Está en la página 1de 8

El día empezó como una cualquiera, los rayos de sol de las primeras horas de la mañana

entraban por la ventana, los dos hermanos dormían plácidamente sobre sus camas, la madre
dormía en su habitación mientras el padre se levantaba para ir a la herrería, ese día tenía una
calor especial, no era la típica calor de verano si no una calor anunciando que sería un día
distinto, una calor que llena de alegría hasta el momento más amargo, el padre comprobó la
habitación de los hermanos para ver como estaban, al verlos dormir elevo una leve sonrisa y se
fue hacia la puerta de la casa, se puso las botas y se fue. En ese mismo momento se levantó
Yasithx y empezó a vestirse lo más rápido y silencioso que pudo, las ganas de hablar con aquel
hombre le reconcomían por dentro, durante breves momentos pensaba si estaba haciendo lo
correcto, pero en esos momentos pensaba que por hablar con una persona no podía pasar
nada, solamente hablaría con él para preguntarle más sobre el mundo que había visto y como
era todo, nada mas

Salió de la casa sin comer nada, estaba demasiado nervioso para comer, no sabía porque
estaba tan nervioso, nunca lo estaba, siempre era muy seguro de sí mismo, ni en las peores
situaciones vividas se había sentido así, ni siquiera cuando unos lobos lo atacaron en el bosque
junto a su hermano y tuvieron que huir, jamás había sentido ese agobio y ese dolor en la boca
del estómago, se estaba empezando a poner más nervioso con cada paso que daba hacia la
colina, tenía ganas de ir al baño, empezaba a tener hambre, la cabeza le picaba, decidió
pararse un rato en el lado del camino cerca del bosque y centrarse, no podía ir a preguntar
sobre la vida de un hombre que no conoce en el estado que estaba, no era propio de el

Por su cabeza pasaban todo tipo de pensamientos bastante rápidos mientras que sus ganas de
ir al baño aumentaban a cada pensamiento

− «¿Esto va a servir para algo?»

− «Tampoco es que tenga nada mejor que hacer»

− «Padre me ha dicho muchas veces que vaya con él y aprenda el oficio»

− «La verdad es que es muy aburrido, no me veo día tras día en una forja dándole
golpecitos a herramientas»

− «Le sirve para cuidar de toda una familia de 5 personas, gracias a él no tenemos que
preocuparnos por nada»

− «Yo también ayudo»

− «Bueno la verdad es que no, pero recojo leña y hago algunas cosas»

− «¿Por qué narices estoy pensando ahora en esto? Simplemente quiero hablar con él,
no estoy haciendo nada malo»

− «¿Y si no estoy haciendo nada malo porque no le he dicho nada a nadie?»

−No me hace falta, soy ya lo suficien….

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un ruido de cerca, al estar tumbado alrededor
de unos setos estaba escondido así que no se movió y se ocultó un poco más, el ruido era
claramente una persona, se movía de manera nerviosa y silenciosa a la vez pero al estar
nervioso sus movimientos eran torpes y sonaban bastantes, se fijó más y pudo ver que era su
amigo Tabuthx, no entendía porque estaba saliendo del bosque, ni por supuesto tampoco que
persona en su sano juicio estaría en el camino a una hora tan temprana de la mañana, al
hacerse esa pregunta se recordó que él estaba también ahí y tuvo que darse la razón a si
mismo que no estaba en su sano juicio, vio a su amigo alejarse hacia el pueblo pero sin entrar
en el centro del camino si no por los laterales, no le dio más importancia, creía que
simplemente había pasado toda la noche en casa de la abuela y que no tenía ganas de
encontrarse a nadie, simplemente tenía ganas de descansar, además tampoco tendría ganas
de hablar ahora, tener que ir a ayudar al señor Gilderthx a trabajar arreglando las casas
después de estar toda la noche despierta sonaba ya agotador así que decidió que si ninguno
tenía que guardar ningún secreto y hacer como que no lo había visto era todo mejor, siguió un
largo rato tumbado pero sin pensar en nada en concreto, simplemente no quería levantarse,
tenía ganas de estar tranquilo.

Se levanto al cabo de un rato e ir deprisa a ver al hombre, cuanto más rápido llegara menos
tiempo tendría para pensar y viendo que pensar no le estaba sirviendo de mucho supo que
había sido una buena decisión, se paraba para coger bayas o setas que estaban cerca y tener
una excusa cuando volviera.

