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en Ley de Propiedad Intelectual (Texto Refundido aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12
de abril)
A tal efecto, queda prohibido el plagio o copia del mismo según la Ley de propiedad intelectual y artística
vigente. Asimismo queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de cualquiera de sus
apartados en cualquier soporte mecánico o digital sin el consentimiento por escrito del propietario y sin
hacer mención a la fuente y al autor.
En caso contrario, se incurrirá en un delito tipificado en los Artículos 270, 271 y 272 del Código Penal
(Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal -Última modificación del 28 de abril de
2015) sobre los Delitos relativos a la Propiedad Intelectual e Industrial, al Mercado y a los Consumidores
y podrá por tanto ser perseguido por ello.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
9.3.1. CARACTERÍSTICAS............................................................................................................................................................................ 13
9.7.1. CONCEPTO......................................................................................................................................................................................... 46
9.7.3. EXCLUSIONES.................................................................................................................................................................................... 53
El seguro de defensa jurídica es objeto de regulación en el artículo 76 letras a) a g) de la Ley 50/1980 de 8 de octubre de
Contrato de Seguro.
• Concepto:
Por el seguro de defensa jurídica, el asegurador se obliga, dentro de los límites establecidos en la Ley y en el contrato, a
hacerse cargo de los gastos en que pueda incurrir el asegurado como consecuencia de su intervención en un procedimiento
administrativo, judicial o arbitral, y a prestarle los servicios de asistencia jurídica judicial y extrajudicial derivados de la
cobertura del seguro.
• Exclusiones:
Quedan excluidos de la cobertura del seguro de defensa jurídica el pago de multas y la indemnización de cualquier gasto
originado por sanciones impuestas al asegurado por las autoridades administrativas o judiciales.
El contrato, no obstante, podrá incluirse en capítulo aparte dentro de una póliza única, en cuyo caso habrán de especificarse
el contenido de la defensa jurídica garantizada y la prima que le corresponde.
El asegurado tendrá derecho a elegir libremente el Procurador y Abogado que hayan de representarle y defenderle en
cualquier clase de procedimiento.
El asegurado tendrá, asimismo, derecho a la libre elección de Abogado y Procurador en los casos en que se presente
conflicto de intereses entre las partes del contrato.
El Abogado y Procurador designados por el asegurado no estarán sujetos, en ningún caso, a las instrucciones del
asegurador.
• Arbitraje
El asegurado tendrá derecho a someter a arbitraje cualquier diferencia que pueda surgir entre él y el asegurador sobre el
contrato de seguro.
• Conflicto de intereses
La póliza del contrato de seguro de defensa jurídica habrá de recoger expresamente los derechos reconocidos al asegurado
por los dos apartados anteriores.
En caso de conflicto de intereses o de desavenencia sobre el modo de tratar una cuestión litigiosa, el asegurador deberá
informar inmediatamente al asegurado de la facultad que le compete de ejercitar los derechos de arbitraje y de libre elección
de abogado.
Los preceptos contenidos en las letras a) a f) del artículo 76 de la LCS no serán de aplicación:
En este caso, la no aplicación de las normas de esta Sección quedará subordinada a que la actividad de defensa
jurídica se ejerza en un Estado distinto del de la residencia habitual del asegurado; a que dicha actividad se halle
contemplada en un contrato que tenga por objeto única y exclusivamente la asistencia a personas que se encuentren
en dificultades con motivo de desplazamientos o de ausencias de su lugar de residencia habitual, y a que en el
3. A la defensa jurídica que tenga por objeto litigios o riesgos que surjan o tengan relación con el uso de buques o
embarcaciones marítimas.
Esta cobertura ha tenido un fuerte incremento en los últimos años debido al buen resultado que aún produce para los
aseguradores y a la buena imagen que genera, sobre todo en un ramo tan necesitado de ella como el de automóviles.
Además, la afición por viajes se ha visto notablemente desarrollada y el público ha experimentado la necesidad de contar
con este tipo de coberturas.
Dada la especialización y la amplia red de servicios y profesionales que requiere, la mayoría de las entidades han optado
por crecer en solitario o en colaboración con otras compañías especializadas de asistencia, o por celebrar conciertos con
compañías independientes.
El compromiso que asume el asegurador es la prestación de una serie de servicios en caso de ocurrir alguno de los hechos
descritos en la póliza y que no necesariamente son siniestros cubiertos por la misma, pues cabe reclamar esa asistencia
en caso de siniestros no cubiertos o por mera avería mecánica del vehículo:
En primer lugar debe puntualizarse qué personas se entienden habitualmente como aseguradas a los efectos de esta
garantía:
- Cualesquiera otros ocupantes del vehículo pero sólo en caso de accidente de circulación.
Las prestaciones que se ofrecen para esas personas, generalmente a partir del kilómetro cero, son las siguientes:
- Transporte o repatriación de hijos menores del asegurado bajo la custodia de una persona siempre que se aplique la
primera de las coberturas.
- Regreso anticipado del asegurado por fallecimiento de su cónyuge, ascendientes o descendientes en primer grado o
hermano
Estos servicios suelen prestarse también desde el kilómetro cero y generalmente son los siguientes;
- Servicios a los asegurados en caso de inmovilización del vehículo por avería o accidente.
- Gastos de hotel.
- Servicios a los asegurados en caso de robo del vehículo iguales a las del punto anterior.
- Envío de piezas de recambio si no pudieran obtenerse en la zona, siempre que existan en España.
