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Las membranas para el tratamiento del agua son láminas delgadas de material
que permiten separar los contaminantes según sus características como el tamaño
o la carga eléctrica. El agua pasa a través de una membrana; pero dependiendo
de su tamaño, las partículas de mayor tamaño, los microorganismos y otros
contaminantes quedan separados.
La luz ultra violeta es, una parte invisible del espectro electromagnético que mata
bacterias y virus en el agua expuesta a sus rayos, y se produce típicamente por
medio de lámparas de mercurio. El proceso UV es de costo económico y se usa
con frecuencia en instalaciones de pequeña escala, pero no es tan eficaz como
otros desinfectantes en fuentes de suministro de agua superficial que contienen
muchas partículas en suspensión.
Los sistemas de adsorción tratan el agua mediante la adición de una sustancia,
como carbón activado o alúmina (óxido de aluminio), a la fuente de suministro de
agua. Los adsorbentes atraen a los contaminantes mediante procesos químicos y
físicos que causan que éstos se ‘adhieran’ a sus superficies para su eliminación
posterior.
Ninguno de los sistemas de extracción con aire está diseñado para ser eficaz
contra microorganismos. Todos requieren de una fuente de alimentación eléctrica
fiable, excepto los aireadores de bandeja, los cuales están diseñados para usar
convección de aire natural y la fuerza de la gravedad, y por lo tanto, a menudo se
pueden accionar sin energía eléctrica.
Los tratamiento del agua por energía solar aprovechan los procesos naturales de
limpieza que se encuentran en la naturaleza y los mejoran para obtener resultados
más eficientes. Las unidades compactas e incluso las portátiles son de uso
popular en los hogares. Éstas pueden ser una buena opción de tratamiento en las
naciones en vías de desarrollo con abundancia de días soleados porque son de
bajo costo y la inversión y la infraestructura son casi nulas.
La desinfección por radiación solar utiliza los rayos ultravioleta del sol para
eliminar los patógenos. Un envase de plástico o de vidrio conteniendo agua sin
tratar se coloca sobre un techo o sobre una superficie de hierro corrugado. Con el
tiempo y luz solar suficientes, la luz ultravioleta en combinación con las altas
temperaturas eliminará la mayoría de virus, bacterias y protozoos.