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El Mito de la Caverna (alegoría que aparece en el libro VII del diálogo La República y del que está entresacado el fragmento que
estamos comentando), es un relato a través del cual Platón expone metafóricamente:
1º su doctrina ontológica dualista de los dos mundos (mundo sensible y mundo inteligible)
2º su doctrina epistemológica de los dos tipos de conocimiento: opinión/doxa y ciencia/epistheme (así como de los cuatro
subgrados correlativos en los que éstos se dividen: imaginación y creencia, la doxa; dianoia y nóesis, la epistheme). Por
estos grados, escalonadamente, ascenderá el sabio en su camino desde la ignorancia hasta el conocimiento.
Pasemos ya a analizar las principales ideas del Mito de la caverna. Según Platón:
1º INTERPRETACIÓN/SIGNIFICADO ONTOLÓGICO DEL MITO:
El mundo material (la caverna y sus sombras) que percibimos con los sentidos es cambiante, efímero e imperfecto. Pero el mundo
de las Ideas (el mundo exterior a la caverna) al que acceden los filósofos por medio de la razón y en cuya cúspide se encuentra la
Idea de Bien (el Sol) es inmutable, eterno y perfecto.
2ºINTERPRETACIÓN/SIGNIFICADO EPISTEMOLÓGICO DEL MITO:
La mayor parte de la humanidad se contenta, lo mismo que los prisioneros de la caverna con un mero conocimiento dóxico,
prefiriendo vivir en un mundo de sombras, de apariencias, que en la verdadera realidad. Sólo los filósofos salen de la caverna y
aprenden a percibir las cosas tal como realmente son, alcanzando un conocimiento verdadero, epistémico. Solo los filósofos como
Sócrates (representado por el prisionero liberado) recorren este camino que conduce de la ignorancia al saber. Las etapas de dicho
camino (que corresponden con los subgrados de conocimiento) son las siguientes:
1º conocimiento conjetural de imágenes (de las sombras de la caverna)
2º conocimiento perceptivo de las cosas corpóreas del mundo sensible (de los objetos de la caverna)
3º conocimiento dianoético de los entes matemáticos (de los reflejos de los objetos del mundo exterior a la caverna)
4º conocimiento noético de las Ideas y de la Idea de Bien (de los objetos del mundo exterior y del Sol).
3º INTERPRETACIÓN/SIGNIFICADO ÉTICO-POLÍTICO DEL MITO:
Finalmente, es un deber para los filósofos, para aquellos que han accedido a la verdadera realidad de las Ideas, retornar a la
caverna con la misión de mostrarles a los prisioneros, a aquellos que permanecen aún cautivos dentro de ella, cuál es el camino
que les conduce a la verdadera realidad. Platón nos quiere decir con ello que es tarea de los filósofos, por haber logrado alcanzar
el conocimiento de la verdad y del bien, hacerse cargo del gobierno de la polis (doctrina del filósofo-rey), aunque el precio que
tengan que pagar por ello, por retornar a la caverna, sea la incomprensión o incluso la muerte, en una velada referencia al trágico
destino de su maestro Sócrates.
CONCLUSIÓN DE LA ALEGORÍA
1º La última parte del mito está dedicada a explicar que representan algunas de las figuras utilizadas en la alegoría de la
caverna:
- la caverna representa alegóricamente el mundo sensible (el universo físico y corpóreo en el que vivimos)
- la hoguera que ilumina el interior de la gruta representa el Sol (pero atención, el astro real, no el alegórico del relato)
- el camino recorrido por el prisionero representa todas los grados y etapas por las que pasa el alma en su tránsito hacia
el mundo de las Ideas.
2º El mito concluye afirmando que en la cúspide o “final” del mundo inteligible se encuentra la Idea de Bien, Idea que es:
-en el mundo inteligible: fuente de toda verdad e inteligencia
-en el mundo sensible: causa de todas las cosas rectas y bellas, así como de la luz que ilumina dicho mundo
- para el ser humano: condición de la virtud tanto ética como política: “del obrar con sabiduría tanto en el ámbito
privado como en el público.
TEXTO MENÓN
SÓCRATES.- “(…)Así, pues, para el alma, siendo inmortal, renaciendo á la vida muchas veces, y habiendo visto- todo lo que
pasa, tanto en esta como en la otra, no hay nada que ella no haya aprendido. Por esta razón, no es extraño que, respecto á la
virtud y á todo lo demás, esté en estado de recordar lo que ha sabido. Porque, como todo se liga en la naturaleza y el alma todo
lo ha aprendido, puede, recordando una sola cosa, a lo cual los hombres llaman aprender, encontrar en sí misma todo lo demás,
con tal que tenga valor y que no se canse en sus indagaciones. En efecto; todo lo que se llama buscar y aprender no es otra cosa
que recordar. Ninguna fe debe darse al tema, fecundo en cuestiones, que propusiste antes; porque sólo sirve para engendrar en
nosotros la pereza, y no es cosa agradable dar oídos sólo á hombres cobardes. Mi doctrina, por el contrario, los hace
laboriosos e inventivos. Así, pues, la tengo por verdadera; y quiero en su consecuencia indagar contigo lo que es la virtud.
MENÓN.- Consiento en ello, Sócrates. Pero ¿te limitarás á decir simplemente que nosotros nada aprendemos, y que lo que se
llama aprender no es otra cosa que recordar? ¿Podrías enseñarme cómo se verifica esto?
SÓCRATES.- Ya te dije, Menón, que eres muy astuto. En el acto mismo en que sostengo que no se aprende nada y que no se hace
más que acordarse, me preguntas si puedo enseñarte una cosa; para hacer que inmediatamente me ponga así en contradicción
conmigo mismo.
MENÓN.- En verdad, Sócrates, no lo he dicho con esa intención, sino por puro hábito. Sin embargo, si puedes demostrarme que
la cosa es tal como dices, demuéstramela.”
Análisis del texto
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento del Menón, pero antes vamos
a contextualizar la temática del texto en el pensamiento del autor. El diálogo platónico “Menón”, en el que
Sócrates entabla una conversación filosófica con un joven aristócrata llamado Menón, trata acerca de la cuestión de si la virtud
puede o no ser enseñada. En esta obra, Platón expondrá sus nuevas convicciones pitagóricas sobre la inmortalidad y la
transmigración de las almas enlazándolas con una original teoría del conocimiento entendida como reminiscencia (anamnesis).