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EL ÁRBOL

FRUCTÍFERO
Sábado, 15 de febrero de 1997
Sucre, Chuquisaca, Bolivia
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y
exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo
tanto, cualquier error en este escrito es estrictamente
error de audición, transcripción e impresión, y no debe
interpretarse como errores del Mensaje.
El texto contenido en esta conferencia puede ser
verificado con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para
propósitos personales de estudio hasta que sea publicado
formalmente.
EL ÁRBOL FRUCTÍFERO

Dr. William Soto Santiago


Sábado, 15 de febrero de 1997
Sucre, Chuquisaca, Bolivia

M uy buenos días, amados amigos y hermanos


presentes. Es para mí un privilegio grande estar
aquí en la ciudad de Sucre, Bolivia, para compartir con
ustedes estos momentos de compañerismo alrededor de
la Palabra de Dios, y así ver lo que Dios tiene para todos
nosotros en este tiempo final.
Ya que en el Antiguo Testamento se reflejó el Programa
Divino que Él llevaría a cabo en el Nuevo Testamento,
podemos leer en el Nuevo Testamento y podemos leer
en el Antiguo Testamento, y ver el Programa Divino de
nuestro tiempo en ambos lugares de la Biblia.
Por lo tanto, vamos en esta ocasión a leer un pasaje de
la historia de José.
Luego que José interpretó el sueño al faraón… Miren,
en una cosa tan sencilla el faraón pudo ver algo grande; o
sea que pudo ver en simplicidad, en una simplicidad tal
como la que estaba en José de parte de Dios, pudo ver a
Dios allí manifestado.
Aquí cuando le interpretó el sueño, luego, miren…
4 Dr. William Soto Santiago
vamos a ver dónde podemos comenzar. Vamos a comenzar
en el verso 25. Ya ahí ya le ha contado el sueño el faraón;
ahora comienza José a interpretar el sueño, y dice [Génesis
41]:
“Entonces respondió José a Faraón: El sueño de
Faraón es uno mismo…”.
O sea, el de las vacas flacas y el de las espigas flacas,
y espigas gruesas y vacas gruesas. Al estar dado… Estos
dos sueños se refieren a lo mismo; y al estar dado dos
veces es una confirmación; como cuando Jesús decía: “De
cierto, de cierto os digo”. ¿Ve?
Ahora, le dice José:
“El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado
a Faraón lo que va a hacer”.
O sea, las cosas que han de suceder, le dice José a
Faraón: “Las cosas que han de suceder, pues Dios te las
ha mostrado”. Se las ha mostrado al faraón, pero se las
mostró en esta forma simbólica; y se requería un profeta
en ese tiempo, al cual viene la Palabra, al cual viene la
revelación divina y el cual es el intérprete de la Palabra
de Dios; el cual puede recibir el conocimiento de parte
de Dios de esos símbolos, y luego dar el significado a la
persona o al faraón.
Dice, vean aquí:
“Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.
Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas
hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.
También las siete vacas flacas y feas que subían
tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y
marchitas del viento solano, siete años serán de hambre.
Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a
hacer, lo ha mostrado a Faraón.
El Árbol fructífero 5
He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda
la tierra de Egipto.
Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda
la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el
hambre consumirá la tierra.
Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del
hambre siguiente la cual será gravísima.
Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que
la cosa es firme de parte de Dios…”.
O sea que es incambiable, es firme; como ha sido
mostrado en el sueño así será.
Y el faraón no sabía lo que significaba ese sueño, pero
sabía que era importante.
Y ahora José le dice: “El sueño significa esto: siete
años de abundancia y luego siete años de hambre”.
La abundancia es hermosa, pero el hambre es muy
feo.
Así que fue presentado en esa forma, y aquí es
confirmado que va a venir:
“… la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se
apresura a hacerla”.
O sea que no era para muy lejos, sino que ya iban a
comenzar los siete años de abundancia.
Y cuando hay abundancia la gente dice: “Dios no va
a traer ningún juicio, Dios no va a hacer nada, a castigar
a nadie”. Pero miren, aquí dice José al faraón: “Vienen
siete años de abundancia, pero después vienen siete años
de hambre”.
“Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón
prudente y sabio (o sea, un hombre… un siervo fiel y
prudente, un hombre sabio), y póngalo sobre la tierra de
Egipto.
6 Dr. William Soto Santiago
Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el
país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la
abundancia.
Y junten toda la provisión de estos buenos años que
vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para
mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
Y esté aquella provisión en depósito para el país, para
los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto;
y el país no perecerá de hambre.
