Comunión con la Gente de Cristo
PRINCIPIOS
¿Qué es Comunión?
La palabra “comunión” significa compartir.
La palabra alemana para comunión en
alemán es muy expresiva y extrae el
significado en una forma muy clara.
“Gemeinschaft” siginfica tener o sostener
las cosas en comunidad. Eso fue
exactamente la experiencia de la Iglesia
primitiva, y ciertamente no carece de
significado que el movimiento de Esfuerzo
Cristiano en Alemania usa esta palabra para
designar este principio.
N del Tr. En español la palabra comunión
tiene un signficado igualmente claro y
expresa exactamente el sentido de este
principio del EC. El documento original –en
inglés- trata de explicarlo ya que se usa la
palabra “fellowship”, cuyo siginificado
común está más asociado con lo que
nosotros conocemos como compañerismo.
Podemos leer que los primeros
cristianos: “Y perseveraban en la doctrina
de los apóstoles, en la comunión unos con
otros, en la partición del pan y en las
oraciones.” Hechos 2:42.
Aquellos que tenían una experiencia rica
con Cristo lo compartían totalmente con
aquellos que no habían tenido el privilegio
de haber conocido a Jesús en carne.
Comunicaban sus enseñanzas, difundína
la fragancia de Su presencia y la compasión
de Su ser. Cada fiesta era una “fiesta de
amor” y compartían el pan de casa en casa.
Esta forma de “fiesta de amor” se sigue
teniendo en muchas Iglesias, los miembros
parten el pan y lo comparten con otros, y
de la misma forma comparten sus
experiancias con Cristo. En Hechos 2:44,45
notamos cuán completo era el sentido de
pertenencia de unos con otros, teniendo
una responsabilidad por las necesidades de
otros.
Comunión es un privilegio del que
gozamos en la Iglesia. Sus beneficios son
demasiado preciosos para su vida y
crecimiento que no se puede pensar en
restringirlos de ninguna forma. El EC ha
experimentado un crecimiento natural en
sus aspectos interdenominacional,
interracial e internacional. A través de esas
relaciones ha aprendido a apreciar las
vitales contribuciones de cada rama de la
Iglesia.
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Emphases 7/1 page 1,2 Resuorce Manual
(International Society of Christian Endeavor)
Comunión y
Responsabilidad
Los privilegios tienen sus correspondientes
responsabilidades. Esto, como hemos
notado, lo reconoció la Iglesia primitiva. En
el EC tratamos de reforzar esto
recoonociendo áreas en la cuales el fuerte
puede ayudar al débil. Pennsylvania vió y
respondió a una necesidad en la India. Los
esforzadores alemanes, a través de
muchos años, han respondido a las
necesidades en varias partes del mundo.
Después del terremoto de Guatemala en
1976, esforzadores de todo el mundo
respondieron generosamente a sus
necesidades. Los esforzadores siempre
han respondido a necesidades en otras
áreas simpre que éstas se conocen. Es
responsabilidad de cada sociedad de EC
local responder a las necesidades y
promover la comunión a nivel local siempre
que vean surgir una necesidad.
Quizá el reto más efectivo para cualquier
ideología materialista es el ofrecer una
comunión cristiana en toda su magnitud a
la gente insatisfecha. Porque no ofrecemos
sólo el pan perecedero, sino que también
ofrecemos a Aquel que vive por siempre,
Cristo, el Pan de Vida.
El motivo para la Comunión
¿Por qué tener comunión con la
gente? ¿Existe algún motivo ulterior?
¿Buscamos la alabanza y favor de los
hombres? ¿Esperamos ganar algún
beneficio material? ¿a quién tratamos de
servir: a Cristo o a nosotros mismos?
En el EC, Cristo en Supremo. Confiamos
en Sus promesas, y a la vez prometemos
“hacer todo aquello que El quiera que
hagamos”. A través de la lectura de la Biblia
y la oración, hemos experimentado la
comunión con El, y como los primeros
apóstoles, hay quienes están ambrientos
de revelación de El. Recordando los que
dijo Cristo a Perdro a orillas del Mar de
Tiberiades, “alimenta a mis ovejas”
sabemos Su voluntad para nosotros. El se
dió a Sí mismo por nosotros, y nosotros
hemos sido desafiados a usar para El
nuestras fortalezas –mente, cuerpo y
espíritu- en nuestra época.
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Es muy importante que tomemos ventaja
de cada oprtunidad de adecuarnos al
servicio como miembros de la Iglesia de
Jesucristo para que tengamos algo valioso
que compartir con otros. Así como “Acero
afila Acero” el conocimiento de las cosas
del Evangelio y los problemas sociales e
internacionales de nuestra época nos
equipa para un mejor servicio.
Lecciones aprendidas en la
Comunión
Entre las experiencias lamentables de la
Iglesia Cristiana están aquellas surgidas de
la intolerancia. Esto ha llevado al cisma,
persecusión, inquisiciones, y conflicto
abierto. Se dice a menudo que los
movimientos realizados para la unidad de
la Iglesia son en realidad decepcionantes
intentos por parte de alguna sección de la
Iglesia por ganar más poder. En el EC
hemos aprendido a tener respeto por las
creencias de otros y, más aún, hemos
reconocido las valiosas contribuciones
hechas para el trabajo efectivo de la Iglesia
de Jesucristo de parte de creyentes de
diferentes denominaciones.
El EC ha practicado “comunión con el
pueblo de Cristo” desde su mero
surgimiento. Los movimientos hacia la
unidad de la Iglesia se han hecho por el
EC, siempre de una manera natural.
Nuestra experiencia es como la de aquel
cristiano indio, cuando se le preguntó: - ¿A
qué Iglesia perteneces?, contestó – A la
Iglesia Cristiana.
Se deben reconocer las diferencias. Por
ejemplo, las características distintivas de
una reunión Cuáquera y un servicio
Luterano, son obvias, pero nosotros
valoramos que en uno hay un énfasis en
esperar el movimiento del Espíritu Santo y
en la otra la dignidad de un Culto
oredenado, pero movido por el mismo
Espíritu.
La gloria de la Iglesia universal es la
unidad en la diversidad. Necesitamos
estudiar más la historia de las diferentes
facetas de la Iglesia Cristiana más allá de
nuestra propia denominación para poder
apreciar las diversas contribuciones que se
han hecho.
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La comunión perfecta es aquella en la valoró la comunión con sus discípulos. conmigo una hora?”. El quería y quiere la

que Jesús gozó con Su Padre. Esta
perfecta comunión, esta unidad, Jesús la
deseó para Sus discípulos cuando él oro
Su oración de intercesión (Juan 17). Jesús
Cuando alguno de Sus seguidores empezó
a alejarse le preguntó “¿Tú también te irás?”
y en la hora de soledad en el Huerto de
Getsemaní, Él dijo “¿no pudieron velar
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comunión de Su gente, y nuestro deseo de
comunión debería ser con el propósito
supremo de conocerle junto con otros.

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