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Hidroclimatología

ambiental
PID_00240769

José C. Balasch
Ramon J. Batalla
Con la colaboración de
Jordi Tuset

Tiempo mínimo de dedicación recomendado: 4 horas


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Índice

Introducción............................................................................................... 5

1. Recursos hídricos............................................................................... 7
1.1. Recursos hídricos mundiales ....................................................... 7
1.2. Ciclo hidrológico, presiones y fuentes de incertidumbre ........... 8
1.2.1. Los factores de control del clima global y la
variabilidad hidrológica ................................................. 11
1.2.2. La vulnerabilidad del almacenamiento natural a
largo plazo ..................................................................... 11
1.3. La calidad del agua ..................................................................... 15
1.4. Demanda creciente de agua ........................................................ 16
1.5. La gestión sostenible de los recursos hídricos ............................ 17
1.6. El balance de los recursos hídricos en la península ibérica ......... 19

2. Riesgos hidrológicos.......................................................................... 22
2.1. Introducción ................................................................................ 22
2.2. Las inundaciones ......................................................................... 23
2.2.1. Definición ...................................................................... 23
2.2.2. Tipo de inundaciones .................................................... 23
2.2.3. Causas ............................................................................ 27
2.2.4. Las inundaciones en Cataluña ...................................... 32
2.2.5. Prevención y protección contra las inundaciones ......... 35
2.3. Las sequías ................................................................................... 37
2.3.1. Definición ...................................................................... 37
2.3.2. Caracterización de una sequía (factores) ....................... 37
2.3.3. Tipos de sequía .............................................................. 37
2.3.4. Indicadores de sequía .................................................... 40
2.3.5. Las sequías en Cataluña ................................................ 43
2.3.6. Consecuencias de la sequía ........................................... 44
2.3.7. Gestión y planificación de sequías ................................ 45

Bibliografía................................................................................................. 47
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Introducción

Este módulo analiza los problemas ambientales desde el punto de vista de la


hidrología y la climatología y su incidencia en las actividades humanas. En este
sentido, se pretende que el alumno adquiera los conocimientos necesarios para
saber y entender las interacciones entre el medio hidroclimático y el hombre,
así como el papel y la importancia del agua como fuente de vida y desarrollo
socioeconómico y también como riesgo natural.
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1. Recursos hídricos

1.1. Recursos hídricos mundiales

3
Se estima que en el mundo hay unos 1.400 millones de km de agua, de los Nota
cuales un 3 % son de agua dulce (figura 1).
El contenido de este subapar-
tado ha sido extraído de:
La gran cantidad de agua dulce de las capas polares, glaciares y acuíferos pro- FAO (2002). Agua y cultivos.
FAO.
fundos no es utilizable. El agua dulce que puede ser usada más directamente
procede sobre todo de la escorrentía superficial del agua de lluvia, generada
en el ciclo hidrológico. El agua se recicla continuamente por la evaporación
causada por la energía solar. El ciclo hidrológico consume diariamente más
energía que la utilizada en toda la historia de la humanidad.

Figura 1. Distribución del agua en la tierra

Fuente: USGS ha adaptado al español la figura de Igor Shiklomanov (1993).

3
La media anual de precipitación sobre la Tierra llega a los 119.000 km , de los
que alrededor de 74.000 km3 se evaporan a la atmósfera. Los 45.000 km3 res-
tantes fluyen hacia lagos, embalses y cursos de agua, o se infiltran en el suelo
alimentando los acuíferos. Este volumen de agua se denomina convencional-
mente recursos�hídricos. No todos estos recursos son utilizables, porque parte
del agua fluye hacia ríos remotos y parte durante inundaciones periódicas. Se
estima que entre 9.000 y 14.000 km3 son económicamente utilizables por el
hombre, una cifra muy baja en comparación con la cantidad total de agua en
la Tierra.
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Las extracciones�anuales�de�agua para uso humano suponen alrededor de


3.600�km3. Parte del caudal de agua superficial tiene que seguir su curso natu-
ral para asegurar la dilución de efluentes y la conservación de los ecosistemas
acuáticos. El caudal ambiental que tiene que llevar un río depende de la época
del año y otros factores específicos de cada cuenca hidrográfica. Los caudales
mínimos anuales de los ríos se estiman en unos 2.350 km3, aunque hay que
conocer mejor los aspectos ecológicos de los ríos, que son complejos. Si a esta
cantidad se le suma la que se extrae para uso humano, resulta que ya están
comprometidos 5.950 km3 de los recursos de agua dulce fácilmente disponi-
bles. Globalmente, las cifras de recursos hídricos muestran que la situación es
delicada, teniendo en cuenta las proyecciones demográficas y las demandas
de agua. La situación es complicada en varios países y regiones, puesto que
tanto la población como los recursos están distribuidos irregularmente. La es-
casez de agua dulce y la competencia entre los usuarios está aumentando en
cada vez más zonas del mundo, y el cambio global puede incrementar esta
competencia.

1.2. Ciclo hidrológico, presiones y fuentes de incertidumbre

La precipitación proporciona agua sobre el planeta de un año a otro de manera Nota


desigual. Esta desigualdad comporta una considerable variabilidad entre los
El contenido de este subapar-
climas áridos y los húmedos y entre las estaciones secas y las húmedas. Como tado ha sido extraído sobre to-
resultado, la distribución del suministro de agua dulce es muy errática entre do de:
United�Nations (2012). «Ma-
diferentes países y regiones que reciben cantidades de lluvia muy desiguales a naging Water under Uncer-
tainty and Risk». The United
lo largo del año. La media de los recursos renovables de agua anuales totales Nations World Water Develop-
(The Average Total Annual Renewable Water Resources, TARWR) disponibles para ment (informe 4, volumen 1).
París: United Nations Educatio-
cada país (figura 2) proporciona una visión de esta variabilidad geográfica. nal.

Figura 2. Recursos renovables de agua anuales totales por país (1985-2010)

TARWR: The Average Total Annual Renewable Water Resources; media de los recursos renovables de agua anuales totales. Fuente:
Base de datos de la FAO AQUASTAT

Claramente, algunos países tienen más agua que otros. Sin embargo, esta me-
dida no es precisa, puesto que el tamaño de un país puede influir significativa-
mente en las diferencias entre los países. Por este motivo, es más útil conside-
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rar el total de agua disponible por persona (figura 3), que puede proporcionar
un indicador más adecuado de la disponibilidad de agua para fines sociales
o económicos. Hay que señalar, sin embargo, que en los países tropicales de
Asia y África, donde el número de habitantes es muy alto, la disponibilidad
de agua dulce por persona es más reducida. Esto plantea un serio desafío para
el futuro de la gestión�y�conservación�de�los�recursos�hídricos, así como de
los ecosistemas acuáticos asociados.

Figura 3. Recursos de agua renovables anuales totales per cápita (TARWR) por país frente a
datos de población de 2009

Fuente: Base de datos de la FAO AQUASTAT.

La comprensión de la distribución espacial y temporal y el movimiento del


agua es crucial para la gestión eficiente de los recursos hídricos. La gestión
de los planes y las políticas de recursos hídricos debe tener en cuenta esta
variabilidad y la distribución del suministro de agua dulce.

El ciclo�hidrológico es impulsado por un conjunto complejo e interrelacio-


nado de los procesos naturales dinámicos, a los que los científicos se refie-
ren como «forzamientos climáticos». La inclinación y la rotación de la Tierra
alrededor del Sol son los principales factores responsables de las variaciones
estacionales en la precipitación y la disponibilidad de agua. Los patrones de
circulación atmosférica y oceánica y sus interacciones son también importan-
tes factores de control del tiempo, del clima y del ciclo hidrológico. Por este
motivo, una mejor comprensión de estos fenómenos climáticos (por ejemplo,
ENSO: El Niño-Southern Oscillation, que en español sería ‘El Niño-Oscilación
del Sur’), así como de las «teleconexiones» entre los diferentes factores de con-
trol pueden mejorar la capacidad de predicción en muchas regiones del globo.

Los seres humanos están en proceso de alterar rápidamente el clima de la Tie-


rra y, por extensión, los patrones globales en la circulación de la humedad.
Un control significativo sobre esta parte del ciclo hidrológico no es posible,
pero el hombre tiene un impacto significativo sobre otros componentes del
ciclo. Algunas intervenciones son deliberadas, como la modificación de la di-
námica hidrológica por medio del almacenamiento y la transferencia de agua
entre cuencas: el primero afecta a las inundaciones, evitando o minimizando
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los daños cuando hay un exceso de agua, y en las sequías, asegurando la dis-
ponibilidad de agua cuando sea necesario; y la segunda sirve para llevarla allí
donde se necesite. Otras intervenciones, como el cambio de los usos del suelo
(por ejemplo, asentamientos urbanos o la agricultura), alteran notablemente
el ciclo hidrológico a través de cambios en las tasas de infiltración, escorrentía
y evapotranspiración.

La situación de los recursos hídricos cambia constantemente, como resultado


de la variabilidad natural del sistema climático y la alteración antropogénica
de este sistema y de la superficie de la tierra a través de la cual se modula el
ciclo hidrológico. Los cambios específicos en los recursos hídricos y el ciclo
hidrológico incluyen:

• Los cambios en la media de los flujos superficiales debido a la variabilidad


natural del clima en diferentes escalas de tiempos (por ejemplo, interanual
y multidecenal) y el cambio climático.

• El aumento potencial de fenómenos de inundación debido al cambio cli-


mático.

• El aumento en las «pérdidas» de agua por el aumento de la temperatura.

• Los cambios en la estacionalidad (o tiempo) de los flujos, especialmente


en la fusión de la nieve en las cuencas.

• Los cambios en los flujos de los glaciares debidos a su retirada.

• La disminución de la nieve y el permafrost (capa helada del suelo).

