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JOCABED

Éxodo 6:16-19 Estos son los nombres de los hijos de Leví por
sus linajes: Gersón, Coat y Merari. Y los años de la vida de Leví
fueron ciento treinta y siete años. Los hijos de Gersón: Libni y
Simei, por sus familias. Y los hijos de Coat: Amram, Izhar,
Hebrón y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento
treinta y tres años. Y los hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas
son las familias de Leví por sus linajes. Y Amram tomó por
mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Y
los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.

Números 26:57-59 Censo de la tribu de Leví


Los contados de los levitas por sus familias son estos: de
Gersón, la familia de los gersonitas; de Coat, la familia de los
coatitas; de Merari, la familia de los meraritas. Estas son las
familias de los levitas: la familia de los libnitas, la familia de los
hebronitas, la familia de los mahlitas, la familia de los musitas,
la familia de los coreítas. Y Coat engendró a Amram. La mujer
de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en
Egipto; ésta dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a María
su hermana.
El contexto en el cual se desarrolla la historia DE JOCABED, es
un tiempo muy difícil para Israel porque están esclavos en
Egipto, veamos qué pasó desde que José fue vendido por sus
hermanos, fue a dar donde Potifar en Egipto, y allí Dios lo usó
para interpretar varios sueños, entre ellos a Faraón las 7 vacas
gordas y las 7 vacas flacas y Dios le dio sabiduría para la
interpretación, además sugirió la solución a Faraón, quien lo
puso por Gobernador de Egipto.

Gén. 41:40-41 y Gen, 42), ya que cuando hubo hambre en toda


la tierra y por la sabiduría de José en Egipto se recogió mucho
alimento de tal manera que cuando empezaron los 7 años de
hambre en la tierra iban de todo el mundo por comida y Jacob
también envío a sus hijos a buscar comida a Egipto (donde su
hijo José era Gobernador y todo el pueblo de Israel terminó en
Egipto).
Gén. 46.28 “Y tomaron sus ganados, y sus bienes que habían
adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto, Jacob y
toda su descendencia consigo; sus hijos, y los hijos de sus hijos
consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y a toda su
descendencia trajo consigo a Egipto”.
Gén 45: 6-7. “Todas las personas de la casa de Jacob, que
entraron en Egipto, fueron setenta”.
Éxodo 1: 6-7 Y José estaba en Egipto. Y murió José, y todos sus
hermanos, y toda aquella generación. Y los hijos de Israel
fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y
fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.

Estando Amrad y Jocabel en Egipto, empezó la opresión por


parte del nuevo Faraón que no conoció a José, menos a sus
hijos y nietos, y por miedo a que se siguieran multiplicando y se
unieran sus enemigos y pelearan y los perdieran como esclavos,
les impusieron tributos, les hacían construir ciudades, y
aumentaron la carga poniéndoles a hacer el barro y el ladrillo, y
labores del campo, además del mal trato que recibían porque
eran esclavos de los egipcios.

Éxodo 1: 8-10 Y se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no


conocía a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los
hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. Ahora,
pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y
acontezca que, viniendo guerra, él también se una a nuestros
enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
Éxodo 1: 11-14 Entonces pusieron sobre ellos comisarios de
tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para
Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. Pero
cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían,
de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. Y los
egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, y
amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y
ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual
los obligaban con rigor.

De la libertad que gozaban en Canaán tienen que ir a Egipto por


causa del hambre y allí tuvieron algunos años de bienestar,
mientras José y sus hermanos vivían, luego cambio por
completo sus vidas, vino la más cruel esclavitud y por último la
muerte de los varones que les nacían.

