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Paidós Básica

Martyn Hammersley
Últimos tltulos publicados: Paul Atkinson
7ó. D. Dennett - La conciencia expücada. IJna teorla interdisciplinar
77 . J. L. Nancy - In expericncia de la libettad
78. C. Geertz - Tlas los hechos
1?. $ \. Aramayo, J. Murglerza y A. Valdecantos -.E/ individuo y la historia
80. M. Augé - El sentido dz las otrós
81. C. Taylor - Argumentos filosóficos
82. T. Luckmar¡rt - Tborla de la acción social
Etnografia
83. H. Jonas - Técnica, medicina y ética
84. K. J. Gergen - Realidades y relaciones Métodos de investigación
85. J. S. Searle - La constucción dc la realidad social
8ó. M. Cruz (comp.) - Tíempo de subjetividad
87. C. Taylor - Fuentes dcl 1to
88. T. Nagel - Igualdad y parcialidad
89. U. Beck - La sociedad del riesgo
90. O. Nudler (comp.) - La racioñalidad: su poder y sus llmites
91. K. R. Popper - El mito del marco común 2 ediciÓn revisada y ampliada
92. M. Leenhardt - Do kamo
93. M. Godelier - El enigtra del don
94. T. Eagleton - Idcologla
95. M. Platts - Realidndes morales
9ó. C. Solís - Aha tensión: filosofía, sociologla e historia dc la ciencia
97. J. Bestard - Parentesco y modernidad "
98. J. Habermas - In incluíión del otro
99. J. Goody - Representaciones y contradicciones
100. M. Foucault - Ente filosofta y literatura. Obras esenciales, vol. t
101. M. Foucault - Esffategias de poder. Obras esenciales, vol. 2
102. M. Foucault - Estética, éticay hettnenéutica. Obras esenciales, vol. 3
103. K. R. Popper - El mundo de Parménides
104. R. Rorty - Verdad y progreso
105. C. Geerl"z - Negará
l0ó. H. Blumenberg - Ia lcgibilidad dcl mundo
107. J. Derrida - Dar la muerte
108. P. Feyerabend - La conquista de la abundancia
109. B. Moore - Pureza m.oral y persecución en Ia historia
110. H. Arendt - In vida del esplritu
1l l. A. Maclntyre - Animalcs racionales y dcpendientes
ll2. A. Kuper - Cultura
113. J. Rawls - I¿cciones sobre la historia de la filosofla moral
I14. T. S. Kuhn - El camino desde la "estructurá>
1 15. W. V. O. Quine - DesdB un punto de vista lósico
I ló. H. Blumenberg - T|abajo sobre el mito
I 17. J. Elster - Alquimias d¿ La mente
I 18. I. F. Shaw - La evaluación cualitativa
119. M. Nusshaum - La terapia del deseo
l2O. H. Arendt - La. tra.dición oculta
l?!. y.Putnam -_El desplome dc la dicotomla hecho/valor y otros ensayos
122. H. Arendt - Una revisión,d¿ la .historia judla y otros ensayos
123. M. C. Nussbaum - El cultivo de la humanid¿id
124. L. S. Vygotsky - Psicologla d¿l arte
125. C. Taylor - Imaginarios socíales modemos
l2ó. J. Habermas - Ente naturalismo y relipión
127. M. Cru2 (comp.) - El siglo de HañnahÁrendt
128. H. Arendt - Responsabilidad v juicio
129. H. Arendt - la promesa de la polltica
131. J. Rawls - I¿cciones sobre la historia de la filosoffa polltica
*P g*:.?,"9f,"..,u*".
Título original: Etnography, Principbs in practice
Publicado en inglés por Routledge, Londres y Nueva York

Traducción de Mikel Aramburu Otazu

Cubierta de Mario Eskenazi

Los griegos más antiguos (aquellos cuyos escritos se han perdido)


adoptaron [...] la postura [...] intermedia entre la presunción de pronun-
ciarse sobre todas las cosas y la desesperación de no comprender ninguna
de ellas; y, pese a que se lamentaban frecuente y amargamente de la difi-
cultad de indagar y de la oscuridad intrlnseca de las cosas, y cual caballos
que mordisquean impacientes su bocado no persistían en su pesquisa y se
centraban en la naturaleza, creyendo (al parecer) que a la auténtica cues-
tión es o no posible- no hay que abordarla
-a sabel si el conocimiento
con rezonamientos sino con tentativas. Por lo demás, confiando plena-
mente en la fuerza de su entendimiento, no aplicaban regla alguna sino
que lo elevaban todo al pensamiento riguroso, el trabajo constante y el
ejercicio de la mente.

(Francis Bacon, 1ó20)


Quedan rigurmamente prohibidas, sin Ia autorización escrita de los titulares
delcopyright, bajo las mnciones establecidas en la leyes, la reprodu@ión total
o parcial de esta obra por cualquier medio o prredimiento, comprendidos
la reprogmffa y el tmtamiento informático, y la distribución de eiemplares
de ella mediante alquiler o préstamo priblicos.

@ 1983 by Martyn Hammersley y Paul Atkinson


@ 1994 de la traducción, Mikel Aramburu Otazu
@ 1994 de todas las ediciones en castellano
Ediciones Paidós lbérica, S.A.,
Av. Diagonal, 662-664 -
08034 Barcelona
www.paidos.com

ISBN: 978-84-493-0980-9
Depósito legal: B.7.9 I 9-2009

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Botánica, 176-178 - 08908 L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

Impreso en España - Printed in Spain


Capítulo I

¿QUÉ, ES LA ETNOGRAFÍA?

En las últimas décadas, la etnografía se ha convertido en una


manera popular de aproximarse a la investigación social, al igual
que otro tipo de trabajos cualitativos. Esto es asl debido en parte a
la desilusión provocada por los métodos cuantitativos que, durante
mucho tiempb, dominaion casi por completo las ciencias sociales,
aplicándolos a la mayorla de las investigaciones sociales. De hecho,
ei la actualidad la pópularidad de la investigación cualitativa es tal
que se ha convertido en la tendencia mayoritartapara la investiga-
cion. N mismo tiempo, este éxito ha provocado la diversificación
y el desacuerdo: existen considerables diferencias de prescripción y
práctica, y, de acuerdo con éstas, cierta divergencia acerca de la
adecuada naturaleza de la investigación cualitativa y sus propósi-
tos. Esta diversidad en la perspectiva y la práctica ha sido formali-
zada en trabajos que han intentado identificar los múltiples para-
digmas. Marshall y Rossman (1989), por ejemplo, enumeran seis
formas de investigáción cualitativa, en tanto que en el campo dela
educación, Jacob señala siete u ocho paradigmas cualitativos dife-
rentes en Estados Unidos (Jacob, 1987); también se hizo patente
una diversidad similar en los trabajos británicos en ese campo (At-
kinson y otros, 1988).
Según los propósitos ibro, interpretaremos el término
de un mod preocuparnos demasiado so-
"etnografla"
bre qué podrá servirnos para ello o no. Entendemos el
término como una
[¿
doconcretooaun
do concreto ii{ cl'*j,- "
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tiEffiiobservando qué sucede, escuchando qué se dice,_haciendo
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pregirntas; de hecho, haciendo acopio de cualquier dato disponible


