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/Viario eo/ése 163

La gestión de la demanda global como instrumento de intervención política


busca sobre todo reducir la amplitud de las fluctuaciones (ciclos) económicas:
Keynes nunca pretendió ofrecer una teoría de desatToUo económico a largo
plazo. Su objetivo principal era encontrar una solución a los grandes ciclos
económicos (recesiones. depresiones) y principalmente, evitar que el mundo
recayera en una crisis como la de los años 1930. Las recomendaciones keyne~
sianas suelen haber sido aplicadas de manera inconecta, precisamente porque
no siempre se hace la distinción entre políticas anticíclicas (de "creación de em-
pleos.') y políticas de desarrollo económico. Un incremento de Ja demanda
global (pública) que no tenga contrapartida en el plano de la productividad del
trabajo. tiene por efecto sobre todo g~nerar la inflación o aumentar la deuda
pública.
Por su insistencia sobre la demanda global (exterior), la teoría de la base
económica deja poco lugar a los factores endógenos de desanollo regional.
Aunque es ciert o que las activ idades expo rtadoras de una región generan
dinero. suele ser necesario profundizar para comprender los factores que están
en la base de esta capacidad ele exportación. Es incluso posible inve11ir
completamente la lógica del modelo de la base económica, y afirmar que
ciertas actividades no exportadora s (como escuelas, hospitales o
universidades), están en la ba e de la dinámica local. Efectivamente, la
productividad de la mano de obra local depe nde. por ejemplo. de la salud o del
nivel de instrucción de los trabajadores.

Un asunto de escala espacial y de horizonte temporal


La apertura de una región está muy relacionada con el tamaño de ésta. Entre
más pequeña sea la región. más abierta será, dependiendo de lo que sucede
fuera de sus fromeras. Para las regiones ele tamaño reducido, la teoría de la base
econó mica sig ue s iendo un modelo útil para explicar el nivel de actividad de la
economía local. Pero a medida que las regiones van volviéndose más
complejas, más grandes, el valor de Ja teoría como modelo explicativo
di sminuye.
Todo depende también del hori zonte temporal que se adopte . Los análisis de
Ja base económica (de preferenci;:i apoyados por marcos intcrindustriales)
iguen siendo útiles para establecer las características de Ja econo mía de una
región. para evaluar el impacto probable de una entrada de recursos en un
co nt exto dado. Además. ti enen la ventaja de basarse en marcos técnicos

,
164 E 1·nnu111ía 11r/Ja11t1 y reg ional

operacionales. Sin embargo, si lo que se busca es saber cuál será el impacto a


largo plazo de un acontecimiento sob re el potencial de desanollo económico de
la región, habrá qu e trascender es te tipo de análi sis, lo que nos ll eva a
considerar los factores dinámicos del desarrollo económico.

En busca de los factores del desarrollo económico regional: contabilización


de las fuentes de crecimiento del ingreso regional por habitante

El exp licar porqué los habitantes de ciertos territorios. ya sean entidades


regionales o nacional es. son más ricos que otros, sigue siendo uno de los
mayores desafíos de la ciencia económica. Los e lementos de explicación no
siempre so n económi cos. La cuestión no se reduce a un modelo mate mático o
a relaciones cuantitativas. Si fuera senc ill a la respuesta, y si pudieran tomarse
fácilmente las medida adecuadas , no existirían países o regiones pobres.
El origen de las ciencias económ icas se enc uentra en el deseo de comprender
lo que hace la riqueza de los países, los pueblos o de las regiones. Recordemos la
obra de Adam Smith, publi cada en 1776. titulada: In quiry in to the Natu re al!d
Ca uses o.f the Wealth aj Notions. No pretendemos en este libro resumir todo lo que
se ha escrito desde entonces sobre Ja cuestión. Sin embargo, desde algunos años,
ha comenzado a surgir un tipo de consenso en tre los economistas acerca de los
principales factores que explican el crecimie nto económico a largo plazo2J. En
cierto modo, se trata de una revoluc ión del pensamiento económico.
Los primeros model os cuantificables del creci mi ento económico a largo plazo
hacían hincapi é en las inversiones en cap ital físico como principal factor de
crecimiento de la capacidad de producción de una econom ía. La - primeras
form ul aciones de esta tesis se deben a Harrod ( 1939) y a Domar (1946) . Otros
autores, corno Fuitado ( l 970). la ap licaron después al anális is de los países en
desanollo . Simplificando. puede dec irse que la tasa de inversión y la rel ac ión
"capital/producció n" son las variables explicativas ce ntrales de estos modelos. En
la medida en que la relación es co nstante, cualquier aumento de la inversión (y
por lo tanto del stock2 4 de capital) implica automáti camente, en principio, un

l3 Es impon ame record;u· que. en todo el libro. empkairn.>s como sinónimo los ¡¿rm in o> ··ctesarro ll o ...
"dc,arroll o eco nó mico" y ··crecimiento económico a lar·go plazo ...

24 Stocl- es pa labra del ing1¿, que los econom istas usan para des ignar el capital fí> ico ac umu!Jdo (fábr icas,
m6quin as. infraes tructura. etc.) que 'e encucmra en un territorio .

,
aumento de la producción global. Desde cierto punto de vista, podríamos hablar
de una extensión del esquema keynesiano. puesto que se proponen relaciones fija s
al mismo tiempo que se trata la inversión como variable clave del modelo. Sin
embargo, las teorías más recientes reconocen tanto la importancia del capital
humano como factores de producción más cualitativos: espíritu de empresa.
cohesión social, capacidad de innovación. etc. Entre los padres de esta revoluci ón
del pensamiento económico figuran los economistas americano E. Denison. S.
Kuznets y R. Solow2s.
En el fondo, lo que se propone es una redefinición del concepto de
inversión. Paralelamente, se tratará de extender la noción de factor de
producción a elementos que van más allá de la trilogía clásica capital. trabaj o.
tien-a. La definición del concepto de inversión -cualquier gasto corriente qu e
permita incrementar la productivid;\d y la capacidad de producción futuras- no
se limita en este sentido a las inversiones de capital físico, sino que debe tom ar
en cuenta las inversiones en capital humano , en forma de gastos de educación
y de capacitación, y cualquier otro desembolso que pueda incrementar la
productividad del trabajo (viajes. salud. etc.) . Pero la cuantificación rigurosa de
las inversiones en capital humano y su integración a los esquemas de
contabilidad económica continúan causando problemas, por lo que el término
in versión , empleado sin calificativo, sigue refiriéndose, en los hechos, a la
inversión física.
Volvamos al concepto de función de producción . ¿Cuál es efectivamente el
peso relativo de los factores clásicos de producción (capital y trabajo sobre todo)
en el proceso de crecimiento económico a largo plazo? Un incremento del
ingreso real por habitante significa que la economía (nacional o regional) logra
prod ucir más con el mismo número de insumos, más precisamente con el mi smo
nú mero de trabajadores. Suponemos por lo tanto que Ja cantidad de trabajo por
habitante sigue siendo relativamente estable por período largo o, por lo men os.
que existe un límite superior. Jo que está ampliamente conforme con la realidad .
Así, la producción por trabajador se vuelve la variable clave. ¿Por qué aumenta
la producción por trabajador? No hay muchas respuestas posibles: asignación
má eficaz de los recursos, aumento de la cantidad de capital por trabajador.
incrcmento de la eficacia de los trabajadores. progreso tecnol ógico.

2'i Para un tratamiento rcciemc de l e'tado de la in\'e,; tigación en materia de c reci mi ent o eco nómico. l'Cr
Bario y S:t la- i-Manin ( 1995) .
166 Eco110111tu ur/Jo1u1 y l"l'Mional

Para estimar las funcion es agregadas de producción (para los países, por
regla general), varios autores han intentado desmenuzar los elementos que dan

CUADRO 5.2 - Estimación de los factores sobre los cuales descansa el


crecimiento a largo plazo del ingreso real por persona (que trabaja)

Aporte de los diversos


factores•
Fuentes posibles de crecimiento del ingreso Peso•• E.E.U.U
1960-80

A. Crecimiento de los factores de producción 30%

1. Trabajo: número de unidades de trabajo -23


número de horas (normalizado) para eliminar el efecto
de las modificaciones en la calidad de la mano de obra
2. Educación y formación ++ 40
número de años de escolarización
3. Otros cambios cualitativos + 6
años de experiencia, salud; etc.
4. Capital + 9
número de unidades de capital (normalizado)
para tener en cuenta los cam bios cualitativos
5. Tierra -2
número de unidades de tierra

B. Incremento de la producción por insumo 70%


(productividad de los factores de producción)

6. Progreso de los conocimientos I cambio ++ 46


tecnológico
7. Mejor asignación de los recursos : éxodo rural + 4
8. Economías de escala I Dimensión del mercado + 20
nacional

Aporte del factor en cuestión sobre el alza del ingreso real para el periodo observado (incremento total= 100).
Este aporte varia de un país a otro y de una época a otra. Se tomaron datos de Estados Unidos a titulo
indicativo.
•· La simbología empleada para la lectura del aporte de cada factor es la siguiente:
-=contribución negativa o nula
+ = contribución positiva, sin embargo el aporte es rara vez superior a 25
++=contribución importante, el aporte puede ser mayor a 50.
.'viario Poli•se 167

origen al incremento a largo plazo de los ingresos reales por habitante. El


método fue aplicado primero por Deni son ( 1985). quien midió las fuentes del
crecimiento económico de los Estados Un idos en el período 1929-1 957 . El
método de Denison fue aplicado a distintos países, en general con resultados
comparables. El Cuadro 5.2 resume las conclusiones de los distintos estudios.
El enfoque metodológico de Denison es fundamentalmente un proceso
contable. Se comienza por calc ular el aumento en porcentaje del ingreso real en
el transcurso del período estudiado. Este aumento es imputado a dos fuentes posi-
bles: el incremento de la cantidad de insumos (A en el Cuadro 5.2). y el incre-
mento de la productividad de éstos (B). Llamemos x la contribución del aumento
de las unidades de trabajo (A. I) al incremento del ingreso. Se obtiene x multipli-
ca ndo el aumento en las unidades de trabajo (ponderado por las modificaciones
de la distribución de los trabajadores según edad, sexo y nivel de escolaridad) por
la parte de los ingresos del trabajo en el ingreso nacional. La mi sma operación
aplicada a las unidades de capital (A.4) nos da la contribución del capital al
incremento del ingreso nacional. El método nos permite así distinguir los cambios
puramente cuan titati vos (número de horas trabajadas, número de unidades de
trabajo) de los cambios cualitativos (nivel de escolaridad y de salud de la mano
de obra). Aquí radica el principal interés del método de Denison.
Todos los análisis de este tipo llegan a la conclusión de que los incrementos de
productividad por trabajador originan la mayor parte de los incrementos del
ingreso per cápita en el largo plazo, lo que no es sorprendente. La parte qu e e
atribuye a los incrementos de producti vidad puede superar 80% en algunos casos .
El impacto de la urbanización y de las economías de aglomeración se hace sentir
indirectamente a través de Jos factore s "mejor localización de los recursos·· y
"econom ía de escala". Pero estos factores no son tan relevantes como el factor
·'progreso del conocimiento", y su contribución tiende a disminuir con el ni ve l de
desarrollo del país26, lo que confirma nuestras observaciones sobre el papel de la
ciudad como motor de desatTollo (capítulo 4).

26 De hcd10. en los cá lcul o' del tipo Deni,on . el factor '"progreso de los conocimiemos-ca mbio tecnológ ico··
corre,pn nde a un res iduo. a saber la parte de los incrementos de producti,·idad que permanece sin
ex pli cació n. Su valnr llega a veces al 509'r. Esta es una de las follas mayores del modelo de Deni son. Sin
<!111h<ll"go. la i111portancia de l re>-iduo en todos lo' estud ios de este tipo confirma la impos ibili dad de reducir
el proceso d.: desarro llo a algunas relaciones fácile s.
168 Econonda urhonu ,. rl',l!,in110/

Examinemos ahora el papel de las 1nvers1011es en capital humano por


opos ición a las inversiones en capital físico .

El papel de las inversiones en capital físico y humano


Los incrementos sostenidos y a largo plazo de los ingresos rea les per cápita
están siempre asociados al aumento de la productividad por trabajador. Pero, ¿.a
qué puede atribuirse esta última? ¿Se debe al aumento de la inversión . es decir
al número de unidades de capital por trabajador? A nivel operacional , la
inversión indica la parte de los gastos (o de los ingresos) dedicada a la
formación de capital, capital físico en este caso. Por lo tanto, el stock de capital
está integrado por el conjunto de máquinas, equipos, infraestructuras y fábricas
que componen el aparato físico de producción. Ahora bien, los resultados de los
cálcu los de tipo Denison muestra11 por sí mismos, que el incre mento del stock
de capital, solo. sin más cambios, no tiene más que una función men or en el
crecim iento de la productividad. Esta observación , qu e puede resultar
sorprendente, merece algunas explicaciones.
Si Ja calidad del stock de capital no evoluciona. es dec ir, si la tecn o logía qu e
se incorpora a él permanece sin cambios, es poco probable que un aumento en
la cantidad de unidades de capital (por trabajador) aporte gran co. a a la
productividad por trabajador. Como ejemplo, volvamos a la España de 1880.
tornemos su stock de capital con la tecnología de aq uell a época. Ahora,
dupliquemos ese stock utilizando dos veces má s fábricas y maquinaria.
co nservando la misma tecnología: los apo11es posibles al PNB español por
habitante acabarán rápidamente por agotarse. La inversión sin cambio
tecnológico, sin progreso de los conocimientos. no tiene más que un impacto
marginal sobre el incremento del ingreso.
El stock de capital de una región representa, en cualquier momento , la
expresión física de los conocimientos de su sociedad (y ele otras sociedades en
lo que se refiere a los equipos o tecnologías importados) . Gran parte del debate
entre Jos economistas del desanollo tiene que ver con el papel que tiene la
inversión en el progreso tecnológico. ¿No es indi spensable la inversión para
asegurar la evo lución tecnol óg ica? Un ni vel adecuado de ahorro y de
inversiones es indispensable para renovar y moderni zar las ex isten cias de
capital. Pero buena parte ele las innovaciones tecnol ógicas se integran al
proceso " normal" ele reemplazo del stock ele capital. y no ex ige n
M a rio !'!l/(•.u • 169

necesariamente un aumento de la tasa de inversión de la empresa o de la


economía regional. Claro está que ciertas innovaciones (instalación de nuevas
máquinas. por ejemplo) dependen de las decisiones de inversión . Pero la
aplicación de mejores métodos de gestión y de organización del trabajo, por
ejemplo. no necesita gastos de capital. Muchas innovaciones tecnológicas se
realizan "en el taller", en el curso normal de las actividades de producción, sin
inversiones en el sentido estricto del término.
Cualquier innovación tecnológica, cualquier cambio de método de
producción descansa, básicamente, en "inversiones·· de capital humano , en
forma de creación y de transmisión de nuevos conocimientos. de nuevas ideas.
de cambios de mentalidad, etc. Las inversiones en capital humano y en capital
físico están estrechamente vinculadas. Esto nos ayuda a comprender por qué la
inversión en capital físico y la productividad por trabaj ador no se reducen a una
simpl e relación malemática. Se comprende tambi én la importancia que se
otorga a la educación. a la innovación, a Ja organización de las empresas y a un
func iona miento eficaz de los mercados. Por mercados eficaces, se e ntiende. en
una perspectiva de desanollo económico, mercados que incitan a las empresas
a innovar y a emplear los métodos de producción más productivos . Uno de los
argumentos más poderosos en favor de la apertura de los mercados y contra el
proteccionismo, es el colocar a las empresas en si tuación de competencia, y por
lo tanto empujarlas a adoptar los métodos más modernos. En Latinoa méri ca, el
carácter protecc ionista de Ja política de substitución a las importacion es fue su
prin c ipal falJa 21. Este tipo de política fue ampliamente aplicada durante las
décadas de 1950 a 1980.
Finalmente, el capital físico o financiero se vuel\'e dependiente del ca pital
human o . El \·erdadero recurso escaso es el capital hum ano. con las tecnologías
y los conocirnienros qu e encarna. El capital físico se " fabr ica .. má~ f;kilmente
que el capital humano, tanto más cuanto que el capital finan ciero es mucho
más móvil. Las importaciones de capital pueden su tiruirse a la falta de ahorro
local.

27 Pueck tambi~n propon~rse una relac ión e ntre prOtéccion ismo ) corrupci ón. en el -c:ntido ~ n que Ja
prntecc:ión 01orgacla po r el Estado (aranceles. penni'º'· cuota" 111onupo l1\1'. et.:. J puede '". nhj~to de
regateo' políti co~ y tráfico de influenc ias. En esta per<,p~c1 i n1. el dec1,1 Je: Ja poli1i.:a J e 'ub,1i1uá\ 11 a la'
irnpo n aciones habrá sido ta mbi é n Ja di sm inución del pnK~'º de moderniz,i-·ión del E-tadn.
170 Ecm1tJ111fa 11r/Ja11a _\ rc~iona l

El papel de las riquezas naturales


Podrá parecer sorprendente que los recursos naturales no figuren entre los
factores explicativos en el Cuadro 5.2. Sin embargo. nunca se insiste
suficientemente sobre la fragilidad de Jos recursos naturales como fuente de
crecimiento económico a largo plazo. Conviene distinguir entre el nivel de
desarrollo de una región (su ingreso per cápita) y su estructura económica. que
depende mucho de sus ventajas comparativas naturales. El tipo de recursos
naturales de los que dispone una región determina en parte Ja.s industrias en las
que ésta se especializará, pero aportará pocas indicaciones en cuanto al nivel de
desarrollo de la región, medido por el ingreso per cápita.
Los recursos naturales solo son fuente de riqueza si se combinan
eficazmente (es decir, más eficazmente que en otras regiones) con un stock
adecuado de capital físico y. sobre todo, con un stock adecuado de capi tal
humano. Ninguna ventaja ·'natural" es durable, ni se encuentra al amparo de
camb ios tecno lógicos. La definición misma de lo que co nstitu ye un rec urso
natural es una invención del hombre , y depende de las cond iciones
tecnológicas. Bastan algunos cambios tecnológicos. por ejemplo. Ja aparición
de un sustituto menos caro, para reducir a cero el valor de ciertos "recursos" .
No hay nada más efímero que una base económica hecha de recursos naturales.
El caso del nitrato chileno o del estaño boljviano son buen ejemplo. Es con base
en este carácter precario y cambiante de los recursos naturales que la im·ersión
en capital hum2no adquiere toda su importancia. Desde esta perspectiva
dinám ica de evolución continua de las tecnologías , de los mercados y de los
gustos, la calidad de las existencias regionales de capital humano determinará
en última instancia la c~pacidad de la región para reconvertir y renovar
constantemente su estructura económica.

La movilidad interregional de los factores intangibles de producción


Desde el punto de vista del análisis regional , hay que prestar especial
atención al carácter móvil de los factores de producción. El concepto de capital
humano parte precisamente del hecho que los conocimientos. las ideas. el
saber- hacer. etc. se encarnan (o se incorporan . s i se prefiere) en la población.
Los factores de producción pueden ser desplazados en el espacio. el capital
humano por las migraciones, el capital físico por las tran sferen cias de fondos.
El capital físico (fábricas, máquinas , etc.) es móvil en el sentid o en que es
Morio Polc'.H' 171

generalmente posible volverlo '"líquido", es decir transformarlo en capital


financiero por medio de la venta de los activos que lo constituyen . Las id eas .
las informaciones, las técnicas, etc. , se difunden también en el espacio por
distintos medios: telecomunicaciones, esc ritos, etc. Volveremos a los
movimientos interregionales de los factores de producción en el capitulo
siguiente.
La apertura eco nómica procura ventajas comparativas a la región. po r medio
de los intercambios in terregionales y los beneficios que le aporta la
especialización (ver capítulo 2). En este sentido, la teoría de la base económica
es el complemento natural de la teoría de las ventajas comparativas~ ~ . Pero las
ventajas comparativas de la región, gracias a las cua les se exporta. descan san
en parte sobre los factores de producción susceptibles de desplazarse. como lo
hemos visto. En wmi:. su base económica es doblemente sensib le a los choques
provenientes del exte1ior. La región como e ntidad abierta se encuentra en
situación de competencia con otras regiones, no solo desde el punto de vista de
los intercambios comerciales (elemento contenido en el modelo de la base
económica) sino también en cuanto a la atracción y la reten ción de lo!> factores
de producción que forman su base económica; ésto es lo que ll amamos en
ocasiones factores "intangibles" de producción. Las fábricas, las ideas y la
población se desplazan en el espacio.
Volvemos así aJ punto de partida de este capítulo. El análi sis regional nos
coloca ante una rea lidad económica ··abierta", frente a espacios donde todo
puede moverse, donde nada está al amparo de fuerzas exteriores. Así. es más
difícil captar los factores de desarrollo de una región que los de un país. El
trayecto de desarrollo de una región es siempre resultado de una uni ón
(necesariamente diferente y cambiante) e ntre factores internos y externos .

Los aspectos intangibles del desarrollo


Estudios como los de Denison tienen el gran mérito de captar los factores
cuantificables asociados a los incrementos de productividad. Sin embargo. no
dicen de qué manera y por medio de qué mecanismos ele tran smisión o de

2~ Recordemo' 4ue Jo, dos modelos, la 1~orfo de ba'c económica y el de ,·~n1aja' coinr.u .1111:1\. 'ºn Je"
1nndcl1" de carácter c,tático.

,
172 Er ·o11 n111ú1 11r/Ju11a r reginn ol

o con el nivel de ingre so por


causa lidad tal o cual facto r está relac ionad
de méto dos como e l de la base
habit ante de una regió n o un país. Al contr ario
orcio nan herra mi entas para medi r
econ ómic a, este tipo de estud ios no nos prop
entre el nivel de ingre so regio nal
el impa cto de tal o cual inversión. La relac ión
e en el mode lo de la base
y la dema nda globa l se estab lece clara ment
indus trial. Pero no se propo ne
eco nómi ca y por medi o del mode lo inter
r Ja relac ión entre el ingre so
ningu na relac ión análo ga, medi ble, para hace
(por ejem plo) . Mien tras que el
regio nal y el stock regio nal de cono cimie ntos
sión el traye cto de un dólar de
cuad ro inter indus trial perm ite traza r con preci
regi ón, ningú n mode lo co nocid o
dema nda a travé s de la econ omía de la
Sabe mos que las inver sione s de
perm ite segu ir los flujo s del cono cimie nto.
plazo estar án a ·ocia das a los
capit al huma no son " buen as", y que a largo
cálcu lo preci so de lo que será el
incre ment os del ingre so pPr crípita, pero el
o de trei nta años (diga mos) nos
impa cto de los gasto s de educ ación dentr
escap a todav ía.
nal , abier ta a otras regio nes.
En el marc o del estud io de la econ omía regio
y los meca nism os de difus ión los
son preci same nte los flujos de cono cimie nto
habla do de los factores endó geno s
que debe n preoc uparn os. Adem ás, no hemo s
local. No hemo s abordado
como e l espír itu de empr esa y el dinam ismo
ucion al y psico lógic o, que son la
tamp oco lo facto res de orden cultu ral. instit
utos que expre san el nivel de
base de los camb ios soc ioeco nómi cos. Los atrib
esa, la disci plina y la cohe sión
desa rrollo de una comu nidad , el espír itu de empr
iares y cultu rales como de las
socia l, depe nden tanto de los los valores famil
cione s asim ilan y adop tan nuevas
políti cas econ ómic as. ¿Por qué cierta s pobla
una intenogac ión para la cual
tecno logía s más rápid amen te que otras ? Es ésta
no tenem os todav ía todas las respuestas.

cto regional
Síntesis: un mod elo esquemático de impa
to . Su nivel de activ idad
Re, umam os. La regió n es un espac io abier
. de la dema nda exter ior de sus
econ ómic a depe nde direc tame nte, a corro plaza
plica dores que el la gene ra. La
bi e nes y servi cios, y de los efec tos multi
todo de la estru ctura econ ómic a
ampl itud de las cons ecue ncias depe nde sobre
e lo que deno mina mos análi sis
de la región. El análi sis de es te impa cto
estático.
Murio Polhe 173

El nivel de actividad de la región depende indirectamente, a mús /ar:.:o


plaz.o, de su capacidad de renovar constantemente su oferta de factore s de
producción (capital humano. stock de conocimientos. capi tal físico .. . ); esta
capacidad se refleja a su vez en la productividad de la pobl ació n acti\·a. A más
largo plazo, los factores dinámicos son los que determinan la capacidad de
expo rtación de la región. Es una realidad difícil de comprender. que depe nde de
factores cambiantes, y a menudo intangibles.
Hemos esquematizado estas relaciones (Figura 5.1 ). El esquema toma la
forma de un modelo de impacto; podemos observar e l trayecto, a través de la
región, de los e fectos de un acontecimiento externo, por ejemplo un incremento
de la demanda externa que se traducirá en un aume nto de las ex portaciones.
Así, esta parte del modelo está conforme a la teoría de la base económica. Al
seguir las flechas en el sentido inverso, pasamos de la oferta de factores de
producción (q ue son "la base de la base") al efecto multipli cador (reflejo de la
estructura económica) y a la demanda exógena de bienes y se rvicios.
Aquí. la distinción entre estática y dinámica es análoga a la distinci ón entre lo
que se suele ll amar factores de la demanda y factore s de la oferta. Para des ign;ir
las políticas que hacen hincapié sobre la oferta. di stinguiéndolas de las políticas
keynesianas de gestión de la demanda , los economistas habl an de políticas de la
oferta, o de s11pply-side policies (segú n su ex presión inglesa). Pero el enfoque
"supply-side·· no cotTesponde a una doctrin a económica coherente. preci sa mente
por la dificultad de formalizar y probar las relaciones de causa.
Los fenómenos externos influyen a la vez sobre la demanda de bie nes y
servicios y sobre la oferta de factores de producció n. Lo s intercambi os y las
interacc iones con el resto del sistema no se limitan a los flujos comerciales; la.
importaciones y las sa li das pueden influir también tanto en la demanda como
en la oferta de factore~ de producción. La distinci ón cnm:: el cort o y e l largo
plazo es importante. A corto plazo la región no tiene influ e ncia en la demand a
externa. Solo una posici ón de fu erza (de monopoli o por ej e mplo ) respecto a un
producto le da tal influencia, pero es una situació n excepc ional. Pero a largo
plazo, la regi ón puede modificar su posición compet iti\·a en rel ac ión co n el
resto del mundo, y por ende la demanda de sus produc ros. de donde re-,u ltan las
flec has de retroacción de los "efectos dinámicos" e n direc ción de la ··demanda
externa". Sin e mbargo. las condiciones de la demanda en e l resto de l mund o
pe rm a necen cxógenas. fuera del alcance de la regi ón .

,
'

ACTIVIDAD DE BASE Demanda exterior de bienes


cuyo impacto se desea medir Condiciones prevalecientes
y servicios de la región ~ en el resto del mundo
~ ----------------

LAS FUGAS EL IMPACTO SOBRE LA DEMANDA : EFECTOS ESTATICOS


' .....

- '
NIVEL DE \
Demanda de Demanda inrcial de
ACTIVIDAD \
bienes y servicios bienes y servicios Impacto multlplicador, La demanda global (final
ECONOMICA 1
producidos en de la región efectos interlndustriates - e intermediaria) de bienes _..,..._
DE LA REGION 1

~se~v:i~: l~r:i:1_
otras regiones

------------~-~
-------- - - - - - - -1 en términos
de producción
o de empleos /
/
1

/
EL IMPACTO DE LOS FACTORES DE /
PRODUCCION SOBRE LA OFERTA : --.__ /
/
LOS EFECTOS DINAMICOS /
Emigración de
trabajadores
(capital humano)

Exportación (no
La oferta regional
de trabajo
(calidad y cantidad)
- Valorización de los factores
de producción a nrvel
regional
Capacidad regional
de producción
\....----

' \

-
Mano de obra 1
remunerada) de (capital humano)
técnicas y de La oferta regional - Productividad de las Factores inmóviles
conoc1micn1os de conocin1len1os industrias regionales de producción
(recursos naiu-

-:¡
Expor tac1ó11
- 1
Innovación y aplrcación
de los conocimientos
rales) ; faclores
de localización
(distancia. etc.)

f
(no rf'mun~rm1a) La Ófort.r rcg;o;;a¡
1 df' capilal
y dí' talcn111 · ....
L de cap1 1al y el
hdera1go empresa~
_.,.._
Inversión regional, ele.
Eslructura económica
regional

Impacto inicia l
Transmisió n del impacto
Impacto fi nal

FIGURA 5. 1- Esquema del impacto reg ional de una actividad de base


175

Temas de discusió n y pregunta s

1. Describa e l modelo de la base económica. Explique sus ventaja, y límites


en e l análisis regional.
2. ¿Porqué los concepto s de apertura e i11tegracirí11 eco11ó111ica siguen siendo
e lementos clave del análisis regional ?
3. Discuta el debate sobre el papel relativo de las inversion es en capital físico
y en capital humano en el proceso de desarroll o económi co a largo plazo.

4. Uno de los retos de los modelos o teorías de desanoll o económi co es la


dificulta d de combina r factores dinámico s y estático . Discuta esta
afirmació n.
S. Explique en sus grandes lín eas el mode lo entradas- sa lidas (input- out¡mt) y
su relación con el cálculo del multiplic ador de ingreso y de empico.
Capítulo 6
Disparidades regionales

Los frutos del desarrollo económico no se disu-ibuyen de


manera igual sobre el territorio nacional. Se obsen1an en todos
los países disparidades económicas entre las regiones. ¿Qué se
en tiende por disparidad? ¿Son éstas inevitables? ¿Cómo su1Re1i:)
¿Existen meca11is111os para corregirlas? Intentaremos responder a
esre tipo de pregunras en el presente capítulo.
Para ello, examinare111os el ji111ciona111iento de los mercados
regionales de trabajo, haciendo hincapié en el análisis de las
migraciones interregionales. Para cualquier región, es la
intermediación entre oferta y demanda de trabajo la que
derennina, en cualquier 1110111en10, el nivel relativo de los salarios
en relación con otras regiones. Pero, ¿de qué manera se
establecen las condiciones de oferta y de demanda, y cómo se
ajustan los mercados regionales de trabajo a los choques externos
causados por el proceso de desarrollo económico?

Acerca de la definición de disparidades regionales

La expresión disparidad regional se emplea comúnmente para designar las


inequidades de bienestar o de desarrollo entre regiones. La expresión
desigualdad regional podría servir de sinónimo. Las disparidades se eva lú an
siempre. explícita o implícitamente, en comparación con una . ituación de
referencia. Representan una diferencia en relación con una norma. La
utilización del término implica ante todo un enfoque normativo de lo que es
aceptable o inaceptable. Hablar de disparidades regionales en un país ~ignifica
en general que se las juzga inaceptables. Tradicionalmente, el objetivo

;
178 Eco11omit1 11rha110 ' rcf.!,umal

principal de las políticas regionales ha sido la lucha contra las disparidad es


regionales .
¿Qué índices, cualitativo s o cuantitativ os, deben considerar se para jm.gar la
existencia de disparidad es regionales ? El concepto puede cubrir un número casi
infinito de indicadore s de bienestar o de desan-ollo económico : tasa de
escolarida d, número de camas de hospital por grupo de población. tasa de
mortalidad infantil, tasa de desempleo , grado de contamina ción. costo de la
vida, etc. Se eligirá el indicador según el contexto.
En el Cuadro 6.1 aparecen algunos indicadore s de desigualda d regionaJ para
México. tomando en cuenta cuatro Estados los dos más ricos y los dos más
pobres. Para muchos de estos indicadore s. el Distrito Federal (Ciudad de
México) nos sirve de punto de referencia. Así, el PIB per cápita del estado de
Oaxaca (sur de México) coITesponde a 20% del PIB del Distrito Federal; y el
ingreso promedio de los profesioni stas no es más que 60 % del nivel de los de
la Capital. En cuanto a las condicion es sociales, la tasa de mortalidad infantil
es dos veces más elevada en Oaxaca que en la capital (7 % con respecto a 3%),
y la probabilid ad de encontrar un médico es cinco veces men or (9,4 médicos
per cápita con respecto a 48 ,8). En resumen, las disparidad e regionales son
una realidad en México, así corno en otros países de América Latina. Se trata
de un a realidad multidime nsional, pero en la que los distintos indicadore s están
frecuentem ente interrelaci onados.
En este capítulo, analizarem os las disparidad es económica s. Como en el
prim er capítulo. nuestro principal indicador de referencia será e l in greso (o la
producc ión : PIB) por habitante.

Dos confusiones que se deben evitar


En primer lugar, no debe confundirs e desigualda d entre personas y entre
regiones, aunque ambas pueden estar ligadas. Es completam ente posible que un
país sufra de enormes desigualda des sociales (entre personas o familias) , pero
que éstas se reproduzca n, exactamen te de la misma manera. en todas las
region es de l país. En este caso no habrá disparidad regional.
En otras palabras, la lucha contra la disparidad es regionale!> no a!>egura en
~í una mayor ig ualdad social. Todo depende del peso de las di sparidades
regionales e n la explicació n de las desigualda des sociales. Si. en el otro
ex tremo. tod os los ricos !>e concentran en una misma región y todos los pobres
17':)

en otra, entonces desigualdad social y desigualdad regional se co nvierten en


sinónimos.

CUADRO 6.1 - Indicadores de desigualdad regional, México, 1990 (Distrito


Federal y Estados de Chiapas, Nuevo León y Oaxaca)

Indicadores Estados " ricos" Estados "pobres"


Distrito Nuevo Chiapas Oaxaca
Federal León

Indicadores de ingreso

Población ocupada que percibe un 77% 81 % 37% 43%


salario mínimo o más
PIB per cápita 1 [1985] 1,0 0,7 0,3 0,2
Ingreso promedio, profesionistas2.1 1,0 1,2 0,7 0,6

Condiciones sociales

Porcentaje de hijos fallecidos 3% 3% 7% 7%


[fT'ortalidad infantil)
Porcentaje de la población3 65% 57% 23% 24%
con instrucción postprimaria
Porcentaje de las viviendas con agua 96% 93% 58% 58%
entubada

Profesionales / servicios

Médicos por 1O 000 habitantes 48,8 28,7 7,5 9,4


Contadores por 1O 000 habitantes 64,8 44,1 7,7 8,7
Abogados por 1O 000 habitantes 49,6 25,8 6,3 6,6

Finanzas públicas (1994]

Ingreso estatal bruto per cápita 1 1,0 1,4 0,7 0,6


Contribución federal per cápifa4.1 1,0 0,9 1,5 1,3
Participación federal en el 44% 28% 93% 87%
presupuesto estatal

Fuentes: INEGI , 1993;1995 y 1996.


1. Indice: Distrito Federal=1,00.
2. Incluye a las 1O principales profesiones.
3. Población de 15 años y más.
4. Comprende la participación federal en el ingreso del gobie rno estatal, en los subsidios y en los préstamos
federales.
180 Eco1111111ía 11rba11a _,. regi1111a/

En el Cuadro 6.2, presen tamos un indicad or de desigu aldad social


para
distinto s países de Améric a Latina y algunos otros países de referen
cia: la
relación entre la participación en el ingreso nacional de 20% de
la poblaci ón
más rica y la particip ación en el ingreso nacional de 20% de la poblac
ión más
pobre. Las desigu aldade s sociale s son. en genera l, más import
antes en
Améric a Latina que en otros países con niveles de desarro llo análog
os. En

CUADRO 6.2 - Desigu aldad de ingresos: diversos países, 1992

PNB por habitan te Indice de desigua ldad*


($ us, 1992)

América Latina
Brasil 2 770 34,0
Guatemala 980 31 ,5
Panamá 2 420 30,0
Honduras 580 21,3
Chi :a 2 730 15,8
República Dominicana 1 050 14,0
Colombia 1 330 14,0
México 3 470 14,0
Costa Rica 1 960 12,8
Perú 950 10,2
Venezuela 2 910 10,0
Bolivia 680 8,0
Otros países
Malasia 2 790 11 ,7
Hong Kong 15 360 9,4
Tailandia 1 840 8,3
Canadá 20 710 6,7
Corea, Rep. de 6 790 6,0
Indonesia 670 4,7
España 13 970 4,6
Japón 28 190 4,2
Fuente: Cálculos del autor con base en dalos del Banco Mundial,
1994.
• Indice = Ratio (participación en el ingreso del 20°10 de la población
más rica sobre la partici pación en el
ingreso del 20% de la población mas pobre) . A mayor índice mayor
desigualdad.

