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EL CASTELLANO EN VENEZUELA

Esta obra es propiedad del autor


EL CASTELLANO EN YENEZNELA

ESTUDIO CRITICO

POR

JU LIO CALCAÑO

I N D I V I D U O DE V A R I A S A C A D E M I A S E X T R A N J E R A S Y SECRETARIO
P E R P E T U O D E L A V E N E Z O L A N A C O R E S P O N D I E N T E D E LA
REAL ESPAÑOLA.

C A R A C A S

TIPO GR AFÍA UNIVERSAL.


@711 iDerjop Scrjepeil

oaj/um óo.

]fW sid er)fc Sor)síxíucior)al de ler í^ e p ú k l ICGC.


PROLOGO

De seguro que si alguien me preguntase qué hay


en este prólogo, le contestaría como en semejantes
casos acostumbran los atenienses: nada! aunque en él
pueda hallarse algo conveniente y de sustancia, porque
más vale dar que prometer, y los prólogos generalmente
prometen y no dan nada de sí.

Bien que desde años atrás, hace ya más de doce,


me di á publicar • listas de vocablos y locuciones no
autorizados y por ello calificados de barbarismos; y que
algunos, por no estar mal formados y ser también de
uso en España, fueron incorporados en el Diccionario
vulgar, después de estudiados por los Académicos
españoles, según se dignó comunicarme mi ilustre
amigo el sabio D. Aureliano Fernández Guerra y Orbe
( q. g. h .), jamás tuve el intento de escribir este libro,
á pesar de la incuria y abandono de gran número
de nuestros escritores en lo relativo á la conservación
de la pureza del lenguaje heredado de nuestros mayores.
Limitóme á trabajar con fe en el propósito de
corresponder á las espontáneas distinciones con que
me había favorecido la Real Academia Española, y
trabajé sin ningún ulterior propósito, al extremo de
haber olvidado muchas veces el conservar los borradores
de las cédulas de etimologías, adiciones ó enmiendas
que enviaba, y por recargo de trabajo ó por otras
circunstancias no sometía á la Academia Venezolana.
Para estos fines, hube de extender mis conoci­
mientos con el estudio de idiomas muertos y vivos
que me eran desconocidos, entre ellos los de la Oceanía
y los de América. D e algunos de estos, nada hubiera
podido saber sin el concurso de egregios lingüistas y
filólogos, amigos míos muy queridos y venerados,
como Luden Adam y Anatole Bamps, el Vizconde
Raoul de la Grasserie, y el Conde Ermanno Stradelli,
Jules Marcou, Désiré Pector y Santiago I. Barberena,
que me han remitido obras importantes, y alguno de
ellos, como Stradelli, poeta y geógrafo calificado, inte­
resantes vocabularios manuscritos. Siento inmenso pla­
cer en rendirles este tributo de gratitud.

Claro está, para el que tenga alguna ilustración,


que yo, que no leo y traduzco más que tres ó cuatro
lenguas extranjeras, no pretendo ufanarme de traducir
ni menos de hablar todos los idiomas á que aludo,
ni lo pretenden tampoco los sabios lingüistas y filó­
logos mencionados, autores de obras que les han dado
sólida y merecida celebridad.
Sólo los individuos ignorantes en materia de cien­
cia, confunden hoy los términos lingüista, filólogo y
poligloto.
El lingüista practica una ciencia natural, y el
filólogo una ciencia histórica, por lo cual bien pueden
uno y otro no hablar sino su lengua maternal, limitán­
dose á conocer las formas sintácticas, la estructura,
las raíces, los elementos, las evoluciones, el origen, las
relaciones arqueológicas, mitológicas, artísticas é históri­
cas de las lenguas ; en tanto que el poligloto, el que
tiene el den de lenguas, no está obligado á saber lo
relativo á tales materias, y regularmente nada sabe de
ello, porque e! poligloto no es más que el que favore­
cido por la naturaleza con una gracia especial cuyos
principales agentes son la memoria y la práctica, habla
diez, doce ó más lenguas. Las más de las veces el
poligloto no alcanza á saber sino lo más necesario para
la conversación, esto es¡ los vocablos más vulgares de
cada lengua.

Sin presunciones, pues, ajenas de mi carácter, he


escrito este libro.
Dolíame, en verdad, que cuando Bachiller y Mo­
rales, y más tarde Cuervo, siguiendo el ejemplo de
Garces, habían dotado á Cuba y á Colombia de obras
importantes del género de esta ; y cuando mis amigos
D. Pedro Fermín Cevallos y D. Daniel Granada, el
venezolano D. Juan Seijas, D. Zorobabel Rodríguez,
D. Santiago I. Barberena, y otros escritores, habían
dado á luz en otras repúblicas hispano-americanas
extensos vocabularios, Venezuela no tuviese libro nin­
guno que diese á conocer su lenguaje y contribuyese
á la conservación y pureza del castellano.
Dió á luz más tarde extensos estudios o
Pxamaticales
el señor D. Baldomero Rivodó; (*) escribió un pe­
queño vocabulario el Dr. Lisandro Alvarado, y me
anunció el señor Dr. José Manuel Montenegro el pro­
pósito de escribir un estudio acerca de los neologismos
usados en la República.

Por mucho que rechazase yo tales ó cuales apre­


ciaciones lexicográficas, de estos ó de otros autores que
pudieran escribir más tarde respecto del mismo asunto,
nunca, lo repito, me hubiera aplicado á tan ímprobo y
árido trabajo. Pero aconteció que un escritor colom­
biano, residente hace años en Caracas, tuvo á bien
pedirme mi parecer tocante á ciertas obras, lexicográ­
ficas ; y de la conferencia que tuvimos, y que no hace
al caso exponer, nació en mí el firme propósito de
escribir esta obra, y en seguida me di á tan ímproba
tarea, aun con riesgo de mi salud, de suyo ya que­
brantada.

No pretendo haber dado siempre en' el hito, ni


haber hecho un libro acabado bajo ningún respecto.
He querido sólo servir á mi patria y á las letras bus­
cando el provecho de mis conciudadanos. Obra que

(*) Piltre ¡as olnas de este ¡lustrado escritor, oasidero de s ima imp irlanda
el Tratado de los compuestos castellanos. Cora de consulta, asimismo muy útil,
es la que trata de los verbos castellanos que piden prep' sición, p>*r el í)r. J.
11. Cal.-año y Paniza.
no tenga defectos, y escritor que no yerre, que no
caiga en descuidos y aberraciones, serían una maravilla,
y harían del hombre un Dios, y no barro perecedero,
ó cosa mortal como decía el Dante.
He agrupado en un capitulo, con el título de Bar-
bamsmos, y con el de Vcnezolanismos en otro, los yocablos
no autorizados que son de uso corriente en el país.
Los que son de poco uso, y los que adolecen de ex­
traña procedencia, se verán en los demás. Llamo
vcnezolanismos los que pueden tolerarse, ó por su for­
mación ó por significativos de cosas ó acepciones nue­
vas ; y barbarismos los que considero inaceptables.
Ni tales vocablos, ni los indígenas, que he creído
asimismo conveniente poner' en capítulo aparte, son
todos los que forman el vocabulario venezolano, porque
no ha sido mi intento el de formar completo un diccio­
nario ; pero sí son ellos los más usuales.
Generalmente no me han ocupado ciertas formas
propias de tartajosos ó del pronunciar de los negros
africanos, que así se ven en este como en otros países,
una vez que á nada conduciría ello, pues hasta perso­
nas sin cultura ni ilustración se ríen cuando las oyen,
y aun las celebran como gracia. Tampoco he creído
deber ocuparme en señalar despropósitos de uno que
otro, ni frases que forman los chicos y pihuelos, y no
prevalecen, como alguna vulgarísima, indigna de ser
citada, que estuvo en boga ayer, y ya desaparece ; ni
tampoco de los dislates puramente individuales de
inexpertos escritores sin suficiente instrucción grama­
tical, entre los cuales los hay que, en ocasiones, ensar­
tan frases diabólicamente bárbaras, y que á ellos les
parecen clásicas y elegantes ; porque no hay quien no
los censure, ni quien incurra en hablar ni en escribir de
tal modo.
Gran número de las cédulas por mí definidas y
presentadas a la Real Academia Española, constan en
este libro ; cuando hago uso de alguna sometida por
mis compañeros de la Venezolana en sus largos y
penosos trabajos de estos últimos doce años, menc:ono
el nombre del que la ha presentado y definido. Mas
como este libro ha sido escrito por mí con el solo
propósito de dar idea del uso que del castellano se
hace en Venezuela, y, propender al mismo tiempo á
corregir abusos intolerables, pocas veces he tenido
necesidad de incluir vocablos presentados por otros
individuos y que no me hubiesen ocupado ya anterior­
mente en las columnas de. A7 Semanario.
No diré yo que en Venezuela se escriba el caste­
llano con mayor pureza que en Méjico, en Colombia
y en Cuba, donde, como en Venezuela, hay prosadores
y poetas que por tal respecto pueden ser mencionados
al par que los más ilustres de la madre patria-; pero
sí que el pueblo en su mayor parte usa de los voca­
blos con más propiedad, y aun muchos de sus desvíos
tienen origen en provincialismos de España y en acep-
clones y formas arcaicas. Esta singularidad no depende
•de facultades extraordinarias, ni del amor con que por
la mayor proximidad á la península y por el buen aco­
gimiento, afluyen á su seno los naturales de las pro­
vincias españolas, sino que arraiga en la circunstancia
■ del aislamiento en que relativamente ha permanecido
el idioma en la República; pues mientras que en
Méjico y en el Perú, en Chile y en la Argentina, en Co­
lombia y en la América Central, existían imperios y
reinos poderosos, donde se . hablaban lenguas diversas
de copiosos vocabularios, en Venezuela no existían sino
tribus bárbaras, vecinas de la salvajez, como nos las
pintan Fray Diego de Tapia y otros misioneros, y se
ve por los historiadores de la Conquista. Tales tribus
no teman sino los términos más necesarios para su
género de vida, cuando pescadores ó cazadores ó mero­
deadores ó cualquiera otra co sa ; por donde en las
lenguas ó dialectos que tienen mayor carácter de tales,
como el caribe, el cumanagoto y el goagiro, los voca­
bularios son en cierto modo escasos y están plagados
de voces castellanas, árabes y latinas, corrompidas ó no.
Así, no podían ellos penetrar en una lengua como la
castellana, y antes bien los conquistadores se vieron en
la precisión de dar nombre á la mayor parte de cuanto
veían. Esto explica también el por qué de las voces
quichuas y aztecas y de otras lenguas americanas que,
traídas por los españoles, se encuentran en nuestro
escaso vocabulario indígena.
Por lo tanto, los peores enemigos que en Vene­
zuela ha tenido el castellano, han sido los escritores
ignorantes y los traductores incompetentes del francés,
el inglés y el italiano ; mal que es asimismo de España,
y de todas nuestras repúblicas hispano-americanas, por
lo cual nos son comunes en su mayor parte los barba-
rismos y los neologismos, y común debe ser la acción
para desterrar los que contravengan á las leyes de la
analogía
o ó sean innecesarios.
Pero todavía existen en todas partes corruptores
más perniciosos que los indicados, y son los que, sin
los conocimientos necesarios, y aun prevalidos de títulos
académicos que se obtienen á las veces nada más que
como honra, y por sí solos no dan saber, sagacidad y
acierto, se entrometen en cuestiones lexicográficas ; y,
ya como quien habla de hilván, proponen la aceptación
de crudos barbarismos contrarios á las leyes de la
analogía ; ya dan estos ú otros innecesarios, indígenas
ó no, como corrientes en toda la América Española,
siendo así que sólo se usan en algún rincón de ella ;
ora, por último, echando bravatas y fieros contra varo­
nes de saber y Corporaciones autorizadas, tratan de
pelear á capa y espada en defensa de verdaderos des­
propósitos, y aun se proclaman vencedores cuando se
les contesta con el silencio del desdén. D e esta polilla
de las letras, ¡ cuántos ejemplos no vemos en nuestras
repúblicas y aun en la misma España ! Y lo peor no es
sino que aquellos emprenden sinceramente tarea tan per­
judicial, porque como sus conocimientos son limitados,
•cuando no nulos, y su vanidad y audacia mucha, se
■ creen de tanto ó mayor saber que los demás, y encuen­
tran bueno lo que la ignorancia puede enseñarles, y
malo lo que no alcanzan á comprender ó no han sabido
■ estudiar.
Ocioso y cruel sería señalar por su nombre á estos
-escritores, de todos conocidos, que pretenden levantar
con el dedo la gran mole de los Andes ; pero lo que
vengo diciendo comprueba la utilidad de obras como la
■ que hoy publico, y que nada es tan importante para
el conocimiento y acertado empleo de los vocablos de
una lengua, como el estudio del valor y significación de
sus partes constitutivas, de sus letras, de sus raíces,
de sus prefijos, de sus desinencias, de sus sonidos y
de las alteraciones de cualquier género experimentadas
al pasar de otra lengua, ó en ella misma en el trans­
curso de los tiempos.
Trabajo tan extenso no corresponde al plan de
esta obra, que está lejos de ser el de un curso de lin*
<ñií Stica y de filología, ciencias que es preciso conocer
en perfecta forma para descubrir y patentizar el valor
histórico de las voces y sus secretos etimológicos. Esto
no lo he olvidado en absoluto, como lo comprueban
los capítulos referentes á los arcaísmos, los prefijos y
sufijos, y las etimologías.
La etimología no es un arte de adivinación, como
han creído algunos que en Venezuela y en otras repú­
blicas hispano-americanas se han aventurado á darnos
sin discernimiento como indígenas, ciertas voces que la.
historia y las reglas científicas de formación y de deri­
vación de términos comprueban tener otro origen,
como en ocasiones lo he demostrado por la prensa y
ante la Real Academia E spañola; porque la simple
semejanza de estructura ó la de significación nada com
prueba por si sola, y bien puede un vocablo, derivado'
de otro, diferenciarse de este completamente en la
estructura, y aun tener en apariencia significación dis­
tinta, pero filosóficamente explicable.
En lo que de los arcaísmos me ocupo, tengo por
objeto principal hacer ver que no pocos de nuestros
vicios de pronunciación y de las alteraciones de vo­
cablos por nosotros usados, no son corrupciones hispano­
americanas, como parece haber creído cierto entendido
filólogo de esta parte de los mares; sino herencia del
anticuo idioma de Castilla ó de los dialectos vernácu-
los de los conquistadores de la América Española; y
cuando no, desviaciones y tropiezos propios del genio
y carácter del idioma común, que así tienen efecto en
la Península como en el Nuevo Mundo hispánico, por­
que las lenguas son unas como plantas, que no sólo
tienen ramas y flores y frutos, sino también parásitos
singulares que acabarían por destruirlas, á no haber
estudio y diligencia por parte del cultivador.
Como todo en la humana vida, las lenguas nacen,
prosperan, decaen y mueren; y así como nadie tiene
poder para dar nueva forma á un árbol ya crecido, nadie
lo tiene tampoco para dar á una lengua las que rechaza
su natural constitución.
Las lenguas se forman por sí solas al soplo del
espíritu divino, y en virtud de las necesidades, los
usos y las costumbres de los pueblos; y es curioso con­
siderar cómo, cuando han entrado ya en su desarrollo,
cuando entran en el período histórico, sufren la ana­
tomía de los más sabios, y pretenden estos en vano
someterlas á un molde determinado. Ellas no consien­
ten innovaciones, sino que, cuando más, toleran que se
las ayude en su desarrollo.
Vése esto patentemente en el capítulo en que trato
de la larga lucha de los preceptistas castellanos de los
siglos X V , XV I y XVII, por reformar la ortología y
la ortograf a del idioma, proponiendo y censurando á
placer lo que á cada uno le parecía mejor, sin ob­
tener más resultado que el de reglar lo que de esto
era susceptible; pues cuando la regla era arbitraria no
prevalecía aunque escritores notables la observasen.
Este libro, pues, no tiene carácter de reformador,
sino de simple guía ó regulador, con el fin de contribuir
á la depuración y conservación de la lengua heredada
de nuestros progenitores; lengua enérgica, varonil y
bella como el carácter de nuestra raza latina, formada
para grandes cosas.

A l publicar este libro, nada me importa que haya


quien, con alma de esclavo como resultado de las tira­
nías que han pesado como plomo sobre el corazón de
la República, censure como un atentado ó un desacato
que yo disienta en ocasiones de lo que lían afirmado
varones que merecidamente gozan de la reputación de
entendidos. Ninguno lo sabe todo, ninguno es impe­
cable, y ninguno debe ser tenido como autoridad sino
en cuanto sus afirmaciones se escuden con el acierto,
magi stral men te com probado.
Después de cuanto debo á Dios, debo á mis padres
y á mis propios esfuerzos cuanto soy. cuanto tengo y
cuanto pueda valer. Si algún mérito tuviere esta obra,
todo es de ellos; míos sólo los errores en que haya
incurrido; y si fuere de algún provecho para mis con­
ciudadanos y para mi patria, tampoco debe ello agra­
decerse sino á los distinguidos amigos míos que han
promovido la publicación: al señor General D. Joaquín
Crespo, Presidente de la República, que la ha costeado;
y al señor Doctor D. Federico R. Chirinos, joven tan
ilustrado como modesto, que la solicitó en su carácter
de Ministro de Instrucción Pública. A entrambos pre­
sento en estas líneas el testimonio de mi gratitud y
aprecio.
Caracas: 29 de febrero de 1896.
EL CASTELLANO EN VENEZUELA
E S T U D I O CRITICO

C A P ÍT U L O I

PREFIJOS V SU FIJOS

1. Llámase raíz de una palabra la sílaba ó mo­


nosílabo que representa la idea principal de ella.
A s í, en nítido, la raíz es nit, que en sánscrito es
nad, brillar. En nocturno, es noc, que en sánscrito es
na{% destruir, perecer. En semejar es sem, del sánscrito
sam, reunir, confundir.
2. Estas raíces se forman á veces de un solo
elemento sonoro, ele una sola vocal, y á las veces de
la reunión de varios de tales elementos.
3. La significación de dichas raíces es siempre
general, y ellas, como dice Abel Hovelacque, son ajenas
de toda noción de género, caso, número, persona,
tiempo y modalidad.
4. El estudio de tales elementos etimológicos es
preciso para todo el que quiera usar la lengua con
absoluta propiedad y pureza.
5. Llámase prefijo la sílaba colocada al principio
de una palabra, antes de la raíz, ya para modificar el
1
sentido de esta, ya prostéticamente ó por simple eufonía,
como acontece algunas veces en nuestro idioma.
ó. Primitivamente, según Eichhoff, ( í ) los prefijos
eran partículas inseparables que se anteponían á los
verbos para variar y multiplicar su sentido. Pero en
el desarrollo de las lenguas el oficio de los prefijos
se ha extendido, ya constituyendo preposiciones que
señalan las relaciones de los sustantivos con los verbos,
ya adverbios prepositivos que gobiernan frases comple­
tas, ora simples partículas inseparables que modifican
ó no la voz á que se juntan.
7. Voy, pues, á tratar de los prefijos caste­
llanos, llamados con toda propiedad preposiciones inse­
parables, y en tal propósito me guía el deseo de
corregir vicios de formación de voces y defectos orto­
gráficos que tienen origen en la ignorancia de la signi­
ficación de dichas partículas.
8. Académico tan sabio como D. Pedro Felipe
Monlau, incluye la partícula au como prefijo castellano
y presenta como ejemplo el vocablo au—sentarse. Mas
no le seguiré en este y otros casos en que encuentro
exagerado su celo. En ausentarse no hay más que
una corrupción de la partícula ó preposición inseparable
ab, y tal caso, aislado en nuestro idioma, no es sufi­
ciente para darle categoría de preposición castellana
inseparable á la partícula au.
9. Los prefijos castellanos son los siguientes:
a, ab, abs, ad\ ante, anli, bi ó lis, áre am, cis ó cifra,
corn ó con, co, cor, contra, de, des, di, dis, epi, es, ex, c,

( 1) Círasuniair; GcncraL Iiuln-Karopé^naj. París, 1867.


extra, in, im, ie m en, cus, ínter ó entre, entro, meta, o, ob,
para, per, per i, por, / w ó prc, pretor, pro, r¿\ nv,
jrf/z, iiW, sobre, sor, ¿v/é, J7¿ ó ¿7/x, super,
trans, tra ó /rar, ultra, vi ce.
Aunque, algunos de estos prefijos hacen también
el oficio de preposiciones separables, no es menos
cierto que son también inseparables de muchas voces á
ias cuales se adhieren.
io. La ¿? prefija es puramente prostética en muchas
voces castellanas, v. o-.; amatar, adoctrinar; otras denota
derivación, v. g\: arropar, ablandar, abotonar; y en
este caso expresa ó la acción ó el empleo del nombre
del cual se derivan los verbos que contribuye á formar.
En ocasiones indica semejanza ó participación del sig­
nificado del sim ple: anaranjado, aplomado. En casi
todos esos casos la a prefija es una forma de ad ó de
ab, á las cuales se les ha suprimido por eufonía la d ó la b.
n . Mas aunque en el Diccionario'de la Lengua
no esté indicado, tenemos a prefija que expresa nega­
ción. Es la a privativa de los griegos que conserva­
mos en palabras compuestas.
D e temno, cortar, dividir, tenemos átomo, elemento
ó cuerpo invidisible.
D e tonos, tono, fuerza, tensión, atonía, falta de tono
y de vigor.
De morphc, forma, amorfo, sin forma.
D e trepho, alimentar, atrofia, taita de desarrollo,
consunción por disminución del movimiento nutritivo
de los tejidos orgánicos.
D e tremo, temblar, atreverse, tener atrevimiento,
determinación, insolencia.
Y del mismo modo tenemos anónimo, sin nombre ;
acéfalo, sin cabeza, y muchas más.
12. De mí digo que esto no acontece sólo en
voces tomadas del griego, porque en algunas caste­
llanas descubro vestigios de este valor privativo de la
a prefija: de rumbo, camino, senda, y, figuradamente,
pompa, ostentación, tenemos arrumbar, que es arrin­
conar, poner una cosa como inútil en lugar apartado
del tráfago ó faenas comunes de la casa. De res­
tar, quedar, permanecer, sacar el residuo, tenemos
arrestarse, que vale lanzarse á una acción ó em­
presa ardua. De riba, ribera, margen, orilla, tene­
mos arriba, que es lugar superior, encumbrado. De
normal, que significa lo que se halla en su estado
natural y lo que sirve de regla, tenemos anormal que
se dice de lo que no es regular, de lo que no es normal.
Y sobran ejemplos.
13. Los prefijos ab y abs, connotan la idea de
alejamiento ó separación, y otras accesorias ó deriva­
das de ella, como se ve en abusar, abrogar, absorber,
abstenerse, y algunas más que expresan ó alejamiento,
ó desvío, ó exageración, ó desprecio, ó brusquedad, ú
otras acciones relacionadas con la principal.
14. El prefijo ad (hacia) tiene una significación
opuesta á la de ab, y expresa la tendencia á acercarse,
la proximidad, el aumento ó agregación, el principio de
una acción, la pasión por algo, v. g . : adjunto, adjudicar,
adyacente, admirar. Es conforme con la significación
del prefijo a, que no pocas veces lo representa por
elisión de la d : asignar, atraer.
15. Ante (delante, enfrente) expresa anterioridad,
superioridad, en las relaciones de las cosas : antecedente,
.<
antecámara, antepuerta, vocablo este, que no significa,
como entienden muchos, el espacio que precede á la
puerta, sino el repostero ó paño que se pone delante
-de ella,
16. A n ii (contra) denota oposición ó contrariedad:
antífrasis, anticristo, antidáctilo, anticonstitucional’ antipú­
trido. Exprésanse, pues, mal, los que dicen Antecristo
y anticámara.
17. B i ó ¿A («tai) denota repetición : bípedo, éA-
cocho. Los Diccionarios y autores castellanos que escri­
ben bizcocho, incurren en falta censurable. Así se escribe
en los demás idiomas : francés: biscuit; italiano : biscotto;
in glés: biscuit; y en todos significa dos veces cocido.
18. Cércum (al rededor) indica cercanía ó una
acción efectuada en un espacio considerado como cir­
cular. Sólo conserva la m en la voz circumpolar, por
ir antes de p. En los demás casos la trueca por n :
circunvecino, circunvenir.
19. Cis ó citra (de la parte de acá) se emplea
indistintamente en algunas voces ; y así se dice cismon­
tano ó citramontano. Conserva la apócope latina ci en
voces que, como citerior, han pasado íntegras á nuestro
idioma. En el castellano antiguo citra hizo oficios ele
adverbio con la significación de del lado de acá.
20. Com ó con, co, cor. Estos cuatro prefijos
derivan de la preposición latina cum, que también se
escribió com, y significa con. Empléase com antes de p
ó de b, exceptuada la voz copartícipe; v. g. : compadre,
combate ; y con, co y cor, antes de otras letras : cofrade,
colaborar, cohabitar, corcusido, condiscípulo, confín.
21. Es un error del señor Monlau el creer que
en las voces corregidor, corresponder, y otras de igual
formación, el prefijo es cor, pues si asi aparece en lo
escrito, en realidad no proviene sino de la duplicación
de la r por ir entre dos vocales ; el verdadero prefijo-
en tales voces es co. La misma duplicación apuntada
ocurre asimismo en contrarréplica, contrarronda, con-
trarrroolución, etc., etc., sin que nadie por ello, ni el mis­
mo señor Monlau, nos haya presentado un prefijo amirar.
22. Estos prefijos expresan ó armonía ó concor­
dancia. como en convenir, consonar; ó relación ó comu­
nidad, corno en connotado, cofrade, condiscípulo; ó reci­
procidad como en combatir, comerciar; ó pluralidad,
como en corcusir, confluir; y así otras relaciones de
enlace, cohesión, acción intensa, dual ó múltiple; y á las
veces de carácter aumentativo, como en conmover, con­
fiar y comprobar.
23. El prefijo contra expresa simplemente oposi­
ción : contraponer, contraveneno, contrapeso, contratiempo.
En el vocablo controvertir y sus derivados, ocurre
la singularidad de conmutarse la a de contra en o ; pero
ha venido así del latín inusitado conirovcrtere.
Cuando la voz con la cual entra en composición
principia por a, el prefijo se contrae con ella ; v. g.: con­
tralmirante. Sin embargo, la Academia Española escri­
be contraalmirante, contraanniños, contraaproches, contra­
ataques, contraamura; y debemos respetar su autori­
dad mientras el uso no la rinda, como aconteció con
infrascrito, contracción de infracscrito.
24. De, des, di, dis, expresan privación, como en
demente, descolorido, difunto, disgusto; ó separación, co­
mo en deportar, disponer; ó análisis ó determinación,
•como en dilucidar, demostrar, delinear ; ú origen ó pro­
cedencia, como en dimanar; ó dilatación, como en tfV-
fnndir.
25. /:)>/, preposición griega, derivada del sánscri­
to api, />/, significa sobre, por encima, en, á, hacia, contra,
v. gr. : epílogo, epígrafe, epitafio, epíteto, epístrofe, epi-
oorama.

26. .ZEr, c, de las cuales las dos últimas son


modificaciones de la primera, tomada del latín ¿cr, el
•cual la tomó del griego, y empleó la forma que
•conservamos, exprimen ó la idea de fuera ó más allá,
•como en extender, exponer, estirar, erudito, efusión,
excomulgar ; ó acabamiento, esmero ó esfuerzo, como
en los vocablos excogitar, enumerar, expectorar, ¿cir-
clamar.
27. La c es á las veces puramente eufónica, co­
mo en esplendido (del latín splendidus) ; y la sílaba <?jr
puramente expletiva, como en escarmenar, forma que
tiene la misma significación del primitivo carmenar.
{Es de notar que la „r de ¿cr ha sido arbitraria'*
mente conmutada p o r/ en voces latinas españolizadas,
como ejemplo, ejercito, ejecución.)
El prefijo estéreo, del griego siereós, sólido, entra
á componer muchas palabras modernas como estereo­
grafía., estereolomía, etc.
2S. E xira significa fuera de : extraordinario,
extramuros, extra-vacante.
29. 7//z, in, i, em, en, ens, derivan de la partícu­
la latina //z, de carácter privativo. Es privativo, ba­
jo algunas de sus formas, en términos como indivisoy
impropio, irresponsable, ilícito ; pero en otros, como
si tuviese distinto origen, denota ó tendencia hacia un
punto, 6 aumento de fuerza : incitar, inducir, empi­
nar, emprimar, enalbaldar, enastar, ensanchar, ensan­
gostar.
30. Con sobra de juicio observa el señor Mon-
lau, que además de in hay otros prefijos, como de,
¿ftj, ¿vr, 11c, ve, ( y <7,^ que también connotan á su mo­
do la privación ó la negación ; de donde resultan va­
rias voces compuestas sinónimas, cuyas diferencias de
significado, á veces muy delicadas, pero siempre rea­
les, se han de determinar por medio de la análisis
etimológica y del estudio de los buenos hablistas ;
y que así, analizando y estudiando, se logrará encon­
trar la diferencia que hay, por ejemplo, entre impar
y dispar, entre inanimado y exánime (desanimado),
entre infundo y nefando, informe y deforme, - entre
insania y vesania, entre infamar y difamar, etc.
31. Derivado de in es infra ( abajo) que sólo se
usa en infraescrito ó infrascrito, ó infrascripto, y en
infraoctava é infraoctavo.
32. Inter ( entre ó en medio) y sus formas caste­
llanas entre y entro, expresan ó que una cosa está en
medio de otras ó dentro de otras, ó una acción entre
varias personas ó en lo interior del lugar ó espacio á
que uno se refiere, v. g. : interponer, intervenir, inter­
linear, intercostal, entremezclar, entrepernar, entrome­
tido, entrometer, entremetimiento.
33. En muchas voces en que hoy empleamos la for­
ma Ínter, emplearon los antiguos escritores castellanos la
forma entre; y así dijeron: entrellevar, entrevenir, cntrepo-
ncr, entrerromper y entrerrumpir, entricar, cutrecolu-
nio, etc., etc.; y aun formaron voces completamente desu­
sadas hoy, como entreyacer (estar en medio), entreto­
mar, (intentar y entrecoger) , entreviosh'ar (mostrar
imperfectamente ó apenas) entregerir (ingerir), etc.
Tropezar se dice hoy, por aféresis, del anticuado entro­
pezar, del latín interpedire. Lo mismo ha sucedido con
el derivado cntropiezo (hoy tropiezo y tropczóii). Cuanto
á entropezado, usado como adjetivo y aplicado al que
tropieza y se detiene ó se embaraza ó enreda fen la
ejecución de alguna cosa, tiene hoy la forma de tro­
pezoso.
34. Meta, preposición griega, que por contraerse
con palabras que principian por vocal, se encuentra
también con la forma met, significa cambio, trasmuta­
ción: metáfora, mctaplasmo, metástasis, metonimia.
35. (9 ú tienen un sentido ó intensivo ó de con­
trariedad ó de fuerza ó de asedio ó de dominio: opo­
sición, ofuscamiento, opresión, ofender, obtemperar,
obtener, obtestación.
36. Para, preposición griega (para) , significa
respecto, á. aun más, y denota ventaja, cercanía,
comparación, oposición ; v. g. : paralelo, paralogismo,
parafrasear, paradoja, parásito, parágrafo, paradigma.
37. El castellano tiene otras voces en que el
prefijo para deriva de la preposición anticuada pora,
del latín y denota principalmente el fin ó tér­
mino á que se encamina una acción; por ejem plo:
parabién, parahusó, parapoco.
38. D e igual modo tiene otras en las que para
no es sino forma del verbo parar. Sirvan de ejerii-
pío paraguas, pararrayo. Estos diversos prefijos se
distinguen claramente por su significación.
39. Per, tomada del latín, tiene sentido de enca­
recimiento, como en perdurar, perfecto; de vigor ó
intensidad, como en perforar; y de empeoramiento ó de
falsedad, como en pérfido, pervertir y perjurar.
40. Per i, preposición griega, significa cerca, al­
rededor ; v. g. : per ¿cráneo, perímetro, perífrasis.
41 Por, sólo se usa en las voces pormenor, y
pordiosear y porfiar y sus derivados. En pormenor y
pordiosear denota el modo de ejecutar la cosa ; y en
porfiar se hace intensivo. Es de notar que el verbo
fiar conserva en esta voz el sentido anticuado de ase­
gurar, afirmar una cosa.
42. En las voces pórfijar y porhijar, el por es
metátesis de pro. Entrambos vocablos son completa­
mente desusados, y ningún escritor se atrevería hoy á
emplearlos en lugar de su correspondiente, prohijar.
43. Pos, del latín post, forma que se conserva en
algunos vocablos compuestos, como postliminio, post­
parlo, postmeridiano, postdata, y posfijo, significa
detrás ó después de: pospelo, postergar, pospie rúa, pos­
poner, poscomunión, posfecha.
Pos se usa también solo en el modo adverbial cu­
pos, que significa detrás ó en seguida ó seguimiento
de alguno.
44. Pre, del latínprve, denota antelación, superio­
ridad ó prioridad ; ejemplos : predecir, prefijar, pre­
claro, premunir, presidente, preposición, predominar,
prematuro, prepotente.
45. Pretor, denota la idea de más allá, fuera de;
v. g. : preternatural, pretermisión, preternaturalizar.
Entra en la composición de muy pocos vocablos.
46. Pro, del latín pro, griego pro, sánscrito pra,
significa por, en lugar de: pronombre, procónsul,
secretario. Da también el sentido de delante: propo­
ner; de sacar fuera: proclamar; de acción impulsiva ó
de movimiento : promover, procrear; de resguardar :
proteger; de desechamiento y abatimiento : proscribir,
prostituir.
47. indica repetición ó reiteración, ya en el
sentido de hacer ó de acaecer nuevamente algo (reele­
g ir, rehacer, recomponer, recaer); ya en el de aumento
(recargar) ; ya en el de resarcir . f recompensar) ; ora
en el de inversión del significado del simple (reprobar);
ora en el de una cosa ó idea ó sentimiento íntimo, in­
tensivamente profundo (resabio, recóndito) ; ora en el
de ejercicio de un derecho ó de un deber ( represen­
tar,, recuperar, reclamar). Este prefijo suele tomar
una eufónica, como notan la Real Academia Española
y el señor M onlau: v. g. : redargüir. redactar, red­
hibí torio.
48. Tfor, atenúa el significado del simple, como
■)esquemar y resquebrar; ó encarece, como en ray-
o
onardar .
49. ÓDv (griego) significa con ; por ejemplo : síno­
do, síntesis, sinónimo, síndico, simetría, (elidida la
n por eufonía, simpatía (cambiada la n en m, por
ley ortográfica). No debe confundirse este prefijo
con la preposición separable sin, que denota privación
ó carencia, y entra con carácter de inseparable en los
vocablos sinnúmero, sinsabor, y sinrazón, y en el an­
ticuado sinjusticia.
50. ¿ b , s o s , formas de s u b , que significa d e ­
expresan, además de este sentido, el de inferio­
b a jo ,
ridad y el de disminución : s o m e t e r , s o c a v a r , s o t e r r a r ,
so ste n e r , s o n r e ír .

51. Sobre, del latín super, significa encima y


aumenta la significación del simple ; v. g. : sobreceño,
sobretodo, sobrepié, sobrecargar, sobresolar, sobrestante,
sobrevenir. En los vocablos sorprender y sorpresa, to­
ma la forma sor.
52. Sota, de subtus, debajo, expresa esta idea
ó la relativa de inferioridad ; v. g . : sotabanco, sotalu­
go, sotacoro, sotacochcro, sofabasa, sotamiuistro, so­
tacola.
53. .9?/, (latín debajo, en sentido rec-
t° y figurado, y cuando no, denota inferioridad, disminu­
ción, ó atenuación ó un movimiento ó acción de abajo
arriba ; por ejemplo : subarrendar, sublunar, suponer,
suceder, susp01 der.
54. Super, lo mismo que sobre, denotando ó pree­
minencia ó exceso : superintendente, superfino.
55. Trans, tras ó tía, latín trans, sánscrito tiras,
significa al otro lado, ó á la parte opuesta, ó denota
un espacio recorrido. Ejemplos : transpirenaico, trans­
curso, transfiguración, transbordar, trasloar, tramon­
tana.
56. Ultra, contracción del vocablo latino ultera,
otra (otra parte), significa al otro lado de ó más allá
d e ; v. g. : ultramar, ultramontano, ultramarino.
57. Vi ce, voz latina, ablativo de vicis, vez, deno­
ta que la persona de que se trata hace las veces de
•otra ó tiene su autoridad ; v. g. : Vicealmirante, vice­
secretario, vicegerente, vicecónsul. Sólo en el vocablo
vizconde y sus derivados, toma la forma vis, así co­
mo en virrey y los suyos la forma vi, antiguamente
viso, ( visorrey).
58. Vicario, sustituto, lugarteniente, vicegerente,
vicepretor, etc. no es voz compuesta ; viene del latín
vicarius, derivado de vicis.
59. Za, formado de sub, bajo, debajo, como so,
son, sos, su, sus, de que he hablado ya, se encuen­
tra en las voces zabordar, zabullir, zahondar y zahe­
rir. Es una anomalía que estos vocablos se escriban
con ¿r cuando el prefijo proviene de sub, bajo, que se
escribe con j- ; y mayor si se considera que sahumar
y sus derivados se escriben con s, por nacer del pre­
fijo de sub, sobre. Aun me parece, con perdón déla
Academia Española, que zapata y sus derivados se
han formado con el prefijo sa, sobre ; Ho que, caso de
ser así, haría aun más justa mi ' observación respec­
to de la irregularidad ortográfica de esta y aquellas
voces.
60. Hay otros vocablos, la mayor parte de ellos
tomados del griego como algunos de los indicados, y
que cual ellos, sin ser verdaderos prefijos, entran en
composición á manera de tales. Indicaré la forma
y significación de los principales, á fin de que se evi­
ten ciertos errores que diariamente se cometen, por
falta ó de instrucción ó de práctica en lo que se refie­
re á esta clase de voces.
61. De aeri, aero, del latín aer, aeris, del griego
acr, acros, el «m?, se han formado los vocablos' ae­
rolito, aeriforme, aeronauta, aerostática, aerífero, y
otros más. Incurren, pues, en barbarismo los que, di­
cen y escriben, aereonauta, aereolito, acreostátiea, cre­
yendo que estas voces se forman con aéieo, que es lo-
de aire ó perteneciente á él, ó lo fantástico, sin soli­
dez ni fundamento.
62. Arqueo, del griego areai os, antiguo, se usa
en la voz arqueología y sus derivados. De la misma
voz griega derivan archivo, arcaísmo y otras.
63. Arqui, archi, arci, arce y arz, son formas
del griego arché (arqué) que denota autoridad, mando,
imperio, supremacía, principio, y á las veces un grado'
excesivo de aumento : arquidiócesis, archipiélago, arci­
preste, arcángel, arzobispo.
64. Aristo, gr. aristas, grande, muy bueno, prin­
cipal, calificado. Ejemplo: aristocracia.
65. A niropo, gr. anthropos, hombre. Antropo­
log í a, antropófago.
66. Aster, astro, gr. astron, astro, de áster,
estrella. Astronomía, asterisco.
67. Aut, auto, gr. autos, auté, auto, significa si-
mismo, uno mismo. Auténtico, autobiografía.
68. Calo, calis ó halo, del griego hallas, bello,
hermoso, perfecto: caligrafía.
69. Cefal, del griego kepalé, cabeza : cefalalgia.
70. Cosmo, del griego hasmas, mundo, universo,
cielo: cosmografía, cosmopolita.
71. Crono, del griego chronos, tiem po: cronó­
metro, cronología.
72. Dcca, decen, diciem, diez. Del latín
’ eccm y del griego z/zvbz, diez : decámetro, decenviro,
d
decímetro, diciembre, diezmar. Por aquí se verá que
diezmar no es destruir, aniquilar, sino simplemente,
•castigar de diez uno, ó sacar de diez uno, ó pagar el
diezmo.
73. ¿vz/íz, ¿y//?, latín cccjuus, igual : cnianimi­
dad, ecuador, equilátero.
74. /v/, filo, griego pililos., que ama, amigo, ama­
dor, aficionado : filántropo, filosofía.
75. Gastri, oastro, griego estómago:
q-asIritis, q-asironomí a.
76. Hccatom, /¿¿r, del griego./izv&íz/fw. heleton,
ciento : hecatombe, hectárea, hectolitro.
77. Hemat, he-mato, hemo, griego haima, haimatos,
san gre: hematuria, hematesis, hemorragia. No debe
confundirse con y&zwtt, mitad, medio, de donde: hemi­
ciclo, hemiplejía, hemisferio.
78. He pía, griego hepta, siete : heptasilabo.
79. Hetera, griego heleros, otro, distinto, diverso ;
heleroOpenco,7 heterodoxo.
80. Hcx. hexa, griego //¿vr, seis : hexandria, hexá­
metro.
81. Hidra, griego hidor ó hydor, agua: hidro­
grafía, hidrofobia.
82. Hipcr, hipo, griego hyper é hypo, nías allá :
hipérbole, hipótesis.
83. Hay otro prefijo /¿/A?, de hippo, caballo :
¿tramo.
84. Horneo, homo, hom, del griego homoios, hornos„
semejante: homeopatía, homólogo, homónimo.
85. Á 7//, kilo, gr. chilioi, chiloi, m il: kiliárea,
kilómetro.
86. Metro, gr. metron, lat. metrnm, medida, verso,,
etc. : metrología, metromanía.
87. Micro, micros, del gr. mikros, pequeño: mi-
crocéfalo, microscopio.
88. Mil, mili, latín miltia, millinm, mil ; milésimof
mili merlo.
89. Miria, griego tnyrias, diez m il: miriámetro.
90. Mon, mono, griego monos, uno, so lo : monar­
quía, monopolio.
91. Ocio, latí n ocio, ocho : octosílabo.
92. Orto, griego orthos, recto, bueno: ortografía,
93. Pan, paño, panto, griego pas, pan, pantos,
todo: panlcxico, panorama, pantomima.
94. Penta, griego penté, cinco : pentagrama.
95. Poli, griego poly, muchos : poligloto.
96. Proto, griego protos, primero, principal: pro­
totipo.
97. Pseudo, pseitd, griego pseudeos, falso, fingido:
pseudo-profeta, pseudónimo.
98. Quiro, del griego kcir, m ano: quiromancia.
99. Tele, de tele, le jo s: telégrafo.
100. Teo, de titeos, Dios : teogojiía.
101. Termo, de tlíennos, cálido: termómetro.
102. Tcr, tere, trí, trini, /r/í, del latín y triay
tres.* temo, terceto, tridente, trinidad, trisa o-io.
103. Tetra, contracción del griego tcitara, cuatro:
tetrasílabo.
104. ¿¿>0, del gr. anim al: zoófago.
105. Los restantes se comprenden fácilmente,
como 7/;¿. «///, etc.
106. Trataré ahora de las principales desinencias
y de los sufijos. No dan á conocer las gramáticas cas­
tellanas las desinencias de las voces; y sin embargo
es asunto de notable importancia, porque enseña á for­
mar las palabras y á comprender no pocos barbaris-
mos, al mismo tiempo que señala el valor legítimo de
cada vocablo. Imposible sería, por su prolijidad, darlas
todas é indicar sus diversas significaciones, pero seña­
laré las principales, esto es, las de uso más común.
107 Acó, aclid, expresan inferioridad ó extrava­
gancia, é imprimen á las veces carácter despectivo : li-
braeo, populacho, terminacho, ricacho.
108. Acó, es á veces terminación gentilicia como
en austríaco; y á veces, lo que sucede en voces greco-
latinas, sirve para caracterizar del mismo modo cuali­
dades esenciales de lo expresado por la radical, como
en hipocondriaco. Esto mismo acontece con la termi­
nación ico, como en diabólico.
109. Achón, acliona, es aumentativa: bonachón.,
bonachona.
110. Ad, dad, tad, idad, son terminaciones que se­
ñalan de un modo abstracto las cualidades indicadas
por la radical: libertad, pubertad, amenidad', bondad.
111. Ada, es terminación colectiva: vacada, ar­
mada ; tiene la relación de capacidad : tonelada; y de­
nota acción y g o lp e : puñalada, cornada.
112. A do, en los sustantivos, denota empleo, dig­
nidad )' cosa que á ellos se refiere : obispado, magis­
trado, senado. En los adjetivos, indica semejanza : bron­
ceado, acaramelado; y otras veces cierta relación de
perfecta posesión ó aum ento: barbado. Semejante á
esta es la desinencia participial pasiva de los verbos en
a r : amado, odiado, esclavizado.
113. Aje, denota acción: lenguaje; ó reunión ó
conjunto: follaje, equipaje; ó es despectiva: brebaje.
114. Ajo, indica lo ruin, lo extravagante ó lo
despreciable: pingajo, espantajo, estropajo.
115. A l ó ar, colectiva: cocal, ceremonial, olivar,
ritual.
116. A lgia (gr. algos, dolor): cefalalgia.
117. Alia, ualla, usina, usa, isma, las equipara
Monlau con acó y adío, y parece tener razón : canalla,
antigualla, chusma, gentuza, morisma.
118. An, denota acción, movimiento, como en
haragán, batán, afán, capitán; y es gentilicia : alemán.
119. Ana, ano, son gentilicias ó denotan proce­
dencia ó pertenencia: castellano, castellana, cristiano,
cristiana. Ana tiene también significación varia: por­
celana (italiano), sotana (b. 1. sultana), mañana.
120. Alicia, encía, denotan acción habitual, cua­
lidad duradera, estado permanente, y otras significa-
dones análogas: constancia, ccntinencía, elegancia, peni­
tencia. Lo mismo sucede con anza ; esperanza. alabanza.
121. Ancón 6 arrón, aumentativa y despectiva:
vejancón, bobalicón, nubarrón.
122. Ando tiene carácter superlativo, ó aumenta­
tivo ó activo : venerando, vitando, ordenando. Su signi­
ficación activa corresponde al gerundio de los verbos
en ar.
123. Ante y ente, indican destino, profesión,
empleo, e tc .: comediante, ayudante, escribiente, intendente,
Pin los adjetivos connotan la actividad de los participios
activos : fulminante, imprudente.
1 24. A r, car, etc., son verbales abstractas: venerar,
amarillear, vociferar, etc.
125. Ario, ero, or, denotan : 19 objeto productor:
limonero; 2® receptáculo: tintero; 3? lo sujeto ó conte­
nido : prisionero; 4? sitio donde se guardan cosas de
una misma especie, ó lugar ó cosa que las contiene:
herbario, campanario. sermonario, granero: individuo
que recibe la acción : consignatario, arrendatario, arren­
dador. Es impropio decir eleccionario en vez de electo­
ral, refiriéndose á la dignidad ó calidad de elector; é
impropio asimismo decir rudimentario, que es rudimental.
126. Ble, ablc, chic, ible, ublc, de sentido pasivo ó
neutro, connotan posibilidad ó necesidad ó capacidad ó
probabilidad de efectuarse lo que expresa el radical :
amable, feble, posible, reprensible, soluble,
127. Bre, indica que el sujeto calificado lleva,
contiene ó presenta lo que expresa el radical: lumbre,
salobre, hombre, fúnebre.
128. Bundo, hunda, activa y aumentativa: vaga­
bundo, furibundo, moribunda. Igual á esta es la desi­
nencia cundo, cunda.
129. Cidio, indica muerte, destrucción : homicidio,
fratricida¿o, infanticidio.
130. ¿n?, nv, deri­
vadas del latín culum, /clu n i), señalan el medio de pro­
ducir una acción ó el lugar donde se efectúa :
táculo, conciliábulo, establo, candelabro, sepidcro, mila­
gro, claustro, vínculo.
J31. es también diminutiva, lo que acon­
tece sólo en voces esdrújulas tomadas del latín : ¿yW.y-
culo, conventículo.
132. Des ¿a, del gr. da i ó, divido, dividir: geodesia.
133. Dor, ador, edor, i dor, tor, sor, or, indican el
autor de una acción, el que la ejecuta ; y por extensión
profesión, hábito, oficio, instrumento, y otras relaciones
semejantes. A las veces, las terminadas en' or, indican
el estado ó el resultado de una acción: fervor, olor,
aguador, batidor, inventor oidor, Tor; hace la termi­
nación femenina tris en algunas voces ; actor, actriz. Es
barbarismo decir adoratriz, como ciertos escritores del
periódico La Religión.
134. Fago, gr. phago, como, com er: antropófago.
135. Gamo (gr. gamos, matrimonio): polígamo.
136. Gero, gera (latín) que lleva, que tiene: alí­
gero, armígero.
137. Gono, ( gr. gonos, ángulo ) polígono,
138. Grafo ( gr. graplio, escribir) polígrafo.
139. Grama, (gr. g r anima,escrito, carta), telegrama.
140. la, da, ida, indican cualidades abstractas:
avarida, se:'ida, concordia, perfidia. Análoga es la
terminación ía, acentuada en la i : picardía; mas en
ciertos casos indica cargo, profedón, colección, etc : ca­
pellanía, abogacía, clerecía.
141. Ismo, forma sustantivos abstractos que dan
idea de conformidad, coordinación ó sistema : cristia­
nismo, maquiavelismo, idiotismo, platonismo.
142. Ista, denota oficio, profesión, secta, etc. y
forma sustantivos concretos: maquinista, dentista, re­
tratista.
143. Logia, logo, etc. significan discurso, razón,
orden, e tc .: monólogo, ortología.
144. Mcn, menta, mente, monto y miento, no ofre­
cen dificultad ninguna para comprender la significación
de los vocablos.
145. Metro, medida : perímetro, simetría, geomé­
trico.
146. Aíouia, tiene sentido abstracto, indicativo de
acción, estado ó cualidad: acrimonia.
147. Nomia, nomo, nomio, gobierno, regla : gas­
tronomía, astrónomo, binomio.
148. Odia, (del gr. odi, canto): salmodia, pa­
linodia.
149: Olenta, alentó, alentó, deriva del verbo oler,
y señala una relación de semejanza, ó significa simple­
mente que contiene: sanguinolento, turbulento, puru­
lento.
150. Oidc, ojdal, forma, traza, semejanza, com­
posición .* metaloide, esferoidal, piramidal.
i 5i. Orama, vista : panorama, cosmorama.
152. (Xs'c, //íLcíz, expresan que el su­
jeto posee abundantemente la cosa expresada: her­
moso\ ambicioso, jastuoso.
153. /Fvzz ó / líí fg r. poicó, jptf hago): epopeya,
farmacopea, melopea ó mclopeya.
154. /V/.í, significa ciudad: necrópolis, metrópoli.
155. 7W , /¿«z/, ¿/z/ (lo mismo que ¿;/z/z>, iludo,
udo, cdo, las, Has, las, de origen latino) son una
variante de /zzz/ ó z/zzzf, como lo indica Monlau, que me
ha ayudado para estas desinencias. Forman igualmente
sustantivos abstractos: virtud, beatitud, salud.
156. (/do, icda, de carácter abundancial, despec­
tivo aveces, y otras indicativo de vulgaridad y grosería :
barbudo, cornudo, linajudo.
157. Uto, uta, suele ser diminutiva como en pár­
vulo, virgula, y es abundancial con carácter de disfa­
vor : crédulo, ridiculo, gárrulo.
158. Uno, una, indican cosa propia de animales :
perruno, vacuno.
159. Ura, es resultativa, y expresa la acción ó el
resultado de e lla : captura, escritura. Por analogía se
han formado otros sustantivos como hermosura, pica­
dura, amargura, dictadura.
160. Vorro, vara, que devora: carnívoro.
161. Algunas desinencias, simplemente sufijas ó
formativas, otras imitativas, y las superlativas, aumen­
tativas y diminutivas que no van aquí, se leen en
cualquiera gramática, y no requieren, por conocidas,
que se las defina. Sin embargo, debo hacer notar que
la aumentativa azo tiene también la fuerza de denotar
golpe con un instrumento ú otra cosa semejante, caso
en que se la confunde con ada. En Venezuela, Colom­
bia, y otras partes de América, se dice campanazo, en
el sentido de campanada, que es el vocablo legítimo.
Se dice correctamente campanillazo, porque la campa­
nilla, que es pequeña, se coge con la mano y se agita
como golpeando cón ella; lo que no sucede con la cam­
pana, la cual es golpeada y herida por el badajo ó el
mazo.
Porque expresa golpe y herida con el instrumento
es por lo que puede decirse propiamente lanzazo ó
lanzada, lancetazo ó lancetada. navajazo ó navajada.
En tal punto disiento con pena de la opinión del
señor Cuervo, á la que, según parece, tampoco ha
atendido la Real Academia Española.
O R T O G R A F ÍA Y O R T O L O G ÍA

Voces arcaicas

162. El arcaísmo es parte constitutiva de todas


las lenguas, y no puede considerarse propiamente como
vicio sino como testimonio vivo de estirpe legítima y
gloriosa antigüedad de los elementos del idioma. Por
esto el lenguaje del pueblo es siempre arcaico. Pista
verdad quedará comprobada, respecto del pueblo vene­
zolano, con las lecciones que se verán en este capítulo.
1Ó3. Ks imposible hablar del arcaísmo sin señalar
antes las variaciones y vicisitudes de las principales
reglas ortográficas y ortológicas, porque estas por lo
general están íntimamente ligadas con las formas arcai­
cas de los vocablos : y aun conviene que, al par que
las formas adoptadas por el pueblo, se conozcan las
propuestas, arbitrariamente ó nó, por los hombres de
letras, con las razones en que se fundaban.
364. Son curiosas las alteraciones sufridas por
los vocablos, y las propuestas por no pocos gramáticos.
165. E l Marqués de Yillena, en su tratado de la
Gaya Se i encía, nos dice que entre A r y T ponían una
C con el propósito de dar mayor fuerza á la Ar, por
lo que escribían tancto en vez de tanto; que algunos
escribían ti cupo creyendo que con m ó con n face son
de n, lo que el marqués no aceptaba ; otros, imitándolo
de la lengua lemosina, introdujeron una t antes de la
fuerte, y escribieron linatge (linaje) paratge (paraje).
i6ó. El Conde de la Vinaza. en su admirable
obra de 1*1lotagía Castellana, nos da un laborioso
extracto de las reformas ortográficas que intentó intro­
ducir Fernando de Herrera en 1580, al publicar su libro
de Anotaciones á Garcilaso de la l ega. Suprimió las
letras b, c, q, m, n, p, s, n, es. en voces como obgeto
(ogeto), dicción (dición), nocturna (noturna). repug­
nante (repulíante) conmigo, (comigo), conceptos (conce-
tos), descienda (decienda), examen (esamen), calumnia,
(calunia), continuas (continas), descripción (descrición).
exceder (eceder). exa ¿ación (esalación), excelente (ece-
lente). enmendación (emendación). lascivas (lacivas). y
otras más ; y cambió por x la z antes de consonante,
escribiendo ofresca, conosca. cresca. paresca, mcrcsca.
obedesea, isquierda, mésela. Hizo más, suprimió la h
en muchas voces, y escribió nevo, ombre, ermano, isto-
ria, umildad, órrido.
j 67. Seis años más tarde. Herrera encontró en
Juan Sánchez ( Ortografía y Ortología Castellanas) un
sustentador de algunos de sus preceptos ; pero halló
también un impugnador hábil en el Maestro López
Madera.
168. K11 el siguiente siglo, el año de 1609. pro­
puso Mateo Alemán en su Ortografía Castellana, la
supresión de las c. g, m, vC, x , antes de consonante,
escribiendo caratcr, cspcriencia. eccelcncia. inorante,
dicípulo, prático. calnniador; y el cambio de la z por
s antes de consonante y al terminar palabra, como en
estas por él escritas así : desnudes, conosca. ofresco,
mescladas. obedcsca.
¿ Por qué extrañar, pues, que haya en Venezuela,
y en otras repúblicas hispano-americanas, quienes pro­
nuncien carater, sinijica, sinificación, prática, repues­
ta, inno rancia: y alguna otra, bien que no la escri­
ban mal ?
169. . En 1630 publicó el Maestro Gonzalo Co­
rreas su llamada Ortografía Kastcllana nueva y per-
fccta, y propuso en ella la supresión de la c y de la
y ; el empleo de la k en los sonidos fuertes de di­
chas consonantes ; el de la z en los suaves de la c\
y entre otras reformas más, el cambio de la g pol­
la j antes de e ó de i; el doblar la r en principio
de dicción, y el cambiar la m por la n antes de b%ó
de p. En lo de cambiar la m por n antes de conso­
nante, seguía Correas los preceptos de Fernando de
Herrera y de Mateo A lem án; y á pesar de la im­
portancia de estos maestros y de Juan de Valdés, que
sostenía ser indiferente el empleo de la m ó de la n
en tales casos, la reforma en este punto no hizo ca­
mino, ye n todos halló tesoneros impugnadores. Y cuen­
ta que el doblar de la /-, como el de la í en prin­
cipio de dicción, lo mismo que el escribir n antes de
b ó de / , se encuentra en escritos y cantares anti­
guos, aunque demostrando indecisión :
Pero en especial, señor, me mamlasles,
Non se ssy vos mie«bra, una vestía ropa:
Y o bien tengo que quanto tal opa,
Kn todo este liewpo que non lo ewparastes.
( Alfonso Alvares. A Pero I.opcz de Avala. )
Si /veplyco otra segunda
Juro á Dios que vos ensogue.
(Juan Alfonso. Contra Forrant Manuel. )
Syn tachas son falladas
Dos eostu/íbres senneras,
Dos pieles syn y jad as
(Jue non han cowpanneras.
( Rabbí Don Seni Tob. Proverbios morales. 604.)
170. El proponer algunos maestros de los siglos
X V , XVI, y XVII la supresión de la m., de la g
y de la c antes de consonante, se fundaba, según
ellos, en que debía escribirse como se hablaba y mu­
chos no las pronunciaban en tales casos, conserván­
dola otros en la pronunciación y en la escritura por
respeto á la etimología, y así se decía dolor, inorante,
caráter, prático, caluniador, solenidad, dinidad, sini-
Jicar, afeto, efcto. De que desde lo antiguo había
quienes hablaban y escribían así, es testigo también
la Gaya Scicncia del Marqués de Villena, el cual
escribía sino { por signo ), dición, sinificación. Otros
preceptistas contradijeron lo general de tal uso, y
combatieron con buena doctrina histórica y filológica
dichas innovaciones, censurando, además, algunos,
como el Maestro Jiménez Patón, á los que decían y
escribían prcccto, conecto etc, elidiendo la p.
171. En nuestros días, sabio tan insigne como
D. Antonio de Capmany y de Montpalau, intentó vul­
garizar el escribir la n antes de ó ó de p, como se ve
por su obra Filosofía de la Elocuencia, publicada en
Gerona el año de 1826; y mi ilustre compatriota D.
Andrés Bello y el neo-colombiano señor García del
Río, se hicieron por el mismo año campeones de algu­
nas de las reformas propuestas por Herrera. Alemán,
Correas y otros, como la sustitución de la j á la c sua­
ve ; la de la <] á la c fuerte ; la de la j á la .r y á
la g en los casos de sonido gutural árabe ; la de la i
latina á la y griega, (hoy ye, y antiguamente ipsylón
ipsyeón, ya), en todos los casos en que esta haga las
veces de simple vocal; escribir con rr todas las silabas
en que haya el sonido fuerte que corresponde á la erre;
y además eliminar la //. y suprimir la u que en algunas
dicciones acompaña á la g, esto es que se escribiese
gorra, y no guerra.
172. Como al tratar de estas mismas cuestiones
ortográficas lo dije en E l Semanario (1882. tomo 3^),
tanto Bello como García del Río comenzaron á poner
en práctica las reformas por ellos propuestas; pero
fuera porque no encontrasen imitadores, ó porque
hubiesen estudiado el asunto con mayor detenimiento,
que es lo más creíble, abandonaron en gran parte su
intento, como se observa en sus últimos escritos, y prin­
cipalmente en el Tratado de Ortología y Prosodia de
nuestro insigne filólogo. Claro está que había de su-
cederles como á sus antecesores; mas, cuando en vez
de innovar se regla, fijando el mejor uso, limpiando y
dando esplendor al lenguaje hablado y escrito, tanto
los hombres de letras como el pueblo se muestran
dóciles en la observancia de los preceptos, y es así
como ha venido perfeccionándose la ortografía caste­
llana, respetando al par la etimología y el uso en cuanto
ello es posible.
173. Porque la D seguida de O en fin de dicción
suena débilmente, interpusieron una g. como dice el
Marqués de Yillena, y de portado dijeron portadgo, de
infantado, infantadgo. El uso popular cambió ,1a d por
z, letras lingüísticamente afines, y prevaleciendo la g, se
dijo portazgo, infantazgo. Así se formaron almiran­
tazgo, hallazgo, y otras más.
El darles mayor valor ó fuerza á las letras débiles,
ó mayor eufonía á la voz, circunstancias propias del
carácter enérgico de la raza española, impreso natural­
mente en el idioma, indica el porqué de la irregularidad
de muchos verbos castellanos y de la que se observa
en otras voces ; asi como del festudio de las antiguas-
reglas ortográficas se viene en conocimiento de otras-
q u eá primera vista no se explican. A yago, por ejem­
plo, forma de yacer, se le introdujo la d para dar
mayor energía á la g, y se dijoyadgo, hoy yazgo.
174. Venir hace vendré, y no veniré, como se
dijo antiguamente, por la intercalación de la d; traer
hace traigo, y no ¿rao ni ¿rayo, como en un tiempo,
por la interpolación de la g, la cual se ha cambiado por
la j en otras formas. Rogar, torcer, moler, morir, oler,
etc., hacen ruego, tuerzo, muelo, muero, huelo, y no rogo,
iorzo, molo, moro, olo, por razón de eufonía, que varió
un tanto la pronunciación de la o del infinitivo. La u
en el diptongo ue, sonaba como o, y la e era muda en
ciertos casos y en fin de dicción, como si la pronun­
ciación del castellano antes del siglo XIII se adaptase
á la de la lengua de oc ó lemosín. Compruébase
esto con el Poema del C id ó Cantares del C id Cam­
peador, donde los vocablos muerte, fuerte, lúes, núes,
fu en t, etc., como observa el erudito D. Tomás Anto­
nio Sánchez. (1), son asonantes de Carrión, Campea­
dor, amor, sol, etc., así como parte, sangre, algitan-
dre, padre, -madre, sabe, etc., lo son de mar, volun­
tad, etc., (2); Todavía, en el Tra ciado de la Doctrina,
de Pedro de Berague, encuentro vestigios del sonido-
de o que tenía la u, pues escribe él indiferentemente
testimunio y testimonio, y tiene esta estrofa:

(1) Noticias preliminares.


(2) La c es sin duda muda lanío en estos casos como en el ¿e arcaico de
fastidio, potjnid/o, anyello, ele.
Quien levanta testimonio
I .enar-lo ha el demonio
Lien garfado. en el punno
A su casa.

Esto es, según la pronunciación, festi mono, demoño,


pono. Sólo el verso quebrado es libre en tál poesía.
175. Escribimos hítelo, y no 11elo; huevo, y no
nevo: huebra, y no uebra; huérfano. y no uérfano;
huerco, y no uerco: á pesar de que escribimos oler,
ovario, obra, orfandad, orco: más la razón de ello
no es la que apunta Salva, sino la de que en romance
y en castellano antiguo era regla que la u seguida de
vocal en principio de dicción ó en medio de dos vocales,
tuviese el sonido consonante de V, cercano al de la B ,
y que si en tales casos se había de pronunciar como
vocal, se indicase anteponiéndole en la escritura la
letra muda h. Tal lo establecían el Marqnés de Vi-
llena. él I)r. Bustos, y casi todos los maestros de Jos
siglos X V y XVI, y así lo ponían en práctica lós más
calificados escritores; por lo cual Mateo Alemán en el
siglo XVII censuraba ya la confusión ó doble oficio dé
la u y la v, (y de la i y la j ) “ que ellas mismas, no se
conocen de trocadas y descarriadas que andan. ”
176. Algunos escritores emplearon la g en vez
de la //, en los casos indicados, y escribieron güevo y
güebo, güerta, vigüela, gücco, güerfano, güeso, güesa,
formas viciosas que perduran aún en el pueblo vene­
zolano, lo mismo que la de agüelo, por abuelo, cam­
biando la b por g :
A lo que debe al inventor suave
De la cuerda que íité de las vigüelas
Silencio menos grave.
(Lope de Vega, t ir a de Apoto.)
Cortando con una hoz los pimpollos de las berzas del giierto donde estaba
le dejó advertido de lo que debía hacer.— (Saavedra Fajardo, Idea de un
Príncipe político-cristiano) .— Por haber fallado á las consideraciones que su
padre y agüelos habían tenido con él.— (Saavedra Fajardo. Corona Gótica.) —
Porque padres y agüelos son herederos forzosos.— (Sta. Teresa. Cartas) . — Y
ansí ay mucha costumbre en Castellanos que clizen girarte y hitarle, garbos y
1/ücl‘OS, huerta y giierta, fuente y gírenle, y otros de este jaez.— (Juan de Váleles.
Ortografía Castellana).— E11 las M. M. de Salazar se halla el siguiente : Ala■
raréilome é fr.n e nmrarellado, que gallina morena pone ginr-o blanco.— (Coll y
Yehí. /.os A'efranos del Quijote).— Güeco, güerfano, güesa, güeso y güero, se
deve siempre dezir pues demás de no darles // la común pronunciación, nunca
se lesdevió: por razón de su origen güerlo y güerta se a pronunciado comunmente,
porque el uso que para ello es poderoso convirtió la // en G .— (Padre Juan
Villar. 8. J. Tratado de Ortografía, reimpreso por el Conde de la Vinaza.)

