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Karen Juliana Caballero Rodriguez 

Código: 2017153008 
Seminario 4 
Alexander Ortiz Prado 
2022-2 
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Bogotá, noviembre del 2022. 

Para mi Karen de niña: 

Hola, espero estés siendo muy feliz. Recuerdo que lo eras aún sin tener amigos en el
colegio, siendo solitaria e introvertida, pues tenías a tus hermanas, quienes siempre
estaban contigo. Hemos logrado algunas cosas en nuestra vida, como, por ejemplo,
entrar a una universidad pública en la cual estudiamos una licenciatura muy bonita (sí,
seremos profes), conocer personas especiales que vas a querer conservar por siempre (al
fin tuvimos amigos), aprender que el feminismo es bonito y te hace fuerte y que muchas
de las cosas que te han hecho y te harán y por las cuales lloraste y te culpaste en algún
momento en realidad no eran tu culpa, eran culpa del patriarcado y el racismo
estructural; a veces las personas desde niños pueden ser muy crueles, pero ya pasará. En
este presente (mi presente), todo está muy complejo: el mundo, la academia, las
personas, mi familia, nosotras. Todo está horrible, pero hay una razón por la que
seguimos acá y es ese grano de esperanza que le tenemos al oficio de ser maestra; el ser
maestra es lo que nos mantiene con vida. No creo que te asombres con que seremos
maestras, pues siempre jugamos a serlo, sólo que ahora es una realidad. 

Mira que hay un texto que nos dejó una huella, se llama “la gente no habla en
conceptos, a menos que quiera esconderse” de Alfredo Molano, pues sólo hasta leerlo
caí en cuenta en nuestro antes y después como persona, en nuestras deconstrucciones
internas, en lo importante que son las historias de vida (por eso hacen parte de nuestro
trabajo de grado en el cual alfabetizamos como nuestro papá). No critiques ni corrijas a
nuestros papás por su forma de hablar ni trates de corregir forzadamente los modismos
que se te quedan pegados de ellos, reconócelos como parte de tu identidad y siéntete
feliz de poder tener la riqueza del lenguaje de dos departamentos muy bonitos de
Colombia. ¡Ah! Por cierto, hasta los quince años nos gustará escribir; ponle el alma a
esos escritos y no pienses tanto en la ponerles palabras que nadie entenderá.  
¿Recuerdas esa vez que la profesora se burló de nosotras en la clase de educación física
por nuestro cabello rizado y nos hizo sentir mal diciéndonos frente a todos los niños que
no nos bañábamos ni nos peinábamos y que por favor lo hiciéramos para la próxima
clase? Ya no te sientas mal por eso, no rechaces tu cabello ni pienses que hueles mal por
ser de cabello rizado, el problema ahí era la profesora y su racismo, no tú. A lo largo de
nuestra vida siempre nos van a molestar por nuestro cabello (tengo 24 años y todavía
tratan de conflictuarme con él); te molestarán en trabajos y te pedirán que te lo alises
porque no es presentable y no es ordenado; te molestarán en tu familia porque los rizos
no son muy agradables y en algunas clases del colegio te pedirán que te lo recojas, pero
tú no te acomplejes por eso, no lo odies por no poderte hacer los peinados ni los cortes
que están de moda, ni pienses “si fuera lisa todo sería mejor”. Aprende a amarlo y a
cuidarlo, ¡no sabes la carga histórica y de lucha afro que tiene el cabello rizado! Lo
triste es que esto yo lo aprendí por una novela,” La Pola”, y no en el colegio como
debería ser. Esto sucede porque las historias casi siempre son contadas desde un solo
ángulo y nuestra historia está impuestamente contada desde el occidente, por lo que
estoy segura que aún no sabes cómo fue realmente la colonización, la esclavitud, cómo
la población africana tejía mapas en su cabello con rutas de escape, cómo les mintieron
con su libertad si participaban en las guerras por la independencia Con lo de las rutas de
escape tejidas en el cabello rizado, aprendí a querer el mío. ¡No esperes a ver La Pola
para saber estas cosas! Averígualas y pide en las clases de historia, de sociales o de
ciencias políticas que las cuenten.