El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,
y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro
hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios?”.
O sea, el faraón es el que va a dar un voto en favor de
José aquí. Dice a los siervos el faraón, a los que… a sus
ayudantes, dice:
“… y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos
a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de
Dios?”.
Todos de seguro le dijeron: “No lo hallaremos. No
lo habíamos hallado, si habíamos buscado quién te
interpretara el sueño y ninguno lo pudo hacer; y ahora llegó
este joven (tenía como 30 años) y lo pudo interpretar”.
Y reconoció que el Espíritu de Dios estaba allí. Vean,
aquí dice:
“… y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos
a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de
Dios?”.
En él era que estaba; era el profeta de ese tiempo, y
fue el que Dios usó para la salvación de Egipto en aquel
tiempo.
Y en otro tiempo usó a otro profeta para la destrucción
de Egipto, cuando libertó al pueblo hebreo.
El Árbol fructífero 7
Ahora, José vino a ser muy grande allá en Egipto.
“Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho
saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú”.
Y miren, por interpretarle dos sueños que significaban
lo mismo. Pero eran, estos dos sueños… ¿qué eran estos
dos sueños? El contenido en forma simbólica de las cosas
que iban a suceder en aquel tiempo.
Porque cuando Dios va a hacer algo primero lo revela:
“Y no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus
secretos a Sus siervos los profetas”1. Así que allí estaba un
profeta para interpretar ese sueño o esos sueños, y dar a
conocer las cosas que iban a suceder.
Y le prestaron atención a José; un joven de unos 30
años de edad, pero tenía el Espíritu de Dios en él para dar
a conocer las cosas que iban a suceder. Tomó las cosas que
Faraón había visto en sueño, las tomó, abrió esas cosas en
el contenido de esas cosas, y dio a conocer lo que iba a
suceder.
Vean, fue reconocido por el faraón: reconoció que
el Espíritu de Dios estaba allí; y no podían dejar ir a ese
hombre, porque ese sería muy útil, de mucha bendición
en el imperio del faraón, porque en él estaba el Espíritu
de Dios. Tuvo la solución al problema más grande que le
vendría al faraón y a su imperio en aquel tiempo.
Ahora, dice:
“Tú estarás sobre mi casa (o sea, lo puso como un
siervo fiel y prudente; lo puso sobre todos los bienes del
faraón, todos los bienes de su casa), y por tu palabra se
gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré
yo mayor que tú (o sea que el segundo en el imperio del
faraón era José).
1  Amós 3:7
8 Dr. William Soto Santiago
Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto
sobre toda la tierra de Egipto.
Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo
puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino
finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;
y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron
delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la
tierra de Egipto.
Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno
alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le
dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.
Y salió José por toda la tierra de Egipto.
Era José de edad de treinta años cuando fue presentado
delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante
de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.
En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo
a montones.
Y él reunió todo el alimento de los siete años de
abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó
alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el
alimento del campo de sus alrededores.
Recogió José trigo como arena del mar, mucho en
extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.
Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer
año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de
Potifera sacerdote de On.
Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés;
porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda
la casa de mi padre.
Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo:
Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción”.
El Árbol fructífero 9
Vamos a dejarlo hasta ahí.
José, vean ustedes, es un tipo de Cristo. Y teniendo
estos dos hijos, al segundo le puso por nombre Efraín, que
significa ‘fructífero’; porque Dios hizo fructificar a José
en esa tierra gentil, y vino a ser un árbol fructífero José.
“EL ÁRBOL FRUCTÍFERO”.
José representa a Cristo, Asenat representa la Iglesia
del Señor Jesucristo, Manasés representa al pueblo hebreo
y Efraín representa la Iglesia del Señor Jesucristo, la
Iglesia gentil.
Ahora, encontramos que aquí está representada la
Iglesia del Señor Jesucristo dos veces: en Asenat y también
en Efraín.
Ahora, encontramos que Cristo fue despreciado,
rechazado por el pueblo hebreo; fue vendido por unas 30
piezas de plata y fue crucificado; murió, fue sepultado,
luego resucitó y ascendió al Cielo.
Ahora, encontramos que esto fue representado en la
vida de José siendo odiado por sus hermanos. Luego lo
vendieron: lo echaron en una cisterna vacía, y cuando
pasaron unos ismaelitas (creo que eran, o madianitas;
ismaelitas, parece que eran), lo vendieron a ellos; y esos
comerciantes iban para Egipto, y allá lo vendieron como
esclavo.