177. Aunque en la mayor parte de sus oficios la


h es muda, y muy débil la aspiración que en otros tiene,
salvo en las voces híspido, holgorio y halar. (1) la supre­
sión que muchos gramáticos han exigido, no es posible,
por más que se considere lógico que un idioma se es­
criba tal como se habla, esto es, que los caracteres
ortográficos correspondan á los elementos fonéticos.
Irregularidades como la de que ti;ato abundan aun
más en otros idiomas modernos, como si fuesen ellas
condición precisa de las lenguas derivadas ; y siglos,
estudios y desvelos se necesitan para corregirlas sin
dañar la propiedad del lenguaje hablado ó escrito. Su­
primir la h daría motivo á lamentables anfibologías,
como la del caso que con tanta sal relata Sicilia (1)
respecto del vocablo hábito, y empobrecería así la
lengua castellana, porque quedarían refundidos voca­
blos de valor tan diverso como hueste y ueste, hasta y
asta, huso y uso, hala y ala, hora y ora, hampo y

(i) A un en España hay quienes escriban hoy jíspido, jolgorio, y jalar.

(i) Lecciones elementales de Ortología y Prosodia, Paris, 1827,


ampo, hunos y unos, hecho y ¿yV/c», hojear y ojear,
hatajo y atajo, hin é in, harina y anua, hamo y
hética y ética, y otros más que sería fastidioso
enumerar.
178. Hn los principios del lenguaje castellano la
ti sonaba simplemente como tíos eles, y á las veces
como una. Ni Cáscales en sus Tablas poéticas, ni
Juan Bautista de Morales, ni otros maestros la inclu­
yeron en sus abecedarios ; y Francisco de P'igiieroa, el
Divino, en carta dirigida al Maestro Ambrosio de Mo­
rales. publicada por D. Manuel Cañete en la Ilustra­
ción Española y yAmericana ( 1871), y reproducida por
el Conde de la Vinaza en su monumental obra de
Filología Castellana, dice: “ Y aunque nos parezca
que ayudan poco en la pronunciación dos ce, tt, ll,
J j, mm, un, que ellos (los italianos) doblan muchas
veces porque á las ce, tt, f f , nosotros no damos so­
nido diferente que á las sencillas (1), no es así- en
ellos que las pronuncian de manera que cada una
tiene su parte, y se ve claramente en el verso, donde
no serán consonantes sccco y seco, petto y discreto,
valle y parale, /lamina y Fama, Donna y Dona, y
así de las otras que se doblan. "
Por donde se ve que en las desinencias cómo
¿lio, ille, illa. de los verbos con pronombres afijos, la
l terminal del verbo 110 tuvo otro objeto que el de
suavizar la r natural del infinitivo para facilitar la pro­
nunciación en el ayuntamiento con la l inicial del pro­
nombre. En escritores antiguos y calificados encuentro
empleada indistintamente la l ó la ll:

(1) Ambrosio de Morales sienta ijtie las dos cc sí se pronunciaban, lo


ijue comprueba que el uso era vario, aun entre los doctos.
• 'O himi cu ) i- «pie algunas veces es biíU/nbo y oirás veces monosílabo.
[Ambrosio ríe Morales. A p in ita m irn to s .\

Rica niujier c lija «lo un porqueriso vil


Kse«>j;erá marido (pial <|uisiere entre tíos mili.
( L i b r o ¡/¡i C einf-nrs <1-1 .1 rripr.-s/e- </. lit a . (.!. 5 7 4 .
K yo por mi sentencia
l.o tnamlo coturno alcallile [ij
l’ero (¡on/.ále/. ríe l'sed a . Sobre /.•>• eo/e-ns ./</ peino v ,-r,lr p rie t o / rolo-
é'eh/o.

Mijo 1 lyiuna al aleall : l'iicn ¿derecho é con venial fablaslo.--[M óchala.


C a li la<’ D y in n a J .- -Vos saberles «.pie el sol ha en sí tres cosas : la una «pie es
sol: la otra que sallen «'él rayos: la otra que el sol siempre escalienta.— fl)on
Juan Manuel. J .ü r o Kt las aves que son en parte aves et en
parte bestias, pero semejan más ¡i las aves, son los escaldes et los morri, -
| I)on Juan Manuel. /.//"«' ,:'</ C a la /lero et <!ei E s , a,/, ; v j . — Así como n/ o;rir-
//««i 1 et niari¡visas.- (I>,»n Juan Manuel. /.//•;•<• ,/,/ C n betli.ro e t </,/ E s - u - l r o ) .

Diré de paso que aunque se considera como más cas­


tiza la voz murciélago, lo es más la de mure légalo. (2)
Entrambas derivan de la primitiva, inusitada ya, murcie-
go; de mur. hoy ratón, y ciego, ( mur. ecca/s. ratón
ciego):
Venioroit los marrie yn/ a muy ¡¿ramlcs miarlas.
0 . 2013. E l Libre> el .l/e Vell/e/re.
•Juedaruii los in n rri,¿ o s quamio aquesto uioroii.
E l l ibre- ,/e■ .-lie XeUleire ( \ Jel/J.

179. Entre las reformas implantadas, con arreglo


al mejor uso, por la Real Academia Española desde
I 765, cuéntase la introducción de la ll como represen­
tante del sonido conque la pronunciamos en llama,
callo. La r (y e ) antes de vocal se diferencia de la
II (clic) en que la primera se pronuncia apretando
suavemente la lengua contra el paladar: y la segunda

I Ij ( 'o l l S o l U l l l i i o c o t í bel/,Ir. a'royaliie' V e/el/lie .

(2) Kn Ycnc/ucla se usan ambas formas.


n
ó
dilatándola, ó mejor dicho, espaciándola flojamente
sobre la misma parte.
150. K 1 Ledo. Villalón. (pie escribió sus preceptos
á mediados de! siglo X \ I. sienta tjue la doble //. <|ue
tenia el sonido de Ti. (3) no se pronunciaba con la
suavidad de los latinos, sino con la fue iva que estos
imprimían á la ¿y/i [4]. forma estaque era también del
romance, y aun conservan el francés y el italiano.
K1 signo í/. puramente castellano, se originó de la
costumbre de poner una tilde sobre la n para indicar
(pie al latió de esta se había elidido otra letra (g.
>n. i. ñj ' J t|ue con ella daba el sonido que hoy tiene.
151. La con su sonido de Ti. fué asimismo del
idioma castellano en ciertas voces derivadas del latín,
según afirma el maestro cordobés Juan Sánchez [5],
el cual propuso (pie para evitar feas cacofonías, se
separasen en la pronunciación la g y la 11. como cuan­
do la g precede á la m ( dog-ma), y no se pronunciase
más dia Tía (m agna) y paño (pugno), sino mag-na y
pag-no, cargando la g en la primen?’ sílaba.
Aun llegó á escribirse maño y maña, por magno
y magna:
Kl tú s;iih.-s cuán ///•//'/,! pena luí en el utr«i si^lo el i|ue esin faz. .Moeliafa.
(. t>>.:■!fi't'i />'.;/ ■ ///',/).—(':i/i/¡i Dvnmii.
Aquellas afirmaciones y estos testimonios acerca
de la pronunciación de la gn en el antiguo castellano,
y la «pie conserva en el francés y el italiano, com­

ió V se escrii>Ím laminen uy y ///'.•</////>*. «/«i*»*. uní.', |aiu>[.


14 1 tirmihUitii («/.•/(•//<///.■ / reí ni presa pnr el Cuntió ile la Vinaza.
I5I < ’-yi.i r ( >i/i'yr,i/'iii. en la nina /'¡loloyiti ( ‘iisl.-llmui, ilel Coinle <le
la Vinaza.
prueban el sonido que los latinos le daban, y cuán
mal se enseña á pronunciar tal idioma clásico en
nuestras Universidades y Colegios, donde se obliga
al discípulo á decir v/ag-num, sig-num, etc., y así de
otras letras y voces cuya pronunciación dilena de la
que tienen hoy en castellano.
152. Como el error de pronunciar el latín con­
forme á la lengua en que se enseña es mal de casi
todos los países de Europa y de América, debe tratarse
de darle su legitima pronunciación en cuanto ello sea
posible y cierto.
153. Mi querido amigo el Conde de la \ i ña xa.
incansable y docto investigador, nos ha dado noticia
de una obra anónima y rarísima publicada en 1555,
Principios y fundamentos de la Lengua J/española.
En ella figura ya la ;7, igual en sonido á la n de los
griegos seguida de /. y á la gn de los latinos, fran­
ceses é italianos.
184. Esta letra g antes de a. o, u, tenia en el
antiguo castellano el sonido fuerte que hoy -le damos ;
pero antes de e ó de i sonaba como la i ó la j .
Ello explica que encontremos escrito indiferentemente
en autores antiguos ¡evónimo <’> (¡evónimo: mujer ó
muger ó muier: díganle ó /¿gante; jeremías ó
/íieremías. Es decir, lay y la g tenían el mismo sonido
que conservan en el francés ; por lo que en castellano
se pronunciaba, como en este idioma, yamás ( jamás )
Josepli ( Joseph ), por ser tales voces derivadas del
latín. Con el tiempo, según observa Mateo Alemán,
fueron adquiriendo diferencia de sonido la j y la g.
aun antes de e y de i. De la antigua pronunciación
y ortografía proviene que entre nosotros persistan mu­
chos en escribir (¡evónimo, j¿gante, mugen, etc., que
atendiendo á su etimología deben escribirse /evónimo,
gigante, majen, como reza el Diccionario de la Len­
gua. y practican los que se precian de escribir correc­
tamente.
185. Sea 6 no descuido del autor, ú yerro del
impresor ó del corrector de la obra de Rivadeneyra,
Biblioteca de . luloves españoles, la forma corrompida
madrasta, que se emplea por el pueblo venezolano,
es asimismo de origen español:
Sintió mucho la >n<utna/ii l-'rccieipuiuia este casamiento.
Saavedra Kajardo. Crmin (¡t>
7fV»;. Caft/tth< .V///.

El vocablo es tan áspero como lo que expresa ;


y en verdad que toda persona ilustrada dice correc­
tamente madrastra. Justo es decir que en el mismo
ilustre escritor se encuentra la forma correcta:
A algunos pareció que la naluraltva )><> bahía si»1*• madre. ,dno nuur. astra
»!».■! h u n d ir é .

Saavedra l:'ajar<iu. / • . / > / /..Y.Y.Y/I'.

186. X o íalta entre el vulgo quien diga gamito


por vómito, lo que se considera como barbarismo:
no obstante, ¡ quién lo creyera ! fué ella voz corriente
en Castilla, siglos atrás, '['ráela Xebrija ( i) e n la lista
de las palabras terminadas en o que llevan el acento
en la antepenúltima sílaba; y encuentro ejemplo antes
del siglo X V :
Mayormente comino la libio»Ui* provoque ; w///7i• al señor. (K1 anlipapa
l. u n a . /.U t o </.■ /it.< C t'ii.'t'iiii /' i i r s i i 'c ir. ¡ ir'i; /titn tiiiiit : )

187. Morciclago. por murciélago ó mure légalo;


cález por cáliz; aljonjolí, por ajonjolí; ¿dvópigo, por
hidrópico. y mástcl, por mástil; corrupciones usadas

f\ ) (Maniática Castellana, bilí. II. Cap. TV.


por el vulgo cío los pueblos del interior de Venezuela,
•se encuentran asimismo en la citada (dramática de Le-
brija; y en el Proemio c Carta al Condestable de
Portugal, por el Marqués de Santillana. encuentro los
siguientes arcaísmos usados también en Venezuela por
la gente vulgar: vestítuición, por j estilación; estaría,
por Iti sf->) ¿a ; sernos, por somos : y seido, por sido. 12)
Todavía recuerdo una carta de cierto notable ( leneral
que me escribió á Maracaibo en 1Ñ69. “ Crea C.. me
decía con toda seriedad, que yo nunca he seido amigo
•de ese hombre.”
iSS. Contemporáneas de este seido. que los an­
tiguos escribían también seydo. son las formas arcaicas
de traer, trujo, traje, trajeron y Injierou. In jiera , y
tn jiese ó trajese, que tan en uso prevalecen entre nues­
tros campesinos y se leen en cualquier libro castellano
antiguo :
I .■.la 1: ' • ' / / / i I A;. I’ 11! *;«í \ !>»•. suy-.s. il.aján Savave-i/a.
,/• . 1 ) f n ' j S r m1
1¿ •, laa rat»
■J«
_
•1;»
>¡:•
«*i:t. i|tie »
j in:K¡áti-
tlulo a-a" u’i ceivi". : o¡;i/ >
.' ¡«m^uLsarl.>en cu/uela. ■Maleo Alemán.
( i 't i : '¡ i , ! / r t.v Ai ! i - c * l •lialil" '/
•//
/'.• ¡i pa!
(Fernán!•• *
it* K•-i;i-- /
...*

1S9. Las formas verbales /¿aja, /taiya. /¿aiyaa.


y /iniyamos, que según el señor Cuervo se usan en C o­
lombia. fueron comunes en Venezuela entre la gente
de los campos, y van ya desapareciendo merced al
desarrollo de la instrucción popular. Kstas formas son
también arcaicas :
H u ir á n *
io esta encuja,
y u¡iar:c!tin¡ii>s<
lo! mal.
|T-*n\.s Nalia-n*. ('■•///, •.//',! //
/;/
/,•;/
.••/
. /■•:■//. f 'r i w . |

(2 ) Nu ¡ccüvi'ilx ■ |u
óauli'i-
. me parece ijue es l'uijJ'lancli, "bserva c-se
este usa'i*• en l'.spaña. es el anlicHuilu latino s . - m us f \ v »■ s im iiis ). anterior
á la ¿poca 'le Augusto.
Por las realas ortográficas que he citado se ve que
la ;* antes de e ó / sonaba como la y (ye). Las in­
flexiones. con g de huir no son anteriores tampoco á
las inflexiones con y. Entrambas, la g y la v se usaban
en tales casos promiscuamente en virtud de la igualdad
del sonido, como se ve por los más antiguos monu­
mentos del castellano; de modo que haiga ó /diga
es metátesis de /agía ó fingía. Ejemplos antiguos:
Non ik:uc 11.ir 'los laníos nin por mas /i;ir .

/.¡/■ ro d, . Oj.
Tu linca en el campo n / 't y i w r ellos J u g a re n .

/.Uro </< . 1/tXii/nin.


I’or f i t v iit fie! 'lapno
Kasonas-io por nesfio

Kabbí I)o»i Scm Tolj. /V»r%M o r . 2


i)j.

Kl estando ellos en eslo vieron venir a! cazador, c el unir f n y ó c me­

llóse en su cueva, el e! ”ato miró la red. el vió que non quedaba de tajar

deli.; siuon un la/o. é tiró recio, 0 quebróle. é fuese /i t v r i h / i > .— (" tit if a c D im -

<’///. /A.
<
()ue por !a uisia sola de McuchioJ u g fa .

L ib r o c
ir A L x a n d rc . 441 .

En los Cantares, del Archipreste de Hita se en­


cuentra la forma fu x o 11.464); y en Berceo. Vida de
San M illáu ( Lib. Seg. 122). se encuentra jitsso. (1).
190. 7'raya por traiga, que se oye á las veces
por los campos, cava, y ova. cambiaron asi por un pro­
cedimiento sencillo, y en cierto modo natural, la y por
g. é introdujeron la vocal breve accesoria i por razón
de eufonía. Desde el sánscrito viene actuando en los
idiomas derivados el cambio de la j ' por g. La y co-

( 1) I.a y la se asemejaban en la pronunciación cuando precedían á

la ' >
i á la /. por lo cual Don Tomás Antonio Sánchez creyó que y c u lo , hermoso,,

c-'.aipor en el IW in a tic! (V
</.
rresponde en griego á la i (/ola),
y algunas veces á la
:v y en todos los demás á la i ó á la g (2). Respecto
de intercalaciones come.) la indicada, no son nue­
vas en los idiomas, y aun ocurren con consonantes
liquidas.
19 r. Las formas naide, (i rain el, escune rebullelo
ó rebolleía, falún, nasiré. (nostramo, paternostre). espa­
viento, su ruja uo ó serujano, probeza, ñudo y añudar,
pocaza, esleutlnos, enagüelo, peje, molondrón y balandrón,
y otras más que se verán en esta obra, nos han venido
de España. \ o son ellas, como vulgarmente se cree,
simples corrupciones de nuestros labriegos, sino clara
manifestación del espíritu conservador del pueblo, que
es siempre el depositario de la tradición en todas par­
tes. y en todas se apega á los usos, formas y costum­
bres de sus mayores. Esto acontece siempre así. y es
un poderoso auxiliar de la filología y la lingüistica.
Formas perdidas, verbos y sustantivos y adjetivos,
muertos ya para la latinidad clásica, los encontramos
vivos en el bajo latín y en las lenguas neo-latinas. El
pueblo es eminentemente conservador del idioma, emi­
nentemente arcaico, y más conservador y arcaico mien­
tras más grande y glorioso. Su liberalismo no llega á
trastornar la tradición y el idioma, como si en ellos
alentase el espíritu de la patria. Veamos la razón y
motivo de esas que hoy son tenidas por corrupciones
y barbarismos vulgares de nuestro pueblo.
192. X a lele, metátesis de nadie, fue muy usada*
tanto en verso como en prosa:

(z ) ¡■ '.¡ilihojj'. (¡ranminire ( ¡Onerale Indn-Kumpéenue. 175.


One iiiiiii.- lo ciilicudu.- -(Sania Teresa. («»rf-j.<.)• son palabras di -
clias bárbaramente. NO deben ser admitidas ni aun raras veces. . . . como
por i/iiJi.-: w i / w . í . v / >• pur »/¡ins-’l, <•: ( ¡r,ió/ ,•/ por ■ /. /'(.'ásenles.
/‘o,7/í />.■ />/ />i<17.->//^.
Oiiarnl" viiü*el mensajero
(¡r,r'-¡.7 n»u\ placentero.
IVr->(imítales <
ie l seda.

193. Jiscuridad. escuro y escura. fueron usados


por los mejores escritores castellanos. Valida este
ejemplo dvl íW/r/fl /..V de Aren ijo :
Y un ra'o su.-pendió de a>piel .■a-
///'.'

I.ujjar ia pena misarable llamo.

194. Ju -boli(¡o y rehuíi ció, por rehuíliño, que es


como debe decirse, se encuentran lo mismo cpie hoh'ño
(por bullicio), en el Caucionero de Cania y en el fd.hro
de . \lexandre.
195. ludan. <[iie dicen algunos por /ulano. 110 es
más (pie una sincopa, inadmisible hoy. «pie se encuen­
tra en ediciones anticuas :
Kt ilíjule a >11 mujer: •-A la fe. d ■»l n l.iii. -arde Vos acordaste*. " (I>
oa

Juan Manuel, /.rVvv J f /n> ¡\ n r.- m s l - 'i . )

196. lis paciento. por aspaviento, la menciona Cas-


cales entre las voces italianas introducidas en la poe­
sía castellana : y con tal forma se encuentra en lloscán
y en Lope de Ve^a. que yo recuerde.
197. Cocaza, en el sentido de poca o pequeña,
suena en labios de q'ente vulgar por algunos poblachos,
y es también vocablo muy anticuo en el castellano. Kn
algunos puntos de Venezuela tiene asimismo valor de
superlativo /poquísima). Antiguamente significaba pe­
queña :
l'erca ¡nm:iinr nave traú-n nim/i'!v/:*/.
K erceo . .l//7i/,-r-• - ,/
,• .\ > / , S -n u o iii. ~¡u?.
19S. Probcza, que en Venezuela no emplean sino
los naturales de Canarias y al^íin labriego del pais.
fue voz usual en Castilla:
l\ n i.|iu - \ :lií< 1 : i ¡ n v . ' S \ o i u i i U >

Kn |iresynn 1I0 !;t 1.

(Iiivir ilc Alvaros 1I0 \illa Saiuliim.)

Lsta vulgar metátesis no hará camino en Vene­


zuela. porque siempre será más difícil pronunciar pro­
bcza (¡ue pobreza. Sucede lo contrario (¡ue con Ga­
briel, (¡ue todas las personas mal doctrinadas pronuncian
Grabil/, y aun algunas (irabricl.
199. Surujauo y seruja no por cirujano, no se oye-
sino entre los peones de los campos del interior de la
República.
La forma zu ruja no la encuentro en novelistas ante­
riores á Cervantes :
!’-:om sora. .li¡*• ol a ie a h le . i|tio >*s acostéis. y v en ia im :tirn¡,nt<> que
011 ol cusí i i i" .- ZA nliiniii >lo V ille g a s . 11 i.</.<;■ i, t ,/,•/ .tó ru irrr,r¡ ■ y Ai

J a r if a .)

200. \ udo por nudo, tan común entre el pueblo


venezolano, es asimismo forma arcaica ; como lo son
las del verbo añudar todavía más usado por el pueblo
(¡ue añudar y que el mismo sustantivo nuda:
\f i n i a . •>
lt Amarilis. »
•>
>ulivs f í u - J o ,

1 'mía uii" 1I0 osius liilus oi'lurailus,

Iñ u .ia \a. y ii" oslen l"s íaliins muilus :

O í om oaila ••///./’•>ilosti>s jim' lí ilail<>s :


V //..lo auii.r oslreclins. ciegos. oritilus.

.Vtii/i'.t .lo anu ir ilny lirmos y afiiit/atlos.

(Iray Luis 1I0 l.oón. / \ fA > fa I '/ / / . )

•* iVru un lialli'i 011 olla á l.oniiola. sulii halló (niosnis unas sábanas
•Milus :i la ventana. iinJiotii y señal tjne ]>ur allí so había ilcscnljíailn ó iil". -
(Corvamos. / K<n </.• la Manrlia.)
201. .Yoslre. metátesis de noster, que la gente
vulgar emplea al expresar las palabras palor noster,
cuando indica los nudos de una cuerda, es corrupción
usada nada menos que por Cervantes :
**Y luego dijo solue la aicu/a más «le ochenta riil.r-iio.--lr,> y .«tras tantas
ave litarías, salves y credos.- A'/ hi^ruiofo //¡,;<t/¿o />ou {>//!/,-/, Jo Li

Xo es que Cervantes emplease el francéspálenólre.


Déjase ver. más bien, que usó adrede la metátesis de
noslcr en el intento de españolizar el vocablo (como de
palor, paire, hoy padre) pluralizándolo por analogía con
el pronombre nuestro y la forma latina nostra.
202. Paternóster. como accésit y otros vocablos
latinos de uso corriente en nuestro idioma, carece de
plural, y asi decimos y debemos decir eelienta pater­
nóster\ dos accésit.
203. Cosa de africano bozal nos parece á todos
el oir á algún labriego pronunciar esleufinos ó entestinos,
en vez de: intestinos; y sin embargo, es corruptela cas­
tellana muy antigua :
1!»b
‘¡l;il el calmsi. de las manos liberas
Solio sen pregrifia cleliuvar las carreras:
Auic golpes moríales por medio las fincheras.
Kxieii los ostrn/ino.-. semeianansuoras.

(Segura tío Aslorga. /.7 Libro Jo mJro. 1 9 3 5 .)

204. Tener canguelo por tener miedo ó frió, es de


uso común en el pueblo venezolano. 'J al voz es evi­
dente corrupción d é la arcaica congelo:
One Dios nunca trayga ipiiett diga cu soHgolo
l’orquo nos tnriie nuestras voluntades.

(Alvares de Yillasandino.- Ciiihioiirro ¡Ir /■ >',/,•//</.1

205. Molondrón, vocablo castellano, derivado de


molondro, hombre poltrón, perezoso y falto de ense­
ñanza, es desconocido con tales acepciones en el len­
guaje familiar venezolano. Aplicase entre nosotros á
las personas, y en especial á las mujeres, con el sentido
de gordiflón. na, que no tiene ya forma, que es pesada
y redonda como una gran bola ó pelota. Figurada­
mente se dice molondrón de una herencia ó suma consi
derablc. Estas acepciones' comprueban que nuestro
molondrón no tiene ninguna relación con molondro. y
si no es torma del anticuado tolondrón, montón, derivado
acaso de bola ó bolo, se deriva del latín mides, mole ;
como el molondrón. perezoso, corriente en España,
deriva de mollis.
Que muertos, que “ulpados caven a /'>•/,

A pies i!e i"-: cana5


los muñen muchos harones.*
(/.//;•i»t i . . . ./ ~ S . |

Panales la sel el j
h iIuhcunos pulmones,

Yendo por la carrera morien a Ae/i>


//
«/;

200. En Venezuela se dice comunmente ardita. y


no ardilla, como rezan la Academia Española y Salva.
La voz ardita es censurada como una corrupción,
aunque tan diminutivo de arda es la una forma
como la otra. Observo, sin embargo, que no sé que
nadie haya empleado la voz arda antes de que á ardilla
se le asignase la etimología árabe de arda, ardor, que
la Real Academia Española, con sano criterio, vacila
en reconocer. 1). Roque Barcia ( i i le cía por origen
el castellano ardida en la significación de osada. Xada
de osada, y si mucho de tímida, tiene la ardilla. La
gracia, la vivacidad, la gentileza, la maña y sagacidad

(i) “ Formación de la l.enyua Kspafi >


!a derivada do la formación na­
tural. racional ó histórica del idioma humano."
son sus principales cualidades. Del latin de la Helad
Media enditas. instruido en artes, formó el castellano
anticuo el vocablo ardite, \2 \ pronto, astuto, sagaz,
mañoso, y tengo para mi que tal es la etimología de
ardí la. que en Kspaña dicen hoy ardilla, creyendo
«pie el vocablo es un diminutivo. Diminutivo? Por
«pié? May algún otro animal llamado arda, y<|uesea
de mayor tamaño? ¿ Y cómo y porqué formar el caste­
llano tal diminutivo del árabe arda. ardor, como quien
dice a:\larcii.K cuando es un ardor zazo el de la ardilla ?
\ o es difícil encontrar el vocablo ardil, ardite. en poe­
tas anteriores al siglo X V :
l.>el pr'mqepe A!e\nn<Jrc que fue rey ilo Oreí'ia.

•One fue ■* i r : '- ' c de ijranl sai-citl-in.


,/.• . I 0.)
U:v%fu- mn\ derechero. -le muy ;^iunt .sentido.
Mii\ !V:ci •. .• ur.iy./
.“///• ¿ de :¡ni)' ¡¿rail mesura.

t •;,/./ </■ / C>n.¡- /■ '■ ;•/!.iit ( , ' o u j / . J


Hsta lección parece decisiva, porque no hay comen­
tador que. no le de la significación de astuto, hábil,
mañoso, ai vocablo ardite. hermano legitimo del sustan­
tivo ardid, artificio, medio empleado hábil y mañosa­
mente para el logro de algún intento. K1 vascuence
tiene la voz ardita, derivada de ardi. ardía, oveja :
pero nuestra ardita, no posee ninguna de las calidades
de la oveja.
207. Peje, por pez. podrá sen muy bonito cuan­
do tan encariñado con él están nuestros labriegos y

,2 ) liso we.il'l' ■ /-".í'/.v in


> dciic relación om
i . i r . H l . •. moneda de vellón
i ^ iiiis d V i, vi cual es el vascuence ./ r .iih i. derivad" de ■u J I u . "veja. .\ r , H ta dicen
¡os vsac-'s, cuntí se ve por í.i cvcclculo (íramálica de M. Kl. I.ccliisc. impresa
en líaymia. IS7-I•
pescadores; pero bueno, será no imitarlos, aunque no
son ellos los creadores del adelesio. España, que nos
dió tantas cosas buenas, nos envió asimismo estos
parásitos del hermoso árbol del lenguaje castellano.
Que el pueblo español usaba tan vulgar término nos
lo comprueba Cervantes, cuando, en el Cap. X X I ' '
del inmortal Quijote, pone en boca de su héroe esta
pregunta dirigida á maese Pedro: “ Dígame vuesa
merced, señor adivino, ¿qué peje pillamo? ¿qué ha
de ser de nosotros? y vea aquí mis dos reales.” Des­
de los primeros tiempos de la lengua castellana, siem­
pre se ha dicho pez-, del latín piséis, y algunas veces
peee, ya desusado, como no sea en poesía:
('liando pescares al¿ún ¿ram.¡ ; n loma una estaca el espeíale por ella
fasta la boca.— Ca/itu S Dy>mh¡. .VIVI.— Jorque aunque bahía sido un
¿rail bestia, antes sería mosquito que /.••:. y buey que pescado.— lama. I.a-
-.'irH/o t/s /'i'n/iis //. Cap. Vi l .
Comino el /*:»• en el ¡río,
Vibii.sc» y rriyendo.
Non piensa el sandio
1.a rrod quei van tendiendo
( Rabbí I ion Seni T ob. /V. rv r;¡. .¡ )

¿Quién contará los huevos que tiene un sábalo, ó una pescada en rollo,
ó cualquier otro /v .v ?■ —(¡ranada, /h/ St/itiiio <;V ¡,; I'. ]. Cap. VIII.
A l i ! no j a el /■ ••: se salvará esc--adido
Tras el peñasco algoso:
(lite vendrá aleare por el mar tendido
Al lazo venturoso.

(Lista. /•./ ( '.wrv'/V ,/«•/ / ’,

208. Ahujero y ahujerav, por agujero y agujerar


ó agujerear; sancocho, por salcocho; cardón, por cardo;
desespero, por desesperación; esgarrar, por desgarrar
ó rasgar; confitada, por confitura; culeca por clueca ;
ó llueca; hartazón por hartazgo, son antiguas corrup-
dones provinciales de Aragón, no venezolanismos,
como puede verse por el Diccionario de Voces A ra ­
gonesas de Don Jerónimo Borao.
209. La Real Academia Española ha dado en­
trada en el Diccionario vulgar al vocablo sancocho;
pero paréceme, como se lo he hecho notar, que equi­
voca la etimología, y la significación y el origen del
vocablo. Sancocho ó hervido llamamos en Venezuela
á lo (|no en España se llama cocido, con la diferencia
de que por acá le ponemos mayor número de verduras.
S in o está bien cocido con sai á nadie le gustará, y para
todos será indigesto. No viene, pues, de san i cocho sino
que ha sido formado de sal y cocho.
210. Cardón. (pie en castellano es el nombre de
la cardencha. lo empleamos como los aragoneses para
significar el cardo ; y de él hemos formado la voz car­
donal, plantío de cardos.
211. Desespero, consta además en poetas arago­
neses con el expresado sentido de desesperación, término
este que le gana indudablemente por más expresivo,
si no por más castizo.
212. Devanar por desbarrar ó rasgar, sólo es
usado por la gente vulgar ; pero es general el uso de
esgarrar y de desgarrar en la significación de expec­
torar ó de gargajear. Tal sentido figurado no lo tiene
en Aragón, según hemos indagado. Es un barbarigmo
puramente hispano-americano, pues tiene uso en di­
versas naciones de este continente. El sentido meta­
fórico de apartarse, separarse uno de otro, que tiene
el verbo desgarrar no es usual en Venezuela : pero
si lo es el figurado y moral de lastimarse ó rasgarse
el alma ó las entrañas.
213. •* Xo me se d a ñ a d a .” •• Mira que te se cae
el sombrero.” por " X o se me da nada," “ Mira que
se te cae el sombrero." que se oye entre individuos del
pueblo, son. no disparates de ^ente presumida y melin­
drosa ([lie se tina por singularizarse, como sienta el
erudito señor Cuervo, sino construcciones arcaicas, por
lo cual subsisten aún en el pueblo de Venezuela y en
el de Colombia, y no será raro que perduren en el
de España y en el de cualquiera otra nación donde se
hable el castellano. Hoy deben verse como peca­
dos mortales, no obstante que se encuentran hasta en
escritores esclarecidos, bastaba, para comprobar su exis­
tencia, el siguiente pasaje :
¿(Juc seni Saturln». <|ue parce.- que •//<■ aMandan !■>s U 'd w . .«,•
///,■ derriten !ms m-vis . •’> que, siiiln de ios pies ú la calicza?— (Cervantes. \'n¡-
/“/>’. S-\'. /"■ir/. ( ’ii- . X l r ! . )

Pero aun en nuestros di as se ve. como imitación


del lenguaje anticuo, en poetas ilustres y prosadores
insignes :
,;(,>uó es?. . . . aealia
. . . .;/■■ ,\\,r al paladar
la le n g u a ....?
(l'.l I »iiqtic de R ica s. f i t . l -.111.11,1 J / i / i i j f i M i . I 'r h / i , / \ tr t.)

Kn la cara cnimcc que t-slás m'mticnda.—'-'.Marlíiu'x de la Rosa. .I///-.:'


-.ir /)„/.-■. .ir !. I I I /A,. r/.<

214. Alejandro Peoli censuró en /:/ /eje11 el sus­


tantivo díceres como un venezolanismo incongruente
y bárbaro, sentando que debía decirse decires. Efec­
tivamente. el familiar díceres tiene la misma signifi­
cación anticuada de decires. esto es. murmuraciones ó
detracciones, dichos vao-os cuyo origen se ignora y
que frecuentemente son mal intencionados. A no haber
pruebas en contrario, bien pudiera creerse que díceres
era venezonalismo y se había formado de den'res por
el trueco de vocales vecinas, procedimiento natural y
muy común en el lenguaje, y no que era plural de
(//<'en. como sienta Cuervo, sustantivándose esta in-
llexión verbal y recibiendo ese número, lo que seria un
tanto raro. Rafael Hernández ( Gutiérrez, tan celoso de
la pureza del lenguaje, tenía á díceres por vulgaridad, y
soltaba contagiosas risotadas porque Cecilio Acosta, J.
A. Pérez Coronado y Esteban Ponte lo habían usado
en sus escritos. Pero díceres es simplemente un arcaís­
mo, como lo comprueban su oriqen. su significación
ya anticua en paralelo con las de decires, y el usarse
«n diversas naciones d éla América Española.
Díceres es plural del anticuado d/\r; . diser ó disir.
<|nc: asi significaba decir. como bajar ó descender, y se
formó del latín dieere.
Kslc innvslre íu c alai
I >cst|uc sso vii'» muy omail<>,
IVnsó iK: i ■ ' r a m mal
I ijuieii lu pusso en esla«¡M.
( I ’oem a <lv A i 1
• ns«> O n ccm :. S ji.)

/h'i'/tt Ave Muría c más .le csvnpiuiy..


(I.crcen. .¡////í;vvy ,i. .\ /t, .V. /}<•;•./. I V. / y j.)

215. Sienta la Academia que eai-urro se aplica


al que es de pocas palabras y muy metido en sí, esto
es. al reservado, cauteloso ó discreto. Por acá le llamos
tal significación, pero al que lo es con astucia y per­
versidad, y esta acepción, que no registra el Diccio­
nario, es muy anticua en el idioma, y acaso la legítima:
I.*1 se^tnnl.i, i |hc l;t m ujer casaiia á ijnien la/, pecar iúeilela <¡o Inicua 0 «le
lo e n cslaili*. é pi'niela cu mala villa c ••r .n m ; c oirrm npc ¡a j;cuciaciñn «lolla.-
(O rn Sanclin vi lliavo. C MvMW.y//iv.]
Por lo tanto, dijo bien Sistiaga en su famosa fábula
de E l Arriero y el Peregrino :
l’or un camino angosto
V bajo el fiero sol del mes ce agosto,
Un arriero cazurro
Guiaba veinte millas con un burro:
Iban lodos ahilados
V muy bien rabiatados.
Listos y quietecitos,
Al son de garrotazos y de gritos,
Reniegos, maldiciones,
V pinchazos, pedradas y empellones.

2ió. Como de zampar se formó zampuzar, dei


anticuado atapar se formó atapuzar, vocablo este que se
emplea en Venezuela en el sentido de llenar una cosa
hueca con fuerza y sin orden hasta dejarla tapada.
Figuradamente vale hacer comer y beber á uno hasta que
sellarte, caso en que se usa más como reflejo. Es, pues,
sinónimo de atestar, en todas sus acepciones. La forma­
ción de tal verbo y su significación están diciendo que
es un arcaísmo ; no obstante, no lo he encontrado en
ningún autor ni antiguo ni moderno, pero lo considero
introducido de alguna provincia de España. Su empleo,
aunque común, no es más que familiar. Ningún escri­
tor lo usa. Antiguamente se dijo cntapcccr. tupir.
217. Hay que creer lo mismo de la forma verbal
desfigúrate, por figúrate, que dicen por algunos pueblos
de la República, y es un dislate que espeluzna. Pro­
bable es que sea un resto de aquella vacilación de
formas de los primeros tiempos del lenguaje, puesto
que antiguamente desbaldir era dar de balde ; descoger
y decoger, coger; detardanza, tardanza; desfambrido,
hambriento ; dcsfcar, afear ; desmoler, moler ; y páre U.
de contar, no vayan los literatuelos y los periodistas
presuntuosos á darnos tales extravagancias por buenas
y castizas.
218. bastante común es en Venezuela decir ahorca
en vez de cuelga, “regalo ó fineza que se da á úno en
el día de su cumpleaños.” Así como esta acepción
figurada de cuelga proviene sin duda de la principal,
porque se hubiese acostumbrado regalar en tal día
cuelgas de uvas, peras, manzanas y otras frutas ; asi
puede haberse derivado de la principal de ajorca, escrita
también a.rorea y ahorca, la figurada de regalo ó fineza
en el indicado día, porque se acostumbrase más tarde
regalar del mismo modo dichas joyas de oro. Sin
embargo d eq u e esto parece ser así, el anticuado enfor-
fion, tributo, (hoy iufurciáu), ¿ tendría alguna relación
con enforear, forma primitiva de ahorcar, el cual ' sólo
tiene hoy las acepciones que apunta el Diccionario ?
Lo que es yo, no lo creo. Horca se llamó, y se llama
así aún. hasta la ristra de ajos cuando se le tía la
forma de collar.
De todos modos, el vocablo ahorca va desapare­
ciendo sustituido por el clásico cuelga, que no sólo
se emplea, como apunta el Diccionario, con motivo del
día del cumpleaños, sino también con el de los días
de úno.
Trastabillar ó trastrabillar, que con entrambas
formas se encuentra en autores antiguos, es de uso co­
rriente en la América Española en su propio sentido de va­
cilar, tartalear y trompicar. En Venezuela se le emplea
además moralmente; y así. de una señora que principia
á darse á amoríos ilícitos, se dice que "está ya trasta­
billando''
219. Chicote significa entre nosotros látigo corto
tejido de cuerdas de pita ó de vergas, y asimismo
remate ó pedazo de cuerda. Chicotear es pelear, y no
hay porqué rechazar ni la una ni la otra, que sin duda
son castellanas, pues el habla antigua tuvo el verbo
chicotear, disputar.
220. Hendíj a por rendija está en el mismo caso.
Es el anticuado hendrija, (forma empleada aún en los
campos), de hendir (latín jindere) hoy hender; así
como rendija corresponde á rehender, que no tiene el
Diccionario, pero que debió existir porque el pueblo
venezolano conserva el verbo rejender (rehender). Es
singular que no diga hender y diga hendija. No hay
prueba más concluyente de ser antiguas y españolas
una y otra formas.
221. En Maracaibo y en pueblos de la Cordillera
de los Andes hasta el Táchira, que no en otras partes
de la República, es de uso corriente en la conversación
el decir y au así y anque sea: y an así, no es posible que
suceda. Y anque sea, /qué importa.' Este modo de
hablar sincopando á a?in es puramente arcaico, y en un
tiempo lo elevaron del uso de la conversación al estilo
epistolar:
Au nulian traído repuesta.— (Sla. Teresa, t ‘a lu s . .VA'///.)— lie gran lásti­
ma á las tic I'asirana; ttm/uc se lia ido á su casa la princesa, están como cati­
vas.— (Sla. Teresa. Curtus. X X I 71.)

222. El mismo pueblo de Maracaibo, conserva­


dor del lenguaje antiguo como tan tesoneramente quiso
serlo de la monarquía primero, y luego de la forma de
Gobierno que más se asemejaba á esta, omite general-
mente la d de la segunda persona del plural del impe­
rativo. é incurre en el pecado de emplear otras formas
verbales arcaicas, que no parece sino que vive en el
recuerdo del pasado: “ Mira, vos, venite paca.” “ ¿Por
qué me preguntares' “ Procura conseguir un em pleo.”
Y así hablaron y aun escribieron nuestros abuelos :
Miró, (pie os dará oslando en los lira/os de Dios, que os culpe lodo el
mundo, siquiera se quiebren la cabeza á voces.— (Sia. Teresa. Crimino </<• /’ •/•-
fWtión. Cri/>. X .Y l'.)— Cuando os hicieren alguna honra ú royalo ú buen Ira-
lamicnlo. .<,»,•,/ esas ra/unes.— Sta. Teresa. Crimino ¡/o IWjWiio'n.. V/A.)

A esta preyunta que nic frrgnn/rii/os.


<,>110 yrande es la noche pensando la velo.
Dando yarpcllidos como gato que vos t/ir-isoi/rs.
Alvaro/, de Villasandino. A rir. Cri/icionrro </<• A'o.v/o.]

223. Lo mismo acontece con esai o (exacto), linia


reía, y otras alteraciones semejantes, que cuando no del
hablar antiguo, son análogas :
U bien como la saeta
<’>uc por fuerza e maestría
Sale por su /inin n/n
I >0 la balcsla la envía.
El Marqués de Santillana. Lhvir. Trovo /ó'.)

Inútil es decir que hoy tal modo de hablar pasa


ya de vulgaridad; mas acabará de desaparecer, merced á
la instrucción popular, gratuita y obligatoria. Sin em­
bargo, tales arcaísmos tienen tanta gracia en boca de
una hermosa maracaibera, que es de perdonar á aquel
bizarro pueblo su espíritu de exagerada conservación.
224. Hermana de estas formas es la de ana,
síncopa de la voz anticuada asina. Oyese también
por las orillas del lago, y es asimismo de origen
español. Borao trae como aragonesismo la frase:
“ si mi que llegue te escribiré, ” que se le oye al
pueblo maracaibero. Usase de igual modo en Bogotá,
según el señor Cuervo ; pero me llena de asombro que
este insigne lexicógrafo, no vea la síncopa de asina. le
busque semejanza con á nada, y paralelismo con el á
no que de este pasaje de Lope de \;ega :
A(|uí alado quedarás.
I >omle Iteras ó hambre liera
T e acaben.— A //<> <///<• quiera
1 Jarte el vestido.

Donde no hay m asque una elipsis, según costum­


bre antigua : "a no ser que quiera darte el Vestido."
225. El á no que Bogotano: “ lo cogieron á no
que salió," es distinto: no es más que un disparate
vulgar, tan estupendo como el Salto del Tequendama.
226. Por lo demás, asina en el sentido de asi. y
otras formas anticuadas, como basal i con, por hasi l icón;
arrabiatar. por rabiatar; voquible, por vocablo; eston­
ces, por entonces; esprestar, por emprestar; á poca desto,
por á poco de esto. á poco rato; olio. por óleo; signifi­
cancia, por significación; tiseras y estiseras, por tijeras;
endenantes, por denantes y enantes; arismctica ( i ), por
aritmética; troja, por troj ó troje; mampararse, por
ampararse; barrial, por barrizal; gago, por gangoso;
gaguear, por ganguear; arrempujar, por rempujar
ó empujar; brazada, por braza; de súpito, por de súbito;1

[1] Aunque el I ticeionariu de Autoridades sienta que sois vulgarmente se


decía arisiuética, no es así. Kn la obra Trahuios </<• .1fathcMiUita del Teniente
Coronel 1). Jerónimo de Cnpmany, Inspector (¡eneral de Infantería, y de I).
benito Bails, Académico de la l.engua, de la Historia, de San l-'ernando y de
Ciencias Naturales, impresa en Madrid por Joaquín litaría el aílo de 1772, leo
por donde quiera urisHtSfica, y en ninguna parle de ella arihnStini. El vicio
es viejo; y tan común fué, que la misma forma se encuentra en e! italiano.
mantón, por manto ó manteo; tormentado;-, por atormen­
tador: rezadora y rezandero, r¿?. por rezador, ra; men­
gua, por escasez; leñatero, por leñador y leñero-, friura,
por f rialdad; linazas. por tenazas; una poca de agua,
por //;/ dV agua: y todavía muchas más, perdu­
ran en el pueblo venezolano; como subsisten asimismo
vocablos que conservan su forma y significación anti­
guas. y que. ó ya no se usan en España ó se usan en
sentido algo diverso ; v. g. : degredo, hospital ocasio­
nal donde se aísla á los que padecen peste ó enfermedad
contagiosa .* desvestirse, desnudarse; batucar ó batu­
quear. (2) hoy bazucar ó bazuquear : gandido, comilón ;
todavía, siempre ; catar, mirar ; cachupín, chapetón ;
maguer, {sólo en el pueblo margariteño), aunque;
arrufarse, embravecerse ; engorrar, fastidiar ; ahincar,
instar con ahinco, apretar ; ahincamicnto, ahinco ; mal­
queriente, el que quiere mal á otro ; aventear, ventear;
habitud, hábito. costumbre; grandemente. en ex-
tremo ; gritadera, gritadora : palear, paliar ; honor¿pi­
car, honrar ; herramienta, herraje ; aventadora, aven­
tador ó sitio donde se avienta; aventar (en la frase
llegó aventando), resollar por las narices ; perdurar,
permanecer, subsistir; y otras más. que sería inútil
enumerar, salvo la voz seña, que es de uso general
en nuestras catedrales con el sentido de estandarte
militar de la Iglesia. D e ella quiero hablar aquí, por
que aun sacerdotes de la Iglesia venezolana la han
creído barbarismo, y propuesto se la trueque por
reseña, que impropiamente se usa en Colombia, según
periódico de Tunja, para designar la ceremonia conque
la Iglesia de España y algunas de América celebran el

(2) Del latín IhUuaw batir.


sábado cuarto de cuaresma, domingo de pasión, sábado
del Concilio, y domingo y miércoles santos, el adveni­
miento y triunfo de la Cruz, festividad esta que parece
tenía ya efecto por el año de 333 bajo el imperio de
Constantino. - según dice el Florentino, y consta por
el antiquísimo Martirologio de la Iglesia occidental
atribuido á San Jerónimo. Cántase en esta ceremonia,
el himno I 'cxi/la Regis prodeunt (L a s banderas del
Rey aparecen), compuesto por el Obispo San Teodulfo,
monje benedictino. Llamamos seña esta sagrada cere­
monia de los días santos, porque antiguamente seña, del
latín signan/, significaba enseña, bandera ó estandarte,
y esta festividad del advenimiento y triunfo de la Cruz
está representada por el estandarte militar de la Igle­
sia. Es el estandarte ó seña de Jesucristo: In hoc
signa ainccs, frase que Constantino, después de verla
en el cielo, hizo poner en la bandera al pie de la
Cruz. La frase conque se da comienzo ó la ceremo­
nia : //odie ostenditnr saenun vexillum (Hoy manifes­
tarnos el sagrado estandarte), el himno Vexilla Regis
prodeunt, y los actos que ejecuta con la bandera el
porta-estandarte ó alférez de la Iglesia Y Vexillarium) ,
hablan demasiado claro. No pocos dicen las señas, y
aunque no muy propio por tratarse sólo de un estan­
darte, el de la Iglesia, discúlpalo el himno, que dice
¿•exilia (las banderas):
Las banderas de la luz
! >el Rey, que por nos padece.
Tremolan, y resplandece
l'.l misterio de la Cruz, [i]

[1] Tomo esta estrofa de la traducción que en e! Cap. XXIII de su exce­


lente obra " K l I’or qué de todas las ceremonias de la Iglesia y sus misterios,"
f Ldición de 1S90], publica Don Antonio Lobera y Abio, Capellán Mayor de!
Regimiento Real ele Infantería de la Reina. Cristóbal de Castillejo tiene uua
El Ilustrísimo señor Talavera llamó seña esta cere­
monia en el periódico La Crónica, y asimismo más
tarde el Ilustrísimo señor Arzobispo Guevara. D e no
emplearse la voz anticuada seña, debe decirse enseña,
bandera ó estandarte. En la procesión de los oficios
del viernes santo, vuelve á cantarse el himno Vexilla
Regis prodeunt, porque así manifiesta la Iglesia todos
los misterios de la Pasión del Señor hasta su muerte,
acaecidos ya realm ente; y todo lo profetizado en el
Viejo Testamento por los profetas y sibilas se ha cum­
plido, dando principio á la nueva ley de gracia ; pero
no se llama seña, porque no se verifican los actos de
la bandera. "Seña, dice el Diccionario de Autoridades,
se toma asimismo pór el estandarte ó bandera militar,
fin este sentido es antiquado. Lat. Vexiilum Sig-
uum.— Valer. D e las ¡List. Lib. 2, tít. 2, Cap. 12:
“ E mucho más lo que hizo este Caballero su Alférez,
que cortadas las manos, con los brazos abrazado con
la seña, no la quiso desmamparar, hasta que lo
mataron. ”
227. La terminación ao por ado, de que aun hoy
día se valen familiarmente españoles ilustrados, no la
emplea sino la gente vulgar de los campos ; la de las
ciudades que carece de instrucción, la gente de esca­
leras abajo, incurre á las veces en el vicio contrario, y
dice afectadamente cacado, por cacao. En ocasiones da
ello lucrar á graciosas escenas.— ; Tiene U bacalado de
Bilbado :J preguntó un individuo á un tendero.— El ten­
dero, que no era lerdo, le miró con sorna, y contestó
sin vacilar :— Nodo!

traducción de lal himno en el mismo metro. 1.a estrofa citada es igual con la
diferencia de que en ve/, de tremolan, dice salen fu era.
C A P IT U L O III
PA R T ÍC U L A S, A R T ÍC U L O S V PR O N O MBRKS

228. Por de contado que no intento presentar en


este capítulo un tratado acerca del uso de partículas,
artículos y pronombres castellanos, sino únicamente
señalar los errores de lenguaje que relacionados con
ellos son más comunes en el país y fuera de é l ; y
dejar establecido, con ejemplos de autoridades de la
lengua, el buen uso de locuciones erróneamente ca­
lificadas de despropósitos ó impropiedades.
229. Como no hay hombre de letras que alguna
vez no desacierte, ó por aberración ó por descuido,
tan flaca así es la naturaleza humana; y como por
lo mismo las autoridades en materia de lengua no
son absolutas, sino relativas, trataré siempre que sea
preciso, de dar las razones en que funde mi parecer.
Sentado esto, paso al examen de los vicios indi­
cados.
230. Sienta el célebre filólogo señor Cuervo que
es abusivo el uso del artículo en “ por si al caso viene,”
“ si al caso viene” , en lugar de por s¿ acaso, si acaso.
Entiendo que en Colombia truecan una frase por
otra; pero como e l . autor sólo presenta ejemplos, clá­
sicos de si acaso, y por si acaso, para enmendar la plana,
no son pocos los qive entienden que el propósito es
el de censurar como incorrecta, por el uso del artículo,
la locución “ si al caso viene.” La autoridad del se­
ñor Cuervo extravía en tal punto á los que estudian
la obra. " S i a/ caso viene” , y "si acaso viene,” son
frases castellanas correctas y de muy distinta signi­
ficación. Indispensable es el artículo en "si al caso
viene,” que es lo mismo que "si á cuento vien e”,
donde sí sería incorrecto el artículo porque con él
daría la locución un sentido diverso del que se quiere
expresar. "V enir ¿7/ caso ” se encuentra en autores
clásicos, y basta consultar el Diccionario de la Acade­
mia para verlo como correspondiente de "hacer al
caso ” y " venir á cuento,” que significan venir al pro­
pósito de lo que se trata; por igual que "sin venir
al caso ” es fuera de propósito, fuera de tiempo, sin
oportunidad. S i acaso, es " si por casualidad y por
si acaso, es " por si llegare á acontecer, á ocurrir.”
Diferencia semejante existe entre "hablar al caso” y
"hablar al acaso.”
A llí fue sacar retazos.
I enga n n i case ó >10Vi'ii'¿tin ,
De Hipócrates el divino,
Villacorta. Albini, líeredia.
(Moralín (L.) í.a Mojigata. Aci. Pri/u. lú e. IX .)

Se equivocan los que sospechan por tal censura


que "si al caso v ien e,” sea galicismo, una vez que
el francés no emplea en esta frase el sustantivo cas sino
c/tosc ú otro análogo, porque no da á cas sino un sen­
tido hipotético, puramente ideal, que no expresa nada
efectivo; y por otra parte, prefiere generalmente el
verbo /aire al verbo venir-. "C ela ne fait ríen á la
chosc.” (1) Además, su frase " au cas qu e” corres-1

(1) Cuando empica el verbo venir en estas frases es en el sentido de re­


ferirse, convenir, ser propio, y no lo acompaña con cas, v. g : Ce que j e vais
¡Uve ríen! lien <¡ mon snjet.
ponde á la castellana "en caso que.” y si otra traduc­
ción admite á las veces es la de si ó si acaso, como
en esta lección: " A lt cas que Mr. Menéndez n’ ait
pas d' epée il sera obligó d‘ accepter la mienne.”
Respecto al verbo venir, es correcto en tal frase,
bien que no lo sea en otras ya autorizadas por el Dic­
cionario de la Lengua. Acuérdaseme que cita la si­
guiente oración: “ Después de una larga enfermedad,
vino á morir." Vendría de Ceuta, y en tal caso, otro
afrancesado hubiera preferido parvino á -morir, porque
lo mismo da un disparate que otro, y venir de Ceuta
á morir es mucho venir, y aun ganar la gloria.
231. “ No sólo por deber, si que también por
respeto al público, ” leo en una revista de uno de los
más acreditados periódicos de Caracas; y no es raro
leer oraciones semejantes aun en opúsculos y libros.
La conjunción vitanda si que, por su vicio sintáctico,
es abominable. A ella me referí en el Resumen de
Acias de La Acadencia J ’cnezolana publicado en 1884
(pág 38) al condenar ciertos catalanismos que privan
en Venezuela. El catalanismo si que, venido en libros
de España por descuido de escritores nativos de Ca­
taluña. y tan insignes como el autor de la Historia
de . huerica, es inaceptable, y los que lo usan, cuando
quieren expresar sino, sino que. sino también, sino tam­
bién que, no conocen como debieran el idioma cas­
tellano. En el cual el que sólo puede seguir al sí
para dar fuerza á la expresión cuando este es ad­
verbio afirmativo, á las veces en oposición á una ne­
gativa anterior. Del mismo modo puede seguir al ad­
verbio no: si, que quiero. Nó, que . 110 quiero. He
aquí ejemplos correctos de tal forma, y de la conjun­
ción castellana :
Ahora .'/■ (¡tic vengo á conocer clara y distintamente que hay encantadores-
y encantados en el imimlo.— (Cervantes. Quijote. Seg. J'art. Cap. /.X X .)—
No sé yo si esto se entenderá de la obra que hoy vemos, pues su principio
no eonsfa con’ bástanle claridad. Consta. st, que su actual iglesia empezó mu­
chos años después. [ Jovcllanus. .Ventaría sobre /os Conventos.]— Sabe que no
me he criado en la Córte, ni he estudiado en Salamanca, para saber si añado
ó quito alguna letra á mis vocablos. AY que válgame Dios, no hay para qné
obligar al sayagües á que hablo como el toledano. [Cervantes. Quijote. J'art.
.V;-. Caj. A7.W]— Si, ou, no está la falta, para no ser oración mental, en
tener cerrada la boca, si, hablando, estoy enteramente viendo que baldo con
I >ios. con más advertencia que en las palabras que digo. [ Sta. Teresa. Ca­
miní’ i/iJ'er/eii'ióu. Cap. X X X I ’/.]— No 'digo que traigas dijes ni galas, ni que
siendo juez te vistas como soldado; sino que te adornes con el hábito que tu oficio
requiere.- -(Cervantes. Quijote. Sey. J'art. Cap. J.J).— Y bien veo que no tiene la
culpa, sino que, como quiso el Señor que ahí tuviese tantos trabajos, y eso me die­
ra alivios, ordenábase quitase.— [Sta Teresa. Cartas. J .X X I’J J).— Domiciano, no
sólo prohibió en Italia las nuevas plantaciones, sino t/ne mandó descepar la mitad de
¡as viñas por todo e) imperio.— [Jovellanos. J.ey .‘l ^ r a r i a j -11omero mi- sola­
mente describe con viveza los lugares de la escena por exigirlo así las necesi­
dades de la acción, sino que atesora en sus descripciones lodos los conocimien­
tos geográficos tic su patria.— ¡Coll y Yehí. JJeni. ¡te J.it. J'éip. 2 jb . ] — Puede
ocurrir (en los discursos pronunciados) que no baste ilustrar y amplificar un
concepto, sino que también sea preciso volver á él después de haberlo dejado.—
(Coll y Velií. I'.leni. i/e J.it. J'ág. ¡(n).)~-(lilla no sólo olvidó tanta nobleza, sino
también todos sus deberes y juramentos.— (José María Manrique. J.os Pos D ia­
mantes. Jet. ///. J-'.se. IV//.)

232: "P a ra suponer que sí, es que se acude á


aquella interpretación forzada, ” leo en unos Estudios
Ziistórico-políticos, de autor que se ufana de literato y
entendido critico; y el mismo autor dice en otro lugar:
“ Poroso es que ahora mismo á la vuelta de más de
diez y nueve centurias se están reconstruyendo histo­
rias antiguas. ” Otro empingorotado crítico y perio-
dista dice : “ Por eso es que las repúblicas no se impro­
visan, y que algunas sociedades presentan el fenómeno
desagradable de leyes que no se cumplen. ” Tan inco­
rrecto lenguaje lo emplean otros escritores más y el
común de la gente, que, como es de tabla, anclan á
las bonicas en mateiia de idioma, y un bledo se les da,
porque ojos hay que de légañas se pagan. ¿ Qué tra­
bajo les costaría suprimir el es que. ó de no. repetir la
preposición é intercalar el neutro lo, diciendo : Para-
suponer que sí es para lo que: por eso es por lo que etc.,
y por lo que algunas sociedades, etc. ? Hablaré de
estos errores del que en los números cjue siguen.
233. La verdad es que nada hay en el idioma
castellano tan ocasionado á errores como la partícula
que. y más en construcción con el verbo ser. Común
es ya decir: Entonces fu e que lo vi; Por es/o es que
lo ( t f o; En el paseo ele la independencia es que está el
tigre; Ene a caballo que se presentó. De mí es que Cr.
habla; en lugar de decir correctamente: Entonces fu e
cuando lo vi: Por esto es por lo que lo digo: En el paseo
de la Independencia es donde está el tig re, ó en el que
está el tig re; Fue á caballo como se presentó; De mi es
de quien i \ habla: y todavía mejor, si no hay precisión
de recalcar sobre un antecedente : Entonces lo vi; Por
esto lo digo; E l tigre está en el paseo de la Indepen­
dencia; Se presentó á caballo; i '. habla de mi; porque
tales oraciones y locuciones responden respectivamente
á las preguntas ¿ Porqué ? ¿ Cuándo ? ¿ Dónde ? ¿ Cómo?
¿ De quién ?
234. Debe tenerse presente que cuando se trata
de lugar deben emplearse ó adverbios de lugar como
correlativos, ó frases complementarias que correspondan,
á las principales, y nó el relativo sólo :
Allí se descubre la ciudad, castillo ó fortaleza donde debe de estar algún
caballero oprimido, ó alguna reina, infanta y princesa mal parada.— Cervantes.
Quijote. Seg. J'art. Cu/. X X I X . ) — Voy á Avila, y el camino por Medina.
ií donde no creo me deterné sino un día ú dos.— Sta Teresa. Curtos, i.IV ) . —
Haciendo otro fuerte para guardia dél, delante de Emerique, adonde pasó el
Cardenal, el Almirante y toda la Córte.— Coloma. Las guerras de los Esta­
dos Bajos) .— Con esto, y con lo que hallaban ios soldados en /os lugares por
donde iban, estuvo el campo bien proveído.— Mármol. Rebelión y Castigo de
los moriscos de Granada) .— A llí fue donde se «lió la batalla.— Paralt. His­
toria de Venezuela) .— Estos lugares son en los que debe meditar el historiador.-—
Eduardo Calcaño. Discursos) .— El templo de la gloria no está en un valle
ameno, ni en vega deliciosa; sino en la cumbre de un monte á donde se sube
por ásperos senderos entre abrojos y espinas.— (Jracián.)

235. Cuando se trata de tiempo se emplean adver­


bios de tiempo, ó estos con frases complementarias que
reproduzcan la idea de é l :
En tiempo en une las cosas habían menester amor, poder c ingenio, les
enviaban para gobernarlas un hombre que para quererlos era extranjero, para
castigarlos incapaz, y para regirlos fallo de experiencia.— Meló. Guerra de
Cataluña. Lib. //. ó t ) .— Entonces fue cuando el aspecto «le la miseria, volan­
do sobre los campos incultos, sobre los talleres desiertos y sobre los pueblos
desamparados, difundió por todas parles el horror y la lástima.— Jovellanos.
— Lev Agraria).— Entonces renació c! aprecio de las letras, y la legislación,
reconciliada con la sabiduría, se apresuró á multiplicar los institutos de ense­
ñanza pública.— Jovellanos. Ley Agraria).— Entonces, pues, será grande esta
opinión del príncipe en sus reinos enando gobernase bien las artes «le la paz.
y tic la guerra.— Saavcdra Fajardo. Razón de Estado del Rey Don Reman­
do. $5 X ) .— E n aquellos tristes tiempos en que los ciudadanos se veían como
forzados á reunir sus fuerzas, etc.— Jovellanos. Ley Agraria).— Entonces fue
euando empezó Robinson á comunicar á Domingo el plan de operaciones que
había formado.— Tomás de Triarte. E l X u eio R e l in son. Tarde Vigésima sexta.)
— Sin pensar en que entornes era cabalmente cuando más podía necesitarlos.—
Tomás de Triarte. Robinson).— Es hoy cuando Venezuela, celosa de que su
hijo haya alcanzado todos sus triunfos en tierra extraña, da en esta tiesta de
amor materno, una inolvidable rival á todas las ocasiones de Ayacueho.—
Pedro Arismendi Brito. Panegírico de Sucre).

236. Las relaciones de modo requieren asimismo


ó adverbios de modo ó frases complementarias que los
representen :
¡Oh si me vieras hermano como estoy placer habrías!— Fernando de Ro­
jas. La Celestina).— En mil vidas de las vuestras no acabaréis de entender
cómo merece ser tratado este Señor.:— Santa Teresa. Camino ¡le Perfección.
Cap. X X X V I I ) .— Andaba buscando cómo se podiese matar.— D. Sancho el
Bravo. Castigos c Documentos. (V?p. I X X I X ) .— Por último, luche Vuestra
Alteza con la naturaleza, y si puede decirse así, obligúela á ayudar los esfuer­
zos del interés individual, ó por lo menos á no frustrarlos, A s! es como Vues­
tra Alteza podrá coronar la grande empresa en que trabaja tanto tiempo ha :
asíes coma corresponderá á la expectación pública, y como llenará aquella ínti­
ma y preciosa confianza que la nación tiene y ha tenido siempre en su celo
y sabiduría.— Jovellancs. Is y Agraria).— A sí es como el número dual es una
propiedad exclusiva del griego: así es, finalmente, como los ingleses no han
admitido, d í el número, ni el género en sus adjetivos.— José Joaquín de Mora.
Discurso).— Fueron martirizados diez y siete mil cristianos con diversos géneros
de tormentos, como se escribe en las historias eclesiásticas.— Granada. D e l
Símbolo déla Pe. Parí. V 5- I V ) .— A sí es como se conjuga esta clase de ver­
bos.— Jorge González Rodil, dramática).

237. Las relaciones de causa piden ó conjuncio­


nes causales simplemente, 6 estas con complementos
que reproduzcan el concepto que se quiere expresar.
Por eso á todas las personas que os trataren, hermanas, habiendo dispo-
posición y alguna amistad, procurará quitarlas e! miedo de comenzar tan gran
bien.— Sta. Teresa. Camino de Perfección. Cap. X X X I I I ) ,— Por esi o fué for­
zoso á toda nuestra gente caminar retirándose de la mar.— (Mendoza. Comen­
tarios de las guerras de loz Países-Bajos. Cap. X I / ) .— Por lo attc envío á vuestra
paternidad esa carta es por eso de Salamanca.— Sta. Teresa. Cartas. XC/X ) . —
La razón es porque las primeras no representan por lo común más capital que
el de la tierra ni más trabajo que el del cultivo que las produce.— Tovellanos.
Ley Agraria) . — Y así determinó sembrar de esta simiente la mayor parte de su
campo, porque nunca le ¡faltase suficiente fgrano que panadear.— Tomás de
[liarte. E l Á'ueuo Polinson. Tarde Vigésima sexta) . — Pero precisamente por-
i/i/c el espíritu humano está hecho así. que no puede concebir acontecimientos
sin causa, os por lo que lar concepción de causa es universal y necesaria.— Nú-
ñez ile Arenas, t'sifologla. J l.)