,
I XI

:Juatemala. 20% de la población más rica recibe un ingreso 31,5 veces mayor
(en promedio) que el 20% más pobre. contra una relación de 4,7 a 1 en
Indonesia. ¿Hasta qué punto debe sorprendernos entonces la magnitud de los
conflictos sociales en América Latina? Es claro que existen razones históricas
e institucionales que favorecen la emergencia de desigualdades sociales, pero
cuya explicación va más allá del mandato de este libro. Lo que nos sugiere el
Cuadro 6.2, en la medida en que las de igualdades sociales y las desigualdades
regionales están relacionadas, es que ambas formas de desigualdad se
encuentran muy prese ntes en América Latina. Sin embargo, no deben
confundirse, lo cual nos dirige hacia el aspecto meramente territorial o
regional.
En los debates sobre la cuestión del desairnllo regional, hay que evitar
también confundir dos tipos de desigualdades:

1) Las desigualdades en el nivel de bienestar o en el nivel de ingreso per


cápita:
2) Las desigualdades en la distribución espacial de las actividades económicas
y de la población.

La búsqueda de la igualación , o al menos de la reducción de las disparidades


Je ! ingreso per cápita, es un objetivo político legítimo (ver el capítulo 7). Por
e l contrario, la "igualación" de la distribución espacial de las actividades
económicas y de las poblaciones, es completamente iJTealizabJe (ver los
capítulos l a 4). Colima (estado mexicano se mi1Tural) no tendrá nunca la
mi~ma población que el Distrito Federal. y es inútil pretender que la región de
Tarapacá (a l extremo norte de Chile) tenga algún día la misma población que
la c iudad de Santiago. Sería igualmente irrealista hablar de estructuras
económicas .. iguales ...

El problema se plantea en la inte1Te lació o entre ambos tipos de desigualdad


espacial. Efectivamente, veremos que Ja evaluación de los vínculos de
causalidad y de retroacción entre los movimientos de los factores de
producción (trabajo. cap ital...) y la evolución de los ingresos per cúpita sigue
siendu uno de los m.1yores retos del análisis económico regional. En el fondo,
la justificación de las políticas de redistribución de las actividades económ icas
se encuentra en el de seo de coJTegir (o prevenir) las disparidades de bienestar
o de ingre. o Jler cápira.
1 8~
Eco11w11ía 11rlw11a y regi<>na/

Oferta y demanda regionales de trabajo

imagin emos dos regione s limítro fes, A y B, de tamaño compa rable.


En todo
momen to el nivel de salario y de empleo depend e de la deman da
de trabajo. La
deman da de trabajo es una deman da derivad a, es decir que
resulta de la
deman da de bienes y servicios. La relación entre la oferta y la
deman da de
trabajo en las regione s A y B se ilustra en la Figura 6.1. Este modelo
sencillo,
en el que se observ an curvas de oferta y deman da de trabajo ,
represe nta el
punto de partida esencia l para cualqu ier reflexió n sobre el impact
o económ ico
de las migrac iones interreg ionaks .

Salario'

10
Región A
8

:1 2 3 4 5 6
Dt1

Cantid ad de trabajo"

Tasa horaria de remuneración por trabajador (dólares)


·• =
En número de unidades (hombres-año); 1 unidad 1800 horas
de trabajo aproximadamente

FIGURA 6.1 - Mercados regionales de trabajo en situación de


equilibrio

10
• Región A •
10 Región B
1
8 8
6 6
o
4 4
2 2 D
o Dt1
o ¡__ _ _ . - Dt

0'=0t2-0 t1 O" O'

FIGURA 6.2 - Mercad os regionales de trabajo luego de una


modificación en la estructura de la demanda

,
Examinemos los elemento del modelo. Al principio, todo sucede en un
2
1uniYerso cstático 9. Suponemos (Figura 6.1) que las dos regiones parten con el
1 mi smo nivel de desarrollo tecnológico. El eje vertical da el nivel de salario por

i trabajador. digamos la cantidad de dólares por hora. El modelo supone que


e.xisten factores de producción homogéneos; Jo que significa, en este caso, que
' los trabajadores pueden ser sustituidos enrre sí.

Para simplificar, suponemos que la economía de cada región forma un so lo


t mercado de trabajo, y que no hay obstáculos mayores a los movimientos
1intersectori:iles de trabajadores dentro de la región ; la curva de Ja oferta
represen ta el conjunto de trabajadores reales o potenciales de la región. Sin esta
restricción. si el modelo se refiriera a un solo sector de actividad económica, la
oferta de trabajo podría igualmente aumentar por medio de transferencias
provenientes de otros secto res.

En cada región, la oferta de trabajo (es decir el número de unidades de


trabajo. expresadas aquí en horas) aumenta en reacción a los salarios que
ofrecen l a~ empresas. Por esta razón, Ja curva de oferta (0) ~'.l be a medida que
se ,.a de izquierda a derecha sobre el eje horizontal, que representa el número

Ot3
Region A 10 Región B

Dt2
Dt
2
Ot3 Qt2
Migración O"

FIGURA 6.3 - Mercados regionales de trabajo en situación de equilibrio luego de


un desplazamiento de la mano de obra ·

29 Para lo que se seguirá 1mís ade lanlc. es má' exac10 hablar de un marco e.Há1ico co111paratil'o. puc> [~, 1.-~,
figura' (6.1. 6.2 ' 6.3) reprc,t:ntan lres mo111en10, en d liempo: t l. t2 y 13. La dislincicín cn1rc e11ti1irn _1
Jilllimica ;e exp lica en el capí1ulo 5.
18-1 Eco110111íu 11rho11a y rcgimw!

de unidades de trabajo. El aumento de la oferta de trabajo puede debec e a un


incremento en el número de horas por trabajador, pero sobre todo a la llegada
al mercado de trabajo de otras personas dispuestas a ofrecer sus servicios por
los salarios ofrecidos. Al no haber mov imientos migratorios, la llegada de
nuevos trabajadores significa siempre un incremento de la tasa de actividad de
la región, es decir, del porcentaje de población en edad de trabajar que se
presenta efectivamente en el mercado de trabajoJo. La demanda de trabajo (D)
de las empresas, aumenta a medida que disminuye el salario aceptado por
trabajador; por lo que la curva de demanda desciende a medida qu e se va de
izquierda a derecha.
El punto donde se cruzan ambas curvas, o sea el punto de equilibrio.
determina el nivel de los salarios y del empleo. En las dos reg iones
representadas en la Figura 6.3, el punto de equilibrio corresponde a l mismo
nivel de salario ($4 por hora ). Las condiciones de oferta y de demanda en el
mome nto tl hacen que los trabajadores de ambas regiones ganen, en promedio.
el mismo salario. Nos encontramos por lo tanto en situación de eq uilibrio
interreg ional. Si los mercado s de trabajo funcionan '"libremente" . sin
obstáculos, el nivel de los salarios refleja también , indirectamente. la
productividad del trabajo. Esto supone que no exi sten obstáculos para fij ar
"'libre mente'" los salarios. Sabemos sin embargo que en Ja realidad los salarios
di stan mucho de esta flexibil idad perfecta.

En un sistema compuesto por varias regiones (A, B. C. .. ), la situ ación de


equilibrio representada en la Figura 6.1 s ignifica que factore s de producción
comparables (trabajadores, en este caso) reciben la misma remunerac ión en
todas partes . Supongamos que el capital recibe a imism o la mi s m2
remunerac ión en todas partes. Tendremos un sistenia inte1Teg iona l en pe rfectc
equilibrio, en el sentido de que nada se moverá. Este resultado es ta mbién ur
óptimo soc ial para el conjunto del sistema, pues no es posible in c rementar I ~
producción al desplazar factores de producción de una región a otra. E
trabajador individual no tiene motivación para trasladarse de una reg ió n a otra
El trabajador de la región A (digamos) tiene todas las razones para permanece

30 Lu, uos gru pos de población cuyas tasas de actividad son tradic ionalmente 1mb lkxihle, ""1 la' muiere
y los jóvenes. En los países industrializados. la entrada masiva de mujere s al mercado de trabajo Je, pué
tk la Segu nu a Guerra Mundia l se traduj o e n rue n es incre men t°' de las tasas globale, tk ac1" iuau.
¡\/ario !'11/i!se 185

donde se encuentra, pues un desplazamiento hacia la región B se traduciría en


un incremento de la oferta (la curva se desplazaría hacia la derecha) y en una
consecuente baja en el nivel de los salarios. Por lo tanto, no habrá migraciones
interregionales, al menos por razones económicas. La situación ilustrada en la
Figura 6.1 significa en principio que no hay disparidades regionales.

¿Pueden existir las disparidades regionales en situación de equilibrio?


Hemos dicho que la Figura 6.1 representa una situación de equilibrio
interregional, sin disparidades desde el punto de vista salario por trabajador.
Pero esto no quiere decir que ambas regiones sean parecidas en cuanto a su
estructura económica, tamaño u otras características. La región B es menos
poblada (y quizás menos grande) que la región A, pues su punto de equilibrio
(donde ambas curvas se cruzan) cotTesponde a un número menor de unidades
de trabajo. Si las tasas de actividad de ambas regiones son comparables, puede
concluirse que la población total de A es superior a la de B. El ingreso per
cápita de ambas regiones será comparable en la medida en que el ingreso del
trabajo constituya la mayor parte del ingreso total de los hogares. En los países
industrializados, el ingreso del trabajo -los salarios - representa en general el
70% o el 80% del ingreso de Jos hogares. Es éste el elemento clave de la
determinación del ingreso total.
El ingreso por habitante puede vaiiar entre ambas regiones, incluso en
situación de equilibrio. Es posible que la parte de la población que no está en
edarl de trabajar, es decir, los jóvenes y los viejos, sea diferente de una región
a otra. La relación entre la población que no está en edad de trabajar y la
población en edad de trabajar (aproximadamente entre 15 y 65 años) se llama
tasa de dependencia. Las tasas de actividad pueden también ser diferentes
porque las preferencias y Jos valores sociales en relación con el trabajo pueden
no ser los mismos.
Así, es posible que los habitantes de una región sean más conservadores en Jo
que atañe a la presencia de las mujeres en el mercado de trabajo. En la medida
en que esta actitud se traduce en una tasa global menor de actividad (una menor
proporción de mujeres en el trabajo), la región tendrá ingresos per cápira más
bajos que las regiones más liberales, aún si las tasas de salario son comparables.
Por otra parte, es posible que los demás ingresos, sobre todo la remuneración del
capital, sean distribuidos de manera ·'desigual" entre las regiones . Los
186 Econo111ía urbana r regional

poseedores de capital pueden concentrarse en una región. lo cual no es


incompatible con la condición según la que, en situación de equilibrio. la
remuneración del capital es igual en todo el territorio. Normalmente. el
trabajador gana su ingreso en la región donde habita, puesto que la distancia
entre el lugar de trabajo y el lugar de residencia no puede rebasar ciertos límites.
En general, no hay disonancia entre el ingreso registrado según la región de
residencia y el ingreso contabilizado según la región de trabajo. En nuestro
modelo, las regiones A y B son dos mercados de trabajo distintos, si n
desplazamientos diarios. Pero esta condición no se sostiene en lo que se refiere
a los ingresos de inversión. Es muy posible que el poseedor de acciones u
obligaciones (inversiones de cartera) o el propietario-dirigente de un a fáb rica
(inversión directa) habite una región distinta de aquella de donde provienen su~
ingresos de inversión. En la mayoría de los países, este factor es poco importante
en cuanto a la explicación de las disparidades regionales del in greso per cápita
Esto favorece a las regiones que, por distintas razones atraen a gente qu e recibf
rentas u otros ingresos de inversión (pensionados y jubilados, por ejemplo). Er
los Estados Unidos, un buen ejemplo de ésto es el estado de Florida.
El ingreso nominal del trabajo (por oposición al ingreso real) puede se
diferente de una región a otra en situación de equilibrio: el costo de la vida no e
forzosamente el mismo en todas pa11es. El valor nominal equivale al mont1
"visible": $40 = $40. Pero el valor real se ajusta a las diferencias de precios o
la inflación. Por ejemplo, si el costo de Ja vida es 20% más elevado en Madri1
que el promedio de España, $40 valdrán 20% menos en términos reales31. Lo
costos de vivienda y de alimentación son menores en las regiones con bue
clima; se gasta menos en el vestido, de tal manera que un ingreso nominal má
bajo puede ser equivalente, en términos de bienestar real , a un ingreso m¿
elevado ganado en las regiones cuyas condiciones climáticas son más difícile
Además, todas las personas no tienen los mismos gustos. Si nos encanta viv
junto al mar, estaremos en principio dispuestos a aceptar un salario más bajo pe
el placer de habitar allí y no en el suburbio de una gran ciudad. En cuanto a
satisfacción personal (el economista habla más bien de utilidad), un salario e
$18 por hora con acceso al mar puede ser equivalente a $22 sin acceso al mar.

3 I Este mi smo principio está en Ja base de los datos de PNB o PTB por habitante. ajustados a la paridad
poder de compra (PPC) que hemos empleado en el capítulo 1 con fines de comparac ión intemacio1
(Cuadro 1.4 ).
Mario Po/ese 187

f En res umen, aún en situación de equilibrio, hay que admitir como normales
1 las diferencias de ingreso per cápita de una región a otra. Otros factores, como
~ la distancia y las diferencias de estructura industrial, pueden explicar también
la persistencia de disparidades de ingreso en situación de equilibrio. Pero en
general estos factores "normales" no explican más que una pequeña parte de las
disparidades observadas. Las disparidades "anormales" son las que reflejan un
desequilibrio en el sistema, y en ellas pondremos especial atención en las
secciones siguientes.

El suceso iniciador de las disparidades regionales


Antes de la era industrial , las diferencias de nivel de vida y de desairnllo
entre regiones o países, eran en general poco importantes, a excepción de las
sociedades llamadas primitivas. ¿Qué tip0 de ~hoque pudo provocar diferencias
de ingreso per cápita persistentes y superiores a las diferencias normales? Hay
que buscar la respuesta en el proceso de desarrollo económico.
Supongamos que un país, formado por dos regiones (Figura 6.1). conoce
incrementos sostenidos en la productividad por trabajador, por las razones
expuestas en el capítulo anterior: progreso de los conocimientos, evo lución
tecnológica, economías de aglomeración. Los ingresos por habitante aumentan
así en el conjunto del país, y la estructura de consumo de los hogares se
transforma, como lo hemos visto en el capítulo primero.
Supongamos que la región A está más urbanizada que la reg1on B y
comprende ciudades más grandes. Esta es una ventaja comparativa para la
producción de productos urbanos (bienes y servicios) cuya elasticidad-ingreso
es superior a 1,0. A medida que el país se desarrolla y que el ingreso por
habitante se incrementa, la demanda relativa de bienes y servicios se desp lazará
de la región B hacia la región A, y los consumidores del país buscarán siempre,
en términos proporcionales, más productos de la región A.
E l resul tado de estos cambios se representa en la Figura 6.2, por el
incremento de la demanda de trabajo en la región A (la curva D se desplaza
hac ia la derecha), y por una baja de la demanda relativa en la región B (la curva
se desplaza hacia la izquierda). El desplazamiento de las curvas de demanda de
trabajo provoca una disparidad en los niveles de salario. La tasa de salario es
ahora de $5 por hora en la región A, y de $3 por hora en la región B, o sea una
diferencia de 65 %. Puede observarse en la Figura 6.2 que el desplazamiento de
188 -
Ecn110111íu 11rha11a y regio11a/
-

las curvas de demanda ha provocado a la vez, en la región B, una baja de los


salarios y una disminución del número de personas empleadas. Por un salario
menor, menos personas se presentarán al mercado (formal) de trabajo; ambos
impactos (sala1ios más bajos y tasas de actividad menores) se traducen en
ingresos por habitante más bajos en Ja región B.
Supongamos que los trabajadores de Ja región B no acepten fácilmente una
baja del salario, reacción normal; Ja curva de oferta de trabajo será entonces
casi horizontal (Otl ' ). En ese momento, la baja de la demanda en 8 se
traducirá, no tanto en una baja del salario, sino en una disminución aún más
importante del número de personas que trabajan: la baja será de q" en vez de
q' (Figura 6.2, región B).
Esta disminución en el número de personas que trabajan puede tornar la
forma de un incremento de Ja tasa de desempleo, de una baja de Ja tasa de
actividad o, en los países en desarrollo, de un desplazamiento hacia el sector
informal de trabajo. Pero el impacto final en los ingresos per cápita será el
mismo: serán más bajos en B. Notemos que el concepto de desempleo se aplica
a las personas que desean trabajar (o sea, que no se han retirado del mercado
de trabajo) pero no encuentran empleo, al menos en el sector formal.
Recordemos el origen de Ja disparidad, a saber, el impacto del desanollo en
la composición de la demanda. En cualquier sistema en el que los ingresos
estén en progresión, o en el que las tecnologías estén cambiando, la estructura
de Ja demanda está en constante mutación, en beneficio de ciertos productos y
en detrimento de otros. A menos que se postule que todas las regiones del
sistema tienen las mismas ventajas para la producción de todos los bienes
(posición francamente irrealista), se llega inevitablemente a la conclusión de
que el desan-ollo económico engendra las disparidades regionales.
Las disparidades (o diferencias de precio del trabajo) tienen un papel de
p1imer orde n en los procesos de desarrollo. Ante Ja necesidad de reasignar
constantemente los recursos, las disparidades son como semáforos que señalan
Ja dirección en la cual deben desplazarse Jos factores de producción. La
presencia de una disparidad de salarios en la Figura 6.2 nos indica que será
conveniente transferir las unidades de trabajo hacia la región A, donde su
ingreso se rá más elevado. La transferencia de recursos de B hacia A se traducirá
en una ganancia de productividad para el conjunto del sistema.
Pero esta constatación hace abstracción de Jos costos sociales, lo cual nos
lleva a habl ar de las migraciones interregionales.
.\1orio Polé.1c 189

Modelo de ajuste regio nal

La necesaria movilidad de los facto res


¿Cómo suprimir la disparidad entre las regiones A y B? ¿Cómo restablecer
el equilibrio? La respuesta es fácil de adivinar: por medio de la transferencia de
trabajadores de la región B a la región A. Pero veamos más de cerca cómo
suceden las cosas en la región B. En un principio, la población se dará cuenta
que los salarios son aproximadamente 60% más elevados en la región vecina.
Para los trabajadores (ocupados o en búsqueda de empleo), la tentación de
partir será fuerte. Así, se iniciará un movimiento migrat01io, cuyos efectos se
ilustran en la Figura 6.3. La salida de trabajadores de la región B se traducirá
por un aumento de los salarios debido a la reducción en la oferta de trabajo,
cantidad q"; en contrapartida, la llegada a la región A de una cantidad
comparable de trabajadores tendrá por consecuencia una presión negativa sobre
los salarios. El desplazamiento de trabajadores de la región B hacia la región A
se proseguirá mientras dure la dispruidad, es decir, mientras los habitantes de
la región B consideren que hay una ventaja en la migración, en términos de
ingreso por ganar32. Puede observarse en la Figura 6.3 que el desplazamiento
de trabajadores, es decir, el número de unidades de trabajo afectadas. es
suficiente para el iminar la disparidad de los salarios entre ambas regiones.
El razonamiento que hemos presentado es el centro de lo que llama.remos eJ
modelo de ajuste regional. Hemos tomado esta expresión (neoclásica) de
Courchene (l 970) quien fue uno de los primeros en llamar la atención sobre el
conflicto de objetivos entre ciertas políticas sociales, y lo que él llamaba
"Regional Economic Adjustement". Según el modelo del ajuste regional, la
reducción de las disparidades regionales exige que las regiones se aju sten
constante y rápidamente a las condiciones exteriores, y de manera más
partic ular frente a la evolución de las condiciones de la dem anda. En es ta
perspectiva, las migraciones son un mecánismo esencial de ajuste y de
recuperación del equilibrio para las economías nacionales. Al realizarse los

32 Por b forma e n que están trazadas las curvas de ofr rta (l a de Bes más elás tica) el númcn> tk trabaj.1Jure,
que sa ldrán de B será inferior al número total de trabajadore s que serán retirados de l mercado de trabajo
de B, o sea que la cantidad representada por Qt2-Qt3 en ambas regiones no sed p.:rfectamente
equ iva lente. En B, hay trabajadores que se han retirado del mercado (formal) de trabajo. pero han
permanec ido en la reg ión .
190 Ecmw 111ía 11rlw 11a r re¡:i1111al

ajustes rápidamente y sin obstáculos. las disparidades durarán poco tiempo, y


se eliminarán a medida que las regiones se ajusten a las nuevas condiciones de
la demanda. En otros términos, las disparidades regionales no son más que
perturbaciones más o menos temporales, pero inevitables en cualquier contexto
de desarrollo.
Este razonamiento no se limita a movimientos de los trabajadores, sino que
se aplica también a otros factores de producción. Supongamos también que,
dada Ja evolución de la estructura de la demanda, habrá, en el período t2,
diferencias de rendimjento sobre las inversiones industriales entre la regió n A
y Ja región B, con lo cual , en el período t3, parte del capital se desplazará
también de B hacia A, hasta que los rendimientos entre ambas regiones se
igualen. El modelo de ajuste regional es una adaptación al análisis regional del
pensamiento económico neoclásico. Puede servir de complemento a la teoría de
la base económica. Recordemos que, según esta teoría, el nivel de act ividad de
una región depende directamente de la demanda exterior; el model o de ajuste
regional agrega que Ja región debe ajustarse constantemente a ésta. o corre el
riesgo de empobrecerse. Según ambos modelos, la demanda exterior es Ja que
establece las condiciones con las que tiene que vivir la :-egión.
El modelo de ajuste regional tiene el gran mérito de presentar un marco
coherente y de fácil comprensión, para el análisis de la persistencia de las
disparidades económicas regionales. Más tarde volveremos a analizar sus
límites, pero permanezcamos por el momento fieles al pensamiento neoclásico.

Trabas a la movilidad de los factores


El espacio geográfico implica costos (capítulo 2). Atravesar la di stancia
entre dos puntos exige esfuerzos y recursos. Esto significa que Ja fluidez
perfecta, sin obstáculos, de los factores de producción (trabajo, capital , etc.) no
existe.

Costos de la migración

Mudarse de una región a otra implica costos para las personas o los hogares
tanto más elevados cuanto más alejada está Ja región de destino. La lejanía no
es únicamente asunto de di stancia geográfica: es también cultural y sicológica.
Es lógico que dejar Barcelona (Cataluña) por Madrid (Castilla), o el Altiplano
peru ano por Lima, significa mucho más que transportar los muebles de la
Mario Poll!.1c 19 1

familia, y no se mide úni camente por la distancia geográfica. El traslado de una


región a otra implica siempre una ruptura: nuevos amigos, nuevas escuelas para
r Jos niños , otras costumbres y hábitos, etc.
La decisión de partir hacia otra región implica s iempre costos impo1tantes,
tanto sicológicos como puramente económicos. Para que valga la pena partir,
las ganancias que se esperan deben ser superiores a los costos. Por supuesto, la
decisión es rara vez objeto de un cálculo "científico'·. y además el ejercicio es
imposible en caso de faltar información. Pero no por ello es menos racional.
Comprende siempre un elemento de riesgo que se integra implícitamente al
cálculo de los costos. La mediación entre ganancias y costos se percibe en la
estructura por edades de los migrantes (Figura 6.4 ). La propensión a emigrar
hacia otras regiones disminuye rápidamente después de la edad de 35 años en
la mayoría de los casos. Los jóvenes que inician su vida de trabajo tienen más
tendencia a partir, puesto que tienen oportunidad de realizar ganancias durante
un período más largo ; además. los costos (sicológicos y otros) son
generalmente menores en el caso de personas más jóvenes.
Volvamos a la situación ilustrada en la Figura 6.2. a saber, un a disparidad
salarial de 65% entre las regiones A y B. ¿Puede uno estar seguro que los
trabajadores se desplazarán en número suficiente para eliminar esta disparidad,
corno lo hemos visto en la Figura 6.3? A la luz de lo que acabamos de decir, la
respuesta es no. Cieitas familias considerarán que una diferencia de 65% no
justifica los costos de una mud anza. Además, a medida que disminuya la
disp:nidad cada vez menos trabajadores de B se trasladarán hacia A. Una vez
que la diferencia descienda a 20% (digamos) pocos trabajadores estarán
interesados en pai1ir33. En este caso. la persistencia de una diferencia salarial de
20% entre las dos regiones no será incompatible con el funcionamiento eficaz
de los mercados regionales de trabajo.
Este análisis del proceso núgratorio nos permite sacar algunas conclusiones:

La persistencia de disparidades regionales es previsible, incluso "normal",


en la medida en que los trabajadores no son completamente móviles, dados
los costos económicos y sicológicos asociados a la decisión de emigrar;

33 Invitamos al lector a hacer un ejercicio por su propia cuenta: ¿en qué porcentaje la oferta de mejore>
sa larios en una u otra región debení se r superior a lo que gana actualmente ( 10'7c . 15'7<. 25 '7< . etc.) para
que considere que le conviene partir ~
192
Eco110111ía urhww y reg io1111/

Emigración
(salidas por 1000 personas)

Costos
80 Cohorte de movilidad máxima (psicológicos,
monetarios, otros)
70

60

50

40

30
Propensión a emigrar
20

Ganancias descontadas
10
(sobre todo monetarias)

10 20 30 40 50 50 70 Edad
Infancia años

FIGURA 6.4 - Propensión a emigrar según la edad


Nota : Las relaciones fueron trazadas de manera esquemática: la forma real de la curva varia de un caso a otro.

Las diferencias de ingreso serán ta_nto mayores cuanto que las regiones
estén más alejadas unas de otras, en términos de distancia geográfica o
cultural;

Los obstáculos a la movilidad de las personas suelen tener por consecuencia


el acentuar las disparidades. Es normal que las diferencias de ingreso entre
países donde existen barreras a la inmigración sean más importantes que
entre regiones de un mismo país.

Movilidad geográfica del capital

El capital se desplaza de una región a otra en función de las diferencias de


rendimiento, como lo hemos dicho. Los movimientos de capital también
implican costos. Es verdad que el capital (en forma de fondos líquidos) es
Ma rio Po/ése 193

mucho más móvil que el trabajo, pero tampoco es completamente móvil.


Dentro de un sistema sin fronteras económicas. la movilidad real del capital
depende mucho de los costos de información.
La decisión de inve1tir en otra región exige que el inversionista (o su asesor)
posea informaciones acerca de la región de destino. El inversionista no
comprará acciones de la empresa x situada en la región B sin antes haber
obtenido informaciones sobre una y otra, y la obtención de dichas
informaciones implica esfuerzo y tiempo. Los costos de información podrán ser
más o menos elevados, dependiendo de su sensibilidad a la distancia, tanto
cultural como geográfica. El factor de riesgo, presente en cualquier decisión de
invertir (la información no es nunca perfecta) incrementa la prudencia del
inversionista. La ince1tidumbre de los rendimientos esperados reduce la
movilidad del capital. E l inversionista suele tener tendencia a favorecer primero
los destinos conocidos, más próximos. para minimizar su s costos de
información.
El impacto que tiene la distancia en la movilidad del capital afecta sobre
tcdo a las inversiones directas, puesto que en éstas el inversionista debe ejercer
paralelamente funciones de dirección y de gest ión. Así, la decisión de una
empresa de Monterrey (no1te de México) de construir una fábrica en Oaxaca
(s ur de México) deberá tomar en cuenta los costos de comunicación con la
nueva filial. Es nonnal que la casa matriz desee, en la medida de lo posible,
maximizar su control sobre esa filial; pero cuanto más alejada esté la filial, más
difícil será de controlar para la dirección de Monterrey. Las deci siones de
inversión directa favorecen primero a las regiones más próximas a la casa
matriz, pues los costos de comunicación son menos importantes. Varios
estudios canadienses confirman la relación entre la elección del lugar de
implantación de las. fábricas (filiales) y la localización de la casa matriz. No es
casualidad que la industria automotriz canadiense (compuesta sobre todo de
filiales de sociedades n01teamericanas) esté concentrada en el sur de Ontario,
en la proximidad de la ciudad de Detroit. De la misma manera, no es
sorprendente que las filiales bajo control norteamericano en México,
incluyendo las maquilas, estén concentradas en su mayor parte en el norte del
país, a proximidad de la frontera estadounidense. Es normal que una empresa
tejana (que tenga su sede en Houston , digamos) comience por localizar sus
fábricas en Tamaulipas, Nuevo León o Coahuila, antes de pensar en
establecerse en Tabasco o en Chiapas.

,
194 Economía 11r/Jww y re[i io11a/

Difusión espacial de las técnicas y de las ideas

Podemos extender este razonamiento a otros factores, incluyendo a los


factores "intangibles'' de producción mencionados en el capítulo anterior:
técnicas, ideas, conocimientos. mentalidades. etc. Se ha aco rdado emplear el
término difusión espacial para designar la transmisión en el espacio de factores
de este tipo. Así, se habla de la difu sión de las ideas o de las técnicas . Se aplica
el término difusión pues no se trata de un desplazamiento a expensas de la
región de origen, sino más bien de la propagación en el espacio, a partir de un
punto de origen, de una invención. de una idea, o de otros factores intangibles
del mismo tipo. En el capítulo 5 hem os visto que los conocimientos,
incorporados en las técnicas de producción más eficaces, son una importante
fue nte de productividad.
Los factores intangibles de producción son sensibles a la distancia
(geográfica o cultural). tanto como los factores de producción más clásicos.
Puesto que las ideas, las técnicas. los conocimientos, etc., deben ser asimilados
por la población antes de tran sformarse en producción efectiva de bienes y
serv icios, los factores dinámicos e intangibles de producción son
paiticularmente sensibles a las barreras sicológicas y culturales. Es menor la
propensión a adoptar una nueva idea o una nueva técnica si la novedad está
alejada, tanto geográfica como culturalmente. Los habitantes de Gerona
adoptarán más rápidamente una idea \'enida de Barcelona, situada a pocos
kilómetros , que los habitantes de Sevilla. situada al otro lado del país.

Integración económica y disparidades:· síntesis

Resumamos. La distancia opone una barrera a la integración de los


mercados, a la vez porque implica costos que limitan el movimiento de los
factores, y porque frena la difusión de las técnicas y de las ideas. Por esta razón ,
los mercados regionales (trabajo. capitales, etc.) y los cambios de la demanda
nunca logran ajustarse por completo. Las disparidades existirán mientras el
espacio geográfico, o cualqui er otro factor, impida la integración completa de
los mercados.
La frase anterior expresa, en pocas palabras. la esencia del pensamiento
económico neoclásico en la materia. Este marco de análisis conserva un gran
atractivo, no solo por su sencillez. sino también porque las realidades empíricas
195

suelen darle razón. No es necesario demostrar que las disparidades del ingreso
per cápita dentro de un mismo país sue len ser menos pronunciadas que las
disparidades entre países, primer índice de que la integración favorece a la
igualación de los ingresos. En Europa, después de la firma del tratado de Roma
(1957) en el que se establecieron las bases de la UE, las diferencias de ingreso
entre los países miembros han disminuido constantemente.
Este modelo de análisis nos permite asimismo hacer ciertas predicciones
acerca del impacto del progreso tecnológico en materia de transportes y
comunicaciones. En la medida en que los costos asociados a la distancia sean
un freno para el funcionamiento óptimo de los mercados, o sean un obstáculo
a la igualación geográfica de los ingresos, se esperará que las disparidades
regionales se nivelen a medida que los costos de transporte y de comunicación
disminuyan. Se han realizado enormes progresos en este sentido después de la
Segunda Guerra Mundial: autopistas, trenes de gran velocidad (TGV).
telecomunicaciones, aviones, etc. La distancia geográfica no tiene el 1rusmo
peso que en 1950 (ver también la Figura 11.2).
La relación positiva entre desarrollo económico y convergencia de Jos
ingresos per cápita entre regiones parece estar hoy en día bien establecida, por
lo menos para la mayor parte de los países industrializados (ver BaITo y Sala-
i-Martin, 1995). Las disparidades regionales están en descenso en la mayoría
de Jos países industrializados. Es una buena noticia. En la Figura 6.5 vemos
que, para Canadá y Estados Unidos, las disparidades regionales (de ingreso per
cápita) han estado descendiendo sistemáticamente desde la Segunda Guerra
Mundial: y ello, a pesar de que se observa un ligero deterioro para los Estados
Unidos desde 1980, p1imer índice de la necesaria cautela en cuanto a grandes
generalizaciones. La evolución de las disparidades regionales es muy sensible
a las políticas económicas (ver el próximo capítulo).
Para ou·os países, sobre todo los países en desarrollo, tenemos que moderar
nuestro optimismo en cuanto al impacto igualador de la reducción de las
distancias. El ritmo de convergencia suele ser muy lento, mucho más lento que
el ritm o del progreso técnico. En muchos países, siguen persistiendo las
diferencias entre regiones ricas y regiones pobres: pensemos en la región de
Extremadura (España), o en las regiones del sur de México, así como en el
noreste brasileño.
196 Eco 1101111<1 11rhww y l"l'giona /

Indice de desigualdades·
4,5

3,5
Estados Unidos

3
_,
/
/
/
/
2,5 / l..
/

/
/
' ' ..... .....
---
/
Canadá
2

..... .....
1,5

1
1920 1930 1940 1950 1900 1970 1980 1990

FIGURA 6.5 - Evolución de las desigualdades regionales : Canadá


y Estados U nidos, 1920-1990
Fuentes: Statistiques Ganada, 1995; Suárez-Vil/a y Cuadrado, 1993.
Indice = Ratio (ingreso per cápita de las regiones más ricas/ingreso per cápita de las regiones más pobres) .
En el caso canadiense se tomó el ingreso per cápita de la provincia más rica sobre el de la provincia más
pobre mientras que en el caso estadounidense se tomó el ingreso per cápita de los 5 Estados más ricos sobre
el de los 5 Estados más pobres.

La diferencia de desarrollo que separa al Estado de Pernambuco en el


noreste brasileño del Estado de Sao Paulo sigue siendo enorme. pese a que
existe una nación brasileña (integrada) desde hace más de tres siglos. En
resumen, sería imprudente fiarse únicamente en la integración económica para
resolver, con el riempo, los problemas de desan-ollo de esas regiones. Otros
factores influyen en sentido contrario a lo que postula el modelo de ajuste
regional que hemos presentado. Aunque el modelo neoclásico nos ayuda
mucho a definir e l papel pos iti vo de la integración y de la fluidez de los
mercados. oculta sin embargo ciertas realidades , que veremos a continuación.
.\f!lrio !'11/ese 197

Factores de divergencia regional

El esquema de razonamiento elaborado en la sección anterior sigue siendo


sumamente estático. Decimos "estático" pues se trataba siempre de simular las
reacciones de los actores (trabajadores, inversionistas, etc.) a los choques
externos, a sucesos exógenos. El choque externo ha tomado la forma, en el
modelo presentado, de un cambio en Ja demanda por sus productos, cambio al
cual la región debe adaptarse. El choque inicial proviene del exterior, es una
variable exógena en el modelo. No se considera la posibilidad de efectos de
retroacción sobre el choque inicial.
En las secciones siguientes, intentaremos introducir elementos más
dinámicos en el modelo de ajuste regional, para lo que concentraremos nuestra
1 reflexión en el papel que tienen las migraciones en el proceso de creación y de
atenuación de las dispa1idades económicas regionales.

Las migraciones como factor de equilibrio y de desequilibrio


Volvamos a la Figura 6.3 , que ilustra el impacto de los movimientos de
mano de obra en las disparidades reg'.onales del ingreso del trabajo. Por su
efecto sobre la oferta de trabajo, o sea un incremento en la región A y un a baja
en Ja región B, el desplazamiento de trabajadores de B hacia A ha eliminado la
disparidad. Pero hay que preguntarse si la incidencia de esta llegada de mano
de obra a la región A se limita a su impacto sobre la fuerza de trabajo, tal como
se ilustra en la Figura 6.3. Veamos cómo la llegada de trabajadores a la región
A podría influir también en la demanda de trabajo.