En el momento que llego a la colina vio la tienda donde había visto al hombre hablar por la
noche, se dio cuenta de que el sol empezaba a picar más, decidió que se había alargado más
de la cuenta el camino para llegar allí así que decidió que todo debía de ser rápido

En la entrada de la tienda estaba el caballo como si fuera el guarda de un castillo, grande y


marrón, fuerte, era un animal precioso, ninguna persona hubiera sido capaz de usarlo para el
campo, solo verlo daba impresión, lo acaricio en el lomo, el caballo lo miro y relincho para
indicar que no debía de hacer eso si quería seguir ahí, en el momento que dio un paso para
atrás salió de la tienda el hombre espada en mano y con una velocidad impresionante se la
puso en el pecho al niño
− ¿Eres imbécil, de verdad crees que venir aquí sin avisar, sin hacer ruido y en horas de
la mañana es una buena idea? −dijo Lothuthx sin mostrar ni un ápice de compasión al niño
mientras sostenía su espada en alto contra el

−Relájate solo quería hablar contigo−respondió calmado y sonriente Yasithx

El chaval ni lo vio venir, en el momento que termino la frase Lothuthx movió la espada y la
clavo en el suelo mientras con el brazo izquierdo le daba un puñetazo en las costillas a Yasithx,
este cayó al suelo sin respiración y jadeando mientras se agarraba el costado, el dolor era
insoportable y las babas le salían de la boca sin para acompañadas de leves respiros cortos

− ¿Pero ¿quién …coño…? te crees? −dijo Yasithx entrecortadamente mientras


recuperaba la respiración, la sonrisa desapareció de su cuerpo y una rabia salía de él haciendo
que apretara tanto los dientes que pensaba que se los iba a romper

−Te hace falta que te eduquen chaval, te faltan bastantes golpes a mi parecer, tienes
poca vergüenza que no es lo mismo que coraje, no puedes ir a las tierras de un hombre sin
aviso y hablarle con tal descaro, y mucho menos siendo un mocoso como tú, te he dado un
pequeño golpe y estas en el suelo como una cucaracha malherida −respondió con un tono de
odio el hombre mirando fijamente al chico

La escena representaba claramente la situación, Yasithx, el joven inexperto en la vida de


rodillas queriendo hablar todavía con un hombre que le había dado el mayor golpe que
recordaba en sus 16 años de vida
−Mestizo levántate si vas a querer hablar conmigo, no me gusta hablar con hombres
que están de rodillas, si es que todavía tienes el poco honor para aceptar el golpe como castigo
de tu insolencia y aprender un poco de respeto −le exclamo Lothuthx con un tono un poco
menos enfadado que antes

− ¿Qué quieres decir con mestizo? −le pregunto Yasithx extrañado incorporándose
lentamente debido al dolor del golpe

−Te he dado en las costillas, no en la cabeza, no me digas que además de poca


vergüenza eras retrasado −respondió el hombre con desdén

−Contéstame y déjate de tonterías, ya me ha bastado con el golpe, ¿a qué te refieres


con mestizo? −pregunto con intriga Yasithx mientras el dolor empezaba a desaparecer y
empezaba a ponerse recto

−Mestizo es aquel que no tiene el poder completo de un elemento si no que comparte


su poder con dos elementos−respondió extrañado Lothuthx al ver la cara de Yasithx como si se
estuviera enterando por primera vez− tu caso es el primero que veo en toda mi vida, tienes 4
colores, la verdad es que te hace una clase de mestizo especial, es digno de estudio, ¿de
verdad no sabias que eras uno o estás haciéndote el tonto para que perdone tu falta de
respeto?
Yasithx se quedó mirando al hombre y al cabo de unos segundos movió la cabeza de forma
negativa para darle a entender de que no tenía ni idea de lo que estaba hablando, su cabeza
iba al máximo, le había dicho que compartía su poder, igual por eso era que no podía usar los
elementos, si compartida el poder de uno entre 4 esa sería la razón por la que por más que lo
intentara no podía hacer nada

Se mantuvo en silencio mirando al suelo mientras que Lothuthx lo miraba extrañado

