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Alcohólicos Anónimos como alternativa

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de solución...dicen los médicos

Índice
Tema Página

Presentación…………………………………….. 3

Introducción……………………………………… 4

Capítulo I

Opinión de los médicos que han atendido


profesionalmente al enfermo alcohólico……… 5

Capítulo II

Trabajo social orienta al enfermo alcohólico y


a la familia acerca de Alcohólicos
Anónimos………………………………………… 32

Capítulo III
Llevando el mensaje de Alcohólicos Anóni-
mos a los enfermos de alcoholismo en los
hospitales…………………………… 36

Capítulo IV

Seguimiento del enfermo alcohólico, por el


hospital, por medio de carnet o cartilla……….. 39

Capítulo V
Experiencias de enfermos de alcoholismo que
han sido tratados por la medicina y continúan
viviendo en sobriedad en Alcohólicos Anóni-
mos……………………………………………….. 42
Sección México 3

Presentación
Alguien nos está esperando
Este folleto está dirigido a los profesionales de la medici-
na que, en el diario ejercicio de su profesión, tratan con
hombres y mujeres, cuyos padecimientos pudieran estar
relacionados con el consumo inmoderado de alcohol.
Aquí están escritos diferentes puntos de vista del sector
salud, como son: psiquiatría, medicina y trabajo social,
relacionados con el tratamiento de personas enfermas
de alcoholismo, problema que aqueja a la humanidad
desde tiempos remotos.
Dan su opinión con la certeza que son de utilidad a la
sociedad, y manifiestan los beneficios obtenidos por al-
gunos enfermos al ingresar a la Comunidad de Alcohóli-
cos Anónimos.
AA existe debido a que el 10 de junio de 1935, inició una ex-
periencia trascendental para la humanidad. Dos hombres cu-
yas vidas estaban en serio peligro por su manera de beber,
compartieron su desesperanza; ambos estaban relacionados
con la medicina, uno fue paciente de un eminente médico
quien se esforzaba en rescatarlo de una muerte prematura a
causa de su manera incontrolable de beber; el otro era un
médico cirujano de reconocida competencia, cuya inclinación
por la bebida casi lo retira del ejercicio de su profesión. Así,
de manera providencial, nació este Programa. Hoy sabemos
que este encuentro marcó un hecho histórico y benéfico para
varias generaciones de seres humanos.
Miles de hombres y mujeres han dejado de beber y están
convencidos de poder recuperarse gracias al Programa
de AA.
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Introducción
Los médicos que han tratado directamente al paciente
con síntomas relacionados con el consumo anormal del
alcohol, han recomendado a Alcohólicos Anónimos como
una alternativa a la solución de su problema.

Trabajo social orienta y participa con el paciente y la fa-


milia, haciéndoles saber la situación real respecto al pro-
blema del alcoholismo en la sociedad.

Gracias a la cooperación con las instituciones hospitala-


rias, AA ha logrado la aceptación de la transmisión de su
mensaje con los pacientes con problemas de alcoholis-
mo.

La experiencia muestra que por medio de la sugerencia


de los médicos, la asistencia de los pacientes a los gru-
pos de AA, por medio de carnet o cartilla de asistencia,
ha dado buenos resultados.

Los pacientes que alguna vez fueron tratados por médi-


cos y orientados por trabajo social hacia AA, nos com-
parten su nueva forma de vida.
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Capítulo I
Opinión de los médicos que han atendido
profesionalmente al enfermo alcohólico

El rechazo del alcohólico a ser ayudado, puede ser


decepcionante para el médico.

La resistencia del alcohólico cuando se le pretende ayudar,


llega a ser frustrante para el médico. De los síntomas ocasio-
nados por el alcoholismo, la negación es uno de los más co-
munes en los pacientes, porque cuando les preguntan sobre
su manera de beber evaden y cambian de conversación.
Puede ser que algunos médicos no se den cuenta que
estos síntomas son ocasionados por el alcohol. Cuando
los pacientes ya tienen fuertes problemas con su forma
de beber, en su mayoría rechazan cualquier sugerencia
sobre el alcoholismo que los afecta y que Alcohólicos
Anónimos puede ser un recurso para solucionar la situa-
ción en que se encuentran.
En muchos casos los médicos diagnostican al paciente
problemas de alcoholismo, éste se rehúsa y contesta “yo
bebo de vez en cuando, y no bebo tanto”, y justifica su
forma de beber. Los médicos que saben de alcoholismo
dan respuestas a cualquier excusa de pacientes alcohó-
licos.
Racionalizar y negar es algo muy común en personas que
han contraído la enfermedad del alcoholismo; el rechazo a la
ayuda que puede dar AA es parte de la negación del enfer-
mo. Los miembros de AA, hoy, han superado la negación y el
racionalismo, ocasionado por su manera de beber, y con ba-
se en esa experiencia, pueden ayudar a otros alcohólicos a
recuperarse.
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Alcohólicos Anónimos es nuestro recurso


Cuando un ser humano, sin importar su religión, posición
socioeconómica o grado de escolaridad, se enfrenta a
uno de los azotes más terribles de la sociedad de cual-
quier país, como es el alcoholismo, se ve en la fatalidad
de estar ante una enfermedad crónica, degenerativa y
mortal, una enfermedad que hasta el momento no tiene
cura, que no solamente afecta a quien la padece, sino
que involucra estrechamente a su familia y a la sociedad.
La ausencia de medicamentos que ofrezcan una cura
para este terrorífico mal, motivó que dos personas, a los
que bien pudiésemos llamar iluminados, gestaron el
inicio y desarrollo de la que, con el paso del tiempo, se
ha consolidado como la gran posibilidad de combatir la
enfermedad del alcoholismo. La Agrupación de AA cons-
tituye una alternativa de solución al alcance de todas las
posibilidades, y se ubica en casi todo lugar donde, al en-
contrarse a sus iguales y ante la ausencia de intereses
partidistas o religiosos, el enfermo alcohólico puede
comprometerse consigo mismo a mantenerse sobrio.
AA es nuestro recurso. Fomentemos, divulguemos y mul-
tipliquemos los grupos de AA con enfermos alcohólicos
que deseen mantenerse sobrios, con aquellos que re-
quieren el apoyo de sus iguales.

Doctor Salvador A. Mastachi Uriza


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La psiquiatría y Alcohólicos Anónimos


Voy a hablarles de la psiquiatría y AA. Cada vez son más
los grupos de AA que se forman en el mundo entero, cu-
ya función principal, como todos ustedes saben, es la
rehabilitación del enfermo alcohólico.
Sin temor a equivocarme, puedo decir que AA es una
Agrupación cuya unión principal consiste en la identidad
de la carga emocional, el respeto por la persona y el de-
seo de compartir sus experiencias. AA está bien estruc-
turada, con objetivos claros y metas bien definidas, con
aspectos de mucha profundidad.
En AA se suma y se resta al mismo tiempo, un día más
de sobriedad y un día menos de sufrimiento y angustia.
Se manejan los Doce Pasos y las Doce Tradiciones.
Como médico psiquiatra, amigo de Alcohólicos Anónimos
y con la experiencia de más de veinticinco años en el tra-
tamiento de alcohólicos, puedo decir que el número de
pacientes alcohólicos que buscan ayuda a nivel médico,
también ha aumentado, sobre todo en aquellas personas
que inician la ingestión de bebida y ya no pueden dete-
nerse; que no solamente pierden el control hacia la bebi-
da, sino también en su conducta, tornándose violentos,
agresivos y algunos otros síntomas.
A partir del descubrimiento de las psicodrogas, los hospi-
tales psiquiátricos se han “vaciado” de enfermos psicóti-
cos, esquizofrénicos, maniacodepresivos, neuróticos...,
para irse llenando, paulatinamente de enfermos alcohóli-
cos. Este fenómeno, en parte se debe a que vivimos en
una sociedad alcohólica, donde el alcohol juega un papel
muy importante, al grado que en nuestros días no se
concibe una reunión sin alcohol.
Con gran preocupación he visto cómo incrementa, de
manera notable, la incidencia del alcoholismo en las mu-
jeres, y lo que parece más grave es que la edad del al-
cohólico ha descendido, encontrando en la actualidad ni-
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ños de ocho a diez años que padecen el grave problema


