Está en la página 1de 21

UNIDAD Nº 1

EL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

1. INTRODUCCIÓN

Al introducirnos en la lectura de este


evangelio rápidamente podremos notar que es
diferente a los sinópticos en el contenido, en el
vocabulario y en el estilo literario. Para dar
algunos ejemplos podemos decir que no tiene
parábolas (tan comunes en los sinópticos), no
contiene el relato de la institución de la Eucaristía
y presenta sólo siete milagros (los sinópticos
narran aproximadamente unos 30); el tema del Reino (también frecuente en los sinópticos)
está ausente en este evangelio. Por otro lado, aparecen relatos que no se encuentran en los
sinópticos tales como: el lavatorio de los pies y profundos diálogos como el de Nicodemo
y el de la samaritana. Otra particularidad: es el único evangelio en que Jesús comienza y
termina su ministerio público junto a la figura de su madre (cf. Jn 2, 1 y 19,25). También
Jesús se expresa en este evangelio de manera solemne usando la fórmula tan conocida: “Yo
soy”. De sus 868 versículos sólo 153 tienen paralelo en los sinópticos.

Para ir comprendiendo mejor este apasionante evangelio diremos que tiene una
particularidad, y es ésta: más que narrar los hechos el cuarto evangelio “los interpreta”.
Esto no afecta a su historicidad, dado que la historia no es únicamente la sucesión de
acontecimientos ocurridos sino es, ante todo, el sentido que ellos tienen y los efectos que
provocan. Este evangelio dirige una mirada contemplativa de Jesús y por ello requiere que
nosotros entremos en esa dinámica estando dispuestos también a contemplar.
Los hechos presentados en el evangelio, en la medida que son interpretados quieren
establecer una conexión con el lector. La puesta por escrito de las escenas y de las
enseñanzas del evangelio tiene una intención clara y definida: intentan impactar al lector,
de modo que éste pueda también creer.

30 “Jesús realizó en presencia de los discípulos otros muchos signos que no


están escritos en este libro. 31 Éstos han sido escritos para que creáis que Jesús
es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.”
(Jn 20,30-31)

Este carácter de interpelación y de impacto en el lector es un aspecto muy importante


de la obra. Como ya se adelantó, en este evangelio los gestos y las palabras de Jesús nos
llegan interpretadas y son una llamada a que el lector haga una opción a favor o en contra.
El mensaje al que hay que prestar adhesión es un mensaje que atañe a la identidad de Jesús
y a su relación con aquel a quien él llama Padre.

~1~
Orígenes, haciendo alusión al texto del evangelio donde el discípulo amado se
recuesta sobre el pecho de Jesús dijo: “Hay que atreverse a afirmar que la primicia de todas
las Escrituras son los Evangelios, y que la primicia de los Evangelios es el de Juan, cuyo
sentido nadie puede captar sino después de reclinar su cabeza en el pecho de Jesús”.

El evangelio no pretende ser una crónica para que el lector tenga una información
detallada de lo sucedido sino que es un testimonio de lo que se encuentra en el fondo de lo
que sucedió y no fue captado por los protagonistas e interlocutores. Ya el hecho de
denominar “signos” a los gestos y a las palabras “testimonio” ya alertan al lector sobre la
profundidad del objetivo que se pretende con la obra.

Autor y Composición del Evangelio


El tema del autor de este evangelio es bastante
complejo, lo mismo que su composición. Tal es así que a
éste se lo ha denominado “la cuestión joánica” sobre la
que mucho se ha escrito y reflexionado. Antes de la crítica
bíblica se aceptaba comúnmente la autoría de Juan, uno
de los doce apóstoles, hijo de Zebedeo y hermano de
Santiago, poco antes de morir.1 Hoy se cree que no es
obra de un único autor y se suele resumir y simplificar el
tema diciendo que fue escrito por una “escuela joánica”.
Para aquellos que estén interesados en este tema les
ofrecemos un anexo que pueden consultar: Anexo 1 “La cuestión joánica”.

Fecha y Lugar de Composición

Apodo: se lo llama “evangelio espiritual”, Es el último evangelio en


debido a la profundidad de la mirada que ponerse por escrito y su fecha de
redacción final se suele estipular a
dirige sobre la persona de Jesús. Esta mirada
fines del siglo I (entre el año 95 y
penetra en los acontecimientos ya que no se
100). Respecto a su lugar de
queda solo en lo externo sino que los traspasa. composición es posible que se haya
Se trata de una mirada que no sólo ve sino que escrito en Éfeso (Asia Menor).
contempla.
Se lo representa con la figura de un águila
debido al “alto vuelo” que alcanza la
contemplación sobre Jesús en este evangelio.

1
La tradición (Papías de Hierápolis) mantiene que Juan muere a manos de los judíos como su hermano
Santiago (cf. Hch 12,1-2). Según otra tradición muere anciano y está enterrado en Éfeso.

~2~
La Comunidad Joánica

Si bien los expertos presentan diferentes reconstrucciones acerca de los orígenes de


la comunidad joánica hay, sin embargo, coincidencias respecto a lo siguiente:
 En un período primitivo la comunidad estaba formada por judíos convertidos
que sostenían una cristología baja.2 Se trata de judíos de la diáspora en
contacto con el mundo helenístico.
 Luego surgió una cristología más alta que fue la razón que agravó el conflicto
con los judíos que la veían como blasfemia. Este conflicto impulsó aún más a
la comunidad a afirmaciones más jugadas.
 En un tercer estadío se supone la integración de buen número de paganos.

Adversarios del Evangelio y las Cartas


En el siglo II los escritos de Juan alcanzaron notable importancia no solo en el
gnosticismo sino también en el movimiento del montanismo. Según el testimonio de san
Ireneo hubo antimontanistas que, según parece se hallaban en el campo de la Iglesia y que
llegaron a rechazar no sólo el Apocalipsis sino también al evangelio de Juan y a las tres
cartas, aunque estas personas no alcanzaron mayor influjo. Un hombre muy docto llamado
Gayo rechazó juntamente con el Apocalipsis a este evangelio e incluso lo atribuyó al hereje
Cerinto. Pero todo esto no tuvo éxito y el evangelio no tardó en ser en la Iglesia el más
estimado junto con el de Mateo.