• El agotamiento del agua subterránea (hecho que reduce la posibilidad de


atenuar los déficits en contra de la variabilidad de las precipitaciones).

• Los cambios en la humedad del suelo.

El estado de los recursos hídricos también se ve influenciado por las deman-


das socioeconómicas de agua. Estas están, a su vez, influenciadas por el cre-
cimiento demográfico, el desarrollo económico y los cambios en la dieta, así
como por las medidas de control ejercidas para proteger a la población insta-
lada en las llanuras de inundación y en las regiones propensas a la sequía. Es-
tas fuentes de cambio y las interacciones entre ellas crean un nuevo nivel de
incertidumbre asociado con el uso y la disponibilidad de los recursos hídricos,
incertidumbres que tenemos que añadir a aquellas que están en relación con
el sistema climático de la Tierra y el ciclo hidrológico. Como resultado, ya no
es posible asumir que la evolución futura del registro hidrológico seguirá el
mismo curso que el registro histórico.
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1.2.1. Los factores de control del clima global y la variabilidad


hidrológica

El movimiento del agua en escalas espaciales y temporales sobre el mundo


juega un papel crucial en la creación de zonas de abundancia y escasez. Cada
vez es más evidente que algunos factores�de�control�del�clima a gran escala
orquestan este movimiento, por ejemplo: El Niño-Oscilación del Sur (ENOS),
la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO), la Oscilación del Atlántico Norte
(NAO) y la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO).

Una mayor comprensión de estos controladores ha llevado a su uso en las


predicciones interanuales de la hidrología y el clima y a una planificación más
eficiente de los recursos.

1.2.2. La vulnerabilidad del almacenamiento natural a largo


plazo

Agua subterránea: un recurso elástico en transición

La evolución del papel de las aguas subterráneas en el planeta, a diferencia


de las aguas superficiales que se han desarrollado intensamente en muchas re-
giones durante miles de años, se ha mantenido como un recurso escasamente
explotado hasta hace menos de un siglo. Sin embargo, durante el siglo XX, una
«revolución silenciosa» sin precedentes (Llamas y Martínez-Santos, 2005) en
la extracción de agua subterránea se ha llevado a cabo en todo el mundo. Este
incremento fue impulsado por el crecimiento de la población y la creciente
demanda asociada de agua, alimentos e ingresos, y la facilidad para el conoci-
miento, la tecnología y el acceso a la financiación.

La extracción intensiva de agua subterránea empezó en la primera mitad del


siglo XX en un número limitado de países, entre ellos Italia, México, España y
Estados Unidos, y después se expandió a todo el mundo desde los años sesen-
ta (Comprehensive Assessment of Water Management in Agriculture, 2007). Esto
cambió de manera fundamental el papel de las aguas subterráneas en la socie-
dad humana, en particular en el sector del riego, donde se activó una «revolu-
ción agrícola del agua subterránea» (Giordano y Villholth, 2007), que aumen-
tó significativamente la producción de alimentos y el desarrollo rural. El uso
de las aguas subterráneas también ha modificado considerablemente los ciclos
de agua locales y globales, las condiciones ambientales y los ecosistemas.

A partir de 2010, la extracción de agua subterránea a escala mundial se estima


en aproximadamente 1.000 km3 por año, de los que aproximadamente el 67
% se utiliza para el riego, el 22 % para consumo doméstico y el 11 % para fines
industriales (Margate, 2008; IGRAC, 2010; Siebert y otros, 2010; AQUASTAT,
2011; EUROSTAT, 2011). La figura 4 muestra la distribución mundial de ex-
tracción de agua subterránea en 2000.
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Dos terceras partes de la cantidad total se extrajeron en Asia, y la India, Chi-


na, Pakistán, Irán y Bangladesh son sus grandes consumidores. La tasa de ex-
tracción de agua subterránea mundial se ha triplicado durante al menos los
últimos cincuenta años y sigue creciendo a un ritmo anual del 1 al 2 %. En
varios países, sin embargo, las tasas de extracción han tocado techo y ahora
son estables o incluso están decreciendo (Comprehensive Assessment of Water
Management in Agriculture, 2007). Estas estimaciones pueden no ser precisas,
pero sugieren que la extracción de agua subterránea representa aproximada-
mente el 26 % del total de extracción de agua global, que equivale al 8 % de la
media mundial de recarga de las aguas subterráneas. El término recarga hace
referencia a la reposición y renovación del agua de los acuíferos por infiltra-
ción del agua de lluvia y las aportaciones fluviales.

Figura 4. La intensidad de la extracción de agua subterránea para el año 2000 (en mm por
año), asignada a 0,5 × 0,5 celdas de la malla para el modelo de PCR-GLOBWB

Fuente: Wada y otros (2010), AGU; extraído de The United Nations World Water Development (informe 4, volumen 1), Unesco.

El agua�subterránea es actualmente una fuente importante de agua para el


consumo humano, ya que suministra casi la mitad�de�toda�el�agua�potable
al�mundo (WWAP, 2009), y alrededor del 43 % de toda el agua consumida en
el riego (Siebert y otros, 2010). Su importancia no solo recae en los grandes
volúmenes de agua que puede ofrecer, sino en su estabilidad, hecho que ase-
gura la disponibilidad del recurso incluso durante largos periodos sin precipi-
taciones o de sequía. Esto permite a las personas tener acceso seguro al agua
en regiones que, de otro modo, serían demasiado secas. Aun así, algunos de
estos acuíferos están constituidos por almacenamientos de aguas subterráneas
no renovables, o sea, sin capacidad de recarga. Este hecho comporta que, con
el tiempo, pueden ser explotados hasta el agotamiento o disminución de la
calidad (por ejemplo, por salinización en acuíferos costeros) si su uso no se
gestiona adecuadamente. Lo mismo puede pasar con los almacenamientos de
aguas subterráneas renovables si la extracción es superior a la recarga (figura
5), tanto natural como artificial.
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Figura 5. Evolución anual del nivel piezométrico de las aguas subterráneas de la llanura norte de
China y del hidrograma del río Fuyang que la cruza

A finales de los años setenta, la captación y extracción de recursos es tan alta que impacta en el caudal medio anual y el nivel
piezométrico del acuífero. Si se mantiene la intensidad de extracción se acabarán por agotar los recursos. Fuente: Konikow y
Kendy (2005); extraído de The United Nations World Water Development (informe 4, volumen 1), Unesco.

Además, el cambio de uso del suelo y la emisión de sustancias contaminantes


afectan al estado de los sistemas de aguas subterráneas. El cambio climático y
las medidas de gestión de los recursos hídricos también tienen un impacto so-
bre el estado de los sistemas de aguas subterráneas. Como resultado, la mayo-
ría de los sistemas mundiales de aguas subterráneas ya no están en equilibrio
dinámico, sino que muestran tendencias significativas. Mientras que el grueso
de los recursos de aguas subterráneas a poca profundidad globales e interme-
dios tienen una calidad adecuada para la mayoría de los usos, se han observa-
do cambios graduales en la calidad de las aguas subterráneas locales en zonas
dispersas en todo el mundo. Los cambios más importantes son causados por
los contaminantes producidos por los seres humanos, como los residuos líqui-
dos y sólidos, productos químicos utilizados en la agricultura, estiércoles del
ganado, los flujos de regreso de irrigación (nitratos), los residuos de la minería
y la contaminación del aire. Una segunda categoría, tal como apuntábamos
anteriormente, se produce por la migración de agua de mala calidad a zonas
de acuíferos, como intrusión de agua salada en las zonas costeras o migración
ascendente de las aguas subterráneas salinas profundas como consecuencia de
extracción de agua subterránea. Se espera que el cambio climático y la subida
del nivel del mar asociada pueden constituir otra amenaza para la calidad del
agua subterránea en las zonas costeras.

Los glaciares y su papel dentro de la hidrología de montaña

Las montañas reciben mucha más precipitación que las tierras bajas que las
rodean. Su contribución al suministro de agua es de particular importancia
cuando las tierras bajas son áridas (Viviroli y otros, 2003).

El flujo de corriente de agua de la montaña se compone de tres elementos


principales: la lluvia, la nieve y el agua de fusión del deshielo de los glacia-
res. La importancia relativa de estos elementos, que varían en el tiempo y con
la elevación, es controlada en gran parte por la temperatura y la estacionali-
dad de la precipitación. En muchas regiones de latitudes medias existe una
muy marcada estacionalidad de las precipitaciones; los inviernos se caracteri-
zan por las nevadas y los veranos por la lluvia. En la primavera, la nieve se
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derrite y puede dominar el hidrograma, mientras que el deshielo de los glacia-


res se vuelve más importante a finales del verano. Durante los años de baja
precipitación de nieve, la contribución del agua de fusión glacial empezará a
contribuir suministrando agua a las corrientes a principios de temporada, por
lo tanto, los glaciares actúan como amortiguadores liberando más recursos en
años de escasez de nevadas y como almacenadores al retener importantes vo-
lúmenes de agua (en forma de hielo) en los años con fuertes nevadas.

Figura 6. Distribución mundial de los glaciares y capas de hielo sin incluir la Antártida

Fuente: Armstrong y otros (2005). «National Snow and Ice Data Center»; extraído de The United Nations World Water
Development (informe 4, volumen 1), Unesco.

El aumento de las temperaturas globales tiene un efecto particular sobre la im-


portancia relativa de las lluvias y las nevadas, y en las tasas a que los glaciares
se están fundiendo. En general, los glaciares de montaña se están reduciendo
en todo el mundo. Encontramos algunas excepciones notables, por ejemplo,
en el Karakórum (Hewitt, 2005). A corto plazo, la reducción de los glaciares
implica un mayor suministro de agua a la corriente fluvial, añadido a la esco-
rrentía originaria de la precipitación anual, lo cual aumenta el suministro de
agua. A largo plazo (décadas o siglos), estas fuentes adicionales de agua dismi-
nuirán a medida que los glaciares desaparezcan (figura 7), por lo que los efec-
tos amortiguadores de los glaciares sobre el régimen fluvial disminuirán.