238. Lo mismo acontece en las oraciones cons­


truidas con el verbo ser y una preposición, como,
por ejemplo: " A Pedro es á t/uicn amo “ Con U. es con
quien deseo hablar” ; “ D e U. era de quien me hablaba” ;
Por U. es por quien lo hago ” ; Por ladrón fué por lo que
lo condenaron ” ; **Contra esa orden es contra la que me
rebelo” , etc ; ó mejor: “Amo á Pedro” ; “ Deseo hablar con
U.” “ De U. me hablaba” ; “ Lo hago por U .” ; “ Por la­
drón lo condenaron” ; “ Me rebelo contra esa orden” .
Pues decir: “ A Pedro es que am o” ; “ D e U. era que me
hablaba” ; “ Por ladrón fué que lo condenaron” ; “ Con­
tra esa orden es que me rebelo” , no es castellano-
sino puro barbarismo que á cada paso nos quebranta
los oídos.
I'or el icim ir «le un nuil futuro es por lo ./no no cedemos al deseo del
momento.-— Nniie/ <le Arenas. Moro! v Toólo-i,t ron'onal. Cap. X X I I )

239. Ks singularidad de la lengua que, teniendo


el vocablo entonces la significación de en ¿al caso, siendo-
asi. y el verbo ser la de acontecer, suceder, no se pue­
da decir entonces fu á que. sino entonces fu e cuando-
(relación de tiempo), ó entonces fu e porque (relación
de causa):
Entonces fu e por que U. no quiso darle el dinero,
por lo que él lo injurió” , Oración causal esta, distinta
de la temporal que sigue: Fue entonces cuando U.
no quiso darle el dinero, y él le injurió” . No ocurre
esto con otros adverbios cuando ser significa acon­
tecer :
/ Citando geni ano pueda,
Libre destil prisión volar ni cielo,
Felipe, y en la rueda
Que huye más del suelo
Contemplar la verdad pura sin duelo?
Fray Luis de León. ./ J'oÜpo Rui-..

Singular es asimismo lo que sucede con las voces


día, momento, lugar, tiempo, etc, ya cuantío se las em­
plea en sus acepciones de ocasión ó de punto, ya cuando
al verbo ser se le da la anticuada de existir 6 haber\
que en tales casos puede elidirse la preposición que
debe acompañar al relativo: (i)
/'i,•mfo será jth á Meríon cimozcas
Y á 1Húmedos, más raerte que su padre.
Leandro Fernández de Moralín. J 'n f r fu de .'Coreo.
Ahora os lian pe, Euterpe, <///e templemos
El arco y cuerdas, y de nuestro canto
Se oiga la voz por todo el hemisferio.
l.iizán. .-/ la (/*//'/nhta do Orón.

(!) Esta elisión de la preposición que debe acompañar :il relativo ocurre
asimismo en inglés, pero sólo cuando se emplea el pronombre lital, y no porque
se haga uso de un galicismo, sino porque es regla general del inglés que á
Uiat no le preceda preposición ó verbo inmediatamente. Se dice, lo i■ ■ ■ ñon/, lo
a '/iit'1, y aun rolio/i sólo, pero nunca se puedo decir lo ¡¡tul ni jo r /futí. En el
lenguaje familiar se calla á las veces el relativo, mas únicamente c- el caso ob­
jetivo: en e! nominativo es impropio, y sólo en versóse permite y se ha puesto
en práctica:
fu lid; VA lio..i dhyols, iu /huí VA man. Pope.
E! inglés tiene también construcciones anómalas: cuando .-.! pronombre i!.
es de carácter imi linido s va acompañado de otro en el mismo género, nú­
mero y persona, se hace concordar el relativo con el último, y no con el pri­
mero: // A no! J /¡nt¡ ¡ñivo dono //. En algoso aparta esto de h> que ha
afirmado tal cual escritor hispan.¡-americano.
Véase J'ho /■ '.ny/fsli íirtimniar o f 11'¡¡lian/ Cabbolt. Svu/u.v, as rolnim
pronouns ; y Tin- /usUlulos o f ¡-.'uy/isf; Crnnnuar. iy Coo/d ¡Ir,non. J\¡r!. ///
Syntit v.
-Así el Espíritu Santo ( que es el autor de la ley de gracia) viniese el mis-
. uto día t/.'ff fué dada !a ley de scriplura (que era el día de la Pentecostés)
porque en i'/ misino din t/ur se dio la una ley se diese la otra.— Granada. D e l
Símbolo do lo Pe. Parí. IV . Cap. V III.]— En este tiempo, qno los catala­
nes andaban llenos de tantos temores y esperanzas, ya Andrónico y Miguel
trazaban de qué manera podían hacer un castigo señalado en ellos.— Moneada.
Pixpedicidn do los rolo lo//os y oro yonosos contra turcos y griegos.

Unas detrás de otras (las hormigas) hacen recuas,


V llevan su comida para ol tiempo
Que no puedan buscarla.
Quevedo y Villegas. Doctrina do Phocilides.

240. En la misma significación de oportunidad,


ocasión, coyuntura, tiempo, precedido de la preposición
á (ó al\ se construye con que, formando así un modo
adverbial:
A' hallándose en Alemania a l tiempo jrto el gran turco venía sobre ella,
mal proveído de dinero para resistille, no quieso obligarse á la empresa.— Hur­
tado tic .Mendoza, (inerra do Granada. J.ib. // .]— V volvió en su acuerdo
la irritable señorita, á tiempo i/ne se deshacían locando á fuego las campanas
ilc la parroquia.— l lartzenbusch. Los dos Haf dones. Seg. Part.

Siendo este un ■modo adverbial, que tiene la au­


toridad de los buenos escritores antiguos y modernos,
110 debe imitarse la presunción descaminada que revela
el siguiente pasaje de un discurso publicado no ha mucho:
“ No puede menos que felicitar al Gobierno de la Re­
pública por actos como este, con el cual, y á tiempo
cu que se pregona la gloria de un héroe cuyo nom­
bre está escrito en el libro de "oro de los bienhechores
de la humanidad, se enaltece, si cabe, la majestad de
las instituciones democráticas. ” Por todo lo dicho acerca
de la partícula que, tampoco deben imitarse construc­
ciones antigramaticales como las siguientes, aunque de
tan ilustres escritores:
Había 011 la ciudad do Mingos una sama viuda, llamada 'Catalina de To-
!<>sa. nntin-al do Vizcaya, i/ne on decir sus virtudes me pudiera alargar mucho.
Sania Teresa. JJhro de las Fundaciones. Cap. X X X I).— Por todas las ciuda­
des que pasaba recibía los honores y aplausos que nacían de la estimación de
sus virtudes y talentos.— Quintana.— E l Príncipe de llan a.

Respecto del ejemplo de Sla. Teresa debo observar que si bien parece
elidido el pronombre tal (tal qin•) y no la preposición de (</<' que, de la cual, de
1■ fuien), la partícula <¡ue tenía, como se ve en escritores antiguos, un uso algo
diverso de! nuestro. L 1 desconocer esto extravió á Bello, por ejemplo, al tratar
del siguiente pasaje de Sla. Teresa, apasionada por los arcaísmos : “ Se me
hace escrúpulo grande poner ó quitar una sola sílaba q¡te sea.” Que por aunque,
•oficio que hacía el que. como puede verse en el texto y glosario de hombres de
letras antiguos :
Que tanto yo prometo bien lo puedo complir,
Se Dios me dier uida no lo cuydo fallir,
Se yo esto cumplir non quiero al de/.ir
Qual muerte tu moriste non me faga Dios morir.
El Libro de Alexandre. 1623.

Aunque /unto prometo, etc. De! mismo modo se le daba á que valor de
pronombre relativo precedido de preposición, de lo que conservamos vestigios en
las frases ya citadas el tiempo que, el día que, en la noche que, etc. Así dice el
rey Don Sancho el Bravo en Castigos e Documentos, Cap. J .II: “ Todos los bie­
nes del mundo son en la cordura, é por eso es muy prescindo don el que Dios
da al hombre que Inquiere dar.” De aquí el arcaísmo de Sta. Teresa, y el
siguiente de Jovellanos :
V qué. por que los miras humillados
¿Te parece que puede su silencio
Sosegar mi inquietud? Xo; los vasallos
Que sojuzga el derecho de la guerra,
A su primer gobierno alicionados,
Idolatran la sangre de los reyes
Que les daban la ley.
relavo. A el. Prim. Esc. ///.

Cuanto á la locución «le Quintana, por las ciudades que pasaba, [por las
cuales, por donde] no tiene disculpa; y ó confundió á pasar con atravesar, ó
quiso imitar á Cervantes en este pasaje: El dijo que iba escrita en un libro de
memoria, y que'era orden de su señor que la hiciese trasladar en papel en el
primer lugar que llegase. — Quijote. Par!. Prim. Cap. X X / ’/ ] .— Pero el caso
es distinto y no digno de imitación hoy, porque ahí Cervantes no hizo más
que elidir la preposición a, (á que, al cual, por á donde] como entonces se
estilaba.
241. One, se emplea correctamente por pues ó
porgue ó para < que, pero sólo en el oficio de conjun­
ción causal ó final:
Kn llegando s:: metió maesa Podro den!id dé! [del retablo), ///<• era el que
Ini'iía de manejar las tilm as del artificio.— Cervantes. Quijo/.-, ¡'orí. Soy.
('• ¡i. XX»").— N«» digas blasfemias cnnlra aquella encantadora señora, t/uo de
su desgracia y desventura yo solo tengo la culpa.- -Cervantes. Quijo/,-. Soy. Por/.
(.o/-. X / ).- \sí es la verdad, respondió Hundió, pero filé cuando muchacho;
</// después algo hombrecillo, gansos fueron los que guardé, que no puercos.—
Corvamos. Quijo/,-. S.y. Por!. C o j. X /.//).— Hombre, vuélvele á la cocina,
■ pie después comerás, -/uo el cocinero no ha de comer antes de dar la comida.
- I.lijan, uu-.uióu Jo .-l/furao/io. Parlo //. /.ib. //. Cap. T\
Vencido el primer paso, ya no puedo
Volver atrás, ./uo un público desaire,
Cuando estoy á la frente del Gobierno
(Vi dria muy fatales consecuencias.
Joveilanos. Polay o. .¡oí. Soy. Piso. III.
No favorezcas
Ni hayas bien al malo, t/uo es lo mismo
Que seminar en la mar ó en la arena.
Quevtído. ¡/ootrina Jo Phooi/iJ.s.
No consientas guedejas en tus hijos,
Ni crespa cabellera ni enrizada,
Quo no es cosa decente de Jos hombres
Por ser ornato propio de mujeres.
Quevedo. Doo/riua Jo PhooiUJos.

242. Cuando las oraciones son deductivas ó silo­


gísticas. aunque sean construidas con el verbo ser, se
emplea correctamente la partícula que, signifique ó no
porgue: y así se dice : es que, asi es que, es así que,
in útil' es que, en vano es que, por demás es que,
ei‘crio es que, de aquí es que, ahora que, etc. :
Cómo no serán ciegas?' Y os ano, como no ponen término a su mala codi­
cia, vienen á dar en licencia desvergonzada.— l-'ray Luis de León. La Porfoota
CasaJa. i X //).— Tradición os (/uo. entre otras cosas, envió San Gregorio á San
1Alandro una imagen do madera de nuestra Señora.-— Saavedra Fajardo. Coro-
na (tó/it n. Cu/’. X/ ). — Por esa trova, dijo Sancho, nc se puede saber nada,
../ i•lino uno por ese hilo que está ahí se saque el ovillo de todo.— Cervan­
tes. Quijo/,-. P. /’. Clip. X X ///).— .Isi 1/no, oh Sancho, este barco está puesto
;u|uí para el mismo efecto.— Cervantes. Quijo/o. Seg. /'. Cu/. X X IX ).— .1 ,ora
o no lijos me abrió los ojos para ver la luz de la verdad, veo más clara la
falsedad y el encaño en que he vivido.— (¡ranada. /)./ Sin/bo/o ,ir la /■ ',■ . /'.
//*. Cap. X X//. D¡úto;'o /.- Lo ú t/i/i- inát se debe atender en lodos los Con
se jos. «v o no el superior que propone no relate *le lal suerte lo que trata que
descubra su voluntad en la relación. (i)--M elo. J ’o iilieo Mt/i/nr. XI ). —
E n ¡o i/ue ¡lo se titula ex que los soldados y toda la provincia estaban con los
ánimos muy ajenos de Vespasiano.— Colonia, //ix/orius. /.ib. / V u o u t
os i/.-io en la imputación de lan hediondos delitos, es mucho más ríe admirar
la torpe necedad tpic la maligna osadía de nuestros calumniadores.— Jovcllanos.
M, morir. 1.7/ iltji iiín ,.Jo tu Juuiu ( ou/rui .--1 Vr.>/<• ,;//, aquí nos pone mavor
atinó ración os i/uo para todas estas cosas susodichas, y para otras semejantes,
y para cada una de ollas en particular, tic tal manera sirve este misterio
como si para ella sola se ordenara.— Granada. Dol Símbolo. Pool. I Cap.
.\7 ’//.)--Preparóse á marchar con rapidez y sin embarazos. .-Is i j a r ,/u, en
viamlo á Vi"aeras la artillería, repartió á sus soltlados víveres para cuatro
<lías, etc.— Conde tic Toreno. J/is/oriu 00/ f.o-mmtumiouto. pnono y revoinriJu
■ Jo España, /.ib. Sép/iwo.)— Ahora ,/uo sabe esta señora el capricho que tengo,
me va á costar un ojo tic la cara la casita dichosa.— l lartzcnbusch. J.n /V-
siouttriii. Ao/. í. Eso. ///).— KI de esta parroquia es casado, como lo per-
milc el rilo anglicano, tiene siete hijos y su esposa á quien mantener con una
miserable renta; así os ,/uo tiempo le falla para atender á su casa.— Fermín
Toro, /.os Mar!¡res. /’.

243. Conviene observar que cuando la locución


por dónde constituye una frase adverbial, y se refiere,
no á lugar, sino á causa, motivo, razón, se puede cons­
truir con que.— Véase claro en este terceto, cuyo autor
no se me acuerda :
K ignoro en mi funesto desvarío
Por i/onJe j'ite i/uo el corazón cuitado
Pudo ofender tu gloria, señor mío.

244. Es indudable que la mayor parte de las1

(1) Opino que en esta oración, á pesar de ser ella correcta por confor­
marse con la regla, es preferible !a reproducción de la ptvp- sición.—.
construcciones incorrectas en que entra la partícula que,
son afrancesadas, sin que falten tomadas del italiano-
ó del inglés; pero debe confesarse que algunas se ori­
ginan de la corrupción del latín, y otras, aunque seme­
jantes á las francesas, de errónea imitación de formas
correctas nuestras, cuando no de elipsis ó de la con­
fusión del relativo con la conjunción. En el castellano
antiguo, y aun en el de los tiempos de Cervantes, se
encuentran, como se ha visto, usos peregrinos que indu­
cen á error. En el bajo latín y en dialectos de España se
ven testimonios de errores semejantes, y aun hay en la
lengua de oc ciertas formas más conformes con las cas­
tellanas que con las del francés moderno; por ejemplo :
Qc costo acó :* que hoy expresa el trances : Cambien cela
coútc-t-il/ Por el contrario, decían Qan ¿i seres, donde
hoy, Ta ¡utis que vous anrez (la metin á ta p a te), y no
quaud vous y seres, precisamente por no tratarse de un lu­
gar á donde se debe ir, sino de una cosa que hay que ha­
cer. Y nosotros decimos como los lemosinos : Cuando
tengáis la mano cu lam osa. Así se decía Q ' aves póou?
donde hoy Pourquoi aves vous peur?
245. El castellano se formó por corrupción, y no
por un procedimiento regular. Nuestro que viene sin
duda del latín qui, quee, quod, y si estas formas cuya
identidad no puede desconocerse se traducen por que,
para que, conque, para, porque, según el caso, y
hasta de donde [Árec qui hoc mihi eveniat, scio. Terencio);
y si la forma cum, com, equivale también á que, en
que (Paucis post diebus cum. .. . Veniet tempus cum . . . .
Multi anni sunt cum ); y si el adverbio tune ó tum-ce,
entonces, así como significa por tal ¿poca, significa tam­
bién cu tal caso, y se construía con quum, que se tra-
cluce por cuando, por sino y por en qué (Soepelegit
flores, et tune quoque forte legebat, Quum puerum
viclit.— Ovidio), ¿por qué extrañar ciertas formas corrup­
tas comunes á los pueblos neo-latinos, como algunas-
de las que hemos indicado,’ cuando el pueblo no podía
darse cuenta de las delicadas y múltiples relaciones
gramaticales de adverbios, relativos y conjunciones, y
debía guiarse naturalmente por el oído? Luego venía
el ya comprobado gusto de los escritores por el empleo
de elipsis que daban origen á construcciones pecami­
nosas, que no siempre son fáciles de poner en su lugar;
y asimismo el valor de la partícula que, que como
he dicho, 'ya significaba aunque, ya cuan ó cuanto,
ora ya, ora el cual’, la cual, al cual, á quien, etc., y
que aun al mismo Bello, tan sabio y sagaz, ofuscó
en aquel ejemplo de Cervantes: “ Salióle á recibir
con los brazos abiertos su señor, y encerráronse los
dos en su aposento, donde tuvieron otro coloquio, que
no le hace ventaja el pasado ; ” donde el que está sen­
cillamente por al cual, según uso antiguo, y nó por el
afrancesado tal que.
246. Cuanto á si el que es relativo ó es conjun­
ción en este ó en aquel caso, debe sentarse, para no
dificultar el estudio de la gramática, una regla sencilla;
y es que es relativo cuando tiene el sentido de el cual,
la cual, los cuales, las cítales, aunque sustituido por
estos no resultare enteramente correcta la oración ; y
conjunción cuando tiene por oficio enlazar pensamien­
tos ó los términos de una comparación, casos en los#
cuales no traduce esta partícula el sentido de el cual,
hi cual, los cuales, las cuales.
247. No pocos gramáticos establecen que la par-
ticula (/uc es pronombre relativo cuando va detrás de
un sustantivo, al cual se refiere. Tal regla es ern-
pírica. Iin el siguiente ejemplo :
I lites «le esto propuso César am se recibiese una virgen en lugar i'e
Oceia. - Co!on:a. /.»s A n o !, a. /.¡h. //.

Oué es el /lie señalado? Según la regla d é lo s


indicados gramáticos es relativo porque va detrás del
sustantivo Cesa?', y aun parece que se refiere á él, que
es el antecedente y el que propone. Pero es conjun-
ción, pon]ue no se refiere á César, ni es sujeto del
verbo recibir, ni su posición es obligada ; y todo ello
se comprueba dándole otro giro á la oración: “ César
propuso después de esto </ue en lugar de Occia se re­
cibiese una virgen. ”
248. De igual modo sientan los mismos maestros
que la partícula que es conjunción “ cuando va detrás
de un verbo v lo enlaza con otro. ” Es otra regla
empírica :
Mus «lcc'ubiic <///«• es eso «1c ínsulas: <jue no lo enlicsulo.— Cervantes. Q u ¡-
/';//;/. J 'a r t. Cap. l . I f .

El que enlaza ahí dos verbos, llena las condiciones


de tal regla: y no obstante, es relativo, porque su sig­
nificación es qué cosa, cuál cosa; “ dime qué (cosa) es
eso de ínsulas. ”
249. De seguro que cuando se abandonen las
disquisiciones metafísicas respecto de las partes grama­
ticales. y se establezcan reglas claras y sencillas al
alcance de todas las inteligencias, se hablará y escribirá
el castellano con mayor propiedad, y nos verémos libres
de gran número de errores como los que hoy lamen
tamos, ya que la profesión de escritor público está
desgraciadamente entre nosotros á merced de quien
quiera, como si fuera lo mismo que botar basura.
250. Por la regla que he sentado se ve que
la partícula que construida con el adjetivo sustantivado
otro tiene 'diverso valor según el caso, y ya es relativo,
ya conjunción. Si set dice : quiero darlo á otro que no
tú, el que es relativo porque hay una elipsis : seas, y
el que se resuelve por el cual. esto es, que no seas fu,
el cual no seas tú, Si se dice quiero darlo e¿ otro, que
no á i/, el que es conjunción por que no puede tradu­
cirse por el eual ni suplir correctamente elipsis ninguna
sin que resulte un punible disparate gramatical :
elque está por la conjunción y: et otro y no á ti. Si
se d ice : no quiero den le otro que. ese, el que es con­
junción por los mismos motivos, y porque sólo puede
traducirse por sino. 'Pales usos, por otra parte, son
muy correctos,, por más que en Venezuela y en otras
partes hayan querido tacharlos. Véanse algunas lec­
ciones :
Donde esperaba ganar fama do haber aumentado sa ejército. 1;.> hi/.r» .•«/>?
n'Sii ¡ni, mostrar cuán deshechas y flacas estaban Jas legiones.— Coloma. J.us
. Imi/is /.:/•. ,\ 'l").— Porque aquí m> parece que se busca ni se pretende .¡(¡a
cosa <///. Dios.— («ranada (¡ufo /Wmioivs. /./<'. i ! . ( . Vi J l. j* I ’.) —
Se pretende «pie ¡a subida de las tierras mi tiene otro ori^ru ,/:/,■ la codicia
<!e los propietarios.- Jovellanos. /.¡y . h'ronu.y -Alguno.-: Kstados no usan
:>•! i/it, un certiticado que expresa el número de la olicialidad y tripulación.— Helio.
Por. hitrin. l'.S . < I ’///., //.) -¿ (ion que si t T. se inclina á otro ,ntr su
/•noto tiene que sacrilicar las conveniencias de! amor?— I larlzenbnsch. J.u ( i ‘J a y
• / /iuroei-io ///. /•.’•( . I //.) V lo fuera sin duda ru otro , // él. -Oaia-
tana. Historia. f-'.t Citf.

251. Pedantes hay que llamados por periódicos


sin discernimiento maestros y sabios, y persuadidos,
por supuesto, de que lo son, dicen: ‘ ‘ En leudo en
que eso no suceda” ; " A l modo como U. lo dice” ;
extraviando así el lenguaje de los que Ies oyen ha­
blar ó leen sus escritos. Barbarísmos imperdonables-
son. porque al modo que y en tanto que es como debe
decirse. Estos son modos adverbiales, por lo que no
admiten alteración. El primero significa como, y el
segundo mientras. He aquí ejemplos correctos del
uno y del otro:
Kran espada.-; larcas ipiu se esgrimía:; á dos manos, <;/ mudo ¡//ir se malic­
ian hucslrns muñíanles.— Soüs. í 'on¡¡ni ¡¡n ¡i,' j/cjioo.;— Jiu hnilo <//:,: esto pa-
s.'l-a, O Ocurro! por unuida'lu <¡d rey hal>ía ¡ lo con grande ejereilo á hacer
guerra i los sollos. /.■i'.rnUo tic Scg. ¡\ :r!. C¡//>. X/J¡.

252. Haral t, en su Diccionario de Galicismos, cen­


sura las frases otro que él, otro que tú, de que he-
presentado ejemplos de excelentes autores, y se funda
sin duda en que el francés dice, por ejemplo: Un
antro que lui 11c parlerait p a s; pero la frase castellana,
como ya sé ha visto, es elíptica, y muy usada desde
los tiempos más antiguos por los mejores escritores.
253. Del mismo modo censura Baralt la fraséele
Cervantes: “ Las cosas, buenas ó malas que sean, no
vienen acaso.” donde loque hay es otra elipsis: “por
buenas ó malas que sean y censura la de Santa T e­
resa. tle que ya he hablado: “ Se me hace escrúpulo grande
(en esto que escribo) poner ó quitar una sola sílaba
que s e a ” , donde, como ya dije, el que está en la sig­
nificación arcaica de aunque.
254. Afrancesado, en verdad, resulta asimismo,
aquel pasaje de Fray Luis de León, conviene á saber:
“ La tradición es así necesaria que la escritura,” donde
no hay en realidad sino un arcaísmo, que se advierte
en otros autores: el de! empleo de asi en la antigua
significación de igualmente. Lo que en este y en los
anteriores casos procedía era explicar el origen de la
singularidad de tales frases, el arcaísmo y la elipsis,
y recomendar que hoy no se imitasen tales giros y
formas ; pero no el afirmar de plano el afrancesamiento
de Fray Luis de León, de Cervantes y de Sta. Teresa,
con pecados que ya no serían veniales, como que tocan
á la gramática.
255. Otras varias elipsis acompañan al que. como
para dar á la expresión mayor viveza y elegan­
cia, v. g. :
Diciendo esto el alcaide
Lo llevaron ó. Granada.
V siendo puesto ante el rey
L a sentencia le filé dada.
Que le corlen la cabeza
V la lleven al Aihambra;
Se ejecutó la sentencia
Así como el rey lo manda.
Romance morisco. En las Cuerrtte- (¡rifes tí (¡ntuadu. de (¡mes Pérez de
litis . Par!. I. í oy. X I 7.
¡Oh juez sin razón ni fundamento!
Que el conocido error de tu imprudencia
Vean la ciega fortuna y ciego viento.
Y el loco mar entienda tu sentencia.
Hurtado de Mendoza. Soneto X l 'í .
¡Olí desventurado do mí! ¿Que lodo eso era tu hallazgo?— Lope de
Rueda. La C a r á tu la ) E s te p a :— V vos, don ladrón, toma vuestra espada.
— Si.;:— Que no es mía, señor, que un amigo me la dejó con condición que
no riñese con ella.— Lope de Rueda. AY Rufián Catan/,).— ¡Oh! Jesús mío,
qué es ver un a lm a .. . . caída' en pecado.— Sta. Teresa, Litro ¡te su Vida.
Cap. X I X ).— Que me maten si mi señor no lia vencido á las lieras bestias,
pues nos llama.— Cervantes. Quijote. Sey. Par/. Cap. X I '//).— En lin, señora,
dijo el rolo, ¿qué tú eres la hermana Dorotea, la hija del rico Cleonardo?—
Cervantes. Quijote. Prim. l\ret. Cap. A’A’/.Y.
/ Que pueda ser quien me ha dado
Los más estrechos favores,
A mi acusación de cera
Y á mi descargo de bronce!
Kuiz de Alarcón. l.us Paredes óyeu. .le!, Sey. p.se. IX.
256. “ Porque no podrá ser Presidente de la Re­
pública ninguno que no sea venezolano de nacimiento,”
leo en el periódico La Cansa Liberal. La oración no
es incorrecta; pero pudo evitarse el empleo de tantas
negaciones, usando cualquiera •otro giro. En tales
casos los buenos escritores emplean giros y trasposi­
ciones muy castellanos y elegantes, como en esta lección :
Xin^tmo podrá sor recente t/no no longa o! grado do licenciado .por osla
universidad.— Jovcllanos. j\c^!<nn,n!o fu ra </ CoL-gio </<• Cn/ntnivii).

I)e la misma transposición se usa con acierto para


evitar la repetición tle que el que ó que aquel que. desa­
gradables al oído :
Decían 1/112 m/tn/ no quiero concordia y paz, jm- propone partidas desi­
guales.— Molo, (in.rrn t/.-■ Oi/n/nñn. J.i/>. //., 6 2 ) .

257. No creo, como Baralt, el cual sigue en este


punto á Carees (i), que en el siguiente pasaje del
Quijote de Cervantes: " N o se le ha de dar nada por
ser gobernador, no que de una ínsula, sino de =todo el
mundo,” el que, esté en lugar de sólo, pues por más
(pie efectivamente pueda en tal caso reemplazársele
por él. no hay tal sustitución, sino una simple elipsis:
“ no digo (pie de una ínsula, sino de todo el mundo.”
Sentar que el que tiene la significación de sólo es
extraviar el criterio de los que estudian, y dar así oca­
sión y motivo á nuevos despropósitos.
258. Mas que sea así. es frase muy común entre
la gente del pueblo venezolano, cuando trata de repli­
car á alguna observación, manteniéndose en .sus trece.
Tiénele aversión la gente educada y califícala de vul­
garidad. No obstante, es frase elíptica de que se1

(1) l t\w y n , ;«,<;//'in Lt /.<n^nn CnsfMnut, edición de Rivadeneyra,


1 Q- - P-
encuentran ejemplos en autores clásicos: (no im­
porta) que sea así. Otras veces lleva callada la conjun­
ción por, “(Por) más que LJ. lo diga, no lo creo, ” y
tiene la fuerza de aunque:
Acaba glotón, dijo Don Quijote: ven, iremos á ver estos desposorios por
ver lo qm: hace el desdeñado Basilio. Mas t/no haga lo que quisiere, respondió
Sancho: no fuera él pobre, y casárase con Quiteña.— Cervantes. Qnijo/o. S,
Par!. Cap. X X ) . — Julio Montano, del orden senatorio, mus ano un había aún
comenzado á ejercer oficios públicos, acometido acaso en una noche oscura por
el príncipe, porque haciendo rostro lo rechazó valerosamente, y conociéndole
depués le pidió perdón, como si con aquello le diera en rostro y le ofendiera,
¡c forzó á que se diese la muerte.— Colonia. Los . Ina/os. f.ií>. XJH ) . — No
dejaba error por censurar ni remedio por indicar, mus </no pura otlo debiese
e-.iemislar.se con la nobleza y hasta con el clero, á que pertenecía.— .!dvor!on-
ria saino tus obras do/ I.ioonoiado Pedro /-aniándo: Xururrolo.

Sin embargo, casos he encontrado en los cuales


no conviene el sentido d é aunque. ni el de la elipsis
de no importa, sino otra, como la de digo ( mas digo
que no. mas digo que sí), como en este pasaje:
— El racimo que ofreció
La tierra ya prometida.
Esta noche esclarecida
En arpaz he visto yo
— Mus <]th no.
Por uno ha /unoho tino piso.
— Mus our sí,
J ’onjno ha pooo </:te /V 77.
í'C-ói'q-ora. J.oh ¡Has hnríosoas. X J.f/I.) (i)

(t) El sabio Cuervo observa que parece que nuestros padres escribían como
hablaban, sin detenerse en asuntos gramaticales, y así es la verdad, si nos
atenemos aciertas construcciones que hoy nadie imitaría, y al abuso de la elip­
sis y de la síncopa. I >el abuso de elipsis sancionadas por el uso se originan
algunos modos adverbiales como oada ono en la significación de siempre </no,
oo-ío 7v : i/iio:
Tú eres avarisia. eres escaso mucho,
Al tomar le alegras, el dar non lo has ducho,
Non le fal laría Duero con el su aguaducho,
Siempre te fallo mal onda ano le escucho.
Can-aros do/ Aroipr, s/o a'o Hila. 3jó -
259. Baralt tiene por galicismo la expresión no
sé qué, con que se pondera una conmoción, ó gracia,
ó atractivo que no se sabe explicar, y la tacha de
tal por creer que es el mismo Je ne sais quoi ó Un
j e ne sais quoi de los franceses, razón que por pro-,
bar demasiado no prueba nada, supuesto que por tal
método tendríamos por galicismos muchas otras ex­
presiones castellanas, como Entrañas humeantes, Espí-
rita intrigante, Llama devorante, Angulo saliente, Cam­
po rientc,
El mismo cerco alacio
Que estoy viendo rientc•,
Mioja. Silva A las Flores.

¡ y cuántas m ás! sólo porque el francés dice: Entradles


fumantes, Esprit intrigant, Flamme devorante, An~
gle saillaut, Champ riant. Baralt sólo presenta el
siguiente ejemplo de Polo de Medina:
Cierto no sé 1/1/é con galas.
V una nonada con dijes.

y agrega que también se halla dicha expresión en


antiguos romances. Descaminado anduvo el admira­
ble escritor venezolano en tales afirmaciones, como
que tal expresión no sólo está conforme con la índo­
le y carácter de la lengua castellana, sino que es
filosóficamente natural en cualquier idioma, y aun con
la forma expresiva un no sé qué tiene la autoridad
de excelentes escritores castellanos. Los siguientes
ejemplos bastan:

Que aunque es verdad que á León


Casliella vive sujeta,
Es sujeción imperfeta,
Cotia t/ne tan francos son.
Morete•. Los Jarres de CasliUw. Jornada l'rim . Jisc. ///.
Por ver que tiene este caso //;/ no sé ,/né <le sombra de aventura.— Cervan­
tes. Qnjo/o. Prim. Par/. Cap. /..)— Que puesto que han fundado más
mayorazgos las letras que las armas, todavía llevan un no sé ,/né ios de las armas
d los de las tetras, con un sf sé ,/né de esplendor que se halla en ellas, que
los aventaja á todos.— Cervantes. Quijo/,■ . .Vrg. J'urt. Cap. X X I I '.) — Pero
no puedo dejar de formar un escrúpulo, y tener u/t'iín no sé i/uo de ojeriza
contra Sancho Panza.— Cervantes. Quijo/,- Se*. Por/. Cap. XA'Y//).

— I Hjerónme no sé ,/né
Confusamente, bastante
A tenerme deseoso
1>e escucharos la verdad.
Kuiz de Alarcón. /.a ¡ ’ordud sospooftosa. Ael. Prim. Esc. V¿¡.
Decirte podré
Según en mí no sé ,/né
Siento después que te veo,
Un poco te quiero, Inés.
Kuiz de Alarcón. Los Pavores do! Afundo. .!■ /. Prim. E s,. X/.
Pasaba en muda confusión la vida,
Cuando no sé ,/ué sino,
Qué adversa estrella, qué planeta airado,
Para mi mal previno
Que el marqués don h’adriquc, esc que al lado
Vuestro es Atlante dosla monarquía,
Me fuese á visitar á instancia mía.
Ruiz ile Alarcón. lian,ir ándeos. .lo/. J f!. E s,.

I\1 resplandor me abrasa


De Cliccra, que más que mármol lino
Reluce, y me hace brasa
Lo esquivo, dulce deilu y del divino
Rostro un no sé „né que espira.
(¡raudo deslizadero á quien le mira
Cray Luis de León. Oda AYA'. /.!/•. 7 flora,¡o.

¿XTo sen lisie un olor saben, una fragancia aromática, y un no é su té de


bueno, qne yo no acierto á dalle nombre?— Cervantes. Quijo,'o. Prim. J'o.r!. Cap.
X X X I) . —Dijo estas palaiiras, y espiró: pero e n un semillante que, entre las
sombras de la muerte, dejaba ver un o:orío no sé ,/né do íiero y de terrible.
•— Padre isla. E l Casa/,don,‘o por i 'on-;anza.
2Óü. A bien que, es conjunción que oradorcillos
nuestros i»-listan de exhibir corno si fuera una mara­
villa clásica. Aunque moderna, tiene la autoridad de
D. Tomás de Iriarte, de Moratín, de Bretón de los
Herreros, y de otros escritores esclarecidos por su inge­
nio y saber. Desde que Merino Ballesteros, en sus
notas á la obra de Carees, la dió por corrupción de la
clasica Aun bien que, se la ha censurado como incorrecta
c innecesaria. Innecesaria puede ser, pero incorrecta
no lo parece. Pésele á Merino Ballesteros, la seme­
jan /a con aun bien que no es suficiente motivo para
darle tai derivación. Antes bien, parece haberse for­
mado por analogía con A. f e que. Como en A instan­
cias mías. A empeño 'tiene, A dicha tai oo, en entram­
bas i(7 a tiene ei valor de por; entrambas tienen la
misma significación ; y entrambas manifiestan la misma
elipsis: A f e (mía) que. A bien (mío) que; esto es,
por m ije , por mi bien.
-Ó!. A las veces se encuentra hoy en escritores
de Venezuela y de otras repúblicas, y aun de España
mismo (que el pecado no tiene patria ni lugar), tan
desacertadamente colocada la conjunción que por la con­
junción pues, ó tan incorrecta mente empleada en lugar
de la conjunción y, que además de pecar en contra
de las reglas del lenguaje, hace oscuro el pensamiento.
Y alga de testimonio este ejemplo, que ahora se me
acuerda, del distinguido poeta mejicano Guillermo
Prieto, en su poesía intitulada Ensueñas:
Tiende s i ala el peiisaiuienlu
Ilnscniv.í: >una suiuLra a inga,
V se rnule de fa lg a
En los mares del lormcnlo:
I)e premio fforic.it»nsienl;
Cree que en la orilla aparece,
{}//<■ cuando ya desfallece
Y más se acerca y le alcanza,
Ve que su hermosa esperanza
Ks nube que desparece.

Está ahí tan mal colocado el que, que es imposible


traducirlo por pues, ni referirlo al sujeto pensamiento,
como es la mente del poeta. Así como no está por la
partícula pues. tampoco es relativo, porque resultaría
un despropósito imperdonable. Está empleado eviden­
temente por la conjunción y, y por lo tanto en contra
de la gramática y del buen uso. Aunque ni la Gra­
mática ni el Diccionario autorizan para emplear la con­
junción que en vez de la conjunción y, sino precediendo
á la conjunción no, ello es necesario en determinadas
frases, y lugares hay de excelentes escritores que com­
prueban tal uso. Ojalá, por ejemplo, es vocablo que
debe ir acompañado de que, expreso ó tácito, para ma­
nifestar el deseo que envuelve la palabra ; y de este
modo, si se puede d ecir: y ojalá que suceda, y ojalá
suceda, nunca se podrá decir y ojalá y suceda, sustitu­
yendo el que con la y; pero sí se podrá d ecir: que
ojalá suceda sustituyendo la y con que, como Larra en
Acto I. de No más Mostrador, donde dice : “ Con
Biviana Cartucho me casé, que ojalá fuera mentira.”
Pero estos casos están muy distantes del que nos
ocupa, en que no puede trocarse la y por que. Prieto
debió decir:
Vcuando ya desfallecí*.

262. “ El señor pregunta que qué dice usted,”


oímos todos á cada paso. Es un uso mal sonante, y
debe evitarse cuando la frase no sea ponderativa ó
admirativa. No obstante, debe consolarnos .la conside­
ración de que es muy viejo en el castellano:
i:ui.;ni!iógc!ii un cangrejo é preguntólo y/.v y/.v había.---Mochafa. Calila c
/\vu:r¡. Cap. ! / / ) .- - Quiero pregunSar y/.v t/iiir/f es, con dolor de mi corazón
/Quién sois?- I .ope <l<; Rueda, La Carátula).....Escribióme poco antes que murie­
se /,//.' .///.'medio lernía.—-Sla. Teresa. /.'.'>ro </<■ r.v / '¡da. / ’. X X X i 'f I f ) .
— En ••sia manera de lenguaje me pregnnió y/'-' ,¡itc buscaba en aquel su jar­
dín- í !.-rvaules, {ht,]<>/•:, Prim. Par!. Cap. X l.l) .

Kn ei ejemplo de Lope de Rueda es un puro


ripio. Kn casos como el que sigue de Santa Teresa
no es censurable, por que le da viveza y expresión á
la frase :
No sabía qué hacer, porque había gran vergüenza de ir al confesor con
esto, y no por humilde, sino porque me parece había de burlar de mi, y decir
,/u San I’uIdo pam ver cosas del cielo!— Sla Teresa. Liára ti' sn i'ia'a.
/’rha. Cap. X X X 17L/J.

263. No pocos escritores venezolanos contrapo­


nen á (aillo más y tanto mayor, la frase cuanto que.
bello califica tal contraposición de acumulación "de re­
lativos en que no encuentra propiedad ni elegancia,
y Cuervo califica de colgajo el que: pero la Real A ca­
demia Kspañoia sienta en la última edición de su Gra­
mática que ‘•siempre que siga ai adverbio tanto el de
comparación más, deben tener por correlativos los vo­
cablos cnanto que." ¿Ouién está en lo cierto ? Indu­
dablemente la Real Academia Española, porque se
trata de una frase comparativa, y la conjunción que es
el legítimo correlativo del adverbio más, cuando no lo
es este mismo ó mayor en frases semejantes construi­
das con tanto y cuanto, legítimos correlativos. Lo que
acontece es que los buenos escritores castellanos, ha­
ciendo como en otros casos acertado uso de la elipsis,
callan, por pura elegancia, ó el cuanto ó el que, ó el
mayor ó el más, como se evidencia por los siguientes
ejemplos :
Quedando 'linio más notable la infamia de Capitón, cuanto (que) siendo
doctísimo en las leyes divinas y humanas, se consoló de , nfn nlar ia reputa-
cíi’ni pública y la suya.— Colonia. Anuid. l.¡t>. ///). — Poro baga el cielo lo
(]i;e fuere servido, que Ionio seré más estimado, si salgo con lo que pretendo,
amato (<¡u<‘ ó más) á mayaros peligros me he puesto t/nr se pusieron los caba­
lleros andantes de los pasados siglos.- -Cervantes. Quijo!,•. /'¡¡ni. /Vi;/. Cu/1.
XXX/ I/ /)— La cantidad de las [tierras] que andan en circulación y comercio
será siempre primer elemento de su valor, y lo será ¡nulo más, atonto (y.ve ó
aiíii) el aprecio que hacen los hombres de esta especie de riqueza los inclinará
siempre á preferirlas á todas las demás.-—j ove! huios. /.<y Agraria).— Veláz-
qt’.er. lo extrañó ton lo más amulo ¡que] Casas empezaba ya á tener fama de
codicioso.— Quintana, ¡■ 'noy Porlo/omC ti.- /os Cosos).— Vité ionio mayor la
honra que ganó el rey I >on Alonso, [yaanfo] </uc ni el rey de Aragón ni
Pon Juan Manuel ayudaron, como prometieron, por su parle. — Mariana, //is­
lario do Esparto, /.ib. Dccimojninto. Cu/ . A‘A‘/. i Viy. 460).— La lleva por sus
pasos contados á la suma miseria: y amulo [más] crece y se forliiica en ella,
ton!.- ¡mis la eiiilaqueee y desmaya.— Fray Luis de León. J)o ios .Yombros do
Cris/.i. /.¿ó. Prim. / l'/ / !) .— F¡ cual sacrilicio excede ionio (más; á los ••tros
sacrificios amalo j't;C mayor la caridad con que se ufresció, y más alta la persona que
!•■ olVcsció. que fue la del Hijo de IÜos.-—(llanada, /ir/ Siná’oio 00 'o /•!•.
Perl. C. Coy. //'. g ///.

Pero en estos casos simples ele cuanto más. tanto


más: cuanto mayor, tanto mayor, lo más común es no
elidir ninguno de los correlativos :
Ctuinlo más huía de honra mundana, Ionio más esta le seguía. — Pulgar-
l . Cniai i/,- ¡os Poyos Cato¡ieos). — Kl cual, atan!» más se aumentase. Ionio me­
ya- diminución admitirían la razón y la justicia.— Cubana, .¡u-.i/.s. /.ib. ///).
— Porque á lo bueno su propia inclinación lo lleva al bien hacer, y a/ni;lo es
m is bueno uno, Ionio se inclina más á esto.— Fray Luis de León. Ho los
A'omb.-.-s o',.- Cristo, /.ib. Prim. £ !/ / ).— Ton!o más los ¡nueve su interese
atonto más parle en ellos tiene el amor propio.— I¡ranada, linio do Pooo-
dor.-s. /.ib. /. Cap. Prim .)— Cnanto la cosa cresciere más en quilates de bon
dad, tanto será más comunicativa de sí misma.— Granada. D e l Símbolo tic la­
p e. Par lo IV . Cap- X X //).— Y atonto más puros y santos, tanto más hábiles
para el conocimiento de las cosasespirit nales y divinas.— Granada. D e l Símbolo
tío la Pe. J'nrt. V. Cap. X V II).— Dio á entender que atonto mayores fuesen
las heladas y contradicciones, tonto mayores y más fuertes serían las raíces, etc.—
Kivadeneira. Vida de Lavóla. I.ib. IV . Cap. X IV .

264. En periódicos y libros venezolanos leo á


menudo frases como esta s: Con tauto más razón,
Con tanta mayor razón, trocados los frenos gramatica­
les. Es este un vicio común entre los malos escritores,
tanto en España como en sus hijas de América. Hay
■ que tener cuenta de que mayor es adjetivo compa­
rativo que denota exceso, sea en calidad ó en superio­
ridad, expresando una idea de grandor ó de gran­
deza relativa, moral ó material, por lo cual tiene cierto
carácter absoluto y lo modifica un adverbio ó un adje­
tivo adverbializado que por su naturaleza gramatical es
invariable ( tanto mayor, razón ó motivo ; mucho inayor,
razón ó motivo); y de que más, adverbio comparativo,
que denota ó aumento ó ampliación ó superioridad,
envuelve la idea de cantidad, la cual es susceptible de
mayor aumento, por lo que el adverbio que lo acom­
paña toma en tales frases carácter de adjetivo, se relaciona,
no con él, sino con el sustantivo, y adquiere la termi­
nación propia del género de este (Con tanta más razón;
con tanto más motivo; mucho más motivo, mucha más
razón) :
Con tanto mas rozón, cuanto el se había quedado con la minuta.— Quintana.
Parí. Tere. Político. Corto Xovena).— Con .macho mayor razón debe sostenerse
lo con truno.— Vicente Coronado. La Opinión Xacionetl). Cnanto mayor es la gran­
deza de los Estados, más peligra en los accidentes de la fortuna.— Saavedra F a­
jardo. Corono Gótica Cap. V7!).— Tiene sus deleites, y tanto mayores cnanto nacen
ile cosas más sencillas y más pitras y más naturales.— Fray Luis de León. D e los
.\emires de Cris/,'. L il. Prisa. % VI.) Fueron oídos estos casos con tanto mayor
S5-
ah'¿ría y gusto universal, cuanto Tiberio solía ser menos afable y popular en
su trato.-Coloma. Los Anales, l.ib. ///.)— Tanto es mayor valor y gloria mía y tanto
temo más, cnanto mas amo.— Herrera. JWsfas. /.!/>. /. Soneto C X X I.—
] lescuido del autor ó errata de la fíibUoteeu de Autores españoles, de JHva-
denerra, es el siguiente incorrecto pasaje donde se le ha dado á tanto carácter
de adjetivo en concierto con el sustantivo razón, por lo cual no debe lomarse
en cuenta, pues son las bellezas y no los defectos, lo que conviene imitar.
Helo aquí:
V con tanta mayor razón, cuanto pudo también creerlos poco esenciales,
— Quintana. Liter. Prim. Part. .1ligue! de Cervantes.

Cuando esto ocurre asi en autores clásicos, debe


entenderse que el adefesio no es del autor sino del
corrector de pruebas ó del impresor, que á las veces
estos, con la presunción propia de la ignorancia, gustan
de dar tales lecciones á los autores.
265. En un artículejo de cierto colaborador de E l
Tiempo, leo: Pues es tan malo ó más que el otro. Más malo
que el otro, está bien dicho ; pero tan malo que el otro,
es concordancia afrancesada que anda á cachetes con
la gramática castellana. Aunque el uso ha sancionado
tal modo de decir como se ve por este pasaje:
Pero este infante era tan mulo ó peor que su sobrino don Juan.— Quin­
tana. Historia.. P. Sey. Guzmún e! fíucno

no por eso es correcta, y lo mejor es evitarla diciendo,


por ejemplo : tan malo como su sobrino ó peor que él.
266. Tanto (apocopado tan, antes de sustantivo,
adjetivo ó adverbio) cuando se construye con que (tanto,
que; tan, que) denota exceso de cantidad ó de calidad,
como indicando el límite de la cosa por medio de un
accidente de tiempo, lugar, etc.
Puso este caso tanta admiración á este filósofo, que comenzó á dudar si
tenían razón y entendimiento los animales que tales cosas hacían.— Granada.
P e! Símbolo de la p'e. Cap. X /'//. £ I) . — Pero tan amigo del acierto y tan
activo en la ejecución de sus dictámenes, que perdía muchas veces lo conve-
m enú por esforzar lo mejor.— Solís. Conquista ti,; .Vejico).— Siempre solícitos de
ajenas felicidades y siempre infelices ó menos cuidadosos de su fortuna, tanto
que alguno de los autores clásicos llegó á presumir que sólo el inclinarse á la
vana observación de las estrellas, se podía tener por argumento de nacer con
mala estrella.— Solís. Conquista tic Méjico).— 1.a necesidad de la hambre todas
las cosas hacía comederas, aun aquellas que los brutos animales desechan.
Tanto que tenían por conveniente manjar las riendas de los caballos, y sus
cintas y sus zapatos.— Granada. D el Símbolo ti,; /a Fe. Parte I V . Cap. X / Y).
— Es un lenguaje tan del cielo, que acá se puede mal dar á entender, aunque
más queramos decir, si el señor por experiencia no lo enseña.— Sla. Teresa.
Libro tie su l'it/a. Cap. X.X'i'/L.

En estos casos tanto ó tan equivale á de tal modo.


267. Cuando tanto se construye con como de
correlativo, denota igualdad ó semejanza.
Tar.io obraban sus negociacioness tomo sus armas.— Saavedra. IPoliarquía
tie San Fernando) .— Jan propio es al hambriento no reparar en salsas, tomo
al necesitado salir á cualquier partido.— Mateo Alemán. (ittzmán de ¿Ufara-
che. / ’. /. I.ih. J. Cap. J I Í ) .— Fué tan rey de su palacio como de sus armas.
- —Saavedra. Monarquía de San Fernando) .— Tan fácil es caer á una fortuna
levantada eomo difícil el levantarse á una caída.— Saavedra Fajardo. Empresa
X C V I).— One tanto como esto se juzgan bien las virtudes en los tiempos que
se producen fácilmente.— Coloma. I'ida de Julio Agrícola).— Mas estotro, nin­
guno hay que ian aguda vista tuviese como él tenía.— Hurtado de Mendoza.
I'ida a'e I.azar ilio de Tornes. Trat. II.

Y porque tanto, como, es modo de hablar com­


parativo que denota igualdad ó semejanza, se le sus­
tituye á las veces con más, que:
.Ninguna cosa nos es más provechosa contra gente poderosísima, que no
atender á sus cosas en común. Coloma. I'ida de Julia Agrícola).— Nada impor
la lil,í-' á las naciones para precaver disputas y guerras, que lijar con la mayor
exactitud los linderos ó términos fie sus territorios respectivos.— Bello. Derecho
internacional. J'rim. Par!. Cap. ///.

268. Del valor que en castellano tienen legítima­


mente. los vocablos tanto y como, y de los ejemplos
clásicos clue he presentado y me sería fácil multiplicar,
resulta que mi ilustre compatriota Baralt anduvo des­
caminado al tratar de tales vocablos en la página 652
de su Diccionario da Galicismos.
269. Lo mismo que he sentado acerca de tanto,
como; y tanto, que; ocurre con tal, como; y tal, que.
270. Preocupados, sin duda, por el modo adverbial
Por cuanto, que se emplea como causal cuando se va á
dar razón de alguna cosa, hay individuos que antepo­
nen bárbaramente el por á los modos adverbiales
cuanto más y cuanto y más; y otros que á estos mismos
Ies anteponen la preposición cu, por analogía asimismo
con el modo En cuanto á. Fuera el por y el en, que
constituyen verdaderos barbarismos:
Cuunto unix que las doncellas,
Mientras que tiempo tuvieren,
liarán nial si no murieren
Por los que mueren por ellas.
Torres Na barro. Comedia ¡/¡menea. Jon i. Quinta.
Aunque no sea sino ayudarse unos á otros con sus oraciones; enante< más
que hay muchas más ganancias.— Sla. Teresa. /.¡/>ro de su i'ida. Cao. /'//).—
Cuantimás cpie es nonada lo que se aplaca el mal.— Sta Teresa. Camino de
Perfccdón. Cap. X V / ).— Cnanto más que ya se va dando orden cómo se en­
tretengan y remedien los soldados viejos y estropeados.— Cervantes, {/nijete.
Seg. Parí. Cap. X X / V ).— Yo te sacare de las manos de los caldeos, enante
más ile las d éla hermandad.— Cervantes. Quijale. J ’rim. ]\¡rt. Cap. X.

E n cuanto, es otra cosa :


Pn manto creyó ser la hora en que podía sin indiscreción presentarse al
Cura, pasó á verle.— Gallego, -—/.os Xtrrios. Cap. //.

y otra cosa en cuanto á:


Y en manto á la forma, ¿supo el panegirista de Honorio, el cantor de Sere­
na, mujer del vencedor de ios Vándalos: supo Rulilio Xumaniino con sus arre­
batos patrióticos; supieron otros tantos escritores de la época, trazar cuadros tan
expresivos y varoniles?—-Conde do la Vinaza. Aurelio J ’rudmeiu demente.
Cap. ///.
271. ‘‘ Trata el estimable colega ele la cuestión­
ele Guayaría, (elice cierto periódico), cuya cuestión llama
hoy la atención elel pueblo norte-americano. ” Tal modo
de expresarse es barbarismo imperdonable, porque cuyo
no tiene el sentielo de el cual\ la nuil, lo cual, los
cuales, las cuales. Cuyo, á la vez relativo y posesivo-,
se refiere siempre á un antecedente con la indicación
de posesión, bien sea esta real ó ideológica, y traduce
el sentido de del cual, de la cual, de que, del que, de
la que. de quien, y de los plurales de estas expresiones.
Tal es la práctica de los entendidos en el manejo
de la lengua, y lo que preceptúa la gramática :
¿Quii'm sois ó de dundo ú e/'/yc
(iozquejo soy .sevillano,
V do un alcaide inhumano;
Que ojalá no fuera suyo.
1¡abasar del Alcázar. Diálogo enIr,- Jos perriUe-s. \

Esclavo soy, pero etíyo


Eso no lo «iiré yo:
Que suyo soy me mandó
Que no diga c¡ue soy suyo.
Cuyo soy jurado tiene
Da ahorcarme si lo digo:
Líhrenie Dios de un castigo
Que á tales términos viene,
¿Y o horro siendo de un ei'/yn
'Tal cual quién 111c cautivó?
Ilion lilirado estaba yo
Si dijera que soy suyo.

Baltasar del Alcázar. Redondillas.

Mostrábale deseo do emplear su persona; hijo y hermano de tan grandes-


príncipes, en cuya casa [ i] habían éntralo tantas victorias.— íIlutado de Men­
doza. Cuervo o'e Granaau. /./•■ '. Tere) .- - L a s cuates ¡las trinüieras) comenzó á
defender !a artillería que tenían, como he apuntado, cerca del dique en sus
galeras, /'•’>' cuyo respecto [n ¡ les fue fuetv.a á nuestros soldados retirarse sin
po'icllas ganar.— Mendoza. Comou/urios no /os Guerras Jo los Países J:iaj¡>:'\.—■
Sabiendo bien (los reyes) lo que se autorizan las acciones públicas con la religión,
y que en las guerras obra más la divina asistencia que el valor humano: estilo
que observaron siempre en sus empresas. ó cuyo piea’a J [3] se deben atribuir
sus Vitorias y la duración de las coronas que adquirieron y aun conservan.—
Saavedra Fajardo. Corono Cólico. Cap. f) . — Porque comenzar Cristo á nacer
en nosc,tros, no es cosa de nuestro mérito, sino obra de su mucha virtud, que
primero e »ni'j luz metida en el medio del alma se encierra allí, y después se
descubre y resplandece, quebrantado !<• terreno y carnal de! sentido. .1 cuyo
¡■ espía¡¡Jar. (4) y a! sonido que hace ¡a voz de Cristo en ei alma, huyen h>s
enemigos y mueren.— Fray Luis <ie León. De loa .Yemóres Crido. Uh.
Ver:. , — Fuera del (daño) que se sigue contra la universa! conservación Usía coro­
na, que consiste en la mucha población y abundancia de gente útil y prove­
chosa ¡vara ella y para «! real servicio de vuestra majestad: cuyo Jodo (-) ¡Hu­
este camino y por otros muchos nacidos «le diversas causas, viene d ser muy
grande.— Navarrcte. Consulta J e ! Concejo Supremo Je Cadillo) . — La claridad
de sus aguas, el sosiego de su curso y la abundancia de sus líquidos cristales,
cuyo oleare visto (ó) renovó en su memoria mil amorosos pensamientos.--Cer­
vantes. Quijote. Se y. j ’art. Cap. .Y.Y/.Y) . — líenle rica y muy señalada de los
marqueses del Cúnele, ctryo es aquel estado.— Mármol. Vehelión y Castigo Je los
mariscos Je Granuja.— Vencido (Nerón) de la fuerza del amor, acabé) de romper

[>] L11 casa tic tjuiahs é> Je ios cuates.

[’ ] Por respecto Je /•> cual.

[3] A la p i 'd a d i v /•>.> ,uoies ó ,;e ptdeues.

[4] Al resplandor Jo lo euo! [luz de Cristo.]

[5] Falla lie ios cuales, por los muchos que se sepultaban en los Conventos
y en la ociosidad, etc.
con su madre. entregándose de) lodo á Séneca. D e tuyos ,tungos. [ i] Aneo
Sereno, con fingirse enamorado de la misma liberta, había al principio en­
cubierto los amores del mozo.---Colonia. /.os . Ino/os. /.ib. X I //.\— No
debo advertir que hablo del /'turo l'ie/o de Castilla, tesoro escondido lias-
la nuestros tiempos, mirado con desden por los jurisconsultos preocupados
y por los juristas melindrosos, pero suyo eonlinuo estudio ( 2 ) debiera ocupar
á todo hombre amante de su patria.— Jove!lanas. Diseurso de Reeepeidn en !u
Real .Academia de Itt Historia.

¿Y tal maldad los dioses consintieron


E n cuyas aras ( 3 ) el incienso humea?

Menéndcz I'clavo. Elegía de Oridio ó /o muerte de /'¡bulo.

A l decir que cuyo tiene el sentido de del cual, de


la cual, de que, del que, de la que, de quien, y de los
plurales de estas expresiones, no debe entenderse que
puede siempre ponerse en vez de ellos, porque hay
casos en que es imposible, por no ser los- mismos
el oficio y la relación, esto es, por no relacionarse
con el carácter posesivo de cuyo. Esto se ve, por
ejemplo, en casos como los que siguen,, en los cuáles
de que no puede sustituirse con cuyo:
Mal tratados y perseguidos con gran crueldad y lie reza bárbaras, de -.¡¡te
nació la obligación natural de mirar por su defensa y conservación.— Mon­
eada. Ee¡'•ediión de los catalanes y aragoneses tonlra Zureos v griegos).— Ksta
es la razón de i/ue, por regla.genera!, la introducción de las obras debe ser mo­
desta y tranquila.— Coll y Vehí. Elementos de /.iteratura.

272. No obstante todo lo dicho, una que otra vez


se encuentra en maestros de la lengua el empleo de
cuyo en el sentido de cuál ó que, bien que se corn­

il ) De los amigos del atol.

(2 ) De! euitl el continuo estudio.

{3) Kn aras de tos cutíes.


i 'A R T K T T .A S , A K T Í C l 'l. O S Y PK ON oM liKKS 9»
prende que en la mente del autor estaba el darle rela­
ción de posesión, aunque leve, al pensamiento, v. g. :
¿Quien pudiera prometer oslo sino Dios? / Ci'/yo poder se extendiera ú
inn grandes cosas, sino el de Dios?- -(¿ranada. C u ín J e J'e en Jo r, / . t í. /.
Donde se ve quiso expresar p o n e r J e i/n /en . e l p o je r J . i/n ie ii.

Aunque; de tan gran maestro, esta manera de


expresarse no debe ser imitada hoy, por forzada y vio­
lenta. No embargante, como otros modos de decir inad-
misibles en prosa, pudiera el indicado tolerarse en
verso, siempre en su forma interrogativa, como cuando
Garcilaso de la Vega, en la Eg/oga Primera, d ice :
T u dulce lialdn ; en tíren oreja suena?
T u te la ro s ojos ¿á quién los volviste» ?

Donde tanto la forma interrogativa como el á


quien del segundo verso patentizan el valor que el
poeta dió al cuya (en la oreja de quién), legítimo
posesivo.
273. Escrito lo que antecede y enterado de mi
parecer mi amigo y compañero el insigne literato D.
Manuel bombona Palacio, ha tenido la cortesía de faci­
litarme la siguiente nota de un tratado de Sintaxis;
Castellana por él escrito en 1S83. Dice así : •• Bello
en la página 90 de su Gramática rechaza el uso de
este pronombre ( euyo) en inmediata anteposición al
sustantivo, por no juzgarlo sino en su índole de predi­
cado; mas cuando el docto humanista llega hasta bal­
donar tácitamente su empleo en aquel conocido verso-
de Garcilaso :
Tu dulce liuhlii ¿un cuy:: oreja suena?

no pára mientes en que ahí el pronombre; en la for­


ma interrogativa, no hace más que aparecer, lo mis-
ino que siempre, como el legitimo descendiente del
cttjns latino, genitivo de quis, y equivalente por tanto-
á de quien. De igual delito se habría hecho" reo Cer­
vantes cuando dijo en su Elegía á don Diego de Es­
pinosa:
¿A quién irá mi doloroso canto,
O en i/U'u oreja sonará su acento
Que n<> deshaga el corazón en llanto?

Por igual manera habrían pecado Ruiv. de Alarcón-


y Hojeda, el primero en su comedia Los favores del
mundo (Act. I. Esc. VIII.) cuando dice :
/ Cuyo criarlo será
L1 que está hablando con ella?

y el segundo en La Cristiada (Libro VIH), donde pone-


en boca de los súbditos de Lucifer los siguientes
versos :
Llevaréis en paciencia que os arguya
Sobre quién es, ó aíyo hijo. Cr.-siu?

No en forma interrogativa, mas en sentido análogo,,


lo empleó I;ray Luis de Granada en la Guia de Peca­
dores (Lib. I. § I.), donde se lee: “ somos semejantes-
en esto á los animales brutos que están debajo la enci­
na, los cuales cuando les está su dueño desde lo alto
vareando la bellota, ocupados ellos en comer y gruñir
unos con otros sobre la comida, no miran á quién se
la da, ni saben qué cosa es levantar los ojos para ver
por cúya mano se les hace este beneficio. ” D e arcai­
co podrá ser tildado quien se valga de semejantes
locuciones: nunca de incorrecto.” Vuelvo á decir que
arcaísmos de este género, por violentos y ocasionados
á extravio, no son dignos de imitación en el castellano
actual.
274. Baralt censura con sobra de razón el decir
“ como estábamos en misa nos dieron la noticia. ” Es
modo de hablar afrancesado, y por desgracia algo
común en estos países ; pero el como indicado no equi­
vale á estando, estando en misa. Su equivalencia es
la de cuando. Commc tiene en francés diversos oficios.
Es sinónimo de comment, y se diferencian en que el uno
se refiere al efecto y el otro á la ocasión ; es asimismo
comparativo, como en castellano ; y por último, es adver­
bio de tiempo, sinónimo de torsque (aunque no de
quand), como en el uso que nos ocupa. El caso indi­
cado, pues, en que es adverbio de tiempo, no tiene
relación ninguna con el siguiente ejemplo correcto que
cita Baralt, y en que es adverbio de modo: “ Con­
vencido como estoy de la inutilidad de este paso, no
quiero darle. ” En la oración de Cervantes, criticada
por Clemencin y por Baralt, á saber : “ Que él le daría
lugar y tiempo como á sus solas pudiese hablar á
Camila, ” como no es adverbio de lugar ni de tiempo,
significa de manera, que, de modo que, y equivale á
para que, á fin deque; lo que nada tiene que ver con
el francés, y ha sido usual en el castellano, de tal
modo que el Diccionario señala la equivalencia.
Tal es su sentido, y lo comprueba además, que en
el mismo Capítulo y tratando del propio asunto, ya
había dicho Cervantes: “ que yo te daré lugar para
que lo hagas.”
275. Baralt cree que el verso de Moratin:
Vive ú la \¡mul, amo mocante.
adolece de galicismo. Tengo tal aserción por un
error de nuestro insigne compatriota, por que sólo
encuentro en dicho verso una elipsis, aunque violen­
ta, enérgica y expresiva, como <4 propio Baralt d ic e :
Vive ( conforme) á la virtud. ¡liño insH'eule.

1 )igo eslo porque el francés no emplea en seme­


jante caso la preposición a, sino la preposición selon,
equivalente en tal uso á nuestro adverbio conjormc. En
francés la preposición a es la más indeterminada de
todas y la menos especificativa ; y aunque es sinónima
de siíivanl y de selem. difiere de éstas. Cada una tiene
su uso propio. ! ai a, como sinónima de s/iivant y de
selon no tiene puésto sino en corto número de locu­
ciones y en sentido enteramente general. Suivant no
se usa sino con verbos activos y al hablar de cosas
de que se puede decir que se las sigue ó que uno
se conforma con ellas. Selon señala una conveniencia
cualquiera, y no precisamente una conformidad,' á la
cual se alcan./a ó por la que se hacen esfuerzos.
Es. pues, la preposición selo/¿% y no la preposición
a. la que emplea el francés en frases como la de
Áloratin citada por Baralt. y que han imitado poetas
de. España y de Venezuela, no sé si por seguir al
maestro ó por la misma presión de la medida del
verso. 1 le aquí testimonios de escritores franceses :
l ji” il •r'.'ni la niison i1 ’oS'Uict) : .<<•//•;/ la Halare (R<juse;ui)i s,-/ou le (le­
vo: r (¡•’eíivluii) : .>. /:•// la verlu (Masseel).

