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Amor de PADRE

En esta sociedad moderna vemos tanto la escasez de verdaderos padres como la carencia de
buenos hijos.
Aunque, más bien, yo creo que hay muchos hijos tratando de ser buenos, pero que no saben cómo
hacerlo. Cuando usted pueda conocer el perfil de un buen hijo, entonces podrá identificarse o saber
qué le hace falta para ser uno. La palabra de Dios nos habla de verdaderos hijos, y también de
aquellos que en realidad no lo son. Asegúrese de encontrarse dentro de la categoría de los hijos,
que son los únicos que califican para recibir la herencia.
Veamos a continuación las características de un verdadero hijo.
1. Un buen hijo tiene pasión por Dios y ve a su padre espiritual como el medio que Dios va a usar
para bendecirlo.
Veamos el ejemplo de Elías y Eliseo. Eliseo le decía a Elías:
«Tú tienes algo de Dios que es mío, tú eres el vaso que Dios va a usar para darme mi herencia».
2. El buen hijo honra y valora a su padre espiritual y natural, y también tiene un verdadero
anhelo por su herencia.
La verdadera honra de un hijo hacia sus padres está compuesta de tres partes:

 Hablar bien de ellos siempre


 Obedecerlos
 Honrarlos con dinero y bienes materiales
Si falta una de estas tres formas de honrarlos, entonces no existe una honra completa.
3. El buen hijo ve más allá de las fallas de su padre y se concentra en el tesoro divino que hay
dentro de él.
Algunos hijos no reciben la herencia espiritual y material de sus padres porque se enfocan en sus
defectos y debilidades y no en sus áreas fuertes, talentos y habilidades.
4. El buen hijo está dispuesto a ser un siervo para su padre en todo momento.
Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al
campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del
tabernáculo.
Éxodo 33:11
5. Un buen hijo natural y/o espiritual no trata de tomar su herencia antes de tiempo, sino que
espera hasta que su padre se la dé.
Como lo mencionamos antes, el hijo pródigo pidió la herencia a su padre antes de tiempo, y el
resultado fue que la desperdició porque no tenía la madurez necesaria para administrarla de la
forma correcta.
6. Un buen hijo tiene siempre un gran deseo de estar cerca del padre.
Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo:
Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el 2 Reyes 2:2
La pasión y el deseo de un hijo es estar cerca de su padre, servirlo y recibir su bendición.
7. Un buen hijo no trata de tomar lo que es legítimamente suyo de forma equivocada.
Absalón, el hijo del rey David, intentó robar el puesto de su padre.
«De esta manera hacía con todos los israelitas que venían al rey a juicio; y así robaba Absalón el
corazón de los de Israel». 2 Samuel 15:6
El final de Absalón fue la muerte, ya que él trató de tomar algo que era suyo, pero de forma ilegal.
8. El buen hijo aprende a esperar en el Señor con fe para recibir su herencia en el tiempo
correcto.
Dios tiene un tiempo específico para entregarle la herencia a cada hijo. Por lo tanto, lo único que el
hijo debe hacer es ser fiel, obediente y esperar el tiempo señalado por el padre.
9. El buen hijo siempre manifiesta sumisión, fe, honor, amor y aprecio por su padre.
Estas virtudes siempre afloran en los verdaderos hijos.
10. Un buen hijo siempre toma la iniciativa de buscar una relación con su padre.
Una vez que el padre escoge al hijo, es responsabilidad del hijo tomar la iniciativa de buscar al
padre. El buen hijo no espera que el padre venga a él, sino que busca los medios para servirle y
estar cerca de él.
¿Cómo debe ser la relación entre padre e hijo?
Una vez más, volvemos al mismo asunto que tratamos anteriormente.
Hay un sinnúmero de hijos que no saben cómo relacionarse con su padre espiritual y su padre
natural. Muchos de ellos quieren ser buenos hijos, pero no tienen una referencia o enseñanza de lo
que es ser uno de ellos. Por tal motivo, vamos a estudiar algunos principios importantes:

 La relación de padre e hijo es algo muy especial, y se puede entablar con pocas personas.
Jesús lo hizo de esta manera, pues ministró a miles, discipuló a cientos y fue padre de doce.
 La relación de padre e hijo es una que imparte vida y espíritu.
Por ejemplo, a través de esta relación el padre debe acumular una herencia ~spiritual y material
para impartirla a su hijo, y el hijo debe desear con desesperación recibir o heredar lo que el padre
tiene. Esto es más que simplemente discipular, enseñar y tener una relación de entrenamiento.
Esta es una relación de vida.

