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UN HOGAR PARA RESCATAR NIÑOS Y NIÑAS DE LA CALLE
en

C a
Xochicalco, Mor.

OBJETIVOS Y COMPROMISOS nuestra familia como Padrino de


O bjetivos basados en la espiri-
tualidad y filosofía del Padre
Alejandro García Duran de Lara,
alguno de estos menores, recuerda
que ellos siempre te lo
agradecerán. Y..... Dios Bendice al
“Padre Chinchachoma“ a quien esta que da con Generosidad.
dedicada esta fundación...
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infractores. family as one of our minors
Godfather, remember that they
2º Hacer conciencia a los menores will always thank you. And... God
de su realidad, en sus situaciones blesses those who give with
infrahumanas en las que han generosity.
vivido.
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3º Asistirlos en su formación Para Depósitos en Tiendas
integral humana, intelectual, OXXO:
espiritual y moral, En base a estos Cta. No. 5579 0783 0370 5418 De
objetivos los menores que se
integran en esta fundación, vivirán Santander a
en una Casa Hogar digna. Marco Antonio Ramos Rodríguez.
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COMMITMENTS Fundación. BBVA Interbancario
No. 012545001468957438.
O bjectives based on Father´s
Alejandro Garcia Duran de
Lara spirituality and philosophy, A BANAMEX No de cuenta. 4774-
"Padre Chinchachoma" who´s 0048313, Clabe Interbancaria
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de la Fundación Padre
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transgressors. 0773-8039623 a nombre del
Padre Marco Antonio Ramos
2° Make them conscious of their Rodríguez.
reality, in the infrahuman situation
in which they have lived. BANCO SANTANDER
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3° Assists them in their human Marco Antonio Ramos Rodriguez
integration, intelectual, spiritual
and moral formation. based on PARA MAS INFORMACIÓN
these objectives the minors who COMUNICARSE A: CASA
integrates this foundation will live HOGAR PADRE
in a dignified orphanage. CHINCHACHOMA.
COMO PUEDES AYUDARNOS Tel. 01- 737- 3743216 Con el Lic.
Te invitamos a que formes parte de Cesar Soberanes Zepeda,
Director, o con el
Pbro. Marco Antonio Ramos
15 de septiembre de 1991.

P. Alejandro García Durán


Hogares providencia, D.F.

Querido hermano Alejandro, "CHINCHACHOMA".


Ayer que me dejaste una copia, borrador de: "El Cristo de
Chinchachoma", la verdad que tuve curiosidad por el
contenido. Me lo leí de corrido y, ciertamente se movió el
tapete y a la vez me quedó un agradable sabor en el espíritu
cuando terminé de leerlo.

Enseguida pasé a leer las Lecturas del Domingo (24


del tiempo ordinario), pues tenía la Misa un rato después.
Comprendí más claramente la respuesta tan dura de Jesús y
la actitud de Pedro.

"¡ Apártate de mí, Satanás !". En la actitud de Pedro


está en juego la tentación de querer separar al Hijo del hombre
del camino de la obediencia a los planes de Dios. Y para Pedro
y el resto de los discípulos - donde entramos tú y yo - la
tentación también será la no aceptación del crucificado, el
escándalo ante este camino desconcertante de la salvación:
"El que quiera venir conmigo... que cargue con su cruz y que
me siga".

!Oh, Señor, mío! De veras, qué difícil es aceptar al


Cristo total que nos presenta el Evangelio, al Cristo de hoy
encamado en el prójimo, al prójimo marginado de la
sociedad: niño de la calle, la prostituta, el drogadicto, al que
está en la cárcel,...

La tentación de Pedro -nuestra propia tentación-: "Eso no te


puede pasar a tí" y, actuar con esta consecuencia: ¡Eso no
puede ser!

Gracias Chincha por esta "revelación", gracias porque


moverásel tapete a más de diez, porque abrirás los ojos de los
que creen ver. Si no es amar a Cristo en la persona de los
demás, qué significa la oración (Colecta) que rezamos en la
Eucaristía: "Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz
que experimentemos vivamente tu amor, para que podamos
servirte con todas nuestras fuerzas", o lo que decía Santiago:
"De qué le sirve a uno decir que tiene fé, si no lo demuestra
con sus obras..."
Que la publicación de este librito ayude a quien lo lea a
madurar su FE.

Padre Alejandro, un abrazo fraterno.


P. Aarón J. Cahuantzi Bello Provincial

PD. - Te sugiero reeditar tus libros anteriores, sobre todo:


"La Porción Olvidada de la Niñez Mexicana".
EL CRISTO DEL CHINCHACHOMA
Te parece lector un tanto extraño este título: "El Cristo del
Chinchachoma".
Como te lo mereces te doy la explicación. Un día estaba
hablando con El y exclamaba: DIOS MIO, DIOS MIO, y
me dijo una persona: "de todos, no? Porque también es
mío".
"Si y no", lé exclamé, es de todos pero la relación de El con
cada uno es única, personal, propia. Como que Dios no creó
un mundo para los! hombres, sino un mundo para cada uno de
los hombres.
Por ello el Cristo es mío, porque nació, vivió y murió por
mí, con un amor total y personal por mí.
Es mío porque a través del camino del vivir, balbuceo de
Eternidad,
El se há ido comunicando de una manera personal conmigo
a través de una serie de personas, de amigos, de encuentros
con El, etc. etc.
Me dirás, ciertamente tiene todo el derecho. Pero si yo
también puedo hablar de mi Dios o de mi Cristo, ¿por qué
me escribe su libro hablándome de su Cristo?
Es el deseo de compartir contigo la realidad de ese Cristo
mío,
Sí, esto es este libro, una comunicación dentro de lo posible
de mi visión de Cristo para que tú la compartas, la superes,
o, tal vez, para que a través de esta lectura, puedas
encontrarte con El.
El sabe.
CAPITULO I

EL ESCUPIDO

Una de las características de mi Cristo, de las más relevantes,


es que está escupido.
Hay una anécdota de Murillo, que viendo a un maestro pintar
un Cristo maravilloso le dijo que cómo podría él pintar muy
bien y le respondió el pintor: Ama mucho lo que pintes. Pues
Murillo amó mucho a María y la pintó.
Sólo he pintado un cuadro del Cristo. Es el Cristo Escupido.
Tiene la cara tapada (los ojos) y el rostro lleno de salivazos.
Recuerdo que cuando lo estaba pintando un niño se acercó al
cuadro y quiso quitar la venda de los ojos o pegaba la venda.
Como no soy pintor, recurrí al gran remedio y pegué la venda
en el cuadro.
No, no es un Cristo bello. No, no es un Cristo hermoso,pero
¡que Cristo! Firme, potente, la cabeza recta, como quien es
dueño de la situación, y está vejado, escupido.
Este es mi Cristo. EL CRISTO ESCUPIDO.
Sí ya sé, me dirás lector amigo, que por qué me fijé en este
pasaje de la Escritura. Que por qué doy y empiezo mi visión
del Cristo Escupido como la primera.
Ya verás, ya verás, sigue atento.
Un día, me acuerdo, me acerqué en el Consejo Tutelar de
Menores a los niños y les hice una encuesta. Mis encuestas
son curiosas y vivenciales y, entre las preguntas, una muy
importante fue ésta "¿A cuántos de ustedes les han escupido
en la cara?"
Levantaron la mano unos 15 ó 20, un porcentaje de
aproximadamente un 10 a un 15%.
Estaban escupidos. Les dije: "A Jesús lo escupieron, y saben
por qué?”
No sabían responder, uno dijo: "Porque nos han escupido a
nosotros". "Sí, así es, porque les han escupido a ustedes, porque los
ama”.
He visitado muchos y variados penales y cárceles desde el tiempo
de mi seminario y, desde que conocí a mi Cristo Escupido, siempre
pregunto: "¿A cuántos los han escupido?", y siempre me encuentro
algunos parejos a mi Cristo que también los han escupido,
normalmente los pobres.
Me gusta decirles, "te amo a tí poique te escupieron y te pareces a
mi Dios, a mi Jesús Escupido”. ES BELLO.
Una vez en un sermón a gente muy, muy religiosa, les estaba
anunciando mi Cristo y les dije:
"Mi Dios da asco, es como una mierda, de la que todo el mundo
huye, se parece más a un gusano que a un hombre" (esto lo dice la
Escritura). " Mi Dios, mi Cristo está escupido, es un rey de burla y
de pitorreo. No sé si ustedes conocen a Jesús, pero quiero que
sepan que está escupido y da asco de ver. Mucha gente se va de su
lado porque lo quieren ver en un trono, pero no lo quieren ver
escupido y les pasa como al bueno de Pedro, qué lo niegan".
Querido lector, primera característica de mi Cristo.
Es el Cristo Escupido.
CAPITULO II

EL VENDIDO

"¿Cuánto me dan y se lo entrego?"