Pero miren, José estaba caminando bajo esas
circunstancias, pero todo estaba siendo dirigido por Dios;
era para preservación de vida.
José, pues siendo un profeta, él sabía que todas las
cosas obran para bien. Por lo tanto, todo iba a obrar para
bien, aunque su vida iba a estar llena de muchas situaciones
difíciles, pero en todas Dios iba a estar con él; y él más
bien iba a ver todos los problemas de su vida, todas las
10 Dr. William Soto Santiago
situaciones difíciles, como un escalón, para ir subiendo
hasta llegar a donde él vio que llegaría en los sueños que
él tuvo allá en su casa; pues aquellos sueños, no solamente
él tuvo los sueños, sino que también tuvo la interpretación
de ellos.
Y vean ustedes, por allá por el…, vamos a ver, en el
tiempo en que José estaba viviendo con su padre…
Eran ismaelitas, lo dice el capítulo 37, verso 28
[Génesis]; eran descendientes de Ismael, el hijo de
Abraham.
Ahora, vamos a ver aquí dónde… Capítulo 37, verso
8, vamos a ver este… Yo creo que vamos a tener que leer
bastante aquí. Vamos a comenzar en el verso 1 del capítulo
37 del Génesis, dice:
“Habitó Jacob en la tierra donde había morado su
padre, en la tierra de Canaán.
Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo
de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus
hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con
los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José
a su padre la mala fama de ellos.
Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos,
porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de
diversos colores (o sea, los colores del arco iris).
Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que
a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle
pacíficamente.
Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y
ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
He aquí que atábamos manojos en medio del campo,
y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho,
El Árbol fructífero 11
y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban
al mío”.
Miren, una cosa tan sencilla, una cosa del campo y del
ambiente común de ellos, estaba significando algo grande
para la vida de José, estaba mostrando ahí el Programa de
Dios para con José.
“Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre
nosotros, o señorearás sobre nosotros? (¿Ve? Ellos
también entendieron). Y le aborrecieron aún más a causa
de sus sueños y sus palabras.
Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos,
diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí
que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre
le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste?
¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a
postrarnos en tierra ante ti?
Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre
meditaba en esto”.
Porque su padre también era profeta. Y esos sueños,
aunque eran raros…, y José sabía lo que significaban esos
sueños; y Jacob también lo sabía, porque Jacob le dijo:
“¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo
y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?”.
Jacob, siendo profeta, pues sabía el significado de ese
sueño, pero aunque se puso un poquito bravo…; mire,
dice:
“Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le
reprendió…”.
Le reprendió pero no podía hacer nada; el sueño se
iba a cumplir, porque era el Programa Divino que Dios le
estaba mostrando a José a través de esos sueños.
12 Dr. William Soto Santiago
Y su padre, siendo profeta, el cual también había tenido
sueños de parte de Dios y había tenido visiones, y se había
encontrado con el Ángel de Jehová, pues sabía entonces
que entre sus hijos había salido uno profeta.
Y miren, de doce hijos, ¿que uno salga profeta?, ¡eso
está bueno!; malo que no salga ninguno. Pero ahora Jacob
tiene la bendición de tener entre sus hijos uno que seguirá
su ministerio, uno que seguirá su trayectoria profética.
Ahora, ya Jacob sabía que Dios tenía una bendición
grande por medio y para José, y por medio de José, para
el pueblo hebreo completo. Y sus hermanos le tenían
envidia, pero Jacob amaba a su hijo José.
Y encontramos que todo esto es tipo y figura de la
vida de Cristo; aquí está la Primera Venida de Cristo y la
Segunda Venida de Cristo.
Fue el hombre, el profeta, en donde se cumplió el tipo
y figura más perfecto de la Primera y Segunda Venida de
Cristo, o sea, donde Dios tipificó la Primera y Segunda
Venida de Cristo; hasta el punto que todo lo que sucederá
en la Primera y Segunda Venida de Cristo está reflejado
en la vida de José. Y fue el hombre que se mantuvo firme
sirviendo a Dios sin pecar; fue realmente un tipo perfecto
de Cristo.
Miren, José sabía hasta el éxodo del pueblo hebreo;
pues Jacob, de seguro, lo recibió de Isaac, el conocimiento,
e Isaac lo recibió de Abraham; pues esa enseñanza
profética Abraham la pasó a sus hijos, y de sus hijos pasó
a sus nietos, y de sus nietos a sus bisnietos.
