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HISTOR1I\ SOC10-POLÍTICA DEL SlSTEM¡\ liDUCA'I'lVU l\RGENTINO

ÁI,(,IR/\ Á¡WI'MIjI)O
UNIDADN°l
Argumedo, Alcira, Los silenciosy las voces en A':Jérica Latina, Notas
colombinos y en los acervos de la esclavitud negra, también mues-
sobre el pensamiento naáonal y popular, EdicionesColihue, Buenos
tran su permanencia, mestizadas y enriquecidas, a través de estos Aires, 2004.
cinco siglos, a pesa r del hostiga miento y las derrotas. Las que emergen
en grandes movilizaciones de masas, en movimientos reivindicativos
de la dignidad y las identidades populares. Se trata de ver cuál es
el potencia I teórico, las concepciones autónomas inmersas en esos
códigos ignorados, los significantes que expresan esas voces silencia-
das.

III
LAS MATRICES DE PENSAMIENTO EN EL MUNDO CENTRAL

La caracterización de las matrices liberales y del marxismo en sus


rasgos más gruesos, intenta detectar determinados núcleos conceptua-
les del debate desarrollado en los países del Norte que, de una u otra
forma, tienen inlluencia en las definiciones políticas e ideológicas de
América Latina. En este sentido, antes que un exhaustivo análisis de
las distintas vertientes, susceptible de captar los matices y las distin-
ciones sutiles, nos interesa remarcar aquellas vertebraciones teóricas
que dan cuenta de las líneas de continuidad y los puntos de con-
fluencia entre las matrices fundantes y las actualizaciones que en el
presente inciden en la formulación de las diferentes propuestas polí-
ticas, a fin de contrastarlas con esas otras ideas procesadas en los
espacios populares del continente.

1. EL LIBERALISMO }'OLÍTlCO y EIJ LIBERALISMO ECONÓMICO

Como concepto científico de lo social, la idea de sociedad es


desarrollada en la Edad Moderna europea por los pensadores clásicos
de las burguesías inglesa y francesa. En grandes líneas, este desarro-
llo adopta dos formas principales: por un lado, la filosofía jurídico-
pulítica, donde la sociedad se constituye a partir de un contrato o un
pacto voluntario entre los individuos racionales que la componen.
Esta versión de la rilosofía política, que sustenta su desarrollo teórico
en la idea del contrato social, va a formular, sucesivamente, dos
conceptos diferentes de Estado que, a su vez, se basan en sendas
visiones acerca de la naturaleza humana originaria: la teoría del
estado absoluto y la teoría del estado representativo o liberal.
La primera tiene su más destacado representante en Thomas
Hobbes, para quien la sociedad se constituye ante la necesidad de
superar el estado natural caracterizado por "una guerra de todos contra
todos". Dicha guerra está movida por un perpetuo e incesante deseo
de poder, para garantizar ]a propia seguridad y supervivencia -

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AlCIRJ\ ARGUMEDO I.os SII.lcNl'IOS y LAS VO('J'S I'N ¡\MI'I(I(,J\ 1.t\'IINJ\

primer principio de la naturaleza humana- que coloca a los indivi- entre los hombres ... El derecho y e] gobierno existen p<Ha
duos en mutua contraposición. Sin embargo, el otro principio natural la seguridad mutua y sólo son eficaces porque las penas
-la razón- al permitirles prever las consecuencias negativas de esta esta blecidas por la ley hacen que la injusticia no resulte
lucha, les enseña a evitar una disolución antinatural y aporta la provechosa2•
condición para que los hombres puedan unirse y cooperar. Los dos
factores combinados -la búsqueda egoísta de la supervivencia y la Retomando esta idea de ]a naturaleza humana egoístil y del Es-
razón- dan como resultado la posibilidild hUIl1<lnilde forlllilf Ullil tado como un artificio cuya utilidad se manifiesta en las funciones
sociedad. La constitución de liI sociedild se realiza a través de un de resgua rdo de los individuos y sus posesiones, Hobbes va il fun-
pilCto; pero sólo es posible gilrilnlizar ese pacto si existe un gobierno damentar la necesidad de ]a monarquíil absoluta, en tanto no existiría
fuerte y eficaz pilra castigilr al incumplimiento: "Los pactos que no opción entre ]a anarquía total y el poder del soberano. Sin embilfgo,
descilnsan en la espada no son más que pillabras, sin fuerziI pilfil en especia] ante la incierta situación política de una Ing]ilterra que
proteger a] hombre en modo alguno"l. atravesaba el conflicto entre Cromwell y los Estuardos, intentará de-
En esta medida, la razón daría una base suficiente para el acuerdo mostrar que sus opiniones eran compatibles con cualquier gobierno
mutuo, pero es demasiado débil para frenar el egoísmo de los hom- de facto, ya que todo Kobierno poderoso es bueno si {?arantiza la
propiedad, la seguridad, la paz y el orden.
bres en masa: su teoría identifica así el gobierno con la fuerza, que
debe estar constantemente presente, como trasfondo o de manera Luego de ]a Revolución Gloriosa inglesa de 1688, la mona rquÍa
efectivil, ill tiempo que otorga ill soberano una legitimidad natural y parlamentaria -el Estado Representativo- encontrará en John Locke
no de origen divino. La sociedad aparece entonces como un contrato el fundamento teórico de su ]egitimid¡ld. Según Locke, el estado de
entre individuos racionales en virtud del cual todos renuncian a to- naturaleza en que se encuentran los hombres es de completa igualdad
milrse justici¡l por sus propios medios y se someten a un soberano. y libertild para ordenar sus actos y dispouer de sus propiedades y de sus
Hobbes va a recuperar las nociones de la filosofía epicúrea, que en personas como mejor les parezcil, dentro de los límites de la ley natu-
el siglo IV il.C. formulaba una ácida crítica a la religión y los ral. Dicha ley coincide con la razón y enseña que, siendo iguales e
valores convencionales, concibiendo a la naturaleza humana como independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, libertad o posesio-
esencialmente egoísta. Un egoísmo expresado en el deseo de cada nes. A fin de ejecutar la ley natural e impedir que los hombres i1tro-
hombre de illcanzar su felicidad individuill y donde cualquier forma pellen los derechos de los demás y se dañen recíprocamente, es preciso
de organización socia] se justificaba sólo como artificio para conse- l'ilstigar a los transgresores con un castigo tal que impida su violación.
guir el mayor bien privado que fuera posible. Es por ello que el Pilra ello y dadéls las deficiencias e inconvenientes que experimcntéln
Estado se constituye con el único objetivo de garantizilr la seguridad, viviendo aisladamente, los hombres superan el estado de nilhmlleza a
en especial contra lilS depredaciones de los olros hombres en la través de un pacto por el Cllill todos acuerdan formar una sola comu-
búsqueda de su propio interés. Para los epicúreos, que en su mayoríil nidad y un solo cuerpo político. Por lo tanto, la sociedad es producto
proveníiln de las clases poseedorils: de un contrato entre individuos que tienen voluntad y conciencia paril
ingresélr en él y se da sólo por consentimiento de sus miembros.
Todos los hombres son esencialmente egoístas y no buscan
En esta concepción, el orden social que se constituye a través del
sino su propio bien. Pero con ello, el bien de cada uno se ve
pacto es un orden jurídico, en tanto la sociedad civil se manifiestil
amenazado por la acción igua]mente egoístil de todos los
y conneta en las leyes o ¡lOrmas. El acto primero y primordial de
demás hombres. En consecuencia, los hombres llegan a un una sociedad es la constitución del poder legislativo, porque con ello
acuerdo tácito de no inllingirse daños unos a otros ni
provee a la permanencia de su unidad bajo lél dirección de ciertas
sufrirlos ... De este modo, el Estado y el derecho nacen
personas y por medio de los lazos de las leyes hechéls por mandélto
como un contrato encaminado a facilitar las relaciones
expreso del pueblo. Pero, a] mismo tiempo, sólo se constituye unil
sociedad política o civil cuando un cierto número de hombres se une
renunciando cada uno de ellos al poder de ejecutar la ]ey natural. De
I I1obhcs. Tlwmas: LelÚ/tá/l () la materia, forma y poder de u/la repÚblica eclesiástica
)' c¡"il, México, Fondo dc Cullura Económica. 1966,
-Sahine,
1965. George: llis/oria de la teoría política. México. Fondo de Cultura Económica.
1 Sabinc, Gcorge: op. cit.

95
MORA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRtCA LATINA

esta manera, el Estado dispone dcl poder dc haccr ]as leyes --origcn
dc] podcr legislativo- y también dc la facultad de castigar las trans- a semeja nza de los epicÚreos y Hobbes, su forma política es secun-
gresiones cometidas por los miembros de eSil soeiedild o por alguien daria respecto del rol principal de garantizar la seguridad de los
bienes privados y promover la libertad mercantil4•
ajeno a ella --d podcr de la paz y de la guerra- origen de] poder
ejecutivo. Desde esta versión el estadista liberal no hace las leyes; sólo las
Locke otorga la soberanía al pueblo, que retiene el derecho supre- pone en evidencia y las libera, eliminando los obstáculos que les
mo de apartar o cambiar a los Iegis]adores; en consecuencia ambos impiden desplcgarse con plenitud. En tanto la sociedad se constituye
poderes -el legislativo y el ejecutivo- están subordinados a la al margen de ]a voluntad de los individuos que la componen, se
comunidad política. La forma de gobierno del Estado dependerá de vuelve una entidad exterior a cada uno de ellos y, como tal, exhibe
la ma nera como se otorgue e] poder de hacer las leyes (democracia, resultados inevita bles que es ahsurdo e inconveniente pretender evi-
tar. Al denominarla "natural", se enfatiza ]a absoluta exterioridad
oligarquía, monarquía electiva, monarquía hereditaria)3. Para que ese
contrilto se siga reproduciendo es necesario que los individuos propia de leyes inalterables que es característica de ]a naturaleza. Lo
interioricen las normas, pautas o va lores y las transmitan a los nue- Único pleno de sentido entonces es alimentar esa actividad libcradora:
vos miembros qne se incorporan a lil sociedad por el proceso bio- no inventando nuevas leyes sino destrabando las ya existentes, corri-
lógico del hombre. La educación cívica es así esencia], dado que giendo las distorsiones que provienen de toda clase de ingerencias
sólo se es "ciudadano" cuando se está preparado o maduro para extra ñas. En este marco, el Estado debe asumir el papel de mal
participar en el pacto. Estos ]ineamientos de Locke van a conformar necesario que garantiza la libre iniciativa de ]a sociedad, que sustenta
la matriz de] liberalismo jurídico-político, asentado en la teoría del la seguridad privada sin interferir en el sano despliegue de las leyes
naturales del mercado."'
contrato social y la división de los poderes, posteriormcnte enrique-
cida, enlre otros, por Montesquieu o Stuar! MilI. En ambas matrices -la filosófica-jurídica y la económica- el
Un siglo más tarde, 1,1 otra forma fundamental que toma e] con- derecho natural de propiedad de los hombres sobre sus bienes, ori-
cepto de sociedad en e] pensamiento liberal es la desarrollada por la ginados por e] tnlbajo y transmitidos por herencia, sólo puede gene-
Economía Política, cuyos primeros representantes son Adam Smith y rar contlicto en tanto alguien pretenda arrebatarle a un hombre sus
David Ricardo. Basándose en el concepto de naturaleza humana pertenencias. Ni aÚn el poder supremo o legislativo de una comuni-
egoísta formulada por Hobbes, aunque con una idea distinta de lo dad política puede disponer arbitrariamente de los bienes de sus
social, el liberalismo económico va a articular una matriz teórica sÚbditos, ya que quien detente el poder ]0 ha recibido para que los
daramente diferenciada de la filosofía jurídico-política liberal. Para hombres puedan poseer con seguridad sus propiedades. Tampoco el
esta matriz de pensamiento, la sociedad aparece como un orden o "estado de guerra" contra quien ha llevado adelante una "guerra
estructura que los individuos crearían sin tener conciencia de ello, al injusta" y, por lo tanto, ha perdido el derecho a la propia vida y
perseguir sus fines particulares. En ]a bÚsqueda individua] del lucro . puede ser tomado como esclavo por el vencedor --<fue sería uno de
los hombres -guiados por una "mano invisiblc"- van conformando los fundamentos para la cómoda convivencia del liberalismo europeo
a través del mercado una estructura donde el comportamiento
dual egoísta redunda en e] bienestar general. Este orden natural que
se desarrollil a espaldas de los iudividuos, tiene una legalidad o
indivi-
I
•I
y nortea mericano con el colonia ]ismo y la esdavitud-
Locke, derechos sobre los bienes del vencido.
otorga, para

