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Crecimiento: Introducción y modelo de Solow-Swan

Presentation · November 2016


DOI: 10.13140/RG.2.2.19822.61764

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José Luis Cendejas


Universidad Francisco de Vitoria
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JL Cendejas (12/2016)

Crecimiento económico: introducción y modelo de Solow-Swan1


1. Introducción al crecimiento económico
2. Crecimiento keynesiano: modelos de Harrod (1939) y Domar (1946)
3. Modelo de crecimiento neoclásico de Solow (1956) y Swan (1956)
3.1. Hipótesis
3.2. Estado estacionario
3.3. “Regla de oro” de la acumulación
3.4. Exogeneidad del progreso tecnológico
3.5. Contabilidad del crecimiento
4. La hipótesis de convergencia

1. Introducción al crecimiento económico


En el corto plazo las posibilidades potenciales de producción basadas en el capital y la
tecnología están dadas. Cuando el capital, sea éste físico o humano, y las posibilidades
tecnológicas cambian a lo largo del tiempo, más concretamente el capital se acumula y la
tecnología experimenta mejoras progresivas, damos cabida a lo que se conoce como
crecimiento económico. Interesa no el crecimiento en sí, sino en relación a la población,
habida cuenta que ésta también crece, es decir, el crecimiento per cápita. Preguntarnos por
los factores del crecimiento económico tiene así un sentido claro porque consiste, en
definitiva, en preguntarnos por los factores que permiten que, con una población en
crecimiento, sea posible simultáneamente una mejora de los niveles de vida.

Para ello, en primer lugar, se presentan los hechos que tratamos de explicar. Desde que
Kaldor (1963) expuso los relativos al crecimiento económico éstos han venido
denominándose stylized facts, término que podríamos traducir como rasgos o hechos
básicos. Se trata de un conjunto de observaciones o regularidades empíricas que delimitan
el fenómeno que queremos explicar.

La evolución temporal de los niveles de producción, medida ésta de forma generaliza por
el PIB, señala como hecho básico el crecimiento de esta variable tanto en su nivel como en
relación al número de habitantes de una determinada economía. Se constatan, no obstante,
enormes diferencias por países y zonas geográficas. Asimismo la investigación histórica
confirma la sucesión de periodos tanto de auge como de estancamiento o retroceso
económico. No obstante el proceso histórico de formación de las economías
industrializadas y de las que se encuentran actualmente en vías de una plena
industrialización, muestra el fenómeno citado, esto es, el crecimiento de la producción
tanto en términos absolutos como en términos per cápita2.

Por lo dicho, el crecimiento económico implica largo plazo, factores demográficos y, como
nota distintiva, acumulación de capital. Realmente una producción creciente sólo es

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2
Por ejemplo, el PIB per cápita de los Estados Unidos se multiplicó por 8,1 de 1870 a 1990 pasando de
los 2.224$ a los 18.258$. Cifra que supone un crecimiento medio anual del 1,75%. Por su parte, Japón, de
1890 a 1990, multiplicó su PIB per cápita por 20. Véase Barro y Sala (1995).

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JL Cendejas (12/2016)

posible si existe una capitalización creciente. En las economías que crecen de forma
duradera, parte de la producción no está orientada al consumo de las economías
domésticas, sino que va dirigida a la obtención de una mayor producción en el futuro.
Como flujo, este componente de la producción dirigido a generar más producción en el
futuro se denomina inversión, mientras que el stock que progresivamente se va
acumulando de este tipo de bienes (capital físico o bien conocimientos en forma de capital
humano) constituye el capital. El crecimiento remite al capital, más concretamente al
capital per cápita al tener en cuenta el crecimiento de la población. Podemos definir en
consecuencia el crecimiento como el aumento en el stock de capital per cápita que permite
a su vez aumentos duraderos de los niveles de producción per cápita.

Siendo ésta la característica fundamental del crecimiento, a nivel empírico se han


presentado los llamados hechos básicos (stylized facts) del crecimiento económico. Así,
Kaldor presenta los siguientes:
 la producción per cápita crece a lo largo del tiempo, y su tasa de crecimiento no
tiende a disminuir;
 el capital físico por trabajador crece a lo largo del tiempo;
 el rendimiento del capital es casi constante;
 el capital acumulado y la producción crecen a tasas parecidas con lo cual la ratio
capital producto es casi constante;
 las participaciones del trabajo y del capital físico en la renta nacional son también
estables;
 el crecimiento de la producción por trabajador es positivo aunque varía de forma
considerable entre países;

En relación a las diferencias en tasas de crecimiento que se registran en las distintas


economías se plantean las denominadas hipótesis de convergencia. La hipótesis de
convergencia absoluta o de tipo -absoluta3 establece, simplificando, que todas las
economías terminarán alcanzando (catching up) el nivel de capital y renta per cápita de las
economías avanzadas, para lo cual sus tasas de crecimiento serán mayores a lo largo del
periodo de transición. Sin embargo, Barro y Sala-i-Martin (1995, p. 7) observan que el
crecimiento per cápita de 1960 a 1990 para un conjunto de economías no presentaba
relación con el nivel de PIB per cápita existente en 1960. Empíricamente no se
corroboraría por tanto el tipo de convergencia absoluta recién señalado. En cambio para
agrupaciones de países o regiones de características homogéneas como puedan ser los
estados de los Estados Unidos, las regiones europeas, las prefecturas japonesas o los países
de la OCDE, sí se presenta este tipo de convergencia, es decir, existe un crecimiento
diferencial positivo de las economías o regiones menos desarrolladas que permite alcanzar
una convergencia real. En consecuencia, sí se manifestaría un tipo de convergencia
condicionada. Habría entonces una relación inversa entre el nivel de producción per cápita
inicial y las tasas de crecimiento cuando se mantienen constantes determinadas
características como el nivel inicial de capital humano, las políticas económicas, la
propensión al ahorro o la tasa de fertilidad entre otras variables relevantes.

En particular, destacan Barro y Sala-i-Martin (1995), que la evidencia empírica muestra


que el crecimiento depende de forma directa del capital humano en forma de educación y
de niveles de salud, negativamente del peso que tenga el gasto público en el PIB y

3
La letra  se refiere al coeficiente estimado que habría de resultar negativo de ser verdadera la hipótesis.
Este signo indica la relación inversa entre el nivel de PIB en el momento inicial y la tasa de crecimiento a
partir de esa fecha en una muestra de países.

