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HISTORIA Y
ORGANIZACIÓN DEL
CUERPO DE BOMBEROS
Programa de la materia
El propósito de la asignatura, como parte del plexo curricular del Curso de Formación Inicial para Aspirantes
a Bomberos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A.), se vincula al aporte de contenidos vinculados a la
descripción de los orígenes de los Servicios de Bomberos en el mundo y en particular en el ámbito nacional y de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para una adecuada comprensión de la realidad sobre la base de la descripción
cronológica de la evolución institucional. En idéntico sentido se abordan las características generales de la ciudad
de Buenos Aires como escenario operativo y la organización interna del Cuerpo de Bomberos.
Los contenidos de la asignatura, se encuentran relacionados con contenidos de l as materias: Marco Legal de
actuación para el Bombero I, Bioseguridad y primeros auxilios, Psicología de la emergencia y de la intervención en
crisis, Régimen de intervención del Cuerpo de Bomberos y comunicación de la emergencia I, Equipamiento
Profesional I, Técnicas de Búsqueda y Salvamento I, Dinámica de incendios, Aproximación al ámbito laboral I.
Objetivos:
Conocer los fundamentos históricos de la profesión y su evolución en el orden local como marco de referencia
del Cuerpo de Bomberos de la C.A.B.A.
Promover en el bombero un sentimiento de pertenencia al Cuerpo de Bomberos donde prestará sus servicios,
despertando la conciencia de lo trascendental de su labor y de la dignidad con que debe ser desarrollada.
Identificar las características generales del ámbito geográfico que la C.A.B.A. representa como escenario
operativo del Cuerpo de Bomberos.
Reconocer la organización interna del Cuerpo de Bomberos y especialmente de sus Estaciones y
Destacamentos.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Metodología de trabajo: Modalidad teórica expositiva y práctica participada. En base a las exposiciones de cada
docente, se estimulará la participación de los cursantes a través de debates sobre temas determinados y la
comprensión de materiales (publicaciones, planos, videos, grabaciones de audio, etc.) cuya correspondencia con
los temas del programa de contenidos y los objetivos sea evidente.
Trabajos prácticos: Análisis e informes individual o grupal del material suministrado o sugerido. Debate de temas
relacionados con la temática de la asignatura.
Bibliografía:
Bibliografía Obligatoria: En virtud de la naturaleza de los contenidos incluidos en cada una de las unidades de
desarrollo, se halla representada por recopilaciones de diversas fuentes bibliográficas y las normas reglamentarias
citadas en cada caso, las cuales se incluyen íntegramente como parte del Manual de la Materia.
Bibliografía Ampliatoria: “Manual de Bomberos” Teniente Coronel José María Calaza, Jefe del Cuerpo de
Bomberos de la Capital. Imprenta del Departamento Nacional de Agricultura 1887. “Las Milicias del Fuego”
Francisco L. Romay Comisario (J.) de la Policía Federal. Biblioteca Policial 1955. “Apuntes Profesionales” Dirección
Bomberos de la Policía Federal. Biblioteca Policial 1953. “La fantástica historia de España y América a través del
Fuego” Manuel Pascual Pons. Ediciones M. Pascual Pons 1980.
Procedimiento de evaluación y criterio de promoción: A través de dos exámenes parciales y una evaluación
final. La aprobación de cada examen parcial se obtiene con la calificación cuatro (4) y, en caso de ser inferior o no
haberse presentado en la fecha indicada, se tomará un examen recuperatorio. En caso de nueva ausencia o una
nueva calificación inferior a cuatro (4) puntos, el alumno perderá la condición de Regular
Evaluación de proceso: Los exámenes parciales serán escritos, individuales y bajo dif erentes modalidades
incluidas en el mismo examen: sistema de alternativas múltiples o de desarrollo; Identificación de frases bajo la
modalidad Verdadero/Falso. Previo a cada examen se dedicará un lapso para la evacuación de consultas que no
hayan sido oportunamente formuladas durante el desarrollo de los encuentros.
Evaluación de resultados: La evaluación final puede ser del tipo oral o escrito, dependiendo de las áreas
deficitarias que el alumno haya exhibido durante la cursada. En todos los casos, será individual y estará a cargo de
cualquiera de los integrantes del equipo docente de la materia.
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VERSIÓN PRELIMINAR
La lucha organizada contra el fuego es casi tan antigua como la vida misma. Comienza cuand o el hombre
primitivo, al observar que la lluvia sofoca el fuego producido por un rayo en el bosque, deduce que es eficaz
enfrentar elemento contra elemento. Y por ello une pieles de animales para transportar el agua de extinción que
protegerá del incendio a las viviendas del poblado.
Esta prevención surge como necesidad cuando el fuego se vuelve contra el hombre y su medio. El fuego, calor
y bienestar, es también condenación. Su llama es alimento del hogar, pero igualmente puede ser destrucción y
muerte. El hombre que en principio sintió temor ante el fuego, aprendió que ya dominado, por su misma posesión
y proximidad, no debía sentir indiferencia hacia él.
Así, cuando estos pueblos primitivos descubren la agricultura y se sirven del fuego para despejar el bosque,
deben evitar también que no se extienda peligrosamente y alcance los poblados. De la misma forma, cuando
cazan, pescan o practican el pastoreo y el viento esparce el fuego del hogar, se producen incendios, lo que implica
una permanente necesidad de control.
Para la extinción, además del agua que combate el fuego, se golpean y abaten las llamas con ramajes, o bien
se cubre con tierra el fuego inicial. Son técnicas simples pero efectivas, empleadas durante siglos, que serán la
base del conocimiento de la naturaleza del fuego, para aplicar después métodos más idóneos de extinción.
De los mismos tiempos proceden las primeras técnicas ignífugas de la historia. Cuando entre poblados rivales
surge la guerra y el pillaje, se utiliza el fuego como arma y amedrentamiento. Para evitar la destrucción de las
chozas, los defensores cubren techos y paredes con arcilla para protegerlas del fuego enemigo.
Con estos conocimientos objetivamente importantes en la lucha contra incendios, transcurre toda una época
indeterminada en la vida de los distintos pueblos que habitan el mundo. En épocas posteriores de la historia,
navegantes y aventureros procedentes de distintas latitudes, llegan a otras costas y establecen contactos con las
tribus indígenas. De esta relación, las poblaciones autóctonas adoptan beneficios de culturas más avanzadas.
El fuego, ha sido y es el servidor universal e indispensable de la humanidad, está íntimamente ligado con casi
todas las operaciones de la vida, y es no solamente necesario para el bienestar del hombre, sino también para su
propia existencia; pero cuando el servidor se convierte en amo, quiere gobernar, y es el amo más cruel y riguroso.
Entonces el fuego es el enemigo universal. No respeta ni rango ni riqueza, tanto el hombre p obre como el hijo de
la fortuna, son igualmente sus víctimas. Trata igualmente el palacio del soberano, o la tienda del mercader, como
la humilde choza del artesano. Todas las clases y condiciones, sin distinción de edad, rango o sexo, están
expuestas a sus inhumanos ataques.
Por esto, todas las ciudades del mundo han conocido por experiencia propia, desde sus primitivos tiempos,
los estragos causados por las llamas devoradoras. En Francia, en tiempos de Childeberto 1°, el fuego destruyó las
casas edificadas sobre el puente que separaba la isla de la Cité del Grand Chatelet. París fue otra vez quemado
enteramente bajo el reinado de Chilperic 1°, en 585 y lo fue igualmente bajo el reinado de Dagoberto 1°.
En tiempos del abad Ebrahim, año 846, los Normandos después de saquear, quemaron la abadía de Saint
Germain-des-Prés, más conocida en esa época con el nombre de Saint Vincent. En los años 856 y 857 entraron
los Normandos en París, y una vez saqueada la incendiaron, dejándola reducida a un montón de cenizas y lo que
se había salvado en la primera invasión, fue destruido en la segunda.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Los bárbaros del Norte la incendiaron aún más veces y también en 1034, bajo el reinado de Enrique 1°, hubo
un gran incendio que fue imposible extinguir. El lunes de Pascua de 1360, después de la funesta batalla de Poitiers,
en que el Rey de Inglaterra a la cabeza de su ejército victorioso marchaba sobre París, el regente del reino que
más tarde llevaría el nombre de Carlos V, dio orden de quemar los arrabales de Saint Germain-des-Prés, de Notre
Dame-des-Champs (Saint Jacques) y de Saint Marceau, a fin de que los ingleses que llegaban por la izquierda del
Sena, no encontrasen donde alojarse. Apenas una que otra casa se libró de este incendio, ordenado por el bien
del Estado. En 1780, se quemó el Royal Theatre de Glasgow, siendo numerosos los casos de incendios
desarrollados en teatros de todo el mundo.
En Boston, el incendio del 9 de noviembre de 1872, destruyó 776 casas, arrasando una superficie de 26
hectáreas, y lo que es más aterrador, es que, de las 776 casas, 709 eran de piedra, y sólo 67 de madera. En
Iquique (Chile), el 20 de octubre de 1880 hubo un terrible incendio y el 11 de marzo de 1883 fueron consumidas
quince manzanas por el fuego.
A principios de 1883 hubo un horroroso incendio en Jamaica, que consumió toda la parte comercial de
Kingston. El fuego se extendió a 54 manzanas de casas, y redujo a cenizas más de 300 edificios; las pérdidas fueron
millonarias, además de quedar sin hogar más de 7.000 personas.
También las crónicas históricas de otros pueblos, presentan grandes y espantosos incendios; pero la intención
no resulta describir cada uno de ellos, sino significar que desde la antigüedad, en todas partes del globo, han
tenido y tienen lugar incendios en mayor o menor escala, y que cada pueblo ha debido crear para su seguridad
cuerpos o compañías de bomberos más o menos organizados, a fin de combatir a este voraz flagelo que invade y
reduce a cenizas todo cuanto halla a su paso, ocasiona grandes desgracias y causa pérdidas irreparables.
En efecto: ¿Cuántos edificios no han sido por el fuego convertidos en un montón de cenizas? ¿A cuántas
familias no ha dejado en la más terrible miseria? ¿Cuántos caudales no han desaparecido en un instante?
¿Cuántas y cuan numerosas víctimas pueden agregarse a estos desastres?
Así se explica que apenas cunde la noticia de haberse producido un incendio, el espanto y la consternación se
apoderan de cuantas personas se creen amenazadas en sus vidas e intereses; los medios que se tomen para su
defensa son entonces, de importancia e interés universal.
Desde la edad más temprana se ha sentido esta necesidad. Antes de la Era Cristiana, se formó una organización
en la importante capital del reino de Nabucodonosor (Nabucodonosor II es probablemente el gobernante más
conocido de la dinastía caldea de Babilonia. Reinó entre el año 604 a. C. y el 562 a. C. Es conocido por la conquista
de Judá y Jerusalén, y por su monumental actividad constructora en Babilonia, como los fa mosos Jardines
Colgantes de Babilonia), en las orillas del Éufrates, para la protección de la ciudad contra un poder que
generaciones anteriores habían adorado y que es mirado aun en todas partes del mundo civilizado con horror e
imponente desmayo.
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VERSIÓN PRELIMINAR
A este período de la historia del mundo pertenece la invención de las máquinas contra incendios y el honor se
atribuye a Ctesibius o Ctesbius, un ingeniero de Alejandría, en Egipto, quien vivió en tiempo de Ptolomeo,
Filadelfio y Euergetes.
Esta máquina funciona con principios semejantes a los de las bombas a mano contra incendios fabricadas a
finales del siglo XIX. Tenían una cámara de aire o receptáculo de aire como generalmente se llama, dentro del
cual el aire era comprimido; así se observa que Ctesibius era conocedor de esta importante ley neumática, o sea
la elasticidad aumentada del aire comprimido; y las bombas de presión del ingeniero egipcio eran evidentemente
capaces de impulsar agua en corrientes continuas. A él también se le atribuye la invención de la “Bomba de agua
Babilonesa” que suplía las fuentes de la ciudad con agua del Éufrates como también los canales y los jardines
colgantes de las murallas de esa ciudad.
La primera máquina de incendio se llamó “Sifón” y es su sola invención digna de figurar entre las de los grandes
ingenieros de los tiempos antiguos. Casi contemporáneo con Ctesibius fue Hero, también de Alejandría, autor del
poema “Spiritalia” cuya traducción fue publicada en 1583. En esta obra se ven grabados que muestran vasijas
esféricas que contienen agua con tubos de expulsión que descienden perpendicularmente a ellas. Pequeñas
bombas o jeringas se adaptaban a estas vasijas, como para que el aire pudiera ser forzado interiormente para
causar la evacuación del agua. Pliny en su libro 19º dice que, “el agua siendo forzada para afuera por bombas o
de una manera semejante, sale con la fuerza del viento encerrado”.
La bomba de Hero tenía muchas ventajas sobre la de su predecesor, y poseía varias semejanzas con ella;
posteriormente aparecieron como invenciones bombas dobles, cámaras de aire, válvulas con guardas para limitar
su excesiva elevación; en síntesis, los principios esenciales de la bomba de Hero, han sido utilizados y son
empleados en la ingeniería contra incendios. Estas bombas de incendio poco a poco dejaron de usarse, por lo que
su manufactura. El sifón de los antiguos fue transformado en la jeringa de la edad media y moderna. Esta jeringa
o “chorro” estuvo en uso general en toda Europa aun hasta principios del siglo XVIII. Exis ten referencias de
haberse utilizado en el gran incendio de Londres en 1666.
El principio de las bombas de incendio fue, de alguna manera, redescubierto en Alemania por el año 1650,
cuando Juan Hautsch de Nuremberg, fabricó una bomba que arrojaba un chorro de agua a una altura de 25,2 a
31,5 m. Anteriormente, Mauricio en Londres había fabricado bombas a presión; pero la de Hautsch, parece haber
sido la primera máquina moderna capaz de arrojar una corriente de agua a una elevación regular. Es dudoso si
esta bomba poseía recipiente de aire y fue cerca de cien años después cuando se hizo tan importante reforma,
conocida curiosamente dieciocho siglos antes y empleada extensivamente en la fabricación de bombas de
incendio.
En 1699, en París, un gentil hombre provinciano, Mr. Duperrier, convencido de la utilidad de las bombas que
había visto emplearse en Holanda y Alemania, obtuvo de Luis XIV el privilegio de hacerlas construir y venderlas él
exclusivamente durante treinta años. El rey obsequió por entonces una docena de estas máquinas a la Sociedad
de París. Tal como rezaba la inscripción que se leía en la puerta del Directorio de las Bombas, que al fin de la
Regencia se hallaba situado en la calle Mazzarino “Bombas públicas del Rey para remediar los incendios sin que
nadie esté obligado a pagar nada”.