En esta medida, las -dos matrices liberales eluden la desigualdad


necesidad propia de carácter objetivo, en tanto no es producto de la que genera el poder económico -por lo demás, no concebido como
voluntad o de la conciencia subjetiva de cada uno de ellos. Es la poder sino como dcrecho- y afirman una total independencia entre
naturaleza de este orden -y no la formulación de un pacto racional la economía y la política. Los individuos sólo se vinculan en tanto
entre los individuos- el que otorga a] Estado la función prioritaria ciudadanos o en tanto propietarios de bienes intercambiables en el
de garantizar e] libre desarrollo del juego del mercado. Así, la forma mercado, sin que estas actividades tengan ninguna relación entre sí:
de gobierno, el modelo de E<;tado -absoluto, autoritario o represen-
tativo- se define para esta matriz en términos funcionales ya que,
o.Ols~on. GUIlIl<lf: "Notas sobrc el pCllsamienton3ciollal"' enAutropología Tercer Muudo
N"5. Buenos I\ire~. 1970.
3 Lockc, Johll: Ellsa)'o sohrc el gohicmo cil'il, México. 1occturas Críticas. Nucvoma r.
ILJR4. , Wi lun. Norher(o: l,iI rCC:llpcl'flci"u d •..liI historia: la ,'isi"u jllsliciil!iS/iI. Bucllos I\ires,
hlilOl'illl Cillllll'n\n. 1975.
ALCIRA AKGlIMHJO
I.os SIl.I'~C1()S y I.AS V<X·':.'> I'N !\MPIO("A lAtiNA

la igualdad jurídica y política de los ciudadanos no se ve afectada


cuidado, todo hombre es conducido por una mano invisible a promo-
por eventua les diferencias ligadas con su actividad económica. En
ver un fin que no enlrabél en sus intenciones"7; por lo télnto, la
todo caso, tales diferencias son sólo cuantitativas, lineales, vinculadas
sociedad actúa más allá del individuo, como resultante de los afanes
con la mayor o menor posesión de bienes que, en última instancia,
de un conglomeréldo humano atomizado; y exhibe tendencias propias
depende de la mayor o menor "competencia" individual para alcan-
que no deben alterarse. De allí que el Estado no debe formular las
zarlos, sin que la riqueza de unos tenga nada que ver con la pobreza
de otros. No hay, por lo tanto, contradicciones intrínsecas de lo leyes sino únicamente liberarlas; a su vez, descubrir y conocer esas
leyes es el objetivo fundamental de lél ciencia8•
social determinadas por diferencias económicas que se derivan de la
propiedad. Los eventuales conflictos sociales aparecen como proble- Por el contrario, panl la matriz de la filosofía jurídica liberal, en
mas puntuales, acotados, que no deben cuestionar ni el "orden natu- tanto la sociedad civil se constituye a través de un contrato entre
ral" del mercado, ni el orden legislativo-político. individuos -como resultante de una voluntlld consciente- la ciencia
No obstante esta coincidencia en cuanto a la definición del carác- debe ser de otro carácter. Dado que el objeto de estudio -la socie-
dad- es producto del sujeto, de ]ll conscienciíl y la voluntad de las
ter de la propiedad, las matrices del liberalismo jurídico-político y
personas, es imposible la pretensión de "objetividad" en los términos
del económico difieren significativa mente entre sí con respecto al
concepto de la ciencia social y al conjunto de las definiciones teó- planteados por el liberalismo económico. En esta concepción:
ricas que se desprenden de sus respectivos fundamentos acerca de la
La tarea de la ciencia sería la de determinar, por ulllado, la
naturaleza humana originariél y de la idea de sociedad. Como se ha
pautél o el criterio que justifica o fundamenttl la constitu-
señaléldo, el liberalismo económico concibe él la sociedad como un ción de la sociedad (es decir, determinar la Razón de su
orden o una estructura que los individuos crearían sin tener concien-
constitución); y, por otro, establecer los medios para que la
cia de ello al pcrseguir sus fines particulares; orden o estructura que realidad se defina efectivamente de acuerdo con esa pauta,
ese denominado orden nalllral en tanto tiene una legéllidéld propiél de criterio o Razón.9
cilfácter objetivo que no es producto de la voluntad o la conciencia
de los individuos que lo conforméln. Es el célrácter o la naturélleza de La razón, en tanto atributo de la naturaleza humana universal, es el
ese orden lo que funda la posibilidad de una ciencia; pero no de una árbitro absoluto que determina lél veracidad y legitimidad del conoci-
ciencia en general sino de una cienciél determinada cuya característica miento, operando como Único criterio de verdad. Donde la ciencia no
más importante sería la objetividad: la independencia real del objeto devela leyes universllles "objetivas" sino que aporta los conocimientos
respecto del sujeto fundamenta la posibilidad epistemológica y también pa ra la construcción consciente de esas leyes, que suponen decisión
la exigencia metodológica, que es el requisito de objetividad científica.6 legisliltiva. La ciencia puede desarrollar proposiciones universalmente
El liberalismo manchesteriano considera que el orden natural está válidas -ya que existe una naturaleza humana universal y por lo tanto
regido por leyes susceptibles de ser develadas a través de la ciencia una sociedad también de características universales- pero la objetivi-
1
-la oferta y la demanda, la división del trabajo, la ley del valor- dad de esas proposiciones deriva del acuerdo inlcr-s/lbjclÍvo entre los
trabajo, la renta de la tierra. el intercambio. etc.- cuya misión es científicos o filósofos acerca de la racionalidad de los fundamentos,
\
permitir que se expresen y manifiesten sin las interferencias que descripciones o conclusiones de la ciencia y no de la exterioridéld de lo
sobre ellas ejercieron diversas formas políticas y decisiones vincula- ~ social respecto de cada uno de los individuos que la integran.
das con el control de la economía. Esta concepción pretende liberar ¡
Entre estos dos conceptos polllres acnca de los principios de la
esa naturaleza preexistente y expulsar los obstáculos antinélturélles: la
raciona lidad de la ciencia consisle en descubrir en las cosas su au- j 'Smith. Adam: fnl't:sligacirin sohre la naluralc;;a y cal/sa de la rique;;a de las I/aciol/cs,
¡ México. Fondo de Cultura Económica. 1958.
tonomía, aportar a una actividad liberadora, no inventando las leyes )
sino permitiendo el fluir de las existentes, las que definen a la , Ricardo. David: Principios de Economía Polílica y TribulaciÓn. Buenos Aires, Orbis!
natuntleza como tal. De la misma manera el Estado no debe inter- J-Iyspamérica, 1985.
-Schumpeter. .Ioseph A.: Capilalismo, socialismo y democracia. l3uenos Aires. Orbis!
venir sino sólo liberar el "estado de naturaleza" que es anterior al
lIyspamérica, t<)83.
gobierno mismo. Adilm Smith ilfirma que "absorto en su propio - lIarvey. David: The Condiliol/ o[ Poslmodernily. USA, Cambridgc, I3lackwell Inc ..
1991.
6 Olsson. Gunnar: op. cil. - Wilncr. Norberto: op. cil.
"Olsson. Gunnar: "p. cil.

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I.()~ SIl.l'NCI()~ y I.ASV<X'I'S 1''1 !\Mi'lUl i\ 1.1\"'A
ALClRA ARGUMEDO

ciencia socia 1, se desarrolla gran parte del debate científico, teórico, que tendría el mundo colonial para la resolución de las contradiccio-
nes sociales europeas. En esos aílOs, Francia ha consolidado su do-
epistemológico y metodológico de la filosofía y las ciencias sociales
ligadas con las matrices del pensamiento burgués europeo en general minio en Argelia e Inglaterra culmina la lenta penetración en la
y, en especial, con las vertientes que se procesan, a través de nuevas India. Se ejercen fuertl~s presiones para la apertura de los ríos inte-
riores en Asia y América Latina --dando lugar, entre otros episodios,
síntesis y actualizaciones, a partir de los dos troncos principales del
pensamiento liberal. a la Guerra del Opio en China y al hloqueo anglo-francés del Río
de la Plata- y se insinÚan con vigor los primeros pasos de una
nueva expansión imperial. De allí que esa deportación de los
En el período que corre entre fines del siglo XVIII y la segunda insurrectos y los obreros de las barricadas de P¡¡rís, denunciada por
mitad del XIX, se producirá en Europa un doble proceso de turbulencia Marx al analizar las luchas sociales en FrancialJ, iba a tener su
social interna -acelerado por el ascenso de las nuevas clases burguesas contracara en los territorios argelinos:
y proletarias ligadas con la madurez de la Revolución lndustrial- y de
antagonismo entre las emergentes potencias nacionales por la hegemonía Por un curioso capricho del destino, fueron los obreros
europea y el dominio de las áreas coloniales. En este contexto se parisienses que habían vencido a Luis Felipe (en los cuales
procesa ¡' las luchas democratiz;l1ltes de masas que, con mÚltiples mati- la Segunda RepÚblica preveía a posibles revoltosos y a
ces y contradicciones, forjarán la idea democrática en la cultura política seguros desempleados) los que marcharon a Argelia para
occidenta 1, conjuga ndo las reivindicaciones de las clases subalternas y completar la obra del general Bugeaud. En menos de dos
los objclivos de las nacientes burguesías en contra de los privilegios de ailOSdesemharcaron en Argelia cerca de veinte mil france-
sangre y los absolutismos re;lIes. Estos procesos culminan en las protes- ses, dando comienzo a aquel sistemático despojo de las
tas de alcance continental que durante los años 1848 y 1849 cOlUllocionan tierras fértiles que debía ser una de las notas domina ntes de
a Europa, como la Última gran expresión del democratismo popular. Es la colonización de Argelia.J~
al mismo tiempo un punto de intlexión de la historia europea de masas.
A partir de entonces comenzarán a diseñarse opciones polares en la
2. LA MATR1Z m: I'ENSAMIENTO MARX1.STA
definición de esas sociedades, dentro del contexto de una nueva época
marcada por la revolución industrial, la integración creciente del mer- Carlos Marx y Federico Engels plantean una crítica radical a la
cado mundial, la consolidación de la moderna industria, la expansión de
ideología y a la sociedad burguesa en sus más relev¡¡ntes aspectos y
los transportes a vapor, y las nuevas formas de confrontación por el desarrollan una versión teórica que intenta super<lf el pensamiento
predominio en Europa y en el mundo colonial: liberal expresado en la filosofía, I¡¡ política y la economía, partiendo
En adelante la lucha destinada a ocupar el primer plano de de una interpretación de la naturaleza humana originaria y de la
historia de la humanidad, que considera al hombre como ser social.
la escena histórica no será ya la que sostenía la burguesía
contra las fuerzas que habían quedado a su derecha ... La En grandes tra/oS -y sin pretender ¡¡bordar la riqueza del aporte de
lucha que ahora adquiría carácter decisivo era la que se Marx y Engcls-, su formulación teórico-política critic¡¡ al libemlis-
mo demostrando la falacia de considerar ¡¡l hombre sólo como ciu-
insinuaba entre ese conglomerado y las fuerzas que habían
dadano -tal como aparece en el sistema político y en el espacio de
aparecido a su izquierda. Sólo faltaba que alguien termina-
las relaciones de circulación e intercamhio, en el mundo de la "igual-
ra de precisar los puntos vulnerables del orden burgués y
definiera el contenido y los objetivos de la conciencia dad y la libertad" --desconociendo al productor, que remite a I¡¡
revolucionaria. Esa fue la misión de los pensadores alema- lógica de desigualdad del sistema de producción constituido, en I¡¡
sociedad capitalista, por relaciones sociales donde la propiedad priva-
nes Karl Marx y Friedrich Engels, cuyo Manifiesto vio la
luz precisamente en 1848, al calorde la profunda experien-
i
\
da de los medios productivos da lugar a la gestación y apropiación
cia revolucionaria que estaba viviendo toda Europa.1O li
de la riqueza social a través de la explotación de la mercancía
I
1
~'~
Pero estos nuevos conflictos se redefinen ante el papel sustantivo
\1 Marx. Carlos: Las luchas de: clases en Francia. Buenos Aires, Claridad. 1968.

IU Romero . .José Luis: El ciclo tle la revoluciÓn contemporánea, l3uenos Aires, Losada, 1956.
11* ¡ le Calcbi Novali. Giampaolo: La rel'o/uÓÓn argelina. Barcelona. Bruguera. 1970.

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100
I.os SII.HN("\OS y 1 AS V<X'¡'S I'N AMI'I(II'A I ,ATINA
AI.C1RA AKGUMEDO

fuerza de trabajo y la extracción de plusvalorY La sociedad se y aislados, con los que comienzan Smith y Ricardo, perte-
presenta para Marx como una totalidad articulada en dos instancias necen a las imaginaciones desprovistas de fantasía que
diferenciadas: el E<;lado y la sociedad civil. L1 verdad del Estado se produjeron las robinsonadas del siglo XVIII... Cuanto más
encuentra en la estructura de la sociedad civil, conformada por clases lejos nos remontamos en la historia, tanto más llparece el
individuo -y por consiguiente también el individuo pro-
sociales antagónicas en función de las relaciones de producción, de
ductor- como dependiente y formando parte de un todo
las formas de propiedad de los medios productivos: de a IIí que la
crítica de la teoría política se formu la a través de la crítica de la mayor: en primer lugar y de una manera todavía muy
enteramente natural,de la familia ydeesa familia ampliada
economía política.
que es la tribu, de las comunidades en sus distintas formas,
La definición de la naturaleza humana originaria constituye uno resultado del antagonismo y de la fusión de las tribus.
de los nÚcleos esenciales de la teoría marxista de la historia: en el
Solamente aI llega r el siglo XVIII con la "sociedad civil",
comienzo de la ciencia en Marx se encuentra el concepto de ser las diferentes formas de conexión social aparecen ante el
social, base de la crítica al pensamiento liheral. Cuestionado el individuo como un simple medio para lograr sus fines
"robinsonismo" sohre el que se asienta la concepción de la naturaleza
privados, como una necesidad exterior..Y
humana y de la sociedad en el liberalismo, Marx señala que esa
visión pretende convertir en condiciones naturales aquello que es una De esta manera, mientras las corrientl~s de la economía política
resultante histórica de un determinado desarrollo social. La naturali-
y de la filosofía jurídico-política liberal parkn. de un concepto del
zación de la historia humana supondría la existencia de individuos hombre como ser individual, idealmente pre-social; donde la sociedad
aislados capaces de suhsistir al margen de sus relaciones con un se constituye respectivamente como un orden creado a través del
contexto socia 1 más a ba rcador, como individuos que existen con accionar de los individuos en el mercado o por medio de un supuesto
anterioridad a la sociedad. Y en tanto el individuo se enfrenta direc-
tamente con la naturaleza -sin la mediación de lo social- la na- contrato para conformar un orden jurídico, para Marx el hombre es
un ser social que no puede concebirse como tal al margen de su
turalización de la sociedad atribuye a propiedades de los objetos y de inserciÓn en una sociedad históricamente determinada:
la naturaleza un conjunto de fenómenos qU(~ tienen origen esencial-
mente social. El dinero es concebido a partir de las cualidades na- El hombre es, en el sl~ntido más literal, un zoon politikon,
tu rales del oro o la pla la y no como expresión de un proceso de no solamente un animal social sino un animal que sólo
intercambio donde juega el rol del l~quivalent{~ general. Si la renta puede individualizarse en la sociedad. La producciÓn por
brota de la tierra, basta un individuo para extraerla; por el contrario, parte de un individuo aislado -hecho raro que bien puede
si es resultante de un prol'eso social, expresa una porción del valor ocurrir cuando un civilizado, que potencia Imente posee ya
trabajo que es apropiada en función de las relaciones de propiedad en sí las fuerzas de la sociedad, se extraví" accidenta Imente
dominantes en una sociedad y un período histórico dadol•1• en una coma rca sa lvaje- no es menos absurda que la idea
Así, esta concepción, que viucula el sistema teórico con una in- de un desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan
terpretación socioeconómicll de la historia, abarcando la filosofía y la juntos y hablen entre sí.16
política, se deriva de un determinado concepto del hombre y la
sociedad como su bas(~ fundante, En la Introducción a la Crítica de A pa rtir de es te concepto de la natlITaIeza del hombre, Ma rx y
la Economía Política, Marx señala: Engels van a desplegar su sistema teórico estableciendo los diversos
factores que intervienen en la vida material de los seres humanos.
Individuos que producen en sociedad, o sea la producción Afirman que el modo como éstos producen y las relaciones de pro-
de los ind ividuos socia Imente determi nada; este es na tura 1- ducción e intercambio que establecen -condicionadas por el desarro-
mente el punto de partida. El cazador o el pescador solos llo de las fuerzas productivas y la división social del lrabajo- ca-

'-' Marx. Carlo~: 1:'1Capital: Crílica de la Economía Política, Buenos Aire~. Carlago,
!LJ5ó.
15 Marx. Carlos: lntroduccián gcncral a la Crítica dc la Economía Política (/857),
Córdoba, Cuaderno~ de l'a~ado y l're~ente, 1970,
- Ols~on, Gunnar: op. cil.
10 Marx, Carlos: IntroducciÓn general a la Crítica". op, ciL
,,' \Vilner: Norherto: Sa social)' Tercer Mando, Buenos Aires, Galerna, 19ó9.