Figura 7. El programa de investigación Ríos de Hielo (GRIP) ha conseguido determinar la


pérdida de agua dulce en forma de hielo entre 1921 y 2009 en el glaciar de Khumbu, monte
Everest, Himalaya

La fotografía de 1921 fue tomada por George Mallory, y la de 2009, por GRIP. Los resultados muestran que se ha perdido una
3
masa de hielo de 1 km . Fuente: Cooking Ideas.
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1.3. La calidad del agua

La calidad del agua es un término relativo. La noción de calidad alta o baja del
agua (o de agua buena o mala) no está solo en función de su estado y de lo que
contiene, sino que también depende de para qué se utiliza. El agua «pura» no
existe en la naturaleza, solo en el laboratorio, y todas las sustancias�contami-
nantes lo son en función de su concentración en el agua. Esta es una de las
razones por las que los profesionales de la salud a menudo prefieren utilizar
el término agua «segura» en vez de agua «limpia». El suministro suficiente de
agua de calidad adecuada es un ingrediente clave en la salud y el bienestar de
los seres humanos y los ecosistemas, y para el desarrollo social y económico.
La calidad� del� agua se está convirtiendo en una preocupación mundial de
creciente importancia, ya que los riesgos de degradación se traducen directa-
mente en impactos económicos y sociales. A pesar de que se han verificado
algunos éxitos en la mejora de la calidad del agua a escala regional, no hay
datos que sugieran una mejora general de la calidad del agua a escala global.
La calidad del agua está indisolublemente unida a la cantidad de agua, puesto
que las dos son los principales factores determinantes de la oferta. La calidad
se puede ver afectada (figura 8):

a) Por el vertido de cargas contaminantes (por ejemplo, productos químicos,


aguas residuales, nutrientes, agentes patógenos, etc.) sobre acuíferos y ríos que
no se puedan autodepurar de manera natural. Principalmente por vertidos
domésticos, industriales y por prácticas agrícolas poco adecuadas.

b) Por el aumento de las concentraciones de compuestos de origen natural


que se vuelven peligrosos cuando la cantidad de agua disminuye (por ejemplo,
sedimentos, sal, etc.) o cuando estos entran en contacto con el agua (petróleo,
etc.).

c) Por la temperatura.

La multitud de parámetros de calidad del agua, las incertidumbres y los im-


pactos hace que la gestión de los recursos hídricos sea una cuestión compleja
y multidimensional, en particular en cuanto a los usos humanos.
© FUOC • PID_00240769 16 Hidroclimatología ambiental

Figura 8. La calidad del agua se ve afectada por vertidos directos y puntuales (por ejemplo,
efluentes urbanos o industriales), así como por contaminación difusa procedente de la
agricultura o la ganadería

Fuente: http://blogecologista.com/fotos-de-contaminacion-de-agua.

1.4. Demanda creciente de agua

Satisfacer una demanda de agua continua y cada vez mayor requiere esfuerzos
para compensar la variabilidad natural y mejorar tanto la calidad como au-
mentar la cantidad del agua disponible. Algunas estrategias que ya se utilizan
para hacerle frente son:

1)�Recoger�el�agua�de�lluvia, ya que es una acción relativamente económica


y tiene la ventaja de permitir que las comunidades locales desarrollen y man-
tengan ellas mismas las infraestructuras necesarias.

2)�Reconducir�las�aguas�superficiales�bajo�tierra, hecho que permite reducir


las pérdidas por evaporación, compensar las variaciones en el caudal y mejorar
la calidad del agua. Algunas regiones de Oriente Próximo y el Mediterráneo
aplican esta estrategia.

3)�Las�presas se construyen con objeto de almacenar agua para el riego y el


consumo. Además, las presas pueden proporcionar electricidad y ayudar a con-
trolar las inundaciones, aunque también tienen impactos sociales y medioam-
bientales conocidos y muy importantes (figura 9).
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Figura 9. Presa del embalse de El Atazar, río Lozoya

Es el embalse más importante de la región de Madrid, tiene una capacidad de 425 hm³ y representa el 46 % del volumen
embalsado de la región. Fue construido en 1972 y pertenece a la red del Canal de Isabel II. Fuente: Eadic.

4)�El�trasvase�de�agua�entre�cuencas�fluviales se utiliza para mitigar los pro-


blemas de escasez de agua. China, por ejemplo, dispone ya de grandes cone-
xiones entre cuencas y planea hacer más. Se tiene que vigilar de cerca el im-
pacto humano y medioambiental de estos proyectos.

5) En muchos países, especialmente en Oriente Próximo, se� reutilizan� las


aguas�residuales para diferentes propósitos y se espera que esta práctica llegue
a extenderse mucho más. A escala mundial, el agua no potable se utiliza para
el riego y la refrigeración industrial. Las ciudades también están recurriendo
a la reutilización de agua para completar el abastecimiento de agua potable,
aprovechando los adelantos en el tratamiento de las aguas.

6)�El�agua�desalinizada (agua de mar o salobre transformada en agua dulce)


se usa en las ciudades y en la industria, especialmente en Oriente Próximo. El
coste de esta técnica ha disminuido notablemente, pero depende mucho de
la energía producida a partir de combustibles fósiles y, por lo tanto, plantea la
cuestión de la gestión de los residuos y del cambio climático.

1.5. La gestión sostenible de los recursos hídricos

Generalmente, la sostenibilidad hace referencia a la forma de desarrollo eco-


nómico que considera la utilización de los recursos naturales y del medio am-
biente para el beneficio tanto de la generación actual como también de las
generaciones futuras, y esto depende de la capacidad de carga del planeta. La
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capacidad de carga se refiere a la cantidad máxima de organismos que un es-


pacio determinado puede soportar indefinidamente. Este límite depende de
una serie de factores:

• Nivel demográfico y de consumo.


• Recursos naturales empleados e impactos generados.
• Tecnologías empleadas para manipular el hábitat.
• Organización social.

En el caso de los recursos hídricos, su uso�sostenible supone un reto debido a


los muchos factores que intervienen en ellos, como los cambios�en�el�clima, la
variabilidad natural de los recursos y la presión� por las actividades�humanas
(figura 10).

Figura 10. Gestión sostenible de los recursos hídricos

Fuente: Gestión Sostenible del Agua.

En la actualidad, la política del agua todavía se rige sobre todo por inquietudes
políticas y económicas a corto plazo que a menudo tienen poco en cuenta la
ciencia, la experiencia y la buena gestión. Hacen falta soluciones tecnológicas
punteras y más financiación, así como más datos sobre los recursos hídricos,
sobre todo en los países en desarrollo. Para evaluar el estado de los recursos
hídricos, la sociedad tiene que ser consciente de las funciones de los diferentes
componentes del ciclo del agua, como la lluvia, el agua procedente del des-
hielo de los glaciares, etc. De lo contrario, será difícil desarrollar estrategias de
protección y mitigación adecuadas.

La mala calidad del agua y el uso insostenible de los recursos hídricos pueden
limitar el desarrollo económico de un país, afectar a la salud de su población
y repercutir en sus medios de subsistencia. Afortunadamente, se están empe-
zando a adoptar prácticas más sostenibles, aunque en combinación con otras
que no lo son tanto:
© FUOC • PID_00240769 19 Hidroclimatología ambiental

• Aumentar�los�recursos�naturales�existentes (por ejemplo, reutilización,


desalinización, recolección del agua de lluvia, explotación de los recursos
de aguas subterráneas no renovables).

• Reducir�la�demanda (cambio de hábitos que necesitarán una mejora de


la información al público y más compromiso político).

• Reducir�las�pérdidas�de�agua (por ejemplo, de los sistemas urbanos de


distribución).

Esto tiene que ir acompañado de una gestión descentralizada de los recursos


hídricos, concentrándose en las cuencas fluviales, hecho que es cada vez más
habitual, incluso a escala internacional. El intercambio de información entre
países que comparten cuencas fluviales generará beneficios económicos y me-
dioambientales.

1.6. El balance de los recursos hídricos en la península ibérica

La evaluación de los recursos hídricos en régimen natural es una tarea muy


importante para la planificación hidrológica, y actualmente todavía sufre de
incertidumbre. Esta evaluación se tiene que apoyar en los datos registrados
en las estaciones de aforo de los ríos, que en la mayoría de los casos miden
regímenes alterados (por ejemplo, por derivaciones y embalses). La figura 11
ilustra la situación de los recursos hídricos en España en la primera década
del siglo XXI.

Figura 11. Mapa de los recursos hídricos en España (2012)

Fuente: M. C. Muñoz Delgado (2009); extraído de Wiki-Chemageo.


© FUOC • PID_00240769 20 Hidroclimatología ambiental

El diagnóstico de los recursos hídricos completo en Cataluña se puede consul-


tar en la página web de la Agencia Catalana del Agua, así como en el Plan de
gestión del distrito de la cuenca fluvial de Cataluña 2016-2021 (figura 12).

Figura 12. Escorrentía total anual en las cuencas internas de Cataluña

Fuente: Plan de gestión del distrito de la cuenca fluvial de Cataluña 2016-2021.

A grandes rasgos:

1)�Las�cuencas�del�Segura,�Júcar�y�las�mediterráneas�de�Andalucía presen-
tan situaciones de déficit: sus recursos son inferiores a los consumos. Si calcu-
lamos el potencial desarrollo demográfico, urbano y económico de estas zo-
nas, podemos incluir en este grupo a la cuenca atlántica de Andalucía, la del
Guadalquivir.

