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FENOMENO

CRIMINAL
REALIZADO POR
Cynthia Madeline Guia Martinez
Jesus Eduardo Ibarra Corona
Erick Brayan Sandoval Nerio
Christian Ivan Villarreal Nuñez

POLITICAS CRIMINALES Y PUBLICAS GRUPO


Ana Maria Esquivel Hernandez 032-314
FENOMENO IDENTIFICADO
El fenómeno criminal del narcotráfico es un problema global que afecta a muchas
sociedades en todo el mundo. El narcotráfico se refiere al comercio ilegal de drogas,
donde organizaciones criminales se dedican a la producción, distribución y venta de
sustancias estupefacientes. Este fenómeno tiene implicaciones sociales, económicas
y políticas significativas, y requiere una respuesta integral por parte de los gobiernos
a través de políticas criminales efectivas.

En cuanto a los principios rectores para poder hacerle frente a este factor criminal
serian:
Prevención: Una política criminal sólida debe centrarse en la prevención del
narcotráfico. Esto implica acciones para desalentar el consumo de drogas a través de
campañas de concientización y educación, especialmente dirigidas a los jóvenes.
También se deben implementar programas de prevención en las comunidades
vulnerables, brindando alternativas positivas y oportunidades de desarrollo.
Represión: La represión del narcotráfico es esencial para desmantelar las
organizaciones criminales y reducir su capacidad de operación. Esto implica la
cooperación entre las fuerzas de seguridad, la justicia y los organismos de
inteligencia para identificar, investigar y detener a los narcotraficantes. Además, se
deben fortalecer las leyes y los marcos legales para asegurar una persecución
efectiva y el enjuiciamiento de los responsables.
Cooperación internacional: Dado que el narcotráfico es un problema transnacional,
la cooperación internacional es fundamental en la lucha contra este fenómeno
criminal. Los gobiernos deben colaborar en el intercambio de información, el
fortalecimiento de las capacidades de aplicación de la ley y la implementación de
estrategias conjuntas para combatir el narcotráfico. Además, se deben promover
acuerdos y convenciones internacionales para facilitar la cooperación en la
extradición y el decomiso de bienes.
Tratamiento y rehabilitación: Una política criminal efectiva debe abordar tanto la
oferta como la demanda de drogas. Junto con las acciones de prevención, es
importante proporcionar programas de tratamiento y rehabilitación para las personas
con problemas de adicción. Esto incluye servicios de salud mental, terapias de grupo
y reintegración social, con el fin de ayudar a los individuos a superar su dependencia
y reintegrarse en la sociedad de manera positiva.
Desarrollo y alternativas: Una política criminal integral debe abordar las causas
subyacentes del narcotráfico, como la pobreza, la falta de oportunidades y la
desigualdad. Es fundamental promover el desarrollo económico en las comunidades
afectadas, proporcionar empleo digno y oportunidades de educación. Además, se
deben fomentar alternativas económicas legales para aquellos que están
involucrados en actividades ilícitas, como la agricultura sostenible, el turismo o la
producción de bienes y servicios legítimos.
CICLO DE LAS POLITICAS PUBLICAS
El ciclo de las políticas públicas se compone por 6 elementos.
La identificación y definición de problemas.
La formulación de políticas.
La adopción de la decisión.
La implantación.
La evaluación.

