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LIÑO 27. Revista Anual de Historia del Arte. 2021 (pags.

113-124)

Arte, tecnología y género.


(Nuevos) escenarios artísticos
contemporáneos para la lucha
Marcelino García Sedano
Universidad San Francisco Quito

RESUMEN
La actual resistencia política al poder desde el arte tecnológico y algunos de sus ejemplos, parten
de una relectura de las teorías de biopoder y tecnopoder que deriva en nuevas formas de repensar el
género. Esta reflexión se materializa en un activismo artístico que evoluciona históricamente desde
ejemplos anteriores como el ciberfeminismo. Surgen nuevos escenarios de lucha, una nueva bioética
y sin duda, un nuevo escenario político. Estas nuevas realidades representan la gran capacidad que
este tipo de arte demuestra para revisar y desmontar acciones de poder preestablecidas como las que
tienen lugar dentro del neoliberalismo, el esquema colonial de raza y sexo, la contemplación binaria
del género y la aplicación de políticas de control basadas en prefectos morales. Este panorama con-
temporáneo de disidencia artística se evidencia mediante el análisis de las obras, artistas y teóricos
expuestos en esta disertación.

Art, technology and gender. (New) contemporary scenarios for gender equality.

PALABRAS CLAVE
Ciberfeminismo; tecnopoder; arte y tecnología; activismo.

ABSTRACT
Today’s resistance of technological art towards power takes as a starting point theories such
as biopower and techno-power, which implies new ways of thinking gender. This perspective be-
comes a form of artistic activism rooted in pass examples of cyberfeminism. New struggles and new
bioethics that lead to brand-new politics appears. These new realities evidence the extraordinary
capacity of these new forms of art to question and dismantle the powers that shape neoliberalism
and the colonial order in sex, race, gender binarism, and in politics of control based on moral con-
ceptions. The contemporary landscape of dissenting art practices is evident in the study of artistic
works, artists and thinkers tackled in this dissertation.

KEYWORDS
Cyberfeminism; technopower; art and technology; activism.
114 1. Introducción 2. Género, biopoder, tecnología y arte

Las teorías de género y las acciones de re- En el panorama tecnológico actual que pre-
sistencia al poder orquestadas desde este para- side la mayor parte de la interacción social del
guas teórico-político, han evolucionado parale- ser humano y la condiciona, el concepto fou-
lamente al desarrollo de las nuevas tecnologías, caltiano de anatomopolítica o control de las
especialmente las digitales. Los ejemplos de re- personas de forma individual por parte de los
sistencia política dirigidos desde la militancia a estados, retoma especial protagonismo, permi-
favor de la igualdad de género y la necesidad de tiendo definir y visibilizar muchas de las accio-
repensar todas las características y posibilida- nes de control sobre los cuerpos que provienen
des del mismo, han utilizado estas tecnologías de las tecnologías de biopoder. Estas acciones
como terreno fértil y eficaz para sus objetivos. tienen un origen descentralizado, flexible e in-
Tomando como ejemplo el ya conocido movi- visible y se ocupan no sólo el dominio sobre lo
miento del ciberfeminismo, en la actualidad, el físico sino también sobre la vida y los aspectos
movimiento feminista tecnológico, manifiesta sociales de los ciudadanos. Cuando Foucault
diferencias sustanciales. Asistimos al desarro- definió y enumeró las tecnologías que contro-
llo de ejemplos que desde otros ámbitos más laban los cuerpos para asegurarles una utilidad
allá de la red utilizan tecnologías de reciente y una integración dentro del sistema político
creación, algunas claramente diseñadas para el y económico, sentó las bases para entender la
control, replantean un nuevo campo de batalla evolución de esos procesos cada vez más so-
expandido. Un terreno de discusión donde se fisticados y la posibilidad de extenderlos a la
producen discursos que extienden las teorías actualidad. Las tecnologías han cambiado, pero
antes mencionadas a los actuales y complejos continúan existiendo procesos y políticas que
escenarios de aplicación de sofisticadas y en intervienen de distinta forma en numerosos as-
ocasiones invisibles, estrategias de biopoder. pectos. Dentro de estas dinámicas, nos intere-
Muchas de las manifestaciones artísticas san sobre todo las que relacionan el cuerpo con
recogidas en este artículo provienen de la in- el género, así como las que se aplican sobre el
tersección entre activismo político y arte, utili- concepto de sexo, resultado de diversas estrate-
zando la tecnología como soporte y pensando gias de poder que devienen en la intencionali-
de forma crítica acerca de ella. Es en esta in- dad y urgencia de definir nuestra subjetividad.1
definición entre lo político y lo artístico donde El desarrollo de tecnologías, no sólo digitales
estos discursos adquieren la eficacia necesaria sino también en el campo de la biotecnología,
para considerar cuáles son las fronteras y lími- la genética y todas aquellas disciplinas que
tes de lo artístico. Debido a la enorme capaci- potencialmente pueden mejorar y modificar la
dad de interacción y modificación de las con- condición biológica humana, pueden ser ana-
ductas sociales y de la aplicación de estrategias lizadas en relación con las teorías postfemi-
de control y poder que tiene el desarrollo de la nistas y “queer”. Estas perspectivas permiten
tecnología para estos fines, es necesario enten- determinar qué relación tienen este conjunto
der que, al plantear proyectos artísticos dentro de técnicas con el binario sexo-género, en qué
de la reflexión que nos ocupa, se constituyen medida contribuyen a su separación o, por el
herramientas precisas de diálogo y cuestiona- contrario, qué posibilidades tienen para des-
miento de un orden prestablecido basado en montar este posicionamiento histórico.2
el esquema colonial sexo/raza y en el entorno Las teorías “queer” como herramientas me-
ideológico del neoliberalismo que lo respalda. todológicas, permiten pensar de forma analíti-
El objetivo de este artículo es recoger algu-
nos de estos ejemplos y dar constancia de la
evolución que han tenido este tipo de resisten- 1
FOUCAULT, Michel, Historia de la sexualidad I: la vo-
luntad de saber. Traducción de Ulises Guiñazú, Siglo
cia artística y política en los últimos tiempos,
XXI Editores, México, 1998, pág 205.
demostrando así la eficacia que este escenario 2
FERNANDEZ, Isabel, “Anatomopolítica y cuerpos se-
compuesto por la triada arte, tecnología y femi- xuados: aproximación a la hermenéutica feministade
nismo tiene para repensar el género desde las la segunda mitad del siglo XX”. XII Congreso Español
de Sociología Grandes transformaciones sociales, nue-
posibilidades, características y contradicciones vos desafíos para la sociología. pág 2, Gijón, Asturias
de la esfera tecnológica. Recuperado de: http://www.fes-sociologia.com/files/
congress/12/papers/3913.pdf