Este contexto se parece mucho al mundo actual (Egipto), hay


tanta desigualdad en las sociedades, hay opresores y
oprimidos, hay cargas impuestas por los gobiernos, la vida cada
vez se hace más difícil, la moneda se desvaloriza de tal forma
que se debe trabajar más duro para poder tener una vida medio
digna, y sobre todo no hay tiempo suficiente para buscar de
Dios, la vida nos esclaviza.
Como los hebreos entre más los oprimían más se multiplicaban,
Faraón dio las siguientes órdenes:

Éxodo 1: 15-17 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las


hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les
dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el
sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. Pero las
parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey
de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños.
Éxodo 1: 22 Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo:
Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la
vida.

En esta difícil situación JOCABED queda embarazada y nace su


tercer hijo y tiene que enfrentar el duro régimen de Faraón:

Éxodo 2:1-10 Nacimiento de Moisés


Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija
de Leví,
la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso,
le tuvo escondido tres meses. Pero no pudiendo ocultarle más
tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y
brea, y colocó en ella al niño y lo puso en
un carrizal a la orilla del río. Y una
hermana suya se puso a lo lejos, para ver
lo que le acontecería. Y la hija de Faraón descendió a lavarse al
río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la
arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase.
Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y
teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es
éste. Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a
llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño?
Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y
llamó a la madre del niño, 9 a la cual dijo la hija de Faraón:
Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó
al niño y lo crio. 10 Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija
de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés,
diciendo: Porque de las aguas lo saqué.

Jocabed significa: Dios es glorioso, Jehová es Gloria, Jehová es


Glorioso, Regalo de Dios y piedra preciosa.

Jocabed era hija de Leví y se casó con Amrad (su sobrino, hijo
de Coat), ambos pertenecían a la tribu de Levi, la tribu
sacerdotal.

JOCABED era una madre temerosa del Señor, y amaba a su hijo,


por lo que cuando nació, ella lo escondió durante tres meses, a
pesar del decreto del Faraón de matar a todo hijo varón, ella
también expuso su vida (contó con el apoyo de su esposo
Amrad y sus hijos), pero ya el niño iba creciendo y era difícil
esconderlo más, en ese momento se ve enfrentada a sus
sentimientos, aunque no quería desprenderse del niño, era
necesario hacerlo y solo pudo hacerlo clamando a los pies del
Señor, donde entendió que sus sentimientos no podían salvar a
aquel hijo; los sentimientos no tienen la capacidad de resolver
los conflictos, los problemas, las dificultades. Muchas veces
estamos luchando con nuestros sentimientos, pensando que
eso es la fe, pero no, la fe no tiene que ver con lo que uno
siente, sino a quién dirigimos la mirada. “Puestos los ojos en
Jesús, el autor y el consumador de la fe…” (Hebreos 12:2),
aunque iba a dejar su hijo en el rio Nilo, ella sabía que la mano
del Señor estaría con él y que el Señor tenía un propósito con
este niño. A veces por escuchar nuestros sentimientos no
permitimos que Dios obre en un hijo (a), porque truncamos su
propósito.

JOCABED pensó en una estrategia, y la puso en acción,


confiando que el Señor haría un milagro. Ella había estado
rondando el río Nilo y sabía que la hija de Faraón solía ir a
bañarse acompañada de sus nodrizas, y pensó cómo podía dejar
al niño en el río para que la princesa lo viera, a la vez que el
niño no se ahogará, ni sufriera daño alguno. El Señor le dio
sabiduría y consiguió una arquilla (arca pequeña), -ella ya sabía
que tiempo atrás, cuando el Señor envió el diluvio sobre la
tierra, como Noé construyó un arca en la cual se salvó su
familia y muchos animales-, y pensó que esta arquilla también
traería salvación a su hijo. En Egipto el junco era la materia
prima con la que se construían las embarcaciones y para que la
arquilla fuera segura dentro del agua, la calafateó (untó) con
asfalto y brea, doble protección; el asfalto se recogía de pozos
de petróleo naturales que brotaban a la superficie de la tierra,
con esto protegía la arquilla una contra las infiltraciones de
agua; la brea es una resina que pega y solidifica la estructura
para que no se deshaga, -la brea fue usada por Noé para
calafatear el Arca según la orden de Dios-.