En estas cuencas se han hecho importantes obras en embalses, trasvases desde


otras cuencas y depuración. Tienen unos recursos relativamente limitados de-
bido al volumen de las precipitaciones y de la elevada evapotranspiración que
se produce en ellas. Sin embargo, tienen una elevada demanda y consumo,
debido a una fuerte implantación del regadío, de su desarrollo turístico y de
un extraordinario desarrollo urbano. Esta situación de déficit da lugar a una
sobreexplotación de las aguas subterráneas, a una desatención de los caudales
medioambientales mínimos y a una contaminación importante de las aguas
de los ríos.
© FUOC • PID_00240769 21 Hidroclimatología ambiental

2)�El�resto�de�las�cuencas presentan situaciones de superávit global: sus re-


cursos son superiores a sus demandas y consumos, aunque pueda haber zonas
concretas dentro de estas demarcaciones que presenten problemas concretos
de déficit, o que este pueda darse de forma ocasional en algunos años o tem-
poradas.

Las cuencas con superávit llevan suficiente caudal para abastecer la demanda.
La irregularidad en el reparto de las precipitaciones a lo largo del año o en el
mismo territorio se soluciona tradicionalmente con la construcción de embal-
ses y canalizaciones que regulan los caudales y reparten el agua por la cuenca.
En estas cuencas, las zonas litorales (con grandes ciudades) y las limítrofes a
los ríos (con importante desarrollo del regadío e importantes cascos urbanos)
es donde mayoritariamente se localiza la demanda. Las actividades industria-
les se localizan en las grandes vías de comunicación, en zonas próximas a las
grandes ciudades o bien comunicadas con ellas. Estas vías de comunicación
acostumbran a seguir el curso de los ríos. Un buen ejemplo de ello es la llanura
del Baix Llobregat, donde encontramos, en muy poco espacio, importantes
cascos urbanos, regadíos (en el delta y en la llanura aluvial del río Llobregat)
y grandes industrias junto a las grandes vías de comunicación.
© FUOC • PID_00240769 22 Hidroclimatología ambiental

2. Riesgos hidrológicos

2.1. Introducción

Los riesgos�hidrológicos son todos aquellos causados por el agua, tanto�por


exceso�como�por�defecto. En el primer caso, es decir, por exceso de agua, se
pueden producir inundaciones costeras causadas por el mar y desbordamien-
to de ríos. En el caso de la ausencia de agua, el efecto principal es la sequía.
Tanto un tipo como el otro se producen como consecuencia de acontecimien-
tos atmosféricos extremos y por eso se comentan en conjunto. Las inundacio-
nes y las sequías se caracterizan por ser extremos pluviométricos e hidrológi-
cos, y son los dos peligros naturales de mayor impacto socioeconómico en
el conjunto del planeta. El primero, las inundaciones, es el fenómeno natu-
ral que más�víctimas origina y el segundo, las sequías, el que a�más�pobla-
ción�acaba�afectando (sobre la economía y sobre los individuos con hambre
y mortaldad).

En el caso de la península ibérica, la diversidad climática da lugar a un régi-


men de precipitaciones muy variable, tanto en cuanto a la intensidad como
a la distribución espacial y temporal, hecho que produce tanto episodios de
inundaciones como de sequía de manera recurrente (figura 13).

Figura 13. Evolución del porcentaje respecto al valor medio de la anomalía de la precipitación
(valor medido menos valor medio del periodo 1786/87-2006/07) de setiembre a agosto (año
hidrometeorológico) desde 1786 hasta 2007 en la ciudad de Barcelona

En esta figura se puede observar la gran variabilidad interanual (de un año a otro) que presenta la precipitación, característica
típica de los climas de latitudes medias y sobre todo del clima mediterráneo. Estos datos solo son representativos de la
costa central catalana, específicamente del área de Barcelona. Fuente: Altava Ortiz y otros; Grupo de Análisis de Situaciones
Meteorológicas Adversas.
© FUOC • PID_00240769 23 Hidroclimatología ambiental

2.2. Las inundaciones

Las inundaciones son un fenómeno natural que se produce periódicamente,


por lo que es de esperar que las zonas cercanas a los cauces fluviales se inunden
con cierta frecuencia. El problema surge cuando el hombre, debido a la ferti-
lidad, fácil acceso, adecuación para la construcción de viviendas y de vías de
comunicación, etc. de la llanura�de�inundación se establece en ella y compite
con el río por su dominio (figura 14). El precio de esta lucha entre el hombre
y el río es alto, ya sea en pérdidas humanas y económicas por inundación de
zonas pobladas, como en inversiones en obras para la regulación del cauce.

Figura 14. Imagen de la crecida del río Garona del 19 de junio de 2013 en el Valle de Arán

La ocupación de las zonas inundables tiene un alto riesgo y este es fruto de una errónea planificación y ordenación del territorio
fluvial. Fuente: Bomberos de la Generalitat de Cataluña.

2.2.1. Definición

Una inundación� o� avenida se produce cuando un curso fluvial recibe una


cantidad de agua de su cuenca que supera la capacidad de almacenamiento,
desagüe e infiltración del cauce de canal, también denominada de lecho ma-
yor. Como consecuencia, se produce una subida del nivel de las aguas, que
desbordan e inundan las áreas adyacentes.

2.2.2. Tipo de inundaciones

Las inundaciones se pueden clasificar según el origen, la precipitación respon- Nota


sable del fenómeno y el impacto de la crecida.
El material de este subaparta-
do ha sido extraído del portal
Origen Edrina (Universidad de Barce-
lona) y del portal Rinamed.

Las inundaciones según su origen pueden ser:


© FUOC • PID_00240769 24 Hidroclimatología ambiental

a)�Inundaciones�por�precipitaciones�in�situ. Estas dependerán mucho del


estado de la red de drenaje y de la presencia de infraestructuras fácilmente
susceptibles de ser inundadas, como sótanos o pasos subterráneos (figura 15).

Figura 15. Paso subterráneo inundado por la acumulación de agua posterior a un episodio de
precipitación torrencial en la población de Castelldefels

La acumulación de vegetación y sedimentos va taponando la red de drenaje e impide su correcto funcionamiento. Fuente:
Postales desde Castelldefels.

b)�Inundaciones�por�avenidas�o�desbordamiento de los ríos (figura 16), ram-


blas, lagos o marismas provocadas o potenciadas por precipitaciones, deshie-
lo, obstrucción de los cauces de los ríos o la acción de mareas y vientos. Esta
categoría de inundación se encuentra vinculada a la tipología y distribución
de la lluvia, de la orografía, la vegetación y el tipo de suelo de la cuenca, así co-
mo a la propia configuración del río, incluidas las obras hidráulicas sobre este
(embalses, canalizaciones). También influyen las condiciones de humedad del
terreno, que dependen de si ha llovido o no en los días anteriores. Una gran
parte de estos factores tienen que ser considerados en el cálculo que permite
la transformación de la lluvia en caudal, y que será fundamental a la hora de
dar los avisos de alerta.
© FUOC • PID_00240769 25 Hidroclimatología ambiental

Figura 16. Inundación por desbordamiento del río Segre a su paso por la población de Ponts, 7
de noviembre de 1982

c)�Inundaciones�por�la�rotura (figura 17) o por el funcionamiento incorrecto


de obras de infraestructura hidráulica.

Figura 17. El 5 de junio de 1976 la presa de Teton (Estados Unidos) se rompió y causó una
importante inundación

El impacto agua abajo provocó la muerte de catorce personas y un coste, entre las reconstrucciones y las indemnizaciones,
cercano a los mil millones de dólares. Fuente: US Department of the Interior, Bureau of Reclamation.

Clasificación en función de las características de la precipitación

Esta es una clasificación válida para aquellos acontecimientos de inundación


en los que la causa ha sido meteorológica, concretamente la cantidad de pre-
cipitación.
© FUOC • PID_00240769 26 Hidroclimatología ambiental

1)�Inundaciones�muy�rápidas,�producidas�por�lluvias�de�alta�intensidad
(por ejemplo, superiores a 180 mm/h) pero muy cortas (por ejemplo, menos
de una hora). La cantidad de lluvia totalizada no acostumbra a superar los 80
mm. Normalmente, producen inundaciones locales en las ciudades y pueblos
(inundaciones de plazas, garajes, sótanos, etc. debido a problemas de drenaje)
o en pequeñas cuencas con mucha pendiente, donde se producen las llama-
das inundaciones repentinas o flash-floods. Estas últimas son peligrosas para los
practicantes de deportes de riesgo (barranquismo), así como en los pueblos
costeros y zonas turísticas próximas a las montañas del litoral y de los Pirineos.
La predicción meteorológica a corto plazo de la cantidad, intensidad y lugar
afectado por las lluvias es prácticamente imposible. El radar meteorológico y
los modelos de mesoescala (media escala) podrán ser buenas herramientas para
su previsión a muy corto plazo. A pesar de esta posibilidad, la mejor previsión
ante estos episodios es la educación de la población. Este tipo de inundaciones
tiene lugar principalmente en verano y a principios del otoño.