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ca aquellas subjetividades que quedan fuera de poder y que deambula en la indefinición entre 115
la normatividad político, cultural y social así animal y bestia, naturaleza y cultura. A partir
como su poder para modificar y combatir sus de esta traslación del pensamiento de Agamben
pautas, criterios y trascendencia política. Teo- hallamos el estado indefinido que nos define
rías que se encargan de visibilizar los cuerpos como seres sociales: ciudadanos sujetos al or-
que dentro de una sociedad patriarcal no im- den político y social, frágiles escenarios, vícti-
portan y no existen, aquellos sumidos en las di- mas y protagonistas del poder sobre los seme-
námicas de control sobre las corporeidades no jantes, el terreno de exclusión sobre el que se
hegemónicas, ajenas al concepto de ciudadano, cimientan las sociedades modernas.4
seres a la deriva. Judith Butler quien a partir de Se impone, como urgencia, la necesidad de
la teoría performativa del género plantea que pensar los cuerpos, el género y las libertades al
tanto el sexo como el género son constructos respecto desde la periferia de la norma, desde
socioculturales, demuestra que ambos aspectos las propuestas alternativas y la edificación de
del individuo están sujetos al poder y sus res- nuevos baluartes de reflexión, de nuevas sub-
tricciones, un poder ejercido desde el dominio jetividades críticas y de nuevas definiciones del
hegemónico heterosexual. Ese poder no hace término ciudadano que parte de la definición
más que ensalzar y promover como resistencia de seres híbridos. Seres mezcla de máquina, hu-
natural lo “queer” a manera de postura política. manos y animales que son los nuevos cuerpos
Butler, al negar una metafísica del género con- biopolíticos siempre juzgados, constantemente
firma que la anatomopolítica, no hace más que clasificados.5
ensalzar la sexualización binaria de los cuerpos Es aquí donde toma importancia la cultura y
y transportando el título de su célebre traba- por supuesto dentro de ella, el arte como espa-
jo, delimitar cuáles son los cuerpos que impor- cio de discusión. Se convierte en un espacio de
tan.3 El panorama tecnológico contemporáneo resistencia con legitimidad histórica y es aque-
dedicado al control no hace más que subrayar lla cultura que emana y utiliza a su favor las
esa división, jerarquización y dominación des- tecnologías con el fin preciso de la comunica-
de el esquema patriarcal. Al mismo tiempo, no ción, la que permite pensar acerca de las identi-
deja duda de que, a pesar del desesperanzador dades sociales y por supuesto la construcción y
panorama, la misma complejidad del sistema reflexión acerca de las subjetividades sometidas
ejecutor de estas estrategias anatomopolíticas, y moldeadas por las tecnologías de biopoder.6
abre posibilidades no sólo al pensamiento, sino Estas subjetividades emergen formando parte
también a la acción. de discursos artísticos que, basados en la li-
Frecuentemente se han incorporado a es- bertad metodológica que permiten las acciones
tos discursos las teorías de Giorgio Agamben, creativas, ponen en discusión aquellos elemen-
quien define la soberanía como aquella capa- tos claves de las teorías de género que buscan
cidad de decisión sobre qué cuerpos importan no sólo la reflexión, sino que reclaman tam-
y cuáles merecen vivir. Para entender esto, se bién la acción. Manifestaciones artísticas que
debe tener en cuenta los conceptos de “nuda puedan establecer nuevas visiones y horizontes
vida” y “homo sacer” que ayudan a replantear para aquellas subjetividades que quedan fuera
el concepto de orden social. Si entendemos la de la norma, incluidas como ejemplos de ésta,
“nuda vida” como aquella existencia vulnera- las instituciones más tradicionales del arte. Es
ble, expuesta a la muerte y la violencia, en- por ello que numerosas veces recurren los ar-
contramos el propósito final de las tecnologías tistas a las actitudes más cercanas al activismo
de biopoder y control sobre esas corporeidades político, al hacktivismo e incluso, extienden
frágiles y expuestas a sus manipulaciones. A la herencia estética de lo “ciberpunk”, univer-
este término debemos unir el de “homo sacer”,
concepto rescatado del derecho romano y que
designa al individuo expuesto al poder sobera-
4
AGAMBEN, Giorgio, Homo Sacer. El poder soberano y
la nuda vida I, Pre-Textos, Valencia, 1995, 141
no y que se utiliza para ejemplificar a los parias 5
BALZA, Isabel, “Ciudadanía y nuevas identidades de
y especificar ese estado del hombre sujeto al género: sobre biopolítica y teoría queer”, Presente, pa-
sado y futuro de la democracia, 2009, pág. 236.
6
MARTÍNEZ, Ana, “Prácticas artísticas y activistas
3
BUTLER, Judith, Cuerpos que importan. Sobre los lími- feministas en el escenario electrónico. Transforma-
tes materiales y discursivos del «sexo», Paidós, Buenos ciones de género en el futuro digital”, Asparkia, 22,
Aires, pág. 13. 2011, pág. 101.

