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Halloween y Día de Muertos

¿Una Fiesta Inocente?


"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12)

Es curioso que actualmente hay tantas ideologías, recetas, pensamientos, fórmulas mágicas y hasta ofrecimientos seudo
espirituales que se nos proponen con la intención de solucionar nuestros múltiples problemas. Lo malo es que muchas de
esas supuestas soluciones tienen una base muy peligrosa, y que realmente no ayudan nada. Más bien nos alejan de la
verdad y nos confunden al punto de no discernir qué es bueno y qué es malo.

Al hablar de espiritismo, brujería, demonios y hechicería ¿qué es lo primero que piensas? ¿Que son simples
supersticiones o fraudes? ¿Creencias vulgares que nos hacen regresar a la Edad Media? o ¿Simples juegos de niños que
se recuerdan el 31 de Octubre, la noche de Halloween o Noche de Brujas?

Hoy, la brujería y el ocultismo todavía son una realidad. Con solo leer los diarios, escuchar la radio, ver la televisión o
navegar por internet es fácil darse cuenta de ello. No hay medio de comunicación en donde no se le de una excesiva
importancia a los horóscopos, adivinos, y parapsicólogos. Sin duda la brujería está en vigencia. Todo esto es síntoma del
ocultismo que nos rodea.

La famosa Fiesta de Brujas o Halloween, no es tan inocente como se lo pinta, es nada menos que la puerta que comunica
al satanismo. Y muy a pesar que los niños y adolescentes insistan en decir que "es un juego inofensivo" o "una fiesta
inocente", los padres sensibles, por ningún motivo deben apoyar a sus hijos en la celebración ocultista de este día.

Aunque no lo parezca, la celebración de Halloween, se ha convertido en el comienzo de nuestra aceptación del ocultismo.
El 31 de Octubre es la fecha conmemorativa más importante del año y es el principal día de celebración de los brujos y
adoradores del diablo en el mundo.

¿Cómo se originó Halloween? Se inició con los Celtas, probablemente unos dos mil años antes del cristianismo. Los
Celtas eran los antiguos pobladores de Gran Bretaña, Francia, Alemania y parte de Asia Menor. Entre ellos vivían los
Druidas, quienes eran los sacerdotes de sus múltiples dioses paganos. La palabra "Druida" proviene del griego "Cuadrus"
o Roble. Los druidas adoraban a los árboles, especialmente al roble. Su objetivo era unificar al hombre con la naturaleza.
Realmente el haber escogido la fecha del 31 de octubre no es simple coincidencia, puesto que es el día de uno de los
cuatro grandes aquelarres, los cuatro días del "medio trimestre" del calendario Céltico.

El Aquelarre es la reunión o conciliábulo nocturno de brujos y brujas.

El primero de ellos, en el mes de febrero se festeja a Brigt, diosa pagana de la curación.

El segundo aquelarre era un festival en el mes de mayo llamdo Beltane, que agrupaba a los brujos en el tiempo de la
siembra. En ese día los druidas realizaban ritos mágicos para estimular el crecimiento de los cultivos.

El tercero era el Festival de las Cosechas, en agosto, en honor a Lugh el dios sol resplandeciente.

En el cuarto aquelarre, el último de ellos, Samhain señalaba la llegada del invierno. En esa ocasión los antiguos druidas
efectuaban ritos en los cuales un caldero simbolizaba la abundancia. Se decía que era una ocasión especial, neutra e
intermedia, una temporada sagrada de superstición y de conjuro de espíritus.

Considerando detenidamente cómo se originó esta celebración, podemos darnos cuenta que hay alguien muy astuto que,
con esta celebración, intenta introducirnos inocentemente a su mundo tenebroso de maldad. Ese alguien es el "padre de la
mentira", el adversario de Dios y de todos los hombres.

El apóstol Pedro, al escribir su carta, registrada en la Biblia nos advertía: "Sean prudentes y manténganse despiertos,
porque vuestro adversario el diablo, como un león rugiente anda alrededor buscando a quién devorar" (1 Pedro 5:8).

Seguidamente después del halloween se celebra la fiesta de todos los Santos y los Fieles Difuntos.