Medio Intelectual en el que se gestó el Evangelio


Para entender de forma global al evangelio es importante conocer su trasfondo
espiritual y el mundo de ideas en que éste se originó. Se ha tratado de determinar el influjo
que predominó en este evangelio y un estudio atento de las ideas joánicas han puesto en
evidencia múltiples y variadas líneas que conducen al judaísmo palestino y al judaísmo
helenístico de la diáspora. Es necesario aclarar que las respuestas a las que se han arribado
están sujetas a corrección en la medida en que continúan las investigaciones sobre la
historia de las religiones (de los mandeos, del gnosticismo, de la mística judía, etc.) y de
los descubrimientos de Qumrán y de Nag Hammadi.
El trasfondo del evangelio resulta complicado y es difícil trazar líneas precisas. En
los siglos I y II las ideas se extendían rápidamente, lo que favorecía una mezcla de cultos y
sistemas filosóficos en mutua interacción. Era una época de sincretismo, desde Oriente
afluían nuevas concepciones religiosas que adquirieron cierto grado de estabilidad sobre la
base de la filosofía griega del último período que cada vez se volvía más religiosa.
También hay que recordar que el siglo I fue testigo del resurgimiento (alimentado por
Augusto) de la antigua religión romana, junto al nacimiento del culto al emperador. Parece

2
En la terminología teológica se entiende por “cristología “baja, a la que aplica a Jesús títulos que derivan
del AT y que corresponden a las expectativas del pueblo de Israel: mesías, profeta, siervo, hijo de Dios. Estos
títulos no implican la divinidad. La “alta cristología” implica reconocer en Jesús a Dios.

~3~
ser que ni siquiera la religión judía se libró totalmente de ese proceso de mutua interacción,
cuyos efectos se dejaron sentir tanto en el judaísmo rabínico como en el helenístico. Sin
embargo, por importante que fuera esa mezcla de la mentalidad griega con la hebrea no
cabe duda que, en el siglo I, se pueden distinguir dos principales corrientes ideológicas: la
tradición del AT (preservada por el judaísmo) y la orientación general de la filosofía griega
hacia el ámbito de la religión. Y aunque las dos eran mutuamente receptivas, en sí mismas
eran totalmente distintas.

El Antiguo Testamento
Juan depende del AT pero el
uso que hace de él es completamente
distinto del que ponen en práctica los
demás escritores neotestamentarios.
En comparación con otros
autores del Nuevo Testamento, sus
citas explícitas son menos numerosas
y rara vez recurre a la llamada
“prueba textual”, como son las citas
de cumplimiento tan comunes en el
evangelio de Mateo y con las que los
primeros cristianos trataban de
demostrar que Jesús era el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento.
Para sus citas este evangelio recurre a la versión de los LXX, aunque en alguna
ocasión es posible que cite directamente del hebreo. También es posible que usara otras
versiones o interpretaciones tradicionales.
Si bien, como se dijo precedentemente, Juan no utiliza muchas citas explícitas del
AT, un estudio profundo del evangelio demuestra que un buen número de temas
veterotestamentarios, que muchas veces aparecen plasmados en los sinópticos, han
penetrado profundamente en Juan y aparecen una y otra vez. Para dejar en claro esto
veamos el siguiente ejemplo. Mientras que en Mc 7,6s se cita el texto de Is 29,15 como
predicción de la hipocresía de los fariseos que invocan a Dios con los labios, pero con su
proceder rechazan lo que Dios quiere, Juan, por su parte no cita este texto de Isaías, pero
recoge su sentido y lo expresa con un toque de ironía. Así sucede en el encuentro de Jesús
con Nicodemo (cf. 3,1-21) en la discusión sobre el testimonio que el AT y Juan el Bautista
dan sobre Jesús (cf. 5,31-47), en el enfrentamiento con los judíos cuando Jesús cura en
sábado (cf. 7,19-24) y en 8,39-44 cuando intentan darle muerte.
Otro ejemplo de cómo Juan recurre a temas del AT pero no tanto a citas explícitas es
el siguiente: mientras que en Mc 12,29-33 (el diálogo de Jesús con el maestro de la ley) se
hace referencia a Dt 4,35; 6,4s; Lv 19,18 y 1Sm15,22, Juan no cita ningún pasaje
literalmente paralelo a esta escena pero es un tema del AT que ha ejercido gran influencia
en el pensamiento de Juan: la unidad divina y el mandamiento del amor. Por supuesto
Juan los reinterpreta: la unidad divina se refiere aquí a la unidad entre el Padre y el Hijo, y
el mandamiento del amor al prójimo (al israelita) se convierte en la exigencia del amor
mutuo, como rasgo característico de la iglesia cristiana. Podemos decir que Juan se acerca
al AT como cristiano.

~4~
Por lo tanto, el AT que Juan conocía tan a fondo que podía usarlo de manera global y
sin limitarse a textos específicos se puede considerar como un elemento primario del
trasfondo que subyace a su narración evangélica. El evangelio está enraizado en el AT y en
su teología.

Relaciones con el judaísmo de la época


Judaísmo helenista: en la utilización y profundización intelectual del AT el
evangelio tiene afinidad con el judaísmo helenista. El modo como el judaísmo helenista
leía e interpretaba las Sagradas Escrituras puede estudiarse principalmente en Filón de
Alejandría (contemporáneo de Jesús). No hay pruebas de que su obra fuera conocida en
Palestina a comienzos del siglo I. Filón usa imágenes similares a las de Juan pero parte del
AT y es lógico entonces el paralelo.
Existen grandes diferencias entre la utilización del AT por Juan que es más
tipológico y referido a Cristo y la interpretación alegórica y filosófica de Filón. Pero la idea
de logos constituye un fuerte concepto unificante entre ambos y aunque hay diferencias
marcadas, merece consideración ya por el mero hecho de constituir una expresión
estereotipada. También hay otros contactos como son los conceptos de luz, vida, verdad,
conocer, creer, ver y expresiones como “fuente de vida”, “camino”, “pastor y rebaño”.
No obstante, su contacto con el judaísmo de la diáspora (dotado de cultura filosófica
e influído por el helenismo), no debió ser demasiado grande. Sólo se puede resaltar un
rasgo común: la idea de Dios. Legado judío que los judíos de la diáspora destacaban con
orgullo y satisfacción y que está muy presente en el evangelio. El culto elevado y dirigido
a Dios, que es espíritu (cf. Jn 4,23s), la incapacidad de percibir a Dios al que nadie ha visto
nunca (cf. Jn 1,18; 5,37; 6,46). Esto constituye un llamado a la diáspora judía a la que
dirige la mirada 7,35 y que se acercan a Dios según 12,20s.

Judaísmo rabínico – farisaico: la argumentación rabínica – farisaica en el evangelio


es más marcada de lo que en un principio se pensaba. Esto se ve en algunas expresiones
(escritura en el sentido de ley), prescripciones particulares que no sólo son conformes a la
formulación del AT sino según la interpretación rabínica: circuncisión en sábado 7,22;
escuchar al acusado 7,51; llevar una carga el sábado 5,10; el argumento 9,16.31s y otras
que forman parte de la praxis judaica.
Los fariseos se glorían de ser “discípulos de Moisés”, título honorífico tardío de los
doctores de la ley. También se topa con algunas concepciones del Mesías que sólo se
daban en el judaísmo, como por ejemplo la procedencia del Mesías de lo desconocido (cf.
7,27) y su realización de signos o milagros (cf. 7,31), etc.
Que un rabí hiciera milagros (porque sus oraciones eran escuchadas) no tenía nada de
extraño para el judaísmo (cf. 3,2) en cambio causaba sorpresa que Jesús no hubiese
recibido instrucción alguna en la escuela (cf. 7,15).
La conversación con Nicodemo recuerda el arte rabínico de la disputa, lo mismo que
las discusiones del capítulo 8.
Algunos textos, tales como 3,14; 5,39 y 7,38, etc. parecen mostrar conocimientos de
interpretación en forma de midrás. Se destaca también la familiaridad con la mentalidad y
la práctica del judaísmo oficial contemporáneo al autor, radicalmente opuesto al
cristianismo.