Arte, tecnología y género.


(Nuevos) escenarios artísticos contemporáneos para la lucha
116 so ficticio que sirve como recurso argumental sin duda de la cibercultura, pero también ele-
para plantear futuros distópicos consecuencia mento bisagra entre las máquinas y el ser hu-
de un gran avance tecnológico que penaliza la mano de carne y hueso, es un ser que escapa al
calidad de vida de los humanos en todos los dualismo cartesiano donde el sentido de dividir
sentidos. Manifestaciones artísticas que toman cuerpo y mente pierde su validez. Un cuerpo
formas de rebelión e insurgencia desde la es- que se renueva constantemente, un “cyborg”
peculación creativa recuperando la reflexión indeterminado sexual y racialmente, aunque
sobre y desde el cuerpo. Una corporeidad pen- sujeto a la influencia del poder al que resiste.8
sada desde el arte, dotándola de nuevas formas Este nuevo protagonista mezcla de la evolución
y trasladándola a nuevos escenarios, evolucio- conjunta entre tecnología y sociedad mantiene
nando como medio de expresión y especula- aun la contingencia necesaria en su capacidad
ción presente con anterioridad en las pioneras de agencia. Como reclama Judy Wajcman, la
manifestaciones artísticas performáticas de emancipación política de la tecnología debe
autoras como VALIE EXPORT, Eleonor Antin, pasar primero por el ser humano, requiere lo
Judy Chicago o Annie Sprinkle por mencionar que denominó “wetware”, un espacio intersti-
algunos ejemplos. La concepción del cuerpo, cial entre la sociedad que debe contemplar la
sujeto a los designios y capacidades de los ade- tecnología como parte de su tejido social.9 Nue-
lantos médicos y biológicos como resistencia al vamente se produce la disolución de los siste-
biopoder anatomopolítico, toma nuevas dimen- mas dialécticos que han presidido incluso, gran
siones a partir de la toma de consciencia de éste parte de los discursos feministas tradicionales.
como producto del poder y como un artefacto Es en este agente político, llamado “cyborg” si
productivo que puede ser modificado en pos de se quiere, que se encarna el mundo de futuros
una función o el aumento de sus capacidades.7 posibles, de seres imaginarios prestos a formar
nuevas entidades subjetivas fruto de la mezcla
entre máquina, cuerpo y metáfora y horizonte
3. Arte y género en las sociedades de nuevas políticas corporales.10 Por lo tanto, la
tecnológicas figura que perfiló Haraway mantiene su total
operatividad como eje de un pensamiento que
Hace más de dos décadas una de las tenden- plantea las discusiones basado en la vigencia
cias más críticas del pensamiento feminista fue de la distinción entre animal y humano, físico
el ciberfeminismo. Un movimiento artístico y y no físico, natural y artificial.11
político que se apropió de la red desde el deseo Partiendo de esto surgieron las bases me-
utópico de habitar un territorio libre, suscepti- todológicas del ciberfeminismo, elaboradas en
ble de ser poblado por seres soberanos y dife- su mayor parte por pensadoras tecnoutópicas
rentes en esencia a los que habitaban el terreno que percibieron la posibilidad de disolver las
físico, el mundo real. No obstante, la vigencia fronteras entre género y sexo a partir de la tec-
de la evolución del biopoder foucaltiano al de nología digital, recreando un contexto ideoló-
tecnobiopoder acuñado por Donna Haraway en gico propio de la ciencia ficción. Las primeras
los años 90, debe ser recordada y añadida al ciberfeministas replanteaban un universo de
conjunto de posicionamientos teóricos mencio- especulación considerado mayormente misó-
nados con anterioridad. Es la contingencia del gino que provenía del universo del ciberpunk,
“poder ser” la que expande y abraza toda idea del que, no obstante, rescatan las posibilida-
de evolución humana mucho más allá del plano
de las capacidades físicas. Este aspecto permite
constituir nuevos seres con una gran dimensión 8
GÓMEZ, Sebastián, “TECNO-BÍOS: Una aproximación
política y una capacidad evolutiva que se basa biopolítica a la relación cuerpo-máquina en el contexto
en lo científico, en el laboratorio y resulta en el cibercultural contemporáneo”, Aisthesis nº 52, 2012,
pág. 345.
“tecnocuerpo”, entidad expuesta a las acciones 9
WAJCMAN, Judy, El tecnofeminismo, Cátedra, Madrid,
de la sociedad de control y en constante evolu- 2006, pp. 120-161
ción. El cuerpo tecnificado, actor protagonista 10
HARAWAY, Donna, Ciencia, cyborgs y mujeres. La rein-
vención de la naturaleza, Ediciones Cátedra. Instituto
de la Mujer, Valencia, 1991, 364.
7
ESCOBAR, Jorge M, “El cuerpo como artefacto: tecno- 11
BOYER, Amalia, “Biopolítica y filosofía feminista”,
logías médicas, anatomopolítica y resistencia”, Cien- Revista de Estudios Sociales, núm. 43, mayo-agosto,
cias Sociales y Educación, Vol. 4, Nº 7, 2015, pág. 420. 2012, pág. 135.

