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La competencia directa entre cultivo y maleza es por recursos que muchas veces son limitados
como son nutrientes, agua, luz y espacio. Sin embargo, también suele presentarse
competencia indirecta por la exudación y/o producción de sustancias alelopáticas. De manera
general, las malezas aparecen mucho más adaptadas a los agros ecosistemas que los cultivos.
La competencia entre el cultivo y la maleza se expresa por la alteración del crecimiento y
desarrollo de ambos.
Competencia por nutrientes. Las malezas a menudo absorben los nutrientes minerales más
rápido que muchos de los cultivos agrícolas, acumulándolos en sus tejidos en cantidades
relativamente grandes. En el cultivo de maíz por ejemplo, la cantidad de nutrientes removidos
por las malezas puede ir de 7 a 10 veces más que la realizada por el cultivo. Las malezas no
sólo tienen la capacidad de absorber y acumular nutrientes sino también la de reunir grandes
cantidades de materia seca. Competencia por agua.
La competencia por el agua. se presenta por debajo de la superficie del suelo entre las raíces.
La capacidad para absorber el agua por parte de las plantas, de manera general, se relaciona
con el volumen de raíces. Sin embargo, no sólo las dimensiones de las raíces es importante
sino también su capacidad para extraer agua. En general, para producir cantidades similares de
materia seca, las malezas transpiran más agua que la mayoría de los cultivos. En campos
altamente infestados de malezas la humedad del suelo puede ser agotada para cuando el
cultivo llega a su etapa de floración-fructificación, en donde presenta las mayores demandas
de agua. Tenemos por ejemplo que el uso consuntivo por el quelite cenizo (Chenopodium
álbum) es de 550 mm contra los 479 mm empleados para el cultivo de trigo, lo cual se debe a
la capacidad de las malezas de extraer la humedad a una mayor profundidad en relación a los
cultivos. Competencia por luz.
La competencia por luz. se presenta cuando una hoja o planta sombrea a otra y reduce su
suministro de luz por intercepción directa. Esta competencia se vuelve mayor cuando se tienen
altos niveles de fertilidad y niveles adecuados de humedad, ya que las plantas crecen de forma
vigorosa y tienen áreas foliares muy grandes. Las plantas con un mayor índice de área foliar
(IAF) presentan una ventaja competitiva contra aquellas que tienen un IAF pequeño. La
competencia por luz se vuelve más intensa cuando la densidad de plantas es mayor. La altura
de las plantas también es un componente importante en la competencia por luz, sobre todo
cuando las condiciones de humedad y nutrientes están en niveles de suficiencia.
Control mecánico
Se basa en la utilización de fuego y medios mecánicos, como herramientas manuales (azadón
y pala), tracción animal y maquinaria agrícola (arado y surcadora). Se pueden también utilizar
coberturas de plástico negro o de material natural (residuos de malezas y cultivos).
Control químico
A los matamalezas o herbicidas hay que darles un uso adecuado, puesto que pueden
contaminar el medio ambiente, afectar los pastos que queremos proteger y las personas que
los aplican.
Por su efecto sobre las plantas, hay herbicidas selectivos (que actúan sobre determinadas
especies) y no selectivos. Por la forma como actúan, pueden ser sistémicos (la planta los
absorbe y le causan la muerte) o de contacto (actúan directamente sobre el follaje y causan la
muerte por quemazón, corrosión, asfixia, etc.).
Control cultural
Los métodos culturales son aquellos que se han desarrollado de forma tradicional para
eliminar o reducir las malezas, tales como la rotación de cultivos, el uso de la cobertura viva,
las asociaciones de cultivos o el acolchado o mulch.
La FAO sostiene que las prácticas culturales para el manejo de malezas son compatibles con
las técnicas y estrategias de manejo integrado de plagas, son ambientalmente seguras y más
accesibles a de agricultores de bajos recursos.
Control integrado
El sistema integrado de control de maleza es el más efectivo, pues combina el uso de prácticas
culturales como fertilización, con prácticas de manejo como pastoreo racional, prácticas de
control mecánico como el corte y prácticas de control químico.
Los búfalos son una especie muy rústica que consume todo tipo de vegetación, incluso
malezas, por lo cual, en explotaciones de tierra caliente, preferiblemente con zonas bajas e
inundables, debe contemplarse la posibilidad de tenerlos.
Control biológico
La eliminación o reducción de malezas a través del uso de organismos específicos es una
opción positiva desde el punto de vista ambiental según la FAO, pero otros consideran que es
muy poco estudiada y difícil de aplicar.
Los agentes biológicos, una vez establecidos, pueden llegar a controlar las plantas indeseables
en lugares inaccesibles gracias a su gran habilidad de dispersión. El control biológico es
bastante específico, por lo que con su práctica se logra eliminar una especie de maleza.
Allí, se hace la multiplicación del agente para su posterior liberación en el campo. Con este
método de control se pueden usar insectos y ácaros, pero los patógenos son generalmente los
más usados con este procedimiento. Por ello es importante investigar y conocer la existencia
de organismos útiles para el control de malezas.
CLASIFICACION DE HERBICIDAS.