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HUELLAS DE MI TIERRA.

El olvido de nuestra historia no refleja las auras libertadoras de justicia y sueños.

Contoneos de sinsabores resuenan en las entrañas de mi pueblo,

pregonan cosechas de esperanza

El anhelo de mi gente dibuja arcoíris de mediasonrisas en el campo.

Sus manos marchitas reclaman el cultivo hacia el polvo y la tierra áridos

El auxilio busca retumbar en los oídos haciendo un llamado de homenaje a la


Pachamama.

¡¡Hombre, indio, nativo!! domador de auroras, sufrimientos y fatigas.

Tú, que conoces la historia de amargos días,

tú que con tus lágrimas humedeciste los suelos minados de rechazo y humillación

eres ahora el gran mártir del bicentenario.

Manos luchadoras que pintan destinos en luchas por su dignidad, eres hoy quien alimenta
mi hambre con tu mirada y que calmas mi sed con la pureza de tu sudor.

Tú que bosquejas la ilusión de tus bosques verdes y el perfume de tu cálido viento, con
tus manos urdes los caminos de mi Perú querido.

Tu nombre ruge en mis entrañas como dulces melodías al pronunciarlas entre mis versos

El viento brota de tu cuerpo arrancando las sonrisas perfumadas de aquellos tallos verdes
y frutos de colores, alimentando mis anhelos

Cada paso y rose en tu piel camaleónica cubre el cuarteto de mis emociones abrigando
tus desventuras.

¡hombre, indio, nativo!, tú que de los vestigios haces cultura vigilante de ancestros y
mañanas.

El aroma de tu cielo gris y azulado siembra la independencia de nuestras voces como de


nuestros héroes

La valentía de cada grito en nuestra historia pernocta en el corazón de un peruano.

RISUEÑO

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