 El padre tiene derecho a escoger a aquellos que pueden convertirse en sus hijos. Pues, al
igual que en lo natural, los hijos espirituales no escogen a su padre, ellos pueden preguntar
y pedir, pero es el padre el que toma la decisión.
Cuando las partes de la relación padre-hijo entran en un mutuo acuerdo, es responsabilidad
del hijo seguir al padre y buscar las oportunidades para estar con él, de otra forma esto no
funciona.

 La parte del hijo, tanto en la relación natural como en la espiritual, es servir y asistir al
padre; no es la de buscar ni tomar una posición de liderazgo. ni de ministerio junto con su
padre antes de tiempo.
 Llegará un momento definitivo de Dios donde la transferencia e impartición de la autoridad
tome lugar de forma visible, como vemos en el ejemplo de Elías y Eliseo.
Cuando al fin ocurre esta impartición, una de varias situaciones puede suceder:

 El hijo puede salir a edificar su propia casa.


 El hijo puede recibir como herencia la casa de su padre (esto mayormente sucede con los
hijos naturales) .
 El hijo puede servir para siempre en la casa de su padre como un valioso número dos hasta
el día que su padre muera; en ese momento, el hijo podrá tomar su lugar si ese fue el deseo
del padre.
 Una vez enviado por el padre, el hijo puede salir a desarrollar su propio llamado local e
internacionalmente. El desafío final para los hijos es llegar a la madurez espiritual para que
su herencia les sea confiada. Si usted es un hijo, no tome en forma ilegal y anticipada algo
que legalmente le pertenece.
Espere su momento y tendrá un futuro glorioso tanto en su llamado como en su vida en general.
Tenemos derecho legal para recibir lo que nos pertenece por herencia, aunque tengamos que
perseverar en fe hasta recibirlo.
«Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi
adversario». Lucas 18:3
En esta parábola, la palabra justicia aparece cuatro veces, y literalmente significa: «Dame lo que
justo me pertenece». El punto es que esta viuda tenía el derecho legal de recibir lo que estaba
pidiendo. Ella no estaba pidiendo misericordia, ni favores; ella quería lo que de forma legal le
pertenecía. Jesús pregunta al final: «¿Encontrará fe (perseverancia) el Hijo del Hombre en la
tierra?»
«¿y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en
responderles?
Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la
tierra?»
Lucas 18:7,8
Hay dos aplicaciones a esta pregunta: Jesús asocia la fe con nuestro conocimiento acerca de cuáles
son nuestros derechos legales y nuestra perseverancia en la oración hasta que esos derechos sean
concedidos y garantizados. Hay una gran diferencia entre tratar de buscar y. apropiarse de una
herencia a la cual se tiene derecho y tratar de apropiarse de una herencia a la cual no se tiene
derecho alguno. Esaú insistió, persistió y trató de poseer la bendición generacional que ya había
sido entregada a Jacob. Pero nada pudo hacer porque él mismo había vendido sus derechos, ya la
bendición no le pertenecía. Debemos tener en cuenta que no hay persistencia que pueda cambiar
la realidad de los derechos legales. Jesús nos da a entender que es vital para la última generación,
antes de que él venga, conocer
Pertenecer al reino consiste también en conocer los derechos que tenemos como ciudadanos e
hijos de Dios.
Hay algunas preguntas que tenemos que hacernos como hijos:
¿Estoy dispuesto a pagar el precio de la obediencia como hijo?
¿Estoy dispuesto a ser criticado y rechazado por estar cerca de mi padre?
¿Tengo el deseo de estar cerca de mi padre espiritual?
¿Estoy dispuesto a seguir perseverando en oración hasta que mis derechos como hijo me sean
otorgados?
¿Qué tanta pasión tengo por poseer mi herencia?
¿Jesús encontrará en mí una fe que perseverará hasta recibir mi herencia?

Algunos principios importantes


 Un buen hijo tiene pasión por Dios, ve a su padre natural y/o espiritual como el medio que
Dios usa para bendecirlo; por lo tanto, lo honra de forma constante y lo ama y respeta, más
allá de sus fallas.
 Un buen hijo está dispuesto a ser siervo en todo momento, no trata de tomar la herencia
antes de tiempo o de forma equivocada, y siempre toma la iniciativa de buscar una relación
con su padre.
 La relación de padre e hijo es posible con pocas personas y es una que imparte vida y
espíritu.
 El padre es el que escoge a sus hijos.
 El desafío para los hijos es llegar a la madurez para poder recibir la herencia.

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