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Apolo y el Santuario de Delfos

★ Santuario de Delfos
Delfos se ubica en Fócida, Grecia Central, en el
acantilado de la roca Fedriades, y en las
estribaciones del monte Parnaso.

Asimismo, desde la época


micénica era un lugar de culto
pues había un santuario consagrado a una diosa minoica, asociada con la Tierra.
★ Llegada y establecimiento de Apolo a Delfos
Según la tradición, Apolo llegó a Delfos y
mató a quien habitaba y guardaba el
santuario, Pitón. Una vez completada la
hazaña, se crearon los juegos píticos en
honor y memoria de esta hazaña hecha
por el dios del arco y la flecha
(Metamorfosis I. vv. 415-451).
A pesar de que antes, en el siglo VIII a.C.,
ya había adivinación en Delfos, no fue
hasta el establecimiento del dios, junto a sus sacerdotes que regularon el uso del
oráculo y la fijación de las fechas religiosas según las fiestas de Apolo. Este oráculo es
importante en la historia helénica, pues intervino en los asuntos de colonización y
religiosos en relación con la política y el manejo de las polis.
★ La arquitectura en el santuario de Delfos
Este santuario se ubicaba
en una pendiente, de 130
por 190 metros de lado,
Había una Vía Sagrada
que cruzaba el santuario
hasta el templo de Apolo y
en sus alrededores, habían
pequeños templos llamados “tesoros” construidos por ciudades griegas y etruscas,
donde se guardaban ofrendas a Apolo.
★ El tesoro de Sifnos
Se data aproximadamente en el año 525 a.C. Esta
edificación se destaca por ser uno de los mejores
ejemplos del arte arcaico griego, precisamente por sus
ornamentaciones escultóricas. La entrada destaca por
sus cariátides, korés distintivas de lo arcaico, y su frontón
del este, el cual narra la escena cuando Heracles le robó a
Apolo su trípode, asimismo, el friso del este representa
escenas de la guerra de Troya, el del oeste el juicio de
Paris, el del norte la gigantomaquia y el del sur probablemente el rapto de una
mujer.
★ Piezas expuestas

Podemos observar en este detalle que


es un alto relieve, su fondo es siempre
neutro y tiene una superficie vertical
plana que limita la composición y un
plano frontal implícito, lo que da la
impresión de que la historia transcurre
en un escenario lateralmente y sin profundidad. Además, es destacable porque en
medio de la relativa rigidez del momento, los frisos de este tesoro se caracterizan por
lograr una buena representación del movimiento de los caballos.

Esta escultura, identificada como Apolo, podría


atribuirse a Calamis. El original griego se perdió, pero
existen numerosas copias, por ende, debió ser muy
estimada en la antigüedad. Comparando esta
escultura con una propia del periodo arcaico podemos
ubicarla dentro del estilo Severo, pues ya existe
contraposto en su composición, pero únicamente en
sus caderas. Asimismo, las facciones del rostro son más
suaves y realistas y responden a esa búsqueda del
arquetipo de belleza ideal.

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