~5~
Si bien el evangelio de Juan es el más helenizado es el que más conserva elementos
judíos tradicionales.

Pensamiento helenístico
Pese al hondo enraizamiento del
evangelio en el terreno judío no se puede pasar
por alto su “apertura” al mundo helenístico. En
el judaísmo de la época neotestamentaria se
daba un fuerte elemento helenístico tanto en
Palestina como fuera de ella (Alejandría). Por
lo tanto si Juan se gesta en el judaísmo de su
época es inevitable que presente influencia
helenística (vocabulario e ideas tales como la
sabiduría personificada, recordar que los libros
deuterocanónicos de Sabiduría y Eclesiástico
ya incorporaban matices del pensamiento
helenístico). La pregunta sería ahora si en el evangelio hay influencia helenística
proveniente de fuera del judaísmo.
No se puede negar el contacto en el lenguaje, en el planteamiento de los problemas y
en la actitud mental. No existe, en cambio contacto con la filosofía grecorromana. Sólo se
puede comparar con la corriente de ideas en la literatura hermética, mandea y gnóstica en
general.

Gnosticismo: Este movimiento que ya hemos estudiado, en su pleno desarrollo se


fecha en el siglo II d.C. (el evangelio data del 90-100) y no podría haber sufrido su influjo.
Pero se habla de una forma de gnosticismo (elementos gnósticos) pre cristiano,
gnosticismo judío y se aplica también este término a la teología de Qumrán.
No se puede descartar entonces la dependencia de Juan respecto de un hipotético
“gnosticismo temprano”. Pero seguramente tuvo más influencia el vocabulario y las ideas
del judaísmo sectario de Qumrán que pudieron llegar a enriquecer el vocabulario y la
expresión joánicas.

Literatura hermética: recuerda en el lenguaje al evangelio de Juan (binomio luz –


vida). El lenguaje joánico halló eco y fuerza de atracción en el mundo pagano helenístico,
efecto que tal vez persiguió el mismo evangelista. Pero el evangelio se aleja de los tratados
hermeticos.

Literatura mandea:3 secta bautismal gnóstica al este del Jordán. Algunos conceptos
teológicos centrales que le dan a la literatura mandea una tonalidad análoga a la joánica

3
La secta bautismal mandea se desarrolló entre los siglos I y II. Aún hoy existe en particular al sur de Irak
y al suroeste de Irán. Los árabes de su entorno los llaman Baptista. El idioma mandeo es un dialecto del
arameo oriental (hoy sólo entendido por los sacerdotes). Se asentaban cerca del río para favorecer el acto más
importante de su doctrina: el bautismo purificador. Se sienten seguidores del Bautista a quien consideraron el
Mesías.

~6~
(luz – vida, luz – tinieblas, la verdad). Se trata de una analogía formal en medio de
profundas diferencias de contenido.

Platonismo:4 el contraste joánico entre “lo de arriba y lo de abajo”, “el espíritu y la


carne”, “el pan del cielo y el pan natural”, etc. se pueden comparar con un platonismo
popular ya que hay mucha semejanza. Pero este tipo de platonismo ya se habría infiltrado
en el judaísmo de la época. Is 31,3 y 55,1-2 muestran que en el AT no era desconocido el
contraste entre carne y espíritu. En definitiva las afinidades con el platonismo se explican a
la luz del AT y del judaísmo ya que estas ideas griegas habían entrado a formar parte del
trasfondo judío.

Estoicismo:5 se sugirió un paralelo por el uso del término logos pero Juan lo utiliza
en sentido diferente.

Literatura gnóstica cristiana: la restante literatura gnóstica que se puede comparar


proviene del ámbito cristiano. Tal vez las semejanzas se basan en un conocimiento del
evangelio por parte de los gnósticos que rápidamente lo adoptaron y lo interpretaron de
acuerdo a sus propias ideas. El material estudiado aumentó con los descubrimientos de
textos gnósticos coptos de Nag Hammadi. También entra en consideración las Odas de
Salomón obra conocida hace mucho tiempo. Tal vez las Odas se habrían inspirado en el
evangelio y no al revés.

2. Intención del autor

Se puede reconocer una intención principal y general


del autor para componer el evangelio, y ésta es preservar la
tradición histórica en la que se funda e impactar al lector
para que éste también crea y creyendo tenga vida eterna (cf.
Jn 20,30-31).
Luego podemos hablar de algunas intenciones
inmediatas que orientaron la selección y el enfoque del
material utilizado.

Intención apologética frente a los partidarios de Juan el bautista


Si bien no hay muchos datos acerca de estos partidarios de Juan el bautista, es
posible que algunos pasajes del evangelio fueran dirigidos contra las exageraciones de este
4
Platonismo: doctrina filosófica desarrollada por los seguidores de Platón (discípulo de Sócrates, 427-347
a.C.) a partir del siglo I a.C. que llegó a ser el movimiento intelectual dominante en los primeros siglos de
nuestra era. Su principal representante fue Plotino, quien tomó este nombre por su maestro. El platonismo
ejerció influencia en S. Agustín.
5
Estoicismo: movimiento filosófico de gran importancia en el período helenístico. Fundado por Xenón (300
a.C.). Su período de preeminencia va desde el s. IV a.C. al II d.C.

~7~
grupo, quienes muy apegados a su maestro no quisieran pasar al lado de Jesús. Esta
situación se vislumbra también en los sinópticos: en Lc 7,19 el bautista envía a alguno de
sus discípulos a preguntar a Jesús sí es el que debía venir; en Mc 2,18 y Mt 11,18-19 los
discípulos de Jesús no estaban de acuerdo con el ayuno y en Mt 3,12 vemos que esperaban
a un juez.

El prólogo parece mostrar esta polémica al aclarar que Juan el bautista “no era la luz”
(1,8). Lo mismo que Jesús, él fue signo de contradicción que a algunos guió hacia Jesús y a
otros ocultó. Documentos más tardíos muestran que sus discípulos constituyeron una secta
en clara oposición a los cristianos.

Al mismo tiempo que en este evangelio se aclara la situación del bautista es notable
el elogio que se hace de él. Es el único evangelio que nos dice que los primeros discípulos
de Jesús vinieron del grupo que lo rodeaba (cf. 1,35-38). Este dato permite ver la
importancia y la estima de la comunidad primitiva hacia su figura, que también en los
sinópticos ocupa un lugar relevante en los comienzos de cada evangelio y en Hechos de los
Apóstoles (cf. Hch 1,5.22; 10,37; 13,24; 18,25; 19,3).