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negativamente del número de distorsiones sobre los mercados y la inestabilidad política.


De otro lado, influyen positivamente en el crecimiento el peso que tenga la inversión en el
PIB, el mantenimiento de las instituciones que garanticen el cumplimiento de las leyes, y
el desarrollo de las instituciones financieras y de las infraestructuras.

Cabe también considerar la -convergencia4 por la cual, como consecuencia de un mayor


crecimiento en las economías menos desarrolladas respecto a las desarrolladas, se reduciría
la dispersión en los niveles de renta per cápita de forma que las economías serían
progresivamente más homogéneas.

En la teoría del crecimiento, podemos considerar tres momentos teóricos:

1) La preocupación en la Economía Política Clásica por el crecimiento ocupa sin duda


un lugar central, si bien no se emplea este término ni tampoco existe en la Economía
Política Clásica una separación analítica entre fluctuaciones cíclicas y crecimiento a
largo plazo como en la economía contemporánea. Las teorías de los economistas
políticos clásicos (Smith, Malthus, Ricardo y Marx) pueden considerarse, más
correctamente, como teorías generales de la dinámica económica.

La influencia de estos autores es reconocida por Barro y Sala-i-Martin (1995, p. 9)


quienes afirman que Smith, Ricardo, Malthus, y posteriormente, otros autores del siglo
XX como Ramsey, Young, Knight y Schumpeter “aportaron muchos de los
ingredientes básicos que aparecen en las teorías modernas del crecimiento económico.
Estas ideas incluyen las aproximaciones básicas al comportamiento competitivo y la
dinámica del equilibrio, la función de los rendimientos decrecientes y su relación con la
acumulación de capital físico y humano, la relación mutua entre renta per cápita y tasa
de crecimiento de la población, los efectos del progreso tecnológico en forma de
especialización creciente del trabajo y descubrimientos de nuevos bienes y métodos de
producción, y la función del poder del monopolio como incentivo para el progreso
tecnológico”.

2) Tras la preocupación por la dinámica económica a largo plazo de la Economía


Política Clásica, las revoluciones marginalista y keynesiana sitúan en un lugar
preeminente otros temas. Así el marginalismo se centra en la asignación eficiente de los
recursos en un marco predominantemente estático, mientras para el keynesianismo
ocupa un lugar central el desempleo y el modo de inducir en la economía el pleno
empleo mediante las adecuadas intervenciones monetarias y fiscales. El keynesianismo
repercute en la teoría del crecimiento debiendo destacarse los modelos de Harrod y
Domar. En ellos la permanencia en una trayectoria de crecimiento con pleno empleo
exige, en coherencia con el pensamiento keynesiano, un flujo sostenido de inversión.

Por su parte la teoría neoclásica cuenta con los referentes del modelo de Solow y Swan
primero, así como la consideración del crecimiento como un problema de optimización
intertemporal que realizan Ramsey, Cass y Koopmans. En ellos a largo plazo el
crecimiento del capital y de la producción per cápita se anulan, esto es, el estado
estacionario, como en la Economía Política Clásica, implica el estancamiento debido a

4
 es la desviación estándar que mide la desviación respecto al nivel de renta per cápita medio. Una
reducción de su valor indica una mayor concentración en torno a la economía con el nivel medio de renta
per cápita, por lo tanto una mayor homogeneidad en la muestra. Convergencia  implica convergencia 
(la implicación contraria es conocida como falacia de Galton).

3
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la presencia de rendimientos decrecientes en el capital. De haber crecimiento a largo


plazo éste ha de imponerse ad hoc mediante la consideración de un progreso técnico de
tipo exógeno.

Tanto estos modelos como los anteriores keynesianos, consiguen trasladar al largo plazo
las características, bien neoclásicas, bien keynesianas, consideradas en el análisis a corto
plazo. No obstante, una traslación sin más va a traer como consecuencia la predicción
de estados estacionarios5 de crecimiento per cápita nulo, lo que supone un serio
inconveniente que prácticamente niega el objetivo que habría de tener una teoría del
crecimiento.

3) El tercer momento teórico se corresponde precisamente con modelos capaces de


generar crecimientos per cápita positivos a largo plazo, sin, necesidad como los
anteriores, de añadidos ad hoc. Los modelos de crecimiento endógeno parten del
supuesto de rendimientos constantes en el factor acumulable que no sólo engloba el
capital físico sino también el capital humano. La desaparición de los rendimientos
decrecientes elimina el resultado de un estado estacionario de crecimiento per cápita
nulo, o bien, de exogeneidad del progreso tecnológico. En su lugar, el crecimiento a
largo plazo resulta positivo generándose el progreso técnico de forma endógena.

2. Crecimiento keynesiano: modelos de Harrod y Domar


A partir de los años cuarenta, tras un periodo que se corresponde con la difusión del
marginalismo y la posterior crítica a la Economía Neoclásica que supone La Teoría
General de Keynes, se retoma la investigación sobre las causas del crecimiento
económico en el largo plazo. Esta se va a realizar dentro del marco de los paradigmas
keynesiano (modelo de crecimiento de Harrod y Domar) y neoclásico (modelo de
crecimiento de Solow y Swan) que caracterizan entonces el debate en Teoría
Económica.

Los modelos de Harrod y Domar generalizan las proposiciones básicas de la Teoría


General al largo plazo. Recuérdese que esta obra se escribe con el propósito de corregir
situaciones duraderas de desempleo a corto plazo, debido a que la posición neoclásica
sobre tales desequilibrios consistía en afirmar que éstos se terminarían por corregir de
forma automática tras los ajustes oportunos, explicación que no resultaba convincente a
Keynes.

Harrod y Domar consiguen dinamizar la Teoría General por medio de la inversión,


variable clave de la construcción keynesiana, y su acumulación, es decir, la
acumulación de capital. Los rasgos que la doctrina keynesiana confiere a estos modelos
y que los diferencia en esencia de los aportados por la concepción neoclásica son:
 La determinación de la renta que se produce por medio de la demanda efectiva de la
economía.
 Que se acepte que los mercados puedan encontrarse en equilibrio con desempleo. El
equilibrio se entiende en un sentido más general que el neoclásico ya que se concibe

5
Se entiende por estado estacionario la situación en que las variables del sistema de que se trate no
varían. Es decir, el estado estacionario es el estado que alcanza el sistema en un horizonte temporal lo
suficientemente dilatado –largo plazo- como para que los efectos de un impulso o un desequilibrio inicial
se hayan agotado.