2)�Las�inundaciones�producidas�por�lluvia�de�intensidad�fuerte�o�mode-
rada (superior a 60 mm/h) y duración inferior a 72 horas (alta cantidad de
precipitación). Estas inundaciones tienen lugar principalmente en otoño, a
pesar de que en algunos casos históricos se han producido durante la prima-
vera. Cuando estas lluvias afectan a ríos con mucha pendiente o con mucho
transporte sólido (sedimentos), las inundaciones pueden ser catastróficas. Se
pueden distinguir dos categorías:

a) Inundaciones catastróficas producidas por lluvias de fuerte intensidad du-


rante dos o tres horas, y una duración total del episodio�inferior�a�veinticua-
tro�horas. Aunque la zona más afectada pueda no ser muy grande (cuencas
comprendidas entre 100 km2 y 2.000 km2), las lluvias o el mal tiempo afectan
a áreas superiores a 2.000 km2. En este caso, el tiempo de respuesta es muy
corto y pueden producirse víctimas.

b) Las inundaciones catastróficas producidas por lluvias de intensidad fuerte y


moderada durante�dos�o�tres�días. La zona afectada acostumbra a ser mucho
más grande (más de 2.000 km2), y las lluvias o el mal tiempo afectan a una
gran parte del país o, incluso, de las regiones occidentales del Mediterráneo.
En este caso, el tiempo de respuesta puede ser muy corto para la parte alta de
los ríos, pero el valor máximo de la crecida del río puede llegar un día después
de que se hayan producido las máximas intensidades pluviométricas. En este
caso, el número de víctimas es generalmente inferior al caso anterior y, por el
contrario, los daños materiales son muy grandes.

3) Las inundaciones extraordinarias producidas por lluvias�de�intensidad�dé-


bil�con�valores�fuertes�pero�muy�cortas�y�locales,�y�de�una�duración�supe-
rior�a�tres�días. Se dispone de un tiempo de respuesta suficiente para laminar
la crecida utilizando los embalses, y para desplegar los sistemas de protección
© FUOC • PID_00240769 27 Hidroclimatología ambiental

y socorro necesarios. En general, no hay muertos y los daños materiales son


inferiores a los casos anteriores. Estas inundaciones no son frecuentes y se dan
normalmente en invierno.

Impacto

Esta clasificación es útil principalmente para integrar estudios de inundacio-


nes históricas a escala secular. La pérdida de vidas se encuentra muy vincula-
da al tipo de respuesta de la población, tanto individual como socialmente,
que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Por lo tanto, el número de
víctimas no se puede considerar como un indicador objetivo del alcance del
desbordamiento.

1)�Inundación�ordinaria: es la que se produce cuando el caudal del río au-


menta de tal forma que puede alterar el ritmo de vida cotidiano, afectar a in-
fraestructuras no permanentes situadas en el río (por ejemplo, pasarelas) o in-
vadir pasos para el cruce de los ríos. Sin embargo, no produce daños materiales
mayores.

2)�Inundación�extraordinaria: se produce cuando el río se desborda y aunque


afecta al desarrollo de la vida ordinaria y produce algunos daños, no genera
destrucción completa de infraestructuras. Estas inundaciones pueden ser desde
locales hasta muy extensas.

3)�Inundación�catastrófica: aquella que produce pérdidas materiales graves,


como por ejemplo destrucción total o parcial de puentes, molinos u otras in-
fraestructuras, pérdidas de ganado y cosechas.

2.2.3. Causas

Las causas más frecuentes que ocasionan inundaciones en nuestro medio son
naturales, no naturales (antrópicas) o mixtas.

Naturales

Las grandes lluvias son la causa principal de las inundaciones de origen natu-
ral, pero además hay otras causas no relacionadas con la meteorología.

1)�Meteorológicas

a)�Fluvial

• Exceso�de�lluvia: cuando la capacidad de infiltración se ve superada por el


volumen o la intensidad de agua precipitada y genera un tipo de escorren-
tía denominada superficial u hortoniana. Un buen ejemplo de ello son las
tormentas de verano, caracterizadas por descargar importantes cantidades
de agua en muy poco tiempo, es decir, con altas intensidades. Los episo-
© FUOC • PID_00240769 28 Hidroclimatología ambiental

dios de otoño, por el contrario, acostumbran a registrar volúmenes más


importantes de agua pero con intensidades más pequeñas. En este grupo
tendríamos los típicos vientos fuertes de levante en el litoral y prelitoral, y
los episodios de sur que afectan a la vertiente sur del Pirineo y Prepirineo.

• Fusión�de�nieve: la llegada del buen tiempo (finales de primavera), des-


pués de un invierno con acumulación de nieve en las montañas, combina-
do con un episodio con lluvias importantes, produce una fusión acelerada
de la nieve que se puede producir con inundaciones. La crecida del 19 de
junio de 2013 en el Garona es un buen ejemplo de ello, a pesar de que es-
tos acontecimientos son poco frecuentes en nuestras latitudes (figura 14).

b)�Marinas:�invasión�del�mar. Cuando un fuerte temporal marítimo (produ-


cido por un ciclón o huracán, figura 18) hace que las aguas del mar invadan
algunas zonas costeras en algunos países tropicales.

Figura 18. Rotura de un dique provocada por el huracán Katrina en Nueva Orleans, Luisiana,
Estados Unidos, en 2005

Fuente: Jocelyn Augustino, FEMA; COMET.

c)� Locales: inundaciones producidas por falta� de� drenaje� efectivo cuando
llueve en tierras bajas o endorreicas.

d)�Lacustres: motivadas por el desbordamiento�de�lagos. En Cataluña corres-


pondería al caso del entorno del lago de Bañolas, que de vez en cuando queda
inundado (figura 19).
© FUOC • PID_00240769 29 Hidroclimatología ambiental

Figura 19. El lago desbordado inunda el paseo del Doctor Dalmau de Bañolas en 1932

Según algunas estimaciones de testigos presenciales, el agua del lago subió 75 centímetros por encima de la línea máxima de
contención. Fuente: Meteorologia de Banyoles.

2)�No�meteorológicas

a)�Deslizamientos�de�vertientes: corresponde a las inundaciones producidas


aguas arriba de un curso fluvial por la obstrucción del flujo por el material
depositado debido a un deslizamiento de vertiente (figura 20). Este material,
cuando colapsa, puede originar graves inundaciones aguas abajo. La rotura de
morrenas o muros de hielo que conforman lagos también formaría parte de
esta categoría. Estos acontecimientos son muy difíciles de predecir y cogen a
la población desprevenida.

Figura 20. En abril y mayo de 1991 dos desprendimientos de rocas consecutivos se produjeron
sobre el pueblo de Randa, Suiza

a) Las carreteras y el tren quedaron interrumpidos al quedar bajo los escombros. No hubo muertos, aunque desaparecieron
ganado, granjas y algunas casas. b) El desprendimiento taponó el río Mattervispa, lo que causó la inundación de la población
de Randa. Fuente: National Platform for Natural Hazards.

b)�Sísmicas: localizadas principalmente cerca del mar o al lado de obras hi-


dráulicas.

No naturales (antrópicas)

1)�Grandes

a)�Rotura�de�presas�o�esclusas. Un ejemplo fue la rotura de la presa de Vega


de Tera el 9 de enero de 1959, que inundó y arrasó el pueblo de Ribadelago
(Zamora), y causó la muerte de ciento cuarenta y cuatro habitantes (figura
21). Se considera la segunda mayor tragedia en España en cuanto a número
© FUOC • PID_00240769 30 Hidroclimatología ambiental

de víctimas mortales por la rotura de un embalse. Las causas de la rotura de


la presa fueron las graves deficiencias estructurales de las instalaciones, como
consecuencia de una mala construcción.

Figura 21. Escombros después de la inundación de Ribadelago

Fuente: El Norte de Castilla.

b)�Desviación�u�obturación�de�cursos�fluviales.

c)�Deforestación�y�prácticas�deficientes�de�cultivos.

2)�Pequeñas: rotura de cañerías, cloacas, etc.

Causas mixtas

En algunas ocasiones, se puede producir una inundación por la rotura de una


obra hidráulica.

1)�Por�causas�meteorológicas: un ejemplo fue La Pantanada de Tous, el nom-


bre con que se conoce la gran inundación ocurrida el 20 de octubre de 1982
como consecuencia de la rotura de la presa de Tous debido a las lluvias torren-
ciales, que llegaron a los 700 mm/día en algunas zonas del Valle de Ayora y La
Canal de Navarrés, y originó una avenida de 16.000 m3/s que arrasó la ribera
del Júcar (figura 22). La Pantanada de Tous ha sido la mayor catástrofe en la
historia moderna de Valencia, solo comparable, quizá, con la Gran Riada (14
de octubre de 1957, cuenca del río Turia).
© FUOC • PID_00240769 31 Hidroclimatología ambiental

Figura 22. Imagen del estado de la presa de Tous después de romperse en octubre de 1982

Fuente: ABC.

2)�Por�causas�no�meteorológicas: hay una serie de factores que pueden ma-


ximizar la magnitud de la inundación o sus efectos.

a)�Una�insuficiente�capacidad�de�infiltración�del�suelo, es decir, que el agua


encuentre dificultades para la infiltración, y como consecuencia se acumule en
superficie. Este sería el caso, si el estado inicial del suelo fuera de saturación o la
permeabilidad del suelo hubiera cambiado por la modificación de su uso. Por
ejemplo, el asfalto o la deforestación de los bosques disminuyen la capacidad
de infiltración del suelo y reducen los tiempos de respuesta de la cuenca ante
las precipitaciones, lo que incrementa la magnitud de la crecida y reduce el
tiempo de respuesta de la cuenca (figura 23).

Figura 23. Evolución del cambio de los usos del suelo desde la ermita de La Cisa, Premià de Mar
(Barcelona)

b)�La�combinación�de�diferentes�situaciones�meteorológicas�adversas. Muy
a menudo puede pasar que graves inundaciones se acentúen por la dificultad
de desagüe ante importantes temporales marítimos que dificultan la salida al
mar de la escorrentía.

c)�Una�mala�gestión�de�las�infraestructuras�hidráulicas. Generalmente, el
control de avenidas no es la función principal para la que se construye una
presa, pero la mayoría de ellas reservan una parte de su capacidad a la reduc-
ción de los caudales elevados que pueden recibir durante las tormentas. El la-
minado de las crecidas es un aspecto muy relevante en la gestión de recursos
hídricos y planificación del territorio, pues, por un lado, permite un rápido
llenado del embalse (a pesar de que también captura los sedimentos arrastra-
dos por la riada) y, por otro, reduce el riesgo de inundación en los sectores
© FUOC • PID_00240769 32 Hidroclimatología ambiental

localizados aguas abajo de la presa. Una gestión incorrecta no solo puede in-
hibir la capacidad de laminado de la infraestructura, sino que también puede
obligar a incrementar la magnitud de la crecida.

d)� La� mala� ordenación� del� territorio� urbano dentro del sistema fluvial o
zonas inundables (figuras 24 y 25).