Convinieron con él en cierta cantidad...
Era de noche. El huerto silencio. El silencio del ayer, del
mañana, del siempre. Un silencio espeso. Concentrado. El
Cristo agoniza, acumulación de angustias personales, de cada
quien.
El alma en agonía. Sufrimiento que mata. Espada del alma
que lacera y hiere todo el ser. El cuerpo cae en lo más
profundo del dolor.
Todos los ayes se hacen uno en El. El Cristo que carga todo mi
ser y mi dolor.
Allí cerca, en otro lado, Judas pregunta "¿Cuánto me dan y se
lo entrego?"
Hombre vendido por otro hombre, esclavitud antaña.
Veinte siglos. Un instante. Garibaldi.
Hierve la plaza con el nocturno bullicio de la vida, del ansia de
vivir, del gozo en la quimera intensidad, bullicio.
Cenamos 10, 12 niños y el que escribe.
Ansiosa, voluptuosa, ansia una presencia.
Se pega a mí, el hombre desnudo sube y baja, se mueve la
niña. Quinceañera.
Uña ansia, ansia total. La miro, se ha hecho paso en medio de
los niños y está muy pegada al lado izquierdo mío.
Es bella. Miro hacia lo alto y oro en silencio.
"Padre, no me vayas a dejar caer en tentación".
El instinto primero, el deseo de ella, el eco en el deseo mío,
desaparece.
Nace amor.
La miro de nuevo, sin responder a su ansia, a su llamado.
Se entristece la niña, me dice:
"¿Padrecito, a mí no me quieres?
En el centro amoroso de mi alma nace un grito, una protesta
que se hace ira y se expresa en grito. Fijos los ojos en ella,
exclamo:
"¡TE AMO!"
Razono. La gente se volteó. Los miro compadecido. Le dije a
mi niña: "Ves todos estos que se han volteado, que te miran,
ninguno te ama, sólo buscan tu cuerpo. Yo te amo a tí".
Me dirigí a los niños que asistían al encuentro amoroso y les
dije: "Espérenme aquí. Vengo en media hora, una hora, no
sé".
Tomé a la niña de la mano y nos fuimos.
Todo su ser, su mirada, era una interrogante, como que se
decía, qué va a pasar. Qué es esto?
Fuimos a un lugar un tanto exclusivo (por lo del precio). Una
mesita, dos sillas, un encuentro.
Había allí sobre la mesa una lucecita para engendrar
oscuridad, misterio.
La aparté, yo necesitaba claridad, era claridad.
Mis ojos enfrente de los suyos, tomé sus manos entre las mías,
la miré con ternura y le dije:
"Dios te ama, yo te amo"(éste es mi anuncio, ésta es mi buena
nueva) Me miró asombrada, como quien no comprende, me
preguntó:
"A mí me ama? Usted no sabe lo que yo hago ?"
"Ya me lo imagino", le contesté. "¿Por qué?", le pregunté.
"Mi mamá me vendió cuando yo tenía 10 años”:
“5 años de puta", pensé yo.
La comprensión, misericordia, visión amorosa de Dios se
concretó en una pregunta: "Y tú ¿qué podías hacer?"
El mirar de la niña abierto al mundo en ansia y en reclamo, en
búsqueda , en interrogante permanente se dirigió hacia
adentro, misterio del amor, y se vió pura.
Me miró, ansia de liberación, asombro.
Una respuesta.
"Nada".
Después de afirmar que no podía hacer nada se vió pura,
víctima y me miró con ansias nuevas, desde la inocencia
mancillada.
"Padrecito, sáqueme de aquí."
El ser puro, vejado, era libre, era amor, hizo el milagro de que
la puta sea virgen.
Mi niña.
Mi puta virgen
Si vas por Gáribaldi no la busques, ya no está allí. Y ten
cuidado con quien te juntes, no mancilles una virgen.
Luego le dije: "Dáme tu bendición".
Me respondió: "Padrecito, no se burle. Usted si puede
bendecir que es Padrecito. Yo ¿qué bendición tengo?"
"Tú, una que yo no tengo"
"¿Cuál?" preguntó asombrada.
“Pues la de la venta"
"¿Cómo la de la venta?"
"Sí, al Cristo lo vendieron"
"A poco", dijo ella"
"Sí, lo vendieron en 30 monedas de plata"
"¿Cómo a mí?", preguntó ella.
"Sí, como a tí", le respondí. "Una esclava, una vieja, en
tiempos de Jesús costaba eso, 30 monedas de plata”.
La niña reía, se sentía amada.
El Cristo estaba con ella, aún añadí más.
"¿Sabes cómo lo vendieron?"
"No".
"Con un beso"
"Con un beso?", preguntó. "Como a mí?"
"Sí, con un beso. Se acercó Judas y lo besó. El beso fue la
señal". "¿Cómo a mí?" Era la niña un gozo del alma al sentirse
amada con su historia toda.
"Jesús se quejó. No, no se quejó de la venta, se quejó del
beso”. "Con un beso me entregas"
Me miró. "Ah, pues si puedo bendecirte, El está conmigo".
Me arrodillé.
Ella me dijo: "Sí puedo bendecir, pero yo no sé cómo".
Le respondí:
"Muy fácil, se levanta la mano y se dice: "que Dios te bendiga
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo",
mientras se hace la señal de la cruz".
Me bendijo Me bendijo, oh Dios.
Ahora lector, al revivir ¿isa bendición del Cristo mío, siento
en mis entrañas lo que sentí aquel día. El Dios es vivo, el Dios
que entra o surge en lo profundo de la entraña mía.
Entiéndeme lector lo que te digo: Mi Cristo es la puta. Mi
Cristo está vendido cual carne humana. Mi Cristo es cual
esclavo. Siento lo inmenso de ese amor divino.
Mi Cristo, el escupido, está vendido.

D E
E N
V
S E
CAPITULO III

EL HAMBRIENTO

1938, Nacido en 1935. Tenía 4 años. Enfrente de mi casa hay


un pasaje y en él existe un kinder.
Seguro de la mano de mi madre, camino hacia el encuentro
con la ciencia. Y al salir de la casa y voltear veo algo insólito
para mi mente virgen.
Un hombre rebusca en la basura.
Asombrado le digo a la queme abre a la vida:
"Mira mamá, qué hombre tan cochino”
"No digas eso, hijo mío", dijp aquella que me engendró a lo
sabio.
"No es un hombre sucio, el pobre tiene hambre".
"Y eso qué es ?” Aún no la conocía, al hambre compañera de
la vida. Me lo explicó mi madre. ?
Se me asombró mi alma.
Llegué a la escuela y mi recuerdo se junta en ese mismo día
(sin duda fue otro día).
Del salón me iba yo al juego. Me paró la sonrisa y la palabra
de la monja:
"Alejandro pon ahí tu almuerzo, siéntate un momento. No te
estoy castigando. Yo quiero hablar contigo".
Me sentí grande, importante. Salieron mis compañeros hacia
el juego y me quedé expectante allí en el asiento.
Enfrente mío, el almuerzo. Pan con no recuerdo qué y un
plátano.
Un plátano maduro al que quise deshechar hacía un momento.
Al lado mío oí la voz todavía risueña, aquí en mi entraña
esencia de mi vocación, balbuceo eterno, ansia de amor que lo
abarca todo.
La monja habló dei hambre.
Del hambre del hombre, del ser que de hambre muere, del
incontable número de hambrientos. Jesucristo era hambre. El
Cristo se hizo hambre.
Siguió abriendo mi alma a comprender el misterio.
Me sentí cual el villano, el malvado del cuento, cuando me
dijo si no comía el plátano, comería otra cosa, y le estaba
quitando a mi hermano su sustento.
Cuando, concluyendo su razonamiento, me dijo que tenía que
comerme el plátano, ya no pude comerlo, ya lo había comido.
Mi Cristo, el escupido, el vendido es el hambriento, el que
busca en la basura por el hambre.
CAPITULO IV