4
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como ausencia de variación y no como igualación de oferta y demanda. Los precios


pueden no ajustarse y son posibles situaciones de desempleo persistente.

En las dos aportaciones citadas, la demanda de inversión desempeña una función


esencial ya que constituye el determinante del nivel de demanda efectiva de una
economía y, por tanto, de su nivel de renta y empleo. De otro lado, la inversión aumenta
la capacidad productiva de la economía y por ello la necesidad de una mayor demanda
efectiva futura que dé salida a la mayor producción que resulta de una mayor capacidad
instalada. La inversión adquiere así un carácter ambivalente del que se deriva la
dinámica del crecimiento.

En efecto, el aumento de la capacidad productiva a través de la inversión requerirá un


aumento de la demanda suficiente para generar un crecimiento de la renta permitiendo a
su vez emplear a su plena capacidad el stock de capital instalado. Si se produjera el caso
en el que hubiese capacidad “ociosa”, caería la demanda de inversión y la economía
entraría en una recesión, sin que existan, en lógica keynesiana, los mecanismos
estabilizadores apropiados.

El modelo de Harrod

En este modelo se establecen las causas que permiten conseguir un crecimiento de la


renta capaz de mantener el equilibrio entre ahorro e inversión (equivalente al equilibrio
entre oferta y demanda agregadas6) a lo largo del tiempo.

Se parte de un aumento de la demanda de inversión7 que genera, vía multiplicador, un


incremento de la renta. Parte de esta renta se gastará en consumo e inversión,
principalmente, y parte se ahorrará. Ésta última es la propensión al ahorro s de tal forma
que el ahorro total es S  s Y .

Del lado de la oferta agregada de la economía, contamos con una función de producción
de tipo Leontief, o función de producción de coeficientes constantes, que se caracteriza
porque la proporción de factores utilizados es fija no existiendo sustitución entre los
mismos siendo Y  min 
K N
,  , donde v y u son los coeficientes capital producto y
v u
trabajo producto respectivamente8.

Tras la función de ahorro y la función de producción, pasamos a analizar qué


condicionantes afectan a la inversión. Para ello se definen los siguientes elementos:

 v (ya considerado) es el coeficiente capital producto. Mide la relación existente


entre la inversión realizada y el incremento de la capacidad productiva resultante.
Esta relación técnica es constante, con lo cual las empresas saben que, para

6
Dado que Yd=C+I desde el punto de vista de la demanda, y también Ys=C+S desde el punto de vista de
la renta, el equilibrio agregado de la economía Yd=Ys equivale a S=I.
7
Como se verá más adelante, esta demanda de inversión dependerá del aumento esperado de la renta,
siendo éste el origen del desajuste producido entre el ahorro y la inversión.
8
La tecnología correspondiente a esta función de producción resulta invariante, de forma que en el
modelo no se produce progreso técnico. Se supone que no existe depreciación del capital con lo que la
inversión realizada se transforma en inversión neta en su totalidad, y que el factor trabajo crece a una tasa
constante n.

5
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determinado incremento de la demanda efectiva (Y), tienen que invertir en la


proporción v, bajo utilización plena de la capacidad productiva.

K 
v
Y 
  K  K  v(Y  Y )
e e

Ke 
v e
Y 

De esta forma la inversión (neta) esperada es función del incremento esperado de la


renta (acelerador de la inversión)

I  v Y e  Y 
Dado que el ahorro es función de la renta e iguala a la inversión en equilibrio, y, por su
parte, la inversión planeada responde al principio del acelerador (depende del
incremento previsto en la producción):

Y e Y s
I  v Y e  Y   s Y  
Y v
Y e Y
donde g  es la tasa de crecimiento esperado de la renta. Esta condición de
Y
equilibrio afirma que, para que ahorro e inversión coincidan, o lo que es lo mismo oferta
y demanda agregadas coincidan, la tasa de crecimiento de la renta ha de igualar a la
propensión al ahorro dividida por el coeficiente técnico del capital en la función de
producción.

Asimismo esta tasa de crecimiento debe ser igual a la que se produce en el supuesto de
que toda la población está plenamente ocupada, es decir, debe ser igual a la tasa de
s
crecimiento de la población ocupada (n). En efecto, la condición  n viene
v
determinada por la función de producción de Leontief donde la situación de equilibrio
requiere que se empleen dotaciones de factores en proporciones fijas. Esta condición,
difícil de alcanzar según Harrod, supedita el crecimiento de la renta a una situación de
pleno empleo cuya corroboración empírica es improbable debido a la independencia de
los parámetros n, v y s.

Esta tasa de crecimiento queda supeditada a que las empresas realicen la demanda de
inversión adecuada al propio crecimiento de la renta, con lo que cualquier factor
exógeno que afectara a la inversión nos alejaría del crecimiento de equilibrio. Así, en el
caso de que el crecimiento de la demanda efectiva fuese menor del esperado, la renta
real sería inferior a la esperada, con lo que la inversión realizada resultaría superior a la
óptima. Se rompería en el periodo siguiente con uno de los supuestos del modelo y la
economía se encontraría con capacidad instalada ociosa, deprimiéndose así la demanda
efectiva y disminuyendo progresivamente el crecimiento de la renta real. Nos
encontraríamos en una situación de desempleo y recesión, causada por el hecho de que
los parámetros fundamentales que condicionan el crecimiento a largo plazo varían de
forma independiente. No existen, por tanto, mecanismos estabilizadores que garanticen
una trayectoria de crecimiento de equilibrio con pleno empleo.

6
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El modelo de Domar

El planteamiento realizado por Domar es muy similar al que propuso Harrod, con lo que
las conclusiones alcanzadas son equivalentes. Domar, al contrario que Harrod, enfoca el
problema del crecimiento económico con plena utilización de la capacidad instalada, no
desde los incrementos de la renta, sino desde los incrementos de la inversión. Domar se
centra en el crecimiento de la demanda de inversión, pues vía multiplicador determina
tanto la tasa de crecimiento de la renta, como la de la capacidad productiva. Este
crecimiento de la demanda de inversión determinará asimismo que el crecimiento
económico sea o no equilibrado.