del alcoholismo.
En resumen, en el mundo, el alcohol es un factor social
que se encuentra en todas partes, en todos los países y
se consume con todos los pretextos, estando al alcance
de todos, por tal motivo, pienso que el alcoholismo es el
problema de salud más negado, pues es muy difícil que
una persona que tiene problemas con su forma de beber,
fácil y rápidamente lo reconozca; al contrario, puede du-
rar años para aceptarlo, toda una vida o nunca.
No existe duda que el consumo de alcohol ha ocasiona-
do, en las diferentes culturas, una actitud ambivalente.
Por un lado se acepta y promueve, y por el otro se le te-
me y rechaza.
Gracias a la medicina y a la psiquiatría, por medio de la Or-
ganización Mundial de la Salud, el alcoholismo se acepta co-
mo una enfermedad que se caracteriza como un desorden
de la conducta, en donde existen consumos moderados de
alcohol con dependencia psicológica, física y que obedece a
un conjunto de causas que pueden ser: biológicas, químicas,
metabólicas; una diferencia dietética, un mal funcionamiento
glandular, un medio ambiente propicio para la bebida, altera-
ciones de la personalidad pasivoagresiva, la dependiente, la
paranoia, la esquizoide, la psicótica. Hay que recordar que en
términos generales, el enfermo alcohólico es una persona
emocionalmente inmadura que maneja inadecuadamente su
frustración. Son personas que tienden al aislamiento y, sobre
todo, que dependen de la aprobación de los demás. Dado
que la angustia juega un papel muy importante en el enfermo
alcohólico, quiero dedicar unos renglones a ésta.
Empezaré diciendo que la angustia es algo que tenemos
desde que nacemos, y que nos acompañará durante to-
da la vida. Existen tipos de angustia: normal, como la
angustia protectora, la angustia de crecimiento y la an-
gustia existencial. Después tenemos la angustia síntoma
que se divide en inhibición y descarga. La inhibición se
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caracteriza por obsesiones, fobias, delirios y otros. La


otra forma o descarga interviene en el área vegetativa
(diaforesis, desmayo, vómito) o bien, en el área motora
(por medio de la parálisis, hormigueos y ceguera). Final-
mente, tenemos la angustia: enfermedad que puede
convertirse en angustia pánico, y ésta llevará a la perso-
na a la locura o a la muerte.
Otro de los elementos médicos psiquiátricos que, desde
mi punto de vista juega un papel muy importante en el
alcoholismo, es la responsabilidad y me puedo atrever a
decir que el ser humano está enfermo de irresponsabili-
dad porque no se puede estar responsabilizando a otra
gente de lo que a mí me pasa por tomar decisiones sin
ninguna información. Recuerda que tú eres responsable
de ti. Falta de valor, de coraje, de empuje para enfrentar-
se a las cosas (el no puedo), fantasías, porque el enfer-
mo alcohólico confunde la realidad con la fantasía, por lo
que es necesario ubicarse en el aquí y ahora.
En cuanto a la responsabilidad, hay dos tipos: a) la respon-
sabilidad práctica es aquella que una persona puede asumir
por otra y tiene varias características: es transferible, transito-
ria, flexible y limitada. Los elementos negativos de la respon-
sabilidad práctica son: permanente, limitada, inflexible y es un
medio para manipular, y b) la responsabilidad psicológica, la
cual es intransferible, es solamente mía.
Desde el punto gestal, una persona se encuentra sana
cuando está en contacto consigo misma y con su medio
ambiente. De aquí que recuperar la salud es restablecer
la conciencia que hemos perdido.
Otra aportación de la psiquiatría para AA, es el poder co-
nocer hasta donde sea posible mi personalidad, y para
esto se me ocurren unas preguntas:
1. ¿Qué es lo que me hace falta para ser feliz?
2. ¿Qué es lo que no he aceptado de mí mismo?
3. ¿Qué es lo que más envidio de los demás?
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4. ¿Cuál es mi mayor defecto?


5. ¿Cuál es mi mejor cualidad?
Recordemos que amarse es descubrir la grandeza que
reside dentro de uno; amarse es sentir a Dios obrando a
través de nosotros. Como dice el Dr. Jesslau: “No soy
gran cosa, pero soy todo lo que tengo”.

Doctor Eduardo Dufau Ríos


Psiquiátrico “Fray Bernardino de Álvarez”
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Alcoholismo
Millones de personas de todo el mundo luchan con esta
enfermedad funesta que afecta al hombre: física, mental,
psicológica y espiritualmente. El alcoholismo es incurable
y la única manera de liberarse es la abstinencia total; el
alcohol no es esencial para la vida. Por lo tanto, la per-
sona puede mantenerse alejada de él.
¿Qué podemos hacer cuando se nos solicite ayuda de
algunos amigos o parientes? Examinarse con franqueza.
El primer problema que encontramos como profesiona-
les, es enfrentarnos con la negación. Negar que es al-
cohólico es uno de los mayores obstáculos que el enfer-
mo tiene que superar, porque la negación es una forma
de no ser sincero consigo mismo, es racionalizar con un
propósito: proteger la libertad de beber justificándose:
“No soy tan malo”. Quizá razone: “Tengo mi familia, em-
pleo, dinero, prestigio y poder”. Sin embargo, la negación
impide que los amigos o profesionales, los puedan ayu-
dar a salir adelante.
Cuando un amigo o familiar se nos acerca y nos dice que
está preocupado porque su enfermo está bebiendo de-
masiado, lo que nos compete hacer a los médicos, es un
examen franco y serio de su enfermedad.
¿Puede vivir sin alcohol una semana entera, todo un mes
o varios meses?, de no ser así, ¿a qué se debe? No de-
be ser como el hombre que se engaña con razonamien-
tos falsos: “Este es semejante al hombre que mira su
rostro natural en un espejo, pues se mira y se va, inme-
diatamente olvida qué clase de hombre es”.
Un alcohólico, cuando inicia su actividad alcohólica, hace
periodos de abstinencia y esto lo hace creer que puede
vivir y estar capacitado para no usar la droga en breve
tiempo, piensa que ya está curado. Esta manera de ra-
zonar crea la peor clase de adicción, es el primer paso a
la recaída a fin de recibir la negación de la realidad. No
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debe luchar solitario, para esto existen grupos de auto-


ayuda, los grupos de Alcohólicos Anónimos.
Buscar ayuda para poder vencer el alcoholismo. Aunque el
enfermo alcohólico esté sobrio, tiene que aceptar la ayuda de
los demás. Para aquellos que conocemos AA, sabemos que
su objetivo principal es transmitir el mensaje.
Nunca se debe pensar que la abstinencia es suficiente
para recuperarse. Se necesita la práctica diaria de los
Principios y asistencia al Grupo.
Detrás del alcoholismo existen problemas más profundos
a los que debe enfrentarse. No basta con dejar de beber,
se tiene que analizar el pasado, examinar las lecciones
de la infancia, entender cómo afectaron y corregir el
comportamiento.
Generalmente, hace falta el amor propio y más si existen
delirios de grandeza; la recuperación exige un cambio de
la vieja personalidad.
Uno de los Pasos más difíciles es la aceptación de la en-
fermedad, pero es un requisito indispensable cuando al-
guien quiere recibir ayuda: aceptar que es enfermo al-
cohólico. Cuando va caminando debe de tener suficiente
confianza para entregar su vida al cuidado de un Poder Su-
perior a él mismo, entonces, entenderá que debe cultivar una
relación personal con Dios, como él lo conciba.
Esto hace cambiar la actitud, la conducta, y da otra manera
de vivir. Toda relación con un ser humano o con Dios, exige
y requiere de franqueza, honradez y confianza.

Doctor Guillermo Velázquez Sámano


Hospital General CAPRA
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La comunidad médica trabaja con Alcohólicos Anónimos


Recibí el título de médico cirujano en la Universidad Au-
tónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, en julio de 1979.
Posteriormente, realicé estudios de postgrado en la es-
pecialidad de hematología y, cuando sentí que tenía los
conocimientos para ejercer la carrera de medicina, me
inicié en esta ciudad tan hermosa, como es la ciudad de
Oaxaca, dando clases en la Universidad Regional del
Sureste, donde me di cuenta del grave problema del al-
coholismo que se presentaba en la comunidad universi-
taria.
Así, como perito médico legista de la Procuraduría en el
turno nocturno, adscrito a la Agencia del Ministerio Públi-
co, que también es dependiente de la Procuraduría del
Estado, confirmé que esta malvada enfermedad del al-
coholismo era la causa más frecuente por la que se ori-
ginaban las averiguaciones previas: por accidentes, con-
tusiones a terceros, insultos, amenazas, pleitos de
cantina y politraumatizados por estar en estado de ebrie-
dad. Al mismo tiempo me nombraron Jefe del Servicio de
Urgencias en la unidad hospitalaria “Presidente Benito
Juárez”, Hospital Regional, y fue hasta ese momento que
me di cuenta y puse los pies sobre la tierra de tantas
personas que fallecen por el alcoholismo, sus complica-
ciones y daños a terceros.
En ese momento, pensé que uno de mis objetivos en la
vida era ayudar al enfermo alcohólico y realizar medicina
preventiva hacia la comunidad alcohólica. Corría el año de
1980 y sin conocer el Programa de AA, empecé, en forma in-
dividual, a tratar el alcoholismo.
Les administraba, vía oral, disulfuro de bisdietiltiocarba-
nil, que es para sensibilizar el organismo contra el al-
cohol. Al mismo tiempo les daba alguna vitamina en for-
ma de complejo “B”, por vía intramuscular, para
fortalecer el organismo; también, les administraba un an-
tiácido para evitar la gastritis y colitis, además, un medi-
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camento antisemítico para prevenir y evitar el vómito. Por