Desde el tiempo en que Juan Hautsch asombró a los hombres sabios de Alemania con la construcción de su
máquina, hasta la bien conocida máquina de Newscham en Inglaterra, muchos ensayos en detalle se han hecho,
tanto en esa nación como especialmente en Holanda, en donde se fabricó la primera bomba capaz de absorber,
a través de un conducto de succión, siendo su fabricante Jan Van der Heide. En 1725, todavía Richard Newscham,
dio un gran paso, respecto de sus antecesores, y dio al mundo un extinguidor de incendios, verdaderamente
progresista.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Se logró con el uso de una máquina de Newscham, arrojar un chorro de agua a casi 50 metros de altura, la
misma tenía mangos en los costados para bombear, recipiente de aire y bombas de doble acción, con válvulas de
suela. Un escritor de la Gaceta de Londres en 1752, expresa la opinión general de Inglaterra, cuando dice que
Newscham ha hecho a su país un majestuoso regalo, mayor que si hubiese añadido a la Gran Bretaña algunas
provincias.
Las máquinas contra incendio fueron reducidas a una forma simple y práctica, con la adopción principalmente
de cámaras separadas para contener las válvulas, en vez de colocarlas dentro de los cilindros y recipientes de aire,
como se había hecho anteriormente.
Las bombas de incendio a vapor fueron inventadas en 1829 por Ericsson y la primera fue construida en Londres
por los señores Braithwaite y Ericcsson durante aquel año. Como todo adelanto radical, tropezó en principio con
una gran oposición, tanto de aquellos que eran ignorantes completamente en la materia, como también de
muchos que lo conocían suficientemente, pero trataban de desacreditarla por sus conocimientos preconcebidos.
Entre estos últimos estaba el señor James Braidwood, primer superintendente de la brigada de incendios de
Londres, el cual muriera aplastado por una pared, combatiendo el incendio declarado en un edificio de la calle
Tooley, el 22 de junio de 1861, cuyo nombre quedará ligado honorablemente con los adelantos de máquin as de
extinguir incendios. La disputa entre el Sr. Braidwood y los inventores de la bomba contra incendios a vapor,
llamó en ese tiempo mucho la atención, y la oposición manifestada por éste a la moderna invención, retardó
considerablemente el uso práctico de estas máquinas por varios años.
En el año 430 A. C., Atenas y otras ciudades del mundo heleno, tenían nyctophytakes o guardias nocturnos
que efectuaban rondas y daban la alarma al producirse un incendio. Egipcios y hebreos tuvieron un servicio
semejante en sus principales poblaciones y en Roma durante la República, existía una guardia nocturna de
esclavos en previsión de incendios, adscritos a la “Familia Pública” y al mando de magistrados especiales con el
nombre de Tresviri Nocturni al principio y después de Decembiri Nocturni o ediles incendiorum extinguedorum.
En el año 22 A. C., y reinado de Augusto, un grave incendio en Roma impulsa al Emperador a organizar una
verdadera milicia. Aumenta el número de esclavos a 600 y los confía a un praefectus vigilum. En el año 6 de la era
cristiana, Roma requiere como ciudad, la reestructuración de sus servicios públicos y Augusto reorganiza el
Cuerpo de Vigiles, ampliándolo a 7000 hombres. Ordena dividir a Roma en 14 distritos y se crean 7 áreas de
protección. A cada área se asigna una cohorte de mil vigiles y cada cohorte es a su vez dividida en diez centurias.
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VERSIÓN PRELIMINAR
En lo que hace a la conducción, cada una de estas cohortes estaba a las órdenes de un tribuno y todas ellas
al mando del praefectus vigilum. Los vigiles eran ahora libertos y aunque no soldados, se les consideraba una
fracción del ejército permanente, pero no podían ser inscritos ciudadanos romanos. Por lex Visellia, en el año 24
después de Cristo, se les concede el derecho de ciudadanía, al cabo de seis años de servicio como bomberos.
Las funciones básicas en la lucha contra el fuego corrían a cargo de los medicii, vexillarii, siphonarii, aquarii,
centonarii, emitularri y sebaciarii. Los medicii, en número de cuatro por cohorte, auxiliaban a los accidentados en
el curso de los trabajos de extinción; los vexillarii eran los porta insignias de los vigiles, pues como el Cuerpo no
era de formación regular no poseía signa sino vexilla (una por centuria); los siphonarii tenían a su cargo la
manipulación de los siphos o bombas; los aquarii eran responsables del suministro de agua a las bombas; los
centonarii tenían la misión de la colocación y mantenimiento de centones (cubiertas de lana que empapadas en
agua servían para sofocar los conatos de fuego); los emitularii se ocupaban del salvamento de personas y tendían
colchones especiales para rescatar a los que se arrojaban por las ventanas, escapando del fuego.
En cuanto a los sebaciarii, auxiliares del Cuerpo, su cometido era facilitar el alumbrado necesario en tareas
nocturnas de extinción, ya que tenían a su cuidado el mantenimiento del alumbrado público en general de la
ciudad. El material complementario de los vigiles eran escaleras (scalae); cubos (amae, fabricados de soga tejida
y entrelazada); arpones o garfios (porticae); hachas (dolobrae); esteras (formionae); escobas de pala (securae);
esponjas (spongiae), y otros útiles de menor importancia. Igualmente, cada cohorte disponía de mayor o menor
número de siphos, según la importancia o especial riesgo de su de marcación.
En cuanto a la potestad jurídica de los Cuerpos de Bomberos, el praefectus vigilum tenía facultad de juez para
juzgar cualquier acto punible relacionado con los siniestros y cuando un incendio se sospechaba intencionado, el
Prefecto administraba justicia ordenando una serie de latigazos o la cárcel, según la importancia del hecho. De la
misma forma, se aplicaban castigos cuando un carruaje obstruía el libre tránsito de los bomberos, el Prefecto
ordenaba su arresto con juicio inmediato. El jefe del servicio era seleccionado generalmente por el Emperador
entre la aristocracia romana y uno de los prefectos de mayor renombre en aquella época fue Aeneas Cyrenus, de
glorioso recuerdo.
Esta primera gran organización contra incendios de la historia, considerada modelo para su tiempo, no se
centró únicamente en Roma. Las principales provincias del Imperio contaron también con este importante
servicio. Desde Bitinia en Asia Menor hasta Britania, al otro extremo de Europa, hubo Cuerpo de Vigiles en Gre cia,
África, Galias, Hispania, etc. Inscripciones en piedra, historia escrita, restos arqueológicos y otros datos
fehacientes, han plasmado con exactitud este importante tipo de organización en la vida del pueblo imperialista
más grande de la antigüedad.
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VERSIÓN PRELIMINAR
La Prevención Colonial
A partir de la creación del Virreinato del Río de la Plata, con asiento en Buenos Aires, comenzaron a observarse
algunas disposiciones relativas a la prevención de incendios. Estaban inspiradas en casi dos siglos de cons tante
crecimiento. La chatura del conglomerado urbano, donde los ranchos de adobe y paja constituían focos de peligro
permanente, se interrumpía por sólidos edificios coronados de tejas y majestuosos campanarios que bordeaban
la Plaza Mayor. Se trataba en sí, de prohibiciones orientadas a proteger la edificación de riesgos elementales que,
repetidos, hacían necesaria su consideración.
Se impedía la construcción de viviendas con techo de paja, el acopio de cantidades inusuales de leña y pólvora
o la quema de fuegos de artificio aprovechando la celebración de cualquier festividad. Sin embargo, el
cumplimiento de las normas era ocasional, contravenidas incluso por el propio gobierno que las dictaba. Fue así
como la noche del 16 de agosto de 1792, se amenizaba con pirotecnia una celebración religiosa en el atrio de la
Iglesia de San Juan Bautista (Adolfo Alsina nº 800). En tal circunstancia, uno de los cohetes cayó
espectacularmente sobre el techo de paja del primer teatro que tuvo Buenos Aires, llamado la “Casa de Comedias
de la Ranchería”, levantado en el año 1778 en lo que sería actualmente la intersección de Perú y Alsina. Dicha
construcción no soportó el rigor del fuego, quedando reducida a cenizas.
La madrugada del 19 de diciembre de 1779, una violenta tormenta eléctrica cubría el cielo de la “Gran Aldea”.
En el barrio de San Telmo, a unas 20 cuadras de la Plaza Mayor, un rayo descargó su potencia irresistible. Los
habitantes despertaron angustiados, sacudidos por el estallido de 25 toneladas de pólvora, acumulados en el
almacén principal de la época. La mayoría de los vidrios de las casas cayeron en añicos, cubriendo las calles
aledañas. Por rara casualidad no hubo desgracias personales; el profundo sentimiento religioso de los habitantes
indujo al Virrey a ordenar una misa solemne en la Iglesia Catedral, fijando la fecha como aniversario de acción de
gracias.
Las normas reseñadas someramente, solían reiterarse con frecuencia, dado que, la ausencia de un organismo
fiscalizador de su cumplimiento hacía que cayeran con facilidad en el olvido. Uno de los últimos bandos del
período virreinal, fue dictado por Cisneros el 22 de diciembre de 1809, contenía instrucciones para los llamados
“Alcaldes de Barrio”, quienes tomaban el mando de los grupos de vecinos idóneos (especialmente, albañiles,
carpinteros, herreros y aguateros), al producirse un incendio en su zona de control. Por ese entonces, la ciudad
estaba dividida en cinco “Cuarteles” cada uno de los cuales comprendía cuatro “Barrios”.
Producida la Revolución de Mayo, los problemas crónicos de la ciudad, continuaban preocupando a las
autoridades. Se sancionó una nueva “Instrucción Provisional de las Obligaciones de los Alcaldes de Barrio¨, que
contenían disposiciones para conservar el orden en los incendios, “y tratar de asegurar un acertado control de
sus distritos”.
Estas normas no diferían de las anteriores; la única medida de carácter preventivo realmente novedosa para
la época fue la de instalar pararrayos en los depósitos de pólvora. Durante muchos años todavía la ciudad
conservaría su inmutable aspecto colonial, lo mismo que las instituciones y las costumbres de la gente. Si bien en
1821 con la abolición de los Cabildos se introducen nuevas estructuras administrativas, pasaría todavía casi medio
siglo para que concretara la asignación de un servicio de bomberos.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Tomando como punto de partida los tiempos contemporáneos a la segunda y definitiva fundación de Buenos
Aires, efectuada en el año 1580 por Don Juan de Garay, en lo que hace a los episodios de incendios, se destaca la
predominancia de las construcciones de barro y paja, material este último sumamente combustible.
En esa época los incendios eran combatidos por los Alcaldes de Barrio, Oficiales y Tropa de la guarnición
militar, con la colaboración de los vecinos. Los elementos utilizados son los que se han de emplear durante
muchos años: baldes con agua, cadena de brazos y muchas veces derribando techos y muros de la fin ca
incendiada, en procura de tratar de sofocar el incendio y evitar la propagación a las viviendas linderas.
Además de las casas, resultaban amenazantes los incendios de campos, por lo cual comienzan a tomarse
medidas preventivas para evitar este tipo de siniestros. Una de ellas consistía en la prohibición de prender fuego
en los campos, sin antes levantar los granos y frutos.
En tal sentido, además, se establece que ante la producción de un incendio concurran representantes de la
Justicia, Tropa y Alcaldes de Barrio, obligando a los carpinteros, albañiles y aguateros a que brinden asistencia a
las autoridades, imponiendo la obligación a los vecinos para que acarreen agua desde los pozos cercanos.
Con la creación de la Municipalidad, en 1856, nace la inquietud oficial de crear un Cuerpo de Bomberos, ya
que su propia Ley Orgánica, le otorga facultades como para concretarlo. Dicho objetivo, sin embargo, no llega a
realizarse por falta de recursos. La policía en función dualista atiende los problemas de los incendios con su
personal de "Vigilantes" y "Serenos” y el apoyo inestimable de la población.
Historiar el desarrollo del Servicio de Bomberos, es en cierto modo hacerlo también respecto de la ciudad cuya
protección contra incendios y otros siniestros tiene la misión de asegurar. Nada tan estrechamente ligado como
un servicio de bomberos al ámbito urbano en el cual desempeña su función. La estructura orgánica del Cuerpo,
el tipo y la cantidad de material, todo debe estar concebido en función de la población y bienes que deben
proteger.
No se puede ofrecer una imagen acabada del Servicio de Bomberos creado en 1870, por el Jefe de la entonces
Policía de Buenos Aires, Don Enrique O’Gorman, si no tuviéramos en cuenta el ámbito urbano dentro del cual
había comenzado a desempeñar sus funciones.
Hacía tiempo que Buenos Aires venía necesitando una adecuada protección contra los numerosos incendios
que solían quebrar la tranquilidad de la apacible vida ciudadana de la época. Por diversas razones, varios fueron
los proyectos de organización de un Servicio de Bomberos que no llegaron a prosperar.
Un periódico de entonces, (“El Pueblo”, agosto 8 de 1867) al referirse a una de las varias disposiciones
emanadas del Gobierno ordenando la formación de una compañía de Bomberos, dice: “Aunque tarde, la medida
es acertada pues esta Compañía está llamada a prestar servicios importantísimos a la población”.
Efectivamente, cuando Buenos Aires, todavía no acertaba a salir de la etapa de los proyectos, las demás
ciudades importantes del continente, ya contaban con su servicio de Bomberos, por eso no es de extrañar que
cada vez que se declaraba un incendio de magnitud, la prensa se hiciera eco de las voces de protesta de los
sectores más representativos de la población, reclamando que el Gobierno tomara medidas concretas ante el
peligro que significaba para el vecindario la falta de medios adecuados para la lucha contra el fuego.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Buenos Aires se iba convirtiendo rápidamente en la gran Ciudad del Plata. El conglomerado urbano se extendía
en forma paulatina pero incesantemente. Se iban renovando y multiplicando los edificios. La población, según el
censo de 1869, alcanzaba ya a ciento ochenta mil (180.000) habitantes y aumentaba aceleradamente por el
aporte constante de la inmigración. Ya por entonces se habían tendido las primeras líneas ferroviarias que
conectaban con el interior del país y el intercambio comercial interoceánico iba cambiando ostensiblemente la
fisonomía habitual de la creciente urbe.
Es interesante conocer el aspecto edilicio que ofrecía la ciudad de aquellos tiempos para comprender en qué
medio se desenvolvía la Compañía organizada por O’Gorman. Por el año 1870 el área urbana se hallaba
circunscripta aproximadamente por las actuales avenidas Entre Ríos, Callao, Caseros y la calle Juncal. Fuera de
esos límites se extendían los suburbios, completando el municipio que llegaba por el oeste a la Plaza 11 de
septiembre, por el sur hasta Barracas y por el norte hasta el Arroyo Maldonado, en cuyas inmediaciones, en la
zona de Palermo, se hallaba en formación el Parque 3 de Febrero, magnífica creación edilicia dispuesta por el
Presidente Sarmiento.
Dentro y fuera de esos límites existían numerosas quintas y chacras que separaban el ejido urbano de los
entonces partidos de San José de Flores, al oeste y Belgrano al norte. La gran mayoría de las casas estaban
construidas en una sola planta, excepto en la zona céntrica, donde ya se le vantaban casas y edificios de dos y tres
pisos, conocidos con el nombre de altos. La ciudad ofrecía así, el aspecto de un extenso damero de casa bajas,
de donde emergían los campanarios de las iglesias, muchas de las cuales constituyen en la actualidad ve neradas
reliquias del viejo Buenos Aires: Santo Domingo, San Francisco, La Merced, San Ignacio y La Catedral, entre otras.