La senda de crecimiento equilibrado de la economía será aquella a lo largo de la cual la


producción crece a la tasa a la que aumenta la capacidad productiva. Este último
dependerá de la tasa de acumulación del capital y por tanto de la productividad del
nuevo capital instalado. Domar establece que la inversión será una variable dependiente
de las expectativas empresariales al igual que subyacía en el modelo de Harrod9.

El equilibrio del modelo se determinará con aquella tasa de inversión que mantenga el
pleno empleo de la capacidad productiva.

1 1
 Por el lado de la demanda tenemos que Y   I , donde es el multiplicador
s s
del gasto.
Yp
 Y por el lado de la oferta    Yp   I , donde un cambio en la inversión
K
producirá un cambio en la producción potencial de la economía.

La situación de equilibrio de la economía será aquella donde la demanda agregada


absorba la producción potencial, esto es, Y  Y p Si sustituimos la demanda
agregada y la producción potencial por los resultados anteriores queda:
1 I
Y  Y p   I   I   s
s I

La anterior ecuación indica que una situación de equilibrio, donde la demanda agregada
absorbe la producción potencial, se mantendrá a lo largo del tiempo cuando la tasa de
crecimiento de la inversión coincida con el ahorro adicional que genera el crecimiento
potencial de la economía.

La relación obtenida por Domar no difiere sustancialmente de la de Harrod, ya que


1
podríamos considerar que  es igual a . Por este motivo se suele hablar de un solo
v
modelo de Harrod-Domar. Ahora bien, el modelo de Domar difiere del planteado por
Harrod en que en el primero no se distingue entre la plena capacidad productiva y el
pleno empleo, quedando de esta forma fuera de su análisis. Además podemos decir que
Domar no plantea específicamente una función de inversión, mientras que Harrod la
incluye a través de un esquema de acelerador simple.

9
La tecnología es parecida a la de Harrod. Domar define  como el coeficiente que mide el incremento de
la renta potencial que genera una unidad adicional de capital invertido.

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Como conclusión de ambos modelos, podemos afirmar que comparten dos


preocupaciones. De un lado, la dificultad teórica aparente para que la economía crezca a
lo largo de una senda de crecimiento equilibrado. Por otro, la inestabilidad del
crecimiento económico. No hay ningún elemento que asegure en ambos modelos que la
renta (modelo de Harrod) o la inversión (modelo de Domar) crezcan efectivamente a
una tasa consistente con la permanencia de la economía en su trayectoria de crecimiento
equilibrado. Además, aunque la renta crezca a lo largo del tiempo en dicha senda, este
crecimiento será siempre inestable. Cualquier perturbación exógena al modelo que
provoque una desviación de la renta de su trayectoria de crecimiento equilibrado, no se
verá corregida por los mecanismos estabilizadores que reconduzcan la renta a dicha
senda.

3. Modelo de crecimiento neoclásico de Solow-Swan

3.1. Hipótesis

Los modelos de crecimiento neoclásicos suponen el equilibrio competitivo general, es


decir, la presencia de equilibrio simultáneo en todos los mercados bajo una plena
flexibilidad de precios. En los modelos existen familias o consumidores, empresas y
mercados. Los consumidores son los propietarios de los factores productivos y de los
activos de la economía. Los consumidores eligen qué proporciones de su renta ahorran o
consumen, si van a formar parte de la población activa, y, en tal caso, qué parte de su
tiempo dedican a trabajo y a ocio. Las empresas emplean los factores de producción que
les ofrecen los consumidores y, por medio de la tecnología existente en ese momento,
producen bienes, que se destinarán a la venta para el consumo de las familias o bien de
otras empresas.

La tecnología es el conjunto de conocimientos y técnicas existentes en un determinado


momento que se aplican a unas determinadas cantidades de factores productivos. Esta
tecnología puede cambiar en el tiempo y las empresas tienen acceso a esos cambios. En los
mercados las empresas venden los bienes producidos a los consumidores o a otras
empresas y los consumidores venden los factores de producción, de los que son
propietarios, a las empresas. Los precios de bienes y factores se fijarán en los mercados en
función de las cantidades ofrecidas y demandadas de cada producto o factor respondiendo
precios y salarios con plena flexibilidad a dichas ofertas y demandas.

En un contexto así, el modelo de crecimiento neoclásico de Solow-Swan hace uso de una


estructura simplificada en la que se omiten mercados y empresas, por lo que existe un
único agente que es propietario tanto de los factores de producción como de la tecnología
necesaria para transformar éstos en bienes (modelo de consumidor-productor
autoempleado). Este es un modelo de economía muy simple pero suficiente para el
desarrollo de las proposiciones básicas del modelo.

Partimos de la función de producción

Y  F  K, N 

8
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que, genéricamente, podría cambiar con el tiempo gracias a los avances tecnológicos
(como se supone más adelante). Desarrollamos en primer lugar, el modelo en ausencia
de cambio tecnológico.

Las propiedades de la función de producción son las siguientes

 los factores de producción presentan productividades marginales positivas y


decrecientes, esto es, los rendimientos del capital y del trabajo son decrecientes:
F  2F
 FN'  0  FNN ''
0
N N 2

F  2F
 FK  0
'
 FKK
''
0
K K 2

 la función de producción se caracteriza por tener rendimientos constantes a escala


(homogeneidad de grado 1), es decir, de variar ambos factores en determinado
porcentaje, la producción lo hará en el mismo porcentaje

F (K , N )  F ( K , N ) con   0

 la productividad marginal de los factores se aproxima a infinito cuando el factor está


cercano a cero y a cero cuando el uso del factor tiende a infinito. Estas son las
condiciones de Inada, necesarias para que el modelo tenga solución con sentido
económico (evita las llamadas “soluciones de esquina” en que se usaría un solo
factor productivo).

limN 0  FN'   limK 0  FK'   


limN   FN'   limK   FK'   0

Las propiedades anteriores permiten escribir la función de producción y las


productividades de forma intensiva, esto es, como funciones de la ratio capital trabajo.
Se suele suponer también que el trabajo coincide con la totalidad de la población, de
modo que las ratios lo serían también en términos per cápita. Tenemos entonces
Y K
y y k el producto per cápita y el capital per cápita respectivamente. Por la
N N
homogeneidad de grado 1 de la función de producción, podemos escribir

Y 1 K 
y  F ( K , N )  F  ,1  f (k )
N N N 

Los bienes producidos Y se destinan al consumo de las familias u hogares (C) y a la


inversión (I), que, a su vez, incrementa la capacidad de producción futura. Se supone
que la economía es cerrada. En el equilibrio, la producción iguala a la renta, por lo que
el ahorro iguala a la inversión.