Las exclusiones que habitualmente afectan a esta modalidad son las siguientes:
El seguro de decesos surge como respuesta a una necesidad que incide especialmente en los segmentos medios y bajos
de la sociedad española de principios de siglo: tener resuelto el problema de su enterramiento y el de sus allegados en
condiciones dignas. Ya en los años veinte surgieron las primeras aseguradoras de este ramo que, progresivamente, van
separando su actividad de la mantenida por las funerarias.
Durante los años setenta, el ramo va configurándose netamente como un seguro de servicios, y a finales de esta década
se incorporan al seguro prestaciones de asistencia (traslado internacional en caso de fallecimiento, repatriación sanitaria,
ambulancia, gastos sanitarios, etc.) que modernizan y perfeccionan esa prestación que los seguros genéricos de asistencia
no ofrecen: la cobertura de enterramiento en toda su amplitud.
Ya en los ochenta, el ramo se presentaba bajo denominaciones como "Seguro Combinado de Asistencia Familiar" o
integrado junto con coberturas de asistencia en pólizas multirriesgo del hogar.
1. Por el seguro de decesos el asegurador se obliga, dentro de los límites establecidos en este título y en el contrato,
a prestar los servicios funerarios pactados en la póliza para el caso en que se produzca el fallecimiento del
asegurado. El exceso de la suma asegurada sobre el coste del servicio prestado por el asegurador corresponderá
al tomador o, en su defecto, a los herederos.
2. En el supuesto de que el asegurador no hubiera podido proporcionar la prestación por causas ajenas a su
voluntad, fuerza mayor o por haberse realizado el servicio a través de otros medios distintos a los ofrecidos por
la aseguradora, el asegurador quedará obligado a satisfacer la suma asegurada a los herederos del asegurado
fallecido, no siendo responsable de la calidad de los servicios prestados.
3. En caso de concurrencia de seguros de decesos en una misma aseguradora, el asegurador estará obligado a
devolver, a petición del tomador, las primas pagadas de la póliza que haya decidido anular desde que se produjo
la concurrencia.
5. La oposición a la prórroga del contrato sólo podrá ser ejercida por el tomador”.
Es bien conocido que el fallecimiento en nuestra sociedad, además de una carga económica, lleva implícito un conjunto de
trámites y procesos para llevar a cabo la inhumación -por enterramiento o incineración- de la persona fallecida que, en
general, son complejos, molestos y costosos, mucho más en momentos como el indicado. Es en estas circunstancias
cuando se aprecia lo que puede significar que mediante una simple llamada telefónica alguien lleve a cabo todas las
gestiones, coordine los servicios necesarios y se haga cargo del coste de todo el proceso.
Este es el auténtico sentido de la cobertura del seguro de decesos que, en el contrato, queda descrita como garantía de
prestación del servicio fúnebre contratado, al fallecimiento de cada uno de los asegurados que figuran en dicho contrato,
cualquiera que sea la causa de la defunción.
Si la prestación del citado servicio no fuese posible, el asegurador se compromete a resarcir los gastos ocasionados como
consecuencia de tal servicio, abonando el importe del valor contratado.
- Lápidas.
- Otros gastos, como derechos parroquiales, registro, recordatorios, coronas, automóviles de acompañamiento, etc.
- Servicio de ambulancia.
- Traslado nacional en caso de fallecimiento fuera del domicilio donde reside habitualmente el asegurado fallecido.
- Traslado a cementerio situado en localidad diferente del lugar de residencia habitual del asegurado.
o Traslado internacional
o Traslado en ambulancia.
o Repatriación sanitaria.
Antes de la celebración de un contrato de seguro de decesos, en cualquiera de sus modalidades de cobertura, se deberá
hacer entrega al tomador del seguro de una nota informativa redactada de forma clara y precisa, con el siguiente contenido:
1. En función de cuál sea la modalidad del seguro de decesos que se está ofertando:
b) Definición de la modalidad que se está ofertando, características y método de cálculo de la prima inicial.
2. Para cualquiera de las modalidades del seguro de decesos que se está ofertando:
a) Identificación de los factores de riesgo objetivos a considerar en la tasa de prima a aplicar en las sucesivas
renovaciones de la póliza: edad del asegurado, variaciones en el capital asegurado, evolución en los costes de
los servicios funerarios u otros.
1. Detalle de la evolución previsible de las primas comerciales anuales a partir de la edad del asegurado en
el momento de la contratación de la póliza, expresadas en tasas sobre 1.000 euros de capital asegurado
inicial.
c) Información sobre las actualizaciones de capitales asegurados y de primas a aplicar en las renovaciones y
plazo previo al vencimiento y forma en la que se van a realizar las comunicaciones al tomador del seguro.
d) Garantías accesorias opcionales a la cobertura de decesos que se ofrecen en la misma póliza, con indicación
del importe de la prima correspondiente a cada una de ellas cuando correspondan a otro ramo de seguro.
g) Existencia, o no, del derecho de rehabilitación de la póliza y normas por las que se rige, en su caso.
Las condiciones generales de las pólizas prevén en muchos casos períodos de carencia, de veinte días a tres meses, en
lo que se refiere a la garantía de prestación del servicio fúnebre contratado.
Sin embargo, existen aseguradores que han prescindido del citado período de carencia y otros lo suprimen, haciéndolo
constar en las condiciones particulares.
En principio, la prestación de los servicios amparados por la garantía de decesos está limitada en su cuantía a la suma
asegurada que se establece en el contrato. Por esta razón, es necesario que dicha suma sea suficiente para prestar un
servicio digno y de calidad. Además, es importante tener en cuenta que la valoración económica del servicio de
enterramiento varía según el Municipio de que se trate.