EL SIN NIDO
1972, tal vez 1973.Es un verano. Vacaciones. En un baldío.
Después de un maravilloso encuentro con niños, intenso a
ellos, intenso a El.
Cuando el primer grupo de chavos de la calle está integrado
ya eh el hogar primero, cuando su modo de actuar es una
interrogante permanente a mi entendimiento, a mi espíritu
enraizado en El, llamado por El, en un retiro me decidí.
Una vez asegurados mis hijos en la casa, con Dolores, la tía
amorosa, me fui a vacacionar a mi baldío.
Mi baldío. No hace mucho fui de nuevo allá, todavía existe.
Mi baldío.
Mi Cristo.
El Cristo del baldío.
Fui al baldío para encontrarme con El.
Yo aún no lo sabía. Después de unos días el gran desafío.
Mario lo dijo:
"Yo creeré que eres sacerdote si dices misa en esa Iglesia".
"¿Por qué ahí?"
"porque de ahí siempre nos corren", fue la respuesta.
Fui, no sin antes invocar al Padre mío. Me acerqué al señor
cura, le pregunté:
"¿Podría decir misa?"
Me miró de arriba a abajo, de hito en hito. Llevaba yo varios
días en la calle. Me había lavado la cara, las manos, mas la
ropa, la figura toda apestosa, traslucía el baldío en el que
estaba.
Su mirada de asombro fue creciendo.
Al final respondió: "Mire señor, las misas se apuntan allá".
"No", dije yo, reafirmando mi posición primera. "Yo vengo a
decir| misa, soy sacerdote".
Para aliviar la duda del señor párroco le hablé en latín, que no
te escribo aquí para no hacerme pedante. Le dije en la lengua
del ayer, el misterio amoroso de hoy.
Después de oir mis latinas razones, de explicarle el por qué de
mi ñgura, de cómo vivía en la calle con los niños callejeros,
me pidió, en correcto español, por mis papeles. t L e
contesté, libre ya de los latines, diciendo así:
"Si trabajo con ellos en la calle, no voy a ir con mi valiz
con todos mis papeles. No llevo. Pero mire, falta casi una hora
para ! la misa de 11, que es la siguiente* mi superior vive en
tal lugar, (le di los datos), le puede llamar, le dice que soy un
señor pelón, barbón y muy sucio. Con estas señales le dirá:-
"Sí, es él"\; Todavía dudaba, me miró y me espetó la pregunta:
"¿Y la dignidad del sacerdocio?”
Lo miré con ternura y le respondí con el Cristo mío, el Cristo
del baldío, el sin nido. "Y la dignidad del Hijo Eterno del
Padre, que baja de lo alto del cielo, se hace hombre y
exclama: "los pájaros tienen sus nidos, las zorras sus
madrigueras, el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su
cabeza". Cuando Jesús se levantaba después de dormir en un
campo de aquella tierra llena de polvo, como era Hijo de Dios,
la túnica le quedaba limpia y sin una arruga.
Aquí viene Jesús, tal como vivía en su tierra, usted me lo mira
de arriba a abajo, y le dice: no tiene..."
No me dejó terminar, me dijo:
"Diga misa".
!Que bella misa aquélla. Aún recuerdo a ellos, los corridos del
templo, allá en primera fila, ahora los dueños. El Cristo del
baldío, el sin nido.
CAPITULO V

EL INMOVIL
El Cristo quieto, inmóvil.
Lo conocí hace años. Lo acompañaba su esposa. Lo vi en
varias reuniones. Pedían oración. Pedían sensación.
El cuerpo cada día más inmóvil.
La enfermedad iba creciendo.
Otros sanaban, él no.
Dios escuchó la oración.
Quedó inmóvil en absoluto, quieto, sólo los ojos y la lengua
vivos.
El alma cada vez más viva, más fuerte, más poderosa, más
luminosa, más bella.
Dios escuchó la oración.
Inmóvil, quieto.
Como sabía amar.
Su esposa, después de varios años, 12, 13, ella recuerda más
que yo, lleva 3 años muerto, 4 años ya muerto.
Ella lo sigue llorando.
Sus hijos crecieron fuertes, hombres, conscientes.
Tuvieron padre, inmóvil, quieto, pero ¡qué padre!
Parece chiste.
Siempre tuvo tiempo de escucharlos..
Este mi amigo vivía en Puebla, yo en México.
Iba a verlo de vez en cuando. Me ayudaba mucho. Engendraba
en mí gozo de vida, alegría en la lucha, fortaleza en la
debilidad.
Un día le dije: "Te voy a poner un apodo".
"¿Cuál", me preguntó.
"Fundamento".
"Por qué fundamento?"
"Cimiento, fundamento, la base de un edificio es lo que menos
semueve, como tú".
Reímos los tres, ella, él y yo.
A veces le reclamaba en mis visitas:
"Me estás fallando, tengo problemas".
El se disculpaba
"Sí, es cierto, pero no creas", me decía, "sigo firme".
Qué bello.
El Cristo inmóvil, quieto, el que no puede.
Recuerdo un día estando yo en la casa, le vino un amago, como
de muerte.
Llevaba varios años ya así.
La esposa, la amada esposa, se puso histérica ante el temor de
perderlo.
Me puse a orar y llegó la paz de nuevo y siguió siendo mi base,
fundamento.
El Cristo inmóvil, el de la cruz, el que no puede nada, lo
insultan, lo desprecian y El no contesta.
Ya vas conociendo mi Cristo escupido, vendido, el sin nido, el
hambriento y ahora el inmóvil.
CAPITULO VI

EL PRESO
Abril de 1985. En un taxi me dirijo a una de las casas. Estamos
casi llegando al destino y el taxista me dice:
"A usted no le voy a cobrar".
Le digo: "¿Por qué?, ¿Por qué no?"
Me contestó: "Yo soy del Reclusorio Norte".
Ah, me sonreí. El de la Navidad, y le afirmé:
"Fue bella aquella Navidad".
Me contestó: "Sí, aquel día cambió mi vida".
Te preguntarás lector amigo, qué pasó aquella Navidad en el
Reclusorio Norte.
Estaban ellos y yo y un par de hermanos de esos de la pastoral
penitenciaria.
Era el lugar donde estaba los, vamos a llamarlos así, nuevos.
Había bastantes.
Les pregunté: "A cuántos de ustedes les han partido la
madre?"
La mayoría levantó las manos.
Yo afirmé: "Jesús dice; a mí también".
"¿A cuántos les han escupido en la cara?"
Pocos levantaron la mano.
Yo añadí, "Jesús dice: a mí también".
"¿A cuántos les han insultado y les han mentado la madre?"
Varios también la levantaron.
"¿Cuántos de ustedes han pasado hambre?"
La mayoría levantó la mano.
"Jesús dice; yo también." *
"¿Cuántos de ustedes tuvieron que huir del pueblo porque el
cacique los buscaba para matarlos?"
Unos cuantos levantaron la mano.Añadí: "Jesús dice; yo
también".
“¿Cuántos de ustedes durmieron en las calles porque no
tenían en dónde?"
De nuevo se alzaron manos de presos.
Y volví a añadir: "Jesús dice; yo también".
"¿A cuántos de ustedes los metieron en la cárcel?"
Todos levantaron las manos sonriendo y cotorreando.
Añadí: "Jesús dice; yo también"
"¿A cuántos .. "
Siguieron dos o tres interrogantes más y a todas ellas la
afirmación "Jesús dice; yo también"
Se hizo el silencio.
Elocuente silencio.
Locuaz silencio.
Elevé mis ojos a lo alto, mi mano se alzó mirando a lo alto de
los cielos y el grito se hizo eco de lo profundo del silencio:
"Miren la estrella"
Nadie miró hacia el cielo, la mirada se dirigió hacia lo interno
de cada uno.
"Aquí baja la estrella al medio de vuestro patio. Ahí está Jesús
con cada uno de ustedes".
"Voy a adorar a Jesús".
Me arrodillé para adorar a Jesús.
Lloraban, lloré. Les desee feliz Navidad. Eso es la Navidad.
Jesús viene y desciende a tí
Querido lector, ya vas conociendo a mi Cristo. El Cristo mío
está preso.
CAPITULO VII