Vean, y Dios le había dicho a Abraham que su simiente
sería esclava en una tierra ajena2, y todavía Abraham no
tenía ni hijos. Sara era estéril y ya Abraham tenía bastante
2  Génesis 15:13
El Árbol fructífero 13
edad, y Dios le está hablando de la descendencia de
Abraham, y todavía no tiene hijos.
Pero miren, lo que Dios dice tiene que ser cumplido;
y como no hay ninguna cosa imposible para Dios3, Dios
obra en el tiempo correspondiente para el cumplimiento
de lo que Él prometió, y hace posible lo imposible.
Ahora, aquí José viene a ser un árbol fructífero, o sea,
un hombre, una persona fructífera, teniendo estos hijos;
y le puso por nombre a uno de ellos Efraín, que significa
‘fructífero’.
Y ahora, siendo que representa a Cristo (José),
encontramos que Cristo fue odiado por Sus hermanos, fue
vendido, fue crucificado; murió, fue sepultado, luego fue
sacado de allí de la tumba, resucitado, y luego ascendió
al Cielo, y se sentó a la diestra de Dios en el Cielo. Y
encontramos que todo ese Programa Divino fue reflejado
en José.
Ahora, cuando Cristo ascendió al Cielo, sucedió lo
mismo que cuando José ascendió al trono: el faraón se
quitó su anillo…
Los reyes y los faraones con su anillo sellaban también
documentos, y la mayor parte de esos anillos tenían el
nombre del rey o faraón.
Ahora, recibe el anillo, el sello del faraón; recibe
también una ropa, una vestidura real; recibe también un
collar de oro; lo montan sobre el carro segundo (el primero
era el del faraón y el segundo el de José); y le cambian
el nombre por el de Zafnat-panea, y le dan por esposa a
Asenat.
Y encontramos que de ahí en adelante José aparece
a la vista de muchas personas como un gentil, porque
3  San Lucas 1:37
14 Dr. William Soto Santiago
fue vestido como un gentil. Vean ustedes, le tumbaron
la barba antes de ir al faraón, y lo arreglaron bien; y ya
cuando sube al lugar en donde es el segundo en el imperio
del faraón, ya ahí José está en la posición donde él se vio
en el sueño; y ya el resto era esperar que pasaran algunos
años.
Miren, de ahí en adelante, desde el momento en que
José fue colocado como segundo en el trono del faraón, de
ahí en adelante transcurrirían siete años de abundancia.
Los hermanos de José todavía no conocerían a José
para ese tiempo. José iba a tener sus hijos antes, estos dos
hijos, antes de comenzar el tiempo difícil. Y luego, cuando
el tiempo de apretura de hambre comenzara, ya ese era
el ciclo divino para revelarse José a sus hermanos, de un
momento a otro.
Ellos iban a sentir la necesidad de alimento físico,
porque el hambre se iba a extender en todo el territorio
de Egipto y también a otros territorios, como la tierra de
Israel. Y ya cuando pasó el primer año, ya se agotaron las
reservas que podían tener los hebreos, y así por el estilo.
Y cuando llegó cierto momento, Jacob envió a sus
hijos a buscar alimento en Egipto, porque escucharon que
en Egipto había un príncipe que tenía alimento y que era
el único que podía vender alimento.
Jacob envió algunos de sus hijos allá; fueron,
consiguieron el príncipe que estaba a cargo de todo el
alimento, el cual era el segundo en el reino o imperio del
faraón, y le compraron alimento.
Cuando José los vio los reconoció, pero ellos no lo
reconocieron.
Ahora, ellos fueron a comprar alimento ¿dónde? Entre
los gentiles.
El Árbol fructífero 15
Y aquel reino del faraón en aquel tiempo, con faraón
como la cabeza máxima y José como el segundo en el
trono, vean ustedes: Faraón representa a Dios y José
representa a Cristo.
Cristo ascendió al Cielo y se sentó en el Trono de Dios
(y tenía unos 30 y pico de años, unos 33 años también).
Y nada de lo que se hace en la Tierra es hecho sin Cristo
poner Su Sello; o sea que Cristo es el que ha estado
gobernando todo el Programa Divino todos estos años, y
Cristo ha estado en el Trono del Padre como nos dice la
Escritura: “Se sentó a la diestra de Dios en los Cielos”4.
Cristo, miren también lo que había dicho en San Juan,
capítulo 5, versos… Vamos a comenzar en el verso 19,
dice:
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de
cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo,
sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre
hace, también lo hace el Hijo igualmente.