−Entra chaval, siéntate y hablemos de lo que querías −dijo el hombre mientras se


giraba recogiendo su espada y entrando en la tienda
Yasithx volvió en sí y lo siguió mientras seguía pensando en todo lo que él le había dicho, sabia
como iba a empezar la conversación, era una duda que llevaba atormentándolo mucho
tiempo, no había tenido respuesta por parte de su familia ni la gente del pueblo, pero ese
hombre la tenia

− ¿Al compartir con 4 significa que no puedo controlar los elementos? ¿Es por eso que
no puedo hacer nada de lo que hacen los demás? ¿Porque soy un mestizo? – pregunto con
ansiedad Yasithx mientras miraba a Lothuthx que cogía una manzana y se la pasaba al chicho

−Eso es mentira que no puedes controlar los elementos, no podrás hacer gran cosa,
pero a que seguro que notas a los seres vivos cuando están cerca, sientes como si el aire te
susurra, notas el agua en cada cosa que tocas y el calor lo mismo – añadió Lothuthx mientras
mordía su manzana – además los mestizos no son nada raro en aldeas, muchos han llegado a
ser grandes controladores, les lleva más esfuerzo que a personas puras, pero lo consiguen

Yasithx encajo toda la información como pudo mientras se comía la manzana, los dos se
quedaron en silencio mientras el chico pensaba en todo, es cierto que hacía todo lo que él
había dicho, pero en muy poca medida, quería hacer algo más que solo sentir cosas
− ¿Cómo puedo mejorar con ellos, hay algún tipo de entrenamiento o técnica para
alguno? −pregunto el chico mientras apuraba los últimos bocados de la manzana
−No puedo contestarte si soy sincero, nunca me importaron lo más mínimo los
elementos, por suerte mis dos padres pertenecían a la casa de la tierra así que yo soy puro de
tierra, mi elemento ha ido desarrollándose a lo largo de los años sin haber hecho nada en
específico, imagino que haber estado en combate tantas veces ha hecho que mejore poco a
poco hasta que soy capaz de hacer lo que hago ahora, he sentido desde 100 metros que venias
−le respondió de forma sincera Lothuthx−pero con los otros elementos no puedo hacer nada

− ¿Pero entonces siempre voy a estar así, siendo el único de la aldea que no es capaz
de ni prender una hoguera, ni sentir a los animales a la distancia para cazar, ni voy a …?
−estaba hablando Yasithx cuando se cayó de repente al ver que Lothuthx levantaba la mano

−Tienes un problema grave y es que no escuchas, te he dicho que no se nada apenas


sobre los elementos, el mío ha ido evolucionando conforme he ido peleando, si quieres saber
algo más sobre ellos pregúntale a alguien que sepa, yo no soy uno de ellos, este tema se zanja
aquí, ¿alguna otra cosa o te vas ya? −respondió bruscamente Lothuthx

Yasithx sabía que si quería hacer todas las preguntas que quisiera tenía que elegir las palabras
adecuadas para no enfadarlo, tenía bastantes cosas que preguntar y no sabía cómo empezar,
sus labios actuaron por el en vez de su cerebro de una manera rápida y dijo lo primero que se
le vino a la mente

− ¿Por qué has venido aquí?

−Porque quiero y puedo


No se esperaba esa contestación, le hizo una pregunta esta vez un poco más sencilla para que
no se enfadara

− ¿Eres un caballero?

−Si tu cabeza lo piensa en tu cabeza puedo serlo

Otra vez volvía a quedarse en blanco al escuchar tal respuesta, se quedó mirándolo sin saber
que decir, decidió cambiar por completo la forma de preguntar, pensó que igual debía de
preguntarle algo un poco menos personal

− ¿Me entrenas con la espada?

Ahora fue al hombre al que cogió por sorpresa la pregunta, se quedó mirando al chaval como
si no fuera capaz de entender lo que le acababa de preguntar, se echó hacia delante y
pregunto en un tono muy suave

− ¿Porque debería hacerlo?

−Porque quiero salir de esta aldea y no puedo irme sin saber pelear, si nos pasara algo
a mi hermano y a mí y no fuera capaz de defendernos no podría vivir el resto de la vida sin
arrepentirme por no haber hecho algo

− ¿A dónde vais a ir los dos?

−Eso no te incumbe sinceramente

Lothuthx sonrió y se echó en la silla nuevamente para atrás


− ¿Por qué no me contestas, no confías en mí? – pregunto el hombre muy lento
mientras lo miraba fijamente a los ojos− ¿has entendido ya la razón por la cual no he
respondido a tus preguntas de antes?