I
I
que sirva para arrojar un poco de luz sobre el tema en que se centra
t

la investigación. Igualmente, como veremos más adelante, en cier-


to sentidó todos los investigadores sociales son observadores parti-
1ó ETNocRAFfA ¿ouÉ es u ErNocurfn? 17

cipantes y, por lo tanto, las fronteras de la etnografía no pueden ser tes, denominaremos estas tendencias como "positivismo> y <natu-
nítidas. No pretendemos, particularmente, llevar a cabo una distin- ralismo": el primero privilegia los métodos cuantitativos y el se-
ción definitiva entre la etnografía y los otros tipos de indagación gundo propone la etnografía como método central, si no el único
cualitativa. legftimo, de investigación social. (uNaturalismoD es un término
En muchos sentidos,la etnografía es la forma más básica de in- que se utiliza de maneras diversas, incluso contradictorias, en la li-
vestigación social. No sólo tiene una larga historia (Wax, l97l), si- teratura: véase Matza,1969. Aquí adoptamos simplemente el signi-
no que también se asemeja notablemente a los modos rutinarios ficado convencional dentro de la literatura etnográfica.)
con que la gente le da sentido al mundo en la vida diaria. Algunos
críticos entienden que precisamente ahí radica su fuerza, otros
creen que ésa es su debilidad elemental. En el pasado,'era habitual Pos¡rrvrsn¡o FRENTE A NATURALISMo D
enfocarlo desde el ángulo positivo. En cualquier caso, ahora los tra-
bajos cualitativos se aceptan de un modo más amplio que antes, y El positivismo ha tenido una larga historia en la filosoffa, alcan-
esto ha llevado a un crecimiento del interés en la combinación de zando su apogeo con el upositivismo lógico" de los años treinta y
las técnicas cualitativa y cuantitativa (Bryman, 1988; Brannen, 1992). cuarenta (Kolakowski, 1972\. Este movimiento tuvo una conside-
Sin embargo, había'una tendencia compensatoria por parte de al- rable influencia sobre los cientlficos sociales, particularmente en la
gunos etnógrafos a distinguir sus investigaciones de manera más promoción del estatus de la investigación experimental, de encues-
marcada del método cuantitativo, y en el proceso de rechazar la tas y de formas cuantitativas de análisis asociadas a éstas. Antes
propia noción de ciencia de la vida social destinada a la compren- que esto, tanto en sociología como en psicología social, las técnicas
sión del comportamiento humano (véanse, por ejemplo, Smith, cuantitativas y cualitativas habfan sido utilizadas habitualmente
1989; Guba,l99O; Lather, 1991). en todo tipo de ámbitos, a menudo por parte de los mismos inves-
Durante mucho tiempo,los investigadores sociales han sufrido la tigadores. Estudiosos del siglo xlx, como Mayhew (1861), LePlay
tensión entre las concepciones del método cientffico modeladas a ( I 879) y Booth ( I 902- I 903), trataron los datos cuantitativos y cua-
' partir de prácticas de las ciencias naturales, por una parte, y las litativos como complementarios. Incluso los sociólogos de la Es-
ideas acerca del hecho diferencial del mundo social y de las implica- cuela de Chicago, a menudo representados como los exponentes de
ciones que conlleva cómo debe ser estudiado, por otra. Pero en los la observación participante, empleaban tanto los ucasos de estu-
últimos años, esto se ha exacerbado al incrementarse las preguntas dio" como los métodos "estadfsticosu. Al tiempo que había debates
sobre el_yalgryetcffiElgr de las ciencias naturales. Éstas ya no re- recurrentes en torno a ellos, sobre sus ventajas relativas y los usos
presentán el prestigioñ*ññ-üiéI6 iiüéniei,Ui;"áñ"éilasado. En cierra de las dos aproximaciones, también había una coincidencia general
lmedida, esto surge tras-reeonocer que los t€s p¡lqfluge son sobre el valor de ambas (Bulmer, 1984; Harvey, 1985; Hammersley,
, q-l ury1ben{lg.S¡fsonfirsa*Además, se pone mayor énfasis en el hecho 1989b). Sólo más tarde, con el rápido desarrollo de los métodos es-
ir :' .+: de qü6sé trata de un producto social; así pues, el esfuerzo se ha si- tadlsticos y de la creciente influencia de la filosoffa positivista, este
["*'"**" tuado en el hecho de que participa de otros conjuntos de actividades tipo de investigación fue observada por los que la practicaban co-
humanas, y también paralelamente a la escolarización de las huma- mo una tradición metodológica autosuficiente. (En la psicologfa
nidades y las artes, escolarización que ha alcanzado gran influencia social este proceso dio comienzo más pronto, y se convirtió en el
en la investigación social, especialmente entre los etnógrafos. método dominante de experimentación.)
El propósito de este capítulo es explorar y atestiguar estos cam- Hoy, el término upositivismou se ha convertido en poco más que
bios en las ideas que configuran la metodología etnográfica. Em- una palabra de la que abusan los científicos sociales y, fruto de ello,
. pezaremos por observar el conflicto entre el método cuantitativo y su significado se ha oscurecido. Para nuestros propósitos, los prin-
el cüalitativo como modelos de investigación social que compiten, cipales dogmas del positivismo se pueden desarrollar de la forma
presente en muchos campos en el pasado y todavfa hoy en algunos. siguiente (para una exposición más detallada véanse Keat y Urry,
A menudo, este tipo de circunstancias se convierten en una pugna I 975; Giddens, 1979; y Cohen, 1980):
entre posiciones filosóficas opuestas. Ateniéndonos a los preceden-
l8 ETNoGRAFIA ¿ouÉ Es LA ETNOGRAFÍA? t9

l. IA_cWW_lg.y14tural, concebidn en términos de lógica del experimen- ciencias naturales y, en particulaC el de la flsica (Toulmin, 1972').
to) uiI *."&JS d¿ Ia invest igación ocial. Aunque es cierto que los
s Método, en este caso, quiere decir verificación de teorfas. se ttaza
positiüsiál ñó quieren sostener que todos los métodos de las una distinción radical éntre el contexto de los descubrimientos yel
ciencias naturales sean iguales, sí que argumentan que compar- contexto de la justificación (Reichenbach, 1938 y 1951). La cues-
ten una lógica com{rn. Ésta es la lógica del experimento, donde tión de cómo sé generan las ideas teóricas pertenece al pasado y es-
variables cuantitativamente mensuradas son manipuladas con el tá fuera de los limites del método cientffico. Los procedimientos
objetivo de identificar las relaciones existentes entre ellas. Esta utilizados en el contexto de justificación marcan la diferencia entre
lógica, dicen, es la caracterlstica que define la ciencia. la ciencia y el sentido común, con el objetivo de reemplazar éste
2. Leles universales. El positivismo ha adoptado una concepción por un cuerpo de conocimientos cientfficos
.#á¿Ieristntáe la eiplicación, normalmente conocida como Así pues,la característica más importante de las teorlas cientlfi-
modelo de la oley protectorau. Aquf los acontecimientos son ex- cas es que están abiertas y sujetas a una aprobación_: pueden ser
plicados siguiendo un método deductivo al apelar a leyes, uni- confirrrüdas o negadas. Este procedimiento requiere del control de
irersales qul establecen relaciones regulares entre variables, y las variables, que puede lograrse mediante el control ffsico, como en
que permanecen constantes en todas las circunstancias. Sin los experimentos, o mediante el análisis estadfstico de un amplio
ómbargo, la versión estadística de este modelo, en el cual las re- númeio de casos, como en la investigación mediante encuestas. Sin
lacionJs sólo tienen una determinada probabilidad de aplicarse control sobre las variables, se afirma, no se puede sino especular
a todas las circunstancias, ha sido la más adoptada por los cien- acerca de las relaciones causales, pues no se tiene una base para
tfficqs sociales, y esto ha motivado un gran interés por los pro- comprobar las hipótesis. Asl, el proceso de comprobación impli-
cedimientos de muestreo, especialmente en las investigaciones lo que afirma la teoría acerca de lo que deberfa suce-
que utilizan encuestas. En este modelo de explicación su punto der"ó*put"r
"u en óiert"r ciriunstancias con lo que realmente sucede; en otras
fuerte se centra en la generalización de resultados. palabras, compararla con ulos hechos>. Estos hechos se recogen
3. El lenguaie de lap_hseaneiA¡a-wet4llgl.Por último, los positivistas mediante métódos que, al igual que los hechos que tratan, son ob-
dariffioiiclact'á los fenómenos que son observables de manera servados como neutrales respecto alateOríai O sea, se asume qge nO
direéta; cualquier apelación a factores intangibles corTe el ries- pueden proporcionar una prueba conclusiva para la ¿s6ría. Fl*par- r-
go de ser descalificada como especulación metaffsica. Las teo- ticular, üdos_lq,sintentos ll".rutt a cabo para eliminar el efecio-ifel I
rfas científicas deben fundarse en estar probadas por medio
1

;;;;J;í ;i a"#¿iu¡ .i;.'j""r;