, 103
,
102 I .

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ALClRA ARGUMEDO 1,OS SII.I'NC)OS y lAS Vel( 'I'S I'N AMI'RICA I,ATlI'A

racteriza a las diversas formaciones sociales y es la hase real que En estas formaciones sociales previas al desarrollo del capitalismo
explicita las formas de conciencia en tanto producto social: a escala internacional, el proceso de relación entre los homhres ca-
rece de las condiciones materiales para su auto-reproducción irrever-
No es la conciencia del hombre]a que determina su sersino,
sible, capaces de garantizar una evolución esperable de las fuerzas
por e] contrario, el ser social es lo que determina su productivas, de sus contradicciones intrínsecas y de la división social
conciencia ... 17
del trahajo. Por lo tanto, no están dadas en ellas las potencialidades
para alcanzar formas sociales resolutivas de la enajenación humana.
En este marco, ]a sociedad es siempre histórica. Las distintas
formaciones sociales constituyen modos de articulación de sociedades En Ull momento histórico posterior, el capitalismo -mediante la
históricamente determinadas y permiten establecer los elementos creación de la gran industria y con ella del mercado mundial, que
dan lugar a un desarrollo universal de las fuerzas produclivas- ha
sustanciales específicos de cada una de ellas, más allá de las carac- de establecer una necesidad dentro de la evolución histórica. Nece-
terísticas comunes a partir de las cuales e] liberalismo pretende uni-
ficar a ]a historia humana como un proceso abstractamente univer- sidad en el doble sentido de generar sus propias condiciones de
.,saliR. reproducciÓn, determinando la existencia de leyes estructurales que se
imponen a los hombres como leyes naturales; y tamhién en tanto el
En la idea histórico-filosófica de Marx y Engels, ]a "prehistoria"
nivel alcanzado por el desarrollo de las fuerzas productivas bajo esta
de lo humano caracteriza a] hombre como un ser genérico cnajenado,
formación social -de carácter irreversible, necesario- gesta las
donde sus prácticas sociales se le aparecen como fenómenos naturales condiciones materiales para la construcción de una nueva forma de
y las relaciones entre los hombres se le manifiestan como relaciones sociedad capaz de superar las anteriores soeiedades de explotación.
entre las cosas. De esta manera, la sociedad adquiere una opacidad
Si el capitalismo ha creado las condiciones histórico-materiales
intrínseca para el hombre que lo lleva a un conocimiento distorsionado
para el pasaje del azar a la necesidad, el socialismo- gracias a la
de su propia existencia, una de cuyas expresiones más sintomáticas
propiedad social de los medios de producción, a la anulación de la
sería el pensamiento mágico y la religión. Podríamos afirmar que, a
propiedad privada y la divisiÓn socia I de] tra bajo -(~onstituye el
su vez, esta "prehistoria" de ]0 humano se divide para Marx en dos
pasaje de la necesidad a la libertad. El desarrollo necesario de las
grandes momentos: por un lado, las formaciones sociales pre-capita-
fuerzas productivas, en tanto leyes que se mueven a] margen de la
listas y, por otro, el desarrollo del capitalismo con carácter universal
a través de la consolidación de la gran industria y e] mercado mun- conciencia y la voluntad de los hombres, llevarían al socialismo
dial. como "movimiento de lo real", como resultante de una potencia
indetenih]e que, al ser alcanzado, daría lugar a ]a posibilidad de
Los períodos anteriores a] capitalismo se encontraban regidos, ejercer una dirección consciente de lo social y anular la enajenación
segÚn Marx, por el azar: de] ser genérico.eo
Bastan los simples accidentes fortuitos, tales como las En las sociedades capitalistas, ese movimiento de lo real está
irrupciones de los pueblos hárbaros o incluso las guerras motorizado por las contradicciones cntre el nivel alcanzado por las
habituales, para reducir las fuerzas productivas y las nece- fuerzas productivas y las relaciones de producción asentadas en ]a
sidades de un país a un punto que se vea obligado a apropiación privada, que socialmente se manifiesta como lucha de
comer,zar todo de nuevo ... J9 clases. En este marco se define e] problema del Estado, cuyas formas
no pueden comprenderse por sí mismas sino en términos de la estruc-
tura de la sociedad civil. El Estado es producto de los antagonismos
en e] interior de la sociedad, es una fuerza que aparentemente se
coloca por encima de ella pa ra resolver esos antagonismos, pero en
Marx, Carlos: l'n)/ogo a la CO/ltribuciá/l a la Crítica de la Eco/lomía Política (1859),
17
realidad está al servicio de la clase dominante:
Córdoba. Cuadcrno~ dc Pa~ado y Prcscntc, 1970.
_ Marx. Carlos; Engels, Federico: La Ideología Alemalla.Mo~cú. Obras Escogidas,
Progreso, 1971.
18 Wilncr. Norbcrlo: Ser social ... op. cit.
20 Argulllcdo. Alcira: "Concicncia popular y concicncia enajenada" cn Comunicación y
1" Marx, Carlos; Engcls, Federico: La ideología Alemana, op, cil. cultura popular. l3ucno~ Airc~, CLACSO. 19R4.

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ALCIRA ARGUMEDO l.os SII.I'NC)OS y I.AS VO('l·S I'.N AMI'RI('A I./\'!'INA

Los distintos Estados de los distintos países civilizados, H~volución garantiza la emancipaciÓn general del hombre y
pese a la abigarrada diversidad de sus formas, tienen en comienza entonces la verdadera historia humana2.;.
común el que todos ellos se asientan sobre las bases de la El pensamiento de Marx y Engels está influido por las concepcio-
moderna sociedad burguesa, aunque ésta se halle en algu- nes positivistas de la época y, aÚn desde su crítica radical, conserva
nos sitios más desarrollada que en otros, en el sentido una perspectiva de progreso indefinido y unilineal del proceso de la
capitalista. Tienen también, por tanto, ciertos caracteres
historia. Dentro de este esquema se encuadra la idea rectora de que
esenciales comunes. En este sentido puede hablarse del la gran industria, como la forma más desarrollada de la división
"Estado actual" por oposición al futuro, en el que su actual social del trabajo -condición y resultante de la formación del mer-
raíz, la sociedad burguesa, se habrá extinguido.21 cado mundial- tiene la virtud de contener en sí las contradicciones
antagÓnicas y las instancias decisivas de lo material, cuya maduración
Los caracteres esenciales comunes del Estado burgués, garantizan necesariamente ha de dar lugar a nuevas formas sociales. Por ello
el sistema jurídico-político que legitima la explotación de las clases considera que la burguesía "ha cumplido un papel revolucionario en
sometidas. El poder político que se expresa en el Estado es el poder la historia":
organizado de una clase para la dominación de las otras y monopo-
liza el ejercicio de la violencia a fin de mantener las relaciones de Merced al rápido perfecciona miento de los instrumentos de
producción existentes. Consecucntemente, el pasaje a la sociedad producción y al const,lIlte progreso de los métodos de
socialista, en tanto superación de capitalismo, requiere la mediación comunicaciÓn, la burguesía arrastra a la corriente de la
de una etapa en la cual el proletariado se constituye en la clase civilización a todas las naciones, hasta las nuís bárbaras.
dominante: Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artille-
ría pesada que derrumba todas las murallas de China y hace
El proletariado se servirá de su supremacia política para capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los
arrancar poco a poco todo e! capital a la burguesía, para extranjeros ... Del misl\lo modo que ha subordinado a los
centralizar todos los instrumentos de producción en manos pa íses bárbaros o semi-bá rba ros a los pa íses civilizados, los
del Estado, es decir, de! proletariado organizado en clase pueblos campesinos a los pueblos burgueses, el Oriente al
dominante y para aumentar rápidamente la cantidad de Occidente.21
fuerzas producti vas.
Esto, naturalmente, no podrá cumplirse sino por una viola- El período del pasaje del azar a la necesidad como momento
ción despótica del derecho de propiedad y de las relaciones histórico que conlkva la posibilidad de superación de todas la for-
burguesas de producción ... 22 maciones sociales anteriores asentadas en la explotación, permititía
concluir que el dominio y ]a expoliación de las naciones bárbaras
Transcurrida esa etapa de dictadura del proletariado, la trans- constituyen costos históricos lamentables, pero necesarios; y sería el
formación de la propiedad privada burguesa en propiedad social fundamento de las conocidas posiciones que Marx y Engcls iban a
de los medios productivos tiende a disolver la división antagó- adoptar antl~ diversos sucesos históricos y políticos de las regiones
nica de la sociedad en clases sociales y el Estado en tanto periféricas y colonizadas2'.
instrumento de dominio de una clase sobre otra, pierde Sll sen-
tido y se extingue. La sociedad reorganizada sobre la base de
la asociación libre e igualitaria de los productores, permitirá 23Marx. Carlos: Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel. Bucnos Aires. Nuevas.
que al gobierno de las personas lo suceda la administración 1468.
consciente de las cosas y de los procesos de producción. Esta - Marx, Carlos; Engels, Federico: Manifiesto del Partido Comunista, Moscú, Obras
Escogidas, Progrcso, 197].
" Marx. Carlos; Engels. Fcdcrico: Manifiesto del Partido Comunista, op. cit.
" Marx. Carlos; Engcls. Fcderico: Correspondencia. Bucnos Aires, Cartago, ] 972.
21 Marx, Carlos: CJI¡ica 01 Progrw!1o de GollUl (glosos marginoles al Programa del - Marx, Carlos; Engcls, Federico: Sohre el colonialismo, C6rdoba, Cuadcrnos de
Portido Obrero Ale/J1lÍn). Moscú. Obras Escogidas, Ediciones en Lenguas Extranje- Pasado y Prcscnte. 973.J
ras.
- Marx. Carlos; Fngels. Fcderico: Materiales para la historia de América Latina.
22 Marx, Carlos: Crítico 01 Progl'll/J111de Gotha ... op. cit. CÓrdoba. Cuadernos de Pasado y Presente. 1972.

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ALCIRA ARGliMEDO
(.OS SII.I'N(,IOS y lAS Vons I'N ÁM('IU('A 1.1\I'INi\

Este despliegue universal y necesario de las fuerzas productivas, En este proceso, la enajenaci6n de la conciencia se maliifrstaría,
signado por la lucha entre las clases sociales antagónicas de las esencialmente, como la incapacidad para aprehender l¡¡s condiciones de
sociedades modernas -la burguesía y el proletariado- establece el explotación a las cuales el capitalismo somete al proletariado; sujeto
lugar desde el cual puede interpretarse la verdad de la historia hu- social que tiende a hacer suyas la visión del mundo, los valores y la
mana. De la misma manera que el hombre explica al mono y no a ideología de la clase que lo explota, en tanto "las ideas dominantes de
la inversa, el devela r las contradicciones y los procesos característi- lIna época son las ideas de la clase dominante". La ciencia propuesta
cos de la sociedad que ha alcanzado el más alto desarrollo de las por Marx aparecería entonces como la prefiguración de la conl'Íencia
fuerzas productivas otorga el modelo que explica toda sociedad; verdadera del sujeto socialmente revolucionario, actuando como sustento
constituye para las menos desarrolladas "el espejo de su propio por- decisivo para una transformación radical de la sociedad. Esta ciencia se
venir":'6. La necesidad que caracteriza a la formación social capita- propone con un carácter universal --que se sustenta en el desarrollo
lista genera, a su vez, las condiciones materiales para el desarrollo universal de las fuerzas productivas- frente a la cual toda otra concep-
de la ciencia; ya que no es posible hacer ciencia --cuyo nÚcleo es ción aparece como pre-científica, limitada o distorsionante de los inte-
la capacidad de p('fcepción de regularidades y tendencias- sobre reses históricos del proletariado y Sll misión transformadora"7.
condiciones de azar. De la misma manera que esa ciencia se suprime
en la sociedad socialista --en el reino de la libertad- donde los 3. LA ACTUALIZACIÓN DE LAS MATRICES UIIERALES
hombres serán capaces de ejercer una dirección consciente, verdade-
ramente humana, del proceso de la historia.
a. La actualización weberiana del liberalismo político
El capitalismo ha generado asimismo el sujeto social portador de
la ventaja epislemológica que le permite alcanzar un conocimiento no Al finalizar el siglo XIX, las corrientes ideológicas predominantes
distorsionado, verdadero, del devenir de lo social: el proletariado en el viejo continente mostrarán al liberalismo económico implantán-
industrial. Sujeto social destinado a subvertir la historia, a transfor- dose como modo fundamental de desarrollo y al liberali::.mo político
marse en una clase para sí que, al alcanzar la conciencia de su estatal en tanto forma de gobernabilidad que reclIj)era una visión
propia situación de explotado, será capaz de anular toda sociedad de propia de la democracia, frente a las concepciones de Marx y el
explotación. En este marco el marxismo otorga a la ciencia un doble movimiento obrero. En el contexto de la derrota de la Comuna de
papel: por una parte, en tanto existe una legalidad material que no París y el inicio de la nueva expansión imperialis a, que se conjuga
es inmediatamente perceptible por los hombres, se requiere de la con la Paz Armada, las articulaciones políticas y económicas del
ciencia pa ra devela r las leyes que rigen su desenvolvimiento y las liberalismo instaurado en los principales países europeos se hará eco
condiciones de explotación que conlleva. Por otra, también esa for- de las ideas democráticas desde un Estado que intenta recomponer
mación social genera, como ninguna otra, tina enajenación de la sobre nuevas bases los acuerdos con las clases proletarias. E<; una
conciencia de los sujetos sociales explotados, tras la apariencia del Europa donde las tensiones sociales internas comienzan a descom-
trabajo libre y el intercambio de equivalentes en la esfera de la primirse como consecuencia del drenaje poblacional de vastas capas
circulación -la libertad y la igualdad proclamadas por la ideología marginadas por los nuevos esquemas productivos hacia los territorios
burguesa --que encubre el verdadero proceso de explotación que se de ultramar, la entrada de los beneficios que otorgan los mecanismos
realiza a través de la extracción de plusvalor en la esfera de la de expoliación imperial y la prosperidad generada por el desarrollo
producción. Donde el desarrollo de la división social del trabajo da capitalista sobre nuevas bases tecnológicas. E<; el tiempo en que se
lugar a una fetichización que es preciso desentrañar, ya que existe un plantean en distintos países las posibilidades de un sufragio amplia-
desfasaje entre esencia y apariencia, las relaciones entre los hombres do; una significa tiva reducción de las horas laborales, con la conco-
se manifiestan como relaciones entre las cosas y las ideas aparecen mitante mejora de las condiciones de trabajo; el incremento de los
invertidas "como en una cámara oscura". salarios reales y la creciente incorporación de los sectores subalternos
a los proyectos de lucha interhegemónica Y expansión colonial.
- Amin. Samir: La desconexión. Buenos Aires. Ediciones del pensamiento nacional.
La matriz que recupera Max Weber para formular su crítica a las
1989. corrientes marxistas se vincula con el liberalismo político esta/(ll que
- Harvcy. David: 01', cit.
2<> Marx, Carlos: {,'/ Capita/ .. , "p, ciL
27 015son, GUllnar: 01" cit.