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las
cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará,
de modo que vosotros os maravilléis.
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da
vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio
dio al Hijo (¿A quién el Padre dio todo el juicio? Al Hijo),
para que todos honren al Hijo como honran al Padre.
El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra,
y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es,
4  San Marcos 16:19
16 Dr. William Soto Santiago
cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los
que la oyeren vivirán.
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así
también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto
es el Hijo del Hombre”.
Todo el juicio ha sido dado al Hijo.
Y ahora, podemos ver que esto es lo mismo que Faraón
hizo con José: lo colocó sobre su casa, y le dio toda la
autoridad y el poder a José, y le dijo: “Aquí nadie va a
hacer nada sino por tu palabra; nadie ni va a levantar un
pie ni una mano si no es por tu palabra. Solamente en el
reino (dice el faraón) seré yo mayor que tú”.
Y ahora, eso es lo mismo que ha sucedido con nuestro
amado Señor Jesucristo, el cual ascendió victorioso al
Cielo y se sentó a la diestra de Dios, y recibió un Nombre
que es sobre todo nombre: el Nombre Eterno de Dios; es
ese Nombre Nuevo del Señor Jesucristo.
Él dice que tiene un Nombre Nuevo5; así como José
cuando fue colocado en el trono, segundo en el trono,
tenía un nuevo nombre.
Cuando sus hermanos vinieron a comprar alimento a
Egipto, vieron a José, pero no sabían que era José; pues
tenía un nuevo nombre, estaba vestido en una forma gentil,
y estaba vestido allí con la ropa correspondiente a la labor
que tenía a su cargo. Así que no le reconocieron en esa
primera ocasión.
Luego ellos regresaron a su tierra con el alimento; se
les acabó luego, y fueron enviados de nuevo.
Y en una de las ocasiones en que vinieron a buscar
alimento, José se reveló a ellos cuando vio a su hermano
5  Apocalipsis 3:12
El Árbol fructífero 17
Benjamín, el cual no había venido en las ocasiones
anteriores. En la tercera ocasión vino Benjamín.
Y José, siendo que eran hermanos de padre y madre…;
los demás no eran hermanos de padre y madre de José, pero
Benjamín sí. El corazón, el alma de José se estremeció;
lloró, se salió de en medio de ellos y lloró6; después
regresó, y luego se reveló a ellos abrazando a Benjamín
y revelándole a Benjamín y a todos ellos que él era su
hermano José, al cual ellos habían vendido7.
Benjamín representa a los 144.000 hebreos, que son los
que van a estremecer el corazón de Cristo, para revelarse
al pequeño Benjamín y así revelarse al pueblo hebreo en
el tiempo final.
Y así como los hermanos de José vieron a su hermano
José entre los gentiles, el pueblo hebreo verá a Cristo
velado y revelado, manifestado con Su Iglesia gentil en
el Día Postrero, llevando a cabo la labor correspondiente
a ese momento; y verán la Gloria de Dios manifestada en
ese tiempo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo,
pues viene por Su Iglesia, porque es el tiempo para la
Iglesia del Señor Jesucristo ser llamada, juntada, y los
que están vivos ser transformados, y los que partieron ser
resucitados.
Cristo en medio de Su Iglesia estará revelado en la
etapa de la adopción.
Los grandes milagros y maravillas que han sido
prometidos para ser manifestados en el tiempo final serán
vistos por el pueblo hebreo siendo realizados en medio de
la Iglesia del Señor Jesucristo, y ellos van a decir: “Este es
el que nosotros estábamos esperando”.
6  Génesis 43:29-30
7  Génesis 45:1-4
18 Dr. William Soto Santiago
Cristo se revelará al pueblo hebreo, y luego 144.000
hebreos serán llamados, juntados y sellados con el Sello
del Dios vivo; y así se completará el número de los
escogidos de Dios.
Pues el número de los escogidos de la Iglesia gentil
se completa en el llamado final, el cual ya ha comenzado;
y con latinoamericanos y caribeños es que Dios está
completando el número de los miembros de Su Iglesia. Y
luego faltarán los siervos, que son 144.000 hebreos, que
serán los eunucos allá en el Reino de Cristo con Su Iglesia,
para servirle a Cristo y a Su Iglesia ese grupo de 144.000
hebreos.
Ahora, podemos ver cómo la vida de José y sus
grandes eventos muestran lo que sucedería con Cristo
y Su labor, tanto con los gentiles como con el pueblo
hebreo.