"i ;;pú"i." v esp¡darizado de ;
-y
de- descripciones que simplemente correspondan al estado de
/
oroceilí-miéntos de obtéñóidn-de áátos, l-ii qué requiere una répliCa i
'p"r eiiáluar la fiabilidad de los hálláz-
las cosas, sin presupuestos teóricos, quedando asl libre de du- puñq ¿"-ió_s-otrosfalipbdé.r
das. Esta fundamentación puede consistir en datos proporcio- ;;;.'ú;;invesiigáclon uasa¿álñ por ejempló,¿l óóñ- '*
"ñcuésta",
nados por los sentidos, como en el empirismo tradicional o, como iírtamiento de loJ entrevistadores está especificado_ típicamente
en veriiones más tardfas, del ámbito de lo udirectamente obser- rerp""to a la redacción de las pregUntas y al orden en el que son rea-
vable": el moümiento de los objetos físicos; el mercurio en un ter- lizádas. En los experimentos, el comportamiento del investigador y
mómetro, por ejemplo, permite alcanzar más fácilmente un con- las instrucciones que ofrece a los sujetos están estrictamente de-
¡'$enso entre todos los obsen¡adores. Así pues, el énfasis se centra finidas. se afirma que si puede asegurarse que todos los que res-
i en la estandarización de los procedimientos de recolección de ponden a la encuesfa o los sujetos experimentales en estudio y sus
\ datos, y lo que se intenta con ello es elaborar criterios de me-di- correspondientes respuestas se encaran con el mismo tipo de estf-
eí¿b!á*giua todos los observ.áátu". Si l<¡s-óriüéi{os-lén mulos, entonces sus respuestas serán contrastables. Allf donde no se
"io"
fi ables eJót"i.aiffiüT6"mma"¿üé-sé" iéiídrá una base teórica- emplean estos procedimientos exphcitos y estandarizados, como en
mente neutra sobre la que trabajar' la observación participante, resulta imposible saber cómo interpre-
tar las ,"rpt"ritt, p.té. no se tiene idea de a qué han respondido'
Un aspecto central en el positivismo es, por lo tanto,la determi- Dicho de otro modó,loi positivistas argumentan que sólo mediante
nada concepción del método cientffico, siguiendo el modelo de las rrn qiercicio de control físico y estadístico de variables y gracias a un
20 ETNocRAFfA ¿ouÉ ns r,t nrruocn¡rfn? 2l

riguroso sistema de medición, la ciencia puede producir uncorpus mundo empírico que estudian, si lo que ellos presentan como el verda-
de conocimiento cuya validez sea conclusiva, reemplazando así los dero significado del mundo emplrico lo es realmente.
mitos y dogmas del sentido común.
(Blumer, l9ó9, págs. 27-28)
La investigación cualitativa no se ajusta a estos cánones positi-
- {;' vistail cciirtO-resuttado se'co¡-v;.e.4q éri--obieió. de-iü-iii-a ai'cáiécer
se desestimá comó inapropiada De acuerdo con esta perspectiva, un primer requisito de la inves-
dc-ttgor ciéiilihóó:"Álgunás
"eóei
paráTd'éíéiiC?á sócial, sobre la base de que los datos y hallazg,os que
tigación social es ser fiel a los fenómenos que se están estudiando, y
no a algún cuerpo particular de principios metodológicos, aunque
p¡od¡r-qe sqn usubje-tivos,,, sólo impresiones idiosinórásicás de uno
éste se encuentre sólidamente fundamentado por argumentos filo-
;A;; cáJói iiué-iió ¡fióforcionan unos tundamentos sólidos para el sóficos.
análisis cientffico riguroso. Como reacción a esto, los etnógrafos
Además, los naturalistas entienden los fenómenos sociales como
desarrollaron una visión alternativa de la naturaleza propia de la
algo sustancialmente diferente de los fenómenos físicos. En este sen-
investigación social, a menudo denominada <naturalismo" (Lofland,
tido, los naturalistas se mueven en un campo amplio de ideas filosó-
19ó7; Blumer, 1969; l[/Latza, l969;Denzin, 197I; Schatzman y Strauss,
ficas y sociológicas, pero especialmente en una interacción simbóli-l
1973; Guba,1978). También apelaron en alguna ocasión a las cien-
ca, fenomenológica y hermenéutica. A partir de diferentes puntos de-¡'
cias naturales como modelo, pero su concepción de este método partida, estas tradiciones coinciden en que qlmundo social no pue-
era diferente al de los positiüstas, y el ejemplo habitual era la bio-
de ser enlendido en términos de relaciones caEsffeis-ó-m-é<liáñtébl
logla del siglo xx más que la ffsica del siglo xx.
El naturalismo propone que, en la medida de lo posible, el mun- "r,"Liu"-ierñ*dérus:acóñtéCiñiéñtóCsociálesbaÍolevesuniversa-
les. E-s."tp-Ss- ggjggÁgye las acciones humanas esta.n..Uisaáá16-iñAUéi-
dcl social deberla ser estudiado en su estado ,.naturalo, sin ser con- 'soeialésliiñ¿-iiéionésr. m-óti"o-s,
clás, poiHeñifrt"ffi actit"deJ, ónJln-
taminado por el investigador. Procedimientos ..naturales> en lugar cias. Asi potélüñpTi;;"én éi ¿üüffi aéU'ñüá¿ción simbóiióa yace
de "artificialesu, como experimentos o entrevistas formales, debe- uñb reacción contra el modelo de comportamiento humano basado
rlan ser la principal fuente de datos. Además, el desarrollo de la in- en la dinámica estímulo-respuesta, desarrollado por los argumentos
vestigación debe tener en cuenta el respeto a la naturaleza del lu- metodológicos del positivismo. Según el punto de vista de los inte-
gar. El principal objetivo debería ser d,escribi¡ qué -sucede en el raccionistas, la gente interpreta estímulos, y esas interpretaciones,
f
lugar, cómd Iá genfé invriluCiádá éntiénde sus propias acciones y sujetas a una continua revisión conforme al discurrir de los aconte-
i laJüe los otros,-y el contexto en el que la acción sucede.
it Üitelernento cl;üé pára"el natuialismo ésla'lii$f5téncia en que cimientos, moldean sus acciones. Como resultado, los mismo estí-
mulos físicos pueden significar cosas diferentes para personas dife-
el investigador adopte una actitud de "respetou o uaprecio" hacia el rentes e incluso para las mismas personas en situaciones diferentes.
mundo social. Como dice Matza, el naturalismo es la perspectiva Mehan apofta un ejemplo concluyente relacionado directamente
que perrnanece fiel a la naturaleza del fenómeno que se está estu- con el tipo de recolección de datos que propone el positivismo:
diando (1964, pág. 5).Esto se contrapone a la concepción positi-
vista del método científico como una reconstrucción de la expe- Una pregunta de [un] test de desarollo de lenguaje le propone al ni-
riencia de las ciencias naturales: ño escoger como oel animal que puede volarr entre un pájaro, un ele-
fante y un perro. La respuesta correcta (obviamente) es el pájaro. Algu-
La realidad existe en el mundo emplrico y no en los métodos usados nos niños de primero, sin embargo, escogen el elefante al mismo
para estudiar ese mundo; ésta debe ser descubierta en el análisis de ese tiempo que el pájaro como respuesta a la pregunta. Cuando les pre-
mundo. Los métodos son meros instrumentos diseñados para identifi- gunto después por qué escogen esa respuesta ellos contestan: <Por
car y analizar el carácter inmutable del mundo empírico y, como tales, I)umboo. Dumbo, por supuesto, es el elefante volador de Disney, bien
su valor existe sólo en la medida en que son apropiados para latealiza- conocido por los niños que ven televisión o leen libros infantiles como
ción de esta tarea. En este sentido fundamental, los procedimientos r¡n animal volador.
empleados en cada fase de la acción científica investigadora deberlan
ser valorados en términos de su grado de respeto a Ia naturaleza del (Mehan, 1974,páe.249)
22 ETNocRAFIA
¿ouÉ rs r,l ErNocRerfe? 23