− ¿No eran de mi incumbencia? – respondió Yasithx dudando de si su respuesta era la


acertada o no

−Eran demasiado personales para decírselas a un chaval que acaba de colarse en mis
tierras sin previo aviso y me falta el respeto

−Lamento si te han molestado, no era mi intención

Lothuthx se levantó y le hizo una seña para que lo siguiera, cogió la espada y se la puso a
Yasithx en la mano antes de salir de la tienda, este lo siguió espada en mano, el caballo al ver a
su dueño se acercó a él y este le acaricio la cara

−Has aprendido una lección que parece que tus padre se olvidaron de darte y es
indispensable para que aprendas conmigo, debes de saber cuándo has cometido errores y
disculparte, el peso de tus palabras es igual que el de la espada que tienes en la mano, he visto
guerras librarse y morir miles de hombres por que un viejo estúpido no sabía aceptar un error
y ha preferido cargar en su conciencia con la muerte de millares de soldados −dijo mirando
hacia su caballo Lothuthx y entonces se giró para Yasithx, lo observo de arriba abajo y le hizo
una seña para que levantara la espada en alto por encima de la cabeza

−Ahora vamos a hablar un buen rato, si te cansas de tenerla encima puedes cambiar de
mano, pero no la puedes bajar hasta que no terminemos, si lo haces, no te ayudare ¿está
claro? – dijo Lothuthx con un tono de mandato, como si fuera un capitán hablando a un
soldado

−Si

−Si señor

−Si señor

−Muy bien

Estuvieron un buen rato hablando, hablaron sobre temas vánales, primero le pregunto sobre
que tipos de setas crecían en el bosque, luego continuo por los animales que había visto,
después empezó a hacerle preguntas más complicadas sobre como reaccionaria a situaciones
hipotéticas

− ¿Si un animal salvaje fuera hacia ti que harías?

−Depende del animal

−Un ciervo

−Depende del ciervo

−Todos los ciervos son iguales

−Hay algunos más pequeños y grandes −dijo mientras se cambiaba la espada de mano

− ¿Me estas tomando el pelo?


−No…señor

Lothuthx sonrió y siguió con su pregunta

− ¿Qué harías su te atacara un ciervo grande?


−Intentaría correr hacia un lado y despistarlo, si es una hembra es casi imposible que
me haga nada, pero un macho me podría matar con sus astas

− ¿Qué harías si un ciervo grande os atacara a tu hermano y a ti?

Esa pregunta volvió a cogerlo de sopetón, no sabía que contestar de nuevo, la espada
empezaba a pesarle bastante sobre los hombros y el pensar le costaba bastante
−Le daría un golpe al ciervo o le haría algo para que se entretuviera conmigo y mi
hermano pudiera escapar, él no es tan rápido ni fuerte como yo, así que tendría que ayudarle
primero

− ¿Te sacrificarías por tu hermano?

−De que sirve vivir una vida si no eres capaz de cuidar de los tuyos cuando te necesitan

Lothuthx lo miró fijamente y sonrió, hizo una referencia en señal de respeto y le hizo una seña
para que bajara la espada

−Bien chaval, eres bastante tonto pero tienes corazón y aprendes decentemente
rápido, te quiero aquí todas las tardes cuando se ponga el sol, entrenaras hasta que se haga de
noche, será poco tiempo pero bastara a lo primero, dudo que hayas agarrado alguna vez algo
que no sea una vara de madera, no se te ocurra llegar tarde ni un solo día y te recuerdo que no
soy tu amigo, te dirigirás a mí con respeto y harás todo y cuanto yo te digo −dijo Lothuthx con
una voz claramente curtida en este tipo de discursos, se notaba que no era la primera vez que
los decía

−Si señor −respondió Yasithx con los hombros a punto de reventarle y pensando en
contarle todo a su hermano en cuanto lo viera

−Dile a tu hermano que puede venir el también, pero explícale todas las condiciones
que te he dicho, no quiero lastre y por supuesto cuando el venga no podrás venir tú, no podéis
coincidir, te ha quedado claro

−Si señor

−Pues vete ya, se ha ido casi toda la mañana y tenía cosas que hacer, empezaremos la
semana que viene, antes tengo que hacer unas cosas

− ¿Puedo hacerle una pregunta antes señor?