El edicto de Faraón exigía entregar a la muerte todo varón que


naciera, pero ella venciendo el temor, desafío la orden, cuando
muchas otras madres se dejaron arrebatar sus hijos de Satanás
que estaba obrando a través de Faraón (Juan 10:10 El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir”.
Dios está interesado en nuestros hijos, en nuestra familia y Él
quiere que, así como JOCABEL, peleemos la batalla de la fe
sabiendo que Él está de nuestro lado y así parezca que todo
está perdido con nuestros hijos, con el esposo, con la esposa,
con esa madre, con ese padre, con ese familiar, con ese amigo,
debemos luchar, arriesgarnos y sufrir lo que sea necesario,
sabiendo que así como Dios ayudó a JOCABEL, también nos
ayudará a nosotras, tendremos la victoria sobre nuestros hijos,
(1 Juan 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al
mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra
fe.).

La decisión de JOCABED salvó la vida de Moisés, el cual llegó a


ejercer uno de los ministerios más extraordinarios en el antiguo
testamento, era el hombre que hablaba cara a cara con Dios:
Éxodo 33:11 “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como
habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; …
El niño fue rescatado del agua por la princesa, cuando ya no
había más oportunidad para él, pero Dios estaba allí, De igual
forma cuando David peleó con el gigante Goliat, no tenía nada a
favor, no le sirvió la armadura, el gigante era un gran guerrero
y muy fuerte comparado con el pequeño David, pero Dios
estaba con él. Daniel en el foso de los leones hambrientos, fue
lanzado y se cerró el foso, pero Dios estaba allí con él y su
ángel cerró las fauces de leones.

En sociedad actual Satanás ha ganado terreno sobre las


familias y los hijos, se está viviendo las consecuencias de darle
la espalda a Dios y a su Palabra, el 83% de los jóvenes que
están cumpliendo condenas proceden de hogares
disfuncionales y con diversas problemáticas, violencia intra
familiar, padres separados, consumo de drogas y alcohol,
madres solteras, sectas urbanas y satánicas, desempleo, falta
de valores y moral, es decir se han dejado llevar por la
corriente de este mundo”
Efesios 2:1-10 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais
muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu
que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales
también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos
de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo
que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su
gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar
en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en
su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas.

Las madres cristianas velamos por la salvación de nuestros


hijos y que ellos perseveren en este precioso camino, y
haremos todo lo que sea necesario, con la ayuda y de la mano
del Señor, para procurar que ellos estén dentro del arca de
salvación y la calafateamos con doble protección, sabiendo que
nuestros hijos deben luchar en un gran rio, donde se
encontrarán con muchas aguas, donde hay cantidad y variedad
de peligros, y deben estar impermeabilizados vestidos con toda
la armadura de Dios y arraigados a Él, a través de su Santo
Espíritu. Nosotras debemos ser como esa mujer virtuosa de
Proverbios 31:18 Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no
se apaga de noche. Proverbios 31.21 No tiene temor de la nieve
por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas
dobles. Proverbios 31.26-28 Abre su boca con sabiduría, Y la ley
de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su
casa, Y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la
llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba.