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des de liberación implícitas en internet.12 La búsqueda de cuerpos femeninos para el ocio y 117
posibilidad de dejar atrás un cuerpo histórica- el placer.
mente limitado por los estereotipos binarios a Así mismo, el colectivo VNS Matrix, es decir
partir de la proyección de nuevas corporeida- Virginia Barrat, Francesca da Rimini, Julianne
des digitales o poscuerpos, sustentaba ideoló- Pierce y Josephine Starrs, plantearon dentro
gicamente las posibilidades de cambio hacía de sus numerosos proyectos nuevas corporei-
un posgénero. dades a partir de las facilidades que la red y
Linda Dement propuso en 1995 “Cyberflesh las nuevas tecnologías permitían, partiendo de
Girlmonster” (fig. 1), una acción que partía del la capacidad utópica de proyectar esencialida-
escaneo de ciertas partes corporales de unas des, ontologías e identidades ex nuovo. En “All
treinta mujeres, un conglomerado de fragmen- New Gen” (1992), una respuesta al machismo
tos de cuerpos y sus sonidos, que reorganizados presente en los videojuegos desde un hipoté-
y dotados de interactividad conformaron una tico videojuego que tomaba la forma artística
suerte de cuerpos monstruosos, una respuesta de una instalación multimedia, se combatía al
irónica al concepto de la representación de la patriarcado ejemplificado en la industria mili-
feminidad hegemónica desde las nociones de tar, el régimen de los superhéroes, la propagan-
deseo, venganza y violencia.13 Los trabajos da y demás valores negativos del contexto de
multimedia de Dement, colgados en la red, pro- un supervillano conocido y creado como “Big
ponían de forma temprana un espacio libre de Daddy”. El usuario, al que se recomienda elegir
patriarcado y una respuesta a la convencional el género “sin especificar”, se convierte en un

Fig. 1. Linda Dement, Cyberflesh Girlmonster, 1995. http://lindadement.com/images/cfgm/CFGM20.jpg

12
EVANS, Claire L., “Ciberfeminism”, 2014, Deep Lab.
http://deeplab.net
13
DEMENT, Linda, Linda Dement, 2018, Recuperado de
http://www.lindadement.com/cyberflesh-girlmonster.
htm

Arte, tecnología y género.


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118 ciberanarquista, un “DNA Slut” o “puta de AD- liones orquestadas desde las redes sociales. Por
N”.14 Una recreación de un universo virtual en el tanto, estamos ante una evolución de aquellos
que cada elemento o personaje eran una crítica planteamientos utópicos, rebeldes e irreveren-
feroz al orden preestablecido y que permitía vi- tes del ciberfeminismo primigenio que resulta
vir al usuario, a través de su propia experiencia, en una sofisticación de las estrategias de lucha
los detalles de esta situación de desigualdad a cuya eficacia aun no podemos comprobar más
la par que combatirla de forma simbólica. allá de la certeza de su propia existencia y, por
Sadie Plant, otra figura clave del primer ci- lo tanto, de su valor cuestionador.
berfeminismo, realizó un aporte significativo a También para algunas autoras como Vicky
la relación del feminismo con las tecnologías Kirby, utilizar la figura del “cyborg” es recrear-
digitales más allá de las posibilidades de un se en un juego dialéctico ya que, para ella, el
nuevo cuerpo libre de esquemas. Plant veía en concepto fue creado desde el entorno posmo-
las posibilidades de conexión de la red de una derno y humanista. Esta figura parodia y recu-
forma no centralizada la esencia de una femini- pera la biología como un discurso, por lo que
dad plural más acorde a su propia naturaleza y difícilmente puede justificarse como ese preten-
que podría desembocar en un poder horizontal, dido nuevo ente liberador si incurrimos en es-
un poder que se extienda de todos a todos15. tas contradicciones.17 De nuevo, una revisión
Fue de las primeras en ver las posibilidades de y el plantamiento de una nueva base operati-
asociación con fines políticos de la red y apli- va a partir de la metodología y combatividad
carlas a la lucha de género. ciberfeminista desde una actualización del
La hipótesis de que la red es un entorno li- “viejo” panorama.
bre, continúa transformándose con la consoli- No obstante, ahora son varias las platafor-
dación del panorama neoliberal, condicionando mas desde las que se trabaja partiendo de este
y cambiando las manifestaciones de resistencia enfoque que ve en el trabajo en red y el cibe-
que provienen de este entorno y vinculando respacio una de las metodologías de resisten-
sus esfuerzos a cuestionar las libertades y sus cia más adecuadas, continuando esa tradición
coacciones desde un entorno digital corpora- iniciada en los años noventa, pero bajo nuevos
tivista. Es dentro de esta relación compleja y esquemas. Se busca una feminización de inter-
tensa con el neoliberalismo que se desarrollan net que deconstruya y rompa la jerarquía del
muchas de las teorías feministas digitales y de orden preestablecido, proponiendo y posibili-
género, resultando por esta confrontación ideo- tando la destrucción de la dualidad en busca de
lógica numerosas contradicciones y preguntas una identidad múltiple, reestructurada y sub-
de difícil respuesta. Hester Baer señala una am- versivamente articulada. El feminismo en red
bigua relación entre el pensamiento neoliberal y desde la red, trabaja ahora desde la micropo-
y el desarrollo de las subjetividades. Relación lítica, desafiando el sexismo, la misoginia, la
que plantea una revisión activista del género homofobia y los demás discursos de opresión
desde el análisis de su efectividad real, teniendo que provienen de determinados esfuerzos y
en cuenta la sobreabundancia de manifestacio- ejemplos de comunicación, la mayor parte de
nes culturales en la red y su descentramiento, las veces con fines comerciales, presentes en el
así como su capacidad de generar solidaridad. devenir cibernético.18
¿Acaso alguna militancia de género en la red no El colectivo Deep Lab es un ejemplo conti-
está en línea con algunos aspectos de la promo- nuador y transformador de la tradición ciber-
ción de la autogestión, el individualismo y la feminista veinticinco años después. Aunque re-
autopromoción tan relacionada con el discurso chaza las ciberutopías, no niega la utilidad del
liberal?16 Sólo basta pensar en la efectividad, entorno digital para la lucha de género. Com-
pero también en la labor de cohesión social de puesto por un grupo colaborativo de investiga-
los hastag reivindicativos y demás microrrebe- doras, escritoras, ingenieras, artistas y produc-
toras culturales, desarrollan desde el esquema
14
VNS Matrix, VNS Matrix, 2018, Recuperado de https://
vnsmatrix.net/projects/all-new-gen
15
PLANT, Sadie, Zeros + ones. Digital women + The new 17
KIRBY, Vicky, Telling Flesh. The Substance of the
technoculture, Fourth Estate, Londres, 1998, pág. 10. Corporeal. Routledge, Nueva York y Londres, 1997,
16
BAER, Hester, “Redoing feminism: digital activism, pág. 147.
body politics, and neoliberalism”, Feminist Media 18
MUNRO, Ealasaid, “Feminism: A Fourth Wave?”, Polit-
Studies, 2016 VOL. 16, NO. 1, pág. 18. ical Insight 4, 2013, pág. 23.

