Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bogotá Desde Mi Ventana
Bogotá Desde Mi Ventana
• KAREN JIMENEZ
• INGRID NOVOA
• VIOLETA SANTACRUZ
• SEBASTIAN OCHOA
Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
(Pablo Neruda.)
Desde mi ventana se logra disfrutar de los atardeceres y de los efectos de la luz sobre las nubes, en donde la inclinación del sol baja tiñe al cielo
de matices cromáticos hermosos que hacen disfrutar a quien este admirando ese peculiar momento del día, que se enmarca a través del vano
de mi habitación, otro detalle a resaltar es como el atardecer logra un efecto sobre las edificaciones, oscureciéndolas y pasándose a un segundo
plano y resaltando de esta manera el firmamento, haciendo una conexión directa con este.
Karen Jimenez
RESPLANDOR EN LA MEMORIA
Desde mi ventana contemplo la quietud de las calles inclinadas, las casas viejas con jardines espontáneos, la panadería de la esquina
reminiscente de cálidas mañanas brumosas y los tejados parcheados de los edificios vecinos donde en las tardes las palomas se posan.
Vislumbro los vestigios de distintos momentos de la vida de mi ciudad que bordean el sendero ascendente hacia el verdor de los indómitos
cerros orientales, inamovibles centinelas escarpados que envuelven la ciudad y nos confortan con su constancia, precedidos por una visión
lejana de coloridas casas humildes, un juego de contrastes en el que solo se conserva la resiliente presencia del ‘joie de vivre’.
En tu lenguaje de melancolía
Arnulfo Ortega R
Desde mi ventana puedo apreciar todo lo que más me gusta de mi ciudad, su diversidad en cada uno de sus aspectos, puedo
apreciar también la tranquilidad de mi barrio la misma que compartimos mis vecinos y yo y que disfrutamos tanto, sin embargo esto
es solo un complemento a la belleza del paisaje que tenemos al fondo, el volcán galeras que es la insignia de nuestra ciudad,
nuestro Urcunina bautizado así por nuestros ancestros que significa montaña de fuego, su majestuosidad se siembra a raíz de su
flora y nos colma con su biodiversidad y los cielos despejados solo nos permite apreciar más su belleza.
Violeta S.
1° imagen: vista hacia el sur desde la cubierta, al lado izquierdo una antena de telecomunicaciones, en el medio un parque de bolsillo entre
las casas, al fondo a la derecha una agrupación de edificios en los barrios ‘San Cipriano’ y ‘Villa del Prado’.
2° Imagen desde un tercer piso hacia el norte, desde la izquierda una larga agrupación adosada de casas populares, al fondo a la derecha la
fachada sur del Centro Comercial Santafé
¿Dónde y cuándo me ubico? Entre un barrio a la periferia de la ciudad, un lugar que alguna vez fue catalogado como pueblo y prevalece ante el
enorme apetito de la urbe Bogotana, casas iguales pero distintas entre ellas, un parque principal frente a una iglesia, un inmenso Dadaísmo que
refleja un coordenado collage de fachadas hermanas que, ante los ojos de los enormes rascacielos y espacios más comerciales, les denominan
‘Populares’, Una arquitectura atemporal no por sus características, sino por su técnica, que múltiples habitantes hicieron una y otra vez, una
técnica que se conocía por práctica y nunca por teoría, conservan en su interior los recuerdos de sus ancestros asomándose por la claraboya, el
sol recibido por los patios posteriores, una gran sala para reunirse a tomar un café, una agrupación entre manzanas que siendo las esquinas las
más grandes, en conjunto asemejan a largas murallas de ladrillo, sin embargo tú que vives en el último piso de una hermosa torre vecina, la
consideras peligrosa, tu valioso carruaje no es bienvenido entre estas calles angostas, sigue derecho hasta la bahía porque desde aquí se camina,
conozco este barrio desde que tenía memoria, sin embargo su condición urbana sigue siendo un misterio.
Te repito que no es Nueva Zelanda, se llama Nueva Zelandia, una isla urbana que esperaba nunca unirse a la ciudad, Las casas más antiguas aún
siguen activas, relatan la felicidad de aquellos que anhelaban una vida acomodada al norte de la ciudad, pero no podían. - Sebastián Ochoa-