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Universalidad del Hecho Religioso y Sentido

de la Vida
Autor: Julio Antonio Mejía Rodríguez

El objetivo de este ensayo es analizar y argumentar sobre el valor que mantiene la religión a
la hora de interpretar el sentido de la vida, asimismo como ha ayudado a darle forma la
sociedad que conocemos hoy en día.
En la redacción de este ensayo, se consideraron los siguientes conceptos:
Religión, cultura, historia, propósito de la vida, metas espirituales y personales y felicidad
Desde la primera manifestación de la existencia del hombre, siempre han existido varias
incógnitas particulares las cuales han sido el dolor de cabeza de todos en algún punto de
nuestra simple y monótona vida. Entre las antedichas interrogantes, la que más sobresalta es:
¿Cuál es el sentido de nuestras vidas? A pesar de que la respuesta a esta pregunta juega un
papel clave en la búsqueda de la felicidad verdadera, los seres humanos aun no le han podido
dar un veredicto certero, y, de hecho, una gran parte de ellos han establecido la obtención y
la utilización de objetos tangibles como su propósito mayor, llevando a una gran distorsión
de lo que se define como la alegría permanente.
Lo cierto es, que la respuesta no se halla en el dinero o un nuevo auto, esta dentro de tu ser,
y tu misión con la mayor prioridad debería ser encontrarla. Pese que al principio sientas que
sin un propósito definido que puedes apreciar y palpar vas a perder todo rumbo previamente
alcanzado en tu vida, y aquí es donde entra la religión. La religión pretende asistir en la
investigación del conocimiento y el amor personal, lo cual conforma una parte fundamental
de aquella satisfacción duradera, al igual que le ofrece un camino claro y directo a tu viveza.
Sin embargo, el objetivo de la religión ha ido cambiando con la humanidad, pasando de ser
un instrumento de control utilizado por el gobierno hace muchos siglos, a un integrante
necesario en la creación de una comunidad y una cultura sana y dotada de ética, empleado
por todas las potencias mundiales para asegurar que todos los individuos que se sitúan en
estas regiones sepan comportarse de una manera empática, integral y humana. Volviendo a
mi punto central, la religión prácticamente nos ofrece todo lo que necesitamos para sentirnos
y ser, pues, humanos, dándole un propósito claro a nuestra vida: servir a los que se encuentran
a nuestro alrededor y velar por un trato equitativo que use al respeto como una base.
Igualmente, nos da algo en que creer, respondiendo el resto de las dudas que podrían haber
surgido gracias a la naturaleza curiosa del ser humano
Por estas y más razones es que podemos ver que la religión sigue siendo practicada en
virtualmente todas las partes del mundo, siendo una fracción vital a la hora de alcanzar las
metas que en realidad importan, las espirituales. Esto obviamente no significa que debemos
evitar el disfrute que nos trae trabajar de manera ardua para adquirir algo de nuestro agrado,
pero no podemos dejar que este sea el enfoque principal de nuestra realidad, en virtud de que,
estaríamos desperdiciando el tiempo en cosas que verdaderamente no nos podremos llevar a
nuestra tumba, ni serán nuestra salvación. Tenemos que permitir que la fe le de forma a la
dirección que tomara nuestra viveza y los propósitos que se exhibirán en ella.
Para concluir, la religión representa la base de lo que hace a una persona efectivamente feliz,
puesto que, contesta aquellas interrogantes existenciales que componen un fragmento
sustancial de la historia humana, consintiendo así la indagación de un propósito mayor que
pueda moldear nuestra vida. A raíz de esto, se ha ganado un lugar permanente en la cultura
general del mundo, en el cual desempeña una ocupación cuyo calibre es imposible de
calcular.

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