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ALCIRA ARGUMEDO Los SII.ENCIOS y I.AS VOCES EN AMliRICA LATINA

se está consolidando en Europa, donde las luchas y reivindicaciones aspi rilción rilciona l a] lucro y se asienta en la organización rélcional
sociales habrían de dar paso a los pactos corporativos y a las alian- del cálculo de la gilnancia en dinero; en ]a ciencia y lél técnica
zas nacionales en función de una política colonialista. Para Weber, el aplicadas a ]a industria; en ]a constitución del Estado como una
tardío desarrollo del capitalismo y el retraso relativo de Alemania se organización políticil con un derecho rilcional, ildministrado por fun-
revelan, entre otros aspectos, en ]a inmadurez política del pro]etaria- ciona rios especia ]izados que se guía n por IHHmilS raciona ]es y previ-
do -qUt~ se vuelca hacia el marxismo- y de una burguesía econó- sibles; y en la orgilnizilción racional del trahajo libre. De esta forma,
micamente dinámica pero con dificultades para desplazar el poder en lilS sociedades modernas sobresalen los comportamientos indivi-
tradicional de los junkers y consolidar a la nación como una potencia dua les guiados por una rilcionil ]idad instrumenta] creciente y desa rro-
mundial. Tomará entonces como punto de putida un liberalismo liados en mÚltiples espacios de articulación socia] sin relélciones
político que incorpora ]a idea democrática en un contexto de necesarias entre sí.
discip]inamiento socia] y expansión imperial. Desde esta noción del individuo con voluntad y concit~ncia como
Basándose en la matriz jurídico-política liberal, Weber desarrolla Íltomo y sujeto protagónico de lo social, Weber despliega una interpre-
una crítica sistemática y abarcadora al pensamiento de Marx a partir tación alternativil a ]a teoría marxistil en lo relativo ill capitil]ismo -
de dos trabajos elaborados en los primeros años de este siglo: La tanto en sus orígenes como en las características de su estructuraciÓn y
ética protestante y el espíritu del capitalismo y La objetil'idad funcionamiento- que serán ]a base de su impugnación il ]a "necesaria"
cognoscitiva de la ciencia social y de la política sociaP. En ellos superación de este sistema y la creación de una nueva sociedad. Con
se plantea un cambio significativo tanto en términos teóricos como referencia al surgimiento del capitéllismo, ]e interesa detectar la célpaci-
metodológicos, respecto de sus posiciones anteriores acerca de los dad y ilPtitud de los hombres para ejercer determinildos tipos de acción,
juicios de valor y el carácter de las ciencias sociales. La concepción en sociedades donde primaban como elementos fonnativos la fe y el
de la ciencia va a vincularse con un concepto de ]0 sociéll definido deber ético, contraponiendo estil interpretación a ]a ideél marxistél de la
a partir del indil'iduo dotado de voluntad y conciencia como su a('umulaciÓn primitiva. Su tesis afirma que las conexiones entre J;¡ (~lica
unidad esencial. Lo social se constituye en tanto los individuos par- racional de] protestantismo ascético y el espíritu de] capitalismo COIII(I
ticipan en mÚltiples y variados espacios de acción; y las diferentes guías de la acción individual permitieron, en las sociedades occidenta-
formaciones sociélles no son otra cosa que desarrollos y les, las articulaciones econÓmicas y de sentido pilra el desilrrollo de la
entrelazamientos de acciones individuales, ya que sólo los individuos \'('ol1omía capitalista raciOllill.
pueden ejercer una acción con sentido. En esta perspectiva, las ins- Weber va a enfatizar, empero, que tales conexiones ilparccen como
tituciones sociales no designan una reillidad superior o de existencia
[/l/O de los aspectos causales y que sería erróneo reemplazar las inter-
heterogénea respecto de ]ilS acciones individuales y es por ello que pretaciones unívocamente económicas típicas de] milrxismo por otra que
el sistema conceptual weberiano tiene su punto de partida en el 1;¡llIbi(~nunívocamente sitÚe las relaciones causales en el factor re]igio-
comportamiento individual: la acción social con sentido mentado. ~o-r;¡ciol1al. Se trata sólo de establecer hilst:¡ qué punto han existido
El devenir de la historia debe comprenderse como el paulatino ;¡fin ida des electivas entre modalidadcs de lil fe religiosa y una ética
pasaje desde formas de pertenencia a espélcios socia les donde se 11Iol'rsional, y en qué medidil determinados contenidos de ]a civilización
sustentan valores tradicionales y ]a acción de los individuos se ins- IIlodnna son imputables a motivos religiosos. E] objetivo no es sustituir
pira en el sentimiento subjetivo de constituir un todo (comunidades), I'nlol1u's UI1 planteo unilateralmente materialista de la cult':ril y de la
hacia formaciones sociales articuladas sobre la base de fines raciona-
l1i~t()ri;¡ por lIna visión contrariil de unilaterill célusalismo espiritual. En
les, en las que los individuos se incorporan guiados por una evalua- 111 lIociÚI1 weheria na, materia lismo e idea lismo son intcrpretilciones
ción de su conducta en función de fines y medios (sociedad). El pos ihlc~ C0l110 trabajo pre]i mina r de bÚsqueda; pero s i pretenden cons-
capitalismo moderno -que se diferencia de otras formas histórit·as lilllir el lérmiJ\o de la investigélción, ambos son igualmente inadecuél-
de acumulación de capital- está caracterizado por el énfasis en la dos. "1

1S Webcr, Max: La ética protestante y e! e,\píritll de! capitalismo, Madrid. Edi lorial "1 W('h('l', Max: I.a ética protestante ... op. eil.
Revista de Derecho Privado, 1955, Mil/I1i:ln, Arlhur: I,a jallla de !ticrro, M,ldrid, Alianza, 197ó.
( ;itl,kns. AnllHlny: 1'¡¡lítico y.)¡¡ciol¡¡gía "n Mar Wd".r, Bucnos Aires. Amorrortu. 1980.
- Webcr. Max: "L¡ objctividad eognoseiliva dc la ciencia soci" I y de la poi íl iea SOl'illl"
cn Ensayos ,WJhrc Metodología .)ocioi<¡gica, Ilucnos Aires. AlllorrOl'lu, I \)fl2, NI' 11(' l. I{ol",rl : I a lill'//lIlci,í/l d d IIl·/lsa/l,,, '/I/() \II( 'lIIi<igin/, Buenos ¡\i rcs, ¡\morrorlu,
I'¡~l

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ALclRA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA

Siguiendo los linea mientos de la matriz· jurídico-política liberal, en el escenario internacional, unida a una visión de lo social con-
Weber considera que no existen sujetos colectivos capaces de plan- cebida desde el comportamiento individual y que afirma al capita-
tear una transfoflnación cu¡lIitativa de las modernas sociedades capi- lismo como el modelo de sociedad racional por excelencia32, cues-
talistas, lo cual no niega la existencia de conflictos parciales, que tiona también al liberalismo económico. Weber desecha la existencia
enfrentan intereses particulares en diferentes ámbitos de asociación. de leyes objetivas al margen de la voluntad y la conciencia de los
En este sistema conceptual el individuo con fines y valores va individuos y considera que una percepción restringidamente
estruclurando distintos "contratos"; tiene diversas áreas de actividad economicista de lo social impide incorporar la riqueza de las insti-
sin una vinculación necesaria entre sí, que relativizan tuciones políticas y culturales en el desarrollo de la historia. En su
significativamente su eventual pertenencia a una clase social. Preci- doble crítica al liberalismo manchesteriano y al marxismo, Weber
samentesocial:
clase una de las claves de la crítica a Marx es el concepto de afirma que gran parte del equívoco de las ciencias sociales entre lo
que es y lo que debiera ser se debe a la influencia de la economía
Entendemos por"cJase" todo grupó hUlllano que se encuen- política clásica que concibe a los procesos económicos como regidos
por leyes de desarrollo unívoco.
tra en una igual situación de clase ... Situación de clase y
clase sólo indican en sí el hecho de situaciones típicas de A su vez el materialismo histórico es una cosmovisión que plan-
intereses iguales (o semejantes) en los que se encuentra el tea juicios de valor y tendencias irreversibles y necesarias en la
individuo junto con otros muchos más. El poder de dispo- historia, inaceptables en tanto la ciencia de la economía política no
sición sobre las distintas clases de bienes de consumo, puede extraer valores de sí misma y el futuro no se encuentra deter-
medios de producción, patrimonio, medios y servicios minado. Va a cuestionar así la distorsión que conlleva la tendencia
constituye, en teoría, en cada caso, una situación particu- unilateral de explicación de la realidad histórica a partir de las
lar. .. Las transiciones de una a otra clase son lábiles y más determinaciones económicas formuladas por el marxismo y la preten-
o menos fiÍcilcs y, por tanto, la unidad de las clases sociales dida existencia de una totalidad objetiva que se mueve por leyes
se llJanifiesta de modo muy diverso ... La articulación de las propias al margen de la conciencia y el accionar. de los individuos.
clases propietarias "puras" no es dinámica, es decir, no .No obstante, reconoce que el principio del condicionamiento econó-
mico es fecundo, si se eliminan la reducción de lo político y lo
de clase.3Dnecesariamente a luclUlsde clase y a revoluciones
conduce
cultural a las solas causas económicas y el deducir de los
condicionamientos económicos todo el mundo cultural del hombre.
La postulación de múltiples conJlictos sin que ninguno de el/os Existen, sin duda, fenómenos estrictamente económicos, económica-
tenga un caréÍcter decisivo para definir el futuro político de una mente condicionados o económicamente pertinentes, pero considera
sociedad dada y la dispersión de lo social en diversas áreas de que deben desecharse tanto la concepción materialista de la historia,
actividad y pertenencia, se inserta sin emoargo en una noción como la idea de las leyes objetivas que rigen el desarrollo propug-
articuladora global que plantea el conflicto no en el interior de una nada por la economía política clásica33•
sociedad sino en la lucha entre naciones. La idea hegeliana de que Desde un fundamento distinto al adoptado en el discurso inaugural
la fuerza impulsora dc la historia se sitúa en la tensión entre estados de la Universidad de Friburgo que antes comentamos, en sus trabajos
nacionales por el protagonismo mundial -por encarnar el despliegue posteriores, Weber va a descartar los juicios de valor en las ciencias
del Espíritu Universal- va a ser de hecho retomada por Weber en sociales, estableciendo una clara delimitación entre ciencia y políti-
su idea del desarrollo históric03l.
ca, entre el sabio y el político. La reflexión científica se mueve con
Esta posición que reivindica la dinámica de la lucha entre nacio- categorías de medios y fines y las ciencias sociales empíricas sólo
nl:'S -y en especial entre las potencias- por definir su predominio han de establecer si determinados medios son válidos o asequibles
para los fines establecidos, sin emitir opinión sobre los fines en sí.

\" Weher. Max: Ecol1omía y Sociedad: eshozo de sociología comprel1sh'a, México, Marcuse, Herbert: La sociedad industrial y el marxismo, Buenos Aires,
Fondo de Cul tura EconÓmica, 1964. 32

Quintaria, 1969.
" Wcber. Max: lecol1omía y sociedad ... op. cit.
33 Weber, Max: "La objetividad cognoscitiva ...", op. cit.