Transferencia espacial de la demanda


Según el modelo de la base económica, la entrada de fondos en una región
provoca en ella efectos multiplicadores gracias a Los gastos relativos a los
bienes y servicios locales. La llegada de trabajadores no necesariamente tiene
por efecto el crecimiento de la demand a global; la Figura 6.3 postul a que el
incremento de la oferta de mano de obra será compensado por una baja del
nivel de salarios, de manera que el dinero global gastado por los trabajadores
permanecerá en principio sin cambios. Pero la llegada de nuevos habitantes
modificará sin duda la estructura de la demanda: este impacto se ejercerá so bre
todo en la construcci ón residencial y en las infraestructuras: escuelas.
hospitales, etc. Es muy probable que aumente la demanda de productos
propiamente locales, por oposición a Ja demanda de productos importados.
198 _ Eco110111ía urbm1a y reg ional

CUADRO 6.3 - Impacto de las migraciones selectivas sobre las disparidades


regionales en materia de educación: simulación

Región A Región B Migrantes


Cantidad % Cantidad % B~A

Antes de migración

Población (en miles) 1 000 500 100


Población con diploma
de secundaria 800 80% 250 50% 70%
Población sin diploma
de secundaria 200 20% 250 50% 30%

/
% diplomados A/%
diplomados B 1,60

Después de la migración

Población 1 100 400


Población con diploma
de secundaria 870 79% 180 45%
Población sin diploma
de secundaria 230 21% 220 55%

% diplomados A/%
diplomados B 1,75

A todo esto, podemos agregar Jos efectos de una transferencia espacial de


demanda de A a B gracias a los ahorros aportados por los antiguos residentes
de B. Al combinar ambos efectos, llegamos a un efecto de retroacción en el
nivel de demanda de trabajo en A. El movimiento de trabajadores hacia A
(sobre todo si vienen con sus familias) incrementará la demanda de trabajo.
empujando la curva de demanda hacia la derecha para provocar un a vez más.
entre ambas regiones, una disparidad salarial que exigirá nuevos movimientos
de trabajadores para que se restablezca el equilibrio interregional. Este
resultado no es incompatible con el marco estático comparativo postulado por
el modelo de ajuste regional. Sin embargo. significa qu e el tiempo de ajuste
necesario para llegar a un nuevo equ ilibrio será más largo, y que será necesario
un movimiento migratorio más importante que aquel previ sto e n un principio
en el modelo. No puede estimarse por adelantado este impacto sobre la
Mnrio Po/1'.w· 199

demanda de trabajo; varía según los contextos y según las características de los
inmigrantes y de las regiones. El impacto de la migración sobre Ja demanda
interna de una región será tanto más importante cuanto que los nuevos
habitantes hagan u ocasionen desembolsos "nuevos" en la región. Precisemos
que estos desembolsos "nuevos'· corresponden al concepto de ingreso básico en
el sentido del modelo de la ba e económica.

Transferencia espacial de los factores "intangibles" de producción


En el capítulo anterior, hemos hablado de los factores intangibles
("dinámicos") de producción y de su papel en el proceso de desarrollo
económico a largo plazo. Una transferencia de población implica una
transferencia espacial de esos factores, pues:

Los factores intangibles (técnicas. espíritu de empresa. conocimientos ... )


son en parte "encarnados" en la población
Las características de la población (edad, origen, escolaridad ... ) tienen un
impacto sobre el ritmo de difusión y de adopción de nuevas ideas y nuevas
técnicas de producción
Ciertos factores que se encuentran en la base de los incrementos de
productividad (economías de escala. economías de aglomeración) están por
definición asociados a poblaciones más impol1antes.

Los dos primeros elementos se refieren a la "calidad .. relativa de las


poblaciones; Jo que nos lleva a hablar de la selectividad del proceso migratorio.

Selectividad de las migraciones


El término selectividad, aplicado a una población migranre, significa que la
población que parte no tiene las mismas características que la población en su
conjunto. La selección se hace en el momento de la decisión de partir hacia otra
región. Hemos visto que la migración tiene un costo, que hay que oponer a las
ganancias que se esperan obtener. De ésto hemos podido deducir que la
estructura por edad de los migrantes no será la misma para el resto de la
población ; es éste un primer índice de selectividad . La mayor proporción de
migrantes jóvenes suele tener por efecto la reducción de las tasas de
dependencia de las regiones de inmigración. Resulta una di sparidad a nivel de
los ingresos per cápita, en la medida en que el porcentaje de población que
200 Ecr'!_w111!_0 urha1_1_a y reg ional

trabaja se incrementa en la región de inmigración (la región A en nuestro


ejemplo).
Si se prosiguen las migraciones selectivas, la región B (región de
emigración) acabará por tener una tasa de dependencia elevada, puesto que su
población estará compuesta sobre todo por jóvenes de edad escolar, mujeres
dedicadas al hogar y jubilados. Este es efectivamente el destino de varias
regiones "marginalizadas" que, desde hace varias generaciones, tienen tasas de
emigración elevadas: el suroeste de España, el sur de México. el noroeste de
Brasil. Si, además, ciertos servicios (escuelas, hospitales, etc.) están a cargo de
la sociedad local (comunas, municipios ... ), el impacto en las disparidades de
bienestar será aún más importante.
El efecto de la selectividad no afecta solamente las estructuras de edad.
Puesto que la migración implica un costo (¡un esfuerzo!), los primeros en partir
son aquellos que pueden y desean asumirlo, y no necesariamente los más
desfavorecidos. El deseo "racional" de maximizar las ganancias de la
migración tiene mayores probabilidades de cumplirse para quienes poseen las
competencias para progresar en la región de destino , principalmente en cuanto
a la escolaridad. Un diplomado con especialidad (en ingeniería electrónica,
digamos), encuentra más fácilmente un empleo en una gran ciudad que en una
pequeña. Las poblaciones migrantes suelen ser más jóvenes, con mayor
escolaridad, y más emprendedoras que las poblaciones sedentarias. Pero es
siempre arriesgado pronunciarse sobre las "cualidades" ' de una población.
Observemos sobre todo el aspecto escolaridad, cuyas dimensiones son
fáciles de captar. Proponemos en el Cuadro 6.3 una simulación del impacto de
la migración selectiva en este aspecto. Suponemos que la región A está más
poblada que la región B (como era ya implícito en la Figura 6. J ), pero también
que su población está más escolarizada: 80% de los habitantes de A tienen nivel
de secundaria, contra 50% de los de B (o sea una tasa de diplomas 60% más
elevada en A que en B). Supongamos que 100 000 personas dejan la región B.
Esta población migrante está proporcionalmente más escolarizada que el
conjunto de la población de la región B (70% de diplomas contra 50%), pero
menos que la de la región A (70 % contra 80%).
El movimiento migratorio hace disminuir el porcentaje de diplomados en
ambas regiones (que pasa a 79% en A, y a 45 % en B) , pero proporcionalmente
más en B, con lo que se incrementa la diferencia entre las dos estructuras. La
,\/ario Po/ese ~0 1

tasa de diplomados en la población activa es ahora 75% más elevada en A. En


suma, la migración selectiva amplía las diferencias entre las regiones, incluso
si la población inmigrante está menos escola1izada que la población que recibe:
para que este resultado se produzca, basta que la población mi grante esté más
escolarizada que la población de su región de origen. Se puede aplicar el mi smo
cálculo a otras características: edad, estatuto profesional, nivel de ahorro.
La Figura 6.6 muestra la parte de las personas con instrucción postprimaria
en la población (de 15 años y más) de México en 1990, en función del tamaño
de las localidades. Las oportunidades de encontrar una persona co n instrucción
postprimaria son, teniéndolo todo en cuenta, casi seis veces más elevadas en las
grandes ciudades que en las pequeñas localidades. En resumen, la presencia de
diplomados en las grandes ciudades es más importante en términos absol utos y
en términos relativos . Los trabajos recientes de Roura y Saez (1991)

% Población de 15 años y más con instrucción postprimaria


70

60

50

40

30

20

2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

Tamaño: :ocalidades
Población: 1 a 99 800 000 y más

FIGURA 6.6 - Nivel de instrucción y tamaño de localidad : México, 1990


Fuente: INEGI. 1996a.
202 Eco110111ía 11rhww _,. reg ional

proporcionan datos útiles sobre la concentración espacial de diplomados


universitarios en España que van en la misma dirección. En breve, las grandes
ciudades tienen una ventaja comparativa en cuanto a actividades intensivas en
materia gris .

Causalidad acumulada y causalidad circular


A más largo plazo, el efecto de la transferencia de los factores intangibles
de producción hacia la región A será el incremento de la productividad del
trabajo en esta región, en comparación con la región B. En términos rel ativos,
el stock de conocimientos y de tecnologías modernas será más elevado. la
población activa más instruida y más receptiva a nuevas ideas y el stock de
capital más actual, sin olvidar el impacto acumulado de las economías de
aglom·eración. Todo esto estará entremezclado y será difícil de cuantificar, pero
el resultado global será una región A más "productiva". Veamos ahora cómo
puede este incremento de la productividad influir en la demanda de mano de
obra en la región A.
Alza de la productividad significa producir con mayor competiti vidad , de
manera que la región A incrementará s u parte del mercado nac ional. El
aumento de la productividad provocará un crecimiento de la demanda exterior,
empujando la curva de la demanda de trabajo de A hacia la derecha (ver Figura
6.2)_ Si el impacto positivo de las nuevas llegadas sobre la demanda de trabajo
es suficiente, podrá anular, incluso rebasar, el efecto negativo del crecimiento
de la oferta sobre los salarios (ilustrado en la Figura 6.3). Nos encontraremos
entonces ante una coyuntura que recuerda la imagen de un gato persiguiendo
su cola.
En términos más técnicos, se habla de un proceso ·circular y ac umulativo.
Circ ul ar, porque el efecto de retroacción en la demanda que gene ra la
transferencia espacial de los factores intangibles provoca un nuevo in cre mento
de los salarios, y porque, al final de cada ciclo, el proceso vuelve a empezar.
Acumulativo, porque al añadirse repetidamente a la oferta factores de
producción en A (y al reducirse relativamente estos factores en B), la diferencia
se amplía cada vez más entre ambas regiones, tanto en cuanto al tamaño de las
poblaciones co mo del stock de capitales, de conocimientos y de otros factores
de producción intangibles.
Para captar más adec uadamente el carácter acumulativo y circular del
desarrollo regional. es útil volver al concepto de multiplicador. Puesto que el
Mario Po/ese 20_1

valor del multiplicador depende de Ja capacidad de la región de retener el


dinero gastado e n su territorio, las regiones más desarrolladas y más
diversificadas retiran mayores ventajas de ese impacto en relación con otras
regiones. Es aquí donde las salidas de dinero ("fugas") toman todo su
significado desde una perspectiva de lucha contra las disparidades regionales.
Un dólar gastado en un pequeño pueblo de México puede producir más en el
Distrito Federal si la demanda que ocasiona se dirige sobre todo hacia bienes y
servicios importados de la capital azteca.

Centro, periferia

El impacto acumu lativo de los movimientos en los factores de producción


1 (trabajo, capital, conocimientos, etc.) en beneficio de las regiones que fueron
las primeras en desarrollarse, y en detrimento de las regiones alejadas. acaba a
menudo creando lo que se ba acordado en llamar una relación centro-periferia.
En casi todos los países del mundo industrializado, pueden observarse regiones
"centrales" más pobladas que son los focos de mayor industrialización y
urbanización, y donde los ingresos son má<> elevados que en el resto del país.
En la mayoría de los países latinoamericanos, con la excepción notable de
Brasil (cuyo centro económico sigue estando en el sur del país). la región de la
capital nacional muestra niveles de ingreso muy por encima del promedio
nacional. Podemos pensar, entre otras, en Caracas en relación con el resto de
Venezuela, México D.F. (México), Lima (Perú), Ciudad Guatemala
(Guatemala), o Montevideo (Uruguay). Una vez que el poder de atracción de
las regiones centrales se instala en la geografía económica de un país, e muy
difícil hacerle contrapeso. Hemos visto en el capítulo 4 que no debemos confiar
en las deseconomías de aglomeración para frenar el crecimiento de las regiones
urbanas central es.
Las fuerzas de divergencia son una realidad, y se hacen sentir en las
regiones más desfavorecidas, frecuentemente situadas en los confines del país,
lejos de los grandes mercados y de las regiones centrales. Al cabo de algun as
generaciones, el éxodo constante de los factores de producción (de población
so bre todo) , acaba por crear regiones periféricas menos pobladas. cuyas
particularidades varían según los países, pero que tienen cienos rasgos
comunes. En comparación con las regiones centrales, las economía5> de las
regiones periféricas se caracterizan por:
204 Econo111ía urbano _,. ffgi<111a/

Un mercado local más limitado y una localización más excéntrica en


relación con el mercado nacional;
Una mano de obra menos instruida y menos diversificada;
Una tasa de desempleo más elevada y(o) ingresos de los trabajadores más
bajos;
Una estructura economica más especializada, con frecuencia basada en
recursos naturales, en mano de obra barata, o en el sector público;
Fugas importantes (hacia el centro), tanto a nivel de las relaciones
interindustriales como de los factores de producción.

Un sistema indeterminado
Resumamos: en cuanto empiezan a tomarse en cuenta consideraciones
dinámicas, el sistema se vuelve inestable y la solución "indetermin ada" . Los
efectos de convergencia y de divergencia pueden anularse entre sí, o no , según
las circun stancias. Las migraciones son a la vez f.actor de equilibrio y de
desequilibrio, como los movimientos de capitales y otros factores de
producción. Las regiones prósperas -centrales- pueden seguir recibiendo
inmigrantes por generaciones sin que ésto influya de manera sensible en la
nivelación de los salarios. Asimismo, la inmigración no incrementa
forzosame nte el desempleo.
La mediació n final entre efectos estáticos (de convergencia) y efectos
dinámicos (de divergencia) depende en gran parte del nivel de selecti vidad de
los movimientos migratorios, y de la fuerza relativa de las economías de
aglomeración en la estructura industrial del país. En una coyuntura donde las
economías de aglomeración son poco importantes. y la migración poco
selectiva, los efectos de convergencia predominan .
El impacto neto de los efectos estáticos de convergencia y de los efectos
dinámicos de divergencia difiere según las circunstancias. Cualqu ier economía
en crecimiento se encuentra frente a un dilema. Las migraciones interregionales
y los movimientos interregionales de los factores de producción, que son
mecanismos indi spensables de ajuste regional y de asignación de recursos. so n
la base misma del proceso de desarrollo económico nacional. Sin embargo, los
movimientos de los factores de producción pueden también acentuar las
diferencias de desarrollo entre las regiones. La probl emática de de sarrollo

;
1 Mario Pole.1·1' 205

regional se resume, en gran parte. en la difícil mediación entre estas dos


realidades en cada etapa del desatrnllo.

La evolución de las disparidades regionales según el nivel de desarrollo

¿Es posible establecer un vínculo entre el nivel de desarrollo económico de


un país y el nivel de las disparidades regionales? El impacto de las
tran sformaciones espaciales que acompañan siempre los incrementos de
ingreso no se hace sentir de la misma manera en un país rico, urbanizado en un
/ 90%, que en un país pobre, rural en un 909(. En un artículo escrito en 1965 , el
economista norteamericano J.G. Wi lliamson upone la existencia de una
relación entre el nivel de ingreso nacional per cápita y el nivel de las
1 disparidades regionales, relación representada por una curva en fo rm a de
/ campana. La tesis de Williamson, reexaminada por Trachen (1985) , nos ha
inspirado la Figura 6.7.
Según esta tesis. las di sparidades (los primeros autores hablan más bien de
desigualdades) aumentan en las primeras fases de desarrollG y disminuyen una
vez que se ha superado un cierto ni,·el de desarrollo. ¿Por qué es así? Volvamos
a la Figura 1.3 (capítulo primero), en la que observábamos una relación análoga
para la urbanización , al menos en la parte izquierda de la curva. Al iniciarse el
desarrollo, la urbanización aumenta muy rápidamente. Al momento de pasar
del mundo rural al mundo urbano, las transformaciones espaciales son
particularmente brutales. Las mi gracion es tienen entonces una función crucial
como mecanismo de aju ste. Pero ocunen necesariamente con cierto rezago
respecto al ritmo de cambio de la demanda. y tienen por lo tanto un costo social
y privado importante. Su costo privado es probablemente más elevado durante
las primeras fases de desarrollo, cuando la migración es más selectiva. Así, es
lógico que las disparidades sigan siendo más importantes mientras no se haya
completado la transferencia de la población hacia la ciudad.
La integración económica favorece, en un segu ndo tiempo, la igualación de
los ingresos. La integración del territorio es en gran parte función del desarrollo
y de la inversiones en infraestructuras que lo acompañan: teléfono, can·eteras,
etc. Los datos para los países industriali zados se comportan , en genera l, en el
sentido del modelo de Williamson (véase Figura 6.5) . Otros factores fomentan
la tesi de Williamson:

,
206 Eco110111ío 11rha1111 ,. regim/{//

Nivel de
desigualdades
regiona les
1
1 Fase de crecimiento
1 Fase de decrecimiento
de las Penodo de transición
1 de las desigualdades
desiguald ades
1
1
1
América latina
: I,.. ,,, - - - - - _, 1 (Simulación)
1 "I
1
i', /
/" 1
1 """""'~~~~-,..~--~1--~~~
~-- ......i~~~~-•-1--
1 '
--......-,~~~~--
I ,.. 1 1 '
1 //
' ,
1 /
1 '
//
',
1 /
~/ '
1
'
1
1

Espacio dualista
Espacio Integrado

Países en vias
Paises desaFrollados
de desarrollo

Nivel de desarrollo

FIGURA 6.7 - Evolución de las disparidades regionales


en función del nivel de
desarrollo económico
Fuente: Trachen, 1985.

Los países ricos poseen más rec ursos para practicar polític as
de redi stribuciót
de ingreso s entre particul ares y entre region es (ver el capítulo
7);
Las desigu aldades suelen percib irse como menos acepta bles
socia lm ente e1
los países ricos. en los que se implem entan otras polític as
que tiene n u1
impac to redistributivo (salud , educac ió n, etc.);
La fase de urbani zación rápida provoc a con frecue ncia una
concen tración d<
los ingres os en favor de los propie tarios de suelo urbano
(ver capítu lo 1)
este efecto cesa únicam ente al termin arse la fase de urbani
zación ;
Las diferen cias entre individuos o grupos. tanto en cuanto
a la instrucció1
co mo a los valores (perce pcio nes, preferenci as ... ), sue
len ser meno
pronun ciadas en los países ri cos fuertem ente integra dos, lo
que reperc ute e1
las diferen cias e pacía.les.
Mario Po/ése 207

1 Sin embargo, la evolución postulada no es inevitable, pues ciertas


/ condiciones locales pueden hacerle contrapeso. Hemos visto que los países de
América Latina (Brasil en primer lugar) tienen índices muy elevados de
desigualdad de los ingresos (Cuadro 6.2). En otras palabras, incluso si Ja curva
en forma de campana de Williamson se confirmara para los países de América
Latina, es probable que la curva, en su conjunto, se sitúe en un nivel superior.
como en la Figura 6.7 (ver curva pLmteada) . Conservando la forma, el nivel de
desigualdad regional sería siempre más elevado en Brasil que en Canadá (por
ejemplo) para niveles de desarrollo análogos. En suma, la relación entre
j desigualdades y desarrollo no es nad a sencilla.

Desarrollo desigual: eterno debate

1 potencialmente
Desde la Segunda Guerra Mundial. muchos autores han advertido los efectos
perversos del desarrollo , algunos con un diagnóstico severo. Para
Myrdal ( 1968), uno de los padres de esta perspectiva analítica, los efectos de
divergencia acaban siempre por dominar los efectos de convergencia. Para
Friedmann (19 72), es indiscutible que la convergencia regional no c;ucede
automáticamente en el transcurso del proceso de desarrollo de una naci ón. El
libre movimiento de personas y de capitales se traduce en fugas que absorben las
posibilidades de desarrollo de las regiones periféricas. Friedmann y Weaver
(1981) preconizan el cierre parcial de regiones ("partial closure") para
protegerlas contra las fu erzas de la des igua ldad y de la divergenci a.
Además del concepto centro-periferia. se encuentran en la literatura
expresiones como desarro llo polarizado y desarrollo desigual. El término
"división espacial del trabajo" tambié n forma parte de la familia de conceptos
y términos técnicos que . e encuentran en la literatura. Pese a la diversidad de
términos empleados, éstos expresan si e mpre la misma realidad : el desarroll o no
se distribuye de manera igual sobre el teITitorio nacional, hay ganadores y
perdedores . Ya hemos visto en el capítulo 1 que el desmrnllo "desigual " (en
beneficio de las ciudades) es inevi tab le. Hemos visto también que el desarrollo
no puede realizarse sin que su1:jan disparidades (sa lariales, de rendimiento
sobre el capital...) qu e son el prec io por pagar. y que deben ayudar a las
decisiones de asignación de los rec ursos. Pero la gran cuestión sigue siendo:
¿las desigualdades, se aten uarán o se agrm·arán con el tiempo, y pueden
contranestarse por medio de inten·enc iones políticas?
Eco110111í11 11rb11na y regio1111/

El debate en torno a esta cuestión suele tomar el aspecto de un


enfrentamiento ideológico que opone a los economistas de tendencia
neoclásica ("la derecha", según algunos) y a los pensadores "críticos', quienes
se sitúan más a la izquierda sin ser siempre de inspiración marxista. Puede
calificarse a los primeros de optimistas, en cuanto confían en los mecanismos
"libres" del mercado para restablecer. con el tiempo, una nivelación de las
diferencias entre personas y entre regiones. El grupo opuesto, más
intervencionista, sostiene por el contrario que el mercado favorecerá la
agravación de las desigualdades. Es posible invocar datos y esquemas teóricos
en apoyo de ambas tesis, como hemos visto. La conclusión a la que llegamos
no es que una tesis sea globalmente superior a la otra, sino que las fuerzas
presentes pueden actuar en ambos sentidos.
La persistencia de desigualdades sociales nos pone frente a un dilema.
Empleando el vocabulario de los observadores de tendencia marxista, nos
encontramos frente a una de las contradicciones del "modo de producción
capitalista" (si se acepta esta expresión como sinóílimo de "economía de
mercado"). La contradicción puede resumirse así: en una economía de
mercado, la creación de las desigualdades (de salarios principalmente) es una
condición necesaria para el desan·ollo económico; pero éste es una condición
necesaria para atenuar las desigualdades.
La primera parte de la proposició n nos recuerda que las desigualdades que
su rgen en el transcurso del desan-ollo son. desde el punto de vista del papel que
desempañan en el sistema económico. co mo semáforos que guían la asignación
de recursos. Si la demanda de armas de fuego disminuye, es "normal", en una
economía de mercado, que disminuya también la demanda de trabajo en ese
sector y que parlo tanto haya despidos o disminución de salarios. Es " normal",
en una economía de mercado. que los términos de intercambio evolucionen a
expensas de las regiones exportadoras de bienes cuya demanda (relativa) está a
Ja baja. Paralelamente, el progreso tecnológico modifica constantemente las
relaciones de productividad entre trabajadores, y los salarios relativos . Si,
gracias a las nuevas máquinas y a un a mano de obra más capacitada, es posible
producir un automóvil a mej or precio con un número menor de trabajadores, es
"normal" también, en una economía de mercado, que aumenten, en la fábrica
, así modernizada, a la vez la remuneración del capital y la del trabajo; es para
los inversionistas y para los trabajadores un índice de las orientaciones que hay
que seguir. En cualquier economía en mutación , los precios y las
' Maria Po/ese 209

remuneraciones se modifican constantemente, en beneficio de ciertos agentes y


a expensas de otros. No hay nada que implique que el impacto de los cambios
se distribuya de manera equitativa sobre el territorio nacional.
¿Hay que reemplazar al mercado?
La esperanza de encontrar un mecanismo de repuesto a este proceso "libre"
de ajuste, en razón de los costos sociales que comprende, origina los intentos
por reemplazar el mercado por otros modos de asignación de recursos. Hasta
nueva orden, el único verdadero modelo de recambio sigue siendo la economía
planificada (de tipo soviético o cubano). En una economía planificada, donde
precios y cantidades son determinados por un ministerio de planificación u otro
organismo análogo, es posible en principio reducir el costo social de los ajustes.
Por lo menos, debería ser posible prever y planificar los cambios, de manera de
minimizar sus costos. Además, en una economía planificada, es en principio
posible fijar límites a las diferencias de salarios y de ingresos. Por fin , en una
economía planificada, el ministerio de planificación es quien determina la
asignación espacial de los recursos, o sea que puede decidir la transferencia de
recursos de las iegiones centrales hac ia las regiones periféricas. Todo esto son
posibilidades; no es necesario tener afinidades socialistas o anticapitalistas para
estar de acuerdo.
Sin embargo, la experiencia de los países socialistas, de la revolución rusa
de 1917 a la caída del muro de Berlín en 1989, nos muestra que la planificación
central es un mecanismo mucho men os eficaz que el mercado para guiar la
asignación de los recursos, precisamente porque los precios ya no son un índice
tan confiable de las escaseces relativas. El resultado, si consideramos la
experiencia histórica de los países socialistas, es una economía menos
funcional , menos capaz de asegurar un nivel equivalente de bienestar a los
ciudadanos, y una disminución de la capacidad del Estado para distribuir la
riqueza. Por fin, el planificador central no escapa a la necesidad de cuidar de la
utilización eficaz (productiva) de los recursos, lo que lo lleva, en algunos casos,
a reforzar a las regiones centrales y promover la creación de economías de
aglomeración en beneficio de las grandes ciudades. El planificador central,
tanto como el empresario capitalista. es se nsible a la distancia y a la necesidad
de minimizar los costos de transporte y los gastos de combustible.
Así, el dilema sigue pl anteado. El crecimiento económico ex ige la
aceptación del libre movimiento de los factores de producción y la libre fijación

,
210 Economía urbana y r1.1gio11a/

de los precios. Pero a menudo, el precio de esta libertad es un desarrollo


desigual, más o menos pasajero. Hay que admitir que existe la posibilidad de
que las fuerzas de divergencia, que propician un desarrollo desigual, sean a
veces superiores a las fuerzas de convergencia. En países con economías de
mercado se presentan situaciones muy diferentes, lo que indica que las
diferencias no dependen únicamente de los mecanismos económicos. ¿Por qué
los países de América Latina tienen sistemáticamente indicadores de
desigualdad más elevados que los países de Asia del este? (véase Cuadro 6.2).
Los países de ambos grupos son "capitalistas", y su nivel de desarrollo suele ser
comparable. Parece ser que parte de la explicación del desarrollo desigual
radica en las condiciones institucionales y políticas locales más que en la
elección del sistema económico34.
El hecho de que siga habiendo disparidades regionales de ingreso en Canadá
(ver capítulo siguiente), pese a una tendencia a la convergencia. demuestra
también que la geografía y la historia son factores importantes de explicación.
Las provincias del Atlántico (las más pobres de Canadá) fueron marginalizadas
a medida que la economía norteamericana se integraba y se consolidaba y que
su centro de gravedad se fue fijando en los Estados Unidos. En este sentido,
esta parte de Canadá se parece al sur de México, cuya situación geográfica es
también excéntrica en relación con el centro de gravedad de la economía
norteamericana. Las provincias canadienses del Atlántico serán siempre más
periféricas, en relación con los mercados centrales, que la mayoría de los
estados americanos, así como el suroeste de España será siempre más
periférico, en un contexto europeo, que la mayoría de las regiones francesas.
Las condiciones climáticas y geográficas no pueden desestimarse, y son
difíciles de modificar. Pensemos en las regiones interiores (Amazonas) de
Brasil, Colombia, Venezuela o Perú . Estas regiones, situadas en el corazón del
continente, poco pobladas, desprovistas de grandes ciudades, sufren un clima
inhóspito y, alejadas de los grandes mercados, continúan experimentando
problemas de desarrollo. La provincia colombiana de Amazona será siempre
más periférica, en el sentido geográfico y demográfico, que las regiones de
Bogotá o Antioquia (Medellín). El noreste de Argentina será siempre más
periférico que las zonas costeras cerca de Buenos Aires · el interior de Brasil

34 Sin embargo. recordemos que los datos del Cuadro 6.2 se refieren a las di sparidade> interperson ales de
in greso. y no interregionales.
Ma r io Po/ése ~ 11

será siempre más excéntrico comparado con los grandes mercados de las zonas
1costeras del sur; el interior de China estará siempre menos bien situado que las
'grandes regiones urbanas de la costa sureste. Como hemos dicho para el
mercado, no hay nada que obligue a que las consecuencias de la geografía y de
Ja historia sean equitativas. Sin embargo, es más fácil suprimir el mercado que
la geografía o el legado de la historia. Pero tampoco hay que caer en el
determinismo geográfico. Repitamos nuestro llamado a la prudencia; hay que
cuidarse de invocar causas simples para explicar la persistencia de las
disparidades regionales.
En la mayor parte de los países, el deseo de encontrar un equilibrio más
justo se ha traducido en la implementación de políticas de redistribución de los
ingresos y en intervenciones gubernamentales -incentivos fiscales y otras
medidas- con la intención de desviar la trayectoria espacial de la economía en
beneficio de las regiones menos favorecidas. Pero, como lo veremos en el
próximo capítulo, las políticas económicas regionales no dejan de plantear
otros problemas.

Temas de discusión y preguntas


l. Explique por qué las desigualdades regionales (en salario por trabajador)
son una consecuencia inevitable del desarrollo económico (es decir, un ·
crecimiento sostenido del ingreso por habitante).
2. En un marco estático ¿cómo puede restablecerse el equilibrio (el salario por
trabajador) entre dos regiones?
3. Discuta sobre las diferentes maneras en que se pueden manifestar las
disparidades regionales haciendo referencia a su país.
4. En referencia al modelo neoclásico, ¿cuáles serían los principales
obstáculos a la reducción de las desigualdades económicas regionales?
5. ¿Cómo se sitúa usted en el debate. entre aquellos que argumentan que las
desigualdades regionales tienden siempre a acentuarse y aquellos que
pretenden que las disparidades se reducirán con el desarrollo económico?
2 16 Eí'onnmía 11rhe111a ·' regional

Estados Unidos

• Estados "pobres"

Estados "medios"

O Estados "ricos"

Océano
Pacífico
N

MÉXICO D.F.

Estados pobres = 68% del promedio nacional o más bajo


Estados medios = entre 68% y 100% del promedio nacional
Estados ricos = arriba del promedio nacional (promedio nacional = 100)
Fuente: INEGI (informaciones directas).

Identificación de unos estados mexicanos

BCN: Baja California Norte CAM: Campeche COA: Coahuila


CHS: Chiapas CHI: Chihuahua DGO: Durango
GRO: Guerrero JAL: Jalisco MIC: Michoacán
NLN: Nuevo León OAX: Oaxaca PUE : Puebla
SLP: San Luis Potosí SIN: Sinaloa SON: Sonora
TAB: Tabasco VER: Veracruz YUC: Yucatán
ZAC: Zacatecas

Figura 7.1 - PIB per cápita, México, 1990


Capítulo 8
Políticas de desarrollo local

Las políticas de desarrollo económico regional examinadas en


los capítulos anteriores suelen depender principalmente del
Estado central. Pero, ¿por qué no dejar a los gobiernos y a la s
organizaciones locales aplicar las políticas de desarrollo
regional? ¿Por qué no apoyarse en los dinamismos locales para
asegurar el desarrollo de las region es? ¿Pueden los gobiernos y
las organizar.:iones locales intervenir eficazmente en el desarrollo
económico?

En este capítulo, después de exam inar el concepto de


desarrollo local, abordaremos los distintos tipos de interl'ención
en materia de desarrollo local: promoción de la inversión local,
promoción de las redes de interacción y de inn ovación,
organismos locales de desarrollo. Terminaremos con un análisis
de los problemas de financiamiento y de autonomía de los
gobiernos locales.

El desarrollo local : ¿modelo de análisis o modelo de desarrollo?

El desarrollo loc al como marco de aná li sis y como es trategia de


intervención es de origen reciente. Los primeros escritos datan de los años
1970. La idea nació en reacción a los modelos de aná li sis tradicionales (modelo
de Ja base económica. polos de desarrollo ... ) y a las políticas region ales
centradas en las subvenciones para la implantación de empresas. ¿No hubiera
sido mejor contar con las empresas locales, con el espíritu de empresa de la
gente de la comunidad y con la capacidad de innovación del medio?

,
242 Econom ía urha11a y reg io11

Un ideal
un ideal. Implic a
Más que un simpl e conce pto, el desarr ollo local es
una soluci ón de recam b
posib ilidad de un mode lo altern ativo de desarrollo,
as. En e te sentid o,
para el desarr ollo desigu al , depen diente de fuerza s extern
c ión al análisis.
términ o es tanto un llama do a la acción como una invita
s más respet uos.
¿Por qué no puede el desarr ollo region al adapt arse a forma
s? Esta reivin dicación ,
de las neces idade s y deseo s de las pobla cione s locale
-o llo econó mi co nacion
comp rensib le. Vimo s en el capítu lo 6 que el desan
duran te las prime r
provo ca neces ariam ente dispa1 idades reg ionale s, al menos
las únicas en tener es
fases del proce so. Las econo mías de merca do no son
estra que las econo mí
proble ma. El fracas o de la exper iencia soviética demu
di sparid ades reg ionak
planif icadas no han lograd o tam poco elimin ar las
¿Acas o no es normal soñar con otros mode los?
·'mod elo altern ati vo
Se utilizan tambi én otros té rmino s para design ar este
por la base. Algun
de desarr ollo, corno desarrollo endóg eno o desarrollo
ponie ndo énfas i en 1
autore s hablan de desaff ollo comu nitari o, o popul ar,
todos esos términ
inicia tivas popul ares. Por lo meno s implíc itame nte,
proce so de desarr ollo, q
expre san el deseo de que el propi o medio ini cie un
a en las iniciativas y 1
desem boque en una econo mía region al pró pera basad
la región. Idea lmente,
conoc imientos de los habita ntes y de las empre sas de
denci a de la regiór
desarr ollo local ll eva co nsigo un a reduc ción de la depen
terior. Es un de arrol
los gobie rnos y los agente s eco nómic os del ex
e injust icias del sistem;
a utóno mo, libre (al meno s en parte) de las pres iones
estas expec tativa s.
Por supuesto, ningú n conce pto puede satisfa cer todas
forma s según el auto1
desan-ollo local como objetivo sue le tomar distin tas
rep ite n co nstan teme n
según Ja situac ión. Pero cierto · temas y argum entos se
local son neces arias pa
para apoya r la idea de qu e las po líti cas de desarrollo
insati sfacci ón crea
Respo nder al fracas o de las polític as nacio na les y a la
por las polític as tradi cional es de desaIToll o region al;
nueva impor tancia
Enfre ntar la crisis de la gran empre sa, y canali zar la
las peque ñas empre sas y de los reg iona li smos;
ciones locales p:
Atend er la neces idad de un mayo r respet o a las pobla
reduc ir los costos socia les del desarr ollo;

,
Murio Po!he 243

Redescubrir las va1iables no económicas, la renovada importancia del sector


informal y de la solidaridad soc ial;
Formular nuevos mecanismos locales de intervención y de ajuste frente a la
internacionalización del capital y de otros factores de producción.

En América Latina y en los PEO, se mencionan también otras razones a


favor de las políticas de desarrollo local: la fa lta de solidez y de legitimidad del
Estado central , la desconfianza hacia las élites políticas tradicionales, la escasez
de recursos del Estado central, la necesidad de crear estructuras locales de
decisión y administración.