El primer censo nacional realizado en septiembre de 1869 registra la existencia de 181 casas de dos o tres
pisos y azotea; 1541 de un piso y 14966 casas bajas. Sumando a éstas las de tejas y madera, daban un total de
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VERSIÓN PRELIMINAR
19.609 casas. El estilo de las casas era característico: amplias habitaciones que se abrían frente a un gran patio
descubierto, adornado con su aljibe y con algún parral. Lo que debemos destacar con referencia a los edificios y
viviendas, es que el Buenos Aires de esa época estaba lejos de tener la apretada densidad edilicia que constituía
el rasgo habitual de las ciudades europeas. La pampa inmensa que se abría a sus espaldas le ofrecía prácticamente
un ilimitado espacio para extenderse horizontalmente a todo lo ancho del semicírculo abierto junto al gran “mar
dulce” que bañaba sus barrancas de suave y dulce declive.
Sin duda el año indicado puede señalarse como punto de partida del acentuado crecimiento edilicio que en
adelante habría de ser incesante, no siendo ajenas a esta incipiente evolución, la creación de servicios públicos
fundamentales o la mejora de los existentes.
La ciudad contaba ya con 4 líneas ferroviarias, cuyas estaciones terminales se hallaban ubicadas en la Plaza del
Parque (proximidades del actual Teatro Colón), la del Oeste, inaugurada en 1857; la del Norte, en Retiro y la del
Sur, en Constitución. La cuarta línea, conocida con el nombre de “Ferrocarril a la Ensenada”, que pronto fue
suprimida, partía de Paseo Colón y Venezuela.
Todas estas líneas, excepto la del Ferrocarril a la Ensenada, contaban con su propia línea de tranvías con
tracción a sangre, utilizada para conectar la terminal al centro, pero servía sólo para trasladar a los usuarios del
Ferrocarril. Fuera del alcance de las líneas mencionadas, el centro permanecía virtualmente inaccesible a los
barrios periféricos de la ciudad, pues el costo de los pasajes en los pocos carruajes existent es, resultaba
prohibitivo para la mayoría de la población.
La solución estaba en tender una red de líneas tranviarias que surcaran la ciudad en todas las direcciones con
el fin de abaratar el transporte urbano. En el año 1870 comienzan a circular las líneas pertenecientes a los
hermanos Lacroze, la primera de las cuales unía la Plaza de la Victoria hasta lo que hoy es el Mercado del Plata. A
fines de ese mismo año ya circulaban cuatro líneas de tranvías. El “centro” comenzaba ya a ser fácilmente
accesible a la gran masa de inmigrantes que se iba estableciendo en los suburbios. A principios del año siguiente
(1871), había ya seis líneas funcionando, que fueron ampliadas a nueve un año después. Dos de ellas se
prolongaron hasta San José de Flores y Belgrano, contribuyendo así al rápido progreso que por entonces estaban
experimentando los pueblos mencionados.
Simultáneamente con el tendido de líneas de tranvías, se realizan grandes esfuerzos por mejorar y ampliar el
empedrado de calles, cuyo estado, aún en plena zona céntrica -alrededor de la Plaza de la Victoria- era muy
deficiente. Se leen con frecuencia en los diarios de la época, quejas de entidades vecinales reclamando el
empedrado de calles. Así, por ejemplo, en “La Nación” del 1 de febrero de 1870, se propugna esa solución para
las calles Tucumán y Temple (Viamonte) hasta su intersección con Callao, exigiendo al mismo tiempo la instalación
a gas del alumbrado, en lugar de kerosén, para las calles mencionadas. Como puede observarse, los servicios
fundamentales -empedrado, alumbrado y agua corriente- favorecían apenas un limitado radio de la zona céntrica
de entonces.
Y a propósito de las aguas corrientes, servicio primordial no sólo para la higiene de la población, sino también
para posibilitar la labor de los bomberos, cabe señalar que en abril de 1869 habían quedado terminadas las obras
de una instalación receptora con sus depósitos, filtros y bombas, ubicada en el bajo de la Recoleta. A mediados
de 1870, el tendido de cañerías incluyendo llaves de incendio y conexiones domiciliarias, cubría las calles
adyacentes a la Plaza 25 de Mayo y proseguían firmemente por el centro de la ciudad.
Es fácil imaginar el aspecto que ofrecía el Buenos Aires céntrico de esa época, con tantas tareas edilicias
encaradas al mismo tiempo. Un comentario del diario La Nación, del 11 de febrero de 1870, lo describe así: “Una
verdadera fiebre de progreso material se ha apoderado de la ciudad de Buenos Aires, y sus calles y edificios ofrecen
hoy al extranjero un curioso espectáculo que llama la atención de sus mismos habitantes. Las calles están
13
VERSIÓN PRELIMINAR
desempedradas y cruzadas por diversos pozos en toda su longitud. Las piedras amontonadas forman una alta y
dilatadísima trinchera. Detrás de esta respetable barricada, con sus fosos y murallas, circulan difícilmente los
transeúntes, tropezando uno con otro o perdiendo el equilibrio al encontrar los obstáculos que obstruyen la vía.
La atmósfera está llena del humo que despiden las hornallas ambulantes, sobre las cuales se derrite el plomo
que los peones alcanzan en grandes cucharones a los soldadores, a riesgo de derramarse fuego líquido sobre los
transeúntes. De un lado un ejército de obreros trabaja con la colocación de caños para el desagüe de las aguas
corrientes; de otro lado la nueva empresa deja caer sus tubos en las zanjas practicadas, de otro lado caen
lanzando un quejido metálico, los rieles que arrojan a la vez cinco o seis líneas de ferrocarriles urbanos (se trata
de las líneas de tranvías, llamados entonces “tranways”). Y como si esto no bastase, aquí se levanta un palacio
nuevo, allí se reedifica un vetusto frente y más allá una casa baja se corona de dos o tres pisos que llaman la
atención por la riqueza y gusto de la arquitectura.
Esas características constructivas no presentaban una situación óptima para la propagación de los incendios
localizados que se producían con la frecuencia habitual de cualquier pueblo o ciudad. En el centro, las casas
contaban con la separación constituida naturalmente por los amplios patios. En las afueras, donde las
construcciones de madera eran numerosas, alternaban con huertas y quintas. Es evidente que esta peculiar
disposición de la edificación impedía la propagación inmediata de los fuegos que podían producirse y favorecían
las operaciones de extinción, aún con los medios primitivos de aquella época.
Por estas razones Buenos Aires nunca padeció el tremendo azote de incendios generalizados, como los que,
alguna vez asolaron otras ciudades de Europa y América. Londres, Hamburgo, Boston, Milán y otras grandes
capitales de viejo y nuevo mundo, sufrieron las consecuencias catastróficas de grandes incendios, de ahí que muy
tempranamente se preocuparan por la organización de su defensa contra incendio. Así, las primeras brigadas de
bomberos de Londres fueron creadas después del gran incendio de 1666 que arrasó 13.200 casas y 89 iglesias.
En Hamburgo en 1842, luego de un siniestro que destruyó media ciudad. En Boston, en 1872, por las mismas
causas.
Tal vez se debió a la falta de una experiencia dolorosa en ese aspecto que la necesidad de organizar en Buenos
Aires un servicio de bomberos bien equipado, no se concretara sino a principios de 1870. Fecha un poco tardía si
tenemos en cuenta el desarrollo y la importancia que había adquirido la ciudad. Si bien la edificación comenzaba
a renovarse, la ciudad conservaba su aspecto típicamente colonial. Vista desde el río, aparecía en primer plano el
edificio de la Aduana Nueva, construcción en semicírculo, de cuya puerta central partía el muelle de pasajeros. A
la derecha se elevaban los edificios del Paseo de Julio (Leandro N. Alem) y a la izquierda los del Paseo Colón. Eran
virtualmente las Avenidas Costaneras de ese entonces.
La actual Plaza de Mayo estaba subdividida por un antiguo edificio, la Recova Vieja, una especie de mercado
transversalmente emplazado a la altura de la calle Defensa. Contaba con un arco central y doce arcadas laterales.
La parte comprendida entre la Recova y la casa de Gobierno constituía la Plaza 25 de Mayo. La opuesta, limitada
por el Cabildo, con la Pirámide en su centro, era la Plaza de la Victoria. La Casa de Gobierno, era un viejo edificio
de dos plantas que ocupaba el sitio del antiguo Fuerte. La construcción de la actual Casa Rosada fue comenzada
en 1873, siendo Sarmiento presidente, con la erección del ala izquierda (Victoria y Balcarce). En 1882, el General
Roca ordena la demolición de la casa primitiva para edificar en su lugar el ala derecha. Años más tarde se
construye el cuerpo central, por lo cual el edificio completa su moderna configuración.
El Cabildo todavía no había sido reducido a sus actuales dimensiones. Era por esos años sede de la
Municipalidad, del Superior Tribunal de la Provincias y cárcel pública. A la izquierda del Cabildo se encontraba el
antiguo Departamento de Policía, edificio de dos plantas con largo balcón corrido, que fue demolido junto con
tres arcadas del Cabildo para dar lugar al trazado de la Avenida de Mayo. Fue precisamente en una de las cuadras
de ese edificio donde el 2 de enero de 1870 comenzó a funcionar la Compañía de Vigilantes Bomberos, organizada
14
VERSIÓN PRELIMINAR
por O’Gorman. La Catedral, cuya edificación se prolongó durante mucho tiempo por frecuentes interrupciones,
ya estaba totalmente construida.
El primitivo Teatro Colón ocupaba la esquina de Rivadavia y Reconquista, donde funcionó hasta 1887. Hoy se
encuentra allí el Banco de la Nación. Frente a la Casa de Gobierno, hacia el Sur, donde hoy se encuentra el
Ministerio de Economía, estaba el edificio de la Aduana Vieja. En Balcarce y Victoria (Hipó lito Yrigoyen) frente a
la anterior, se encontraba el Congreso Nacional y el Ministerio de Bienestar Social. El centro de la ciudad, es decir,
las inmediaciones de la Plaza de la Victoria, conservaría todavía durante varios años el aspecto descripto. En
1883, es demolida la Recova Vieja, con lo que la fisonomía de nuestra plaza epónima queda totalmente
transformada.
Tal era la configuración edilicia de la Ciudad de Buenos Aires en 1870, cuando comienza a actuar el Cuerpo de
Bomberos. Un aspecto típicamente colonial que ya empezaba a experimentar los primeros cambios del progreso.
Lejos de los centros industriales europeos, en los que ya se palpaban los adelantos de la llamada segunda
revolución industrial, Buenos Aires continuaba con su exigua economía artesanal, que por entonces bastaba para
satisfacer las necesidades inmediatas de la población.
Por el momento pues, sólo ocupaban a la flamante Compañía de Bomberos, los incendios que solían
producirse en casas de familia, comercios, depósitos, edificios públicos y teatros. Estos últimos, fueron pronto
objeto de una atención especial, ya que, aparte de las instalaciones de protección que exigían, el Cuerpo
establecía guardias de prevención durante las funciones. En esa época la protección de los teatros co nfiguraba
una verdadera especialización dentro del cometido general del servicio. Si bien el “plantel fecundo” –como califica
Calaza en su “Memoria Descriptiva” a la Compañía de 30 hombre que O’Gorman acababa de organizar- no
alcanzaba a cubrir las necesidades reales de la ciudad en materia de defensa contra incendio, en pocos años, y
no sin sufrir en su primera década sensibles altibajos derivados de las alteraciones políticas imperante, logra
alcanzar excepcional expansión orgánica, dentro de la cual, no le iba a la zaga el perfeccionamiento técnico-
profesional. Y el punto de partida de esta magna empresa, hay que fecharlo el 16 de mayo de 1881, cuando Calaza
asume la Jefatura del Cuerpo.
Desde ese momento, la Institución se desarrolla al ritmo de la ciudad, que en pocos lustros, declarada ya
Capital de la República, se transforma en una urbe cosmopolita y multitudinaria. Y de ahí en más, la historia
posterior oscila alrededor de la necesidad de mantener, modernizar o acrecentar las estructuras institucionales
existentes. Por eso, se afirma que historiar la evolución del Cuerpo de Bomberos, es hacerlo también del
crecimiento de la ciudad.
Desde muy antiguo, al producirse un incendio, los vecinos idóneos tenían la obligación de acarrear cubos de
agua desde sus propios aljibes. También debían concentrarse en el lugar, los carros aguateros. Pero sucedía que,
al tomar parte activa tanta gente, la confusión y el desorden echaban a malograr siempre los esfuerzos realizados.
Por lo tanto, se dictaron “Bandos” que establecían algunos principios de organización en la distribución de las
tareas a efectuar. Así, ejercieron un rol de importancia, los herreros, carpinteros y albañiles a quienes el “Bando”
les obligaba a concurrir con las herramientas de su oficio. Motivaba la presencia de estos “especialistas” que
15
VERSIÓN PRELIMINAR
aparentemente nada tendrían que ver con un operativo, de extinción, el hecho de que se imponía muchas veces
como única solución, para evitar lamentables propagaciones, la demolición perentoria de la edificación lindera.
En algunos casos también arriesgaban sus vidas, derribando techos y muros para tratar de sofocar así, el propio
incendio.
En el año 1821, se crea el Departamento de Policía. Las funciones de seguridad y orden público pasan a su
gobierno, reemplazando de tal forma a los Cabildos abolidos. El nuevo organismo dispone algunas normas de
seguridad que reiteran conceptos precedentes. Se dicta un “Reglamento de Policía de Teatro” (1824) y entre sus
disposiciones se agregan medidas de protección contra incendio. Diez años después se organiza el “Cuerpo de
Serenos” y “Vigilantes de día”. funcionarios que tenían a su cargo la vigilancia permanente de la ciudad. En caso
de incendio daban aviso a todos los habitantes de la manzana afectada, trasmitiendo la alarma en forma personal,
al compañero más cercano y mientras el aviso llegaba al Departamento de Policía. El tañido de campanas de la
Iglesia más próxima prevenía a la población.
Al no contar Buenos Aires con un servicio de bomberos dedicado a la función específica, los métodos de lucha
contra el fuego no experimentaban progreso alguno. Mientras en Europa, las “bombas manuales” constituían un
elemento corriente en la extinción de incendios, en la ciudad, recién ingresa la primera, en el año 1849. Procedía
de Francia y la firma Bleunstein & La Roche, establecida con molino a vapor en la calle Balcarce, entre Santa Clara
(Alsina) y Restaurador (Moreno), la ofrece al Jefe de Policía para cuando fuera necesaria. Ese mismo año, un
incendio de magnitud, declarado en la fábrica de muebles instalada en la calle Representantes (Perú) Nº 156,
pone a prueba la eficacia de la bomba. El Comisario interviniente vuelca conceptos que van del elogio al asombro,
expresando en el parte oficial a la Jefatura: “produjo el efecto que no se esperaba, porque el fuego que sin duda
hubiera durado todo el día, en tres horas estuvo concluido…”
Otros datos de valor pueden extraerse de informes posteriores que aún se conservan. Uno de los incendios
más violentos, se produjo el 18 de marzo de 1851 en una droguería de la calle Federación (Rivadavia) Nº 217. Del
parte oficial que informa detalladamente las operaciones, nos enteramos que el Departamento de Policía,
contaba con tres bombas y ocho carros aguateros siempre provistos de agua. Surge, además, que el
funcionamiento de las bombas estaba a cargo de los “Dragones” y “Vigilantes de Policía”, mientras que 75
aguateros de la ciudad, 8 de la Capitanía del Puerto y 8 pertenecientes al servicio policial, mantenían en forma
constante la alimentación de las bombas, cada una de las cuales expulsaba una “pipa” (420 litros) de agua en dos
minutos. Cabe agregar que el orden público en estos casos era controlado por los “Vigilantes de Infantería”.