Y ahora miren cómo antes de comenzar los siete años
de apretura, de hambre, ya José tenía sus dos hijos, y ya
era un hombre fructífero, ya se había multiplicado.
Y ahora, Cristo, encontramos que es el Árbol fructífero
más grande y más importante de todos los árboles. Dios
representa a los hombres con árboles.
Y ahora, Cristo, siendo el Árbol de la Vida, vean
ustedes, lleva mucho fruto. Cristo es un Árbol fructífero;
y cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo es un fruto
del Árbol de la Vida, es un fruto de Cristo, es un fruto que
ha nacido del Árbol de la Vida.
Y así como José se fructificó teniendo hijos, ahora
Cristo se ha fructificado teniendo hijos e hijas: por medio
de creer en Cristo y recibir Su Espíritu Santo, y así nacer
de nuevo, nacer en el Reino de Dios, en la Iglesia del
Señor Jesucristo, como frutos, como un fruto del Árbol de
El Árbol fructífero 19
la Vida, del Árbol fructífero, que es nuestro amado Señor
Jesucristo.
Ahora, hemos visto cuál es en realidad el Árbol
fructífero: es el Árbol de la Vida, es nuestro amado Señor
Jesucristo. Y todos nosotros somos un fruto de ese Árbol.
Y por cuanto ese Árbol de la Vida es el Hijo de Dios,
¿qué frutos da ese Árbol?
Un árbol de mangó ¿qué produce? Más mangó o
mangos (si son bien grandes son mangas, ¿verdad?), o
mangas; y un árbol de naranja o china (como nosotros
decimos), pues produce chinas. Y miren, son producidas
con las ramas naturales que produce ese árbol. Si le
injertan una rama de limón, pues ya eso dará limones.
Pero el Árbol de la Vida, que es Cristo, miren ustedes,
durante las siete edades ha tenido siete ramas, y ha
producido en esas siete ramas hijos e hijas de Dios.
Y ahora estamos en la parte de arriba de ese Árbol,
donde también produce hijos e hijas de Dios; donde
un retoño de ese Árbol ha nacido, y no puede producir
otra cosa sino hijos e hijas de Dios; porque ese Árbol
siendo Jesucristo, el Hijo de Dios, produce hijos e hijas
de Dios.
¿Ven quién es el Árbol fructífero al cual estaba
señalando José con su vida? Estaba señalando a nuestro
amado Señor Jesucristo, el cual tendría muchos frutos,
muchos hijos, que son los miembros del Cuerpo Místico
del Señor Jesucristo, vean, la Iglesia del Señor Jesucristo;
y también tendrá 144.000 hebreos.
Podemos ver que estamos en el tiempo final, en donde
muchas cosas que han sido prometidas, ya muchas de
ellas han sido cumplidas, y otras están en proceso de
cumplimiento.
20 Dr. William Soto Santiago
Ahora, José fue reconocido como una persona donde
estaba el Espíritu de Dios cuando pudo interpretar de
aquellos sueños que tuvo el faraón, pudo interpretar las
cosas que iban a suceder para aquel tiempo.
Y ahora, Dios nos permite saber las cosas que han
de suceder en nuestro tiempo, y también nos enseña las
cosas que han sucedido durante las edades pasadas de la
Iglesia del Señor Jesucristo, y también durante las edades
y dispensaciones pasadas del pueblo hebreo.
Estamos viviendo en el tiempo en donde hemos
estado viendo el Árbol fructífero, nuestro amado Señor
Jesucristo; y hemos estado viendo también Su fruto, que
son hijos e hijas de Dios.
“EL ÁRBOL FRUCTÍFERO”.
De ese Árbol nosotros somos un fruto, somos frutos
de ese Árbol en nuestra edad y en nuestra dispensación;
como también en otras edades hubo fruto de ese Árbol, el
cual fue producido por la Vida de ese Árbol, por el Espíritu
Santo, que es la Vida que estaba en Jesucristo, el Árbol de
la Vida.
Ha sido para mí un privilegio estar con ustedes en esta
mañana, dándoles testimonio de estas cosas que sucederían
y fueron mostradas en la vida de José.
Y podemos ver que todavía hay cosas que estarán
sucediendo en este tiempo en el cual nosotros vivimos.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios
les guarde, y muchas gracias por vuestra amable atención.
Con nosotros Miguel Bermúdez Marín.
“EL ÁRBOL FRUCTÍFERO”.
Notas
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