A título enunciativo, las prestaciones mínimas que debe incluir un servicio básico suelen ser las siguientes:
- Coche fúnebre para el traslado del difunto hasta el lugar de inhumación o incineración.
- Asistencia eclesiástica.
En caso de incineración, el arca deberá ser la adecuada al efecto y en el servicio se incluye una urna destinada a recoger
las cenizas del finado. La descripción del servicio generalmente se incluye en las condiciones del contrato.
En caso de que se produzca la variación citada, la aseguradora está obligada a ponerlo en conocimiento del tomador del
seguro, proponiéndole la consiguiente modificación del contrato.
Si la rechaza, el contrato se mantendrá en igual situación y si ocurre el siniestro, el límite máximo de la prestación será el
valor del servicio que figure en el contrato. Si la acepta, expresa o tácitamente, la aseguradora procederá a reajustar la
suma asegurada y la prima.
El tomador podrá rescindir el seguro en cualquier anualidad si media preaviso mínimo de un mes de antelación a la fecha
de vencimiento del contrato. El Asegurador en ningún caso podrá oponerse a la prórroga del contrato para la cobertura de
decesos. Esta cláusula significa una salvaguardia para el Asegurado que, en ningún caso, podrá ser privado de cobertura
por motivos de edad avanzada o de deficiente estado de salud.
Las tarifas aplicadas en el ramo de decesos, al ser éste un riesgo creciente dependiente de la edad del Asegurado, tienen
un punto de contacto con las bases técnicas y actuariales del seguro de vida. Las primas de decesos se elaboran
dependiendo también de la edad y, por tanto, también se apoyan en tablas de mortalidad.
A fin de conseguir primas estables, las tarifas que se aplican mayoritariamente están elaboradas sobre la base de
"nivelación de primas". Así, la prima calculada en el momento de la contratación se mantiene a lo largo del seguro (salvo
actualizaciones o revalorizaciones).
Conviene, sin embargo, tener en cuenta que existen algunos aseguradores que utilizan una fórmula diferente: la
denominada "prima seminatural".
Este sistema de cálculo de la tarifa se traduce en incrementos automáticos de las primas cada cinco años, con
independencia del costo del servicio, en función de la edad real de los asegurados, es decir, cada cinco años el costo del
seguro se incrementa para cada asegurado, aun en el caso de que la suma asegurada no varíe. Esto significa que aunque
se parta de una prima más reducida, ésta progresivamente se va incrementando hasta cotas muy altas, precisamente en
los tramos de edades más avanzadas donde se da una doble circunstancia: menor disponibilidad económica y mayor
necesidad del seguro por parte de los asegurados.
Por estas razones, entre otras, los aseguradores con más peso en el ramo consideran esta forma de construir las primas
poco adecuadas para el cliente.
- Por módulos de capitales asegurados y su correspondiente prima en función de las edades de contratación.
La prima conjunta del seguro será el resultado de sumar las primas individuales de cada persona que esté cubierta por el
contrato, más las coberturas opcionales que se contraten.
Sin perjuicio de las denominaciones comerciales que utilicen las aseguradoras, se definen las siguientes categorías de
productos de seguros de decesos en función de sus estructuras tarifarías:
Aquellos en los que la tasa permanece constante en función de la edad del asegurado en el momento de la contratación
inicial de la póliza y, por ello, la prima no varía a lo largo de toda la duración de la póliza salvo que se modifiquen los capitales
asegurados.
Este tipo de prima también es denominado "prima constante" por su inalterabilidad durante toda la vida del contrato,
independientemente de que el riesgo sufra variaciones. Por eso, los productos con prima nivelada son los que su tarifa
permanece constante en función de la edad del asegurado en el momento de la contratación inicial de la póliza y, por ello,
la prima no varía a lo largo de toda la duración de la póliza salvo que se modifiquen los capitales asegurados.
Aquellos en los que la tasa varía en cada anualidad de renovación de la póliza en función de la mayor edad del asegurado
y, por ello, la prima anual varía de forma creciente independientemente de la modificación que se aplique a los capitales
asegurados.
La prima natural es la correspondiente a cada anualidad natural, de manera que es la más utilizada en la estructura de los
seguros de vida, ya que en base a la propia esencia de esta modalidad de prima, en base al aumento del riesgo con el paso
de los años y al aumento de edad del asegurado, se va aumentando el riesgo (muerte) y por tanto, las primas van
aumentando con cada anualidad.
Aquellos en los que la tasa varía cada cierto número de años en función de la edad que tenga en ese momento el asegurado
hasta alcanzar la edad de 60 años y, por ello, la prima varía de forma creciente al final de cada uno de los periodos de años
considerados independientemente de la modificación que se aplique a los capitales asegurados.
Es un producto a prima nivelada que se tarifica con un horizonte temporal limitado (normalmente cinco años) en lugar de
tomar como horizonte temporal toda la vida del asegurado como se hace en los productos a prima nivelada puros.
En consecuencia, el reajuste o actualización anual de la prima, se determina, cada cinco años, mediante la aplicación de la
tasa correspondiente a la mayor edad del asegurado sobre los nuevos capitales asegurados.
• LA LEY DE DEPENDENCIA
La entrada en vigor de la Ley 39/2006 de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las
Personas en Situación de Dependencia (Ley de Dependencia) se vino a reconocer el derecho de los ciudadanos a ser
atendidos por parte del Estado.