Talvez te encuentres en situación difícil, has hecho todo lo


posible y no hay salida, no hay recursos, es una circunstancia,
una persona (esposo o esposa no creyente, un hijo rebelde que
no escucha consejos); lo único que puedes hacer es lo que hizo
JOCABED, colocar esa circunstancia o esa persona en la arquilla
y entregarlo en las manos del Señor y así como él estuvo con
Moisés, con David, con Daniel, estará contigo, él tomará control
de todo y hará un milagro, solo debes confiar y él hará.
En el río Nilo hay cocodrilos, pero Dios no permitió que atacaran
aquella pequeña embarcación. Cuando ponemos algo en las
manos de Dios, Él lo guarda, su mano poderosa iba llevando al
niño hacia la hija de Faraón. Este era el mejor lugar donde el
niño podía estar, en la casa de la hija del Faraón, quien había
condenado a Moisés, era el lugar más seguro en todo Egipto.
Moisés pasó de la amenaza de muerte a la protección en el
palacio. Nadie se atrevería a intentar hacerle daño al protegido
de Faraón
JOCABED hizo lo suyo: alistó la arquilla, la calafateó y puso allí
al niño y le dijo a su hija María que estuviera pendiente de la
arquilla cuando la hija de Faraón bajara al rio, de tal forma que
cuando la princesa vio la arquilla, la hizo traer y la abrió y vio al
niño llorando, en ese momento el Señor tomó control y empezó
a obrar: la princesa se conmovió a través del llanto del niño, y
la hermana del niño se ofreció a traer una nodriza hebrea para
que lo cuidara lo cual pareció bien a la princesa y aceptó, y ella
trajo a la propia madre del niño, es decir, a JOCABED, no solo El
Señor le devolvió a su niño, sino que la princesa le pagaría por
criarlo.
JOCABED sabía que solo contaba con tres años para instruir a su
hijo en la Ley del Señor. (Proverbios 22:6 Instruye al niño en su
camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.)
El haber estado con su propia madre JOCABEL, hizo posible que
Moisés creciera conociendo que era israelita de nacimiento y
creyendo en el único y verdadero Dios, el creador del cielo y de
la tierra, el Dios que se apareció a Abraham, a Isaac y a Jacob y
que ahora, aunque estaban en un país extraño, también estaba
con sus padres y con él.

Ella seguramente le enseñó el camino, las leyes y mandatos que


había aprendido de sus antepasados:

Génesis 18:17-19 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que


voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y
fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de
la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa
después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo
justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo
que ha hablado acerca de él.

Génesis 22:15b-17 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por


segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice
Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado
tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que
está a la orilla del mar;

Génesis 26:4-5 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas


del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas
las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por
cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis
mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
Génesis 39:9-12 No hay otro mayor que yo en esta casa, y
ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su
mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra
Dios? Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para
acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció que
entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de
los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme
conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó
y salió.

Génesis 42:20 Pero traeréis a vuestro hermano menor, y serán


verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron
así. Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado
contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma
cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido
sobre nosotros esta angustia. Entonces Rubén les respondió,
diciendo: ¿No os hablé yo y dije: ¿No pequéis contra el joven, y
no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.

Fueron tan firmes y contundentes las enseñanzas de JOCABED a


su pequeño hijo que en el gran capítulo de la FE, no solo se
exaltan sus padres, sino al mismo Moisés.

Hebreos 11:23-29 … Por la fe Moisés, cuando nació, fue


escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño
hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés,
hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,
escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que
gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por
mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los
egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la
fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo
como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la
aspersión de la sangre, para que el que destruía a los
primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo
como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo,
fueron ahogados.

Jocabed nuevamente se ve confrontada con sus sentimientos


porque llegó la hora de entregar nuevamente su hijo, en esta
ocasión a la hija de Faraón, pero nuevamente su fe en Dios está
por encima de sus sentimientos y con dolor, pero a la vez
sabiendo que contaba con la aprobación del Señor, se lo
entrega. Hasta ese momento, es decir, durante 3 años Jocabed
no puso nombre a su hijo, o si lo puso la Biblia no lo menciona,
es la hija de Faraón quien lo llama Moisés, porque de las aguas
lo sacó.

Éxodo 2:10 Y cuando el niño creció,


ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual
lo prohijó, y le puso por nombre
Moisés, diciendo: Porque de las aguas
lo saqué.

JOCABED, posiblemente hasta que lo


destetó lo tuvo bajo su techo y
cuidado.
1 Samuel 1:23-25 Y Elcana su marido le respondió: Haz lo que
bien te parezca; quédate hasta que lo destetes; solamente que
cumpla Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crio a su hijo
hasta que lo destetó. Después que lo hubo destetado, lo llevó
consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de
vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era
pequeño.