En el modelo de Solow-Swan se supone que la tasa de ahorro (propensión media al


ahorro) es exógena y constante por lo que coincide con la propensión marginal. En
consecuencia al ahorro per cápita es

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Y
s  sf (k )
N
El capital instalado se deprecia a una tasa constante . El capital instalado depende

entonces de la inversión y de la tasa de depreciación. La inversión neta K en un periodo
determinado es igual a la inversión bruta menos la inversión en reposición, teniendo

K  I   K  sY   K  sF ( K , N )   K (1)
 dK
donde K  denota la derivada respecto al tiempo de K.
dt

Suponemos que el crecimiento de la población activa iguala al de la población total. La


tasa de crecimiento de la población activa, n, se supone también exógena y constante en
el tiempo

N
n
N

con N el aumento del número de habitantes en un periodo. Se supone el pleno empleo.

La expresión en términos per cápita de la ecuación (1) permite obtener la ecuación de


movimiento de la economía10

K 1
 ( sY   K )  sf (k )   k
N N
Teniendo finalmente

k  sf (k )  (n   )k (2)

Esta ecuación se denomina ecuación diferencial fundamental del modelo de Solow-


Swan. Representa la acumulación del capital como resultado de la diferencia de dos
procesos: el ahorro per cápita, de un lado, como recurso disponible que incrementa el
capital per cápita, y de otro, la “pérdida de capital” per cápita. Esta última se produce,
tanto por la depreciación, como por el aumento de la población activa que disminuye el
capital disponible en términos per cápita (recuérdese que k=K/N). La inversión neta, de
signo positivo o negativo, se produce como consecuencia de no contar con el nivel de
capital per cápita óptimo correspondiente al estado estacionario.

Nótese que la ecuación (2) no está expresada en tasa de variación porcentual, si


quisiéramos hacerlo así tendríamos que
 Y
k f (k ) Y
k   s  (n   )  s N  (n   )  s  (n   )
k k K K
N
Mientras que la tasa de variación de la producción per cápita quedaría

      

K  K N K N K K N K K 
10
Sabiendo que k         kn , despejando queda:  k  kn
N N2 N N N N N

10
JL Cendejas (12/2016)

 df  k   
y
y   dt  f   k  k  kf   k  k  kf   k  
f k  f k  f k  k
k
y y

3.2. Estado estacionario

A partir de la ecuación (2), se calcula el crecimiento a largo plazo, o lo que es lo mismo


el estado estacionario. Este se define como la situación en que no hay variaciones en el

capital per cápita, esto es, k  0 . Imponiendo esta condición a la ecuación diferencial
fundamental del modelo y despejando k , se obtiene su valor en el estado estacionario.
Para el caso general de un función de producción f (k ) tendríamos que resolver la
sf (k * )
siguiente ecuación implícita k  *
. Alcanzado el estado estacionario y en
n 
ausencia de progreso técnico  y   k  0

La ecuación del estado estacionario nos indica que el capital per cápita depende de
forma directa de la tasa de ahorro y de forma inversa del crecimiento de la población.
Nótese que mejoras en la función de producción derivadas, por ejemplo, del progreso
tecnológico incrementan también dicha ratio. Dado que el estado estacionario se define

como el estado en que k  0 , tanto capital como población crecen a tasas iguales. La
producción total crecerá a la tasa a la que crezca el capital ya que en el estado

estacionario también se cumple que y  0 , es decir, la producción per cápita no crece, y

Y
por ello, la producción crece a la misma tasa que la población, esto es,  n . Por los
Y
mismos motivos, los niveles de ahorro y de consumo agregados crecerían a la misma
tasa que la población. Ha de señalarse que estos resultados son consecuencia de la
ausencia de progreso técnico, ya que si no hay avances en el estado de la tecnología, los
rendimientos decrecientes de los factores son los causantes de que no puedan
mantenerse tasas de crecimiento positivas per cápita a largo plazo.

Dinámica de transición del modelo. Debido a que el modelo es incapaz de explicar la


presencia empírica de crecimiento per cápita a largo plazo, y además el periodo de
transición hasta alcanzar el estado estacionario puede llegar a ser muy largo, resulta de
utilidad estudiar las características del modelo en el periodo de transición. Sea cual sea
el punto de partida de la economía, definido éste por las dotaciones iniciales de capital y
de trabajo, ésta tenderá siempre al estado estacionario (Ejemplo 1). Si, por motivos
exógenos, se alterara alguno de los factores que determinan el nivel de las variables en
el estado estacionario, la tasa de crecimiento de la economía registraría variaciones
dirigidas a alcanzar el nuevo estado estacionario. A lo largo de dicha transición
podríamos afirmar que la economía experimenta un tipo de variación más propio de la
dinámica del ciclo económico, entendido éste como proceso de ajuste, que del
crecimiento, ya que, en última instancia, el crecimiento per cápita a largo plazo tiende a
anularse.