• PERSONA DEPENDIENTE
Según el Consejo de Europa, “es dependiente la persona que, por razones ligadas a la falta o pérdida de capacidad física,
psíquica o intelectual, tiene necesidad de una asistencia y/o ayuda importante para la realización de sus actividades de la
vida diaria.”
Para la Dependencia, estas actividades de la vida diaria de determina que son las “básicas”, es decir, levantarse, vestirse,
ir al servicio, lavarse, comer, caminar…; cuando no se pueden hacer por si sólo dos de cualquiera de éstas actividades
básicas, se dice puede determinar que se es Dependiente.
Este tipo de seguro ha sido creado por el reglamento del IRPF porque su principal destino es incentivar el ahorro fiscalmente
para este tipo de contingencias. Así –y como veremos más extensamente en el apartado de la fiscalidad del seguro de vida-
el nuevo IRPF da al seguro de dependencia el mismo trato que a los planes de pensiones y a los planes de previsión
asegurados.
LOSSEAR ha venido a modificar la LCS en cuanto al Seguro de Dependencia y así introduce una nueva redacción del
artículo ciento seis ter. Y determina que:
2. A los efectos de este artículo, se entiende por situación de dependencia la prevista en la normativa reguladora de
la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia.
4. La oposición a la prórroga del contrato sólo podrá ser ejercida por el tomador.
- Este tipo de seguro que se ha creado en España es para ser contratado por asegurados sanos, es decir, que
contraten una expectativa o hipótesis de ser dependiente algún día. Otra modalidad de seguro de dependencia, el
que es para ser contratado por personas ya dependientes, es muy típico en otros países como el Reino Unido, pero
no en España.
- Por otro lado, estos seguros varían en función del importe de la renta mensual vitalicia que desee recibir y la edad
del asegurado.
- Los seguros de dependencia reciben el mismo régimen fiscal que los planes de pensiones si cumplen los siguientes
requisitos:
o La contingencia cubierta debe ser exclusivamente el riesgo de dependencia severa o gran dependencia.
o Su cónyuge.
- Gran Dependencia, cuando el asegurado sufre un estado de limitación física o psíquica irreversibles, y requiere de
auxilio permanente de otra persona. Aquí, el asegurado recibirá el 100% de la renta vitalicia mensual contratada.
- Dependencia Severa, ofrece las mismas limitaciones que la gran dependencia, pero el dependiente no
necesita apoyo permanente. Esta modalidad pagará el 50% de la renta vitalicia mensual contratada por el asegurado
mientras éste viva.
Otras prestaciones que brinda el Seguro de Dependencia es la prestación gratuita de servicios de cobertura asistencial,
hasta que cumpla 75 años, aunque no haya sufrido ninguno de los casos de dependencia mencionados.
Además, de fallecer antes de los 75 años, y sin haber sufrido un estado de dependencia, los beneficiarios recibirán el importe
de todas las primas pagadas.
En determinadas pólizas viene incluida una cláusula de indemnización por el Consorcio de Compensación de Seguros de
las pérdidas derivadas de acontecimientos extraordinarios acaecidos en España.
De conformidad con lo establecido en los artículos 6 y 8 del Estatuto legal del Consorcio de Compensación de Seguros,
aprobado por el Real Decreto Legislativo 7/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido del
Estatuto Legal del Consorcio de Compensación de Seguros, el tomador de un contrato de seguro de los que deben
obligatoriamente incorporar recargo a favor de la citada Entidad Pública Empresarial, mencionados en el artículo 7 del
mismo Estatuto legal, tiene la facultad de convenir la cobertura de los riesgos extraordinarios con cualquier Entidad
aseguradora que reúna las condiciones exigidas por la legislación vigente.
1. El Consorcio, en materia de riesgos extraordinarios, tendrá por objeto indemnizar, en la forma establecida en este
Estatuto Legal, en régimen de compensación, las pérdidas derivadas de acontecimientos extraordinarios
acaecidos en España y que afecten a riesgos en ella situados.
Igualmente, serán indemnizables por el Consorcio los daños personales derivados de acontecimientos
extraordinarios acaecidos en el extranjero cuando el asegurado de la póliza tenga su residencia habitual en
España.
A estos efectos, serán pérdidas los daños directos en las personas y los bienes, así como, en los términos y con
los límites que reglamentariamente se determinen, la pérdida de beneficios como consecuencia de aquéllos. Se
entenderá, igualmente en los términos que reglamentariamente se determinen, por acontecimientos
extraordinarios:
a. Los siguientes fenómenos de la naturaleza: terremotos y maremotos, las inundaciones extraordinarias, las
erupciones volcánicas, la tempestad ciclónica atípica y las caídas de cuerpos siderales y aerolitos.
b. Los ocasionados violentamente como consecuencia de terrorismo, rebelión, sedición, motín y tumulto popular.
c. Hechos o actuaciones de las Fuerzas Armadas o de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en tiempo de paz.
c. Los bienes muebles que se encuentren en un inmueble situado en España, estén o no cubiertos por la misma
póliza de seguro, excepto aquellos que se encuentren en tránsito comercial.
e. En los demás casos, cuando el tomador del seguro tenga su residencia habitual en España o, si fuera una
persona jurídica, tenga en España su domicilio social o la sucursal a que se refiere el contrato.