Un marco de análisis
El desarrollo local es también un marco de análisis. El adjetivo local llama
la atención sobre los factores locales de desanollo económico regional, sobre
el papel que desempeña el medio como factor de innovación y de dinamismo.
Por ejemplo, ¿,q ué importancia tienen los mecanismos locales de cooperación y
de solidaridad en el proceso de desarrollo regional? Conceptos como
concertación , asociación , redes de interacción y smergrn forman parte del
marco de análisis.
El papel que desempeñan los factores locales en el desarrollo económico
regional es indiscutible. Pero, ¿es posible (o útil) distinguir entre factores
endógenos y factores exógenos? ¿No se trata en realidad de un proceso de
acción, de reacción y de retroacción. en el que se entremezclan fuerzas externas
y fuerzas internas? Hasta la iniciativa más auténticamente local es siempre una
' reacción a acontecimientos cuyo 01igen se sitúa en el exterior de la región.
Entre los factores no locales, mencionemos la demanda externa, las políticas
nacionales, las decisiones de localización de las empresas multirregionales, el
progreso tecnológico. La región , como objeto de análisis económico, se
caracteriza por su apertura al exterior, como lo hemos visto en el capítulo 5. Es
difícil imaginar un espacio eco nómico nacional sin intercambios o
transferencias interregionales. La idea de una dicotomía analítica "local-no
local'' nos recuerda la distinción "básico-no básico" del modelo de la base
económica. Esta idea plantea también problemas conceptuales considerables.
Pero, en el modelo de desan-ollo local , se invierte la importancia relativa de los
dos elementos: es ahora al elemento "locar· al que se le prestan cualidades
motrices.

,
Ecrmo111ía 11rha11a r regin11a/

El principal límite del desarrnll o local como marco de análisis es la ausencia


de relacione s cuantific ables, y por lo tanto de fonnulac iones rigurosas del
modelo. Es un enfoque más cualitativ o que cuantitat ivo. El concepto de
factores locales puede cubrir la gama completa de acciones y caracterí sticas
locales. Como el enfoque supp/y-si de, el desarroll o loca l no propone relacione s
de causa y efecto, que puedan ser probadas o medidas. Pero no pueden hacerse
a un lado los factores cualitativ os. En este sentido, puede hablarse de un marco
de anális is que trata de la parte difícilme nte exp licable del desarroll o, lo que
hemos ll amado los factores intangibles de producción..

Una apuesta sobre el potencia l del medio


Las políticas de desarroll o local suponen la posibilid ad de que se pueda
exp lotar un potencial real, pero aún oculto, trabado. Las intervenc iones no
tienen por objetivo redistribu ir las actividad es económi cas entre regiones, como
las políticas examinad as en el capítulo 7. sino más bien aprovech ar los recurso.
locales. Implícita mente, se plantea que la situación actual es sub-óptü na. y que
la revalorización de los recursos locales se traducirá en un ap01te neto al
producto nacional. Esta es la premisa de cualquie r estrategi a de desa. rollo
local.

La cuestión que se plantea entonces es: ¿por qué el mercado no asegura la


revaloriz ación de los recursos locales? Si e preconiz an políticas de desaJTolto
local. es porque se supone que el mercado no basta para asegurar el surgimie nto
de talentos locales para los negocios , ni la revalorización de los recursos
locales. En breve, se postula la existenci a de una falla del mercado. El reto
consiste en encontra r los obstáculo s que impiden que la región se desarroll e
normalm ente. Pero no pueden invocarse las fallas del mercado si los obstáculo
son factores "naturales", como la distancia o la geografía.
Según la teoría económi ca. los agentes económi cos (hogares . empresas .
etc.) reacciona n en todas partes de la misma forma a las oportuni dades que se
le. presentan, en función de las señales que les envía el mercado . Si verdader a-
mente encuentran en una región oportuni dades inexplota das, ¿por qué las
empresas no invierten en ella? A menos que la població n de la región sea
.. diferente " (posibilidad que no hay que excluir), el desarroll o local debería
ocurrir espontán eamente. Ademá s. de haber efectivam ente en una región
posibilid ades de inversión, las empresas del exterior hubieran venido a
aprovech arlas. Si la región no '·despega " . una de dos: o no ofrece posibi lidades
,lfurio Poit' se 245

inexplotadas, al menos no en mayor proporción qu e en otras regiones. o Liene


probl emas y obstáculos pruticulares que hacen que el desarrollo se dificulte
más que en otras partes. Una vez detectados los bloqueos particulares. es
responsabili dad de las políticas de desarrollo Jacal el aplicar Jas interve nciones
apropiadas al medio.

En las secciones siguientes. confrontare mos a menudo las políticas


propuestas con las realidades del mercado.

Promoción del espíritu de empresa ( entreprene urship) local

La empresa, como unidad de organización social es la base de las


economías de mercado; no existiría desaITollo local o endógeno sin creaci ón
local de empresas, y sin expansión de las em presas locales. La idea de que el
emp resario , como actor, está en el corazón del proceso de de sarrollo
económico, no es reciente. Se le atribuye al economista ale mán J. Shumpeter
( 1926) la paternidad de este enfoque del proceso de desaITo ll o.
La promoción del "entrepre11eu rship'', o espíritu de empresa local. suele ser
el ele mento clave de las estrategias de de aJTollo local. El espíritu de empresa
es un atributo personal ; es el gusto y la perspicacia por los negoci os. El término
designa también la propensión de los miem bros de un grupo (o de los
habitantes de una región) a fund ar empresas y a hacer buenos negocios. Dícese
de una región desprovista de empresas locales que carece de esp íritu de
empresa.

Los obstáculos al espíritu de empresa


Para una región, la falta de espíritu de empresa puede exp li carse por las
razo nes siguie ntes:

a) Los habitantes no tienen inclinaci ón por Jos negocios. En esta comunidad,


fundar un a empresa no representa un valor social positivo, y prosperar en los
negocios no está forzosament e bien visto. En este caso. se habl a de bloqueo
socio-cu/rural que se manifi esta en las percepcione s y los gustos:
b) La proporción de habitantes aptos para hacer negocios es más bien escasa.
E l porcentaje de población en edad de trabajar es inferior al promed io
nacion al. así como el nivel de in trucción. Se habl a aquí de bloqueo socio -
demográfico. Recordemos que las mi grac iones inteITegionales. por su
246 Eco11om{a urhana r rc~io110 /

selectivid ad, aumentan la tasa de dependen cia de las regiones periféricas y


disminuy en su tasa relativa de escolarid ad (capítulo 6);
c) Con motivo de carencias institucionales, es más difícil (más costoso) lanzar
una empresa en la región. Nos referimo s aquí sobre todo al sector "fom1al".
La región carece de instituciones financieras, de despacho s de asesoría, y
demás intermed iarios indispens ables para el buen funciona miento de una
empresa moderna . Se habla entonces de bloqueo institucional:
d) La región ofrece pocas ventajas compara tivas, y por lo tanto escasean las
oportuni dades para hacer negocios. Consider ando su pequeño tamaiio, su
alejamie nto de los mercados principal es y sus demás caracterí <>ticas
geográfic as, la región no ofrece muchas posibilid ades de iniciar proyectos
rentables .

La mayor parte de políticas buscan terminar con los bloqueos in stitucionales


(c) , y en ciertos casos con los bloqueos socio-cul turales (a), por medio de
actividades de animació n. El éxito que obtengan las políticas de desarrollo
debería poder modifica r la estructura demográ fica poco adecuada . que es a la
vez consecue ncia y causa del subdesar rollo. Ya hemos dicho que es difícil
modifica r el factor d por medio de políticas voluntaristas.
Los cuatro elemento s están inteITelacionados. Si escasean las oportuni dades
por causa de factores difíciles de modifica r (d), poca gente se lanza a hace1
negocios y la que lo haga fracasa a menudo, lo que no deja de crear un ambiente
local poco propicio al espíritu de empresa (a), y más tarde los movimientos de
emigraci ón de població n y de capital contribuy en a que la región sea aún m eno~
interesante para la creación de empresas. Este círculo vicioso de subdesarrollc
recuerda los factores de divergencia regional que aparecían en el capítulo 6.
¿A qué nivel puede intervenirse? La respuesta no es evidente , pues lw
relaciones de causalida d van en los dos sentidos. Un clima socio-cultural pocc
propicio a la empresa (a) puede ser resultado de la escasez de oportuni dade:
(d), pero también ser causa de esta escasez, que quiere decir que un esfuerz<
sostenido de desaITollo local puede llegar a transform ar incluso los factore
difíciles de modificar.

Políticas de ayuda a las pequeñas y medianas empresas


La mayor pa11e de las políticas de ayuda a las pequeñas y medianas empresa
(PME) buscan reducir los costos asociados a la creación de empresas l ocale ~
Mario f'oli' le 2.n

Varios países tienen políticas para las PME destinadas a ayudar al pequeño
empresario a iniciar negocios. No se trata de políticas regionales, en la medida
que se aplican en el conjunto del territorio nacional. Pero intervenciones de este
tipo pueden también depender de los gobiernos regionales o locales.
El Estado puede apoyar la creación de empresas de varias maneras. Lanzar
un negocio no es solo cuestión de dinero, como lo veremos. Para comprender
lo que sigue, conviene distinguir los costos intangibles de los costos
estrictamente financieros.

Reducción de los costos de información

Aún antes de que un empresario pueda fundar una empresa suele surgir un
obstáculo : el de la información sobre el proceso por seguir, sobre la manera de
iniciar, sobre las posibilidades de ayuda y de asesoría, o sea sobre
prácticamente todo. La información no es gratuita. La adquisición de
información puede compararse a una invers ión. Su costo comprende a la vez
desembolsos reales y de tiempo (en forma de costo de oportunidad). La
información es sensib~e a la distancia y a las barreras culturales. Es más cara
para el habitante de una pequeña región ais lada (región B) que para el de la gran
ciudad (región A) . El habitante de la región B debe gastar más energía para
informarse sobre las políticas de ayuda a la pequeña empresa: los funcionarios
y los banqueros están más lejos.
¿Qué pueden hacer los gobiernos para reducir los costos de información en
las regiones de tipo B? La medida más frecuentemente adoptad a es el
establecimiento de agencias locales de apoyo- asesoría a las PME, o aún la
creación de organismos locales de desarrollo con funciones de apoyo-asesoría
(veremos ésto más adelante). Estas agencias pueden depender del Estado
nacional o de gobiernos locales, o . er resul tado de iniciativa mixtas en las que
participa el sector privado (cámaras de comercio, consejos patronales, etc.). Sin
embargo, la eficacia de las medid as para reducir los costos de información es
difícil de evaluar, por varias razones:

a) Las necesidades de informaci ón del pequeño empresario no son uniformes ;


la información debe adaptarse a la. neces id ades del candidato. El organismo
público (o mixto) de apoyo-asesoría sue le poder transmitir información
estandarizada sobre cuestiones tales como las leyes de incorporación de las
e mpresas, las prácticas de contabilidad. los programas de ay uda financ iera

,
248 Ecn110111ía 11rha11a _,. regional 1

s
a Jas PME, etc., así como otras informa ciones útiles a las personas deseosa
de fundar una empresa . Pero en cuanto se trata de informa ciones más
específi cas, sobre el tipo de empresa (digamo s Ja confecc ión de flores
artificia les), es poco probabl e que los asesore s de los organism os locales
sepan más que el mismo empresa rio. Los organis mos locales no pueden
las
respond er más que a una parte de las necesid ades de información de
PME;
las
b) Las informa ciones más valiosas son a menudo privadas , es decir que
compart ir
poseen particul ares o empresa s. Estos, o no están interesa dos en
de,
la infornia ción, o bien la venden en el mercado por medio de despach os
firmas privadas de
asesoría , de oficinas de estudios de mercado u otras
apoyo-a sesoría. Cuanto más valiosa sea la informa ción, más probabl e es que
SP. encuent re en el ámbito privado . El empresa rio debe
aJTeglárselas · para
adquirir la;
de
c) La calidad de la informa ción transmi tida depende de los conocim ientos
los asesore s que trabajan en el organis mo local. Entre más pequeña y alejada
sea la localida d, más difícil le será con ervar emplead os calificados.
Es
probabl e que el organis mo no cuente más que con algunas persona s alta-
mente calificad as. Además , el alejami ento de los grandes centros urbanos
increme nta los costos de la infonna ción. En este sentido, el organism o local
enfrenta los mismos obstácu los que las demás empresa s de la región;
d) Los costos de transmi sión de la inronna ción a los clientes varían según
ei
caso. El organis mo local de apoyo-a sesoría no puede estar en todas partes
lo más probabl e es que esté localiza do en el lugar central de la región. Lrn
habitant es de la región deben comenz ar por conocer su existencia y tene1
una idea de las informa ciones que les puede proporc ionar; luego, deber
~
desplaz arse, a costos más o menos elevado s segú n el tamaño de la región
los medios de comuni cación disponib les. Aquí también , el organism o loca
enfrenta los mismos obstácu los que cualqui er otra empresa : tiene que atrae
clientela , con Jos costos que esto supone:
r s1
e) El organis mo local sólo puede ofrecer la informa ción. no puede asegura
consum o. Si los habitant es de la región no están interesa dos en hace
a
negocio s , o no encuent ran oportun idad para el lo (lo que nos recuerda
obstácu lo d), el impacto de la red ucci ón de los costos de información ser
limitado .
Mario /'o/ese 249

El costo de oportunidad del espíritu de empresa

Para comprender mejor la propensión al espíritu de empresa y poder evaluar


la eficacia de las medidas para prnmoverlo, conviene referirse de nuevo al
concepto de costo de oportunidad. Supongamos una región (B) donde las
oportunidades de hacer negoci os, y por lo tanto las posibilidades de empleo,
son proporcionalmente más bajas que en la región vecina (A); los costos de
información son también má · elevados. ¿Puede deducirse que la propensión al
espíritu de empresa en esta región es más baja? ¿Habrá carencia de empresas
, locales? En otros términos. ¿son los problemas de la región causados por la
ausencia relativa de emprendedores locales?
Parte de la respuesta se encu entra en el costo de oportunidad del espíritu de
empresa en relación con otras posibilidades (opciones) de ganar un ingreso. Si
los costos de emigración son elevados y las posibilidades de empleo limitadas,
los negocios pueden aparecer como la opción menos costosa. Si la persona es
poco móvil , por razones culturales por ejemplo, tendrá más tendencia a buscar
su fuente de ingresos en su regió n. En las mismas condiciones, el empresario
local estará también más di spuesto a asumir costos de información elevados
que un empresario de la región A.
En cuanto se toman en cuenta los costos de oportunidad , se comprende más
fácilmente por qué el espíritu de empresa es tan activo en la mayoría de las
ciudades de los PEO, donde. en el sector llamado informal , abundan pequei'los
arte:.: anos, vendedores y otras PME: no tienen acceso al sector "formal"
(formado por empleos protegidos por el Estado, sindicatos u otros grupos), y la
migración es demasiado costosa. El mismo razonamiento explica la aparición
de c iertas empresas locales en regiones desprovistas de grandes empresas con
control externo (y por lo tanto de fue ntes "alternativas" de empleo). El éxito
qu e se pueda tener en promover el esp íritu de empresa local depende en parte
de las oportunidades que tengan los habitantes de una región, incluyendo la
emigración.

El tándem capital-información

El pequeño empresario que empieza necesita capital. Si no lo encuentra por


vías informales (los primeros fo ndo s provienen a menudo del ahoITo perso nal,
de parientes o de amigos). deberá acud ir al mercado. Se dirigirá a los bancos.
250 loco110111ía 11rh111111 y rcgio11a/

préstamos comerciale . Las


pero también a institucione · de inversión o de
formas varían seg ún los países.
país), el acceso al capiial
Dentro de un e ·paci o económico integrado (de un
s de tasas de interés entre las
es en principio igual para todos: no hay diferencia
onan como es debido. sin
regiones. Si lo mercados financieros funci
región B que en la región A.
obstáculos, el costo del capital es el mismo en la
lo hemos visto en el capítulo
Pero el capital no es perfectamente móvil, como
y acceso al capital es bastante
6. La distinción entre acceso a la información
en casi lodos los casos:
artificial. El recurso escaso es la información
sobre la manera de obtenerlos.
información sobre dónde encomrar los fondos, y
cto sea rentable. no tendrá
El pequeño empresario bien informado, cuyo proye
que le preste, y sabrá cómo
normal mente problema en encontrar a un banquero
de la región B, más alejada.
presentar su idea. Pero de hech o. el empresario
costo de información) más
enfrenta costos de capital (co~to por capital +
que tendrá que realizar para
elevados que su rival de la región A. Los esfuerzos
a) serán mayores si éste se
convencer al banquero (o a otro in versionist
a ciudad.
encu entra a 300 kilómetros que si está en la mism
ia que se le da al capital.
Las percepciones cuentan mucho en la importanc
es invocar la insuficiencia de
La reacción "normal'' del empresario que fracasa
línea de crédito"!) más que una
capital (¡Si sólo el banco no hubiera "cortado su
lmente su eventual falta de
falta de organización o de habilidad. Admite difíci
percibe de manera contraria.
competencia o de conocimientos. El banquero lo
ién con problema · de infor-
Pero los proveedores de fondos se encuentran tamb
ta de fallas de planificaciór
mación: la gestión de los expedientes no estü exen
ociables. Si la informaciór
o de conocimientos. Información y capital son indis
existiría el concepto de riesgo
fuera perfecta, no habría fracasos ni quiebras: no
comprende un elemento d(
Cualquier inversión. cualquier proyecto de empresa
o la empresa y los demfü
riesgo. Pero , ¿cómo deben compartir este riesg
actores?

Reducción del costo del capital


financiera a las PME. Est<
Varios paíse<, cuentan con regímenes de ayuda
bancos. financiados en part'
ayuda toma a menudo la forma de bancos o ele casi
pequeñas empresas en condi
por fondos públicos y dispuestos a prestar a las
de interés preferenciale . ... )
ciones ventajosas (garantías de préstamo. tasas
M orio Po/é.w· 2:'\ 1

Estas instituciones pueden también participar directamente en Ja empresa. por


medio de la compra de acciones y otras inversiones directas. Organismos inter-
nacionales, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desairnllo.
pueden implicarse en este tipo de políticas.
La mayoría de los países tienen regímenes fiscales que favorecen a las
pequeñas empresas, por medio de deducciones de impuestos y otras ventajas.
Así, para reducir el costo del capital de Bolsa de las PME. el Estado
quebequense (Canadá) ha establecido, durante los años setenta, un régimen de
ahorro-acciones (REA por su siglas en francés) que otorga reducciones de
1
impuestos a todos los ciudadanos que compren acciones de pequeñas
empresas de propiedad quebequeose38. Este tipo de régimen, que de hecho
subvenciona a las PME, establece un reparto de riesgos entre el empresario.
el inversionista y los demás contribuyentes. Si lo~ proyectos tienen éxito.
inversionistas y empresarios obtienen beneficios; si fracasan, las pérdidas son
asumidas por las partes en proporciones que varían según la importanci a de la
subvención.
La ayuda financiera así otorgada implica riesgos , como por ejemplo la
sobreinversión en capital fijo y la expansión demasiado rápida. La inversión
inicial (subvencionada) en capital fijo puede ocasionar ulteriorm ente . para
fines de modernización y de mantenimiento del stock, necesidades en capital
que el empresario tendrá dificultad en asumir. La accesibilidad del capital a
un costo inferior al de mercado acentúa así el riesgo que el empresario se
sobreendeude, lo que puede llevarlo a la quiebra. Cuanto más disminuya por
debajo de s u nivel real el costo del capital gracias a las ventajas a las PME.
más aumentan los riesgos de sobreinversión. Por esta razón, en la mayor parte
de los países, los regímenes públi cos de préstamos casi bancarios a las PME
tienden cada vez más a acercarse a las tasas reales de merc ado. Las
ins tituciones públicas corno proveedoras de fondos suelen ser en general un
último recurso para las empresas rechazadas por el sistema bancario priYado.
El régimen quebequense de abono-acciones (REA) tuvo mucho éxito en un
principio . Al vol ver el capital-acción menos caro, suscitó la apa1ici ón de

18 La> J <:<l ucc io n<.:s li scalc, eran aJec u.idas de ame n.lo al ta maño de las e mpresas. Par<t la, emprc , .ts m ~s
pequ cii as. la dedu cciún otorgada al in"e r,;ion i, ta pu ede ll egar hasta e l 150% del cos to de comrra de la
acc ión.
252 Eco110111ía 11rlll11w Y regional

múltiples PME a principios de los años 1980-1989 . Tuvo además el mérito de


incitar a los pequeños empresari os a recurTir al financiam iento bursátil (por
acciones), y a alejarse de los modos de gestión exclusivam ente fami li ares. Pero
el período inicial de crecimie nto de las PME fue seguido por un período de
estancami ento y de decadenci a relativa, y cayó el nivel medio de las accio nes.
pues varias PME tuvieron ambicione s desmesura das , lanzándos e a proyectos
poco rentables.

Finalment e, el éxito de cualquier política de este tipo desca nsa, para


empezar, sobre la existencia de un sistema financiero (nacional) eficaz,
incluyendo una red de bancos comercial es y un mercado bursátil. sistema
sustentado a su vez en políticas macroecon ómicas y monetarias aprop iadas.
Siempre será mayor el costo del capital en condicion es de inflación o de
inestabilid ad monetaria . Sin embargo, estas cuestiones rebasan el marco de
análisis region al.

Descentralización de los programas de ayuda a las PME

Los regímenes de ayuda a las PME no tienen forzosame nte un carácter


regional. Se trata a menudo de políticas nacionales de promoción del espíritu
de empresa, de las que se benefician las regiones alejadas. Pero es posible hacer
variar el nivel de ay uda financiera a las PME según las regiones, de la misma
manera que las primas regionales a la in stal ación (ver capítulo anterior). con las
mismas ventajas y los mismos inconvenie ntes.

El Estado puede también descentral izar la administra ción de los programas .


E n lo que se refiere a la función de apoyo-ases oría, las oficinas locales se encuen-
tran con los problemas ya descritos. La administra ción local de las políticas de
ay uda fin anciera plantea sobre todo la cuestión de la descentralizaci ón de las
decisiones . ¿Esta rán los emp leados de la oficina local capacitado s para aprobar
un pré tamo de varios millones de dólares sin consultar a sus superi ores de la
gran ciudad? La eficac ia de las políticas de ayuda a la empresa depende en parte
de la capacidad de las in stancias loca les de reacc ionar rápidamen te (de manera
autónoma) a las demandas de l medio. A menos que la oficina local cuente con
una ampli a autonomía (principalm ente para la aprobación de préstamos) , el
empresa ri o local se aITiesga a enco ntrarse frente a un proceso ad mini strativo
bastante lento. Si el costo de oportun idad de su tiempo es elevado (s i su proyecto
Mario Poli'I'<' 253

debe iniciarse rápidamente), el empresario se dirigirá al sector privado, aunque


éste Je imponga un costo de capital más elevado.
La descentralización de los poderes de decisión financiera implica una
intermediación entre dos costos: el costo relacionado con la posibilidad de
aceptar préstamos con un mayor nivel de riesgo, y el costo para dotar a las
oficinas locales de personal capaz de analizar los casos locales. Si el Estado
1 central desea que todos tengan un acceso igual a sus programas de ayuda
financiera, tiene dos soluciones:

a) Implantar sobre todo el territorio nacional oficinas locales dotadas de un


1 personal adecuado con gran autonomía de decisión;
b) Implantar sobre todo el territorio nacional oficinas locales dotadas de un
1 personal reducido, también con gran autonomía de decisión.

La primera decisión , aunque es la ideal desde el punto de vista de las


regiones, suele ser demasiado costosa para los medios financieros del Estado.
En cambio, la segunda tiene un nivel elevado de riesgo financiero , pues puede
suceder que la ayuda sea otorgada sin garantías suficientes. Frente a este
dilema, el Estado central limitará probablemente la descentralización de
decisiones. La administración de las políticas de ayuda financiera a las PME
será entonces asumida por un organismo nacional (a veces por un ministerio)
cuya sede estará en la capital , pero que tendrá oficinas locales regionales con
poderes de decisión más o menos amplios. También es posible que los políticos
(ministros, diputados) deseen ejercer un control sobre los fondos empleados;
esto nos vuelve a llevar a la cuestión del impacto del sistema político sobre el
modo de funcionamiento de los aparatos administrativos del Estado.

La ayuda a la empresa: los gobiernos locales


Los gobiernos locales suelen tener un margen de maniobra muy limitado
para ayudar a las empresas locales. Claro es que las situaciones varían según
los países. Por gobiernos locales, se entienden aquí el nivel de gobierno que
corresponde al grado menor de la jerarquía político-administrativa nacional:
municipios, comunas, etc. Trataremos más adelante de la cuestión de los
poderes y de los modos de financiamiento de los gobiernos locales (Bah] y
Linn, 1992, constituye una excelente referencia general en materia de fiscalidad
municipal en los PED).
254 Eco110111íu 11rbo11a y regi011a/

En Ja mayor parte de los países, los presupues tos autónomo s de los


municipio s o comunas rara vez son suficientes para que la autoridad local ,
pueda ser un actor importante en el proceso de desairollo económico . En
América Latina. los recursos de que disponen los gobiernos locales son
escasos, pues éstos no cuentan en general con una base fiscal autónoma; los
impuesto prediales suelen estar mal administra dos, o no están administra dos
(ver también el capítulo -1- ). Demasiad o a menudo, los municipio s dependen de
transferen cias financiera s del Estado central.

Al respecto, los resultados para los municipio s de Monterrey y de Puebla,


en México, son reveladore s (Figura 8.1 ). Proporcio nalmente, teniendo en
cuenta el nivel relativo (más bajo) del PNB per cápita de México, estos dos
municipio s generan ingresos autónomo s mucho más bajos que el municipio de
Montréal en Canadá. El municipio de Montréal es comparab le al de Monterrey ,
tanto en términos de tamañ o (en a mbos casos nos referimos a un millón de
habitantes 39) como de dimensión de sus zonas metropolit anas 4 º. Sin embargo,
los ciudadano s de Monterrey genera n proporcion almente solo una octava parte
aproxima damente de los impu estos prediales generados en MontrPaJ.
Comparati vamente, la situación de Puebla es aún más dramática: los impuestos
locales per cápita so n casi quince veces inferiores de los de Montréal. La
diferencia no se explica por la pobreza relativa de México, ya que los ingresos
mexicanos han sido ajustados para tomar en cuenta esta diferencia . En realidad,
sin este ajuste, el ciudadano de Puebla paga, en promedio, US$13 5 en
impuestos predi ales contra US$977 que paga un montrealé s, es decir, una
diferencia del orden de l a 70. Se aprecia con claridad que los municipio s de
México tienen mucha dificultad e n movilizar los recursos fiscales necesarios
para el so tenimi ento del desarrollo local, lo cual se traduce en la escasez y la
calidad inferior de los serv icios públicos (agua, carreteras locales, seg uridad
pública) necesarios para el buen funcionam iento de las empresas. Esta
situación se reproduce en toda América Latina.

39 Pueb la contaba ta mbi én con una población de aproximadamente un mi ll ón de habitantes en 1994.


4
0 Las dos zonas metropo litana>. en Ja, que se in sertan ambos muni cipio;. cuentan cada un a con
aproximadamente trc' millone, de habitantes. Si n embargo, las responsabi lidades asignadas a Ja,
munic ipalidadc~ mexica nas ~ canadien\es no so n totalmente co mparables. Por eje mplo, el tramportc
públi co oc upa. en g~nera l. un lugar mucho más importante en los presupuesto<; de las grande\ ci udadc'
canadienses.
Mario Poli•sr:

US$

1 1400
ffill Ingreso
1200 O Impuestos

1000

800

600
446
400

200

o
Puebla Monterrey Montréal

FIGURA 8.1 - Ingreso total e impuestos locales- per cápita 1994 en US$,
Municipios de Monterrey y Puebla (México) y de Montréal (Canadá), ajustados a
la diferencia de desarrollo (en rnillones de dólares)*

Fuente : INEGI, 1996; Ciudad de Montréal, 1995.

Los resultados para los municipios mexicanos están multiplicados por un factor de 4, 7 para tener en cuenta
la diferencia de PNB per cápita entre Canadá y México.

En América Latina, la puesta en marcha de los gobiernos locales con los


medios fiscales y administrativos con-espondientes sigue siendo el mayor
desafío del desairnll o local (ver rambién la discusión respectiva al princi pio
del capítulo 4). En la mayoría de los países, incluyendo México, ello no
ocurrirá sin una descentralización del Estado nacional, lo cual a su vez genera
otros cuestionamientos .

En los países donde los gobiernos loc ales gozan de cierta fuerza, pueden
desempefiar un cierto papel. La ayuda a la empresa toma generalmente las
formas siguientes:

a) Exoneraciones fiscales sobre los impuestos locales ;


b) Tarifas preferenciales para los gastos locales: agua, electricidad, etc. ;
Eco110111ía urho1111 y reg icu1a/

o edificio cedido s a la
c) Ventajas sobre el inmob iliario indust rial; terrenos
opció n de comp ra.
empre sa con condi cione s partic ulares (alqui ler con
alquil er reduc ido, entreg a gratui ta);
a las neces idades de la
d) Const rucció n de infrae struct uras públic as adapt adas
empre sa: caiTeteras, parqu es indust riales , etc.

las más impor tantes .


Las dos última s catego rías de medid as son a menu do
se cargo el gob ierno de
Se trata otra vez de subve ncion es. puesto que, al hacer
nuyen las neces idade s de
una parte de las invers iones en capital físico, dismi
fondo s propio s de las empre sas.

La eficacia de la ayuda local


tancia del reparto
El impac to de las medid as de ayuda depen de de la impor
inmov ilizac iones y los
real que procu ren las empre sas. Gener almen te, las
en la función global
impue stos locale s no son eleme ntos de costo impor tantes
as que necesitan much o
de produ cción de las empre sas, con excep ción de aquell
y de las infrae struct uras
espac io. Las va1iaciones del precio de los terren os
intraJTegional ; trata.remo
influyen sobre todo en las decisi ones de locali zación
(capítulo 10).
esta cuesti ón al habla r de la teoría de la renta del suelo
sas los gob ierno
La eficac ia econó mica de Ja ayuda que otorga n a las empre
de los polític os locales no
locales no es siemp re evidente. Las reacci ones
pues deben también
depen den estric tamen te de una racion alidad econó mica.
una situación típica, las
admin istrar ten siones sociales y políticas. Pense mos en
rvació n de emple os es
tensiones conse cutiva s al ciene de una fábric a . La conse
es de los gobie rnos
un objeti vo polític o legítimo. Sin embar go, las interv encion
industriales en desus o,
locales puede n tener por efecto el ma ntener estruc tura
micam ente racionales.
en detrim ento de recon versio nes doloro sas pero econó
as de ayuda financiera
No puede desca rtarse la posibilidad de que las medid
mism a crítica se aplica a
frenen la mutac ión de las estruc turas econó micas . La
or.
las prima s region ales exami nadas en el capítu lo anteri
ncion es locales a las
El princi pal obstác ulo a la eficac ia de las subve
a entre los gobie rnos
empre sas está a menu do relacionado con la comp etenci
n ventajas análog as a las
locale s. Si los demá s gobie rnos loca les del país otorga
acord ada en la región
empre sas de su territorio. el e fecto real de la subve nción
a sus empre sas sean
B será nulo. Para qu e las ventajas que propo rciona
las demás empre sas del
verda deram ente significativas en comp aració n con
Mario Po/ese 257

país, B deberá ser más generosa que las otras regiones. Pero el resultado será
una sobreoferta inútil: al rivalizar los gobiernos locales en generosidad con las
empresas, sus esfuerzos respectivo se anularán. A fin de cuentas, el impacto
real en la distribución espacial de las actividades económicas será mínimo.
Además, esta forma de competencia entre municipios perjudica a los gobiernos
locales más pobres, que pueden dedicar menos recursos a la sobreoferta.
Un sistema que otorga entera libe11ad a los gobiernos locales en lo tocante
a la ayuda a las empresas. corre el riesgo de provocar un desperdicio de
recursos. En parte por esta razón. la maymía de los Estados nacionales limitan
el margen de maniobra de los gobiernos locales en ese aspecto. En Francia, por
ejemplo, las comunas no pueden ya ayudar directamente a las empresas en
dificultades, y las ayudas indirectas son limitadas. El principio económico que
preside a esta limitación de la autonomía local es análogo al que prevalece
dentro de un mercado como la Unión Europea, o la Zona de Libre Comercio
Estados Unidos-México-Canadá. donde se ha determinado cuidadosamente el
derecho de los Estados miembros para otorgar subvenciones. Si se dejara a los
Estados más ricos la libertad de otorgar subvenciones a su gusto, terminarían
por acentuarse las desigualdades, en detrimento de la eficacia del conjunto del
sistema.

Sociedades locales de inversión

En varias regiones, existen sociedades locales de inversión o fondos de


desarrollo regional, redes de ahorro local o las sociedades locales de capital de
riesgo. Las designaciones varían, pero el principio es siempre el mismo: estas
instituciones financieras locales tienen por misión invertir en su región. El
capital proviene de distintas fuentes: ahorros locales (en el caso de cajas o
bancos), fondos de pensión o de retiro, suscripciones populares , agencias
internacionales, etc. En ciertos países, los sindicatos administran fondos de
inversión. No es indispensable que la fuente de capital sea puramente local. En
general, no se impide que agentes externos depositen en una caja local o
negocien un préstamo local. La utilización de las inversiones es lo que
constituye la principal caracterísrica de las sociedades de inversión local.
En principio, las inversiones deben hacerse en la región. La sociedad local
no puede generalmente sacar su dinero al exterior. Estas sociedades pueden
nombrarse de distintas formas: Sociedades de desarrollo, Cajas de Ahorro
258 Eco110111ía 11rbo11a y regional

Económico ... Realizan inversiones de portafolio en forma de compra de


acciones y otras participacioDes en la empresa, y a veces también préstamos o
compras de obligaciones. Como los otros programas de ayuda financiera a las
PME, buscan reducir el costo del capital para las empresas locales, y promover
el espí1itu de empresa local. Podemos imaginar, por ejemplo, la Caja de Ahorro
Económica de Chiapas (sur de México), fundada y suscrita por la población de
Ja región, con Ja vocación de prestar dinero a las pequeñas empresas locales.
El mandato de esos organismos comprende siempre un aspecto más volun-
tarista, o sea Ja obligación de buscar activamente y promover las oportunidades
locales de inversión . Esta estrategia descansa en la premisa implícita de que la
región enciena oportunidades de actividad que otros agentes no aprecian; la
información no circula como debe1ia. Se trata en suma, de remediar una falla
de mercado, que se traduce por una carencia instirncional, o sea la ausencia en !
la región de instituciones o personas capaces de apreciar el justo valor de las
oportunidades locales de inversión. Las "fugas" de capitales hacia el exterior de
Ja región podrían ser el resultado de percepciones equivocadas (incluso de
prejuicios) por parte de personas o instituciones con intereses en otras partes.
La información es siempre imperfecta, y es posible que las percepciones y
los gustos la distorsionen. Hemos dicho y repetido que es sensible a la
distancia, y a las baiTeras culturales y sociales. La presencia de instituciones
de inversión (no solamente de financiamiento pasivo) pueden ser un factor de
desarrollo. Si las perspectivas de desanollo local se confirman, la presencia
de sociedades locales de inversión ''li berará" efectivamente oportunidades
económicas que de otra manera no serían explotadas . La obligación de
inve1tir en la región hace que la sociedad (fondo o caja) busque oportunidades
loc ales de inversión, y por lo tanto promueva activamente el espíritu de
empresa local.
La obligación de invertir en el lugar es. a la vez, la cualidad principal y el
talón de Aquiles de estas instituciones. Para sobrevivir, deben ofrecer
rendimientos (sobre el capital invertido) equivalentes a los del mercado. De otra
manera, será difícil encontrar fondos , a menos que estén subvencionadas por el
Estado, o por otras agencias. ¿Por qué los ahorradores locales invertirían su
dinero en una sociedad local de inversión, pudiendo encontrar mejores
rendimientos en otra parte? A final de cuentas, el éxito de las sociedades locales
de inversión depende del potencial económico de sus regiones. Esta constante
nos lleva a dos conclusiones:

,
Mario Pole.11• 259
1--

Las oportunidades de éxito de las sociedades loca les de inversión son


proporcionales al tamaño de la región a la que atienden (en la que deben
invertir). Cuanto más .. local" sea su vocación, limi1ada a un territorio
reducido, más difícil resulta constituir un portafolio diversificado de
inversiones. Esto exp lica la fragilidad de los pequeños bancos o cajas
locales. Hay una posible contradicción entre el objetivo de rentabi lidad
financiera y la vocación local de las sociedades de inversión.
Las regiones más desfavorecidas no son necesariamente las primeras en
beneficiarse de un sistema de sociedades locales de inversión. Es probable
que estas últimas tengan más dificu ltad en encontrar inversiones rentables,
y por lo tanto en atraer fondos, a menos que el régimen esté combinado
con un sistema de subvenciones y de transferencias interregionales a cargo
de un gobierno central. La dificultad de encontrar fondos en el mercado
podrá manifestarse, por ejemplo. en la obligación de pagar tasas de interés
más elevadas para atraer inversio nistas. Una sociedad o empresa más
frágil, o al menos percibida como tal en el mercado, deberá en principio
ofrecer una "prima de riesgo" para atraer inversionistas. A í, una sociedad
de un a zona pobre del Altiplano peruano tendrá sin duda que pagar tasas
de interés más elevadas en el mercado que una sociedad de Lima, juzgada
más segura.