11
JL Cendejas (12/2016)

Ejemplo 1: ajuste hasta el estado estacionario desde niveles de capital y producto


inferiores

tasa de depreciación delta 0.05


tasa de crecimiento poblacional n 0.02
Cobb-Douglas alpha 0.30
tasa de ahorro s 0.20
k del estado estacionario k* 4.48
k de la regla de oro ko 8.00
y del estado estacionario y* 1.57
y de la regla de oro yo 1.87

nivel de capital inicial k 1.00


producto inicial y 1.00

Producción, consumo y ahorro


1.80
1.60
1.40
1.20
1.00
0.80
0.60
0.40
0.20
0.00
1 21 41 61 81 101 121 141

Ahorro Producción Consumo

Ahorro, inversión y depreciación+crec. poblacional


0.40

0.20

0.00
1 21 41 61 81 101 121 141

Ahorro Inversión Depreciación y crec. poblacional

3.3. “Regla de oro” de la acumulación

Por “regla de oro” se entiende el estado estacionario que permite un nivel de consumo
per cápita máximo. Para lograrlo se ha de encontrar un nivel de ahorro que implique la
12
JL Cendejas (12/2016)

consecución de dicho estado estacionario. Al ser dicho nivel de consumo compatible


con el estado estacionario, éste podría mantenerse indefinidamente. Otros estados
estacionarios no maximizarán el consumo. En particular, aquellos con un nivel de
capital per cápita mayor que el correspondiente al de la “regla de oro” implican un
“sacrificio” innecesario ya que, a pesar de ahorrar en exceso y obtener elevados niveles
de producción, no se maximiza el consumo.

Para obtener el nivel de capital per cápita que maximiza el consumo se parte del
consumo per cápita

c  (1  s) f (k )  f (k )  sf (k )

Como en el estado estacionario k  sf (k )  (n   )k  0 , y por tanto, sf (k )  (n   )k
sustituyendo en el consumo tenemos

c  f (k )  (n   )k

Como k está en el estado estacionario, depende de la tasa de ahorro y del crecimiento de


la población de modo que

c  f (k (s, n))  (n   )k (s, n)

Se trata de maximizar el consumo per cápita eligiendo la tasa de ahorro óptima, esto es,

dc k k k
 f ' (k )  (n   )  ( f ' (k )  n   )  0
ds s s s

k
como  0 tiene que suceder que
s
f ' (koro )  n  

Esto es, se elige aquel nivel de capital per cápita tal que su rendimiento permite dotar de
la misma cantidad de capital a los nuevos individuos, además de reponer el capital
perdido por la depreciación. El consumo que se obtiene es

cmax  f (koro )  (n   )koro

Ejemplo 2: trayectorias hacia el estado estacionario con niveles de ahorro inferior y


superior al de la “regla de oro”, hasta alcanzarla

i) partiendo de un nivel inferior: ahorrando más podrá consumirse más

Estado 1 Estado 2
tasa de depreciación delta 0.05 tasa de depreciación delta 0.05
tasa de crecimiento
tasa de crecimiento poblacional n 0.02 poblacional n 0.02
Cobb-Douglas alpha 0.30 Cobb-Douglas alpha 0.30
tasa de ahorro s 0.10 tasa de ahorro oro s 0.30
k del estado estacionario k* 1.66 k del estado estacionario k* 8.00
k de la regla de oro ko 8.00 k de la regla de oro ko 8.00

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JL Cendejas (12/2016)

y del estado estacionario y* 1.17 y del estado estacionario y* 1.87


y de la regla de oro yo 1.87 y de la regla de oro yo 1.87
nivel de capital inicial k 1.66 consumo oro co 1.31
producto inicial y 1.17 ahorro oro so 0.56

Producción, consumo y ahorro


2.00
1.80
1.60
1.40
1.20
1.00
0.80
0.60
0.40
0.20
0.00
1 21 41 61 81 101 121 141

Ahorro Producción Consumo

Ahorro, inversión y depreciación+crec. poblacional


0.60

0.40

0.20

0.00
1 21 41 61 81 101 121 141

Ahorro Inversión Depreciación y crec. poblacional

ii) partiendo de un nivel superior: ahorrando menos podrá consumirse más

Estado 1 Estado 2
tasa de depreciación delta 0.05 tasa de depreciación delta 0.05
tasa de crecimiento poblacional n 0.02 tasa de crecimiento poblacional n 0.02
Cobb-Douglas alpha 0.30 Cobb-Douglas alpha 0.30
tasa de ahorro s 0.50 tasa de ahorro s 0.30
k del estado estacionario k* 16.59 k del estado estacionario k* 8.00
k de la regla de oro ko 8.00 k de la regla de oro ko 8.00
y del estado estacionario y* 2.32 y del estado estacionario y* 1.87
y de la regla de oro yo 1.87 y de la regla de oro yo 1.87
nivel de capital inicial k 16.59 consumo oro co 1.31
producto inicial y 2.32 ahorro oro so 0.56

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JL Cendejas (12/2016)

Producción, consumo y ahorro


2.50

2.00

1.50

1.00

0.50

0.00
1 21 41 61 81 101 121 141

Ahorro Producción Consumo

Ahorro, inversión y depreciación+crec. poblacional


1.40
1.20
1.00
0.80
0.60
0.40
0.20
0.00
-0.20 1 21 41 61 81 101 121 141
-0.40
-0.60

Ahorro Inversión Depreciación y crec. poblacional

3.4. Exogeneidad del progreso tecnológico

En el modelo anterior se ha supuesto que no existía cambio tecnológico, por lo que los
rendimientos decrecientes de los factores de producción provocaban que en el largo
plazo las variables per cápita no crecieran. La falta de realismo de este resultado se
evidencia al observar que, en la mayoría de los países industrializados, se han
mantenido tasas medias de crecimiento per cápita positivas a lo largo del tiempo.

El modelo de Solow permite incorporar un sencillo proceso de cambio tecnológico


caracterizado por una tecnología que mejora a una tasa constante dada exógenamente.
La función de producción incorpora una variable adicional representativa del estado de

A
la tecnología, A, que crece a la tasa constante  , es decir,   .
A

Existen diferentes formas de introducir el progreso tecnológico en la función de


producción, pero la única forma consistente con la existencia de un estado estacionario

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JL Cendejas (12/2016)

en este modelo es la que aumenta la eficiencia del trabajo (labour augmenting). Con
este tipo de tecnología la función de producción pasa a escribirse de la siguiente forma:

Y  F ( K , AN )

Se define la ratio en términos de unidades de trabajo efectivas de modo que


K
kˆ 
AN

La inversión neta por unidad de trabajo efectiva se define ahora como


K  K  K
 sf     sf (kˆ)   kˆ
AN  AN  AN
Utilizando

      