Según el art. 6 del R.D. 300/2004, de 20 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento del seguro de riesgos
extraordinarios, quedan excluidos de cobertura por el Consorcio de Compensación de Seguros y, por tanto, no serán
amparados por éste, los daños o siniestros siguientes:
a. Los que no den lugar a indemnización según la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro.
b. Los ocasionados en personas o bienes asegurados por contrato de seguro no incluido entre los mencionados
en el artículo 4.
d. Los producidos por conflictos armados, aunque no haya precedido la declaración oficial de guerra.
e. Los derivados de la energía nuclear, sin perjuicio de lo establecido en la Ley 25/1964, de 29 de abril, reguladora
de energía nuclear. No obstante lo anterior, sí se entenderán incluidos todos los daños directos ocasionados
en una instalación nuclear asegurada, cuando sean consecuencia de un acontecimiento extraordinario que
afecte a la propia instalación.
f. Los debidos a la mera acción del tiempo y, en el caso de bienes total o parcialmente sumergidos de forma
permanente, los imputables a la mera acción del oleaje o corrientes ordinarios.
g. Los producidos por fenómenos de la naturaleza distintos a los señalados en el artículo 1 y, en particular, los
producidos por elevación del nivel freático, movimiento de laderas, deslizamiento o asentamiento de terrenos,
desprendimiento de rocas y fenómenos similares, salvo que estos fueran ocasionados manifiestamente por la
acción del agua de lluvia que, a su vez, hubiera provocado en la zona una situación de inundación
extraordinaria y se produjeran con carácter simultáneo a dicha inundación.
h. Los causados por actuaciones tumultuarias producidas en el curso de reuniones y manifestaciones llevadas a
cabo conforme a lo dispuesto en la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del Derecho de Reunión,
así como durante el transcurso de huelgas legales, salvo que las citadas actuaciones pudieran ser calificadas
como acontecimientos extraordinarios conforme al artículo 1.
j. Los derivados de siniestros cuya ocurrencia haya tenido lugar en el plazo de carencia establecido en el artículo
8.
k. Los correspondientes a siniestros producidos antes del pago de la primera prima o cuando, de conformidad
con lo establecido en la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro, la cobertura del Consorcio de
Compensación de Seguros se halle suspendida o el seguro quede extinguido por falta de pago de las primas.
l. Los indirectos o pérdidas derivadas de daños directos o indirectos, distintos de la pérdida de beneficios
delimitada en este reglamento. En particular, no quedan comprendidos en esta cobertura los daños o pérdidas
sufridas como consecuencia de corte o alteración en el suministro exterior de energía eléctrica, gases
combustibles, fuel-oil, gas-oil u otros fluidos, ni cualesquiera otros daños o pérdidas indirectas distintas de las
citadas en el párrafo anterior, aunque estas alteraciones se deriven de una causa incluida en la cobertura de
riesgos extraordinarios.
m. Los siniestros que por su magnitud y gravedad sean calificados por el Gobierno de la Nación como de
catástrofe o calamidad nacional.
Para el cumplimiento por el Consorcio de sus funciones en materia de compensación de pérdidas derivadas de
acontecimientos extraordinarios, es obligatorio el recargo en su favor en los siguientes ramos:
a. Por lo que se refiere a los seguros de personas, el ramo de vida, en los contratos que garanticen exclusiva o
principalmente el riesgo de fallecimiento, incluidos los que prevean, además, indemnizaciones pecuniarias por
invalidez permanente o incapacidad temporal, en los términos y modalidades que reglamentariamente se
determinen; y el ramo de accidentes, en los contratos que garanticen el riesgo de fallecimiento o prevean
indemnizaciones pecuniarias por invalidez permanente o incapacidad temporal.
b. Por lo que se refiere a seguros de cosas, los ramos de vehículos terrestres, vehículos ferroviarios, incendio y
elementos naturales, otros daños a los bienes y pérdidas pecuniarias diversas, así como las modalidades
combinadas de éstos, o cuando se contraten de forma complementaria.
Se entienden incluidas, en todo caso, e igualmente en los términos que reglamentariamente se determinen,
las pólizas de vida o accidentes que cubran los riesgos antes citados amparados en un plan de pensiones
formulado conforme al Texto Refundido de la Ley de regulación de los planes y fondos de pensiones, aprobado
por el Real Decreto Legislativo 1/2002, de 29 de noviembre, así como las pólizas que cubran daños a las
instalaciones nucleares.
El artículo 8 dispone:
1. El Consorcio estará obligado a satisfacer las indemnizaciones derivadas de siniestros producidos por
acontecimientos extraordinarios a los asegurados que hayan satisfecho los correspondientes recargos en favor de
aquel y se encuentren en alguna de las situaciones siguientes:
a. Que el riesgo extraordinario cubierto por el Consorcio no esté amparado por póliza de seguro.
b. Que, aun estando amparado por póliza de seguro, las obligaciones de la entidad aseguradora no pudieran ser
cumplidas por haber sido declarada judicialmente en concurso o que, hallándose en una situación de
insolvencia, estuviese sujeta a un procedimiento de liquidación intervenida o esta hubiera sido asumida por el
propio Consorcio.
Esta obligación se limitará a las indemnizaciones que proceda abonar conforme a la ley española de contrato de seguro.
3. En todas las pólizas incluidas en el artículo anterior figurará una cláusula de cobertura por el Consorcio de los riesgos
extraordinarios, en la que se hará referencia expresa a la facultad para el tomador del seguro de cubrir dichos riesgos
con aseguradores que reúnan las condiciones exigidas por la legislación vigente. Dicha cláusula será aprobada por
la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, a propuesta del Consorcio, y se publicará en el Boletín
Oficial del Estado.
