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El Consejo de Ministros aprobó la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, elevando los objetivos de energías renovables para 2030, especialmente la eólica (+23%) y la fotovoltaica (+94%). Sin embargo, el objetivo de almacenamiento solo aumenta un 10%, y se reduce el objetivo de la energía termosolar (-35%), a pesar de que se necesitan más soluciones de almacenamiento a medida que aumenta la energía renovable variable. El plan también mantiene sin cambios el objetivo de gas
El Consejo de Ministros aprobó la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, elevando los objetivos de energías renovables para 2030, especialmente la eólica (+23%) y la fotovoltaica (+94%). Sin embargo, el objetivo de almacenamiento solo aumenta un 10%, y se reduce el objetivo de la energía termosolar (-35%), a pesar de que se necesitan más soluciones de almacenamiento a medida que aumenta la energía renovable variable. El plan también mantiene sin cambios el objetivo de gas
El Consejo de Ministros aprobó la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, elevando los objetivos de energías renovables para 2030, especialmente la eólica (+23%) y la fotovoltaica (+94%). Sin embargo, el objetivo de almacenamiento solo aumenta un 10%, y se reduce el objetivo de la energía termosolar (-35%), a pesar de que se necesitan más soluciones de almacenamiento a medida que aumenta la energía renovable variable. El plan también mantiene sin cambios el objetivo de gas
0 Antonio Barrero F. El sistema eléctrico nacional cuenta a día de hoy con 72 gigavatios renovables (eólica, hidráulica, solar, biomasa, etcétera). Pues bien, ayer, el Gobierno presentó su nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2030, un documento que fija como objetivo para esa fecha uno muy concreto: que España tenga entonces 160 gigas de potencia renovable operativos, es decir, en solo 7 años más del doble de los hoy activos. El problema es que ese Plan crece mucho en ciertas renovables (el objetivo eólico crece un 23%; el fotovoltaico, un 94%; el autoconsumo, un 111%), pero muy poco en sistemas de almacenamiento (+10%), y son muchas las voces en el sector que dicen que producir todos a la misma hora no es la solución. Más aún, el nuevo Plan reduce el objetivo termosolar (la tecnología termosolar sí aporta almacenamiento) en más de treinta puntos (-35%). ¿Servirá toda esa potencia sin almacenamiento suficiente?
El Consejo de Ministros, a petición del Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico, acordó ayer remitir a la Comisión Europea el borrador de la primera actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (Pniec). Simultáneamente, el borrador va a ser sometido a audiencia e información pública hasta el 4 de septiembre, con el fin de que la ciudadanía en general y el sector y partes interesadas en particular puedan presentar al Ministerio sus alegaciones. El documento, que es un borrador aún sujeto pues a cambios, eleva los objetivos que planteaba el anterior Plan del Gobierno (el anterior Pniec fue enviado a Bruselas en abril de 2020). Y los eleva extraordinariamente. En solo tres años, ciertamente de frenesí renovable (la actividad en el sector es extraordinaria), el Gobierno ha incrementado el objetivo eólico desde los 50.333 megavatios (eso era lo que en 2020 proponía el Ejecutivo para alcanzar en 2030) hasta los 62.044 (o sea, +23%). Más aún crece la ambición del Pniec en materia de fotovoltaica (FV). El documento de 2020 fijaba como objetivo alcanzar en esa fecha los 39.181. Pues bien, el Pniec de 2023 eleva ese guarismo hasta los 76.387 megas, lo que supone casi duplicar el objetivo primero (aquellos 39.000 señalados en 2020) y mucho más que triplicar la potencia FV ahora mismo instalada (21.311 MW).
