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QUE BENDICIÓN

Génesis 27:27 “Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos,
y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que
Jehová ha bendecido.”

Todos los seres humanos, tenemos una inmensa necesidad de aceptación, y toda
esta empieza en los padres, desde niños buscamos ser aprobados por ellos. Y
encontrar una respuesta negativa en ellos, genera en nuestro interior una
inestabilidad. Dada por nuestra predisposición a la probación.

Génesis 27:36-38 “Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya


me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha
tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí? Isaac
respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por
siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te
haré a ti ahora, hijo mío? Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que
una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó
Esaú su voz, y lloró.”

La aprobación o desaprobación de nuestros padres genera grandes problemas


con nuestro entorno.

Jueces 14:2 “Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto


en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por
mujer. Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus
hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los
filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por
mujer, porque ella me agrada.”

Si miras el resto de la historia, todo esto terminó en tragedia…

Lucas 2:41-52 “Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la
pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre
de la fiesta.
Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que
lo supiesen José y su madre. Y pensando que estaba entre la compañía,
anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos;
pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres
días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley,
oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su
inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su
madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos
buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No
sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos
no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a
Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su
corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los
hombres.

Podemos ver en este texto que incluso Jesús buscó la aprobación de sus padres,
y no solo la de DIOS.

No con esto estoy diciendo que tenemos que obedecer ciegamente yendo en
contra de DIOS, si no evaluar y tomar la decisión más acertada.

Agradando a Dios y a nuestros padres.

Mateo 3:17 “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia.”

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