Resulta claro comprender entonces, que la entrada al país de las bombas manuales significó un avance indudable
en lo que hace a disponer del elemento extintor. Pero el meollo de interés seguía radicando en el hecho de contar
con personal especializado para tales servicios.
Con la creación de la Municipalidad (1856) nace la inquietud oficial de crear un Cuerpo de Bomberos ya que
la Ley Orgánica, le otorga facultades como para concretarlo. Dicho objetivo, sin embargo, no llega a realizarse por
falta de recursos. La Policía de Buenos Aires, en función dualista, continúa atendiendo los problemas del incendio
con su personal de “Vigilantes” y “Serenos” y el apoyo inestimable de la misma población. Comienzan a
presentarse propuestas y proyectos destinados a la concreción del servicio profesional est able. Son los albores
de la década del “60”, decisiva en la adopción de medidas definitivas. Como secuela de cada incendio, brotaban
quejas bien fundamentadas de vecinos caracterizados. El material que utilizaba la Policía ya era obsoleto y al no
tener un adecuado reemplazo el rendimiento era nulo. Las autoridades tomaban clara conciencia del problema,
pero otras cuestiones de más urgencia motivaban el letargo y cercenaban la posibilidad de una solución.
Una entidad mutual denominada “La Unión Americana”, dedicada a seguros de incendios, organiza en el año
1862, un servicio particular. Los Bomberos tenían la obligación de proteger los intereses de los asociados de la
Compañía. Una vez más, insalvables dificultades de índole económico motivaron que este grupo tan llamativo en
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VERSIÓN PRELIMINAR
nuestra ciudad, pero tan común en Europa, se disolviera rápidamente dos años más tarde. Fue un simple ensayo
que no volvió a repetirse.
En la Guía de Forasteros de Buenos Aires del año 1864, se describe en el rubro Bomberos el siguie nte texto:
17
VERSIÓN PRELIMINAR
VISTO:
La Ley N° 5.688 (texto consolidado Ley N° 5.688), el Expediente Electrónico N° 14016988-MGEYA-DGPEYCB/18,
y
CONSIDERANDO:
Que el día 17 de noviembre de 2016 se sancionó la Ley N° 5.688 que establece el marco general del Sistema
Integral de Seguridad Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y crea la Policía de la Ciudad y el Cuerpo
de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires.
Que mediante el Libro III de la Ley N° 5.688, se creó el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad como institución civil,
dependiente jerárquica y funcionalmente del Ministerio de Justicia y Seguridad a través de la Subsecretaría de
Emergencias, o el organismo que la reemplace en el futuro.
Que la citada Ley establece las bases jurídicas e institucionales fundamentales del Sistema Integral de
Seguridad Pública de la Ciudad de Buenos Aires en lo referente a su composición, misió n, función, organización,
dirección, coordinación y funcionamiento, así como las bases jurídicas e institucionales para la formulación,
implementación y control de las políticas y estrategias de seguridad pública;
Que, en virtud de lo expuesto, se considera apropiado contar con un día representativo para todos los
integrantes de dicho Cuerpo de Bomberos de la Ciudad, con la finalidad de recordar, celebrar y destacar la labor
desarrollada por todos los hombres y mujeres que cada día consagran su vida, con profesionalismo, valor y
vocación, asumiendo los riesgos necesarios para salvaguardar la integridad física y los bienes de la comunidad de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Que resulta propicio establecer el día 9 de noviembre como el Día del Cuerpo de Bom beros de la Ciudad, en
virtud de un hecho histórico ocurrido en el año 1864 por el cual se disuelve la primera Compañía de Bomberos
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VERSIÓN PRELIMINAR
llamada “La Unión Americana”, fundada y regulada por una sociedad de carácter mutual dedicada al rubro de
seguros contra incendios, que en aquel entonces actuaba en cada siniestro ocurrido en la Ciudad;
Qué dicha circunstancia originaba la necesidad impostergable de la creación de un Cuerpo de Bomberos para
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Que por ello el Jefe de Policía Cayetano Cazón, decide en forma personal asumir toda la responsabilidad legal
y económica, y toma todos los materiales para extinción de incendio de la Compañía, dando el puntapié inicial
para la futura creación del Cuerpo de Bomberos en el ámbito público:
Por ello, y en uso de las atribuciones conferidas por el artículo 102 de la Constitución de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires,
EL JEFE DE GOBIERNO
DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
DECRETA
Artículo 1°.- Institúyese el día 9 de noviembre como el Día del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad, en virtud de
un hecho histórico ocurrido en el año 1864 por el cual se disuelve la primera Compañía de Bomberos llamada “La
Unión Americana”.
Artículo 2°.- El presente Decreto es refrendado por el señor Ministro de Justicia y Seguridad y por el señor Jefe
de Gabinete de Ministros.
Artículo 3°.- Publíquese en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires. Comuníquese a la Subsecretaría de
Emergencias, al Cuerpo de Bomberos de la Ciudad, a la Dirección General de Planeamie nto de Emergencias y
Coordinación de Bomberos, y a la Jefatura de la Policía de la Ciudad. Para su conocimiento y demás efectos
remítase al Ministerio de Justicia y Seguridad. Cumplido, archívese. RODRÍGUEZ LARRETA – Ocampo - Miguel
Para dar un paliativo a la falta de un servicio específico contra incendios, el entonces Jefe de la Policía de
Buenos Aires, Don Cayetano CAZÓN, destina en 1866, diez (10) vigilantes al servicio exclusivo de las dos bombas
a manija disponibles en el Departamento de Policía.
Un grupo de jóvenes de la sociedad porteña, entre los cuales figuraban Bartolito Mitre, Miguel Beccar, Gabriel
Ocampo y otros, decidió adquirir una bomba con recursos propios y construir una compañía de bomberos
voluntarios con jurisdicción en el barrio de San Nicolás. Pero una vez más, los factores que incidían negativamente
en otros casos similares desalentaron al grupo hasta disolverlo.
Decían los diarios de la época: “La frecuencia con que tienen lugar los incendios, la falta de todo sistema y de
elementos organizados para sofocarlos, ha preocupado seriamente al Gobierno. Hoy si estalla un incendio en altas
horas de la noche, la ciudad queda completamente abandonada, pues tanto el Cuerpo de Serenos como el de
Policía acuden allí, sin orden y sin cabeza, produciendo una confusión que asombra a la cual se agrega que, con
frecuencia, llegan las bombas cuando el fuego ha devorado todo cuanto encontró a su paso”. Y luego agregaba:
“Dándole a la Municipalidad su Ley Orgánica la atribución de establecer el Servicio de Bomberos y no pensando
dicha Corporación, según parece, hacer uso de aquella para llenar una necesidad cada vez más apremiante, el
Poder Ejecutivo os pedirá autorización oportunamente, para organizar una Compañía de Bomberos, bajo la
inspección inmediata del Jefe del Departamento de policía”.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Pero no es hasta el año 1870, bajo la Jefatura Institucional (Policía de Buenos Aires) en que Don Enrique
O´Gorman, se consagra a la tarea de dar cumplimiento a esa disposición. Luchando contra la falta de suficientes
recursos presupuestarios, logra reunir un plantel de 30 hombres que en su mayoría habían pertenecido a cuerpos
de Bomberos europeos. El material de incendio comenzó siendo básicamente el heredado de la Jefatura de
Cazón: dos bombas manuales con sus elementos complementarios, algunos otros útiles que se adquirieron. El
plantel así formado comenzó a funcionar oficialmente el 2 de enero de 1870, con el nombre de Compañía de
Vigilantes Bomberos, teniendo como asiento una de las cuadras del antiguo Departamento de Policía, ubicado
en la calle Bolívar entre el Cabildo y la calle Rivadavia (la Av. de Mayo no existía). Jefe de la Compañía fue
nombrado el Sargento Roveaud, al que acompañaban dos Cabos Roberto y Agüero, como segundos. Poco después
organizada en forma definitiva la Compañía estuvo al mando de Don Luis Albino Mansilla, designado con el título
de Oficial Encargado. Cabe destacar que como Vigilante-Bombero, legajo n° 13, revistaba en el agrupamiento el
Cadete José María CALAZA, quien once años más tarde (1881) se convertiría en Jefe y organizador incansable del
Cuerpo, cargo que ocupó durante más de tres décadas, hasta su muerte en 1913.
La falta de agua solía ser un problema insalvable en los incendios declarados. Excepto en los alrededores de la
Plaza de Mayo, no había todavía red de aguas corrientes. En el resto de la ciudad el líquido para alimentar las
bombas era provisto por carros aguateros, utilizándose también el agua de los aljibes que los vecinos tenían la
obligación de acarrear. En 1873 la Compañía es elevada al rango orgánico de Cuerpo de Bomberos, con
organización militar. En 1877 el Cuartel original ubicado en el Departamento de Policía, es trasladado a las
instalaciones del Destacamento sito en la actual calles Luis Sáenz Peña e Hipólito Irigoyen, funcionando desde
entonces como Cuartel Central, hasta el 30 de marzo de 1889, fecha en la que ocupa su actual instalación, como
parte del Departamento Central de Policía, sobre la Av. Belgrano n° 1547.
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VERSIÓN PRELIMINAR
En 1906, bajo la Jefatura Institucional del Coronel Don Ramón L. Falcón, el Departamento General de Policía,
como se llamaba entonces, se reorganiza en seis grandes Divisiones, una de las cuales la integra el Cuerpo de
Bomberos, con el nuevo rango de División.
Un significativo acontecimiento se produce en 1930, año en que se decreta la abolición del fusil y la cesación
de los servicios militares. El Cuerpo se circunscribe entonces a sus funciones específicas, lo que permite su
consagración al perfeccionamiento técnico-profesional. En el aspecto orgánico se divide la ciudad en cinco Zonas
permitiendo descentralizar aún más la prestación de los servicios. Durante esta época se abre una nueva era para
la División, una novel generación de Jefes y Oficiales, trata de encauzar la trayectoria del Agrupamiento, por la
senda del perfeccionamiento técnico. Se siembran inquietudes, ideas y enseñanzas que se plasman en acto y
potencia. Es así como en las tres décadas siguientes (40, 50 y 60), en concordancia con el ritmo de crecimiento
de la ciudad, se cristalizan proyectos de fundamental necesidad.
En 1950, dentro de la estructura orgánica de la Policía Federal, la entonces División asume el rango de
Dirección Bomberos. Años más tarde, se organizan nuevas secciones con el fin de especializar algunos servicios y
crear otros más novedosos. Surgen así la Sección Pericias en 1956, la Brigada de Explosivos en 1959, la Sección
Inspecciones Técnicas en 1961, la Escuela de Prevención y la Sección Central de Alarma en 1964. Es en esta década
(60) en la que comienza la incorporación de las primeras autobombas MAN-Metz, de origen alemán, así se unen
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VERSIÓN PRELIMINAR
En 1968, el Servicio de Salvamento e Incendio del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, es asumido por la
entonces Dirección Bomberos, cobertura que se extendió a otras tantas aeroestaciones, tanto Civiles como
dependientes de las Fuerzas Armadas, en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el conurbano
bonaerense y el interior del país.
En 1971, la Dirección, asume el rango orgánico de Dirección General de Bomberos. Un año más tarde, en 1972,
acompañando la reestructuración orgánica Institucional, pasa a ocupar, en el organigrama de la Policía Federal
Argentina, el máximo nivel, alcanzando la denominación de Superintendencia de Bomberos.
Este fue, a grandes rasgos, el comienzo del desarrollo técnico y funcional de la Superintendencia Federal de
Bomberos, denominación que le fuera otorgada en 1994, que trasunta el carácter federal de los servicios de
bomberos que actualmente presta la Policía Federal Argentina; no sólo en los aeropuertos del interior del país,
sino también como Auxiliar de la Justicia Federal en todo el territorio nacional, en diversas materias tales como
Investigación Pericial de Siniestros, Explosivos, Riesgo Forestal, Emergencias Ambientales, Protección Radiológica
y Seguridad Nuclear, como así también en caso de grandes catástrofes, a través de la Brigada Especial Federal de
Rescate (B.E.Fe.R.).
Como resumen del crecimiento logrado, debe sintetizarse que hasta el año 2016, aquellos 30 Vigilantes-
Bomberos, se convirtieron en más de 2000 almas, que en permanente vigilia, velaron por la seguridad de la
población en distintos puestos de socorro, tanto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en el interior del
país, contando para el cumplimiento de su misión específica, con un gran número de vehículos y una variada
gama de elementos complementarios, para brindar un servicio adecuado en las tres facetas esenciales de la
profesión: la operativa, la investigativa y la preventiva.
En virtud de las declaraciones y alcances del Convenio Nº 1/16 de transferencia progresiva a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires de facultades y funciones de seguridad en todas las materias no federales ejercidas
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, celebrado el 5 de enero de 2016, entre el Estado Nacional y el Gobierno
de la Ciudad, el cual fuera aprobado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, mediante Resolución Nº
298/LCBA/015, BOCBA N° 4807 del 25/01/2016 y por imperio de la Cláusula Segunda de dicho acuerdo, se
transfirió a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la totalidad del personal, organismos, funciones, competencias,
servicios y bienes, tanto materiales (muebles e inmuebles) como inmateriales (sistemas informáticos, de
seguimiento y/o de comunicación), junto con los contratos en ejecución y todos aquellos bienes y servicios con
los que cuenten y utilicen a la fecha de suscripción del Convenio, que tengan por objeto garantizar el desempeño
de la labor de seguridad de la Ciudad en materia no federal de las áreas pertenecientes a la Policía Federal
Argentina, entre las que se incluyó a la mayoría de las Dependencias de la SUPERINTENDENCIA FEDERAL DE
BOMBEROS de la POLICÍA FEDERAL ARGENTINA.
Con la sanción de la Ley N° 5.688, del 17 de noviembre de 2016, se crea el marco general del Sistema Integral
de Seguridad Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, estableciéndose las bases jurídicas e institucionales
fundamentales de dicho Sistema, en lo referente a su composición, misión, función, organización, dirección,
coordinación y funcionamiento, así como las bases jurídicas e institucionales para la formulación, implementación
y control de las políticas y estrategias de seguridad pública.