Figura 24. Ayuntamiento de La Pobla de Lillet construido sobre un puente que atraviesa el río
Llobregat

Fuente: Enfo.

Figura 25. Avenida del 7 de noviembre de 1982 en el río Llobregat a su paso por la población
de La Pobla de Lillet

La lámina de agua llegó hasta el tablero del puente y puntualmente lo superó.

2.2.4. Las inundaciones en Cataluña

A lo largo del siglo XX, en comparación con los siglos anteriores, el número
de víctimas por inundación en Cataluña no ha dejado de crecer, hecho que
todavía tiene más relieve si se considera que disponemos de constancia histó-
rica de inundaciones mucho más fuertes que las actuales.
© FUOC • PID_00240769 33 Hidroclimatología ambiental

De hecho, el episodio de inundaciones más extenso y largo que conocemos


tuvo lugar en 1617 y ha pasado a la historia del clima de Cataluña como «el
año del diluvio». Se trata del episodio de precipitaciones que tuvo lugar entre
los últimos días de octubre y los primeros diez días de noviembre en buena
parte de Cataluña, así como en Valencia y áreas de Aragón (Barriendos, 2005).

El análisis de la evolución de las inundaciones en Cataluña desde el siglo XIV

permite constatar una serie de oscilaciones más o menos marcadas, con una
tendencia durante el siglo XX al aumento de las inundaciones extraordinarias,
consecuencia, principalmente, del cambio de los usos del suelo y la ocupación
de las zonas inundables y los cauces.

(1)
Durante el pasado siglo XX, hay que destacar las siguientes inundaciones ca- Informe extraordinari del Síndic de
1 Greuges (2000).
tastróficas en Cataluña :

• 1902, 11 de diciembre: desbordamiento del Ter, el Onyar y el Güell con


inundaciones en Gerona.

• 1907, 7-12 de octubre: inundaciones generalizadas, de las que destaca la


avenida del Ter, con fuertes estragos en su curso bajo e inundaciones en
Gerona; la avenida del Llobregat, con 1.500 m3/s en Martorell, y el des-
bordamiento del Ebro.

• 1919, 7 de octubre: desbordamiento del Ter (1.320,8 m3/s), el Onyar, el


Güell y el Galligants, en Gerona; avenida del Llobregat (1.500 m3/s).

• 1937, 26, 27 y 28 de octubre, inundaciones generalizadas en el Alto Piri-


neo, de las que destaca la avenida del Segre (Fontseré y Galceran, 1938).

• 1940, 17-20 de octubre, aiguat de Sant Lluc: se considera una de las inun-
daciones catastróficas más graves del siglo XX. Afectó tanto al norte co-
mo al sur de Cataluña. En Gerona, las aguas del Ter alcanzaron los siete
metros por encima del nivel ordinario; el Llobregat también se desbordó,
con un caudal en Martorell de 2.200 m3/s. En total, se produjeron más de
trescientos muertos y desaparecidos y cerca de ciento veinte millones de
pesetas en pérdidas en Cataluña.

• 1962, 25 de septiembre: es la peor inundación que se ha registrado en


Cataluña y en todo el Estado español durante este siglo, con un balance de
441 muertos, 374 desaparecidos, 213 heridos y 2.650 millones de pesetas
en pérdidas materiales. Se trató de una inundación repentina, de grandes
proporciones, consecuencia de una lluvia de más de 250 mm en menos de
tres horas que provocó el desbordamiento del Besòs, del Llobregat (1.550
m3/s en Martorell) y de gran parte de rieras. Entre el 19 y 12 de octubre
de aquel mismo año se produjo una inundación en Gerona con pérdidas
© FUOC • PID_00240769 34 Hidroclimatología ambiental

económicas valoradas en unos ciento cincuenta millones de pesetas, y el


día 8 de noviembre, una avenida del Llobregat.

• 1970, 11 y 12 de octubre: el Onyar, el Güell, la riera de La Maçana y el


Galligants provocan tres inundaciones en una sola noche, que afectan a
tres cuartas partes de la ciudad de Gerona con pérdidas valoradas en unos
quinientos millones de pesetas.

• 1971, 20 de septiembre: lluvias muy fuertes en gran parte de Cataluña con


inundaciones en las comarcas de Gerona y Barcelona. Además del Torde-
ra, el Güell y otros ríos, se produjo el desbordamiento del Llobregat, que
grabó el máximo caudal del siglo, con 3.080 m3/s. El balance fue de 7.000
millones de pesetas de pérdidas y 19 víctimas mortales.

• 1982, 6-8 de noviembre: las inundaciones afectaron principalmente al Pi-


rineo oriental y central. Además de Cataluña y Aragón, sufrieron conse-
cuencias muy graves Andorra y el sur de Francia (donde también fueron
afectadas otras zonas montañosas y del litoral). En muchas ocasiones, se
han comparado con las inundaciones de 1940. Las lluvias superaron los
500 mm en cuarenta y ocho horas en varios lugares y se desbordaron mu-
chos ríos, como el Segre (1.886 m3/s en Oliana) o el Llobregat (1.250 m3/s
en La Baells), en la parte alta, consecuencia de que las lluvias más fuertes se
produjeron en los Pirineos. En Cataluña, el balance fue de catorce muertos
y unos 45.000 millones de pesetas en pérdidas.

• 1983, 6-8 de noviembre: este episodio, producido un año después de las


inundaciones catastróficas de 1982, afectó principalmente a las comarcas
litorales (sobre todo el Baix Llobregat) y lugares donde todavía se trabajaba
para reconstruir o proteger las áreas afectadas el año anterior.

• 1986, 28 de septiembre a 2 de octubre: las inundaciones afectaron a Va-


lencia y Cataluña.

• 1987, 28 de septiembre a 5 de octubre: las lluvias, que se iniciaron en


tierras valencianas, avanzaron hacia el norte y produjeron inundaciones
también en Cataluña y en el sur de Francia. Fue el episodio en que llovió
más en la ciudad de Barcelona, donde cayeron más de 400 mm. En este
episodio murieron diez personas.

• 1988, 12 de noviembre: se produjeron inundaciones en las comarcas del


litoral (desbordamientos del Llobregat y del Fluvià) que llegaron a afectar
también al sur de Francia.

• 1994, 9-10 de octubre: fueron las inundaciones más catastróficas de la dé-


cada de los noventa, sobre todo por los estragos causados en Tarragona,
si bien también hubo inundaciones en el Vallès y en varios puntos de la
© FUOC • PID_00240769 35 Hidroclimatología ambiental

Costa Brava. Murieron nueve personas y las pérdidas económicas pasaron


de 25.000 millones de pesetas.

La década de los noventa ha estado mucho más marcada por las inundaciones
repentinas y de poco alcance geográfico, principalmente torrentadas, con víc-
timas mortales y fuertes daños económicos, como fue el caso de la tormenta
del 3 de septiembre de 1996, que causó pérdidas por más de 2.000 millones
de pesetas en el Maresme.

2.2.5. Prevención y protección contra las inundaciones

El riesgo

El riesgo es una condición inherente al ser humano desde el inicio de la historia


de la humanidad. El desconocimiento del funcionamiento de la naturaleza y el
miedo ante sus fenómenos extremos en los primeros momentos, y la pérdida
del respeto hacia todo lo ambiental en tiempos más recientes (las sociedades
asociamos tecnología a seguridad ante la naturaleza), han convertido la espera
de la catástrofe en un elemento común de la vida cotidiana.

El análisis de riesgo ha introducido tres conceptos que forman parte del ries-
go: peligro (peligrosidad), vulnerabilidad y exposición. Cada uno de ellos
se relaciona con los tres componentes del espacio geográfico: la naturaleza,
el hombre y el territorio. Por peligro se entiende el fenómeno o proceso de
carácter natural que puede originar daños en una comunidad, en sus activida-
des o en el propio medio ambiente. La vulnerabilidad es la pérdida esperable
de un determinado bien expuesto, puede tratarse de vulnerabilidad humana,
estructural, económica o ecológica, de acuerdo con el tipo de riesgo que hay
que evaluar. El bien vulnerable más apreciado es la vida humana, y por eso
el grado de riesgo es más elevado cuando puede correr peligro la vida de las
personas. Finalmente, la exposición es la disposición sobre el territorio de un
conjunto de bienes que hay que preservar y que pueden ser dañados por un
fenómeno natural.

El producto de estos tres factores que forman el riesgo se completa con la se-
veridad o grado de intensidad de un fenómeno natural de rango�extraordi-
nario (magnitud) y la frecuencia o intervalo de tiempo de desarrollo de un
episodio natural extremo (figura 26).
© FUOC • PID_00240769 36 Hidroclimatología ambiental

Figura 26. Componentes del riesgo

Fuente: Agencia Catalana del Agua.

Sea como sea, lo cierto es que en la superficie terrestre hay territorios de riesgo
e incluso se puede hablar de paisajes de riesgo, es decir, espacios cuya carac-
terística geográfica principal es la inadecuada ocupación de un espacio que
soporta frecuentes acontecimientos naturales de rango extraordinario.

