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Características del Paleolítico

Las principales características del Paleolítico son las siguientes:

Se comprende desde la aparición de los primeros homínidos hace millones de años, hasta el
10.000 a. C., por lo que es el período más largo de la historia.
Los humanos que habitaron la Tierra durante esta etapa eran nómades, es decir que se
desplazaban constantemente en la búsqueda de alimento.
Sus sociedades eran igualitarias, vivían agrupadas en bandas u hordas. A su vez, estas se
dividían en clanes, en los cuales ni los jefes ni chamanes tenían mayores privilegios que los
demás.
Los líderes de las sociedades eran seleccionados por su edad, fuerza o destreza, conforme a la
necesidad del grupo en cada momento.
La economía era parasitaria, el humano cazaba o recolectaba para consumir los recursos
disponibles en la naturaleza, sin generar producción.
Las viviendas o refugios eran árboles, abrigos rocosos o grandes cavernas, aunque también
llegaron a construir chozas con maderas, piedras y pieles.
La vestimenta consistía en vestidos o calzados fabricados con las pieles de los animales que
cazaban.
Características del Mesolítico
Las principales características del Mesolítico fueron las siguientes:

Adaptación al cambio climático: hacia el 12.000 a. C., un cambio climático, caracterizado por
un aumento de las temperaturas, modificó el medio en el que vivían los antiguos cazadores-
recolectores del Paleolítico. Los glaciares retrocedieron, los mares y océanos subieron de nivel
y las grandes presas (mamut, rinoceronte lanudo, etc.) se extinguieron. Los hombres y mujeres
del Mesolítico debieron adaptarse a estos cambios buscando nuevas regiones donde habitar y
proveerse de alimento.
Nomadismo: la forma de vida característica del Mesolítico era el nomadismo, ya que los seres
humanos se desplazaban constantemente en búsqueda de alimentos.
Abundancia de recursos: muchos investigadores sugieren que este periodo, gracias al clima
más templado, fue una fase de «abundancia» donde se incrementó el consumo de una amplia
variedad de frutos y plantas recolectadas. Fue en el Mesolítico, por ejemplo, que se inició la
recolección de miel.
Estrategias de caza más complejas: con la caza de animales de menor tamaño (ciervos, gacelas,
jabalíes, etc.) se introdujeron nuevas estrategias como, por ejemplo, el «acorralamiento de las
presas». Esta práctica reflejaba una mayor organización colectiva.
Precedentes de la domesticación de plantas y animales: es posible reconocer en ciertas
prácticas del Mesolítico un antecedente de lo que luego se desarrollaría en el Neolítico. Así,
por ejemplo, la nueva actitud de proteger a las manadas de bovinos y ovinos de los
depredadores puede ser interpretada como un precedente de la domesticación de animales. O
bien, la selección de granos, como la que llevaron a cabo con las semillas de trigo, un paso
necesario para el posterior desarrollo de la agricultura.
Mayor precisión en el trabajo lítico: se perfeccionaron las herramientas ya existentes durante
el Paleolítico. El desarrollo de nuevas técnicas permitió la elaboración de objetos más
pequeños y precisos, denominados «microlitos».
Desarrollo de la navegación: fue durante esta etapa que se inició la navegación mediante el
uso de pequeñas embarcaciones, en general canoas de madera.
Construcción de necrópolis: se inició la práctica de enterrar a los muertos en cementerios.
Diferenciación social: comenzaron a manifestarse indicios de diferenciación social en los
ajuares funerarios.

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