último, un tranquilizante, por vía oral o intramuscular, sa-
biendo perfectamente que en la caja del tranquilizante
hay una leyenda con letras grabadas que dice: “No se
administre a las personas que han ingerido licor porque
puede ocasionar un paro respiratorio”.
¿Qué pasaba después de juntar tanta ciencia en un solo
paciente? No pasaba nada. El enfermo alcohólico en ho-
ras o días volvía a ingerir licor, aunque reconozco que
hubo pacientes que dejaron de beber licor cuarenta y
cinco o sesenta días, pero, posteriormente, recaían con
más fuerza. Fue cuando me dije que como médico me
declaraba incompetente para dar ayuda y sacar adelante
a un enfermo alcohólico sólo con la ayuda médica. Tuvo
que pasar una experiencia en mi vida médica para em-
pezar a saber cuál era la forma adecuada de ayudar a un
alcohólico.
Un paciente del cual era su médico familiar y trataba su pro-
blema de alcoholismo, trato de recordar cuántas veces fui a
su casa para instalarle venoclisis, aplicarle medicamentos pa-
ra controlar las crisis convulsivas, manejar el sangrado de
vías digestivas altas y, lo que más me llamaba la atención,
que era un paciente al que nunca había visto de pie o senta-
do.
Todas las veces que su esposa acudía al consultorio pa-
ra brindarle ayuda médica, estaba tirado en un tapete o
acostado en una cama, pero nunca lo conocí de pie, ni
siquiera conocía el timbre de su voz porque estaba tan
ahogado de borracho que no hablaba, sólo emitía soni-
dos guturales. Tal vez fueron más de quince veces las
que acudí a su domicilio, lo mismo era ir a las tres de la
madrugada que a las doce del día; esto transcurrió en un
lapso de seis u ocho meses y cada vez su enfermedad
de alcoholismo era mayor.
Recuerdo perfectamente que en una de las últimas visi-
tas hablé con toda la familia y fui claro con el pronóstico
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de su vida: no vivirá más de seis meses. Hubo llanto por


parte de su hija, angustia en su esposa, la madre del al-
cohólico enmudeció, bajó la cabeza y se retiró de la habi-
tación.
Pasaron los meses, tal vez un año, cuando una tarde se
presentó en mi consultorio particular una cara que me
parecía conocida y, con bastante facilidad de palabra,
me dijo: “Buenas tardes doctor, soy Juan, enfermo al-
cohólico en vías de recuperación (uso el nombre de Juan
para proteger su anonimato), y vengo por ayuda médica
porque tengo dolor en el conducto auditivo derecho”.
No supe qué contestar, de momento, casi estaba seguro
de que la persona que tenía enfrente bien vestida, con
buenos modales y facilidad de palabra, era esa persona
que visité en su domicilio particular en múltiples ocasio-
nes; a la que pronostiqué su muerte un año antes. Des-
pués de que terminó la consulta, con mucho respeto le
pregunté si era la misma persona que conocí, y él, con
mucha seguridad de sí mismo y con un sentimiento de
humildad, lo confirmó.
En ese momento asaltaron decenas de preguntas. Lo
único que pude preguntar fue “Juan, ¿qué médico te cu-
ró?” Él me contestó que no estaba curado, que se estaba
recuperando en un Programa de vida que se llama AA.
Entonces se gestó dentro de mí una mezcla de admira-
ción, incredulidad, sorpresa y muchas otras cosas, que
me dije: “¿Cómo es posible que un grupo de borrachos,
que se reúnen todas las noches, sacaran adelante a este
enfermo que estaba predestinado a morir y que la cien-
cia médica no había hecho nada, o casi nada por salvar-
lo?”
Me entró la curiosidad de saber qué hacían aquellos se-
ñores que se reunían por las noches a las 20:30 horas, y
que llegaban uno por uno a un local con un foco que
apenas alumbraba un triángulo azul, que se sentaban en
sillas o bancas, y que podían apreciar cuando llegaba
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otro enfermo alcohólico y alzaban la cortina que servía


de puerta. Veía a aquel señor que en su casa era un
prepotente, dictador, ogro, incapaz de levantar siquiera
un vaso y llevarlo a la cocina.
En ese momento presenciaba uno de los muchos mila-
gros que hay: ese prepotente dictador estaba barriendo
el Grupo de AA, sirviendo café, trapeando, pero lo más
importante, se estaba recuperando poco a poco de su
enfermedad de alcoholismo.
Me fue difícil aceptar, como profesional de la medicina,
que otras personas no médicos estaban haciendo más
que la ciencia médica. En los últimos quince años que
me han invitado a participar como amigo de AA, he visto
decenas, o tal vez centenas de casos similares.
Le doy gracias a mi Poder Superior que me haya puesto
frente al maravilloso Programa de AA y programas para-
lelos, porque he podido aprender de mis amigos Alcohó-
licos Anónimos, quienes han cambiado mi vida positiva-
mente y la de mi familia, esto sin ser alcohólico. Tengo 16
años de no probar una gota de vino o licor, además, me sien-
to orgulloso de ser un amigo de AA. Le doy gracias al Pro-
grama por darme tantas cosas positivas y que no podré pa-
garles nunca lo que han hecho de mi persona. Gracias a AA.

Doctor Marco Antonio Callejas


Hospital Regional “Presidente Benito Juárez”, Oaxaca, Oaxaca
Sección México 17

La medicina y el Grupo de Alcohólicos Anónimos


Desde el punto de vista médico, el alcoholismo es una
enfermedad que está presente en todo el mundo y que
además, se dice que es una patología de la pobreza y la
ignorancia, aunque no siempre es así, pues gente de la
alta sociedad también la sufre y hasta ha llegado a morir
por sus efectos mórbidos.
Unas de las principales causas de muerte por los efectos
secundarios de esta enfermedad llamada alcoholismo,
son:
a) Sangrado del tubo digestivo alto.
b) Insuficiencia hepática.
La persona alcohólica es un paciente psiquiátrico porque
trae consigo problemas de personalidad y de base una
depresión. Además de tener otras enfermedades secun-
darias, como son:
a) Gastritis.
b) Enfermedades del sistema nervioso central.
c) Impotencia sexual.
d) Enfermedades renales.
e) Desnutrición.
Los pacientes alcohólicos siempre tienen pretextos para
seguir tomando y nunca aceptan su enfermedad. Por lo
general, siempre creen tener la razón en todo, sin darse
cuenta que su forma de ingerir bebidas alcohólicas es la
causa principal que genera, en su ámbito familiar, una
verdadera crisis que va desde lo emocional, sentimental,
económica, cultural, religiosa y social.
El alcoholismo genera una disminución o falta total de in-
gresos económicos en la familia, y al país le afecta por el
ausentismo laboral.
Existe una ruptura familiar y, como consecuencia, puede
ser el origen de otras patologías de la familia.
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Para tratar a un paciente alcohólico y tener éxito, es el


propio paciente quien debe sentir un verdadero deseo de
curarse, y una vez que esto sucede, el tratamiento debe
ser multidisciplinario. Es decir, que se requiere de la
ayuda profesional, de gente capacitada como son: el
médico, la enfermera, el psicoanalista, así como también,
hoy en día, y desde hace muchos años, es de gran valor
el apoyo y cooperación, que en forma altruista, prestan
los grupos de AA en la sociedad. Los que afanosamente
se han propuesto ayudar a todo alcohólico para sacarlo
de las garras del alcoholismo con su lema: por el día de
hoy no debo tomar, y de esta manera reincorporar a mu-
chos enfermos a una vida digna y benéfica para todos,
para el propio enfermo y para las gentes que lo rodean.
Los grupos de AA están formados por personas de todas
las edades, hombres y mujeres que alguna vez en el pa-
sado fueron víctimas de esta terrible enfermedad llamada
alcoholismo y que vivieron en carne propia todos los
efectos de la misma. Nadie más que ellos que han sufri-
do, en su máxima expresión, todas las complicaciones
del alcoholismo, pueden comprender a otro enfermo que
se incorpora al Grupo.
La ayuda que brindan a la comunidad para la readapta-
ción del alcohólico es bien vista por el gremio médico, el
gobierno y por la familia de los alcohólicos. ¡Qué bueno
que exista gente como ellos que desean ayudar a perso-
nas que lo necesitan!