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VERSIÓN PRELIMINAR
El Libro III de la mencionada Ley, denominado “El Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires”,
establece en su Título I “Creación y dependencia funcional”, Art. 262.- Créase el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad
de Buenos Aires para la defensa, prevención, protección y resguardo de personas y bienes en caso de incendio,
derrumbe, inundación u otros siniestros y emergencias.
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
Características generales del ámbito jurisdiccional de las estaciones y Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ciudad Autónoma
Subdivisiones: 15 comunas - 48 barrios.
Fundación: 2 o 3 de febrero de 1536 (por Pedro de Mendoza).
Refundación: 11 de junio de 1580 (por Juan de Garay).
Superficie: 203 km 2.
Altitud Media: 25 m s. n. m.
Población (2010).
Puesto 1 (como ciudad), 4 (como distrito electoral).
Total: 2.890.151 hab.
Densidad: 14 216,19 hab/km².
Escudo de la Ciudad
El actual escudo oficial de la Ciudad (fig. 5c) es una versión actualizada y moderna, adaptada a los nuevos
tiempos, del escudo oficial (fig. 4b) que remonta sus orígenes al siglo XVII. En ese entonces la Ciudad se declara
carente de escudo propio y en 1649 se propone un modelo de escudo de armas (fig. 3a), en el que aparece una
paloma radiante, volando de frente, con la cabeza vuelta hacia la izquierda, tal como se reproduce a continuación,
con un mar agitado por debajo y un ancla que muestra una uña fuera del agua, aludiendo puerto.
El escudo primigenio oficial (fig. 3a) fue aprobado por el Cabildo el 5 de noviembre de 1649, durante el gobierno
de Jacinto de Lariz, y es considerado por la heráldica como muy figurativo por contar con pocas estilizaciones y ser
bastante realista en lo que en éste se representa. Con el paso del tiempo se producen sucesivas modificaciones del
escudo y se llega a 1852 cuando se reorganiza el gobierno municipal de Buenos Aires y se le encarga a una Comisión
de Educación el proyecto de un sello para el Municipio (fig. 4b). Dicha Comisión propuso reutilizar el usado
anteriormente y en 1856 se dictó la Ordenanza correspondiente. De todas maneras, muchos de los documentos
oficiales de la Municipalidad siguieron utilizando diferentes variaciones del escudo.
1a
25
VERSIÓN PRELIMINAR
2b
3c
Con el uso, sin criterio definido, finalmente el 3 de diciembre de 1923 una Ordenanza del Concejo Deliberante
estableció en forma definitiva las características del escudo (fig. 4b). El mismo presentaba una elipse de proporción
5/6 entre su eje mayor y menor y lleva una paloma blanca, con sus alas abiertas, radiante de rayos solares, en jefe
que significa el espíritu santo bajo cuya advocación fue colocada la ciudad. En el sector inferior del escudo aparecía
un ancla de sable medio sumergida, con la parte de la caña y una uña fuera de la superficie, que representaba a la
ciudad puerto. Un poco más debajo de la línea del eje menor del óvalo, había dos naves, una carabela y un bergantín
del siglo XVI, ambos con banderas españolas y vistos por el costado de babor. De acuerdo con algunos estudios, el
primero significa la primera fundación por Don Pedro de Mendoza y el segundo la fundación de Juan de Garay. Las
aguas del río en estado de suave oleaje o rizadas representaban las aguas del Río de la Plata.
La citada Ordenanza establece en su primer artículo que el escudo de la ciudad que se coloque en los frentes de
los edificios o en los documentos, sellos o papeles que se usen en las oficinas municipales deberá estar pin tado,
grabado o impreso. El posterior Decreto N° 1.886/44 determina en su artículo primero que el uso del Escudo
Municipal debe ajustarse estrictamente a los términos y dibujo de este, previsto por la Ordenanza del 3 de
diciembre de 1923.
26
VERSIÓN PRELIMINAR
Bandera de La Ciudad
La ordenanza N° 49.669 del 31 de agosto de 1995 estableció la adopción de una bandera oficial para la Ciudad
de Buenos Aires.
La Ciudad
Buenos Aires, denominada también, oficialmente, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es la capital de
la República Argentina y el principal núcleo urbano del país. Está situada en la región centro este del país, sobre la
orilla occidental del Río de la Plata, en la llanura pampeana.
Los resultados definitivos del censo de 2010 contabilizaron la población de la ciudad en 3.090.151 habitantes, y
la de su aglomerado urbano, el Gran Buenos Aires, en 14.908.971 habitantes, siendo este último el segundo
aglomerado de Sudamérica, Hispanoamérica del hemisferio sur y una de las 20 mayores ciudades del mundo.
Buenos Aires es una ciudad cosmopolita y un importante destino turístico mundial. Su compleja infraestructura
la convierte en una de las metrópolis de mayor importancia en América y es una ciudad global de categoría alfa
(según la clasificación mundial de ciudades) dadas sus influencias en el comercio, finanzas, moda, arte,
gastronomía, educación, entretenimiento y principalmente en su marcada cultura.
Según un estudio de calidad de vida (2016) de Mercer Human Resource Consulting la ciudad se encuentra en la
posición 93 a nivel mundial y segunda de América Latina tras Montevideo. El tejido urbano se asemeja a un abanico
que limita al sur, oeste y norte con la provincia de Buenos Aires y al este con el Río de la Plata. Oficialmente la
ciudad se encuentra dividida en 48 barrios que derivan, los más antiguos, de las parroquias establecidas en el siglo
XIX. La metrópolis es una ciudad autónoma que constituye uno de los 24 distritos en los que se divide el país. Tiene
sus propios poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
27
VERSIÓN PRELIMINAR
Su perfil urbano es marcadamente ecléctico. Se mezclan los estilos coloniales español, art decó, art
nouveau, neogótico, italianizante, francés borbónico y academicismo francés. Por esto último sumado a su
formidable desarrollo edilicio de impactante belleza y marcada influencia europea en su arquitectura monumental
es que se la conoce en el mundo por el apodo de "La París de América".
Geografía – Límites
El Río de la Plata (al este y al norte) y el Riachuelo (al sur) son los límites naturales de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. El resto del perímetro está rodeado mayormente por la colectora ex terna de la Avenida General Paz,
autopista de 24 km de extensión que circunvala la ciudad de norte a oeste.
Existe un pequeño tramo de no más de 2 km, comprendido entre la Avenida Intendente Cantilo y el Río de la
Plata, donde el límite con la provincia de Buenos Aires en parte es la línea imaginaria de la prolongación de la Av.
General Paz y otro tramo el arroyo Raggio; este sector corresponde al límite entre el Parque de los Niños y el Paseo
de la Costa. Esto se debe a que la Av. General Paz no finaliza en la costa del río sino en la Av. Intendente Cantilo.
Esta avenida enlaza de manera rápida la ciudad con el resto del Gran Buenos Aires, una franja de alta concentración
de habitantes y fuerte actividad comercial e industrial.
Adicionalmente, existe en la Comuna 4 un meandro del Riachuelo, denominado Meandro de Brian, en donde el
límite con la Provincia de Buenos Aires pasa a ser la proyección de la rectificación pendiente del cauce, de modo
que en la zona donde el río bordea al meandro, ambas orillas (incluyendo al meandro propiamente dicho) forman
parte de la Ciudad de Buenos Aires.
Excepto su límite oriental con el Río de La Plata, todos los otros límites indicados de la ciudad separan su
jurisdicción de las correspondientes a la provincia de Buenos Aires.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Hidrografía
La región estaba antiguamente manchada de lagunas y atravesada por arroyos, algunos de los cuales fueron
rellenados y otros entubados. Entre los arroyos de importancia están los Terceros (del Sur, del Medio y del Norte
en el Radio Antiguo), Maldonado, Vega, Medrano, Cildáñez y White. En 1908 muchos arroyos fueron encauzados y
rectificados, ya que con las crecidas causaban daños a la infraestructura de la ciudad. Fueron canalizados, pero se
mantenían a cielo abierto, construyéndose varios puentes para su cruce. Finalmente, en 1919 se dispuso su
canalización cerrada, pero los trabajos comenzaron recién en 1927, terminando algunos en 1938 y otros, como el
Maldonado, en 1954.
Sismicidad
La región responde a la «falla de Punta del Este», con sismicidad baja; y su última expresión se produjo el 5 de
junio de 1888 (129 años), a las 3.20 UTC-3, con una magnitud de 5,5 en la escala de Richter. (Terremoto del Río de
la Plata de 1888).
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VERSIÓN PRELIMINAR
Censos (perteneciente al Gobierno de la C.A.B.A.), en 2008 la tasa global de fecundidad fue de 1,94 hijos por mujer
(por debajo del nivel de reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer).
Arquitectura y urbanismo
La ciudad se encuentra sobre un buen soporte geográfico: su territorio es extenso y llano y raramente sufre
complicaciones de temperaturas extremas, vientos, nevadas (tres por siglo), o terremotos (baja sismicidad). Posee
una muy buena fuente de agua dulce como es el Río de La Plata.
El trazado de la ciudad es muy regular. El centro histórico y financiero de la ciudad posee manzanas
perfectamente cuadradas, extendidas de norte a sur y de este a oeste, tal como su fundador Garay las estableciera.
Este trazado de calles perpendiculares (el llamado "damero") se extendió en gran parte hacia el resto de la ciudad.
Buenos Aires posee 2113 calles (entre avenidas, calles y pasajes).
Comunas
La Ciudad de Buenos Aires se encuentra organizada en 15 Comunas que se rigen bajo la Ley N° 1.777 sancionada
en 2005. Se trata de unidades descentralizadas de gestión política y administrativa que, en algunos casos, abarcan
a más de un barrio porteño.
Las Comunas tienen competencias exclusivas y concurrentes con el Gobierno de la Ciudad. Entre las primeras,
se encuentran el mantenimiento de las vías secundarias y los espacios verdes, la administración de su patrimonio,
la iniciativa legislativa y la elaboración de su presupuesto y programa de Gobierno.
Cada una tiene un órgano de Gobierno compuesto por la Junta Comunal y su Presidente. Los 7 miembros que
componen a la Junta son elegidos por los vecinos en las elecciones y se mantienen en sus cargos por cuatro años.
El Presidente de la Junta es aquel que obtiene la mayor cantidad de votos en los comicios.
Además, cada Comuna cuenta con un Consejo Consultivo integrado por representantes de entidades vecinales
no gubernamentales, partidos políticos, redes y otras formas de organización con intereses o actuación en el ámbito
territorial de la Comuna. Este Consejo asesora a la Junta Comunal y también puede, entre otras cuestiones, canalizar
las demandas, presentar propuestas y definir las prioridades.
En la actualidad, y a partir del proceso de traspaso de competencias impulsado por la Secretaría de
Descentralización, y con el objetivo de acercar el Estado a los vecinos, las Comunas tienen injerencia en el arbolado,
los espacios verdes y el mantenimiento de las veredas y el asfalto. Asimismo, dentro de las competencias
concurrentes, las Comunas ya ejercen el poder de policía a la hora de fiscalizar el uso del espacio público.
La descentralización comenzó a discutirse a partir del establecimiento de la Ciudad Autónoma de Bu enos Aires
con la Reforma de la Constitución Nacional en 1994. La iniciativa se inscribe dentro de una tendencia mundial que
incluye a las más importantes ciudades del mundo como Barcelona, Nueva York, San Pablo y México.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Barrios
Los más antiguos derivan de las antiguas parroquias establecidas en el siglo XIX. A partir de fines del siglo XIX
surge una nueva generación de barrios, ya no determinados por parroquias sino con distintos orígenes. Aunque se
habla de 100 barrios porteños, esta expresión tiene origen en una canción popular y no en la cantidad real de
barrios. Cada barrio tiene su propia historia y características poblacionales que le imprimen color, estilo y
costumbres únicas; y son un reflejo de la variedad cultural que subyace en la ciudad. Muchas de estas unidades
territoriales son centenarias, otras están oficialmente desaparecidas y existen otras que fueron determinadas
recientemente. Éste es el caso de Parque Chas, cuyos límites fueron establecidos el 25 de enero de 2006 cuando
fue publicada en el Boletín Oficial la Ley N° 1907.
Sin embargo, siempre existió una gran cantidad de denominaciones no oficiales para algunas zonas de la ciudad,
como Barrio Parque y Abasto.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Los barrios del noreste son los de mayor poder adquisitivo, con tiendas exclusivas y varias áreas residen ciales
de la clase alta como Recoleta, Retiro, Palermo, Belgrano, Núñez, Las Cañitas, Colegiales, así como también Puerto
Madero, al este de la ciudad. A excepción del barrio de Barracas, en el que emerge una población de clase media y
media alta gracias al auge inmobiliario, la zona sur es la que ostenta los menores indicadores socio-económicos de
la ciudad.
El sistema de descentralización de gobierno por comunas, retomó los límites interbarriales, ya que hay una
comuna por cada barrio o barrios vecinos. Oficialmente la ciudad se encuentra dividida en 48 barrios o unidades
territoriales.
Infraestructuras - Salud
La ciudad de Buenos Aires cuenta con establecimientos hospitalarios con atención totalmente gratuita, que
funcionan dentro del sistema de salud estatal. El 90 % de las consultas realizadas en el sistema público de salud son
realizadas en alguno de esos establecimientos. De las consultas realizadas en los hospitales un 55,6 % corresponde
a la población residente en la ciudad, mientras que un 41,2 % corresponde a residentes de la provincia de Buenos
Aires y un 3,2 % a residentes de otras localidades.
Este sistema de atención primaria está constituido por los Centros de Salud, los Centros Médicos Barriales y los
Médicos de Cabecera. Los Centros de Salud están integrados, entre otros, por médicos clínicos, pediatras,
psicólogos y asistentes sociales, ya que su función no sólo es la atención, sino también la ejecución de los diferentes
programas de prevención. Los Centros Médicos Barriales (CMB) cumplen la misma función de prevención y
atención, pero esta atención y entrega de medicamentos gratuitos está orientada a los sectores considerados «de
riesgo». Los Médicos de Cabecera es otro sistema de descentralización, donde los médicos de los hospitales brindan
atención y entrega de medicamentos gratuita en sus consultorios particulares.
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VERSIÓN PRELIMINAR
La ciudad cuenta además con una gran cantidad de clínicas y consultorios privados, donde se destacan entre
otros el Hospital Italiano (lugar donde se realizan muchos de los trasplantes de órganos en la Argentina), la Clínica
y Maternidad Suizo Argentina, el Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, el CEMIC (Centro de Educación
Médica e Investigaciones Clínicas "Norberto Quirno") y el FLENI (Fundación para la Lucha contra las Enfermedades
Neurológicas de la Infancia), entre otras.
La metrópolis ha ostentado bajas tasas de natalidad en las últimas décadas comparada con otras jurisdicciones
del país. En 2008 se registraron 45.820 nacimientos dando una tasa bruta de natalidad del 15,1‰. Las defunciones
fueron 32.074, con una elevada tasa bruta de mortalidad del 10,5‰ (producto de una estructura poblacional
envejecida). Como resultado se vislumbra un muy bajo crecimiento vegetativo de 4,6 ‰ (0,46 %) similar al que se
observa en países europeos.