4. Reglamentariamente, para los casos y en las condiciones que se determinen, podrá establecerse un período de
carencia.
5. En los seguros contra daños, el Ministro de Economía y Hacienda, a propuesta del Consorcio, podrá fijar una
franquicia a cargo del asegurado para los supuestos en que el Consorcio tenga la obligación de indemnizar.
La cobertura de los riesgos extraordinarios alcanzará a los mismos bienes o personas, así como las mismas sumas
aseguradas que se hayan establecido en las pólizas de seguro a efectos de la cobertura de los riesgos ordinarios.
Quedan admitidos para la cobertura de riesgos extraordinarios los pactos de inclusión facultativa que incorporan los
siguientes tipos de seguro, siempre que éstos se apliquen a la cobertura de los riesgos ordinarios, y en sus mismos términos:
Asimismo, en los seguros de vida que, de acuerdo con lo previsto en el contrato, y de conformidad con la normativa
reguladora de los seguros privados, generen provisión matemática, la cobertura de riesgos extraordinarios por el Consorcio
de Compensación de Seguros se referirá a los capitales en riesgo para cada asegurado, es decir, a la diferencia entre las
sumas aseguradas y las provisiones matemáticas que, de conformidad con la normativa citada, la entidad aseguradora que
hubiera emitido la póliza deba tener constituidas.
En estos contratos, el importe correspondiente a dichas provisiones matemáticas deberá ser satisfecho, en caso de siniestro
de carácter extraordinario, por la mencionada entidad aseguradora.
• Franquicia
- En los seguros contra daños en las cosas, de un siete por ciento de la cuantía de los daños indemnizables producidos
por el siniestro. No obstante, tal franquicia no será de aplicación a los daños que afecten a vehículos asegurados por
póliza de seguro de automóviles, viviendas y comunidades de propietarios de viviendas.
El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, cuando las circunstancias lo aconsejen, y previo informe del
Consorcio de Compensación de Seguros, podrá modificar el importe de la franquicia establecido.
• Plazo de carencia
No quedarán cubiertos por el seguro de riesgos extraordinarios los daños y pérdidas derivadas de los fenómenos de la
naturaleza que afecten a bienes asegurados por pólizas cuya fecha de emisión o de efecto, si fuera posterior, no preceda
en siete días naturales a aquel en que ha ocurrido el siniestro.
- El plazo de carencia se aplicará cualquiera que sea la duración de la póliza, así como, en su caso, a los seguros
instrumentados mediante carta de garantía. No obstante, en los supuestos de seguros de duración igual o inferior a
siete días, el período de carencia comenzará a contarse desde la fecha de contratación de la póliza.
• Valoración
La valoración de las pérdidas derivadas de los acontecimientos extraordinarios se realizará por el Consorcio de
Compensación de Seguros, sin que éste quede vinculado por las valoraciones que, en su caso, hubiese realizado la entidad
aseguradora que cubriese los riesgos ordinarios.
• Tarifas de recargos
Las tarifas de recargos del seguro de riesgos extraordinarios que deben satisfacer obligatoriamente los asegurados al
Consorcio de Compensación de Seguros, que deberán ser individualizadas para la cobertura de los daños directos y para
la de la pérdida de beneficios, serán aprobadas por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones a propuesta
del Consorcio de Compensación de Seguros y se publicarán en el Boletín Oficial del Estado.
Las citadas tarifas deberán respetar los principios de equidad y suficiencia fundados en las reglas de la técnica aseguradora,
y estar basadas en principios de compensación entre tipos de bienes o de riesgos, zonas geográficas y grados de
exposición.
Aunque el Seguro Agrario es un Seguro de Daños, dada sus especiales particularidades se va a tratar en este apartado de
“Seguros Especiales” pues es, sin duda, un instrumento de especial importancia en el desarrollo de la política de ordenación
y mejora de la producción agraria, ya que constituye un sistema equitativo y justo de compensación al Sector Agrario, en
caso de imprevistos, estabilizando los ingresos de los asegurados a través de las indemnizaciones correspondientes, y hace
posible el desarrollo de cultivos y aprovechamientos ganaderos que no serían viables sin una producción mínima asegurada.
Esta modalidad de seguros es, hoy en día y según cifras del Informe anual de la DGSFP, el segundo de mayor producción
en España después del seguro de automóviles.
Las pólizas y tarifas correspondientes a estos seguros únicamente podrán suscribirse a través de las entidades integradas
en el cuadro de coaseguro de la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados,
S.A.
1. Este seguro será de aplicación a las producciones agrícolas, pecuarias y forestales, y se ajustará a los siguientes
principios:
- Su ámbito de aplicación comprenderá todo el territorio del Estado español, y la gestión y administración se
realizará con criterios de descentralización de la administración de la agricultura, sin perjuicio de lo que sobre
las mismas dispongan los estatutos de las Comunidades Autónomas.
- Su suscripción será voluntaria por parte de los agricultores, excepto en los supuestos que la propia Ley
contempla.
- Las pólizas acogidas al régimen de la presente Ley podrán ser individuales y colectivas, en la forma que más
adelante se indica.
- El Estado velará por el control, extensión y aplicación del seguro, disponiendo para este fin de los medios e
instrumentos a que se refiere esta Ley.
- Se buscará la mayor participación de los agricultores a través de sus propias asociaciones y organizaciones
profesionales, sindicales, o de cualquier otra forma de agrupación legalmente reconocida.