Es interesante ver como se presenta en este evangelio a la figura de Juan el bautista.


Veamos los siguientes textos:

1,6 “Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. 7 Éste vino para un
testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él”.

1,23 “Yo soy la voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del
Señor”.

3,25 “Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de
la purificación. 26 Fueron, pues, a Juan y le dijeron: «Rabbí, el que estaba
contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, está
bautizando y todos van donde él.» 27 Juan respondió: «Nadie puede recibir
nada si no se le ha dado del cielo. 28 «Vosotros mismos sois testigos de que
dije: „Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.‟ 29 El que
tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, que está presente y le oye,
se alegra mucho con la voz del novio. Ésta es, pues, mi alegría, que ha
alcanzado su plenitud. 30 Es preciso que él crezca y que yo disminuya”.

5,35” Él era la lámpara que arde y alumbra”

Los textos anteriores, todos referidos a Juan el bautista nos muestran que él no es la
Palabra (cf. 1,23) es una voz. No es el novio sino el “amigo del novio”. No es la luz, (cf.
1,8) sino la lámpara. Mientras que en los sinópticos sobresale el bautista como precursor de
Jesús que prepara su camino, en Juan se recalca su tarea como testigo.

~8~
Controversia con los Judíos
La expulsión de los cristianos de la sinagoga fue un hecho que tuvo un influjo
importante en la puesta por escrito de la tradición joánica. Luego de la destrucción de
Jerusalén, los dirigentes judíos tuvieron importantes reuniones en la ciudad de Jamnia
(fines del siglo I d.C.). Uno de los aspectos tratados fue la expulsión de los nazarenos del
culto sinagogal, medida disciplinaria que había comenzado a implementarse antes de
Jamnia. De este modo se consumó la separación de la comunidad joánica de la sinagoga
farisea. Esto se constata en Jn 9,22; 12,42 y 16,2. Aspectos que resultaban enigmáticos en
este evangelio se ven clarificados si tenemos en cuenta que se redacta en una situación
marcada por este fuerte debate entre la comunidad joánica y la sinagoga farisea. Es así que
este evangelio refleja (aún más que Mateo) la controversia con los judíos expresada en la
terminología “los judíos” que adquiere, salvo algunas excepciones,6 un carácter peyorativo
a lo largo de sus páginas. La expresión “los judíos” aparece unas setenta veces contra las
cinco o seis de los sinópticos señalando a las autoridades religiosas, sobre todo de
Jerusalén, que son hostiles a Jesús.
También ha desaparecido en Juan la clasificación de las personas que hacen los
sinópticos: saduceos, escribas, herodianos, zelotas, pobres, ricos, pecadores, justos, etc.
Esto se debe en parte al dualismo terminológico del evangelio que nivela las distinciones
de clases. Ya sólo quedan buenos y malos, hijos de la luz y de las tinieblas. Pero también
ha cambiado, como vimos la perspectiva histórica ya que después del 70 sólo sobrevive el
Judaísmo fariseo y es así que éstos son mencionados en 19 textos. También se menciona a
los Sumos Sacerdotes del Sanedrín por su intervención en el juicio de Jesús que es esencial
en la historia como para olvidarla. Ya había pasado la época de la misión del cristianismo a
los judíos (tanto en Palestina como fuera). Ahora ya se estaba a favor o en contra de Jesús.
Los judíos convertidos ya eran simplemente cristianos y parte de la Iglesia, por ello cuando
se hablaba de “los judíos” eran los que no creían y habían rechazado a Jesús. A diferencia
de los sinópticos el evangelio de Juan no ataca a los fariseos por su conducta moral o su
hipocresía sino porque se negaron a creer en Jesús y se propusieron matarlo. Ha
desaparecido también la cuestión de la observancia de la ley que preocupaba a san Pablo.
Acá ya fue superada. Juan dirá “vuestra ley” (cf. 8,17; 10,34). El acento puesto en las
“fiestas de los judíos” denota también un tono polémico o una clara distancia respecto a las
fiestas (cf. 5,1; 6,4).
Este evangelio también, insiste más que otros en que Jesús es el Mesías cosa que
rechazaban los judíos (cf. 1,41; 4,25). Lo identifica con figuras del AT: el Siervo de Dios,
el cordero apocalíptico (cf. 1,29), el rey de Israel (cf. 1,49), el Santo de Dios cf. (6,69).

Controversia con los herejes cristianos: hay pasajes con intención antidocetista,7
donde se recalca la naturaleza humana de Jesús: “Y la Palabra se hizo carne y puso su
Morada entre nosotros” (1,14).

6
En 4,22 el término “los judíos” tiene un sentido religioso y nacional (no peyorativo).
7
Docetismo: herejía que como ya hemos estudiado proclamaba que Jesús había tenido un cuerpo aparente.

~9~
Alentar a los judeo cristianos y paganos cristianos y confirmarlos en su fe. Hay en
el evangelio indicios de la llamada a los cristianos venidos del judaísmo que si bien creían
en Jesús los angustiaba la separación de sus costumbres e instituciones. El tema de Jesús
que sustituye a las instituciones y fiestas judías era motivo de aliento para ellos que debían
abandonar sus prácticas al ser expulsados de la sinagoga. En 12,42-43 y 19,38 se señala a
los que creen en Jesús pero tienen temor de confesar su fe (cripto cristianos).

3. Estructura del Evangelio

El mismo Evangelio sugiere una estructura o esquema bastante claro. Está


dividido en dos grandes partes o libros precedidos por un prólogo y que finalizan con
un epílogo.

 Prólogo: 1,1-18

 Primera parte: “El libro de los signos o de las señales”: capítulo 1,19 al
12,50.

 Segunda parte: “El libro de la hora o de la gloria”: capítulo 13 al 20,31


(20,30-31 constituye un primer epílogo).

 Epílogo: 21,1-25

Prólogo

Solo en el prólogo se lo denomina a Jesús como la Palabra (en gr. logos) que
algunas Biblias traducen también como Verbo. Jesús nunca se autodenominó así.

Este prólogo es presentado en forma de himno de alabanza al logos, la Palabra de


Dios. Es posible que éste fuera cantado en la comunidad joánica antes de ser colocado
en el evangelio.

El uso de himnos que se cantaban en la liturgia era común en la primitiva Iglesia


quedando registrado en el NT (cf. Col 3,16; Ef 5,14 y Flp 2,5-11).

Algunos autores ven en el prólogo el resumen de todos los temas que se van a
tratar a lo largo del evangelio, algo así como la obertura de una obra musical. También
se lo ha comparado con la cima de una montaña desde la que se contempla toda la obra.