Muchas veces he tenido ese conflicto con las ciencias sociales respecto a cómo se
cuentan las cosas, qué es lo que aparece en los libros de los colegios, qué nos enseñan y
que por culpa de eso Bolívar es un “gran libertador”. Nunca abandones la crítica, lee
mucho y desvíate de la historia impuesta. No sólo te tienes que sentir orgullosa de tu
cabello sino también de tus raíces, que el ser la más “oscurita” de tus hermanas o que la
ropa bonita no te combine por tu color de piel no te dañe la cabeza como me sucedió a
mi por mucho tiempo. Quisiera que mi proceso de aceptación hubiese sido más rápido,
tú no te angusties, ¡eres hermosa! Y sí, sigue discutiendo con tus papás por sus
comentarios racistas, ignorando sus orígenes, sus mezclas de razas, porque así son,
cualquiera es aceptable con tal y no sea negro ¡que horror esa gente tan fea y con mal
olor! Que dolor de cabeza mis papás.

Pero si te das cuenta, todo esto es causado por la inexistencia de los estudios
afrocolombianos en las escuelas, por el racismo fuertísimo que aún conserva nuestra
cultura así digan que no. Hay muchos estudios realizados por comunidades
afrocolombianas, pero, ¿los conocemos? ¡claro que no! Su lucha porque se reconozca su
historia, sus raíces, los aportes a esta sociedad ha sido fuertísima y aún así en los
colegios aún se celebra “el día de la raza” en vez de realizar cosas más importantes
como, por ejemplo, adecuar las mayas curriculares hacia una etnoeducación (que, por
cierto, es una obligación y no se cumple).

Soy muy alegona, perdón. Si pensabas que eso iba a cambiar, no. Pero es que me parece
injusto lo que se hace con la etnoeducación. Es como si las comunidades fueran un
mundo aparte que no es tan importante como para conocer, de nuevo, por la cultura
racista que han machacado generación tras generación hasta el cansancio. También he
peleado por mucho tiempo por el reconocimiento, restauración y restitución que se le ha
dado a las comunidades indígenas, lo cual está bien, pero al Estado y a la historia se le
olvida que la única población masacrada y despojada de sus creencias no fue la
indígena; ¿dónde quedan la población africana en la historia? ¡ni siquiera tierras les
restituyeron por los agravios y vejámenes que se cometieron contra ellos! Nada, no
hicieron nada, sólo desunirlos porque así es más fácil “controlarlos”. La historia siempre
ha querido invisibilizarlos, aún así, la comunidad afro siempre se ha levantado. Un
ejemplo de esto fue lo que pasó en la década pasada con la primera ola feminista, el
feminismo blanqueado y privilegiado, en donde no se tenía en cuenta para nada a las
mujeres negras, sus desventajas, sus vivencias, sus luchas dentro de este mundo no sólo
por ser mujeres sino además por ser negras. ¿Qué hicieron ellas? Alzaron su voz y
dijeron “el feminismo de ustedes no nos sirve”. Así ha sido siempre para las
comunidades afro, peleando por un reconocimiento hacia ellos y hacia sus saberes,
saberes que les han querido arrebatar de mil maneras. ¿Sabías que el sancocho (sí, la
sopa que no nos gusta) fue creado por los esclavos de Colombia? Ahora pregúntate
porque prácticamente nadie sabe ese dato. Capaz se enteran y dicen “no, ¿cómo va a ser
comida de negros!).

Ahora recuerda las veces en donde otras personas te han halagado el cabello y te han
dicho que igual “menos mal no eres negra, sólo una morena bonita”. No, no debes
sentirte bien por eso, responde lo de siempre “ojalá fuera negra, ¡es un color de piel
hermoso!”
Todo esto lo he aprendido en la universidad y lo aprenderás tú también. Por el
momento, no dejes de “alegar” y toma en cuenta todo lo que te he dicho en esta carta.
Al comenzar este semestre, pensé en que mi trabajo de grado no tenía nada que ver con
el seminario del profesor Alexander, no hallaba como conectarlo, hasta que llegamos a
la importancia de la memoria y las historias de vida. Bueno, mi trabajo de grado es
sobre alfabetización por medio de la memoria y las historias de vida. Dios mío, las
historias de vida tienen una carga emocional muy fuerte. También empecé a respetar la
forma de hablar en los diálogos de las personas a las que entrevisto; les estaba cortando
la voz. Si hay algo que aprendí es que toda historia es importante, pues todas tienen una
carga subjetiva diferente y no siempre se cuentan como son, desde la experiencia y las
entrañas. Alfabetizar desde la memoria también debería ser parte del cambio curricular
de los colegios, no se puede enseñar a leer y a escribir con ejemplos de cosas que no se
conocen. Eso también hace parte del reconocimiento cultural.

Crece y sé muy fuerte. No pienses que llorar está mal, sentir mucho tampoco lo es. Eres
un ser muy emocional, sólo no dejes que otros se aprovechen de eso, aprovéchalo tú
para sentir al máximo. Deja de temer tanto, te prometo que las cosas cambiarán.

Te amo, eres hermosa.

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