Dicha indeterminación respecto a la interpretación condiciona tuaciones extrañas que componen el nuevo ambiente, el forastero
los intentos de desarrollar unas medidas estándar respecto al com- va adquiriendo un conocimiento interno que suplanta al conoci-
portamiento humano. Las interpretaciones del mismo conjunto de miento <externo> preüo. Schutz señala que, como consecuencia de
instrucciones de experimentación o de preguntas variarán induda- verse forzado a entender la cultura de la sociedad de acogida, el ex-
blemente entre diferentes personas y circunstancias. traño adquiere cierta objetiüdad no accesible a los miembros de la
De manera igualrnente significativa, los naturalistas argumen- cultura en cuestión. Estos viven dentro de su cultura, incapaces de
tan que esto es debido a que el comportamiento de las personas no verla como algo que no sea un simple reflejo de "cómo es el mun-
se produce de manera mecánica, no se somete al conjunto de aná-
dou. A menudo no son conscientes de elementos fundamentalesl
lisis causales y a la maniprrlación de variables que caracterizan la muchos de los cuales son distintivos de esa cultura y moldean su i
investigación cuantitativa inspirada en el positivismo. cualquier visión.
esperanza a la hora de descubrir .,leyes, de comportamiento hu- El ejemplo de Schutz acerca de la experiencia del foráneo señala
mano es vana, sugieren, pues el comportamiento humano se cons- de manera más precisa el trabajo del antropólogo, que habitual-
truye y reconstruye de manera continua sobre la base de las inter- mente estudia sociedades muy diferentes a la suya. Sin embargo, la ',
pretaciones que las personas hacen de las situaciones en que se experiencie -del e-xtf-a-ñ.p* n9 $¡g4l restringida a aquellos que se tffi: )
encuentran. ladin á vivii a una sociedad diférente. El movimiento entre grupos
De acuerdo con el naturalismo, para comprender el comporta- dentró'"-tfe üná'soeGüá¿ b;ó.eiá pú'e¿e producir los mismo J""ior,
miento de la gente debemos aproximarnos de forma que tengamos aunque generalmente de forma más suave. Existen diferentes estra-
acceso a los significados que gufan ese comportamiento. Afortuna- tos o círculos de conocimiento cultural dentro de una misma socie-
damente, las capacidades que hemos desarrollado como actores dad. De hecho, esto resulta particularmente cierto en las modernas
sociales pueden darnos ese acceso. como observadores participan- sociedades industriales con su compleja división de labores,la mul-
tes podemos aprender la cultura o subcultura de las per"otras que
tiplicidad de estilos de vida, la diversidad étnica y las comunidades
estamos estudiando. Podemos interpretar el mundo de la misma desviadas, y también las subculturas, así como las perspectivas que
forma que ellos lo hacen, y asf aprender a comprender su compor- mantienen, y que son generadas por estas divisiones sociales. Esta
tamiento de un modo diferente al de los cientfficos naturalñtas es una de las principales razones para la investigación según la so-
acerca de la comprensión del comportamiento de los fenómenos fí- ciologla de la Escuela de Chicago. Trazado según la analogfa de la
sicos. (Esta forma de comprensión de los fenómenos sociales es a ecología animal y vegetal, los miembros de esa Escuela redactaron
menudo definida como verstehen. véase Truzzi, 1974, paradebatir un documento que diferenciaba modelos de vida que podían encon-
y,,aelarar la historia de este concepto.)
trarse en diferentes partes de la ciudad de Chicago, desde la "alta
,: La necesidad de aprender la cultura de aquellos a quienes esta- sociedad" de la denominada <costa dorada, a los mugrientos gue-
, mos estudiando es mucho más obvia en el Caso de las sociedades
tos de la Little Sicily. Posteriormente, el mismo tipo de aproxima-
distintas a la nuestra. Aquí no sólo no podemos saber er por quéla ción fue aplicado a las culturas y los trabajos, las organizaciones y
gente hace_ lo que hace, muchas veces ni siquiera sabemoi quá esro los grupos desviados, así como a otros (mundos sociales" más difu-
que están haciendo. Nos e. ¡¡pontramos así en la situación de extra-
sos (Strauss, 1978 y 1993), como el arte (Becker, 1974),las apuestas
.{ ñamiento referida por"scnutz¡ ( r 96a). s"h;; ¿ü¡iii-q,ie"auna,nt
(Scott, 1968) o el tráfico de droga organizado (Adler 1993).
; las iemanas y los meseb siguiéntes a la llegada del inmigrante a la Según la explicación naturalista, el valor de la etnografía como,,
s-ociedad de-acogida, lo que él o ella pensaban sobre aquella socie-
método de investigación social se basa en la existencia de dichas I
dad se revela de dudosa validez, incluso falso. Además, aspectos variaciones en los modelos culturales de las sociedades, y su signi- i
que ignoraban porque previamente se habían considerado di poca
ficación para la comprensión de los procesos sociales. La etnogra:- i
importancia, paulatinamente adquieren gran significación, lo que fía explota la capacidad que todo actor social posee para aprender
-
hace necesario afrontarlos para cumplir ób¡.tivós importantes,ial
nuevas culturas, y la objetividad que estos procesos ponen en fun-
vez incluso hasta para lograr la propia supervivencia del recién lle-
cionamiento. Incluso állí donde está investigando un grupo fami-
gado. En el proceso de aprendizaje de cómo comportarse en las si-
liar o un ambiente, al observador participante se le pide que lo tra-
24 ETNOGRAFÍA
¿euÉ es r¡ BrNocR¡rfe? 25
te como si fuera
"antropológicamente extraño>, en un esfuerzo por naturalismo tiene¡ muchas cosas eR cornún, Ambos apelan al mo-
hacer explícitos los supuestos que él ha dado por garantizados co- delo dé óiencia natural, a pesar de interpretarlo de diferente mane- ,,
mo miembro de dicha cultura. De este modo se espera que la cultura ra. Como resultado, los dos,estárr c_omprometidos con la idea dp.gn- \'.
se conüerta en un objeto susceptible de ser estudiado. El naturalis-
tender los fenómenos scciales eofno o.bjetos,existentes de manera ,t
mo propone que mediante la marginalidad, según una perspectiva indepéndienjgp"Lq_invgstigación. Del mismo modo, ambos buscán ¡o
y una posición social, es posible construir una explicación de la el compromiso práctico y polftico por parte de los investigadores,
cultura investigada en la que ésta aparezcacomo independiente y en su mayoría ajenos al proceso de investigación; de hecho, como
externa al investigador; en otras palabras, como un fenómeno na- fuente de distorsión de cuyos efectos tienen que protegerse para
tural. De hecho, la prr"n_q¡p-elfi_nalidg-d- .es.!A,!dps1gftp9i_ó_n_le culturas. preservar la objetividad. Muchos etnógrafos empezaron a pregun-
se renuncia a la bírsouédláe leyóiüni"eirilés fá"áicdéscñtr tarse ac€r.ca d.gl cp-mpromi3ó'de la investigación cualitativa respec-
ciones detalladas de la experiencia concreta de "tila vida dentro de
ió al naturalismo, desafiando uno o ambos supuestos. Surgieron
una cultura particula¡, y de las reglas o patrones sociales que la dudas respecto a la capacidad de la etnografíu u l" hora de retratar
construyen. Los intentos de ir más allá de esto, como por ejemplo el mundo social en el sentido que requería el naturalismo. Del mis-
explicar formas concretas de cultura, a menudo son desestimadbs. mo modo, el compromiso de los viejos tipos de etnograffa hacia
como dice Denzin (1971, pág. ló8), <los naturalistas se resisten a cierto tipo de valor de neutralidad fue cuestionado y se recomen-,.,
'" los esquemas o modelos que simplifican la complejidad de la vida
daron las formas de intervencionismo político de la é.tnografia.:, :'
\cotidiana"; aunque algunas formas de teorfa, aquellas que son en- Debemtis-6bséñár élioi aspectos de lá trítica al naturalisáo de
tendidas como capaces de captar la complejidad social, son.eco- manera diferenciada, a pesar de que a menudo estén relacionados
mendadas habitu;lmente, de manera esiecial la teoría básica de estrechamente.
Glaser y Strauss (Glaser y Strauss, l9ó8; Strauss y Corbin, 1990;
pero véase también Williams, 1976').
En los últimos años, la influencia del positivismo ha decaído y Cuestionar el realismo
con ella, en muchas áreas, el dominio del método cuantitativo. sin
embargo, al mismo tiempo el naturalismo ha sido atacado desde Hoy en día muchos críticos del positivismo y del naturalismo los
posturas de investigación cualitativa. En la siguiente sección ex-
niegan basándose en que ambos asumen que la labor del investiga-
ploraremos estos desarrollos más recientes.
dor social es representar los fenómenos sociales de cierta manera
literal: para documentar sus mecanismos y explicar sus aconteci-
mientos. Lo que se cuestiona es algo que a veces se refiere al realis-
Los aNnnnEALrsrAS y les cnfrrc¡s porftrcls DEL NATURALTsMo mo. En parte, Ia crítica al realismo aparece a partir de una tensión,
en el interior de la etnografía,'entre el naturalismo caracterfstico
como hemos señalado anteriormente, en la pasada década exis- del pensamiento metodológico de los etnógrafos y el constructivis-
tieron tendencias de desarrollo en conflicto dentro de la metodolo- mo y el relativismo cultural que relaciona su comprensión de las
gía de la investigación social. Por un lado, existía una creciente perspectivas y el comportamiento de la gente como construcción
aceptación de la etnografia y del método cualitativo, así como in- del mundo social, tanto a través de sus interpretaciones del mismo
tentos de combinarlos con técnicas cuantitativas. por otro lado, se
como a través de acciones basadas en dichas interpretaciones. Ade-\
criticó a este tipo de movimientos por eludir los pilares contra- más, a veces estas interpretaciones reflejan diferentes culturas; asíl \
puestos, tanto filosóficos como polfticos, sobre los que se erigían las
pues existe un sentido mediante el cual las acciones de la gente l
investigaciones cualitativas y cuantitativas respectivamentelsmith
crean diferentes mundos sociales (Blumea 1969, pág.l l). Pero el .. r
y Ftushusius, 198ó; Smith, 1989; Guba, 1990). También se critica-
constmctivismo y el relativismo son compatibles con el naturalis-
ron formas de pensamiento y de trabajo etnográfico arcaicas por mo únicamente en tanto que no se aplican en la investigación etno-
traicionar la influencia del positivismo y el cientifismo. Lo que se- gráfica en sí. En cuanto vemos a etnógrafos construyendo el mun-
ñala este dato es que, a pesar de sus diferencias, el posltiv!11no y el
do social mediante la interpretación que hacen de é1, aparece un
26 ETNocRAFfA
m rruocRlrl.q?
¿ouÉ Es 27
conflicto con el realismo naturalista construido dentro de Ia meto-
evidencia. Thmbién propuso una concepción alternativa de la cien-
dología etnográfica.
cia que contrastaba ampliamente con el modelo positivista. Sin em-
Esta fuente interna de dudas acerca del realismo se vio reforza-
bargo, su crltica también apuntaba contra el naturalismo, contra la
da por el impacto de diferentes desarrollos externos. uno de ellos
idea de un investigador en contacto directo con la realidad, como
fueron los cambios-en el campo de la filosofía de la ciencia. A pesar
había hecho contra el positivismo: en su explicación, todo conoci-
{e que h-asta principios de loi añ<¡s cincuenta el positivismo habfa miento del mundo está mediatizado por una serie de supuestos pa-
dominado este campo, a partir de ese momento ei dominio empezó
a decrece¡, dando
radigmáticos. Además, la üsión alternativa que él ofrecía hacfa que
lgg.r finalmente una serie de posiciones alterna- los científicos naturalistas aparecieran como personas más capaces
liva¡, algunas de ellas contrarias al realismo. un signo de este cam- de construir sus mundos sociales de lo que los etnógrafos eran ca-
bio fue el enorme impacto del libro de Thomas Kuñn The structure
paces con sus relatos. Y los sociólogos de la ciencia, consecuente-
d scientific Revolutiozs* (Kuhn, l97o; publicado inicialmente en mente, produjeron etnografías del trabajo de los científicos natura-
l-962). Kuhn se posicionaba en contra di las visiones de la historia
les en esa línea (Latour y Woolgar, 1979; Knorr-Cetina, 1981). En
de la ciencia que la retrataban como un proceso de desarrollo acu-
este sentido,la ciencia natural pasó de ser el principal modelo me-
mulativo hacia la v-erdad, conseguida mediante la investigación ra-
todológico para la investigación social a ser un objeto de investiga-
cional fundada en la eüdencia. El mostró, y otros también lo hicie-
ción sociológica; y para los etnógrafos esto produjo el conflicto en-
rgn, gle el trabajo de los cientfficos en ior mayores desarrollos
tre el naturalismo y el constructivismo en su propio seno.
científico-s del pasado estaba relacionado con súpuestos teóricos
acerca del mundo que no se basaban en investigu"iorr., empíricas,
Tariiinpórtante ciiriió iós désárróllos deniro áe la filosofía de la
y ahora muchos de ellos son juzgados como filsos. Kuhn incluso ciencia para la aparición de dudas acerca del realismo fue la in-
afirmó-qu-e la historia de la cióncla, más que mostrar el crecimien-
fluencia de diferentes tendencias de la filosofía continental europea.
to gradual del conocimiento, está puntuada por perf.dos de revo- El naturalismo se vio influenciado por las ideas acerca de la herme-
lución cuando los supuestos teóriios que foimu" el uparadigma' néutica del siglo xIx, sobre la interpretaclén de los textos históricos,
con el que Ios científicos de un campo pánicular han operado hasta
y en particular por el trabajo def,Dilthey; É,sta fue la fuente de la
idea, mencionada anteriormente,''8e-qúe el entendimiento socio-
ese momento cambian y son reemplazados. un ejempio es el salto
desde la física newtoniana ala teoría de la relati"i¿uá y h mecáni-
cultural adquiere una forma diferente para la comprensión de los
fenómenos ffsicos. En el siglo xx, sin embargo, esta temprana tradi-
ca cuántica a principios del-siglo xx. El cambio de un paradigma
por otro, de acuerdo con Kuhn, no sólo tiene lugar segrin la sirñple ción hermenéutica fue cuestionada por una nueva forma de
"her-
menéutica filosófica". Allf donde anteriormente los textos humanos
comprobación racional de la evidencia. Los parádig-á" son incon-
de comprensión habfan sido presentados como un riguroso proce-
mensurables, dibujan el mundo de manerasi'comlatibles, asf que
so de recuperación del significado que pretendía darle el autor y lo-
los datos en sí se interpretan de manera diferente ri r. tr"u"j.
diferentes pa_radigmas. Esto implica que la validez de üs afirma-
*" calizarlo en los lugares culturalmente relevantes, la hermenéutica . !¡.