Se le ha comparado con lo que originalmente fue la celebración prehispánica del fin del ciclo agrícola de temporal. Para
los antiguos mexicanos, Mictlantecuhtli, el dios de la muerte, libera al hombre de sus penas, y el viaje después de la
muerte no depende de la vida que llevó el difunto, sino de la manera cómo le tocó morir.

Según Fray Diego Durán, los indígenas nahuas tenían dos fiestas dedicadas al culto de los muertos: Miccailhuitontli o
Fiesta de los muertitos, celebrada el 9 mes nahua (agosto) y la Fiesta Grande de los muertos, el décimo mes del año
nahua.

Dice Durán que pudo observar que el día de Todos los Santos ponían ofrenda a los niños muertos, y al día siguiente
ponían otra para los adultos, dejando de hacerlo en agosto, cuando acostumbraban, para aparentar que festejaban
celebraciones cristianas. Igualmente, los españoles heredaron de los celtas la tradición de celebrar el día 1 de noviembre
la fiesta de fin del año y dedicaron el mes a las “ánimas”.

En la actualidad esta fiesta pagana está llena de simbolismos; el principal de ellos es el altar que se coloca con diversas
ofrendas tales como velas, agua, sal, incienso, pan, fotografías, flores, comidas, bebidas, licor, cigarros frutas e imágenes
religiosas; todos estos elementos llevan una connotación ocultista y relacionada con la brujería, ofreciéndole por
ignorancia un culto a la muerte, misma que es una maldición que Dios impuso al hombre por haber caído en pecado.
(Génesis 2:17)

“Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis
partícipes con los demonios. “ (1 Corintios 10:20)

Amigos: el Halloween y días de muertos son celebraciones encaminadas a adorar a la muerte. La Biblia nos dice que
debemos evitar acercarnos a este tipo de prácticas porque son formas de llamar a los espíritus del mal hacia nuestras
vidas, que finalmente nos afectarán en todas las áreas. “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el
fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien
consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas” (Deuteronomio 18:10-
12)

Amado amigo, ya no sigas celebrando la muerte, mejor celebra la vida nueva que es en Cristo Jesús (2 Corintios 5:17).
Cristo venció a la muerte, resucitando; así nosotros por su resurrección no permaneceremos muertos sino que
resucitaremos con Él y como Él. El día de su Segunda Venida, en el día del Juicio Final, todos resucitaremos entonces si
permanecemos con Él, cumpliendo sus mandamientos y adorándolo sólo a Él que vive en unidad con el Padre Celestial.
La muerte se opone a la VIDA, y la vida es el don o regalo más maravilloso que Dios nos regaló y naturalmente nadie
quiere morir, ni siquiera las plantas o los animales, pues siempre lucharán por conservar su vida.

La muerte siempre será desgracia, pérdida, tristeza, el final de algo. Jesús te ofrece todo lo contrario gracia, bendición,
alegría y VIDA ETERNA. No se puede creer en Jesús que es la VIDA y en la MUERTE, sería como poner el agua y el
aceite. ¡El Bien nunca se revolcaría en el mal!. Rechaza la muerte y acepta a Jesucristo, nuestro Salvador, quien dice: “Yo
soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eternamente.” (Juan 11, 25-26)

Si tu y tu familia ha participado de estas fiestas por no saber su real significado, es hora de ponerse a cuentas con Dios,
no tengas miedo, ni temor, puesto que Dios, nuestro Padre TE AMA, y el envió a su Hijo Unigénito a morir por tus
pecados, acéptalo como tu Señor y Salvador; puedes hacerlo repitiendo la siguiente oración:

“Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que, a
través de la fe en El, yo pueda ser perdonado. Me arrepiento y me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para
mí salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y por Tu perdón – el don de la vida eterna! En nombre de Jesús, ¡Amén!”

Recuerda que al hacer esta oración o cualquier otra, no es suficiente para salvarte. Solamente el confiar y tener fe en
Cristo puede librarte del pecado y regalarte una vida eterna en el cielo. Esta oración es simplemente una manera de
expresarle a Dios su fe en El y agradecerle por proveerte la salvación.

En el amor en Cristo.

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