Mientras que, refiriéndose al gusto, á la ocasión,


al curso de una cosa, Comedle, Kegnier y todos em­
plean á su/vanl, por que este indica una proporción
menos exacta; y por lo mismo la preposición a sustitu­
ye á las veces á la preposición su ¿va/¿i. Luía cosa es a man
avis. y otra seion ¿non avis; á sa maniere. y solón sa manie­
re de voir ou depenser, porque la preposición a generaliza,
y selon particulariza. Y por lo mismo, porque la pre-
posición francesa a generaliza, y además la preposi­
ción pour particulariza por igual modo que selon, es
otro error de Baralt el de calificar de galicismo el
empleo de la a en el siguiente lugar de una obra es­
crita por un distinguido literato español: “ Cuando el
despotismo no logra, como suele, envilecer por. com­
pleto á las naciones, sólo es propio á excitar sedicio­
nes y trastornos”, porque el francés no emplea en
esta expresión la preposición a, sino la preposición
pour { para). ¿P o rq u é? Porque la locución particu­
lariza y no generaliza; más claro, porque pour denota
una aptitud especial é inmediata, cuya realización pue­
de ser instantánea; y no la relación general, y por
lo tanto algo indeterminada y vaga y aun lejana, que
señala la preposición a en el idioma francés. Si un
francés dice que un medicamento est propre a gucrir
indica que el tal es una panacea, un sánalo-todo; si
dice propre pour gucrir, agrega siempre la enfermedad
ó enfermedades determinadas para que sirve. Un
General cst propre a la gu erre; y otro General est
propre pour la guerre d'cscanuouchc. Lejos, pues,
de ser galicismo el empleo de la preposición á en vez
de la preposición para en casos como el que nos
ocupa, donde á particulariza y no generaliza, es un
puro españolismo; y lo comprueban, además de las
razones apuntadas, las lecciones que siguen, de autori­
dades castellanas:
Aunque se excusó con Lis débiles fuerzas de su reino, desiguales á la de­
fensa y oposición de tan |M>deroso enemigo.— Moneada. E.xpeduión de las
Caía¡anas y Aragoneses ronlra hircos y gringos.)— 1.os moradores eran gente muy
esforzada y muy leal y aparejados á ponerse á cualquier riesgo por defenderse
de cualquiera que los quisiese acometer. —Mariana. Jíis/oria ¡Ir España. Li/>.
Aiv/i1. Cap. /.Y.]— Que respete mucho á los parientes del príncipe y no fomente
odios entre dios, porque la sangre se reconcilia fácilmente, á daño del valido.
Saavedra Fajardo. Kmp. I..]— No son de menor adorno tí la honestidad ni de
menor abrigo tí los fríos.— N’avarrete. Conscrrat/on tic mtn/an/ulas. /Use.
A'.V.W//.]— Si también vencía á los godos sería formidable tí todos su potencia.
Saavedra Fajaido. Empresa /. _Y].— Con esta brevedad quitó el medio de
los grandes volúmenes, que son embarazo tí la casa, tarea á la vida, y carga
ó los brazos.— Quevedo. I"¡da de //pifíelo].— Y sea tu casa patria ti los extraños.—
Quevcdo. Jioetrina de ¡ ’/tf-ti/it/es.}— Yitelio, en contrario, tenía pocas cohortes*
y aquellas amedrentadas de (as malas nuevas que por todas partes le sobrevenían,
el pueblo fácil á mudar de propósito, y cuando él se resolviese en mostrarse ca­
beza. capaz de hacer las mismas demostraciones por Vespasiana.— Coloma, ¡fis­
ionas. l.ih. ///].•— Pero siendo ordenados todos los demás tí promover la felicidad
temporal de! hombre.— Jovelianos. Ley A y ¡aria. Toma //.

Pepo debe tenerse cuidado y tino en tal em­


pleo de la preposición á, porque á las veces disuena
y da un sentido anfibológico, como acontece en el
complemento de la oración de Navarrete, “ abrigo á
los íríos,” y en este ejemplo de jovelianos, donde, más
que por la preposición ir, por el verbo volver, choca la
expresión :
Knfcrmu ya este Cardenal, suds-ití tí morir en su patria, donde fue en­
terrado. Memorias sobre los Cansva/os de Santo Dominyo y San Erancisco

Recuerdo aquí que se ha criticado el dar al ad­


jetivo rayano el régimen de la preposición a. La cen­
sura es aventurada. Rayano tiene la acepción ele
próximo, y por ello autoridad tan docta como el Padre
Casano, elice en la Vida del Padre y evónimo Yogado:
Cuya voz convida á muchas rayanos a lograr la conveniencia que les daba
la cercanía.— / lirones ilustres de la Compañía de Jesús.

276. Es frecuente en la conversación familiar la


censura de las trases bajar abajo, subir arriba, que por
lo pleonásticas dan motivo á bromas y chilindrinas;
pero ya he hecho notar que el castellano, como de
■ carácter enérgico, es esencialmente pleonástico. Tales
expresiones están suficientemente autorizadas.
Baje abojo, y subiéncolt encubiertamente un jarro con cuatro potes <le
uguu fría, y metiéndoselo debajo tle la cama, le dije, etc.— ¡ ‘ida y hechos de
J'.sh buni!lo González.
Baja abajo, ó vive el cielo
Que esta pistola...........
Calderón. Guárdale del . Igna mansa. Jora. Tere. Ese. .V.V.
Al alcaide le dió el corazón lo que podía ser y bajá abajo. Villegas. Ifist.
del Abencerraje y la hermosa J a rifa .) — Parecióles á todos bien, y bajando abajo,
habiéndole todo trasegada, buscaron adonde lo había metido.— Alemán. Caz-
man de .-Ufarache. Tari. II. J.ib. I I I . Cap. IX.

277. Gran dislate gramatical es el de anteponer,


como algunos al escribir, la preposición á á los ad­
verbios arriba y abajo, formados ya con ella. Los
pasajes citados bastan para hacerlo ver, pero quiero
presentar también las siguientes lecciones:
De medio arriba está bueno,
D e medio abajo es el diablo.
More lo. E l Lindo Don Diego. Jora. Trini. Ese. l'I I I .
Estas consideraciones nos alientan para esperar mucho de abajo arriba.
en los peligros que nos amenazan de arriba abajo.— Raimes. Orip. caráe. y
fuerza de los partidos políticos en Es j a ña.)— Empezó á batir la nata de arriba
abajo y de abajo arriba-— Tomás de Inarle. E l nuez-a Roiinson.

278. En ciudades del occidente de la república,


especialmente en Maracaibo. he oído con frecuencia
frases como estas: “ Voy á donde el talabartero;”
“ Estuve en donde Juan Delgado “ Estamos llegando
donde las P é r e z e m p l e a n d o así á donde en la
significación de á casa de, en casa de. para casa de,
ó simplemente á. Origínase el usar á donde con
tal significación en una elipsis empleada por escritores
castellanos, y que consistía en callar los verbos ó estar
/
ó vivir ó morar. De ahí que tal barbarismo se use
en lugares de España y de América. Califícelo de barba-
rismo porque gramaticalmente hablando no cabe elipsis
en tales frases. Por ejemplo en “ V oy d donde (está ó
vive) el talabartero," se confunde con esta otra frase: “ Voy
á donde (va) el talabartero," que no es lo que quiere
decir el que habla, y si lo que se entiende y debe
entenderse, por ser en tales casos lo propio y ra­
cional elidir el verbo ya expreso, si es que hay
elisión de alguno. Debe, pues, evitarse tal modo
de hablar, y decir como generalmente estilan los
ingenios castellanos:
Viendo su ugudezu, no tuvieron que responder sino volverse tí sus casas.—
Timi'iieda. A7 Sobremesa y .Olivia ¡le Ca/nhnntles. Prim. Parí. ///.}— rttítne
i; un/•'a,/ero, hízola tul y tan semejante, que puestas ambas en una mano, era
imposible jugarlas.--A lem án , (¡u'.iuáu de . i/faraeúe. Parle II. JJ/>. 1J. Cap.
/7.) Acordaron enviarla á Almería á casa del alcalde della.— Pérez de Hita. (Jtte-
rrn.. ('¡viles de (¡ranada. ¡'arte /. Cap. /’//.]— Entrambos se volvieran tí la
reina para lo mismo, sirviendo de faraute t i archiduque : fueron después tí la señora
¡ufaníay á la archiduquesa.— Lujan. Gir.mán de A 1/aruche. Part. II. I.ih. III.
Cay. A’.)--Salón de casa de Gerardo.— Lope de Rueda.— Los Púyanos. . Id . Citorio
l ’ri/n.)--Y o , si usted no estuviese muy ocupado, pasaría, así, algunas noches
á su casa de usted, y . . . . (Moralín-L.) La Pscitela de los Maridos. .I d .. Prim.
Pee. C.i.— ¿ A qué i luis esta noche á casa de tu juez ?— P. A. de Alavcón. Pl
Pscándalo. I.ih. VI. Cap. //.

279. Algunas veces se encuentra empleada en


autores castellanos la preposición para en lugar de
la preposición á, aislada como se ha visto en los
ejemplos de Alemán y de Lujan; pero en tales casos
la preposición para, cuando no sea tratándose de
lugar, es hoy de mal gusto y arcaica, aunque el gran
Quintana y otros apasionados por el arcaísmo, la
hayan usado, en frases análogas, refiriéndose á per­
sonas.
280. Sienta D. Andrés Bello, en nota al Cap.
XXI de su incomparable gramática, que la apócope
familiar á cas de, cu cas de, cpie se usó hasta los
tiempos de Calderón, subsiste en América. El ilustre
maestro debió exceptuar á su patria, donde no se
usa. Tales apócopes eran comunes en el antiguo
castellano. También se decía á man derecha, á man
siniestra. Lo que si acontece en Venezuela, y
sólo entre gente ineducada, es el elidir la d de la
preposición de en frases como á casa de, en casa de,
por lo que contrayéndose el sustantivo con la pre­
posición, suena tan apagada la última a que á las
veces parece que dicen case Fulano.
281. En el lenguaje común, y aun en escritos
de prosadores y poetas, se ven á las veces confun­
didos los adverbios donde y adonde. El mal es viejo,
pues hasta la incomparable santa no empleó muy
correctamente el segundo en este lugar:
Voy á Avila, y el camino por Medina, <7 «/<■ •;/»/«• no creo me delerné sino
un día ó dos.— Santa Teresa. CCnta 1. 1V.

Quien quiera hablar con propiedad debe tener


presente que la preposición á denota movimiento, y
que. por lo tanto, adonde equivale á la parte que,
lugar al cual, a que parle, á cuál lugar. Por res­
peto, sin duda, á Santa Teresa, á Lujan y á algún
otro autor antiguo, es por lo que el Diccionario le
pone la correspondencia de donde; lo que, ni aprueba
la gramática, ni se conforma con la práctica de la
mayoría de los hablistas. Donde, equivale á en qué
parte, en cuál lugat, lugar en que, parte en la cual
ó en las cuales:
Jerónimo ile Comieras. Selva de .-Ivonfu ras. /.ib. IV / ).— No solamente se
debe dar hospedaje á los consejeros, ministros y criados de la casa real cuando
los reyes caminan. . . . sino también en los lugares donde .la córte estuviere de
asiento.— Navarretc. Conservación de Monarquías. Dise. X X ) .— Partieron lue­
go de Filadellia para Niza, ciudad de Licia, y de allí á Magnesia, la que está
en la ribera del río Meandro, donde apenas llegó Koger, citando dos ciudadanos
de Tiria vinieron á pedille socorro.— Moneada. K.xpcdieión de /os catalanes y
aragoneses contra turcos y griegos.
Ese infausto mensajero
■ /dónde está? Dile que vuelva.
I Iartzenbusch.. /.os Amantes de Teruel. Act. //. Esc. X.
Nuestros capitanes se detuvieron antes de entrar en Filadelfia, reconociendo
.algunos lugares vecinos, adonde se pudieran haber retirado y rehecho.— Mon­
eada. Expedición de los catalanes y aragoneses contra turcos y griegos) . — Ha­
ciendo otro fuerte para guardia dél, delante de Kmerique, adonde pasó» el Car­
denal, el Almirante y toda la Córte.— Coloma. Las guerras de los Estados
Tajos) . — Mandó» pasar á Don Juan de Mendoza con cuasi cuatro mil infantes y
ciento cincuenta caballos ó donde el Marqués estaba.— Hurtado de Mendoza.
tiuerra de (¡ranada, /.ib. /'ere.)— Tales fueron las batallas de los gloriosos
mártires en 'Piro, á do habían venido de las partes de Egipto.— Granada. D el
Símbolo, Tari. Seg. Cap. X I'/ / 1.

2X2. Donde, sí suele emplearse en la significa­


ción ele adonde ó á donde, y no está mal, porque
entonces lo que hay es la elisión de la preposición,
lo que es ele! uso entre los mejores hombres de letras,
como en esta lección del oran Ouevedo:
¿ Pensamiento dónde vas
Que me urgas por detrás ?

ó como dice en otra edición :


; Ah pensamiento, dó vas!
Que me purgas por detrás.

283. Un decadente hace que el viento suspire


“ entre el frío mármol de una tumba,” y no son pocos
los que tan incorrectamente usan la preposición cutre;
pero dentro de un mármol no puede suspirar nada,
y para que en casos tales pueda emplearse tal pre­
posición es necesario que ella denote acción ó estado-
entre dos ó más cosas ó acciones.
Entre los otros que envió el padre á esta Santa empresa, fueron etc.— Ri~
vaileneira. Vida de Lahuz. Lib. II I . Cap. I I I ) .— Yo he visto por entre las
verjas y resquicios de la jaula una uña de león verdadero.— Cervantes. Quijote.
Se*. Car/. Cap. X /Y /.)— L>. Pedro Villacampa juntó en el Tremedal, entre
soldados y paisanos sin armas, unos 4.000 hombres.— 1C1 Conde de Toreno.
Historia de/ levantamiento, guerra y revolución de España).— Cristianos y mo­
ros se llevaban bien entre sí.— Quintana. E l Cid.

Cuando significa dentro de ó en lo interior, es nece­


sario que haya seno ó cabida :
1tile (á Dios) gracias entre mi á solas.— Alemán. Cu imán de .t/farae/ie.
Cari. II. lib . III. Cap. IX ).— Esto pensaba entre sí Sancho el día de la par­
tida.— Cervantes. Quijote. Seg. Car/. Cap. IA r/I) . — Traía en las manos un lien­
zo delgado y entre él, á lo (.pie pude divisar, un corazón de carne momia.— Cer­
vantes. Quijote. Seg. Car/. Cap. X X III.

2S4. Sienta el léxico español que luego no se


antepone como después á la preposición de; mas fie
que se antepone correctamente hay sobrados ejemplos,
y valgan los que se me acuerdan:
J.negó di• aquí parlamos y primero
Que haga curso el mal y se envejezca,
Así le presentamos á Severo.
Garcilaso de la Vega.— Epístola.
I.nego í/. /Darien hizo desvío
Y hacia Panamá guió la proa.
Castellanos.— Elegías.
Diré primero de la excelencia da la virtud ; y luego de la perfección de e lla ; y
después de los medios, e t c . ¡ r a n a d a . Símbolo 1le la J'e.

Tal uso es muy común y propio, por lo que he


comprendido que lo que se prohíbe es e l empleo de
luego seguido de la preposición de cuando la frase
toma el carácter de adverbial de tiempo, como acos-
tunibraiTusarla algunos escritores de Venezuela, de
Colombia, de España, y de otras partes. No obstante.
bien es lidiado el punto, vese que la prohibición no
puede ser absoluta, porque el uso de tal frase con
determinados participios, anomalía semejante á la de
recién, no choca ni á la razón ni al oído, y tiene
en su abono autoridades respetables. Bello, al ha­
blar de los usos de los derivados verbales en el
Capítulo XLVII de su Gramática, dice: "Algunos
dicen también: ¡mero o de salida la misa.” Ruíz
Aguilera en la Elegía á Don Salustiano de Olózaga (i),
canta así :
I loy fie la tuya vengo
Sobre la fría lusa
1 )s pálidas viólelas
V lirios á dejar una corona.
Y luego de cumplida
Esta ofrenda piadosa,
Con graves pensamientos
A distraer la pena que le agobia.

Capinany, en su obra Filosofía de la Elocuencia (2),


nos ofrece el siguiente ejemplo, tanto más singular
cuanto en él propone una corrección. Dice a s í :
“ Cuánto desaliño y negligencia hay en esta arras­
t r a d a y floja oración! Luego que esté bien lavada la
" cuba, y que se haya raspado, será del caso que se
“ prepare, tomando un lienzo que se haya empapado
" bien en azufre. Esta composición difusa, ernbara-
"zada y fastidiosa, puede quedar pura, limpia y
"sucinta, recortándola de esta manera; Luego de
"bien lavada la cuba y raspada después, convendrá
“ prepararla con un lienzo bien empapado en azufre."

( I) Eio< Xtu'iouaL’s y CuirI<!/-<•.<, /</;■ ■ . j :í. edición,

{2 ) Edición ile Amonio Oliva, Gerona, 1826.


El mismo Capmany, en la introducción á los extractos
de obras del Padre Fray Diego d e , Yepes (1),
dice : “ Luego de concluidos los estudios, nombráronle
“ vicario en su casa; y para que en otros monasterios
“ diese también frutos su ejemplo y saber, fué
“ elegido prior de Jaén, de Zamora, de Toledo, de
“ Juste, de Madrid y de Granada.” Lógico es, pues,
establecer que luego, cuando en los oficios de después
se antepone á la preposición de, constituyendo frase
adverbial de tiempo, como antes de, después de, sólo
tiene uso y puede emplearse precediendo á los par­
ticipios pasivos terminados en ado, ido. Creo que
es el único uso que puede autorizarse, cuando cons­
tituye frase adverbial ; pues cuando en tal caso no
acompaña á los participios indicados, resulta impropia,
de mal gusto, y á las veces insoportable.
Aun más insoportable es el argentinismo de ante­
poner el adverbio recién á partes de la oración que no
sean participios pasivos ; y es una simpleza que tal cual
periodista ignorante lo tome como novedad plausible,
y contribuya así á la corrupción del lenguaje. De
tal corrupción no he encontrado otro ejemplo en
autores castellanos que el que copio en seguida :
Porque las lágrimas de reden viuda me lialiían atravesado las leías del
corazón. — Lima. Lazarillo de '/'crines. Parí. //. Cu/'. .YIV.

Pero aparte de que nadie es autoridad sino en


cuanto acierta, tal error merece disculpa, porque se
comprende que el autor incurrió en él ó por el pa­
ralelismo de los términos viuda y casada, ó por supo­
ner á viuda procedente del latín viduala, participio
pasivo de vicheare, despojar; y ello por que Suetonio-
dice vid nata en el sentido de viuda. Pero este voca­
blo nuestro es adjetivo y procede de viduus, viudo. No-
se use, pues, á recién sino con participios pasivos:
No, Vasco amigo, eso no;

Que estáis muy reden casada.


Ruíz de Alareón. Siempre ayuda la ! sedad. Acl. Sey. Ase. III.

285. Largas discusiones han sostenido por la


prensa varios escritores acerca de si debe decirse
Plaza de Bolívar ó Plaza Bolívar, como si no fuera
suficiente lo que tantos filólogos españoles, surameri-
canos y franceses han dicho ya para comprobar la le­
gitimidad ele la preposición de. Son los galiparlistas,
los corruptores del idioma, los que quieren que se
diga Plaza Bolívar. En castellano no hay más ante­
cedente que la opinión expresada por Nebrija en su
Gramática impresa en Salamanca el 18 de agosto de
1492, esto es, que en casos tales la preposición de
no indica propiedad ó posesión. Claro que no la in­
dica, pues ella no sólo hace oficio de genitivo sino
también de ablativo, y señala en nuestra lengua rela­
ciones tan varias que Bello en el Capítulo I I de su
Gramática Castellana la califica de vaga, porque " se
aplica á gran número de relaciones diversas.” Esta
variedad de relaciones la tenía asimismo en el latín.
Su oficio propio no era el de genitivo de posesión,
sino el de señalar la idea de distancia, separación ó
apartamiento ; é indicaba además movimiento de alto
ab ajo ; determinaba el origen, la causa, el lugar de
la acción, el tiempo, la sucesión del tiempo ; el medio,
el instrumento, la materia, la conformidad ; la persona
ó cosa de que se trata, y otras relaciones más ; y se.
105
usaba en sentido figurado, y como partitiva, subjetiva
y objetiva. Claramente lo ha demostrado el sabio
Claírin en su admirable estudio de sintaxis intitulado
Dn G cn ilif Latín ct de la. Préposition De. Entresaco
algunos ejemplos del primer periodo clásico :
ílominem libi ita Irado de mantt, ut aiunt, manmu.— Cío. I'r. S.\<t.
yy. ¡2 ) .— O quam de /enni Romanus origine rrcfil.— Ovid. Jntsl. j . . 4yy) -
Ubi deenrsn rápido de mon/ibns altis
Paiu sorbiera s pumos! amnes.
Virg. .E n . ysy.
Naves regire enpire de Moeedoniiois. Liv. py. 42).— J/omo de se 'ndn alijue a
magistn) evudilus. Ció. Ora/. 3. j . 2SJ.— Invenum de nomine cpmrlus (mvnsis)
— Ovid. /asi. /. .//).— Iloe ti!>i <ie piano pnssuni proniiüerc.— Lacr. /. 412). —
De ier/ia vigilia e castris profecías esl.— O es. fie/!, (i. /. ¡2) . — J\-r.:ona ¡le
mimo.— Cic. Piti!. 2. 2 j. óy),— Magna de s/irpe nc|wtm:! (aiiquis).— Virg. .E n .
("/. SOyJ.— J ’attci de noslris eaduiil.— Cees. />’. ti. 1. /y) .— Valerius de pnidieo
ce! ele.!ns.— I.iv. 3. /ó ).— T ot de (ia/iis frimnp/ti. lol de J/ispanis, b't ¡le / ’<>:-
ni.-, ‘psnrum íaiilum imperalurun:, an pupuli Roniani dieuntur?— Liv. py. y S ) .
— 7\inpinin de marinare punan. — Virg. tieerg. ///. s y j.— Elebat uterque non
d. su - sup/ieio, sed paler de /¡/ii marte, de pa/ris filias.— Cic. /// Ver. /. yo. y6).
V:>. lame:’, de mea voluntóte conce.ssum esl.— Cic. P.p. ad AH. //*. 2. 4 1.—
Celios-mu ab nobiliuue de eonsule piebeio.— Liv. ó. 42) . — Ante quam de re
penca ./.* me.— Cic. d>e .Ya/, dear. y. 2. y) .— Querría de dauinaÜs.— Cic. Ep.
mi A l!. 17/. «?. y ) . — Máximo /imere de noble acUiciuntur amici noslri.— Brul.
Ad. d t . Ep. J'am. //. 2. y ) . — D e argento, soninium.— T er. Ad- 2. / .y o .—
Ko quilín de improviso venissei.— Cees. />. C. 2. y) . — Necjue ego nunc de
i ii/gan am de niediocri (amicilia) sed de vera el perfee/a loquur.— Cic. De
Am. 6. 23.

Estas relaciones se hicieron mayores en el segundo


periodo clásico, en la decadencia pagana y en el bajo
latín, l o q u e tenía que suceder en una lengua sintética
que entraba ya en el periodo analítico. Cuando en
latín, lo que es muy común., se pone un sustantivo
como complemento de otro, sin mediar preposición, es
porque va señalado el caso, el genitivo, y se distinguen
perfectamente el sujeto y el complemento. Traducidos
esos casos literalmente, tienen que llevar en castellano
la preposición. Por lo mismo es absurdo traer á cuento
frases como la de urbs Roma para justificar la supre­
sión de la preposición de en la frase castellana. Así
lo ha observado Clairin, censurando á Genin su falta de
sentido común al relacionar con aquella frase las fran­
cesas Chálcau-Thicrry, la Fé/c—D ieu , etc., porque,
además de las razones apuntadas, lo contradicen multi­
tud de ejemplos de la lengua antigua. Para reforzar
esta afirmación de Clairin, presento en seguida algunos
ejemplos del francés antiguo :
Ainz /¡ul: I! mi>: no li murcliis /ttr/isscnf d d /crt ¡le /adres.— Yille-Har-
doiiin. ///. edil. de U'aii/v. i S j j ) .
N' ¡ ad paien k¡ un sul mol respundel
i'ois J’.lancandrin de l'easld de Vai-L'itnde.
La Citanson tic Noiand. ?•. s j .
T ul Saint Quintín de l'ennandcis
Util ai s á fon.
/>Uts de Xonnand. t.S jo .
I\l costo goiil appoloil l*on de la J/an/a/na.— piinville. -<??•

La corrupción ‘de suprimir la preposición de en


tales casos y en otros que abundan en la lengua fran­
cesa, pudiera ser más bien de origen celta. Contra
las pretensiones de los vascófilos, el Barón Guillermo
de Humboldt, en su obra Los habitantes primitivos de
España (i). sostiene que la term inación briga ó (trica
es celta, como que se encuentra en todos los países
habitados por ellos, y da el sentido de villa: Ceto-
briga, Mcrolriga, Scgobriga, etc. En Francia cundió
más la corrupción que en España, donde sólo se usa
la supresión de la preposición de con los nombres de1

11 | Traducción de O rlela y Unas Madrid. 1S79.


I'ARTR.T’ l.AS, A K T U V J .O S V l‘K( >.\<».\l liRKS '° 7

ríos, á pesar ele que parece que los fenicios tenían for­
mas semejantes á las de los celtas, lo que no es extraño
en lenguas sintéticas, como las antiguas. Bochare pre­
tendo. que Jíenasta en fenicio significa Puerto de'Asía,
y Bladé ( r ) cree que la antigua Bcesippo puede haber
llevado tal nombre, y de aquí haya tenido origen la
leyenda del desembarco de Menesteo en la Iberia espa­
ñola. Kn España no hay más que. una excepción mi
el uso que estudiamos, y es la de Ciudad-Rodrigo; [joro
Rodrigo, como nombre de: la ciudad no lo es de per­
sona.. según de antiguo se afirma, sino corrupción del
primitivo nombre de la villa, que lo era Aíerobriga y
M i rúbrica, de donde el pueblo hizo fácilmente robe rica,
roderica. y se dijo Rodnica polis. Rodcricopolis, Ciu­
dad—Rodrigo’, como de Segobriga y Segóbrige, dijo Se-
o'oditnum, Scocdumim v Senaria. Por lo menos, es
ingenioso ; y de todos modos, una golondrina no hace
verano. “ Esta costumbre de suprimir la preposición
de, dice Cíairin (pág. 265 de su obra D u Cenitif
L a tín ) debía desaparecer de la lengua francesa... .
Pero como los modos de hablar muy usados y familiares
desaparecen difícilmente, aun permanecemos fieles al
viejo uso cuando designamos las calles, las fiestas y
los monumentos ; y en las denominaciones comerciales
y expresiones parlamentarias, jurídicas y políticas : rae
Conde, m e ?Jousieur-lc-Hinco, la Saint /can, "Cilla Bo-
re/li, maison líetelicite, loi (¡rain moni, ctnundemeut
(iréi'y, affaire Ciernenecea, p roces Bazni/ic, etc." (2).

[ ij H uidos su r !’ •indino d os s. ¡«ir lo:>.n I 'r : i : i S - ¡ ü .- .d ó . K !' . lo


I'rnnok. I’á¡f. 14c).

12 1 Vcusi: />unih ¡ ‘o I.: i-'¡trni;UÍ'"u¡ dos m<-:> . vú>: o í i r ” :


PAi»s. 50 y 5 1.
i Peregrino sería que hablásemos y escribiésemos así en
castellano ! Este procede de otro modo, y ha reglado
el uso inveteiado para atajar la corrupción. Los gali­
parlistas alegan la aposición, lo que no le ha ocurrido
ni á los filólogos franceses, siquiera para defenderse de
la supresión. En castellano aposición en este caso es
•• el efecto de poner dos ó más sustantivos consecuti­
vamente sin conjunción, ” lo que es muy distinto de
la simple ynslaposición; v. g. : “ Caracas, cuna del
Libertador bol í va r ; ” y “ El P a p a -R e y," “ La Mon­
ja-A lférez.” Estas frases son elípticas: "Caracas,
que es cuna del Libertador Bol í var; ” " E l Papa y
Rey ; ” “ La Monja y Alférez ; ” " El Papa que es tam­
bién Rey ; ” "La Monja que es también Alférez. ” Estos
casos son, pues, distintos del de Plaza Bolívar, porque
en esta frase los sustantivos no indican que concurran
dos dignidades, dos oficios, dos empleos, etc., en un
mismo sujeto, como sucede en el papa—rey, la monja-al­
férez; ni se trata tampoco de oración explicativa, que sin
la aposición requiriria una frase conjuntiva y no una
preposición. Todavía más claro: el papa es rey, el rey
es papa: y Bolívar no es plaza, n i la plaza es Bolívar..
En frases como la que me ocupa, se intercala la pre­
posición de cuando es genitivo ó cuando se trata de-
honrar la memoria de una persona ó de perpetuar un
hecho notable: y no se pone, como acontece con casi
todos los ríos, cuando el nombre no es de persona ó
personificado, sino el propio del objeto ; por ello deci­
mos : Plaza ele Bolívar y P ío de Galuche. Ambas fra­
ses son elípticas: Plaza en honor ó en memoria de
Bolívar: P ío llamado Galuche, (i) No cabe con Catu-
( :) Usías frases han sido reconocida.- como elípticas. Véanse las Gramáti­
cas de la Academia Kspnño'a. desde sus primerias ediciones.
.che la elipsis de en honor ó en memoria, porque Catu-
che no es más que el nombre propio de la cosa ; y no
•cabe con Bolívar la elipsis de llamada, porque Bolívar
no es el nombre especial 6 único de la cosa, sino el
apellido del Libertador de la gran Colombia, del Perú
y de Bolivia, que por tal modo se quiere perpetuar ó
rememorar en testimonio de admiración y gratitud.
Después de todo, tal es la práctica de las autoridades
castellanas. Bastan los siguientes ejem plos:
Este señaló otros treinta /enríes, deudos suyos, pata el juego, el cual había
de ser en la plaza tío Viva-rambla, donde se habían de correr los toros.— Pérez
de Mita, (¡narras ciri/cs ilr (¡ranada. Par!. /. Cap. .Y /l.J — Salí á la plaza
dr y.Oíodovrr; pregonaban dos muías para Almagro.— Maleo Alemán, Cuzma n
do Al/araehe. Parí. 1. I.ib. II. Cap. V IH .)— De día bastaba ver las escue­
las desde la plaza de Sania M aría.— Lujan. (Inzuían de Alfnradte. Parí. //.
I.ib. II. Cap. V I.)— Hubiera untado con ellos la péndola del escribano, y avi-
vadtgel ingenio del procurador A manera que boy me viera en mitad de la plaza
de ’/.oeodover en Toledo. —Corvantes. Qnijole. Parí. Prim. Cap. .VA'//.

Allá en Granada la rica


Instrumentos oí tocar,
En calle de los Cameles
A la puerta de .■ llidbar.
/('■ maniera an/i.yie.

¡Ay Dios, que buen caballero


Es el maestre de Callrava,
Y cuán bien corre los moros
Por la Vega de (¡ranada.'

Desde la fílenle <te/ Pina


Hasta la Sierra-Nevada,
V en esas puertas a'e /¡'. ira (l)
Mete el puñal y la lanza.
/V, ¡ m a n s e r a , :' !ta.

(!) listo noquitaque por la fuerza de la medida y enuso de licencia poética


Se elida la preposición enotro romance:
Rascábase el rey n
u»r*j
l’nr Iu c iin litl a'e (iriii
I )¿:Sile la p u e rta a'e V iv i r á
llanta Ai Le I 7;v;vw/«íw.
A’<’lllilllíi-n> antigUlI.
Y vuelves á su cariño
I lespués ¡le malar cien almas,
I >esde la re,I ¡ir SilII Luis
A la pinza iA■ Santa . ¡na.
.Mesonero Romanos. A’ct/nicbros ¡ir Jarenpies.
Kit el comedio del úllimo Iro/.o de la ralIr tle Jóle,lo, comprendido enlrc la
puerta de! mismo nombre y la famosa plazuela ¡Ir la Cebutlit.— Mesonero Ro­
manos. I.a J'osaaa ‘‘ /■ ¡.■ paña rn MaJri</.)— Se trasladó á la pinza,'la tle San
M iguel.-Mesonero. Pag. z>/p.) Tuvo nueva que los cristianos habían
entrado en la cinaatl Le Córdoba. Alemán, Cnzn/an Le .¡/Jaroche. J'art /.
/.II. II. Cap. /.V.) - Kn una sagrada casa, ribera del (Jenil, en la tintín! Le
-|,nján. dir.niiíii Je A Ifarache. /'nrl. //. /.//>. II. ( ’np, VI.)-Refmado ríe golpe
en la Puerta L I .Se/ de Madrid y m il- ti- 'P0IL0.— I .lijan .--(///:///«// Le . Ujarach■:
Pe II. /.;■ ■ . //. Cuj>. I V .) • -Knlrc por una plaza, donde vi aquellas célebres
/•• :¡-in:: ,/• /'Im/ino, ,/,• la Piar ,!■ Lis, ti,-/ (¡rija, <I • la Sa/amano'ra, y
oirás.--Sanvedra I Ajanlo. PepáiLica /.iteraría.) l*ué coronado y ungido en
la iglesia L, San PeLro y San Palla. Saavedra. Corona Cólica. Cap.
. V )• l’ara memoria de estos trofeos, fundó las t i míadas tic Vitoria y Le
Peejpelfs. del nombre Le A\eareJo.— Saavedra. Corona Cólica. Cap. X I V . ) —
l !i. dijo que id primer uso de los coches fué en la provincia tic /■ 'ripia. —
N.'.varíete. Conservación tic Manar,¡utas. Pise. X .Y .Y IV I.)
Kn el mesón ,/c la La na.
Kntrando de fuera un coche
(Jane un talego y dos líos,
One me vinieron de molde.
One ved o y Villegas. Jácara, Villa y Milagros t/c Mon/ii/a.
Tomóse de paso con lodo esto la cintila' t/c .Vino, antiguo asiento de los reyes
de Asiría, y el castilla a'c .■ [ríalas.— Coloma. Los .¡nales. Libro Dnotiócihio. —
S1 a'c Aragón, y en particular su tintín! a'c Zaragoza. — Meló. Guerra tic
('.:'■ ■ ■ "la /.ib. III. 6f.) 1‘ero yo veo lodo esto y algo más en las calles ,/c

Mensajeros han entrado


Al rey Chico de (llanada:
Kntran por la puerta Vivirá
Y paran en el Alhambra.
.■ ■ .'. (¡/¡i y Je /.a m p ies, J e /a M ontero y ./<i J la r jiiW o , </.* .SV/;/ A n tó n y </<- 6<7*
r r elo s. — .Mesonero Romanos. . 1// eai/e.) Kn 29 de mayo de 1S45 se estrenó
en e! teatro J e t P r in c ip e la ‘ ‘Jiira en Sania ( ja d e a ." -E ugen io de Ochoa. D o n
Ji/di/ /■ '.. J/artzcnbnscii.) — Un día pregunta en la fu lla Je /</ Coma Jre. por dónde
ha!n'a <le ir á la p u erta Je/ .SV/.— i lartzenimsch. P .l Lugareño. ) — D ebajo de
Zaragoza, en la ribera be) río /■ './•>0. está la f in J a d Je T a r i asa. — Juan Aragonés.
Cítenlo /"/•)— Por un alegre jardín que á la orilla de! r io P isu erg a estaba.—
Alemán. G uzntán J e A /fo ra ch e. P a r í. //. /.ib. /. C u / . '//*.)—~S¡r W alter Ra-
leigh, hombre ambicioso é intrépido, poco escrupuloso en sus medios de hacer
fortuna, y cuya- codicia, violenta como todas sus pasiones, cansó infinitos niales
á !a pro v in cia Je G u a ra ñ a . — llaralt. J/is/oria an tigua Je V enezuela. P J ició n
p rincipe. P a g , 2 jb \

Se observará que me he excedido en presentar


ejemplos; pero ello es necesario cuando es tan tenaz
la porfía de los que ni comprenden las reglas gra­
maticales ni conocen la índole del castellano.
286. Entre nuestros escritores de América lo
mismo que entre los de España, salvo muy contado
número de hablistas que han estudiado profundamente
la lengua, privan frases incorrectas por el mal uso de
las preposiciones. Debe ponerse sumo cuidado en la
significación del verbo y en la especie de relación que
por medio de la preposición quiere expresarse, pues
hay casos en que el sentido propio de lo que se quiere
expresar impone el deber de suprimirla. La preposi­
ción A, por ejemplo, tiene tal fuerza, determina de tal
modo, que con un mismo verbo impone á las veces su
empleo, y á las veces su supresión, dando en uno y en otro
caso distinta significación á la frase, puau perdió una
hermana, quiere decir que á Juan se le murió una
hermana ; y Juan perdió á una hermana, significa que
le ocasionó daño en la honra, que la corrompió, ó que
la comprometió en algún hecho perjudicial. Fue Juan
auieu robó la joven, significa que Juan fué el raptor.
el que la sacó del hogar ; mientras que Juan f u é quien
robó á la joven, significa que Juan fué el ladrón que le
quitó el dinero ó las joyas, etc.
287. Por igual modo, no es lo mismo, como obser­
vó ya Salva, decir Busco criados y Busco á los cria­
dos\ porque en el primer ejemplo se buscan los que no
se tienen y se desea ten e r; y en el segundo se deter­
minan los criados propios, que no se sabe dónde están
por el momento.
288. E l Papa creó cinco cardenales, es frase com­
pleta que expresa la creación de cinco Cardenales;
en tanto que si se dice E l Papa- creó á cinco Carde-
?iales, parece qué falta qué los creó, si Caballeros de
Pío IX ó alguna otra cosa, porque la preposición á
está determinando Cardenales hechos y derechos, esto
es, ya de antes creados. Si se dice E l Presidente
de la República nombró á un comisionado para arreglar
el asunto, ha de entenderse que designó á un individuo
ya existente como tal comisionado. D e modo que para
expresar la elección especial de un individuo con el
carácter de comisionado, lo correcto y claro es decir:
E l Presidente de la República nombró un comisio­
nado, etc.
289. Nuestros antiguos padres decían se metió
monja, y no se metió de monja, ni menos se metió á
monja, como algunos se aventuran á decir hoy:
L o que primero hizo fué tratar de meterse meaja..— Mateo Alemán. Caz-
man </, A ja r a cao. Par!. II. /.ib. II. Cap. /'Til).— Calidos es nuestro, dijo
Amador, y su hija Arbolea habrá un año que .te me/ió monja.— Co utreras. Selva
<ü Avan/nras. I.ib. VII).'— Ni vo quiero que le nieta.* monja, sino lodo lo con­
trario.— Juan Valora. Juanita ia /..arpa. X I.U I.

Esto es así porque el meterse ó entrar monja,


monje ó fra ile, es á perpetuidad, de por vida, y no even­
tual, no accidental, ni con la facultad de abandonarlo.
Esta es la razón, aunque ni Salvá ni el señor Cuervo,
al tratar con erudición de estos casos, hayan dado la
doctrina. Cuando el señor Cuervo leyó en la fábula
•de Hartzenbusch E l Treinta de A b ril estos versos :
. . . . ¡lindo pago
Para el cpie reine bien! ¡famosa ganga
Entrar de rey para salir monago!

no observó que se trataba de un rey accidental, de


un remecido de morondanga, y que el treinta de abril
la corona debía mudar de cabeza y el rey tornar á su
antiguo oficio, por lo cual el entrar de rey era como
entrar de Presidente, pasar de embajador, ir de capi­
tán, trabajar de carpintero, oficios y empleos que pue­
den abandonarse por otros, ó de que puede uno ser
relevado. Nunca se podría decir correctamente, hablan­
do de una monarquía hereditaria, que el príncipe, naci­
do y educado para rey, entró de rey, ni tampoco entró
rey. Otra cosa sería entró á reinar, ciñó la corona, etc.
De Napoleón sí puede decirse que entró de emperador,
porque no tenía derecho á ello, y el verbo entrar im­
plica el paso de un estado á otro, y fuerza de voluntad,
por donde su sinonimia con introducirse y acometer.
290. Salir tiene entre sus diversas acepciones la
ele resultar, como en las frases corrientes y castizas :
“salirle caro,” ó “salirle cara una cosa á uno "en la
lotería salieron premiados tales números "á mi nada
me sale bien y como en el siguiente ejemplo de Fray
Pedro Mañero en el Cap. I. de la Apología de Quinto
Septimio Florcntc Tertuliano, á saber : “ Abocándose
S
alusiones y noticias, no pueden salir ordenadas. ^
Como se ha visto por el número antecedente, la prepo­
sición de se antepone generalmente, en ciertas locu­
ciones, á los nombres de empleos y oficios ; y parece
además que en la frase, que no pocos usan, “salir de-
Presidente'' "salir de Diputado' está elidido el parti­
cipio electo, y debe entenderse “salir electo de Presi­
dente,” “ salir electo de Diputado.” No obstante todo
esto, "salir de Presidente ó de Diputado,” para signi­
ficar que se ha resultado electo para alguno de tales
cargos, es realmente incorrecto, porque cuando salir,
tratándose de nombres de cargos, empleos ú oficios,
tiene la significación de resultar, no se acompaña de
la preposición de, por lo que gramáticos y escritores
dicenen tales casos "salir Alcalde,” "salir Presidente,”
"salir' Diputado,” y así es como debe decirse. Paré-
cerne un error de Salvá, y de los que han seguido su
parecer, que salir de signifique dejar de ser, cesar, en
las frases "salir de Alcalde,” “ salir de R ey,” etc., por­
que en estos casos la preposición de está en su uso más
común, que es el de expresar modo; y "salió de Alcal­
de, ” "salió de R ey,” son frases como "salió de paseo,” y
expresan que se hizo ó se representó de Alcalde ó de
Rey, sea en las tablas ó en el Carnaval. La frase
señala una circunstancia puramente accidental, por go­
bierno de la preposición de, indicativa en ella de modo,
como ablativo que es. En "salir de este mundo,”
"salir de la vida,” salir está en su significación legítima
de partir, pasar de un lugar á otro; y cuando expresa
morir, dejar de ser, es por traslación, porque es una
locución metafórica. Lo mismo puede decirse de la frase
vulgar: “ Hoy sale el verano,” en la que se personifica
” 5
el verano, y salir tiene su acepción legítima de partir,
irse. En tales frases, además, se emplea también ó
el demostrativo ó el determinativo. Cuando en el caso
que me ocupa se quiere significar que alguno ha dejado
de ser Rey, Presidente ó Alcalde, ó cesado en sus fun­
ciones, se expresa así : ha dejado de ser, dejó de ser,
rcunció, abdieó, fu e depuesto, terminó el período, y de
otros modos análogos, según el caso. Se comprende
que salir signifique pasar de una parte á otra, partir,
libertarse, librarse, resultar,* aparecer, nacer, sobresalir,
manifestarse, provenir, sobrevenir, derramarse, y aun
abandonar ; pero, ¿ por qué carga de agua ha de signi­
ficar dejar de ser? Sólo porque en “ entrar Presi­
dente” tenga entrar la acepción ó el sentido de comen­
zar á ser, no me parece razón ni motivo, una vez que
se atienda en cada caso al respectivo valor de los
verbos y al de la preposición que los acompaña.
Y a que hablo de la preposición de y de su elisión
en locuciones castellanas, bueno es censurar el afán de
suprimirla, á uso catalán, en no pocas frases. Por ejem­
plo, los catalanes dicen : “ Aparte lo a l e g a d o " E n
medio la m a t a n z a “Tiempo es ya que veamos
cuando nosotros, huyendo de imitarlos, debemos decir
correctamente : “Aparte di lo alegado "En medio de
la matanza "Tiempo es ya de que veamos. ”
291. En Venezuela, lo mismo que en otras repú­
blicas hispano americanas y en España mismo, incurren
ciertos escritores en el vicio de emplear el verbo deber.
seguido ó no de la preposición de, sin atender á la sig­
nificación de lo que se quiere decir. Debe tenerse
presente que deber de expresa duda ó vacilación, y que
deber, sin la dicha preposición, asegura, afirma rotun­
damente.
**Deber, dice la Gramática de la Academia Espa­
ñola, seguido de la preposición de, y significando duda,
presunción ó sospecha, es asimismo auxiliar, como se
ve en estos ejem plos: debe de estar trascordado; debía
de pensarlo así, citando lo dijo; debió de recibír algitna
mala nueva." Y agrega:o o "N o usándose en este sen-
tido, es viciosa la interposición de la preposición de.
Juan debe estar agradecido, y Juan debe de estar agrade­
cido\ son dos expresiones de muy diferente significado.”
Véase claro en estos ejemplos:
X¡ la veje/, es parle para justificar lo malo, ni la novedad lo debe ser para
•condenar lo bueno.— Granada. Unta de retadores. J.¡!>. //. Cap. X V .)— Hasta
que el misino cansancio de sus miembros le anuncie que debe dar fin á la tarea.
•■ ■ Martínez de la Rosa, /.¡/iros de /os A '¡ños. Consejo de un padre.)— En el
desorden de su cuarto notó entre otras cosas que no debía de hacer nunca su
cama: tal estaba ella de mal parada.— Mariano José de Lara. M i nombre y mis
propósitos.)— Sino que este muchacho, malogrado él se vea, debe de ser algún
pecador.— /.a /'/cara Justina.)— A otra necesitada y principal persona que debe
de estar puesta en alguna grande cuita.— Cervantes. Quijote, .bey. Par/. C c f i .
A'.V/.V.) — Siendo el instituto destas Empresas criar un príncipe desde la cuna
hasta la tumba, debo ajustar á cada una de sus edades el estilo y la doctrina,
como hicieren Platón y Aristóteles.— Saavedra Fajardo. Empresa Primera.)—
¡Vaya, epte nuestro honor ,/ebe ser cosa bien quebradiza, si tanto afán se necesita
para conservarle!— Moralín. La Esate/a de /os Maridos, .let. Prim. Esc. //.

No se olvide, pues, que en estas construcciones


con el verbo deber como determinante, si la preposición
de sigue á éste se indica probalidad, y si no le
sigue
o se afirma categóricamente.
o

292. ¿Cómo debe decirse ocuparse en. ocuparse


de, ú ocuparse con? Baralt extremó su parecer, por
horror al galicismo, hasta negar al verbo ocupar todo
régimen que no fuera el de la preposición en; Salvá
II 7

comprendió que la preposición de podía acompañar


correctamente al participio, pero como que no ob­
servó que había casos en que tal uso era incorrecto ;;
Cuervo adopta la decisión de Baralt, mas cree casi
necesaria la preposición de en la pasiva cuando el
verbo reflejo se traduce por llenar; y así los demás-
autores que se han ocupado en el asunto. En mi
humilde opinión ninguno ha dado en el hito. V ea­
mos primero cuál es el valor que el dicho verbo
tiene en el francés. Los franceses dicen S'occupcr á
y S'occuper de. S'occuper a se refiere al tiempo y
tiene carácter ó de generalidad ó de suavidad, ó
entrambos á la vez. Si se trata de hacer una cosa,,
es emplearse habitual mente en ella y trabajar de
tiempo en tiempo sin precisar lapso ni época:
Un grand nombre de datnes élaienl aceapCes ti Sa servir. (FCaelon.) En
attondanl, je m'occuptraid l ’étude (i'o/laire. ) — A présent que je ti’ai que des
objets tristes, je m' tr: upe ti iire des rotnans. fMontcsijuieu. ) —Tandis que tout
s'i’ta/p,’ ti me persecutor. (Radas.)

S'occuper de no tiene un carácter tan general ;


se refiere más bien á una acción precisa y deter­
minada :
Ceux que le monde ocatpt as ses vanités; (Fléthier.) — Je me suis occupC de
votis en partan! et dtirant tout mmi voyage. (Rousseau.) — Nous somates ocatpSs
de vous bien recevoir. (M adam a de S e v ig u c .) — Et tous sonl atrapes, sans songer
á mes it.aux. D e ses amusements qu'iis nomment ieurs travaux. (Rufina.)

En cualquiera de los ejemplos que presento,


con participio ó sin él, la traducción literal sería más
que un galicismo, un despropósito. A los cons­
truidos con a corresponde en castellano la pre­
posición en. De los construidos con de, el de Fléchier
requiere el cambio del verbo occuper por uno de los
verbos llenar ó henchir. El de Rousseau (con parti-
cipio y todo) requiere el cambio de la preposición de
por la preposición en, y todavía mejor trocar también
á occuper por pensar. El de Madame de Sévigné
(con participio y todo), impondría el cambio de la
preposición de por la preposición en, si se tratase de
una recepción coexistente con la ocupación ; pero
como sólo se trata de preparativos para una recep­
ción posterior, precisa asimismo reformar la oración
al trasladarla al castellano, de modo que la idea
quede clara y correctamente expresada. En el de
Racine (á pesar del participio), tampoco puede con­
servarse la preposición de, sí se ha de hablar con
toda propiedad. Para ello hay que cambiarla por
la preposición en. Resulta de este estudio que ni
el empleo del participio, ni la significación de llenar
que tiene el verbo ocupar en entrambas lenguas,
son motivos para que se le dé correctamente el
régimen de la preposición de. ¿ Cuándo, pues, se
le puede dar tal régimen? Reduzco los casos á dos
solas reglas, las cuales resultan del examen de los
oficios de las preposiciones, de las acepciones del
verbo ocupar, y del uso de los buenos escritores
castellanos, aun en el período en que el lenguaje
comenzaba á depurarse.
Las reglas, pues, son las siguientes, á saber:
i" El verbo ocupar, en las acepciones de llenar
y de tomar posesión, puede construirse con la prepo­
sición de cuando esta tiene carácter causal, denota
razón ó motivo, y se la puede trocar, aunque trocada
disuene algo, por la preposición por.
2:l Puede también construirse con la preposición
I 19
de el verbo ocupar, cuando se toman las cosas en senti­
do inmaterial, y se le emplea en la acepción de llenar,
con la circunstancia de que en tal caso la preposición
de equivalga á la preposición con. He aquí ejemplos
correctos:
Este esplendor conservaba entonces un rey de Castilla traba jado con guerras
internas, y ocupada do los africanos la mayor parte de sus reinos. .Vaavedra
Fajardo. Idea de un Príncipe político-cristiano. Empresa L X IX .
Que al lin la luz serena cpie me guía
1.a vista abre de nuevo á mi cuidado,
Y de improviso horror todo ocupado,
Repugno á la perdida suerte mía.
Herrera. Se¿. Soneto X L .
No sé quién los atributos
Del fuego en Cupido pone;
Que yo de un súbito hielo
Me sentí ocupar entonces.
Rui/, de Alarcún. 1.a Verdad Sospechosa. Act. Seg. Use. /X.
Transformaciones tales
Jamás Circe las supo,
Porque un hechizo formo,
Con que mudo y transformo
Cualquiera ser que de mi fuego ocupo.
I.ope «le Vega. Cauciones.

Los demás casos en que la preposición de puede


seguir al verbo ocupar no requieren regla, porque en
ellos de no es régimen de ocupar, como sucede en el
ejemplo que sigu e:
Y así, supuesto que es cierto
Que si publica la fama,
Que ocupan de Cuaderrama
Tantos soldados el puerto,
El rey lia «le prevenir
Por píen lenios tanta gente.
Que á su ejército valiente
No podamos resistir
Rui/, de Alarcún. J íl Tejedor de Scgovia. Ae!. Se±. Use. Pri/n.
Donde la lección es “ el puerto de Guaderrama”
Lo mismo acontece en el siguiente, donde, además de.
la transposición, empleó el autor la preposición á en
vez de la preposición de, obligado por la medida del
verso :
V ocupando á esa montaña
I-a aspereza peñascosa,
Nos darán muros y torres
Sus inexpugnables rocas.
Rui/, tle Alarcón. E l Tejedor de Segm'ia. Act. Prim. Esc. X IX ,

Esto es “ la aspereza de esa montaña.” En


ningún otro caso puede la preposición de construirse
con el verbo ocupar sin incurrir en incorrección é im­
propiedad de sentido; y según lo que se quiera ex­
presar, debe emplearse una de las preposiciones cu,
á, con ó por, ó ninguna.
He aquí ejemplos correctos y claros:
Tantas cosas me presentaba la fantasía, que ocupé casi todo lo que quedaba de
la noche.— Lujan. (iu:/nón ¡le A/faro che. Parte I I . J.ih. I I I . Cap. IV .
Acude, corre, vuela,
Traspasa el alta sierra, ocupa el llano.
- Fray Luis de León. Profecía del Tajo.
Cuantos las aguas inoran
Antiguos dioses y deidades nuevas,
Por las ondas que doran
Los rayos de la luz dejan sus cuevas;
Y ocupan los vacíos
Que á la playa perdonan tos navios.
Gúngora. Canciones. IV .
Mis penosos cuidados
K1 espacio mejor todo ocuparon.
Herrera. Iit>. II. Canción VII.
Perdonad, mi bien, si os doy
Aqueste disgusto ahora,
Impidiendo el venturoso
Sueño que ocupando estaba,
Por el descanso que os daba
En cambio ese cuerpo hermoso.
Rui/, d t Alarcón. Los favores del inundo, .-le'. Se?'. Use. V III.
Que esta interior galería
Del alma, con sus lugares,
No la ocupan mil pesares,
Y la llena una alegría.
Morete. I.o que puede ht aprehensión. Jora. Prim. Ese. Prim.
A Dios gracias, tiene mejor causa para ello que para ocuparse en llorar duelos
ajenos.— Castillejo. Diálogo entre el autor r su pluma.)— En España no había
galeras: el poder del Rey ocupado en regiones apartadas ; y el reino fuera de tal
cuidado, todo seguro, todo sosegado. — Hurlado de Mendoza. Guerra de Gra­
nada. Lili. Prim .)— La cual (la noche) el maestresala pasó sin dormir ocupado
el pensamiento en el rostro, brío y belleza de la disfrazada doncella.— Cervantes.
Quijote. Seg. Par/. Cap. I I .)— No sólo este, sino todos los demás hermanos,
se avergüenzan de ocuparse en los ministerios humildes con que se ganó aquella
hacienda.— Navnrreie. Conservación de Monarquías Discurso X I.
De amores se negocia y se barata,
Toda la tierra en esto es ocupada.
Roscan. La Mansión de Venus.
Aquel á quien juzgan todos
Por sus hechos y costumbres
1 >igno que en cargos más graves
Nuestro santo Rey le ocupe.
Rui/, de Alarcón. E l Semejante á s í mismo, .-leí. Seg. Esc. Prim.
¿ No tiene usted vergüenza, siendo un sujeto decente y de obligaciones, de
ocuparse en fabricar enredos?— Moralín (!>. Leandro.) La Escuela de los Maridos.
Act. Seg. Esc. LX.)— Estalla mi amo bien ocupado con despachos que habían llega­
do de Francia.— Lujan. Guzmó.n de Alfaraehe. Seg. Parí. /.ib. Prim. Cap.
Prim.
Si Delia en perseguir silvestres flores
Con muy castos cuidados ocupada
Va de su hermosa escuadra acompañada.
Gil Polo. Alabanza de Elvinia.
El río mayormente si salido
De madre, y largamente por la tierra
En los inciertos meses extendido,
Con cieno, que dejó, la ocupa y cierra.
Fray Luis de León. Geórgica primera de Virgilio.
Ni la libre expansión de los afectos del alma apetece la publicidad, ni las con­
sideraciones que su deben al respetable auditorio que presencia este acto, permiten
que tarde mucho en ocuparme con otra materia. — línrtzenbusch. Discurso leído en
su recepción como Individuo déla Academia Española.\ — Memorias de distinta na­
turaleza suelen ocupar también <•? numerosos individuos de la sociedad católica en
la madrugada del lunes.— línrtzenbusch. D I lunes.

293. El plural del pronombre personal yo es


nosotros ; y el de la segunda persona t?(, es vosotros.
Usted es contracción de Vuestra Merced, y su plural
es ustedes. AI emplear el tratamiento de usted nos
representamos una tercera persona imaginaria. Así,
es un barbarismo imperdonable mezclar unas y otras
personas en una oración ó en un relato, como vosotros
y ustedes, ó tratar de tú á una ó á varias personas con
quienes se departe, y luego, dirigiéndose á todas en
conjunto, decir ustedes, cuando el plural correspondiente
es vosotros. Esta corruptela de darle á tú el plural
ustedes se observa en escritores de distintos países
donde se habla el castellano. Cuervo la ha notado en
Colombia. En Venezuela, uno de nuestros más dis­
tinguidos noveladores dice en una de sus mejores
novelas, por boca de un personaje que particularmen­
te trata de tú á los dem ás:
“ Como lo oyen ustedes, prosiguió tranquilamente
el Conde, sin advertir la turbación que se manifestaba
en sus inquietos interlocutores; y á fe, amigo mío,
que pruebas, á mi juicio, poca energía y menos te­
nacidad.”
No es este autor el único que ha incurrido en tal
descuido, llevado por la coacción que ejerce el uso
del vulgo ; pero deben todos consolarse, porque nada
menos que el inmortal autor del Quijote, en el Cap.
123

X X V I de la Segunda Parte de tan regocijada obra,


comete el pecaminoso descuido de usar promiscuamen­
te los plurales de la segunda y de la tercera personas,
en boca del declarador de las maravillas del retablo;
y ya dice Miren lites as mercedes, vuelvan vitesas mer­
cedes los ojos, miren también un nuevo caso, miten como
ia da un beso ; ya pero veis cómo el piadoso cielo, veis
cómo vuelven las espaldas, veis también cómo■ los relinchos
del caballo ; y vuelta otra vez. miren con que priesa ; mo­
do de hablar que hoy sería imperdonable en un buen
escritor. En falta semejante incurre Gallego en el
Cap. X X I V dél a traducción de Los Novios de Man-
zoni. Véanse ejemplos correctos del caso :
A U y 'i todos los demás i/ne estáis presentes.— Pérez de Hita. l¡ion-rus Ci­
rilas tic //mili. Pn/ t. //. Cap. X X L ) — Tienes mucha razón, sobrina, en lo
cute dices, respondió Don Quijote, y coras te pudiera yo decir acerca de los li­
najes que te iui///irara/i; pero por 1.0 mezclar lo divino con lo humano no las
digo. Mirad, amigas : á cuatro suertes de linajes (y esfad/ne atentas) se pueden
reducir lodos los epte Itav en el mundo.— Cervantes. Quijote. S. P. Cap. IV.)
— ¡Ah, señor m ío! dijo á esta sazón la sobrina, advie/la mesa merced que to­
do eso que dice de los caballeros andantes es fábula y mentira.— Cervantes.
<Juija/e. .V. T. Cap. V i .) — l ’aso, señor licenciado, díjele yo, y mire por do cami­
ní/, que desde el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, ha ido saltando
vuestra merced como avecilla de Moren llor.— Cervantes. /•./ TuscapiC.)

El es tu deudo ; y por Dios


Que fuera bien que se unieran
I 'uesl/as dos casas, y hicieran
Un rico estado los dos.

Ruiv de Alnrcón.-- A7 Exorne// de Marido, . leí. Sep. Fue. II.

Calcula, pues, cuán alto y lisonjero es el concepto que tengo «te vosotras. —•
Juan Valora. E l Comendador Mendoza. Cap. X V I . ) — ¡Bueno está su Lucas de
V . (replicó el A lcalde; ) en lin, vamos andando, y ya vecemos lo que hay que
hacer cantados ustedes.— Pedro Antonio de A larcón. E t Sanihrero de tres Picos.
X X /V .)— V á mí, ¿qué me cuentas de eso? ¿ Te ha parido el padre Apolinar,
por si acaso? ¿ Te drhe e 1 pan que come? ¿los hábitos que viste?...........Nada,
hijo.......... lo de siempre! Los jolgorios y los tragos dulces, para vosotros solí-
tos, y en cuanto hay una desazón ó una descalabradura, á buscarme a mí para
que os quite el hipo ú os ponga la venda.— Pereda. Sutileza. Cap. X V ..

Debe por igual modo conservarse siempre el mismo trata­


ndo.to empleado, salvo en los casos en que la pa­
sión dramática, para mayor verdad y efecto, requiera
el cambio de vos en tú, ó viceversa ; mas en tal
ocasión debe hacerse con suma habilidad y acierto.
Cuando se empleen tratamientos como majestad,
alteza, reverencia, paternidad, etc, el verbo debe siempre
concertar con ellos en tercera persona, ó de singular
ó de plural : “ Si su Majestad se digna Sus Eminen­
cias no han llegado;" etc. Así, es intolerable la falta
de concordancia cometida por D. Eugenio de Ochoa
en el Cap. Seg. del Seg. Vol. de E l Auto de Ee, á saber :
“ A l toque de las doce iremos los dos, si vuestra A l­
za no lo lleva á mal; donde podréis satisfacer vuestra cu­
riosidad.”
Lo correcto es otra cosa :
En lo de la estada en Madrid ■ vuestra revereneia se moverá por causas muy
justas.— Fray Luis de León á Fray Hernando de Peralta. Profeso.) — Vuestra
majestad, como príncipe tan esclaiecido y tan celoso.......... . mandará aquello que
más conviniere...........— Navarrete. Consulta.

294. Yo, tú, son verdaderos pronombres perso­


nales, que se ponen en lugar del nombre. M í. tí, sí,
son abreviaciones de mihi, tibí, sibi, que corresponden
á meus, tuus, suus: mío, tuyo, suyo ; y por lo tanto en­
vuelven en su uso la idea de posesión, por más que en
algunos casos esta parezca inapreciable. Por ello mí,
tí, sí, deben ir siempre regidos por una de las preposi­
ciones á, de, para, por, sin, entre, lo que no aconte­
ce con los personales yo y tú, sino cuando estos se cons­
truyen juntamente con la preposición entre.
295. El uso de la preposición entre con las abre­
viaciones de los pronombres posesivos es una anoma­
lía antigua que debe abandonarse, porque á la frase
corresponde gramaticalmente el nominativo : entre usted
Y y° > Y porque, sujetándonos á la regla de construc­
ción, entre usted y entre mi es un disparate, y entre mí y tí,
violento, y sólo tolerable en libros correspondientes á
la época en que el idioma se depuraba, como en es­
tos casos :
Et tú c yo somos enemigos naturales, et non veo carrera por do haya amor
entre mí é tí.— Mocaffa. Cotila é Dymna. Cap. /A ',)— Tenía miedo de un duende
que había en su aposento, y se había acostado entre »á mujer y mí.— Luna. L a ­
zarillo de 7armes. Cap. VII. ) — Sino que la diferencia que hay entre mi y ellas,
»es, que ellos fueron santos y yo soy pecador.— Cervantes. Quijote. S. Cap.
J .V III.

Otra cosa es cuando se emplea como Ouevedo,


•Calderón y León en estas lecciones :
Vengóte á servir aquí
Con dos mil cascos de nuez,
Lanzas como de. mí á ti,
Con jinetes de Jerez,
Y peones de albañil.
Entremés de la Infanta l'a/ancona. Jarn. Sey.
Pues, para que aquí me libre,
Van á otra parte á prenderme,
Dejándome á mí por mí.

Que esfuerza que»/ mi me busquen,


Aun para que éi mí me dejen.
Mejor está i/tte estahu.— -forn. I'rim. Ese. X V II.
Este favor de tí. que es ya el postrero,
Me sea, oh Aretusa, concedido.
Egloga X . Ex/remirm.

Hay que advertir que cuando la preposición con


precede á los casos mi, ti, si, toman éstos las formas
migo, tigo, sigo:
Triunfa, ó pura, del hórrido enemigo :
El pódenle mi diestra va contigo.
Lista.— Lo Concepción de Xttes/ro Señora.

Sentado todo esto, digo que es todavía mayor^bar-


barismo decir entre tú y mi, como suele el vulgo, y
descomunal emplear á tí por tú, sin régimen de pre­
posición, como en este cantar popular publicado por E l
Boletín :
Donde Maraeaiboal norte,
V deudo el norte hasta aquí,
No hay naide que se comporte
Como le comportas ti (!)

296. Kn un periódico que se publica en Caracas,


leo (octubre de 1S94.): “ A l despedirse le dijeron á
los artistas" . . . y no pude continuar leyendo, porque
me di á pensar acerca del vicio de decir le por les,
común en ese y otros periódicos, y aun en las más
encopetadas tertulias.
Bien es verdad que en Zorrilla se l e e :
Pero vendrán entre ellos
/.os ánimos, que esperan de nosotros,
No plegarias mentidas ni oraciones,
Sino armas afiladas,
El oro y las secretas instrucciones
Que ie serán por vuestro labio dadas.
E l Zapotero y e! Rey.— P o rte l, .-¡el. ///. Esc. ///.

Y en obra clásica de incierto autor:


Toilos los que sirvieron y siguieron á cuantos del polvo de la tierra fe"
levar.lustes. y valerosos y ricos heciste.
Vida de J.uzariUo de Termes. Cap. V.

Y en el poeta coronado:
!.a fama de los hechos de Gu/.mán, saliendo délos términos de Africa y de
Es paita, llegaba á Italia á oídos de! Papa, que, te escribía á él y á sus com­
pañeros en términos y elogios magníficos (1).— Quintana. Parte II. Historia. Gnz-
j/iú/i el Bueno.

Mas al considerar que estos y otros casos son ra­


ros y aislados, y van contra la práctica general de los
mismos escritores, y aparecen en unas ediciones y en
otras no, lógico es suponer que ó son erratas ó des­
cuidos de que no debe hacerse caso. Pero hay casos,
replica el.sabio lexicógrafo señor Cuervo, en que la
medida del verso abona la lección:
Dale á mis obras el debido premio.
Juan de la Cueva. E l Infamador.
Y o he tejido
Un denso velo, que le oculte á todos,
A su pesar las leyes de natura.
Alberto Lista. E l Imperio de la Estupidez. Canto I I '.