Estudios de planificación de espacios fluviales (PEF)

La Agencia Catalana del Agua (ACA) es el ente público adscrito al Departamen-


to de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat con competencias plenas en
el ciclo integral del agua en las cuencas internas de Cataluña y en el marco de
la Directiva Marco del Agua.

De acuerdo con sus competencias, ha elaborado los estudios�de�inundabili-


dad (geomorfológicos e hidráulicos) de cauces públicos, para ponerlos a dis-
posición de los organismos competentes en la planificación�del�territorio.
Esta información está integrada y se difunde mediante los estudios de plani-
ficación�de�los�espacios�fluviales�(PEF).

Las PEF constituyen uno de los proyectos más ambiciosos de la Agencia Cata-
lana del Agua para el análisis detallado de los ríos en Cataluña, teniendo en
cuenta todos los agentes sociales. Uno de sus objetivos es el diseño y el esta-
blecimiento de medidas de protección de las personas y sus bienes.

Las PEF ordenan espacialmente los cursos fluviales para consensuar el aprove-
chamiento sostenible de sus recursos, la recuperación y la conservación am-
biental y paisajística con los usos históricos y la valorización social y econó-
mica, teniendo en cuenta el fenómeno de la inundabilidad y el riesgo que
puede comportar con respecto a las personas, los bienes y el medio y los há-
bitats existentes.
© FUOC • PID_00240769 37 Hidroclimatología ambiental

2.3. Las sequías

2.3.1. Definición

La sequía es un fenómeno hidrológico extremo que puede definirse como una Nota
disminución coyuntural significativa de los recursos hídricos durante un pe-
El material sobre las sequías se
riodo bastante prolongado y que afecta a un área extensa con consecuencias ha extraído y modificado de
socioeconómicas adversas. Hispagua, Sistema Español de
Información sobre el Agua.

La sequía es un fenómeno normal y recurrente del clima, pero muchos consi-


deran erróneamente que se trata de un fenómeno extraño. Pasa en todas las
regiones climáticas, pero sus características varían de unas regiones a otras.

La sequía tiene un carácter lento y progresivo, así que, cuando se manifiesta


de manera evidente, es que ya se está inmerso en él.

La Organización Meteorológica Mundial propuso definir la sequía como la se-


cuencia atmosférica caracterizada por el desarrollo de precipitaciones inferio-
res a las normales en un 60 % durante más de dos años consecutivos. Para
la península ibérica, el profesor Morales Gil propuso una reducción del 40 %
del total para el sudeste y la costa Mediterránea y un 25 % para las áreas del
cantábrico.

2.3.2. Caracterización de una sequía (factores)

Los factores que caracterizan una sequía son:

• Tiempo necesario para que pueda hablarse de sequía.


• Proporción de reducción de la precipitación.
• Efectos.
• Grado de afectación.

La sequía no es únicamente un fenómeno físico o un acontecimiento de la na-


turaleza. La sequía tiene serios efectos sobre la población debido a problemas
de abastecimiento de agua. Además, tiene efectos económicos y medioambien-
tales importantes tanto en países en vía de desarrollo como en países desarro-
llados que hacen patente la vulnerabilidad de las sociedades ante este fenó-
meno de la naturaleza.

2.3.3. Tipos de sequía

La península ibérica sufre con cierta regularidad e intensidad, según las regio-
nes, periodos de sequía. El carácter más o menos habitual de este fenómeno se
debe al hecho de que la Península pertenece al dominio climático mediterrá-
neo y al hecho de que se encuentra próxima al ámbito de subsidencia subtro-
pical del anticiclón de las Azores. Además, factores de naturaleza geográfica e
© FUOC • PID_00240769 38 Hidroclimatología ambiental

hidrográfica explican la mayor frecuencia de este fenómeno en los archipiéla-


gos de las Baleares y las Canarias, así como en el centro, sur y sudeste penin-
sular. Para definir los tipos de sequía, hay que atender a aspectos meteoroló-
gicos, hidrológicos y agrícolas.

1)�La�sequía,�desde�el�punto�de�vista�de�la�meteorología, es la disminución
de precipitaciones en una región en relación con el valor normal en un plazo
de tiempo determinado (figura 27). Se trata de un fenómeno que se instala
gradualmente y puede llegar a durar años en los casos más extremos.

Figura 27. Mapa elaborado con datos de estaciones automáticas del Servicio Meteorológico de
Cataluña para el periodo comprendido entre el 1 de septiembre de 2004 y el 31 de agosto de
2005

El mapa se elaboró con disponibilidad superior al 90 % de la información, comparada con la media climática extraída del Atles
Climàtic Digital de Catalunya (Ninyerola y otros, 2000). Este método se denomina porcentaje de precipitación normal (PPN).
Fuente: Servicio Meteorológico de Cataluña.

2)�La�sequía�hidrológica se produce cuando hay, a escala regional, un total


de precipitación más pequeño que la media estacional, hecho que se traduce
en un nivel de aprovisionamiento anormal de los cursos de agua y de los re-
servorios de agua superficial (figura 28) o subterránea.
© FUOC • PID_00240769 39 Hidroclimatología ambiental

Figura 28. Estado del embalse de Sau, en la cuenca del Ter, en marzo de 2008

Fuente: Viquipèdia.

A pesar de que el clima es el principal factor que contribuye a la sequía hidro-


lógica, otros factores como el cambio en los usos del suelo (por ejemplo, cam-
bios en la cubierta vegetal), degradación de las tierras o la construcción de pre-
sas pueden afectar a las características hidrológicas de las cuencas de los ríos.

3)� La� sequía� agrícola se define como un déficit marcado y permanente de


lluvia que reduce significativamente la disponibilidad de agua en la tierra para
satisfacer las necesidades de crecimiento de un cultivo determinado en un
momento dado. Cuando se produce un periodo de sequía, normalmente la
agricultura es el sector que se ve afectado en primer lugar, debido a la gran
dependencia de este sector del agua almacenada en el suelo (figura 29).
© FUOC • PID_00240769 40 Hidroclimatología ambiental

Figura 29. Grietas de desecación

Fuente: Viquipèdia.

4)�La�sequía�socioeconómica es la afectación de la escasez de agua a las per-


sonas y a la actividad económica como consecuencia de la sequía.

Ejemplo

La gestión del episodio de sequía 2007-2008 en Cataluña comportó el adelanto y la agili-


zación de actuaciones previstas para horizontes más lejanos (medidas estructurales ade-
lantadas), pero que al adelantarse significaron un aumento de la garantía de suministro
a corto plazo. En este sentido, el 17 de abril de 2007 se activó el Decreto 84/2007, de
3 de abril, de adopción de medidas excepcionales y de emergencia en relación con la
utilización de los recursos hídricos. Este decreto establecía la reducción del 15 % de las
dotaciones de riego en sistemas regulados, la anulación de los desembalses (sueltas de
agua desde las presas) para uso exclusivamente eléctrico, la intensificación de los contro-
les de usuarios y las restricciones de vertidos y sistemas no fluyentes. En una situación
más extrema, las restricciones pueden ser más agudas.

2.3.4. Indicadores de sequía

Los indicadores de sequía relacionan los datos disponibles de precipitación,


nieve, caudales de los ríos e indicadores de suministro de agua. En general, no
se utiliza un único indicador para caracterizar la sequía en una zona.

1)�Índice�de�la�severidad�de�la�sequía�de�Palmer�(PDSI)

Es un algoritmo que permite medir la pérdida de humedad del suelo. Es ade-


cuado para su aplicación en zonas con topografía uniforme. Este índice fue
desarrollado en 1965 por Palmer y se basa en el concepto de suministro de
agua. El objetivo del índice de severidad de sequía de Palmer es proporcio-
nar medidas estandarizadas de condiciones de humedad, de forma que permi-
© FUOC • PID_00240769 41 Hidroclimatología ambiental

ta hacer comparaciones entre condiciones locales y entre duraciones. Palmer


desarrolló criterios para determinar cuándo una sequía o un periodo húmedo
se inician y se acaban.

2)�Porcentaje�de�precipitación�normal�(PPN)

El porcentaje de precipitación normal se refiere a la relación entre la precipi-


tación acumulada en un año y la precipitación media anual, para una región
y en un periodo dado, expresado porcentualmente. La precipitación media
anual es conocida como precipitación normal, y se obtiene a partir del valor
medio de las precipitaciones anuales ocurridas en un periodo no más pequeño
de treinta años.

Los valores porcentuales estimados para cada año indican el déficit (valores
negativos) y el excedente (valores positivos) en la precipitación anual. Por su
parte, valores porcentuales próximos a cero corresponden a valores cercanos
a la media histórica (tabla 1).

Tabla 1. Clasificación del grado de sequía de acuerdo con valores del PPN

Categoría de sequía Rango de valores porcentuales

Ligera -20,0 % a -30 %

Moderada -30,1 % a -40 %

Fuerte -40,1 % a -49 %

Aguda -49,1 % a -59 %

Intensa -59 %<

Fuente: Medio Ambiente de Castilla y León.

Ejemplo

En el año 2015, el Observatorio Fabra, situado a 408 m de altitud en medio de la sierra


de Collserola (Barcelona), registró una pluviometría anual (acumulada) de 332 mm.

La precipitación media anual (o normal) del Observatorio Fabra entre 1981 y 2010 es
de 621 mm.

PPN = (332/621) * 100 – 100 = -47 %

El PPN para el Observatorio Fabra de Barcelona para el año 2015 ha sido de -47 %. Según
la tabla 1, en 2015 Barcelona sufrió un episodio de sequía fuerte, pero en el umbral de
ser considerada aguda.

Hay que tener presente que el PPN no tiene en consideración las características climáticas
de cada región, donde la variabilidad pluviométrica interanual puede ser muy diferente
(por ejemplo, baja en la vertiente atlántica o más alta en la región mediterránea de la
península ibérica).