Si vemos el caso de Ana y su hijo Samuel, él debía tener por lo


menos tres años, ya que los varones levitas eran registrados a
partir de esa edad. (2Cr 31:16.). Parece ser que Isaac tenía
unos cinco años cuando se le destetó.

Romanos 2:12-16 Porque todos los que sin ley han pecado, sin
ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado,
por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley
los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán
justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley,
hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no
tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley
escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y
acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en
que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres,
conforme a mi evangelio.

C. ELLA MANDÓ A SU HIJA A VIGILAR LA ARQUILLA.


1.- Nadie sospecharía de una niña jugando a la orilla del rio.
2.- Ella sabía qué hacer si alguien sacaba la arquilla del rio.
D. TUVO QUE DESPRENDERSE DOS VECES DE SU HIJO
1.- Cuando los subió a la arquilla y lo puso en el rio
2.- Cuando lo tuvo que entregar a la hija del faraon.
E. ELLA EDUCO BIEN A SU HIJO CUANDO ESTUVO EN SU CASA –
mandamiento con promesa
2.- Aunque Moisés fue instruido en Egipto, sus maestros no pudieron
borrar de su mente el conocimiento del Dios verdadero.
a) Sin duda le enseñaron sobre los dioses paganos de los egipcios.
b) el dijo: “mi mamá me enseñó algo mejor que esto”
c) al fin él eligió identificarse con los judios:
3.- El educar bien a los hijos precisa de mucha sabiduría.

III. LOS LOGROS DE SU VIDA


A. ELLA SALVÓ A SU HIJO En un sentido, ella le dio vida 2 veces
B. LE DIO LA MEJOR EDUCACIÓN DISPONIBLE
C. ELLA TUVO EL GOZO DE SER LA MADRE DEL HOMBRE QUE LIBERÓ AL
PUEBLO DE ISRAEL.
IV. CONCLUSIONES
SI JOCABED PUDO ALCANZAR TANTOS LOGROS EN UN MUNDO TAN
MALO COMO EL DE AQUEL ENTONCES. ENTONCES LAS MUJERES DE HOY
PODEMOS HACER LO MISMO.
HAY MUCHO QUE HACER… Y ENTRE LO MAS IMPORTANTE ES EDUCAR
BIEN A NUESTROS NIÑOS.
JOCABED SIRVE COMO UN EXCELENTE EJEMPLO.

"Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se


apartará de él" (Proverbios 22:6). Criar y formar a un niño
dentro del contexto de este proverbio, significa que comienza
con la biblia, entendiendo que: "Toda la Escritura es inspirada
por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir…" (2 Timoteo 3:16). Enseñar a los niños las
verdades de las escrituras los hará sabios para la salvación (2
Timoteo 3:15); enteramente preparados para toda buena obra
(2 Timoteo 3:17); preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que les demande razón
de la esperanza que hay en ellos (1 Pedro 3:15); y prepararlos
para resistir la embestida de las culturas, empeñados en
adoctrinar a los jóvenes con los valores seculares.
La biblia nos dice que los hijos son un don de Dios (Salmo
127:3). Sin duda entonces, pareciera adecuado escuchar el
sabio consejo de Salomón para formarlos correctamente. De
hecho, el valor que Dios ha puesto cuando le enseñamos a
nuestros hijos la verdad, se trata claramente por Moisés cuando
le enfatizó a su pueblo la importancia de enseñar a sus hijos
acerca del Señor, de Sus mandamientos y leyes: "y las repetirás
a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás
como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus
ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas"
(Deuteronomio 6:7-9). La minuciosidad de Moisés resalta su
profunda preocupación de que las sucesivas generaciones
mantuvieran la obediencia a las leyes de Dios para asegurarse
de "habitar en la tierra seguros" (Levítico 25:18), que les "fuera
bien" (Deuteronomio 12:28) y que Dios los bendijera en la tierra
(Deuteronomio 30:16).