A diferencia de Mateo y Lucas que comienzan con la infancia de Jesús, Juan se


remonta en este prólogo mucho más alto y habla de la preexistencia de la Palabra (cf.
1,1)

~ 10 ~
Primera parte: El libro de los signos o de las señales

Se llama así porque en esta parta se


encuentran los milagros realizados por
Jesús, aunque nunca se utiliza el término
milagro (dynámeis) que es frecuenten en
los sinópticos sino signo (en gr. semeia).
El término signo aparece numeras
ocasiones (17 veces) en este evangelio.8
También utiliza el evangelista el término:
“obras” (en gr. erga) que indica tanto a
los milagros como a las palabras de Jesús.
Juan solo narra siete signos, pero lo
hace en forma extensa y les da gran
significación, siendo ellos una ocasión para poner de manifiesto quien es Jesús. Los
signos invitan a creer en Su Persona y en la misión que Dios le ha encomendado.
En el siguiente cuadro se muestran los siete signos narrados en el evangelio y su
paralelo o bien su semejanza con los mismos milagros en los sinópticos:

Evangelio de Juan Paralelo en Semejanzas


los Sinópticos con los sinópticos
Bodas de Caná (2,1-11) ------------------ -------------
Curación del hijo de un funcionario Mc 8,5-13
(4,46-54) Lc 7,1-10
Curación de un paralítico (5,1-9) ........................ Mc 2,1-12
......
Multiplicación de los panes (6,1-14) Paralelo en los
3 sinópticos
Camina sobre las aguas (6,16-19) Paralelo en Mt
y Lc
Curación de un ciego de nacimiento ........................ Mc 8,22-26
(9,1-7) ..........

Resurrección de Lázaro (11,1-44) ........................ Mc 5,21-43


........

Pesca Milagrosa9 (21,3-14) Semejanza con Lc 5,1-11

Como hemos notado solo dos milagros tienen paralelo en los sinópticos, la
multiplicación de los panes y Jesús caminando sobre las aguas. El signo de las bodas de
Caná está narrado únicamente en Juan y los otros cuatro tienen alguna semejanza con
los sinópticos pero no constituyen verdaderos paralelos.

8
Cf. 2,11.18.23; 3,2; 4,48.54; 6,2.14.26.30; 7,31; 9,16; 10,41; 11,47; 12,18.37; 20,30.
9
Este signo no se encuentra dentro del ministerio público de Jesús sino luego de su resurrección.

~ 11 ~
Veamos ahora el siguiente cuadro comparativo que muestra las diferencias en el
tratamiento de los milagros entre los sinópticos y Juan.

Hay diversidad en cuanto al número, las circunstancias, el ambiente y la función


misma de los milagros respecto a los sinópticos.

Sinópticos Juan
10
Se narran muchos milagros (aprox. 30) Se narran sólo siete
Son llamados dynámeis. Son llamados "signos" (semeia).

Revelan al Reino. Es decir manifiestan la Revelan a Jesús y por ello los signos siempre
llegada del Reino inaugurado por el Mesías, están ligados a alguna verdad que se quiere
que lucha contra Satanás y los poderes del expresar de Él.
mal. Por ello hay expulsión de demonios. No contiene expulsión de demonios.
Son relatos más o menos cortos. Son relatados en forma extensa y con una
gran puesta en escena.

A excepción de los dos primeros signos (Boda de Caná y la curación del hijo del
funcionario), en este evangelio los signos de Jesús vienen acompañados por un
“dicho”, por un discurso que ilumina su sentido oculto y espiritual. Se trata de la
interpretación teológica de estos signos que se convierten en verdaderas catequesis. Un
ejemplo concreto es el siguiente:

Jn 8,12 “Jesús les habló otra vez; les


dijo: «Yo soy la luz del mundo; la persona
que me siga no caminará en la oscuridad, sino
que tendrá la luz de la vida.»
Jn 9, 1-7 “1 Según caminaba, vio a un
hombre ciego de nacimiento. 2 Sus
discípulos le preguntaron: «Rabbí,
¿quién pecó, él o sus padres, para que
haya nacido ciego?» 3 Respondió Jesús:
«Ni él pecó ni sus padres; es para que se
manifiesten en él las obras de Dios. 4 «Mientras es de día tenemos que trabajar
en las obras del que me ha enviado; cuando llega la noche, nadie puede
trabajar. 5 Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo.» 6 Dicho esto,
escupió en tierra, hizo barro con la saliva y untó con el barro los ojos del ciego.
7 Luego le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir
„Enviado‟). Él fue, se lavó y volvió ya viendo.”

Explicación: notemos como poco antes de la narración del signo obrado por
Jesús (la curación del ciego de nacimiento) el evangelista ha señalado que Jesús es la
luz del mundo. Luego se narra el episodio en sí que está íntimamente unido al discurso
anterior. Es por ello que el evangelista llama “signos” a los milagros, porque éstos son

10
El evangelio hace referencia a otros signos (cf. 2,23; 4,45;12,37)

~ 12 ~
signo justamente de algo más profundo y quieren revelar algún aspecto de la persona
de Jesús. Él ha sanado al ciego porque El mismo es la luz del mundo. Podemos hallar
el mismo modo de presentar otros signos en:

6,1-15 Multiplicación de los panes (relato de milagro)


6,16-21 Jesús camina sobre las aguas (Juan mantuvo este milagro que en la tradición
estaba unido a la multiplicación de los panes)
6,22-66 Discurso del Pan de Vida (interpretación teológica)

11,1-43 Resurrección de Lázaro y Yo soy la Resurrección y la Vida (11,25). Aquí


la significación teológica esta dentro del relato de milagro.

En resumen: podemos afirmar que la cristología es la fuerza que inspira el


lenguaje y dirige la comprensión de los relatos de milagro. En estos signos se revela
algo más que un acto de poder: el que obra es el Hijo de Dios en unión con el Padre,
que es el pan vivo bajado del cielo, la luz del mundo, la resurrección y la vida.

Segunda Parte: Libro de la Hora o de la Gloria

Ha sido denominada de este modo ya que en esta parte ocupa un lugar central el tema
del retorno de Jesús al Padre, a su glorificación, a su hora. Justamente el significado
característico del término “hora”11 en este evangelio es el momento supremo en que Jesús
cumplirá su misión. Abarca el lavatorio de los pies en medio de la cena,12 los discursos de
despedida, la oración sacerdotal, la pasión, muerte y resurrección. Sigue luego un epílogo
en 20,30-31:
“Jesús realizó en presencia de los discípulos otros muchos signos que no están
escritos en este libro. Éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.”

Aunque los dos versículos anteriores constituyen un verdadero epílogo el evangelio


no termina aquí sino que continúa hasta el capítulo 21,1-25 que es considerado como un
añadido en forma de epilogo. Jn 21 no corrige nada de lo anterior, ni procede de otra
tradición, más bien se centra en un contexto comunitario, podríamos decir eclesial
simbolizado en la narración del milagro de la pesca.