Páre el ilustre maestro, que en verso es donde se


ven semejantes ejemplos, y los versos no sirven para
tales lecciones, porque, además de que
¡Oh fuerza del consonante, á lo que obligas!
A decir que son blancas las hormigas.

aunque no se trate de consonantes, los poetas están


facultados para quitar una de éstas al fin de ciertas
voces, y fundados en ello se extralimitan, ¡ y cómo ! vea
usted : Meléndez Valdés, que en la anacreóntica D el
vivir de las Flores empleó aquel
Dejadle á mis glorias
El pasar como un sueño,

emplea en la Epístola III. del tomo 111. aquella endia­


blada tibies:
Su tibiez mueva, su pereza aguije,

(i) En este paso, no parece el le errata, sino que Quintana quiso indi­
car que las cartas iban dirigidas á Guzmán. aúu así es gramaticalmente inad­
misible poner le por les.
y en el Romance XIII aquel pon, por pone, que no hay
donde ponerlo :
La que con sus gracias ríe,
Y con él baila en la fiesta,
Y en el seno pon sus flores,
Y con otras su amor premia.
Meléndez.
De /•Vi un tiempo la presencia hermosa
Javellanos.
Al torrent de los sauces es llevado
González Carvajal.
lista es la alcoba de mi Fili amada
Meléndez. E l Lecho de Eilis.

Sin duda que estas síncopas, la de beldó, y la de tantos


otros vocablos, arguyen pobreza y abuso, pero más
nada. Cierto es que este le vicioso se encuentra en los
cantos populares españoles, pero comprobando sólo que
entrambos pueblos, el español y el hispano americano,
incurren en el mismo adefesio, porque no conocejn bien
la gramática y el le en cuestión engaña el oído inte­
lectual, permítaseme la expresión. Reducir el pronom­
bre le al arcaico ge, como quiere el señor Cuervo aca­
tando la opinión del insigne Bello, de que el ge arcaico
era invariable, no es posible, una vez que tal invaria­
bilidad es un error del gran maestro, pues sólo era
invariable cuando reemplazaba al pronombre se: gelos, se
los ; golas, se las. A la prueba :
Flijo, á tus vasallos non ges seas irado.
J.ibro Je Alexandre. C. jj .
Poro con alegría fizóse muy lozano,
Tenie que non aurie qui ges tornasse mano.
Libro Je Alexanjre. C. ¡Sóa.

Pongo ahora ejemplos correctos de la forma mo­


derna les:
I 29

Con los estímulos de la ira y de la venganza apresuraron las haterías, y


•deshicieron tanto los muros de la ciudad, que apenas fes quedaba reparo á los
de dentro.— Saavsdra Fajardo. Corona Ciática. Cap. V il/ .) — Esta fue la hon­
rada muerte del valeroso don Alonso de Aguilar; y, como hemos dicho les
pesó mucho á los Reyes Católicos.— Pérez de llila . Guerras Chiles de Granada.
Parí. I. Cap. A l'/ / .) — Como católicos, podían prometerse que Dios les daría la
Vitoria contra aquellos arríanos.— Saavedra Fajardo.' Corona Gótica. Cap. 1 //■ )
Cada uno de los otros dos bandos deseaba tenerlos por amigos: y así les quisie­
ron dar gusto en dar asiento en aquellos bandos.— Pérez de Hita. Guerras Ci­
viles de Granada, /'arte /. Cap. A VI'.
En torno girando vuela
I)e Amores la tropa vaga;
Y el astro hernioso de Venus
Les destella lumbre blanda.
Alberto Lista. Romances. 9.

Si para ello hubiera bastado vencerlos, la ventaja que les llevó Guzmán
con su hueste sevillana en todos los encuentros pudiera escarmentarlos.— Quin­
tana. Parte Segunda. Historia. Guzmán el Bueno.

No se incurra, pues, en el- barbarismo de decir ó


de escribir le á ellos, le á ellas, sino les cuando de varios
se trata, porque decir le tengo miedo á esas mujeres,
le dijeron á los artistas, no se diferencia, en punto á
disparate, de decir me tienen miedo esa mujer; ó los
artistas me dijo, (á nosotros, ó á varios).
297. Y a que del ge arcaico hablé con referencia
al le, diré que aunque D. Andrés Bello y D. Justo
Rufino Cuervo (i) creen que el pronombre arcaico ge
deriva de los adjetivos demostrativos latinos is, Ule,
isfe, por encontrarse en el Fuero Juzgo las formas ge,
ic, lie, no creo que ello pueda asegurarse como hecho
positivo, si atendemos al valor eufónico que según anti-1

(1) Gramática Castellana, por D. Andrés Bello. Cap. X X X III; y Apun­


taciones Críticas, por Justo Rufino Cuervo, Pág. 175.
guos preceptistas tenía en los principios la ll; á que el
cambio de la / por la g, ó no tuvo efecto 6 es raro en el
castellano (1) al mismo tiempo que es frecuente el de
v por g 6 por j , letras que tenían valor análogo;
á que los pronombres le, lo, la, de Ule, se encuentran
aun en los más antiguos o monumentos de nuestra
lengua :
Mató un alto atondo que ora de Damasco,
Togiol la cabeza (2), el yelmo, el casco.
Libro Jo Aloxm/Jro, C. 1213.

Y por último, á que se encuentra el pronombre ge


haciendo también los oficios del pronombre reflexivo
latino sni, sibi, se, v. g. :
En Asia iaz Alírica que es mucho acabada,
Frigia o Pamfilia que non donen nada,
Non mero/. Mesopotamia que sea oluidada,
Va/. Sabba ó Siria regnos <le fuerte entrada.

Donde no se puede trocar ge por le, sino única­


mente por se : no se deben nada. son tan ricas ó importan­
tes la una como la otra. Tampoco creo que, como sien­
ta el erudito D. Tomás Antonio Sánchez, se empleó
la forma ge para indicar que el verbo era recíproco,
porque lo encuentro con verbos neutros de sentido
reflejo:
Nacen;’;' muchos cabdales a fondo» [3]
Libro Jo .1io.ro/it/ro. C. 266.
Nunca pesar ¿i* vino (piel semeiase peor.
Libro Jo .1lo.ra/ij/o. C. 33.

(c) fo jo , de Jotro, se escribió f i l ia , y cuando el sonido de la // se acer­


có en el castellano al de la j antigua (y e ) se escribió también fo jo . Después,
la j adquirió la fuerza que hoy tiene.
( ) Quitólo lo 00bozo.
[3) .Vóro/ito (al monte Cantuso).
131
Lcbrija, en su ya citada Gramática, d ic e : “ Anthithe-
sis es cuando una letra se pone por otra como diziendo
io gc/o dixCf por dezir i o se lo rfixc." Mas después de
un estudio detenido de tales formas, lo que entiendo es
que andando el tiempo como que se estableció el uso de
la forma ge sólo para indicar el dativo oblicuo del pro­
nombre, dejando la forma se para el dativo reciproco,
motivo por el cual se le encuentra acompañando á los
verbos recíprocos y á los activos usados como ellos.
Es lo que aparece del uso. Veamos algunos ejemplos
m ás:
Et el contóle toda su facienda: el dijo el león: ‘ 'Vive, amigo, el facerle
lie honra.” E el liuey gradeciógelo mucho el omillóscle.— Mochafa. Calila e
Pruína. Caf>. III.
Tomóle A Bernabé su legítima muger.
Teniendo oirás muchas con quien pudiera vencer
Pecado de adulterio, e dejara de faser
Matar asy a un vnoSente syn ge!o meresSer.
Pínnula do Palacio. 1561.
Y porqué ¿olo prometí, con mi promesa llevó descanso.— Rodrigo ile Cola..
J.a Celestina.) — E l el infante tornó al rey á ¿ola preguntar.— Don Juan Manuel*.
l.ü-ra do los Estados.
Dixo un escudero que bien lo connosSia
Que fechuras e man ñas el las cunlaría.
Libra do Ale.xandrc. C. 135.
Alegre es el conde é pidió agua a las manos
E lienen-j.v/'» delanl e dieron-pela priuado.
Poema del Cid. Y . 1002 A 1054.
Entendió unas nuevas, Dios ^e/as embial>a.
BerSeo. Pida de San Millón. C. 279.
Mandé que ¿olas diesen de noche ó al alba.
Cantaros del .-Irfiároste do Ilita. C. 94.
Mas yo ¿v (i) sabré laiar capa de su mesura1

(1) En esla como en alguna otra lección de estos poetas se extiende A


hacer el oficio de ¡o aislado porque es dativo oblicuo.
Si con e! me fallo p o r,su mala neniara.
J.ibro tic .-IicxtiuJrc. C . 141.
Corlaronge la cabeza luego (le la primera
A l Sola diomodes luego en su Iroxera.
J.ibro de .i/,\vti;i,irc. C . 580.

Y sobran ejemplos. Cuando el dativo no era obli­


cuo sino reflejo, empleaban de preferencia la forma
v- g- :
lisio Dios se lo quiso con todos los sos sanios.
JW hm tic/Cid. V . 1737 á 1794.
Kt el más perezoso rey es aquel que se da á vagar, cuando le viene la cuiia.
— Cn/i/tt c Dyutua. Cap. 111.

298. Las formas la y las, del pronombre ele tercera


persona femenina, empleadas en dativo en lugar de le
y les, son comunes aun en nuestros más distinguidos
literatos, y nada tan impropio y censurable. Débese
tal incorrección á escritores que, aunque de reconocida
suficiencia, aceptaron y propagaron semejante idiotismo
empleado por algunos poetas antiguos á quienes tal vez
torturaba el consonante, ó el apremio del metro los
constituía en obligación de pecar. Peregrino es encon­
trar á una dama y regalarla, cuando es caballerosa fine­
za y dulcísimo placer ó regalarle algo ó florearla,
Como el italiano, el francés y otros idiomas afines, tiene
el castellano formas distintas para el acusativo y el
dativo del pronombre personal.
¿Quien l¡t sirvo ó h desea?

se dice de Leonor en Los Pechos Privilegiados de Ruiz


de Alarcón, porque es Leonor la servida y deseada;
y en Querer la Propia Desdicha, del fecundo Lope^
dice bizarramente A n g e la :
I Virque m> hay mujer do bien,
Que si lo engañan tan bien,
J.c pose de que i<t engañen.
TOO
1 JO
La, porque es ella la engañada ; y le, porque es A ella
á quien pesa.
Verdad es que la Real Academia Española pres­
cribe los casos en que debe emplearse le y les para
ambos géneros, masculino y femenino ; aquellos en que
debe decirse la. y las para el femenino, y en que debe
usarse le y lo para el masculino en singular, y los en
plural; pero como, por motivos que no son de este
lugar, en nuestros colegios no se enseña por el texto
de la Real Corporación, sino por quince ó veinte gra­
máticas distintas, las más de las cuales sancionan tal
error, menester es purificar el idioma desembarazán­
dolo de semejantes viciosas locuciones. L e se emplea
en dativo singular del nombre, sea masculino ó feme­
nino ; le y lo, para el acusativo masculino, y les para el
dativo del plural masculino ó femenino. Persiguió el
juez á una gitana, la prendió, le tomó declaración.
la condenó, y le notificó la sentencia. Persiguió á
unas gitanas, las prendió, les tomó declaración, las
condenó, y les notificó la sentencia. Encuentro á un
amigo, lo saludo, le hago compañía, y dándo/<r la
mano, lo dejo al cabo de un rato. Encuentro á unos
amigos, los saludo, les hago compañía, y dándo/uy la
mano, los dejo. Tomo un libro, le examino la encua­
dernación, lo abro, le noto incorrecciones, y no lo-
quiero. Lo serio me agrada, y lo prefiero á lo jocoso,
porque le hallo mayor conformidad con mi genio. El
andar es sano, mas no todos lo ejercitan, aun cuando
le prodiguen elogios. Estos ejemplos de perfecta ana­
logía, presentados por D. Alejandro Olivan en su dis­
curso de recepción en la Academia Española, son de la
mayor elocuencia para enseñar prácticamente el uso de
las distintas formas en acusativo y en dativo, ya sean
masculinas, ya femeninas, ora neutras. Hay asimismo
quienes emplean incorrectamente el vocablo ello. Hoin
bre de letras tan celoso de la perspicuidad del lenguaje
como Cecilio Acosta, dice en el escrito La M ujer:
" Y en efecto, no se comprende la vida sin amor,
ni hay nada grande sin ello. ”
Atúvose A costa á un uso primitivo de ello, pero
hoy es inaceptable y no debe imitarse. Ello es nomi­
nativo del pronombre personal de tercera persona en
género neutro. Con preposición empléase también en
los casos oblicuos. Debió Acosta decir "sin él” :
Pudiera csie error, reconocido de la experiencia, ser escarmiento en los
tiempos futuros á los demás reyes; pero cu e l volvieron á caer el rey don
Fernando el tirando, don Alonso el Emperador, y el rey de Aragón don Jaime
el Primero.- Saavedra Fajardo. Jimpresa /.X X .)— Hermosura de la ciudad es
la concordia, su muro y .su presidio. Aun la milicia no se puede sustentar sin
■ j/ln.-—Saavedra Fajardo. Empresa I.X X X IX .

Hay casos en cpie ello tiene la significación de ' ella,


pero en ellos debe estar precedido de ciertas personas
de! verbo ser ó de ciertos adverbios de tiempo ó nom­
bres que lo denoten, como cuando Fernán Caballero
dice: "E ntró en aquel momento D. Agustín y aguí
fu e ello." E lla, la cosa. En el caso de Acosta se
refiere á un sustantivo masculino, claramente expresado,
y no cabe el neutro.
299. Los escritores venezolanos, salvo señalados
hombres de letras, no hacen distinción ninguna entre
ambos y entrambos-, y no obstante, la tienen como lo
denota la significación del primero y el análisis del
último. Señalaré la diferencia entre uno y otro, puesto
que acabo de leer en un escrito con ribetes de litera-
135
rio esta impropia frase, refiriéndose á Lozano y á Maitín:
"entrambos murieron en aquella época, ” donde debió
decirse simplemente ambos ó uno y otro. En los prin­
cipios del idioma se dió á ambos, en ciertos casos, el
carácter de sustantivo con la significación de dos, sim-
pie m ente:
K oyéndolo un viejo símelo, dijo:
“ Igual es la pena de estos m ulos".
A'/ J.H. de los A//.v./opios. C C X C i'/ l.

De donde conservamos el sustantivo ambo. (dos. p a r)


que sólo tiene empleo en el juego de lotería. Ambos,
adjetivo plural, significa hoy, únicamente, los dos en el
sentido de..7ino y otro, y por lo tanto denota señala­
miento con la idea de dualidad respecto del tiempo ó
de las personas ó de las cosas, y la de semejanza y
unión en lo tocante al concepto que por medio .de él
se expresa ; v. g. :
El mundo se gobierna con las anuas y riquezas. Esto significa esta empresa
en la esparta y el ramo de oro que sobre el orbe de la tierra levanta un brazo,
mostrando que con el uno y el otro se gobierna, aludiendo á la fábula de
Knéas en Virgilio, que pudo con mulos penetrar al infierno y rendir sus mons­
truos y furias.— Saavedra Fajardo, ideo de un Prf/ieipe J'(ditico-Cristi»no.
i'.ntp. AXAV.)— Entre las cuales dos demandas halló tal medio la divina sabi­
duría, que se cumpliese perfectísimameme lo que molos partes pedían.— Granada.
Del Símbolo de lo l e . Tro!, l'ri/o. Cop. I '.)— Jugaba (el capitán) de molos
las manos igualmente, así de la siniestra como de la diestra.— Granarla. Adi-
eiones 0/ Memorio! de lo ¡"ido Cris/iooo. 'Pro/. Se*. Cop. X IX .)— A la ambición
de tener se arrima la gloria ríe mandar, y molos ni se rinden á la razón ni al
peligro, ni se saben medir con el poder.— Saavedra Fajardo, /impreso l.XX.XI.)
- De improviso soltaron dos piezas ríe artillería, y á lo cpic parecía, ornóos
venían con cadenas, porque con una cortaron nuestro árbol por medio, y dieron
con él y con la vela en la mar.— Cervantes. Quijote. I'ri/o. Por!. Cop. XI.I.

Entrambos se formó por contracción de entre ambos.


en frases como estas: "entre ambos lo hicieron.” Sin
embargo, casos ha)' en que no tiene cabida la con­
tracción y la frase requiere su natural separación, que
le da un sentido algo diverso del que adquiere como
adjetivo cuando está contraída. Acontece ello cuando
decimos, por ejemplo : ‘‘El suceso pasó entre ambos."
“La transacción que entre ambos se efectuó.” Y porque
se formó de entre y ambos, entrambos denota concurren­
cia ó concurso de sucesos ó cosas á un mismo tiem­
po, acaecimiento de algo á un mismo tiempo, simul­
taneidad, á la vez, juntamente. Aunque alguna que
otra vez en Sta. Teresa, en Cervantes, en Mariana,
y en algún otro autor, se faitea esta distinción entre am­
bos y entrambos, l oque debe reputarse por descuido ó por
resultado de la vacilación natural de los vocablos antes
de fijarse en su sentido propio, es lo cierto que la ana­
logía y el uso general de los doctos la establecen,
por lo cual debe ser observada por quienquiera que
desee hablar y escribir con propiedad la lengua cas­
tellana :
Para alraer :í su amor y devoción los ánimos de los aborígines, como reliere
T ilo l.ivio, lomó por arbitrio juntarlos con los Iroyanos, llamando á entram­
bas naciones con un mismo nombre de latinos.— Na varíete. Conservación Je Mo­
narquías. Disc. /’//.)— Ni hizo otra cosa que levantarse de donde sentado se ha­
bía. y puestas entrambas manos cruzadas sobre el pecho, inclinada la cabeza, do­
bló el cuerpo en serial de que lo agradecía.— Cervantes. Quijote. Prim. Parí. Cap.
X X X /'//,)— Teniéndole yo y otro cristiano de entrambos brazos asido porque al­
gún desatino no hiciese.— Cervantes. Quijote. J'rint. Par/. Cap. X Z / .)— Le ata­
jó entrambos caminos el deseo de quedar sin castigo.— Colonia. Los .¡nales. J.ih.
X 7\)— Vo le quiero, yo le amo, yo soy la mitad de su vid a: matadme, pues,
matadme, y mataréis á entrambos.— K1 Conde de Cervollón. Retrato político Jef
Rey Don Alfonzo /'///.)
¿ lisos «los polos quisiste
Con tus «los manos asir ?
A entrambos pierde de vista
li! ingenio más sutil.
Y el que más alcanza, dice
Que ha de conservarse aquí
Ganiiuédes con embuste,
Y con dinero Amadís.
Ruiz de Alarcón. 7>.r Ear-oros del mundo. ,-lct. 70 y . E sc. /X.
El que teme y espera están sujetos
A una misma mudanza, un sentimiento :
He entrambos son losados imperfetos.
Entrambos sienten un eemonlimiento
Maravíllanse entrambos de. que quiera,
A entrambos turba tur miedo el pensamiento.
Hurlado de Mendoz.a. — Carta JE

En sentido figurado lo emplea con elegancia Lo­


renzo Gradan al hablar de Nerón y Heliogábalo en
el siguiente pasaje : "Execrable monstruo fué Nerón,
anfibio entre hombre y fiera ; pero sacóle de la infamia
Eliogábalo, aquel que aun de bruto degeneró, y de
quien la misma memoria se afrenta. Tuvieron ambos
abominables vicios de hombres y de reyes ; pecaron á
entrambas manos.”
300. Porque á dos es un modo adverbial que
significa igualmente. á la vez, á un tiempo mismo, se
dice también ambos á dos. en el sentido de entrambos:
Escribió luego [Nerón] al Senado, sin confesar la muerte de Sila y de Planto,
diciendo solamente que ambos á dos eran de naturales inquietos, y queá él le da­
ba particular cuidado la seguridad de la república.— Colonia. Los .lítales de Cayo
Cornelia Tácito. J.ib. X// ’.] — Naseen ambas ü. dos [1] de una misma fuente, que
es la labor de la tierra.— Fray Luis de León. í.a Perfecta Casada, ij. V.

Por analogía con la frase ambos A dos se dice asi­


mismo entrambos á dos. frase pleonástica, propia del
castellano, y que no tiene otro objeto que el de dar
mayor energía á la expresión, como en la siguiente
lección :

[t] La ganancia del labrador y la del que vende los frutos.


Con lodo eso se la notificaron [1] de allí á pocos días,protestando ella [2]
«pie era ya viuda [3] y no más que hermana de! príncipe, invocando el nom­
bre de Germánico, común tí tuIrumbos tí tíos [4 ].— Colonia, Jos Anales de
/'titilo. /.ib. X IV.

301. Para expresar que un individuo es muy co­


barde ó muy tímido, no se debe decir que es una ga­
llina, porque eso no es verdad, como que puede apos­
tarse que si acaso por gangoso ha cacareado, jamás
ha puesto huevo. Debe decirse que es un gallina,
esto es, un hombre gallina, un hombre semejante á la
gallina:
Vamos, Juana, y agradezca
Que es itn gallina.
Calderón. D a r Tiempo a l Tiempo. Jora. Tere. Ji.sc. XXII.
Si me ven huir dirán que soy un gallina, cobarde.— Avellaneda. Quijote.

Pocos emplean el dislate en V enezuela; pero


cierto escritor de una de las Repúblicas hermanas
ha sostenido en presencia mía que lo usual es decir
fulano es una gallina ó es una bestia, si es muy bruto.
Pues tampoco ! aunque á él le vendría muy bien Ja en­
jalma :
I >ijo ser verdad que parecía en algo á su buen marido; más que creía no
era é l ; porque aunque había sido un gran bestia, antes sería mosquito que
pez. — I.una. /.acari/lo de /'armes. Cap. /•’//.

El ritmo y la medida del verso hicieron errar


á Bretón cuando en Todo es farsa en este -mundo. (Ac­
to II. Esc. Prim.) dijo: “ No tal. Eres una bestia.”
302. “ La Europa, escribe cierto gacetillero muy

[1] 1.a dicha de descansar con la muerte.


[2] Octavia.
[ j] I'ov divorcio, ó, md> bien, repudio de Nerón.
[4] Refiérese á su padre Claudio Germánico, y al de Nerón, Druso Ger­
mánico.
elogiado por la prensa de Caracas, está media loca.
Nada tendría de particular una falta gramatical en un
novel escritor de gacetillas, y tanto más cuanto fácil
sería achacar el adefesio al infeliz cajista, responsable
de sus pecados y de los ajenos ; pero es el caso que
con frecuencia oímos decir asimismo: “Fulanita quedó
media muerta del susto,” y otras frases por el estilo.
Debe tenerse presente que medio en tales frases es
invariable, por ser adverbio y no adjetivo. Como se
dice correctamente es medio loca, medio enamorada,
medio muerta, si se trata de una mujer. Cuando ad­
jetivo, ya es otra cosa ; media peseta, medio real.
Tras es preposición en las frases "tras una puer­
ta,” "tras una cortina,” que traen el Diccionario de
Autoridades y la 12“ edición del de la Academia
Española. Por lo tanto no debe decirse "tras de una
puerta,” "tras de una cortina,” como tampoco debe
decirse "bajo de la mesa,” "bajo de la cama,” sino
"bajo la mesa,” "bajo la cama,” á menos que se
haga uso del adverbio formando lo que se llama
locución prepositiva, cpie entonces se dirá: "debajo
de la mesa,” ó "debajo de la cama,” "detrás de la
puerta,” ó "detrás de la cortina.” Cuando ¿ras acom­
paña á los pronombres personales mí, tí, sí, él, etc.
y conserva su carácter prepositivo, no va seguido de
la preposición de; v. g . :
Cierra la puerta /rus si á lodo ¡o del mundo.— Sania Teresa. Cu.a. .'.i
ZWfrr. Cu/’ . X I '///.)— ( ‘erró fr,.s .>/ !a puerta. y á la !u/. de dos velas de cera
se desnudó.— Cervantes. Quijo/,•. l\irt. //. ].¡h. /’//. ('»//•. X /./C . ) — Puedes
ser tú el primer conde (pie lleve /rus si su barbero. ( i ). --Cervantes, {'ttiio/r. J\:ri.
/. Cu/>. X X /.

[t] lla y tpie observar >pie con el reflexivo x/nunca da esta frase el sentido
de ir en busca, ir hacia, perseguir, sino la de ir en compañía, pnr lo cual ;:o le
Cuando iras toma carácter adverbial, sí debe
ir seguido de la preposición de, como en este ejem­
plo de! Cap. II de Estcbanillo, donde está por des­
pués : “ Tras de una desgracia suele venir una dicha;”
y en la frase que citan los diccionarios: Tras de
venir tarde, regaña,” donde da el sentido de además.
.Adverbio es asimismo cuando está por en pos, en
seguimiento* como en la frase Iras de //. que presenta
Ndirija en el Cap. X V . de su gramática castellana,
y en estas lecciones:
Iticnavcnturado c! varón que no se fue tras de' oro, ¡'i puso su esperanza en
los tesoros oe! dinero.— Cranaila. Idel S i m i. de la Pe. J'ar!. //'. Diálogo
i, /.] — I larto mejor liaría yo, vuelvo á decir, en volverme á mi casa, y á mi
mujer y á mis hijos, y sustentarla y criarlos con lo «pie I >¡os fuere servirlo de darme,
y no añilarme ira.- de'¡tesa merced por caminos sin camino.— Cervantes. Quijote.
Por. //. 17. Cap. X X I '///.]— Un hombre le seguía á caballo á todas las
vueltas que duba, que n» parecía sino que era su rabo: pregunté que cómo aquel
hombre no se juntaba con e! otro hombre, sino que siempre andaba iras del.—
Cervantes. Quijo/,. J'art. /. /.¿ó. l l l . Cap. X X I.

acompaña la preposición de. Por el mismo sentido, en el último ejemplo que cito
<le Cervantes hubiera sido más propio Iras el. así como más arriba acertó á decir
“ lo haré que ande iras mi como Caballerizo de grande.”
SL’S T A N T IV O S V A 1)JET! VOS

303. Paréceme lo más natural comprender en


un sólo capítulo lo que intento decir acerca de
nombres sustantivos y de nombres adjetivos, esto
es, de palabras que designan los objetos corpóreos
ó abstractos, y de palabras que á estos califican.
304. Siendo el objeto de estas partes de la
oración el enunciar los casos y el calificarlos, se
comprende la importancia de señalar las impropie­
dades en que al emplearlas incurren no pocas per­
sonas, ó por ignorancia, ó por descuido, ó por aberra­
ción.
305. El castellano es tan abundante, tan rico
en este punto, que sobran sustantivos y adjetivos
para expresar correctamente lo que se quiera decir.
Lo que para ello se requiere es estudiar los voca­
blos y sus acepciones.
306. Don Rafael M. Baralt cree que general­
mente hablando hay en el honor algo de conven­
cional y arbitrario, que depende de las costumbres
y aun de las preocupaciones de una época; condena
como galicismos algunas expresiones castellanas; y en
frases, como la muy común de ¡honor al mérito!
parece no haber penetrado en la genuina signiíicación
del vocablo que nos ocupa, pues honor no significa
oloria. Cree asimismo que honra expresa una calidad
invariable inherente á la naturaleza misma de las-
cosas. Don José Joaquín de Mora sienta que el
honor consiste en un sentimiento de que el hombre
se halla animado, en la conducta que se traza, en los
principios que le sirven de norma en sus operaciones.
Definición vaga esta, porque con decir que es un
sentimiento no se dice gran cosa; é impropia, por­
que si los principios y las operaciones no son dignas
ni lícitas, no sé qué honor pueden constituir. En
todas las lenguas neolatinas tiene el vocablo honor
una significación análoga derivada de la lengua
madre. En latín //onos ú Honor Honoris, es el
respeto (pie se da á alguno, dignidad, elevación, y
también premio, recompensa, distinción. Honor auri-
hns si/, dice Ouintiliano; y quiero repetirlo aquí :
salvo el respeto de los que escuchan. De ahí ei
honor ha venido al castellano, no sólo á significar
lo mismo que en latín, sino también y principal­
mente veneración, el respeto que se merece alguno,
el respeto que se le .da, y el que se tiene á sí
mismo, por lo que es móvil de las acciones morales
y elevadas, incentivo del amor á la justicia, á la
consideración, á la gloria. El honor tiene en mira
la estimación y el respeto, y á su vez los manifiesta
á todo lo que lo merece. El honor es garantía de
sentimientos delicados, de honradez, de probidad,
de rectitud y hombría de bien. Ningún hombre de­
biera ser indiferente al honor. El hombre sin honor
es un infame, capaz de toda maldad, porque nada
puede respetar quien no se respeta á sí mismo ni
goza del respeto de los demás. Por eso el reverso del
honor es el oprobio. El pundonor (punto de honor)
es el cuidado que se tiene en la conservación del
honor.
] le d io pende d honor ó la infamia de los príncipes.— Saavedra Fajardo.—
Corono (¡ó tico .)— Cuando vengo á dar á V . E. las gracias por el h on or con que
acal>a de deslinguiime.— Jovellanos. D iscu rso de entrado cu la R e a ! Academ ia
E spañolo .)— L a tranquilidad y descanso del vasallo es la que da gloria y honor
al príncipe.— Navarrele. Conservación de .M an an /n ía s.) — Citándolos reyes acu­
mulan á un sugeto muchos oficios, muchos honores y muchas mercedes.. . . — Nava-
rrete. Conservación de .M oh á n /u ta s.) — La primera vez que tuve el h o n o r de
hablaros.— Jovellanos. O ración en e l in s titu to asturiano. J — V acontece en esto
una cosa maravillosa, que siendo las mujeres de su cosecha gente de gran pu n d o n o r ,
apetitosas de ser preciadas y h o n ra d a s __ no se precian, antes se descuidan y olvi­
dan de lo que es su propia virtud y loa.— Fray Luis de León. La P erfecta
Casada.) . . . .Siendo más fácil en los (soldados) de pocas obligaciones desprenderse
del pu n d o n o r que desasirse de la presa.— Solís. C on /n isla de M é jic o . Í J l . C ita r'
te. Cap. X V I I I .

Cuando exclamamos ¡ Honor al m érito! lo que


decimos es ¡Veneración al mérito! ¡Respeto al mérito!
¡ Distinción al m érito! salutación como cualquiera otra
que indique aplauso y entusiasmo. Cuando se aspi­
ra á los honores de la República, se' aspira á sus
distinciones ó empleos, que tal significación tenía el
vocablo en latín por el respeto que aquellos aparejaban.
Del latín tenemos el hacer honores al rey, como el
hacer honras al finado. La honra es una consecuencia
del honor, es la reputación que se goza de varón res­
petable y digno; es la buena fama, el crédito, la
belleza y grandeza que las acciones rectas, la conduc­
ta personal intachable, las calidades morales del indi­
viduo han engendrado, y las cuales ennoblecen el
carácter y granjean la estimación y los homenajes
respetuosos. Se dispensa, se tiene y se hace el honor,
esto es, la distinción, la señal de respeto ó venera­
ción. Se tiene á honra ó por honra hacer alguna cosa.
Se dispensa la honra de tal otra. Cuanto á adquirirla,
sólo es posible en virtud de acciones honoríficas.
¿V tú no dejarás la crudeza inhumana de tu natural por honra del ma­
trimonio?— Fray Luis de León. /■ « Perfecta tasada.] — Y el mismo argumento
se confirma con la prosperidad y victorias de los emperadores que la honraron
y reverenciaron.— Fray Luis de Granada. D el Sf/nholo de Ja Pe] — Segundo
y nuevo 1). Manuel de León, que fué gloria y honra de los españoles caballeros !—-
Cervantes. D . Quijote de /a Mancha.') . . . .así para el aumento de su honra como
para el servicio de su república.— Cervantes. Quijote.]— Se reduce áque el rey cuide
en primer lugar del bien de sus reinos, obedeciendo las leyes que hiciere, honrando
sus consejeros, premiándola virtud y castigándolos vicios.— Navarrele, Conserva­
ción de Monari/ufas.]— García no estaba ligado con palabra ninguna: pero peli­
graba su honra.— l íartzenbusch. Discurso de recepción.

307. Si es bajo y vulgar decir, que se está lleno,


para expresar que se está harto, saciado ó satisfecho,
impropio es decir, como cierto periódico, que “el cargo
vacante de Fiscal ó representante del Ministerio públi­
co no ha sido llenado todavía,” ni más ni menos que
si fuera una vasija.
Harto es un participio que hace oficios de adjetivo
y de adverbio. Gomo participio expresa el efecto de
hartar, esto es, de saciar ó satisfacer. Como adjetivo
y adverbio tiene la significación de bastante, sobrado.
Lleno, es un adjetivo, é indica por lo tanto una
cualidad propia. Llenado es un participio y señala una
cualidad adquirida, el resultado de una acción. Y a
dijo Bello que una cosa puede estar llena ó limpia sin
que la hayan llenado ó limpiado, y dijo muy bien. Tra­
tándose de un empleo ó cargo no se puede usar el
participio de llenar, sino cuando se va á expresar que
el que lo ocupa cumple con rectitud sus íunciones, le
ha llenado dignamente hasta ese día. En plural, ya es
distinto, y estaría bien dicho “ no se han llenado aún
las vacantes. ” porque esta frase envuelve la idea de
•sucesión, sentido propio de la acción de llenar. Hay
que notar, además, que lleno manifiesta algo de general
y absoluto, en tanto que llenado parece expresar algo
de accidental, por lo cual cada uno requiere distinto
verbo, por ejemplo : 4<E 1barril está lleno ” y “ Han lle­
nado el barril. ”
. . . . S e deposita (el agua) en el corazón de los montes para brotar en
fílenles y arroyos, abastecer lagos y ríos, y después de haber llenado la tierra
de fecundidad, y los vivientes de salud y alegría, sumirse en el inmenso Océa­
no.— Jovellanos. Oración sobre el estudio de las ciencias naturales.)— V que des­
pués habría harto tiempo para separar los inocentes de los culpados.— Colonia.
Los Anales. ) — En los cuales (días) no me vi harto de pan siquiera una hora.
— Cal vantes. Don Quijote de la Mancha.)—•Es sí muy lleno el verso, es sonoro.
— Puente V Apezechea. Discurso de Recepción en la Real Academia Española.
Mas la privación irrita;
V amor, de caprichos Heno,
Fruto de cercado ajeno
Por más dulce, solicita.
Arólas. M hcr-ul-X issa.
El templo de la gloria es tan grande que no se ha llenado todavía, ni se
llenará jam ás.--Tamavo y Tiaus. L'n Drama .Mareo.

308. “ A lgo esperaba ella de él, y algo él de ella ;


pero estos algos no tuvieron lugar, ” dijo en un escrito
cierto poeta guayanés. Se le ha censurado el empleo
de algo en plural. Efectivamente, algo no tiene hoy
plural, y sería una falta gramatical dárselo en toda oca­
sión. No sucede lo mismo en frases ingeniosas como
la citada y la siguiente, de Mateo Alemán, novelador
anterior á Cervantes :
A todos les parece añadir a!¿o más. y deslos a i.ye. han hecho un mucho
•que no tiene fondo ni se le halla suelo.— Guzmán do Alfaraehe. J’ort. l ’rim.
l.ihr. Prim. Cap. l'rlm.

Aquí está empleado algo como sustantivo neu-


10
tro (1) significando alguna cosa, algunas cosas, único-
sentido que hoy tiene y en el cual carece de plural.
Pero en un tiempo algo fué sustantivo que sig­
nificaba hacienda, caudal, riqueza, bienes. Cuando con
tanta gracia hace Cervantes que Sancho dé plural
á algo en el asunto de los insectos (Cap. X X IX
de la Seg. Part. del Quijote) “ ¿Pues qué, preguntó
1). Quijote, has topado algo, ? y aun algos, respondió'
Sancho recuerda, y ahí está la sal del caso, el sentido
arcaico de algo: y aun hatos, y aun caudales, y aun
haciendas, quiere dar á entender. Esta significación de
hacienda, caudal, riqueza, bienes, se ve por los ejemplos
que pongo á continuación :
Dejame de las roídos, que yo tengo otros coydados
De muchos que me tienen los mis triaos forzados.
l\t Arcipreste de Hita. ¡.¡/>ro tic Cantares, y16.
Queda la buena fama
Quando fueren gastados
J.os algos, y la cama
V los pannos ptesSiados.
Rabí don Santo. Proverbios Morales. 24S.
/.os algos les lomauan
Por mal é por codiSia,
Poema de Alfonso Onceno. JJ.
Ni» hagas pesar por decir tpie fuiste señor de grant algo, é agora non has
nada: que el haberé todo el a/¿o «leste siglo ha de fenecer.— Calila c Dymna.
Cap. I 'J — Cata que non te digo yo que los eches, mas porque pares mientes
por dejar á ellos ricos, non quieras ganar algos mal ganados porque pierdas la
tu alm a.— Don Sancho el Bravo. — Castigos e Documentos. Cap. I .) —A los hijos
de manceba «lió algunos algos, et al fijo legítimo toda la heredal.— Luna. Libro
de las Consolaciones de la Vida humana. Libro séptimo.

Bueno es saber que algo no tiene ya uso en tal1

(1) La Academia lo llama pronombre ¡nderterminado. lis cuestión de


nombre.
acepción. Ha prevalecido el sentido indeterminado que.
como en Alemán, se encuentra en otros autores antiguos,
O 7
es neutro, no tiene plural, y para que se tolerase éste
sería preciso emplearlo en estilo satírico ó jocoso, y
con la oportunidad y gracia de las lecciones de A le­
mán y de Cervantes.
309. Con motivo del vocablo algos se establece
por alguien que el escritor no tiene facultad para alte­
rar la gramática. La afirmación me parece aventurada,
por que siempre habrá que distinguir entre los errores
formales, hijos cleí descuido ó de la ignorancia, y los
vivos rasgos del ingenio, al cual nada está vedado.
Nadie, por ejemplo, se atrevería á censurar brillantes
rasgos
O como los siguientes
o :
Gramáticos, huid; que es nuevo abuso,
Contra naturaleza, idioma y uso,
La concordancia de tan mal sentido,
Que hacen este mujer y esta marido.
Francisco de ¡a Torre. Agudezas de Juan Oven.
1 )í, sin que entierro les des,
¿No halla hombres tu ardor lascivo?
Más fácil fuera concibo,
O tórtola de inliel trato,
Que el sallar de mato en mato
F.l correr de vivo en vivo.
Francisco de la Torre. Agudezas de Juan Ot en.

310. Si la memoria no me engaña, fué por octubre


de 1894, cuando cierto periódico estampó en sus co­
lumnas aquello de “ cuyo talento y esprit seduce á las
mujeres,” empleando la voz esprit por ingenio ó algo así,
al igual que otros en revistas y en tertulias ; ó probable­
mente en el mismo sentido que tiene en francés, de
vivacidad en las concepciones, por lo que dice Montes-
quieu ([lie “ l'csprit (en esta acepción que nos ocupa)
consiste en reconocer la semejanza de las cosas diver­
sas, y la diferencia de las cosas semejantes. ” ¿N o tiene
el castellano, dije para mí, términos más bellos y casti­
zos, que haya que ir al francés á hurtarle el vocablo
esprit, muy bueno para él, mas impropio y mal sonante
■ en el castellano ? Oué ! ¿ no tenemos ingenio, chispa,
donaire, gracia, aticismo, vivacidad, agudeza, y otros
vocablos más, para trasladar al castellano el sentido claro
que puede dar esprit en la acepción á que me refiero ?
Lo peor es que parece que los que tal uso hacen del
vocablo en cuestión no conocen perfectamente su signi­
ficación. Esprit y Genic son sinónimos, pero no tienen
el mismo uso, sino en un solo c a so ; desde el siglo
pasado ambos son sinónimos de extrait (extracto) ó
colección de pensamientos, pasajes ó trozos de lo más
ingenioso ó'delicado de un autor: Genic de Montes-
guien; Esprit de Vottaire, extractos á que aluden, tanto
D'Alem bert como Lafaye. Esprit, lo mismo que nues­
tro espíritu, viene del término genérico spiritus, soplo,
vida, y comprende en su significación general y diver­
sas acepciones, todo lo que se refiere á las facultades
y acciones del alma, de que es viva expresión. Pero
ni en francés, con perdón de Baralt, ni en castellano,
expresa esprit ó espíritu, por más que al alma se re­
fiera, el poder creador, que los franceses expresan con
la voz genic, y nosotros, según el caso, con los términos
genio é ingenio, de genius é ingenium, de generare, en­
gendrar. El hombre de genio es, pues, más original, es
creador, es inventor. El vocablo genio, lo mismo que el
término ingenio, no alcanza la idea de generalización que
tiene cspírit?i, y se limita á la expresión de una cosa, dan­
do idea de su vigor y profundidad; mientras que espíritu
obtiene diversas acepciones, y al par que es más general
es más superficial y vago en sus significaciones accesorias.
Los franceses por ello le han dado al vocablo esprit,
la significación de gracia y de delicadeza, con referencia á
lo que se habla ó escribe. No equivale por consi­
guiente á nuestra voz inferno, como han creído algunos,
ni carece, como otros pretenden, de correspondiente en
castellano, porque nuestro donaire dice lo mismo y más
expresivamente, y nuestro aticismo no se queda atrás
en no pocos casos. Los hay también en que agudeza,
chispa, chiste, primor y sal traducen perfectamente el
sentido de esprit.
Poco donaire hubiera tenido vitular á una parodia de los libros de caba­
llería : " E l loco, el disparatado, e¡ mentecato, ó maniático hidalgo ] >on Qt;¡
jote.” — Ilarizenbusch. Obserr-thiones .•••/'¡y un comentario de/ Quijo:,-.)— Halda con
a¿nueza y perspicacia, dispone con arte y juicio, con grande copia y gravedad
de palabras y concetos.— Fernando «le 1 letrera. / Vió. de (io n i tuso de la Pega. ) —
Ya en tiempos más cultos escribió Garcilaso, que, con I,, fuerza de su
inpenio y natura! y la comunicación de los extranjeros, puso en un grado muy
levantado la poesía.— Saavedra Fajardo. Pepáb/ica Literaria.)— Pues cu eso
consiste la "ruda del título, el cual lleva ya el sello de aquella ironía delicada,
en que sobresale Cervantes. — llarl/.cnbusclt. — Observaciones sobre un comentario del
Quijote.)— Aquí es donde, como lia dicho muy bien uno de sus biógrafos, de­
rramando tesoros -le agudezas. ./tistes y safes irónicas, se halla Quevedo en su
centro, dominando, como el so!, la naturaleza entera.— Janer. .Yofidus y consi­
deraciones sobre Quevedo.)— 1liarle cuenta bien, pero Samaniego pinta: el linóes
ingenioso y discreto, el otro gracioso y natural, Las sutes y los idiotismos que
uno y otro esparcen cu su nina son igualmente oportunos y castizos.— Quinta­
na. Estudios sobre la poesía Española. Part. Priut. . Ir/. I I . ) — Más rico en in­
genio que en /maginaciou, y más en imaginación que en sentimiento.— Kevi-
11a. Bocetos Literarios, i ’érez (Libios.) — I la’oía, en suma, en su estilo, la "rada
y la soltura del francés, pero no la grandiosa cadencia del español.— Kevilla,
Bocetos. Pedro . Iatonto a'e , 1/arcdn.

Tales ejemplos son suficientes para que se vea


que el castellano no necesita decir esprit ni espirita
en el sentido de ingenio que le dan los escritores
hebenes y que no tiene en francés ; n¡ tampoco en
el que este le da. de chispa, donaire, gracia, agudeza.
El vocablo castellano espíritu vale ser inmaterial y do­
tado de razón, don sobrenatural, como el don ó espíritu
de profecía ; y alma. ánimo. valor, aliento, energía ; ó
bien, principio generador, carácter íntimo, sentido ó
sustancia de una cosa. acepción esta última que tiene
también e! francés, como cuando Montesquieu dice
Esprit des lois, y Ríos Rosas ¿’.í p/ espíritu de la ley,
y la cual acepción no debe confundirse con la veci­
na puramente francesa, que no cabe en castellano, de
extracto ó colección de pasajes, frases ó pensamientos
escogidos de un autor. que define Lafaye en obra pre­
miada por el Instituto francés. Lo mejor para emplear
correctamente un vocablo ó una locución es estudiar
el uso de los maestros de la L en g u a :
Dios enviará un día á la tierra su Ungido ó Mesías que vivirá del espíritu
divino, del espíritu de sabiduría y de perspicacia.— Fernández. Cuesta. Traduc­
ción del ‘ 'Catecismo del Culto hebreo,” tomo VIII de la Historia Univ. de
Cantil.)— Kl pretender que no es lícito al pueblo leerla, (la IJibüa.) ya no ca­
be sino en un espíritu caviloso, preocupado, partidario, ó inflexiblemente sistemá­
tico.— El l ’adre Scio. Traducción de Ai l'u fa ta . '¡'orno /. Advertencia.)— Pro­
fetizó la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.— Torres Amat.— Ifis-
fi’ria de A¡ Santa fii/dia. Profecías.) - -Su espíritu, su pureza, su erudición y gracia
lo igualó con los poetas antiguos más celebrados t i) Saavedra Fajardo.— /»'<■ -
pública J.iteraria.)— K11 número, lengua, terneza y afectos, ninguno le negará
(á Cetina) lugar con los primeros : mas fállale el espirita y vigor que tan im­
portante es en la poesía.— F . de Herrera. Anotaciones a ias obras de (¡(ireitaso.)
— Fáltabule á su corazón savia para esos tiernos y delicados matices de un pla­
tonismo exquisitamente pulcro, de una pasión toda espíritu, de un fuego ali­
mentado de sí propio.— Aureliano F . Guerra y Orbe. Discurso de recepción en
f.\ Academia Española.1

(1) Saavodra dice, sin duda, f i n í lo, y no fua/arou, por considerar la


pureza, erudición v gracia, corno parles inseparables del espíritu del Petrarca ;
He comprobado que csprit no tiene la acepción
de ingenio ó entendimiento. La que con esta confun­
den los malos diccionarios es la de facultad del hombre,
potencia física ó moral que hace á úno capaz de obrar,
esto es, la de virtud, ánimo, energía, que tiene asimis­
mo el castellano. Cuando un francés dice avoir de
1'csprit, expresa tener ánimo, alma, virtud, energía,
aliento, fuerza, poder de obrar; cuando dice Esprit fo r t,
expresa ¿mimo valeroso, varonil, audaz, que desdeña
las opiniones y las máximas aceptadas por el común
de la gente ; y cuando dice homme d'esprit, expresa,
como he sentado ya, hombre de chispa ó agudo ó de do­
naires. "Cervantes, dice equivocadamente Baralt, ha
usado espíritu en la acepción francesa de entendimiento
ó ingenio : "Siendo, pues ansí que las armas requie­
ren espíritu como las letras, veamos ahora cuál de los
dos espíritus, el del letrado ó el del guerrero, trabaja
más.” Este ejemplo de Cervantes es del Cap. X X X V II
de la Part. Prim. del Quijote. Pero en este mismo ra­
zonamiento ya Don Quijote ha dicho que ‘‘los traba­
jos del espíritu exceden á los del cuerpo” y que tra­
baja “ el ánimo (la voluntad) del guerrero que tiene
á su cargo un ejército ó la defensa de una ciudad si­
tiada, así con el espíritu como con el cuerpo por
donde se ve que espíritu no está por razón ó entendi­
miento, sino en su principal y legítimo sentido de ser
inmaterial ó alma racional. Cuando Cervantes dice
en el mismo capítulo “todos estos casos son acciones
del entendimiento, en quien no tiene parte alguna el
cuerpo,” entendimiento está en su legítima acepción de

pero gramaticalmente no está bien y no debe imitarse. Ksto se usó en aquellos


tiempos, y se observará por lo mismo en el ejemplo re Herrera, que sigue.
alma racional, por cuanto discurre y raciocina. Ver­
dad es que en el lugar citado por Baralt,. Cervantes
escribió jequiercn espíritu,' sin el artículo, pero aparte
de que el sustantivo- lo tiene en las frases precedentes,
que no dejan duda, el docto hombre de letras olvidó
que la elisión del artículo de los nombres era fre­
cuente en los más correctos y elegantes escritores cas­
tellanos. Granada, León, .Saavedra, Sta. Teresa, Mon­
eada, y más que todos, Cervantes mismo, eliden no
pocas veces el artículo de los sustantivos verdad, amor,
espíritu, naturaleza, fortuna, estudio, y otros más. Esto
venia de atrás, pues en el A el. I. de Calixto y M eli­
bea se le e : “Siempre lo vi, que por huir hombre de
un peligro, cae en otro mayor.” Y pues de Cervantes
se trata, bastan ejemplos de él, que tomo de la exce­
lente obra de Garcés sobre el Vigor y Elegancia de la
Lengua Castellana :
No lie piulido yo contravenir la orden de imturu/er.a.— Q u i j o / , ’ro/o^o.
J ’rim.. t ’i/rt.)— Al cabo de pocos meses volvió fortuna su rueda.— Quijo!,•. /'orí.
l'rint. Cap. X X X Í I I . ) — Le habéis de acompañar, buen Sancho, dijo la duquesa,
porque os lo rogarán /w«v/<v.-s-Xo hay memoria á quien el tiempo no acabe, ni
dolor que muerte no le consuma.— Quijote. J ’art. J'rim. Cap. X V I I í .) — Fue,el
parecer del médico que me/aneo/ías y 1i,•sabrimientos le acababan.— Quijote.
Se?. A ir/. Cuf. L X X /V .

Aun se usan por elegancia algunas de las elisio­


nes del artículo acostumbradas por los autores que he
citado. Otras no cabe imitarlas hoy. Merino Balleste­
ros observa que ya no suele decirse tratar verdad,
tratar doblez, sino tratar con verdad, tratar con doblez,
valiéndose de la preposición con ; bien que me parece
que esas frases construidas con la preposición con, no
expresan lo mismo que estas : tratar la verdad, que
Dios manda; tratar la doblez de los hombres, que se
hallan en autores antiguos.
3 1 1. Un distinguido escritor, cuyo nombre dejo
por respeto en la sombra, promovió la cuestión acerca
de si debía decirse el fantasma ó la fantasma; y en
oposición á las definiciones del Diccionario de la Len­
gua, presentó ejemplos de autores, antiguos y modernos,
que la usan todos en el género femenino en ambas
acepciones principales, la de visión quimérica y la de
espantajo. Pero los ejemplos de escritores modernos
eran todos anteriores al primer cuarto de este siglo.
Por igual modo pudo haber presentado ejemplos
del género masculino pertenecientes asimismo á e.sa
época. Nada de ello es extraño, porque aun no se
había fijado el género y las acepciones del vocablo.
Aunque en el año de i ó ii decía Covarrubias en su
Tesoro de la Lengua- Castellana que la voz fantasma
se empleaba indistintamente en el orden físico y en
el moral, lo que bastaba para denotar cpie había
necesidad de distinguir por medio del género cada
acepción principal, tal voz fué exclusivamente del
género femenino hasta el segundo cuarto, por lo me­
nos, del siglo actual, como puede verse por los
Diccionarios y Gramáticas de la Real Academia
Española, desde los de 1737 hasta los de 1834, que
tengo á la vista. Por ello es natural que Meló, Bello, y
aun el Duque de Rivas que empezó á escribir
E l Moto Expósito por 1829, hagan alguna vez del
ooénero femenino la voz mencionada en casos en
que, conforme á la actual definición, le corresponde
el masculino. Entró luégo la confusión, y la Real
Academia Española cumplió el deber de fijar las
acepciones del vocablo fantasma, en vista del buen
uso que de él hacen los poetas y literatos
castellanos. Claro está que nunca pudiera conside­
rarse motivo de controversia que hubiese escritores
que no alcanzasen á usar correctamente una voz;
que ello acontece todos los días, y esta es una
de las circunstancias que determinan jerarquía entre los
hablistas, tanto castellanos como de cualquier otro idioma.
Fantasma es hoy masculino en la acepción de visión
quimérica, y femenino en la de espantajo; sólo que
en la definición del Diccionario conviene hacer una
ligera corrección, como que es claro que siendo la
voz fantasma en el género femenino afine de espan­
tajo, no hay motivo para que no se la emplee asi­
mismo en sentido metafórico. D e que se deduce
que la sombra proyectada por un árbol, el árbol
mismo, ó cualquiera otra cosa que tenga existencia
real, (un poste, un perro ú otro animal, una hoja
que cae, un ave que vuela), puede ser considerada
gramaticalmente como una fantasma, sujetándonos
á la definición que trae el Diccionario autorizado de
la L en gu a; y que por igual modo el fantasma es
una visión, una quimera, lo que absolutamente no
tiene existencia sino en el orden espiritual, y es
producido por simples ficciones de la imaginación en
medio del sueño ó del delirio, por efecto del remor­
dimiento, de alguna pasión, de dolencias físicas, etc.
Un fantasma es, por ejemplo, el sonido espantoso
que dice Job suena siempre en los oídos de los
tiranos ; y un fantasma el puñal que á todas horas,
despiertos ó en sueño, miran suspendido sobre su
pecho. En suma, mientras la. fantasma (ó espantajo)
amedrenta á la gente sencilla ó supersticiosa hasta
que la vista de la realidad le demuestra lo vano
de su temor, el fantasma, que no tiene forma real,
que es. simplemente, una visión ó fantasía, pone
pavor en el espíritu, ó conturba la conciencia ; por­
que la fantasma es efecto de una causa física, y
el fantasma lo es de úna causa moral. Por lo mis­
mo, conforme á la respectiva definición y á las leyes
del lenguaje,- la palabra Jantasma se emplea por ex­
tensión hablando de cosas abstractas, como cuando
jovellanos dice en la Epístola A Jicrinado :
Así á tus ojos insidiosa óslenla
L uífouiaíiüii clci bien, que va sembrando
Sobro la senda del favor.

Emplea aquí Jovellanos la vqz fantasma en la acep­


ción de imagen, y muy correctamente, pues si hubiese
dicho los fantasmas del bien, hubiera expresado que
el bien era vano, si no pavoroso espectro. En la
misma acepción la emplea Don Ventura de la Vega
en La Agitación cuando dice:
I.os brazos tiendo á ht fauíusi/iti bcliti.

Y en el mismo sentido la usa también Zorrilla en la si­


guiente estrofa de su composición A una M ujer :
Entonces, niña, en tu nienle
No resonaban las horas,
Ni apenaban íctluetoras
Jüinliiíiiiiis al corazón.

Mientras que, para demostradnos lo vano y quimérico


del honor ante el juicio de la Divinidad, nos dice en
E l D ía sin Sol:
¡One el día de la verdad
/•.'/fantasma, del valor
Será necia sequedad,
Y no más que vanidad
/■ '.!fa n liíin a del honor!
Los franceses la usan también en sentido abstracto, y
pueden verse en Bourdaloue, en Malebranche, en Pas­
cal y en Hossuet. frases como estas : un fantome de re­
ligión ; -un fantome de vertu / 2tu fantome d'honnenr.
Por espectro, visión de la fantasía, la trae PPspronceda
como del género masculino en los siguientes versos del
poema E l Diablo Mundo :
Yago enjambre de vanos funlaunas
I >c formas diversas, de vario color,
Ln cabras y sierpes moulatlos y en cuervos,
Y en palos de escolia, con sordo rumor.

Y el poeta Zorrilla, antes citado, la emplea tam­


bién correctamente por espectro, en su composición
A. la Estatua de Cervantes:
i lelo allí que se levanta
Como fantasum furioso,
Que magulla con su planta
Los que á su morada santa
Van á turbar Su reposo.

K 1 mismo autor, en La Luna- de Enero, nos presenta


muy bien empleada en el género femenino la voz en
cuestión, porque se refiere á las sombras que proyec­
tan los cuerpos en la noche á la luz de la lun a:
No hay sombra en que no veamos
Alguna- fantasma- oculta,
Que por que no la temamos
La noche la sombra abulta.

Por igual modo, en el sentido recto que da el Dic­


cionario al género masculino del vocablo de que trato,
dice Lspronceda en E l Estudiante de Salamanca:
t i l vqgo fau!asma que acaso aparece
Y acaso se acerca con rápido pie,
V acaso en las sombras tal vez desparece.
Cual ánima cu pena del hombre que fue.
Y más adelante, en la misma leyenda:
Mas no al embozado, que aun sangre su espada
Destila, <•/fantasma terror infundió.

Yepes, en la composición Pastor, Montero y Fan­


tasma, dice :
Era el barranco un osario,
V un fu n launa allí se vía,
Que á una gacela envolvía
En los pliegues de un sudario.

Y en la balada JiL Virginias :


Como un fantasma de largas locas
Bajel de guerra cruzando va.

Núñez de Arce, tan gran poeta como castizo pro­


sador, le da con toda propiedad el género masculino en
su poema L a Visión de Fray Martín, al describirnos los
terrores que la duda despertaba en la conciencia de
¡Martín L utero:
Como si su patético gemido
Diese ni fantasma portentosa vida.

El Duque de Rivas, D. Angel de Saavedra, dice


•en el Romance de E l Moro Expósito. publicado en 1834,
describiendo’ el combate de Mudarra con Giafar:
“ A s e s in o !.... asesino!” ei joven grita
Y a!fantasma se arroja con denuedo,
J'nes fantasma parase su enemigo,
De pie á cabeza en un barnuz envuelto.

García y Tassara dice en La Fiebre:


¡Ah! sí, que el mundo de la paz. el sueFio
En su lecho de sombras ha dormido.
En tanto que mi lecho lian combatido
.Yedras fantasmas de inquietud y horror.

Acaso arguya alguien que la terminación feme­


nina de fantasma y su empleo en tal género, durante
siglos, por los mejores hablistas castellanos, manifiestan
(pie la voz expresada no debe pertenecer en ningún
caso al género masculino ; y á ello contestaré necesa­
riamente que además de no ser fantasma la única
voz de terminación femenina que se usa en el género
masculino, pues ahí están día, albacca, idioma, lema,
programa, y muchos otros, principalmente los de origen
griego como fantasma, las lenguas no permanecen esta­
cionarias ni tiene la gramática reglas que carezcan
de excepciones en cuanto á ciertas formas como el
género de los nombres ; asi como que la inteligencia
del hombre no está obligada á inventar signos diferen-
tes para expresar todos los accidentes de las ideas ; y
por último, que cambiando todos los días el lenguaje, y
no siendo este más que un instrumento, un intérprete
del pensamiento del hombre, la gramática, ciencia que
se basa en hechos, y las Academias, cuerpos que., dis­
cuten y aclaran esos mismos hechos, no pueden hacer
otra cosa sino fijar las reglas que de ellos se despren­
dan, con el objeto de dar mayor perspicuidad y esplen­
dor al idioma. Tal es lo que ha hecho la Real Acade­
mia Española respecto de las acepciones del vocablo
fantasma, al determinar cuáles corresponden al género
masculino, y cuáles al femenino ; y necesario es que
todos nos sujetemos al parecer meditado y sabio del
autorizado Cuerpo español.
312. Botado es término común y familiar con cpie
se designa en Venezuela al expósito ó hijo de padres
desconocidos.
1
Usase asimismo en Colombia, según
O
el
señor Cuervo, y aunque no sé que en tal sentido se
use en España, no es imposible que de allá nos haya
venido, tina vez que su formación es tan buena y expre­
siva como la de expósito, formada en el latín, expositus,
de cxponcrc; y de que tiene analogía con la frase
figurada echar á ¿a piedra ó en la piedra :
— I.a mujer del gran laico tenga madre.
Y la expósita mía
Tenga culebra, y sierpes, y no lía.

— N<> lengo madre, ni conozco padre.


Ni en mi vida lie tenido mal de madre,
Y sé que el buen Muño/, me va buscando,
Y en mí tiene la esposa que desea:
Soy tv/iaJa cu la picara, qué más quiere.
Quevedo y Villegas. Entrones del Marido Fantasma.

En sentido que no especifica la idea de lanzar ó


arrojar con violencia, encuentro empleado el verbo
botar en el Libro de Alexandre, estrofa 1988 :
Los omnes con coyla también las espadas,
Otros beuien sen grado las orinas /'otadas.

313. Es bastante común en ciertos autores


contundir el significado de las voces lengua, idioma,
habla, lenguaje y estilo, ejerciendo así fatal influencia en
la propiedad del lenguaje.
Lengua es el conjunto de voces y términos con
que cada nación expresa sus conceptos.
Idioma es el modo y carácter propio de cada len­
gua en particular.
Habla es la acción de expresarse ó explicarse en
una lengua, y por extensión lenguaje.
Lenguaje es el modo de expresar ideas abstractas
por medio d'e signos convencionales, ó, como dice la
Academia Española, el conjunto de sonidos articulados
con que el hombre manifiesta lo que piensa ó siente;
el lenguaje es el sistema y manera general de expre­
sarse.
Estilo es el modo especial y característico con que
cada uno se expresa.
Su lengua (/le España) se habla aún por más ile cuarenta millones de
hombres que se han extendido por América, Africa, Asia y la Oceanía.— Juan
Valora. Discurso Académico.)— La ciencia que puede explicarnos la variedad
de los idiomas es la ethnografía filológica ó clasificación de las naciones por el
estudio comparado de sus lenguas.— Núñez de Arenas. Gramática General.)—
¿Quién no nota en el halda de la gente menuda de Andalucía que ella presenta,
no poco de ese sentimentalismo importado y tomado por la autora de las nove­
las francesas é inglesas que leía?— Juan Valora. D e l Naturalismo en la Novela.)
— Si á tan insignes escritores se me permite agregar tres que entre los modernos
están reconocidos por maestros del idioma patrio, á saber, Liarte, Jovellanos y
M o ra lín .... — Martínez de la Rosa. Discurso Académico.)— Aventaja (Alarcón)
sin excepción á lodos. . . . en la igualdad del estilo.. . . en la corrección del len­
guaje.— Hartzenbusch. Discurso de recefcién en la A'eal .-¡cadem'ut, disparada.

Puede decirse en ciertos casos habla ó lenguaje


en el sentido de dialecto: pero es impropio con­
fundir, como no pocos, los términos jerigonza y g u i­
rigay, que tienen distinta significación. Conviene en­
terarse del valor de cada una de estas voces.
Dialecto es el lenguaje ó manera diferente de ex­
presarse de un pueblo que pertenece á una nación
que posee una lengua común, y de la cual difiere
su habla en accidentes analógicos, sintácticos ó foné­
ticos. ó en cualquiera otra corrupción que no le
quite el sello fundamental del idioma. Pin Venezuela
no hay propiamente dialectos del castellano, j e r i ­
gonza es lenguaje ininteligible, modo de expresarse
obscuro y difícil de entender, que da idea de una
como lengua embrionaria, formada de voces de di­
versos idiomas mal pronunciadas, ó del propio em­
pleadas en diverso sentido á imitación del habla de
Germanía. Jerigonza y jerga vienen á ser una mis­
ma cosa, derivadas entrambas del jargou de los franceses.
Guirigay es voz familiar con que se significa el len­
guaje precipitado, torpe y nada comprensible de
una ó varias personas que hablan ó disputan. Cuan­
to á germanía, ya que lo he citado, es habla con­
vencional de ladrones y rufianes, compuesta de
voces castellanas empleadas en diverso sentido del
que les corresponde, y de términos caprichosos
ó de ignorado origen.
Los dialectos que le componen (al grupo polinesio), son los más esparcidos por
el globo y los más imperfectos y atrasados.— Núñez de Arenas. Curso de f ilo ­
sofía .)— En nuestra España el catalán, el valenciano, el asturiano y el gallego,
forman lenguas diferentes del idioma peculiar de Castilla, que se llaman dialectos
por la analogía que entre sí tienen.— Hartzenbusch. Discurso Académico. ) —
Breve diccionario de la Algarabía que hablaran en España los Gitanos, llamada
por otro nombre jerigonza,— Liarte. (D. Juan) Discurso sobre los Diccionarios
y otros asuntos académicos.)— El primero es Don Nicolás Antonio, quien entendió
que Germanía era /.enguaje de Matones y gente fanfarrona.— Triarte (Don Juan)
id. id.)— Hablan los tres á un tiempo cinco minutos antes de sentarse y otros
cinco después de sentados, y se pasan otros cinco antes que se entiendan: en
limpio, un cuarto de hora de guirigay.— 1lamenbnsch. Opúsculo.