EL GOLPEADO

1974. Escuela José Calasanz. El que te escribe, director de


ella.
En el, llamémosle, salón de actos, reunido el alumnado todo.
En frente de ellos un niño, enclenque, débil, temeroso.
Les digo a todos.
"Ven este niño?, les tiene miedo. A todos ustedes les gusta
sentirse fuertes y lo golpean".
"Ya me cansé. Quiero que venga a la escuela feliz. Me hago su
1
valedor. '
'Kj
No me gusta pegar, pero el que pegue a éste, queridos hijos
(siempre he tratado de hijos a mis amados alumnos), le pegaré
yo. ¿Entendieron?”
Todos dijeron que sí.
Se fueron a sus salones, siguió el ritmo vivo de la escuela, el
abrirse de ellos a los conocimientos y llegó el recreo.
Lo vi, encogida el alma, el golpeado, el otro detrás.
Me acerqué indignado, le di un bofetón al otro, perdió el
equilibrio y cayó en el suelo.
El que lloraba me dijo, entrecortadamente por los sollozos:
"Este me estaba consolando".
Me arrodillé ante él, le dije:
"Perdona hijo".
Me miró la víctima mía, al que yo juzgué victimario. Qué
mirada, ternura, alma gemela a la mía. Comprensión plena.
En una palabra, amor.
Mientras me miraba sonreían sus labios. Con una palabra lo
expresó todo.
"No me dolió".
Varios muchachos estaban ya alrededor y grité:"Que traigan
al que sí fue".
Entre cuatro, temeroso, lívido, me lo trajeron.
Lo vi. Desarmada mi alma le dije:
"Que suerté que tienes. Después de ese bofetón tan injusto ya
no puedo pegar. Pero la próxima vez..."
Cortó el niño temeroso el suspense, la amenaza, diciendo:
"Ya no habrá próxima vez".
No la hubo.
El Cristo golpeado, sí, los ojos tapados, el rostro escupido, los
.macizos golpes, la cruel burla, el pitorreo. ¿Adivina quién te
pegó? El Cristo, mi Cristo está golpeado.
De la mano del Cristo golpeado, pasemos al siguiente
capítulo, el despreciado.
CAPITULO VIII

EL DESPRECIADO

Sáquese.
Sáquese.
Sáquese.
Y ahí va un niño corrido.
Y ahí va una niña corrida.
Ahí va un obrero hecho un reclamo, corrido.
Ahí va un ser despreciado, humillado.
¿Cuántos?
¿Cuántos son?
Tú que me lees, ¿Cuándo te pasó?
El hombre para sentirse fuerte en su debilidad domina al
débil, se siente grande.
Reúno fuerte la voz del cómo definirlo, voluptuoso, engreído,
hipócri y pongo tres puntos..: y defínelo tú. Herodes; el loco,
está loco. Estaba esperando circo, un show, se encontró con
un hombre de verdad.
Algo divino.
Se encontró con mi Cristo, el escupido, y lo definió de otro
modo nuevo. Despreciado, el loco y toda la jauría aulló al
unísono, a la voz del amo. el loco. Está loco, loco, loco.
Sáquese.
El humillado, el despreciado es otro de los aspectos del Cristo
mío.
CAPITULO IX

CRISTO EL ULTIMO

Lo dice la Palabra, lo anunció Isaías: "Soy un gusano y no


un homb Todo el mundo se burla... Lo dijo Pablo, siendo de
condición divina se anonadó a sí mismo y tomó condición
de esclavo.
Lo intuyó Pedro, cuando el Cristo quiso lavarle los pies y lo
aceptó ante la amenaza del Cristo de no tener parte con El.
Jesús el último.
Como que el Padre Eterno, el Hijo y el Espíritu quisieron
manifestar su amor al último de los hombres, a cada ser
humano, por eso el Hijo al hacerse el Cristo descendió y fue el
último de todos, para poder anunciar al último de los hombres
que Dios lo amaba a él.
Jesús el último.
Por eso lo anunció. "Lo que hagan a uno de los más
pequeños me lo hacen a mí".
Mi Cristo, el Cristo mío es el último de todos.
Me gusta por ello buscarlo en los últimos lugares.
Reconocerlo, servirlo en el último humano y encontrarme
con El.
En un templo pregunto a la gente:
"Jesús está arriba de ustedes o debajo?"
La gente se mira, me mira, como sin entender la pregunta.
La repito.
"Jesús está arriba de ustedes o debajo?"
La respuesta es: "Arriba".
Me empiezo a dirigir a un cristiano con una pregunta:
"A tí te han escupido en la cara?"
"No"
"A Jesús sí. Está debajo tuyo"
"¿A tí te han golpeado, te han partido la madre?"
"No”"A Jesús sí. Está debajo tuyo".
"¿Tu has pasado hambre?"
"No".
"Jesús sí. Está debajo tuyo".
"¿A tí te han vendido?
"No".
"A Jesús si. Está debajo tuyo".
"¿A tí te han metido en la cárcel?"
"No" ^
"A Jesús sí. Está debajo tuyo".
"Tú, dónde naciste?"
La gente acostumbra contestar con el lugar del nacimiento.
Entonces concreto más la pregunta:
"En un hospital o en tu casa?".
La respuesta más general es en un hospital.
Yo contesto:
"Jesús nació en un pesebre, como un animal".
Es el signo que puso Dios para indicar que era su hijo nacido
entre los hombres.
Si alguno contesta afirmando en vez de negando que él sí pasó
hambre, por ejemplo, entonces le digo:
"Jesús está parejo contigo".
Luego pregunto a la gente:
"¿Qué harían ustedes si ahora se apareciese Jesús aquí en
medio?".
Las respuestas acostumbran a ser muy variadas y las
acostumbro cortar con una afirmación que les llena de
duda y de asombró.
"Saben qué haría yo?"
"Le diría a Jesús: pasa, acércate, aquí tenemos agua, lávame
los pies". Asombro.
Afirmación mía para remarcar lo asombroso del Cristo mío.
"Sí, es lo que yo le diría: lávame los pies".
"Para eso vino, para lavar los pies de los Apóstoles, los tuyos
ylos míos, Jesús es servidor. Mi Cristo es siervo".
Ese es su mandamiento, servir.
Es impresionante ese Cristo mío.
Puedes, lector amigo, reunir todas las características del
Cristo ' mío y te irás acercando a un amor inmenso, profundo,
total, infinito.' Espero que sigas adelante en la lectura para que
llegues a comprende!, más al Cristo mío.
CAPITULO X

EL ABANDONADO

Mi Dios da asco de ver.


Es un gusano. No es hombre. La burla de todos.
Un guiñapo.
Solo
Como que babea sangre.
Los suyos lejos, los más íntimos adormilados, más cerca.
Está aplastado.
La angustia lo aniquila Sudor que es sangre
El poro transmite desde dentro la angustia total.
Protesta.
Protesta sumisa.
"Padre, si es posible, pase de mi este cáliz, pero no se haga mi
voluntad, sino la tuya”.
Misterio;
Cuando era yo niño, me imaginaba al Padre con rostro cruel,
insensible, casi casi cuál sádico.
Su voluntad, la sangrienta aniquilación de su Hijo.
Como que no se «itiende.
¿Porqué?
Luego será un grito en la cruz, un grito que resume sin duda el
grito d cada ser humano que sufre.
Un grito qüe es síntesis de los gritos de todos los hombres:
ELI, ELI, LAMA SABACTANI.
La Escritura, cuidadosa ella de detalles ñnos, nos conserva el
grito tal como El lo dijo y nos lo traduce de inmediato para
que lo oigamos a y lo entendamos:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"Para mí,
todas las otras palabras de la cruz se centran en ésta, primero
como causa y razón de este misterio exclamará a su Padre:
"Perdónalos".
El Padre contestará enviando el espíritu a un ladrón para que
Cristo sepa que el Padre sí perdona, y la segunda palabra del
Cristo será para poder ver el fruto de su amor y de su entrega.
"Hoy estarás conmigo en el Paraíso".
El, el siervo, el Cristo mío, nos dará su madre, lo entregará
todo, afirmará el vacio de su ser en su entrega total,
exclamando:
"Tengo sed"
Y encomendará a su Padre su misión, el espíritu, el amor.
"En tus manos encomiendo mi espíritu".
Entrega total, absoluta, maravillosa.
La expresión más plena es grito:
"ELI, ELI, LAMA SABACTANI"
Mi Cristo es entrega total.
CAPITULO XI
EL AMOR

Razón. La razón. Amor. Mi Cristo es amor.