11
El término “hora” a veces también es utilizado para señalar el espacio de tiempo medido por el reloj, por
ejemplo en 1,39 “hora décima” o en 4,6 “hora sexta”; pero lo que caracteriza al término en este evangelio es
la indicación de “la hora” como tiempo teológico, como por ejemplo en 2,4 “Mi hora no ha llegado”.
12
No hay relato de la Eucaristía (como en los sinópticos) pero sí encontramos el relato del lavatorio de los
pies que es exclusivo de Juan y en él muestra el sentido que tiene la Eucaristía, comunión fraterna y servicio
a los hermanos.

~ 13 ~
4. Características Literarias

La lengua y el vocabulario: el evangelio está escrito en un griego sencillo (pero muy


solemne) y sin faltas. Se constata el uso de vocablos y giros semitizantes.13
El vocabulario del evangelio es muy particular. Es pobre en comparación con los
sinópticos, pero muy evocador. Se caracteriza por un corto número de palabras y su
constante repetición. Juan usa 1011 palabras contra 1691 Mateo, 1345 Marcos y 2055
Lucas.
También se caracteriza por el uso de palabras clave donde se ve la originalidad de su
pensamiento. Veamos el cuadro.

Mateo Marcos Lucas Juan


AMAR – AMOR 9 6 14 44
JUDIOS 5 6 5 67
MUNDO 8 2 3 78
PADRE 45 4 17 118
PERMANECER 3 2 7 40
VIDA 7 4 5 36

Por otro lado, términos que son frecuentes en los sinópticos faltan en Juann como:
milagro, parábola, conversión, evangelizar, etc.
El término “los judíos” y “vida” se tratan más adelante.

Recursos literarios: El evangelista emplea muchos recursos literarios para


comunicar su mensaje. Los más llamativos son:

El malentendido (o el equívoco): este recurso como técnica literaria es uno de los


fenómenos más peculiares del ropaje literario del cuarto evangelio. No tiene paralelos en la
literatura cristiana de los primeros siglos. Veamos de que se trata: Jesús propone una
afirmación enigmática que el oyente (algún discípulo, amigo, adversario) entiende en
sentido vulgar o en un plano material. Jesús responde a la pregunta formulada abriendo el
espíritu de su interlocutor a la plena verdad del misterio.
Ej. Nicodemo (3,4) cree al parecer que el “nacer de nuevo” debe tomarlo en sentido
carnal, la samaritana (4,15) quiere conseguir el agua viva que le ahorre el trabajo de acudir
al pozo. Podemos hallar otros ejemplos en 2,19-22; 13,33-37; 14,3-7; 4,31-34; 6,41-42.51.

El origen y finalidad de este procedimiento literario parece ubicarse en el cuadro


simbólico sobrenatural del evangelista, una manera de decir que la verdad revelada no es
una realidad de este mundo. Este simbolismo es el equivalente joánico del lenguaje de las
parábolas en los sinópticos. El malentendido joánico equivale a la falta de comprensión

13
Por su colorido semítico se puede deducir que el autor procede del judaísmo. Por su griego correcto y
expresivo a su manera, hay que pensar en una permanencia bastante prolongada en ambiente helenístico. Si
se busca al autor en la diáspora judía, poseía conocimientos de la lengua hebrea y formación judaica. No se
pueden entonces obtener un juicio seguro teniendo en cuenta el lenguaje.

~ 14 ~
con que chocan las parábolas en la tradición sinóptica (cf. Mc 4,12). Representa la
incapacidad del mundo para ver la verdad.

Uso de palabras con doble significado: El evangelista aprovecha los dos


significados que puede tener una palabra. Por ejemplo:
 3,5.8: (pneuma) Viento/Espíritu en 19,30 aliento
 8,28; 12,32.34: (hyosóo) ser levantado Acá la elevación alude a dos
realidades de niveles diferentes, elevación material y exaltación.
 3,3ss (ánothen) “de lo alto” o “de nuevo”.
 7,8 subir (¿a Jerusalén o al Padre?)
 2,19-21 Santuario

La ironía: los adversarios de Jesús afirman despectivamente o sarcásticamente algo


que resulta ser verdadero o significativo en un nivel que ellos no captan. El evangelista
muestra esas afirmaciones y los deja sin respuesta o responde con un silencio llamativo con
la seguridad de que el lector creyente advertirá la verdad más profunda. Ej. 4,12; 6,42;
7,42; 11,49-50

Las notas aclaratorias: hallamos también en el evangelio comentarios insertados en


los relatos que sirven para explicar algunos nombres (cf. 1,38.42), símbolos (cf. 2,21;
12,33, 18,9) corrigen posibles malentendidos (cf. 4,2; 11,2), etc. Estas notas son a veces
indicios del proceso redaccional que intervino en la composición del evangelio.

Los dualismos:14 expresiones en las que se contraponen dos conceptos de contenidos


contrarios. También conocidos como “palabras contrapuestas” o “antítesis”.
Ejemplos: 1,5; 3,19; 812; Luz-Tinieblas.
3,6; 6,63 Carne-Espíritu.
5,24; 11,25 Muerte-Vida.
Además de expresiones contrapuestas hay escenas desarrolladas a partir de un
modelo de oposición, como en los capítulos 8 y 9. Se podría agregar que todo el Evangelio
muestra una tensión entre el Creer y no Creer.

La inclusión: es la mención, al principio y al final de un pasaje, de un mismo detalle.


Ej. 2,11 y 4,46.54; 1,29 y 19,36.

También se ha detectado en este evangelio un procedimiento literario envolvente,


que puede explicarse recurriendo a la imagen de “una espiral hacia fuera” donde la misma
verdad se esparce sobre un área más amplia. O también se lo puede comparar con “las olas
del mar en marea creciente”. Cada nueva ola cubre el espacio que cubría la anterior, pero al
mismo tiempo avanza hacia la orilla.
En cada episodio se ve la esencia de todo el evangelio, en un episodio posterior se
alude al anterior pero se ve el progreso. Para dar uno de tantos ejemplos podemos recurrir

14
Se ha dicho que en Jn hay huellas de un cierto dualismo, pero no obstante su terminología dualista, no
existe un dualismo metafísico como el que se encuentra en la gnosis. Para Jn si el mundo es malo no lo es por
ser materia, sino sólo por haberse desligado de Dios.

~ 15 ~
al texto de 1,19 y luego constatar la repetición de la misma idea en breves relatos en 1,34;
2,1.11.13; 2,23; 4,43; 4,54; 9,1; 9,41.

5. La Teología de Juan

La teología de Juan es una de las más ricas y originales del cristianismo primitivo.
Muestra relaciones muy estrechas de contenido con el resto de la teología
neotestamentaria, pero por otra parte refleja la adaptación y la profunda elaboración
personal en vista de una problemática y un mundo de expresión del todo característicos. Se
puede decir que la teología de Juan se reduce a la cristología. El centro de interés lo
ocupan, casi exclusivamente, la persona y la misión divinas de Jesús: se habla de su
preexistencia, de su función creadora, de su presencia salvífica en el mundo, de su
encarnación, de su autorevelación, de su vuelta al Padre. Los demás temas se tocan dentro
de esta perspectiva: en la relación con la persona y misión salvadora de Jesús. Nos
centraremos entonces en la cristología joánica por constituir el centro de sus enseñanzas y
abordaremos también la escatología joánica debido a su particularidad.

