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Cuando andamos por el desierto (Parte II)

La semana pasada iniciamos con este tema, para aquellos que escucharon la enseñanza
el sábado pasado voy a hacer un pequeño resumen para refrescar la memoria. Hablé
que así como el pueblo de Israel tuvo que pasar por el desierto, nosotros también vamos
a pasar por el desierto a lo largo de nuestra vida, como individuos y también como
iglesia.
“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.”
Oseas 2:14
Vimos que en el desierto no hay suficiente agua para la agricultura, pero es un territorio
ideal para que los pastores lleven a sus cabras y ovejas. Entonces, el desierto bíblico es
un lugar deshabitado, pero se refiere a un campo de entrenamiento.
Para los Israelitas, cruzar el desierto les llevó 40 años, Ellos debían ser entrenados y
preparados en el desierto para conquistar la Tierra Prometida.
El desierto se convierte en un lugar de RENOVACIÓN, CAPACITACIÓN Y
SANTIFICACIÓN. Y expliqué cada una de ellas. El Pueblo de Israel no pasó por un desierto
sino por varios desiertos y hoy vamos a ver dos de ellos.
Éxodo 15:22
“Moisés hizo que los israelitas se alejaran del Mar Rojo. Entonces ellos se fueron al
desierto de Sur, y durante tres días caminaron por él, sin encontrar agua.”
Para ponernos en contexto, los Israelitas habían salido de Egipto, pero faraón los
persigue hasta atrincherarlos contra el Mar Rojo. Los egipcios con todo su ejército, con
carros y caballería los persiguió y los Israelitas no tenían a dónde escapar.
Entonces comienzan a reclamarle a Moisés: —¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que
nos sacaste de allá para hacernos morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto?
¿Por qué nos sacaste de Egipto? Esto es precisamente lo que te decíamos en Egipto:
“Déjanos trabajar para los egipcios. ¡Más nos vale ser esclavos de ellos que morir en el
desierto!” pero Moisés tenía plena confianza en Dios, sabía que Dios no los había llevado
hasta ahí para dejarlos morir.
Bueno, todos conocemos la historia, el mar se abre, los Israelitas lo cruzan por tierra
seca, entre dos murallas de agua. Pero cuando los egipcios entraron y llegaron a la mitad,
el Señor provocó un gran desorden entre ellos, descompuso las ruedas de sus carros y
ya pudieron avanzar más. Y en medio del caos. El agua vulve a su causa y cubre a todo
el ejército.
Ese día al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto,
mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés. Y
uno se pone a pensar, que poca memoria la de los Israelitas que habían visto las plagas
de Egipto, que habían visto el poder de Dios manifestarse, y hasta ese día tuvieron
confianza.
En fin, ese era el inicio de su gran travesía. Llegaron al Desierto de Shur (muro, pared,
fortaleza) Este es el mismo desierto donde el ángel encontró a Agar junto a una fuente
de agua, recordemos que era la sierva de Abraham y Sara. Gn 16:7-14
Parece que se llamaba así por las fortificaciones que los egipcios construyeron para
protegerse de los asiáticos. Era el sistema defensivo que llamaban el muro de los
príncipes en los textos egipcios. Por lo tanto aún estaban en territorio egipcio, pudiera
ser como la frontera.
Ahí los Israelitas se encontraron con El agua amarga de Mara
22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y
anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por
eso le pusieron el nombre de Mara.
24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
La Biblia nos dice que Dios nos lleva al desierto para probar lo que está en nuestros
corazones:
(Deut. 8:2) Y te acordarás de todo el camino por donde Jehová tu Dios te ha traído por
el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo
que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos.
En este desierto luchamos contra nuestra mente, pensamientos y memorias.
Venimos a este mundo y en el camino nuestras vidas se llenan de AMARGURA, y con el
tiempo nos damos cuenta de que las envidias, las luchas, las discusiones, los pleitos y
las frustraciones, son los que nos causan esa sed tan desesperante que nos hace tomar
de esas aguas amargas que son las consecuencias de nuestros malos actuares, de
nuestros propios conflictos y peleas.
Así que no debemos sentirnos confundidos ni frustrados cuando venimos a nuestra
MARA particular, al lugar de la revelación donde lo amargo debe ser tratado , de modo
que todo sea probado como el fuego y sometido a CRISTO para ver la Dulzura y donde
MARA se convierte en un lugar de SALUD, de SANIDAD y donde ELIM se convierte en
el lugar donde nuestra vida recobra FUERZA.
Es en MARA donde Dios nos revela lo que debemos cambiar y como podemos llegar a
ser Sanados y en DIOS como podemos ser FUERTES porque nuestro ELIM es DIOS.
Luego que pasaron ese desierto llegaron al Desierto de Sin, podemos ver este desierto
desde dos perspectivas, desde la carencia o desde la provisión sobrenatural.
Éxodo 16:1 = Sin (heb. Sîn, 'lodo [arcilla] o 'palma baja'). Desierto “entre Elim y Sinaí”
Dios da el maná
16 Toda la comunidad israelita salió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre
Elim y Sinaí. Era el día quince del mes segundo después de su salida de Egipto. 2 Allí, en
el desierto, todos ellos comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón. 3 Y les decían:
—¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allá nos sentábamos junto a las
ollas de carne y comíamos hasta llenarnos, pero ustedes nos han traído al desierto para
matarnos de hambre a todos.
En este desierto luchas contra problemas en la economía y las finanzas.
4 Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Voy a hacer que les llueva comida del cielo. La gente deberá salir cada día, y recogerá
sólo lo necesario para ese día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y quién no.
5 El sexto día, cuando preparen lo que van a llevar a casa, deberán recoger el doble de
lo que recogen cada día.
Aquí podemos notar como después de caminar durante 2 largos meses, el alimento
escaseaba y como Dios los prueba. ¿cuantas veces Dios nos ha probado en esta área?
tenemos escasez, no tenemos de donde echar mano, no hay empleo, no hay ingresos,
no vemos las que se abran puertas, todo lo vemos oscuro, pero también notamos que
después de resistir y resistir el señor nos provee de alguna u otra forma y quedamos
sorprendidos.
Cuando pasamos por este desierto el Señor da la estrategia y dice: Quiero ver quién
obedece mis instrucciones. La clave es la obediencia.

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