314. A las lluvias que por noviembre y diciembre


suelen caer en las costas y sus cercanías, y las cua­
les no son tan fuertes como las del invierno, que
dura de abril á octubre en toda la región de V e­
nezuela, se las conoce con el nombre de nortes,
sin duda por venir acompañadas de vientos del nor­
te, cuando no del nordeste ó del noroeste. A las
veces se prolongan estas lluvias hasta febrero y marzo,
si bien en estos meses caen con menos frecuencia.
El empleo del vocablo en tal sentido no es censu­
rable. por la relación que denota y tratarse de un
fenómeno local.
315. No diré lo mismo de llamar poste un pre­
til. poyo, ó cosa semejante, como desgraciadamente
veo en apreciables escritores de esta y de otras
repúblicas hispano-americanas. Sin propiedad en el
empleo de los vocablos no es posible entendernos.
En la pág. 46 de unas memorias relativas á un
viaje á Palestina, obra de notable escritor, leo con
sorpresa: ‘' Sentado en un poste del claustro y apro­
vechando momentos de soledad, yo hacía pasar por
mi alma las terribles escenas de humillación y de
dolor de que había sido teatro - aqu.el lugar.” Poste
es propiamente el pilar ó pie derecho que se pone
para sostener alguna cosa. Por esto, en arquitectura
se llama también/ante una columna; y antiguamente
poste significó puntal. Sentarse en él no es
muy cóm odo; más fácil es estrellarse, y por
ello dice D. Leandro Fernández de Moratín:
“ . . l e estrella contra un poste en los portales de
Santa Cruz.”
316. Vientos alisios son en buen castellano los
que vienen del este, y precisamente los que reinan
en Venezuela; pero en las costas se les da el nom­
bre de Irisas, y ningún marinero entendería de vien­
tos alisios. Como quiera que Irisa no es sólo el
viento del nordeste, sino también (2a acepción) el
airecillo que en las costas suele tomar dos direc­
ciones opuestas, por la noche cuando viene del mar,
y cuando de la tierra en el día, no hay en la sig­
nificación que le dan los marinos venezolanos sino un
carácter extensivo que probablemente alcanza tam­
bién en las costas de la Península y aun en las de
las repúblicas hermanas.
317. De un intervalo que durante la estación llu­
viosa ó antecede ó sucede al día de San Juan, y en
el cual cesan los aguaceros, se dice por el pueblo
venezolano el veranito de San / nan, y no ha)' agri­
cultor, criador ó labrador, que no emplee la frase cuan­
do se refiere á esta sequía que dura poco más ó me­
nos un mes. Como el verano es la estación seca,
tal modo figurado de hablar, sobretodo empleando el
diminutivo veranito, es legítimo para designar esa
temporada de sequía.
318. “ El connotado y castizo escritor,” leo en
un periódico que se da ínfulas de entendido y
maestro; y es desgraciadamente muy común leer
frases semejantes en escritos de pretensos literatos.
¿O lié idea tendrán ellos de lo que es escribir bien,
de lo que es propio y castizo en materia de lenguaje,
cuando los presuntuosos no alcanzan á expresarse
como conviene’ para que todos les entiendan ? Con­
notado sólo se usa como sustantivo, y vale lo mis­
mo que connotación, esto es, parentesco en grado
remoto. Emplearlo como adjetivo en el sentido de
notable, afamado, ilustre, distinguido, egregio insigne,.
etc. no es ya barbarismo sino barbaridad. Ni como
participio de connotar, cabe á connotado tal acepción,
porque connotar es hacer relación, ó lo que es lo
mismo, aludir á una cosa conque tiene conexión aquella
de que se trata. Ni una cosa es persona, ni cone­
xión significa más que atadura, trabazón, concatenación,
de una cosa con otra. Tratándose de gramática, con-
notar es significar la palabra dos ideas, una princi­
pal y la otra accesoria. Monlau, hablando en su
Diccionario Etimológico de la desinencia ar, dice:
“Toma además otras varias antedesinencias, como
•sufijos añadidos á la raíz para convertirla en radi­
cal 6 tema, ó para connotar alguna idea especial ó
accesoria.” Parece que de casos como este, en que
connotar tiene para los que no conocen el valor del
vocablo engañoso aspecto de sinónimo de señalar,
es de donde ellos han creído que pueden decir
.connotado, en vez de señalado ó distinguido ó famoso,
porque una cosa es el leer y otra el entender. Esto
manifiesta cuánto importa al escritor el estudio de
la Lengua, tanto en su parte gramatical como en la
filológica y lingüística, pues entrar en el oficio no es
lo mismo que meterse á pulpero. Si en este caso
de connotado estudiasen los indoctos la constitución
del vocablo y el oficio del prefijo con, medirían el
tamaño del despropósito en que incurren. Creo que
el ejemplo de Monlau que he presentado basta y
sobra para que se vea el uso legítim o. de connotar.
319. Es común la impropiedad de decir estadía
por estada, y aun se ve en los periódicos más nota­
bles de Caracas. “ Durante la estadía del Emperador
en aquel lu g ar” , escribe un gacetillero venezolano,
transformando al pobre Emperador de Alemania nada
menos que en buque, probablemente en rosca, por lo
nuevo, ó de torre, si alude á lo belicoso del mancebo,
pero de todos modos contrabandista, por lo comercial.
Estadía es voz comercial significativa ó de cada uno
de los días que transcurren después del plazo estipu­
lado para la carga ó descarga de un buque mercante,
por los cuales se ha de pagar al capitán un tanto por
indemnización ; ó figuradamente, por extensión muy
natural, la misma indemnización. Véase el uso correcto
de tal vocablo en el siguiente lugar de D. Andrés-
Helio:
Kn el caso de la l.ttty, Sir \V. Senil condenó a! captor en el valor de
la factura de las mercaderías, y diez por cíenlo más, en razón de ganancia..
para el propietario de la carga, y en d valor de! Hele para el dueño dd
buque. Se condena también al captor á pagar c.AaMas, cuando lia demora­
do la restitución.— lid io Principios </r Derecho Iiilrrmwional, l'ttei. Sep. Cn/>. V.

Lo que quiso decir el gacetillero indicado fué estada,


término que expresa mansión, detención, demora
(jtie se hace en un lugar ó paraje, como se ve por las
siguientes autoridades :
'ó en todas deseando saber la intención do su venida y <-s/a,t<i en esta
tierra.— Hurtado de Mendoza. J.n/.nrH/o Tonm\< Tmtaiio ///. )— Me parece,
dijo Don Quijote, que la csluilu nuestra en este castillo ya es sin provecho.
Cervantes.— Quijote. Par!. Print. Cap. X!~If.

Y así se ha dicho desde tiempos antiguos:


Mucho se larda aquel caballero que esperamos: ¿qué crees tú ó sospe­
chas ile su t'.í/c.Vcr, Lucrecia ?— Rojas. /->< Cc/t-sUmt. Acto C<1tortean.

320. Tanto en Venezuela como en Colombia, en


el Ecuador y en otras repúblicas hispano-americanas,
se emplea el vocablo ( otarate, no en la acepción de
“ hombre alborotado y de poco juicio,” única que le
da el Diccionario de la Academia, sino en el sentido
de manirroto, pródigo, derrochador, malbaratado, co­
mo si se derivase de botar en la acepción de arrojar,
y no en la de saldar, dar bote: como cree la Real
Corporación. Pero, en verdad, tal uso no tiene nada
de singular, porque el que bota ó malbarata el dinero •
es hombre alborotado y de poco juicio; y luego, los-
buenos escritores saben emplear el vocablo:
I >ioe» que c :a«do se casan, aun los hombres de cascos ligeros, los bala,
rufos, se vuelven moderados y prudentes.— Juan Montalvu. Ir á la guara y
rasar. Toma Soy. a'r •<A7 Espadador.”

321. Los que dicen, y desgraciadamente en V e­


nezuela son los más, “ ¡Qué catadura la de Fulano!”
“ La caladura de Mengano es la de un pordiosero,”
refiriéndose al empaque ó traza y aspecto de una per­
sona, incurren en barbarismo, porque caladura, cuando
no indica la acción de calar, es gesto, semblante ó
rostro, y generalmente se toma en mala parte.
Scnnor, dixul : n.y eres de grant tientura,
Scmevas a los dios, cu lo as de natura :
Todo! mundo se teme de la tu amargura,
Qnando estas yradn as fiera ralalara.
lib r o i/r .¡toxaiit/in. 212.

322. Empujada y empujón se usan indiíeren-


temente en Venezuela. Empujada no dice hoy nadie
en la Península, á juzgar por el Diccionario de la
Lengua, que califica la voz de anticuada. (Se encuentra
ella en el L il. de Alexandrc. 32.)
También se usa frecuentemente por la gente
vulgar el anticuado arrempujar, y aun hay quienes
digan que rempujar\ que es voz familiar y corriente,
es más vulgar que arrempujar. Sonreírse y dejarlos !
323. El castellano llama correctamente lar-il el
paraje en que se enjaulan los toros que han de lidiarse ; y
la plaza ó lugar cercado donde se corren y lidian coso,
antiguamente corso, aunque no lo diga el Diccionario:
F.l Iion Campeador por toda la victoria
No» «lió en si entrada :t milla vanagloria;
Guardaba bien so corso, tienio bien sue memoria,
One non !<> engannase la vida transitoria.
Vida do San Afilian.. 123.

Corso, por carrera ó curso, del latín eursus.


En Venezuela ha dicho siempre el pueblo corso, y
sólo algunas personas ilustradas coso ; pero todas llama­
ban corso ó coso, no al lugar de las corridas, sino al
toril. Nuestro célebre Sistiaga sabía muy bien lo que
era coso :
Un grilo clamoroso
Resuena en aquel toso,
Proclamando al autor de tal tolotnia
El rey de la jornada.
C i/ n i 'o n / t / t i ¡/i Z 'o i'f S .

Pero Teodosio Adolfo Blanco rinde homenaje al


pueblo con el usado barbarismo :
Va el ganado está en el roso
Y echarla puerta de tranca:
Hay ocho toros ¡nadados.
Un torete y una vaca.
A los Toros !

De algunos años acá la generalidad dice ya correc­


tamente toril, y no coso, del paraje en que se encierra
á los toros. Débese esta feliz enmienda á los toreros
españoles que vienen ahora con frecuencia á nuestras
plazas. Pocos quedan ya con el coso. Que les apro­
veche !
324. Nadie dice en Venezuela mañuela sino ma¡li­
ta, para expresar la maña con astucia y bellaquería;
y es un sustantivo tan bien derivado de maña como
mañuela, por su carácter igualmente diminutivo. Inci-
dentalmente diré que maña \\ose formó del latín ma­
nas como trae el Diccionario de la Lengua. Maña
(mauna) es síncopa ó abreviatura de manera (ant. man-
nera ó mañera), la cual es la formada del latín manas.
Así se deduce de: varios lugares de Berceo.
325. Enteco no tiene entre nosotros la acepción
de enfermizo que le da la Academia, sino únicamente
la de muy Maco y esqueletado, á pesar de que la de
enfermizo es también legítima. Entecado, no se formó
de enteco como parece da á entender el Diccionario ;
ni enteco es despectivo de ente, aunque así se está cerca
de dar en el hito. Enteco es síncopa de entecado, y
éste se formó de ente captas, como mentecato de mente
captas.
Sanaron al sepulcro muchos demoniado;,
Vieron los que eran de la lumne menguados.
Los mancos e los coxos sanos fueron tornados,
'Probaban gran eonseio todos los cnU■ unios.
Vi Ja Je San M i Han. 316.
Vid i y logar bueno sobra buen arbolado.
El fruto de los arboles non sería preSiado,
De campos grant anchura, de llores gran mercado
(inania la su olor a omne entecado,
Vida Je Sancta Oria. /j j .

326. En Venezuela decimos loro y lora y no papa­


gayo. A pesar de Clavijero que cree quichua ó quechua
la voz loro, tengo para mí que es de las introducidas
por los conquistadores. La Academia Española, que
tiene la misma opinión, la trae del latín luridns, obs­
curo ; pero 'debe observarse que los colores preponde­
rantes en los papagayos son el verde, el amarillo y el
rojo. El malayo llama al papagayo lori, vocablo que
significa rojo, y el castellano formó en sus principios el
término loro, del artículo lo y oro, para designar el
color amarillo ; y parece ser este loro el aplicado al
papagayo, si nó el vocablo malayo. Basta un testimo­
nio de la voz castellana loro, amarillo, anterior al
siglo X V :
I.os cabrones valientes, muchas vacas, et loros,
Mas vienen Serea de ella que en Oranada hay moros.
Muchos bueyes castannos, otros hoscos, é loros.
Non lo compraría Dário con todos sus tesoros.
/.i/>ro de Cantares del Arcipreste de F ila. f/Sy.

En Venezuela llamamos lora cierta culebra que se


distingue por su color amarillo verdoso.
327. En Caracas se llama carro la carreta, y
carreta el carretón. Tampoco dicen algunos carre­
tilla, sino carreta de mano. Debe observarse que la
carreta es más grande que el carretón. tiene una
sola lanza y es tirada por bueyes ó por grandes muías.
De este trastrueque de voces tiene la culpa la desi­
nencia de carretón, que da al vocablo engañoso aspec­
to de aumentativo de carreta.
Es curioso que en la vecina República de Nueva
Colombia, se dé á carreta la acepción de rueda, y á
carretón la de trébol, según sienta el docto Cuervo en
sus Apuntaciones. Criticas. Lo del trébol 110 hay por
dónde cogerlo ; pero lo de la rueda, más comprensible,
trata el señor Cuervo de remontarlo al castellano anti­
guo, fundándose en que en el siguiente pasaje de Alfonso
Alvarez de Villasandino carreta está usado por rueda:
Fortuna trastorna su firme canela.
Cancionero de Faena, pág. 114.

Juzgo ser este un error de tan insigne lexicógrafo,


porque si es cierto que á las veces la Fortuna aparece
pintada sólo con una rueda, un timón, un globo, y el
cuerno de la abundancia, Nonnus la describe en un
carro tirado por cuatro grifos, del mismo modo que
Esquilo le da alas de oro, aun cuando Pausanias dice
que las antiguas estatuas de la diosa no las tenían.
Por estas dos distintas representaciones, Id de la rueda
y la del carro, se ha dicho siempre promiscuamente la
rueda de la Fortuna y el carro de la Fortuna. Hay
m ás: carreta, que puede no ser derivación de carro,
pues las semejanzas engañan, tuvo en un tiempo la
acepción de carro, como se ve por el ejemplo de Vi-
llasandino y por los siguientes pasajes del Lib. Prim.
Cap. XX I de . luía di s de Caula. conviene á saber:
E vió ir por el llano una carreta. la mayor é mas
fermosa que nunca vio, y llevábanla doce palafrenes é
iba cubierta por cima de un jamete bermejo; así que,
se no podía ver nada de lo que dentro era. ” “ Esta
carreta era guardada de ocho caballeros armados de
todas cuatro partes. ” Respecto á que carreta puede no
ser derivación de carro, observaré que el árabe vulgar
tiene la voz kerrátah, correspondiente al carreta- caste­
llano, al provenzal barreta y al francés charrcttc. Cons­
ta el vocablo kerrátah en el vocabulario de voces vul­
gares recogidas en Egipto por el Dr. Labat, cirujano
de Mehemet-Alí, y en Argel por Mr. Mary-Lafón. El
término kerrátah, del árabe vulgar, supone la existencia
en el clásico de la voz carraca. vehículo pesado, y
justifica al sabio Martínez Marina que incluye á Ca­
rraca entre las voces arábigas. El cambio de letras
entre los vocablos mencionados está ajustado á los
principios establecidos por la ciencia.
Nada tiene de extraño que así como hubo una
embarcación y un carro con el nombre de coche, hubiese
habido un carro y una embarcación con el nombre de
Carraca. D e otro modo no se podría justificar que la
voz y el vehículo se encontrasen al mismo tiempo en
España y en Egipto, tanto más que el trueco de letras
no puede ser impugnado. Por lo demás, es más lógico
suponer que la acepción de anciano que, por lo tardo y
pesado, tiene la voz carraca, provenga del vehículo,
que nó el nombre de éste del apodo que se ponía á los
viejos.
3?8. "Lo cual no pudo hacerse por lo accidenta­
do del terreno,” dice en una comunicación cierto in­
geniero. de los más ilustrados que poseemos. Feo
é impropio es el vocablo accidentado en la acepción
del señor ingeniero. ' porque no se. comprende que un
terreno pueda estar amagado de accidentes. Yo jura­
ría que el quiso, pero no supo, decir lo fragoso, lo
abrupto, lo quebrado, lo escabroso> lo desigual, lo i;¿tri­
cado, lo lleno de tropiezos y embarazos, lo lleno de quie­
bras, lo montuoso, lo lleno de malezas y breñas, ó algo
asi, expresivo, castizo, y bello. ¡ Cuán difícil debe de
ser nuestro hermoso idioma cuando tan pocos alcan­
zan á escribirlo, bien, y tantos lo adulteran con vo­
cablos de otras lenguas y corrupciones extravagantes !
¿ A qué ir á buscar al francés le terrain accidenté, cuan­
do tenemos voces tan varoniles y elegantes? IJaralt
censura acertadamente este despropósito.
329. Petróleo procede del latín, y se formó en el lengua­
je medioeval de potra, piedra ; y oleum, aceice ; de modo
que petróleo es aceite de piedra, y andan por los cerros
de IJbeda los que á las puertas de sus tiendas ó por
medio de periódicos anuncian que venden ¡aceite de
petróleo i Kn piedra que no en aceite, están ellos
convertidos.
Asi como en casi toda la América Españo­
la se incurre en tal disparate, en casi toda ella
se usan los vocablos desenguantarse, irreprochable>
acreencia y macada-misar, que bien pudieran tener entra­
da en el Diccionario. Macadccmizar, del apellido esco­
cés Mac Adam, es igualar los caminos y avenidas, y
darles solidez con casquijo ó piedra triturada. Cuan­
to á percnccjo y zutanejo, usados en Venezueía y otras
partes, no son masque formas andaluzas de perengano
y zutano.
330. Censúrase generalmente á los maracaiberos
que digan “ mi patria,” refiriéndose exclusivamen.te á
la provincia 6 Estado de su nacimiento ; pero tal uso
es correcto :
F.s también causa de que las ciudades, villas y lugares de Castilla se des­
pueblen, y estén fallas de los vecinos más ricos, más nobles y de mayor lustre,
la licencia de quedarse avecindados en la córte los hijos de los ministros, siendo
muy pocos los que vuelven ti srts 1 ’a/r, —-Navarrete. Const'rvafión </,• Mouar-
t / llfr rs . />. A 7

331. Ligagamba es voz compuesta que expresa,


la liga que se usa en la pierna para sujetarlas ine­
dias, ó con otro objeto. No en otro sentido la emplea
Mendoza en sus Comentarios de las guerras de los
Países Jtajos : “ Y por herirle en un brazo se retiró
á la trinchera, atando la herida con una ligagamba.”
Es claro que se la quitó de la pierna ; no es, pues,
cualquier cinta ó listón.
332. El maracaiberismo celante por celador, es un
poco rancio y disuena otro poco ; pero es correcto y
se usó en Castilla.
Con estos desahogos dejaba ver el partido de los tv/an/cs que, si lograban
elegir un papa como el que deseaba, pensaría en destruir todo lo ejecutado por
Clemente XI Y .— Floridablanca. .í Untoñu/,

333. Los que dicen puntualidades por circuns-


tandas, tienen la autoridad de uno de los mejores ha­
blistas castellanos :
Y ordenó su cuartel con todas las puntua/ia'utles que parecieron convenien-
tes para cpiietar los escrúpulos de la seguridad.— Solís. Conquista de Méjico.

334. Pocos dicen entre nosotros negra honrilla,


como apunta el Diccionario. Los más dicen negra
honrada negra honra ; y así lo usa dos veces Hurtado
de Mendoza en el Tratado III. del Lazarillo de Tormos.
Entrambas, pues, son castellanas.
335. El galicismo rol, por nómina ó lista, está ya
autorizado, pero sólo en el lenguaje marinesco.
Algunos Estados no usan otro rol que un certificado que expresa el mi­
niero de la oficialidad y tripulación.— Bello. Der. Inter. P. .S\ Cap. /'///. //.

Emplearlo en el sentido de p a p el: Qué rol re­


presentas ?” es una abominación.
336. Vituallas no significa ni ha significado nunca
fornituras ni cosa semejante como entienden gentes
vulgares, sino el conjunto de cosas necesarias para la
comida del ejército :
Habiéndonos faltado toda la vitualla que para nuestro sustento llevábamos.—
/.as Sergas tic Esplandián. Cap. X X X V I .) — Se resolvió de invernar en CiV.ico,
lugar acomodado por la fortaleza del sitio y abundancia de las vituallas.— Mon­
eada. Expedición ¡le los Catalanes y Aragoneses contra Turcos y Griegos.

337. Siempre se dijo la almirantcsa, y la almi-


ranta, nave donde va el almirante ; pero no se por qué
dicen tantos la almirante, la nave almirante. ¿ Por
qué no dicen la nave aImirania '/
I.a ahniraula y v'r.ahuiraula llevaban los cuernos de la batalla con veinticin­
co galeras cada uno.— Mendoza. Comentarios de las guerras de los Países /-¡ajos.

338. En periódicos de Caracas y de La Guaira


he leído un aviso que dice en letras capitales : vigen­
cia General de embarque y desembarque de pasajeros.
Común es en España y en América el confundir los
sustantivos embarco y embarque y los compuestos de­
sembarco y desembarque. ofendiendo á los pasajeros y
ennobleciendo las mercaderías y provisiones. Cuan­
do se . trata de cosas se debe decir embarque y desem­
barque ; y cuando de personas, embarco y desembarco.
Hasta ver el Diccionario.
I-:i día ile! embarco es uu día de fiesta para nuestras tropas.— Pedro Anto­
nio de Alarcón. Piarle Je nn testigo Je. la guerra Je Africa. Par!. /. I .) — Hoy no
lia ocurrido novedad digna de mención, como no sea el Jese/nbanjne de víveres.—
A la redil. / >¡an\• tfe nn testigo de la guerra. Parí. /. X X///.

339. El Diccionario da á nonada el significado de


poco, muy poco. Así parece ser. Por acá decimos una
nonada, en el sentido de una bagatela, una cosa insigni­
ficante, una rada.
Santa 'Teresa dice ;
Podemos creer estuvo á poco ú nonaJa en purgatorio. — Carta C C C 1’.

340. Nuestros farmacéuticos dicen Tincar del bó­


rax y de las confecciones llamadas por otro nombre
sub-borato y bi-borato de sosa. Han tomado el nombre que
les dan los manuales de materia médica ingleses y france­
ses, que dicen Tinckaly Jincal, porque creen tener tal voz
del hindostano, del persa ó del malayo, que dicen Tin-
/car y Tin/eal. Mas conviene saber que el castsllano la
tiene del árabe, que dice Afincar. Así escriben los
autores españoles, así dice nuestro pueblo, y así reza
el I Accionario de la Lengua. La mayor parte de los
mismos escritores ingleses dicen Altincar. Hablemos,
pues, castellano ; digamos Afincar, y no Tincar ni Tin­
ca/, ni Altincar.
Es muy común en las lenguas el cambio de las
liquidas /y r. Se debe decir alfil conforme á su étimo-
logia persa ; pero son muchos los que en Venezuela y
otras Repúblicas hispano-americanas dicen arfil. El
mal es viejo y español:
liarán le su Adonis
Diosas de Madrid,
Que vuelven peón
El mejor tujr.l.
Lope de Vega.— /.os Melindros de fíolisa. Aet. Tere. Esc. X X F.

341. En una novena, impresa por Ramón Alcalde


Pina, he leído esta fra se: “como á San Santiago,
patrón de España.” Parecióme singularmente bárbara,
porque no se puede decir San Santiago, y siempre se
ha dicho el Apóstol Santiago; Santiago, Apóstol;
¡ Santiagoycierra España! La razón de esto es muy
sencilla: Santiago es nombre puramente español, con­
tracción de Sanct lago, derivado de Sanct Jacob, por
cambiarse la c de Jacob por g, y elidirse la b final.
Del mismo modo, de Sanct Jago se formó San Diago
cambiándose la dental t por la dental d, y elidiéndose
la c ortográfica. Creóse así el nombre simple de
Diago, que hizo luego Diego, trocándose la vocal a
por su vecina la c. (1) Por donde Santiago, Diego
y facobo son una misma cosa, y sólo á Diego y á Ja-
cobo les anteponemos el título de San cuando de san­
tos tratamos, adicionándole á Santiago, para distinguir­
lo de los que no son santos, el dictado de Apóstol
ó el de Patrón que le corresponden; menos en casos de
vocativo, como el del grito del guerra de la madre
patria.

( f ) Alguien ha pretendido que ¡a D de 1hago es indicativa de Don ó


Dominas, señor. ; Mucho que se ocupa el pueblo en tales sutilezas al formar
ó corromper los vocablos! El que no sabe, inventa.
Estaba allí la flor de España, que viendo la deseada ocasión de mostrar su
valor heroico, comenzó á gritar : Cierra Pispafia, Santiago. Santiago, y metién­
dose en seguida por lo más denso de la polvareda, fué en busca del escuadrón
enemigo.— Pérez de Hita. Guerras Civiles ae Granada. Parí. II. Cap. X X I.

342. Salvo dos ó tres escritores, di cese en la Re­


pública dramaturgo, del autor de dramas. En tal acep­
ción la ha incluido ya la Academia Española en el
Diccionario vulgar (duodécima edición). Esta voz grie­
ga tuvo hasta ha poco en castellano carácter despec­
tivo. Los buenos escritores decían y dicen aún dra­
mático, tanto del autor de dramas como del que los
representa, por igual modo que se ha dicho y se di­
ce trágico del autor de tragedias y del actor que re­
presenta papeles trágicos. Es elegante y propio del
idioma el dar carácter y valor de sustantivo á tales
adjetivos.
En manos de estos dramáticos, contemporáneos de Lope de Vega, se hallaba
el teatro español cuando murió Felipe III.— Martínez de la Rosa. Apéndice sobre
la Comedia.)— El defeco capital de nuestros antiguos dramáticos consistió en
que olvidaron casi siempre el Un propio de la comedia, que es contribuir á
la reforma de las costumbres.— Martínez de la Rosa. Apéndice sobre la Comedia.) —
Cierto que la lista de trágicos españoles, en aquel siglo, más poblada está y de
gente más granada que la de otras naciones.— Martínez de la Rosa. Apén­
dice sobre la Tragedia.)— Ahora nos toca juzgarle como dramático (á Lope).
Gil y Zarate. Manual de Literatura. Scg. Par/. Sec. Seg. Cap. V IH .)— In­
glaterra no ha tenido en este período ningún novelista, ni dramático notable.—
Menéiulez Relavo. .Vuestro Siglo. IM>. Quinto. Cap. III.

343. “ Gente, dicen ciertas gramáticas y enseñan


ciertos maestros en escuelas primarias, no tiene plural
sino en la significación de gentiles, v. g.: E l Apóstol de
las Gentes, único caso en que hoy se usa” . Es­
to es una errada comprensión del Diccionario, donde
debe interpretarse que gentes, en plural, significando
gentiles, sólo tiene hoy uso en la expresión indicada:
E l Apóstol de las Gentes, lo que es muy distinto.
Gente significa pluralidad de personas, y en las acep­
ciones de nación, tropa de soldados, social, tiene
naturalmente plural como estas expresiones que re­
presenta. Tal ha sido y es la práctica de los autores
castellanos.
Lecciones de singular y plural :
I'orlándose como gente bisofia, licenciosa y mal disciplinada, y gritando
Santiago, e¡,■ rnt España, principiaron á sul<ir por la cuesta arriba furiosa y
desconcertadamente. — Tere/, de Hita. Guerras Cizd/es de Granada. Parí. S,g.
Cap -V.V.J— Se hallaba toda la campaña cubierta de gente del campo.— Meló.
Guerra Je Cala/uña. Eli'. Guarió. bg.) — Los países más ricos en baldíos son
al mismo tiempo los más despoblados, y en ellos la falla de genio, y por lo
mismo de jornaleros, hace muy atropelladas y dispendiosas las operaciones de
sus inmensas y mal cultivadas labranzas.— Jovellanos.— Ley Agraria.) —
Allá en los cuartos hay necesidad «le -guie: acpií se acaba de barrer en este
momento.— Gallego. Los .Varios. Cap. X X X !'/ .) — Los mismos jornaleros es­
cépticos niegan de día y rodeados de genio, y «le noche, á solas, tienen más
miedo que antes de lo sobrenatural.— Valera E l Comendador Mendoza. ! .) —
No estamos tan despojados de otros muchos é grandes señores, parientes é
amigos, que ligeramente no podamos henchir estos campos de caballeros é
genios.— Amadís de (jaula. /.ib. Citarlo. Cap. / ! '. ) — Ks fama «pie en la gran
empresa «pie el emperador Don Carlos, vencedor de muchas gentes, hizo con­
tra lSarbarroja, tirano de Túnez, sacrificaron los moros del Cabo de Cartago
cinco niños cristianos.— Hurlado de Mendoza. Guerra Je Granada. /.ib. J ’rim.)—
L 1 oficio de Cristo y su valentía era dar buena nueva á los mansos, v no
asalto á los muros; á curar los de corazón quebrantado, no á pasar pol­
los Tilos de su espuria á las gentes.— Fray Luis de León.— D e los Xo/nlres de
Cristo, /.ib. Seg.)— Knvió otros de nuevo, como en nombre del Senado, á
entrambos ejércitos «le (íormanin, á la legión Itálica, y, á las gentes alojada-
en el Leones.— Coloma. J/¡/lorias. Lila /'rita.
Hay gentes nmv peregrinas
Que tienen vueltas bellacas.
llartzeubusch. /.a ja r a en Santa Gaden. .l<t. //. Ese. /V.
Lo más razonable y verosímil es «pie esté en e! purgatorio, y esto cree !n ge­
neralidad ile las gentes.— Valera. E l Comendador Mendoza. Cap. /.

Estas lecciones, al par que desvanecerán por com-


12
pleto la preocupación, enseñarán el uso del singular
y del plural de la voz á los que tuvieren alguna
duda.
344. Llamamos colchado la colchadura y el géne­
ro hecho á imitación de esta. El vocablo es legítimo,
y tiene la autoridad de Solis, quien dice en la H is­
toria ele la Conquista de Méjico: “ Las armas defen­
sivas, de que usaban solamente los capitanes y per­
sonas de cuenta, eran colchados de algodón mal apli­
cados al pecho, petos y rodelas de tabla, ó conchas
de tortuga” . Salva incluyó este vocablo en la última
edición de su diccionario.
345. Cuando yo oía decir á algún venezolano
A pospelo , no en la significación de A contrapelo ni
en la de con repugnancia, aquí desconocidas del pue­
blo, sino en la de fuera de tiempo ó de ocasión, sin
exactitud ú oportunidad, á destiempo, me chocaba, aun­
que la encontraba más lógica que en las acepciones
que le da el diccionario. Pero ella es castellana,
y tiene autoridad que la abone :
V viniendo la un;, con el propósito que allí se irata tan tí polo, v la otra
tan ií no creo yo que lui'orá ningún censor.— Fray Luis de León. A’rs-
,/ur O;! Ct sits Cnmios.

34Ó. Los venezolanos decimos comunmente llegó


desalado, corrió desalado, y aun poetas notables han
empleado el vocablo desalado en la acepción de an­
sioso y acelerado. El Diccionario no reconoce tal
vocablo, supuesto que sólo autoriza el empleo del
verbo en el carácter de reflejo. No obstante, nues­
tro vocablo es castizo y propio, porque correr desa­
lado vale correr ó volar como perdiendo las alas por
la- celeridad, lo que es expresivo y pintoresco; y
porque tiene la autoridad de escritores de los más
entendidos en el manejo de la lengua. Destilado
significó en los principios tener tendidas las alas, co­
mo se ve por varios lugares del poema de Berceo
"D el Sacrificio de la M isal' Después adquirió ia
acepción de apresurado, acelerado y ansioso, como se
comprueba con esta lección de Solís, en la Historia
de la Conquista de Méjico:
Los llascallecas se arrojaron á besar la tierra como hijos desalados al regazo de
su madre.

y con la siguiente que encuentro en un soneto de


D. Juan Pablo Forner:
¿Ves, I.aiisn, desalado un vulgo impío
Correr furioso á la batalla horrenda?

No es extraño, pues, que en Venezuela le den


tal acepción, y Sistiaga diga en Una Corrida de To­
ros:
Más ligero que el viento
Corría desalado,
Un novillo encerado.

347. Decursión, por decurso ó sucesión ó con­


tinuación del tiempo, es barbarismo. No sé si es usual
en alguna parte del país, pero lo leo en discurso pro­
nunciado en un colegio provincial. Decursión tiene
otra significación, y es la de "reseña ó alarde que
armados de todas armas, hacían cada semana los
soldados romanos" pues es en ella en la que lo
han empleado excelentes hombres de letras, bien
que aun no se le ha dado entrada en el Dic­
cionario.
Testigo l’iancina, que no se avergonzaba de presidir á los ejercicios m'.ii¡:irr.~
de l.vr cohortes y á Ins deitirsiones de las legiones.— Colonia." /os Anales de Cay ■
C o ¡ o Tácito. /JA. ///.
34<S. No se debe decir “colunia de contraban­
distas.” sino gavilla de contrabandistas. Aunque co­
lunia tiene aspecto de corrupción de columna, mal
aplicada por marinos incultos, también puede serlo
de coluvie, del latin collúvies, ci. Salva trae la voz
con la significación principal de gavilla de picaros
ó gente perdida, y con la figurada de sentina, loda­
zal. Yo encuentro el siguiente ejemplo:
I '.'sajiiuc/ca con el (con el concejo de señores y monjes) eslu tolurii- de
alcaldes, de entrenadores, de cuadrilleros y acli;u|iteros, i|.ie á todas horas y en
todas partes los allit;en y oprimen á su nomine.— Jovellanos. /n/i riii,- ,/t ./
••n/vi.vVv/A' :h l.,y . I^Tnria.

349. Ias un despropósito pronunciar ó escribir,


refación. como practican algunos, en el sentido de
refacción ó refección, esto es, de alimento moderado
<¡ue se toma para reparar las tuerzas. Refacción
es forma de refección, del latin refeelio; en tanto
tpie refación se deriva de refacer, del latín réjiccre,
y significa indemnización, resarcimiento, reintegración.
Así lo demuestra este lugar de Coloma en Las
Guerras de los Estados-Bajos: “ Había gastado Juan
de Ribas muchos ducados del Rey en fortificar á Ca­
les. y aunque se pidió refacióu destos gastos, no se
salió con ello” . Id Diccionario tiene el verbo refacer,
pero no el sustantivo refación, y debe incluírsele.
350. Si tenemos los vocablos curtiduría y tene­
ría, propios y castizos, ¿por qué emplea el pueblo ve­
nezolano. para expresar lo mismo, los términos cur­
tiembre ✓v curtimbrc Ó Indudablemente han sido for-
mados por analogía con urdiembre y urdimbre; pero
la formación *es bárbara, porque la desinencia bre de
nuestros sustantivos, cuando no corresponde á voces
que en latín terminan en nicu ó en corrupciones na­
turales de las desinencias per, prum, y otras seme­
jantes. entra á formar palabras que. ó se toman en
abstracto y denotan condición, causa ó circunstancia,
como podredumbre, herrumbre; ó tienen una signifi­
cación pasiva, como urdimbre y urdiembre (de ur­
dir) , y timbre ( de timbrar); y ni en uno ni en el
otro caso podría darse á curtimbre ó curtiembre el
significado de un sustantivo concreto y activo como
curtiduría ( ó tenería), que expresa propiamente el
sitio ú oficina donde se curten y trabajan pieles.
]’>ien se conoce que minea lias entrado cu mui /,v/,■ //.’ . ni visto lral>aj;ir ú los
curli lores,— Tomás de Iriarlc. /lobinsón. Tordo Z'rigésiniti.) — l.a aníidurio -Id
Sr. Rallo está á la altura <ie las mejores ■ Kumpa.— Rafael 1leruánuc:-. (Ju-
liérrez. Progreso Indnsh /<//— Periódico E l l ’orv.nir.J

351. Denguey significativo de cierto reumatismo


errático, nada tiene que ver con el sustantivo caste­
llano dengue. melindre mujeril; ni es tampoco vene-
zolanismo, aunque de algún tiempo acá es de uso
general en las provincias ó Estados orientales. La en­
fermedad apareció por vez primera en la India, y Ios-
ingleses le dieron el nombre de “ dandy fever” , fiebre
de los elegantes, con motivo de la semejanza que
existe entre la afectada rigidez de los miembros del
currutaco inglés y la que determina dicha enferme­
dad. Los españoles corrompieron la voz dandy (den-
di ) en dengue, vocablo que pasó con la enfermedad
á Venezuela.
352. Llamamos vulgarmente por acá mocczuclo
lo que se llama científicamente tétanos infantil. Nin­
gún diccionario ni vocabulario de la península espa­
ñola apunta el vocablo indicado, bien que es de sos­
pecharse que nos lo hayan traído los conquistadores.
Parece él corrupción del antiguo despectivo mochádme­
lo, hoy muchachuelo. No le encuentro otra proce­
dencia. Y a que de tal voz trato, observaré que en
concepto mío el vocablo muchacho no procede del
castellano morco, con perdón de la Real Academia Es­
pañola. sino del latín muldaccus, formado de mulc-
inm, del verbo mulgeo. Muchacho es propiamente
el chico que ordeña, y el que mama, que viene sien­
do lo mismo.
Voces comunes son asimismo por América el au­
mentativo borrachón y el despectivo borrachín. La
Academia Española no les ha dado puesto en el Dic­
cionario vulgar, y Salva sólo trae el aumentativo. Creo
que entrambos pueden ser aceptados. Lo mismo que
con la etimología del término muchacho, sucede con la
de borracho. No alcanzo cómo puede este vocablo? pro­
ceder del latín cbriacus; y tengo para mí que de­
riva tle burraccus, del bajo latín burra, borra, hez,
sedimento. Borracho es el que ha bebido hasta las
heces ; lleno de burra ó borra.
353- Bodega, derivado de bodo, biindis, si no del
anticuado boleca- (latín apothcca), ó de! castellano bo­
la, ha adquirido la acepción de casa muy bien sur­
tida de víveres, vinos y licores para la venta ; y tien­
da ha quedado reducido á la significación de casa ó
puesto donde se detallan exclusivamente géneros
de vestir y objetos de tocador. Esta acepción de
tienda, que se daba en Venezuela al término canastilla,
ha caído casi completamente en desuso, y es probable
que con el tiempo se dé á la voz tienda su legítimo
significado de casa, puésto ó paraje donde se ven­
den comestibles y otros géneros.
354. Gringo, del anticuado grysgo, corrupción
de grceciscus, griego, lo emplea el pueblo como sus­
tantivo para designar al extranjero que no habla el
castellano ó lo chapurrea. Es corriente la frase
Hablar en gringo, hablar de modo incomprensible.
Alfonso Alvarez de Villasandino dice en un D czir
del Cancionero de Bacna :
Pues de cada día nasSen
Gi'yy^os entre imitadores.

355. Se peca contra la propiedad del lenguaje


llamando pozo, como lo hace el vulgo, la charca de
agua detenida. Debe tenerse presente que pozo es el
hoyo que se hace hasta encontrar manantial de agua,
y el cual se viste frecuentemente de piedra ó de la­
drillo, para su conservación. La charca de agua de­
tenida se llama poza. También significa esta voz la
balsa, alberca ó charca (hueco en la tierra lleno de
agua) en que se macera el cáñamo. Poso es el se­
dimento ó asiento de los líquidos: procede del verbo
posar, y significa descanso, quietud, reposo. Posa es
el doble ó clamor de la campana por los difuntos,
y la parada del clero para cantar el responso. Basta
consultar el D i donar io de la- Lengua para no incurrir
en error, de modo que el que lea lo que se escribe entien­
da perfectamente lo que se quiere decir.
35Ó. Catre, del francés quatre, por los cuatro
largueros ó patas de este lecho portátil, se usa en
las antillas francesas y holandesas, en América y en Es­
paña mismo, que lo tiene en el Diccionario, aunque
dándole por etimología el castellano cuatro. Y o no
Jo lie visto empleado en poesía sino por Don Tomás-
de Iriarte en su silva descriptiva intitulada Felicidad
de la Vida del Campo, y me sorprendió porque para
los venezolanos es voz muy vulgar, y hay dicciones,
de más noble estirpe que ajustan en el verso :
Kn vano se promete
Qnr fresca cenia ó esponjada pluma,
V en el ect/rr dorado
Que con suaves espíritus perfuma,
1lobles cortinas y dosel bordado
Alejen de su inquieta fantasía
Los afanes inútiles del día.
Aunque en este lugar la observación tenga viso
de pata de gallo, diré de paso que, si bien de un
hablista, no debe imitarse el que subrayado, por ser
puro galicismo. Semejante elipsis ( otra cosa) no es
aceptable en oraciones como esta. Perdone el que me
lee, que le haya puesto en el banco de la paciencia.
Abusas non /olíi/ usina.
357. Más de ocho periódicos, formándole boro á
cierto aficionado á las letras lleno de vanidad y pre­
sunción, han censurado que se dé á hueco el sentido
de cóncavo, por creer que hueco como sustantivo es
hoyo, y como adjetivo vacío ó esponjado. Ningún testi­
monio más patente de la ignorancia que generalmen­
te reina hoy en materias literarias.
He aquí algunas lecciones :
Zumba en las áureas bóvedas el eco
Al fulmíneo estallar del i-roncr /nitro,
Que las naves altísimas atruena.
K1 Duque de Frías.— A'ry San J'cnnmt/t'.
Nueva que corrobora de la villa
F.l campanario, cuyos /turros hmires
A vuelo publicando el arrebato.
K! viento asordan con sus recios sones.
MI -Duque de K i v a s . - Moro /•'.xfóst/u. A'ounincr Séptimo.
.......... ya de espeso polvo
Se cubre el aire, y cerca se oye el trueno
i 'el /v/dV»Innnoo entre dolientes aves
1>c inerme vulgo..........
Helio.— A mori00.
Entonces ; ay. oh mezquino 1 un mortal hiel >
Me cubría, y el hnooo loñn roto
Luchaba con bisanuas fatigado.
En tanto afán, con voz ya incierta al cielo
Moví á piedad ; libróme, c hice voto
De liar nunca en pgnlo sosegado.
Rioja.— Sobro /■ ! ¡nconstoncia.
¡ Hermano fuerte del amor alado 1
¡ Constante Eneas, que en tus ¿un ios /tinos
1 levas los restos de filón sagrado !
Miguel Antonio Caro.-////>/</,v'<w Lo //osoUn •.
Oyólo el Kl'.in. el Ródano espumoso.
El alto Pirineo, e! Apenin» :
Y del Vesubio ardiente
En el <v/.v.ví: v ñ u s 00
Por vez primera repitiólos! eco.
Martínez <le la Rosa.— Lo. I 'no//o ó lo Pntria.
V ci valor exhalando que se encierra
Dentro de! I:no-so de sus tumbas frías,
En fiera y ronca voz pronuncian . “ ¡Guerra !“
Quintana.— A E s/ o ño Lospu.'s Lo lo Ravolncion L o fl/orzo,
V allá, del mar entre revueltas olas.
— Cuyo bramido apaga
Del ñ u 000 ñronoo el retumbante trueno.—
Vi aparecer luctuoso
De Vrof/E'ttr el memorable día.
Gertrudis Gómez, de Avellaneda.— .7 lo Connunión- t/o Qninfono.

Avergüenza tener que ocuparse en estas cosas.


358. Común es, no sólo en Venezuela, sino aun
en la misma España, como puede verse en algunos
poetas, el dar á yeito el significado de fr ío ; y no falta
quienes extraviados por la etimología de crcctns que
Henry Alfrecl Todcl clió al vocablo, (i) le atribuyan por
otra parte la acepción de enderezado, y discutan si de
la voz yerto debe entenderse una posición vertical {! ).
Dislates, y más nada; pero de los que en parte tiene
la culpa la falsa etimología indicada. Eduardo Calcaño
lia demostrado ya que la etimología de yerto no es
erectas sino h ir tus, y por lo tanto sólo significa no fle­
xible, tieso, rígido. Para mí esta etimología es sabia,
porque científicamente la encuentro legítima en forma
y significación, y porque históricamente queda compro­
bada con el hecho de que el portugués, que conserva
gran número de formas castellanas anticuadas, dice
hirió, yerto, como dice el italiano crío. Eso de decir
“ me quedé yerto al oírlo,” no significa “ me quedé
fr ío ” sino “ me quedé rígido, " lo que acontece al que
se queda sorprendido ; y por ello consta en el Diccio­
nario, que no se basa en el error vulgar de creer que
yerto significa frío.
“ Y a tengo yerto el corazón, ” no es más que dis­
parate pelado, de que huyen todos los que tratan de
hablar correctamente, de modo que se les comprenda
bien. En la acepción de derecho, erguido, lo emplea pro­
piamente Gallego, cuando en E l Dos de Mayo dice :
. . . .Junio a! sepulcro frío,
A l pálido fulgor de opaca luna.
En i re c ipreses fúnebres la veo:
Trémula, j ’-v /e y desceñido el manto

Y en el asimismo propio de rígido, tieso, Quintana, en


este lugar de la oda A l Combate de Trafalgar, refirién­
dose á la muerte de Nelson :

{1} .Í/i'i/c;// .\'i kcviíC.n ilt l ’altiinoiv. Yol. II. ¡SS7


¡Oh golpe! ¡oh suerte! l-'.l Támesis aguarda
I >e las naves cautivas
Kl confuso tropjl. y ya en nica
Goza el aplauso y los sonoros vivas
One al vencedor se dan. ¡Oh suerte! l-’.l ¡merlo
Sólo U: verá entrar páü.io y y. rio.

Y Bello en esta quintilla:


Mas no vaya al bcsipio :-i </•'
Que tú crudo invierno despoja.
Arido \ triste desierto.
I >o apenas de mustia hoja
l'.slá algún ramo cuhierío.

Donde yerto está bien, porque los árboles despo­


jados de las hojas aparecen como rígidos. Usos cono
los siguientes no deben ser imitados porque son verda­
deros despropósitos. De un célebre poeta español :
Quedó marchita cual hoja
Del alelí más pintado.
V con la nueva congoja
l’álida la color roja,
V iv/ 7 <>s.i albor rosado.
.Ijt't inr.'u.:/ii.
De uno venezolano, generalmente correcto y pulido :
V para colmo de tu mal profundo,
Ya. bajo so] sin resplandores.

1.a soledad á recibirle avanza.


M uí«v \W¡/i/rio. S<

Se dan cosas, como dicen los cronistas españoles ;


pero no se ha dado todavía un albor rígido ni un sol
lioso.
359. Kquiv 0can.se, á juicio mió. todos los tratadistas
y los críticos que establecen que posoado es el pez ya
pescado, y no e! que aun no lo ha sido. Así lo tuve
para mí en mis primeros años ; pero el genio de la
lengua y el uso de los hablistas castellanos me han
demostrado el error de tal juicio: Ocurre con pez y
pescado lo mismo que con fruto y fru ta , esto es. que
pez es el nombre genérico del animal acuático en cues­
tión. y pescado el nombre general del que es comesti­
ble. .Así lo usamos, y así e s :
No es ave ni es animal.
Ni es luna, sombra ni sol,
Recuadrado ni bemol,
I’iedra, planta ni metal.
Ni ,V<v ni caracol.
Hurlado de Mendoza. Definición tío los Celos.
l iste i*.-» ei traidor de nuestras sabrosas y sagradas aguas enemigo, liste es
adversario y de todas las naciones de pesfíuios. (|tte tan ejecutivamente
se lia habido con nosotros desde ayer acá hiriendo y matando tantos de ios
nuestros.... ! .a/.arillo de Tormes. .SVs’-. Par!, (/»/’. I ! .) — Sobre lo cual exclama
San Ambrosio diciendo: ¿Quién enseñó á los estos lugares y estos tiempos,
y les din estos mandamientos y leyes?—-í ¡ranada. D el Símbolo ¡lo iti Do. Par/.
/. < X I ' J — De ahí baje á la mar y mire esa fecundidad admirable de tainas
diferencias de /'osíodes y de mariscos.— t ¡ranada. Doi Símbolo tío la .Do. Por/.
/. ('</.'■ . xxxrin.
Cuando la carne de pescado ó la de vaca empieza
á descomponerse, se dice que está manida (carne cediza)
La misma significación tiene este adjetivo en Bogotá,
según el señor Cuervo, y en Cuba, según D. Juan
Ignacio de Armas. Probable es que sea provincialismo
español. Procede del verbo mártir que, como lo define
el Diccionario, es hacer que las carnes y algunos otros
manjares se pongan más tiernos y sazonados dejando
pasar el tiempo necesario antes de condimentarlos ó de
comerlos. La palabra autorizada es cediza. Por lo demás,
no es raro que vocablos y acepciones de voces tenidos por
nuestros, resulten puramente españoles, aunque no cons­
ten en ningún diccionario. Tal sucede concierta acepción
venezolana del vocablo espinilla. Además de la “ parte
anterior de la canilla de la pierna," llamamos espinilla
un cilindrito vermiforme de color blanco, y en la punta
ó extremo exterior gris negruzco ó verde oscuro, que
se forma de una materia sebácea en los folículos pilo­
sos de la piel de la nariz, y á las veces en la frente,
en las mejillas, en la barba 6 en las espaldas. Los
franceses lo llaman comedón (del latín comedo), y los
ingleses blackhcad (cabeza negra). No debe confun­
dírsele con el barro, en inglés boíl, (algunos dicen pimple,
grano), y en francés bou-ion. Así como tal acepción de
espinilla no se encuentra en los diccionarios castellanos,
blackhcad no se encuentra en los ingleses, y comedón
sólo se lee en el de Medicina y Cirugía de Littré, que
obtuve del ilustrado facultativo D. Alberto Couturier.
Y o tenía averiguado cómo se decía en Francia, en
Inglaterra, y en Norte América, y que en España la voz
espinilla tenía las mismas acepciones que en Venezuela.
Kn el transparente y puro
Koscic'er tic tu mejilla,
Que no llene de seguro
Xi un solo barro maduro.
Ni supliera una ¿spinUla.
Juan V. Camacho. Dti.L Co.u;.

Tampoco emburujarse es venezolanismo, como juz­


gan algunos, ni es, como cree el señor Cuervo, voz
adulterada en Bogotá, ni tiene la misma significación
que arrebujarse. Emburujarse es . puro castellano
aunque no consta en ningún diccionario. Tan castella­
no como reburujar, (formado de re y burujo, bulto no
grande de cualquier materia, sea lana, ropa, etc); y
como el abarajarse empleado por Herrera en el sentido
de hacerse burujos. Cierto es también que entre tales
vocablos hay naturalmente diferencia de significación.
En Venezuela empleamos el verbo emburujarse en la
secunda acepción de arrebujarse, pero encogiendo el
cuerpo y cubriéndose el individuo completamente con
las ropas de la cama, como formando pelota. Común
es asimismo usarlo como activo en el sentido de revol­
ver las cosas haciendo de ellas uno como bulto; por
donde cuando en una gaveta ó cajón se ven revueltos
encajes, cintas, lazos, etc., se dice que todo está embu­
rujado* esto es. enredado y como hecho bola. En el
sentido de empelotarse, enredarse ó confundirse, provi­
niendo el hecho de riña, lo encuentro en el ingenioso
J). Francisco de Quevedo :
l'.’:ü‘n n ijiirfu sc on -¿ücalcra: salieron á la calle, liaos heridos y otros
desbarrados. /./ /f,>nt </. A'Jos y Ai /•\>r!nnD ton srs-j. XI'///.

Venduta, vocablo significativo de almoneda, venia pu­


blica, encante. subasta, subastando, parece un despectivo
de venta, como vendeja. Usase de antiguo en Vene­
zuela y en otras partes de América, como lo ’'indica
Salvó en su diccionario ; pero yo no me atrevo á ase­
gurar (p¡e no sea voz común anticuada, que como otras
que conservamos sea hoy desconocida en España.
1hiede haberse formado en el seno del castellano por el
mismo procedimiento que viruta del latín virio y cañu­
to del español caño; puede tener origen en el verbo
latino vendilo, atuni, ofrecer en venta, como venía. en
vendo, dit/un, vender; y puede ser corrupción del ita­
liano -vendi ¿a, venta; caso este en el cual vendutero,
que usamos igualmente, derivaría del italiano vendi-
tore. Es esto último lo que me inclino á creer, pero
no afirmo nunca lo que no veo comprobado. No sólo
decimos vendutero por corredor de. almoneda. sino tam­
bién vcndimacstrc. No consta en los diccionarios esta
voz pero recuerdo haberla visto en libros castellanos,
y contiene con la acepción anticuada del verbo maestral-
360. Llámase cobija, en Venezuela, la manta
gruesa de lana, doble y peluda, que así sirve para
cobijarse en el lecho, como para resguardarse ó de
la lluvia ó del relente. 'Dícese también cobija de
pellón, término este que acaso se deriva de pellis, piel, y
debe haber sido introducido por los españoles, una
vez que supone otra cobija, que no es de pellón, ó
pelo de piel de ovejas y carneros, y en Vene­
zuela no se conoce con el nombre de cobija ni la
frazada de algodón. El vocablo pellón puede ser
corrupción de la voz vellón; pero acaso no sea sino
el anticuado peyón, peón. Cobija de peyón, Cobija
de peón. Mis paisanos se reirían si. como acon­
tece en la Nueva Colombia, oyesen llamar cobija
la colcha ó cobertor ó cobertura de la cama ; y les
ocasionaría un grave accidente si al llegar á Méjico
ó al Río de la Plata, oyesen decir cobija. no ya de
la colcha ó cobertura, sino de la sábana y de la
ropa toda de la cama. Creen los venezolanos, y
quizá no les falta razón y motivo, que cobijar es
abrigar. y á las veces por extensión cubrir, ampa­
rar. proteger, más nunca simplemente tajar. á pesar
de sus hermanos del Plata y de Méjico, y á pesar
de! ilustre Senado literario de Madrid, que cobija
amorosamente en su seno las glorias de la Lengua
de Granada y de León, de Saavedra y de Moneada.
Porque abrigar así como es dar calor es resguardar,
amparar, y parece que lo que se resguarda ó am­
para se alberga, se le ha atribuido á cobijar, acaso
erróneamente, correspondencia con albergar; pero
si se dice accidentalmente “ Cobijémonos en esta casa”
ó “ Nos cobijamos en ‘una choza,” donde tiene el
sentido de resguardarse ó ampararse, nadie ha dicho,
que yo sepa “ Fulano cobija ó se cobija en el Hotel
de París," Cuando voy á Madrid me cobijo en la
"Ponda de las Tres ¿Pociones." Menéndez Pelayo
huiría á carrera abierta de semejante compañero
de hospedaje. Cuando un castellano viejo d ice:
“ Puta la madre, puta la hija, puta la manta que
las cobijo " sabe demasiado que la manta es para
abrigar. ó si se quiere, para cubrir, y nó para tapar,
que nada gustan de tapar, y menos con manta, las
mujeres del arte.
Kngcndro ó destruya, ¡cuán portentosa es su fuerza, ó ya de un grano
menudísimo haga brotar el roble, cuya sombra <<'/'¡jn rebaños numerosos, ó ya
devore y convierta en sustancia propia anim ales y plantas, mármoles y bronces,
palacios y templos, y lodo cuanto existe.— Jovellanos. O n h iif ii s c h rr >/ zV.v-
tsttüo <fc Ais C ii-i/iin s X , i/ n r u / is . ) — La naturaleza <o/>ij<i en las entrañas de la
tierra las semillas primigenias de ios árboles que destinó á cada clim a y terri­
torio.— Jovellanos. /.-y .l:;r ,t r ¡n . ) — K rompióse é hízose parles el velo que
i i ’l'ijn /'ii en el templo la cámara do estaban las cosas sanctas.- •CrCnn,<j Grn- r-t! ¡

D e la costumbre de nuestros soldados de cu­


brirse el pecho con la cobija, la cual enerva las ba­
las, y aun resiste á ellas, proviene la írase irse uno
á la cobija, arremeter valerosamente al contrario,
arrojarse con brío y de aquí el aplicar la voz co­
bije ra á la mujer provocativa y audaz. El término
es familiar y tiene gracia. Cobijcra es voz anticua­
da que, según la Academia, se derivó de la latina cu-
bicalaria, y significaba moza de cámara. Cobija se
derivó de cobijo, del latín cubiculumx.sto es indudable;
pero el término castellano cobijcra, lo mismo que el
venezolano, parece derivado de cobija, como lo da
á entender la siguiente lección Ndel rey Don San­
cho el Bravo, donde sin duda significa nodriza ó
dueña que cobija en sus brazos á los niños, puesto
que hace distinción de las doncellas ó mozas de cá­
mara, sirvientas y dueñas de otra clase:
La tercera por facer tuerto con la mujer de su señor ó con las dueñas que an­
dan en su casa, ó con las doncellas que y andan ó con las co b ije r a s ó con las otras
mujeres sirvientes de casa, ó con todos aquellas que se encierran de las puertas
del corral adentro.— C astigos ¿ D ocum entos. C a p. X I .///.

361. Censúranse frecuentemente como venezola-


nismos las frases tener mucho real, no tener real, etc
en que se da á real la acepción de caudal. La cen­
sura no es acertada. D e cierto que hoy en España
nadie se expresa así, y que el Diccionario de la Len­
gua no presenta la acepción de caudal, como lo hace
con el vocablo dinero, significativo de una moneda
antigua, del mismo modo que real lo es de otra cor­
riente aún ; pero en la misma España se habló como en
Venezuela, dando á real la acepción de caudal. Com­
pruébalo la locución familiar que apunta el Diccionario
académico, es á saber: “ Con mi real y mi p ala,”
que significa •• Con mi caudal y mi persona.” Si hu­
biere pecado, no nos es imputable.
362. El mismo léxico de los inmortales de Es­
paña da á trompeta, en la expresión familiar castellana
pobre trompeta, el significado de despreciable y para
poco. La relación de sentido no parece muy clara.
Acaso sirva para fijar su significación figurada, la que
tiene en Venezuela y otras partes de América, donde
se le da la de calavera, alborotado, alborotador, hombre
de poco juicio y asiento ; y así se dice, no sólo pobre
trómpela, sino ‘•fulano es un trompeta; “ qué trompeta
es meno-ano
o !”
363. El crustáceo que llamamos camarón recibió
tal nombre por su semejanza con el cíe España. El de
España es pardo,, el nuestro es colorado y sube de
color cuando se le salcocha. Por el color se dice de
la persona que se ha avergonzado ó ruborizado, que
“ se puso como un camarón” , frase que no compren­
derían en España, sino enterados de lo que llamamos
por acá camarón. Esto debía bastar para los que
suponen que camarón es vocablo indígena ; pero si no
íes bastare, y su americanismo los mantuviere ciegos y
sordos ante el caminaras latino y el kámmaros o-rieyo,
oigan al Archipreste cantando camarón en los princi­
pios del idioma :
Com cdcs en envento, sardinas, tí (Víw .ía w i 'í ,
Verandas, é lasci ía, e los duros cazones.
</;• C tinto res, D e l (.titilo t/nr f a l l ó e l '/.afir en 0/ M uladar, / jO j,

364, ATotab¡liciad, en el sentido de varón notable,


calificado, egregio, insigne, celebrado, ilustre, etc., es
un neologismo bárbaro rechazado por la misma Aca­
demia Eran cesa y por los más señalados literatos
franceses, como lo ha notado B aralt; y lo es acaso
más en castellano porque trastorna los principios en
que se funda la analogía castellana. No se puede
decir que un hombre es una notabilidad’ como no
se puede decir que un hombre es una libertad’, una
lealtad', una amistad, por más que se pueda hablar de
su libertad, de su lealtad, de su amistad. Aunque Larra
y Bretón de los Herreros habían usado ya el vocablo en
tal sentido, antes de la censura de Baralt y de Cap-
many, y aun recomendádolo Bretón en nota á las
Flaquezas Ministeriales, la Academia no lo ha autori­
zado y ha hecho bien. Pero creo que en la significa­
ción de “ carácter ó calidad eje lo notable,” sí puede
aceptarse sin perjuicio del idioma. En esta acepción,
única tolerable, lo ha usado un Académico español
de los más distinguidos :
I’ivforín «_•' dominio de un valido prepotente, á quien el Monarca sacaba
de la nada, el mando «le esto que llaman clases conservadoras, en las cuales
entraba por algo la suya, aunque mezclada con el instable remedo de la aris­
tocracia ríe buena ley. y con el furioso aluvión de injustificadas é improvisadas
uoíiibU idiuh-s.— Juan Valora. J'o sa rso </,• L is io . C ap. X I i 7 .

365. Por más que se diga, no me convenzo de


que el vocablo madrina, que aplicamos á la manada,
piara ó grupo de caballos y á la yegua madre que
sirve á estos de centro, sea venezolanismo ; ni creo
tampoco que lo sea el verbo activo y reciproco ama­
drinar, que usamos en el sentido de acostumbrar un
caballo á la manada. Ricardo Palma las da corno usua­
les del Parú, y mi distinguido amigo I). Daniel Granada
las incluye en su Vocabulario Rio—Piálense. y trae este
ejemplo de A za ra :
S e a m a d rin a n mejor á la yegua si esta tiene potrillo.

El caballo fué introducido por los españoles, y natu­


ral es que introdujeran todas las voces relativas á la
cría. Con tanto mayor razón debe esto suponerse
cnanto son ellas unas mismas en la América Española.
Segura de Astorga aplica en el Libro de Alexaudrc.
6Ó2. el participio adjetivo madrigado al toro padre de
una manada. Este antiguo madrigado supone el verbo
madrigal-, madrinar, y equivale á nuestro amadrinar.
aplicado á la yegua madre que reúne y sirve de guía á
la piara. A l caballo ó res de la madrina le llamamos-
madrincro. Arcaísmos ó no. madrina. madriuero y
amadrinar están clamando porque se les dé entrada
en el Diccionario vulgar
o de la Lengua.
o

366. En Venezuela no emplean los poetas so­


lamente el vocablo aurífero, tan del gusto de los de
España, sino también el término aurígero, del latín
auriger, de aurum-gcro, oro tiene, como aurífero de
aurifer (aurum—fcro, oro lleva). Aurífero se emplea
en el lenguaje común para significar lo que produ­
ce, arrastra ó contiene oro, como cuarzo aurífero,
arena aurífera, carro aurífero. Aurígero se emplea
en poesía en el sentido de semejante al oro, dorado;
y es castellano, aunque la Academia Española no lo
haya incluido en su léxico :
Para verter perlas de ellos
Sacaba la blanca aurora
Los fin rlg e ro s cabellos.
Lope de V ega.— Ue/aeiCn de la s fie s ta s </ne la v illa de M a d r id ' h izo en la ca-
iio iii-.a iiiiu de San Is id ro .

3Ó7. El adjetivo inconfidente, por “indigno de


confianza,” es propio, aunque no consta en el Diccio­
nario de la Lengua. Valga la autoridad de Saavedra :
Pero estén muy advertidos los príncipes en que los que no pueden enga­
ñar á los Ministros buenos y celosos, que estando sobre el hecho, conocen sus
artes y designios y lo que es ó n;> servicio de su príncipe, los acusan de ¡neón-
(identes y apasionados.— E m p ro s a / X X V I .

368. El sustantivo casería por caserío, que se oye


en algunos pueblos de la República, es tan legítimo
como griterío y gritería, vocerío y vocería, y no impor­
ta que no conste la acepción en el léxico, pues está
amparada por escritores insignes como Solís, el cual
dice en la Historia de la- Conquista de Méjico : “ Se
ocuparon unas caserías de corta ó ninguna po­
blación.’’
369. Es muy señorejo, oíale yo decir á mi santa
madre en elogio de algún mozo arrogante. Ella era
colombiana; pero úsese en Colombia ó en Venezuela,
español es el vocablo señorejo y muy de casta,
aunque el Diccionario de la Lengua no lo auto­
rice :
Es el h >nihrc lan libre y ti¿rr¿rn, tan exento y tan sobre sí, tan señorejo <le
su querer, q u j p tecle no q n írer cuando Dios quiere — Malón de Chaide.
Magdalena.

Verdad es que. la acepción no es exactamente la


misma, pero váyase la una por la otra, que entrambas
caben en el molde.

370. En lugar de nuestro tinajero. que por su


buena formación y su utilidad tiene ya puésto en el
Diccionario de la Lengua, dice el vulgo de Maracai-
bo agmducho. Medrano en sus Apuntaciones, donde hay
no pocas voces corrientes presentadas como maracaiberis-
mos, encuentra mal formada la palabra aguaducho.
¿P orqu é? Aguaducho es una. contracción de agua y
aducho. voz ésta anticuada, del latín adductus, con­
ducto. avenida- de agua. Aguaducho significó anti­
guamente acueducto, río, avenida de agua. Así la
he encontrado en varios autores antiguos, por ejem­
plo, en el Libro de A/exandrcs 1751.; en los Canta­
res del ¿Irchipreste de Hita. 2jó'). ; y en el Rimado de
Palacio, t)2j. Hoy es palabra corriente que significa
“ avenida impetuosa de agua,” y tiene la acepción de
“ puésto donde se vende agua, y que por lo común
tiene un armario en que se colocan y guardan los
vasos que sirven para dar de beber,” por lo que no
es singular que en Maracaibo, donde por la escasez
de agua se ha acostumbrado tener venta de ella, la
voz haya alcanzado la significación de tinajero. Sería,
sí, de desear que se desechase la voz en tal sentido,
si no por fea, para llegar á la unidad de la lengua,
de modo que todos nos entendamos sin esfuerzo.
371. Creo inútil mencionarlas voces nuevas crea­
das por la industria moderna, y que en todas las len­
guas han sido necesariamente aceptadas. La mayor
parte de ellas han sido formadas del griego o del la­
tín. Pocas pertenecen á los idiomas modernos, como
vagón, del inglés waggon. Estas mismas voces son
de buena estirpe. Vagón, por ejemplo, deriva del
sánscrito Vahas, vahanain, vehículo, de la raíz valí,
mover, llevar. A ella corresponden el latín ve/ies, el
gótico wagns, el alemán wagen, y el castellano vehículo.
372. Debe, sí, evitarse el formar voces híbridas
como cablegrama, que escriben algunos periodistas de
Caracas, que, además son algo más sordos que yo,
pues ese ble, gra, es un sonido bárbaro para oídos
castellanos. Si dicen grama, ¿ por qué no han de decir
halo ó calo? Dígase ka!ograma, y si se quiere, cal.o-
grama; pero no se barbarice el idioma. Luego, ¿ de
dónde han imaginado que halo no significa cable ? En
griego moderno cable se dice kaplión ; pero en el anti­
guo se decía káloos, .Kálos es bello, perfecto, y hallos,
hermosura.
373. En mi concepto no merecen censura los que
dicen impcrecible (que no puede perecer), y perecióle
(que puede perecer). Su formación es perfecta, y no
puede considerarse como venezolana, pues si es cierto
que lo más usado ha sido pereciente, y quizá impere-
dente, hay testimonio de usarse en España. Basta la
siguiente lección :
1.a mente humana como Dios habita
1.a inmensidad, la eternidad, el cielo;
Jiitf’,‘r,-í¡/’/ i \ osarla é infinita,
¿One mundos bastan á saciar su anhelo?