La valorización del medio y las redes de colaboracción

La promoción del espíritu de empresa se dirige en un principio a actores


individuales: la empresa. el empresario. Pero el desarrollo económico se define
también como un proceso colectivo. un proceso social que no . e limita a la
suma de contribuciones particulare . En varios casos. la revalorización de las
dinámicas colectivas es el principal desafío para las estrategias vo luntaristas de
desarrollo local. Aquí, sobrepasamos el campo tradicional del desarrollo
económico para introducirnos en la dinámica del cambio social.
Un primer grupo de políticas busca reforzar las redes locales de interacción
para promover acciones concertadas o proyectos de asociación entre gente de
la región: gobiernos locales. empresas u otros ac tores. Las ini ciativas de este
tipo pueden tomar distintas formas. segú n el contexto y las in tituciones del
país. Se habla tambi én de solidaridad, de sinergia o de redes de innovación,
según las circunstancias. Solidaridad, concertación, interacción, co munidad,

,
260 Ecr1110111ía 11rba11a y regio11a/

medio, todos esos términos nos llevan a una misma realidad: trabajar en grupo,
con un espíritu de cooperación, constituye un activo. En principio, la
proximidad espacial favorece una concertación corno ésta entre agentes
económicos.

El medio como activo económico intangible


¿Cómo calificar el valor económico del "medio", y las redes y la
complicidad que éste encarna? E l medio, según la fonnulación de Maillat
(1992: 3), puede definirse como un "activo intangible" para la empresa: "en
la medida en que los teITitorios les aportan el apoyo logístico indi spensable
para su desarrollo (externalidades, efectos de proximidad, etc.), las empresas
tienen interés en participar en la integración y el enriquecimiento de su
medio".
Al participar en las redes de colaboración, la empresa contribuye a reforzar
la sinergia del medio. Esas redes no se limitan a los intercambios comerciales,
sino que pueden también extenderse a otros campos : colaboración con el
sistema de capacitación y de educación, con las administraciones públicas,
asociaciones con las instituciones financieras locales, acuerdos de subcontratos
o coproducción, colaboración con las organizaciones sindicales, etc. LaE
op01tunidades de éxito de la empresa son mayores si se encuentra en un medie
rico en redes de este tipo. Se trata de crear un medio que incremente al máxime
las oportu nidades de interacción y de innovación de los agentes económjcos
Hay una relación evidente entre las capacidades de innovación y de desarrolle
de las empresas, y las externalidades positivas que ofrece el ambiente. Pero
¿puede éste último ser objeto de una política .voluntarista?
En un medio dinámico, lo · costos de información y de tran sacción sor
menores para la empresa. La influencia del medio se manifiesta también en un<
forma más tangible: facilidad para las relaciones interpersonales, confianz<
entre los actores, sentimiento de solidaridad, paz social. Un medio (ideal
brinda a las empresas y a la población mayor seguridad, en comparación cm
un ambiente desordenado. hostil e impredecible. E l concepto de medio (qw
coJTespo nde en inglés a co111mu1zitv) va a la par con nociones como tejido socia
y sociedad: es el conjun to de va lores y de relaciones que dan a un teITitorio un;
cu ltura local , una identidad. una cultura de empresa y una cultura técnica qui
le son propias.
A1u rio Poli!se 261

¿Por qué los agentes privados invierten en forma colectiva ?


Si el activo intangible (el medio) tiene tanto valor económico. ¿por qué las
empresas no invierten en él espontáneamente? ¿Por qué tienen que intervenir
los poderes políticos? Todos los agentes económicos, tanto las empresas como
los particulares, tienen interés en promover un medio o ámbito con espíritu de
cooperación y ayuda recíproca. ¿Por qué las iniciativas de cooperación y la
construcción de redes se logran en ciertos casos, y en otros no?
En casi todas partes, existen redes formales e informales de empresas:
cámaras de comercio, sociedades de iniciativa, asociaciones profesionales, etc.
En varios países, principalmente en Norteamérica, la empresa privada participa
en el financiamiento de instituciones culturales locales: museos, orquestas
sinfónicas, universidades, etc. Pero el principal instrumento colectivo sigue
siendo el Estado. Es sobre todo por medio de los impuestos que pagan a la:,
administraciones locales, que empresas y hogares manifiestan su interés en el
bienestar colectivo. Y es gracias a la participación en el poder político (por
medio del voto, por ejemplo) que se establecen las prioridades en materia de
infraestructuras colectivas: parques industriales, caneteras, escuelas, agua, etc.
El activo intangible del que hablamos, es decir un medio que funciona
adecuadamen te, es un bien público. Ahora bien, la empresa solo puede
participar en él si privatiza (o internaliza) una parte de las ganancias derivadas
al menos equivalente a los esfuerzos que realiza. Sus ganancias deben
compararse con sus contribuciones. ¿Por qué participar en el financiamiento de
un parque, de una canetera o de una red de informac ión , si otros agentes lo
aprovechan sin pagar el precio, o aún si es posible aprovecharlo sin tener que
contribuir? Una de las características de un bien público es la dificultad de
excluir de él a los beneficiarios. La tentación del '°festín gratuito"' (dejarles la
responsabilidad a otros) está siempre prese nte~ 1 . La coo peraci ón solo puede ser
rentable si Ja mayor parte de los beneficiario s parti cipan en el esfuerzo. Pero la
participación de los agentes privados en el fin anciamiento de bienes públicos
no es espontánea.
La decisión de participar en redes de colaboración comprende un costo de
oportunidad . Como cualquier deci sión , implica la utilización de recursos.

4 1 La cuestión de la intermedi ac ió n e ntre in te rés privado e in ter¿, colec ti1 o se pl antea princ ipa lme nte para
e l medi o ambi e nte bi ofísico (ver capítul n 4).
262 Enmom(o 11 rhc111a r regimw/

Ponerse en interacción con otros, comunicarse, reunirse. implica tiempo y


esfuerzo. Los costos de interacción son más elevados al provenir los participantes
de medios sociales o culturales diferentes. Las redes de colaboración y de ayuda
mutua se crean más fácilmente en medios homogéneos , donde la mayoría de los
ciudadanos tienen la misma cultura y las mi smas tradiciones. Por ejemplo, si la
colaboración entre patrones y trabajadores forma ya parte de las tradiciones de
una región, será más fácil crear redes de interacción que si las relaciones son más
bien conflictivas. En principio, la cooperación es más difícil en una región
multiétnica caracterizada por tensiones raciales , o en una regi ón marcada por una
larga historia de conflictos políticos.

Para que participen los agentes privados, los beneficios de la cooperación (o


los costos de la no-cooperación) deben ser visibles para la mayoría de ellos. En
una región donde las industrias están fuertem e nte interrelaci onadas por redes
de subcontratos, la quiebra de una gran e mpresa ti e ne repercu ·iones visible en
la otras empresas. La incitación a la cooperación para sa lvar a la empresa qu e
quebró es entonces más fuerte, tanto más si las tradiciones de trabajo, de
habilidad y de innovación descansan e n una cultura técnica comú n.
La región relojera de Suiza estudiada por Maillat (1992) es en este sentido
un caso ejemplar. El choque provocado por la llegada de los relojes digitales
japoneses al mercado mundial (lo que en aquella época ame nazaba con
aniquilar la industria suiza) suscitó e n la región una dinámica co lectiva de
cooperación y de innovación que permiti ó a la indu t1ia local sobrevivir y
transformarse. Sin embargo, el éxito que log ró esta pequeña región su iza nos
indica también lo frágil que es el desarrollo, y hasta qué punto descansa en pre-
condiciones delicadas. La región relojera suiza tuvo éxito precisamente porque
constituía un medio ··solidario", con pocos conflictos sociales o étnicos , y con
una tradición centenaria de formación técnica. y de autonomía y democracia
locales. Para muchas regiones periféricas de América Latina. marcadas por
conflictos de clases y por tradiciones políticas poco democráticas. construir un
medio " innovador'' como aquél seguirá representando un gran reto .

Redes privadas y redes mixtas de colaboración


Las acciones locales con más probabilidades de éx ito . e plantea n objetivos
co ncretos relacionados con el funcion amie nto de las empresa~. Existen
distintas posibilidades:
263

a) Conglomerados financieros. para repartir y .. diversificar" los rie:-.gos :


b) Instituciones comunes de capacitación profesional y técnica;
c) Organizaciones y asociaciones profes ionales, para reducir los costos de
difusión y de información:
d) Redes de compras. de distribución y de comercialización;
e) Infraestructuras co munes: oleoductos. parques industriales, caITeteras. etc.;
f) Negociaciones en grupo (patro nes-s indicatos) de convenciones colectivas y
otros acuerdos.

En el caso de estos ejemplos. puede hablarse de institucionalización de las


economías de escala propias a una industria; es lo que hemos llamado
economías de loca/iz.ación (capítulo 3). Esta idea es también la base de los
co111plejos industrio/es. En ciertos ca~os, el impulso proviene de una o varias
grandes e mpresas de la región. En principio. a éstas les conviene tener en la
región redes de subcontratación que comprendan las últimas innovaciones y
sea n capace de sumin istrar in:,umos (productos y servicios) de buena calidad.
El éx ito de las redes mixtas (púb lica y privadas) de colaboración descansa
en una eri e de factores a veces difíciles de cuantificar. El clima ocia! cuenta
mucho. co mo ya lo hemos dicho. El aporte directo del gobierno local puede
limitarse a la instalación de un parque Lec nológico y a algunas actividades de
promoción. El impulso principal provi e ne en general de algunas personas
decididas, que pueden pertenecer tanto a la industria privada como al sector
públ ico : un alcalde visionario. una mujer de negocios dinámica. Cada localidad
tiene sus héroes. Pero las condiciones para el éxito deben estar presentes desde
un principio. Las condiciones de desa1rnllo de un pueblo de pescadores de la
costa de Chiapas son muy distintas a la.:, del corazón económico de México,
como lo son las de un a ciudad media peruana s itu ada en el interior del país. a
cientos de kilómetros de una ciudad moderna.

Organismos locales de desarrollo

Existen en varias regiones organismos loca les de desarrollo econom1co


(OLD). La organización y el perfil de estos organi smos (generalmente sin meta
lucrati\'a) varían segú n el país y la región. Tradicionalmente, no forman parte del
aparato del Estado. aún cuando a veces dependen financieramente de éste. Se trata

,
264 Eco1111111ía 11rha11a y r<'~ io11a/

con frecuencia de organismos populares o comunitarios, surgidos más o menos


espontáneamen te en reacción a situacione · de crisis. Esto último se observa sobre
todo en América (Norte y Sur). donde las estructuras del Estado, menos
omnipresentes que en Europa. dejan más oportunidad a organizaciones
intermediarias, fuera de las estructuras establecidas. En los países de América
Latina, suele tratarse de ONG (organismos no gubernamentale s), con objetivos de •
desarrollo local, financiados por organizaciones caritativas o agencias extranjeras.
Los OLD pueden tomar di stintas formas, y tienen por misión apoyar a
grupos o a particulares del medio que desean promover el desaITollo
económico. Su objetivo preci so varía mucho según el caso: capacitación,
conce11ación, información, financiamiento de las PME, que ya hemos visto en
otras secciones de este capítulo. Finalmente, los OLD cubren la gama completa
de las políticas dentro del campo del desarrollo local. Algunas veces, su misión
comprende un aspecto más soc ial. más comprometido (animación y
organización). Estas intervenci ones más "sociales" plantean si n embargo
dificultades de análisis. particularment e cuando se trata de evaluar su
justificación y su eficacia.

La Figura 8.2 presenta de manera esquemática la totalidad de las


intervenciones que dependen del desaITollo local, situadas sobre dos ejes, según
el objetivo perseguido (animación o rentabilidad), y según los clientes
potenciales (grupos sociales o e mpresas). En un extremo, se encontrará la
animación socioeconómica , más arriba de los proyectos de expansión o de
creación de empresas . En el otro polo aparecen las políticas de apoyo directo a
las empresas local es. En este caso, es la rentabilidad de las e mpre as la que
sirve, finalmente, de criterio de evaluación.

La evaluación de las experiencias se co mplica a medida que se aleja uno de


los c riterios de rentabilidad. ¿Cómo cuantificar y justificar (con el ministerio de
finanzas por ejemplo) actividades de animación social y de información'l Los
OLD pueden llegar a transformarse en organismos sociales de acción y de
ayuda, sin vocación económica explícita. Pero, ¿debe la organización de grupos
sociales o populares formar parte de una política de desarrollo regional? En
caso afirmativo, ¿sobre qué criterios habrá que basar su financiamiento ?
En las regiones más desprovistas o más alejadas, suelen ser las funciones de
animación y de organización las que se revelan de mayor utilidad. sobre todo si
las estructuras políticas (estab lecidas por el Estado central) están mal adaptadas a
La empresa/El empresario

Posibilidad de aplicar
criterios rigurosos de evaluación
/
/
/
/
/
/
/
/
/
Creación de redes /
/

de innovación ,,, ,,, Reducción de los costos de capital


/
Objetivos
/
enfocados / Creación de empresas
/
/ exportación/expansión
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
Cambio en las El medio, grupos sociales,
organismos locales

Agentes económicos enfocados )

,_,
:::;-
FIGURA 8.2 - Evaluación de las intervenciones en materia de desarrollo local ._,,
266 Et·o11om1r111rha 11a yret:io 11a /

la realidades locales, o son poco democráticas. Es a menudo el caso de las


regiones donde viven los grupo étnicos o culturales cuyas tradiciones socio-
políticas son diferentes. Pensemos por ejemplo en localidades indígenas del
Altiplano andino. En este contexto, los OLD pueden ser un instrumento de
desan-ollo eficaz, aunque sea solo para consolidar los sentimientos de confianza y
de sol idaridad de la población. Son a veces el último instrumento que queda para
combatir el sentimien to de impotencia y de frustración frente a los grandes
centros de decisión. Pero este tipo de resultado es difícil de cuantificar.
En lo que se refiere a la reducción del costo de información y de capital de
las empresas locales. los OLD tienen los mismos problemas que los organismos
de promoción de las PME (ver más arriba). Su primera justificación radica
entonces en las funciones de organización y de animación que asumen en las
localidades con estructuras i11stitucionales deficientes , pero esto no resuelve la
cuestión de saber quién debe financiarlos, y a quién deben rendir cuentas.

Entre los elementos que co ntribu yen a menudo al é.\ ito de los OLD. al
menos desde el punto de vista de las localidades. mencionemos l o~ siguientes:

a) El hecho que se haya contrat<1do a gente de la localidad para admin istrar las
políticas;

b) La flexibilidad de los OLD, que deben ajustarse a las circunstancias y


tradiciones locales;
e) La autonomía de los OLD, que deben responder rápidamente a las
demandas locales.

Sin embargo, la descentralización del poder no es fácil para los organi smos
c uyo financiamiento depende del Estado central. Hemos ,·isto que corren el
riesgo de conve1tirse en redes de patrocinio y control político. y tamhién de ser
percib idas por parte de las élites tradicionales. con razón o sin e lla. como
es tructuras de poder competidoras y paralelas, sobre todo _i su financiamiento
proviene del exterior (organi zaciones caritativas, gobiernos extranjeros).

. Autonomía local

En es ta secc ión. nos referiremos a los poderes políticos y fiscales de los


go biernos locales. El objeto de análisis sigue siendo el ni,·eJ loca l. es decir. el
municipio.
,\lurio !'o/ese 267

¿Autonomía o igualdad?
Para que las loca lidades sean capace. de desarroll arse de manera autónoma.
¿,por qué no transferirle más poderes y recursos? ¿Por qué, sobre todo. no
dejarlas controlar toda su base fi sca l? De hecho. como lo veremos más ade-
lante, cuanto más autónomos sean los gobiernos locales en lo relativo a la
fiscalidad y la prestación de serv icios, más aumentan los riesgos de
desigualdades. Nos encontramos frente a un conflicto (de objetivos) entre la
auto nomía local y la igualdad de oportunidades para todos. El dilema se
resuelve de distinta manera según el país. Ciertas sociedades otorgan m<'ís
importa nci a a la autonomía. y aceptan una mayor diversidad dentro de su
territori o, mi e ntras que o tras prefieren la equidad y la integración del territorio
nacional.
Para un m ejor anál isis de la intermediación e ntre ambos objetivos. distingui-
remos entre se rvióos redisrributi1•os y sen>icios territoriales. Los servicios
redistributivos son los servicios públicos destinados a particu lares. que iníluyen
en las oportu ni dades que tengan éstos de e ncontrar un empl eo y de ganar un
ingreso. Los más importante s son la educac ión y la sa lud . así como ciertos
servicios soc ia les. Por servicios territoriates, ente ndemo las runciones
relacionadas con la gestió n y la ordenación del territo ri o: alcantaril lado,
vialid ad, agua, bomberos, recolección de basura, parq ues. a los c ua les pueden
agregarse los tra nsportes públicos locales y la seguridad pública local. a.'Í como
ciertas funciones c ulturales: bibliotecas, estad ios. museos. etc. Conviene, desde
un princ ipi o. hacer la distin c ión entre prestación de servicios y financiam iento
ele los servicios. Así, es pos ibl e que el gobierno local se encargue ele prestar un
servicio financiado por el Estado central.

Autonomía fiscal
La principa l ruente de ingreso público so n los impuestos sobre los ingresos
de los particulares y de las empresas . el impuesto sobre e l va lor agregado (IVA)
de las transacciones comerciales, Jos impuestos prediales. el pago de los
servicios loca les (agua electricid ad, estacionamiento, etc.) . Genera lm e nte, los
gob ierno. loca les obtienen sus ing resos de las dos últimas fuentes. En la mayor
parte ele los países . los IVA y el impuesto sobre el ingreso son re1.,en·ados al
Estado centra l. Pero ex isten diferencias importantes en tre l o~ países. Las
transferencias ele los go biernos superiores pueden igualmente formar un a
proporción signifi cativa de los ingresos locales.

,
268 [c1mn111íu urh111w Y regional

La plena autonomía local en el plano fiscal significa que el gobierno local


controla su base fiscal , y que puede manejarla según sus prioridades. Pero hay
inconvenientes en dejar a los gobiernos locales en libertad de fijar las tasas de
imposición. Si el impuesto sobre el ingreso de los particulares está bajo control
local, las localidades más ricas, (cuya población comprende gran proporción de
particulares con ingreso elevado) pueden fijar las tasas de imposición más
bajas, asegurando al mismo tiempo el mismo nivel de servicio. Esto tendrá por
consecuencia no solamente acentuar las diferencias de ingreso disponible, sino
también, probablemente, provocar movimientos migratorios perversos.
entiéndanse aquí los movimientos debidos a razones puramente fiscales. De
hecho, pueden observarse migraciones provocadas por diferencias fiscales
interregionales dentro de la federación norteamericana y ia federación
canadiense. Ciertas provincias canadienses y ciertos estados americanos tienen
una gran autonomía fiscal; así, el nivel de impuesto sobre el ingreso de los
particulares no es el mismo en California que en el estado de Nueva York.
El impacto de las diferencias espaciales en los niveles de imposición no se
limita a las personas. Las diferencias excesivas entre los territorios provocan
una desviación del comercio, tanto a nivel de bs intercambios comerciales
como de los movimientos de capital. Si la localidad A, más rica. puede ofrecer
a las empresas tasas de imposición más bajas que la localidad B, se observará
un movimiento de la actividad económica de B hacia A, que tendrá por efecto
acentuar aún más las diferencias entre ambas. La base fiscal de B se debilitará.
mientras que la de A se reforzará.
El impacto de la fiscalidad sobre el movimiento de las personas y de los
demás factores de producción, y por Jo tanto los riesgos de competencia fiscal
entre municipios, son más importantes cuando los territorios son más cercanos
entre sí. Como hemos visto en el caso de los apoyos a las empresas. los
go biernos locales pueden, por medio de los impuestos, entregarse a una
sobreoferta ineficaz y onerosa. Casi todos los Estados nacionales limitan el
margen de maniobra fiscal de los gobiernos locales, tanto en lo que se refiere a
las fuentes a las que tienen acceso, como a las posibilidades de hacer variar las
tasas de imposición.

Autonomía local en materia de prestación de servicios


Si el servicio está a cargo de la autoridad local, su calidad depende evide nte-
mente de la riqueza relati va de los gobiernos locales. Supongamos que éstas
gozan de cierta autonomía fi scal para su financiamiento, por ejemplo, que
tienen el pleno control del impuesto prediaJ . Su base fiscal predial es ahora
función del valor (sujeto a impuesto) de los teffenos. valor que depende en
parte de los ingresos de las industrias y de los particulares. La localidad A,
gracias a una base fiscal per cápita más elevada que la media nacional. puede
decidir, ya sea ofrecer servicios de mejor calidad que las demás localidades
conservando el mismo nivel de imposición (digamos un impuesto anual de 2%
sobre el valor predial de las propiedades), ya sea proporcionar el mismo nivel
de servicios que las demás localidades, reduciendo su nivel de imposición. En
ambos casos, los ciudadanos de la loca lidad A estarán aventajados en relación
con los de otras regiones.
Por ejemplo, si Ja instrucción pública está financiada por medio de
impuestos l ocal~s. las escuelas primarias serán de mejor calidad en las
localidades más favorecidas; esto acentúa y perpetúa las diferenci as sociales
entre habitantes de diferentes regiones. En Ja mayor parte de los Estados de la
federación americana, las escuelas primarias y secundarias obtienen la mayor
parte de su financiamiento de fuentes locales. A í, la calidad de la educación
varía sig nificat ivamente de un municipio a otro.i2. También varían la
remuneración de los profesores y los programas de enseñanza.
Este sistema no está desprovisto de ventajas. Al dejar a las comunidades
locales una gran autonomía, el sistema americano fomenta la experimentación
y la diversidad, fuentes de innovación y de dinamismo. pero a costa de mayores
desigualdades.

Tensiones locales-nacionales
En la mayor parte de los paíse . la prestación de servicios te1Titoriales está
a cargo de las autoridades locales. Sin embargo, su financiamiento está
asegurado ya sea por ingresos locales, ya sea por las transferencias de los
gobiernos superiores. Los sistemas varían mucho según los países . El debate
sobre la distribución entre lo loca] y lo nacional nos lleva a conceptos como
bien público y extemalidad: ¿quién aprovecha el servicio? ¿Qu ién debe asumir
el financiamiento? Para bienes públicos puros (a escala del país) como la

42 De hecho, en Estados Unidos. las esc uela> rrimarias 'ºn administradas por comi,iones C>cohtre' loca les
dotada, de poderes de imposición.
270 Econnmio 11rhu11a y n. 1.~io11af

defensa, la respuesta es clara. Pero para muchas funciones. Ja línea de


demarcación sigue alimentando el debate.
Cuanto más estricta sea la definición de servicios locales . menos necesidad
tendrá la localidad de tener su propia base fiscal. y menos se aniesgará a entrar
en conflicto con otros niveles de gobierno. En varios países, el impuesto predi al
es Ja principal fuente autónoma de financiamiento de las comunidades locales.
A menudo, este impuesto basta para cubrir los gastos locales relacionados con
la administración y la ordenación territorial en su sentido estricto. Esta fórmula
prevalece en un gran número de municipios americanos. Además. si sus
ingresos propios bastan para financiar completamente las funciones que asume.
el gobierno local goza de una gran libertad para la prestación de serv icios
locales. Autonomía política y autonomía fiscal están estrechamente rela-
cionadas. En América Latina, como lo bemos visto, la dificultad para recaudar
los impuestos prediales es Jo que origina en parte el bajo nivel fiscal de los
municipios, y por lo tanto la incapacidad de éstos para prestu serv icios.
A medida que se extienden las funciones de los gobiernos locales, aumentan
sus necesidades financieras, así como se multiplican las posibilidades de entrar en
conílicto con otros niveles de gobierno. En casi todos lo países surgen ten siones
sobre la cuestión de saber quién debe asumir cierto servicio (por ejemplo el
transporte público), y tener acceso a cierta porción de la base fiscal: ¿el Estado
central, o la localidad? La tentación de transferir ciertas funcione s a los gobiernos
locales, sin darles acceso a recursos fiscale s adicionales , es fuerte para los
gobiernos superiores. A la inversa. una localidad puede decidir desatender un
·ervicio (como la seguridad pública), dejándolo a cargo del Estado central.
La fórmula adoptada por varios países, principalmente en Europa. es el
financiamiento de los servicios locales por medio de pagos de transfe renci as a
h gobiernos locales por parte del Estado central. En la mayoría de los países
europeos. las transferencias del gobierno nacional (o regional) forman la mayor
parte (más del 80%) de los recursos de los gobiernos locales. A menudo, las
cantidades se asignan per cápira. El financiamiento de los servicio por medio
de pagos de transferencias a los gobiernos locales tiene ciertas \'entajas desde
e l punto de vista de la equidad. En principio, asegura la igua lación de la ca lidad
de: los :,ervicios sobre todo e l territorio nacional.
Pero los pagos por transferencias suelen ir acompañados por co ndicion es y
medidas de control, y limitan por lo tanto la autonomía de los gob iernos
271

locales. De ser incondicionales, abonados de manera automática, sin necesidad


de justificar su utilización, no habría mucha incitación a emplearlos de manera
eficaz. y el Estado central no ejercería ningún control sobre 1a utilización final
de los fondos, con los riesgos que conocemos~ 3 . Por lo tanto, suelen ser objeto
de un control administrativo. Además, los gobiernos centrales buscan brindar
niveles uniformes de calidad, y por lo tanto suelen determinar las condiciones
de utilización de los fondos, sobre todo si éstos deben servir para prestar
servicios redistributivos. Es poco probable que los Estados nacionales acepten
abandonar el derecho de fijar las condiciones de administrar el dinero a otros
, niveles de gobierno. Inversamente, los gobiernos locales buscarán siempre
liberarse de la tutela de los gobiernos superiores para la gestión de las poi íticas.
A final de cuentas, la autonomía política de los gobiernos locales seguirá
siendo muy dependiente del acceso que tengan éstos a fuentes propias de
ingreso. Autonomía política y autonomía fiscal están relacionadas. como
hemo s dicho . Pero, ¿cómo evitar que una mayor autonomía loca l beneficie a los
mejor provistos?

Conclusión

La característica del desarrollo local como modo de intervención política es


poner énfasis en el medio como fuente de desarrollo económico. El impulso del
desarrollo desde la base puede venir, como lo hemos visto. de las empresas
locales, de las redes locales de colaboración y de la solidaridad, o bien ele
organi smos locales constituidos para e te fin. Simplificando. ruede habl arse el e
desarrollo regional centrado en los recursos y las capacidades loca les.
Formulada de esta manera, la solución del desa1Tollo local no carece de
atracti,·os . Tiene el mérito de agregar a las po líticas regionale s tradicional es una
dimen sión soc ial y una preocupac ió n por los particularismo ~ locales.
Pero una política centrada en el medio local no aporta necesariament e
soluciones más fáciles y más equitativas a los problemas del desarrollo
económico regional. Cuando se mencionan objetivos como la aparición del
espíritu de empresa, el despertar de talentos endógenos. o aún el nac imi ento de
rede s de cooperación e innovación, se habla de cambios socia les que no se

43 Bajo la rúbrica "síndrome de dependencia"'. se encuentra <'11 el capítulo 7 un amíli'i' de los efectos
contrJdictorio, de lo pagos de transferenc ias en la cvoluliun de 1.h d1,pa1idades 1~gionak'.

,
'272 Economía urbana y regional

ar a todos el
prestan fácilmente a estrateg ias voluntaristas. No basta con asegur
(mientr as esto sea posible ) para
mismo acceso al capital y a la inform ación
económ icos
garanti zar la aparici ón del espíritu de empres a local. Los agentes
ciones, pero
locales reaccio nan en función de sus valores y de sus percep
, de allí el interés por las
tambié n de las oportun idades reales que se les ofrecen
de estas
política s de promoc ión, o de animac ión y organiz ación . Pero el éxito
iniciativas no es fácil de evaluar.
o sea la
La principal atracción de una estrateg ia de desarro llo local,
uir su principal
import ancia que le otorga al medio local, puede tambié n constit
provistos, y
debilid ad. Todos los medios no son iguales: alguno s están mejor
mayor autono mía
so n más dinámi cos que otros. Dejar a las localidade una
liberar
implica el riesgo de increm entar las desigua ldades entre ellas. ¿Cómo
ibilidad de organiz arse
las energía s del medio, cómo dar al gobiern o local lapo
tiempo los
según sus priorid ades y sus medios propios , sin dismin uir al mismo
nacion al? Siempr e será
medios de intervención y redistribución del Estado
difícil concili ar igualdad y autono mía.

Temas de discusión y preguntas

1. Descri ba los princip ales medios para ayudar a las pequeñ


as y medianas
.
empres as en las regione s periféricas. Expliq ue sus ventajas y límites
as en las
2. Expong a los princip ales obstácu los al desarro llo de la empres
regiones periféricas, haga referen cia a la experie ncia de u país.
s problemas
3. Por qué los munjcipios en Améric a Latina suelen tener mucho
de recaudación y de manejo de recurso financieros locales .
pueden
4. Lo grupos popula res y Organi zacione s no gubernamen tales (ONG)
embarg o.
de empeñ ar un papel útil en el desa1rnllo económ ico local. Sin
política?
¿cuáles son las ventajas y límites de estos medios de intervención
efecto el
5. Expliq ue por qué la descen tralizac ión fiscal puede tener como
acrecentarrúento de las desigua ldades entre la gente y los municipios.
Mario Po/ese 27.'

LECTURAS SUGERIDAS SOBRE LOS TEMAS TRATADOS


EN LA SEGUNDA PARTE
1
l
Economía regional : obras básicas

Hoover, E. y Giarratani , F ( 1984), An !111roduction to Regional Economics, 3rd edition. Alfred


Knopf, Nueva York.

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Amsterdam.
Richardson, H. ( 1973). Econ.0111ía regio11al: Teoría de la localización. estructuras urbanas y
crecimiento regio11al, Editorial Vicenz Vives, Barcelona.

j Otras

1 Anderson ( 1988); Ayda lot ( J985): Nou rse ( 1969) : Richardson ( 1975): Richardson ( 1977).

'
/ Métodos de análisis regional
Isard. W. ( 1975), ftirrodu ction to Regio11a/ Science, Prentice-Hall , Englewood Clifü .
Isard. W. ( 1970). Mérodos de análisis regional, Editorial Ariel. Barcelona. Traducción de
Merlwds of Regional Analysis. MlT Press, J960, Cambridge (Mass).
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Friedmann , J. y C. Weaver (J 981 ), Terriwrio _rji1nc ió11. Instituto de Estudios en Administración
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Kuk linsk i. A. , comp .. (1985). Desa rrollo polari:ado y polí1icas reg irmales. En Ho111e11c~¡e a
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Leó n, A. de ( 1995). " Liberación co merc ial y desigualdad region al: exp loración de la evide nci a e
impli caciones para México'·, en A1TOyo, J. y D. Lorey. Ajus1es y desqi11.r1es regionales. El
caso de Jalisco a fines del sexenio salinisra . Un ivers idad de Guadalajara. 11 3- 133.

Otras

Ayda lot ( 1976); Boudevi ll e ( l 972):Fried mann ( 1972): Hi ernaux ( 1997); Hemández Laos ( 1984):
Myrdal ( 1968): Paelinck ( 1966); Pe1Toux ( 1955) : Trachen ( 1985) : Vei ga ( 1991 ); Williamson
( 1965).
E?:)!W900j~ PE?P!A~~:)E?
E?I ~p U9!=>.E?Z!IE?::>o¡ E?l

1
Comprender la forma en que las empresas, y por lo tanto las
poblaciones, se distribuyen en el espacio, es lo que nos proponemos
analizar en estos tres últimos capítulos. ¿Existen "leyes" económicas
para explicar las deci siones de localización de las empresas? ¿En qué
medida las presiones de la competencia incitan a las empresas a adoptar
modelos precisos de localización? ¿El panorama económico, resultado
de estas decisiones, presenta una cierta simetría, un cierto orden?
La búsqueda de las "leyes" que rigen la localización de la actividad
económica son el origen de Ja economía urbana y regional como campo
de estudio. Los primeros escritos sobre este tema datan del siglo
diecinueve. Desde entonces se ha desarrollado una abundante literatura
sobre las teorías de localización y los modelos de localización. Nuestra
presentación será fiel a la literatura "clásica", a la cual agregaremos, sin
embargo, algunos elementos nuevos, principalmente acerca de la
localización de las actividades de oficinas.
Clasificamos los modelos de localización y las teorías de locaJjzación
en dos categorías, según el tipo de espacio en el que se sitúan las
decisiones de localización que nos proponernos explicar: el espacio
nacional (marco del capítulo 9) y el espacio urbano (marco del capítulo
1O). lntentaremos, en la medida de lo posible, distinguir las teorías que
se aplican a las industrias manufactureras (de disüntos tipos), de las que
se aplican al sector terciario. EJ análisis del espacio urbano nos llevará a
examinar igualmente el proceso de localización residencial de los
hogares.
Volvemos a ver aquí ternas tratados en la primera parte del libro. Los
costos de la distancia (en forma de costos de transporte), las condiciones
técnicas de producción y las estructuras de la demanda son nuevamente
los parámetros que definen las condiciones de las decisiones de
localización y de la competencia en el espacio geográfico. Estos
parámetros están en constante cambio; en el onceavo y último capítulo,
terminaremos con una revisión de los nuevos panoramas económicos que
aparecen en los países y en las ciudades a medida que evolucionan las
tecnologías y las estructuras de empleo.
362 Economía 11rhw10 ·" l<'gio11a/

reagruparse; además, pueden, cereris paribus, ofrecer precios más elevados


para alojarse, de manera que acaban expulsando de los terrenos codiciados a las
familias de menores recursos. En la Figura 10.13, puede verse que las curvas
de las familias más pobres (R' y M') están siempre por debajo de las de las
familias más ricas. A tamaños iguales, la familia acomodada puede siem pre
pagar más caro por metro cuadrado que la familia menos afortunada.
De esta forma , se produce una división del territorio según las clases
sociales, que se manifiesta por la existencia de sectores residenciales de alto
estatus social. Estos sectores tienen a menudo la forma de un a punta de pastel
que, partiendo del centro y ampliándose hacia la periferia, abarca la gama de
posibilidades de densidad (Figura 10.14). Así, en la Ciudad de México, podría
trazarse una línea que comenzaría cerca del barrio de Polanco, en e l centro, y
se prolongaría hacia los elegantes suburbios del suroeste. En general, los
secto res de alto estatus social se encuentran sobre los terrenos que, desde un
principio, ofrecían las mejores condiciones geográficas de habitación (desde el
punto de vista de la dirección de los vientos, de la altura, de la proximidad del
mar, de la calidad del suelo, del drenaje, etc.). Es más bien raro ver barrios ricos
cerca de zonas de industria pesada. Las divisiones sociales se superpo nen así al
modelo concéntrico, con variantes debidas a las particularidades locales.
El juego de las variables de densidad y de proximidad explica también el
hecho de que Jos pobres vivan a veces cerca del centro, pese al precio elevado
de los terrenos. Hemos visto en la Figura 10.13 que una familia puede expul sar
a otra del centro, a condición de que su curva de demanda sea lo bastante
acentuada; la familia R ·está dispuesta a ofrecer más por metro cuadrado (hasta
el punto D 1) que la familia M, pese al hecho de que dispone de menos recursos.
Supongamos ahora que la familia R' tenga el mismo número de hijos que la
fam ilia M, más afortunada. ¿Por qué su curva sería más abrupta? Ciertas
razones explican el hecho de que las familias menos ticas estén dispuestas a
pagar más caro en el centro (por metro cuadrado), al mismo tiempo que
soportan condiciones difíciles ele hacinamiento:

a) Considerando el costo ele los transportes urbanos , las familias pobres son
muy sensibles a la proximidad del lugar ele trabajo. Si viven en una ciudad
desprovista de un buen sistema de transporte colectivo a precio módico,
donde la mayoría de los desplazamientos se realizan en automóvil
particular, no suelen tener otra opción que localizarse cerca del centro. El
366 EL_·o_nomía urbal}!!_} reg_iuna/
___
t1

1Expansión física de la ciudad


El modelo de deci sión residencial nos permite comprender las fuerzas qu e
causan una expansión del espacio urbanizado superior a la qu e causarían
"normalmente" las presiones demográficas .
Para designar la expansión física de Ja ciudad, se habla a menudo de
suburbanización, o de extensión de la mancha urbana (" urban sprawl " en
inglés) . Este segundo término tiene connotaciones negativas asociadas con la
expansión "desordenada'' de l espacio residencial.
A medida que aumenta el ingreso de las familias, las curvas de renta se
modifican . Para la misma distancia, la curva que expresa la demanda de espacio
por persona tenderá a subir. En los países ricos , la superficie de piso ocupada
por persona es en promedio dos a tres veces más elevada que en los países en
desarrollo. Este factor, en ausencia de cualquier otro cambio, basta a menud o
para explicar que la extensión física de las ciudades se duplique o se tripJjque
a medida que el país pasa de una etapa de desan-ollo a otra.
En lo que se refiere a los costos de transporte, las curvas tenderán a
aplanarse a medid a que aumenten los ingresos, primero porque el precio
relativo de los transportes disminuirá, pero también porque las familias podrán
costearse nuevos medios de transporte (sobre todo, el automóvil particular) que
incrementarán su movi)jdad. En una región urbana más rica, las curvas de renta
serán a Ja vez más altas (indicando un alza generalizada de los precios del
suel o) y más planas, extendiéndose cada vez más lejos en el tenitorio.
En res umen, incluso si n crecimiento demográfico, la expansión física de la
ciudad aparece como una consecuencia inevitable del enriquecimiento
co lectivo. ¿Qué factores podrían hacer contrapeso? Basándose en las vari ab les
del modelo, la manera más segura de reducir el consumo demasiado extensivo
del suelo urbano es haciendo aumentar el precio relativo de éste, aumentando
su costo unitario o incrementando el costo de los transportes urban os. La mayor
parte de las intervenciones públicas se limitan ai primer aspecto, influyendo en
la oferta, lo que nos ll eva a explorar la cuestión del control del suelo urbano

Control del suelo urbano

E n casi todos los países, el suelo urbano es objeto de controles. A menudo,


el perímetro disponible para la urbanizac ión se fija por medio de leg islaciones.