El delito contra la salud en la modalidad de narcomenudeo "es aquél que atenta contra
las personas perjudicando su integridad física y psíquica", esta nace en el norte del país,
los Estados Unidos, por su parte, intentaban establecer relaciones más claras y fáciles
respecto al tráfico de drogas -desde principios
del siglo con las políticas y leyes de
prohibición de la droga. En la década de 1970, los gobiernos de México y de Estados
Unidos decidieron colaborar más en el combate al tráfico de marihuana y heroína que el
primer país producía e importaba al segundo, se desatendió la corrupción de las
corporaciones policiales mexicanas, el mercado de las drogas en el país y la demanda
americana de ellas, así, se repartieron nuevas plazas y se crearon nuevos cárteles en
diferentes partes del territorio, por ejemplo, el Cártel de Guadalajara, liderado por Ernesto
Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero y, más tarde, por Miguel Ángel Félix Gallardo.
El Cártel de Guadalajara recibió un golpe duro con la detención de sus líderes, debida al
asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA (Drug Enforcement Administration)
que realizaba operaciones de investigación encubierto. Ese acontecimiento tensó la
relación entre México y los Estados Unidos. Por su parte, los cárteles tuvieron un
reacomodo, no sólo por la captura de los capos, sino también por la muerte de Amado
Carrillo, líder del Cártel de Juárez, dos hechos fundamentales que definieron una serie de
violentos reacomodos de los grupos dedicados al narcotráfico.
A finales del siglo XX, la estructura del narcotráfico se vio fortalecida por el control
centralizado de los cárteles y la corrupción política, hasta ser una empresa de comercio
criminal con nuevas actividades delictivas, como la piratería, trata de personas,
secuestro, robo con violencia y extorsión. Entonces, a principios del siglo XXI, creció su
poder político, económico y social, en un contexto de transición democrática, donde la
rotación rápida de élites permitió que las organizaciones criminales se reconfiguraran y
acumularan poder, ganancias y territorio.
En 2006 el presidente Felipe Calderón heredó un complicado escenario en materia de
seguridad, caracterizado por el control del crimen organizado en algunos territorios de la
república mexicana. Este contexto incluía una guerra entre cárteles de la droga causante
de los altos niveles de violencia; la renuencia del gobierno de Fox para usar la fuerza
pública; conflictos con los Estados Unidos por la narcoviolencia en la frontera; flujo
estable de drogas hacia los Estados Unidos -que continuó a pesar de las políticas
antinarcotráfico del anterior presidente-, y un aumento considerable del consumo de
drogas ilícitas en México.
En esta situación y en un marco político marcado por una crisis de legitimidad, Felipe
Calderón y su equipo presidencial anunciaron en diciembre de 2006 su estrategia contra el
narcotráfico y el crimen organizado, e implementaron algunos operativos policiaco-militares
en todo el territorio nacional. Esto fue la llamada guerra contra el narcotráfico, la primordial
estrategia de dominación política del régimen mexicano. Las fuerzas armadas encabezaron
la pelea, por lo cual se abrió el debate en torno a la seguridad que el gobierno garantiza en
su política frontal contra el enemigo. En ésta, se vinculan los conceptos de seguridad
nacional y de seguridad pública en relación con las atribuciones y responsabilidades que
tienen las Fuerzas Armadas, lejos de traer beneficios, agravaron los niveles de violencia y la
violación a los derechos humanos. Los cárteles de la droga, al fragmentarse y transformarse
en mafias locales, vinieron a incrementar la incidencia de delitos como la extorción, el
secuestro y el robo vehicular.
Cabe mencionar que no podría existir una libertad real sin un orden establecido en la
sociedad, garantizado por un Estado legítimo. Thomas Hobbes, nos expone que el Estado
se funda en la contradicción entre las pasiones humanas y las leyes de la naturaleza. la
búsqueda de protección y resguardo ante cualquier amenaza, tanto interna como externa,
hace que se constituyan elementos organizativos de articulación y coerción del poder en
torno a la seguridad. Dicha legitimidad la tiene el Estado, como estructura organizacional en
su papel de garante de la seguridad. John Locke nos dice que el Estado debe estar
constituido por un poder político.
Con los atentados del 11 de septiembre del 2001, se replanteó el concepto de seguridad
nacional y se incorporaron amenazas a la seguridad, tanto externas como internas. Por ello,
la seguridad nacional pasó a ser un fenómeno multidimensional que enfrenta diversas
amenazas. La seguridad pública se relaciona con la función gubernamental, con el control
de la sociedad dentro del Estado. Engloba la defensa de las instituciones y el
mantenimiento de la tranquilidad de la población; la defensa del derecho individual; la
protección de las personas y sus bienes, así como el deber de perseguir y detener a los
responsables de delitos.
En México, el concepto de seguridad nacional se adoptó en los años setenta, en el
Reglamento Interior de la Secretaría de Gobernación, publicado en el Diario Oficial de la
Federación en 1973. Después, el concepto se incorporó al plan nacional de desarrollo en la
administración del presidente Miguel de la Madrid, de 1982 a 1988. El Plan Global de
Desarrollo 1980-1982 estableció que la seguridad nacional sería llevada a cabo por las
fuerzas armadas, cuya función sería” Reafirmar y consolidar la viabilidad de México como
país independiente. Dentro de una visión conceptual propia a las condiciones mexicanas, la
defensa de la integridad, la independencia y la soberanía de la nación se traducen en el
mantenimiento de la normatividad constitucional y el fortalecimiento de las instituciones
políticas de México” el nuevo gobierno se propone emprender acciones efectivas contra la
delincuencia organizada y el tráfico ilícito de drogas”.
El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, del presidente Felipe Calderón, señala las
directrices de la política de seguridad nacional y de seguridad pública trazada en el
Programa Nacional de Seguridad Pública. El plan está dividido en cinco ejes rectores: Estado
de derecho y seguridad; economía competitiva y generadora de empleos; igualdad de
oportunidades; sustentabilidad ambiental; democracia efectiva y política exterior
responsable.
Por su parte, el plan nacional de desarrollo de Enrique Peña Nieto establece cinco ejes
rectores: México en paz; incluyente; con educación de calidad; próspero, y con
responsabilidad global. El primer eje expone las estrategias y líneas de acción con objetivos
definidos para promover y fortalecer la gobernabilidad democrática; garantizar la seguridad
nacional; mejorar las condiciones de seguridad pública; garantizar un sistema de justicia
penal eficaz, expedito, imparcial y transparente; garantizar el respeto y protección a los
derechos humanos y la erradicación de la discriminación, así como salvaguardar a la
población, sus bienes y su entorno ante un desastre natural o humano.
En el plan nacional de desarrollo, se señala que la seguridad nacional contiene objetivos e
intereses estratégicos nacionales, como la protección de la nación frente a las amenazas y
riesgos; la preservación de la soberanía e independencia nacionales y la defensa del
territorio; el mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las instituciones
democráticas de gobierno; la preservación de la unidad de las partes integrantes de la
federación la defensa legítima del Estado respecto de otros Estados o sujetos de derecho
internacional; y el desarrollo económico, social y político.
AGENDA PUBLICA
Producción y tráfico de drogas: La principal preocupación de las organizaciones
narcotraficantes es la producción y el tráfico de drogas ilegales. Esto implica el cultivo,
procesamiento y distribución de sustancias como la cocaína, la heroína, la marihuana y
las metanfetaminas. Buscan asegurar el suministro constante de drogas y controlar las
rutas de distribución para llegar al mercado mundial.