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113
Los SILENCIOS y LAS VCX;ES EN AMÉRICA LATINA
AL(,IRA ARGUMEDO

Los fines son seleccionados por el individuo a partir de creencias 'y en lo que tienen de específico. Las propOSICiones generales o las
leyes hipotéticas tienen valor de bÚsqueda, pero no son un fin sino
valores, pero es preciso diferenciar claramente entre la elucidación
un medio para llegar al amílisis de los hechos individuales ya que,
científica y el razona miento va lora tivo -entre el conocer y el juz-
a diferencia de las ciencias naturales, cuanto más universales son las
gar-, ya que el imperativo de la ciencia es la imparcialidad. Desde
afirmaciones, menor es su valor cienlífico. Únicamente los fenóme-
la óptica weberiana, se plantea entonces el prohlema de la validez
nos particulares y concretos son snsceptibles de explicación causal.
objetiva de la verdad, en torno ;1 lo cual existiría una gran disputa
de métodos, conceptos y evaluaciones "al punto que un abismo pa- Dado que las ciencias sociales sólo pueden aborda r fenómenos
rece sepa ra r los modos de consideración teórico e histórico" y casi particulares, las explicaciones causales no hacen referencia a leyes
puede hablarse de la existencia de dos ciencias de la economía po- sino a aquellas causas que son imputables para definir /In hecllO
Iítica.3" dado. En todos los casos, tales imputaciones causales se dan en
La fundamentación del concepto de ciencia en Max Weber se términos de probabilidad, negando la pretensión de afirmar una ne-
inserta en el debate ilcerca del estatuto de las ciencias sociales y los cesidad en los procesos históricos y sociales; y en tanto las relacio-
instrumentos viílidos de investigación científica que desde mediados nes causales son siempre parciales, no pueden alcanzar nunca a la
totalidad de lo social. De esta forma, en la versión weberiana la
del siglo XIX enfrentaba a las corrientes neokantianas y las escuelas
historicistas. Recuperando los aportes de DiIthey, Windelband y ciencia tiene un carrícter suslancialmente probable y fragmentario,
Rickert, la concepción weheriana afirmará que, ante la multiplicidad que niega cualquier determinación unilateral de los hechos sociales o
y riqueza de los fenómenos sociales e históricos, es imposible cual- la posibilidad de definir una sociedad fulura a partir de determinadas
características de la sociedad actual tal como pretende la utopía y la
quier exposición exhaustiva. Por lo ta nto, todo conocimiento concep-
ciencia en el marxism036•
tual implica que sólo unll parte de tales fenómenos puede ser el
objeto de la investigación empírica. El investigador selecciona los La afirmación de que es imposible establecer leyes en el campo
temas de estudio a partir de determinados criterios que permiten de las ciencias sociales e históricas, no impide a Weher seÍlalar
aislarIos y caracterizarlos como significativos. Ello supone entonces ciertas tendencias de las sociedades modernas hacia una creciente
una selección suhjetiva de su relevancia, que no se estahlece median- racionalizlIciÓn de la vida. Una "societa Iización" por la cua 1 los
te una supuesta esencia objetiva regida por leyes. Así, en esta etapa espacios de pertenencia de los individuos tienden cada vez miís a
del proceso de investigación, habrií tantas perspectivas como sistemas estructurarse alrededor de "sociedades", es decir, de relaciones socia-
de valorcs utilizados en la selección y una necesaria unilateralidad en les estahlecidas racionalmente en función de fines y medios. En las
los puntos de vista35• sociedades industrializadas y de masas, este proceso se articula
Pero si bien los juicios de valor operan en la selección de los priorita ria mente alrededor de las organización racional burocrática
temas, para Wehcr la validez objetiva del conocimiento científico se Illodelo típico de organización en términos racionales de fines y
establece por el procedimiento de verificllciÓn, que debe ser evidente III('dios- una de cuyas principales características es la separación
para distintas personas, miís allií de compartir o no los valores que del trabajador respeclo de los medios de producción y administración.
1.11 bllronatización impregna todas las actividades de la vida moder-
han regido los criterios de selección. De tal manera, la objetividad
de la estructura lógica del proceso de explicación se deriva de la Ila: el Estado, el ejército, la iglesia, la cmpresa, la educación, se
coincidencia in ter-subjetiva de difercntes individuos y no del presun- (·<tructu ni n en torno a burocracias raciona Imente ordenadas. E'ite pre-
dominio de la racionalidad instrumental en las miís diversas esferas
to caráctcr objetivo de lo social, como afirman tanto la economía
política Iiheral como el marxismo. Por lo demiís, las ciencias del de lo socia I signa el sistema weberia no que, como seÍla lara Marcuse37,
111/('(' coincidir la racionalidad con el capitalismo, donde toda otra
espíritu no pueden formular leyes sino sólo un conjunto de interpre-
taciones, ya que los hechos sociales interesan en su individualidad, IOllllaciÓn social aparece como una desviación irracional respecto de
111 ra/Ón por excelencia cristalizada en las sociedades capitalistas
Ill(\(krnas.
3,. \Veber. Max: "La objetividad cognoscitiva 01" cit.
" I\ron. RaymonJ: Las etapas del pensamiento sociolÓgico, Rucnos Aires. Ediciones
Siglo XX. 1':176. \1, W"h('I, Max: "LIl ol1jl'I;"idad ('()gl1()sl'ilivll"," "1" (';t.
-I.eilling, Irving: Ideología y teoría socioltígica, Bucnos I\in.:s. I\morrnrlu. 19H2.
C;ouldn\'l'. I\I"il1: 1.0 l'I'isis de la sociología o('cid"lItal. IlUl'l1o< I\il'<'s. 1\ 1110rrOl'tu. I (J7(), I MoIII'U'(', 11<'1'111'11: "1) ,'/1,

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AtClRA ARGlIMEDO
f.os SIII'N( 'IOS y lAS VIK I S 1'\1 1\~1J IlI('A I .A IINA

Sociedades que tienden a una incr~mentada burocratización ~e ,';us La crítica integral que Webcr formula a Carlos Marx -incorpo-
esferas de actividad más significativas, mientrilS los otros espilcios rando la filosofía, la historia, la economía y la naciente sociología-
sociales se dispersan en múltiples áreas de articulación de intereses
nos permitiría situarlo como el primer postmarxista, ya que tal vez
particulares. Donde los eventuales conllictos son puntuales, sin que nfngÚn otro autor dentro de las matrices liberales haya desarrollado
existan antagonismos colectivos susceptibles de cuestionar el modelo
una opción teórica sistemática capaz de confrontar con todos y cada
de sociedad o la kgitimidad del capitalismo, lo que equivaldría a una de las líneas conceptuales del marxismo. En este sentido, el
cuestionar la racionalidad de la conducta humana. Estos elementos
esquema weberiano adquiere un carácter fundacional y podría afir-
coadyuvan en su crítica al socialismo. Considerando que el destino marse que el grueso de los desarrollos teóricos que desde mediados
de las sociedades modernas es la industrialización y la masificación
de este siglo se van procesando en las ciencias sociales y en las
y que éstas son inseparables de la organización burocrática, el socia-
vertientes políticas ligadas con la matriz de la filosofía jurídico-
lismo SO]¡lluente podría aspirar a una unión de 1;1 burocracia de la
política liberal, encuentran en la actualización de Max Weber sus
empresa económica con la burocracia del E~tado; lo cual no signifi- puntos más consistentes de sustentación. Ca be seíia la r, empero, que
caría revertir la expropiación de los trabajadores respecto de los el clima de Alemania durante el período de la Paz Armada y la
medios de producción sino un incremento de la burocratización total. expansión imperialista, facilitaría a Weber hablar sin cortapisas sobre
A diferencia de las formas burocráticas que tienen sus fines cla- diferentes temas, rompiendo con las tradiciones del silencio liberal.
ramente establecidos -la seguridad y la defensa, el lucro económieo, Así, no duda en afirmar que el cálculo racional del lucro capitalista
el cullo religioso, la educaeión en sus distintos niveles, etc.- la sÓlo es posible a partir del trabajo libre, que tiene como condición
burocracia del Estado es un instrumento, un medio organizado racio- racional la existencia de una masa de hombres "acuciados por el
nalmente en función de fines que han de ser determinados por quien látigo del hambre"; donde la ciencia no emite juicios de valor sobre
ocupe la dirección de ese Estado. Pero la racionalidad instrumental esos hombres hambrientos. Como ta mbién puede demostrar científica-
no se pregunta por los fines y la discusión acerca de los valores no mente que la pérdida de los países "acreedores" --de las colonias y
es propia de la ciencia. He aquí entonces el problema crucial que las áreas dependientes- tendría consecuencias altamente negativas
plantea el E<;tado, ya que no hay medios racionales para seleccionar para las naciones capitalistas desarrolladas, incluyendo sus clases
a aquellos dirigentes que han de imponerle los fines al Estado: por asa la riadas; lo cua 1 ava laría la racionalidad de las políticas imperia les
lo tanlO todo el aparalo estatal podría eneaminarse a organizar racio- y el dominio colonia 1.
nalmente el cumplimiento de fines absolutamente inacionales. y como
el Estado supone el monopolio de la violencia legítima, tales fines h. Keynes y la crítica del liberalismo económico
irracionales tienen la potencialidad de ser impuestos por la fuerza al
conjunto de lo social. En este punto se abren en Weber dos alterna- Durante aproximadamente un siglo --desde comienzos del XIX
tivas que aún tienen vigencia en el escenario político cultural de hasta la tercera década del XX- la doctrina liberal económica eons-
Alemania: por una parte, la idea de que el fin último del Estado es I
ti tuyó ]a ideología oficia de los Estados U nidos y de las prineipa les
la conformación de la nación alemana como potencia mundial. Por potencias ea pita listas europeas, con fuerte influencia en las clases
otra -sin que sea necesariamente contradictoria con la anterior- la dominantes latinoamericanas. Un liberalismo sui generis, que se com-
constitución de una democracia plebiscitaria, que puede promover la binaba laxamente con pro lecciones aduaneras, dominios coloniales
capacidad movilizadora del carisma en la elección del jefe de Estado, monopólicos y una decidida intervención de los estados para garan-
pero contenida por la orga nización racional del gobierno. De esta tizar la consolidaciÓn de los ejércitos, la industria de guerra y las
forma, el proceso de la elección directa del méÍximo goberna nte mÚltiples medidas requeridas por la acumulación de las grandes em-
despertaría eS¡IS fibras de pasión que la desacralización de la vida presas industriales y financieras, en el contexto de la disputa por el
social y la creciente racionalidad instrumental de las conductas tien- merca do mu ndia 1, los territorios ultra ma rinos y e I predominio en
den ¡¡ apagar en la~ sociedades modernas38. Europa.
La etapa comprendida entre los movimientos revolucionarios eu-
.'S Wcher. Max: Escritos Políticos. México, Folios. 1982.
- Wehcr. Max: Economía y socitJdad ... op. cil.
- Milzman. I\rlhur: "p. cit. - Zeitling. Irving: op. cit.
- Giddcns. Anlhony: op. cit.

116
117
ALCIRA ARGUMEDO I.os SIII'NCIOS y lAS V<X"'S I'N ÁMI'IIWA I./IIINA

ropeos de l84li y el estallido de la Primera Guerra Mundial, es un Bienestar definen un nuevo papel para el Estado, y la revolución
período de auge del ascenso burgués en el Norte occidental, donde keynesiana desplaza el predominio ideológico del liberalismo
el reinado del liberalismo económico se implementa al calor de la ma nchc.steria no.
fOrlaleza alcanzada por los nuevos grupos empresarios. Un laisse:; John M. Keynes acepta las relaciones de clases existentes en las
faire como dinámica dominante en las economías nacionales conju- sociedades capitalistas y la distribución de la propit~dad y de la renta
gado con el librecambio en cl mercado mundial allí donde favorecía que reproducen estas relaciones. No obstante, sus propuestas van a
claramente los intereses más poderosos y con un férreo monopolio introducir cambios significativos en la orientación social de las po-
del tráfico comercial con las colonias o un desembozado proteccio- líticas económicas de Occidente durante aproximadamente medio si-
nismo -económico y militar- frente a eventuales competidores. En glo, al colocar el problema del empleo en el centro del desarrollo de
Alemania, por el contrario, la fuerte direccionalidad política de la la economía aunque "nunca pudiera superar las limitaciones del en-
economía iba a permitirle en pocas décadas transformarse en una foque neoclásico, que concibe la vida económica haciendo abstrac-
potencia que también requería sus propios territorios coloniales. Estos ción de su marco histórico".'lo El nÚcleo central de la crítica de
son los países que hacia 1870 acuerdan la Paz Armada e inician la Keynes a los chísicos se encuentra en el rechazo de la llamada ley
era del capitalismo imperialista en gran escala en las árcas de África, de Sayo Esta noción suponía que, en tanto la oferta crea su propia
Asia y Oceanía que aún se encontraban al margen del "mundo civi- dema nda, es imposible que en los mercados competitivos se produz-
lizado", reforzando al mismo tiempo el dominio neocolonial sobre can excesos de producción o que exista una desocupación involuntaria.
América Latina3Y• Para los economistas liberales la situación de cesantía generalizada
El comienzo de la Primera Guerra establece un hito en la relación debía entenderst~ como el resultado de elecciones volunta rias de los
entre las potencias mundiales y muestra los signos iniciales de la desocupa dos.
CriSIS del laissez faire. La supuesta libre competcncia económica entre Como seÍlalara Paul Sweezy:
los países desarrollados, el libre juego de las leyes del mercado en
sus economías internas, serían paulatinamcnte reemplazados en el Las circunstancias ante las que reaccionó Keynes corres-
marco de una lucha abierta -política y militar- por el control de pondía nesencia lmente a una crisis de la economía tradicio-
los mercados exteriores que requería un fuerte consenso nacional: la nal, crisis que la Gran Depresión había acentuado y puesto
"unión sagrada". El liberalismo político absorbe las ideas democráti- al desnudo. Keynes fue capaz de demostrar que sus compa-
cas con una participación ampliada de las masas a través del sufragio Íleros economistas, debido a su aceptación irrellexiva de la
universal masculino y el liberalismo económico sufre sus primeros ley de Sa y, estaban en realidad afirmando la imposibilidad
cuestionamientos, para entrar en un franco repliegue al estallar la del tipo de catástrofe económica por la que el mundo estaba
crisis económica de 1929. indudablemente pasando. A partir de aquí pudo ela bora run
análisis penetra nte de la economía capita lista que muestra
Durante los veinte aijos de entre-guerras van a diseñarse en los
principales países del Norte tres modelos de política económica cuyas que la depresión y el paro son en rea lidad las pautas a las
características se alejan con mayor o menor vigor del liberal ismo que tiende la economía, y que destruye de una vez para
siempre el mito de la armonía entre los intereses pÚblicos
cconómico. Por una parte, la revolución soviética implanta un r~~i-
y privados, que constituía la piedra angular del liberalismo
men de fuerte centralización política y económica estatal, que promo-
del siglo XIX.4!
verá un desarrollo forzado, con altos costos sociales y la liquidación
sin reparo de toda ley del capitalismo de competencia. Por otra, los
Hacia finales dc la década de 1930 y en especial a partir de la
regímenes nazi-fascistas se asientan en grandes grupos industrial-fi-
nancieros como protagonistas del crecimiento económico, dirigido segunda postguerra, la influencia de Kcynes crece decididamente en
desde un poder político de alta concentración y un estado militariza- la mayoría de los países capitalistas avanzados que, con las particu-
laridades nacionales, van a implantar Estados de Bienestar como modo
do y represivo con vocación expansiva. Finalmente, en la mayoría de
las potencias capitalistas occidentales, el New Deal y el Estado de
40 Sweezy, Panl: "La aportación de Keynes al an¡í1isis del capitalismo" en Keynes,
John M. y otros: Crítica de la Economía Clásica. Barcelona, Ariel. t968.