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expandido de laboratorio y de colectividad un alejamiento de estas posibilidades a los países 119
foro de discusión e investigación sobre conceptos más pobres, regulando y limitando sin duda las
como la vigilancia, la privacidad, el capitalismo, posibilidades a los cuerpos más privilegiados,
el hacktivismo social o el arte entre otros mu- categorizando estos a partir de la distribución
chos temas. Su metodología tiende lazos entre el de los recursos y los saberes en materia de ge-
conocimiento científico y la creatividad como notecnología.
medio de expresión y análisis que se concretan A partir de la aplicación de estas biotecno-
a través de conferencias, proyectos artísticos y logías, artistas como Giulia Tomasello plantean
elaboración de herramientas informáticas que discursos que rebaten estas mutaciones del tér-
enfrentan los problemas habituales del género mino biopoder, evidenciando las connotaciones
inmerso en lo digital, el femenino y todos los éticas que flotan en torno a estas posibilidades.
posibles géneros más allá del binario, que han “Future flora” (2019) es un proyecto que surge
sido desplazados del mundo de la tecnología del master Material Futures del Central Saint
digital y que así pueden reclamar su espacio.19 Martins para replantear la trascendencia y al-
cance de la infección por candidiasis en muje-
res (fig. 2).
4. Nuevas aproximaciones a la lucha de El proyecto permite cultivar en casa las bac-
género desde la tecnología y el arte terias que combaten la cándida mediante un in-
cubador dotado de tecnología arduino que se
Valorando los planteamientos ciberfeminis- aplica posteriormente mediante un gel usado
tas como punto de partida para la elaboración como si fuese una toalla sanitaria. De esta for-
de nuevos discursos subjetivos, asistimos en la ma, las mujeres no solo forman parte del cono-
actualidad a nuevas aproximaciones desde la cimiento científico, sino que toman control de
tecnología y el arte que intentan resignificar sus cuerpos más allá de las políticas económi-
este contexto hipertecnologizado donde las ne- cas de las farmacéuticas. La higiene íntima, sale
cesidades, identidades y demás características también de la oscuridad a la que la moral impe-
esenciales de la persona se configuran en con- rante le condena, replanteando un debate ético
junto con esas tecnologías.20 Surgen nuevos es- sobre la misma y empoderando sin duda a las
cenarios de reflexión en torno a la genopolítica usuarias mediante un control más directo sobre
y la vida artificial, así como nuevas formas de sus cuerpos y por consiguiente sobre su sexua-
navegación e interacción colectiva en red, que lidad. La autora reclama también, un regreso a
exigen, ante la novedad de sus formas, nuevas lo biológico y a la subjetividad del individuo
urgencias, nuevos intentos de análisis y reso- que debe posicionarse para emerger del mundo
lución. digital, ámbito que en cierta forma ejerce su
La genopolítica es aquella forma de poder poder uniformizador y alienante arrastrándo-
que atiende a las posibilidades de transforma- nos a un mundo inmaterial.22
ción de la estructura biológica del ser humano Las ideologías conservadoras de corte he-
y que propiciada por los avances en tecnologías teropatriarcal influenciadas casi siempre por
médicas supone una evolución del concepto de morales religiosas han intervenido siempre en
biotecnopoder entroncado directamente con las la capacidad de decisión de la mujer sobre su
teorías transhumanistas. Es aquí, interesante la maternidad. Una de las mayores formas de ejer-
reflexión de Santiago Díaz quien indica que si cer un control sobre esto es sin duda la regu-
la anatomopolítica regulaba los cuerpos y la lación legislativa sobre el aborto, un derecho
biopolítica la población, la genopolítica, no ausente en muchos lugares. “Abortion drone”
sólo pretende regular, sino crear a la humani- (2015) es un proyecto que se sirve de los dro-
dad.21 Este giro interesante permite ver en ello nes, la popular tecnología empleada con fines
una nueva forma de neocolonialismo más allá bélicos , para bombardear con píldoras aborti-
de la continuidad del esquema sexo/raza con el vas países donde estas medicinas no son lega-
les. Con este tipo de acciones, la primera fue
19
DEEP LAB, Deep Lab, 2018, Recuperado de http://www. transportar píldoras desde Alemania a Polonia
deeplab.net/aboutus
20
WAJCMAN, Judy, El tecnofeminismo, opus cit., pág. 151.
21
DÍAZ, Santiago, “El biopoder de la biotecnología o 22
TOMASELLO, Giulia, Future Flora. Giulana Tomasello,
el biotecnopoder. Aportes para una bio(s)ética”. Ludus 2018, Recuperado de https://gitomasello.com/Futu-
Vitalis, vol. XIX, num. 36, 2011, pp. 196-197. re-Flora

