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CICLÓN TROPICAL
Los huracanes son los fenómenos atmosféricos más violentos de nuestra naturaleza. Son un
proceso natural del planeta Tierra para transportar el exceso de energía del área tropical a las
regiones más frías.
Visto desde el satélite, estos remolinos o espirales gigantes de nubes y fuertes vientos alcanzan
velocidades de más de 74 mph desplazándose sobre la superficie marina del océano hasta que
tocan tierra o mueren sobre aguas más frías en las latitudes medias o polares.
Un huracán es parte de la familia de los ciclones tropicales. Cuando la nubosidad y vientos se
organizan en circulación espiral alrededor de un centro definido de baja presión, con tronadas o
tormentas eléctricas concéntricas alrededor de ese centro, se ha formado un ciclón tropical. El ciclón
tropical se puede clasificar en Depresión Tropical, Tormenta Tropical y Huracán. Si los vientos del
ciclón tropical no superan las 38 mph, el ciclón se conoce como DEPRESIÓN TROPICAL. A las
depresiones tropicales se le asignan números en secuencia, por ejemplo, depresión tropical 6. Si el
sistema cobra fuerza con vientos entre 39 a 73 mph, se conoce como TORMENTA TROPICAL. Al
alcanzar categoría de tormenta tropical, se le asigna un nombre para identificarlo (por ejemplo, la
tormenta Ernesto) el cual continua por el resto de la vida de ese ciclón. Cuando los vientos alcanzan
74 mph o más, y se observa un centro definido u ojo, entonces se ha formado un HURACÁN.
En un huracán los vientos rotan alrededor de un centro en contra de las manecillas del reloj (en el
hemisferio Norte). Este centro de baja presión y relativa calma es conocido como el ojo del huracán.
En este ojo, donde no existen nubes o al menos muy pocas, los vientos son leves, y la presión
atmosférica es mínima. Sin embargo, el ojo está rodeado por una región conocida como la pared del
ojo donde se encuentran los vientos y lluvias y tronadas más fuertes. Aquí es donde está localizado
el mayor potencial de devastación del huracán. Bandas de nubosidad en forma de espiral rodean su
centro hacia el exterior, y pueden producir lluvias y vientos localmente fuertes que preceden la
llegada del huracán. Estas tronadas que se encuentran en las bandas de espiral son relativamente
menos intensas que las que se encuentran en la pared del ojo.
Nombres
La idea de dar nombres exclusivamente femeninos fue resultado de la novela de George Stewart,
Tormenta, en 1941, y fue adoptada por los meteorólogos militares para dar uniformidad a los
nombres de los ciclones, además que usar nombres cortos hacía más fácil comunicarlos,
especialmente entre el público, las agencias de gobierno y los medios de comunicación de la región.
Debido a las protestas de grupos feministas en la década de los 70, esta práctica de nombres
femeninos para los huracanes fue eliminada.
Entonces, desde el 1979, el Servicio Nacional de Meteorología comenzó a dar nombres femeninos y
masculinos alternamente tales como David, Elena, Federico, Gloria, etc. Las listas se componen de
21 nombre y no incluyen nombres que comiencen con las letras Q, U, X, Y o Z pues no hay
suficientes nombres comenzando con estas letras, además que no se forman tantos huracanes en el
Atlántico. Los nombres que se usan son de origen de los idiomas de la región (en el Atlántico se
utiliza el español, francés e inglés). En el caso de que haya más de 21 sistemas nombrados, se
utilizan las letras del alfabeto griego (Alpha, Beta, etc.).
Nombres de los Ciclones Tropicales - Cuenca del Atlántico
Chi
Psi
Omega
ALFABETO
Es importante mencionar que un huracán necesita mucho océano para cobrar fuerza y para nutrirse,
y se mueve con la rotación de la tierra hacia el Oeste. Eso implica que se va a formar en donde puedan
moverse sin ser interrumpidos y se irán debilitado sobre tierra firme.