La biblia claramente enseña que instruir a los niños para


conocer y obedecer a Dios, es la base para complacerlo y para
vivir victoriosamente en Su gracia. Conocer a Dios y Sus
verdades, comienza con la comprensión que el niño tiene del
pecado y de la necesidad de un Salvador. Incluso los niños muy
pequeños comprenden que ellos no son perfectos y pueden
captar a una edad temprana la necesidad del perdón. Los
padres amorosos presentan a un Dios amoroso que no
solamente perdona, sino que ofrece el sacrificio perfecto por el
pecado, y ese sacrificio es Cristo Jesús. Instruir a un niño en el
camino que debe seguir, significa, en primer lugar, dirigirlos al
Salvador.

La disciplina es una parte integral de la crianza de hijos


piadosos, pues sabemos que el "Señor al que ama castiga"
(Proverbios 3:12). Por lo tanto, no debemos tomar a la ligera la
disciplina ni tampoco sentirnos desanimados ya que el Señor
"azota a todo el que recibe por hijo" (Hebreos 12:5-6). Y
sabemos que Dios nos disciplina para nuestro bien, para que
podamos participar de Su santidad (Hebreos 12:10). Asimismo,
cuando disciplinamos a nuestros hijos, ellos reciben sabiduría
(Proverbios 29:15) y eso nos dará descanso (Proverbios 29:17)
y respeto (Hebreos 12:9). De hecho, incluso a una edad
temprana, los niños son capaces de discernir que la disciplina
está fundamentada en el amor. Es por eso que los niños que
crecen en hogares sin disciplina, a menudo no se sienten
amados y son más propensos a desobedecer la autoridad a
medida que crecen. Recuerde que la disciplina administrada
debe ser acorde con la ofensa. La disciplina física, como la
corrección con vara (correctamente motivada), es aprobada por
la biblia (Proverbios 13:24, 22:15, 23:13-14). De hecho, la
disciplina, aunque pueda parecer desagradable cuando se
recibe, producirá un "fruto apacible de justicia a los que en ella
han sido ejercitados" (Hebreos 12:11).

Los padres deberían tener el mismo celo que Moisés tuvo para
enseñar a sus hijos. A los padres se les ha dado el privilegio de
ser guardianes de la vida de sus hijos durante un período de
tiempo muy corto, aunque la enseñanza y la formación que
ofrecen es eterna. De acuerdo a los principios de los
proverbios, un niño que es diligentemente entrenado en el
"camino que debe seguir", probablemente permanecerá fiel a
ese camino en esta vida y cosechará sus frutos en la vida
venidera.
http://impactoevangelistico.net/noticia/601-jocabed-madre-para-crisis

. Nuestros hijos tienen que hacer frente a unas aguas impetuosas en las
escuelas, universidades, compañías, están rodeados de un ambiente
decadente y agresivo contra todo concepto moral. La Biblia es
cuestionada por maestros, amistades, estamos viviendo en los días del
fin, y las aguas contaminadas del pecado han tomado proporciones
universales. ¿Estamos usando lo que puede vencer ese río impetuoso y
contaminado? ¿Nos preocupa lo que estamos usando para la arquilla de
nuestros hijos?

RENOVANDO LA ENTREGA

“Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo


prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo
saqué.” Éxodo 2:10.
Jocabed había tenido aquel hijo en sus brazos unos años más, sin
embargo, cuando llegó la hora, lo tuvo que entregar por segunda vez.
Ésta es otra clave hermosa: tuvo que renovar la entrega cuando el niño
creció. Jocabed tuvo que sacrificar de nuevo sus sentimientos, su amor
de madre para que los propósitos de Dios se cumplieran con su hijo y la
nación de Israel. La elección era dura, pero ¿qué era mejor, un hijo vivo
en otras manos o un hijo muerto en las suyas? ¿Preferimos un hijo vivo
en las manos de Dios o un hijo muerto en nuestras manos? Algunas
veces nos aferramos, y traemos muerte en vez de la vida.