 K  K AN  K ( AN ) K K(A N  A N ) K
kˆ        (  n )kˆ
 
2 2
AN ( AN ) AN ( AN ) AN


y sustituyendo arriba kˆ  (  n)kˆ  sf (kˆ)   kˆ , la ecuación fundamental queda
finalmente

kˆ  sf (kˆ)  (  n   )kˆ

La solución del estado estacionario consiste en que la tasa de crecimiento del capital
expresado en términos de unidades de trabajo efectivas se anula, cumpliéndose
ˆ sf (kˆ* )
k *

  n 

No obstante, en términos del capital y de la producción per cápita, éstos crecen a la


misma tasa a la que mejora la tecnología, esto es,  k   y   . Mientras que las tasas de
crecimiento del nivel de capital total y de la producción total resultan de sumar el
 
K Y
crecimiento de la población y el de la tecnología, es decir,    n.
K Y

A pesar de la ausencia de estancamiento per cápita a largo plazo, la capacidad


explicativa del modelo sigue siendo muy limitada ya que el factor que explica el
crecimiento del capital per cápita a largo plazo no viene determinado por la propia
economía.

3.5. Contabilidad del crecimiento

Partiendo de Y  AF ( K , N ) donde ahora A recoge la productividad total de los factores


y suponiendo que todas las variables son función del tiempo, podemos diferenciar
respecto a éste quedando:

16
JL Cendejas (12/2016)

     Y  
Y  A F ( K , N )  AFK' K  AFN' N  A  AFK' K  AFN' N
A

dividiendo por Y y multiplicando y dividiendo oportunamente por K y N

   
Y A AFK' K K AFN' N N
  
Y A Y K Y N

Si se remuneran los factores de acuerdo a su productividad marginal y se definen sus


porcentajes de participación en la producción

  
Y rK K  N K
   n    K  N n
Y Y K Y K

se tiene finalmente que el crecimiento de la producción total puede descomponerse en


los crecimientos del trabajo y del capital ponderados por sus pesos en la producción más
el crecimiento de la productividad total de los factores -o tasa de progreso tecnológico-.
Este último término también es denominado “residuo de Solow” e incluiría todo aquel
crecimiento no debido al aumento en el uso de los factores capital y trabajo. En efecto,
como capital y trabajo agotan la remuneración (bajo rendimientos constantes a escala)
 N  1   K , queda

Y  
 
K
    K  (1   K )n 
Y  K 
 

4. La hipótesis de convergencia
La ecuación de la dinámica del modelo implica que, manteniendo el resto de variables
constantes, valores pequeños de k van asociados a valores elevados de su tasa de
crecimiento11, y por tanto, valores pequeños de la renta per cápita irán asociados a
valores altos de su tasa de crecimiento. Esto quiere decir que, si consideramos dos
economías con los mismos valores de los parámetros , s y n (depreciación, tasa de
ahorro y crecimiento de la población), la economía que se encuentre más lejos de su
estado estacionario, esto es, la que tenga un nivel menor de capital inicial per cápita
crecerá a unas tasas mayores.

La convergencia real es el resultado teórico que los modelos de crecimiento económico


exógeno establecen para economías que parten de diferentes niveles de producción y
capital per cápita. Suponiendo idéntico estado estacionario entre economías, aquellas


 k k
11
Matemáticamente esta propiedad se cumple si  0 , siendo  k  , es decir, el crecimiento del
k k
capital per cápita, y por tanto de la renta per cápita, es menor cuanto mayor es el nivel de capital per
cápita instalado.

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JL Cendejas (12/2016)

cuyo capital per cápita se encuentre más alejado del mismo, experimentarán tasas de
crecimiento mayores debido a la presencia de rendimientos decrecientes. La igualdad de
los estados estacionarios de cada economía se justifica al suponer el acceso a idénticas
posibilidades tecnológicas y la existencia de flujos de bienes, servicios y capitales, y en
general, de conocimiento. Este tipo de convergencia denominada de tipo absoluto,
implicaría tanto un crecimiento diferencial positivo para las economías menos
desarrolladas, como una reducción de la dispersión de los niveles de producción o renta
per cápita entre países12.

Bajo estas premisas, la convergencia de tipo  establece que las economías que parten
de menores niveles de capital y renta per cápita terminarán alcanzando el nivel de
capital y renta per cápita de las economías más avanzadas. Durante el proceso de
convergencia y debido a la presencia de rendimientos decrecientes en el capital, las
tasas de crecimiento de las economías que partan de niveles de producción per cápita
más reducidos serán mayores hasta alcanzar (catching up), eventualmente, los niveles
per cápita de las economías más desarrolladas. Por lo tanto, ha de existir una relación
inversa entre las tasas de crecimiento de la renta per cápita y sus niveles iniciales.

Como se ha comprobado empíricamente que este tipo de convergencia no existe, salvo


para economías con características similares, se pasa a definir la denominada
convergencia condicionada. La convergencia condicionada afirma que un país más rico
podría crecer más deprisa que uno pobre ya que el crecimiento implica un acercamiento
a un estado estacionario que puede tener niveles distintos en ambas economías. Este
sería el caso si el país más rico está situado más lejos de su estado estacionario que el
pobre, aún cuando parta de un nivel de capital per cápita superior. Por ello se define
como condicionada la convergencia, ya que existiría convergencia en relación a los
valores de los parámetros que definen el estado estacionario en cada una de las
economías.

12
Esto sucede en los modelos de crecimiento exógeno. Por el contrario, los modelos de crecimiento
endógeno, que consideran tecnologías con rendimientos constantes en el factor acumulable (en general,
no convexidades de la función de producción), predicen la existencia de diferencias permanentes en las
tasas de crecimiento entre economías de distinto nivel de desarrollo, lo que impide el logro de la
convergencia. No habría relación, por tanto, entre el nivel inicial de renta o capital per cápita y la tasa de
crecimiento.