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Fig. 2. Giulia Tomasello, Future Flora, 2019. Future flora, https://gitomasello.com/Future-Flora

en 2015, no sólo se evidencia la precariedad redera de un proceso evolutivo largo y múltiple


y lo absurdo de las restricciones morales, sino que se debe y se puede empezar a cambiar.25
también las legislaciones sobre este aspecto así “A piece of Pie Chart” (2017) de Annina
como el control de tránsito entre países. Esta Rüst, replantea a través de un robot que fabrica
primera intervención desató acciones legales de tartas la desigualdad de género en el ámbito
los dos países y expuso lo fácil que es abortar de la tecnología y el arte (fig. 3). No es para
con medicinas que son consideradas legales, así nada casual que el elemento para demostrar la
como la clandestinidad y el riesgo que se toman desigualdad haya sido una tarta. Este tipo de
algunas mujeres para interrumpir el embarazo acciones domésticas como son la cocina y la
en países donde no es permitido.23 El proyecto, costura por mencionar algunas, están asociadas
anónimo por razones obvias, es también una de forma tradicional a las mujeres. Un tipo de
fuente de información sobre cómo realizar el producción que, si bien tiene como fin el ám-
procedimiento y se parece bastante al que se bito familiar en muchas ocasiones, no escapa a
ofrece desde la plataforma CH2 Open Source estar inscrito dentro del sistema capitalista. Este
Abortion. Este experimento replantea de forma tipo de acciones llevadas a cabo por mujeres
crítica el panorama socio-político estadouni- anónimas, convierte a las mismas, según Re-
dense distribuyendo el texto “A Womb of One’s medios Zafra, en “prosumers”, productores que
Own: Taking Charge of Your Reproduction Wi- necesitan consumir previamente para generar
thout Doctors” (2014) escrito por Jane Doe que este tipo de productos de consumo interno. Esto
propone una política de intervención ajeno a la agota la incidencia y sobre todo evidencia la
industria médica reivindicano la libertad social invisibilización de las mujeres dentro de este
y el sentido de comunidad.24 Estas estrategias sistema de producción, en este caso en el ám-
analizan qué es ser mujer en relación con la bito artístico.26 La decoración de las tartas se
tecnología y cómo la relación entre género y hace mediante la representación de gráficas de
tecnociencia es cada vez más complicada y he- datos que denuncian esta desigualdad mientras

23
HERTZ, Garnet, Disobedient Electronics. Protest, 2018, 25
PAUL, Christian, A Companion to Digital Art, First
pág. 3. Recuperado de http://www.disobedientelectron- Edition, John Wiley & Sons, Inc., Chichester, 2016,
ics.com/ pág. 181.
24
DOE, Jane, A Womb of One’s Own: Taking Charge of 26
ZAFRA, Remedios, “Prosumo”, (H)adas. Mujeres que
Your Reproduction Without Doctors, 2014, pp. 5-9, Re- crean, programan, prosumen y teclean, Páginas de
cuperado de https://wombofonesown.wordpress.com/ espuma, Madrid, 2013, pp. 149-150.

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(LIÑO 27. Revista Anual de Historia del Arte. 2021)
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Fig. 3. Annina Rüst, A piece of Chart, 2017. http://www.anninaruest.com/pie/wp-content/uploads/2015/05/IMG_6949-1024x682.jpg

se rememora una especie de línea de produc- Stephanie Dinkins, plantea mediante una
ción industrial doméstica. El hecho de utilizar conversación con “Bina48”(2010), su robot ho-
un brazo robótico sustituye toda una serie de mónimo, la idiosincrasia de ser mujer y ser ne-
maquinarias destinadas a producir en la som- gra, aunque éste no sea capaz de descifrar qué
bra los electrodomésticos, por un paradigma de significan esas dos cosas. Todas las creacio-
la industrialización tecnológica protagonizada nes, incluidas las tecnologías más avanzadas y
y desarrollada en mayor parte por hombres. aquellos seres que conforman la vida artificial,
La obra subvierte este orden heteropatriarcal son un reflejo de nuestras debilidades, sean en
de forma poética e irónica.27 El público inte- forma de políticas raciales y sociales, crisis eco-
ractúa consultando datos concretos sobre la lógicas, manifestaciones de poder e incluso la
representación de las mujeres en el arte o la búsqueda utópica de la perfección. Esta obra en
tecnología. Muchas veces cuando se consultan concreto trae a la luz las críticas al feminismo
las biografías de los artistas no se obtienen da- hegemónico que ignora las convergencias entre
tos concretos sobre matices de sexualidad, raza raza/clase/sexualidad/género surgidas desde la
y género y generalmente esta información se colonialidad del poder y que fueron discuti-
provee dentro del esquema tradicional dicotó- das por la teorías decoloniales remarcando el
mico masculino o femenino. La tarta resultante concepto de interseccionalidad que plantea la
es un objeto dialógico de reflexión y discusión posibilidad de desmantelar la exclusión histó-
que los visitantes al finalizar el evento, pueden rica de las mujeres no blancas, el denominado
elegir enviar a una galería o empresa cómplice por María Lugones, “sistema moderno colonial
de esas estadísticas nefastas o llevársela para de género”29. Un sistema replicado en el actual
poder iniciar una discusión al respecto en otro entorno digital y tecnológico que sirve, en este
ambiente.28 caso partiendo de la alegoría de lo robótico,

29
LUGONES, María, “Colonialidad y género: Hacia un
27
Ibid. pp 153 – 154. feminismo descolonial” en Mignolo, Walter, Género
28
HERTZ, Garnet, Disobedient Electronics. Protest, opus y descolonialidad, Del Signo, Buenos Aires, 2014,
cit., pág. 11. pág. 15.