,
Minimiza r el costo d e las infraestructuras colectiva s

La ¡Jcns idad de poblacil)n e:-. un J':1L·tor i111¡inrt¡1111e de ccbt11 p:11.i 111ucJio..,


-..e 1·, icio.., e i nfrae:-. tru cturas . b u11 ar~!u1 ncnt¡i imponanlc e11 i°<i' \Ir Lk la
pl:tnii'icac i cí n de l es pacio urb:.i1HL Si 1:1 pl1h l <11.:ilín e:-. poco densa . ..,¡ e ... w di ... pcrsa .
... ení 111ás caro. po r ejemplo. prm eL·r!a lk' 1'\'llc~ de tran-..pPrtc cnkl.'li,·o. Pa1·;1 ... er
n.· ntahle. una l ínea de metro e.\lt'L' un.1 1111'11i1n .1 dcn ... idad Je ¡1ohlaci1í 1i. l .u-..
cquip:unic ntos c0 lcc t i' Ch '>on 'e11'1b1L ... .1 l;1 cu l1 10 111ía' de c..,caL1: ,1 lo ... co-..tl>..,
de tran..,ponc . co m o Ja.;; demás acti\ id;1lk-.. de lc1 ccP 110111ía urha11c1 tde nue,·o 1 cr

el cap!L ulo 3 ). Q ue se trate de e'L'LIL'i, .... ho-..pita lc s.... e1Ticio ... de pr(ltL'L'Cllín
púhl ic :1 o de saneam iento de agua. Ju, L''''lº' son en parte t'unci ,ín del p<itr.'in Lk
d'\C 11lamie1n o'>. Es normal c..¡uc lth g1ih1e rnu -.. busquen rcd u,· i1· lt>, L'<1:,tu·, .
·1i..·it:111dn (ll ob li gando1 a la publ .1L" i1ín . :1 l<1s 1~1 npre-,a:- a ek~ir i'm111:h rn.i,
1irJen:1da ... y rná:-. C(llllp<lL'l<lS Je l)L'Up:1·.·ip•1 d..'I \LICltl.

L1 111<1) or parte de Jo, e LJLk'illds Lk ordenación 1) plalk'' r·..:_:;u l.ido1e


11ricn1an la r'xpansión urbana. situanJ 1!.1 ·11 l'j c-. prcúetcnninaJ,,, L1 ciud:1dc-,
de l::u1\>pa han logrado mejores re'u t lc11 Jo., que las ciudade s 11¡1n..:an ,enL«lild .
¡·1\r ll) que lo. tra nsportes coleLti\ ll.s 'LIL'll' n "LT de rnejor c.d1dad. f\·rn Id
<1rlicdc ió11 de po líticas de plani1i caeHí n urhana '>C enfrena a ol1,1auil1>' cuv.t
;1111¡1l i 1ud \'(t r ía de u n raí-, a otrn:

El fracc i ona 1n ic 11 Lo ud rninis l ra ti\o d..:! t..:rrit11ri,1 urhaniLado:

l. 0
1' n mJ'lictuo,, ele re ... ponsahilid.td :. dL· poder L'ntrc n i\'L'k" ~uhLT!l;1111~·11ta 1 c,·
Lt capac i dad l i111it<1 da de L1;. aJ111ini ... u·aL·io 11c ... locales de h<.1-:cr re,pcL 1r l os
re~ lame nt os:

[_a J itintltad para medir cPr1·L'Ll:tll'.:111.: !ns cci-.1u, " l'L'l'c'fi,·i" ,¡_. l;1
infraes tructuras cokcli1 :h . ¡irincip tln1l.'1Jlc a e<tLh,t del ¡1.:-.11 Lk L1.,
O:\ lL'rn:d idades:

Lo . . prec ios re lati vos de los med io ... 11ri\ado ~ y ptíhli n1;. do: tran s¡•(>rt.: : l'll

rnrios pa íses . se subs idia i 111pl íc i1a111 cn tc e l aUl\llllÓ\ il pri\óu.ln:

L1 dl.':-.conria111a Je los ciudad.1111>s 11 ·111L' a l Estado.

L1 t'mma de la c iudd d y de ltis 11ltllk 1' do: 11cup;1cicí11 del 'ucll• tl• rL•f'kj:1
IÍPÍL',l!llente J;¡o,, IC)C'S CL'Oll(Ílllic '· tlcpcr 1k tarnhiL~ll de rucru ... 'l'L'idk :.
1 '' ÍI i~·.i .
/1 •l/llf/lf¡I '' \11:11 lt'..'1"1/ll/

Conclusión

La> acti' idadcs económica<., y la\ j,·icnda con..,umen e>p:1L·io. El >lll'IP e> un
rcn1rso c:caso. cuyo uso est<í somct iJn a una com11c1cnci:1 en lu que .1uegan l;i
oferta y la demanda. Sin emhargo. tiene la 11articubridad Je que L·aJ:i parce la
de l territorio es única. por sus ca rac terí\licas y su l<1clli1;ici,·>n. de manera (jLlL'
>U ol'erta e-. lij a. dando lu gar a la crc:1ciú11 dl' renta> de l(JL':tli1aci1>11

Son principalmente las \'ariahlc, L'Ol1H 1 l<1 Jcn,idad rn 1ntcn>id.1d Lk t1>11¡ ~


1..i 'cn>ihilidaJ a lo' cos tos Je Iranspurte !en rL'1:1ci(ín -.·un cl 11Líclco .:enu"tl ~•>hrc:
todol l:is que lijan Jos ni vele-; rclati\'\)'> ele la demanda Je Lc 1Tcno' en 1:1 ciuJ,1d.
C uanto 111:.Í'> inten-,i,·o sea el uso que puede h:icer una acli\ idad k una 1•:m:ela
de tierra.~ rnanto m5s sensible sea a lc1-, cnstos de 1ra1hp11rtc. m:Í> ,·;1ro l'>tará
,Ji,puc l<l a pagar para locd izar<,c en el cc111ro de la ciudad . Otra> :i.:ti\ id .idc,
h1.1-.,L«1r:in loc:tlizaciPnes m:is pcrirértL'<h.

)in c1nb<1rg(1. la.., 'em aj;,is de llll"<Li1z:1c11111 ~ la> rl'tll:1' Lk l11c:Lii1.iL·i 1í111 11 1 >llll
La fuerza ele atraccici11 Je! L·enlro . como l:i fucrz 1 rL· iati Ya lk
i11111u1.1blc.'>.
.11racc 1ón de n:ros punto~ Jel territorio urbann. snn sensihk-., :1 la-,
1ntL'r\ ..: 11.:innes políticas. Además. lo.., cambios tcc11L1h'>giL'\h. S(1hr._· 1,1du Lil el
rn1b1t11 Je la.., comu ni cacione..,. tienen por ckclu Ja 1110Jilicaci<í11 L'<llhtallle del
¡i11..;iciona111ientu re lat i vo Je di'>tintu.., punios dentni del esp:1..:i u llrh.11H1.
l-i11almc111c. el dc..,arro ll o ccnncírnicu. :ti tr:1n~funnar l:h estructuras de L'n1plell
\ de l'Pn. umo (ha) ya m ás Llficinas ~ men os i':íbri c<1» m ;ís unidalk '> de' i' iu1d,1
l'• ll IKT-;unal. trae con~igo. en toda' panc" un prncc:-.11 de e\pt1l>11>11-suL·e..,i611 .
• 1ncclid<1 que nue\OS usos del sucio >e 'Llstilllycn :1 Plrn'>. [,¡a L·1 1c-.,1i c)n -;cr:t el
1>bjeto del último capítul o.

Temas de discusión y preguntas


i. ¡,P11r qué lo) modelo~ econ6111ico' Je uiiliLac ión del ~ucl11 urbww tienen su
uric'<:: n en los m ode los de distribución espacia l ck la producLi<í n agrícola·.>
f,\l'liqt1L' l:i tC l'ría de la rcrn::i del -.,ucln urbano u1i l izand11 gr;ífi ,·a" .\p lique
.·r:íli1.·:1 ¡'ara idcntilicar la l11~-_di1.1cití11 _!2 ·lil'> 1 •r·, ·1r 11b_·¡,, 11
1.'r1 i..:i11' .ti imcrior Jcl e-.,p:iciu urhanu.

111 ~u1.1 ¡iur qué . cbi ·icmpre . .:s en el centrn J..: la-, l. 1 1~.1dL" d1>11de
11111.11111; l.1 u1ilizaci(í11 m,1:-. i111cn ¡,a 1..:1 -.,ucl11
(.P.11lll9llll.!;1 O.IJU,1.1 l\lll0.1

op1?ru .1 tu1· -,;i ¡w¡1111.! 11..; 0ri ¡r..11u;i,¡ 011.11..;1p ¡;i ·u91u1dn n..; u3"? ·¡wpn!;i 1~1 ;-.p
p: 11u;i.-. •'llll\111 ¡0p u \IJr.¡J.1 otus1tu1:u!11 ¡:-i :-iJqn-, .11~111:i!J.md u;i ·1n11:q.111 r.ttuo¡
n¡ u;i ¡-,;1¡nll1 ,, ;i¡1?UOl '."mll) Sl~:-l!lJ!Od "'~".IJ\IP .1p llPt~cllUI 1:-i J.ll]OS l~ll?Lj;J(I "(
"l?ll IJl?- j
1:.1u;itu\ .:i11--~¡w¡11111..,,1ptm.1<3 s1~1 r..1r.d u~i1:-ir..1qd1~ ;:ip i:1.1u;:iu!J.1Jd ns ( st?ll!llll:J
-..1·¡ .1¡1 ¡c1:1u.1p1' l.J u9t:)l~L1pno1 JP 010rmu ¡;-i -.,o;'i's1~.1 ·;:i pu1~.1i'i' I' ;inhqdx3 ·t

, \ , ·~ ¡ •u,·¡\
Capítulo 1 1
La transformación
de los espacios económicos

Es1e cap í //llo tru:o las grandes líneas de las tran.~f"vrnwcionev


Cflll' caracreri:.011 a los e.1¡wci0\ eco11ó111ico:. modemos. Como e11
el ¡vimer capíwlo. wloptare11111.1 111w perspectil a historica. pen,
eclwndo una mirada lwcia e!Ji11um. Seg 11ire1110~ lo 111ás/icl111e11te
f)(JSihle el marco genero/ de a11cílisi1 que 11os sin io de ¡n11110 de
referencia e11 los dos cotJi/11/0, 011/eriores. o 1u1 1111 1erri10rio
habiwdo ( 11 11 plano ho11;o~é11eoJ e11 cu1·0 centro .H e11c11cnflYI 1111
polo dominante. Co1110 he 11101· 1·is10. esw represe11toció11 simple del
e.1pocio eco11ó111ict1 w• 0¡1/1co wnto a la co1.·1pre11sio11 de los
espacios urbano.1 co11111 u lo de los e.1pacios na! io1w/es.
Se 1row de ere/icor la el'f1/11ciá11 ev¡wcial d,• /01 espac ios
.:co11á1;iiccH a la /11 : c/1• f,,, c111weptns 1 modelos e.1w11inw/01 en los
capí//llos anrenorn. ¡ L.11 1¡11t: 1111 elido ¡mede11 é.1101 ª' llllarnos a
comprender los 1m11.~f(1mwciorw.1 nhserrndos :' ,: Qué podemos
decir sobre la el'<1!11cirí11 ¡1111hahl1· de lm econo111ía.1 11rha11os y
re~ionale~ '! E11 ('\[(' .\('/1/f(ÍO, ( , 1Í/ti11111 c·apí111/o illfl'll/(/rlÍ
wmbié11 proporc1onnr ri1 no1· e /011r111n.1 de pnHJll!CIÍl'll.

Transformación de las estructuras económices


nacionales: !a terciariz ción

En el primer capítu'n. i,i· ,,.,~ -.o·:i1:1L.:•1!l'~ J.2 urbaniz • ·i1ín que \'ive
nuestro rlaneta c.Jesdc hace in:í-. de llll -.iglo ~t' e:-;p lica. ~11 gran 111ec.Jida. por la
transición de una ccon11111 í:1 irl.'d Jlllll' 111 t:111c11ic agrn.:1 1.1 a una c... 1rnomía en la
1

que dominan las é.1<.:ti\·it.ladcc.. i111..ou-. r ,11 ..., ~ l'Onh.:'"·:ral '· .¡uc rc-..uilan a -.u vc1.
del progreso tecnológico y de la evolución de las estructura-, de con umo.
unca antes habían experimen tado las economías nacionales tran!-.formacione,
tan radicalc!-.: la geogra fía del empleo y de las poblacinne.., ha sufrido una
metamorfosis. La-; nuevas actividades industriales y comerciales. libres de la
servidumbre de la tierra. han obedecico a "'leyes" que hemos tratado de
comprender mejor a lo largo de este libro. Sabemo!> ahora que estas ··1eyes..
ra, orecen la rormación de ciudade y de rede!> urbanas. Sabemo' también que
la transición a una economía moderna no se real iLa '> in c1hto-.. ..,ociales. Estos
últimos to man la forma de disparidades regionales 1mb o 111c110:-. pasajeras. y de
mo' imicntos de población.

En los paí1.,es industriali zados. la tran:-.formac16n campo-ciudad


pr•ícticamente ha concluido ho: en día. Por el cnntrann. la mayoría de lo ...
pa1-..es en desarrol lo se encuemran en plena 1nctanwr1·1i...i.., de su e~pacio
econ1ímico. Pero. para todos los países las estructura!> tx11nómicas nacionale ...
-,eguirán transíonnándose: ciertos sectores ck ,1ct1\ id.id desaparecer~n.
mientras que otros ad'-{uirirán mayor importancia. l.:i e' nlución Je la!>
c-..trnci uras económicas provocará nuenmente cambo ... en l.i geografía de las
em presas y de las pobl..1ciones. Cada sector de actividad que nace (ho; la
inl"ormática. mañana otro) tend rá su peiiil gcog.r:ifico proplll
La evol ución de las economfos nacionales no se limita a l,1 1ra1i-;ició11 del
:-.cctnr primario al sector secundario. En c1,'r! 1... ' 1.:1Hit!n.... el -.ectnr
111;JJI Ufocturero CSt<Í hoy en día -.u friendo eJ llll'-1110desl1110 l¡ll.: ..:! SCC!11r ,1grícola
an1,111u. Ha) quienes llaman a este fenomeno ren iari::dt"lllll. 11 l"'JS lo llaman
de1i11d11striali-:.ociá11. Pero. cualquiera que sea el nombre. "e trat.t siempre de
caracteri1ar la decadencia (relati' a o absoluta) del sec111r 111.1nu racturero. ~. en
conlr~!part1da, la asce1b1on del sector Lcrciarin. L ter... i.11 i1aci1'1n de l:h
1>1n1cturas de empleo caracLeriLa la cconumía nac1n11.d uc l•'dº' 10-.. paí...1.:-.
..1\'a1JLaJos. Según los dato-. m<Ís recientes. a mediados d1.: 1,, Jc-.,1d;1 de l l)90. la
parte del empico terciario en el empleo nacional era de apro\111 .1Jamcntc 75<}
en E:.tados Unidos y Canadá (Figur:.t 1 1.1 ).
Se trata de una tendencia pesada. tan irre'"l~rsihlc c1)11lll l 1 1.1 1 hiL·i1)1~ de l:i
"é"ri1.ultura d l..t 1ndti...tri,t. ..\ c-..tu -....: ,1g rcga una 'L'.:.!llih. 1 , <' ..... t. 1.111 11 .,.._'.
..,ihlc como la anterior: la Jisminuci6n de lo-.. CO'-lcl' dr e 111• n • .i ·i1í l El 1.t•st11
de li ,11hpnrtc de la información ha bajado de 111ane . 1 1tic~ Je dL el
prinL·ipio del ,¡~lo (F1g.ur,1 11.2¡. Ahora bien. com 1~ ..!ll 11 ...·l ' ·,·¡ '(
1cn:1ario ··1r¡1Jicill11al... formado sobre iodo por comercios y \Cn 1c1os
per-..unalc:-.. lkl 1erc1ario más moderno. La ten.:iarizaciün de la., economías
occidc111alc.~ es s\lbre todo el hecho de una nue\a categoría de ac1iviJa<le:-. que
poJcmo~ ll.1111ar terciario superior. o aún '>Cclor de la información (ver el
cap tlltlO 9 para l<.i Jefinición Je c-..IOS términos). ¿C6mo explicar esta tran ~ición
:i acti,·idaJes que tienen por objeto la prc:-.iación Je sen icios y la producción

de l)ienes imangiblc•;?

º ~ del empleo total

o- Servicios

1 (sector terc1ano)

05 1

o~
l
1

03

1 ----- - , ........
........
l
Industria
(sector manufacturero)
"- 1
o 1 -+

· s20 40 60 80 1900 20 40 60 80 95

FIGURA 11.1 - Evolución comparativa ael empleo (en porcentaje) en la inoustria


y en les se•v1cios. Estados Unidos. 1820-1995
.-uenre ~11e Econom•st. 1990 F11;ura 2.
Costo de :.:na llamada telefónica de tres minutos entre
Nueva York y Londres (SUS de 1990)

300

250

200

Costo [SUS]
150

100
/

1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

FIGURA 11 .2 - Ba¡a en los costos de comunicac1ón· 1930-1995


Fuente: The Economist. 1996. Figura.¡

[ Elementos de explicación

La terciarización de los métodos de producción


La te rc:iarin1ción del trabajo está íntimamente ligada al progreso de los
º'
conocimientos ) a las in no\ acioncs tecnológica'. L procc-..os modernos de
rroJucciÓl1 exigen. p"0rorcional111cntC . cada \e; 11 .:n '' "l)r..Los·· ) cada vez
más k.11011·-hmr ~ materia gris. en forma de actividades de asesoría. de
concepción. de 111\ e:-tigación : de desarrollo. Son c'>la:- t:irea-.,. más imensi\'as
en materia gris. el coraz6n de In que llamamu-., los -.en icio-. .t la producción.
Así, la terciarización de las economías modernas. conlirmada por la::.
estad ísticas nacionales. ap:.irecc en parte como la consecuencia
-me todológ ica- de la <lefini ~ió n <le los corn.:epto.., : ck '\U utili7aci1)n.
Efectivamente. la distinción entre '"-;ccu ndario·· y '"tcn:iario" descansa en un
ejercicio de clasificación de las act ividades económi cas con muchas
limitaciones. En este sentido. el progreso del sector terciario se explica en
parte por una ilmión estadística. La decisión de clasificar a un trabajador en
el sector manu facturero no descansa en la actividad que este trabajador ejerce.
·ino en la empre. a donde trabaja. Según esta forma de proceder. un arq uitecto

1 que trabaja para una empresa ele fabricación es clasificado en el sec tor
manufacw rero (es la regla que apl ican las agencias estadísticas ele cas i todos
los países). Pero este arqu itecto. ejerciendo el mis mo trabajo. e clasificado
en el sector terciario si trabaja por -;u cuenta o en un de:-.pacho de arqu itectos.
Lo. contadores. los investigadores. los asesores en ingen iería. las secretarias.
etc .. son objeto de e. te tipo <le fluctuaci ón. Por c-;ta ra7Ón. en los dos capítulos
anteriores. hemos utilizado a menu<lo el término acti' idad de oficina. que
abarca los empleos ··terciarios··. sin importar el sector de actividad económica
en que se ejercen.
A medida que la-; empresas manufacturera-., se especiali zan en la
fabricación. encargan a otras empresas el suministro de sen·icios de los que
antes se habían dotado. Ocurre así una dilatación del sector terciario. atribuible
en parre a las reglas de clasific,tción. Por ejemplo. si una empresa de
f<11-iric:ación de ,·igas de acero decide en lo suce::iivo buscar al exterior los
::iervicios de informática de los que antes se ocupaba ella mi::.ma. resu lta un
aumento del empleo del <;ecror terciario. en la rúbrica de los servicios
in formático . . En otra palabras. la terciari zación de la:, economías resulta en
parte de un movimiento de espccialiLación y de divi<..i ón del trabajo.
Sin exagerar indebidamente la importancia de lo que llamarnos ilusión
estadística para explicar el empuje del sector terciari o. hay que reconocer que
la distinc ión entre sector manufacturero y sector terciario se \"llelve cada vez
menos pertinente a medida que -;e desarrollan los . erYicios a la producc ión.
·c0mo lo deja entender el tt~rlliinn ··producción··_ e-.to'> sen icios en rápido
crecimiento son una extensión del aparato de producción de bienes. En este
-.entido, ~ería ma-, apropiado hab,ar de la industrialización del -,cctm terciario
que de la dcsimlu triali1aciún de 'a-; economías urba na ... o nacionak ....
El juego diferencial de las tasas de productividad
Grac ias al progreso de los conocimi entos, la productividad de los
trabajadores del sector manu fac turero aumenta constantemente. co mo
aumentó en e l pasado la productividad de los trabajadores del sector agrícola.
Fara que la economía pueda continuar crecie ndo. la mano de obra se desplaza
constantemente hacia los sectores de actividad donde es más productiva.
tornando en cuenta las diferenc ias de elasticidad-ingreso de la demanda.
Puede decirse lo mismo para la transic ió n de l secundari o al terciario. En la
medida en que la productividad de l sector manufacturero a umenta más
rápidamente que la demanda de bienes fabricados, S(: produce
necesariamente, con el tiempo, un desplazamiento de la mano de obra hacia
otros sectores de actividad.
Pero la evoluc ión de la estructura de la demanda desempeña un papel
menor en e l progreso del sector terciario q ue (antaño) en el del sector
secundario. Desde luego, la e lasticidad-ingreso de la demanda es s uperior a 1
para varios tipos de servicios, de lo q ue se deriva el crecimiento del empleo
en los sectores de la restauración y de la di,·ersión. Pero el concepto de
e las tic idad- ingreso se apli ca con mayor dificultad a los servicios
intermediarios. Si las elasti cidades-ingreso fueran iguales para todos los
bienes y servic ios. la transferencia del empleo de un sector a otro se explicaría
·obre todo por diferencias en la productividad del trabajo a medida que se
incrementa la demanda global.
Es la diferencia en el crecimi ento re lativo de la productividad la que actúa
sobre todo e n el caso del sector terciario. Se trata, en conjunto, de tareas en
las que la máquina no reemplaza tan fácilmente al ser humano, y en las que
los aumentos de productividad se realizan más lentamente. Cuanto más
a umenta la prod uctividad g loba l gracias a la introducción de nuevas
tecno logías de producción , más se desplaza la mano de obra hac ia actividades
e n las que la persona conserva ventajas comparativas sobre la máquina, es
decir. actividades no estandarizadas y no rutinari as, con fuerte contenido de
know-holl' y de imaginación. Esto no significa que todos los empleos
ten.:iari o~ modernos sean interesantes y bien remunerados: basta pensar en
c iertas labores de secretariado para convencerse que no es el caso. Sin
embargo. la importancia del capital humano signifi ca que las actividades de
n!"icina exigen. en promedio, más capacitación que otros sectores de acti\'idad.
Í Impacto de las tasas relativas de crecimiento

Las actividades de oficina \On aún más se nsibles a las fuerzas de


centrali zación que las actividades de fabri cac ión . En escala naci onal (capítulo
9), manifiestan una tendencia desproporcionada a elegir las ciudades más
grande.: en esca la Jrbana (capítu lo 10), demuestran la misma tendencia
desproporcionada a inc;talarsc en el centro de la ciudad. Por otra parte. sabemos
que las actividades de oficina pueden implicar rentas del sucio m:b elevada\
que lo-. demás sectores de actividad. con el resultado que se produce un proceso
de expulsión-sucesión. del que se habló en el capítulo anterior y cuyas
con..,ccuencias ex ploraremos en la. secciones sigui entes.

Para com prender adecuadamente el impacto espacial de las


transformaciones de la estructura de empi co. conv iene recalcar la importancia,
en la interpretación de los datos, de las tasas relativas de crecimiento y de
concemració n. Para que se mamengan las presi ones en el centro, basta que los
o.;cctort!s en crecimiento tengan una propensión relatiYa más fuerte a la
co111.:cnt1.. tción (en relaci ón wn otros sectores). aunque. de manera aisl ada. den
señales le desconcentrac ión. Para fines de ilustración. proponemos una
'> imulación en el Cuadro 11.1. En él, suponemo. un lerritorio incluyendo dos
zonas. el ct.:ntro y la periferia (o. si se prefiere, el centro y el !>uburbio). y dos
sectores de acti' id ad c..:onóm ica. A y B . El . ector A (d igamos la industri a
manufacturera) no experimenta ningú n crec imiento del empleo entre el período
TI ) el período T2. mientras que el nivel de empleo de B (d igamos el terciari o)
-.;e triplica. pasando de 100 a 300. Desde un principio, B está claramente más
concentrado en el centro: 80% de sus efecti vos se encuentran allí, contra olo
2oq de los de A. Entre T 1 y T 2. ambos sectores muestran una tendencia a la
descentralización: la proporción de lo-; dectivos de B presentes en el centro ca-:
a 70 1'r: para los c111pleo1., del sector A . la parte del centro pasa a 18* . Pero como
B -.igue -.icndo a la' ez más concentrado. en términos relati,·os, y más dinámico
4ue A. el empleo total del centro crece ftnalmeme más dpitlamentc (a una ta. a
de l 28 11r) que el empleo de la peri feria (72%).

Por esta razón -.e acentuar;1n las presiones sobre el centro. con las
(·011.:, 1 •ne. ;.l', q11 • \ •nnccmos par~1 la-. renta.., del suel o:- la intensidad ,lel U'>O

del -.uLlu. Se inc1..:mentará la posibil idad de que las deseconornías Je


aglorncracr<Ín ( in...:11: ::nJo Jo-., proble1 nas de: med io ambiente) superen a la ...
eccrnnmías de :1gl1>1n..:r:1ci<"\n. Las acti,·idadcs más dinámicas en búsqueda de
una localiLación central expulsarán a las actividades capaces de .1daptarse más
fácilmente a otras localizaciones.
Las in formac iones para la Ciudad de iVléx ico, por ejemplo. van en el sen ti do
esperado. Recordemos que los serYicios al productor maní fic. tan una tendencia
neta a la concentración en el centro. Como lo indica la Figura 1 1.3. los
servicios al productor son también los que crecen más rápidamente: 94Cf de
crecimiento del empleo en diez años. comparativamente con -+% para la
industria. En breve, las presiones sobre el centro de la ciudad de Méxi co se
proseguirán mientras dure la progresión relativa de los servicios al productor.
que tienen una fuerte tendencia a la centralidad.
Para entender la dinámica espac ial de una economía, no basta con observar
que tal o cual sector esté desp lazándose (o descentralizándose): hay que
comprender las tendencias de localización de lo sectores más dinámicos.
examinando su impacto (expulsió n) en lo· demás sectores de la economía.
Estos impactos pueden analizarse en escala nacional o urbana. Comencemos
por la ciudad.

CUADRO 11.1 - Simulación : impacto de las diferencias de las tasas relativas de


crecimiento sobre la repartición espacial

T1 T2 Crecimiento
T1 -T2
Sector A Sector B Empleo Sector A Sector B Empleo Em- %
total total pleos

Región 100 100 200 100% 100 300 400 100% 200 100%

Centro 20 20% 80 80% 100 50% 18 18% 210 70% 228 5~% 128 128%
Pertferta 80 80°ro 20 20% 100 50º'• 82 82% 90 30% 172 43°0 72 72°10

El sector A eslá estancado, el empleo no aumenta entre T1 y T2 El sector B esla en crecimiento. el empleo se
tnpllca enlre T1 y T2.

----
Aplicación del método shift-share

Crecimiento Efecto Efecto Efecto


real nacional estructural regional
- - --
Centro 128 100 140 12
Periferia 72 100 40 32

- ---
Empleo

840 000

Industria [4%] ____ __ _


740 000
-------------------- ----- ----------- -- --------
640 000

¡
540 000

Servicios al consumidor (26%]


440 000

340 000 -¡-~-------


¡ 240000 1
'

Servicios al productor [94°0]

1
140 000

1
L
40 000 _1-~---= =-
Servicios colectivos (82%]
- - - - - - --
1975 1985

FIGURA 11.3 - Crecimiento del empleo: Zona Metropolitana de la ciudad de


México, 1975-1 985
Fuente : Aguilar. 1993
Nota Las tasas de crecirn1ento 1~n porcn~· ) ~e 1nd•C<i:1 '?n're oarénlesis

Transformac1one.c: de ~: - , u•bcr>o
El seclür terciario mlll.krnn :n creci miento es relativamente propenso a
buscar locali1acilllll!S c~·111r.d ·-. In qt · h:ice progresar Ja terciarización de las
cqi·ucturas en la' grarir.k..; < • 11, 1,, d 111de. en corolario. es m ás marcada la
decadencia t ¿\odn J dl.'I -,ei.:t111 marn 1l'acturern. Las presiones que se ejercen
'>Obre distinw-; puntos del c:-.r~ ,:in urb·11w di.:-..encadcnan. en cada etapa del
dc-,arrollo. una n:c-,tru ,·1.11rac1•'111 c-.p~k·:al en la que '>C observan, paraklamcntc.
movimientos de concentración y movim ientos de expansión física de la ciudad.
Así, es posible hablar de ciclos urbanos. que comprenden rases sucesivas de
urbanización y de suburbanización. Pero la forma real de este esquema
evolutivo es distinta según los paísc~. Como lo vimos en el capítulo 1O, la
estructura imerna del espac io urbano es muy sensible a la imervcnciones
políticas y a las particu laridades localc . Así, para nive les comparable. de
desarrollo. las regiones urbanas suelen ser más densas (por lo tanto menos
ex tensas) en Europa que en América. Los precios relati\'OS del transporte
privado y las decisiones públicas de invertir en las in fraestructuras de transporte
tienen gran impo1tancia en la explicación de las diferencia<..

Terciarización de las economías urbanas

La terciari zación de las estructuras del empico afecta a todas las grandes
ciudades del mu ndo industrialiLado. En Estados Unidos. la parle del sector
manufacturero en el empico total pas0 de 25. 1% a 14,3 9'c en la región de Nueva
York . de 35,4% a l 9.9'k en Chicago. y de 3 l .9c:f a l 9.6q en Los Angeles en
el transcurso del períoclo 1972-1990. Durante ese mismo período. en términos
absolutos. la región de Nue\'a York. perdió más de 280 000 empleos manu-
factureros. y la región de Dctroit 156 000. En alguna. ciudades norteame-
ricanas aumemó el número de e m pico~ manufacrl!rcros. pero. incl uso en esos
casos, la parle relativa del sector manufacturero disminuyó. La Lerciarización
está en general menos a\'anzada en las ciudades de América LaLi na. lo cual
permite entrever para el fuLuro una t!poca ele exp:rnsión Lerciaria. Si nos fiamos
a la Figura 11.3. ha~ta 1985 Ja Ciudad de México presemaba aún un carácter
ind usLrial, pero los datos mexicanos tienden a sobreestimar la parte del ector
ind ustria1so.

Exodo de la industria manufacturera hacia la periferia

La terciari zación de las econo mías urbanas ~e acompaña por un a


redistribución geográfica de las actividades económicas dentro de las ciudades.

