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«Para constituirse como analista hay que estar tremendamente chiflado; chiflado por
Freud, principalmente. Es decir, creer en esta cosa absolutamente loca que se llama el
inconsciente y que he tratado de traducir como sujeto supuesto saber» [2]
Jacques Lacan
Freud tiene la visión de tomar por su lado más frágil, el quiebre del cogito ergo sum, en
el que se funda toda la cultura occidental.
Es del título de este ensayo de lo que me interesa hablarles, no sin antes llevarlos
conmigo a un rodeo discursivo.
Es el empeño más grande de Freud, dar cuenta a través de su obra, de aquel que
yerra, que tiene lapsus, sueños, olvidos; del loco, y hacernos ver que el síntoma es lo
más preciado para este sujeto, y hacer su lectura, (quizás esto pueda ayudarnos a
descifrar tan sólo lateralmente esa enigmática frase de Lacan pronunciada en su clase
del 17 de febrero del 71: “La mujer no existe”) en una palabra: Inconsciente.
Lacan tiene la habilidad para traducirlo en su clase del 16 de Noviembre del 76, casi al
inicio, como el l’une-bévue, y que en comúnmente conocemos como la metida de pata.
Este sujeto del psicoanálisis, es el sujeto del inconsciente, y entendámoslo no hay otro
sujeto, más que el sujeto del inconsciente. Este sujeto es diametralmente opuesto al
sujeto cartesiano, que se despliega sobre la base fundamental de la razón.
Este sujeto del inconsciente tiene una forma de acceso, a través de la transferencia,
del discurso, de la interpretación, del análisis.
Esto quizá no sea agradable para algunos, pero Freud es tajante, no es indispensable
la enseñanza universitaria para la formación del analista. Esto parece no tener
precedentes, pues uno de los sueños de Freud era que el psicoanálisis mismo fuese
reconocido dentro de la universidad como un conocimiento científico.
Esto nos llevará a preguntarnos entonces ¿Cuál podría ser la relación de la
Universidad con el psicoanálisis, para la posible formación de analistas?
En un artículo que se encuentra incorporado en sus escritos 1, que se titula: Función y
campo de la palabra en psicoanálisis.... Lacan nos dice:
Lacan nos orienta un poco, pues aquel que pretenda ser psicoanalista no podrá menos
que estar al tanto del conocimiento que le ayude a entender el mundo en que vive, y
no sólo desde la teoría psicoanalítica, tendrá que estar al tanto de la dialéctica del
pensamiento del hombre.
Tenemos pues que para la formación del analista no sólo tendrá que haber transitado
por el análisis mismo, sino que tendrá que dar cuenta al final del mismo del deseo de
ser analista para otro analizante, y que no es necesaria una correspondencia temporal
en cuanto a la formación teórica que este desee buscarse.
[1][1] “El único que autoriza al psicoanalista es él mismo” o “El psicoanalista sólo se
autoriza a partir de él mismo” Traducción que aparece en Proposición del 9 de octubre
de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela, Versión cd.