18
JL Cendejas (12/2016)

Ecuación general de convergencia


La trayectoria solución de yˆ t (o de kˆt ) puede aproximarse linealmente alrededor del
estado estacionario mediante
ln yˆ t  ln yˆ *  et (ln yˆ 0  ln yˆ * )  ln yˆ t  (1  et )ln yˆ *  et ln yˆ 0
Se supone estabilidad lo que implica que   0 . Si sólo media un periodo entre 0 y t
tendríamos que
ln yˆ t  (1  e )ln yˆ *  e ln yˆ t 1
y
Teniendo en cuenta que yˆ t  t con yt la producción per cápita, puede escribirse que
At
ln yt  ln At  (1  e )ln yˆ *  e ln yˆ t 1

Restando a ambos lados ln yt 1 queda


 ln yt  ln At  ln At 1  (1  e )ln yˆ *  (1  e )ln yˆt 1
donde se ha tenido en cuenta que ln yt 1  ln yˆ t 1  ln At 1 . Como
At  At 1e  ln At  ln At 1   , tenemos que

 ln yt    (1  e )ln yˆ *  (1  e )ln yˆ t 1

Para la economía i-ésima podría escribirse que i   i  (1  ei )ln yˆi* y que
i  (1  ei ) . Aceptando además la existencia de un error aleatorio tendríamos que en
la regresión  ln yi ,t  i  i ln yˆi ,t 1  ui ,t , si i  0  i  0 , y habría convergencia
(dependencia inversa del crecimiento con respecto a yˆ i ,t 1 ) de tipo condicionado.

Si los parámetros que definen el estado estacionario son iguales en todas las economías
y las diferencias sólo residen en las condiciones iniciales, la regresión anterior –de datos
de panel- puede estimarse imponiendo dicha restricción y

 ln yi ,t     ln yˆi ,t 1  ui ,t (3)

Si en lugar de utilizar la tasa entre periodos consecutivos  ln yi ,t , se utiliza la tasa


1 y
promedio gi  ln i ,t , y seguimos suponiendo idéntica parametrización del estado
t yi ,0
estacionario entre economías, la trayectoria solución (su aprox. lineal) cumple que
ln yi ,t  ln At  (1  et )ln yˆ *  et ln yˆi ,0

restando a ambos lados ln yi ,0 queda


yi ,t
ln  ln At  ln A0  (1  et ) ln yˆ *  (1  et ) ln yˆ i ,0
yi ,0
donde se ha tenido en cuenta que ln yi ,0  ln yˆi ,0  ln A0 . Como
At  A0et  ln At  ln A0  t , tenemos que

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JL Cendejas (12/2016)

yi ,t
ln  t  (1  et ) ln yˆ *  (1  et ) ln yˆ i ,0
yi ,0
y dividiendo por t
1 yi ,t 1  et 1  et
ln  ln yˆ *  ln yˆi ,0
t yi ,0 t t

teniendo finalmente una sección cruzada con gi     ln yˆi ,0  ui donde


1  e t 1  e t
 ln y y   
ˆ *
.
t t

De lo dicho se deduce que la convergencia absoluta debería encontrarse en


economías homogéneas, esto es, cuyos estados estacionarios sean similares. Así, Barro
y Sala-i-Martin (1995, p. 7) señalan que el crecimiento per cápita de 1960 a 1990 para
un conjunto de 100 economías no presentaba relación con el nivel de PIB per cápita
existente en 1960. En cambio, para agrupaciones de países o regiones de características
homogéneas como puedan ser los estados de los Estados Unidos, las regiones europeas,
las prefecturas japonesas o los países de la OCDE, sí se presenta este tipo de
convergencia. Es decir, dentro de estas agrupaciones, se constata un crecimiento
diferencial positivo de las economías o regiones menos desarrolladas que permitiría, tras
el transcurso de un periodo de transición, alcanzar una convergencia real. En
consecuencia, se manifestaría convergencia condicionada, condicionamiento que lo
es respecto al estado estacionario, no observable, de cada una de las economías
consideradas. Esto es, condicionando a las variables implicadas en la determinación de
dicho estado estacionario, sí podría detectarse empíricamente una relación inversa entre
el nivel de capital (o renta) per cápita inicial y las tasas de crecimiento. Tales variables
deben añadirse en las regresiones de convergencia o, en otro caso, presentarán sesgos
por variable omitida.

Además de la reducción de los diferenciales de renta per cápita, el proceso de


convergencia implica reducción de la dispersión, proceso denominado convergencia de
tipo . Para la reducción de la dispersión, la convergencia de tipo  es necesaria pero no
suficiente13. La ecuación (3) puede escribirse como ln yi ,t    (1   ) ln yi ,,t 1  ui ,t y
tomando varianzas obtenemos
 2t  (1  ) 2  2t 1   2u
2
1 N  1 N 
donde    ln yi ,t   ln yi ,t  . De resultar  negativo14, se reduce la
t
2

N i 1  N i 1 
dispersión a partir de un nivel inicial.

13
Por ejemplo, si se parte de una varianza  2t con un valor inferior al del estado estacionario, podemos
tener un aumento de la varianza hacia su valor de estado estacionario, y simultáneamente convergencia de
tipo . Una demostración detallada es Furceri (2005).
14
Se supone que es también inferior a la unidad en valor absoluto excluyéndose de este modo, en
regresiones como (3), la posibilidad de alcances sistemáticos, esto es, que las economías que parten de
niveles inferiores sistemáticamente superen a las que parten de niveles superiores, así como de saltos en
sentido contrario.

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JL Cendejas (12/2016)

Bibliografía

Barro, R.J. y X. Sala-i-Martin (1995, 2004): Economic Growth, Boston, Mass.:


McGraw-Hill.
Domar, E.D. (1946): “Capital Expansion, Rate of Growth, and Employment”,
Econometrica, v. 14, pp. 137-147.
Furceri, D. (2005): “ and  convergence: A mathematical relation of causality”,
Economic Letters, v. 89, pp. 212-215.
Harrod, R.F. (1939): “An Esssay in Dynamic Theory”, Economic Journal, v. 49, pp. 14-
33.
Kaldor, N (1963): “Capital Accumulation and Economic Growth”, en F.A. Lutz y D.C.
Hague (eds.), Proceedings of a Conference Held by the International Economics
Association, Londres: Macmillan.
Novales, A. y C. Sebastián (1999): Análisis macroeconómico, Madrid: Marcial Pons.
Solow, R. M. (1956): “A Contribution to the Theory of Economic Growth”, Quarterly
Journal of Economics, v. 70, n. 1, pp. 65-94.
Swan, T. W. (1956): “Economic Growth and Capital Accumulation”, Economic Record,
v. 32, pp. 334-361.

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