Cristología Joánica
Jesús es el protagonista de todos los Evangelios, es su centro, es el objeto de que se
hayan escrito. Sin embargo Jesús en este Evangelio presenta características especiales.
Haremos a continuación una comparación con los sinópticos:

Jesús en los sinópticos Jesús en el Evangelio de Juan


Jesús habla poco de Él mismo, sólo lo hace Jesús siempre habla sobre sí mismo. Por ello
cuando empieza a anunciar su Pasión. la abundancia de los “Yo soy” llamados:
Los “Yo” dichos por Jesús aparecen pero discursos de autorevelación.
mucho menos: Mc 6,50; Mc 14,62
Jesús habla frecuentemente del Reino (tema Jesús no habla del Reino.
central de los sinópticos) y lo ilustra con
parábolas. Por supuesto que se está
refiriendo a sí mismo cuando evoca al
sembrador, al esposo, al médico de las
parábolas, pero lo hace de forma indirecta ya
que éstas son principalmente las parábolas
del Reino.

Encontramos la pregunta sobre la identidad La pregunta por su identidad se encuentra


de Jesús (sumo sacerdote), Pedro, espíritus. muchas veces más.

Los “Yo soy”

En este evangelio es muy frecuente la expresión “Yo soy” en boca de Jesús. Estas
declaraciones siempre se pronuncian en una situación concreta y como respuesta a ella.
Jesús remite al misterio del nombre divino revelado a Moisés en el Monte Horeb (cf. Ex

~ 16 ~
3,14). Al ser arrestado Jesús se designa como “Yo soy” (Jn 18,6) lo cual parece natural
pero es mucho más significativo y la prueba es que los guardias caen en tierra al oír esa
palabra.
Los “Yo soy” no quieren decirnos inmediatamente: soy aquel que dijo a Moisés: Yo
soy el que soy, Jesús no dice “soy Yavé” (eso sería introducir otro Dios frente al Dios
único). Dice: Yo soy y actúo de la misma manera que Dios es y actúa. Jesús habla como
Dios, da como da Dios pero habla porque ha sido enviado, porque Él ha sido dado.
Todo el comportamiento de Jesús demuestra que el Dios de Moisés es su Padre. Sin
embargo recogiendo su lenguaje y su acento Jesús se identifica con el “Yo” que hablaba a
Moisés. Hay entonces: identificación y distinción (cf. 8,28). El prólogo lo aclara al
distinguir dos Personas (cf. 1,1).
Al lado de estos “Yo soy” sin complemento hay otros más numerosos que marcan la
identidad de Jesús y una realidad misteriosa:

 6,35.41.48.51 “Yo soy el Pan vivo... el que me come vivirá para siempre.”
 8,12 “Yo soy la luz del mundo; la persona que me siga no caminará en la
oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.”
 10,7.9 “Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo.”
 10,11.14 “Yo soy el buen pastor.”
 11,25 “Yo soy la Resurrección, el que cree en mí, aunque muera, vivirá.”
 14,6 “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.”
 15,1.5 “Yo soy la vid.... el que permanece en mí y yo en él ése da mucho
fruto.”

La mayoría de las veces esta realidad está inducida por la situación y por un signo
que acaba de realizar Jesús y que tiene también un valor de símbolo.
Esta característica de los “Yo soy” joánicos no proceden sólo del texto del Éxodo,
sino también del deutero Isaías, “Yo soy Yavé, fuera de mí, no hay Salvador.” (Is 43,11)
Is 43,1; 41,4; 43,15-25; 46, 4-9 etc. En estas fórmulas hay no sólo un eco del “Yo
soy” del Horeb sino también un complemento que expresa un don y una promesa. Ya en el
Horeb “Yo soy” envía a Moisés a su pueblo para liberarlo de la esclavitud en Egipto (Ex
3,14) lo cual ya es don y promesa pero que aún no expresaba como en el deutero Isaías las
definiciones de Salvador, vuestro Santo, Creador de Israel. Estas promesas se harán más
claras en Juan donde los “Yo soy” concentran en Jesús todas las promesas divinas, todas
las esperanzas mesiánicas y sobre todo lo que reúne a todas las demás promesas es la
promesa de la vida que siempre está asociada a estas declaraciones.

Yo soy el Pan
Yo soy la de vida
resurrección y la
vida

LA VIDA Yo soy la luz


del
Yo soy el camino, mundo…tendrá
la verdad y la vida la luz de la
vida.
~ 17 ~
Hemos visto entonces que muchos de los “Yo soy” hacen directa referencia a la
vida y esto es porque el concepto de VIDA en Juan es de gran importancia y ocupa un
lugar destacado concentrándose en Cristo que es la Vida. Este término aparece en el
evangelio 35 veces y se ha dicho que la noción de vida corresponde por su importancia
a la del Reino de Dios en los sinópticos. Si bien los evangelios sinópticos conocen este
término lo emplean con menor frecuencia y siempre designa en ellos una condición
futura teniendo que ver con el Reino de Dios ya consumado. La vida es objeto en ellos
de esperanza, en cambio en el evangelio de Juan se trata de una posesión actual. El
acento de Juan recae sobre el carácter presente, actual de este don. El que cree en
Cristo pasa ya ahora de la muerte a la vida. Volveremos sobre este tema al hablar sobre
la escatología joánica.

“para que todo el que crea tenga en él la vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios
al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no
perezca, sino que tenga vida eterna.” Jn 3,15-16

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna…” Jn 3,36

“En verdad, en verdad os digo que el que cree, tiene vida eterna.” Jn 6,47

“En verdad, en verdad os digo que el que escucha mi palabra y cree en el que
me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, pues ha pasado de la
muerte a la vida”. Jn 5,24

“El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan
vida y la tengan en abundancia.” Jn 10,10

En los sinópticos: VIDA, objeto de esperanza


En Juan: VIDA y VIDA ETERNA posesión
actual

Veamos algunos ejemplos más sobre el tema de la vida que son muy elocuentes:

“El Padre tiene la vida y la da al Hijo (Jn, 5,26; 6,57), el cual, como el Padre,
vivifica a quien quiere (5,21). Cristo es la vida en persona, que fue enviado al mundo. Su
mandamiento es vida eterna (12,50), tiene la vida en sí mismo (1,4). El puede decir de sí
mismo: “Yo Soy la Resurrección y la Vida” (11,25; 14,6). Sus palabras son espíritu y son
vida (6,63.69). Da agua viva (4,10; 7,38). Es y se da en comida como Pan de Vida
(6,35.48). Este pan es vivo y da a la vez la vida eterna (6,58).
La verdadera y auténtica “vida” pertenece al mundo de “arriba”, al mundo de lo
divino, y solo llega al hombre a través de Cristo, el revelador y portador de todos los
dones. El es el depositario y dispensador de la vida, da Vida la palabra de Jesús, no el agua
de la piscina, da vida el pan que baja del cielo, no el pan material. Pedro responde: “Tú
tienes palabras de vida eterna”.