)" Romero, José Luis: op. cit. H Swcezy. Panl: op. cit.

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118
AtClRA ARGlIMEOO Los SII,IiNC'IOS y I.AS V(~'I\': ¡iN I\MIII(I('A l./\IINA

de articulación básica del funcionamiento de sus economías. Tanto en en el contexlo histórico inlernaciona I y los nuevos paradigmas teeno··
Europa como en los Estados Unidos la hegemonía del keynesianismo lógicos, caracterizados por un marcado despla:t.amiento de mano dc
iba a imponerse también en las ciencias sociales; en este último país, ohra, impulsan el incremento de la concentración lílOnopólica a tra-
dura nte las décadas del cincuenta y del sesenta se convirtieron en vés de la fusión de conglomerados gigantes para afrontar la lucha por
keynesianistas "todos los profesores de economía, salvo el grupo el mercado mundial, las ideas "socializantes" de Keynes van a ser
centrado alrededor de la Universidad de Chieago"42. abruptamente desplazadas por un resurgimiento liberal agresivo, elitista
y decidido a tener pocas contemplaciones con las clases asa la riadas
La teoría de Keynes significaba una redefinición importante del
papel estatal en la economía y en sus relaciones con la iniciativa y las naciones periféricas. El "grupo centrado alrededor de la Univer-
sidad de Chicago" iha a ocupar entonces el centro de la escena
privada, que condenaba decididamente la idea del E<;tado prescindente
política occidenta 1.
propio del liberalismo clásico. Las leyes económicas no garantizaban,
según Ke)ines, un desarrollo equilibrado ni la posibilidad de una
4. EL DEBATE DEL OCCIDENTE CENTRAL EN LOS AÑOS OCIIENTA
dinámica de pleno empleo y crecimiento sostenido de ]a dema nda y
el consumo. Para ello, el Estado debía imp]ementar diversas políticas Los impactos de ]a crisis internacional, que se agudizan a lo largo
y meca nisl1lOs de compensación que permitiera n orienta r los gra ndes de ]a década del setenta, junto a la creciente competencia en el
objetivos:
mercado mundial, promueven una concentración económica-financiera
Las consecuencias de la teoría expuesta son moderadamen- sin precedentes y una dura contraofensiva del Norte ante (as presio-
nes y demandas del Tercer Mundo. Este contexto habilitará el
te conservadoras en otros aspectos, pues si bien indica la
importa ncia vita 1 de esta blccer ciertos controles centraliza- surgimiento de propuestas salvacionistas que desplazan los planteos
dos en asuntos que actualmente se dejan en manos de la ligados con las reivindicaciones sociales y de las regiones de ullra-
iniciativa privada, existen importantes sectores de activi- lila r. Así, la llamada "crisis de los paradigmas" teórico-políticos, se
restringe a un hondo cuestionamiento de] marxismo y de las expll'
dad que no resultan afectados. El Estado tendrá que ejercer
siones tercermundistas, que habían alcanzado notable presencia en 10:--
una influencia orientadora sobre la propensión aI consumo,
espacios culturales e intelectuales de los países capitalistas eenlrak:-
en parte a través de su sistema tributario, en parte fijando
el tipo de interés, y quizás también por otros caminos ... durante los años sesenta y comienzos de los setenta. Por entonces, d
Creo, por tanto, que una socialización en cierto modo "espíritu de la época" recogía los ecos de grandes luchas de masas,
global de ]a inversión resultará ser el único medio de de compromiso junto a los desheredados, de indignación frente a la
injusticia, de diversas utopías y experiencias justicieras. Se conjuga-
garantizar un elevado nivel de empleo; esto, sin embargo,
ban con propuestas libertarias sobre la vida y el amor y con una
no excluye forzosa mente cualquier tipo de compromiso y
de acuerdo por el cual las autoridades cooperen con la decidida crítica a la sociedad de consumo, que hacían aceptar a las
iniciativa privada.13 jóvenes generaciones europeas y norteamericanas las aspiraciones de
libertad de las antiguas colonias. Pero el despliegue de ]a crisis
La era keynesiana de] Estado de Bienestar iba a durar en Occi- mundial iha a romper los sueños de crecimiento ilimitado y continuo.
dente hasta el estallido de la crisis de los años setenta. Como seña- Dada una lógica de confrontación para establecer un nuevo equilibrio
lara Paul Sweezy, esta teoría no contemplaba el contexto histórico de del poder internacional -donde lo que está en juego es la jerarquía
que cada uno de estos países ha de alcanzar en el futuro- se va
la vida económica ni tomaba en consideración el impacto de los
acqitando en el sentido comÚn mayoritario la necesidad de eliminar
ca mbios tecnológicos en la economía y en especia I en el empleo, ni
el peso y el papel de los monopolios en la diniímica económica ciertas ideas pertenecientes a períodos de bonanza: desde el Estado
global. Cuando la crisis comienza a manifestar un cambio decisivo de Bienestar basta el pleno empleo, desde el cuestiona1l1iento a la
concentración del poder económico-financiero hasta las solidaridades
con el Tercer Mundo. Las nuevas condiciones imponen un retorno a
•• :> Lckchman, Roben: "Utilidad actual dc Keynes" en Keyncs, John M.: Crílica de la situaciones de exclusión y a ]a disputa acerca de quiénes han de ser
Economía Clásica, 0r. cit. los excluidos y se va consolidando una hegemonía restrictiva, basada
,13 Kcyncs. John Maynard: Teoría general del empleo, el inlerés y el dinero, México, en la conciencia de que no se está ante una depresión cíclica o
Fondo de Cultura EconÓmica. 1971. coyuntural, sino en una encrucijada orgánica, civi]izatoria, de época.

120 ]21
ALClRA ARGI "1Uio I.os SIII'f'("\OS y I A~ V()"I~ I'N AMI'll1(A 1.1\ IINA

La crítica alcanza en primer lugar al marxismo en sus diversas más dcstacados exponcntes del ncolihnalislllo, Friedrich von Hayek,
vertientes: al comienzo fue Lcnin y más tarde el mismo Marx, Engels, va a establecer una po)¡nidad irn:ductihlc entre dos y. sÓlo dos inter-
Gramsci o Rosa Luxemburgo. Crítica que se asienta en las dcforma- prelaciones de nuestras sociedades: el orden madurado o espontáneo,
ciont~s de los socialismos realmente existentes, con sus Gulags, sus que llama Kosmos, y el orden impuesto o decretado, a I que denomina
escritores perseguidos, las invasiones del Ejército Rojo: los estriden- Taxis. El primero corresponde al liberalismo; en el segundo se engar-
tes contrastes enlre ]a realidad y la utopía teórica, ayudan a desmon- zan el socialismo, la socialdemocnlcia y las diferentes vertientes del
tar el prestigio del m¡lrxismo en el pensamiento europeo continental. social-estatismo. A partir de esta oposiciÓn, Hayek pretendení mostrar
Más ta rde se retrotrac a Hege] y el romanticismo, donde se encon- la superioridad teórica, histórica y experimental del liberalismo, es-
trarían las semillas del pensamiento autoritario en Marx. Junto a tablccit~ndo un principio destinado a establecer la "autenticidad libe-
ellos, caen también los marxismos y los nacionalismos populares del ra 1":

Tercer Mundo, sospechosos de integrismos o fascismos.


E<;te proceso se acompaña, sin embargo, de un resurgimiento del Para Hayek son liberales sÓlo aquellos que admiten que el
mundo obedece a leyes que nosotros no dominamos; el
pensamiento liberal en sus dos matrices principales. Eliminados Marx
corolario de este principio es que, para los liberales, la suma
y Hegel de la filosofía, Kant renace pleno de sabiduría y libertad;
de las inicia tivas individuales es siempre preferible a ]a
desplazados Gramsci o M¡lfcuse, Max Weber toma su venganza; y
los mismos intelectua]es que hacia fines de los sesenta levantaban al planificación voluntarista de la elile gobernante.'l"
marxista Ga]vano Della Vo]pe, crítico del libera] Norberto Bobbio,
La iniciativa individual espontánea y la selecciÓn por la experien-
a hora resucita n a los Bobbio denosta ndo, por anacrónicos y autorita-
("ia, serían los e]ementos que propugnan el desarrollo armonioso de
rios, a los Galvano Della Volpe. Más vital aún, modernizado por los
Friedrich von Hayek, los Milton Friedman o los Hernando de Soto, las leyes econÓmicas y de ]a mano invisib]e que guía hacia el bien-
el modelo de la economía libera] clásica no sÓlo ha logrado eludir I"star genera 1. Según sus nuevos voceros, la ciencia del liberalismo
la crisis sino que se muestra especialmente agresivo y trillllfalista·H• permitiría demostrar que esta dinámica es la única científicamente
Como señala uno de los representantes de esta Última corrientt~: correcta y la SOlll distinciÓn con e] liberalismo clásico, es que tales
leyes no son resultado de la providencill sino de una evidencia
Los sistemas ideológicos que privilegiaban alas masas ya I"mpírica estrictamentt' terrenal y matemáticamente demostrable. Los
no responden a los nuevos vientos que soplan. Todo el prnlagonistas por excelencill de la historia de Ills naciones, derrotadas
discurso que colocaba al pueblo, al proletariado o a] las concepciones estatistas y populares, vuelven a ser "los empresa-
trabajador por encima de la persona es considerado parti- rios, los inventores, los comerciantes que arrastran III crecimiento":
cu]armente anticuado. Por e] contrario, e] pensamiento
No es la demanda de los consumidores la que creÓ una
liberal, que se centra en las iniciativas e interpreta a la
sociedad como el resultado de dichas iniciativas, recobra industria del automÓvil, de la computadora individual, si no
nueva actua]idad:15 el genio productivo y comercial de los empresarios ... Pero
esas elites económicas no deben nada a su origen social. El
grupo de los "empresarios" sólo se distingue por su volun-
a. De nuevo e1liheralismo económico tlld de crear riquezas; es una especie de caballeríll econó-
mica de los tiempos modernos ... Lo único que tienen en
La matriz del liberalismo que articularlln Smith y Ricardo hllce ya común es el deseo de crear actividades económicas."
dos siglos se mantiene incólume, en sus rasgos esenciales, en estas
renovaciones modernizantes. Pero es un liberalismo que debe dar Estos actIvIstas econÓmicos tienen frente a sí como enemigos al
respuestas a la presencia de Marx, y especialmente de Keynes, en la Estado y las c1ascs burocráticas, comprometidas con una interferencia
disputa por ciencia económica. En csta perspectiva, uno de los
1'11
estatal parasitaria. Contra esas cIllses burocráticas se define la con-

.1.1 ArgumeJo, Alcira: "Liberales. neoliberales y nacional-populares". en Revista


Unidos N"18. Buenos Aires. abril de \988. 10 Sorman, Guy: op. cil.
4~ Sorman. Guy: La soluciÓn/ibera/o Buenos Aires. 1\tlántida. 1 QR8. 11 Sorman. Guy: op. cit.