Los huracanes se forman en los trópicos cerca del Ecuador. No se pueden forman justo en el Ecuador
porque allí no existe la Fuerza de Coriolis (Fig. No. 2). La Fuerza de Coriolis hace que un huracán gire,
de la misma manera que el agua empieza a girar cuando va cayendo por un desagüe en sentido anti-
horario, en el hemisferio Norte
Cuando las condiciones oceánicas y atmosféricas propician que se genere un ciclón tropical, la
evolución y desarrollo de éste puede llegar a convertirlo en huracán.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), un ciclón tropical es un remolino
gigantesco que cubre cientos de miles de kilómetros cuadrados y tiene lugar, primordialmente, sobre
los espacios oceánicos tropicales.
Cuando las condiciones oceánicas y atmosféricas propician que se genere un ciclón tropical, la
evolución y desarrollo de éste puede llegar a convertirlo en huracán.
El término huracán tiene su origen en el nombre que los indios mayas y caribeños daban al dios de
las tormentas.
Los vientos fluyen y aumenta el ascenso del aire caliente y húmedo que libera vapor de agua. El
calor latente, ganado por la condensación del vapor de agua, es la fuente de energía del ciclón.
Una vez que se inicia el movimiento del aire hacia arriba, a través de la columna central, se
incrementa la entrada de aire en los niveles más bajos, con la correspondiente salida en el nivel
superior del fenómeno.
Por la influencia de la fuerza de rotación de la Tierra, el aire converge, gira y comienza a moverse en
espiral, en sentido contrario a las manecillas del reloj, en el caso del hemisferio norte.
Depresión tropical: Los vientos se incrementan en la superficie por una zona de baja presión y
alcanzan una velocidad sostenida menor o igual a 62 kilómetros por hora.
Tormenta tropical: El incremento continuo de los vientos provoca que éstos alcancen velocidades
sostenidas entre los 63 y 118 km/h. Las nubes se distribuyen en forma de espiral. Cuando el ciclón
alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica
Mundial.
Huracán: Es un ciclón tropical en el cual los vientos máximos sostenidos alcanzan o superan los 119
km/h. El área nubosa cubre una extensión entre los 500 y 900 km de diámetro, produciendo lluvias
intensas. El ojo del huracán alcanza normalmente un diámetro que varía entre 24 y 40 km, sin
embargo, puede llegar hasta cerca de 100 km.
• Mantener desconectados el gas, la luz y el agua para asegurar que no haya fugas ni peligro de
un corto circuito.
• Permanecer en sitios de seguridad como edificaciones sólidamente construidas como sótanos o
túneles.
• Preparar un maletín para emergencias con alimentos no perecederos, documentos personales,
medicamentos y protectores para cubrir la nariz.
• Asegurar puertas y ventanas con soportes adicionales de riesgo que resistan el golpe de fuertes
vientos.
• Cortar ramas de árboles que podrían llegar a desprenderse y causar daños.
• Almacenar alimentos enlatados que no necesiten refrigeración y agua potable.
• Tener a mano una radio y una linterna de pilas con repuestos necesarios.
• Preparar un botiquín de primeros auxilios.
• Prestar atención a los informes oficiales de radio, televisión y prensa escrita.
• No salir hasta que las autoridades indiquen que terminó el peligro.
• Mantener la calma.
• Seguir las instrucciones brindadas por las autoridades locales.
• En caso de que haya heridos, reportar inmediatamente al 911.
• Consumir agua potable que haya estado almacenada o hierva la que va a tomar.
• Verificar que la casa no haya sufrido daños.
• Asegurar que los aparatos electrónicos del hogar no estén mojados antes de conectarlos.
• Usar el teléfono celular solo para emergencias.
• Si la vivienda se encuentra dentro de una zona afectada, no regresar hasta que las
autoridades locales lo indiquen.
• Eliminar el agua estancada para evitar plagas de mosquitos.