Doctor Adelfo López Hernández, Médico General Naturista


de la UNAM, Cédula Profesional 1-087-944
Sección México 19

Testimonio de un médico a la comunidad profesional


Aproximadamente, hace doce años que conocí las acti-
vidades y el objetivo que los grupos de Alcohólicos Anó-
nimos tienen, y fue gracias a que mi padre ingresó a la
terapia de recuperación.
Los resultados no se hicieron esperar y los catalogo co-
mo milagros, pues dentro de mi núcleo familiar se co-
menzó a respirar un ambiente de comprensión y apoyo
que me ayudaron a terminar la carrera que ya estaba en
peligro de ser abandonada.
Conforme los años transcurrían me fui dando cuenta que
el Programa era perfecto, pero que no todos los que lo
conocían lo aplicaban. Como decía San Pablo: “Estuvie-
ron con nosotros, pero no eran de los nuestros”.
He sido testigo, cómo, dentro de las guardias hospitalarias en
varios hospitales, tanto mis colegas como el personal para-
médico que ahí laboraba, ignoraban la seriedad de la enfer-
medad del alcoholismo, pues el tratamiento se limita a la ín-
dole física y se olvida el apoyo psicológico y moral que un
Grupo de AA puede dar.
Basados en el hecho de que aún la medicina no ha en-
contrado una cura para el mal, siempre recomiendo los
grupos de AA a los enfermos y a sus familiares, pues
funcionó en mi familia.
Sugiero a los profesionistas del ramo se acerquen a co-
nocer el Programa de AA para la tarea del tratamiento
médico que cada paciente necesite una esperanza de vi-
da, dando especial énfasis en los jóvenes y adultos que
llevan poco tiempo en su carrera alcohólica y no esperar
a que lleguen a fases terminales, logrando mediante el
conocimiento, dar una canalización adecuada a nuestros
pacientes.
No debemos olvidar que muchos de nuestros pacientes
están abiertos a la prescripción médica y que quizás, no-
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sotros podamos ser los medios para que ellos encuen-


tren la verdadera solución a su problema.

Doctora María Georgina Pérez Zarza, Cirujano General

Decisión entre la vida y la muerte


La experiencia ha demostrado que en los hospitales, el
alcohólico puede ser susceptible a derrotarse a sí mismo
y doblegar su ego. Es precisamente ahí a donde llega fí-
sica y moralmente derrotado con su vida en inminente
peligro, sea por complicaciones de enfermedades cróni-
cas directamente producidas por el alcohol, como por
problemas agudos relacionados con la intoxicación agu-
da: delírium trémens, traumatismos y lesiones provoca-
das por accidentes o agresiones por el estado de ebrie-
dad. Es entonces, al recuperar la conciencia, cuando
está anímicamente dispuesto a aceptar cualquier cosa
que evite un nuevo internamiento, y esto facilita enor-
memente que reciba el mensaje, y esté en disposición
para iniciar el Programa de Recuperación.
El sentimiento del médico que trata a estos enfermos es en
general la frustración, y la tolerancia disminuye con cada
nuevo internamiento, debido a la desesperación causada por
el desperdicio de tiempo y recursos empleados en desintoxi-
carlos para que regresen el siguiente fin de semana con un
cuadro similar o peor. Es donde los médicos nos sentimos
incapaces para modificar la conducta de nuestro paciente, y
no es hasta que lo canalizamos al Grupo institucional, y acep-
ta intentar el Programa de Recuperación, cuando el enfermo
cambia y la actitud del médico, sorprendido por estas modifi-
caciones cambia también, al descubrir la infinita potencialidad
del Programa de Alcohólicos Anónimos.
Las opiniones de distinguidos médicos acerca del Pro-
grama sugieren algunos conceptos que tal vez serán de
Sección México 21

utilidad para aquel que desee trabajar con el enfermo al-


cohólico en hospitales y al profesional en la salud que
desconoce los beneficios del Programa de Recuperación
de AA, le permitirá descubrir de una manera sencilla lo
que otros colegas han descubierto a través de años de
trabajo con el enfermo alcohólico, y lo recomendable del
Programa para aquellos que padecen esta enfermedad
crónica progresiva y mortal, que afecta al enfermo y a su
entorno en los ámbitos físico, psicológico y social.
Sinceramente, deseo que la Comunidad de AA siga lle-
vando el mensaje de esperanza a todo aquél que sufre
por su manera de beber.

Doctor José Ignacio Guzmán Mejía

Algunos beneficios observados en personas de


grupos de Alcohólicos Anónimos

Quiero comentarles con sencillez, algunas observaciones


personales en el curso de algunos años de estar en rela-
ción con grupos de AA.
Cuando las personas acuden por primera vez se les ve
mal vestidas, desaseadas con poca higiene en su perso-
na, uñas y cabellos largos.
En la segunda Reunión su aspecto empieza a cambiar: se
asean, cuidan su ropa, limpian sus zapatos. De manera muy
rápida, su cuerpo cambia porque ganan peso, su piel es de
aspecto más sano, mantienen una postura más erguida; con
mayor rapidez y facilidad se empiezan a comunicar con las
diferentes personas del Grupo y, en general, de su propio
ambiente. Empiezan a reír con facilidad, mostrando con ma-
yor frecuencia alegría por cosas sencillas. Empiezan a ser
sencillos y amables en poco tiempo; su manera de caminar
es otra, pues levantan la mirada hacia el frente, sus pasos
son amplios y seguros. Antes de darse cuenta del cambio
Alcohólicos Anónimos como alternativa
22
de solución...dicen los médicos

completamente, les dicen: “Te ves bien, me alegro de que es-


tés así”.
No obstante, es necesario pensar en la causa de esos
cambios. No tiene gran dificultad saber que correspon-
den a los cambios internos que se produjeron en su pen-
samiento, y en sus sentimientos, cuando ha logrado dar-
se cuenta de algunas cosas simples, tan simples que no
las ha pensado por sí mismo. Ejemplo: no se había dado
cuenta de que el único motivo del cambio verdadero es
la voluntad propia, que para fortalecer esta voluntad es
necesario practicar la humildad y aceptar que necesita
esa ayuda. El conocimiento de sí mismo exige honesti-
dad para hacer una lista verdadera de todos sus errores,
de todas las fallas, cuando se da cuenta de ello, debe
ser fuerte para decidir superarlas; eso requiere una es-
peranza enorme, pero, sobre todo, un trabajo diario y
constante sobre sí mismo.
Las personas que deciden pertenecer a los grupos de AA,
pronto descubren que en esos grupos existen seres huma-
nos que tienen algo en común y descuben que es posible
mejorar, siempre con esfuerzo. Claro está que la mayor ga-
nancia no es económica sino de recuperación personal, de
respeto y de amor hacia uno mismo. Por eso, como médico
recomiendo a mis pacientes con problemas de alcoholismo
que acudan a los grupos de AA. Lo menos que pueden ga-
nar, les digo, es la seguridad que a ellos les conviene.
Nunca he tenido un paciente que regrese a decirme que
no le funciona AA.

Doctor Mario Hernández Yánez,


Médico Internista HGZ 8 IMSS
Sección México 23

Una doctora opina


En mi comunidad, en el estado de Puebla, hay varios
grupos de Alcohólicos Anónimos, los cuales se dedican a
recuperar a las personas alcohólicas mediante pláticas y
conferencias.
Me tocó ver varios casos en el Hospital Universitario
donde hacía mi internado, hombres de diferentes edades
que llegaban ebrios. Del que más recuerdo es de Rufino
X, hombre de 37 años, que llegó al hospital por presentar
sangrado, producto de várices esofágicas debido a un
abuso de alcohol. Se le dio su tratamiento, y una vez que
fue dado de alta, no supimos más de él; hasta como a
los tres o cuatro meses que nuevamente llegó, pero con
más complicaciones, pues presentaba una ascitis impor-
tante, así como edema de miembros inferiores. Se le dio
tratamiento para estas nuevas complicaciones, pero fue
inútil, pues un mes después murió de una cirrosis hepáti-
ca. Es impresionante ver estos enfermos por el físico que
presentan al morir.
Nosotros como médicos sufrimos con estos pacientes, pues
quedan muchas complicaciones o del mismo alcoholismo se
derivan otras enfermedades: sangrado por várices esofági-
cas, úlceras gástricas, cirrosis hepática, impotencia sexual,
bronconeumonía y lo peor de todo es que después que salen
del hospital se les cita a consultas posteriores para trata-
miento de las complicaciones por las enfermedades ya adqui-
ridas, pero como dichos pacientes se sienten bien, y no reco-
nocen que están enfermos y que su enfermedad se llama
alcoholismo, vuelven al mismo camino y poco tiempo des-
pués mueren.
Mi opinión sobre la Agrupación de AA es muy buena,
pues todos nuestros pacientes por alcoholismo, mueren.
Sólo algunos deciden integrarse a ésta, y gracias a sus
Alcohólicos Anónimos como alternativa
24
de solución...dicen los médicos

terapias, salen adelante no sólo en su bienestar físico,


sino también, familiar y social.

Doctora Teresa Juárez C.


