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Era una madrugada primaveral en otoño cuando me adentré en lo más profundo del bosque

para buscar el néctar de una flor carnívora de la lejana jungla de mi vivienda, ya aburrido a los
cuentos de los ancianos de mi tribu, quise experimentar la aventura, aunque pápa y máma me
lo hubiesen prohibido si sabían que estaba en mis planes. Las historias de los ancianos dicen
que el néctar de la flor carnívora Shwan tiene grandes poderes curativos, una cierta forma de
magia que en mi imaginario podría traer victorioso y fácilmente para ayudar a curar la grave
enfermedad que afectaba a mi hermana menor cada día más y más, dejándola sin apetito, y ya
casi sin vista ni habla, ni siquiera sabemos ya cuánto puede escucharnos. Tenía la esperanza de
que fuera el salvador de mi tribu, convertirme en uno de los grandes Shumajus (líderes) de la
tribu, pero no fue así…

Esa madrugada besé a Mila en la frente y partí sigilosamente escabulléndome por la ventana
de mi cuarto, no sé cuánto caminé, pero ya estaba amaneciendo cuando comencé a caminar
entre altos y frondosos árboles, hasta que ya no vi el cielo. A lo largo de mis pasos ya no sabía
cuánto tiempo había pasado, si eran minutos horas o incluso un día entero, iba comiendo las
bayas que había recolectado el día anterior para la cena, sin suerte de encontrar lo que
buscaba.

Supe adivinar que era de noche cuando la selva se quedó en silencio, ya no se escuchaban
sonidos de animales moviendose, solo el sonido de las hojas de los arboles bailando con el
viento y algún animal nocturno como de lechuzas. Por mi suerte (o desgracia) me encontré con
un claro, donde la luz de la luna se asomaba justo por en medio de las copas de los arboles,
nunca había visto la luna con ese rostro, sentía que me quería decir algo, pero ¿qué?

Tomé prestadas algunas hojas de los arbustos mas cercanos para improvisar mi cama, y
concilié el sueño rápidamente, mañana sería un día nuevo… ojalá pudiera tener esta vista del
claro durante todo el viaje… esos fueron mis últimos pensamientos

Cuando desperté, en medio de la noche, no entendía lo que pasaba, la luz me encandilaba y no


era la del sol, intenté acomodar mi vista cuando vi a pocos metros y dentro del claro que lo
que brillaba con intensidad eran unos enormes dientes afilados más que las navajas que había
tomado prestadas de mi tata antes de irme. “Te encontré!” exclamé y salté de la hoja que era
mi cama, di un paso seguro hacía mi victoria, pero de repente en un segundo estaba colgado
de mi cabeza con la sangre corriéndome hacia abajo. Una extraña figura se dejó ver entre los
matorrales, una cintura pequeña, unos pechos firmes y unas piernas como nunca antes había
visto, rápidamente la sangre se fue hacía mis mejillas, ¿quién diría que había una mujer aquí?
quizás ella podría ayudarme a salir de este problema. “Ey! podrías ayudarme?” le pregunté
cortésmente, como máma me había enseñado a hablarle a una mujer pero me tomó de
sorpresa su respuesta “No”, seco y cortante, a medida que fue entrando al claro pude
vislumbrar mejor detalles más allá de su silueta, estaba cubierta de musgo y lo que yo creí que
era ropa desgarrada en realidad eran plantas, hojas y flores pegadas a su cuerpo como si
fueran parte de él, a medida que se acercaba sentí como las espinas clavadas a mi tobillo
cosquilleaban dentro de mi piel, y sentí el horror cuando me di cuenta que mis cadenas verdes
venían de ella, eran parte de su cuerpo! El encuentro fue breve, en el momento que habló me
di cuenta que no tenía ningún aprecio por la especie humana, pero que aun así estaba
intrigada por saber quién era y qué quería de su hogar, le conté de forma sincera lo que
necesitaba, y me dijo que a cambio yo tenía que sacarificar algo, pensé en mi hermana con sus
mejillas rojas y su sonrisa qué hace tanto no veía debido al progreso de su enfermedad, no
tuve que pensarlo, “haré lo que sea” le prometí.
Abro los ojos, miro a mi público, pienso en qué día será, ya perdí la cuenta. Las flores de Zyr
me miran con ojos que no ven, aplauden con manos que no tienen y me pregunto si mi
hermana estará bien, espero que esté disfrutando su vida.

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