (2 Reyes 23:28-30).
La vida de Josías es un ejemplo de cómo el arrepentimiento y la obediencia a Dios pueden traer
bendiciones y éxito en la vida de uno. Su dedicación a Dios y la renovación de la adoración en Judá
también muestran cómo un líder puede influir positivamente en la vida de una nación.
11
Joaquín fue llevado cautivo a Babilonia, junto con la mayoría de la población de Judá, y su reinado se
convirtió en un ejemplo de las consecuencias del pecado y la rebelión contra Dios. Su vida nos recuerda
la importancia de obedecer la voluntad de Dios y de vivir una vida justa y piadosa.
12
13
14
15
16
TEOFANIA
Una aparición visible de Dios, generalmente en forma humana. Una teofanía es una manifestación visible
de Dios, y normalmente la consideramos como siendo temporal en su naturaleza.
Antes que el hombre pecara, éste caminaba y hablaba con Dios; pero después que entró el pecado, Adán y
su mujer se escondieron cuando oyeron la voz del Señor Dios (Gen 3:8).
Dios habló a Caín (cap. 4), Enoc y Noé caminaron con Dios (Gen 5:24; Gen 6:9), y Dios dio a Noé
instrucciones detalladas respecto al arca y el diluvio.
Dios le es invisible al hombre. Para hacerse visible, Él se manifestaba en una forma física. Aunque nadie
puede ver el Espíritu de Dios, se puede ver una representación de Dios. Enumeradas abajo se hallan
algunas de las maneras en las cuales Dios escogió manifestarse en el Antiguo Testamento.
Una de las teofanías más bellas e instructivas se encuentra en Génesis 18. Desde el tiempo de Abraham en
adelante las teofanías generalmente tenían lugar cuando los recipientes estaban dormidos, como en la
visión de Jacob en Betel (Gen 28:10-17), pero Dios habló con Moisés cara a cara (Exo 33:11).
Hay buenas razones para pensar que las teofanías antes de la encarnación de Cristo eran manifestaciones
visibles del preencarnado Hijo de Dios. Con la encarnación de nuestro Señor las teofanías cesaron.
Una de las maneras en las cuales Dios se reveló en el Antiguo Testamento y trató con el hombre al nivel de
un hombre era por medio del uso de teofanías. (Te puede también interesar: Los siete pilares de la
sabiduría)
Algunas de las numerosas manifestaciones del “ángel de Jehová” parecen ser teofanías. El ángel de Jehová
apareció a Agar, habló como si fuera Dios, y ella le llamó Dios (Génesis 16:7-13).
La Biblia dice que el ángel de Jehová apareció a Moisés en la zarza ardiente, pero después dice que Dios
habló con Moisés en aquella ocasión (Éxodo 3; Hechos 7:30-38).
Éxodo 13:21 dice que Jehová iba delante de Israel en una columna de nube, mientras que Éxodo 14:19 dice
que el ángel de Dios estaba con la columna de nube.
El ángel de Jehová apareció a Israel en Jueces 2:1-5 y habló como Dios. Jueces 6:11-24 describe la
apariencia del ángel de Jehová a Gedeón y luego dice que Jehová miró a Gedeón. Nuevamente, el ángel de
Jehová apareció a Manoa y a su esposa, y ellos creyeron que habían visto a Dios (Jueces 13:2-23).
Algunos ejemplos son las apariciones a Abraham en el Monte Moriah y a Balaam (Génesis 22:11-18;
Números 22:22-35). A veces el ángel de Jehová claramente no es una manifestación de Dios. Algunos
ejemplos son las apariciones a David y a Zacarías (II Samuel 24:16; I Crónicas 21:15-30; Zacarías 1:8-
19).
El ángel del Señor en el Nuevo Testamento aparentemente no es más que un ángel, y por cierto no es
Jesucristo (Mateo 1:20; 2:13; 28:2; Hechos 8:26).
Al analizar todos estos versículos de las Escrituras, algunos dicen que el ángel de Jehová siempre es una
manifestación directa de Dios. Sin embargo, algunas de las arriba mencionadas instancias no apoyan esta
idea y dos de ellas actualmente la contradicen. Otros dicen que el ángel de Jehová es en algunas instancias
una manifestación de Dios, y en otras no. Esta segunda idea parece ser consistente con las Escrituras.
Una tercera idea, sin embargo, es que el ángel de Jehová nunca es Jehová, sino un ángel literal. Para
apoyar esta última idea, uno enfatizaría que los ángeles son voceros, mensajeros, y agentes de Dios. En
otras palabras, esta idea contiende que es correcto decir que “el Señor dijo” o “el Señor hizo” aunque Él lo
17
dijo o lo hizo mediante la agencia de un ángel. Bajo esta idea, una descripción de un hecho de Dios en el
relato de una apariencia angelical es sencillamente una manera de decir en breve que Dios actuó por medio
del ángel.
TEOFANÍAS DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
Cristo era más que una teofanía de Dios. El Nuevo Testamento no registra ninguna teofanía de Dios en
forma humana fuera de Jesucristo. Por supuesto, Cristo era más que una teofanía; El no era solamente Dios
apareciendo en la forma de un hombre sino que era Dios vestido de un cuerpo y una naturaleza humana
verdadera.