Médico General, Hospital Universitario de Puebla

Un punto de vista de la medicina sobre


Alcohólicos Anónimos
Desde los albores de la civilización, el hombre ha estado
expuesto a tóxicos. En el papiro de Eber que data del si-
glo XVII AC, ya se encuentra la referencia escrita sobre
tóxicos, incluyendo el licor en casi todas las actividades
del hombre. En la actualidad, se encuentra en cualquier
sector de la actividad económica del país. Para que se
tenga un ejemplo, el incremento que se tiene en las es-
tadísticas de la población atendida por el IMSS, encon-
tramos que en 1979, las intoxicaciones por licor presen-
taron el 13.5%. Por lo tanto, debemos considerar que el
alcoholismo es un factor de riesgo para la salud, la vida
del trabajador y la de su familia.
Es de suma importancia evaluar la magnitud del proble-
ma. Esto nos va a permitir a los responsables de la sa-
lud, preveer y evaluar los daños potenciales anatomofi-
siológicos, como una parte del tratamiento, pero, lo más
importante, es planear la recuperación en su integración
a la sociedad, al trabajo y a la familia, lo cual se puede
lograr por medio de una Agrupación preparada debida-
mente para el caso, como lo es, AA. Gracias a su Agru-
pación se pueden plantear programas basados en la te-
rapia de Grupo.
Desde el punto de vista médico, el Grupo de AA ha sido
de gran apoyo en la recuperación de los pacientes, pues
en él se reúnen individuos que forman una fuerza, de tal
manera, que cada miembro del mismo es un vigilante ce-
loso que cuida que todos se apeguen a las costumbres,
Sección México 25

ideas y métodos del Grupo, pero si alguien viola esas


normas, de inmediato es apoyado y dirigido por el resto.
Por eso se puede decir que el Grupo de AA es un puntal
paralelo al tratamiento médico. El Grupo tiene vida mis-
ma y sus normas son propias, lo que hace que de un
Grupo se abran otros para buscar satisfacciones de
compañerismo y protección.
Por eso las instituciones médicas, o los médicos, no pode-
mos hacer caso omiso de los grupos de AA ni ignorar su gran
ayuda. Por el contrario, con la buena voluntad y desinterés de
las personas que lo componen, dando apoyo a las relaciones
humanas y el gran don de entender al que ha caído en el
alcoholismo, orientar, ayudar y cuidarlo en su recuperación.
Siendo el gran fin de tipo positivo que requiere todo adicto.
El punto de vista de la medicina sobre los grupos de AA es de
gran mérito y satisfacción, pues logran que un individuo, al
formar parte de un Grupo, no sólo reaccione frente a otros in-
dividuos, sino reaccione también porque se siente parte im-
portante de ese Grupo que le está permitiendo satisfacer al-
gunas necesidades en especial. Esto puede influir en el
cambio de su actitud, lo cual no lograría en condiciones de
individualidad. Hemos observado durante nuestra experien-
cia en los grupos que, generalmente son las necesidades e
intereses de los integrantes del mismo Grupo, lo que genera
los objetivos, es decir, la gente concurre al Grupo en función
de diferentes motivos, como búsqueda de protección,
satisfacción, proyección, recuperación, servicio y convivencia.
Terminaré diciendo: “El ser humano, para poder servir,
necesita aliarse”. Así el hombre busca la confianza de
sus compañeros, platica con ellos hechos de su propia
vida, escucha con interés los recíprocos que a él le rela-
tan, cumpliendo así con esta necesidad de querer ser es-
timado, y ser una persona estimada en su Grupo y en la
sociedad.
Doctor Sergio Carmona
Clínica No. 62 del IMSS
Alcohólicos Anónimos como alternativa
26
de solución...dicen los médicos

Fases de la gravedad del alcoholismo


a) Metabolismo del alcohol
La definición del metabolismo se entiende como un con-
junto de modificaciones químicas en el organismo, cuya
finalidad consiste en cubrir sus necesidades energéticas,
así como la formación, conservación y reparación de los
tejidos.
En consecuencia, al consumir alcohol, éste deberá cum-
plir con el requisito que demanda el organismo para que
pueda ser aprovechado por los consumidores, generan-
do energéticos falsos y, por ende, procesos de mal nutri-
cional.
Dentro de su metabolismo el alcohol presenta ciertas ca-
racterísticas. Una de ellas es la de ser un depresor pri-
mario que tiene sus primeras zonas de absorción en el
aparato gastrointestinal (pared gástrica e intestino delga-
do), llevando el alcohol al torrente sanguíneo en un tiem-
po promedio de dos a cinco minutos y alcanzando su
concentración máxima en un tiempo de treinta a noventa
minutos.
Sólo el 10% del alcohol ingerido se excreta por vía renal,
orina, sudoración y respiración, cuyo metabolismo de es-
te porcentaje puede ser modificado por diversas causas.
La principal es la presencia de alimentos en la cavidad
gástrica, lo que genera que se piense que al tener ali-
mento en el estómago, los daños que se generen sean
mínimos, lo cual es totalmente falso.
Otra de sus características es que se absorbe fácilmente
cuando se encuentra en presencia de sales minerales,
mismas que se encuentran en todas las bebidas gaseo-
sas, y que suelen ser la principal acompañante del al-
cohol, lo que genera falsas creencias en cuanto a que
las bebidas dulces son las que favorecen la intoxicación,
lo cual, también es falso.
Sección México 27

El alcohol como componente alimenticio es un generador de


calorías que genera una disminución del aporte alimenticio y,
en consecuencia, un proceso de mal nutricional. Los consu-
midores habituales y excesivos, a pesar de identificar las alte-
raciones, tales como: disminución de peso, pérdida de los re-
flejos y calambres frecuentes, siempre los atribuye a otros
problemas, mas no al consumo de alcohol, negando que éste
es el principal responsable de este tipo de problema.
b) Alcoholismo en breve
El alcohol es el responsable de miles de muertes, gene-
rador de miseria y la condena de nuestros seres más
queridos. Su consumo no distingue países, grados de
desarrollo económico, clases sociales o religiones.
Las bebidas alcohólicas son sustancias socialmente
aceptadas y con gran difusión, lo que genera que la po-
blación crea que no es tan grave su consumo, compara-
tivamente con otro tipo de drogas. En la actualidad, po-
demos observar un aumento en el consumo de drogas
psicoactivas en sus diversas presentaciones; la caracte-
rística principal de la mayoría de los consumidores de es-
te tipo de sustancias, es que su inicio fue a partir del
consumo de alcohol.
Actualmente, las personas que presentan el problema de
adicción difícilmente se pueden considerar alcohólicos
puros, debido a que la mayoría de ellos presentan tam-
bién adicciones a diversas sustancias (adicción cruzada).
Las personas con problemas de adicción tienden a gene-
rar problemas adicionales que generalmente se confun-
den con problemas psiquiátricos, siendo tratados como
tales; sin embargo, como médicos, no podemos escapar
a la realidad que los pacientes con esta enfermedad pre-
sentan como característica principal: alteraciones de tipo
emocional y que no necesariamente son pacientes psi-
quiátricos. Aunque esto es importante, en la mayoría de
los casos, por lo menos los más crónicos, se debe consi-
Alcohólicos Anónimos como alternativa
28
de solución...dicen los médicos

derar la intervención médica que sólo en ocasiones re-


querirá del apoyo psiquiátrico.
Es importante llevar a cabo un tratamiento médico de desin-
toxicación y apoyo terapéutico especializado, con la finalidad
de evitar al máximo las lesiones orgánicas, tomando en cuen-
ta que la parte más importante que debemos considerar es la
de recibir apoyo de los grupos de Alcohólicos Anónimos, que
son la columna vertebral de un tratamiento integral de las
personas que sufren esta enfermedad.
c) Alcoholismo
El abuso del alcohol es una de las principales causas de
problemas de salud en el ámbito familiar, laboral y social.
Sabemos que el beber en exceso no es bueno, pero muy
pocas veces nos preguntamos nuestra situación ante la
bebida.
Por lo regular, consideramos moderada nuestra forma de be-
ber alcohol, sin conocer los criterios científicos de la modera-
ción, y creemos que nuestra manera de beber es normal, pe-
ro la mayoría de las veces ignoramos los signos y síntomas
de la conducta adictiva al alcohol.
Para algunas personas, el alcohol se ha convertido poco a
poco en algo cada vez más importante en sus vidas, llegando
al grado de hacerse dueño de sus acciones y pensamientos,
y con la capacidad de alterar de forma negativa el comporta-
miento de quien sufre esta enfermedad. Regularmente,
cuando esto sucede y la persona continúa bebiendo, es
cuando podemos hablar de problemas de dependencia, adic-
ción o alcoholismo. Los familiares o amigos del consumidor
problemático suelen ser los primeros en darse cuenta de que
algo no se encuentra bien y regularmente tratan de presionar
para que deje de beber, pero la mayoría de las veces desco-
nocen cómo hacerlo. Otras veces el paciente mismo es quien
intenta, por sus propios medios, dejar de consumir, pero la
mayoría de las veces se engaña cambiando de bebida o ha-
ciendo juramentos y promesas.
Sección México 29

El problema se presenta cuando se percata de que no es


capaz, por sí mismo, de controlar su forma de beber:
Cuando bebe más de lo que se propone.
 Cuando declara solemnemente: “Yo lo dejo cuando
quiera”.
 Cuando aparecen sentimientos de culpabilidad o
remordimiento tras haber bebido más de la cuenta.
 Cuando las relaciones familiares o sociales se van
deteriorando.
 Cuando una persona continúa bebiendo, a pesar de
que las consecuencias negativas de su conducta
son cada vez mayores y más evidentes.
La dependencia del alcohol no es una enfermedad co-
mún y corriente que se solucione tomando determinado
medicamento o mediante tratamiento quirúrgico. Para
que una persona sea capaz de superar su dependencia
al alcohol, es necesario que se someta a un tratamiento
profesional.
Una vez que el alcohol se convierte en problema para
una persona, una familia o para la sociedad, la mejor al-
ternativa es solicitar ayuda profesional y apoyo a grupos
de autoayuda como AA, con la finalidad de superar y ha-
cer frente a sus problemas cotidianos sin beber. El inten-
tar solucionarlo con buenas palabras, con presiones, con
amenazas, o esperando que el tiempo lo solucione, sólo
conduce a retrasar o agravar el problema, aumentando
la frustración del paciente y de la familia.

