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Apuntes de Cátedra - El Lenguaje Que Habitamos - Por Qué Construimos
Apuntes de Cátedra - El Lenguaje Que Habitamos - Por Qué Construimos
Ahora bien, si pensamos tridimensionalmente y si cada Si asignamos a cada causa o problema un vértice
causa le fuese asignada una arista podríamos utilizar un tendremos un icosaedro
tetraedro o bien un cubo (hexaedro).
Si asignamos a cada razón una cara: tenemos un dodecaedro.
•Memoria: del latín memor (el que recuerda) y el sufijo -ia para crear sustantivos abstractos. El verbo memorare (recordar, almacenar en
la mente). “Recordar” re (de nuevo) cordis (corazón). Significa volver a “pasar al corazón”. Lo mismo “acordar” a- (próximo) “unir los
corazones”. En inglés “learn by heart” aprender de memoria significaba aprender a través del corazón. Fíjense qué interesante forma de
En francés “paer cour”, por el corazón, donde se creía que la sede de la memoria era el corazón…
Los clásicos griegos suponían que la memoria era la madre de todas las musas. La diosa “Mnemosina” era hija del cielo y de la Tierra. Se
la representa con un buril en la mano. El buril es un instrumento que usan los grabadores para hacer surcos o líneas en los metales. Para
grabar… grabar en la memoria. Así las experiencias y los conocimientos dejan huellas indelebles.
Mnemosina se la representa con un tocado en la cabeza, lugar o depósito del saber. A veces la acompaña un perro, lo que evidencia
que los animales también poseen dicho atributo. Con Júpiter tuvo nueve hijas, son las nueve musas. Al respecto no dejen de escuchar a
Les Luthiers con la Musa de la música.
Sócrates consideraba que la escritura debilitaba la memoria. Para qué recordar si lo podemos dejar por escrito. Acaso no nos recuerda
… “ al para qué dibujar a mano si lo podemos hacer en el ordenador” …
¿Cuál será el mejor buril?
Le Corbusier recomendaba no fotografiar e invitaba a los arquitectos y estudiantes a dibujar. Algo así como pasar por la mano para llevar
al corazón.
Otros pedagogos, como Deway, hablan de la relación mano, corazón, cerebro. Ya Rousseau planteaba el concepto de pensar con las
manos. Otro maestro de la arquitectura, Juhani Pallasmaa, plantea el mismo concepto en un esclarecedor libro “La mano que piensa”. A
ese desafío los vamos a invitar.
Volviendo a las manos, o “manos a la obra”, observen cómo atraviesan todas las culturas. La mano abierta de Corbu, las manos de
Miguel Ángel en la creación, los mudras en oriente, la mano de Fátima; por qué no las manos Perón o “Las manos de mi madre” de
Peteco Carabajal, etc.
Pensemos en La Mano Abierta de Le Corbusier (1950):
“Este símbolo de la mano abierta, abierta para recibir la riqueza creada, para distribuirla a la
gente del mundo, debe ser el símbolo de nuestra era.”…
Volviendo a Sócrates planteaba que, “El alfabeto generará olvido en las almas de quienes lo aprendan, éstos dejarán de ejercitar la
memoria puesto que fijándose en el texto traerán las cosas a la mente, no más del interior de ellos mismos, sino de fuera, a través de signos
extraños: lo que tú has encontrado no es una receta para la memoria sino para reclamar a la mente”…
Sintetizando, la memoria es la lucha contra el olvido… y en los hombres trabaja a diferencia del resto de los animales. En los tres espacios
temporales: pasado, presente y futuro… Y lamentablemente, no depende de nuestra voluntad, tal vez por eso construimos, para verla,
recordarla, volver al presente.
•Crecimiento: Acción y efecto de crecer. Aumento natural o simbólico, madurar. Puede ser biológico, económico, material, espiritual,
urbano, demográfico, social, evolutivo, etc.
La adultez deviene del participio pasado del verbo latino “adolescere” que significa crecer… que ya ha crecido o desarrollado. Desarrollo
está compuesta por el prefijo des- (inversión de la acción) y arrollo (envolver o enrollar) es lo mismo que desarrollar. En inglés development
“dis-envelop” desenrollar. Italiano “sviluppo” .
•Refugio: refugium. Acción de huir, huir hacia atrás. Hacia el rollo, hacia el útero materno. Al lugar protegido. Del prefijo re- (hacia atrás) y
fugere (huir). Huir a:
a) lugar de resguardo.