[Bajo estas líneas, el primer borrador del Pniec 2021-2030,
elaborado en 2019. Más abajo, el segundo borrador, que fue enviado a Bruselas en abril de 2020, y aprobado, y que ya incrementaba objetivos, como se aprecia]. Mal parada sale sin embargo la termosolar, que tenía fijado como objetivo los 7.303 MW operativos en 2030 y ahora, sorprendentemente, pierde fuelle y se queda en menos de cinco mil (4.800). Y eso que el sistema va a tener problemas de encaje (de renovables) si no desarrolla soluciones para compensar las producciones eólica y fotovoltaica, que no son gestionables. El viento sopla cuando sopla (independientemente de que haya mucha o poca demanda) y el Sol luce por el día y no a las diez de la noche de un martes de febrero, cuando la demanda a lo mejor se dispara. Es decir, que van a hacer falta soluciones de almacenamiento, para acumular la electricidad solar del mediodía por ejemplo y aprovecharla por la noche o para acumular el viento intenso de la madrugada y aprovecharlo a las ocho de la mañana, cuando se dispara la demanda. La termosolar lleva años ofertándose como solución de almacenamiento, ergo de flexibilidad, pero no ha cundido su discurso en el Ejecutivo, que ha rebajado el objetivo termosolar de 7.303 a 4.800 megavatios (las centrales termosolares cuentan con tanques de sales térmicas que acumulan el calor del día para liberarlo por la noche y generar electricidad con él entonces; el sector presume de ser "la solar nocturna").
El Ejecutivo, conocedor del problema que se le viene encima
(mucha renovable -fundamentalmente eólica y fotovoltaica- poco gestionable) ha incrementado en este Pniec su objetivo de almacenamiento desde los 12.000 MW que contemplaba el anterior (sumados bombeo y almacenamiento) a 18.000 MW, pero rebaja objetivo en la más española de las tecnologías renovables, la termosolar, que pasa de 7.300 a 4.800.
Así, las cosas quedan tal y como sigue: la Estrategia de
Almacenamiento Energético (aprobada en febrero del 21) preveía disponer de 20.000 megavatios de almacenamiento energético en 2030. Y con el nuevo Pniec -asegura ahora el Gobierno- se superan estas previsiones, elevándolas a 22.000 MW (el Ejecutivo mete ahí los 18.000 susodichos y les suma los 4.000 de la termosolar). La casilla del almacenamiento (véase la tabla) luce así lustrosa: pasa de 2.500 a 18.500 (ó a 22.000, tal y como dice el Ministerio), pero el incremento 2.500-22.000 no es real. El Ministerio incluye ahí (en esos 22 GW) todos los bombeos y la "adelgazada" termosolar. O sea, que el incremento (de los 20 de la Estrategia de hace dos años a los 22 de hoy) es muy leve (+10%). O extraordinariamente leve si tenemos en cuenta que la cuota renovable crece mucho mucho mucho más: eólica (+23%), fotovoltaica (+94%). Sobre los riesgos que entraña el disparo de potencia renovable no acompañado por soluciones de almacenamiento léase la edición de abril de Energías Renovables (ER220), que abrimos con un amplio Especial Almacenamiento, en el que incluimos varios reportajes sobre el particular, como A dos años del colapso o Sin balón no hay partido.
También sorprende sobremanera el hecho de que, en la transición
que ha diseñado el Ministerio para la Transición Ecológica hacia el horizonte 2030 no se toque ni un solo megavatio de gas (hoy hay 26.612 y 26.612 habrá ese año). Desaparece el carbón, se reduce a menos de la mitad la nuclear, pero el Ejecutivo parece atrincherado en el gas, que no merma ni un ápice (sobre el particular, léase La termosolar se postula para sacar al gas del sistema eléctrico nacional, asunto sobre el que por cierto ahondaremos en la próxima edición de Energías Renovables en papel (ER223).
Por lo demás, el nuevo Pniec eleva hasta el 81% el peso renovable
en el mix 2030 (frente al 74% previsto) y eleva así mismo su ambición GEI: el objetivo de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) fijado en el Pniec de hace tres años era - 23%. Y el objetivo ahora es -32% (con respecto a lo que España emitía en 1990).
El nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima también
"prevé -explican desde el Gobierno- reforzar la cadena de valor industrial y la autonomía estratégica del país, crear más de 500.000 empleos y mejorar la salud de los ciudadanos, evitando la mitad las muertes prematuras asociadas a la contaminación atmosférica al final de la década". Además, se ha incrementado la ambición de objetivos como rehabilitar 1,38 millones de viviendas, frente a 1,2 millones, o disponer de un parque de vehículos eléctricos de 5,5 millones. Y se han introducido metas nuevas, en coherencia con los nuevos objetivos europeos, como consumir un 73% de energía renovable en los edificios, alcanzar 11 GW de electrolizadores para producir hidrógeno verde, o disponer de 19 GW de autoconsumo.
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