3)�Índice�de�precipitación�estandarizada�(IPE�o�ESPI)

Fue desarrollado por Edwards y McKee en 1997. Este índice normalizado per-
mite estudiar diferentes escalas de tiempo y se recomienda para registros de
largo plazo. También permite hacer una evaluación del déficit o exceso de
© FUOC • PID_00240769 42 Hidroclimatología ambiental

precipitación en el territorio y para una variedad de escalas temporales. Los


intervalos más largos (superiores a doce meses) aportan información sobre el
estado de las aguas subterráneas, de los cursos de agua y del almacenamiento
de agua en los embalses. Por el contrario, los intervalos más cortos (inferiores
a nueve meses) son útiles para estimar la humedad del suelo, aspecto muy
importante para la agricultura y los bosques, y responden inmediatamente a
la presencia o ausencia de precipitaciones.

Las áreas de investigación y modelización y de climatología (Servicio Meteoro-


lógico de Cataluña, SMC) elaboran mensualmente los mapas de IPE para Ca-
taluña para los intervalos de seis, nueve, doce y veinticuatro meses (figura 30).

Figura 30. Mapas de IPE para Cataluña para un intervalo de seis meses (agosto de 2015 - enero
de 2016)

Fuente: Servicio Meteorológico de Cataluña.

Para la correcta interpretación de la cartografía, se puede seguir la tabla 2:

Tabla 2. Clasificación del grado de sequía de acuerdo con valores del ESPI

Rango Condiciones de humedad

> 2,5 Excepcional

2,0 a 2,5 Extrema

1,2 a 2,0 Fuerte

1,0 a 1,5 Moderada

Fuente: Servicio Meteorológico de Cataluña.


© FUOC • PID_00240769 43 Hidroclimatología ambiental

Rango Condiciones de humedad

1,0 a -1,0 Normalidad

-1,0 a -1,5 Sequía moderada

-1,5 a -2,0 Sequía fuerte

-2,0 a -2,5 Sequía extrema

< -2,5 Sequía excepcional

Fuente: Servicio Meteorológico de Cataluña.

4)�Índice�de�riesgo�de�sequía�(IRS)

El IRS está formado por cuatro componentes: precipitación media anual co-
rregida en función de la temperatura media anual, estacionalidad pluviomé-
trica, variabilidad y persistencia de la sequía. Este índice se definió para poder
determinar la severidad y duración de la sequía y para predecir el inicio y el
final de este periodo.

2.3.5. Las sequías en Cataluña

Las sequías son uno de los fenómenos con más repercusión en nuestro terri- Nota
torio; sin embargo, no tenemos que olvidar que, incluso en condiciones de
El material sobre las sequías en
normalidad, el régimen pluviométrico de Cataluña se caracteriza por la irre- Cataluña se ha extraído mayo-
gularidad general y, en particular, por una variabilidad interanual elevada. ritariamente del portal web de
la Agencia Catalana del Agua y
del Observatorio de Proyectos
y Debates de Cataluña.
Las últimas sequías registradas en tierras catalanas son la primera en 2005 y la
segunda durante los años 2007-2008. La combinación de estas sequías llevó a
Cataluña a un estado de emergencia que motivó un cambio en la gestión de Lectura recomendada
estos fenómenos, tal y como veremos más adelante.
En el siguiente documento,
encontraréis una compila-
ción de los últimos episodios
En el año 2005 se vivió una situación de extrema sequía generada por una de sequía vividos en Catalu-
persistente carencia de precipitaciones en todas las cuencas de Cataluña. El ña hasta 2003:
Agència�Catalana�de�l'Aigua
déficit pluviométrico fue de entre el 35 % y el 40 % de la media respecto a un
(2007). Les sequeres a Catalun-
periodo seco ordinario. ya. Barcelona: Generalitat de
Catalunya, Agència Catalana
de l'Aigua.
El año 2008 estuvo marcado por la peor sequía ocurrida en Cataluña en los
últimos setenta años, un episodio que se inició en abril de 2007 y que no acabó
hasta la segunda quincena de enero de 2009. Algunos datos, entre muchos de
los generados durante aquellos meses, son indicativos de la excepcionalidad
de este periodo. Quince meses seguidos sin precipitaciones en las cabeceras
de los ríos, unas reservas de agua en los embalses del Ter y el Llobregat que
llegaron al 20 % de su capacidad y con los principales acuíferos catalanes con
mínimos históricos.
© FUOC • PID_00240769 44 Hidroclimatología ambiental

Cataluña tuvo que enfrentarse, pues, a la gestión de un episodio de sequía ex-


traordinario. Estos problemas se caracterizan porque presentan un elevado ni-
vel de complejidad y de incertidumbres, peligran múltiples valores e intereses
(los ecosistemas fluviales, la economía del país, la salubridad pública, la credi-
bilidad de las instituciones) y, sobre todo, la urgencia de la toma de decisiones.

2.3.6. Consecuencias de la sequía

Dado que las sequías son fenómenos impredecibles (tanto en su ocurrencia


como en su duración), la previsión y la preparación son los elementos clave
para reducir su impacto.

Estas circunstancias y los elevados costes (económicos, sociales y medioam-


bientales) causados por el impacto de la sequía han activado en todo el mundo
el interés por la elaboración de planes de gestión ante las sequías.

La sequía es un desastre natural que puede tener un gran impacto en la socie-


dad. De hecho, se estima que los impactos de la sequía son más grandes que
los de ningún otro desastre natural. Por ejemplo, en Estados Unidos (según
el National Drought Mitigation Center) se estima que la sequía supone unas
pérdidas de entre 6.000 y 8.000 millones de dólares anuales, que afectan prin-
cipalmente a los sectores agrícola, silvícola, transporte, ocio y turismo y ener-
gía. Los impactos sociales y medioambientales son también significativos, a
pesar de que es difícil precisar sus costes.

Históricamente la sequía se puede considerar como un acontecimiento natural


de enorme trascendencia, ya que por su causa se han visto diezmadas las po-
blaciones por hambre, se han impulsado movimientos migratorios masivos y
se han provocado gravísimas crisis económicas, sociales y políticas. Pero tam-
bién puede advertirse, en la actualidad, que la cuestión parece haber alcanzado
un importante salto cuantitativo y cualitativo.

Esto ha llevado al hecho de que se dedique un importante esfuerzo investiga-


dor al estudio de medios alternativos no convencionales para la obtención de
agua en previsión de periodos de sequía, como por ejemplo el tratamiento de
aguas residuales, la desalinización o la explotación de acuíferos profundos, así
como el desarrollo de herramientas y estrategias de gestión conjunta y ahorro
de agua que permiten optimizar la gestión de los recursos y prevenir los pe-
riodos de escasez.

Clasificación de efectos de la sequía:

1)�Efectos�directos:

• Impactos económicos.
• Agricultura y ganadería.
• Gestión del agua y abastecimiento.
© FUOC • PID_00240769 45 Hidroclimatología ambiental

• Industria.
• Impactos medioambientales.
• Agua, tierra, el aire y los organismos (flora y fauna).
• Zonas naturales protegidas y parques naturales.
• Efectos medioambientales combinados: contaminación.
• Aumento de incendios forestales.

2)�Efectos�indirectos:

a) Economía:

• Energía: generación de energía hidroeléctrica.


• Comercio, especialmente en las relaciones de exportación e importación.
• Asuntos financieros: subida de precios, inflación.

b) Impactos sociales:

• Salud pública. Nota


• Empleo o paro.
La clasificación de los efectos
• Política y asuntos exteriores. de la sequía está basada en la
• Otros: ocio y turismo. Guía para la mitigación de los
efectos de la sequía.

2.3.7. Gestión y planificación de sequías


(2)
Comisión Internacional de Rie-
gos y Drenajes.
La guía para la mitigación de los efectos de la sequía de la ICID2 (1998) indica
que en la mayoría de los países en los que la sequía se da con más frecuencia se
han utilizado varios métodos y medidas para defenderse pero, evaluando estas
medidas, se puede afirmar que, en la mayor parte de los casos, o han carecido
de fundamento o no han sido muy consolidadas.

Mayoritariamente se ha actuado más a posteriori, por emergencia, que con ca-


rácter preventivo.

En el caso de Cataluña, la administración competente (Agencia Catalana del


Agua) trabaja en la redacción del Plan�de�gestión�de�sequías, cuyo objetivo
es dar continuidad a la gestión de los dos últimos episodios de sequía, el de
2005 y el de 2007-08, pero sustituyendo la reglamentación mediante decre-
tos (93/2005 y 84/2007; permitían la adopción de medidas excepcionales y de
emergencia en relación con la utilización de recursos hídricos) por un instru-
mento más estable, debatido públicamente antes de la situación de sequía y
que, una vez aprobado, permita a los usuarios conocer las medidas que hay
que aplicar con más anticipación y con más seguridad.
© FUOC • PID_00240769 46 Hidroclimatología ambiental

El Plan de gestión de sequías dará cumplimiento al mandato del Plan hidroló-


gico nacional (Ley 10/2001, de 5 de julio), que establece que todos los organis-
mos de cuenca tienen que elaborar un plan para enfrentarse a las situaciones
de sequía, e incluirá las siguientes determinaciones:

• La definición de índices�de�sequía�particularizados en las diferentes uni-


dades de explotación del territorio, que permitan una gestión diferenciada
en función de la situación hidrológica.

• El establecimiento de las normas� de� explotación que permitan un uso


óptimo de los recursos no convencionales (desalinización y reutilización)
y el aprovechamiento�coordinado�de�las�aguas�subterráneas�y�superfi-
ciales.

• Las medidas que hay que aplicar en relación con el uso�del�agua en cada
estado de sequía (restricciones).
© FUOC • PID_00240769 47 Hidroclimatología ambiental

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