~ 18 ~
La relación entre Jesús y el Padre

Esta relación se expresa a través de afirmaciones que ilustran y describen el misterio


de identidad y unidad de una relación única e impensada:

 “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al
Padre que lo ha enviado.” 5,23
 “No me conocéis a mí ni a mi Padre, si me conocierais a mí, conocerías también a mi
Padre.” 8,19
 “Quien reciba al que yo envié, me recibe a mí y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que
me ha enviado.” 13,20
 “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.” 14,9
 “El que me odia a mí, odia también a mi Padre.” 15,23

Estos textos señalan diversas actividades humanas que tienen como objeto a Jesús y
por tanto al Padre. Este misterio de unión e identidad se refleja en textos conocidos: “yo y
el Padre somos una misma cosa.” (10,30);
Estas afirmaciones se hacen desde Jesús. Desde aquel a quien los hombres: ven,
odian, conocen, reciben, honran y creen. Jesús es el punto de referencia, el criterio. Por ello
Juan se concentra en explicar quién es Jesús.

Jesús es:

 el enviado de Dios (plenipotenciario): en el derecho judío si bien el que


envía a un agente para que lo represente conserva una estricta superioridad sobre el
enviado, es cierto que el que envía es uno con el enviado. El enviado lleva a cabo su
tarea con fidelidad y obediencia, dado que tiene los mismos derechos y se le debe
honor y respeto.
Al acabar su tarea da cuenta de todo lo que ha realizado volviendo al que lo ha enviado.
Así es Jesús, el enviado plenipotenciario, uno con el Padre (10,30) y el que lo ve a
Jesús lo ve al Padre, el que no lo honra no honra al Padre, etc. Sin embargo el enviado
está por debajo del que lo envía (cf. 13,16).

 el Hijo: Juan habla de Jesús como Hijo en muchas ocasiones, a las que se
debe agregar las numerosas veces en que habla del Padre (106 por parte de Jesús) y
unas 25 de estas 106 Jesús habla de “su Padre”. Por ello la figura del Hijo es central en
Juan.

El concepto de Hijo habla de una necesaria relación con el Padre que se expresa en un lazo
de dependencia del Hijo con el Padre por ello Jesús ha salido del Padre y ha venido al
mundo y deja el mundo para volver al Padre (cf. 16,28). Y el Hijo no se puede entender sin
el Padre. Jesús no puede realizar nada por sí mismo, no hace su propia voluntad, no ha
venido por su cuenta, etc. Todo esto expresa la relación íntima del Hijo con el Padre.

~ 19 ~
El Espíritu Santo en Juan

Se atribuye a Lucas una gran originalidad en la presentación de la figura del Espíritu


Santo. Juan, que concuerda con él sin embargo lo presenta
con algunas características especiales.
La primera parte del evangelio nos habla del Espíritu
en varios pasajes y lo que lo caracteriza es su íntima relación
con Jesús. Es Jesús quien bautiza con Espíritu Santo (cf.
1,33). Jesús es aquel sobre el cual se ha dado el Espíritu sin
medida (cf. 3,34). Las palabras de Jesús son Espíritu y son
vida (cf. 6,6). Pero en esta primera parte todavía no se ha
descripto al Espíritu. Al llegar a los discursos de despedida
que se encuentran en la segunda parte de la obra nos
encontramos con una amplia presentación de la figura del
Espíritu Santo al que también se lo llama Paráclito y Espíritu
de la Verdad.
En los siguientes cinco textos: 14,16-18; 14,26; 15,26; 16,7-10 y 16,13-15 se
describe al Espíritu Santo como el que toma el relevo de Jesús. Todas sus acciones se
refieren a Jesús y se centran en una tarea fundamental que es la de enseñar, formulada
también en términos jurídicos como “dar testimonio”, “poner de manifiesto” en el sentido
de hacer patente en un marco judicial. En este evangelio el acento está puesta en que él
Espíritu Santo no tendrá una actuación original, ni se caracterizará por la novedad ya que
todo lo que hace ya está de alguna manera en la persona y en la actuación de Jesús.
Los textos mencionados nos preparan para interpretar la muerte de Jesús como don del
Espíritu, del Paráclito que va a sucederle. El texto de Jn 19,30 “…e inclinando la cabeza,
entregó su espíritu” presenta indicios que conducen a interpretarlo de manera que Jesús
estuviera entregando el Espíritu. Es cierto que este texto podría decir simplemente como en
Mc 15,37 y Mt 27,50 que Jesús expiró en el sentido de murió. Sin embargo el verbo
utilizado paradidomi tiene el sentido de entregar, comunicar, confiar, lo que hace pensar,
en el contexto de este evangelio, en la entrega del don del Espíritu a los creyentes.
Que todos los evangelios fueron escritos bajo la inspiración del Espíritu es algo
sabido pero los sinópticos no llegan a explicitarlo, ni la profundidad de las narraciones
presentadas, ni la radicalidad de la interpretación teológica que ofrecen. El evangelio es lo
que adviene con el Paráclito, el Espíritu de la Verdad. Lo que distingue al evangelio de
Juan es la profundidad teológica de Jesús. Esto sitúa la cristología en un nivel inalcanzable
para los esquemas sinópticos.

La Escatología

La teología joánica presenta una particularidad y ésta es el presente de su


escatología. Aunque Juan no ha abandonado la escatología común al NT (cf. 6,39-
40.44.54), sin embargo en algunos textos vemos que la muerte, el juicio y la resurrección

~ 20 ~
son presentados como realidades que ya están presentes y que son alcanzadas en la fe en
Cristo. Veamos los siguientes textos y notemos el presente de la salvación.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna…” (Jn 3,36)

“En verdad, en verdad os digo que el que escucha mi palabra y cree en el que me ha
enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, pues ha pasado de la muerte a la vida.”
(Jn 5,24)

“«Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive
y cree en mí no morirá jamás.” (Jn 11,25-26)

El término “Vida eterna” es originariamente y fuera de los escritos joánicos un


concepto escatológico, pero en Juan, como vimos se entiende como la salvación ya
presente.
Este proceso de transformación y reinterpretación de contenidos de enunciados
escatológicos en el sentido del logro presente de la salvación se observa también en otros
conceptos y expresiones del evangelio tales como: “aquel día” (cf. 14,20; 16,23.26
comenzando con la resurrección de Cristo), “gozo” cumplido (cf. 15,11; 16,20.22.24);
“victoria” (cf. 16,33) “paz” (cf. 14,27; 16,33).

~ 21 ~

También podría gustarte