(iurcia y Tassara. l.u s Crn/.tuins. /n~ >'Ci .’ ció /:.

374. Baralt ha comprobado que para nada nece­


sita el castellano del vocablo francés susceptibilidad.
No ya en la acepción francesa de irritabilidad,
suspicacia. puntillo, etc., sino en la innecesaria y no
menos censurable de facilidad.. posibilidad ó contin­
gencia. la emplea Bello en este pasaje :
Pero la .<//.</<•plibUidiul de ser ocupados no es el único requisito que legitime
la apro¡nación de las cosas.— PrineiJ'ioi Se D, recito fnlerniteioiuil. Tur.'. j'eiiu .
.?■

375. De susceptible, que sí se emplea con genera­


lidad en Venezuela en sentido impropio, hablaré más
adelante.
Pecan de igual modo los que dicen favor i dad. que
no es castellano, ni francés, ni inglés, ni nada, en el
sentido de favoritismo, predominio, influencia, fuerza,
poder, fama. boga, ju ic io , concepto, opinión, sentir, etc.,
según lo que se quiera decir. El mismo gramático
insigne, que á las veces pecaba contra la propiedad de
las voces, ha incurrido en esta falta :
Ks digna de imitarse la conducta de los congresos de l ’ irschl en 1713 y
do Acjuisgrán en 174S, que menospreciando ¡a f i v r i t h u l de las controversias
sobre la etiqueta, acordaron no someterse á ningún cerem onial, ni guardar orden
lijo de asientos.— Helio. Desecho ¡n le n im io n a l. J \rr/. Tere. Cu/-, //. 2.

Digo que Bello pecaba á las veces contra la pro­


piedad de las voces, porque así lo noto en sus poesías
y escritos. Por ejemplo, en el Canto III. de E l Pros­
crito se lee este verso :
TU carretero unce y e.::.\ i\ ‘g it .
Y más adelante, los siguientes:
Los perezosos bueyes al violento
Primer arranque la p ic a n a obliga.

El cmpertiga no es voz del idioma, pero no está,


mal formada, y puede ser aceptada por su precisión ;•
cuanto al picana, es un puro chilenismo que debió
evitar diciendo en castellano, para que todos compren­
diesen, aguijada- ó ahijada, forma esta última que trae
Terreros, y que si no es más que un provincialismo de
Extremadura y otras partes de España, ha sido usada
por muchos escritores de valía. Lope de Vega dice
correctamente aguijada:
A ladas las coyundas de las frentes
Y en la rústica mano la a g u ija d a . (i)

No hay hablista perfecto. Bello es' autoridad del


idioma, pero como toda autoridad lo es sólo cuando
acierta, y no debe ser seguido en sus descuidos.
376. Pertrechos, es todo lo q u e se necesita* para •
la administración, dirección, manejo y operaciones de
un ejército, bien sean armas, municiones, instrumentos
ó máquinas. En este sentido general se usa natural­
mente en plural, y en singular concretándose á una
sola de dichas cosas. Así se emplea en Venezuela, y
tal es la práctica antigua de los escritores castellanos,
á pesar de lo que establecen algunos diccionarios. Per­
trecho no deriva del latín pcrtractus, llevado,conducido
por fuerza, arrastrado ; sino del latín pcrirecto. manejar,
administrar, manosear, tocar repetidamente una cosa.
Pertrechos es lo mismo que provisiones de guerra, no
incluyendo en ellas los mantenimientos, víveres ó vitualla;1

(1) Y el D iccionario ele Autoridades trac este ejem plo de la C ró n ic a (¡e n e ra ! :


E logo floreció la a p a ija d a que habían lineado en la tierra.
y tan así es que sólo en estilo festivo se da á pertrechos
el sentido de mantenimientos, que tuvo antiguamente:
Ejemplos de plural :
E luego mandó Y u su f a lodos sus maestros
Q ue liSiese» graneros de muy grandes pel/reehos.
M uy anchos c largos, de muy fuertes maderos,
I’ara adalzar el pan de los tiempos Señeros.
/'cenia tic José. /6o.

En lin, él nombraba con lodo ahinco todas las baratijas é instrumentos y


pertrechos de guerra con epte suele defenderse el asalto de una ciud ad.— Cervan­
tes. Quijote. Seo. Parí. Cap. J . í f f . ) — T atito fue el crecimiento de las lentas
leales; tanto el caudal de pertrechos y artillería .--M eló. Política Afiti/ar. .1 D.
.)//:'//. / Xa rafia.

Ejemplos de singular :
Acrecentaron la sospecha algunas escalas (aunque de esparto), anchas y
fuertes fabricadas para escalar muralla, que el Conde halló en cierta cueva al
cerro de Santa Elena: pertrecho que los moros guardaban para entrar en el
Alhambra la noche que vinieron al A lbaicin.— Hurtado de M endoza. Liaerra de
(¡ranada. J.ihro Segundo.
N o las francesas armas odiosas.
En contra puestas del airarlo pecho,
Ni en los guardados mui os con pertrecho
Los tiros y saetas pon roñosas.
(Jarcilaso de la V ega. Soneto.

377. El Diccionario no le da á chicharrero otra


acepción figurada y familiar que la de sitio ó paraje
muy caluroso. No obstante, cuando por acá decimos
“ hoy es día de chicharrero,” “ el calor de hoy es un
verdadero chicharrero. ” hablamos castellano, y tan
correcto como el más insigne hablista. Valga esta
lección :
Se usa lino cuando le toca mi día de chicharrero como el que tendremos
hoy.— I larlzenbnseh. L'n viaje en Calera.

378. Feotón, na. que empleamos en el sentido de


algo feo, de alguna- fealdad, es usual en España, según
el siguiente pasaje :
J.a verdadera Am a de Llaves delie ser jam ona, gruñona y f-o t o ñ a .— I larl-
zenlnisch. E l .-lina tic JJa v o s.

379. Cuando decimos simulacro, en el sentido


figurado de modelo, dechado, no pecamos, ya por­
que lo usamos familiarmente y es hereditario, ya
porque todo un Cervantes nos dio á comer la
manzana.
T enía en Cam ila un s iiu u /m ro de la honestidad. Q u ijo te . / ’r im . / ' i r ! . C u j.
XXX/1'

Esto es así, y así lo interpreta Clemencin. La


honestidad’, como calidad abstracta, no puede tener
imagen en el recto sentido de la palabra. Modelo,
dechado, eso s í ; pero á pesar del ilustre manco,
y de que tal vez lleguemos á ver el vocablo en
el i )icccionario, porque el uso es un tirano, yo
quisiera que nadie dijese simulacro en el sentido de
modelo ó dechado, sino en el de imagen, ya real,
ya forjada por la fantasía.
380. Venturanza-, por bienandanza, tan usado
por los poetas, no sólo en Venezuela sino en todas
las repúblicas hispano-americanas, tendrá que ser
admitido en el léxico, pues no pocos lo usan asi­
mismo en la Península. Valga este lugar de Es-
pronceda, que yo recuerde ahora:
T u l vez con sueños de oro la esperanza
Acaricia tu pura juventud,
Y gloria y paz y amor y ve n tu m u z a
Vertió en el mundo tu primera luz.
A uno. E s t r e lla .

38 t. ¿D e dónde el empeño de la mayor parte


de nuestros periodistas en usar el adjetivo desaper-
ciludo con el sentido de inadvertido / Sin duda de
que creen que es correcto porque lo ven empleado
así por escritores españoles como Xúñez de Arenas,
Florencio Janer, Sbarbi. y otros más; ó de que no
comprenden las definiciones del Diccionario. De los
primeros que incurrieron en el error, y de los que
hoy lo cometen, unos lo usan por analogía con el
francés inaper/ju, y otros, por descuido ó por error
de interpretación del artículo apercibir del Diccio­
nario, donde este vocablo tiene la acepción (2:l) de
amonestar, advertir, creyendo, por su puesto, la
Academia que todos ‘comprenderían que este adver­
tir,, hermanado así con amonestar, debía entenderse
en la misma significación de amonestar, haca■ adver­
tencia, prevenir enseñando ó aconsejando, y no en la
de echar de ver. reparar, notar, cpie no tiene aper­
cibir en castellano. De desear es que la Academia
Íes aclare dicha acepción de apercibir para evitar
que el galicismo llegue á prevalecer con perjuicio de
la perspicuidad del idioma. Apercibir, significa pre
venir, preparar, lo que es muy distinto de advertir,
notar, echar de ver.
I’ues <Ie esta manera lemcn y se i/Av vAv/ para la cuenta tupidlos ú (pítenos
vi lapíiilu sanio rice y en.-a.Tia.- < ¡ranada. S / w f i , /»:;■/. i '. ('<</>. .Y.Y.YJ.—
Y rpic lns humores de anuas .le las oandas do los esUuh>s estuviesen irje rs i'-itío s para
d sa^nmlo mandato. -M eih leu t. ( ‘•.inténtanos á las <¡u.vv.e.r /es / ’n ís is
je . ).- - Tistandu t tje re i/iC u ■'••se ya lodos para el viaje.— M.atoada. /•..»/.ti/e ié i: ¡ie /es
( 'n/i!i¡iii.\< y .1 ¡í.'eiie.es 1e n / n i lu r t e s y ¿ r ie aw .

Si eso es apercibir, apercibido, claro es que de­


sapercibido es desprevenido, no preparado, desprovisto
de lo necesario:
Y tomándolos desarmados ' .(•.v/Aw /V i/iv . y sin si .•.-pocha de altpia pdi^ti>.
decollaron en nna hora diez mil dellos. l ¡ranada. S i-;: ', . j \ : r ! . //'. ( /■ y.
. Y / I J .— . . . . M o i u s c s . ü.-vaodo ai oonu-..•«ni diücend:! : or en iva r en A r­
menia am es que la fam a de su venilla, no halló á Friganes desapercibido ni igno­
rante de ella, antes se había apoderado ya de Tigranocerta, ciudad muy fuerte
por el número de defensores y por la grandeza de los muros.— Colonia. Los-
A n a le s L ió . X V .

Esto es lo que significa el adjetivo desapercibido..


Cuando lo que se quiere es expresar la idea de no-
echar de ver, no reparar, no notar, no advertir, el
vocablo corriente es inadvertido, y no desaper­
cibido :
Inadv.■ >/¡t/.¡s dcslu, los padres suelen entregar sus hijos en los primeros años
al gobierno de las m ujeres.— Saavedra Fajardo. P m p . P r i/ n J . — N o vive me­
nos fuera de sí ni más in a d v e rtid a de sus mismas conveniencias la Córte de Suecia.—
Saavedra Fajardo. L o a r ru s de j-atropa.

N o le fíes de varios pareceres


I)e hombres in a d v e rtid o s .
Q uevedo. D o c t rin a de P /io cilid e s.
V e s tan insolente mi je ta d o ,
Q ue por no confesarme castigado
Acuso á Dios con llanto in a d v e rtid o .
Q uevedo. Soneto X X X I V .

( >si le llevó in a d ve rtid a m en te la pasión de contradecir en esto, como en todo..


á Francisco López, de (domara.—-Solís. H is t e r ia d é la C o/n /n ista de M é jic o .

382. De los españoles tenemos la voz maroma,


originaria del árabe, en la significación de ‘"máquina
que consiste en una cuerda tesa sostenida por tijere­
tas. ó palos altos en forma de tijera abierta.”
Q ue sereis maroma
Com o el volatín.
Lo|ic ile V e g a .— f.os M e lin d re s de P e lis a . A cto T e re . X X V .

La frase figurada andar uno en la maroma, lo que


realmente significa es : Tener habilidad, ó suerte para
■ una cosa„ Así dice Solís en la Historia de la Con­
quista de IWcjico: “ Ya ocupaban la tarde aquellos fu­
námbulos ó volatines, que se procuraban exceder en.
los peligros de la maroma, ejercicio á que tenían par­
ticular aplicación y en que se llevaba el susto parte
•del entretenimiento.” De los españoles tenemos
también el martilleo, sustantivo bien formado y necesa­
rio, que pide su lugar en el léxico de la Aca­
demia :
L as artimañas
L a pesadez,
L os argumentos
Q ue toleré.
E l m a rtille o
1 >e som atén...........
M oralín (I). Leandro). E l Coche en l'enla.

¡ Gran progreso hace retroceder nuestra métrica á la iiuadema vía de G onzalo


dejB erceo, y al martilleo acompasado del mester de clerecía.— Menéndez Pelayo.
Historia de los Heterodoxos españoles.

383. Desnudo en pelotas ; le ha dejado cu pelotas,


dicen todos, con rarísima excepción, sin duda porque
entienden que en la frase se trata de algunas pelotas.
Es un error, gravísimo por distintos respectos. Pelota.
en dicha frase, significa piel (del latín pellis), y no
la emplean los que hablan castellano sino en singular,
jamás en plural :
Quedé en pelota porque debajo dulla (la capa) maldita otra cosa tenía,
sino un andrajo de camisa que parecía red de pescar.— l í . do Luna. .Lazadlio
de 'formes. Cap. X I / l ).— D e tal manera que á poco espacio se le rompieron
las cinchas, y quedó sin silla en pelota.— C ervan tes. Quijote. J ’rim. Par!. Cap.
A’i \ ) —Q ue les hagan el favor de quitarles el hábito á íin de que estando en
pelota puedan los diablos cargar con e llo s.— M oralín (Don L). La Derrota de los
Pedantes.

Bien considerado, esto es cuestión de decencia


y de uso, pues nada impide que se diga en cueros,
y por el contrarío en este caso sería censurable el sin­
gular. por ir contra el uso establecido:
Unos por el calor iimn cu ■. ¡t, /<>.>.
( Jiros por no tener ¡Tudescas galas
J\n trajes se vistieron de romeros.
Cervantes. l'/t/Jc i/c l P iin n ic ,'. Cii/>. I I I .

384. Fue Alejandro Peoli, correcto pero árido escri­


tor, el primero cjue se dió entre nosotros á observaciones
lexicográficas, ha ya más de treinticinco años, bien ba­
jo su firma, bien con su seudónimo de Arturo ( 1 )
ó en los sueltos picarescos de los periodiquillos E l
Jején y E l Pica y Juyc\ cpie alcanzaron gran boga.
Mas incurría á las veces en desaciertos, como cuando
censuraba el empleo del vocablo mujer, que creía de­
bía sustituirse con el de señora, y el término asesino,
que hallaba repelente y bárbaro, como que creía que ase­
sinar y acecinar eran hermanos, y debía aquél cam­
biarse por homicida, criminal, matador, heridor, etc.
Señora tiene en castellano sus acepciones propias, y
mujer las suyas, sin que haya por qué coiisiderar
vulgaral último en las que le son propias, como cuan­
do. se habla de la casada con relación al marido, ca­
ballo de batalla del crítico. M ujer en tal sentido es
vocablo noble, de ilustre estirpe, como que procede(l)

( l) L ia este cd seudónimo con que aquel distinguido hombre de letras fir­


maba sus críticas y sus artículos de costumbres. L os primeros escritos do El
In g e n u o eran de Sabá Rodrigue/. M aya, el cual, arrepentido por las observa­
ciones que oyó á Don Juan Vicente González, exigió a Jorge González Rodil,
encargado de Ilc rc ,/tic , y á Peoli. corrector de pruebas, el más absoluto si­
lencio, aun con D. Juan Vicente, su maestro, pues sólo había querido escribir
un ensayo. Irritado Peoli contra /.ozano por sus ataques, y muerto Rodríguez.
M aya en Cam pano, Peoli escribió un artículo contra Lozano firmándolo E l
¡r.y-cnuo. Infimo amigo y condiscípulo de González Rodil, sabía yo esto lo mismo
que su esposa y sus cufiados los Casabas iíurguillos. Después de muerto Rodrí­
guez M aya. Jorge tuvo ocasión de hablar del asunto con otro de sus íntimos am i­
gos. (que eran pocos), el D octor T eófilo Rodríguez.
del latín tnulicr, que expresa la misma cosa. M u­
je r es más noble que hembra. así como varón lo es
más que hombre. No quería Peoli que se dijese
mi mujer, su mujer, la mujer de fulano ; pero tal uso es
propio, corriente y culto. M i mujer dicen y han di­
cho siempre desde el Rey de España hasta el último
labriego. Tal es también el uso de los más califica-
dos hombres de letras.
Gusta una mujer do parecer más hermosa que otra, y aun si su vecina
tiene mejor basquina, ó si por ventura saca mejor invención de tocado, no lo
pone á paciencia: y si en el ser mujer de su casa le hace ventaja, no se acuita,
ni se duele.— Fray Luis de León. La Perfecta Casada.)— Mas la sancta mujer
era tan amiga de su honestidad, que no consintió que físico ni zurujano viese
sus carnes.— Granada. D el Símbolo de la la Fe. Parí. II. Cap. X X IX .) .■ — En
este año que murió Recaredo ¡jasó de esta vida á reposar en Dios San Lean­
dro, hijo, como se ha dicho, de Severiano, general de la provincia de Carta­
gena. y de Teodora, su m tjer, descendientes d é la sangre real de los ostrogodos
y visigodos.— Saavedra Fajardo. Corona Gótica. Cap. X IV ).— Flavio Vopisco
dice del Emperador Aureliano que no tuvo en su recámara ni consintió que su
mujer tuviese vestido alguno de seda.— Nava ríete. Conservación de Monarquías.
Discurso. X X X III.
Permitidme repeler
Ese punzante epigrama,
Que mi esposa fue muy dama,
Y muy cumplida mujer.
Bretón de los Herreros.— ¿ Quión es F ila I A el. III.
Que los hombres como vos
Han de ampararlas mujeres,
Si 110 por lo que ellas son,
]Virque son mujeres..........
Calderón.— E l Alcalde de Zalamea. Jara. Prirn. Esc. X I'.
Venus, del griego ofendida,
Mis venturas descompone:
Que es, aunque diosa, mujer,
F.n quien duran los rencores.
Calderón.—■ /'.'/ Mayor lineanto Amor. Jorn. Prirn. Esc. ni.
¿Q ué yo le diga te amo?
¿ Es eso lo que tú quieres ?
Si eso lo hacen fus mujeres,
Desde hoy mujer no me llamo.
José Antonio Calcaño.— Pudor.
¿ Porqué envidiarme el placer
De contemplarla ríente ?
Tú eres Dios Omnipotente,
Y yo lina pobre mujer !
Pedro Arismendi Brito.— Moler Doloroso.
Si hay alguien á quien no cuadre
Que yo ensalce á la mujer,
Que recuerde con placer
Que una mujer fué su madre.
M. M. Fernández.— E n una bodas.

Señora, es la que posee estados ó lugares ; la


ama respecto de sus criados, y la suegra de alguno,
amén de otras acepciones que no hacen al caso. Por
cortesía se dice señora hablando con una mujer, y se
usa asimismo anteponiéndolo al nombre ó hablando
de ella. Refiriéndonos á la casada con relación al
marido, decimos la mujer, la esposa ; mi señora la espo­
sa de usted, mi señora la esposa de Fulano; aunque estas
últimas frases sean iguales á las que usan los fran­
ceses, reyes en materia de cortesía y galantería. Pe­
ro no estaría bien su señora de usted á secas, ni la se­
ñora de Fulano, ni m i señora ( por mí esposa) como
dice Pereda -en el Cap. V. de Pedro Sánchez ; porque
señora, en tal concepto, es la ama, la que es dueña
de la casa, la que juntamente con el marido es jefe
de la familia, sobre la cual, y no sobre el marido, tie­
ne dominio y autoridad. D e intento nada he dicho de
las frases correctas mi consorte y m i costilla, que se
emplean en el sentido de mi mujer, porque la primera
me parece algo cursi, y repelente vulgaridad la segun­
da, que debe dejarse á la gente de capa parda.
Debe decirse siempre m i mujer, como en estos lu­
gares :
Como la uñara, mi majar futura, que vino con la carreta, vió que no
había dineros, se enojó.— Luna. J.azari/lo (ir Tormos. Parí. Sog. Cap. .Y !'/ ).—
¡Dios mío ! qué sorpresa ! / “ .)// majar con un romántico ! ” exclama e! caballero
que bajaba.— I larl/enbusch. I a Pairando.

Y de nó, mi esposa; pero sólo en circunstancias


solemnes, cuándo se refiere uno á los sentimientos
elevados, á una calidad distinguida, al orden supe­
rior de la mujer casada, como en estas lecciones:
Digo, señor, concluyó Vuelillo reponiéndose, que la dueña enlutada no es
mi aspasa. porque mi asposo está en su habitación, y mi aspasa ni ha salido ni
s a ld r á ....— Larra. P l Doncol. Cap. X i 'f J ! ) .— Leonor era la asposa de su pro­
tector, del hombre generoso que le había servido á él, huérfano sin fortuna, de
padre tierno.— Eduardo Blanco. Una Noche c» Parrara. V il.

Como el origen y la significación de estas voces


están en el latín, el mismo uso hace de ellas el fran­
cés, que se burla, además, del que en el lenguaje
común no diga mu fcmnie. Cuando en la tragedia
Sophonisbe., de Voltaire, exclama Masinissa :
Ariete/... . .Sophonisbe, est ma famata.
Lelic responde:
Sache/, que Sophonisbe á nos chaiues livrée,
De ce lilre Pópotiso en vain s'esl honorée.

Con todo, debo advertir que en castellano


esposa (de spondere, prometer solemnemente) es an­
fibológico, porque así como significa mujer casada,
■ mujer del marido, significa también ■m ujer que ha
contraído esponsales, prometida, novia, según se ve
en el siguiente pasaje:
Don Lope, pues ¿ qué os arriesga ?
El que yo bese la mano
A mi asposa, cuando es cierta
La boda para esta noche ?
Moreto. E l Parecido otila Córta. Jorn. Sog. ¡isa. /'.
14
Bien que esta acepción de esposa va ya de­
sapareciendo por el uso del vocablo novia, y de los
familiares prometida y futura. Pero cuando haya de
hablarse de la esposa de aquel á quien úno se di­
rija, entonces es cuando cabe la cortesía de decir
mi señora: “mi señora, la esposa de usted.” He
aquí algunos ejemplos del liso propio de señora:
Acudiendo afuera tm hijico tiesta señora, y viendo la calía entera, volvió co­
rriendo :í su madre, diciendo: Señora, la caña está sana, la caña está sana. lilla
entonces le dió un bofetón, .diciendo: Tomad esto, vapacillo, porque no min­
iáis. Acudió luego una criada, y viendo entera la caña, corrió á su señora
con gran espanto, diciendo lo mismo. Respondió ia señora: ¿También mentís
vos como aquel rapa/.uelo ?— Granada. D el Símbolo. Par!. / / ).— Siempre estaré
al servicio vuestro y al de mi señora la duquesa.— Cervantes.— •Quijote. Se;'. Par/.
Cap. X X X .
. . . . Señora,
Ahora es ocasión que puedas
Pedir licencia á tu padre.
Morete. E l Parecido cu la Córte. Jora. Seg. Esc. X.
Nunca dije con más propiedad á los pies de usted á una señora..— Harlzen-
huscli. Tropiezos ¡le una Esta lera.

385. Asesinar no tiene relación ninguna con


acecinar. Deriva de asesino, vocablo que tiene en
el castellano y en otros idiomas significación propia,
y procede de muy diversa fuente que el término ace­
cinar, sustantivo cecina (vascuence cecena, res). La
etimología de asesino ha sido y es aún muy dis­
cutida entre los arabistas. Unos le dan la- de ¡taxixa,
el que bebe, ó la de h a xix ismaelita. Otros creen que
deriva del nombre de Hassan Ben Sabah Homairi,
hijo de Alí, que dicen fundó la orden ó secta de
los asesinos. Otros la hacen proceder del propio
nombre khascJiisch ó hhascJiischa ó alhaxix, yerba
seca y preparación inebriante del cáñamo común ó
cannabis sativa, conque el llamado Viejo de la Mon­
taña, jefe de la secta de los asesinos, fanatizaba á
sus adeptos. Esta es la etimología generalmente
aceptada. A pesar de ello, Eduardo Gaicano me infor­
ma de que cierto autor, cuyo nombre no recuerda y
me es desconocido, la deriva de hachchachi, matador,
que dice procede de la raíz semítica hach ó luiss
que significa hacer mal. m atar; y que de ahí se
dió nombre á la bebida inebriante llamada hatchis
ó hhaschisch. El castellano tiene las voces hacino,
pobre, miserable, que apunta Pedro de Alcalá en su
Vocabulario; y hasino que se lee en el Cancionero de
Bacna con la significación de infame. Dozy y Engel-
mann (i) creen que la primera es el árabe hazin,
triste, abatido; y la segunda /chasis, innoble, vil,
según F re y ta g ; vil, bellaco, haragán, según Alcalá;
avaro, según Humbert, Bocthor y M arcel; ruin y
ladrón, según el mismo Bocthor; y por último, según
el Diccionario castellano de 1726, miserable; por­
que el Diccionario no reconoce dos voces como
Dozy y Engelmann, sino sólo una, hacino, escrita con
j en el Cancionero de Bacna, cuyos glosadores le
asignan la etimología del latín facinus, delito, mal­
dad, infamia, lo que no parece desacertado. ¿Tiene
esta voz relación con el término asesinof ¿Están
en lo cierto Dozy y Engelmann, ó los glosadores
del Cancionero de Bacna? ¿Existe la raíz semítica
hass, matar? Puntos son estos que sólo pueden
discutir y decidir los arabistas. Yo sólo alcanzo á
establecer los diversos pareceres, y á sospechar que
si la indicada raíz existe en realidad, fué ella
la que dió nombre á la secta de los asesinos y á1

[1] (l/ossaiiv. Secunde edition. I’áys. 2S2 y 283.


la raíz inebriante. Bien puede esto ser así. una vez
que encuentro que Silvestre de Sacy en la Chres-
tomathie árabe que acompaña á su Gramática ará­
biga; presenta pasajes de autores de tal nacionali­
dad por los cuales se ve que el nombre primitivo
de la yerba indicada era keff y ¡cornial 6 kinnab.
Pero observo que en la página 120 del tomo II de
la Ci is/omatia traduce por hierba de los J'ahirs la
frase haschischa alfoliara; y asimismo que Monachiot
en la comunicación dirigida á Menage sobre este asun-
to. é inserta en las A clarar iones al Lib. X f . del tomo
II í. d é la Historia ( 7nirersal de César Canté, sienta
que han traducido mal Viejo de la Montana. cuan­
do la significación de la frase arábiga es la de
Señor de Gebal ó Gibal; v✓ mal Rey ✓ de los asesinos,
donde la significación es Rey de los herbazales, de
los Prados ó de los fardiñes, derivando el término
en cuestión de assesa ó assisa, yerbas, pastos, pra­
deras, jardines. Dozy y Engelmann (1) creen que el
vocablo asesino es relativamente moderno en espa­
ñol y en portugués, y parece tomado del francés.
Lo mismo cree la Academia Española, que lo de­
riva del francés moderno assassin. Comprobaré que
ello no es cierto. Primeramente, e! bajo latín tenía
las formas assassini y assessini, hecho reconocido ; y lué-
go, la forma assassin es moderna en el francés, el cual
decía antiguamente assacis (2):
Aussi y croienl li Vieil de la Montaigne, cil qui nourrissen t les . Issiii/s.1

[1] (¡lossaire des mols espagnols et porlugais derives de l’ arabe. Seconde


edition. Pag. 207.
(21 Así. sin cediila la escribe Joim ill»; un todos los lagares, y no nssasi. co­
mo escribe líarcia.
->
O
I't pour ce ne foiil forcé li .Issacis se l’ on lesoccisl cjuan ¡1 font le comnum-
demenldou Vieii de la Montaigne.— Joinville. I/isloin■ de Saín/ /.ónix. Cu*. I.I.) —
Des Dedonins.— Et doulail que se ¡1 purloit au roy la paiz, que espoir c’estoil un#.
Assaeis. uns man vais liom, el pourroil occire le roy.— Joinville. I/istoirc de Saint
I.o.uis. Cap. C X V .) — /)'un cien ijue Joi/ur ille prend pone un assassin.

Antes del s-glo X V . ya existía en el castellano el


vocablo asesino, con forma muy distinta de la francesa
y análoga á la del bajo latín y á la del castellano
actual :
Muchos humes le quisieran matar tan bien con yerbas como por manera de
ases/fnos, como por armas á falsedat.— Don Juan Manuel. Libro del lufa ule 6
de lox lisiado.:. Cap. /.XI/.

El Diccionario de 1726 trae esta cita:


.7sesiuos son llamados una manera de ornes desesperados é malos que matan
á los ornes á traición.— Alfonso el Sabio. Partida. ¡'II . T il. X X l ’II. Lib. III.

De todos modos es una aberración ridicula el


intento de relegar una voz propia y castiza, y reempla­
zarla, como algunos periodistas, con el sustantivo he-
ridor, aunque al herido se lo lleve Pateta instantánea­
mente, y el asesinato haya sido perpetrado con infame
propósito, y premeditación y alevosía. Las cosas deben
llamarse por su nombre, con toda propiedad :
Los criados eran lodos bandoleros pregonados y asesinos.— Cal lego. Los .Varios.
Cap. X IX Q — Dona María de Albornoz, la ilustre Condesa de Cangas y Tinco, ha
sido asesimuía. . . . — Larra. E ! Doncel. Cap. X V I I . ) — Yn por mí, nobles caballe­
ros, juro á Santiago de no dormir desnudo y de no comer pan á la mesa
mientras que vea la orden á su cabeza a l. . . . al . . . . ¿para qué callarlo cu fin?
al asesina de su esposa.— Larra. E l Done. /. Cap. XIX.
Cuando vló á Adonis muerto
I .a I liosa Citerea
Con pálidas mejillas
V suelta cabellera,
Mandó á los Amorcillos
Que luego condujeran
Al jabalí asesino
A su real presencia.
Menéndoz l'J ayo . .7 la ¡uneele de .¡ñoñis..
386. Táchase ele venezolanismo bárbaro el emplear
el adjetivo bravo en la significación de fiero , enojado,
enfadado. En efecto, sé que en España al oír decir
á un venezolano que fulano está bravo ó que mengano
es hombre muy bravo, quédanse asombrados como in­
dagando la acepción del adjetivo, por no tratarse de
animales, ni del mar ni de breñas ó cosa á estas pare­
cida, ni venir en lo que se habla con las acepciones
hoy usuales por allá y que reza el Diccionario. Apenas
entiende el peninsular que ser bravo, empleado fami­
liarmente, es ser de áspera, condición, pues por lo demás
ha de significar valeroso ó bueno, cuando se trata de
personas. Digo que, cuando más, el uso nuestro es
un arcaísmo, una acepción metafórica de buena ley, un
■ españolismo, que no porque haya dejado de usarse en
España deba arrojarse del tesoro de la Lengua, máxi­
me cuando por aquende el mar es de uso corriente
entre toda clase de personas. Presento ejemplos de
autoridades castellanas, y aunque en uno ó dos casos el
sentido sea discutible, en los demás es incontestable :
Piensa en su padre que es noble y esforzado, su madre celosa y brava, tú
la misma .sospecha.— La Celestina. -■ /</. ///.
Mientras no os enojaren
No las corráis por agora,
Que sería inconveniente;
Sino que si bravearaí, (1)
Por amor de mi señora
Las espantáis solamente.
Torres Naliarro. Comedia J/imenea. Jar. Prim.
Mas como los caballos comenzaron á cansarse, el gigante bravo tuvo tiempo
de dar á uno con la fuerte y pesada maza en la cabeza una tan gran herida,
que se la hizo pedazos, y «lió con él muerto en el suelo.— García Oidóñez de

( i) Lo singular es que no se rechaza el verbo bravear, echar fieros, eno­


jarse.
Montaivo. l a s Sergas (fe Espfandián. Cap. X V .)— El valiente Don Manuel,
sintiéndose herido, más bravo que su apellido, enristró la lanza.— Pérez de Hila.
G ¡térras Civiles de Granada. Cap. V IÍI. ) — 1.negó otro día, porque senos tem­
plase el contento de tener el Santísimo Sacramento, viene el caballero cuya era la
casa tan bravo, que yo no saína qué hacer con é l.— Santa Teresa. J.ibro de fas
l'tiudaiiones. Cap. X IX . 6 .)— Información se había de hacer para mostrar al
nuncio lo que esos han hecho con ese santo de Fray Juan, sin culpa, que es
cosa lastimosa. Dígase á fray Germán, que él lo hará, que esfá en esto muy
bravo.— Santa Teresa. J-'roymen/o XI A T I.)— Eray Gerónimo fué compañero del
santo, que oslaba muy bravo, no por sí que era también manso y paciente, sin**
por vindicar la inocencia de su santo compañero.— Santa Teresa. (.Yola f ' al
mismo /■ 'ragmenlo.
¿Quién entiende la estrañeza
De la ciega muerte brava.'
No acaba con el que acaba,
Y acaba con el que empieza.
Francisco de la Torre. Agudezas de Juan ():;//.

Muchos con su buen aviso y discreción han enmendado mil malos siniestros
en sus maridos y enmendádoles la condición, en unos bras a, en otros distraída,
en otros por diferentes maneras viciosa.— Fray Luis de León. J.a Perfecta Ca­
sada. £ X V I I I .) — L a mujer que es brava y de dura y áspera condición, ni se
puede ver ni sufrir.— Fray Luis de León. J.a Perfec/a Casada. £ X V III.)— Y
toco es ofensa de Dios. Aunque no sé yo que ojos miran, que si bien os miran
no os aborrezcan, ó asco ó hedor ó torpeza. Mas ¡i/ne bravo! diréis algunas.
.Yo estoy bravo sino verdadero.— Fray Luis de León. J.a J ’erfecla Casada.
£ X II.)— Y si todavía os parezco muy bravo, oíd ya, no á mí, sino á San Cipria­
no, lasque lo decís, el cual dice de esta manera: etc.— Fray Luis de León. J.a
Perfecta Casada. £ X II.
Aunque de Scitia fueras,
Aunque más bravo fuera tu marido,
Condolerte debieras
Lice, «leí que ofrecido
Al cierzo tienes en tu umbral tendido.
Fray Luis de León. Oda. X. /.ib. I I ! . de J/oraeio.

¿Por qué se muestra tan brazo


Vuestro corazón de acero
Contra tan manso cordero?
Castillejo. Sermón de .1mores.

Además de estos ejemplos, parece que aun se usa


por las Islas Canarias, pues se le ha deslizado á D.
Benito Pérez G aldós:
Otro traguitn, dijo el inglés con socarronería, hoy está usted bravo. Antes
de beber, habló <ie matar á un hombre.— Episodios Nocionales. Cádiz. Cap. X V .

Estar bravo es lo mismo que estar fiero.


387. Los que cuando oyen decir una asna, y no
■ una burra, se ríen y lo censuran, y al mandarlos al
Diccionario exclaman con tan honda sabiduría: ¡ cosas-
de los Académicos ! son sin duda discípulos de Panurgo.
Verdad es que en el país es más común emplear e!
término burra, pero ello no quita que asna sea legítimo
y algo más culto. Mulo y muía, asno y asno, son
muy antiguos, aun sin atender al refrán : Asna con
pollino no va derecha al molino. Pongo aquí una lec­
ción antigua:
Kl son mejores los lijos de asno el de yegua, que non los que son lijos de
caballo ct de asna.--Don Juan Manuel. Libro del Caballero et del Escudero.
Cap. XI..

388. Cariampollar, por el que tiene mofletes al


modo de ampollas, carrilludo, anda cu libro como tan
elegantemente dice nuestro pueblo :
Llegamos á la casa donde llevábamos el arcón; recibiéronle con grande
alegría, particularmente una doncellila cariampollar y repolluda.— Lazarillo de
7 armes. Scp. Parí. Cap. X.

Este adjetivo repolludo, repolluda, no tiene en V e­


nezuela otra acepción que la que le da Luna en el
citado pasaje de su Seg. Part. del Lazarillo. á saber:
persona gruesa y chica al modo de repollo. Las demás
acepciones son desconocidas de la generalidad de las
personas.
389. Es muy singular que en casi toda la Amé­
rica Española, si no en toda, se llame chamiza la leña
menuda y palillos delgados que una vez encendidos
levantan mucha llama y son de efímera duración ; y que
no se llame chamarasca sino la llama que levantan
dichos palillos y leña. Según el Diccionario académico,
chamiza es el nombre de una hierba silvestre ; chamizo,
tizón ó leño medio quemado ; y chamarasca, la leña
menuda y palillos que llamamos por acá chamiza, y la
misma llama que, sometidos al fuego, levantan. No hay
sino sospechar que la acepción procede de España.
390. ' Decimos "una mano-a de langostas,” "una
manga de soldados,” dando á manga el sentido de
partida más ó menos numerosa de gente ó de animales
de una misma clase ó especie; y si bien el Diccionario
nada dice á tal respecto, sin duda porque ya no se usa
en la Península, nuestro uso es castellano, si atende­
mos á este lu g ar:
El cuarto día salió la yenle hechas dos Mangas de á mil hombres cada
una.— Hurtado «le Mendoza, (.luana de (¡ranada. Lió. //'.

391. Carretil\ por perteneciente á la carreta ó


propio de ella, es castizo, y la misma Academia llama
en el Diccionario la atención sobre la frase "camino
carretil." bien que el llamamiento quedó en intento
porque nada dice de ella en la cédula de camino.
Oyó mi soliloquio uno de aquellos borraos, y con voz can-ai! me dijo:
Si el señor atún habla más palabra, Te pondrán en sal con sus compañeros, ó
le quemaremos como á monstruo.— lar.arillo de ¡'armes. Seg. Par! Cap. 77'. C

392. Pata, por pie, cuando no es en sentido des­


pectivo ó por relación ó semejanza con los animales,
como en las frases : Enseñar ó sacar uno la pata; Meter
uno la pata; etc., es vulgaridad y despropósito grosero,
por que pata no es más que el pie y pierna de los ani­
males. Por el contrario, es un error creer que está
nial dicho el pie de la gallina, el pie del caballo, pues
pie así es la parte de la extremidad inferior del hombre
que sienta en el suelo y le sirve para sostenerse y
andar, como asimismo la que en muchos animales tiene
igual destino.
Seguían olios seis de á caballo enlutados hasta los pies tic las muías.— Cer­
vantes. Quijote. Parí. J ’rlm. Cap. X I X .)— l a gallina también que cría sus
¡Millos, siempre amia con los pies escarbando en los muladares.— Fray Luis de
('«ranada. D e l Sfmlo/o t/c la Pe. Par/. Prim. Cap. X IV .

393. ¿ I.)e dónde, decíame yo. este chorroborro


significando avenida, irrupción de aguas, ó cosas impu­
ras ó inútiles ? Esta piedra tan dura y áspera habrá
venido rodando por la cordillera de los Ancles ? Y al
fin recordé que la había leído autorizada por uno de
los más puros escritores de Castilla :
¿No es cierto, señor, que con esta irrupción de coplas, con este chorro*
horro perenne de versos hemos llevado al más alto punto de perfección el buen
gusto y Inelegancia poética?— Moratín. ti..) /.a Derrota tic los Pcilan/cs.

394. Uno de nuestros críticos más notables, el


mismo que promovió la cuestión acerca del vocablo
fantasma (§ 311), ha sostenido que en la frase el pilero
de Adriano. el vocablo píloro es el francés pilori y equi­
valente del castellano picota. Es un error, pues ni
píloro, ni pilori, ni picota tienen un mismo origen ni
significan una misma cosa, aunque se traduzca á pilori
por picota. Picota es voz catalana, derivada de pico
(cuya etimología es el sánscrito picc), y se llama así,
según el Diccionario de Autoridades, "porque es una
columna con su basa, que remata en punta.” Nuestro
Dicccionario de la Lengua (12? edición) define así la
picota : " Rollo ú horca de piedra que suele haber á
la entrada de los lugares, donde ponen las cabezas de
los ajusticiados ó los reos á la vergüenza. ” Pilori,
cuya etimología, según Salival, está en la corrupción de
la frase Pnits Lari, pozo ele Lori, (ele un tal Lar i que
tenia un pozo en París, cerca del cadalso), era un
suplicio infamante que consistía en un pilar provisto
ile cadenas para sujetar á los reos. El pilar i
data de la época de! feudalismo, y es francés.
De este idioma se traduce la voz pilar/ por picata,
para evitar el galicismo, con motivo de la seme­
janza de los postes ; pero no puede hacerse lo mismo
con pilara, que es una máquina distinta, y es voz de
origen griego. Pilara (del griegopyloros) se dice en
francés pylorc, y no pilar/. para indicar el orificio inte­
rior del estómago. En latí n se dice pylarus, y en cata­
lán y en castellano pilara; y así como significa el
orificio interior del estómago, expresa también un
suplicio usado en Roma y establecido por el Empera­
dor Adriano, según testimonio de Diógenes Laercio.
Consistía el tal suplicio en una máquina al modo de
poste que daba vueltas sobre su eje, y á la cual se ata­
ba en la plaza á los criminales condenados por la
justicia á la vergüenza pública, y por espacio de dos
horas, en los tres días de mercado consecutivos. En
suma, el pilara es con poca diferencia lo que en caste­
llano se llama suplida de la rueda. Esta explicación
se lee en los historiadores romanos y en cualquier
diccionario enciclopédico. La voz pilara no se halla, de
cierto, en el Diccionario vulgar de la Lengua, porque
no es voz común del idioma, como (pie no usamos ni
hemos usado tal suplicio. La rueda que se usaba aúnen
tiempo de Don Redro I. de Castilla, se diferenciaba del
pilara en que distendía los miembros.
395. La acepción de cubilete ó vaso de loza ó
de metal con asa para beber líquidos, que tiene entre
nosotros el término ¿asa, no consta en el Diccionario.,
pero evidentemente nos vino de España :
. . . . Otro más digno
Sucesor brindará del que guardaste
Con cien candados cccubo oloroso,
Bañando el suelo de licor, que nunca
Otro igual los pontífices gustaron
En áureas lazas de opulenta cena.
Mora lío.— ( 1,.) .7. Postumo.

l.o mismo debe decirse de estas expresiones. beberse una botella de vino ;■
a fin a r la ta'.a o el vaso.— Uermosilla. Arte de Jfallar. Par!. Print. Idb. ///.
(.«/. //. A r!. t i l .
1.a mesa tenemos puesta.
Lo «jiie se Ita de cenar junto.
Las tazas del vino á punto :
Falta comenzar la tiesta.

Mas el cjueso sale á plaza.


La moradilla va entrando.
Yam bos vienen preguntando
l ’or el pichel y ¡a taza.
Baltasar del Alcázar. Cna CYno.

396, Rosalera' y rosalera, que en vez de rosal


se dice en algunas ciudades de Venezuela, tampoco
son de formación venezolana. Por España se emplea
rosalera, aunque lo calle el Diccionario:
Ya despojó las altas rosaleras
1>e su fecundo esquilmo :
Va tejí el venturoso ramillete
Y ¡a guirnalda, que en tu fronte y seno
Vo pondré enajenado.
Premiando una sonrisa mi cuidado.
Alberto Lisia. A Emilia.

397. El castellano tiene las voces pepita, pipa,


cuesco ó huesoygrano, y núcleo para significar la simien­
te de los frutos. Pepita, según el Diccionario, es la
semilla de algunas frutas y legumbres, como el melón,
la pera, la manzana, etc., y se distingue ele las otras en
que es más plana y más larga. No ocurre esto con !a
de la naranja, por ejemplo, que la misma Academia
confiesa que es ovalada, y en España y en América
la llamamos pepita; ni tampoco con la del trigo que
llamamos grano, y es oval ó elíptica ; y sin embargo,
Fray Luis de Granada d ice:
V entre estos entran los que crían dentro <!e sí pepitas, que después
sirven de semilla para volver á nacer, entre las cuales se cuentan aquellas por
quien suspiraban los hijos de Israel en el desierto. — Dei Símbolo a!.: la. l-e. l ’ar.
J'rim. Cap. X .

Los hijos do Israel en el desierto suspiraban por el


trigo.
Y más adelante dice la misma autoridad :
Asimismo de una pepita, de melón nasce una mala de melones, y en cada
melón tanta abundancia de pepitas para reparar y conservar esta especie. Pues,
¿qué diré de la pepito, del naranjo sembrada? ¿Cuántas otras naranjas y pe-
fitas lleva, y esto cada un año — D el Símbolo de la J e. Parle /. Cape .V.

Y aun más adelante :


Porque en una pequeña pepita de una naranja puso virtud para que celia
naciese un naranjo. Stmlo/o. J'arf. /. Cap. X X I I f.

Y o sé que á pesar de la definición citada, que


procede del Diccionario de Autoridades, en España y
en Canarias se usa la voz pepita como en América,
sin atender á la forma de la semilla, y los pasajes
trascritos lo comprueban respecto de la Península.
Cuesco y hueso indican la simiente dura, al modo de
hueso, del durazno, el albaricoque, la guinda, etc.
Cuesco no se usa en Venezuela en tal sentido, y hue­
so, raras veces. Oliván dice que los árboles de pe­
pita son más sufridos que los de hueso, donde no pue­
de referirse á la sandía, el melón y las legumbres.
Fray Luis de Granada, dice hablando de la gra­
nada:
(Aula mui iiestos granos tiene ilenti'i; <le sí un iros, siso Illanco.— S i mióle.
J /. ( './/>. X .

Grano es la semilla de varias plantas, principal­


mente la de las mieses:
Recálese San Ambrosio en este lugar contcmplamlo y pintando con palabras
de la manera que cresce un ¿runo de trigo.— Granada. Simloio. l\rrf. / Coi.
X .)- l.o uno y I:» otro veremos en un mostazo, de que el Salvador hace
mención en el Evangelio, el cual lleva ¿ n i n i eos de mostaza en tanta abun­
dancia como vemos: y cada "ron i so destos después de sembrado, produce otra
planta cargada de millares dcl'.os.— Granada. Simloio. J'uriy /. Cnp. X.

Núcleo es lo mismo que nuez : es el meollo de la


fruta que tiene la cáscara dura, como la nuez, la ave­
llana, la almendra', el corozo, el coco. El núcleo es
comestible, y no se le puede decir pepita ni cuesco
ni hueso ni grano ni pipa. Pipa es absolutamente
desconocido en Venezuela. Creo que de suponer á
pcpila diminutivo de pepa, y acaso á pipa, por lo
mismo, una forma corrupta, se ha d ic h o y se d ic e co­
munmente pepa de la simiente grande, y pepita de la
pequeña, sin distinción de formas. Este uso parece
ser general en América. No obstante, pepita no es
diminutivo, como diré luego. Pipa. pepita, papo, etc. son
de los vocablos que más han preocupado á los eti-
mologistas. Unos los hacen proceder del latín pepo;
otros del latín pappa ó papa; los más del gaélico é
irlandés pió. ó del germano pipe. No pretendo deci­
dir el punto, pero sí hacer algunas observaciones, y
la principal es que todos remontan al sánscrito: unos,
á la raíz pá, nutrir, y los otros á la raízpi, beber.
De algunos puede hallarse clara la derivación inme­
diata. Papo procede, no de papar (comer cosas blan­
das ! ) como sienta el Diccionario de la Lengua, sino
del latín papus, posta ó pedazo de carne, de donde
el diminutivo papilla, pezón, ó pedacito de carne so­
bresaliente. De papula, papilla-, derivó la lengua de
oc poupcL pcpelou y poupclon, pezón, lo mismo que
poupa, mamar; de papus dijo papa; de pappa, papa,
comer, papel, papilla ó papa de los niños, y paparot
niño ; de pepo, pouponn, melón. Hay quienes crean
que de esta misma voz latina pepo, por la forma, fué
de donde hizo pipan ó pipo, tonel, pipot, tonelete,
pipeto, pipa de fumar, y pipa, fumar tabaco ; y que lo
mismo aconteció en el castellano. Sin embargo, yo
doy por sentado, por parecerme más lógico, más con­
forme con la lingüistica, que todos las cosas huecas
y redondas ú ovaladas, como pipa, tonel ; pipa, uten­
silio de fumar ; pipiritaña ó pipitaña, flan tilla ó cara­
millo (en inglés pipe y en trances pipeau) ; piporro,
bajón ; y pífano (en alemán pfeife), proceden del gaélico
é irlandés pib ó del germano pipe. Pero derive pipa
(semilla) de pipe, de pib ó de pepo, esto es, del gaéli­
co, del germano ó del latín, no puede ser sino por
la forma, de modo que pipa es la semilla redonda ú
ovalada, y no tiene relación con pepita, semilla plana
y larga. Pepita, lo que nadie habrá sospechado, pa­
rece proceder del 'pretérito de pango (plantar, produ­
cir) pepigi (gradación pepilla, pepita'). ¿ Y por qué 110?
De qué modo se formó el castellano ? El sustantivo
collazo, mozo de trabajo, esclavo, ¿ no procede del su­
pino de conferrc, contribuir ? El sustantivo parce, cé­
dula, ¿no procede de la segunda persona de singular del
imperativo d e parccrc, perdonar? El sustantivo registro,
acción de registrar, lugar donde se puede registrar ó
ver algo, etc.. ¿ no procede del participio pasado de
rcgcrerc, copiar, anotar ? D e todos modos, en Ve­
nezuela decimos pepa y pepita, y no p ip a ; y risa cau­
saría oír decir á alguno “unapipa de mango,” “ una
'pipa, de mamón,” como se dice “ una pipa de aguar­
diente ó de vino.” Por la semejanza con ciertas semi­
llas se dice vulgarmente de la bala pepa, y del golpe
pcpazo.
398. Fucilazo es vocablo con que significamos
una explosión eléctrica, sin ruido, al modo de relám­
pago, que iluminando la atmósfera instantáneamente
se advierte en el horizonte por la noche. Esta voz
, no tiene relación ninguna con el verbo fu sila r como
han pretendido algunos, entre ellos Pichardo, en su
Diccionario provincial casi razonado de voces y frases
cubanas ; lo que sí acontece es que los que ignoran
el origen la escriben con 5 y no con c, como si deri­
vase de fusilar. Fucilazo procede de fucilar, (fulgu­
rar), verbo antiguo en el idioma :
Las llamas que fucilan, en el cielo
Con quien la noche sola se corona.
lle n e ra .— IJb. I. Caución I'.)
Cual fu cila en la sola noche obscura.
Monor <lel cielo y asiros, el lucero.
Herrera.— JM>. I I . Canción.)

Lo mismo que en Venezuela y en Cuba, úsase


fucilazo en Colombia, aunque nada diga de ello
Cuervo :
Fucilazos se llaman en lodo e/ reino aquellas explosiones eléctricas que se
advierten en el horizonte por la noche, que iluminan la atmósfera instantánea­
mente, y que no van acompañadas de ruido,— Francisco José de Caldas.— Se­
manario. Afolas y explicaciones de las laidas meleoro/óyicas para j SoS.

Cuanto al relámpago fosforescente y constante del


cerro clel Catatumbo y que se cree procede de la
Ciénaga de Aguacaliente, no es cierto que se le llame
fucilazo, como afirma cierto ingeniero en un escrito
intitulado Fenómeno eléctrico del Zulla. Llámasele Faro
de Ufara caito y Farol de Mara caito, nombre este de
fa rol dado por el pueblo. Así lo llaman Baralt y Co-
dazzi :
En los fuertes calores se ve constantemente en este lugar un relámpago
sin explosión epte suelen llamar los navegantes el faro/ Jo Marncaióo, por es
tur en su meridiano y el de la barra.— A’een/nen ¡lo !a Geografía Jo I’<nezno/n.
EJiciJn principo. PCig. 464.

El vulgo de Maracaibo llama á este constante re­


lámpago el temí¿ador.
399. El vulgo, especialmente el de los campos,
dice á cada paso mi taita, su taita, el taita Mengano,
el taita Pereneejo, dándole á taita el sentido de viejo,
y á las veces el de. padre. Este uso es considerado
como una vulgaridad. Aunque el Diccionario de la
Lengua no concede á taita otras acepciones que la de
nombre conque el niño hace cariños á sus padres, á
su nodriza ó á otra persona que le cuida ó cría (en
Venezuela tata), y la de padre de maneella, esto es,
el que cuida de la mancebía, taita es castellano (del
vascuence aita ó taita. padre ; sánscrito ata) y parece
haber tenido en la Península, si no la tuviere aún,
la significación de viejo que conserva en el pueblo
venezolano. Boca de viejo parece decir esta lección :
¿ l ’ara qué nos persuades eres niña ?
¿ Importa que le mueras de viruelas ?
Pues la falla de dientes y de muelas
Boca de taita en la vejez le aliña.
Que ved o.— Soneto. .1 una l'ieja o ¡te 4 noria parecer .Vi fía.
400. En Venezuela, en Méjico, y en otras
partes de la América Española, pocos son los que
dicen estanque, del receptáculo donde se recoge ó
estanca el agua para que sirva al riego, al baño,
á la limpia de utensilios, etc. La generalidad dice
tanque. Este no es. como se ha pretendido por
algunos, barbarismo hispano-americano, sino vocablo
de origen español, pues, aunque no conste en el
Diccionario de la Academia, es de uso común en
Galicia y en otros puntos de España. Como ga­
lleguismo lo apunta Salva, y yo encuentro la siguien­
te lección:
Para almorzar, un poco tic cascarilla en un lauque.— Pereda. S.
(\,p - -V.

Yese, por este ejemplo, que en Vizcaya (Santan­


der) se llama tanque un receptáculo pequeño; pero
en Galicia equivale á estanque y charca, acepción,
esta de charca. que no le damos por América.
Estanque procede del anticuado estanco, del verbo
estancar. Tienen el vocablo todas las lenguas neo-latinas,
y casi todos los etimologistas lo hacen proceder del latín
staouare.
o Martínez Marina le da á estancar la
etimología árabe de estanca, inundar, ó formar
estanques en los campos con tal objeto; y
D ozy y Engelmann. apoyándose en Pedro de Alcalá,
sientan que el pueblo árabe decía tanquia de los
desperdicios, mondaduras ó inmundicias de las pozas
ó charcos. Esta voz tanquia deriva de tanquiya,
lo que sirve para limpiar. D e todos modos la eti­
mología generalmente aceptada es la latina, y la voz
castellana es la de estanque, derivada de estancar.
401. Di cese vulgarmente dedeo, para expresar
la mayor 6 menor destreza y habilidad en el manejo
de los dedos en el piano, y no parece mal, sino pro­
pio y necesario. No tengo la voz por venezolanismo,
pues el fraile Martínez y Sáez, obispo de la Ha­
bana, la recomendó en la oración fúnebre que pro­
nunció en la Iglesia de Religiosos Trinitarios de
Madrid, en las honras de Cervantes, el año de 1873 ¡
y por otra parte, la he leído en unos Rudimentos de
Música impresos en Barcelona de España.
Bien formado, y como éste de origen español, es
nuestro sustantivo balanceo, acción y efecto de balancear
ó balancearse. Pereda lo emplea en la novela Sotilcza:
I )al>a comienzo á su particular banquete, a! suave arrullo tic la resaca y al
dulce Im liin ctti«le la barquía (i).

La Academia dice en la voz tijera (duodécima


edición del Diccionario): “ En los coches, cual­
quiera de los correónos cruzados en que se sus­
tentan los balanceos para el buen movimiento de la
c a ja ;” pero este balanceo es evidente yerro de
imprenta, y está por balancines, que expresa los
maderos que atraviesan el eje de las ruedas.
402. Nuestra voz piragua ha sido introducida en
el Diccionario de la Lengua, pero la definición no
satisface. Llamamos piragua una embarcación cua­
drilonga que va angostando hacia la proa, y que
sobre tener mayor puntal y manga que la canoa,
diferenciase principalmente de ésta en tener proa
y popa al modo de goleta. Tiene arboladura de
pailebots, usa velas en los lagos y en el mar, remos
en la bajada de los ríos, palanca en la subida, y1

( 1) Barquía es en San iandar cierta embarcación de remos.


quilla levadiza ó de quita y pon, cuando na­
vega en alta mar. Damos el mismo nombre á otra
embarcación que se diferencia de la anterior en te­
ner menor puntal y usar canalete y una ó dos velas
cuadradas. El mismo nombre lleva un bejuco que
se emplea como atadura, y cuya raíz es medicinal.
Castellanos usa esta voz en la Elegía X I, Canto I I I ;
Lope de Vega en la Canción Americana; Don
Fermín Toro en la Hecatonfonía, Canto II, Cap. I;
Yepes en diversos cantos de Los hijos de Par ayanta ;
y asimismo otros literatos más, tanto españoles como
hispano americanos. Es de advertir que el bejuco
llamado piragua es una liana de la familia de las
Aroicleas. Hay dos especies, según el señor M artel:
la Arum hcdcracczun, y la Dracontium pertusum de
Linneo. Las raíces de estos dos vegetales son
rubefacientes, y como tales se usan machacadas.
Respecto del origen de esta voz. véase el Capítulo
de Etimologías, § 580.
403. En ciertas partes de la república se da el
nombre de guaya al remolino ó retorcimiento en redon­
do del pelo del caballo en la frente, y con el mismo
nombre tenemos un lugar. Los ecuatorianos tie­
nen el río Guayas, y la provincia del mismo nombre.
En Venezuela tenemos voces indígenas de diversas
lenguas que principian por gua; pero esta que me ocupa
es probablemente de las introducidas por los conquis
tadores que venían de la guerra de Granada, pues
forma y significación son arábigas.
404. Nuestra interjección gua! ha dado quehacer
á algunos escritores. De cierto que se encuentra en el
vocabulario caribe y en el taino ; pero ¿ qué ? también
tiene el malayo la exclamación de asombro y de aflicción.
ivah! tomada del árabe. La tienen también otras len­
guas y dialectos oceánicos, y el castellano la conocía de
antiguo contraída con el sustantivo A l á :
D esto se rió muy de veras su padre y dijo : g u u itt, cristiano, que dehe
ser muy hermosa si se parece á mi hija. Cervantes. Q uijote'. P r im . P o rt.
Cap. X I./.

405. No sólo en la conversación, sino también en


trabajos de mediocres escritores que se ufanan de­
conocer la lengua, vese malamente empleado el vocablo
inquilino con la significación de habitador, morador,
habitante, etc. En un escrito intitulado “Los Zapa­
dores de la Ciencia,” leo: ¿ Quién era Eremus, y que
acontecimiento lo había hecho inquilino de esos desam­
parados hogares que no podían tener otro dueño que
la voluntad del primer ocupante ? ” Diablo de inqui­
lino ! Eso es lo que se llama martillar la lengua, porque
inquilino no puede decirse sino del que ha tomado en al­
quiler una casa ó parte de ella para habitaría.
Mirémosles solamente hojear de continuo sus libros de caja para ajustar á
cada in q u ilin o su respectivo Jebe y h a be r (porque un propietario debe saber
la teneduría de libros y estar entendido de la partida doble.)— Mesonero R o ­
manos. I d A lq u ile r de u n C u a rto .

406. Sendos, sendas, es adjetivo que significa “uno


ó una para cada cual de dos ó más personas ó cosas,”
y no grande ni pesado, como entienden por ahí. Nues­
tros gramáticos han advertido la impropiedad, en que
también caen de cuando en cuando algunos literatos
menores de España y de las repúblicas hermanas.
Importa emplearlo correctamente:
Señores, ¿ parósceles que vaya por sendas sillas al mesón ? L o p e de R u e­
da. I.O'A P a g a n o s. A f io C . Pise. I I J . ) — Alzados los manteles y quitadas las
mesas, aparecieron a llí com o por encantamiento sendas guitarras.— Ilartzen-
busch. C ’n v ia je en C a le ra .
407. Raro es oír en Venezuela el vocablo guapo
en la significación de apuesto y ostentoso, ó en la de
galán. Para todos guapo es valeroso, bizarro, audaz
en sumo grado, capaz de acometer las empresas más
difíciles, y se usa no sólo familiarmente sino en escritos
de prosa y de verso, especialmente en artículos de
costumbres y en la poesía jocosa, satírica y epigramática.
No es difícil encontrarlo empleado igualmente por auto­
res castellanos :
Oíd. mancebos valientes,
Los (|ue blasonáis de g u a jio s,
Los que ancláis con bizarrías
Ocupados todo el añu
Con la espada y la rodela
Arm ados de punta en blanco.

Mandó luego de contado (el Gobernador)


A cualquiera que prendiese
A Correa, de premiarlo.
U n ministro que tenía
En C ádiz fam a de gu apo,
L o puso en ejecución;
Pero le salió al contrario,
Porque l'Yancisco tenía
A lgunos pelos de diablo.
(Anónimo.) R om ancero C e n e ra l. F ra n i¡s e o C o rre n .
¡Caramba! ( prorrumpió); de buena escapo!
V iviré en adelante sobre aviso.
Quien me pesque otra vez, ya ha de ser g u a p o .'
1 larlzenbusch. J.n P ru d e n c ia h a uta n u .

408. Rancho, del italiano rancio, no es america­


nismo ni siquiera en el sentido de choza. Así como
troja, por un procedimiento muy natural, pasó de la
significación de mochila de guardar la comida, á la de es­
pacio cercado para guardar frutos, así rancho, de lugar
fuera, de poblado que sirve de albergue, pasó á significar
choza, habitación rústica. En tal sentido lo trae Cer­
vantes :
Retiróse el ventero á su aposento, el arriero á sus enjalmas, la mo.-.a á su
m il i lio : sólo los desventurados Don Quijote y Sancho no se pudieron mover de
donde estaban.— Q uijote. P r in i. P a r í. X V I.

El albergue de los gitanos era de antiguo llamado


rancho por los escritores castellanos, y por eso dice el
mismo' Cervantes en Leo Gitanilla: ‘•Habéis de dejar
la casa de vuestros padres y la habéis de trocar con
nuestros r a n c h o s Y antes que él Luna, en el Laza­
rillo de Tormos, Parí. //, Cap. X I: “.Salimos á la
calle, donde hallamos á uno de estos señores, que
nos encaminó á su rancho." Castellanos, en diversos
lugares, y Valbuena, citado por Cuervo, emplean la
voz rancho en la significación de choza. Nuestra voz
rancho es, pues, castellana, y está autorizada.

409, Flato, del latín Flatus, viento, significa acu­


mulación molesta de gases en el tubo digestivo. Las
más de las veces es síntoma de padecerse ó dispepsia,
ó meteorismo ó timpanitis; y porque el que padece
tales dolencias experimenta morriña ó melancolía y
tristeza, de esta relación de coexistencia proviene que
por sinécdoque se diga comunmente flato en el sentido
de murria ó esplín. Ello no parece muy- censurable.
Gorostiza, en la escena tercera del acto primero de
la comedia Contigo Pan y Cebolla. parece jugar con el
doble sentido del vocablo :
Da. M atea.— N<* ; ciertamente que n o. . . . . .con u trio hay Ocasiones en que
uno debe oslar tan absorbido, que necesariamente olvida cosas tan vulgares
com o el almorzar y o l comer. A lo menos y o hablo por mí. v puedo asegu­
rar á usted que ni siquiera ha pasado esta mafiana por mi cabeza el que había
cacao en Caracas.
Hn. Eduardo.— A sí se lia llenado usted de /la t o .
I )a. M alea.— D e p ia lo V aya que viene usted hoy muy poco lino.
l)n . Eduardo.— Pero, hija, no puede usted tener /la t o i

L a . M atea.— N o. sefíor ; no puedo tener piale-. A mi edad, con mi sensibi­


lidad. y en las circunstancias terribles en que me hallo, no se tiene nunca
f u t e ; y si una tiembla es de inquietud, de zozobra, de miedo. A y , Eduardo,
está usted demasiado tranquilo !

En uno de ios sonetos del Conde de Villamediana


está el término flato empleado en el sentido latino de
viento ó soplo :
C uyo J h it v mortal I'olo inficiona
Cuando sus espeluncas desencierra.

Freund cita ejemplos de Virgilio, Ovidio, Valerio


Flaco y Stacio, en que se comprueba que lo usaban
también en la significación de orgullo, presunción, dan­
do asi la idea de inflación. En castellano da asimismo
la idea de inflamiento, bien que material, en la si­
guiente lección, donde no se trata de viento ni de
pases, sino de humores :
o

La enfermedad que le h ad a d o
Señora, á vueseñoría,
Son fla /o s , y hipocondría;
Siento el pulmón o p ila d o ,
V para desarraigar
L a s /la n a s r U re a s que tiene
Con el q u ilo , le conviene
(P orqu e mejor pueda obrar
Naturaleza) que lome
Unos a lq u e rm e s que den
A l h é /a le y al espíen
L a sustancia qUe e! nial come.
T irso de M olina. — D o n G i l de la s C a lía s Verdes. A cto P r in /. E s ce n a l í .

Nada dicen los diccionarios acerca de estos usos.


El mismo verbo inflar se forma de in y fiare, so­
plar.
410. Saludes en el sentido de memorias ni si­
quiera consta en el Diccionario. No se usa en Cara­
cas. pero sí en otros puntos de la República, espe­
cialmente en Maracaibo, donde es del todo corriente.
He aquí á Maracaibo más conservadora que España
y tanto como Bogotá.
Mas digo : ¿ Pov qué lanío
T e afliges ? F ín en Dios alma mía,
Q ue con debido canto
Y o cantaré algún día
Las sus sti/t/rtW y la mi alegría.
F ray Luis de León.— Saluta X I . / .
E nvió sus su ludes al sánelo ennilanno.
Comino a buen amigo, a cucm padrefonlano.
Ilerceo. — M ila g ro s . S 75 -
Al fiscal y á A costa y retor mis s aludí-.;.
Sania T eresa.— C a rla . t'.