Doctor Gerardo González Torres,


Clínicas de Atención Integral en Desintoxicación
y Recuperación (CLAIDER)
Alcohólicos Anónimos como alternativa
30
de solución...dicen los médicos

¿Cómo ayudar a nuestros adolescentes?


Las familias de los alcohólicos activos muestran un perfil dis-
funcional, y los hijos que crecen en ese ambiente son más
propensos a desarrollar, en la edad adulta, problemas de
conducta y desórdenes psiquiátricos. Sin duda, éste es un
problema mayor en salud pública. De un 10% a un 15% de la
población mundial padece la enfermedad del alcoholismo.
Antes, de cada tres alcohólicos, uno era mujer, en cambio,
aquí en México, de tres a cinco de cada diez son mujeres,
pero esto está muy encubierto.
No tengo ninguna duda al asegurar que el alcoholismo, en un
miembro de la familia repercute en el resto del grupo familiar.
Los intentos de mediar ese impacto se concentran en el cón-
yuge y en los hijos. Podemos citar algunas situaciones espe-
cíficas de los cambios patógenos que produce la existencia
de un padre alcohólico dentro del hogar mexicano:

1. El cónyuge y los hijos manifiestan vergüenza y aisla-


miento por la existencia del problema.
2. Estrés y confusión familiar debido a la situación de
imprevisibilidad (laboral, económica y anímica), gene-
rada por el enfermo.
3. Se transfieren las responsabilidades: un miembro de
la familia, por lo general, un hijo, asume el papel que
deja vacante el alcohólico. Esto no indica que se favo-
rezca la madurez de la familia.
4. Inexistencia de la unidad familiar, retracción y malestar
de cada uno de los integrantes del grupo familiar.
Los jóvenes son los más vulnerables, en el sentido de la
posibilidad y la facilidad para desarrollar dependencia al
alcohol. Del mismo modo, es frecuente que comiencen
con mayor precocidad una carrera alcohólica, con una
evolución más severa y veloz que la que desarrollan los
jóvenes sin antecedentes familiares del alcoholismo.
Sección México 31

Llevo algunos años trabajando con Alcohólicos Anóni-


mos y la experiencia de estos años me ha probado que
es una buena alternativa, tanto para la familia como para
los jóvenes que ya tienen esta enfermedad.
Doctor Sergio O. Monárrez V.
Alcohólicos Anónimos como alternativa
32
de solución...dicen los médicos

Capítulo II
Trabajo social orienta al enfermo alcohólico
y a la familia, acerca de Alcohólicos Anónimos

Un hospital de Naucalpan, en sus trece años de funcio-


nes, ha tenido una relación estrecha con grupos y
asociaciones que nos proporcionan apoyo en la
recuperación y rehabilitación de nuestros pacientes
hospitalizados.
Uno de ellos es AA por su trascendencia y constancia. Cada
lunes brinda información al público y atiende a pacientes en el
área de hospitalización, mismos que le son canalizados por
trabajo social al conocer la angustia y desesperación que vi-
ven los familiares (esposa, hijos y padres), al no encontrar so-
lución a un problema crónico de alcoholismo, y donde el
desgaste físico, moral y económico es vivido por cada uno de
ellos.
Es por ellos que el equipo de trabajo social favorece a la po-
blación usuaria, enviando y conectando a pacientes con este
padecimiento a un Grupo de AA, busca una alternativa al
problema con el alcohol.
Hasta el momento hay quienes han logrado una buena
recuperación y otros, simplemente se han quedado en el
camino, regresando al hospital, pero no han logrado vol-
ver a su hogar.

Lic. en Trabajo Social, Raymundo Cisneros Sánchez


Supervisor del área de trabajo social,
Hospital General de Naucalpan, ISEM
Sección México 33

Opinión de trabajo social


Desde mi punto de vista, el problema de alcoholismo es una
enfermedad que no destruye al enfermo únicamente en el
aspecto físico y orgánico, sino que lo destruye como ser hu-
mano, llevándose consigo a sus seres queridos: padres,
hermanos, hijos, cónyuge. Lo cual, le genera situaciones su-
mamente difíciles de superar.
Como trabajadora social que labora en el área médica,
me he podido percatar de todo lo que conlleva el que un
integrante de la familia tenga problemas de alcoholismo.
Sobre todo cuando éstos llegan a enfermarse paulatina-
mente. El hecho de estar constantemente hospitalizados,
trae como consecuencia el desgaste físico, emocional y
económico de la familia, aunque este último aspecto,
muchos de los familiares de pacientes, con quien he te-
nido oportunidad de tratar, opinan que no les es impor-
tante, pero para otros es un factor de angustia.
Es por ello que mi labor en el hospital, ante los pacien-
tes,ayudarlos por medio de la orientación y canalización
a grupos de Alcohólicos Anónimos, donde pueden lograr
su recuperación.
Recuerdo que hace unos años llegó al hospital una mujer
que vivía problemas muy severos de alcoholismo, con la
cual tuve la oportunidad de platicar. Me comentaba los
problemas familiares que su enfermedad le había aca-
rreado, al grado de tener que abandonar a su familia y su
lugar de origen. Llegó desde muy lejos a esta localidad
donde su enfermedad era cada vez más aguda, pues
había encontrado la facilidad de continuar bebiendo. Mi
inquietud fue buscar los medios para poder brindarle
apoyo. Fue entonces cuando le comenté la posibilidad de
acudir a un Grupo de AA y me aboqué a visitar un Grupo
que existía en la localidad.
Una vez que estuvo en condiciones de dejar el hospital,
comenzó la oportunidad de tener una vida mejor, dándo-
Alcohólicos Anónimos como alternativa
34
de solución...dicen los médicos

se la oportunidad de recuperarse, y en un futuro recupe-


rar lo que había dejado.
Hoy que he vuelto a tener comunicación con ella, porque
ahora es quien me coordina para poder seguir brindando
la oportunidad a otras personas enfermas que la necesi-
tan: es Coordinadora de Instituciones Hospitalarias, acti-
vidad que ha logrado tras haber, día a día, mantenido el
propósito de no beber y seguir adelante.
Realmente me siento muy contenta por haber ayudado y,
sobre todo, muy satisfecha cuando ella dice que yo tuve
que ver en su recuperación. Situación que, considero,
que la única que tuvo que ver en ello fue ella misma, con
su gran fuerza interior a la cual recurrió para salir adelan-
te porque para superar y vencer la enfermedad del al-
coholismo se necesita tener mucha fuerza de voluntad.

Trabajadora social, Martha Santos Márquez


Hospital General de Amecameca, Estado de México
Sección México 35

Trabajo social y el paciente


El profesional en trabajo social se ha convertido en un gran
colaborador, pues es el encargado de concientizar al pacien-
te, y a la familia, para aceptar al alcoholismo como una en-
fermedad. Asimismo, se les invita a asistir a los grupos de Al-
cohólicos Anónimos en la cercanía de su comunidad, o al
Grupo que realiza reuniones dentro del hospital. Es importan-
te que el profesional en trabajo social esté bien informado pa-
ra saber cómo orientar a un enfermo de alcoholismo.
El tratar con un paciente alcohólico pone en nuestras manos
un trabajo valioso que lleva tiempo y esfuerzo a los familiares,
pero ellos deben comprender que para un paciente alcohóli-
co, el principal apoyo que requiere es el de su familia, pues
por más terapias que el paciente reciba, como servidores pú-
blicos nos hemos dado cuenta que de nada sirve si no cuenta
con el apoyo de sus padres, hermanos, hijos, cónyuge, para
que con la interrelación familiar, el paciente vuelva a integrar-
se a la sociedad.
El alcoholismo es una enfermedad que puede padecer
cualquier ser humano, no importa condición económica,
cultural o social.