Hospital Infanto Juvenil C. Tobar García Doctor Ramón Carrillo 315 Barracas
Hospital de Quemados Dr. Arturo Umberto Illia Pedro Goyena 369 Caballito
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VERSIÓN PRELIMINAR
Hospital General de Agudos Dr. T. Álvarez Doctor Juan Felipe Aranguren 2701 Flores
Hospital de Odontología Infantil Don Benito Don Pedro de Mendoza 1795 La Boca
Quinquela Martín
Hospital General de Agudos Dr. C. Argerich Corbeta Pi y Margal 750 La Boca
Hospital General de Agudos D. Vélez Sarsfield Pedro Calderón de la Barca 1550 Monte Castro
Hospital de Odontología Dr. Ramón Carrillo (ex Sánchez de Bustamante 2529 Recoleta
nacional)
Hospital General de Agudos B. Rivadavia Av. General Las Heras 2670 Recoleta
Hospital Oftalmológico Dr. Pedro Lagleyze Juan B. Justo 4151 Villa Gral Mitre
Hospital Cecilia Grierson Av. Gral. Fernández de la Cruz 4402 Villa Lugano
Hospital General de Agudos Dr. E. Tornú Combatientes de Malvinas 3002 Villa Ortuzar
Seguridad
El Ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el coordinador del área. La Policía
de la Ciudad y el Sistema Integral de Seguridad Pública. Desde el 1 de enero de 2017, Buenos Aires está bajo la
jurisdicción de la Policía de la Ciudad, que cuenta con personal traspasado de la Policía Federal, que operaba
anteriormente, además del personal de la ex Policía Metropolitana, según lo establecido por la Ley N°5.688 del
Sistema Integral de Seguridad Pública, sancionada el 17 de noviembre de 2016.
La urbe posee un Sistema Integral de Seguridad Pública, con un Centro de Monitoreo Urbano con capacidad de
monitorear las 24 horas las cámaras instaladas en distintos puntos de la ciudad.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Además, se le agrega la presencia en las calles de los agentes de la Policía de la Ciudad, Bomberos de la Ciudad,
agentes de tránsito, prevención, guardianes de parques y personal de emergencias; lo que da un total, al 12 de
junio de 2017, de 36.137 efectivos. También cuenta con un anillo digital formado por lectores de patentes, los que
registran el ingreso y egreso de los vehículos automotores.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Transporte
Transporte terrestre
Colectivos y sistema de Metrobus: El medio de transporte de mayor uso es el colectivo, que con más de 135
líneas en servicio no sólo permite conectar diferentes puntos de la ciudad, sino que también llega a
diferentes partidos de la lindante provincia de Buenos Aires. Desde el 31 de mayo de 2011 funciona el Metrobús,
un sistema de paradores y carriles exclusivos para buses, que comenzó por l a Avenida Juan B. Justo, con 21 paradas
a lo largo de 12,5 kilómetros entre los barrios de Palermo y Liniers.
Tranvía: El tranvía, si bien fue muy importante en épocas pasadas, actualmente solo es una atracción turística
ubicada en el barrio de Caballito.
Premetro: El Premetro es un sistema de trenes que recorren las calles de la zona sur de la ciudad. Fue inaugurado
en el año 1987.
Tren Ligero: La ciudad de Buenos Aires contó en su momento con un sistema de trenes ligeros llamado Tranvía
del Este que comenzó a operar en el año 2007 en el barrio de Puerto Madero, y fue suspendido en 2012. El Tren de
la Costa, ubicado en la provincia argentina de Buenos Aires, es un tren ligero turístico, inaugurado en 1995 que
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VERSIÓN PRELIMINAR
recorre 15,5 km atravesando elegantes barrios residenciales en forma paralela al Río de la Plata, entre las estaciones
Avenida Maipú, ubicada en la localidad de Olivos y Delta, en Tigre. En su trayecto de 11 estaciones, pasa por los
municipios de Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre.
Combis, chárteres y otros: También las combis o chárteres tienen dos terminales propias: la Terminal obelisco y
la Terminal Puerto Madero, con el propósito de que las combis que se dirigen hacia y desde el Gran Buenos Aires
no obstruyeran el tránsito en el bajo porteño, en la Avenida 9 de Julio y al Metrobús. Las combis son usadas por las
personas que trabajan en la ciudad y viven en la provincia.
Trenes: El otro medio masivo utilizado para acceder a la ciudad es la red ferroviaria, que tiene en Buenos Aires
un claro nodo concentrador. Algunas de estas líneas tienen conexión con el subterráneo, lo que permite un traslado
relativamente fluido desde el conurbano bonaerense hasta diferentes zonas de la ciudad. Los trenes también son
usados por los porteños como medio de desplazamiento rápido dentro de la ciudad.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Subte: El Subte de Buenos Aires cuenta con seis líneas en funcionamiento, que suman un total de alrededor de
51 km de túneles para servicio comercial y 83 estaciones. Además, se encuentra en construcción el segundo tramo
de la línea H, que actualmente conecta los barrios de Parque Patricios y Balvanera bajo la traza de las
avenidas Jujuy y Pueyrredón, y finalmente unirá el sur de la ciudad desde Pompeya con la estación ferroviaria
de Retiro. También se ha inaugurado durante 2013 la extensión de la línea A hasta la intersección de Avenida
Rivadavia con las avenidas Nazca y San Pedrito en el barrio de Flores y la Línea B desde la estación De los Incas -
Parque Chas hasta el barrio de Villa Urquiza. La Línea E se está extendiendo hasta Retiro. Está planificada la
construcción de otras tres líneas: F (Plaza Italia a Barracas), G ( Retiro – Villa del Parque) e I (Parque Chacabuco –
Ciudad Universitaria), con los que las líneas en funcionamiento llegarían a nueve. La línea A inaugurada en 1913,
es también una atracción turística, por haber sido la primera línea de subterráneo del hemisferio sur, de
Latinoamérica y del mundo de habla hispana, además por conservar las catorce estaciones inauguradas entre 1913
y 1914 en estado prácticamente original.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Bicisendas y Ciclovías: Buenos Aires ocupa el décimo cuarto puesto de entre 122 centros urbanos como una de
las ciudades más amigables del mundo para movilizarse en bici, según un informe de la Copenhagenize Index
Bicycle-Friendly Cities. En los últimos años se llevó a cabo la construcción de bicisendas en las arterias más
importantes de la ciudad y el sistema de bicicletas compartidas Ecobici que funcionan automáticamente. Buenos
Aires también cuenta con una red de 150 kilómetros ciclovías integradas y protegidas, estimulando el uso de la
bicicleta como medio de transporte, así como un sistema de alquiler gratuito de bicicletas.
Terminales de Ómnibus: En el transporte interurbano de pasajeros se destaca la Terminal de Ómnibus de Retiro,
de la que parten servicios pulman con destino al interior del país y a países limítrofes, y el parador de micros de
Liniers. En marzo del 2017 se inauguró la tercera terminal de ómnibus de larga distancia, en el barrio de Villa Soldati,
denominada Terminal Dellepiane, para servir al área metropolitana.
Autopistas: La ciudad cuenta con cuatro accesos por autopista, que se suman a la gran cantidad de accesos
existentes, ya sean puentes o avenidas que cruzan la Avenida General Paz. Los accesos por autopista son
la Autopista Buenos Aires - La Plata, la Autopista Ricchieri, el Acceso Oeste y el Acceso Norte. Según un estudio de
la CNRT, el ferrocarril es la forma más rápida de llegar desde el conurbano al centro de la ciudad, seguida de cerca
por el automóvil particular o taxi, y en tercer lugar, el colectivo, a excepción de la zona su r, donde viajar en
automóvil es algo más rápido que hacerlo en tren.
El Paseo del Bajo, oficialmente Brigadier General Juan Manuel de Rosas, es una autopista en la ciudad de Buenos
Aires, en Argentina de 7,1 kilómetros de extensión que enlaza las autopistas Illia, 25 de Mayo y Buenos Aires-La
Plata. Se ubica entre las avenidas Alicia Moreau de Justo, Huergo, Madero, Antártida Argentina y Ramón Castillo,
atravesando los barrios porteños de San Telmo, Monserrat, San Nicolás, Puerto Madero, Retiro y Recoleta. Esta
autopista recorre en viaducto entre el empalme de la autopista Illia hasta llegar a Puerto Madero, donde se
convierte en una trinchera que atraviesa El Bajo (Buenos Aires), donde termina encontrándose con la autopista 25
de Mayo.
Tiene cuatro carriles exclusivos para camiones y micros de larga distancia, y 8 carriles para vehículos livianos,
cuatro en sentido norte y cuatro en sentido sur. Esta corta autopista se inauguró el 27 de mayo de 2019.
Mapa de accesos a la ciudad y avenidas
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VERSIÓN PRELIMINAR
Transporte fluvial
El puerto de Buenos Aires es el mayor del país, y fue tradicionalmente la principal entrada marítima de
Argentina. Actualmente maneja el 70 % de las importaciones argentinas y concentra aproximadamente un 40 % del
total del comercio exterior del país. Los ferries de alta velocidad de la empresa argentina Buquebus conectan
Buenos Aires con las ciudades costeras del Uruguay.
Transporte aéreo
La ciudad y el Gran Buenos Aires tienen dos aeropuertos comerciales, cinco militares y dos privados. Los dos
comerciales son el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, en el partido de Ezeiza, a 35 kilómetros de la ciudad,
y el Aeroparque Jorge Newbery en el barrio de Palermo. Desde el Aeroparque Jorge Newbery parten
principalmente vuelos nacionales y en menor medida presta servicios internacionales con destino a Paraguay,
Bolivia, Chile, Brasil y Uruguay. Los códigos IATA de los aeropuertos son EZE (aeropuerto internacional) y AEP
(aeropuerto doméstico).
Servicios públicos
El servicio de agua corriente y cloacas fue administrado desde 1993 hasta 2006 por la empresa Aguas
Argentinas, en marzo de 2006 su concesión fue rescindida. Para reemplazarla, el Estado nacional creó la empresa
estatal Aguas y Saneamiento Argentinos (AYSA).
El servicio es suministrado mediante dos plantas potabilizadoras, la planta General San Martín y la planta
General Belgrano. La Planta Potabilizadora General San Martín, inaugurada en 1913, se encuentra ubicada en el
barrio de Palermo, contando con una superficie de 28,5 ha y con una producción de 3.100.000 m³ de agua diarios.
El servicio de gas natural es suministrado por MetroGAS desde diciembre de 1992. Durante 2006 fueron
distribuidos un total de 4.398.286.000 m³ de gas, siendo 1.031.385.000 m³ para usuarios residenciales,
339.704.000 m³ para Gas Natural Comprimido, 169.264.000 m³ para usuarios comerciales, 173.411.000 m³ para
industrias, 2.629.972.000 m³ para usinas eléctricas y 55.007.000 m³ para los entes oficiales.
El servicio eléctrico se encuentra a cargo de dos
empresas: Edesur y Edenor. El área de cobertura de Edenor se
encuentra delimitada por: Dársena «D», calle sin nombre,
traza de la futura Autopista Costera, prolongación Avenida
Pueyrredón, Avenida Córdoba, vías del Ferrocarril San Martín,
Avenida General San Martín, Zamudio, Tinogasta, Avenida
General San Martín, Avenida General Paz y el Río de La Plata.
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VERSIÓN PRELIMINAR
El servicio de telefonía fija es brindado por Telecom Argentina y Telefónica de Argentina. Estas empresas son las
encargadas de brindar el servicio desde la privatización de ENTel, en 1990.
El servicio de recolección de residuos se encuentra organizado en seis zonas de recolección, en las cuales el
servicio lo presta una empresa diferente. En la Zona 1 (que incluye los antiguos CGP 1, 2S, 2N y 3) el servicio lo
brinda la empresa Cliba, en la Zona 2 (que incluye los antiguos CGP 13, 14O y 14E) es brindado por la empresa AESA,
en la Zona 3 (que incluye los antiguos CGP 4, 5 y 6) el servicio lo presta la empresa URBASUR, en la Zona 4 (que
incluye los antiguos CGP 7 y 10) el servicio lo brinda la empresa Níttida, en la Zona 5 (que incluye los antiguos CGP
8 y 9) es brindado por el Ente de Higiene Urbana y en la Zona 6 (que incluye los antiguos CGP 11 y 12) lo presta la
empresa INTEGRA.
A su vez, desde el año 2008 el Ministerio de Ambiente y Espacio Público lleva a cabo la formalización de
recuperadores urbanos con el fin de que realicen la recuperación de materiales reciclables en condi ciones de
trabajo dignas, higiénicas y seguras. Actualmente, más de 2100 recuperadores ya están trabajando sin menores,
con uniforme, credencial, recursos y logística provistos por el gobierno de la ciudad, en el marco de las leyes de
Basura Cero (n.º 1854) y la 992 (recuperadores urbanos).
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
Cuerpo de
Bomberos
CBCABA
Juan Carlos
Moriconi
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
Ley N° 5.688 -SISTEMA INTEGRAL DE SEGURIDAD PÚBLICA DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
Título II Principios
Capítulo I Principios rectores
Artículo 268.- La actuación del personal del Cuerpo de Bomberos en el cumplimiento de sus funciones se sujeta
a los siguientes principios rectores:
Planificación estratégica: la actuación se conduce por medio de planes de acción basados en criterios
estratégico-institucionales, los que son comprobados mediante la realización de los ejercicios de la gestión.
Innovación tecnológica: Se promueve el uso intensivo de la tecnología para el abordaje de las diferentes
problemáticas del entorno social, mejorando la gestión institucional, la transparencia y la protección del personal
en el desempeño de sus funciones.
Profesionalización: se desarrolla durante toda la carrera mediante la formación y la capacitación continua y
permanente de los integrantes en la adquisición de competencias y habilidades especializadas para el cumplimiento
adecuado de sus funciones.
Información estadística confiable: implica la obligación de llevar registros de datos duros sobre siniestros y
emergencias, así como del monitoreo del accionar del Cuerpo, a efectos de elaborar informes eficaces sobre la
materia.
Bienestar: se promueve el bienestar moral y material del personal mediante la promoción y prevención de la
salud tanto en sus aspectos físicos como psíquicos, fomentando un ambiente de trabajo adecuado.
Prevención: mediante el trabajo en el desarrollo de medidas destinadas a reducir el riesgo para personas y
bienes en caso de incendio, derrumbe, inundación u otros siniestros y emergencias, y los efectos perjudiciales para
la comunidad, con especial atención a los grupos poblacionales más vulnerables.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Artículo 270.- Los integrantes del Cuerpo de Bomberos deben adecuar su conducta, en el desempeño de sus
funciones, al cumplimiento en todo momento de los deberes legales y reglamentarios vigentes, realizando su
actividad con el único fin de garantizar la vida, los bienes y la seguridad de las personas, aun a riesgo de su propia
vida, actuando con el grado de responsabilidad y profesionalismo que su función exige.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Título IV Organización
Artículo 274.- La conducción del Cuerpo de Bomberos está a cargo de un Jefe, con rango y atribuciones de
Director General. En el cumplimiento de sus funciones su jerarquía es equivalente a la de Superintendente de la
Policía de la Ciudad. El Jefe del Cuerpo de Bomberos es asistido por un Subjefe.
