Ficha Práctica
Ficha Técnica Insumos
TIERRA DE
DIATOMEAS (TdD)
Maria Campo Maruenda
Bióloga, agricultora ecológica
Mineral de origen vegetal constituido por esqueletos de algas
prehistóricas unicelulares microscópicas (algas fosilizadas)
que comenzaron a formarse durante el Cretácico. De ellas
se dice que hace millones de años yacían en el fondo de
lagos de agua dulce y al emerger la Cordillera de Los Andes,
quedaron al descubierto. Actualmente se encuentra
en forma de roca sedimentaria silícea formada
por minúsculas partículas silíceas fosi-
lizadas, llegando en algunos casos a
encontrarse hasta 500.000 por milí-
metro cúbico. Dichos corpúsculos
hospedaron a una de las primeras
expresiones de vida y gracias a la
unión de la sílice con la pectina se
formó un exoesqueleto muy resis-
tente capaz de resistir al paso del
tiempo.
Cuando es extraída, molida, tritu-
rada, tamizada y centrifugada
ésta se convierte en un refinado
talco, que puede ser manipulado de
manera segura. Una vez desmenuzada
se convierten en microscópicas briznas de
silicio.
Sus diminutos fragmentos son huecos y poseen acción insec-
ticida natural derivada de la capacidad de taladrar los cuerpos
de los insectos, provocándoles la muerte por deshidrata-
ción. Las agujas cortantes y perniciosas para los insectos,
son inofensivas para los humanos y los animales de sangre
caliente.
Su efecto insecticida fue revelado 50 años atrás, por opera-
rios de la empresa Phoenix Gems, pulidora de piedras semi-
preciosas. Por entonces el personal verificó que tras utilizarla,
invariablemente se advertía gran cantidad de insectos muertos.
Modo de acción
Mata a los insectos sin poner en peligro la vida de los animales,
plantas o seres humanos, gracias a su alta porosidad, poder
absorbente y sus microscópicas agujas de silicio. Sus minús-
culas partículas -huecas y con carga negativa- perforan los
cuerpos de los insectos absorbiendo sus fluidos, los cuales
mueren por deshidratación. Los insectos solo necesitan perder
el 10% de sus fluidos para que mueran. Una sola partícula de
diatomita puede absorber hasta en 200% su propio peso.
Los insectos presentan su armadura en el exterior y sus fluidos
vitales están contenidos y resguardados por una cober-
tura aceitosa o cerosa que revisten los poros. Si un cuerpo
es lo suficientemente pequeño y filoso estropeará su cerosa
cubierta matando al insecto por deshidratación.
En algunos casos actúa como repelente por el tamaño del
insecto, como por ejemplo el caracol, con lo cual se utilizara
una granulometría más grande y no en polvo fino.
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(Arriba) Diatomea. Autor: J St. John. (Abajo-Izda) Esqueletos de algas
fosilizadas formando el mineral, observado al microscopio.
El espectro de control es amplio: ácaros,
arañuelas, babosas, carcomas, chinches, cuca-
rachas, garrapatas, gorgojos, grillos, hormigas,
langostas, moscas, mosquitos, orugas, piojos,
polillas, pulgones, tábanos, termitas, topos,
etc.
Muchos cultivos suplementados con silicio
ganan en resistencia contra enfermedades
foliares y del suelo, provocadas por hongos,
bacterias, nematodos y virus. Sin embargo, es
importante destacar que el aporte debe ser continuo
porque de lo contrario el efecto protector disminuye o
desaparece.
Aplicado en semillas en seco, mejora su germinación posterior
al momento de la siembra y las protege de hongos y humedad.
Cómo aplicarla
Como insecticida se debe rociar agua sobre la planta con un
pulverizador (partículas muy pequeñas). La dosis recomendada
es de 3-5kg/ha, una o dos veces al mes, pero dependerá del
tipo de cultivo, así como de la masa vegetal que contenga, ya
que se debe alcanzar la mayor superficie foliar posible.
En caso de aplicaciones como fertilizante, la dosis recomen-
dada es de 1 kg/100 L.
Para conservación de semillas almacenadas, se recomiendan
2 kg/t.
Otras aplicaciones
Tiene un efecto fertilizante y recuperador de suelo, como bioca-
talizador para el aprovechamiento de los macro-nutrientes.
Aporta gran riqueza de minerales y oligoelementos, vitales
para el metabolismo de los tejidos vegetales. Esto ocurre
porque su composición es optima en; aluminio, antimonio,
bario, berilio, cadmio, calcio, cobalto, cobre, cromo, estaño,
estroncio, fósforo, hierro, manganeso, magnesio, mercurio,
níquel, plomo, plata, potasio, sílice, sodio, talio, telurio, titanio,
uranio, vanadio, wólfram, y zinc, entre otros, elementos que
tienen incidencia en el metabolismo de los tejidos, general-
mente ausentes en los suelos empobrecidos o agotados
Ayuda controlar moscas y otros parásitos que se desarrollan
en el estiércol, espolvoreada en seco (polvo muy fino) y no
diluido en agua semanalmente.
Ae - nº26 - invierno 2016