Trabajadora Social Ana María Mora Cancino


Hospital General de Zona de Ecatepec, ISEM
Alcohólicos Anónimos como alternativa
36
de solución...dicen los médicos

Capítulo III
Llevando el mensaje de Alcohólicos Anónimos
a los enfermos de alcoholismo en los hospitales

Es importante que los directores de las instituciones hospita-


larias conozcan cuál es el objetivo que perseguimos como
Agrupación de AA, a todas aquellas personas que desean
dejar de beber y la necesidad de que nos brinden la oportuni-
dad de llevar el mensaje de AA, a los pacientes que aún des-
conocen que el alcoholismo es una enfermedad. A continua-
ción describimos brevemente la manera de hacerlo:
I. Fase inicial, llevar el mensaje de AA a los enfermos
alcohólicos en el piso de hospitalización

a) Se visita a los enfermos que, a juicio del médico, su


padecimiento esté relacionado con el consumo de al-
cohol. Esta información se recaba del área de medi-
cina interna del piso de hospitalización.
b) Esta labor de visitar al encamado la realizan los miem-
bros de AA, los cuales tienen la experiencia para tal fin.
Observando que los hombres sean visitados por hombres
y las mujeres por mujeres.
c) Los lineamientos bajo los cuales se realizan las visi-
tas, los establecen las autoridades del hospital. Estos
lineamientos pueden ser entre otros: días de acceso,
horario de visita a los encamados, forma de registro
para el ingreso, número de miembros de AA que
pueden ingresar...
d) Los alcohólicos anónimos tienen la responsabilidad
de respetar los lineamientos establecidos por la insti-
tución hospitalaria, así como de mantener informadas
a las autoridades de la institución de cómo se están
realizando las actividades de AA.
Sección México 37

II. Envío de pacientes a las reuniones de AA en


grupos externos o internos

a) El médico tiene la facultad de enviar al prospecto a las


reuniones de grupos AA. Esto lo puede hacer por medio
de: carnet o cartilla de asistencia sugerida por AA, o el
medio que el médico crea conveniente. También, con el
consentimiento del paciente, se puede dar seguimiento a
la aceptación del mensaje escribiendo sus datos perso-
nales en una ficha de contacto.
b) Proporcionar fecha de alta del paciente, con el fin de
que los miembros de AA lo guíen, acompañándolo a
las reuniones de grupos externos.
c) En caso de recaída, el médico puede dar seguimiento
a la asistencia del paciente al Grupo, y tomar la me-
dida que crea conveniente.
d) Los profesionales de trabajo social tienen un papel impor-
tante entre el enfermo alcohólico, la familia, la institución
hospitalaria y los miembros de AA. Podemos decir que
trabajo social conjunta los esfuerzos de todos los actores
en torno al enfermo, para lo cual es sugerible una comu-
nicación permanente con los miembros de la Agrupación
de AA.
III. Apertura de un Grupo de Alcohólicos Anónimos
dentro de un hospital
a) Esta es una fase a largo plazo y será de acuerdo a las
necesidades de la institución. Para esto, es importante
el trabajo coordinado entre las autoridades del hospital
y los miembros de AA.
b) Las autoridades del hospital brindarían el apoyo, como
es: lugar apropiado para las reuniones, días y horario.
c) Los miembros de AA externos cooperan apoyando a
los internos para que logren iniciarse en el Programa
de Recuperación de AA. Proporcionarán publicacio-
nes que los ayuden a disipar las dudas que tengan
Alcohólicos Anónimos como alternativa
38
de solución...dicen los médicos

sobre la enfermedad del alcoholismo, y comparten su


experiencia de cómo han logrado superar sus dificul-
tades con el alcohol.
Este plan de trabajo, delineado brevemente, ha dado re-
sultados satisfactorios en otras instituciones, y no duda-
mos que sea de utilidad para las personas, hombres o
mujeres, que sean atendidas en esta institución.
Nota: AA no otorga servicios de diagnóstico, atención médica
ni de hospitalización.
Sección México 39

Capítulo IV
Seguimiento del enfermo alcohólico, por el hospital,
por medio de carnet o cartilla
Carnet o cartilla de asistencia
Es un formato donde se registran, en orden cronológico,
las asistencias a una Reunión de Alcohólicos Anónimos
de un prospecto canalizado por un profesional.
Contiene datos primarios como:
1. Nombre y dirección del Grupo al que se asistirá a las
reuniones.
2. Nombre del prospecto.
3. Fechas de asistencia a las reuniones.
4. Firma del responsable del Grupo (una por Reunión).
¿Cómo se utiliza?
El profesional entrega al prospecto su carnet o cartilla de
asistencia con los datos que juzgue conveniente, y establece
un período de tiempo para que éste le sea devuelto con las
firmas requeridas, o al término del tiempo mínimo necesario
de permanencia en los grupos de AA.
¿Cuándo se utiliza?
Cuando el profesional desea tener una constancia o con-
trol sobre las asistencias del prospecto.
Ventajas de uso
1. Es una forma de persuadir al prospecto a que asista a
las reuniones y permanezca en ellas. La obligación de
asistir la determina el profesional. AA sólo recibe a la
persona y le transmite su experiencia, fortaleza y es-
peranza.
2. El profesional individualiza una actividad grupal.
Alcohólicos Anónimos como alternativa
40
de solución...dicen los médicos

3. Es una forma de que el prospecto compruebe su asis-


tencia a las reuniones convenidas.
4. El profesional verifica la constancia y permanencia
que el prospecto tiene en sus terapias.
5. El profesional puede evaluar avances en el proceso
de recuperación.
6. Si el enviado con carnet decide no asistir o abandonar
el Programa, quizá en algún tiempo decida regresar
porque:
a) Habrá comprobado qué es y cómo funciona AA.
b) Sabrá con quién y dónde buscar ayuda por sí mismo.
¡Nuestro nuevo amigo tendrá la oportunidad de salvar su
vida!

Ejemplo de carnet o cartilla


Datos de la institución
Nombre, dirección, teléfono, responsable de los envia-
dos.

Datos de la persona enviada, necesarios a la institu-


ción para su control
Nombre, domicilio, edad, fecha de canalización, número
de expediente en la institución, datos del Grupo al que
asistirá a las reuniones.
1. Esta cartilla de asistencia es propiedad de________
___________________________ y no significa afilia-
ción con la Agrupación de Alcohólicos Anónimos.

2. Este carnet deberá ser mostrado en cada Reunión


para certificar la asistencia.
Sección México 41

3. La certificación de asistencia, se sugiere que la haga


un servidor del Grupo.

4. La certificación es por ese único día, y si la persona


enviada está presente en la Reunión de principio a
fin.

5. La certificación se hace anotando la fecha de asis-


tencia, hora de la Reunión y firma del responsable.

6. La decisión de enviar al portador de esta cartilla es


responsabilidad exclusiva de esta institución, no de
AA.

7. La responsabilidad del Grupo es de carácter moral y


exclusivamente para certificación de asistencia, no
implicando responsabilidades distintas a ésta.
Alcohólicos Anónimos como alternativa
42
de solución...dicen los médicos

Capítulo V
Experiencias de enfermos de alcoholismo que han
sido tratados por la medicina, y continúan viviendo
en sobriedad en Alcohólicos Anónimos
Experiencia de Diana
En 1979, tenía 31 años, estaba internada en un psiquiátrico,
era abril, y desperté con una terrible cruda, pero ¿qué pasó?,
me pregunté. Estaba amarrada a la cama de pies, manos y
cintura; volteaba a mi alrededor y veía mujeres enfermas,
unas gritaban, otras dormían, pero yo despertaba de una te-
rrible borrachera de no sé cuánto tiempo. Pasó una enferme-
ra y le pregunté que en dónde estaba, creo que no me escu-
chó porque no me contestó. Al poco rato pasó un médico y le
pregunté que en dónde estaba y tranquilamente me contestó:
“En el manicomio, señora”. Sentí un terrible miedo, empecé a
tener ese vómito de colores, las manos se me acalambraron
y sentí ganas de gritar: “Yo no estoy loca, ¿por qué estoy
aquí?”.
Sólo recuerdo que llegué a la casa de una de mis her-
manas, después de andar deambulando por la calle pi-
diendo una moneda para beber, con muchos días de no
bañarme. Traía unos pantalones amarrados con alam-
bre, no sabía de quién eran esos pantalones, y sin saber
nada de mis hijas; todo estaba perdido y decía que yo no
estaba loca, qué ironía. Después de unos días les pedí
que me permitieran hacer una llamada, quería saber
quién me había llevado. Me contestó una de mis herma-
nas y me dijo: “Es mejor que estés en ese lugar y no que
andes en la calle, prefiero verte muerta”.
La angustia, el miedo y la ansiedad crecieron a tal grado
que empecé a gritar y a llorar. Tuvieron que amarrarme
nuevamente y después me quedé dormida. Desperté
aceptando con mucho miedo mi estancia en ese lugar y
poco a poco fui teniendo confianza en mis compañeras
internas. Me contaban hechos de sus vidas que me de-
Sección México 43