Solo.
Un amor ancho, profundo, amplio, inmenso, total, infinito,
divino puede expresar el Cristo mío.
Todo el mensaje se reviste de ternura:
Cariñoso con los niños.Cómo corrían al verlo.
Tierno, misericordioso con los negados al amor, con los
pecadores, con las putas, con las Magdalenas, con el Pedro
que niega.
Tierno, delicado con el que lo vende, el que sabe llorar por su
pueblo.
El que siendo infinito se hace nada.
Mi Cristo es amor.
El alma respira la sustancia amorosa de El en cada comunión,
en cada misa.
Sólo hay una razón de tanta sin razón:
El amor.
El Cristo del Getsemani.
El Cristo del Eli, Eli...
El Cristo que lava pies.
El Cristo sólo tiene una explicación:
AMOR
Amor, que es algo concreto, personal.
Se llama Espíritu Santo.
Sin embargo, sigue la interrogante.
El amor nos hace entender la entrega del Cristo, pero sigue la
duda.
Sigue la pregunta: ¿Por qué así, por qué del sufrimiento?
¿Por qué el Padre quiso ese sufrimiento?Sí, es cierto, para
manifestar la grandeza del amor divino, pero ¿por qué de
tanto dolor?.
Vamos a escuchar al Cristo mío Vamos a tratar que El nos
ilumine.
Que El nos explique el por qué de su grito.
Para esto, lector amigo, pasemos al capítulo siguiente.
CAPITULO XII

EFFETA - ABRIOS

Un hombre sordo no oye.


La palabra que sale de su boca es una palabra insegura,
tartamudea dice la Escritura.
El sordo, el que no oye, pronuncia balbuceos de palabra.
Como que la palabra nace a medias sin ser hecha.
El Cristo lo toma, se hace aparte con él.
Con él va a hacer un signo.
Signo de amor.
Pero hay algo muy especial en ese signo.
Tan especial que, como el grito,nos llega en su palabra,
en su lengua, en su idioma, tal cual lo dijo, con la
inmediatez de la j traducción, para evitadnos dudas.
En medio del signo misterioso reluce la saliva, el barro
del origen di mundp, del humano.
La palabra suena.
La palabra es viva.
La palabra es vida.
Cristo que habla en el sordo-mudo a cada hombre, a la
humanidad toda: EFFETA, ABRIOS.
Un nuevo nacimiento.
Una nueva gestación de cada hombre.
La palabra, vida, engendra vida nueva al mudo-sordo. Al
que no tiene palabra. Al que no sabe oir la palabra.
Y el mundo habla con la palabra nueva y así el ser
humano ya es divino.
Siendo ser divino, El se hizo humano.
Siendo humano, qué puede ser divino.
El EFFETA.lil abrios lo eleva al hombre a condición
divina, lil Cristo mío es la Palabra, el Verbo, la luz entre
las sombras, en las tinieblas.
Y la tiniebla cuando se abre a la luz se vuelve estrella. El
Cristo mío.
El me hace divino. EFFETA.
CAPITULO XIII

TALITA KUM

Sí lector^ otra palabra viva, sonora, como El la dijo, con su


traducción correspondiente. Indica algo esencial de la misión
del Cristo mío, es un Signo.
Un milagro.
Todo milagro del Cristo es signo de su amor.
Es un mensaje.
Pero este signo es algo muy especial, profundo, muy divino.
Jesús lo manifiesta llamando a los tres la Triada consentida.
Los del Tabor, los del Getsemani, los del Talita Kum.
Hay una niña jovencita, muerta.
Su padre, su madre, los tres y el Cristo.
Tres y tres.
Los papás y la niña son signo de la humanidad, la nuestra.
Los tres son signo del anuncio de la vida nueva y el Cristo
afirma, "la niña está dormida"
La humanidad, el mundo nuestro, a veces parece muerto, sin
vida, hecatombe.
Más El lo afirma: "tan solo está dormida"
Se oye potente el grito de la vida.
Es la misión del Cristo.
El Cristo, el amante, el pleno de la vida, vida eterna.
TALITA KUM.
"Niña, muchacha, levanta"
La niña se levanta, resucita.
Tiene hambre.
" Dénle de comer para que viva".
El sueño de muerte.
El mundo sumergido expresa la tiniebla de la vida, la luz
desciende y resucita muerte a plenitud de vida, sin ocaso.
Resurrección.
El Cristo mío es vida.
Por eso Eucaristía, el que come mi carne tiene la vida, el que
bebe mi sangre tiene la vida.
TALITA KUM.
Humanidad levanta.
Come mi cuerpo, bebe mi sangre y así el Cristo mío es mi pan
y es mi vino, es mi alimento de vida eterna.
Tu cuerpo, cuerpo mío; mi cuerpo, cuerpo tuyo.
Tú y yo somos uno.
Tu sangre, sangre mía; mi sangre, sangre tuya.
Tú y yo somos uno.
Comunión.
CAPITULO XIV
SEPULCRO MUERTO.
Un sepulcro es para conservar la muerte.
El cuerpo permanece en el sepulcro.
Se trata de mantener reminiscencia de vida;
Conservar el resto en una permanencia.
El pueblo egipcio, las pirámides.Sepulcros grandes.
Hay un sepulcro muerto. '
Conserva un recuerdo.
Sepulcro vacío.
Es el sepulcro del Cristo mío. El es vivo.
El es vida.
Lo anuncio : "Destruido este templo, en tres días será nuevo".
Lo vieron.
Vivo.
Las llagas, expresión luminosa de amor, son luz.
El es vida.
Un restaurante, una noche.
Pasado el punto cero en el tiempo, inicio de nuevo día. Cuatro
hijos míos y yo cenamos.
Se acerca ella, una mujer hermosa.
Me pide darme un beso.
Le miro el rostro. La mirada limpia, el rostro sereno, puro.
Le digo: "bueno".
Me da el beso.
Luego le pregunto: "¿Y por qué de ese beso?".
Me responde: "Hace 7 años lo oí a usted y aquel día salí del
prostíbulo".
Me sonrió, le sonreí.
Se fue con su esposo que la esperaba.TALITAKUM.
El sepulcro muerto. ,
Mi oficina. Entra un muchacho con su mujer, traen un niño.
El lo pone en mis manos y me dice: "Padre, su nieto".
El alma se conmueve y escalofría mi cuerpo.
"Si no hubiese sido por usted, yo nunca hubiera tenido un
hijo" (Sonrío) "Yo no hice nada".
(Sonríe él) "Gracias a usted, Chincha".
"No, mi hijo gracias a tí y a lo que tú vales".
TALITA KUM.
Te amo.
El está vivo.
Sepulcro vacío.
Está enfermo, angustiado, imposibilitado, lleno de odio.
Un diálogo.
Una oración.
Te amo.
El está vivo.
Sepulcro vado.
Istá enfermo, angustiado, imposibilitado, lleno de odio.
Jn diálogo.
Jna oración.
Te amo.
iepulcro vacío, muerto. ,
11 sigue enfermo, pero el alma es viva.
'antas, tantas, tantas, tantas historias.
*a mujer desesperada.
Jn diálogo. Vida nueva. Un ser en paz,
luminoso, intes de irse me pide un favor.
Déjeme tocarle la barba".
Bueno".
-a toca.Sepulcro muerto.
El está vivo.
Os doy un mandamiento nuevo.
"Amaos los unos a los otros como yo los he amado".
CAPITULO XV
EL AMOR H
El amor. Qué bello que es amar.
Amor divino es.
Y el hombre puede amar porque tu imagen es.
Todo ser humano es engendrado en la sustancia Trinitaria del
hombn Un esperma, orgasmo de hombre.
Un óvulo lo recibe. Orgasmo de mujer.
Un yo nuevo.
Bendición absoluta consustancial a la creación de la pareja al
ser de pareja.
Imagen, la más clara del ser Trinitario.
Dios es amor.
Todo ser humano, aparte de la bendición primera, cuando
es bautiza recibe la bendición del Cristo mío.
El bautismo, agua de vida.
El bautizado es parte de Cristo.
Capaz de un acto de amor eterno, inmenso, infinito.
El ser humano puede amar como divino.
Así puede anunciar al evangelio. La buena nueva a toda
criatura.
Es bello.
Te amo, a todo ser humano.
Te amo, a todo lo que existe.
Te amo, a todo lo que ocurre.
Hermano sol. Hermana luna. Hermano pájaro. Hermano el
enemigo. Francisco.
Licenciado López Lopéz del Consejo Tutelar de Menores.
Hace años de esto.
Me habló: "Hemos de hacer algo. Nos llegan los niños de la
20 de Noviembre todos torturados".El médico de allá me
avisó de un niño.
Pongámosle Juan Pérez. Lo torturaron. Tenía 9 años. En vez
de meterle tehuacán por las narices se lo metieron por el ano,
le reventaron los Intestinos.
El médico no pudo hacer nada.
Murió entre grandes dolores.
Le dije: "Yo lo puedo denunciar en la radio, pero yo no puedo
decir, me han dicho".
El dijo: "Di que yo dije".
Así lo hice.
El General Durazo nos invitó a un desayuno. Con los
micrófonos. Fuimos allá.
Nos pusieron en una mesita aparte. La mesa estaba llena.
Se levantó él. Me miró desafiante.
Entendí el objetivo del desayuno.
Afirmó: "eso no es cierto".
Me levanté, fui donde estaba él, le di dos recios golpes en la
espalda, Como quien saluda, y le dije:
"Mi General yo no voy a decir que a los niños los torturan con
el lehuacán en las narices, yo no voy a decir que los meten en
el pozo". Y fui ennumerando torturas y torturas.
"Lo que si voy a decir es que a Juan Pérez lo mataron. No
puede hacerme decir que no".
.uego me fui, irritada el alma, con la verdad por bandera, de
dijeron: "Te van a matar".
Contesté: "Estaría bueno, uno todavía no es digno".
Alego me hice Eucaristía, en la misa, con el Cristo mío.
sepulcro muerto.
ofrecí mi cuerpo, mi sangre a mi Padre, por él.
por el niño, no. El ya estaba en el Reino.
por Durazo, mi hermano, es bello. Si llega a leer este libro,
que sepa que lo amo.
Hay un amor divino, abarca todo ser.
Ser perfectos. Como vuestro Padre celestial es perfecto. El
ama a buenos y malos.
CAPITULO XVI
ABBA, ABBA