El Jefe de Gobierno designa al Jefe y al Subjefe del Cuerpo de Bomberos a propuesta del Ministro de Justicia y
Seguridad.
Artículo 275.- El Jefe de Gobierno debe publicar el nombre y antecedentes del candidato para Jefe del Cuerpo
de Bomberos de la Ciudad en el Boletín Oficial de la Ciudad y en el sitio de internet oficial del Gobierno de la Ciudad
durante diez (10) días hábiles.
Los habitantes de la Ciudad y las organizaciones de la sociedad civil pueden presentar observaciones fundadas
a la candidatura durante un plazo de diez (10) días hábiles posteriores al fin de la publicación.
Vencido el plazo para la presentación de las observaciones, el Jefe de Gobierno efectúa la designación o reinicia
el procedimiento establecido en este artículo.
Artículo 276.- Corresponde al Jefe del Cuerpo de Bomberos:
Conducir orgánica y funcionalmente la institución, siendo su responsabilidad la organización, prestación y
supervisión de los servicios del Cuerpo de Bomberos, en el marco de la Constitución, de la presente Ley y las demás
normas legales y reglamentarias aplicables.
Dictar resoluciones e impartir las directivas y órdenes generales o particulares necesarias para el cumplimiento
de su misión.
Proponer al Ministro de Justicia y Seguridad, a través de la Subsecretaría de Emergencias o el organismo que en
el futuro la reemplace, la estructura orgánica de las dependencias, organizando los servicios a través del dictado de
resoluciones internas.
Proponer al Ministro de Justicia y Seguridad, a través de la Subsecretaría de Emergencias o el organismo que en
el futuro la reemplace, los ascensos ordinarios del personal.
Proponer al Ministro de Justicia y Seguridad, a través de la Subsecretaría de Emergencias o el organismo que en
el futuro la reemplace, ascensos extraordinarios y menciones especiales por actos destacados del servicio, debiendo
acreditarse fehacientemente los méritos ante la autoridad competente.
Proponer la realización de convenios con otras organizaciones de Bomberos, nacionales y provinciales, y
proponer al Ministro de Justicia y Seguridad, a través de la Subsecretaría de Emergencias o el organismo que en el
futuro la reemplace, los relativos a las organizaciones extranjeras con fines de cooperación y reciprocidad.
Artículo 277.- Corresponde al Subjefe del Cuerpo de Bomberos acompañar al Jefe en sus funciones y
cumplimentar todas aquellas que le sean delegadas, así como ree mplazarlo en caso de ausencia, enfermedad,
muerte, impedimento temporal, renuncia o remoción, con las mismas funciones y atribuciones de aquel.
Artículo 278.- El ámbito de actuación territorial y la esfera de actuación funcional de las unidades operacionales
del Cuerpo de Bomberos, así como su composición, dimensión y despliegue son establecidas por el Ministerio de
Justicia y Seguridad, a través de la Subsecretaría de Emergencias o el organismo que en el futuro la reemplace.
Artículo 279.- El Ministerio de Justicia y Seguridad puede establecer el Servicio Complementario de Prevención
de Incendios, reglamentar sus condiciones, organizar su prestación y fijar su precio.
La organización del Servicio Complementario de Prevención de Incendios se efectúa en exclu sivo interés de los
particulares que lo contraten en las condiciones que establece la reglamentación, y en ningún caso puede implicar
una disminución, menoscabo o afectación de cualquier índole del servicio público brindado por el Cuerpo de
Bomberos.
Créase el Fondo Especial del Servicio Complementario de Prevención de Incendios, que se integra con los
recursos que se obtengan por la prestación de estos servicios a terceros y por las transferencias de crédito que
retribuyan los servicios brindados otros órganos o entes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires o a las Comunas
de la Ciudad.
Los recursos del Fondo Especial del Servicio Complementario de Prevención de Incendios se dedican a financiar
la prestación del servicio y, en caso de existir un excedente, a la adquisición de los bienes destinados al servicio
público de prevención de incendios que el Ministerio de Justicia y Seguridad determine.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Título V Ingreso
Artículo 280.- El ingreso al Cuerpo de Bomberos se produce previa aprobación del Curso de Formación Inicial y
de los exámenes que al efecto establezca el Instituto Superior de Seguridad Pública. Los aspirantes no tienen estado
oficial de bombero durante su formación inicial y son becarios.
Artículo 281.- Son requisitos para integrar el Cuerpo de Bomberos:
Ser ciudadano argentino nativo o por opción, o extranjero con dos años de residencia efectiva en el país.
Tener, al momento de ingreso, entre 18 y 30 años de edad.
Tener estudios secundarios completos.
Acreditar aptitud psicofísica compatible con la función y tarea a desarrollar.
Declarar bajo juramento cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional y la Constitución de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Acreditar una conducta pública adecuada al ejercicio de la función pública y a la función esp ecífica que
reglamenta el presente Libro.
Aprobar los programas y requisitos de formación y capacitación que establezca el Instituto Superior de Seguridad
Pública.
Residir dentro del radio de 80 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Cumplir con las condiciones fijadas por el presente Libro y sus normas reglamentarias.
Artículo 282.- Podrá ingresar al Cuerpo de Bomberos de la Ciudad, personal que acredite suficiente experiencia
y conocimientos en el desempeño de las funciones propias del Cuerpo de Bombero s en instituciones similares de
la Ciudad de Buenos Aires o de otras jurisdicciones. Para ello la reglamentación establecerá los requisitos de
idoneidad que deba cumplir.
Artículo 283.- No pueden desempeñarse como miembros del Cuerpo de Bomberos las siguie ntes personas:
Quienes hubieran sido condenados por delito doloso o por delito contra la Administración Pública Nacional,
Provincial, Municipal o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ni quienes hayan sido condenados por crímenes
de guerra, contra la paz o contra la humanidad.
Quienes se encuentren procesados, con auto de citación a juicio o acto procesal equivalente por un delito doloso
en perjuicio de la administración pública.
Quienes se encuentren inhabilitados para ejercer cargos públicos.
Quienes hubieran sido sancionados con exoneración en cualquier cargo público, hasta tanto no sea dispuesta la
rehabilitación.
Quienes hubieran sido sancionados con cesantía conforme a lo que se establezca por vía reglamentaria.
49
VERSIÓN PRELIMINAR
Descripción de responsabilidades primarias: Organizar, conducir y fiscalizar los servicios operativos para la
protección de personas y patrimonios; y/u otros servicios profesionales afines, ordenados por la superioridad,
dentro del área de competencia de la Comandancia PROTECCIÓN URBANA. Supervisar las distintas Dependencias
subordinadas.
Organización:
La Compañía ZONA I se organiza en: a) Estación II "PATRICIOS". a1) Destacamento "NUEVA POMPEYA". b)
Estación III "BARRACAS". b1) Destacamento "BOCA”. c) Estación X "LUGANO".
La Compañía ZONA II se organiza en: a) Estación IV "RECOLETA". a1) Destacamento "RETIRO” a2)
Destacamento “ONCE” b) Estación V "BELGRANO". b1) Destacamento "VILLA URQUIZA". c) Estación VI
"VILLA CRESPO". c1) Destacamento "PALERMO". c2) Destacamento "CHACARITA".
La Compañía ZONA III se organiza en: a) Estación VII "FLORES". b) Estación VIII "NUEVA CHICAGO". b1)
Destacamento "VÉLEZ SARSFIELD". c. Estación IX "VERSALLES". c1) Destacamento "VILLA DEVOTO". d.
Estación XI “ALBARIÑO”.
50
VERSIÓN PRELIMINAR
Descripción de responsabilidades primarias: Coordinar las tareas de las dependencias operativas de este Cuerpo
de Bomberos cuya labor revista un riesgo específico (Oficina BRIGADA ESPECIAL DE RESCATE y sus subordinadas,
Estación BRIGADA DE EMERGENCIAS ESPECIALES y aquellas que a futuro pudiesen crearse). Planificar, organizar y
ejecutar servicios de prevención para la eventual producción de siniestros que, por sus características
extraordinarias, amenazaren el orden y la seguridad pública, especialmente de las emergencias que conllevan a la
problemática "QBN Química Bacteriológica y Nuclear". Asistir a la Superioridad ante situaciones que involucren
emergencias químicas de singular magnitud. Establecer vínculos con instituciones u organismos que directa o
indirectamente contribuyan a conjurar una catástrofe, con el objeto de organizar el esfuerz o común. Asistir a la
Superioridad respecto de las necesidades, cursos y/o cualquier otro menester de sus subordinadas. Coordinar con
el Instituto Superior de Seguridad Pública, a través de la Oficina Especialización Profesional, respecto de la
capacitación que puedan brindar, tendiente a mejorar la efectividad del trabajo en conjunto. Coordinar las acciones
tendientes a fortalecer los lazos entre los distintos actores de las intervenciones a las que asistan. Supervisar las
distintas Dependencias subordinadas.
Organización: La Oficina BRIGADA ESPECIAL DE RESCATE se organiza en: a) Destacamento GRUPO ESPECIAL DE
RESCATE "CABALLITO". b) Destacamento GRUPO ESPECIAL DE RESCATE "SAAVEDRA".
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VERSIÓN PRELIMINAR
OFICINA PREVENCIÓN
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VERSIÓN PRELIMINAR
contra incendios, estudiando y evaluando nuevos sistemas o elementos de prevención de procedencia nacional o
extranjera que estén relacionados con el aspecto técnico-profesional.
OFICINA INSPECCIONES
Descripción de responsabilidades primarias: Intervenir en la fiscalización del cumplimiento de las normas legales
y técnicas vigentes relacionadas con la seguridad en instalaciones contra incendios, existentes en establecimientos
públicos o privados en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Propiciar que la información técnica,
resultado de las diversas inspecciones realizadas, contengan objetivos documentales precisos. Fiscalizar que la
operatividad técnica de los informes contenga los conceptos más actual izados en cuanto a legislaciones de
seguridad contra incendios. Asesorar a Organismos Públicos y Privados en el ámbito de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, que requieran tales servicios de prevención contra incendios.
Descripción de responsabilidades primarias: Efectuar campañas para poner en valor la relación del Cuerpo de
Bomberos con la sociedad. Formalizar labores tendientes a fortalecer el vínculo de los vecinos con sus bomberos.
Proponer programas de difusión pública en materia de prevención de incendios y otros siniestros. Intervenir en la
realización de programas didácticos que fueren aprobados con alcance a institutos educativos oficiales y/o
privados. Intervenir en la recopilación y difusión de toda información técnica referida a la materia de su
competencia.
OFICINA SINIESTROS
Descripción de responsabilidades primarias: Producir los informes técnicos que sean requeridos por autoridad
competente en relación con derrumbes, accidentes en obras y/o hurtos de suministros (eléctrico, gas natural y agua
corriente).
Intervenir en la producción de informes técnico-periciales vinculados a accidentes de ascensores y/o
montacargas y otros siniestros relacionados, donde resulten personas lesionadas. Confeccionar informes en hechos
donde se vean involucradas víctimas de electrocución o causados por monóxido de carbono, como así también por
otros siniestros. Realizar la ejecución y el control de depósitos de elementos secuestrados para la correcta
preservación del material de prueba judicial.
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VERSIÓN PRELIMINAR
COMPAÑÍA LOGÍSTICA
Descripción de responsabilidades primarias: Intervenir en los asuntos concernientes al apoyo logístico brindado
a los distintos servicios que presta el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires. Supervisar las distintas
dependencias subordinadas.
Organización: La Compañía LOGÍSTICA se organiza en: a) Oficina TRANSPORTE FORENSE. b) Oficina PARQUE DE
MATERIALES.
Descripción de responsabilidades primarias: Albergar la totalidad del material de reserva que posee la
Institución, en el corto, mediano y largo plazo. Distribuir los materiales asignados.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Descripción de responsabilidades primarias: Coordinar con las entidades correspondientes l os pasos a seguir,
tendientes protocolizar el accionar dentro y fuera de las Dependencias bomberiles teniendo en cuenta las múltiples
amenazas a las que se encuentra expuesta la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Planificar los procesos en el corto,
mediano y largo plazo, donde la planificación no solo responderá a la protocolización del accionar del Cuerpo de
Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, sino también al seguimiento de los distintos proyectos del presente y los
presentados en años venideros. Realizar las tramitaciones necesarias tendientes a lograr la certificación del accionar
de Bomberos en sus distintas facetas (operativas, técnicas, preventivas, investigativas y administrativas) ante los
organismos de implicancia (I.R.A.M., I.N.T.I., organismos privados, etc.).
Descripción de responsabilidades primarias: Entender en todos los trámites administrativos del Personal del
Cuerpo de Bomberos. Contar con una base de datos que contenga la información que involu cre al personal.
Efectuar un análisis en base a la información recabada, a los efectos de vislumbrar las necesidades de los integrantes
del Cuerpo de Bomberos. Informar los resultados a la Superioridad, elevando conclusiones tendientes a mejorar el
funcionamiento del Cuerpo de Bomberos en base al bienestar del personal integrante del mismo. Asesorar al
Comando Jefatura del Cuerpo de Bomberos en cuestiones que excedan el ámbito operacional, centralizando toda
la tramitación inherente. Brindar y gestionar la confección de informes y respuestas a requerimientos de
autoridades judiciales y administrativas de injerencia de la Jefatura y Subjefatura del Cuerpo de Bomberos.
Organizar y diligenciar la Mesa de Entradas y Salidas del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad y el Archivo General del
mismo. Protocolizar y publicar las Órdenes de Cuerpo de la Institución. Remitir a la Dirección General
Administración de Recursos Humanos de Seguridad u órgano que en el futuro la reemplace, toda información
relativa al personal.
Descripción de responsabilidades primarias: Asesorar al Comando Jefatura del Cuerpo y a las distintas
dependencias en todo lo concerniente a representación oficial. Planificar y organizar los distintos servicios de
representación institucional propiciados por la Jefatura del Cuerpo.
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VERSIÓN PRELIMINAR
DESTACAMENTO INGRESOS
DESTACAMENTO ESTADÍSTICAS
Descripción de responsabilidades primarias: Registrar todo tipo de intervención y datos, que tiendan a generar
un recurso necesario e imprescindible para aportar a la tarea profesional, preventiva, investigativa y futuras tomas
de decisiones.
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
i) Promover la designación de personal a efectos de cumplir los servicios que se asignen a las
Dependencias.
j) Entender en el orden y disciplina del personal que le está subordinado.
k) Orientar la información integral del Personal a su cargo.
I) Asegurar permanentemente la capacidad de respuesta operativa de la Dependencia, conforme la
disponibilidad de personal y material.
l) Sin perjuicio de lo establecido en los incisos precedentes, se ajustará a lo normado en las disposiciones
generales del presente.
Artículo 13° - Son sus funciones y obligaciones específica de los Chóferes de Guardia:
a) Conocer acabadamente, tipo, ubicación, numeración y sentido de circulación de las calles, en el siguiente
orden de prioridades:
i. De la jurisdicción de su Dependencia.
ii. De las correspondientes a las Dependencias limítrofes.
iii. De toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
b) Conocer los obstáculos permanentes o eventuales registrados en las vías de circulación en ajuste al orden
de prioridades consignadas en el inciso precedente.