ciones científicas es siempre relativa, áepende del paradigma con filosófica observaba el proceso de comprensión como un reflejo ine- i .

que son juzgadas, nunca es un mero reflejo de terriiorios indepen- vitable de los nprejuicios',,Ia pre-comprensión, del intérprete. La in-'.,.
dientes de realidad.
El trabajo de Kuhn materializaba la mayoria delos argumentos
contra el positivismo que se hablan convertido en influyJntes: que
no existe un fundamento de observación teórico-neuiral con el
qu3
las legrías puedan ser probadas, y que los juicios acerca de la
validez de las teorfas nunca están totarménte deierminados por una
sidg el poEt_es,"m-Gjgfalismo. Se trata de un movimiento muy diver-
p"ró .oiii ii""eCarió mencionar dos de sus más influyentes co-
* Tlad. cast.: La estruetura
de las revoluciones cientrficas, Madrid, Fondo de cultura Eco_
"o, "i
rrientes: la Ídgs645trubción,' de Derrida y el trabajo de Foucault.
nómica de España,20C0.
Al igual que la filosoftá-hérmenéüfíóa, la decoñit.üciio" táiübien
28 ETNocRAFfA
¿ouÉ Es r¡, ErNocRlrf,c? 29
lleva a preguntarse ácerca de Ia idea de que los etnógrafos pueden
.qqt* los significados sobre ra base de lls actos J" i, g""t", y ha- La política de la etnografía
cerlo-31cg'',pgs rglacionados: dichos significado" ro
"ór "riuul"r, Los naturalistas comparten con los positivistas un compromiso
individuales, sino que reflejan la constitución
1:g.p"tgni$a9s
de las subjetividades a través dellengu4e. ramúién resulta con la producción de relatos respecto a cuestiones factuales que re-
irnpor_ flejan la naturaleza de los fenómenos estudiados más que los valo-
tante la desautorización que la deconstrucción,""úrál".pecto
a res o las implicaciones políticas del investigador. Por supuesto*_4m-
las distinciones entre difeientes géneros de escritura:
entre ..escri- bos re-g*o_-qg._9-e"¡y.$le.h invg;tigacfón práctica se ve afectada por iós'
tores> y críticos, entre ficción y no ficción, de hecho,
entre escritu- valores del investigado¡, pero la intención de los naturalistas era li-
ra- literaria,y escritura técnicá en generar. Esto
. lrevo ai reconoci- mitdr-la influenciade dichos valores en la medida de lo posible, pa-
"'miento del hecho de que el lenguajJutilizado¡&'Ió;-éhógráfos én
sus escritos no es un medio transparente que permit" ra alcanzar co"nclusjp¡es que fueran qierfas. independientemente
dad á través suyo, sing-gug gp,r"¿r-üi".t una construcción""ii","ufi_ de détéiminadas posturas de valor. En los últimos años, todos los
que esboza esfuerzos en pos de Ia neutralidad de los valores y de la objetividad
en muchos casos las estrátegias retóricas utilizaáa;;;r-'l"r;;;:
di stas" o"incl u,qo I os n ovel is tai. A-parti. ¿" *l"r-"üü"';i;, han sido cuestionados, -a veceF reemplazándolos por la def.ensa de
uegaron á la óónclusión de q.t" tir r.nómenos "
agü;; un a i nvesii.g-aaién- sab,ie¡t-amente i dgo-l-ó gica, ( Latheq, i q g O ).
descritos en los in_ Esto es, en parte, el resultado de una influencia continuada del
formgs etnográficos habran iido creados median," i""
retóricas empleadas, más que tratarse de hechos externos ""trutegias marxismo y de la teoría <crítica>, pero igualmente importante ha
al teito; sidoélTmpacto del-fbniiñíCnio."Desde el punto de vista tradicional
en-pocas palabras, a menudo esta relación con la retórica
se asoció del marxismo, la disiin¿iéii entre hechos y valores es un producto
a formas de antirrealismo (véase, por ejempl", rvi.r,-iógó).
El,4tr+a¡o de Foucault se basa támbien histórico;algo-que puede superar el futuro desarrollo de la socie-
rá *sutiá" áa realis- dad. Log valores remiten al potencial humano que se construye en
mo. El destaca el hecho de que Ia investigación "" sóciar es un fenó-
meno sociohistórico, algo que funciona como parte del proceso el desarrollo de la historia. En este sentido, los valores son hechos
de incluso cuando tal vez no hayan encontrado una realización en el
algó que él entiende
luil*ncrlvtcgntrol,
de la sociedad moderna. Sus productos reflejan "o-o -".".irilo central
su carácter social,
mundo social. Además, proporcionanla clave para la comprensiórft,,.r,
más que representar cierto mundo independíe"t" de la naturaleza de las condiciones sociales del presente, el pasado i
cault argumenta que los diferentes .regímenes de verdad>
¿"i-ir-o. Fou_ y el futuro. La ciencia social proporciona, por lo tanto, no única-..,j¡,
,

