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ENSAYO HISTORIA LAVADO DE MANOS

Semmelweis inició sus estudios de medicina en Hungría, para posteriormente


trasladarse a la universidad de Viena donde se graduó como médico obstetra en agosto
de 1844, dedicándose al cuidado de las mujeres durante el embarazo y durante el parto y
alumbramiento del bebé. Conocido popularmente como el «Salvador de Madres»,
descubrió que la incidencia de la fiebre puerperal podía ser disminuida drásticamente
desinfectándose las manos en las clínicas obstétricas.

El gran logro de Ignaz Semmelweis fue, a mediados del siglo XIX, descubrir el origen
infeccioso de la fiebre puerperal («fiebre del parto»), logrando controlar su aparición con
una simple medida de antisepsia, luchando con la oposición de sus colegas médicos que
no aceptaron sus observaciones que, por primera vez en la historia de la medicina,
estaban contrastadas con gran cantidad de datos estadísticos. Descubrió por primera vez
que la infección nosocomial de pacientes por las manos contaminadas del personal
sanitario era una de las formas comunes de diseminación de los agentes infecciosos.

Se calcula que hoy en día, la sepsis, las infecciones que desencadenan una reacción en
cadena en todo el cuerpo, generalmente producidas por bacterias y virus, ocasionan en el
mundo miles de muertes diarias.

Somos conscientes, y más hoy con la gran crisis sanitaria que la pandemia está
provocando a nivel mundial, de la importancia que tiene la higiene de las manos para el
control de las infecciones y su posible transmisión. Aun así, en nuestros días, el lavado
de manos es realizado con menor frecuencia de lo que debería ser hecho.

En la actualidad es difícil de entender, que un hecho tan rutinario como lavarse las
manos antes o después de realizar actividades consideradas de riesgo, causara en su día
tanta controversia y rechazo hacia la persona que lo planteó como una medida básica
para la atención de los enfermos. Ese fue el caso de Ignaz Semmelweis quien no sólo
descubrió que esta simple medida salvaba vidas, sino que por primera vez aplicó la
comprobación estadística a sus hallazgos.

Considero interesante contar brevemente la historia de este hombre que consiguió


relacionar las infecciones en personas ingresadas en el hospital en el que trabajaba, con
la frecuencia del lavado de manos de los compañeros médicos y estudiantes de medicina
del mismo hospital.

A los 28 años, Ignaz Semmelweis fue nombrado asistente de la primera clínica


ginecológica del gran hospital general de Viena Allgemeines KrankenHans. Esta en su
tiempo prestigiosa clínica vienesa, era una de las elegidas por numerosos estudiantes de
medicina de diferentes países europeos para realizar las prácticas de final de carrera.
Semmelweis observó la gran cantidad de mujeres que fallecían a causa de la fiebre,
provocando la muerte de un 10-35 % de las parturientas.

Semmelweis, en el año 1847, propuso lavarse cuidadosamente las manos con una
solución de hipoclorito cálcico cuando él trabajaba en la Primera Clínica Obstétrica
(Clínica I) del Hospital General de Viena, donde la mortalidad entre las pacientes
hospitalizadas en la sala atendida por obstetras (Clínica I), era de tres a cinco veces más
alta que en la sala atendida por matronas (Clínica II).

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