122 123
ALClRA ARGlIMEDO I.()~ SIII'N( lOS' IA~ V(X I'~ I'N A~tl'I(I( A I.A tiNA

tradicción principal de las sociedades capitalistas modernas, donde el El capitalismo ncoliheral prl'lendc conll'sl¡¡r a los reproches que se
verdadero liberalismo se asienta en los empresarios. Propuestas de le formu]an en el sentido de ignorar la justicia social, planteando
unidad empresaria que, sin duda, le permiten a Hernando de Sot048 respuestas a problemas sociales desde un punto de p¡írtida que afirma
plantear una alianza estratégica con la población marginada, infor- que la libre empresa no es un Un en sí mismo, sino el Único medio
mal, de América Latina para llevar adelante el capitalismo popular. de conciliar libertad y eficacia, prosperidad y solidaridad. La
Se trata de "nosotros los empresarios" frente a las burocracias esta- privatización de diversas áreas sociales -educación, salud, recrea-
tales que cercenan la libertad, obstaculizan la iniciativa, privan a los ción, seguridad social y similares- se combina con fundamentos
individuos de la posibilidad de progreso, coartan el crecimiento eco- acerca de las ventajas indudables de la j7exibilización laboral, unida
nómico. "Nosotros los empresarios" debemos unir nuestros intereses a variadas forma de participación de los trabajadores en las empresas
privados contra un estado decadente que nos acosa, dice Hernando de de acuerdo con los paradigmas productivos de avanzada. Retomando
Soto; refiriéndose en ese "nosotros" a los grandes grupos económi- la ley de Say con referencia al empleo, las nuevas panaceas son la
cos, a las corporaciones transnacionales y a la señora que vende Ikxibilización de los contratos laborales y los salarios5L, junto a la
ristras de ajo sentada en la vereda. Les habla a las vastas capas ampliación de las tareas de baja calificación en lÍreas de servicios
marginales de América Latina compuestas, bajo toda evidencia, de que no son económicamente viables, pero sí pueden ser socialmente
millones de "empresa rios". Útiles y permiten evitar ]a desocupación.
El proyecto de sociedad planteado por las vertientes renovadoras El neoliberalismo tiene una paradójica posición ante el Estado.
del liberalismo manchesteriano es postinduslria] e individualista. Con los rasgos propios de los distintos ideólogos, se reivindica sin
Reconoce sus bases en las fragmentaciones sociales producidas por reparos e] estado de Hobbes; ese Leviatán que garantiza la seguridad
una automatización que destruye la homogeneidad del mercado de de los individuos y los bienes contra cualquier amenaza de sus va-
trabajo, las solidaridades entre los trabajadores y las formas tradicio- lores más decisivos: la propiedad privada, las leyes del mercado, la
nales de lucha, en especial la huelga. El capitalismo popular o la competencia y el lucro. El estado policial, custodio de la propiedad
economía popular de mercado, propuestos por el neoliberalismo con privada inviolable y garante de la eliminación dé perturbaciones al
sus distintos perfiles, se encuadra en estas segmentaciones laborales fluido desarrollo de las leyes del mercado, es una constante explícita
y sociales, en las tendencias concentradoras del poder económico, (\ implícita del pensamiento liberal económico. Si tales preocupacio-
altamente selectivas y exc1uyentes de las mayorías sociales, que está nes no apa reeían suficientemente enfatizadas en los clásicos del siglo
produciendo ]a reconversión productiva a partir de los nuevos para- XIX -la mayoría de ellos pertenecientes al imperio inglés- es
digmas tecnológicos'19. Una revolución conservadora que, junto al porque el poder económico de Inglaterra lograba imponerse sin de-
libre juego de las leyes del mercado y la iniciativa privada, masiados obstáculos en su propio mercado interno y la división in-
promociona valores tradicionales, nuevos modos electrónicos de le rnaciona 1 de] tra bajo favorecía claramente sus intereses. En todo
movilización y participación de las "mayorías silenciosas" y una sig- ('aso, allí estaban el Foreign affice. la Royal Navy, el Intelligence
nificativa agitación intelectual y cultural mediante fundaciones y Service y sus ejércitos co]oniales para "privilegiar a la persona hu-
medios de comunicación, reivindicando las conduclas individualistas IlJílna".
y la fragmentación social. Impulsa, no obstante, ciertas formas cor- E'ita línea conceptual reaparece con toda lozanía en la exitosa
porativas particularistas y la formación de lobbies sobre intereses Universidad de Chicago de los aÍlOs ochenta. Porque si en nombre de
coneretos, que reemplacen a las tradicionales decisiones mayoritarias la libertad se habla, la libertad supone responsabilidad y no todos son
o a la bÚsqueda de gra ndes consensos, en ta nto "ya no hay una responsables; allí estlÍ el poder para definir quiénes sí y quiénes no
mayoría Única sino mayorías infinitamente diversificadas en una lo son y actuar en consecuencia. La noción de responsabilidad per-
multitud de cuestiones de toda naturaleza"50. mite establecer criterios prístinos, porque sólo a los irresponsables se
les puede ocurrir poner límites al libre juego de las leyes mercantiles
y el estado policial debe evitarlo. Tal como afirma Milton Friedman:
'8 Dc SOlO. Hernando: El otro sendero, Buenos Aires, Sudamericana. 1987.
'9 ArgullleJo. Alcira: (In hori:.onte sin certe:.as: América Latina ante la Rel'oluciÓn
Científico-Técnica. Bucnos Aires. I'unlosur/llct. t987. " Quintar, AíJa: La f!exihili:.aciÓn lahoral: 1II1a11!ICI'amodalidad de fragmentaciÓn
50 Sorman. Guy: op. cit. de los sectores ohreros. Buenos Aires, ILPES/CEPAL. t Q8<J.

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AlCIRA ARGUMEDO (.os Sllt'N(,IOS y t AS V(X'I;~ ¡iN A~II'IU('A (.ATINA

La libertad es un objetivo defendible tan solo para indivi- de los años treinta y cuarenta. Lse t1eJante que agobia las iniciativas
duos responsables. No creemos en la libertad pa ra los locos privadas cuyo "ideal común parecía tener que aliar armónicamente
o los niños. La necesidad de trazar una línea entre indivi- prosperidad económica y justicia social. Los medios para logrado: la
duos responsables y otros es inescapable, y esto significa centralización estatal, la democratización de la educación, la fisealidad
que hay una ambigiiedad esencial en nuestra meta final de progresiva, la redestribución social". Una errónea visión respaldada
la libertad. El paternalismo es inevitable para con aquéllos ell la tesis de que la riqueza de las naciones resulta de la dema nda
a quienes nosotros designamos como no responsables.52 y el consumo de masas y no de la iniciativa individual. Donde la
política fiscal tendía a disminuir todos los impuestos para aumentar
Sustentándose en este peculiar "nosotros", Miltol1 Friedman apro- el poder adquisitivo global --como en el caso de la administración
baría en Chile la agudización de las medidas represivas del Gral. Kennedy- y no como corresponde a la perspectiva neoliberal con-
Pinochet, la eliminación de la democracia, la destrucción de los sin- servadora de un Reagan, que sólo favorece a los más ricos para
dicatos y la consolidación de una férrea dictadura para garantizar la reactivar la iniciativa privada. La reducción de las tasas impositivas
"normalización de la economía"5'. En este mismo sentido se expre- y diversas medidas que favorecen la acumulación de recursos en
saría Hayek, al señalar que "cuando un gobierno está en quiebra y manos de los empresarios supone que el gobierno Ie.s reconoce así
no hay reglas conocidas es necesario crear las reglas para decir lo ulla fUllción social de creadores de riqueza. De esta manera:
que se puede hacer y lo que no se puede hacer". Y en estas
El antiestatismo no es de hecho más que un intento por
circunstancias es prácticamente inevitable que alguien tenga poderes
absolutos. Porque, en esta especial idea de la libertad, "una sociedad restaurar el orden liberal, un orden en el cual el Estado y sus
representantes ha ría n frente a su Única misión: mantener la
libre requiere de ciertas reglas morales ... las únicas reglas morales
ley. Del resto, los ciudadanos se encargarán perfectamen-
son las que llevan al 'cálculo de vida': la propiedad y el contrato"5'1. te.56
La concepción policial del estado le otorga a éste el papel de un
vigía dispuesto a entrar en escena cuando ese "nosotros" de Friedman
Los ciudadanos "responsables", se entiende.
evalúa que algunos irresponsables -para colmo, mayoritarios- hacen
peligrar la libertad del mercado. Por ello el liberalismo económico
h. Nuevas actualizaciones del liberalismo político
congenia perfectamente con dictaduras militares y gobiernos autorita-
rios o fascistoides, como muestran diversas experiencias en América Junto a la ofensiva del liberalismo económico renovado, el debate
Latina:
lIortcamericano y europeo de los años ochenta va a presentar, ade-
La mano invisible del mercado, ese fetiche tan caro a la III;ís, diversas líneas de actualización del pensamiento jurídico políti-
('o liberal. Sill cuestionar en demasía las tendencias impuestas por las
tradición liberal, se transforma imperceptiblemente en un
puño de hierro en el cual se concentra la violencia lIucvas definiciones económicas, la concentración del poder en este
sojuzgadora del Estado hobbesiano.55 campo, las políticas migratorias o la desocupación estructural -y
dcjando decididamente de lado la problemática de las regiones
pniféricas- las nuevas vertientes buscan alternativas de
No es este, por supuesto, el Estado que atemoriza a los liberales
goberna bilidau y se imponen profundos interrogantes sobre la historia
manchesterianos. El enemigo es el Estado que se conforma a partir
de las concepciones social-estatistas predominantes en Occidente des- y la cultura. Se trata, ante todo, de fortalecer las opciones liberal-
delllocráticas frente al resurgimiento de tendencias neofascistas: el
necimiento de la Nueva Derecha, inspirada entre otros por Alain de
'" Friedman. Milton, citado por Boron. Atilio: "Entre Hohhes y Fricdman: liberOllismo Iknoist y la importante presencia electoral de Le Pen en Francia; el
econÓmico y despotismo burgués en América Latina" en Cuadernos Políticos Nº23, lIacionalismo germano de Armin Mohler auspiciado por la Fundación
México. enero-marzo de 1980.
'-' BorÓn. Atilio: op. cil. Sicmmens, que busca despertar mitos y utopías en una juventud
desapasionada; las manifestaciones fascistas frente a los inmigrantes
'.\ Hinkelammerl. Franz: "Frente a la cultura de la postll1odernidad: proyecto político del Tercer Mundo; la resurrección juvenil de las creencias y los
y utopía" en Dal'id y Cofia/h A,io XVII. N"52. septiembre de 1987.
- Hayek. Friedrich: L"s/i/Julaff/I!/I/o.\" dI! la liba/ad. Madrid. Unión, 1978.
" Borón. Atilio: op. cil. '<' Sorrnan. Guy: "p. cil.

126 127
ALClRA ARGUMEDO I.os SIII'NCIOS y lAS V(X'¡':-. I'N AMI'I(I('A I./ITIN/I

símbolos del militarismo imperial en Japón; los gmpos que apoyaron ncales entre las clases, fueTOn algunas de las caractcrísticas más
las intervenciones de los Estados Unidos en Granada, Beirut, Panamá sobresalientes de las cicllcias sociales de hace treinta ailOs, que vuel-
y el Golfo Pérsico, sus trajes de fajina, una renovada religiosidad y ven a hacnsc presentes en el debate curopco y norteamericano junto
las simpatías por los cursos de preparación militar; e] naeiona]ismo a la revita ]ización dc la filosofía ncoka ntia na y jus-natura lista en
inglés ligado con la guerra de las Malvinas, que desplaza entre los gucrra contra Hege] y Marx.
jóvenes el pacifismo de los años sesenta; son signos preocupantes También las manifestaciones más relevantes de las corrientes
para e] ]iberalismo político. La caída del muro de Berlín y la cre- presentan sustantivos puntos de contacto con el pensa-
!lOst/1/(/rxistas
ciente presencia de la otra Europa en Europa Occidental agrega nuevos miento weberiano. Sin desconocer los indudables refinamientos y
problemas cuya magnitud no puede silenciarse. aportcs analíticos alcanzados, e] núcleo de estas propuestas no sobre-
Como ya advertimos, no es nuestra intención profundizar en los pasa la crítica que Weber formulara a Marx. En tal sentido, antes
matices de la actualización del ]iberalismo jurídico-político, especia]- que post11111rxistas deberían ser considerados neoweberianos. No obs-
lanle. cn las nuevas vertientes enmarcadas l~n nociones de
mente en el continente europeo. Nos interesa sólo señalar algunos
puntos que consideramos clave en términos de la influencia que estas fragmentación social y contractua]ismo a partir de la acción indivi-
vertientes ejercen en e] debate político-cultura] de América Latina. dual, existe un importante punto de diferenciación con respecto al
Desde esta óptica, consideramos posible afirmar que, en sus trazos Weher para quit~n e] elemento de unificación socia] de estas
esencia les, tanto las corrientes vinculadas con las nociones de moder- fragmcntaciones es la idea de pertenencia a una nación, a una poten-
nidad-modernización como aquéllas que se autodenominan post-mar- cia mundia] y a una tradición cultural cuya envergadura le otorga, en
xistas, encuentran su referencia central en Max Weber y su crítica al espccial a Alemania, un ineludible papel en la historia.
pensamiento de Carlos Marx. En las actualizaciones más recientes el elemento aglutinante ha de
Las ideas de modernizaciÓn y democracia que se derivan de las sn sólo la idea democrática. No es casual que sea otro alemán,
postulaciones weberianas -mediatizadas, entre otros, por ideólogos Jllrgen Habermas, quien desde un análisis descarnado otorga a "no-
como Norberto Bobbio o las corrientes de] [uncionalismo norteame- SOITOSlos europeos occidenta]es" este paraguas unificante, tendiente
ricano- retoman con pocas variaciones las propuestas que en ]a ;, supnar lo que antes fuera el socialismo para las izquierdas y el
década de ]os sesenta tenían una significativa influencia en las cien- p\' nsa miento progresista de Europa. Una idea democrática que debe
cias sociales de América Latinas7• La drástica diferenciación entre d\'spla/a r el sentimiento nacional; porque las generaciones alemanas
ciencia y po]itica; la autonomización de la esfera política en relación qll\' separan a Habermas de Max Weber, conocieron la derrota en dos
con otros espacios de poder, en especial el poder militar y e] eco- ,!',unras mundiales, la experiencia del nazismo y el muro de Berlín.
nómico-socia]; la jerarquización de la acción individual sustentada en Po('o tiempo antes de que una inmensa acción de masas en Alemania
un contractualismo racional en las distintas áreas de actividad; la lid I':sle derrumba ra ese muro, abriendo nuevos interroga ntes históri-
interpretación de la historia y de los comportamientos sociales a ('o., a\'erca de las relaciones entre las dos Europa s, Habennas escribía:
partir de un continuum entre la sociedad tradicional y la sociedad
Sucede de una ma nera distinta con el patriotismo t'onstitu-
moderna. El llamado de atención sobre los potenciales autoritarismos
ciona!. .. En este nuevo contexto, las identificaciones con
inmersos en las masas58; el supuesto de una relación ]ineal entre las
formas de vida y tradiciones propias se ven recubiertas de
sociedades y la definición de sus diferencias en términos de pautas
un patriotismo abstracto que ya no se refiere al conjunto
cuantitativas de progreso y desarrollo; las relaciones igualmente Ii-
concreto de la nación, sino a proccdimientos y principios
igualmente abstractos ... Las tradicioncs nacionales siguen
HUI rca ndo u na forma de vida con formas de va lor privilegia-
57 Bohbio. Norberto: El futuro de la democracia, Madrid, Ariel, 1985.
-Bobbio, Norberto: Estudios de hisloria de lafilosofía: de lIobbes a Gramsci, Madrid, das, si bienio hacen tan solo en el marco de una jerarquía
Dehate, 1975. de formas de vida de distinto alcance. Estas, por su parte,
- Germani, (¡ino: Polílica )' sociedad ell ulla época de lransiciÚIl, Buenos Aires, se corresponden con identidades colectivas que se solapan
EUDEBA, 1965.
- Anderson. l'crry: "Norberlo Bobbio y la democracia directa" en Imágelles descono-
cidas: la modernidad ell la encrucijada postmoderna, Bucnos Aires, CLACSO, 1988. cia. Buenos Aires. Centro Editor de América Latina. Biblioteca Política Argentina
53 García Delgado, Daniel: Raíces cuesliollildas: la IradiciÓn popular y la democra- 245/246, 1988.