El niño hebreo, balbucea: "Padre", y suena expresión


primera, tiemc suave el ABBA del niño.
ABBA, papá.
Balbuceo del Hijo el Eterno al Padre Eterno en boca de
humano.
Es por el Cristo mío, por el cual digo yo Papá al Papá suyo, a
Dios Eterno.
Espíritu divino con potencia infinita en mi ser el humano, por
el Cris mío, se expresa con ABBA, Papá, al Padre eterno.
Ya soy divino.
Parte con EL, con el Hijo, en eterna comunión con el Hijo,
con el Cristo mío.
ABBA.
Dios llega también en la cuarta palabra, que nos llega tal
como la dije el Cristo, pero nos llega a través de la Iglesia.
Es el espíritu eterno el que la pronuncia en el bautizado.
Eco del bautismo del Cristo.
Este es mi Hijo muy amado, en el que me complazco.
Así, en mí vive El, el Cristo mío.
Soy anuncio de la buena noticia.
A tí, lector, te amo.
A tí, la puta, te amo.
A tí, el preso, te amo.
A tí, el hambriento, te amo.
A tí, el desgraciado, te amo.
A tí, mi enemigo, te amo.
A tí, flor del campo, te amo.
A tí, accidente en el camino, te amo.
A tí, pan que como, te amo.Te amo. Es la vida eterna.
No, no es plena, pero ya está en mí.
Ansia de muerte.
Morir como que es nacer para vivir.
ABBA.
Papá.
Es asombroso. Ahora resulta que en el Cristo mío soy, tú
también, el centro del mundo.
Cada ser humano es el centro del mundo, el sol, las galaxias
innumerables, imposibles de ser captadas por la mente del
hombre en su grandiosidad.
El lago, los ríos, la gota del rocío, el pez que nada, todo lo hizo
Dios para mí.
Ahora entiendo a Francisco.
Francisco con Fray León van a comer en un campo bello,
junto a una fuente cristalina, los mendrugos recogidos en el
pueblo cercano, Francisco bendice a su Padre, le da gracias
por el banquete.
Fray León se lo mira como quien no entiende, y le dice:
"Está bien que demos gracias a Dios, pero cuál banquete?".
Francisco lo regaña tierno y amoroso:
"Pero qué ¿no ves la mullida alfombra de pasto? Pero qué ¿no
ves la cristalina y puta agua? Pero qué ¿no ves la
extraordinaria lámpara maravillosa, el hermano sol? '
Fray León se fue abriendo a la grandiosidad de la visión de
Francisco, el hombre que no tenía nada y todo el mundo era
suyo, hecho para él.
Amor.
Un amor tan grande que abarca todo ser con sus
imperfecciones, con sus negatividades, con sus búsquedas á
través de las cosas para encontrar grandezas que siempre
baladíes.
Amor.
Sepulcro muerto.
CAPITULO XVII
PODER
Palabra bicéfala
Dos cabezas. Dos visiones. Dos sentidos.
"Todo poder de este mundo viene del maligno" (San
Pablo).
"El príncipe de este mundo (satanás)".
Así lo llama el Cristo.
"Tú eres rey?".
"Sí, lo soy. Mi reino no es de este mundo".
El Cristo mío no tiene poder de este mundo.
Me ha sido dado todo poder, ir por todo el mundo.
"No tengan miedo, yo estaré con ustedes hasta el
final".
Maximiliano Kolve.
Un campo de concentración. Una fuga. Diez presos
condenados a morir de hambre.
El se ofrece por su vecino.
El poder lo aplasta como al Cristo.
¡Qué poder más grande el de Kolve!
Kolve es, está vivo y muere trás larga agonía, en paz.
El hombre humano quiere ser, quiere construirse.
Desfruye, domina, se siente grande cuando está
encima de otro o de otra.
El lema "ser superior a otro".
Poder.
En mí hay poder. Es el poder del amor.
Es el que ama de abajo a arriba, con el Cristo mío, el
que descendió hasta el último humano.
Qué bello este poder.
Quién nos apartará del amor de Cristo, de cómo El
nos ama.
La tribulación, no.
La muerte, no.
La persecución, no.
Los poderes de este mundo, no.
Los poderes del averno, no.
Nada ni nadie nos podrá apartar de ese amor. (Pablo
de Tarso). Este es el poder del Cristo mío.
Poder de amor.
El amor todo lo puede, todo lo soporta, todo lo
perdona.
Cree sin límites, espera sin límites, confía sin
límites.
Oh lector, apóyate en el Cristo y ama.
CAPITULO XVIII

MARIA.
María lo dijo.
Ella, la inmaculada, vió este mundo, El él estaba.
Era parte de El él.
No se sabía inmaculada.
Veía riñas, odios, robos, el mundo nuestro.
Sufría, oraba.
Su oración era un ansia en su justicia interna y
verdadera.
Dios envía al que ha de venir.
He aquí la esclava del Señor.
Ella con gozo lo engendra. Casi no pensaba ni en El, ni
en ella, pensaba en la misión de El.
Por eso su canto empieza magnificando a Dios.
Reconociendo su ilusión, la de la esclava, y cantando
gozosa la liberación, los humillados serán ensalzados.
Los hambrientos serán colmados de bienes.
Profeta de la vida nueva, del poder del Enviado.
Ella vivió el amor, todo lo espera,todo lo soporta...
José, el justo.
Su compañero en el amor. En el amor del Reino.
Patriarca de la justicia del nuevo testamento.
No juzguéis, no condenéis..
José, el hombre que ama por encima de la ley.
¿Cuál ley?
La ley ya no es sepulcro muerto.
Os doy el mandamiento nuevo: "Amaos como yo os he
amado". "Dad la vida por el enemigo".
El Cristo mío muere por mí, su enemigo.
Me da su vida.Es vivir mi vivir.
Mi ley.
Vivir es vida.
Toda ley se hace pequeña.
En mi ser el espíritu que clama: ABBA, me hace ser de
ley, de vida divina.
Cómo va a robar el que ama?
Cómo va a fornicar el que ama?
La luz resplandece en las tinieblas.
Las tinieblas ya son luz.
CAPITULO XIX