- El Estado fomentará prioritariamente la constitución de entidades mutuales de los agricultores para este tipo de
seguro y procurará la colaboración de las demás entidades aseguradoras y de las cooperativas del campo.
- El Estado orientará la aplicación de los planes de seguros agrarios como instrumento de una política de
ordenación agraria.
2. Los riesgos cuya cobertura atenderán los seguros agrarios serán los daños ocasionados en las producciones
agrícolas, ganaderas, forestales y acuícolas a causa de variaciones anormales de agentes naturales, siempre y
cuando los medios técnicos de lucha preventiva normales no hayan podido ser utilizados por los afectados por causas
no imputables a ellos o hayan resultado ineficaces, y serán: pedrisco, incendio, sequía, heladas, inundaciones, viento
huracanado o viento cálido, nevadas, escarchas, exceso de humedad, plagas y enfermedades y otras adversidades
climáticas.
3. El Gobierno, a propuesta de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios, establecerá anualmente el plan de seguros
combinados que se regula en esta Ley, concretando la aplicación progresiva de la misma en cuanto a clases de
riesgos, zonas de producción y ramas del seguro, así como las aportaciones del Estado de acuerdo con las
disponibilidades presupuestarias, pudiendo, en su caso, ampliar la relación de los riesgos previstos.
4. En la elaboración del plan anual habrán de participar las Cámaras Agrarias y las organizaciones y asociaciones, tanto
profesionales como sindicales, de los agricultores.
6. Las pólizas del seguro contendrán como declaración las cosechas estimadas a obtener por cada agricultor en todas
y cada una de sus explotaciones aseguradas, valoradas a los precios unitarios que determine el Ministerio de
Agricultura, oídas las organizaciones y asociaciones de agricultores, para cada campaña. Los modelos de pólizas,
bases técnicas y tarifas de primas de los seguros comprendidos en los Planes Anuales de Seguros Agrarios
Combinados aprobados por el Gobierno, se ajustarán al régimen previsto en la norma.
7. Las aportaciones del Estado al importe global de las primas a satisfacer por los agricultores se fijarán atendidas a las
circunstancias de cada zona y cultivo, protegiéndose en todo caso a los agricultores de economía más modesta y
primándose las pólizas colectivas, fijándose el porcentaje de las aportaciones por escalones, según el valor de la
producción y excluyéndose aquéllas que no requieran por su suficiencia económica. En todo caso, el importe de la
aportación del Estado no podrá ser superior al 50 %, ni inferior al 20 %, del total anual de las primas.
8. El Gobierno, a propuesta de los Ministerios de Agricultura y de Hacienda, establecerá las normas que han de regir
los sistemas de peritación, así como las condiciones que han de reunir los peritos tasadores. El establecimiento de
los sistemas de peritación se realizará con la participación de los representantes de las organizaciones y asociaciones
de agricultores y de las entidades aseguradoras.
Las indemnizaciones por los siniestros ocurridos serán abonadas a los agricultores al finalizar la recolección de sus
cosechas, a los tres meses en los siniestros ocurridos a la ganadería y a los seis meses en el caso de producciones
forestales, no pudiendo percibir cada asegurado más que una sola indemnización por todos los siniestros ocurridos en su
cultivo o explotación, como suma de los correspondientes daños sufridos.
Este tipo de seguro tiene por objeto prestar al arrendador la defensa jurídica de sus derechos e intereses en relación con la
vivienda o local asegurados y resarcirle de los gastos y perjuicios económicos derivados del impago de la renta por parte
del inquilino o arrendatario, así como de los perjuicios materiales que éste pueda causar en el continente de la vivienda o
local.
Se asegura al arrendador que tenga suscrito un contrato de alquiler regulado por la vigente Ley de Arrendamientos Urbanos,
ya sea de una o más viviendas o locales de negocio, de los que sea legítimo propietario o usufructuario.
Como regla general, tratándose de hechos que tengan una misma causa serán considerados, a los efectos del seguro,
como un siniestro único.
Asimismo, los impagos de rentas cubiertos y causados por un mismo inquilino o arrendatario, aunque se produzcan en
fechas distintas, son normalmente también considerados, a los efectos del seguro, como un siniestro único.
También se considerarán habitualmente como un solo siniestro, a todos los daños por actos vandálicos al continente
cubiertos e imputables a un mismo inquilino o arrendatario, con independencia de que hayan podido causarse en fechas
distintas.
Con carácter general, se garantiza la defensa o reclamación de los derechos del Asegurado, en vía judicial, en los conflictos
directamente relacionados con el contrato de arrendamiento en vigor de las viviendas o locales descritas en la póliza y
regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos.
Asimismo, lo más habitual es que se garanticen los juicios de desahucio por falta de pago o por obras no consentidas
cuando el Asegurado sea demandante. La reclamación de las rentas impagadas queda también garantizada, siempre que
el deudor no sea insolvente según declaración judicial.
En muchas ocasiones es habitual excluir aquellos litigios cuya cuantía sea inferior a una cantidad concreta que en la mayoría
de los casos es de 300,00 euros.
Asimismo habitualmente se garantiza la defensa o reclamación de los intereses del Asegurado, tanto por vía amistosa como
judicial, en caso de incumplimiento contractual de otras Aseguradoras privadas y del Consorcio de Compensación de
Seguros, al objeto de hacer efectivos los derechos que en general se deriven de las pólizas de seguro en vigor durante el
tiempo de validez del contrato, que tenga concertadas o de las que sea beneficiario en relación con la vivienda o local
designados en la póliza.