12R 129
ALCIR/\ ARGUMEDO
I.os ~III'N(,IOS y I.AS V(K'I''s I·N AMI'I(I('¡\ I.A nNA

entre sí pero no necesitan ya de un punto central de válidas y refortlllllarlas -por rjclllplo las referentes a la relación
agrupamiento e integración para transformarse en una entre base económica y sociedad- y desechar aquel]o que se liga
identidad nacional. La noción abstracta de la generaliza- con una visi6n te leo lógica y necesaria de ]a historia', con e] planteo
ción de la democracia y de los derechos humanos constitu- revolucionario de la transición al socialismo, con la identificación de
ye, en su lugar, la materia dura (~n]a que sc quiebran los socia lismo y anticapitalismo o con la defensa de políticas keynesianas
rayos de las tradiciones nacionales de] lenguaje, de la para responder a ]a crisis. Un nuevo paradigma que incorpore e]
literatura y de la historia de ]a propia nación.59 individualismo metodo]ógico para reformular e] marco teórico macro
habitual en e] materialismo históric061•
En el marco de coordenadas democráticas altamente sensibles a la
potcncialidad autoritaria inscripta en las idenlidades nacionales, el Empero, la metodologÍa requiere definir el objeto de estudio y,
por lo tanto, supone un determinado concepto acerca de cómo se
postmarxismo recupera las [acetas liberales de Weber y la riqueza de
ese sistema teórico basado en la acción social individual con sentido conforma lo social. En este punto, desde una perspectiva concorda nte
mentado. El cambio de paradigma que reclama un Ludol[o Paramio con el postmarxismo, LacIau-Mouffe, señalan la necesidad de
Il'l'orlllular e] concepto de sociedad en función de la nueva estrategia
para los antiguos marxistas, a fin de no recaer en los entrampamientos
teóricos del marxismo cuando sólo se le injertan nuevas ideas al ~ocialista, que supondría una radica]ización de ]a democracia:
viejo tronco, va a enconlrar -consciente o inconscientemente, exp]í- Lo que está actualmente en crisis es toda una concepción
cita o implícitamente- en la matriz del liberalismo polílico su nuevo del socialislllo fundada en ]a centralidad onto]ógica de ]a
punto de partida:
clase obrera, en la afirmación de la Revo]ución como
momeato t'undaciona] en el tránsito de una sociedad a otra,
Ese injerto de nuevas ideas en e] viejo tronco exigía lo que,
tomando una vez más el nombre de Kuhn en vano, debería- y en la i]usión de la posibilidad de una vo]untadco]ectiva
perfectamente una y homogénea que tornaría inútil e]
mos llamar un cambio de paradigma ... En mi opinión,
momento de la polÍtica. E] carácter plural y lllultifacético
entonces, sí tiene sentido trata rde reconstru ir, a pa rtir de las
que presenta n las lucha s socia les contemporá neas ha termi-
ruinas, a 19oasí como un postmarxismo. Pero el prefijo debe
nado por disolver el fundamento úHimo en el que se basaba
tomarse bastante al pie de la letra: un paradigma para ]a
ciencia social que parta de Marx, pero asimile las lecciones cste imaginario político, poblado de sujetos "universales"
de los cien años de historia que han transcurrido desde su y constituido en torno a u na Historia concebida en singular:
muerte, difícilmente podría ser aceptado por el Marx real, esto es, el supuesto de "la sociedad" como una estructura
históricamente conocido y con toda seguridad no será intel igible, que puede ser aba rcada y dominada intelectua 1-
aceptado como ma rxismo bajo ningún concepto por quie- mente a partir de ciertas posiciones de clase y reconstituida
nes definen su identidad política e ideológica en nombre de como orden raciona] y transparente a partir de un acto
aquella dodrina.60 fundaciona 1de ea rácter po!Ítico.6c

El postmarxismo no pretende romper con una identidad socialista Sc trata de concebir una idea distinta de ]0 socia], crítica y
al alejarse de las teorías de Marx. La búsqueda 'se encamina hacia ',Ilpnadora del concepto marxista de sociedad. Partiendo de la
una reformulación paradigmática donde "dejar de creer en un socia- Ilill;nlclltaciÓn y complejidad crccientes, de ]a proliferación de dij'e-
]ismo cienlÍfico no implica abandonar la creencia en un socialismo II,twillS entre los individuos que se observa en los países industriales
oI\'i1li/ados -a las que también se rdicre el neoliberalismo económi-
previsible, razona blemente facti ble." Ello supone toma r a Igunas idea s
,\1 el interrogante central de un nuevo concepto de sociedad se
\ 111l·tl!acon el tipo de articulaciones sociales que es posible postular
"'I1abcrmas. Jlirgcn: "Para una idca racional de patria: concicncia histlÍrica e identidad
11' niendo en cuenta tales diferencias. En esa rct'ormulación, el lengua-
postnacional" cn La Ciudad Futura Nºl!. Buenos Aires. junio de t 988.
- I1abermas. J ¡¡rgcn: Problemas de legitimaciÓn en el capitalismo tardío. Buenos Aires.
Amorrortu, 1986.
,., I'aralllio, Ludolfo: 01'" cit.
60 Paramio. Ludolfo: "Tras cl diluvio: introducciÓn al postmarxismo" cnl'unto de Vista
N"30. Bucnos Aircs. julio-octubre dc 1987. r.' I ,ll'lau, Erncsto; I1egemonía y estrategia socialista: hacia una
MoufTc. Chantal:
/'(/dicali~acit51l de la democracia. Madrid. Siglo XXI. 1CJ87 ..

130
13]
ALCIRA ARGlJMEDO
I.os SIlI'N('IOS y I/lS VO("l(S I'N AMI'I(I('A I.ATINA

je ha de tener un lugar sustantivo pa ra la estructuración de las re- de fa clase o del sector dominanle que constiluye el centro
laciones socia les y para la deconstrucción de la ca tegoría de sujeto d{~u na formación hegemónica, ya que, porddiniciÓndicho
unívocamente definido, como es el caso de las clases, en lo que se centro nos eludirá siel1lpre.6'¡ •
refiere a la constitución de las identidades colectivas. Los agentes
sociales son concebidos como sujetos "descentrados", que se consti- E'ita inexistencia de puntos estratégicos de poder de carácter per-
tuyen med ia nle una unidad rela tiva y débi Imente integrada, pa rtiendo Illa neJlIe -por ejemplo el poder económico- rechaza III idea de
de una pluralidad de posiciones de sujeto. En tal sentido, una de las lugares privilegiados de confrontación y concomitllntemente la posi-
claves se encuentra en el rechazo del concepto marxista de clase hilidad de que Ills IUc!)lls o los con{lictos confluyen en espacios
social, que significa rechazar también el concepto de sociedad en poi íticos unificlldos, en especia l eJl las nllciones dcsarrolllldlls. Preci-
Marx. En el marco de esta crítica, los autores cxplicitan su adscripción ~alllente, la idea de espacios diferenciados de distribución del poder
al libera lismo político: :-.in vinculación entre sí, fue unll de las claves de la crítica weberillna
a I lila rxismo; ya que, con rcferencill aI poder económico, proponía
La tarea de la izquierda no puede por tanto consistir en
hahlar de silllaciones de clase, sin contradicciones necesarias entre sí,
renegar de la ideología liberal-dcmocrática sino al {'ontra-
lIlientras en otras áreas se procesan la política o el prestigio, junto
rio, en profundizarla y expandirla en la dirección dc una
a los cuales existiríllJl innumerables y variadas formas de asociación.
dcmocracia radicalizada y phnal.(;}
Desde este concepto de lo socia I que ,ctoma la tradición del
La recuperación de la matriz jurídico-política liberal exhibe líneas IlIdividuo y sus contratos se desprende la noción epistemológka de
intcrpretativas de los procesos socillles que las ligan claramente con la divcrsit'icación de la verdad. El lugar epistemológico desde el cual
el pensamiento de Weber: las posiciones de sl/jelO tienen un fuerte hahlahan las clases y los sujetos "universales" es reemplazado por
"pa recido de fa mil ia" con la silllación de clase weberiana, aunque se 1111<1 lIlultiplicidad de voces y verdades. El conocimiento se atomiza
han enriquecido con los aportes de la linguística. Lo social se con- \' :-.tÍlo es posihle acceder a parcialidades, a aspectos acotados de la
cibe entonces como una articulación permancnte y sin fronteras de ,calidad social. En tanto no existe una idea posible de totalidad, la
mÚltiples espacios o posiciones de sujeto; hay unll indeterminación dl\'lIción se centra en temas particulares, segmentados, fragmentarios.
Última de lo social que impide que la sociedad pueda significarse Si hien el postmarxismo tiende a definirse como socialistll, evi-
como una tota lidad. En este contexto, la política es entendida esen- dl'll('ia hasta el momento una posición ambigull con relaciÓn al ca-
cialmente como articulación y construcción de hegcmonía; es por lo 11Ilalislllo y, en particular, frente a la existencia de un poder econó-
tanto autónoma con respecto a las determinaciones económicas. Las IIlicll fina nciero altllmente concentrlldo. Paramio critica el carácter
posiciones de sI/jeto combinan diversas identidades que no están IlIdicallllente anti-capitalista del marxismo, mientras LacJllu-Mouffe
crista Iizadas e impiden establecer comportamientos previsibles entre ·.\'lIalan que una democracia radicalizadll requeriría, en ulla de sus
ellas: en tanto trabajador, ciudadano, consumidor, homosexulll, joven dllll\'nsiones, "poner fin II las relaciones capitalistas de producción
o ha bita nte de UII barrio, taJes posicioncs pueden tener numerosos '111t' csl¡ín en la hase de numerosas relaciones de subordinllción". No
puntos de antagonismos parcializlldos, pero no generan necesariamen- llh',lallle, los vínculos entre esa democracia y ese poner fin quedan
te "cadenas de equivalcneias", es decir, relaciones necesarias y pre- dt'( 1(1ida lIlente oscu ros, como mera enuncillción o como toque de
visibles entre estas distintas referencias. De allí que no sea posible 1I11·,lalgia. Por su parle, las teorías de la modernización y las vertien-
postular su oricntación en uno u otro sentido. La pluralidad de po- lIS quc se asumen en el tronco jurídico-político liheral tampoco
siciones políticas y sociales que no remiten a ningÚn fundamento pll I\'nden, por definiciÓn, formular nna crítica a la concentraciÓn del
unitario Último, da lugar a mÚltiples puntos nodales o concentracio- plldn económico y a sus consecuencias para amplios sectores socia-
nes de poder: 1,', \'11 el Norte y para las regiones perifériclls.

El poder no es nunca fundacional. Por tanto, el problema I k esta mllnera, a semejanza de lo ocurrido con las experiencias
del poder no puede plantearse en términos de la bÚsqueda d"lIlOcráLicas de los países capitalistas centrales durante un largo
Ill'lIodo de III historia, las actlllllizaciones formuladas a partir de las

63 I ,aclau. Ernesto; MoutTc. Challta 1: op. cil.


," I .1l'1:l1I. Ernesto; MOlltTc. Chantal: itlern.

132 133
ALClRA ARGUMEDO

dos grandes matrices liberales tienden a ignorar los costos sociales y


nacionales que conlleva ]a imp]antaeión de estos proyectos frente a
una nueva época mundial. Nos preguntamos, por contraste, si desde
esas matrices es posible pensar el futuro de América Latina, agobiada
por un colosal drenaje de capitales, con más de 300 millones de
habitantes en condiciones de pobreza crítica y donde los consensos
mayoritarios más permanentes, han tendido a vertebrarse alrededor de
otras ideas.

IV
LAS OTRAS IDEAS EN AMÉRICA LATINA

l. EL I'UNTO DE VISTA POPULAR LATINOAMERICANO

La evolución de la historia humana, signada por conflictos, gue-


"liS y antagonismos, impide que los hechos puedan ser relatados con
obid ividad. Más allá de quiénes detenten el poder, de] refinamiento
dI' las interpretaciones, de la desca lificación de vastas culturas, de los
"11I11 fos y derrotas, de los predominios ideológicos o académicos, los
1','lIl1des hechos históricos han dado siempre lugar a distintas versio-
II('~'. El carácter polémico de la filosofía y las ciencias sociales es
,n.llllante de esas diversas perspectivas, que otorgan sustento a los
IIIIIII'OSteóricos y a las propuestas políticas; ]0 cual obliga a definir
rI II/~I/r epistemológico desde el cual se fundamentan.
1':11América Latina, el punto de vista popular recupera los
,,·llIlos de las alteridades excluidas por las corrientes eurocén-
t,,( liS. Impone el reconocimiento del otro históricamente me-
1It1"J1/t'Ciad02, de los significados y tradiciones que alimentan la
'vl~iÚII de los vencidos"3, "la otra cara de la conquista"4.
( ollsidera que las concepciones de esos "bárbaros más fanáticamente
h'I·.1¡It·s a los extranjeros"5 contienen potenciales teóricos, emergentes

, 1 ""'1111". José Pablo: Filosofía y Nacion. Buenos Aires. Legasa. 1984.


Kllig. Anuro Andrés: "La filosofía de la historia desde el punto de vista del discurso
1I111~orico-político" (mimeo).
I "",,rov. Tzvetan: La conquista deAmérica: e!problema de! otro. México. Siglo XXI,
I 'IH ,.

'I ¡lI"Il" y. Ángel: Vision de los vencidos: relaciones indígenas de la conquista. Buenos
AI,,'~, Cimarrón, 1971.
I 1'111,Alberto: La otra cara de la conquista. Buenos Aires, Centro Editor de América
I "Iillll. l3iblioteca fundamental del hombre moderno. 1972.
, M,"'x. Carlos; Engels. Federico: La ideología alemana, Moscú. })rogreso. 1976.

134 135

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