se esta_ mente un conocimiento abstracto sino la."ba.se para la acción d€ , ,


Dlecen en distintos contextos, reflejandó el juego
de diversas fuentes tr4¡glqrnqci.ón del mundo, para conseguir la autorrealización hu- i'
*f *l
rlrgl ral,:::1".r."".1a.
Así ú.;;i;;;" .",rJ,u .r*ál..aadero y
investigación sociar o en cualquier otro campo, está -ánu. Desáe eéte punto de vista, la etnágrafía, iomo otras formas
i

tituido"rmediante un g¡-grgicio de poder. (para cons-


J"b'"t;;obre las
derinvestigación social, no puede tratar simultáneamente asuntos ,
implicaciones del trabajci áe Fouiault e; h "" factuales y de valoq, ysu papel implica inevitablemente una inter-
Gru_ veAqlql.*-s*gcifl*(tanto si los investigadóiés són coñsCidñtes de ello
bium y Silverman, 1989.) "t""e.rfí",-véase
Mientras que el realismo no fue abandonado por compreto como si no).
.la mayoría de los etnógrafos,la idea de que los reiatos"irrlg.an.o,
por A la misma conclusión acerca del carácter político de la investi-
pueden representar la realidad social de una gación social se ha llegado de otras maneras, por ejemplo aquellos
manera relativamente que afirman que la investigación está siempre afectada por valores,
poco problemática ha srÍto-rechaz.ada;y la duda
afirmación de la autoridad científica asociada al realismo.
üii.;;; hasta la y siempre tiene consecuencias pollticas, lo que significa que los in-
rncluso vestigadores tienen que ser responsables de sus compromiSos cofi \.r
en el trabajo de Foucault encontramos un vínculo
directo con la se- ungs valores y de los efectos de su trabajo. También se ha sugeridó '
gunda crítica del'iiaiürálismo: su negación de
Ia i";"J;;;ón polí- que la etnografía y otras formas de inüéstigación social tienen un
tica y social.
impacto social tanpequeño que sus repercusiones simplemente re-
-% posan en los polvorienios estantes de las librerías, y que por lo tan-
to no son preocupantes. Se ha dicho que, p?ij!::que-tenga-v¿lo¡, la
30 ETNOGRAFfA
¿ouÉ, ns r¡ rrNocnerfe? 31
investigación etnográfica tie-ne que estar relacionáda no simple-
gación, para los otros es la experiencia directa del mundo social,
mente con la comprensión del mundo, sino c,on la aplicacion de
,r
--.di:t sus_logroq cuya versión extrema sería aconsejar al etnógrafo que se urindau a
para propiciar un cambio
las culturas que desea estudiar(Wolff,1964; Jules-Rosette, 1978a y
Existen diferencias en la observacióiide la naturalezadelcambio
que debe promoverse. En ocasiones tiene que ver con hacer que b)."$¡1nbas posiciones asumen que es posible, al menos en teoría,
la ,, afslaql.rna serlq de datos no contaminados por el investigador, posi-
investigación sea más relev-ante para la porftica aplicada o para al-
guna forma de práctica profesional, ble eh cuanto estó ié"há vrlAto aütéiirara o receptor neutral dL ex-
con algünas versiones del periencias culturales. Sin embargo, es inútil perseguir este tipo de
,_¡ , T""r.r"i"llo del profesor-como-investigadpr "o-L (véase, por ejemplo, cosas en la investigación empírica puesto que cualquier tipo de da-
Hus rlei¡ y"if I 986'):Dé-rnáriéfa álternativa, podrí" a."úr" q""
I r8 T:, cprFmqn-ino,l^-o tos presupone un trasfondo teórico (Hanson, 1958).
.. ., la lnVpStlgacrón"prrede
irivestioaeiá'n-wle¡1. ser emancipadora. E-+^Esto L^ ^:-¡^ --^---,-
ha sido propues- Así pues, reflexividad implica que las orientaciones de los inves-
ro por ras;F€mrn¡staE r_ag cue el objetivo es Ia emancipación
'1 {,ar? tigadores pueden tomar forma mediante su localización sociohis-
!
{e mgje}'fse¿*¡"t"ure) del patriarcaá" (r.irt"., iléilro""* y
cook, l99l); pero algo semejantó también se puede áncontrar en ros tórica, incluyendo los valores e intereses que estas localizaciones
les confieren. Lo que esto representa es una negación de la idea de
escritos de los etnógrafos críticos y de los défensores de la investi_
que la investigación social'es, o puede se4 realizada en una especie
gación de acción emancipadora, para los que el objetivo de la
inves- de territorio autónomo aislado de la sociedad al completo y de la
tigación es alcanzar la transformación delas sociedades occidenta_
les hasta alcanzar los ideales de libertad, igualdad y justicia (carr y
biografía particular del investigado¡, en el sentido de que sus logros
pueden quedar a salvo de los procesos sociales y de las característi-
Kemmis, 198ó; Kemmis, l98g; Gitlin y otrós, I9S9i.
cas personales. También se ha señalado que la producción de cono-
Por supuesto, bajo la premisa de que cualquier posibilidad de
producción de conocimiento está socJvada poilo" argumentos cimiento de los investigadores tiene sus consecuencias. Como m(
an- nimo, la p"ublicación de sus conclusiones puede marcar el clima en\,
tirrealistas trazados en anteriores páginar, ,rrr" relJción con los
quelAg détisioned dlí;iüit¡iiáctió:rs sbñ llévaAás á cab-ó., é incju-ri
efectos de la inv-estigación puede p.rá", un objetivo alternativo
so p[eflé-Estimul ar di-rectain ente ciertas a"óc iones concretas. Tam-
aprlpiado para la tradicional búsqueda de la várdad. Esta lfnea
poco las coñsecuencias de lairtrrestigación son néutralés o necesa-
también ha llevado al crecimiento de concepciones de mayo;i"t*-
Fiamerrte dqs.eables. De hecho,'algunos comentaristas entienden Ia
vención de la etnografla. En este sentido, ellostestructuráhsmo ha
investigacién ióCial como el hecño de dqg-e{npefla¡-_u4prapgl jn"{e-
a la pólitizacion de la inves;is;;i;;;ial, a pesar dei i
r+' f{ hecho
3on¡rib,uido
de que simultáneamente parece socávar todos los idlales po_
se-able a"-Q hora de apoyar uno u otro aspecto del statu quo pólítico
" (Dews, l98Z). eif lás sóCiedades occidentales.
\|rticos No cabe duda de que la reflexividad es un mecanismo significa-
tivo dentro de la investigación social. De hecho, en un sentido to-
das las investigaciones sociales toman la forma de una observación
RsFrBxruoen
participante: esto implica la participación en el mundo social, en el
papgl que sea, y v,e¡"sp_Jeflejada en los productos de esta participa-
La crftica del naturalismo que hemos esbozado es entendida a
veces como una excrecencia del carácter reflexivo de la ción. Sin embargo, no podemos esgrimir las mismas conclusiones
investiga_ a partir de la reflexividad. de la investiga-ció¡r social como hacen
ción social. se dice que donde fallan tanto el positivismo como el
naturalismo-es en el hecho de que loqlnvestigadores sociales for- muchos críticos del ¡aturalismo. Para nósótrós, el ieconocifníéirtd
de Ia reflexividad impliCá-que existen elementos de positivismo y
',1 man parte del mundo social que estüián"La sépáráclúrf-6d*
ciénttaysentido.eorrul*reffire,-tas-actf vidaáe, J"l i"í."rf g"dor y las naturalismo que deben ser dejados de lado; pero esto no significa
que se deban negar todas las ideas asociadas con estas dos líneas
de I'os investigados, pennanece en el centro tanto del pásitivismo
de pe Ñ)mrié ñ tó. ]ti-i;t¡cs; ñ ó éñté'füüénió s'lá iéftéiiüia-dtr'déffi ó. el
"