jaban sorprendida. Por ejemplo: que podían hablar con la


virgen o que ellas eran seres celestiales; creció mi con-
fianza porque platicábamos mucho; el médico que me
atendía era una eminencia en alcoholismo. El Dr. Carlos
Elizondo me daba terapia que yo desechaba. Un día me
dijeron que saliera a un pequeño salón, nos llevaron a
varias internas, nos hicieron que escucháramos una
Reunión de Alcohólicos Anónimos y no me interesó,
pues en un tiempo había asistido a este Programa, pero
no quise escucharlos.
Después de unos meses salí del psiquiátrico muy resen-
tida como para querer dejar de beber. Lo primero que hi-
ce fue buscar una vinatería y comprarme una botella de
tequila, me la puse en la boca y no recuerdo cómo fui a
dar a ciudad Nezahualcóyotl.
Continuó mi declive cada vez peor. En la calle me venían
los delírium trémens. El horror y la desesperación me hi-
cieron regresar al manicomio por mi propio pie. Le pre-
gunté a una psiquiatra: ¿Cómo puedo dejar de beber?, y
me contestó: “Existen muchas formas, pero para gente
como usted, solamente AA”. Salí con la intención de ma-
tarme en el Metro; esta intención ya la tenía desde hacía
mucho tiempo, pero me faltaba el valor.
Seguí bebiendo, y estando tirada afuera de una pulquería,
una persona me cargó, me llevó a su casa, su esposa me
baño, me dieron de comer y él me dio dinero para llevarles de
comer a mis hijos. En la noche me llevó al Grupo “Los Ánge-
les” en la colonia Los Ángeles, Iztapalapa, y desde esa oca-
sión no bebo, de esto hace ya más de veinte años. Mis hijos
se titularon y se casaron. Solamente uno sigue soltero y soy
felizmente abuela de once niños preciosos que quiero y me
quieren. Gracias a la Agrupación de AA que me abrió sus
puertas.
Alcohólicos Anónimos como alternativa
44
de solución...dicen los médicos

Experiencia de Mauro
Cuando tenía trece años, aproximadamente, me gustaba
juntar con amigos mayores que yo, y un día me invitaron
a beber cerveza, ¡y me convencieron! Acepté sin pensar
el efecto que me iba a causar. Cuando me sentí borra-
cho me dio mucho miedo porque presentí que mi padre
me iba a golpear y mis amigos me escondieron hasta
que más o menos se me pasó la borrachera. Pasó el
tiempo y cuando tuve quince años todo había empeorado
las borracheras eran cada quince días.
Seguí bebiendo cada vez más. A los 21 años conocí a mi
primer mujer. Ella era menor de quince años y sólo du-
ramos un mes de novios. No me conoció muy bien por-
que en ese mes la convencí de que viviéramos en la ca-
sa de mis padres y, con mentiras de los dos, mis padres
aceptaron.
En catorce años procreamos cinco hijos. Durante ese tiempo
le di una vida de infierno, tuvimos tres separaciones. Aburri-
da de maltratos, humillaciones, y hasta el abandono econó-
mico, decidió irse de la casa en dos ocasiones, llevándose a
los niños y en la tercera, me dejó a los cinco niños y jamás
regresó.
A un año de su abandono, mi carrera de alcohólico em-
peoraba cada vez más; tenía muchos problemas en mi
trabajo. Encontré a una mujer y empezamos a salir jun-
tos, también en poco tiempo se fue a vivir conmigo en
unión libre y tuvimos dos niñas. En diez años que vivimos
juntos le transmití la enfermedad de un alcohólico, por lo
tanto, también me abandonó. Se llevó a las niñas, pero
ellas regresaron, no quiero investigar por qué, nada más
me dijeron que su mamá ya vivía con otro señor y que no
querían regresar con ella.
Después encontré a otra mujer que fue más inteligente
porque estuvo conmigo menos de dos años.
Sección México 45

En mi trabajo seguía teniendo problemas. Cuando falta-


ba me iba a la clínica donde los médicos me tenían mu-
chas consideraciones; uno de ellos me declaró incapaci-
tado de por vida, porque vio que mi mal ya no tenía
remedio y me pensionaron como empleado.
Como ya no trabajaba, bebía más, hasta que llegué a ser
un teporocho. El día de pago, que era cada mes, me iba
con urgencia todo fachudo y tembloroso, al grado de no
poder firmar, pero ponía mi huella y salía a buscar más
alcohol.
Con el tiempo ingresé varias veces a la clínica y en cada sali-
da volvía a beber. Llegué a perder el apetito, a no poder dor-
mir, y esto me llevó a ver y oír cosas que sólo existían en mi
mente: veía a la gente deforme. Habiendo tanta gente veía
fantasmas que aparecían y desaparecían, espantaba a la
familia cuando estaba solo en mi cuarto. En la madrugada oía
música, fiesta en el andador, me daba gusto y salía a gorrear
el alcohol, pero ¡oh sorpresa!, no era nada, la vecindad esta-
ba en silencio. Me metía con mucho miedo, y tembloroso me
ponía a fumar para esperar la luz del día y buscar a los tepo-
rochos.
Un día cualquiera tuve que armarme de valor para con-
tarle a mis familiares lo que oía y veía, hasta que me va-
loró uno de los médicos y me internaron por primera vez
en el psiquiátrico. Estuve allí durante unos veinte días. Al
poco tiempo que salí, volví a beber. Al cabo de medio
año sentí otra vez la locura, pero esta vez más fuerte,
hasta en lo que me servían de comer veía todo podrido y
con gusanos; vi salir lumbre de la tierra, llover lumbre del
cielo y otra vez al hospital psiquiátrico, un mes más in-
ternado. Al salir ocurrió lo mismo y la tercera vez que re-
gresé, fue más grave: los delirios fueron más fuertes; mis
hijas lloraban; la gente que me quería sufría y ya no me
querían admitir en el hospital psiquiátrico. A pesar de to-
do, salí a seguir bebiendo.
Alcohólicos Anónimos como alternativa
46
de solución...dicen los médicos

En la última vez, la doctora de psiquiatría me mencionó a


Alcohólicos Anónimos, pero no hice caso. Las últimas
veces que estuve internado en la clínica me pasaron el
mensaje de AA: médicos, enfermeras y los AA. Una de
tantas veces que fui a consulta con el médico familiar me
dio un pase para el Centro Médico. Allí me dictaminaron
cirrosis hepática y me regresaron con el especialista en
gastroenterología de la clínica; él me dijo que iba tomar
medicina de por vida, y le hice caso, pero la alternaba
con el alcohol.
En uno de esos ratos de desesperación, iba por mi caña
a un lugar siempre abierto, pero algo hizo que me des-
viara hacia la clínica, recordando las palabras de los mé-
dicos, enfermeras y los AA. Llegué muy maltratado, en
verdad, en muy malas condiciones, con los pies hincha-
dos, tremendo estomagote, sobrepeso, todo loco y cica-
trices de por vida. Fue en marzo de 1992, aunque mi
primer aniversario me lo festejó el Grupo el día del niño,
un 30 de abril de 1993, desde entonces, lo festejo ese
día.
Dicen que no existe la varita mágica, pero para mí existió
porque desde ese día no he tomado una sola gota de al-
cohol. Desde entonces no estoy en cárceles ni hospitales.

Mauro M. R.
Grupo Institucional “Liberación”
Clínica No. 8 del IMSS
Tizapán, DF.
Sección México 47

Experiencia de Arturo
Llegué el 17 de febrero de 1993, al Grupo Institucional,
en el hospital. Tengo doce años trabajando en este hos-
pital y el Grupo tiene trece años en el mismo. Tuvieron
que pasar cinco años para poder llegar a este Grupo, no
llegué antes ni después, llegué en mi momento.
Lo más bonito es que nací el día del aniversario del Gru-
po. Ese día me dieron mi Junta de información y des-
pués, hasta pastel comí. Me dijo uno de los compañeros:
“Tú eres un pastel más grande, que el que nos vamos a
comer”. Desde el día que llegué, hasta la fecha, sigo
asistiendo al Grupo.
Las facilidades que me dieron las autoridades y el sindi-
cato ¡qué suerte¡ estas personas estuvieron informadas
sobre el problema del alcoholismo y me permitieron acu-
dir al Grupo para que no me despidieran de mi trabajo.
Hoy estoy agradecido con el Grupo y con las autorida-
des, pues gracias a ellas volví a vivir. Siento que estaba
muerto en vida, pues durante los dos últimos años de mi ca-
rrera alcohólica, tomé a diario; ya con verdaderos problemas
de lagunas mentales, el no recordar nada al día siguiente, es-
tar atrapado en una verdadera locura sin salida.

Arturo
Alcohólicos Anónimos como alternativa
48
de solución...dicen los médicos

Declaración de México

“Somos Alcohólicos Anónimos.


Cualquier Sección, de cualquier Gru-
po de Alcohólicos Anónimos puede
unírsenos.

Somos responsables sólo ante un


Dios de amor, tal como se exprese en
nuestra conciencia de Grupo”.

Ciudad de México, junio 7 de 1997


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Alcohólicos Anónimos como alternativa
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Alcohólicos Anónimos como alternativa
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