El ángel del Señor en Mateo 1:20, 2:13, 28:2 y Hechos 8:26 parece ser un ángel y nada más; no hay
evidencia al contrario. Es claro en estos pasajes que el ángel no es Jesucristo. Esto concuerda bien con la
conclusión que el ángel de Jehová no era siempre Jehová mismo. La única cosa que podría ser una teofanía
en el Nuevo Testamento es la paloma en el bautismo de Cristo.
La razón por la falta de teofanías en el Nuevo Testamento es que no hay necesidad de ellas. Dios se halla
plenamente expresado en Jesucristo. Jesús declara y revela completamente al Padre (Juan 1:18). Jesús es la
imagen del Dios invisible, el resplandor de Su gloria, y la imagen misma de Su sustancia (Colosenses 1:15,
Hebreos 1:3).
En el Antiguo Testamento Dios escogió revelar varios aspectos de Su naturaleza al hombre por medio de
varias teofanías. En la era del Nuevo Testamento, la revelación progresiva de Dios mediante las teofanías
culminó y hallo perfecto cumplimiento en Jesucristo.
18
¿Quiénes era n los hijos de Dios? (Genesis 6: 1-4)
Genesis 6:1-4: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y
les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí
mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre,
porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. Había gigantes en la tierra en
aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les
engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre”
La base bíblica para el punto de vista proviene del uso de la frase hijos de Dios en el libro de Job, así como
de las alusiones de Pedro y Judas a la historia a través del Libro de Enoc.
Los defensores de este punto de vista creen que los «hijos de Dios» en Job se refieren a los ángeles , lo que
sugiere que así es como los lectores deben interpretar la frase en Génesis 6.
Job 1:6, “Hubo un día en que los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del SEÑOR, y Satanás
también vino entre ellos” (NVI).
Job 2:1, “Otra vez hubo un día en que los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR, y Satanás
también vino entre ellos para presentarse ante el SEÑOR” (NVI).
Job 38:7 dice que “las estrellas del alba alababan a una y todos los hijos de Dios se regocijaban” cuando
Dios puso los cimientos de la tierra.
Los defensores también argumentan que pasajes específicos del Nuevo Testamento enseñan el punto de vista
de que los hijos de Dios eran ángeles , incluyendo 1 Pedro 3:19-20; 2 Pedro 2:4; y Judas 6, 14-15. Los
lectores que tienen otras interpretaciones (ver más abajo) dudan de que Pedro esté reflejando la
interpretación angelical. Algunos concluyen que no está claro.
Se sostiene el punto de vista angélico también en Judas 6 , que dice: “Y a los ángeles que no permanecieron
en su propia posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, [Dios] los ha guardado en
cadenas eternas bajo tenebrosas tinieblas hasta el día de la muerte. juicio del gran día” (NVI). Nuevamente,
algunos eruditos creen que esto es una referencia a los hijos de Dios como ángeles caídos,
19
11 Caí sobre mi rostro, todo mi cuerpo desmayó, mi espíritu fue trasfigurado, grité con voz fuerte, con
espíritu de poder y bendije, alabé y exalté.
12 Estas bendiciones que salieron de mi boca fuero consideradas agradables ante esta Cabeza de los Días.
13 Y esta Cabeza de los Días vino con Miguel, Gabriel, Rafael y Sariel y una multitud innumerable de
ángeles.
14 Vino a mí, me saludó con su voz y me dijo: "Este es el Hijo del Hombre que ha sido engendrado por la
justicia, la justicia reside sobre él y la Cabeza de los Días no le abandonará".(Dn 7:13; Za 6:12)
15 Me dijo: "Él proclamará sobre ti la paz, en nombre del mundo por venir, porque desde allí ha provenido
la paz desde la creación del mundo y así la paz estará sobre ti para siempre y por toda la eternidad. (Is 9:5)
16 Todo andará por su camino y mientras, la justicia no lo abandonará jamás, con Él vivirá, con Él su
herencia y de Él no será separada nunca ni por toda la eternidad.
(Sal 85:11-14)
17 Serán muchos días con este Retoño del Hombre y la paz y el camino correcto será para los justos en
nombre del señor de los espíritus, eternamente. (Is 11:1; 53:2; 60:21)
La visión tradicional es que los hijos de dios son ángeles que Dios expulsó del cielo por rebelarse contra él,
quienes luego tuvieron relaciones sexuales con mujeres humanas en la tierra (es decir, “las hijas de los
hombres”).
1º de Enoc 6-7 – En aquellos días, cuando se multiplicaron los hijos de los hombres, sucedió que les
nacieron hijas bellas y hermosas. Las vieron los ángeles, los hijos de los cielos, las desearon…Y tomaron
mujeres; cada uno se escogió la suya y comenzaron a convivir y a unirse con ellas, enseñándoles ensalmos y
conjuros y adiestrándolas en recoger raíces y plantas. Quedaron encintas y engendraron enormes gigantes
de tres mil codos de talla cada uno.
Los contemporáneos judíos de los apóstoles, Filón y Josefo, interpretaron el pasaje como una descripción
de los ángeles caídos y las mujeres humanas. También, fue la interpretación general de todos los padres de
la iglesia primitiva.
20