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Libro VII
(3) Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre
el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique
construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del
público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.
- Me lo imagino.
-Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que llevan toda clase de
utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de
diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan.
Este texto nos cuenta que las cosas tienen un modo de ser,
(4) -Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.
-Pero son como nosotros. Pues, en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o
unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la
caverna que tienen frente a sí?
-Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.
- ¿Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro lado del
tabique?
- Indudablemente.
Platon en este texto plantea la idea de la ignorancia del ser humano y de como este
solo cree en lo que conoce sin plantearse razonadamente nada se si es verdad o no lo
que ve
Esto se relaciona con el conocimiento de lo aparente y el conocimiento razonado que
permite llegar a la esencia de las cosas, es decir piensas en vez de limitarte a ver. La
mayoría de las personas se dedican a limitarse a observar la phisis
(5)-Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar
nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven?
- Necesariamente.
- Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y alguno de
los que pasan del otro lado del tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que
oyen proviene de la sombra que pasa delante de ellos?
- ¡Por Zeus que sí!
- ¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos
artificiales transportados?
- Es de toda necesidad.
Desde el punto de vista de platón los prisioneros del relato solo estarían ejerciendo el
conocimiento sensible, dentro de su teoría del conocimiento, es decir, que perciben su
realidad a través de los sentidos los cuales son poco fiables y por tanto no se adquiere a
través de este conocimiento verdadero, sino una opinión. Por tanto, a través de esta vía,
la de la opinión, no se podrá alcanzar nunca el conocimiento verdadero, y al no conocer
de verdad son ignorantes.
(8)- Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo
antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado
y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno
solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos?
- Por cierto, al menos inmediatamente.
La idea del texto la dificultad que tiene el ejercicio de la razón, el pensamiento racional
(9)- Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer
lugar, miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres
y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos.
A continuación, contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo,
mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la
luz del sol.
- Sin duda.
- Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros
lugares que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí y por sí, en su propio
ámbito.
- Necesariamente.
(10)- Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las
estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo
es causa de las cosas que ellos habían visto.
- Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones.
El bien es la idea mas abstracta y existe por si mismo y es origen de todo cuanto existe
si esta idea nada existiría ya que es el bien origen de todo. El bien, causa de la
existencia de todo cuanto hay
(11)- Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus
entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y
que los compadecería?
- Por cierto.
- Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las
recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos
que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de cuáles habían
desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de ellos que fuese capaz
de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría deseoso de todo eso y envidiaría
a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al
Aquiles de Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre
pobre» o soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar
y a aquella vida?
-Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida.
Y esto es así ya que ha descubierto el conocimiento y este le permite ver que aquella
vida que tenia en la caverna era cutre y absurda una vida orientada a lo concupiscible, y
al haber salido al exterior y haber conocido el verdadero conocimiento se compadece de
sus compañeros al haber conocido la justicia y el bien, y vuelve a por ellos para tratar de
mostrarles la forma de recorrer ese mismo camino que el ha recorrido.
(12)- Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no
tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?
- Sin duda.
- Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con
aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente
hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se acostumbraran en un tiempo
nada breve,
¿no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo
alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar
hacia arriba?
Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran
tenerlo en sus manos y matarlo?
- Seguramente.
(13)- Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que
anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la
vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol;
compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino
del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy
esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo
caso, lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con
dificultad, es la Idea del Bien.
Compara el mundo en el que vivimos con una caverna, y ese hombre que sube es el
alma que se eleva a un mundo mas abstracto y lo que hay al final de ese camino de
conocimiento es el bien.
(14) Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y
bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el
ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es
necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en
lo público.
- Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible.
Aquel cuya alma se eleve al máximo y ve el bien, se da cuenta de que este es la causa de
que exista todo lo bueno, bello y maravilloso cuanto existe. Gracias al bien existe lo
sensible y todo cuanto se conoce se conoce gracias al bien, y es necesario tenerla en
vista para obrar de forma adecuada y obrar con sabiduría, solo si conozco el bien obrare
con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.