ALFA Y OMEGA

Principio y fin.
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. . .
En el principio existía el Verbo.
Hagamos tú y yo un esfuerzo y vayamos antes del
principio.
Sólo está Dios.
Vive su vida.
Dimensión: lo eterno.
El instante que no pasa, que siempre es.
Dios, Trinidad.
Pura luz. Puro amor.
El Padre inmenso, infinito, pleno, bello, tierno (pónle y
pónle cualidades y nunca abarcarás). Un yo perfecto. Se
conoce.
Al conocerse engendra un conocimiento perfecto de sí
mismo.
Tan perfecto que es persona también distinta e igual.
Otro yo.
El Padre Eterno en su perfección infinita se enamora de
ese yo perfecto, infinito.
"Tú eres mi Hijo. Hijo bello, hermoso..." (Haz lo mismo
de antes).
El Padre no se ama nada a sí mismo. Ama el
conocimiento de sí mismo.
A la otra persona, el Hijo.
El Hijo no se ama a sí mismo, ama al Padre que lo
engendra, al conocerse.
Ese amor no son dos, es uno solo. No es posesivo, es
eterno.
No es creciente, es infinito, pleno en el instante de lo
eterno.
Se llama Espíritu Santo.
Es un ir del Padre al Hijo y del Hijo al Padre.
Déjame nombrarlo a ese Dios tierno como el Saciado, el
Pleno, el Feliz, la sonrisa eterna. El gozo sin límites.
Y Dios, ¿Por qué será?, decide crear.
Crear a quién, a mí, a tí, ¿por qué?
El Padre dice al Hijo: "Hijo, te amo tanto que te quiero
repetir".
Y el Hijo le dice al Padre: "Te amo tanto que quiero
engendrar millones de seres y en cada uno decirte
"papá".
Y el amor, el espíritu se estremece en un gozo eterno y
el ser impasible, eterno, con un dinamismo infinito en
sil ser, el saciado, decide crear al hombre.
No, no decide crear la humanidad, decide crear cada ser
humano, único, tal como es, para lo eterno, para hacer a
cada ser único, parte de El.
Dios no puede crear otro Dios, pero sí puede crear un ser
pequeño, diminuto y hacerlo Dios.
Puesto Dios a crear, puede crear tantas humanidades
posibles, pero decide crearme a mí. Me veo a mí, a mi
amó, a mí.
En mi oración permanente con El le grito: "Por qué has
hecho este mundo así, por qué no hiciste un mundo
perfecto., qué no ves?
Y le hablé yo de tantos seres humanos con vidas
imposibles de vivir, pero que viven como pueden.
Le grité: "Por qué no has hecho un mundo perfecto?
Me contestó con una luz que me estremece:
"Alejandro, si llego a crear un mundo perfecto, ¿estarías
tú?.
Sabes por qué hice este mundo así? Porque te amo a tí
tal como eres".
Me sentí culpable, me sentí gusano.
Me sentí la causa de todo el sufrimiento del mundo mío,
del mundo tuyo, del mundo nuestro. Entiende lo que te
estoy escribiendo. Entiende al Cristo mío, el último.
Dios creó el mundo como es.
No, no se le escapó.
El hombre no destrozó el mundo que Dios creó.Dios
bien sabía el destrozo que iba a hacer el hombre.
El que vive en lo eterno sabe antes de engendrar al ser
humano en el espacio y el tiempo, lo que este ser
humano va a decir, va a hacer. El cómo, eso si yo no lo sé.
Pero El lo sabe. Te vió a tí, me vió a mí. Vió al enemigo.
Vió a la víctima del pecador.
Y en cada ser humano el Padre vió a su Hijo el Eterno.
El Hijo le dijo al Padre:
"Padre, te amo tanto que vamos a engendrar esta
humanidad, este nos va a poner al brinco".
A veces pienso que nuestra pequeñez y nuestra maldad
le dió ternura a Dios.
El Hijo le dijo al Padre:
"Hagamos a este ser humano y en la grandeza de
nuestro amar nos acercaremos a nuestra víctima de
nuestra decisión amorosa, y yo te podré amar de una
manera que no te pueda amar en nuestro mundo pleno
de saciedad".
Iré al mundo del hombre al que vamos a engendrar en
nuestro amor.
Y seré el último. A tí te amaré de una manera nueva,
como enemigo tuyo. Y los traeré junto a tí.
El Espíritu se moverá desde el origen del mundo entre
las aguas.
Dios decidió crear a millones de seres humanos libres,
sabiendo que en su libertad iban a ser pecadores. Y así
donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia y el
Hijo pudo dar gloria al Padre, expresando con su amor
la respuesta de Dios al interrogante de cada ser
humano. De cada por qué...
Por eso el Hijo, desde el ser humano Jesús, viene a dar la
gloria al Padre, a glorificar al Padre, a hacer entender al
hombre el porque de un amor tan grande que engendró
un mundo de seres humanos que libremente se harían
pecadores, lobos, los unos de los otros, para traer el
mundo eterno al mundo del hombre y poder convertir a
cada hombre en parte de Dios.
Una reunión de niños, yo en medio de ellos, es el COI, el
HogarUno, donde empieza el proceso.
Los vecinos, como siempre, en contra.
Doce niños, trece, no recuerdo el número, y yo en medio
de ellos enseñándoles el amor. Diciéndoles: "Tienen
que perdonar a sus papás, sus papás no sabían amar,
por eso eran así".
Un niño me miró y me dijo:
"yo no tengo que perdonar a mis papás, mis papás son
así, yo al que tengo que perdonar es a Dios".
Le pregunté extrañado: "A Dios por qué?".
"El me los escogió, ellos son así. No me dió opción":
Ahora sí lo entiendo. En aquel momento no lo entendí
muy bien, pero me gusta oir a los niños.
Hay muy poca gente que oiga a los niños, el mundo está
lleno de necios.
Me uní al niño e hicimos una oración para perdonar a
Dios.
Le dijimos así:
"Dios, te perdonamos porque a este niño, con
prepotencia absoluta, nocturnidad total, lo engendraste
a una vida imposible".
El respondió:
"Lo engendré así porque lo amo y él a sus padres tal
como son.
Yo no engendré el mal, pero engendré al ser humano
libre y bien sabía yo lo que iba a pasar a este niño, pero
yo ya pagué mi responsabilidad de amor".
"¿Cómo que ya pagaste?", le preguntamos.
"Si, yo envié a mi Hijo a ser el último, a vivir con este
niño para que tu le anuncies que yo le amo tal como es".
Entendí, la vida del hombre es una gestión de Dios.
Es el mundo, es el criadero de dioses, cada ser humano
tiené la posibilidad de llegar a ser dios.
El ser humano engendrado es gestado al ser en el seno
materno. Es gestado al yo en el proceso de infancia, es
gestado al yo social y al sentido de su adultez y de su
libertad para que puedaengendrar, en el tiempo y el
espacio, un acto de amor, muchas veces en lo obscuro y
en lo absurdo y así pueda engendrar un ser divino y al
morir llegue a su destino eterno, junto a Dios.
CAPITULO XIX

ALFA Y OMEGA.
Principio y fin en cada ser humano.
Dios es el principio y Dios es el fin.
No, no veas a Dios entonces como a uno que domina.
Mentiras. Es un ser que engendra seres libres para hacerlos
dioses. Por eso sólo hay dos caminos para el hombre.
Dos poderes, el de este mundo y el divino.
Por eso, bienaventurados lo pobres, los mansos...
Por eso el pecado es cuando el hombre dice: "Yo soy Dios".
Por eso la virtud es cuando el hombre reconoce su verdad, la
nada que tu amas y engendras al amar y entonces, oh
misterio, se hace Dios por el Cristo mío.
Ahora sí entendí que el Cristo sea el último.

CAPITULO XX

EL NACIMIENTO A LO PLENO.