Antónimo: abandonar, desatender, desvalir. O sea que construimos para darnos valor, para atendernos, para no abandonarnos, para
abandonarnos o librarnos al “dolce far niente” …
•Proximidad: del latín proximitas -atis. Cercanía en el espacio o en el tiempo. Calidad de próximo. Antónimo: lejanía, distancia,
discrepancia. Interesante resulta lo próximo, lo del otro y por carácter inverso lo propio. Acerca de lo propio podríamos indagar en la
Proxémica y las distancias que aborda el antropólogo estadounidense Edward T. Hall.
Y la relación con la sección aurea de Ibo Bonilla o el canon de la antropometría aurea “La dimensión oculta”.
La proxemia se refiere a la percepción que el ser humano hace de su espacio fónico, de su intimidad personal, de cómo y con quién lo
utiliza.
•Emulación: Ambición y esfuerzo a la igualdad. Superación a ejemplo del otro. Para competir o rivalizar. Inmersos en una cultura capitalista
•Exposición: del latín expositio (acción de poner o sacar algo fuera). Exponere: ex (de un interior a un exterior), y el verbo ponere (poner,
colocar, situar). Las casas de niños expósitos, los orfanatos…
En síntesis, construimos para mostrar poder, para ubicarnos socialmente donde queramos estar, ser, pertenecer o permanecer. Allí
construimos, y es en la medida que construimos que damos sentido, dirección, signo y significado. Construyendo nuestro lenguaje propio en
la Polis, en nuestra comunidad de aprendizaje que configura la Arquitectura. Volviendo al cordis, a la mente, al corazón que no es otra cosa
que desandar el pabilo, desarrollarse, o despabilarse.
Construimos para el recuerdo, que significa “salir del sueño”, “espabilarse”.
Para finalizar más recientemente prefiero pensar en el Flaco Spinetta cuando decía “Jamás voy a decir que todo el tiempo por pasado fue
mejor, mañana es mejor…” Ah, me olvidaba, si construimos para ser, estar o permanecer, nada mejor que Eladia Blázquez en honrar la vida
… música maestro.
•Comodidad: del latín commoditas. Calidad de cómodo. Todo aquello que hace la vida más fácil. Confort, utilidad o conveniencia. Con-
(unión, convergencia) y modus (modo, medida). O sea que construimos para sentirnos más a nuestro modo, a nuestra moda o medida…
Para sentirnos más cómodos, acomodados.
•Inquietud: del latín inquietud “cualidad de no tener descanso” in (sin) quiescere (calma, reposo), con el sufijo -tud (abstracto de cualidad).
Conmoción, nerviosismo, ansiedad, inclinación del ánimo. O sea que construimos para conmovernos, para no estar nerviosos o lograr la
calma o para darnos ánimo, animarnos o valorarnos que no es otra cosa que tener ímpetu. O sea, una inclinación (impulso, fuerza, arrebato
o embestida) y petere (buscar, pedir). De vuelta, no hacemos otra cosa que impulsarnos y pedir fuerzas, porqué no proyectarnos…
•Negocio: necotium = no ocio, o sea “sin ocio”. Con recompensa, o sea, de manera interesada. Por interés. O sea, que “Por dinero baila el
can…”
Su antónimo: ocupación, trabajo, actividad, cargo, deber, empresa.
Recordemos que para los romanos “la ociosidad era la madre de todos los vicios”.
•Consumo: acción y efecto de consumir. Del latín consumere (tomar entera y conjuntamente, agotar, desgastar). Con (conjunto) y el verbo
Sumere (tomar, asumir). Sumere a su vez, deriva del verbo latino emere (tomar, obtener, comprar y ganar). Podríamos afirmar entonces que
construimos para usar, gastar, asumir, comprar y ganar, o bien porque no presumir, o en lunfardo, “fumárnosla…” sin ningún tipo de
abstinencia.
En cambio ahorro deviene del árabe (hurr = “libre”). De allí un arabismo de la Edad Media, horro “libre, que no es esclavo”. De allí el verbo
ahorrar, luego derivó en dar libertad a un esclavo, luego derivó en “librar a alguien de algo” y de allí “guardar dinero para el futuro”.
Llamamos “ahorrado” al dinero que está guardado, “prisionero”, en cajas fuertes. ¿Porqué no en ladrillos para que no se lo robe ningún
banquero? …