Lothuthx le respondió que si con la cabeza

−Ayer cuando volvíamos del arroyo vimos que había alguien más aquí con usted, nunca
los había visto pero estaba muy lejos como para fijarme bien, ¿eran del pueblo?

Lothuthx lo miro dudando sin saber si responder o no, sería darle demasiada confianza antes
de comenzar a entrenar, lo pensó durante unos cuantos segundos y al final decidió responder
−Eran bandidos chaval, vinieron aquí haciéndose pasar por viajeros pero mi elemento
me alerto de que había 3 más escondidos en la colina, decidí que era mejor hacer como que no
sabía nada y no empezar a usar mi espada tan pronto, compartí un poco de mi comida y
conversamos sobre la aldea y el reino, me fije en que llevaban armas así que entre que había
más y estaban armados no hay que ser muy listo para darse cuenta de quienes eran, ten
cuidado cuando vengas y vuelvas al pueblo, evita pasar por las zonas del bosque frondoso y si
tienes que pasar hazlo corriendo y rápido

− ¿No era mejor haberlos atacado y listo?

−Conforme pase el tiempo de darás cuenta que muchas veces es mejor usar el filo de
las palabras a usar el filo de la espada, ahora vete y recuerda lo que hemos hablado, por cierto,
cada vez que uses mi espada tendrás que limpiarla, hoy te vas a librar, pero los próximos días
no

Yasithx lo miro con respeto, hizo una reverencia en señal de adiós y se marchó, le hizo caso y
tardo lo menos posible en llegar a su casa, llego sudado a mas no poder así que decidió
esperarse un momento antes de entrar para poder recuperar el aliento y echarse un poco de
agua del barreño que había fuera, una vez estaba más calmado entro para buscar a su
hermano

−No os habéis dignado en aparecer en todo la mañana, ve ahora mismo a recoger leña
y a llevársela a tu padre, dice que le queda poca, y a prisa −dijo su madre bastante enfadada

− ¿Y mi hermano no está aquí? −pregunto extrañado y asustado Yasithx al recordar lo


de los bandidos

−Me creía que estaba contigo, hazme el favor de ir a buscarlo y llevadle leña a vuestro
padre antes de que sea más tarde, nada más lo hagáis os venís para aquí y os quedáis con el
abuelo, que yo esta tarde tengo que salir a hacer unos recados y no me gusta que se quede
solo

−Voy a buscar a Munathx y a por la leña, ahora vuelvo

Se despidió de su madre con un beso y le dio las setas y bayas que había recogido, le puso el
brazo en el hombro a su abuelo antes de irse y este ni se inmuto, pero Yasithx no tenía tiempo
para pensar en eso

− «¿Dónde esta esté imbécil, como ha salido sin avisarme, yo soy yo, pero él no es el
más adecuado para ir solo por ahí?»

Hizo el camino hacia el pueblo y el bosque corriendo varias veces buscándolo, de mientras iba
recogiendo montones de madera suelta para no tardar mucho más hasta que al rato lo vio
saliendo del bosque

− ¿Dónde estabas? ¿Porque has salido sin mí? ¿Además que haces solo en el bosque? –
pregunto Yasithx con un tono que denotaba preocupación y enfado

−Solo había ido a ver a la abuela, te escuche salir de la casa así que me vestí y después
salí yo, me encontré a Tabuthx por el camino, pero no quería hablar, iba muy rápido hacia el
pueblo, me dijo que venía de ver a la abuela e imagine que tu habías ido a hablar con el
vagabundo así que yo decidí ir a verla, no creo que sea para enfadarse

−Bueno da igual ahora me cuentas todo, tenemos que llevar leña a padre y rápido
Los dos se dieron prisa para llevarle a su padre la leña, este los miro con enfado y les dijo que
la próxima vez se dieran más prisa o él se iba a dar la misma prisa en darles de comer, los dos
sabían que cuando llegara la noche iban a tener que soportar una buena riña pero no se
entretuvieron en pensar en nada y llegaron a su casa, comieron rápido un trozo de pan con
queso y ayudaron a su madre a lavar alguna ropa y hacer velas, cuando su madre les aviso de
que iba a salir los dos se quedaron con su abuelo y esperaron a que se fuera la madre para
empezar a hablar

También podría gustarte