Nace un niño. Nadie sabe que será guapo o feo, listo o tonto,
rico o pobre, sabio o necio, bueno o malo. Todo mundo sabe
morirá.
Desde el sepulcro muerto, desde el Cristo mío no hay muerte,
no existe la muerte, este mundo es un parto, el parto de
Cristo, del Cristo total, son palabras de Pablo el de Tarso.
Si cada ser humano no puede engendrar el Cristo en sí
mismo, tiene que engendrar el Cristo en el otro. Como Dios
es amor y no se amó a Sí mismo, porque el Padre no se ama a
sí mismo. Ni el espíritu se ama a sí mismo; El es amor. No se
puede engendrar el Cristo sin engendrarlo en los demás. El
amor es unir.
Psicológicamente se dice, y es cierto, que nadie puede amar
si no se ama a sí mismo.
A mí esa afirmación me pone nervioso, me inquieta, me
gusta transformarla en otra afirmación desde el Cristo mío.
Nadie puede amar si no es amado antes, eso sí.
El verdadero amante recibe amor y ama, no se ama, no
necesita amarse. El amor del amado lo estremece. Lo define,
lo hace pleno y al ser uno engendrado en un amor inmenso,
infinito. El Cristo en su amor infinito que desciende a lavar
los pies de uno.
Uno, al ser amado así, no puede amarse. Contesta con un
amor que es darse, con una plenitud de entrega que es un
desasosiego, hasta que al alma llega de manos de la amada
hermana muerte, al encontrarse con el amante, con el amado
pleno.
Es bello entonces el combate, la lucha, la tortura y hasta el
desasosiego del alma para poder amar y estar con El, con el
espíritu pleno, con el que se dió.
Por eso claramente lo afirmó el Cristo:
"Lo entenderán todo cuando les envíe mi espíritu. El los hará
entender todolo que yo os he enseñado".
Y así, el buen Pedro,, el de los tres, no será un sí hasta la
muerte en cruz.
Y será el pastor, el que apacienta. Poique en su humildad,
sabrá dirigir sin poder de este mundo.
Por esa, aquel que le es dado vivir la palabra, es un amén al
camino y lo que ocurre es un amén a la cruz, a la tortura y a la
muerte. Porque, querido lector, el sepulcro está muerto, está
vacío. El es vida, vida eterna.
Este mundo entonces tiene una belleza exclusiva que no está
en el mundo pleno, y es el combate, el poder amar al que
hiere, el poder vivir la vida y superar la muerte.
Cuentan de Ignacio, el de Loyola, que estaba viejo y se le
apareció el Cristo y le respondió aquel último suyo.
" Te vienes ya conmigo? ".
Y le respondió Ignacio:
" Tú sabes. Pero sabes que, mientras tenga fuerzas, mientras
pueda seguir luchando por tí, déjame estar aquí un tiempo
más. Luego es el puro gozo y allí ya no podré luchar más por
tí".
Y así la luz de las tinieblas ha convertido las tinieblas en luz,
convierte el combate, lo horroroso, en luminosa ofrenda.
EL REINO DE LA LUZ.
Un día. Una boda.
Y llegará la muerte.
El nacimiento, la boda y el banquete. Y llegaré yo al Reino; la
muerte es bella, al morir se ve la luz.
Ríete del sol, ahora sí se ve la luz.
De los sentidos el más profundo es el oido, es el que más
directamente se conecta al cerebro. Al morir, el último
contacto con el mundo es el oido. Como que el espíritu ya oye
en el seno materno, o si quieres, ya siente en el seno materno.
El hombre se va poco a poco.
Pierde el ver, pierde el tacto, ño hay catalepsia sin que el
cataléptico no oiga. Al irse el alma del camino ve, como que
ño oye, todavía ve la luz. La luz lo mece hacia upa paz que se
siente. Y que serena el alma, el alr que piensa ya sin
neuronas, repasa en un instante toda y, mecido por la luz, se
va tras ella. Hacia la boda, la unión eterna con el amado. De
otra manera a lo íntimo, con la vida del papá que nos
engendra aquí en el Cristo mío en un espíritu que a todos
hace uno.
A quien, rota la barrera de la muerte, al revivir el cuerpo lo
regresa y todo los que hañ vivido esta experiencia hablan de
una puerta, un hasta aquí, límite entre la vida y la muerte.
Hay quienes, felices y bienaventurados, ya no regresan, y son
la mayoría;, Parten hacia la luz y llegan al reino de la luz. No,
no es quimera.
En llegando se contempla la reina, llena de luz.
Y un asombrado dice: "Que bella luz".
Y ella contesta: (el oido ya oye, el cuerpo resucita
paulatino).
Dice María: "Esta luz tan bella es para tí".
Allá nadie dice yo.
Allá nadie dice es mío.
Todos dicen, para tí. El gozo de uno, el otro lo goza. Todo es
comunión\
De la mano de ella, el Cristo luminoso es el que más luz da.
El da la luz eterna.
No domina.
El poder de este mundo feneció. Todo es un canto. Sólo
hay un espíritu. La dimensión, lo eterno.
El ABBA, balbuceo del niño, se convierte en el papá ya
pleno, el del Hijo, el eterno y el ser humano sin perder su
esencia ni su ser, se encuentra al fin con su verdad, su yo.
Se descubre y se define y se conoce pleno y dice al Padre:
"Ya sé quién soy, el todo para tí, la nada que tú amas, tu
Hijo".
Y la palabra de este mundo muere; ni el ojo vió, ni el oido
oyó, ni cabe en el entendimiento del hombre lo que es el
reino de la luz eterna.
Qué bello será el contemplar allá al enemigo de uno,
viviendo el gozo del amor sin fin, el de mi padre Dios.
EL CRISTO ESCUPIDO
Sumo y Eterno Sacerdote.
U na de las características más relevantes
del Cristo del Padre Chinchachoma era la
del Cristo Escupido. Un cuadro que el P.
Alejandro pintó y se encuentra en la Iglesia de
San Jeronimito, con los ojos vendados y lleno
de salivazos. No es una obra artística, porque
el no era pintor, pero si lleno de creatividad
que le pegó la venda en los ojos.
No es un Cristo bello, ni hermoso, pero ¡qué Cristo¡ Firme, potente,
la cabeza recta, como quien es dueño de la situación, y está vejado,
escupido.
Este es EL CRISTO ESCUPIDO, el Sumo y Eterno Sacerdote, que el
Padre Chinchachoma nos deja, el mismo del pasaje de la Escritura.
Cuando el Padre Chinchachoma visitaba los baldíos y el Tutelar de
Menores de los niños y niñas, en su convivencia con ellos les
preguntaba: ¿A cuántos de ustedes han escupido en la cara? Sólo
algunos los habían escupido. Y él les dijo: "A Jesús también lo
escupieron, y saben ¿por qué?" "Porque nos han escupido a
nosotros; Porque te han escupido a Ti, porque los ama".
Te invito a que nos preguntemos como el Padre Chinchachoma: "¿A
cuántos los han escupido?, y siempre te encontrarás con alguien
que fue escupido como a Cristo.
Al Padre Chincha le gustaba decirles, "Te amo a ti porque te
escupieron y te pareces a mi Dios, a mi Jesús Escupido".
Mi Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Escupido, el único mediador
entre Dios y los hombres, te necesita para restaurar a los niños y
niñas de la calle y al pueblo de Dios. Ven a limpiar sus escupidas, su
mugre, como la suciedad y la basura que da asco."
Desde ese momento observe que el Padre Chincha, pedía a gritos la
ayuda a sus propios hermanos en el sacerdocio que no habíamos
descubierto al "Sacerdote del Cristo Escupido".
El Padre Chinchachoma veía en el sacerdocio una unión estrecha
con Cristo que permanece en una unidad sagrada con el sacerdote
humano y a través de él actúa en el tiempo actual. No se trata de
realizar en el Sacerdote o servidor del Cristo de Chinchachoma,
cualquier tipo de sacerdocio, sino debe ser un sacerdote
profundamente arraigado en Dios y sensible en el Amor de Cristo
de los escupidos, de aquellos que han sido privados de sus derechos
desde temprana edad, que pueden ver el dolor y la pobreza del
marginado y oprimido, y es capaz de amar ante el dolor humano.
Este sacerdote o siervo del Cristo Escupido ha roto definitivamente
con un estilo de vida sacerdotal, aburguesado, adinerado,
burocrático, formalista y obligado.
Año de la Misericordia

Hogares Providencia, I.A.P.

Mayorazgo de la Higuera No. 8


Col. Xoco
Cd. de México.

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