Arte, tecnología y género.


(Nuevos) escenarios artísticos contemporáneos para la lucha
122 como una sutil réplica a la complejidad de esta navegación y la programación poseen carac-
naturaleza ontológica. Las teorías de Lugones terísticas afines a la performance. Para enten-
parten de las ideas de Quijano quien ya hace der mejor esto debemos explicar que mientras
algún tiempo definió que el poder se sustenta- este entramado de hipervínculos, de códigos y
ba en las relaciones de dominación entre diver- aplicaciones responden a un esquema donde
sos actores sociales ubicados por cuestiones y los límites entre lo normal y lo anormal refe-
condicionantes históricos entre culturas domi- ridos al cuerpo político, están definidos y nor-
nantes y dominadas30. María Lugones amplía y matizados, la performance, es decir el navegar
complejiza estas ideas que juzga válidas pero e interactuar en estos espacios, replantea esas
limitadas, ya que Quijano argumenta la colo- normas. Habitar la red cuestiona los esquemas
nialidad del género partiendo de las relaciones heteropatriarcales creando nuevas formas de
de control sobre el sexo y sus productos desde significado, nuevas identidades y nuevas he-
una perspectiva heterosexual y patriarcal. Se- rramientas para trabajar en favor de la igual-
gún la autora, Quijano asume de esta forma el dad de género. Igualdad que resulta de la lucha
significado hegemónico de género. Más allá de entre relaciones de poder, la lucha política y la
la relación entre capital y trabajo típica del resignificación, no solo de la agencia política
sistema de género colonial materializada en la del “cyborg”, sino también del esquema de do-
autoridad colectiva, motivo histórico de dispu- minio y el tono del entorno tecnológico.33 Una
ta, se deben tener en cuenta nuevos factores: adaptación evolutiva a los nuevos espacios y
la construcción del conocimiento y las culturas normas de interacción social. Un desarrollo na-
resultantes de este complejo sistema que for- tural de las posibilidades que había señalado
man parte de la colonialidad del poder y sus Sadie Plant a partir del concepto de descentra-
procesos.31 “Bina 48”, en su propio desarrollo lización.
no es consciente de estas suttilezas y en su au- “Periodshare” (2016) de Lone Koefoed Han-
toaprendizaje evidenciará todas estos aspectos sen y Marie Louise Juul Søndergaard es un
dejándo una pregunta en el aire. ¿se puede proyecto crítico con la forma en cómo la tec-
construir la identidad de forma artificial? nología consolida las narrativas que definen la
De igual forma, debemos añadir a las narra- normalidad acerca del cuerpo humano, cómo
tivas digitales feministas que cuestionan, en- estas trabajan en términos de biopoder y a par-
tre otras cosas, la identidad en la red y los as- tir de la censura de lo considerado incorrecto,
pectos epistemológicos de habitar los espacios la exaltación de los cuerpos deseables y todo
creados por las nuevas tecnologías de comuni- aquello que tiene que ver con ellos (fig. 4). Uti-
cación. Las narrativas feministas que derivan lizando los esquemas neoliberales de empren-
de la red, son espacios definidos por miles de dimiento en la red y transformándolos en una
ramificaciones y conexiones que surgen de las poderosa herramienta feminista, cuestiona el
interacciones subversivas y de la importancia modelo de negocio que las aplicaciones supo-
del hipervínculo. Carolyn Guertin resalta que nen hoy en día, donde un mayor número de
este puede ser entendido desde la capacidad de seguidores o una mayor interacción entre estos
volver a ser visitado y revisado implicando la deriva en una mayor ganancia. “Periodshare”,
reelaboración del texto, de la acción, volviendo presentado como un kickstarter une las dos co-
sobre el tiempo, el espacio, modificando, alte- sas, el poder del hipervínculo y la interacción
rando y amplificando el lugar de la crítica, la y la metodología de la performance al utilizar
lucha y la suversión.32 la misma esncia de las aplicaciones que moni-
Partiendo de las particularidades de este torizan el periodo y la fertilidad de las muje-
fenómeno debemos tener en cuenta que la res pero manteniéndolo en la sombra. En este
caso se convierte en algo público, evidenciando
lo que siempre se ha mantenido oculto o con
30
QUIJANO, Anibal, “Dominacion cultural”, Cuestiones
unas connotaciones moralmete definidas por la
y horizontes : de la dependencia histórico-estructural
a la colonialidad/descolonialidad del poder, CLACSO, idea de maternidad tradicional, la fertilidad del
Buenos aires 2014, pp. 667-689. cuerpo femenino. Las usuarias de “Periodsha-
31
LUGONES, María, “Colonialidad y género”, TABULA
RASA No.9, julio-diciembre de 2008, pag 78.
32
GUERTIN, Carolyn, “Wanderlust: The Kinesthetic 33
PUJOL, Joan y MONTENEGRO, Marisela, “Technology
Browser in Cyberfeminist Space”, Extensions Journal, and Feminism: A Strange Couple*”, Revista de Estudios
Vol 3, enero 2007, pág. 3. Sociales No. 51, 2014, 180.