50 El Cem.o Económico de INEGI tag.:nci:t 111C\1cma d..: e,t,1d1,11casl 1111 util!L.111c.:e,ana111cnte las 1111\mas
reglas ck clasificac1ón que los clem.b rai-.:,. ,\d..:111:., . 'º' dat"' cl1'ponit>k' 1111 mdu~~11 l.1 totaliclacl de los
..:111plco.'> del sector terciario. '<lbr..: iodo en rn.11110 al 'ccH>r püblic·o 'e refiere. b ' 1e mpr~ nccesario 1cner
rniclado ..:on la co111paración de d.1l<" 1111c·rn¡1uc11 alcs
CUADRO 11 .2 - Participación del empleo manufacturero en el empleo total :
veinte ciudades de Estados Unidos, 1972-1990

Empleo manufacturero sobre empleo total (%)

Región metropolitana 1972 1983 1990

Nueva York 25,1 18,0 14,3


Filadelfia 34,1 23,7 17, 1
Boston 28,9 23,7 17,4
Pittsburg 36,5 22,4 14,6
Chicago 35,4 25,9 19,9
Detroit 4 1,8 31,2 24,3
St. Louis 35,3 23,9 19,0
Minneapolis-St. Paul 29,2 25,7 19,6
Cleveland 39,7 29,4 23, 1
Milwaukee 40,6 29,3 25,0
Cincinnati 36,6 28,2 20,5
Kansas City 27 3 21 ,3 15,1
Dallas 27,2 22,7 17,8
Baltimore 30,1 21,5 12,3
Atlanta 22.1 17,2 13.4
Los Angeles 31,9 27,8 19.6
San Francisco 19,5 14,2 17,4
Sin Diego 21, 1 19,8 13,8
Denver 21 ,2 20.9 13, 1
Seattle 27,1 23,6 19.4
------
Ft:t:'mes: Hicks. 1987 y US Census Data. 1990

Puede observarse, en todos los paí es industrialiLados. un desplazamiento de la


actividad manufacturera hacia lo. suburbios. hacia Ja periferia de las zonas
urbanizadas. y hacia las ciudades mediana ·, siempre a cthta ele las ciuc.l,1de-.;
u.:mr<.Lles. En Canadá. de 1971 a 1986. la parte ccn1 ra' c.le la región
:n1.:tropolitana ele Mon lrbl perd10 h8 600 cmpkos 111<1n ul.1ctun.:ro~ . 1111cmra"
que el resto de la región ganó 58 300. La panc central de f orolllo perdi6 27.<:Yc
le su empleo manufact ure ro. mie ntras que en el rc-.to 1k la región
1.lctropolitana el empleo manufacwrcro creció 5:?..9 <~.
El mi. mo mov 11111ento se observa en las ciudades de M éxico y Bogot<.í
(Figuras l 1.4 y 11.5). En el tran cur. o de l a década 1975- 1985. el núcleo
cc111ral de la ciudad de México habría perdido 55 000 empleos manu facturero~.
pero habría ganado otro tanto en el sector de ser vicio al productor. Por lo tanto.
no hay que sorprenderse por el auge de los rascaci elos en el centro de M éx ico.
En Bogotá. l os cambi os ( 197'2- 1989) en l os coc ientes de local ización
ck muesLran claramente el trasl ado del empleo manufacturero en beneficio de
las zonas menos centrales (F igura 11.5). En resumen, en los lugares donde el
em pleo manufacturero dism inuye. la d isminución se hace sentir primero en la
parte central de la regi ón urbana. De l a misma manera. cuando el empleo
ma nu facturero aumenta, se trata ante todo de los suburbios. En Estados Unidos.

Empleo

80000

60 000 +-- -- - - - - - - - -
-1
<0000 --~: 1-- - - - - - - - - - - - - - -
_ _ _ _t

1
20000
Servicios colectivos
Industria
o 1 - __¡, ----'----~~~~-
Servicios al Total
productor Servicios al
·20 000 - - consumidor- - - - - - --

-40 000 ~- ----------,

·60 000 +-.- - - - - - - - - -- - - --

-80 000 - -

FIGURA 11.4 - Cambios en el empleo: Núcleo central de la Ciudad de México.


1975-1985
Ft1ente Agw lar. 1993
Cociente de localizac1ón
1.4 ---1
:-J 1972 e 1989 1

1,2 1
l
r

-1
1,2
-¡--,~ 1
¡--
1

: 1
1 1
0.6

0.4

0,2
Anillo 1 2 3 4 5 6
Centro Perite na

FIGURA 11.5 - Cambios en la localización del empleo manufacturero:


Bogotá, 1972-1989
Fuente ·Cuervo, 1992

las regiones que han creado más empleos manufactureros a partir de 1980. son
como zona suburbanas: Anahcirn County y Orangc County. cerca de Los
.-\ngele , San José. cerca de San Francisco (donde . e encuentra la famosa
Silicon Valley). '.'Jassau Counl) ; Suffolk County. no lejos ele la ciudad de
'lLH~\ a York.

A medida que las actividctdcs de l'abricación se alejan de las partes más


Jensamc111e urbanizada .... y ..,e redistribuyen geognílicamente. la terciarización
'>t.' acelera en las parte:- ·~n tral...: ... de las grandes regiones urbanas.
Revalorización residencial del centro

La espec ial iLación creciente de lao., Lo1ws centrales en el terciario superior


lleva a menudo consigo un segundo movimiento, que afecta mfü. bien a la
vivienda. Corno los empleos del centro de la ciudad incluyen una proporción
cada Yez más importante de "'cuell os blancos" (empleados de oficina). de
profesionales y de ejecutivos. el peso que ejerce el centro en las decisiones
residenciales aumenta en el caso de la<; clases acomodada ·. La población con
más recursos e interesa por ciertos baITios cercano. al centro. o francamente
centrales. y. en ciertos ca o., acaba ex pulsando a la población menos
afortunada. Este movimiento de susti~ución de familias meno.., rica por
clientelas acomodadas (a menudo acompañado por la renovación habitacional)
se llama a veces .. gentrificación·· (del inglé .. gentry... pequeña nobleza). Esta
revalorización residencial de los barrios centrales ,~e observa en \'arias grandes
ciudade del mundo industriali zado: pensemos en el barrio del Marai~ en París.
o en el Sol-lo en Nueva York. Pero otros factores iníluyen también:
a) El hecho de que la~ indu~trias y los almacenes abandonen el centro por
localizaciones más periféricas. dejando terrenos vacíos y edificio que
pueden servir de viviendas. Muchos '·lofts" (departamentos mu~ ampl ios. a
menudo acondicionados a partir de una única pieza) del centro de Nueva
York son amiguos almacenes o talleres de confecc i ón ~
b) El centro posee. intacta. una cantidad de viviendas habitada'> por población
con más o menos recursos. a menudo caracterizada por . u \'alor
arquitectónico y paLrimonial, que por consigu iente ejerce una atracción sobre
cienos grupos acomodados. El barrio del Marais (París) es un buen ejemplo:
c¡ La transformación de las estructuras familiares. corno consecuencia de la
baja de las tasas de natal id ad. ha reducido el tamaño de los hogares. El
porcentaje de familias sin hijos ha aumentado. Guardando las proporcione ·.
la demanda de .. pequeiíos.. departamentos urbanos (que a menudo incluyen
varias piezas) se incrementa más rápidamente que la demanda de grandes
residencia ele suburbio. Ente fenómeno afecta a todos los paíse
industri atizados:
Jl La ... parejas de jó,ene ... prof\.:~iu11aks :--i11 hijos en la-.. 4uc ambo:-- miembro..,
trabajan en el centro son mu) o.,en..,ible.., a la proximidad del centro) pueden.
guardando las proporciones. dedicar a la vivienda recursos monetarios 1m\<;
im¡x1rtantcs que otros elcrncnto-; ck la población.
La ge111rificación se limita sobre todo a las ' icjas ciudades Je Europa y de
América que poseen. e n su cen tro. una cant idad recuperable de vi,·iendas
antiguas. La rcconce mraci6n de cierto:-. grupos de alto~ rec ursos en el centro
ace lerará la divi sión espacial de las funciones. y por lo tanto la expulsión de
funciones comerciales o residencia les que no puedan implicar rentas del suelo
can elevadas. Pocos son los comerc ios o los hogares capaces de darse el lujo de
adquirir un espacio e n la calle ele l'vlo ntai gne en París (costo: aproximadamente
de US$2500 el me tro c uadrado en 199 1l. Esta manifestación del proceso de
expul sión-sucesión afecta ~t las poblaciones e implica costos soc ial es a vece:.
importantes. La llegada de nuevo.., estratos sociales al centro ex pulsa de éste a
poblaciones de me nores recursos. que deben despl azarse hacia locali zaciones
menos de eables.
Pero .:::sta:. invasiones no afectan a todos los barrios del centro. Vimos en el
capíwlo 1O que las poblacione · má-; pobres buscan a menudo localizarse cerca
de l centro. y que e. tán dispuesta.., a hacer sacri licios para vi,·i r allí. pues los
tr:1 nsportes colectivos son caros. En \arias grandes ciudades. :,obre tocio en
E~tados Unidos, se e ncuent ran a menudo barrios rcsiJenciales de postín al lado
de barrio:. residenciales miserables. La ac~muac i ón de la segregación social es
todavía mayor si las poblac iones de pocos recursos son de origen érnico o
cu lwra l distinto del de la mayoría.

Transformación de los espacios nacionales

El proceso de expul sión-succ~ión no se limita a los rno' imiento.., de la


industria manufacturera y de otras acti,·idacles económicas extens ivas hacia los
suburbios. Un poco como el cht1rro de agua de una fuente. cuya presión en el
centro decermina la altura. los lllO\ imicmos se realiLan por intermitencias. a
distintas distancias del centro. Su amplitud depende a la vez d·:I dinamismo de
la economía nacional. y del ni\'cl que e haya alcanzado de concentración
espac ial.

RediWibución espacial de la act¡vidad económica: ~res esenias de análisis


Los desplazamientos demru Je! c~pacio nacional pueden anali1..arse en
e:,calas cliferemes. Así. con' icnc di-,tinguir tres ni, eles de redistribucitín . según
las dimensiones del espacio donde -.e lle' an a cabo:
Suburbanización
La suburbanización es el movimiento de las acti,·idades cconórnicas de la
parte central de la región urbana hacia las zonas periféricas. Para ser fiele s al
concepto de suburbio, las zonas deben estar situadas dentro del mi smo mercado
de mano de obra que el centro de la ciudad. es decir. en el perímetro habitual
de las migraciones diarias. Tradicionalmente. este perímetro define los límites
de la aglomeración urbana corno espacio económico. En escala del país, los
movim ientos de suburbanización no modifican las relac iones de concentración
o de descentralización enrre diqinta~ regiones o entre distintas aglomeraciones
urbanas.

Desco11centració11
Empleamos aquí d térrnino de1,concentración para designar los
desplazamientos que 'an más allá del perímetro de s11burba11 ización, pero
permanecen dentro de un radio li mitado. Podría también hablarse de
descongestión. o aún Je mm imientos peri-urbanos. Hemos fijado. gms.10
modo, !os 1ímites del área tle des...:011ce111rución en un perímerro correspondiente
a una hora ée viaje a partir del polo central. Este perímetro sin·e para delimitar
la zona de influencia comercial ele la ci udad para bienes y !--ervic ios de rango
intermediario, cuyo con~umo exif!C a menudo desp laz:imiC11tos semanales o
mensuales.

Descentrali~acirín

Emplearnos el término descentraliLación para de:,ignar lo~ (Jesplazamicntos


que rebasan el perímetro de desconcentración y que por io tanto se di rigen
hacia regiones más alejadas. En el an<Hisis siguiente. hablaremos también ele
movimientos centro-periferia.
Esta repartición espacial ce ntrada en criterios de Jistancia no toma en
cuenta más que una parte de las posibilidades. ¿Qué Jecir de los movimientos
entre ciudades ele tamai1os diferen tes'? Así. una actividad puede
.. descentrali zarse .. al dejar t':I polo urbano nacional por una regió,1 peri férica
(situada. digamos. a 500 kilómetros del centro). Pero el sentido de e~te
mov imiento será muy diferc:•l•' "cg1í11 'i "e dirige h;h'ia 11na pequeña a!dea. o
hacia una metrópoli regional. Un desplazamiento de activiclacl de la CiudaJ de
México a Monterrc) no ticnl' el rni<.1110 significado que un Jc-,plazamiento de
la cap ital a una peque11a localidad del estado de Nuern Le(ín. Ciertamente. el
primero constituye un moYimiento de descentralización en el se ntido del
espacio nacional mexicano: pero. ¿cómo cali ficar al segundo? El arnílisis de las
transformaciones espaciales debe hacerse en varias dimensione:-. N inguna
repart ic ión del espacio puede tomar c11 cuenca todas las posibilidades.

Los ciclos de desc0ncentración industrial


Veamos ahora más de cerca cómo suceden las cosas. gracias a datos
franceses y canadienses. En la Figura 11.6. representamos ia e\'oluci ón de la
concentración espacia l del empleo industrial (manu facturero) en Francia. de
1896 a 1985. El índice de concentración puede leerse como un coe ficiente de
Gini, cuyo valor varía de O a 1. Si el empico industrial estuviera distribu ido de
manera proporcional en todos los departamentos (cada uno con una pat1c según

Indice de concentración·

FASE 1 FASE2 FASE 3

Concentración Desconcemración Descentraiizac1on

~I
generalizada

0 14 Con la reg1on parisina


.
0.13

0 ,12
/
0,11 1-

0.1 -

o.o9 ¡-
o.o8 r Sin la región parisina
0.01
0,06
L
I
o.os
0.04 ~.~1--,--------'1,--_ _ _ _,.......__ _,__ _ _ _ _-,-'1_ _ _ _._
1911 1921 1931 1946 1954 1962 1975 1985
Año

~ \3J~A í í .O - Evolución de la concentración espacial del empleo industrial por


departamento: Francia, 1896-1985
Fu;Jnlt? Adaptado de Lungo. 1989
La i ·:erpretación del indice se explica en el texto
su población), el índice \'aldría O. su 'alor mín imo. Valdría 1, su valor máximo.
si todo el empleo estuviera concentrado en un solo departamento.
Los resultados. representados por una curva en forma de campana.
recuerdan la curva de Williamson que presentamos al tratar de la e,·olución de
las disparidades regionales (' er de nuevo la Figura 6.6). En los primeros
momentos de la industrialiLación. el empleo manufactu rero se concentra cada
vez más. pero al llegar a una cierta cúspide (alcanzada hacia 1960 en Francia).
vuelve a dispersarse en el territorio nacional.
La Figura 11 .6 comprende una segunda curva que representa la evoluc ión
de los índices de concentración en ausencia de la gran región parisina. Esta
curva inicia su descenso mucho antes. alrededor de 1925. En resumen, entre
1925 y 1960, en escala nacional. el empleo manufacturero conserva. en
términos relativos. su tendencia a la concentración e;1 la región pari ina. Pero
ya se ha iniciado un 1110' imicnro de dcsconcentración. A partir de 1960. este
movim iento se generaliza (las industrias empiezan a alejarse del Gran París).
con lo que es posible hablar de un inicio de descentralización industrial. Un
examen más detallado de los desplazamientos en cada departamento confirma
que todos los departamento"> de la gran corona parisina aprovecharon e tos
desplazamientos del empleo industrial. Sin embargo. más allá de este gran
perímetro ele dcsconcentración ind ustrial, los departamentos ganadores no se
adaptan a un modelo regular.
La clesconcentración indu..,trial se hace por oleadas . ucesivas. en fu nc ión del
nivel de desarrollo del paí~. del nivel de rercia1-ilación de la economía nacional
y de las presiones que la terci.1rización ejerce obre la parte central. Si los datos
existiesen. las curvas para México adoptarían sin duda alguna la mi ma form a
(s i sustituimos París por la Ciuuacl Je :vféxico). México se situaría seguramente
en alguna parle CL'n.:a de la tran-..ic1ón entre la desconcentración ~ la
de. centralización indu-,trial. Con el fin de \'er más precisamente cuéí.les son las
ind ustrias erec tadas. y al mi mo tiempo situar los movimientos en el contexto
del conju nto de una economía. usaremos ahora datos canadienses.

Concentración terciana contra desccncentración industrial: efecto neto


Se ha reorganiLado el e:-pacio canadiense. para formar die¿ nue\ as unidades
de análisis llamada:-- ··regio ne:- tipo .. ('er Cuadro 1 1.3 ). Las regiones tipo toman
en cuenta criteriP'> de di'>ta111.i,t ~ de tamaño. As í. a la región tipo 3 (c iudade~
regionales centrales) con-esponden todas las aglomeracione urbana con una
población de 50 000 a 100 000 habitantes, pero situadas en la~ cercanías
(menos de 100 kilómetros) de una ciudad de 100 000 habitantes o más. Así,
podemos distinguir lo movimientos centro-periferi a de los movimientos entre
ciudades de tamaíios diferentes.
Para examinar la redistribución espac ial ácl empleo, hemos recutTido al
método shift-share cuyo cálculo detallado se encuenrra en el Cuadro í 1.4 (la
exp licación del modelo se encuentra sombreado a partir de la página 393). Para
faci litar la compren. ión, hemos aplicado también el método a los datos
simul ados del Cuadro 11.1. En términos sencillos. el análisis shift-slwre permite
descomponer el crecimiento del empleo e n tres elementos: el efecto nacional, el
efecto estructural y el efecto regional. El efecto nacional da el crecimiento que
hubiera tenido la región si hubiera crecido al mismo ritmo que el país en su

CUADRO 11 .3 - Definición de las regiones tipo: Canadá

No. Región Población

Grandes ciudades > 300 000 habitantes


2 Metrópolis regionales 100 00 a 300 000 habitantes

Ciudades regionales 50 000 a 100 000 habitantes


3 Centrales•
4 Periféricas • •

Ciudades medias 25 000 a 50 000 habitantes


5 Centrales
6 Periféricas ••

Ciudades pequeñas 1O 000 a 25 000 habitantes


7 Centrales
8 Periféricas ••

Localidades rurales < 1O 000 habitantes


9 Centrales
10 Periféricas • •
---
Central: situada al interior de un radio de 100 km de una gran ciudad o ce una metrópoli reg•onal.
· · ?entenca. situada al exterior de un rad•o de 100 •m d una gran c111dad o c!a una rneuopoli regional.
CUADRO 11.4 - Resultados del análisis shift-share, por región tipo, Canadá, 1971-1981

Crecimiento
real del empleo Crecimiento Efecto Efecto Efecto Efecto
Regiones tipo 1971-81 1971-81 nacional estructural regional regional
No. (Dj)* % (Nj) (Sj) (RJ) Manufactura

Grandes Ciudades 1 542 310 38,9% 1 410 409 230 665 -98 764 -60 064

Metrópolis regionales 2 309 455 31,8% 347 106 27 211 -64 862 -12 620

Ciudades regionales centrales 3 82 950 33,3% 88 812 2 177 -8 039 -4 727

Ciudades regionales periféricas 4 76 630 43,0% 63 516 3 022 10 092 845

Ciudades medias centrales 5 85 210 37,6 /o 80 786 -1 630 6 054 2 993

Ciudades medias periféricas 6 109 015 53,4% 72 642 1 294 35 079 2 721

Pequeñas ciudades centrales 7 23 555 26,8% 31 346 3 11 3 -4 678 547

Pequeñas ciudades periféricas 8 24 750 22,4% 39 337 212 -14 799 -1 129
Localidades rurales centrales 9 281 590 31,5% 318 125 -100 434 63 899 40 926

Localidades rurales periféricas 10 216 660 25,7% 300 046 -108 310 24 924 30 451
Canadá 2 752 125 35,6% 2 752 125 -51 094 -51 094

Fuente: Colfey y Po/ese, 1988.


Dj= Nj +Sj + Aj. El método shift-s/1are está explicado en el recuadro sombreado.
conjunto. El efecto estructural mide el crecimiento que hubiera tenido la región,
tomando en cuenta su estructura de empleo inicial, más allá del efecto nacional
(o sin llegar a éste). Si hay fuerte concentración de industrias de crecimiento
rápido, el efecto estructural será positivo. El efecto regional capta los demás
factores que hubieran podido contribuir a un crecimiento superior o inferior al
promedio nacional: desplazamientos de actividades económicas de una región a
otra, expansiones por encima del promedio nacional.

El modelo shíft-share
El modelo shift-share hace referencia a un método descriptivo de
carácier <.:ontable c uya utilización remonta a los años 1950 y 1960
(Brown, 1969). U tilizando el modelo shift-share, puede descomponerse
el crecimiento de un agregado (por ejemplo, el empleo regional) de
manera de obtener, por una parte, el crecimiento debido a la estructura
económica inicial y a la tasa de crecimiento nacional (incremento teórico
debido a factores exógenos) y, por otra parte, el crecimiento debido a
factores específicamente regionales (efecto regional, local). Se obtiene el
incremento hipotético (hj) del e mpleo en una región} en el transcurso del
período to - t 1, al multiplicar el empleo inicial de cada sector I (Ep) por Ja
tasa de crecimiento nacional de este sector:

I,E;
f¡= ±~ - 1
1

y, al sumar todos los sectore . es decir:


1
(1)

Al restar este crec1m1ento teórico (Hj) del crec11111ento realmente


observado (Dj) se obtiene el componente regional Rj:
(2)
En cierto modo, este componente regional mide el dinamismo propio
a la región, puesto que expresa el crecimiento del empleo del que no
hubiera podido gozar si solo hubieran actuado los factores expansión
nacional y estructura inicial.
El crecimiento hipotético del empleo puede descomponerse en
crecimiento N debido a la expansión nacional del conjunto de las
actividades económicas.
¿¿;E;
- 1 1 1
rº- 2:2:6' -
' 1
y en crecimiento S debido a una estructura inicial más o menos favorable
(concentración de la actividad en sectores con tasa de crecimiento
superior o inferior al promedio nacional).
Así, obtenemos:

(3)

(4)

=Ni +Si
Y, finalmente, tenemos:
(5)
Es importante señalar que para cada término de la identidad (5)
tenemos la estructura sectorial, es decir, que para el componente regional
Ri, por ejemplo, podemos decir en qué sectores se ha manifestado el
dinamismo regional.

· Examinemos los resultados referentes a Canadá para 1971 -198 1 (Cuadro


l 1.4). En las ciudades más grandes (región tipo 1), el ritmo de crecimiento del
empleo ha rebasado el promedio nacional (38,9% contra 35,6%), con lo cual se
ha proseguido la concentración espacial del empleo global. Pero presentan

,
también, en cuanto al efecto regional, una pérdida importante (-98 764 e mpleos)
principalmente debida a "desplazamientos" del empleo manufacturero (última
columna). Este resultado recuerda nuestra simulación (Cuadro 1 J. l ), en la que
el centro prosigue su crecimiento pese a los desplazamientos hacia Ja periferia,
porque una parte más que proporcional del empleo de los sectores más
dinámicos continúa localizándose en el centro. En el caso de Canadá, esto puede
verse gracias al valor e levado del efecto de estructura (+230 665 empleos),
reflejo de la especialización de las grandes ciudades en los sectores de actividad
de crecimiento rápido, cuyo peso acaba compensando ampliamente las pérdidas
relacionadas con el efecto regional.
En cuanto al empleo estrictamente industrial (manufacturero), Canadá, como
Francia (ver más arriba), se encontraba en plena fase de dispersión espacial. Los
principales beneficiarios de estos movimientos del empleo manufacturero fueron
primero las pequeñas localidades rurales cercanas a los grandes centros (región
tipo 9: + 40 926 empleos) y las pequeñas localidades rurales más periféricas
(región tipo JO: + 30 45 J empleos). La importancia de las ganancias de las regiones
periféricas y las pérdidas de las regiones más centrales (regiones tipo l. 2, 3)
indican que Canadá había iniciado su fase de descentralización industria1s1. Pero la
distancia sigue siendo un obstáculo. Los movimientos de desconcentración y de
descentralización no afectan a las mismas industrias, como lo veremos ahora.

Desplazamientos de industrias tradicionales y de industrias modernas


Para precisar el sentido de los desplazamientos, hemos tomado diez
industrias que representan dos casos extremos. Un primer grupo de industrias,
que podemos calificar como tradicionales, se caracte1iza por métodos .de
producción más bien estandarizados, una mayor dependencia en relación con las
materias primas, y una utilización menos intensa de la materia gri s (Cuadro
l l.5). contrariamente al otro grupo de industrias, que pueden llamarse modernas
o de alta tecnología (Cuadro 11.6). Ambos cuadros muestran las principale
regiones perdedoras y las principales regiones ganadoras en términos de
empleos en cuanto a los desplazamientos medidos por el efecto regiona1s2.

5 1Pueue observarse que los buenos resu ltados de la región tipo 6 (ciudades medianas periféricas) poco tienen
quc ·ver con Ja descentrali7ación del empleo :n anufacturero. El progreso de estas ciudades se debe sobre
tollo al boom petrolero de lo' años 1970 en el Oeste canadiense.
51ya 4uc estamos en el nivel detallado de Ja inuustria, se trata. de hecho, para toda industria i, de la diferencia
entre la tasa de crec imiento del empleo ob,ervada en Ja región j y la tasa de crecimiento del e mpleo en
escala nacional (véase recuadro).
En los sectores tradicionales, los empleos "perdidos" se encuentran casi
todos en las regiones centrales, siendo Ja única excepción el sector de la madera
(aserraderos, de construcción); pero incluso entonces, las grandes ciudades son
las que pierden empleos en primer lugar, en beneficio de otras regiones. Es
claro que las industrias tradicionales están abandonando las ciudades. En
contrapartida, los empleos "ganados" se encuentran tanto en zonas centrales
corno en zonas periféricas. En resumen, se trata de un movimiento de descon-
centración y de descentralización. Los sectores de los alimentos y bebidas
(fábricas de transformación y de envasado) y de la madera, o sea los que más
dependen de las materias primas, son los que mani fiestan la mayor tendencia a
instalarse en la periferia. En el modelo weberiano de localización industrial,
estos dos sectores tendrían un índice material superior a 1, y por lo tanto
caracterizado por una pérdida de peso, lo que reduce la fuerza de atracción del
punto de mercado. La diferencia entre el sector textil (producto intermediario)
y el de la confección (producto final). es instructiva. Este último, más sensible
a los clientes, es mucho más reticente a alejarse de los centros urbanos.
También en el caso de las industrias de alta tecnología, los " perdedores"
están concentraJos en las grandes c iudades (Cuadro 11.6). Así, nos
encontramos nuevamente ante un movimiento de expulsión hacia ubicaciones
exteriores a las grandes ciudades. Pero, al contrario de lo que sucede en el caso
de las industrias tradicionales, todos los desplazamientos, en este caso,
permanecen dentro de un radio limitado. Las industrias de alta tecnología no se
alejan de la ciudad. Asistimos realmente a un movimiento de de1>concentración,
en el sentido que lo hemos definido, pero el movimiento de descentralización
aún no ha iniciado. Para la industria de alta tecnología, se ejerce sobre todo el
efecto "puro" de expulsión (precio de los terrenos, congestionamiento vial).
Pero, por su sensibilidad a los costos de información, que incluyen el acceso a
una mano de obra capacitada, esta industria no suele poder localizarse
demasiado lejos de las grandes metrópolis. Los parques tecnológicos se
encuentran a menudo a orillas de las grandes aglomeraciones, no lejos de los
suburbios de alto estatus social.

La reestructuración de las economías urbanas: efectos de tamaño y distancia

Para completar el cuadro, reintroduzcamos el sector terciario en el análisis.


En la Figura 11.7, hemos trazado una curva que da la relación entre el
crecimiento (o la disminución) relativa de los empleos terciarios y la de los

,
empleo secundarios, a medida que pasamos de una región a ou·a. El efecto
regional (Rj> asociado con el sector terciario o el sector secundario, es el que
sirve de indicador de crecimiento o de disminución del empleo. Cuanto má
elevado sea el índice, más se habrá desplazado Ja estructura de empleo de Ja
región hacia el sector terciario. Un índice superior a J significa que los empleos
terciarios se han incrementado más rápidamente que los e mpleos
manufactureros; en caso de disminución global del empleo, un índice superior
a 1 significa que el retroceso del sector terciario ha sido proporcionalmente
menos importante.
La Figura 11 .7 permite comprender el juego complejo de los efectos de la
distancia y del tamaño en la transformación de las estructuras económicas. El
impacto del tamaño urbano aparece claramente. El ri tmo de la terciarización
disminuye a medida que se va de izquierda a derecha en la figura, de las
ciudades más grandes a las más peque ñas. Las grandes ciudades se terciarizan,
mientra que las más pequeñas se industrializan a medida que van recibiendo a
las indu~trias "expulsadas" por las ciudades más grandes. Sin embargo, las
ciudades periféricas se industrializan mucho menos rápidamente. a poblaciones
iguales. que las ciudades centrales. En contrapartida, este resultado indica
también Ja fuerza rela tiva del sector terciario en las ciudades periféricas, que
tienen más éxito en conservar su papel de lugares centrales, de centros de
nt!gocios y de servicios con sus propias áreas de mercado.
La distancia, como lo hemos visto en el capítulo 9, ejerce también un efecto
protector, sobre todo para el sector terciario, en el que las tran acciones exigen
c0n mayor frecuencia el desplazamiento del consumidor. La di stancia no tie ne
el mi mo impacto en el sector terciario que en el sector manufacturero. Para
atraer industrias, sobre todo industrias más moderna , la cercanía de la gran
ciudad sigue sie ndo un elemento muy importante. El éxodo industrial
aprovecha a la zonas cercanas antes de llegar a la zona más alejadas. Al
contrario, las zonas más cercanas corren más peligro de verse afectadas por Ja
competencia terciaria (comercial) de la gran ciudad, a medida que mejoran lo
medios de transporte y se ven alcanzadas por los . uburbios de las grandes
ciudades. Es más difícil para ciudades como Puebla o Toluca (relativamente
cerca de la Ciudad de México) imponerse como polos terciarios que dominan
un área de influencia más o menos importante, que para ciudades corno
Monterrey o Guadalajara, más alejadas de la cap ital. Guardando las
proporciones, puede esperarse que el sector terciario se desaITolle más en el
segundo grupo de ciudades.

,
CUADRO 11 .5 - Desplazamiento geográfico del empleo, Canadá, 1971-1981, sectores tradicionales

Sector de actividad Principales regiones Empleos Principales regiones Empleos


perdedoras "perdidos" ganadoras "ganados"

Alimentos y bebidas 1. Grandes ciudades .7 501 10.Localidades rurales periféricas 9 331


2. Metrópolis regionales .3 218 9. Localidades centrales rurales 2 554

Textil 3. Ciudades regionales centrales ·1 450 6. Ciudades medias periféricas 553


7. Pequeñas ciudades centrales -li73 1.Grandes ciudades 551

Vestido 1. Grandes ciudades ·5 885 9. Localidades centrales rurales 4427


5. Ciudades medias centrales -483 1O. Localidades rurales periféricas 961

Madera 1. Grandes Ciudades .;! 662 10.Localidades rurales periféricas 2 907


6. Ciudades medias periféricas ·1185 9. Localidades centrales rurales 761

Muebles 2. Metrópolis regionales ·1 505 9. Localidades centrales rurales 2 048


1. Grandes ciudades ·1 019 1O.Localidades rurales periféricas 654

Zonas centrales (suma) .25 396 Zonas centrales (suma) 10 341


Zonas periféricas (suma) -1 185 } Zonas periféricas (suma) 14 406
CUADRO 11 .6 - Desplazamiento geográfico del empleo, Canadá, 1971-1981 , sectores de alta tecnología

Sector de actividad Principales reglones Empleos Principales reg lones Empleos


perdedoras "perdidos" ganadoras "ganados"

Máquinas de oficina 1. Grandes ciudades -1 816 9. Localidades centrales rurales 1 035


(Computadoras) 5. Ciudades medias centrales 766

Fabricantes de aeronaves 2. Metrópolis regionales -530 9. Localidades centrales rurales 756


(aviación) 1. Grandes ciudades -513

Telecomunicaciones 1. Grandes ciudades -952 9. Localidades centrales rurales 887


(Aparatos y equipos) 4. Ciudades regionales periféricas -651 2. Metrópolis regionales 756

Farmacéutica 9. Localidades centrales rurales 661


(Medlct.:mentos) 1. Grandes ciudades -611 5. Ciudades medias centrales 108

Objetos cientificos 1. Grandes ciudades -1 393 2. Metrópolis regionales 554


(Aparatos y equipos) 5. Ciudades medias centrales -485 9. Localidades centrales rurales 411

· 7 602 Zonas centrales (suma) 5.934


Zonas centrales (suma)
Zonas periféricas(suma) -651 } Zonas periféricas (suma)
La redistribución geográfica de las actividades acentúa la división de las
funciones a medida que el espacio económico nacional se vuelve cada vez más
integrado. La Figura 11.7 refleja la imagen de un espacio nacional cuyo polo
urbano principal está especializado en el sector terciario (moderno), mientras
que las zonas urbanas y rurales que lo rodean se especializan en las actividades
manufactureras; las actividades de fabricación más extensivas (en terrenos) y
las más estandarizadas se encuentran ubicadas más lejos. Caricaturizando,
puede decirse que es el panorama de un territorio dividido, donde las oficinas
están en el centro y las fábricas en la periferia. A escalas decrecientes, esta
división se reproduce a medida que se descience en la jerarquía urbana. Cada

Regiones tipo

FIGURA 11 .7 - Desplazamiento relativo del empleo hacia el sector terciario en


función del tamaño y la localización de las ciudades o regiones
La interpretación del índice se explica en el texto.

,
polo urbano (plaza central) tiene su zona de desconcentración industrial, cuya
extensión es más o menos grande según el tamaño del polo y según su distancia
en relación con el polo nacional.
Claro está, este modelo sencil lo tiene variantes debidas a las
particularidades locales. Por ejemplo, en el caso mex icano, Ja atracción de Ja
frontera norte, por la proximidad de Estados Unidos, dificulta la apl icación
simple del modelo centro-periferia. Recordemos por fin que el sistema no es
estable. Seguirá transformándose, a merced de las oleadas de redistribución
espacial de los empleos y de las poblaciones, a medida que evolucionen las
tecnologías y las estructuras económicas.

[ Síntesis: un espacio económico en mutación

En conclusión, proponemos un panorama síntesis de un espacio económico


en mutación (Figura 11.8). En nuestra representación esquemática de la
realidad, permanecemos fieles a la imagen de un plano homogéneo polarizado
por un centro urbano que ocupa la cima de la jerarquía, rodeado de ciudades de
tamaños diferentes situadas a di stancias regulares, conforme a la teoría de los
lugares centrales. Sin embargo, postulamos un entorno dinámico caracterizado
por incrementos sostenidos de la productividad por trabajador, y por lo tanto
por aumentos del ingreso real por habitante, con las consiguientes
transformaciones de la demanda y de las estructura económicas. ¿Qué
cambios podemos esperar en la repartición de las poblaciones y de las
actividades económicas?
El desarrollo económico desencadena un mov1m1ento de urbanización,
como vimos en el capítulo primero . Todas las ciudades del sistema
experi me nta n a umentos importantes de población, acompañados
nece ariamente por la expansión geográfica de los perímetros de urbanización.
Pero la expansión física de la ciudad se prosigue más allá del período inicial de
urbanización y de crecimiento de las poblaciones urbanas. Las fuentes de la
extensión de la mancha urbana y de la suburbanización no son únicamente
demográficas. El perímetro de urbanización seguirá extendiéndose mientras:
a) La poblaciones urbanas sigan queriendo consumir cada vez más espacio
residencial (per cápita);
b) Las nuevas actividades económicas en expansión sean las mayores
consumidoras de espacio;

,
Perímetro del área de Perímetro de expansión
influencia comercial del suDurbana
polo nacional Area de desconcentración

.......
.......
/ '\
Familias jóvenes \
con hijos

l
Grandes /
afueras /

Industrias

Industrias

Crecimiento
relativo -:-......
del sector terciario
o Q Localidad

FIGURA 11.8 - Un espacio económico en mutación: representación esquemática

c) El mejorarrúento del transporte y de las comun icaciones permita efectuar


movimientos pendul ares (dom icilio-trabajo) sobre distancias más grandes;
d) Esto vuelva a las empresa menos sensibles a la distancia en relación con el
centro de la ciudad.