como del naturalismo. Esto lleva a la obsesiór q,r".Ábás tienen


debitrffilü-óóffiiomiso de los investigadores respecto al realismo.
por eliminar los ef-ectos dpl investigador sotre iós dr;;;. *;;"ál Según nuestro punto d'e vista, s_óla dete.dm¡$a !Rs.,fg_l'q1as i*,gerruas
la solucíón ei Iá estandarización de los procedimientos de investi-
de-realismoque asumen que el conocimiento se debe básar en cier-
32 ETNOGRAFfA
¿ouÉ es r¡, Eruocnerfn? 33
tos fundamentos absolutamente seguros. De manera similal no
creemos que la reflexividad implique que la investigación sea nece- :if qy. nggst1o9,logros, e incluso nuestros datos, se co_nstruy_en.no
implica automáticamente que no represénten o no puedan r€pre:
;

sariamente política, o que deba ser poiíti"u en el seitido de servir i


a sgn@IldS-fenérnenos-soijales. Creer que lo hacen es asumir que la
una causa polftica particular o a unos fines prácticos. para noso-
tros, el principal objetivo de la investigación ós, y debe seguir sien- única forma verdadera de representación llevaría a que el mundo i1r,i
do,la prodüicién i{ácciñoóimiérif
do, la prod imprimiera sus características en nuestros sentidos, un relato muy ,i
b ""' ".-""'
i'fñIéírüó:'
poco plausible del proceso de percepción (Gregory, 1970). I
De igual modo, el hecho de que como investigadores estemos en
Reflexividad y realismo disposición de crear un efecto eq"l-Ag-e_n:e que estudiamos no signi-
fica que la validez de núéstrá3'bonclusiones quede restringida a los
Es cierto que no podemos evitar relacionar el conocimiento datos de situaciones provocadas en las que hemos confiado. B_gCg:_ t
con el mos mi ni m izar la rep.g g¡ g--lt ,y{q. _dirieula. Pero 13r-$blén_".p,oj g_mos \
"sentido común, ni tampoco, a veces, podemos evitar cau_ utilizarla: la forma en güe ia"gente Áp"trdu u Iu pñi"n.iá-aét ia- )
sar un efecto en los fenómenos sociales q,r" .at,rdiamos. En
otras vejiigador pu-éité propóicionai tanta informaciór, io..rg la reacción /
palabras, no existe una manera,en ra que podamos escapar
der ante otras situacionés. De hecho, más que enredarüóJ'én futiles in-
mundo social con la intención de estuáiario. Afortunadarnente,
esto no resulta necesario desde un punto de vista realista. Hay tentoé-de eliminar"pon Cdinp[eto los efécto--s- del investigador; debe-
una pequeña justificación para negar todo conocimiento basadá ríamos intentar cbmprenderlQs, un téma que Sóñuriün-ha señala-
en el sentido común, así como ra hay para tratarlo como uválido do en relación cori-l4g-encuestds sociales:
en
sí mismo>: no disponemos de un estándar externo, absolutamen-
te conclusivo con el que juzgarlo. pg[gpod.ernoo-trabaiar con La posición básica que tomaré es sencilla: los artificios están en la
( conaeJrrúgrto u del g_ue
el mente de quien los ve. Fuera de una o dos excepciones, los problemas
di spon.emo J, mie ntras g"*;"aL_"_cr-lá
que ocurren durante las encuestas, si los tomamos en serio como acon-
puede-ser-.exróneo y tonllevar'una indagación i¡stemátic
do-*[g las {udas parezcan justificadas; y ñaciena;;i;t;;;;;
a allí tecimientos de la üda, son oportunidades que se nos brindan para una
,, basarnos en la razonable mejor comprensión. Aquí distinguimos entre la encuesta simple y la
suposición de que estamos intentando encuesta científica. [...] Una concepción simplista de la investigación
¡ describir los fenómenos tal óomo son, y no meramente como ros de encuestas toma las respuestas literalmente, omite las entrevistas co-
o como nos gusraría que iü"r"r, (gu*-"."!ey, 1992,
,l ry*t-bjAs
r). En,nuestras actividades diarias nos basamos en supues-
mo fuentes de influencia y no lleva en serio el problema del muestreo.
-ii l-ul_
É;", tos acerca del mundo; pocos de elros podrían ser sometidos á exa-
Una persona que procede de esta manera probablemente caerá en la
trampa de su instrumental analítico. La encuesta cientlfica, por el con-
men, y ninguno trario, valora la investigación con encuestas en tanto que brlsqueda de
¿j . veces es"to no ser-ía áprobado por completo. La mayoría de las significados; las ambigüedades del lenguaje y de la comunicación, las
"i: ro, es diferentenos afecta, y €r este sentidó la investigáción social discrepancias entre actitudes y comportamientos, incluso los proble-
' n- de otras actividades. Necesitamo, ,"fÍ"*ionar sólo
r' sobre Io que parece problemático, mientras que dejamos abierta mas sin respuesta, en vez de ser ignorados o simplemente vistos como
i la posibilidad de que-lo que habitualmente ,ro,"rritu problemáti_ obstáculos a Ia investigación eficiente, proporcionan una parte impor-
.-co pueda serlo en tante de la información.
el futuro.
También es importante reconocer que ra investigación es
proceso activo, en el que los relatos so6re er mundo
un (Schuman, 1982, pág. 23)
se producen
mediante la selectiva observación y la interpretación teórica
de lo Es decir que nlo que se considera como un artificio si es tomado
que se ve, haciendo preguntas concretas e interpretando
las res- ingenuamente, refleja un acontecimiento de la vida si lo tomamos
puestas, escribiendo notas de campo y transcribiéndo g."u".i**
de audio y vfdeo, así como escribienáo lu" en serio,' (1982, pá9. 24). Para entender los efectos de la investiga-
de la in_ ción y sus procedimientos, necesitamos comparar informaciones
vestigación. Y es verdad que últimamente ciertos "orr"lo"iones
aspectos de este
proceso no han recibido la atención que merecen. obtenidas en diferentei niveles de reacción a la investigación. Una
Sin gg- vez que hayamos abandonado la idea de que el carácter social de la
"rtrb..go,
34 ETNOGRAFIA
¿ouÉ ns u erNocnarfl? 35
investigación puede ser estandarizado o eludido, ya sea por
medio Como hemos-vip,to,ántério¡mente, otros arguyen que el error de
de una metamorfosis en una (mosca en la pared, o *"áiurrt.
,rrrá la etnografía es su 4rsencia de impacto so*bfg la polític4 y su prác-
<participación total>,_er papel der investigádor como participante
activo en el proceso de investigación se úrnará más tlaro. bt tica, su limitado re-dultado ert'elmundó cléldia a día de la póIítibá y
irr_ el trabajo. Así, da la impresión de ser una especie de pasatiempo,
vestigador o la investigadora són el instrumento de invesirg*lo"
par.excellence. El hecho de que el comportamiento y una trivialidad mientras el mundo arde, que ocupa a intelectuales
¡ tas actlt,ráLs
con frecuencia dependiendo deicontexto, y d" que el i"""r- diletantes que no tienen que pagar los mismos impuestos que los
i :.urí:" pueda desempeñar un paper ciudadanos trabajadores.
\' ,.'cron.de
itg.ldgi esos contextos, importante-en ra .o"rig"ru- Según nuestra opinión, estac.dtic,fude la- etnografía naturalista\
se vuerve ce¡tral p!1a er análisis. De hécho,
puede recurrirse a ello siempre quiivareá Iá p¿ñe. parysc-conllpv-at_una s*abJg-vglglación de la Contribüción áitual y \.
r"r-¿"t." potsqgiAld€-la*irvestiegción dq lá pólítica y la p_rác!ica., y un fallo
deben ser afrontados de manera crrtica
f,o, apariencias, sino ", asociado ql maq r4o*dcstcr¡valor de las coniribucionéi que efectúa. .
"ü.
que deben ser tratados como un campo de inferencias
en el cual se
pueden identificar ros moderos hipotéticos y probar TaniSi-éñleñala que podría pensarse iiué la"ünica jüstificáCión pa-
el objeto de llegar a conclusiones ieóricas sé áxplora""" "uti¿o
óo' ra la investigación es su contribución a la políticay zla práctica, y
dif"r";;;";;: reconocer que inevitablemente causa efectos en ellas, sin concluir
;\. , -. --"-trategias de- investigación y se comparan sus -., eiectos. Las interore- que se deberfa dirigir hacia dichos objetivos. De hecho, existen
. -, - -
='=t"?gl,"i_ g:p_"" u* y h'.
-q:.":^gIp[.-.,iied ".. "
;;; ;;;hl"ffi - buenas razones para no encaminarse directamente hacia esos ob-
jetivos. La másjrr.r¡rortanté"es,
másjmpoitante es que esto incrementaría las opofl.uni-.
oportuni-...
contrabta ftiéiteinente con Ia iniagén del iriü&tigador
-"rr .
' ||:ffctiva
social proyectada por el naturalismo, u.-rrrq,rJ sea más cercana a dades de que l4s conclusiEies fuqlAg jistorsionadas por ideas I