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(LIÑO 27. Revista Anual de Historia del Arte. 2021)
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Fig. 4. Lone Koefoed Hansen y Marie Louise Juul Søndergaard, Periodshare, 2016. https://mljuul.com/PeriodShare

re”, en un acto performativo, pueden compartir rado en el devenir tecnológico.35 Marie Loui-
los datos sobre su fertilidad a través de las redes se Søndergaard tiene incluso un proyecto para
sociales con sus amigos o familiares. Los da- que las usuarias fabriquen su propio vibrador.
tos son obtenidos por una copa menstrual con Se produce lo que podriamos llamar un des-
sensores que los transmiten al teléfono móvil.34 centramiento colaborativo del discurso a tra-
Este hecho se convierte en una crítica ácida a vés de la creación de colectivos y plataformas
la necesidad de compartir cualquier acción que que permiten el trabajo desde la red. Algunos
los usuarios de redes sociales manifiestan en la ejemplos de colectivos reseñables son .dpi o los
actualidad, un exhibicionismo de intimidades españoles Ela Fan Tech o Generatech. Platafor-
intrascendente, vacío y neutro. El asunto de la mas creadoras de contenido, pero también de
visibilidad, más allá de esta banalización, res- comunidad. Como ya subrayó en su momen-
ponde a intereses de poder. La cantidad de visi- to Remedios Zafra, la importancia del ciberfe-
bilidad de los asuntos sobre identidad de géne- minismo actual no reside en la posibilidad de
ro, es insuficiente, por lo que la interacción con transformación del cuerpo en la búsqueda de
los campos donde su presencia se haria efec- un poscuerpo, sino en las posibilidades y el po-
tiva es pobre e intrascendente: instituciones, der de la alianza, el asociacionismo feminista
discursos, receptáculos de representaciones y en la red.36
discusiones. Es por esa necesidad que la insur-
gencia feminista de última generación recurre
a generar los propios sitios en red como he- 5. Conclusión
mos visto en el ejemplo anterior, pero también
a elaborar la tecnología propia necesaria bajo En la actualidad, los discursos feministas
un espíritu DIY (hazlo tú misma) que funciona motivados por los avances de las tecnologías de
desde la organización comunitaria. El concepto comunicación por un lado y las biológicas por
de comunidad promueve no solo la difusión de
objetos subversivos tecnológicos, sino también 35
WAY, Jenifer, “Digital Art at the Interface of Technolo-
habilidades, formando a un usuario empode- gy and Feminism” en PAUL, Christian, A Companion
to Digital Art, First Edition. Chichester, 2016. John
Wiley & Sons, Inc., pág. 198.
36
ZAFRA, Remedios. “Redes Y (Ciber)Feminismos. La
34
SØNDERGARRD, Marie Luise Periodshare, 2016, Recu- revolución de la representación que derivó en alian-
perado de https://mljuul.com/PeriodShare za”, Revista Dígitos, 4, 2018, pág. 22.

Arte, tecnología y género.


(Nuevos) escenarios artísticos contemporáneos para la lucha
124 otro, obligan a resituarse como seres humanos desolador panorama, los discursos subversivos,
dentro de este contexto actual tan particular. en concreto los artísticos, han evolucionado. No
Con el antecedente de las teorías transhumanis- es un cambio en esencia, es un replanteamiento
tas y del ciberpunk ejemplificado en las pioneras de nuevas epistemologías que igualen y faciliten
del ciberfeministmo, observamos que lo ocurri- el encuentro entre la biología y la tecnología y
do en el presente, más que una evolución del que acaben con el esquema dialéctico cartesia-
pensamiento de insurgencia, es un cambio en el no. Modos de hacer que aprovechen la capaci-
campo de batalla. La red ya no es lo que era, dad de conexión de la red estableciendo alianzas
no sólo porque se han diluido las promesas de como estrategias. “Period Share” y “A piece of
libertad que conllevó en un primer momento, pie chart”, son obras que promueven ese aso-
sino porque cada vez la sociedad es más cons- ciacionismo y visibilizan al colectivo femenino
ciente de cómo una gran cantidad de estrate- dentro de los procesos culturales, así como as-
gias de control se aplican sobre los usuarios. De pectos considerados tabú de su naturaleza como
igual forma, la ciencia y la tecnología de mejora la menstruación . Parece que, con mayor o me-
del ser humano, responde y está influenciada nor éxito, se avanza hacia eso, hacia el enten-
por intereses corporativistas que representan un dimiento parangonable de una nueva esencia
nuevo orden colonial. Un orden sobre el que se híbrida que pueda plantear nuevas identidades
revelan obras como “Future flora” de Tomase- más allá de los poscuerpos planteados por el ci-
llo o “Abortion drone”, ejemplos cuestionadores berfeminismo tradicional, nuevos enfoques so-
de la colonización de los recursos tecnológicos bre el género, y también nuevos ciudadanos em-
y genopolíticos, así como de la aplicación de poderados que no solo habitan lo tecnológico,
valores morales sobre los mismos. De la misma sino que lo utilizan como arma y se materializa
forma, la tecnología de última generación per- entre otros aspectos en excepcionales obras ar-
mite reflexionar sobre la interseccionalidad en- tísticas37. Se plantea una nueva bioética, afin al
tre género, sexo y raza, un panorama político transhumanismo en su dimensión especuladora,
y cultural presidido aun por esquemas hetero- un terreno virgen sobre el que erigir una nueva
patriarcales coloniales. Tal es el caso de “Bina dimensión política. Un pulso contra las corpora-
48” de Stephanie Dinkins que promueve todas ciones y el patriarcado corporativista que deriva
estas reflexiones a partir del aprendizaje de una de la desintegración y el individualismo del es-
inteligencia artifical, mujer afrodescendiente y quema neoliberal aparentemente agotado y ago-
su relación con el mundo. Ante este nuevo y nizante, pero más vigente que nunca.

37
KEMBER, Sarah, Ciberfeminism and artificial life,
Routledge, Londres, 2003, pág 9.

MARCELINO GARCÍA SEDANO


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