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VERSIÓN PRELIMINAR
c) Verificar el correcto mantenimiento de la unidad asignada, puesta en marcha, operabilidad, planta motriz,
sistemas específicos, carrocería, accesorios e instrumental, para lo cual al relevo de guardia procederá al
control integral de la misma.
d) Conocer puntualmente las disposiciones de carácter administrativo o interno que se relacionen con su
función específica.
e) Sujetarse a las normas que rigen el transito público.
f) Conocer las órdenes y disposiciones de carácter profesional respecto de su especialidad.
g) Conocer el código "Q" y ejecutar el tráfico de las comunicaciones desde la intervención a la Oficina
COMANDO OPERATIVO DE BOMBEROS, cuando así le fuere ordenado.
h) Sin perjuicio de lo establecido en los incisos precedentes, se ajustará a lo normado en las disposiciones
generales del presente.
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VERSIÓN PRELIMINAR
a) N° 1 – PITONERO.
b) N° 2 - AYUDANTE DE PITONERO.
c) N° 3 – ELECTRICISTA.
d) N° 4 – FURRIEL.
e) N° 5 - COLUMNERO.
f) N° 6 - AYUDANTE DE COLUMNERO.
Del N° 1 - PITONERO
Artículo 20° - Desempeñara este rol un Oficial que cuente con las capacidades profesionales que el Cuerpo de
Bomberos de la Ciudad reglamente.
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VERSIÓN PRELIMINAR
Del N° 3 - ELECTRICISTA
Artículo 24° - Desempeñara este rol un Oficial del Cuadro Operativo, que cuente con las capacidades
profesionales que el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad reglamente.
Del N° 4 - FURRIEL
Artículo 26° - Desempeñara este rol un Oficial del Cuadro Operativo, que cuente con las capacidades
profesionales que el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad reglamente.
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VERSIÓN PRELIMINAR
e) Informar a sus mandos superiores y a la Compañía ZONA de la cual dependen, respecto de la concurrencia,
alternativas y novedades de las intervenciones profesionales.
f) Tener permanentemente informada a la Oficina COMANDO OPERATIVO DE BOMBEROS, de toda novedad
relacionada con unidades o equipamientos, que afecten al servicio.
g) Estar en capacidad de contactarse con Organismos, Empresas Estatales y Privadas que puedan aportar
servicios o medios de apoyo al personal en operaciones.
h) Ajustarse a las normas en vigencia, respecto de la operación de equipos radioeléctricos.
i) Controlar los registros en los libros que se determinen, y que sean de su responsabilidad (Anexo II).
j) Asegurar y/o diligenciar la correspondencia administrativa, postal y proveniente de medios electrónicos que
se reciba fuera del horario habitual.
k) Confeccionar las comunicaciones de índole administrativa y documentación interna que el Jefe de Turno
solicite.
l) En horario de siesta y descanso nocturno, podrá delegar la responsabilidad de los llamados telefónicos y la
radio frecuencia al responsable de la Prevención.
m) Sin perjuicio de lo establecido en los incisos precedentes, se ajustará a lo normado en las disposiciones
generales del presente.
Artículo 33° - Son funciones y obligaciones del personal que integra la sala de alarma.
a) Asistir al Encargado de la Sala de Alarma en el cumplimiento de su función específica y reemplazarlo en sus
obligaciones cuando razones de servicio lo exijan.
b) Realizar los registros en los libros que se determinen y se deban confeccionar. (Anexo II).
c) Confeccionar los informes de asistencia, efectivos y materiales.
d) Confeccionar la lista de hora, asignación de funciones y servicio.
e) Cumplir las funciones de escribiente en todas las documentaciones administrativas referidas al turno de
guardia.
f)Suministrar a los responsables de la dotación la información recopilada en las intervenciones profesionales.
g)Ajustarse a las disposiciones que por rol de dotación le corresponde.
h)Conocer el código "Q" y efectuar las comunicaciones con la Oficina COMANDO OPERATIVO DE BOMBEROS.
i)Sin perjuicio de lo establecido en los incisos precedentes, se ajustará a lo normado en las disposiciones
generales del presente.
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VERSIÓN PRELIMINAR
CAPITULO III
De la Guardia de Prevención
Artículo 35 ° - El personal que cumpla funciones en la guardia de prevención, deberá observar las siguientes
disposiciones:
a) En todos los casos se hará cargo de su puesto correctamente uniformado, y en caso de poseer estado policial,
portar arma reglamentaria y chaleco balístico colocado.
b) Deberá conocer la conformación de la línea de Jefes de Guardia.
c) Deberá conocer la conformación de sus Guardia.
d) Durante el cumplimiento de sus funciones, limitará su contacto con particulares a lo estrictamente
indispensable y no administrará la permanencia de personal ajeno al puesto.
Artículo 36° - Sin perjuicio de lo establecido en este Capítulo, el personal de Guardia de prevención deberá regirse
por las disposiciones complementarias que se establezcan a propuesta del Titular de la Dependencia.
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VERSIÓN PRELIMINAR
k) Controlar que el personal que ingresa fuera del horario de servicio correspondiente cuente con autorización
superior.
l) Cumplir con el ceremonial dispuesto para con el Pabellón Nacional.
m) Controlar el personal, las unidades, equipos y elementos que ingresan o egresan de la Dependencia, con
registraciones y horarios.
n) Asistir al imaginaria respecto del tránsito vehicular.
o) Si correspondiere por su estado policial, deberá estar con chaleco balístico colocado y portando su
correspondiente arma reglamentaria.
p) Deberá conocer la conformación de la Guardia de Oficiales del Cuadro de Dirección, correspondiente a la
fecha de su servicio.
q) Deberá conocer la conformación de su guardia.
r) Durante el cumplimiento de sus funciones, limitará su contacto con particulares a lo estrictamente
indispensable y a la permanencia de personal ajeno a la misión del puesto.
Artículo 43° - En las Dependencias con características especiales, que exija un tratamiento protocolar o de
seguridad particular, la correspondiente Guardia de Prevención, se regirá por las disposiciones complementarias
que se establezcan a propuesta del Jefe de la Dependencia respectiva.
CAPITULO IV
De los Destacamentos
De la Estructura Mínima:
Artículo 44° - La Estructura Mínima del Destacamento, estará funcionalmente conformadas por e l siguiente
personal:
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
Del Depósito:
Artículo 51 ° - El área Depósito, está destinado a la conservación del material específico y del
mantenimiento general, para reposición a toda la Dependencia con inclusión del pañol de herramientas,
etc.
Del Personal:
Artículo 54° - La Oficina Administrativa contará con el siguiente personal:
a) UN (1) Responsable de la Oficina Administrativa del Cuadro de Oficiales G.A.O.S. o del Cuadro de Comando
de Dotación, cuando la disponibilidad lo permita.
b) Personal: la asignación será concordante con las directivas emanadas por los Oficiales Jefes de Depen dencia.
Artículo 55° - Son obligaciones del responsable de la Oficina Administrativa:
a) Entender en el diligenciamiento de toda documentación administrativa de la Dependencia.
b) Canalizar las comunicaciones permanentes o circunstanciales que correspondan.
c) Llevar los registros de la Caja Chica de la Dependencia.
d) Mantener actualizados los Libros y Registros que se establezcan y deban llevarse en la Oficina Administrativa.
(Anexo I).
e) Mantener actualizado el archivo de la Dependencia.
f) Mantener la comunicación directa con los Responsables de Sala de Alarma de Tumo, a fin de permanecer
enterado de las novedades diarias de la Guardia.
TÍTULO V
De las Disposiciones Generales
Artículo 56° - Sin perjuicio de lo establecido en los artículos que integran el presente reglamento, constituyen
funciones y obligaciones de todo el personal sin distinción de grados, todos aquellos que hagan al normal y efectivo
cumplimiento del servicio.
1. SERVICIO DE GUARDIA.
a. Por la SALA DE ALARMA.
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VERSIÓN PRELIMINAR
2. DEPÓSITO DE MATERIALES.
a. Por el DEPÓSITO.
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
EN EL DESTACAMENTO
SERVICIOS
Denominación Ubicación Horario
OBSERVACIONES A/C.
CHOFER
A/C.
CHOFER
A/C.
CHOFER
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VERSIÓN PRELIMINAR
ESTACIÓN IV "RECOLETA"
CUERPO DE BOMBEROS CABA
NOVEDADES DIARIAS
BUENOS AIRES,
Durante la Guardia del Turno III, entre las 08:00 horas del día 09 de julio del corriente año, a igual
hora del día de la fecha, se produjeron las siguientes novedades:
SERVICIOS:
PREVENCIÓN DE INCENDIO -Autódromo “OSCAR ALFREDO GÁLVEZ”
09:00 a 17:00 Hs: Bro. Cal. XXXXXXXXX.
INTERVENCIONES PROFESIONALES:
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VERSIÓN PRELIMINAR
Teniente XXXXXXX
Estación IV “RECOLETA”
Cuerpo de BOMBEROS CABA
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VERSIÓN PRELIMINAR
Horarios de actividades
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
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VERSIÓN PRELIMINAR
81
VERSIÓN PRELIMINAR
2
TTE AA-710-MS FORD RANGER RESERVA CUAT Y-3987 RESERVA
AUT
CUAT
TTE
AOM-535
670-DZY
AA-567-WR
PC-9204
Y-3981
C. BERLINGO
F/S Probl. De Motor. T/p.
RESERVA
RESERVA
CUAT
G.E.R
TTE
DZY-665
AA567WT
Y- 3983
MB-4155
C. BERLINGO
F/s en dependencia
F/S R Y H
RESERVA
4
EST Confecciono B.Calif.KOZLOWSKI 9 EST B.Sup. ESCOBAR 1
TOTAL : 1 22 3 TOTAL : 1 9 1
DTO. POMPEYA A/C P. CH. DTO. ONCE (08 A 20 HS) A/C P. CH.
AUT ZFD-2680 Subtte VIANO 1 4 1 CIST. FJK-994 Fd-2669 B .Sup. QUINTERO P 2 1
DTO. 1 TTE AA-710-MV FORD RANGER B. Calif. FORCONE 1 1
TOTAL : 2 27 4 1 12 3
ESTACION III A/C P. CH. DTO. RETIRO A/C P. CH.
AUT AB-649-BL IVECO Capitan TELLO H. 1 7 1 AUL ZFd- 2658 TTE HASENAUER 1 1 1
TTE AA-567-WA C. BERLINGO RESERVA TOTAL GRAL: 2 13 4
TTE AA-755-EP FORD RANGER Bro Cal HINOJOSA 1 ESTACION V A/C P. CH.
CIST. HHJ-183 JUMBO-9000 B.Calif. VACCARI 2 1 AUT PCK-889 IV-2636 Capitan SA NCHEZ F. 1 8 1
POL JIP-088 FORD-3235 RESERVA TTE AA-710-NX FORD RANGER F/S Taller part.
3
AUT FJT-930 MB-2651 F/S En estació n TTE AA-532-FG C. BERLINGO F/S Taller part.
AUL SJT-937 ZFd-2680 A/P DTO POMPEYA TIL ALLIGHT RESERVA
5
TTE F-100 / IMT.1755 F/S DIV. AUT. PARA BAJA TTE AA-823-YA C. JUMPER RESERVA
GRUA WID-068 MAN-2499 F/S O.P.M. TTE VTQ-228 F-8059 F/S R Y H
CUAT DZY-652 Y-3982 RESERVA G.E. MB 4154 F/S R Y H
BOTE HEIFEI A/P Est. VI MOT. 4749 P/S
G.E. MB-4151 F/S Taller particular CIST. FKI-217 CFd- 2667 Taller de la emp TECIN 8
EST B.Sup. PEREZ RUIDIAZ 5 B. Calif. BORACCHIA 1 16 1
TOTAL : 1 14 3 DTO. URQUIZA A/C P. CH.
DTO. DTO. BOCA A/C P. CH. CIST. FKY-212 F.D 2671 Subtte. CA STRO M . 1 1 1
AUT SJT-938 M.B. 2660 SUBTTE GODINO 1 7 1 TTE AA-719-NX FORD RANGER Subtte. REYES 1 2 1
G.I G.I. S/Numero RESERVA AUT M.B. M.B. 2653 F/S Taller part.
DTO 1 S.R. HIFEI P/S
TOTAL : 2 22 4 DTO 5
A/ C
ESTACION X P. TOTAL : 3 24 3
C H.
AUT PCK-885 M.B. 2640 Tte. VAZQUEZ 1 8 1 ESTACION VI A/C P. CH.
LOG IVECO-170 Subtte. ROMBOLA 1 1 AUT. PCK-890 IV-2637 Capitan LEDESMA 1 8 1
AUT FKI-214 ZFd-2668 RESERVA CIST. IHE-449 IV-9004 B. C. CHINCHILLA 2 1
TTE AA-755-EM FORD RANGER RESERVA HID JYY-878 IV-9051 B.Sup. CUTI.A 1 1
CUAT DZY-660 Y-3985 RESERVA CIT AA-823-YE U.A.R. T&S B.Calif. LIZONDO 1 1
CUAT
HID
TIL
DZY-667
WID-055
Y-3986
MB-9174
ALLIGHT
RESERVA
F/S EN ESTACION
RESERVA
10 USINA
JUM
AUT.
GWI-284 Fd-2681 RESERVA
6
TTE WAG-384 Fd-2826 Playon Judicial de R y H TIL S/N ALLIGHT RESERVA
SEXTI
TTE AA-639-AN C. BERLINGO RESERVA JJV-860 Y-3237 RESERVA
C
TTE AA-823-YE C. JUMPER RESERVA AUT FKI-211 MB-2677 F/S. En estacion
BOTE ……. 4751 RESERVA 2 1 BOTE BIM3064 F/s
Confecciono B.S.RODRIGUEZ. TOTAL : 2 10 2 BOTE BIM3067 F/S
COMPAÑÍA DE SEGURIDAD C/INCENDIOS TT AA-532-GU C. BERLINGO RESERVA
Oficina BRIG. DE EMERGENCIAS ESP. A/C P. CH EST Confecciono B. C. CHINCHILLA 3
TTE AA-567-WB C. JUMPER Subtte. QUIÑONES 1 1 1 TOTAL : 1 15 4
TTE AA-710-NY FORD RANGER B. Sup. BUSTOS 1 1 1 DTO PALERMO A/C P. CH.
TTE AA-886-QT C. JUMPER RESERVA AUT FJT-931 M.B.-2673 Tte. BLANCO Santiago 1 7 1
TTE AA567WA BERLINGO RESERVA DTO. 1
DPCIA Confecciono B. Sup. BUSTOS 4 2 23 5
TOTAL 2 6 2 DTO . CHACARITA A/C P. CH.
TECNOPOLIS AUL FFI-411 ZFd 2666 Subtte. SOMMA 1 1 1
SERVICIOS DTO. 2
FUERA DE SERVICIO TOTAL : 3 26 6
PRESTAMO
ALTERNATIVA
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