Es en el proceso de la entrega, del sufrimiento que nacen las grandes


liberaciones; todo un pueblo esclavizado estaba recibiendo liberación
por medio de una madre que supo renovar su entrega. Jocabed entregó
al río a un niño condenado, un instrumento escogido por Dios, y éste le
entregó a Israel un libertador. ¡Cuán grandes cosas produce la entrega
a Dios!

1.    LE ENSEÑO AMAR A DIOS (DEUTERONOMIO 6:5)

2.    LE INSTRUYO..SEGURAMENTE LE HABLABA EN SU CASA, EN EL


CAMINO, AL ACOSTARSE, AL LEVANTARSE (DEUTERONOMIO 6:7)
3. Ella era honorable y sus 3 hijos siguieron su ejemplo y fueron grandes
ante los ojos de Dios y de los hombres
4. Cuando Dios le hizo el llamado a Moisés, él no se rehusó.
5. Lo lloró doble vez, cuando lo dejó en el rio Nilo dentro de la arquilla
(aunque allí estaba obrando su fe en Dios) y cuando lo entregó criado(3
años) a la princesa de Egipto.
A veces, los sentimientos de la madre o del padre malogran los propósitos
de Dios para con los hijos, se cree que esto o aquello conviene más y
nos anteponemos a los propósitos de Dios. ¿Cuántos hijos sufren
durante toda la vida las malas decisiones u orientaciones que no
estuvieron respaldadas por la oración delante de Dios? ¿Cuántos
ministerios se han malogrado a causa de las decisiones paternas y
maternas? Tenemos una enorme responsabilidad, esta no puede ser
llevada a cabo si no dependemos de Dios.
ELLA, ENTREGO A SU HIJO, FINALMENTE, DESPUES DE TENERLO,
CRIARLO, INSTRUILO EN LOS CAMINOS DE DIOS (EXODO 2:10)
Moisés nunca negó el nombre que recibió de la hija de Faraón, sino que
se identificó plenamente con ese nombre; se entregó plenamente a los
propósitos de Dios porque su madre supo prevalecer en la crisis. Puede
que no hayamos tenido las mejores condiciones en nuestra vida, pero
no debemos vivir amargados, resentidos, frustrados, sino abiertos a la
utilidad que nuestro Dios nos quiera dar, todavía Él puede hacer algo
con nosotros y con nuestros hijos.
ACERCA DE LOS LEVITAS (TRIBÚ DE LEVÍ)
Números 3:12 He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los
hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros
nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas.
Números 8:16 Porque enteramente me son dedicados a mí los
levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer
nacido, los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de
todos los hijos de Israel.
Deuteronomio 10:9 Por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad
con sus hermanos; el SEÑOR es su heredad, como el SEÑOR tu
Dios le dijo.
Deuteronomio 18:1 Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví,
no tendrán parte ni heredad con Israel; de las ofrendas
encendidas al SEÑOR, y de la heredad de él comerán.
Más adelante vemos que la Tribu de Leví fue la tribu sacerdotal
elegida por Dios para servirle y ministrar al pueblo de Israel, se
encargaban de armar, desarmar y trasladar los elementos que
componían el Tabernáculo, es decir, se le confió el cuidado y el
servicio del tabernáculo, y más tarde del templo. El resultado
fue que Dios escogió esta tribu como sus siervos especiales
para realizar los deberes religiosos que hasta entonces
correspondían a los primogénitos, quienes, de acuerdo con la
costumbre patriarcal, habían sido considerados los sacerdotes
de cada familia (Números 3:9, 11-13, 40, 41, 45).
En el primer censo en el desierto se encontró que había 22.000
levitas (versículo 39), pero 22.273 primogénitos de las demás
tribus (versículo 43). Los 273 primogénitos que sobrepasaban
el número de levitas fueron redimidos con el pago de 5 siclos
por cada uno, y así fueron liberados del servicio en el
tabernáculo (versículos 46-51).

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