ollos.mo.delos ac-et'.ea deeómo-deber{aseúl."mtlndo o dé?ómu:atguñós creen que ;


deinvestigación
, !,{. crón fundamentada" (Graser etnográficu "o-o el de la <<teoriza- deher:ía seLCuando estamos comprometidoS'en uná ácción práci'-l
, y strauss, r9ó7), la uinducción anarfti-
tica o política, la verdad de lo que decimos no es, a menudo, nuestro
1950; Denzin, tóZg) y el modell estratégico que se
jf cuentra
:1i f:res,sey,
dentro del naturalismo en la obra de Schatá"" st*"r,
en_ asunto principal, incluso aunque prefiramos ser honestos. Esta-- ;
(1973)' Eq v mos más interesados en los efectos prácticos de -nuestras accio- I
s:lldg,
9s19 la im"gen der investigudo.." sitúa simur-
nes, y a veces esto nos puede llevar aier na\rorrativo!, con la ro"r-
táneam
i""í¡:.
e n-Lg c<in re lrEbite--és tudiaa u, .oiiáü rdffi '"¡i¡t; {

¿et-ñriffiüb ; smigryr"irá";;;;i; dad, como mfnimo. Además, incluso cuando l¿rverAaa de nuestras*
_Iá-
d"^i; irivésriÉáción ron creencias es el asunto principal, en el juicio de las actividades
et realrsmo
prácticas, de las afirmaciones factuales o de valor, tiende en ma-
yor o menor medida a basarse en ciertas consideraciones que di-
La. reflexividad y el carácter fieren de la producción de conocimiento, el objetivo principal de
político de la investigación
la investigación: es probable que estemos interesados sobre todo
en saber si la información es suficientemente fiable para nuestros
y el naturalismo, en las formas en que hemos ha_
,-,-I1p:ri,iyismg
blado de ellos, tienden propósitos. Por supuesto, si uno cree, como Marx y otros creían,
a presentar ra investigación Lorrro una ac-
que (últimamente, al menos) la verdad y el bien son idénticos,
tl1"'1i*abo seeún pópiJ;¿"iÉ,; il;ff;;
:::*?j^:":^':
términos. por el. cóntrario ; como hembs'vi"" puede negar la significación de esta diferencia de orientación en-
sisten en que la "to, socidl,
..].il;; ;;:
uiiüná,"pál tre la investigación y otras actividades prácticas. Pero este punto
¡q r¡irveüLr¡<¿lurulu
:'^"j:X :y-? ]nye ti gac ó n tie.,"
s i rr, tu,,;¿;
llerle una.runclon Jfr;i por ejemplo
.j o de vista se basa en una elaborada y poco convincente infraestruc-
lT.!gt_,h?r y.pr€servar et statu quo: ^ y;;ñ;;i"."., "_pr
arsu_ tura filosófica (Hammersley, 1992, cap. ó y 1993).
mentan que los investigadores deben intentai,éutir.,
para que sirva en diferentes
*;;ü:; Es necesario decir que negar que la investigación deberfa apun-
funciones, como probar er sta.tu quo. A
menudo, este punto de.vista se organiza alreáedor a" tar hacia objetivos políticos no es sugerir que los investigadores
ü fr"gunta: tengan que, o deban, abandonar sus convicciones políticas. Se tra-
¿en qué lugar se sitúa el investigador? (Beck er, 1967á;ir"ly"u y cr-
rrington, 1989). ta de insistir en que, en tanto que investigadores, sUgbiefivo-p.n;k
cipal debe ser siempre producir conocimiento, y que deberían in-
36 ETNOGRAFfA
¿ouÉ ns r"¡ ErNocRrrf¡,? 37

los últimos años, en particularen la producción de uhistorias na-


turales" de sus investigaciones. (Por ejemplo, véanse Hammond,
1964; Freilich, 1970b; Bell y Newby, 1977; Shaffir y otros, 1980;
que ser conscientes de la Hammersley, 1983a; Bell y Roberts, 1984; Burgess, 1984b, 1985a
vestig-ación no implica que deba estar pensada y b, 1988a, 1989, 1990 y 1992; Golde, 1986; Whitehead y Conaway,
te para cambiar (o, en otro orden de cosas, para pre-
198ó; McKeganey y Cunningham-Burley, 1987; Walford, 1987 y
servar) el mundo ¿e¡¡¡¡gg,-d_9--gjgg, y, como hemos indicado, exis_
1991b; Shaffir y Stebbins , 1991; Okely y Gallaway 1992.) El resto
ten buenas razones por las óuaffiñ hacerlo.
de este libro está dedicado a detallar detenidamente las implica-
ciones que tiene la reflexividad para la práctica etnográfica.
CoucrusróN

Empezamos este capítulo examinando dos reconstrucciones


opuestas referidas a la lógica de la investigación social y a sus im-
plicaciones para la etnografía. Ni el positivismo ni el náturalismo
proporcionan un marco adecuado. Ambos desatienden su reflexiü-
dad fundamental: el hecho de que formamos parte del mundo
social
que estudiamos y que dependemos del basado en el
"ono"i-i"nto
sentido común y en los métodos de investigación. Todas las investi-
gaciones sociales se basan en la capacidad humana para participar
en la observación. Actuamos en el mundo social y estamos
preparados para reflexionar sobre nosotros mismos ""i"""",
y nuestras ac-
ciones como objetos en ese mundo. sin embargo, más'que hacernos
dudar acerca de si la investigación produc" J.ro o
sobre su transformación en una "orrá"i*i"nto,es-
política, p"r"
"*p?"r.
ta reflexividad proporciona la base para una indagación ""r",ros
lógica re-
construida que une, lnás que .*pu.., á positivismo j, al natuñlismo,
pero que va más allá en importantes aspectos. Ai incluir
nuestro
propio papel dentro del enfoque de la investigaci ón,y quizáincluso
explotando sistemáticamenté nuestra participacion en los lugares
en estudio como investigadores, podemos proiducir relatos sobre
el
qqndo soc-ial y justificarlo sin recurrir a apelaciones futiles al em-
pirismo, o bien a variedades positivistas o naturalistas.
Redefinir la investigación social en términos de su reflexividad
también ilumina la relación entre las aproximaciones cuantitativas
y cualitativas. ciertamente, es difrcil justificar la vision,
aslciada al
naturalismo, de que 1a etnografía representa un paradigma supe_
rior alternativo a la investigación cr¡antitativa. rfr ot.a"parte, su-
pone una contribución a las ciencias sociales mucho
más impor-
tante que la que admite el positivismo.
La reflexividad es un aspecto de la investigación social. Algo
a
lo que no sólo los etnógrafós han prestado uricrecieni" i.rt.re.
.r,

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