Es poco probable que los factores a y b ejerzan todavía una gran influencia
e<n la mayor parte de los paí es industrial izados; Ja disminución del tamaño de
las fam ilias favorece más bien el desarrollo de formas más intensivas de
vivienda. Es el mejoramiento de los medios de transporte y de comunicación
lo que, en el futuro, dará origen a la exte nsión del perímetro de
suburbanización. En este entido, provocará efectivamente una mayor

,
dispersión de las poblaciones y de las empresas alrededor de un núcleo
central.
Sin embargo, sabemos ahora que una disminución de los costos de
transporte favorece también la centra lización de las actividades económicas
más sens ibles a las economías de escala y a las economías de aglomeración.
Sabemos también que las actividades en expansión suelen ser más sensibles a
las economías de aglomeración que las actividades en regresión. Resulta de
ésto un proceso de expulsión-sucesión por medio del cual las actividades en
expans ión, en búsqueda de Localizaciones centrales y utilizadoras más
intensivas del espacio urbano, empujan a las demás hacia los suburbios (o aún
más lejos). En resumen, el sistema sufre la influencia de dos fuerzas en
apariencia contradictorias: un movimiento de centralización, cuyo principal
efecto visible es la especialización cada vez más acentuada del polo nacional y
de su centro en el terciario superior, y un movimiento de descentralización,
cuyas principales manifestaciones visibles son Ja expansión de los suburbios y
el éxodo de las industrias hacia localizaciones peri-urbanas.
Las distintas poblaciones y las diferentes empresas no se ven afectadas de la
misma manera. La mayor movijidad espacial de las poblaciones dentro de Ja
ciudad tiene a menudo por efecto acentuar Ja división social del espacio
residencial. La atracción que ejerce el centro para Jos mejor provistos es tanto
más fuerte cuanto que el terciario superior es igualme nte fuerte. La movilidad
residencial de las poblaciones más pobres depende en gran parte de los
transportes colectivos, cuya disponibilidad depende a su vez del carácter más o
me nos denso y más o menos ordenado del modelo de vivienda. En este aspecto,
las decisiones políticas en materia de infraestructuras y de financiamiento y
establecimiento de tarifas de transportes, tienen un impacto importante.
También dependen de estas decisiones las posibilidade de densificación del
centro de la ciudad. Así, los espacios urbanos pueden tomar formas diferentes
de un país a otro, y sus centros ser más o menos fuertes.
A medida que suben los precios del suelo en la parte central de la ciudad, y
que se manifiestan los efectos del congestionamiento vial, Jos sitios menos
centrales van presentando más ventaj as para el desarrollo industrial. Pero todas
las i1idustrias no adoptan el mismo modelo de redistribución espacial. Las
industrias manufactureras más sensibles a las economías de aglomeración
buscan loca lizaciones en los suburbios, dentro del perímetro de expansión
s uburbana. Aunque a veces se extienden más all á de este perímetro,
permanecen dentro de un radio limitado (en lo que llamamos área de
desconcentración), para poder tener interacciones fáciles con Ja gran ciudad. En
varias regiones urbanas se desarrolla, en prolongación de las .zonas
residenciales de alto estatus social, una especie de "eje de prestigio" donde se
concentran las industrias que consumen gran cantidad de materia gris:
laboratorios, industrias científicas, otras empresas de alta tecnología.
El movimiento de desconcentración industrial más allá del perímetro de
suburbanización afecta, en proporciones diferentes, a todas las categoóas del
sector ma nufacturero, con lo que las zonas cercanas al polo nacional (o a otros
polos importantes) experimentan en todas partes un crecimiento importante de l
empleo industrial. Esto sirve a las pequeñas localidades peri-urbanas tanto
como a las ciudades más grandes, a condición de que estén ubicadas a una
distancia razonable del p1incipal polo urbano (a menos dP, una hora de viaje, en
general). Este beneficio de desconcentración industrial se hace sentir a menudo
relativamente pronto en el proceso de desarrollo económico. Aquí también, se
comprende ia importancia de invertir en las infraestructu ras de transporte. En
cambio, este movimiento de industrialización de las zonas limítrofes del polo
nacional suele ir a la par, para éstas, con una pérdida c!e autonomía terciaria a
medida que se extiende la influe ncia del polo nacional. Las ciudades cercanas
al polo nacional ven a menudo decaer su sector terciario, en términos relativos.
A medida que se terciariza el polo nacional , estas ciudades se especializan cada
vez más en las actividades manufactureras.
El destino de las regiones más alejadas se presta menos a grandes
generalizaciones. En todos los países, se trata de un universo muy heterogéneo.
En distintos grados, ias regiones periféricas aprovechan el movimiento de
descentralización industrial que se man ifiesta en las fases subsecuentes del
desarrollo económico. Pero las pequeñas ciudades periféricas, alejadas de los
grandes centros, tienen siempre dificultad en atraer industrias de gran valor
agregado (o en asegurar la expansión de éstas), en la medida en que el
movimiento de descentralización suele limitarse a los sectores más
tradicionales. En muchos casos, su sector manufacturero sigue siendo tributario
~e las materias p1'im a . El impacto redistributivo del movimiento de
descentralización industrial depende en pa1te de la dimensión del territorio. En
un pequeño país como Suiza o El Salvador, casi todo el territorio se verá
afectado. En Canadá o en México, al contrario, varias regiones periféri cas
siguen en espera de establecimientos industriales.

,
La ciudad periférica más importante (un polo regional) experimenta a
menudo un fortalecimiento de su sector terciario, como el polo nacional. E l
dinamjsmo de su sector terciario moderno no depende únicamente de su
d istancia en relación con el polo nacional, sino también de la extensión y de las
ventajas comparativas de su zona de influencia propia. En función de las
condiciones locales, principalmente del tamaño de la ciudad, progresarán
industrias de di stintos tipos. Es aquí donde predominan los particularismos
sobre las posibilidades de generalización; es también sobre esta cuestión que
volvemos a confrontarnos con los límites del análi is económico urbano y
regional. Preguntarse por qué una ciudad o una región tiene más éx ito que otra,
haciendo abstracción de las cuestiones de tamaño y de distancia, significa
interrogarse sobre los fundamentos del desarrollo económico y del desarrollo
local.

Temas de discusión y preguntas


l. Reseñe en grandes líneas las transformaciones espaciales (cambios en Jos
patrones de ubicación de las actividade económicas y de las fam ilias) de las
grandes ciudades de los países industrializados. ¿Estas transformaciones se
observan también en su ciudad?
2. Discuta el papel que desempeña el sector de servicios a Ja producción en el
proceso de transformación espacial de las grandes ciudades.
3. En muchos países se observa una tendencia de desconcentración (hacia las
ciudades menos grandes) de actividades manufacturera . Explique:
a) La relac ión entre este proceso y el proceso de desarrollo económico
nacional
b) ¿Cuáles serían las acrividades más afectadas?

4. ¿La expansión física de las ciudades es inevitable? Discuta.


5. Frente al modelo general de las transformaciones espaciales propuesto en
este libro, ¿cuál es, en su opinión, la pertinencia del modelo propuesto para
su país y los países de América Latina e n general?
Lecturas sugeridas sobre los temas tratados en la tercera parte

Teorías y modelos de localización: obras generales y obras clásicas


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Lista de cuadros
y figuras

Cuadros
1.1 - Lo· \'ei n ~c países menos urbanizados:
población urbana y PNB por habitante 36
1.2 - Los 'eintc países más urbanizados: población
urbana y PNB por habitante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
l .J - Países iberoamericanos, población urbana y PNB por habitante 38
I ..+ - Proporción del consumo de la familias
correspond iente a la alimentación. diversos paíse:- . . . . . . . . . . . . . . . 40
1.5 - Mano de obra agrícola y producción por trabajador. paí~es neo~.
pabcs pobres ) países de América Latina, 1988 . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
1.6 - Porcentaje de la población activa en el sector agrícola.
1900- 1990. 'arios países . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
1.7 - Condiciones de vida. 70nas rurales y zonas urbanas.
varios paíse~. 1985-1990 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
1.8 - Crecimiento <lemográlico comparado, países induwialiLados
( 1900) ) pabcs en desarrollo ( 1990) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
1 9 - Lis veinte mayores aglomerac ione~ urbanas en el mundo. 1990. 53
1. 1O - Simulación de la urbanización y el desarrollo
económico para el país A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
2.1 - Cálculo de los costos unitarios de producción
para un establecimiento hipotéti co . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
2.1 a - Después de la disminución de los costo fijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
.., ., Las ganancias de la especialización y del comercio 1mcrreg1011a1 76
3. 1 - La importancia ec:onómica de las ciudadc. : algunos
indicadores. di,·ersos paísc-.. diversos afio.· . . . . . . . . . . . . . l) 1
3.2 - Scn!>ibilidad de la- industria:-. manufactureras
a las economías de localización: estimaciones
econométricas para Brasil y los Estados Unidos ......... ... .... . 9...¡.
3.3 - Industrias manufactureras fuertemente concentradas en
Nueva York. en la primera mitad de la década 1950-1959...... .... 97
3.4 - Algunos sectores de acti\ idad económica fuertemente
concentrados en las zona;-, urbanas. C;::nadá. 1981 . . . . . . . . . . . . . . . 1O1
-l.1 - Utili1.ación del automóvi l: diversos países
-l.2 - Desechos urbanos por habitante, por día:
diversos países y ciudades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
5. 1 - Relaciones intersectoriales para una
región hipotética (en miles de dólares) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
5.2 - Estimación de los factores \Obre los cuales descansa el
crecimiento a largo pla10 del ingreso real por persona (que trabaja) 166
6.1 - 1m.licadorcs de des1gualclad regional, México, 1990 (Distrito
fc<le ral ) Esta<los Je Chiapas. Nuevo León y Oaxaca) . . . . . . . . . . . . 179
6.2 - Desigualdad de ingre~os: diversos paí,es. 1992 . . . . . . . . . . . . . . . . . 180
6.3 - 1mpacto de las migracionc<; selectivas \Obre Ja<;
dispariclade<> regionales en materia de educación: simulación . . . . . . . 198
7. 1 - Ingreso per ccípiw por provincia ele Canadá.
medidas diferentes (Canadá = 100) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230
7.2 - Otros índices de disparidades interprovinciales (Canadá) 230
7.3 - Valor per 1·ú17ita de la:-. transferencias del gobierno
cemral a las regiones. Canadá($ Cm) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230
10.1 - La actividad económica en el centro de la ciudad.
Estructura del empleo y nivel de concentración: Momréal
11.1 - Simulación: impacto de las diferencias de la, ta!--aS
relativas de crecimiento ~ohre la repartición espacial . . . . . . . . . . . . . 380
11.2 - Participación del empleo manufacturero en el empleo total:
1 einte ciudades de Estados Un ido -. l 97'2- 1990 . . . . . . . . . . . . . . . . . 383
11.3 - Dclinición de las regiones tipo: Canadá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391
11.4 - Resultados del an~ílisis 1hiji-.1ilarl'. por región ti po. Canadá, 197 1- 1981 . . 392
1 1.5 .- Dcspla1.a111icnto geognílico del ~ mpleo. Canadá.
197 1-1 981 . ~ec tores tradicionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3%
11.6 - Dc, plazamiento geográfi co del empleo. Canadá.
1971 - 1981. sectores de alta tecnología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .\CJlJ
Figuras
1.1 - Evolución de la pohlm:ión mundial 32
1.2 - Porcentaje de la pohlación muncli:il e n l a~ ciudades
de 20 000 habitantes o más ..... ..... ... ......... . ........ . 33
1..3 - Relación entre PN B per cúpiw ) urbanización, 1992 . . . . ........ . 35
1. ..+ - Pane de los gastos de las familias c.:onsagrada
a la al imentac.:ión: Canad~í 1900-1990..................... ... . 39
1.5 - Crecimiento de a lguna~ ciudades iberoamericanas. 1950-1990 49
2.1 - Relación entre distancia) costo (k transporte ............... .. . 61
2.2 - Ex tensión del mercado y c.:ost0s de producción ........ . ...... . . . 66
2.3 - Costo de transpone y economías de escala ........ .. .. ........ . 67
2..+ - El área de mercado y la centralidad g.eogrática ...... .. ..... .... . 69
2.5 - Fronteras de posibilidJclc-, de pn•Jucción par<.1 dos regiones 75
2.() - Co~co de transpone con economía., de escala ............. . .. .. . 78
2. 7 - Cosw de tran~pork· con economías de escala ) sin ella. . .. ..... .. . 79
2.X - Espacio y comcrcin interr.::gilmal .................... ... .... . 80
3.1 - Impacto de un alza Je produl·tiviclad sobre
el costo medio de producción ......... ........ .... . ........ . 86
..~.2 - Impacto de un <.1lza Je prnducti,·idad sobre
la fromera de posibilid.idcs de prodm:ción 88
3.) - Relación csque1nática t:nir~ pro<lu<.:lÍ\ idad
del trabajo y wrnaiio mbano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... 93
-+ 1- E,·olución de co<;to., ~ ganancias en función del tamaiio urhann . . . 122
.+.2 - El iamaño urbano } el cambio tecnológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
~ ; - Contaminación del JirL' en las ciudades en función
del ingreso por habitante L·onccntr:.ición media
de panículas y de o\1t.lo lh: illuf"rc . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
..!...+ - Emi,ión media de g.,1., carbónico por habitante . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.33
-t.5 - De..;echos urbanos por habitante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . J 35
5.1 - Esquema del impacto regional ele una actividad de base . . . . . . . . . . . 17.+
.6. 1 - ;'\!creados 1-.:gionale' l.:: trabajo en ..;ituación de equ il ibrio 182
<i.2 - ~ktcaJo~ rcgiona1n u.: 1.1baju 1ucgo d.:: una
modificación en la c'truct ura de la demanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
ó.3 - Mercados regionales de trabajo en '>i tuación de
equilibrio lucgo ,k Llll de~p la1a111ien10 d.: la mano de obra . . . . . . . . . 1~3
6.4 - Propensión a emigrar según la edad ...................... ... 192
6.5 - Evolución de las desigualdades regionales:
Canadá y Estados Unidos. 1920- 1990 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
6.6 - Nivel de instrucción y tamaiio de localidad: México. 1990 . . . . . . . . . 201
6.7 - fao lución de las disparidades regionales en func ión
del nivel de desarrollo económico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
7.1 - PIB percápito. Méx ico. 1990 (promedio nacional= 100) 216
7.2 - Estructura espacial de una adm inistración pública federal
típica: representac ión esquemática de la distribución
del empleo por tipo de función . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
7.3 - Variación del empleo regional con salarios perfectamente
ílexibles y con sa larios totalmente inl1ex ibles . . . . . . . . . . . . . . . 235
8. 1 - Ingreso total e impuestos locales ¡1er cápiw 1994 en US $.
Municipios ele Monterrey: Puebla (México)'! de Montréal
(Canadá). ajustados a la dikrencia de desarrollo
(en mill one~ de dólares) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
8.:?. - E,·aluación de las intervenc iones cn materia de desarrollo local 265
9.1 - Triángulo de localiLación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
9.2 - Costos de transporte con gastos de transbordo y de mantenimiento . . 284
9.3 - Curvas de costo para di versos modos de transpone 294
9.-+ - Di' i ~ión de los mercados: corte transYersal y plano . . . . . . . . . . . . . . 298
9.5 - Di,· i ~ión de los men:ados pnr obstáculos geográfi cos . . . . . . . . . 300
9.6 - Impacto de una baja gc1wral iLada de los e<htOs de tr:tnsporte 301
9.7 - Impac:ro de una baja de los costos de tra nspone
con productividades di fercnces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302
9.8 - Arcas de mercado complementarias
en un sistema de lugare, cen tral.:~ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
9.9 - Di'1ribución rango tamai1o de la' ..:iudadc' tºraneesa~ 1l83 l- l lJ90) 31 O
9. 1O - Empresas de sen·ici os: fronte!·as ele posibilidades ele producción 3 18
9.1 1 - Orientación geográfica de las ~H:ti' icladc~ de ollcina . . . . . . . . . . . . . . 321
10.1 - Relación beneficio (ren ta) - di'ilancia para un productor agrícola 3:?.7
1ri.:: - Dc'tcr111in:1ció11 de la cun :1 de rcrna . . ..
10.3 - Cun·a~ de renta alredcdnr de un punto central . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330
10.-l - Renta predial por hcctürea: México. simu lación t para terreno~
rnmparables situados en e l cornzón de la ciudad ) . . . . . . . . . . . . . . . . 331
10.5 - Cu rvas de renta ) utilización del :-.uelo urbano . . . . . . . . . . . . . . . . . . :ns
10.6 - Curvas de renta y utilitación del suelo con sub-centros comerciales . . 337
10.7 - Industria: consumo de espacio por zona. Ciudad de Puebla. 1993 ... 3-J.O
10.8 - Concentración del empleo por ani ll o: Zona
Metropolitana de la Ciudad de México, 1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341
10.9 - Estrucwra típica de los empleos de o ficina en el barrio
central del cenlfo de una gran ciud~1d (en porcentaje del total) . . . . . . 345
10.1 O - fapacio de ofici n a~. regiones de Montréal y de Parí::.
por zonas: superficie utilitada y costos de alquiler . . . . . . . . . . . . . . . 348
10.11 - Espacios de oficina: costos de alqui ler en el centro
de las c iudadc~ de P.1rís y de Montréal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
10.12 - Arbitraje entre la dimensión de la 'ivienda
) d tiempo de desplazamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 358
10.13 - Curvas de demanda Je e:-.pacio resi<lencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360
10.1 4 - Utilización del wck1 residencial. representación esquemática. .. 363
11.1 - E\olución comparativa Jel empleo ten porcelllaje) en la
inJuwia y en los 'en icios. fatados U nidos. 1820-1995 . . . . . . . . 375
1 1.2 - Baja en los costo' c.k cnmun icacicín: 1930-1995 . . . . . . . . . . . . . . . . . 376
11.3 - Crecimiento del empico: Zona Metropoli wna
Je la ciudad de l\ l é-.;ico. 1975-1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381
1 1.4 - Cambios en el empico: Núcleo cen tral de la
Ciudad de ~léxic,1. 1975-1985 ............................ .
1 1.5 - Cambios en la lncaltzaci<'in del empleo
n1~1nuraLlltren): BugPl~í. l 97?.-1989 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . 385
11.6 - bolución de l<t C<)lh:entración espaci.il del empleo
inJustrial por departamento: Francia. l896- l 985 . . . . . . . . . . . . . . . . 389
11.7 - Desplazamiento rdati\O Je! empleo hacia el sector Lerciarn1
en r1111c1CÍ'1 Jel tamaiin ~ la localización de las ciudad.:~ (l rcgio11.::~ 400
1 i .S - Un c.;;pacio económiu1 en mutaci<Ín: represelllaci6n c~quem:ítica 402
1nd i c e temático

¡-\ bloqueo institucional: 246


accidentes geográficos y mercado: 299 socio-culwral; 245
actr\'idades de distribución: 82 '-Ocio-demográíico: 2-1-5
de fabricación; 54 e
de la base económica: l .'i::?.
La111b10 tecnológico) tamaño urbano;
no básica~: 152
12-l-
administración local; 54
centraliJad: 6-1-. 71
pública: 225 geográfica: 81. 1O1. 350
aglomeración geográfica: 83. 95 cicJn, de dcsconcentración industrial:
agrupamientos de industrias; 119 389
an:ílisis de Henderson: 94 circu lación de información: 130
econométrico: 92 ciud.1d: 30. 81. 115
económico regional: 151 -función económica: 7-l-
e:-tático; 172 c111daJes de consumo: 14
-,hi rt-share; 39 1. 393-39-1- ~ medio ambicmc: 126
area de interacción espacial: h 1 cociente de locali1ac1ón: 153. 3-1-2
de mercado; 8 1 cnelicienre<; de Hender•wn: 9-1-
.ht.>ntamientos iníormale:;: 108.YiS comercializac11Ín. 79
autonomía local: 266 comercio int..::rrcgional: 77. oO
en materia de prt!stación de .1..l!n icHh: competencia espacial: 23. 296
268-269 complejo' inJu,tri.tles: 96. 118
en materia fo.ca l; 267-268 rnrnposición de la demanda; 46. 55
L"<111centración de la población urbana; 53
B gcográfic.i de la población: 129
barrios informaJe,; 108 ic:rciaria 390
ba'e económica del centro..)3'-J l 'lll)Cl."fltll Jl." Pl."~ll. 28 7
beneficios de la urbani;ación: 107 co11d1cione' \:tllltanas: 116
b1e11c-.. privados; 102 c1111gc-;ti<ín urh.uia. l 2f). 139
públicos: 1O1- 102 l'll ,.,,_.,¡ionamicnto 11al: 130. 138
contaminación: 120. 139 cuadro~ de cn irada~-sal idw< 1.-8
del aire: 132. 133 de relaciones intcnndustrialcs: 158
del :>uelo; 132 curva de rema del suelo: 328
por desechos sólido·: 13-L 135
y crecimiento urbano: 132 D
contaminador-pagador: 136. 137 decisiones imcrmodale-. de transpone:
control del sucio urbano: 366 293
rnsto tle opo11unidad del espíritu de degradación ambiental. CCl\tlls
empresa; 249 económicos: 14
del capital: 250-252 demanda de te1Tcnos urbanos: .+.+
m¡;rginal; 78 estandari7ada: 319
medio; 78 intermedia de sen rcios: 112
unitario LOtal de producción; 67 regional de trabajn: 182- 18.+
costo-. ambientales: 126 Dcnison: 167
de comunicación: 60. 315-316 den'>idud de poblacion: 30
de despla1amiento de per~onas: 60. residencial: 36 1
6.+. 81 Jen..,i ficación Jcl ccmro: 3.+.+
de e\plotación: 103 Jcsarrollo desigual: 207
de formación de mano de obra: 99 económico: 30. 85. 115
de lllformación: 60. 98 económico regional. 22. 1ó-+6
de lllteracción espacial: 6 1. 96. 12.+ económico) d1spandatlL'' regionales:
de la migración: 190 205. 206
económico y urh<111izac1ón: 113
de oportunidad: 6 1, 63. 6.+. 131
cnd6geno:2.+2
de reclutamiento: 99
local: 22. 2.+ 1-2.+.+
de transacción: 12.+
polaritado: 207
de transpone : 22. 60, 61. 6.+. 65. 6 7.
por la base: 2.+2
78. 79. 120
rural ~ u1bani1ación: 11 1
fijos: 79. 95, 103
<lescemral m1ción: 388
sociales de la concentración urbana:
<le la atlmini,tración púhliLa: 22.+
121
desconccntración: 38l\
transferidos a otros: 131
indu~trial: .WO
crecimiento de la población urbana: .+9. deseconomía' de aglomcraL·ión: 107. 120
50 externa~: 88
demográfico; 50. 51 desecho~ urbanos: 136
nawral: 50 desigualdades en el ni\ d tic bienestar:
urbano: 15. 30 181
crisi~ de la \'I\ icndu: 5.+ en la d1,tnhucicí11 c-;pac1al: 181
cnteno Je.: homogeneidad: l.+9 cmrc la c1uJ.1J ~ .:1 .:ampo: .+6
de nodalitlad: 148 reg1onab: 177-1 XO
de plani ficución: 1-+9 \OCiab. 178
cuadro intersectorial: 159- 161 dc.\i11tlustriali1.ic11í11: .'74
desperdicio de los recursos naiurales: ecosiste ma; 127
128 erecto protector del espacio: 298
despla1.am ien10 geognílico del empleo: erectos de desbordamien to; 88
397-401 de vecinda rio: 88
dicotomía país-región: l.+9 multiplicadores: 11 8
urbano-rural: 30 elicacia de las polític:is reg ionales: 238
diíusitÍn espacial de la~ técnicas) la.., elasticidad; 4 1
ideas: 194 de la producción: 95
dinámica ue especialización del centro: del ingreso de la demanda: 4 1
3-+6 ela'>ticidad-ingrcso 378
d i-.paridadcs económicas regionales: 22. de los productos agrícolas: 55
177, 187 elasticidad-precio: 41
distancia y costos de oportunidad : 62 em isio nes ele gas carbó nico: 134
) cos!Os de transpone : 60. 61. 62 empleo manufacwrero: 383-385
y precio del produc10: 61 público: 225
di'>t ribución: 79. 80, 82 enfoque.metodológico de Dcnison: 167
Jivi-,ión de lo.., mercados; 23 .wpp!y-side; 173
del trabajo: 96. 103 Engcl, Ernest: 37
geográfica de los mercados: 298 enterramiento de la basura: 136
e111repre1111ers/11p: 245
E escala espacial: 163
c.:nnomía de las ciudades: 13 espacio; 59
de los servicios: 13 económico: 60
de mercado: 208 geográfico: 18. 59. 60. 88
de subsis1encia: 81 geométrico: 59
espacial: 18 matemático; 59
externa: 88, 89 residenc ial: 59
regional: 14, 17 social; 59
urbana: 14. 17 teórico: 59
economías de aglomeración: 22.. .+2. 5-L terrestre; 59
83.86.87,91. 103, 108.118 y comercio imcrrcgional: 80
de c-,cala; 2 1. 65. 67, 72, 77. 78, 83. espacios nacionales: 280
96, 120, 295 e ·pecial ización y aglomeración: 96
de escala ex temas: 83, 103 espíri tu de empresa local: 245
de escala internas; 83, 86, 89 estatus de Ja mujer: 3 1
de local ización: 92. 93. 94, 96. 1OO. estructu ra de la demanda: 197
. 118 estructuras de con~umo: 31. ~ -
de urbanización: 91. 99. 100 de consumo de la población rur,:1:
de) uxtaposición: 92. 93 11 2
externas: 83, 86. 89 económicas ) tamaiio urha1111: 1..2.::
plan i ficaclm.: 108 éxodo rural: 46
ex pan~ ión físisca de la ciudad; 366
cxternalidad: 88, 89 impacto de las externalidades: 90
cxternalidades; 83, 295 impuestos; 102
negativas; 88 prcdia les; 109
negativas e_n el u o del suelo: 367 indicado res de la mode rnicac ión : 31
positivas ; 89 índice mate rial de la empresa: 286, 289.
396
F
indi visibilidades: 95
factores de concentración; 120 ind ustria; 93. 338, 340
de dispe rsión; 120 motriz; 11 8
de divergencia regional; 197 industrias básicas; 15 1
de producción; 74 orientadas al mercado; 286
fa llas del mercado; 127 y ss orientada hacia los recursos
fijación ele impue. tos; 132 naturales; 286
financ iamie nto de los servicios públicos: secundarias; 98
101 inelasticidad relariva de la oferta; 54
de los servicios urbanos; 109 influjos conrro lados: 110
fricción del espacio; 6 1. 62 información: 98
furn.:ión agregada de producción: 86. 93. infraestructura pública: 109, 21 1
166 urbana; 54, 126
de producción: 84, 86. 165 infraestructuras; 1O 1, 369
ingreso nacional; 30. 31
G nominal del trabajo: 186
ganancia: 63 personal de mercado; 228. 230
'"normal'': 68 personal disponible: 228, 230
de peso: 286 personal per cápira: 27.7
de productividad; 72. 83. 85. 91. 93. per onal total; 218. 130
98,99 por habitante; 30, 3 1, 185
regional de productividad: 87 real por habi tanre: 30
ganancias de productividad atribuibles a insumos; 85
la aglomeración; 85 in tegración económica: l 18
de la especialización: 76. 96 económica y disparidades: 194, 205
del comercio interregional: 76 imeracción emre el Estado y el mercado:
gastos de almacenamiento; 98 355
gentrificación: 387 espacial; 63
geografía poblacional; 2 1 imercambios internacionales: 74
globahzación económica: 14 interregionale~; 74
~obierno~ locales y ayuda a las PME: internalizació n de las e.xternalidade': 90
253-257 interve nciones del Estado: 128
horiLOnte temporal: 163 inversión; 165, 168
~ L'ClSlth dl' Jlllldl11.'L'i1Íll. '16. (1<J
.221 -22.' ~ dc,1gu.ildad . 2 0~-2 1 ()
lll \L''l 1gaL· in11 urhan;.i: '-' ~ ,·,p:k·1n: 66
1 urh;1ni 1ac1c"ln: 108
111cr,·:1dos de tii:-rra urbana: 1-l
1crarquías de L'iudatk:': Jll3 regi on ak:~ tk tr:1h:1jo : 22. 182
dl' proJut.:l<'-: 303 m 1::rac1nn imcrrt·g1•mal: 22. 1SCJ
urhan;i,: 23 migr.IL'IOllL'' L'\llll<' 1-.1,·1< 11 lk L'l!' 11 iih111 1 :
11)7
nirak ,-urb:tlla'> . .+ú. -l 7. 1.;c1
, ,·gtin la cd:1J . J •)2
1 di-..pandade:-- rcgi1111:1Jc.,: l 9S
l.
11,1,kJ,1 de a_1u,1c rc_::ion:il: 18<1
i :~ lk l.nge l. 39 ,k b ;hL' L'L'l111llllllL':t: j 51 . J ()_\
J--~ <f,· íL' lldillli L'ntth llSrL'L!,'! ._.,: (:. <l5 ,k- dCl'l '> i ..111 IL'ILkflt.:1<ti : 35 1
iílll ill' al ..:n:cimicnto tk J,,, :iud.oc!:< Je 1111 pac1,1 re: 1u 11<1l: 17.\
110. 1.18 de \\'ebcr: 282. 289
lí111ite!> del espacio eco11lí rn ico: 81 moJ~·lo, cuantili cablcs Jcl crecimiento
lot.:aliLación de actividades de crnnómico: 16.+
fabricació n: 33-l de l ocali zación de las activ idades
de actividades eco116111icas: 1-l. 21. económica~: 6.+. 325
279 din~ímieo!>: 1 ~7
de acti viclaJe. tcrl'iarias: 30-L 313. est:ítico::.: l .+7
341 keynesianos: 161-162
de empresas: 4 8. 279 macroeconó mico~ estáti cos: 162
de instalaci ones agrícolas: 1-l. 2 1. movilidad de los fac tores de producción:
279 170. 189
del comercio: 334. 336 de los fac1ores iniangibles de
industri al: 280 producción: 194
residencial : 354 ge0gráfica del cari w l: 192
lugar central: 64. 81. 302 1110,·im iento centro-per iferia; 388.391
mu l tiplicador regional: 156- 158
M:
mano de obra espccial i7ada: 99. 316 o
mapa de los valo res del sucio: 33 1 nbqáculos al c~ ¡mitu de empresa: 2~5
med iació n entn; tamaño de vivicnd;1 ) l>C:Uf)aL'iÜn del ~ue lo ; 5~
prox imidad : 357-36 1 ofena regio nal de trabajo: 182. 183
medición de l a productividad: 85 ópiirno de Pareto: 64
m cgaciudades: 120 organismos locales de desaiTOllo: 263-266
mercado informal ; 108 ori entación geográfica de las indu~tri as:
privado de la tierra: 109 285, 289
~l'l>~r;ílica dcl terl'i:1rio surcrior: 321 pn1duccilí11: 83
PngL' ll\' ' dL' la ciudad: :7 !Hl agn,·lli:t: 55. 108
1111 l"•t;111d;1rizada: 98
p
prnduc!i' id.id: S.l 8-1 . 85
pagm de pcrecuación: 229 agrícol:1: .+2. 11 1. 116
pal\e' en de,arrn llo ( PED): 48 de acti1 idda<k~ tkl ,cctnr tnciario: 8.'i
p;1,:q1PrlL';, interno:-.: 1 1O local: 102
J1L'quc1b~. ' med1:1nas e111¡m.!sas: 2-16 por tr;1b,1_1:1d1 )r: -1 1
pnd.d-i ,',· pe'<>. 2X(i url'.lll.I: 14. 90
pl·1ju1L t ' de b 11 rb.ini1acion : 107 ' ¡;11n~11i\1 urbano: 92
11~·1·:11!"" .k "c'idcnci;1 ud1;1na: 110 l'n1duL·10 \:1c·ional Bruto (Pi\"H1: :10
pi.1111) lwmogcnc• 1: C1Cí. 21 9 jll'<ldl!Ll\h: :O,)
P:-.!B J'·lr ilab1ta111c y ni1·el de 1'r<>g1t''º lcL'llológ.icn) crcc:i111icnlo
11rh:111i1aL·ió11: 3-1. y; urhantl: 52
p\lhlacH·in urbana 111und1;d: 34 tc<111d.igico) lncali1.acilÍn de la
urh;111;1 ~ l'NB por habitante: 3ó-3o empresa: 289
p,1brua urbana: 46 LCL'llOIÜgico y \en icim, urbanos. 12-1
políticas ambienta le:.: 1:r~. 133 pro111oc i<'ín del espíritu de empresa: '2-1.'i.
de ayuda a las PME: 247-248 '252
de desarrollo local: 2-14 pri' atiDlción de las ganancias: 10'2
de desarrollo regional: 2 14 proximidad f!COf!ráfica: 118
de tk sc<.:ntralización: 54
dcofcna: 173 R
de redistribución. críticas: 232 racimos industriales: 119
para frenar la urbanización; 11 O reagrupamiento ele compras; 72
regionales; 20, 2 13, recolección de basu ra; 136
urbanas: 20, 138 recursos naturales; 170
polo;, de desarrollo; 1 18 redes de colaboración; 259-263
posibilidades de producción ; 74 ele información; 42
precios: 90 de intercambio; 42
tle suelo urbano: 44 urbanas: 305
pn:stación ele servicios públ icos; 102 red iq rihución de la actividad económica:
presupuesto dedicado a la alimentación: '2 1-1
39--10 geogr;íiica de las actividades
prima;, de IOL«tiización: 21.'i. 220 económicas; 382. 387
. regionales: 215-220 intcrregi onal de lo:-. ingresos; 2'27
prnhkm<Ítica urbana de los países en reducción de la urbanización; 107
desarrollo; 53 de las tasas de natalidad; 130
proceso de expulsión-sucesión; 340. 387 r¿gimen de ahorro-acciones; 25 1
ele integración comercial; 14 de derechos de propiedad; 109
región: 148 sobrecxplotación: 127
homogénea: 148 agrícola: 128
plan: 148 sociedades locales de inversión: 257-259
polarizada: 148 stock: 164
registro caLastral: 109 de capital: 168
regla rango-tamaiio; 309 físico de 'i' iendas: 364
reglamentación de la densidad del suburbanización: 30, 388
centro: 352 subvenciones: 217
'obre zonaje: 354. 367
relación centro-periferia: 203 T
ciudade:-./desarrollo: 117 tamaño de las ciudades: 52
PNB/población: 92 de los hogares; 31
urbanización/desarrollo: 116 urbano óptimo; 121. 126. 139
relaciones ele producción: 83 urbano y calidad ambiental: 139
in tersectoriale~: 160 urbano y cambio tecnológico; 125
rclocaliLación de empresas: 2 1. 48 tándem capital-informnción: 249
ri::ndimien to~ creciente~:
65 tarifas de los 'ervicios públicos: 129
de escala: 65. 67. 95 Je los ~e1Yicios urbanos: 90
clecreciemes: 121 ta~a de dependencia: 185
renta de localización: 290-292, 368 de escolaridad: 3 1
de localización del cemro: 3.+7 ele fecundidad: 31
del 'uelo: 328 de intercambio; 75
rclatiu1: 329 de mortal iJad : 50
revalorizac i0n residencial del centro: 386 de mortalidad infanti 1; 32
riqucL<tS nawralcs: 170 de natalidad: 50
ritmo de urban i1ación : 108 de producti,·idad: 378
rupturas de carga: 292 de sustilUL'JÓn : 75
de urbanización: 30. 50. 55
s tasas relativas ele crecimie nto: 379
'cctor terciario: 85 ternología: 89. 124. 139
,egrcgación residencial según estatw. tecnologías de comunici::ción : 301
>Ocial: 361-365 tenencia ele la tierra; 108
-.clcctividad ele las migraciones: 199 tensiones locales-nacionales: 269
'en icios a la producción. 376 teoría de los Jugare centrales: 302. 31 1.
rcdistrihutivos: 26 7 312
. territoriales: 267 tercianLación: 373
-.1ndro111e de dependencia rcgmnal. 2.i.+- de la econ11mia urbana. 382
--:_-y.7 de lo~ métodm Je producc ión: 376
'1stc111a de prcci0s: 90 terciario motor: 313
'llh rú'On~li 1110: 1 29 tcrn:no~ comu 1.tlcs: 109
ejidalcs: 109 económico del ti empo: 63
1ipología de las economías de ,·alo1ización del medi o: 259-260
aglomeración: 92 \'enlaja absoluta: 75
transacciones de mercado; 127 de producción : 96
1ran fcrenc ia espacial de la demanda: ventajas comparativas; 7-1-. 75. 96
197
de la aglomeración urbana: 70
espacial de los factores i ntangibl e~ de
de la concentración espaci al: 96
producción; 199
de la especial ización: 74, 103
transferencias a l os gobiernos localc'>:
229 'ínculos de causalidad: l 13

) ajuste regional ; 232-234 v i sió n anti-urbana: 113


transición de lo rural a lo urbano: 108 \'ÍtaliJad económica del centro: 350
\'i viencla y mercado: 355
u
urbanizaci ón: 15, 21. 29, 33. s..+. 115 \\'
y ambiente; 22, 129
\Vcbcr: 28 1
) desarrollo económico: 3-+
y P B por habi tante: 11-+ y
usos de la tieffa; 329
y u\laposici.,'rn de empresas: 95
utilia1ción del au1omóv i l ; 134

V z
'alor Je mercado de los terrenos; 109 Lona urbana: 30

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