Lavado de dinero: El narcotráfico genera enormes ganancias ilícitas, y una de las


prioridades de las organizaciones criminales es "lavar" ese dinero para hacerlo parecer
legal. Esto implica el uso de una variedad de métodos, como inversiones en negocios
legítimos, transacciones financieras complejas y el uso de empresas fantasma para
ocultar los orígenes de los ingresos ilegales.

Corrupción: Las organizaciones narcotraficantes buscan corromper a funcionarios


públicos y líderes políticos para garantizar su impunidad y protección. La corrupción
puede involucrar sobornos, extorsiones y amenazas para asegurar la complicidad y la
falta de interferencia en sus actividades criminales. Esto les permite operar con relativa
libertad y evitar la persecución legal.

Violencia y terrorismo: En muchos casos, las organizaciones narcotraficantes utilizan la


violencia como medio para proteger sus intereses y mantener el control en áreas clave
de producción y distribución de drogas. Esto puede incluir asesinatos, secuestros,
extorsiones y actos de terrorismo. Además, pueden entrar en conflicto con otras
organizaciones criminales en la lucha por el control del territorio y los recursos.

Influencia política y social: Algunas organizaciones narcotraficantes buscan influir en la


política y la sociedad para asegurar su supervivencia y perpetuidad. Esto puede implicar
el financiamiento de campañas políticas, la infiltración en instituciones estatales y la
manipulación de la opinión pública a través de la propaganda y el control de los medios
de comunicación.

Es importante destacar que la agenda pública del narcotráfico es negativa y contraria al


orden social y legal establecido. Las acciones de las organizaciones criminales
relacionadas con el narcotráfico generan violencia, inestabilidad y deterioro en las
comunidades afectadas. Por tanto, es fundamental que los gobiernos y la sociedad en su
conjunto trabajen de manera decidida y coordinada para combatir y desmantelar estas
redes criminales, implementando políticas de prevención, represión y desarrollo que
socaven la influencia y el poder del narcotráfico.
RECOMENDACIONES PARA
ATENDER EL NARCOTRAFICO
El problema del narcotráfico en México es complejo y requiere de un enfoque integral
que aborde tanto las causas subyacentes como las consecuencias del problema.
Nuestras recomendaciones para atender este fenómeno criminal serian. Implementar
estrategias que se centren en prevenir y reducir la violencia relacionada con el
narcotráfico. Esto implica fortalecer las instituciones encargadas de mantener el orden y
la seguridad pública, mejorar la capacidad de investigación y persecución del crimen
organizado, así como promover la cooperación y coordinación entre las diferentes
agencias de seguridad a nivel nacional y regional.
Inversión en desarrollo social y económico. Para abordar las causas subyacentes del
narcotráfico, es necesario invertir en programas de desarrollo social y económico en las
áreas más afectadas por el problema. Esto incluye la creación de empleos dignos, la
promoción de la educación y la capacitación, así como la mejora de la infraestructura y
los servicios básicos en comunidades marginadas. Estas medidas pueden ayudar a
reducir la vulnerabilidad de las personas al reclutamiento por parte del narcotráfico.
Fortalecimiento de la cooperación internacional. El narcotráfico es un problema
transnacional que requiere de una colaboración estrecha entre países. Es esencial
fortalecer los lazos de cooperación con otros gobiernos y organismos internacionales
para compartir información, intercambiar mejores prácticas y llevar a cabo operativos
conjuntos de combate al narcotráfico. Además, se deben promover acuerdos bilaterales
y multilaterales que faciliten la extradición de delincuentes y la recuperación de activos
provenientes de actividades ilícitas.
Enfoque en la prevención y tratamiento de las adicciones. El consumo de drogas es una
parte fundamental del ciclo del narcotráfico. Por lo tanto, es esencial implementar
políticas de prevención que promuevan la conciencia sobre los riesgos y consecuencias
del consumo de drogas, así como programas de tratamiento y rehabilitación para
aquellos que ya están atrapados en la adicción. La salud pública debe ser una prioridad
en la respuesta al narcotráfico.
Transparencia y rendición de cuentas. Es fundamental fortalecer los mecanismos de
transparencia y rendición de cuentas en las instituciones encargadas de combatir el
narcotráfico. Esto implica establecer sistemas de monitoreo y evaluación para medir la
efectividad de las políticas implementadas, así como investigar y sancionar cualquier
acto de corrupción dentro de las fuerzas de seguridad.

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