En este último supuesto es habitual que se incluya también la reclamación, previa justificación documental por el Asegurado
de haber declarado el siniestro dentro de plazo y haber reclamado, de forma fehaciente y sin resultado satisfactorio, sus
daños así como el pago de los honorarios por los peritajes contradictorios previstos en dichas pólizas de seguro, en la parte
que en ellas se fije a cargo del Asegurado.
Habitualmente se garantiza la defensa de la responsabilidad penal del Asegurado, como arrendador de la vivienda o local
descritos en el contrato a excepción de los hechos voluntariamente causados por el Asegurado o aquellos en que concurra
dolo o culpa grave por parte de éste, según sentencia judicial firme.
Normalmente se garantiza la reclamación al tercero responsable identificable, tanto por vía amistosa como judicial, de los
daños ocasionados a la vivienda o local designados en la póliza y a las cosas muebles ubicadas en su interior propiedad
del Asegurado, incluso los causados dolosamente, siempre que no sean consecuencia del incumplimiento de una relación
contractual específica entre el Asegurado y el responsable de los daños.
Se suele garantizar la reclamación por incumplimiento de los contratos de servicios de reparación o mantenimiento de las
instalaciones de la vivienda o local, tanto por vía amistosa como judicial, cuando el pago de tales servicios corresponda
íntegramente y haya sido satisfecho por el Asegurado.
Se garantiza la defensa de los derechos del Asegurado como propietario o usufructuario de la vivienda o local designados
en la póliza.
Normalmente esta garantía comprende – en base a una distancia no superior a 100 metros normalmente-:
- La reclamación a sus vecinos, situados a distancia por infracción de normas legales relativas a emanaciones de
humos o gases, higiene, ruidos persistentes y actividades molestas, nocivas o peligrosas.
- La defensa y reclamación de sus intereses en los conflictos con sus vecinos, por cuestiones de servidumbres de paso,
luces, vistas, distancias, lindes y medianerías.
- La defensa y reclamación de sus intereses frente a la comunidad de propietarios del inmueble en que se halle la
vivienda o local, siempre que esté al corriente de pago de las cuotas legalmente acordadas.
Es habitual excluir de todas estas coberturas los hechos voluntariamente causados por el Asegurado o aquellos en que
concurra dolo o culpa grave por parte de éste, según sentencia judicial firme.
En la práctica común, se incluye un servicio de abogado a disposición del Asegurado, para que le informe telefónicamente,
en prevención de cualquier litigio, sobre el alcance de los derechos que, con carácter general, le asistan en su calidad de
arrendador, así como de la forma en que mejor puedan defenderse.
• Impago de alquileres
Como cobertura principal está que la aseguradora asuma, hasta un límite del importe (lo normal es el 100%) de la Suma
Asegurada y con un límite máximo temporal (suele ser de 12 meses de renta para las viviendas o de 6 meses para los
locales arrendados e incluidos en la póliza), el impago del alquiler por parte del inquilino o arrendatario.
Si se determina una “franquicia”, será a cargo del Asegurado la primera mensualidad de renta impagada en el caso de las
viviendas y las dos primeras mensualidades impagadas en el caso de los locales, siendo por cuenta del Asegurador, hasta
los límites garantizados, el exceso sobre tal franquicia.
La aseguradora asume normalmente hasta el 100% de la Suma Asegurada, a Valor de Nuevo, y siempre que exista un
siniestro indemnizado con cargo a la cobertura de impago de alquileres, los deterioros inmobiliarios y/o el robo del continente
de la vivienda o local asegurados, causados por el inquilino o arrendatario como consecuencia de actos de vandalismo o
malintencionados y que se constaten tras su desalojo o marcha de la vivienda o local, comparando el estado de los mismos
con aquel en que se encontraba cuando el inquilino o arrendatario formalizó el contrato de arrendamiento.
Se suele establecer una pequeña franquicia en esta garantía a cargo del Asegurado de (300,00 euros por siniestro) siendo
por cuenta del Asegurador, hasta el límite garantizado, el exceso sobre tal franquicia.
a. Las tasas, derechos y costas judiciales derivadas de la tramitación de los procedimientos cubiertos.
d. Los gastos notariales y de otorgamiento de poderes para pleitos, así como las actas, requerimientos y demás
actos necesarios para la defensa de los intereses del Asegurado.
o Responder del pago de las costas judiciales, con exclusión de indemnizaciones y multas.
9.7.3. EXCLUSIONES
Normalmente se excluye expresamente de la garantía el impago de alquileres cuando tal impago sea:
b. Consecutivo a acuerdos de carácter general adoptados por una asamblea u organismo representativo de los
inquilinos o arrendatarios.
c. Consecuencia de un incendio, explosión, daños por agua, robo o cualquier daño que afecte a la solidez del
inmueble.
b. Defecto propio.
c. Vicio de construcción.
d. Su defectuosa conservación.
e. Daños o gastos de cualquier naturaleza ocasionados como consecuencia de pintadas, rascadas, arañazos,
rayadas, raspaduras, inscripciones, pegado de carteles y hechos análogos.
f. También quedan excluidos los trabajos habitualmente necesarios para mantener en uso los bienes.
En cuanto a los gastos cubiertos con esta modalidad de seguro, se excluyen habitualmente:
o Las indemnizaciones e intereses de ellas derivados y las multas o sanciones que se impusieran al Asegurado.
Los gastos que procedan de una acumulación o reconvención judicial, cuando se refieran a materias no comprendidas en
las coberturas garantizadas.