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Análisis de a la Reforma agraria en Nicaragua y su reforma en la ley No 14.

El derecho horario es el conjunto de principios y normas jurídicas autónomas que


regulan ciertas fases de la explotación agraria con miras a la obtención de una
mayor riqueza agropecuaria y su junta justa distribución En beneficio del productor
y de la comunidad

La reforma agraria tiene por principal objeto un cambio en la tenencia de la tierra


organizada y dirigida por el estado con el propósito de obtener una mejor
distribución seguida de medida complementaria para aumentar la producción
agrícola mediante una adecuada cooperación técnica y económica.

La reforma agraria sandinista ha pasado en su realización por tres fases


importantes.

La primera iniciada durante la guerra de liberación en 1979, y que se extiende


hasta la promulgación de la Ley de Reforma Agraria en julio de 1981.

Esta fase se caracteriza por una fuerte presión campesina por la tierra, por el
inicio de las confiscaciones y expropiaciones de la gran propiedad y por el acceso
de los trabajadores del campo a la organización. Un segundo periodo va desde la
promulgación de la Ley de Reforma Agraria a junio de 1985, fase en la que
predomina la preocupación por organizar un área de propiedad estatal y un
movimiento cooperativo fuertes, en la que se registra la agudización de la agresión
imperialista y un serio deterioro de las condiciones de vida en el campo. Y,
finalmente, de junio de 1985 a la promulgación de las reformas a la Ley de
Reforma Agraria en enero de 1986, fase en la que se imponen las entregas
masivas de tierra y la revisión a la Ley de Reforma Agraria, adaptándola para
poder cumplir con la presión campesina por la tierra.

Primera fase: 1979 a julio de 1981.

Las acciones de reforma agraria en el país se iniciaron durante la guerra de


liberación, por medio de invasiones campesinas a las fincas de los grandes
propietarios terratenientes, independientemente de su signo político.

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Representaban formas de propiedad que habían crecido de la expropiación
campesina o de la explotación de la fuerza de trabajo asalariada.

Para la promulgación de la Ley de Reforma Agraria en julio de 1981, esta


contradicción creció, y el gobierno revolucionario, para intentar profundizar la
reforma agraria sin afectar a nuevos propietarios, adoptó para el campesinado las
siguientes medidas: amplió el crédito y la asistencia técnica (beneficiando en 1980
a casi 100.000 familias frente a 20.000 en el mejor año del somocismo), redujo el
canon de arrendamiento de la tierra a un tercio aproximadamente de los cánones
del somocismo e inició la organización de cooperativas, cediendo tierras al
campesinado.

Para los obreros agrícolas, obligó al cumplimiento del Código del Trabajo, estimuló
el trabajo asalariado aumentando los salarios agrícolas, promovió la participación
obrera en la gestión empresarial, realizando, al mismo tiempo, ambiciosos
programas de asistencia social en el campo, que llevaron la reforma agraria a
todos los rincones del país, ahí donde no llegaban las otras instituciones que
atendían el sector social de la revolución.

Segunda fase julio 1981 a junio 1985.

La Ley de Reforma Agraria emitida tenía el espíritu de no liquidar todo el latifundio,


estableciendo, sin embargo, la posibilidad de afectar a cualquier propietario. Por
un lado, declaraba que podían ser afectadas todas las propiedades ociosas, pero
fijando un límite de área para la ociosidad (350 hectáreas en las regiones donde
se asienta la gran producción capitalista y 700 en el resto del país). Por este
medio se podía expropiar a cualquiera, pero dentro de límites en que no se
liquidaba al gran propietario, ya que dentro de este estrato se encuentran las
principales fincas de la gran propiedad del país.

Pero además de estas características de la ley que limitaba la tierra a ser


distribuida, prevaleció la voluntad de fortalecer las propiedades estatales y las
cooperativas de producción. Es decir, se dedicó el grueso del crédito, de las
inversiones, de la asistencia técnica y los servicios sociales del Estado a fortalecer

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las empresas estatales y las cooperativas de producción. De ahí que en la
aplicación de la Ley de Reforma Agraria, la asignación de tierras se dirigió a las
empresas del Estado y a las cooperativas de producción, y solo muy
reducidamente a campesinos individuales. En esta segunda fase de la reforma
agraria, que va de julio de 1981 a junio de 1985.

Tercera fase: junio 1985 a enero 1986

Esta tercera fase se inicia al reconocerse que sí existía una fuerte demanda
campesina de tierras, y la necesidad de ampliar los fondos de tierra para la
reforma agraria. En la práctica, ha venido a ser toda una autocrítica sobre los
ritmos de avance de la entrega de tierra, en la que cobra relevancia la asignación
de importantes áreas a productores individuales.

A partir de las acciones de junio de 1985, cuando nuevamente se sucedieron


invasiones de tierras, en el país se generalizaron las movilizaciones campesinas
exigiendo tierras, hechos políticos que habían desaparecido prácticamente desde
1980. Bajo esta presión se titularon de junio a diciembre de 1985 más de 224.000
hectáreas a 17.000 familias campesinas.

Un balance de los éxitos de la reforma agraria en sus tres fases sería el siguiente:
se rompió con la hegemonía de la burguesía en el agro; se constituyó un área
estatal y un fuerte movimiento cooperativo; y se sostuvieron en relación con la
época somocista, a pesar de los cambios en la tenencia, los niveles de la
producción agropecuaria, y en muchos productos se superaron los niveles del
pasado.

La reforma agraria se decidió reformar la ley.

Las reformas decretadas en enero de 1986 por primera vez deciden enfrentarse
al latifundio. Se suspenden las limitaciones de 700 hectáreas en las regiones al
este del país y 350 en el Pacífico, y se establece que pueden ser sancionadas las
tierras ociosas, abandonadas o mal explotadas por sus dueños, independiente del
área que posean. A las tierras eficientemente explotadas se les garantiza la
propiedad, pero se da a la ley el derecho de afectar estas propiedades en casos

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puntuales, mediante la facultad de expropiar por causas de utilidad pública o
interés social.

Como conclusión se tiene que la reforma agraria vino a estructurar y organizar la


tenencia y explotación de la tierra con un sistema justo sucio económico de la
propiedad de tal manera que mediante la distribución racional del suelo y de la
población esta pueda dar un buen disfrute de esta misma y así contribuir de cierta
manera a la economía del país.

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Bibliografía.

1. NUSO 83 / MAYO - JUNIO 1986. La reforma agraria sandinista.

2. REFORMA A LA LEY DE REFORMA AGRARIA. LEY N°. 14, Aprobada el


11 de Enero de 1986. Publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 8 del 13 de Enero
de 1986.

3. Ley Nº 14 - Ley de reforma agraria. Texto refundido. Nicaragua. 1981 (1986).

4. 2014. Historia Agraria de Nicaragua.

5. Gómez. J. (2016). Derecho Agrario. MÉXICO.

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