Cuervo, que apunta el uso en Bogotá, trae esta


lección del Poema del C id :
Dios comino fue alegre todo aquel fonssado 1
Q ue M inaya A l bar Fanez assi era legado,
I Mciendo-les salud,-s de primos e de hermanos.

411. Sabana, aunque por su etimología se pro­


nuncie y escriba hoy sábana, fué en lo antiguo sabana,
como pronunciamos y escribimos los hispano-america-
nos al designar cualquier llanura de cierta extensión ;
y además de tener el sentido de pieza de lienzo de
hilo ó de algodón con que se cubre la cama, tuvo el
general de lienzo y el de cortina, por donde nada tie­
ne de extraño que los conquistadores le diesen el de
cortinal, ó pedazo de tierra llano y como preparado
para sembrar. Asi. están en un error los que le dan
á sabana esta ó aquella etimología indígena. Pongo
ejemplos de su antigua pronunciación:
Eran bien enluziadase firmes las paredes,
N o le fazien m enina saltanas nen lapedes.
El techo era pintarlo á la?os e a redes,
Torio doro fino, como en 1 >¡os creerles.
Segura de Astorga.— ¡.¡('ro a ,- A ie x a n th e . /Q Ji},

Por no perder la costumbre que tenían de andar con los rostros aupados
por las calles, dejarían las alm alafas y sahat/tis, y se pondrían mantas y som­
breros.— M ármol. P eóe/ión de los M o risco s de G ra n a d a . IJ ñ . I I , Cal-. V I .

Además de lo dicho, Lope de Vega lo empleó


por llanura:
Y a por el prado ó la zalam a verde
Marchando viene el escuadró!) formado.

412. No es espantosa el adjetivo aplicado por los


escritores castellanos á la casa en que se supone se
ven fantasmas, muertos y otras cosas maravillosas. Ellos
decían casa asombrada.:
Y sucede así, que como las casas que son por esta causa asonthraolas.
después «le haberlas conjurado, al fin los que las viven las dejan .— l'r a y I.y.is
de León. J.a P e rfe cta C asada. £ X V / .

Así se lee en otros autores castellanos ; pero val­


ga la verdad, como espantosa, significa que causa es­
panto. maravillosa, asombrosa, pasmosa, nuestra frase
.casa espantosa es correcta y no hay por qué censurarla.
413. Cuando de la mujer mala, desaseada y des­
preciable dice el pueblo que “es un estropicio", y la
gente culta que “ es un estropajo," no se hace más
que dar á estas voces una acepción que los antiguos
dieron á estropiezo:
N o debe (la mujer mala) ser llamada ni la gracia ni la luz. ni el placer
«le su casa, sino 0/ tra sto della y <7 es tropiezo, ó por darle su nombre verdade­
ro e l tra sg o y la e sta n tig u a que á lodos los turba y asombra.— Fray Luis de León.
— L a P e rfe c ta C asada. j j A ‘/V.

414. En la escuela nos han enseñado á todos á


decir la sirviente, la pariente, dándoles á estos nombres
una sola terminación. Asi rezaba la gramática de 1>on
Juan Vicente González, y así otras. Salva incluye á
sirviente entre las voces de terminación invariable. In­
dudablemente que así dijeron algunos autores remilga­
dos, pero no hay por qué quitar á estos vocablos su
terminación femenina, la cual tiene desde los principios
del idioma:
Podrían casar con cualquiera mujer, también con la como o*n
cualquiera oirá.—-K l Rey l>o» S ancho.— í 'n s fi¿ w «' <'<//•. /..VAX . )—
Una .<//■ ;•/v /i/ti que el tenía ))ronielióie que si se levantase é lieiese su conse­
jo, que ella trataría que hubiese efecto lo que él codiciaba.— /’•/ I.ü 'r o </V .’<v
l'.nxfinplus. C C C X X /X .

Gallego, Hartzenbusch, Mesonero Romanos, y los


noveladores españoles hasta Alarcón, Valera. Pereda,
Pérez Galdós, Navarro Villoslada, y otros más, escriben
sirvienta y paricnta en el género femenino, y la Real
Academia Española lo autoriza.
415. El vulgo y aun algunos que á él no per­
tenecen, dicen je r i limonza en vez de jerigonza, del
francés jargón. Afirmo que no es corrupción vene­
zolana ni de ningún otro país de América, porque
en el Lazarillo de 'Formes, de Hurtado de Mendoza,
Trat. Prim.. le o : "Comenzamos nuestro camino, y
en muy pocos días me mostró jeringonza. y como
me viese de buen ingenio, holgábase mucho.”
Y lo mismo en el chistoso Ouovedo:
Con notables garambainas
S e subieron en sus perros,
V en ¿ i r ¡‘n ^ o u u i di; vidas
Salieron hablando recio.
(Conrcrsiiiión ¡i: las nnilns. I’. K. 500).

Descuido de: los autores ó de los editores,


comprueban estos ejemplos que tal forma ha venido
de allende el mar. Dígase jerigonza que es la voz
propia y usada por la mayoría de los maestros en
el manejo del idioma:
i lalila erizada jo n y o n -.o oscura.
V en ¡gálica sintaxis mezcla voces
1 >e añeja y desusada catadura.
Moralín (1). L ean d ro '. J.occiihi IW t ic o .

El español, al contrario.
N o olvida \njo r iy o ir .n
V aun discurre tjuecon ella
Ilustra su lengua propia.
Iriarle. J .o n lo s /.or os y lo ('o to ñ o .

Al l á en tiempos de entonces.
V en tierras muy remotas,
Cuando hablaban los brutos
Su cierta gerigonza. . . .

! l iarte. /■ .'/ /•!/,/,t n /r y otros A n im ó lo s.

Antiguamente se dijo girgonz y giro-onza :


K sley iry o //-. que traen por las tierras e por las cab es.— Segura de Aslorga.
I.ióro ¡i,' .1/ovn;/tlro. 1350.

La forma girgouz ha servido para fijar la eti­


mología del vocablo, del francés antiguo jiargou.
416. Los escritores afrancesados, especialmente
algunos periodistas, nos tienen ahitos con tanto tes­
timonio de condolencia; reciba nuestra condolencia ;
les presentamos nuestra co n d o len cia de tal modo, que
es de condolerse de los doloridos, más que por la
pérdida que sufren, por el regalo que les presen­
tan. Id tal vocablo condolencia, es el condolcancc
del francés, que el castellano no tiene ni necesita
para maldita la cosa. Condolerse, en nuestra idioma,
es verbo rellejo que vale compadecerse ó lastimarse
de lo que otro padece; y así. bonito sería aceptar
el feo término para enviar á los demás ó presen­
tarles. como dicen ellos, nuestra compasión! Es cosa
de desear verlos con la soga al cuello. Di-
gase pésame, ó exprésese de cualquier otro modo
la pena ó aflicción que se sienta, que el castellano
es demasiado rico para hurtar vocablos de la laya.
Si en Barcelona de España, y en otras naciones
•donde se habla el castellano, continúan usando el
galicismo, que les haga buen provecho.
En un plácem e inocente
V en un pésam e ignorante
I loarle hasta el mismo semillante
Es el primevo qno miente.
Hurtarlo cíe M endoza. E l M a r i ¡o hace M u je r . J o n i . P r im . E s c . I I .

Por otra parte, los que alegan que condolencia


se forma de la preposición con y el sustantivo do­
lencia, incurren en otra barbaridad, porque en cas­
tellano dolencia se refiere al dolor físico y no al
moral. Nada, sino que es un despropósito por
cualquier lado que se le examine.
417. Nuestro pillastrón no es más que el au­
mentativo de pillastre, el cual no es sólo para
nosotros el picaro falto de educación y modales,
ni el hombre únicamente sagaz y astuto, sino más
bien el picaro muy despreciable, y el ladrón ratero.
Confórmase esta significación con la castellana antigua
de pillarte ó pyllartc, corta-bolsas, ratero.
M asque im rudo pillarle.
Alvaro/, do Villasandino.

ConsyiUn por pon que vuestros p yH u eles


Mo freguon los dientes con tros cagajones.

Juan A lfonso de Tinotía.

La Academia no ha dado la etim ología; pero


estos lugares y la significación del vocablo indican
la latina pillarte.
418. Verija llamamos la parte inferior del
vientre que en el hombre y en la mujer se cubre
de vello en cierta época de la vida, esto es, el pubes
o empeine y sus lugares vecinos, por lo cual la
Real Academia Española definió el vocablo acertada­
mente ••Región de las partes pudendas,” de acuerdo
con mi cédula presentada en 1883 ; porque com­
probé en ésta su significación castellana, conforme con
la que conserva en Venezuela, y asimismo los errores
de: varios lexicógrafos. Ni la Real Academia, ni
Barcia ni Domínguez tenían el vocablo verija; Fer­
nández Cuesta y Serrano lo presentan como pro­
vincialismo de . [mírica, con la significación de “ Re-
gión de las partes genitales dé los cuadrúpedos;”
Pidal y Ochoa, en el Glosario del Cancionero de
J i ciena le dan el sentido de raja ó hendidura; y
Cuervo la de i ja r en su Lenguaje Bogotano. Erro­
res todos. Pidal y Ochoa se basaban probablemente
en los seguientes versos de Alfonso Alvarez de
Villásandino (Dezir NT 144):
Q u e yo vos'Haré poner
.Ihijti/i/í.itín la -tvnjii
Pero atanquía es un ungüento que se hace re­
gularmente de cal viva, aceite y otras cosas, [jara
arrancar el v e llo ; y éste nace en el empeine y sus
vecindades, no en el i ja r ni en las hendiduras.
Tampoco se trataba de cuadrúpedos. Lo de provin­
cialismo americano es otra aventurada afirmación,
porque Villasandino floreció de 1340 á 1424, y el
descubrimiento de América no se efectuó hasta oc-
tubre de 1492. La etimología de v iril ¿a, presentada
por el señor Cuervo no parece aceptable, porque no
es eso lo que se llama verija, y la semejanza del
vocablo no es por si sola argumento íingüístic >. Ve­
rija, si no deriva de vedija, ya que en los idiomas
es frecuente el cambio de d y r, puede proceder
más bien de vera 6 de vera, ya como campo llano y
bajo sembrado ó poblado, ya como orilla ó cercado,
así como vedija se formó de velhcs.
419. Manganzón es mote injurioso que signi­
fica grandullón vago y entremetido. Parece corrup­
ción de la voz anticuada /nangamazo, manga de ma­
zo. El manganear afín de manganzón, es en caste­
llano corriente mangonear, según puede verse en el
Diccionario de la Academia, duodécima edición.
420. El papelón es propiamente la meladura ya
cuajada en una horma cónica, y se diferencia del
azúcar en que no se le ha extraído la melaza. Su color,
m asó menos amarillo, varía según la calidad de la
caña y de la elaboración. Llamósele papelón porque
en los principios servía de molde un cucurucho de
papel, pegado con engrudo. El nombre y la acep­
ción son castellanos, pues en una pieza dramática
antigua he leído que los estudiantes de Salamanca
llamaban papelón un cucurucho de papel que servía
de molde para hacer cierta confitura. Su equivalen­
cia de cucurucho se ve en esta lección de Saavedra:
Con mucha risa aplicaba los libros de materias amorosas para hacer cartones
;i las damas y capillos á las ruecas, devanadores, pnpiloiws de grajea y anís, y tam­
bién para envolver las ciruelas de Genova. República f.itcrarin.

421. En algunas gramáticas nuestras he leído


que alférez hace el plural alférez ó alféreces. ¿Por qué?
El plural de alférez es alféreces, por regla gramatical,
y tal plural no es nuevo. En la Gramática Castella­
na del Maestro Nebrija, Parte Segunda, Libro segun­
do en que trata de la prosodia é sílaba (año de 1492),
se lee ya : “ En z tienen el acento agudo en la última
sílaba, como rapaz, .veresf perdiz, badajos. andaluz.
Sácanse algunos que lo tienen en la penúltima, como
alférez, rrt/zs, mend.cz, diaz, martilles, fernandez, gomes,
cedes, tunes. Y destos los que tienen plural retienen
el acento en la mesma sílaba é assi dezimos alferezes,
c á l i c e s Es este un testimonio irrecusable.
El de tal ó cual poeta hostigado por la medida del
verso, y que usaba de la licencia de sincopar, no vale
en tales casos. Esta licencia la apunta Juan d é la Enci­
na en su Arte de poesía Castellana (iq g ó ): “ Tiene
el poeta y trobador licencia para acortar y sincopar
qualquier parte ó dicion.” Y esto de las licencias se
extendía hasta “ corromper y extender el vocablo assi
como el mesmo Juan de mena en otra que dixo Cadino
por Cadmo, y lagos mctrocs por meoti des." En la edi­
ción del Quijote hecha por la Real Academia Espa­
ñola, Seg. Parí. Cap. X X I V se encuentra este
pasaje :
Kso tisoe el servir á los buenos, que del tinelo suelen salir á ser . 1/fCn-z
ó capitanes.

Para mí este es un yerro, ó del copista ó del


impresor; que siguieron luego la edición hecha en
París ( 1814) por Bossange y Masson, y la de la
Biblioteca de Rivadeneyra (1849). La edición hecha
por Clemencín en Madrid el año de 1836 (Imprenta
de Aguado) ; y la excelente de Gaspar y Roig (Ma­
drid 1865), dicen alféreces en el pasaje transcrito ; y
así debe ser:
Los alféreces, adviniendo el desorden de los soldados, y que no habían
sido parte para detenerlos la eficaz persuación y grande resistencia de los capi­
tanes, resolvieron hacer lo mismo.— Pérez de Mita. G u e rra s C iv ile s de G ra n u d a .
P a rt . I I . C a p . X X . ) — Daremos noticia de los caballeros capitanes y a Je re ce s
que murieron y salieron heridos.— Pérez de Hita. G . C . de G. P a r / . I I .
Cap. X X I I . ) — Sin esperar al Capitán caminan delante de las banderas, dando
prisa á los a lféreces.— Coloma. H is t e ria s . I . i l . I I .

422. No son pocas las voces provinciales de


España que han llegado á ser de uso común en Vene­
zuela, unas en todo el país, y las otras en determinadas
regiones de él. Bastantes se encontrarán en este libro;
mas debemos indicar aquí algunos aragonesismos. En
aragonesismo incurrimos cuando usamos de adusto,
(que vale ardiente, rígido, austero, melancólico), en el
sentido de tieso, inflexible, terco. Aragonesismo es
banda, por fa ja ó ceñidor; Capítulo por Cabildo; caza­
moscas, por pájaro moscón, y moscarda; condenado, por
mañero ó sagaz, violento, maligno; desfachatadamente, por
descaradamente; espeso, por pesado, impertinente, molesto;
fandango, por desorden, pendencia, confusión; hiladillo ó
hiladilla, por cinta de algodón; jetazo, por mojicón;
leñazo, por garrotazo; lloradera, por llanto copioso;
•mandria, por haragán, egoísta; mata de pelo, por cren­
cha; medianero ( mediador, el que media), por medicro,
el que trabaja en una finca á medias con el dueño ;
moledera, por importunidad; mostacilla, por abalorio me­
nudo para bordar, y figuradamente, por dinero necesario
para alguna cosa ; muermo, por hombre pesado é impor­
tuno; pasamanos, por pasamano; pelele, por pobrete,
falto de inteligencia y de fortuna ; peneque, por ebrio;
perolón, por perol grande; picaporte, por el llavín conque
se abre una puerta exterior; puntilloso, por puntoso ó
puntuoso; rastro, por matadero; de refilón, por de pasa-
da; respingo, por reprensión; restregón, por estregón;
revés,, por bofetón ó soma-virón; revoltina (y dicen tam­
bién bárbaramente revoltijo), por revoltillo; seno por
pecho; tocata, por sonata; tontón por muy tonto; trin­
quis, (del alemán trinkcn, beber), por trago; y éstos,
amén de lós que están ya en el Diccionario acadé­
mico, como excusado, por secreta., letrina, retrete, común;
habilidoso. (que es también de Andalucía), por el que
tiene habilidades; marrano, por cerdo; pandereta, por
panderete; morrocotudo, por grande ó de mucha impor­
tancia; y algunos más. A pedrada, tan usado entre
nosotros, aun en acepciones de pedrea, se le tiene
también por aragonesismo, pero es ya muy antiguo en
el léxico, muy antiguo en el refrán ‘ •como pedrada en ojo
de boticario,” y muy antiguo en autores castellanos.
llien será bastante para defenderme de alguna pedrada,— Cervantes. Qui­
j o ! e. Par!,. J'rhu. Cap. XXTÍ.^— Su fueron huyendo, así de la escopeta de
I’asnmrmle, como de las muchas padradas que los ya sueltos galeotes les tira­
ban.— Cervantes. Quijote. Par!. Print. Cap. X X II.

423. Sucucho, que vale lo mismo que vivienda


estrecha, rincón ó covacha, es galleguismo. Encuén­
trase este vocablo en el Diccionario Gallego de Cuveiro,
impreso en Barcelona de España el año de 1S76.
Tampoco es venezolanismo ni americanismo el tér­
mino cntendid-ura (modo de entender las cosas, inte­
ligencia ó sentido que se da á lo que se dice ó'escribe,
acepción en la cual se dijo antiguamente entendimiento).
No está entendidura en ningún diccionario ; paráceme
algo distinto de entendederas, y castellano es, valga
la siguiente lección :
¿Qué eulendidttras, Muñoz,
Son esas, ni qué misterio
Puede haber?
Moralín. (L.) E l Viejo y la A'iüa. .-te/. S,-g. Ese. J ’rhu.
424. Un escritor venezolano dado á la lexico­
grafía, y que ha publicado una extensa obra en que
hay cosas muy curiosas, censura que se escriba y pro­
nuncie D iez y no D iez el apellido castellano Diez.
Es este uno de tantos errores de tan loborioso escritor.
D iez, deriva de Diego, como D íaz de Diego. Ello es
incontestable. Uno y otro apellido los tengo en mi
familia materna, los D iez A Tavarro y los D íaz Grana­
dos. Pero el apellido Diez, el de la familia de mi
amigo y condiscípulo el Dr. D. Manuel Antonio Diez,
tiene otro origen. Remonta á la guerra de Granada,
en que habiendo cierto caballero presentado ai rey diez
cabezas de moros muertos en combate por su mano, el
rey le dijo : “ desde hoy te llamarás D iez, Diez cabezas
de moros." Estos son los D iez de la rama de Santo
Domingo y Venezuela. Por modo semejante erró D.
Juan Vicente González cuando publicó del apellido
Alamo que no era tal, sino Sálame. Alamo es, y lo dió
el rey en la guerra de Granada á un caballero que, con
riesgo de la vida, pasaba de un castillo á la copa de un
álamo, desde donde, con fruto para las operaciones,
observaba los movimientos de los moros. Así el de
Talmayo, hoy Tamayo, porque habiendo ordenado el
rey á un caballero la toma de un pueblo para el mes de
mayo, contestóle éste : “á tal mayo lo tendrá el rey;"
lo cual cumplió.
425. Lo que sucede con el origen de los apelli­
dos Diez y D iez, acontece con otros. Hay Blancos
en Venezuela que traen su apellido del inglés U ’h itc
(blanco); y Blancos que lo traen del latín Blancas■
(pata ancha como la del águila), y tienen por estirpe:
á Lucio Manutio Plancus. Hay Divas del latín rivns,.
7'ivas \ la Riba, clel latín rip a ; y Ribas (el General
José Félix Ribas), del bretón Raibs, familia que pasó
de Bretaña á Andalucía, Canarias y Venezuela. Hay
en España Vaqueros, de Vaca; y Bacas y Raqueros,
de Baya, de los que tenemos en Venezuela. A las
veces varía la forma del apellido por la inMiiencia de
los dialectos; y á las veces como consecuencia de
disgustos graves entre ramas de la familia, como ha
-sucedido con algunos en Venezuela, ya por cuestión
de intereses, ya por divergencia de opiniones políticas,
como en ciertos casos aconteció en la' guerra de Inde­
pendencia.
426. En materia de apellidos lo mejor es no
meneado, al menos cuando no se está enterado de las
circunstancias expresadas, ó de la etimología é historia
del vocablo. Vese de resalte la importancia de esto
en el caso del apellido Mijares. El lexicógrafo indi­
cado en el número anterior, al observar que hay ramas
que escriben Millares sienta que “ Miyares es una va­
riante del apellido Mijares, y no un derivado ó plural
de millar, por lo q u e se escribe con r, y no con 11."
Acierta en lo de la afinidad d é lo s dos apellidos, ‘ pero
yerra en el origen de la variante. Millares es el ape­
llido más antiguo (plantíos de millo, voz anticuada); y
Mijares, se asimila á la forma posterior mijo, y signi­
fica plantíos de mijo. No importa que en unas pro­
vincias se escriba el apellido con//, en otras con j , y en
otras con y. La etimología es el latín milinm, milii,
y el cambio de / por ll por y y por j no es raro. Mujer,
se escribió también mullicr, mulhcr y muyer, porque
el sonido de estas letras era semejante, como lo he
indicado en el Capítulo referente á la ortología. Lo
mismo acontece con los apellidos Carvallo, Carvayo y
Caravallo (que escriben también Carbailo y Cara-
bailo); Carvajal, Carvallar, Caravaj a l y Carvalledo.
todos afines ; y lo mismo con muchos otros, aun de
otra forma, como Sitares y Juárez, por haberse escrito
Xuárcs. La influencia de los diversos dialectos provin­
ciales, la mas poderosa en esta materia, ha hecho que
de Bcrmund hayan salido Bermudo y Veremundo, y
derivádose las formas apelativas Bermúdez, Vermuiz,
Bremond, Bremon. Bermuy, Permuy, y muchas más.
escritas ya con b, ya con v.t ora con p %letras de soni­
do semejante; que de Bela, se forme Blas, y se deri­
ven las formas apelativas Vélez, Veliz, Velasco. Yelás-
quez, Vásquez, Blasco, Blásquez. Gásquez, y o tra s;
que de \ral de Izcar, salgan \’aldizcar, Valdezcaray,
Valdezcaro, Valdizcaray, y Valdizcaro, formas todas afi­
nes, como consta en la respectiva genealogía, donde se
escribe el apellido indistintamente ; que de Aloyto, sa­
liesen las formas Alonso. Alfonso, Analso, Alfonsin,
Alfonsi. La influencia andaluza ha hecho que ramas
de la familia de i ejes, firmen con z: Yépez ; y que
otras de la de Llanosas, escriban Llamozas; la gallega
que Calderón haga Caldero; la castellana que Jacob
haga Jáconic; E vreux, Abreu ; y Calcayno, Gaicano;
la vascuence (pie Barbón haga Obreyón. ¿Quién lo­
graría hoy cpie Echeverría, Echar arría, Chavarr ía, Eche-
verry. y otros más derivados del vasco Etchcbeny se es­
cribiesen con y no con v, letra que el vascuence no tie­
ne ? Nadie. Siendo, como se deduce de tales ejemplos,
tantas y á las veces tan profundas las alteraciones ortográ­
ficas de los apellidos, y obedeciendo ellas generalmente á
motivos justificados, aun tratándose de. una misma la-
milia, juzgo ¿.venturado censurarlas, sobre todo si no se
está enterado de la causa que las origina.
427. Se ha disentido mucho en Venezuela cómo
deben emplearse los apellidos, y si tienen ó no plural.
Los apelativos se acompañan á las veces del artículo
definido ó del indefinido; v. g. : " E l Montaban no le
tienes;” "La González es gran mujer:” "Un Ricaurte
no es capaz de eso ;” y del artículo neutro, si se alude
á la calidad ó á una cualidad; por ejemplo: “ Por lo
Saavcdra desciende del Rey suevo M iro;” “ Por lo
Manrique es tan soberbio.” Cuanto al plural, lo tienen
indudablemente, conforme á las reglas gramaticales, ya
se les considere como sustantivos, ya como adjetivos.
Carecen de plural los terminados en ó en 5, cuando
llevan el acento en la penúltima ó en la antepenúltima
sílaba ; los primeros porque la s, equivale en ellos á la
preposición de antepuesta, é indica su condición de pa­
tronímicos; y los segundos porque se consideran como
plurales, y en realidad lo son muchos. Así, son invaria­
bles Díaz, D iez. Gómezy Páes, Peláez, Raes, etc., y
Ayos, Ribas, Rivas, Montes, Robles, Casas, etc. Por el
contrario, Diez, Montes, y los demás acentuados en la
última sílaba, tienen plural, y debe dárseles. Cuando el
apellido es compuesto de dos palabras, como Soto-ma­
yor t Montcmayor, Fucnmayor, etc., no se atiende á su
composición, se le toma como un simple adjetivo, y se
dice los Sotomayorcs, los Moniemayores, etc., y no los
Sotosmayores ni los So/osmayor, cpie ya estos no serían
el plural del apellido Soto-mayor; así como se dice
“ España tiene varias lillafraucas," y no Villasfrancas,
lo que ya significaría otra c o sa ; ni tampoco lillas-
franca, que sería un despropósito por la falta de. con-
•corclancia. Digo esto porque observo que Pérez de
Hita ( (hierras Civiles de Granada. Pag. 580), en una
de tantas listas de apellidos, todos en plural, no se
atrevió á darle este número al apellido Soto-mayor como
si le pareciese que faltaba á la concordancia, por no
fijarse en que era él puramente una sola palabra, un ape­
llido. Todos los demás apellidos castellanos forman
el plural conforme á las reglas generales : Bcjarano,
Bombona, Tejera, Pimentel, Tovar, Toro, etc., hacen
Bejaraños, Bombonas, Tejeras, Pimenteles, Tocares, To­
ros, etc. Respecto de la confusión en el plural del
apellido Reyes con el apellido Rey, no veo yo el reme-
medio en la acentuación de uno de los dos, como pro­
pone el señor C u ervo: primero por la dificultad de
que la generalidad entienda y conserve la significación
del acento; y segundo porque éste no tiene vida en la
conversación, que es en la que' más se necesita de la
distinción. Todas las lenguas tienen tropiezos semejan­
tes, ello es indudable ; y lo que procede en éste es
agregar el apellido materno para distinguir las casas
ó familias, y eso hacemos en Caracas : ¿os Reyes Piñal
y los Reyes Modero; de Rayes los primeros, y los segun­
dos de Rey. Lo mismo acontece con los apellidos
Rica y Rivas, Torre y Torres, y algunos más. He
aquí el uso de los autores castellanos, fundado en las
realas oramaticales :
O O

El linaje, prosapia y alcurnia quemamos saber, replicó Vivaldo. A la cual


respondió Don Q uijote: no es de los antiguos Curtios, Goyos y ('¿piones roma­
nos ; ni de los modernos Colonos y Crsinos ; ni de los Alomadas y A\ t/líe­
senos de Cataluña: ni menos de los Ju•helios y Villenovos de Valencia, ]\t!ti­
fosos, .Vinos, A'osaóertis, Corellos. Aliños, .llamones, Cereets, Coses y (Inrretis
de Aragón ; Cenias, Manritjues, JA in tozas y G ir. inanes do Castilla : .lien ras­
tros, Pallas y S í eneses de Portugal : pero es ríe los del Toboso de la Man­
cha.— Cervantes. Quijote. Par/. Pri/it. Cap. X I ¡L
F.n casa de los joyeros.
Entre medias y listones,
Más los quiero Gañimos.
Que en San 1>ionís O livero s.
Quevedo. /.r / n H a S a tfrio a . 322.
Fueron Fajar,ios, caballeros (le claro linaje, .ilhornooos, .-¡yofas, Gi/os, Gu­
iaros, Carrillos, Clavillos, Gu.'.manos, A'ii/uo/mos, AvrHanrJas, I ’il/asoñoras, Co-
inrnrrs, Talónos, / ‘¡■ roas, Fon/rs, .h a lo s, I'alfar,ríos, c/f. oto.-—Pérez de Mita.
duraras Cirilos ¡Ir Granada. Par!. I. Cap. X V I.) Desla conversación dicen
que nació Mudaría González, principio y fundador del linaje nobilísimo en Ks-
paüa de los Manriauos.— Mariana. Hisl. ilr F.spnña. J.i/>ro Of/avo. Cap. JX.)
El bando de los llena vides, que parecía favorecer la Comunidad, echó fuera
al de los Carvajales.— Mejía. Coiiiiiiii,lulos ,/r Castilla. Cap. I '///.) Los mis­
mos que después, contra la ingratitud de los Paleólogos, en corto número os
dilatasteis á dar leyes segunda vez á Atenas. Meló. Garría ¡Ir Cataluña.
/.Uro Tormo.
Se ven S ilv a s y C a ro s y H aza nos,
y /J o r ja s , y G irónos,
P im rn lo lo s, Q uiñ on es,
y O sarios, y I ’iio/iroos y G u zm u nrs.
El Duque de Kivas. .1 lo s .1la n /a r s r s Jo Santa C ru z .

Sobran ejemplos, pero nunca está demás repetir


las cosas á los que no quieren oír.
428. Una de las cosas en que más claramente
se ve cómo ha conservado el pueblo venezolano con
mayor pureza que otros de América el lenguaje de
los conquistadores, es en los nombres aplicados á las
capas de los caballos, que con ser éstas tan varias,
en poco se diferencian aquéllos en algunos casos, y
aun es probable que esta diferencia p r o v e n g a en
ocasiones de provincialismos españoles, que no cons­
tan en el Diccionario de la Lengua, como no consta,
entre otros, el adjetivo moro, de uso general en Es­
paña y en América. Moro, aplicado á la piel del ca­
ballo, no'tiene relación ninguna con el latín menirus
(jprovenzal mor) francés maurc y more, habitante de la
Mauritania, sino que procede del latín monis, color
bruno, color obscuro que tira á negro, de donde de­
cimos también trigo moro (1), trigo moreno, hierba
■ mora, moral, morera, morado, moracho, etc. fui la
lengua de oc se decía moaré, y honre, bruno, color
de café ; y macarél. tirando á bruno, lo que hoy se
dice en francés morcan. El castellano were no pro­
cede del francés morcan. Este término lo aplican los
franceses al caballo enteramente negro con viso rojizo
ó castaño, caballo que decimos en castellano morci­
llo. del bajo latín manriccllns, diminutivo de manrns.
morisco, sin duda por semejanza en el color con el
africano negro. (2) En España y en Venezuela lla­
mamos caballo moro al blanco azulado con manchas
brunas. Cuando D. Leandro de Moratin dice en E l
sí de las A '¿ñas. Act. JII. Esc. V II " Mira, y haz que
ensillen inmediatamente al moro." se refiere induda­
blemente al color del animal, y no aborigen de éste,
por más que el Sr. Cuervo no atine con la signifi­
cación. porque cuando lo último acontece no se di­
ce “ caballo moro”, sino caballa africano, ó caballo
morisco, como apunta Sobrino en su Diccionario im­
preso en Bruselas el año de 1705. (Vocablo caballo).
De otro modo, el que oyese (si en la caballeriza no
existiese bestia de color moro), quedaría en mayor
perplejidad que la del Sr. Cuervo. No comprendo
cómo la Academia Española ha olvidado poner en el

[1] Aunque la Academia cree que el trigo moro se llama así j;or ser origi­
nario de Africa.
(2 ) Esta etimología de la Real Academia Española es la aceptable. L a
lie Monlau, quien la deriva de m u s , ntnris. ratón, es una etimología bastante
alegre de cascos, y la de /huri<r (de morcilla) no es más que una suposición
por la semejanza de los vocablos.
Diccionario el adjetivo moro de que trato, cuando su
uso es tan común en España y en América. Mor­
cillo es puramente español :
Ei cual era tan viejo, que siendo de color morcillo se había vacilo todo
blanco.— Mármol Carvajal. Historia de lo Rebelión y Castigo Js los moriscos del
Reino de Granado.

Al morcillo lo llaman en Venezuela zaino negro


y negro granate. El zaino es en España y en V e­
nezuela el castaño oscuro sin otra marca ó color, y
se le llama también castaño oscuro en entrambas partes.
En un caballo andaluz,
1 >e la generosa raza
Que al sacro Guadalquivir
Le sítele pastar la grama:
Castaño oscuro, fogoso,
Cabos negros, gruesas ancas,
Ancho pecho, recios b ra z o s ....
Romancero lira/. Celia de Escariehe. 111.

Tenemos gradaciones del zaino diferenciadas con


los nombres de A rg el y de guacharaca.
El castaño es el de color de castaña :
En un revuelto pisador castaño.
Moka TjN. [L). Nicolás] /.as .Yares de Cortes destruidas.

El tordo no es el moro, como cree el Sr. Cuervo ;


el tordo es en la Península y en Venezuela el de co­
lor pardo claro ó blanco sucio con manchas negras.
En Venezuela se le dice también rucio rodado. Y así
en E spaña:
Siguióle Enrique, de Citmpania Conde,
En un rucio rodado corpulento.
Lope de Vega. J.a vengadora de las Mujeres, .leí. Tere. Esc. 17.
En un rucio rodado muy brioso.
Moratín. /.as .Yares de Corles.
El tordillo es el que tiene las manchas muy pe­
queñas.
Fatiga los ¡jares ;í un l,ui!ii!o.
l ' . l m is m u Mura lín.

Nosotros no decimos toldillo, sino paraula/o, por


la paraulata. El llamado simplemente rucio es aquí
como en España el blanquecino ó canoso. El voca­
blo procede del latín rubidus.
Desencílleunie la yegua
Que «leí polio rihiii es madre.
.•l'Mi'ii.'/i• 1! ¿rnihiitiiHi. !'/.

Hay además rucio blanco, rucio canelo y rucio


azul. El caballo blanco albino, de ojos de color vivo,
tiene el mismo nombre que en España, pero en al­
gunas partes de Venezuela, le dicen catire (véase es:
ta v o z ), y en los llanos lo llaman marmoleño cuan­
do tiene negros los ojos. Proviene esto de que cuan­
do el albino tiene negros los ojos, la blancura de la
capa es más viva y espesa y semejante al mármol.
En otras partes de la República apellidan asimismo
palomo al blanco de ojos negros. Como los espa­
ñoles. decimos rucio mosqueado, de mosca negra ó
mosca colorada, del blanco ó rucio sembrado de pin­
tas : y negro de mosca blanca, del arzabachado sem­
brado de pintas blancas, que según Sobrino se de­
cía armiñado, y si las pintas sólo estaban en los' ija­
res y en el cuello, atabanado.
Sobre ¡m filarte bridón u: ilnulunio
De mi'Siti*' H..uii'.< salpicado el pecho.
Moratín. /.na .Vmv.t <<v CoríCs iii\Unu\'!i:'.

El caballo ó yegua que dicen en castellano pío


y pía, (del latín pica, urraca, llamada también picaza,
como indica Sobrino ), es el manchado como, esta ave,
y en Venezuela lo conocemos generalmente con el
nombre indígena de siragito, 6 rucio siraguo. Sólo
en Caracas, Maracaibo y otras ciudades se le apli­
can las voces pío y pía. ‘‘Mercado en una remenda­
da pía, dice Moratín” en el ya citado poema de
“ Las Naves de Cortés destruidas." Melado es acpti
y en España el de color de miel.
Un coree! cabos negros y auto do.— Muralín.

El melado más oscuro lo llaman castaño sangre


de toro. - El alazán ó alazano nuestro (del árabe al-
bazano) es el mismo de España, el de color acane­
lado. y como allá decimos alazán tostado, del más
oscuro:
Sobre un jrolrn o tazón <le treinta meses

lú a alazán tostado corpulento.


Moratín.
lúi una yegua ahr.ni.a
Parle solo, porque á solas
Quiere gozar de sus ansias.
¿\oinaiii,:s (/i- Abenanuya. /.

'Penemos también alazán overo y alazan cocuiza,


los más claros. El bayo (del bajo latín haius, del latín
badins). es el de color blanco amarillento con viso
rojizo.
Pacheco un bayo arremetiendo alado.— -Moralín.

Pero como el color rojizo ó bruno tiene tantas


variedades, tenemos bayo amarillo, bayo ahumado,
bayo naranjo, bayo blanco, y bayo cabos negros.
El overo (del francés aubcre ( i ). es aquí y allá el

(tj Véase el apéndice N" 2.


caballo de color de albérchigo ó medio entre
blanco y bayo, por lo que. al blanco que tira á bayo
ligeramente le dicen los llaneros zaino javera, con
j enteramente bárbara:
En un overo furioso
Que ni aire en su curso excede,
Y en su pujanza y vigor
l ’ n leve freno detiene.
Roniniuos t/<• (¡azul. XIV
Este caballo tiene generalmente una mancha
blanca en la frente. El cebruno es el mismo de
España, el de color de ciervo ó liebre; lebruno sólo
se dice del toro ó de la vaca. En la capa negra
distinguimos el color negro pavón. que es el de viso
azulado; y en el amarilla, el amarillo rubio y el
amarillo melón. Pero no todo pasa como en Es­
paña, porque nadie emplea el término peceño, que
es el de color de la p e z :
Monta un /Vivw. y lleva recamadas
De azul y negro las haldetas de ante.

que dice D. Nicolás Fernández de Moradn.


Nadie dice tampoco rosillo, del caballo rojo claro
i i) ; ni bcllorio (lat\\\ mellarlas) del parduzco entre­
mezclado de pelos blancos; ni sabino, del entre­
pelado de blanco y castaño ; ni ruano, del caballo
fino ó de regalo, sólo propio para ruar ó pasear
por las calles. Al rosillo le llaman rosado, y le di­
viden en rosado, rosado cano (sabino), rosado plateado
y rosado carteado; al bcllorio ó piel de rata le dan
el nombre de cisne [2] ; y llaman ruano, no al •ca-

(1 ) Rosillo , (pie se escribió ros illo, es lo mismo rput rojiilo ó ;•/>//?.», y nada lie.ie
cpie ver con el color d <irosa. .
[2] Lo mismo acontece en Colombia con el vocablo ti.-no. Probable es que
sea provincialismo de España.
bailo de recalo, ni al rodado ó manchado, sino al
de color amarillo claro con crin y cola blancas; y
esta misma denominación la particularizan dividién­
dola en ruano, mano blanco, ruano amarillo y ruano
catire, según la gradación de la capa.
Variados son asimismo los colores de los gallos, ga­
llinas, toros y vacas ; pero no se diferencian en lo prin­
cipal las denominaciones venezolanas de las que se usan
en España. Aunque el nombre de talisayo que se aplica
á los gallos de pluma negra y amarilla, y admite di­
versas gradaciones, lo presenta Salva como provin­
cialismo cubano, lo que no es cierto, pues de antiguo
se usa igualmente en Venezuela, acaso proceda de la Pe­
nínsula, bien que no esté en ningún diccionario, pues
no es vocablo indígena y parece formado como talípedo.
empleando á i ali por la diferencia (pie determina en
el sayo ó capa el un color incluido en el otro.
¡abado, jabada no tiene contra sí sino la fuerza de
jota dada por el pueblo á la ¡i. pues el gran
Ouevedo dice gallina babada, y asimismo Rojas en
el acto IX de La Celestina. Giró es voz anticuada
que significa hermoso, galán ; y pinto lo es también
como participio irregular de pintar. El Diccionario
de Autoridades trae este ejemplo de E l 'Costado, so­
bre Euseb., cap. 51 :
Los lagartos son pintos ó manchados.

el cual se encuentra igualmente en Alonso de Ma-


drigal. Pecado sería extenderme más en lo rela­
tivo á colores de animales.
429. Organo es un instrumento músico, y con­
ducto es lo mismo que canal. Entrambos vocablos sir-
ven para significar figuradamente el 'meclio de que nos
valemos para comunicar una cosa ó dirigir un negocio;
por lo que está bien dicho “ remito por órgano de
U . “remito por conducto de Juan;” pero es una
barbaridad, que no ya un barbarismo, anteponer en
esos casos el artículo 6 el pronombre al sustantivo,
y decir: “ remito por su conducto;" “ remito por el
órgano de U." Es una diablura, pues es de supo­
nerse que el individuo á quien se dirigen no tiene
tal instrumento músico, ni tal canal por donde pue­
da remitirse cosa nino-una.
o
Esto no necesita de
ejemplos.
430. Tampoco requiere sino una breve indi­
cación el sustantivo neológico irrespeto en el sentido
de irreverencia, ó desacato, pues, como el atroz verbo
ir re sp e ta r sólo ha sido empleado en Caracas por
periodistas de cierta república hermana, y no ha ha­
bido quien no lo haya visto con extrañeza y repulsión.
Por el contrario, hay ciertos sustantivos y adjetivos
que, unos por ser necesarios y los otros por ser
de uso general en América, y algunos en la misma
España, no son reprobables y pueden obtener pués-
to en el léxico. De ellos son andino, confianzudo,
cigarrería, caricaturista, caudillaje. caudillejo, fusionis-
ta, refranero (colección de refranes), dominguejo (ton­
to), mantequillera, orificación, jipijapa, disparatero.
Piste último, cuyo, sentido es el de disparatador, que
es el vocablo castizo, no es necesario; mas es de uso
general y se ha formado como parlero, vocero, y
otros semejantes. Andino es muy común:
líe allí el águila and ¡na.
El soberbio candor, rey del espacio.
Vicente Coronado. /:/ Cóndor.
Y el pabellón de gualda,
Carmín y azul que ondeando entre esplendores
Cruzó la andina falda.

T'co. (j. Pardo. J'orvenir </<• America.

Oue términos como estos que he indicado se


formen en el pueblo y acaben por imponerse, es co­
sa natural en la evolución de las lenguas; pero es
intolerable y digna de censura la pedantería de cier­
tos escritores de estas repúblicas, los cuales, sin los
conocimientos precisos, abogan por la adopción de vo­
ces ó de acepciones impropias. Tal sucede con el
vocablo fine tí gen a, que aquí y fuera ele aquí han
querido sea adoptado con la significación de el na­
cido á bordo de una nave. Flíictigcna es voz del ba-
¡o latín, con que se significa el nacido en el seno de
las aguas, cutre las ondas. Procede de fluctus, onda,
Y d'?d'no> nacer, engendrar. La trae, según Freund,
el gramático Martianus Capella, y fué empleada por
el poeta didáctico Avienus y el poeta cristiano Ara-
tor. Tanto en latín como en castellano, es voz de la
poesía y de la historia natural. Como sustantivo ó co­
mo adjetivo no ha sido aplicado sino á Nereo, á V e­
nus, á los delfines, á las ondinas, á las nereidas y
á los peces. Las voces castellanas con que los es­
critores correctos han designado la persona nacida á
bordo de una nave, sea cual fuere ella, son naonato,
que consta en el Diccionario de la Lengua, y nau-
colonato y navígena, usados asimismo por notables
tratadistas de derecho internacional. No barbarice­
mos el idioma.
V ERBO S

431. El verbo es la parte más esencial del len­


guaje, ó por decirlo mejor, el alma de la lengua.
432. Nada tengo qué hacer en este capítulo con
la división del verbo y otras cuestiones filosóficas que
todavía discuten los gramáticos.
433. No escribo un tratado ; y por lo tanto sólo
me ocuparán los usos del verbo en el país, las cuestio­
nes que á ellos se refieran de algún modo, y las esta­
blecidas por gramáticos venezolanos y que me parezcan
dignas de alguna observación.
434- Que yo sepa, fué Nebrija (1) el primero que
sentó que el futuro castellano se forma “por rodeo del
infinitivo y del presente deste verbo e, as (verbo haber')
diziendo io amaré, tú amarás, que vale tanto como
¡o e de amar, tu has de amar;" y el primero que advir­
tió una forma semejante en el condicional, v. g. : yo
amaría, equivalente k yo había de amar. Sentó luego
Raynouard (2) que para formar el futuro simple de las
lenguas romances se colocó el presente del verbo ctver,

(1) “ Gramática Castellana, por el Maestro Elio Antonio de Nebrija;”


impresa en Salamanca, año de 1492. Reimpresa por el Conde de la Vinaza.
(2) “ Grammaire comparte des Langues de 1‘ Europe Latine dans leurs
rapporls avec la Langue des Troubadours.” I’. 72.
ya íntegro, ya por aféresis ; y que para el condicional
presente, se agregó al presente del infinitivo de los
verbos la desinencia del imperfecto del verbo avcr.
Bruce W hyte considera tal afirmación como una hipóte­
sis, y sienta que el hecho va 'mucho más lejos. Apo­
yándose en el texto del juramento de Carlos el Calvo
(año de 842), traducido al romance por Nizard, y en el
de los Francos (Poesíes des Troubadours, v. II), como
en monumentos los más antiguos, observa que en ellos
la formación del futuro es indecisa, porque si salvara i y
prindrai están conformes en la forma, iver y faset, que
se encuentran al mismo tiempo en tales documentos,
se alejan de ella. Por otra parte, para Bruce W hyte el.
lenguaje era á la sazón “ una jerga, por lo que Garlo-
magno pidió á Italia profesores que enseñasen la gra­
mática y la retórica.” (1) El encontrarse al mismo tiempo
distintas formas no era razón y motivo para rechazar
el hecho. En los escritos castellanos anteriores al
siglo X V se encuentran también las dos formas del
futuro usadas indistintamente ; v. g. :
Que me llevo muy paso, é que me non lleve apriesa, é yo ilclciu'iinc-hd, é
Dow al león fasta que fase la lima de su yantar.— -Mochafa. Cu/itu c
Dy
Lo mismo ocurre en los Castigos, del Rey D.
Sancho, y en otras obras de aquella época, como hoy
mismo en Jovellanos y en otros hablistas. Lo que sí se
deduce de todo esto es que tal formación no es un
hecho histórico de nuestra lengua, como sienta el ilustre
Bello; pero sí es un hecho filológico y lingüístico, como
lo han comprobado celebridades científicas, filólogos y(i)

(i) I lislnire des Lauques romanes ct de sa I.ilerature des son origine jusqu’a
le sióelc X IV .
lingüistas cuya autoridad es incontestable. El caste­
llano se formó,' como he dicho ya, no por ajustada y
racional derivación, sino por corrupción y evolución.
Esta evolución indica un progreso al reemplazar por
formas analíticas las sintéticas del latín. Eichhoff (1)
reconoce que todos los verbos godos y la mitad de los
verbos latinos han formado el futuro imperfecto con
auxilio de los verbos haber y ser, al modo del precativo
indiano activo. Dice la mitad de los verbos latinos,
porque él se refiere á las flexiones etm, es, et; emus,
c/ts, cnt; pues no admite que el futuro y el imperfecto
latinos en bo y barí provengan de la unión del verbo fío
á la raiz, por no explicarse entonces el futuro y el
imperfecto fiam y fiebam. Eichhoff parece inclinado á
creer que las flexiones del futuro latino ro, ris, rit;
rimas, ritis, runt, han determinado las del francés raí,
ras, ra; roas, res, ron/; y de consiguiente las del caste­
llano re, ras, ra; remos, reís, ran; y las del italiano ro,
raí, ra; remo rete, ramio. Sin embargo. Federico Diez
(2) sienta que en tal asunto no existe sino la renovación
de un procedimiento observado con frecuencia en la
historia de las lenguas, y es el de que después de
haberse convertido el verbo auxiliar en una simple pa­
labra formal, se aglutina poco á poco, al modo de un
sufijo, con el infinitivo, y termina por formar con él un
solo cuerpo que con el aspecto de un tiempo simple
reemplaza al futuro latino, el cual tuvo en parte origen
por un procedimiento ó construcción semejante. En
opinión de Diez, el futuro castellano amaré se formó12

(1) Parallcie des Lauques de 1' Kurope el de l’ In le, par l1’. G. Kiclihoif. i.’S j >.
(2 ) Grammaire «les Lauques romanas, par Frédcríc Diez. Traducida a!,
francés por Augusto líracliet y Gastón París.
de amar-hc, amar-te-he, como en parte se formó el
latino amaba de amafuio. La forma perifrástica amar-hc,
he de amar, se tomó de la latina amare /tabeo, cambián­
dose el sentido de yo tengo la intención de amar por la
de yo tendré la intención de amar, 'en virtud natural del
uso. La forma perifrástica fué también empleada por
los latinos en otros tiempos verbales, como se eviden­
cia en frases de Cicerón: habeo perspcctum, /tabeo
cognitum, etc. La observación de Eichhoff relativa al
imperfecto fiebam y al futuro fiam, del verbo fio (llegar
á ser, acontecer), originada por cierta pretensión de
algunos lingüistas, se ha juzgado incontestable por la
mayor parte de los críticos. Bopp (1) cree, con notable
acuerdo, que el futuro latino en bose explica por medio del
auxiliar ser, de modo que bo está por fu ro , f u so (anti­
guamente fu sta ); y que amado y amabis, son síncopas
de amaburo y amaburis. Esto es indudablemente así.
una vez que la síncopa de los tiempos verbales era
muy usada por los latinos. Sommer (2) nos-presenta
en su Gramática latina las reglas á que se hallaba
sometida la síncopa de los tiempos. No son ellas de
este lugar, pero baste saber para el caso que de for­
mas como amaveram, implcvcram, noveram, hacían
anuiram, impléram nóram, y aun los poetas hacían de
la síncopa amaro (por ejemplo), de ama-vero. amasso,
cambiando la r por doble s. Por esto ha habido quienes
hayan dado por origen al futuro simple del castellano
el futuro perfecto del latín, amaro (por amavero). Sea

( 1) Grammaire compares (les Langues Indo-Kuropéemtes, enmprenant, etc.,


par Mr. KranSois Bopp. Traduile par Micliel Bréal. 1S7O.
(2) Cours complel de Grammaire latine, par E. Sommer. Septiéme edi-
lión. 1S76.
lo que fuere, la forma compuesta del futuro castellano,
no es extraña al latín (cantare ¡tabeo); se encuentra en
el godo, según los más señalados lingüistas (visan
habaith) ; en el bajo latín (¡tabeo audtre, audirc ¡tabeo);
y. con la misma circunstancia de la intercalación del pro­
nombre, en el antiguo provenzal ( dir vos ai). El simple
y el perifrástico, los encuentro al propio tiempo en los
más antiguos monumentos del castellano, en los cantos
de los trovadores, y aun en los más antiguos escritos
sardos en que predomina aún el latín, ya muy corrom­
pido ; pero háyanse formado ó no en la baja latinidad
ó después, la construcción del futuro simple de las len­
guas neo-latinas salta á la vista por la combinación del
infinitivo con el presente del auxiliar haber, como se
formó ideológica y naturalmente en todas las lenguas
que les son afines. Las antiguas formas sincopadas
del verbo haber, tanto en el castellano como en la
lengua de oc. dan á esta afirmación un carácter indis­
cutible.
435. El condicional ó imperfecto de subjuntivo en
ía (amaría) indica claramente haberse formado como
el futuro con auxilio del verbo haber en su forma
antigua. Abel Hovelacque (1) pretende que amaría
no es más que una forma ficticia, en cierto modo
calcada sobre el nuevo futuro amaré. No faltará
quien sostenga cualquier día que es una forma interme­
dia de amara y amase, determinada por analogía, pues
de todo hay en la viña del señor.
436. Salvá dice en su Gramática (2) que el per-

(1) l.a Uiiguislique, par Abel Hovelacque. 1SS1.


(2) Cap. V III, pág. 79.
fecto anduve parece I1al3er.se formado asimismo de
andar y haber, andar—uve; tánto engañan las aparien­
cias. Tal es la creencia en Venezuela, donde por
tantos años sirvió de texto en no pocos colegios la
obra de aquel ilustre varón. Pero, si tal formación
aceptamos, estudiando el castellano aisladamente, según
el método de Bello, ¿ como explicarnos las irregulari­
dades del perfecto de otros verbos, como quise, cupe.
supe, etc.? La formación del perfecto de algunos ver­
bos, como andar y estar, es lenta é indecisa. Uno y
otro, andar y estar, tomaron la forma del participio para
expresar el perfecto. Estar dijo esti do:
!-'¡nno osti tío Achilles, non duldó de esperarlo,
Non dió por él mas (pie sii picas un gallo.
E l J.ibro tic Alejandre.
Cuntió gran negligencia ¡i los cpie lo sopieron
Kl logar do es!¡do, que non lo escribieron,
O creo por ventura, que non lo entendiaron.
Uerceo. Vida de Sto. Domingo de Sites..
benedictos son ¡os montes do esl sánelo andido
benedictos los valles do soto escondido,
benedictos los al bores so los quaies es/¿do
Ca cosa fue angélica de benedictiou complido.
Ilerceo. Vida de San Mil/an.

Y tlijo también csiiedo:


Diomedes fue bueno e muy mesurado.
Non dió por ello nada e os!iodo callado
Segura. E l ¡.¡loo do .l/oxoadro.
Y asimismo estado:
Quiso abrillo lodo, alcanzar non lo piulo,
Su alambor taniendo fuese, mas y non estado.
/.¡/tro do Contaros do/ . Irfi/roslo do JE lo.
Jistndo el bon rey como bou sofíre.lor.
Segura, E l Libro do A foxandró.
Lo mismo sucedió con el verbo andar:
El ¡iccado que siempre andido en follín
Cogió con esla paz una melnncouia.
Segura. /•.'/ /.Uno do .-Uexondrc.
Aquel que lo acusa escriba primeramienlro lodo el fecho cuerno andado, f t'|
c délo al alcalde en asenso.— Don Alfonso. /■ 'ñero Juzgo, /.¡hro /’/.

En tales vacilaciones, la inflexión ado tomó la for­


ma de uva y ovo, por analogía con los perfectos de los
verbos haber, ser, caber, saber, tener, etc., á saber: ove ó
uve, sove ó suve (de sedero), cope ó cupe, sope ó supe,
(ove ó tuve. Ove ó uve, es corrupción de haba/ que
por metátesis hizo haubi. ove, uve, y recuperó la Zi; como
capui y sapa i, conjugados del mismo modo y por efecto
de idéntica atracción de vocales, pararon en las formas
modernas. Quise es el perfecto latino quaesi, del verbo
juaeso, forma anticuada, que trae el Prisciano. del verbo
qnaero. Que los verbos andar, estar, etc., hubiesen
tomado la forma del participio para el perfecto ó pre­
térito definido, nada tiene de singular, una vez consi­
derada la semejanza en la relación de los dos tiempos.
Cosa igual ha sucedido en el francés, en el que hay
verbos que expresan los dos tiempos con una misma
forma, v. g. : ass/s y pris.
437. Raer es verbo defectivo y sólo tiene las
siguientes personas, á saber :
Rayendo, raído.
Rao, raes, rae. raemos, raéis, raen.
Raía, raías, raía, raíamos, raíais, raían.
Raí, raíste, rayó, raímos, raísteis, rayeron.

[ij Como sntfdid, lomando el verbo andar <:n un sentido figurado, como se
le loma también por estar.
Raeré, raerás, raerá, raeremos, raeréis, raerán.
Rae tú, raed vosotros.
Rayera, raería, rayese, rayere, y lo mismo las de­
más formas.
A pesar de ello, de raer se ha dicho también raigo
(rayo) en el presente de indicativo, y raigo, raigas
(raya, rayas) etc, en el de subjuntivo. La Academia
Española opina que las formas raigo, raiga, con las
cuales se asimila la conjugación de este verbo á la de
caer-, de estructura semejante, son preferibles á las
otras, rayo, raya, que tienen la irregularidad de los ter­
minados en uir, y ofrecen además el inconveniente
de poder equivocarse con las regulares del verbo ra­
yar. La forma común en Venezuela ha sido hasta
ahora la antigua rayo, raya.
438. De igual modo que el verbo raer ha sido
conjugado el verbo roer, que Gómez de Salazar no
menciona en su tratado de verbos irregulares y defec­
tivos. Aunque Bello sienta que roer es enteramente
desusado en la primera persona del singular del pre­
sente de indicativo, es indudable que se ha usado.
Consta la forma roo en los Diccionarios de Rengifo
y de Pellicer, como lo observa la Real Academia.
439. Debe tenerse presente que muerto, partici­
pio irregular de morir (ha muerto), es asimismo y en
determinados casos, el participio pasivo de matar (ha
sido muerto).
440. Mucho se ha discutido y se discute aún
acerca del verbo placer. Tiénenlo unos por defectivo,
y otros por simplemente irregular. Bello dice que
“hoy conjugamos este verbo en todos sus modos, tiem-
YE R B O S 265

pos, números y personas como irregular de la primera


clase esto es, que no es defectivo y que se conju­
ga como su compuesto complacer , exceptuando las
formas del subjuntivo con sentido optativo ó hipotético
(plega, pluguiera, pluguiese, pluguiere) ¡pero como quie­
ra que plugo, forma del pretérito perfecto de indica­
tivo, es de frecuente uso y no tiene ni puede tener
sentido hipotético ni optativo, la Academia Española
señala la equivocación de nuestro ilustre compatriota,
bien que reconoce que el parecer de éste es natu­
ral y conveniente, y autoriza para conjugar tal verbo
como irregular de la primera clase, á fin de lograr que
cese la anomalía de tener uso limitado un verbo sim­
ple, y sus compuestos uso general. En Venezuela los
escritores entendidos se amoldan al uso de los clási­
cos, pero la generalidad tiende á las nuevas formas
como más naturales, cosa que en casos semejantes
acontece en todos los pueblos.
441. En Venezuela, el pueblo usa promiscuamente
de la o ó de la en casi todas las formas del verbo
podrir ó pudrir. La Academia Española opina que
debe preferirse la u á la o en todos los tiempos, mo­
dos y personas de este verbo, exceptuados tan sólo
el presente de infinitivo, que puede ser indistintamente
podrir ó pudrir, y el participio pasivo podrido, que
nunca ó rara vez habrá tomado la u, El objeto de
esto es convertir en casi regular un verbo que por
su arbitraria conjugación no lo era, y el evitar que en
algunos de sus tiempos (podría, podrías,) etc., se con­
funda con el verbo poder.
442. No se debe decir riyc, riyera, riyese, ni sou-
riyó, etc., como tantos por ahí, aunque no ha dejado
de haber poetas y prosadores ilustres que hayan em­
pleado tal forma, así antiguamente como ahora :
(Jaso que se sourivó
Como de cosa sabida.
Castillejo.— O/'ras </<• CiwzvrstifiAi Pasalii'mpo.
■ Dónde vas. zagal cruel,
Dónde vas con ose nido.,
tú, mientras pían
á ‘/v<m ió

lisos tristes pajari 11os ?


Martínez de la Rosa.— /:'/ '/.a¿ai y >7 XUio.

Tal vicio proviene, sin duda, de que la radical


anómala es ri, y las terminaciones i o, i era, ¿ese. Por
lo tanto es necesario penetrarse de que el verbo
reír pierde una i en el pretérito perfecto y sus de­
rivados, por lo que se dice rió, riera, riese, y nó riió,
r i i era riiese, ni riyó, riyera, riyesc.
443. En los días del Centenario de José Grego­
rio Monagas retumbó en la prensa, como un cañona­
zo. esta homicida frase: Y abofe la esclavitud.. Así
dicen algunos; pero debe tenerse presente que abolir,
aguerrir, arrecirse, aterirse, blandir, empedernir, garan­
tir, manir, embaír, desmarrirse y despavorir, se emplean
únicamente en las personas que conservan la i de la
desinencia. Las formas que faltan á blandir y á ga­
rantir, se suplen respectivamente con las de blandear
y garantizar, como lo indican Bello y la Academia.
Las de abolir, requieren dar otro giro á la frase ; pero
ni abale ni abuela, que fuera de la i no tiene parientes
el verbo abolir.
444. En el pueblo emplean el verbo balbucir en
algunas personas del presente y del futuro simple de
indicativo, en el pretérito imperfecto y en el futuro
simple de subjuntivo. Este uso no es venezolanis-
mo, supuesto que se observa en otros países, y hasta
hay gramáticos que lo aceptan ; pero me cumple ma­
nifestar que el verbo balbucir sólo tiene en uso auto­
rizado el participio balbuciente. La forma balbucear. ya
aceptada por la Acapemia Española, posee completa
su conjugación, y lo facilita todo.
445. *A las gentes del pueblo se les ocurren siem­
pre las formas que parecen lógicas, por escabrosas ó
difíciles que sean. Por eso hay quienes digan en
ciertos pueblos ciñió y ¿ani ó, dos verdaderos adefesios.
Los verbos terminados en ñir ó en ti ir pierden la i
de la desinencia en el pretérito perfecto y demás tiem­
pos que de éste se derivan. Tal irregularidad la tienen
por igual modo los verbos tañer y atañer, pues se dice
lañó. tañera, y no lañió, tañiera ; de la misma manera
que se dice ciñó, ciñera, y no ciñió, ciñiera. Proviene
esto de que en castellano, como sienta en su (dra­
mática la Academia Española, ni la ll ni la ñ pre­
ceden jamás á los diptongos ¿a, ie, formando silaba
con ellos.
446. El verbo mohosear, que usan las gentes del
pueblo por estas Repúblicas, y han formado del adje­
tivo mohoso, es puro vandalismo literario. P>asta ocu­
rrir al Diccionario para ver que es 'mohecer ó enmollecer,
los cuales se conjugan como parecer, enmudecer, enno­
blecer, ennegrecer, y los más de semejante forma.
T ú , quj del Orinoco :il Cliim'.miazo
Destrozando cadenas moh \ idas,
Al mundo, por !a fuerza de tu brazo,
Diste cinco nacionc- re ¡¡midas.
A l istóles Gaicano.— Luz y Tin i, .'•ius.

447. Es mala costumbre la de acentuar la forma


imperativa del verbo Decir. D i no lleva acento sino
cuando es forma del pretérito perfecto de dar. En
ello se diferencian.
44S. No se debe decir estregó. El verbo estre­
gar es irregular, por que se ha formado del sustan­
tivo estriego, que expresa el acto de estregar. Pe­
ro el pecado no es mortal, porque también se ha con­
jugado á estregar como regular. La Academia recuer­
da el refrán: "So, cpie te estregó, burra de mi
suegro.”
449. Tampoco debe decirse vais ni váyais por
vayáis. El vais es anticuado y lo han empleado algunos
autores modernos ; y el váyais es un atentado cometido
aun por Espronceda:
Sabed en lin que donde vávuh voy

Pero él hacía loque le venia en gana, pues asimis­


mo dijo :
.Anda aliare por <;/,/ mondo y lirondo.

450. El verbo ir es el más irregular de todos


los verbos castellanos, como que carece de letras ra­
dicales y sufre alteraciones más de cuarenta veces.
Se le ha conjugado también como regular. Las formas
irnos, is, etc., se encuentran en libros antiguos. En
muchos de sus tiempos se confunde con el verbo ser.
Su conjugación es esta:
Yendo, ido.
Voy, vas, va, vamos, vais. van.
Iba, ibas, etc.
Fui, fuiste, fue, fuimos, fuisteis, fueron.
Iré, irás, etc.
V e tú, vaya él, vayamos nosotros, id vosotros,
vayan ellos.
VERBO S 269

Vaya, vayas, vaya, vayamos, vayáis, vayan.


Fuera, iría, fuese, fuere, y así las demás personas.
451. Algunos han escrito consona por consuena.
Tiene la culpa Salvá, cuya gramática sirvió de texto
largo tiempo. Ni la Academia Española, ni Bello, ni
Gómez de Salazar, ningún gramático notable sigue en
este punto á Salvá, que se funda en el uso de tal
cual poeta hostigado por el consonante. Consonar sigue
las irregularidades del simple sonar. Nadie dice sona
sino suena ; luego nadie debe decir consona sino cen­
sueña.
452. Ddienta- es un pecado que pide paila y
azufre. Se dice detenta. De los compuestos del irre­
gular tentar, son regulares contentar, detentar, 6 intentar.

453. Hay quienes creen que porque se dice


lució, meció, remeció, se puede decir aducid. D e todo
hay en la viña del Señor, pero no hay aducid. Hay
en realidad semejanza en los verbos de tales termi­
naciones. Más de doscientos que terminan en" acor,
eccr, . oeer, y ucir, admiten una z antes de la c radical
en los presentes de indicativo y de subjuntivo, y en
el imperativo; pero los terminados en ¿lucir tienen
además la irregularidad de trocar en algunas personas
la c radical por j , y en lugar de las terminaciones i,
¿ó, largas ó agudas, del pretérito simple, tienen las en
c y o breves. Se dice, pues, adujo, adujimos, y no
aducid, aducimos.
454. Bueno es tener presente que los verbos
mecer y remecer son regulares. No obstante, bueno es
sa.bér que, aunque ningún gramático lo diga, se conju-
garon como irregulares en el siglo de oro. Baste
esta - lección :
llágam e, madre, una cuna,
Donde i u , e! corazón,
Porque duerma en la pasión
Oue me allige y importuna.
Lope de Vega. /.os .}/,•!¡ndros do B o ü sa . . lo/. Toro. E so. Í X .)

455. Escribido, como dice el vulgo, no encaja ya.


El participio pasivo de escribir es escrito ; de abrir, abier­
to ; de cubrir, cubierto ; de inscribir , inscrito ; de pros­
cribir, proscripto. Tampoco está demás hacer notar
que el participio pasivo de todos los verbos terminados
en ohcr ( como absolver) tiene la singularidad de ter­
minar en ?/d//d ( como absuelto).
456. Entre gente inculta ó no bien educada, se
oye tal cual vez “ no me reponga usted'*, en el sen­
tido de “ no me replique usted Tal modo de expre­
sarse es impropio, porque reponer, en la significación de
replicar. sólo se usa en el pretérito absoluto de indica­
tivo: repuse, repusiste, repuso, etc. En los demás tiem­
pos se hace uso del verbo replicar.
457. Pese á ciertos gramáticos, luir, en la signi­
ficación de ludir, frotar, se conjuga como huir, y no.
porque esté bien dicho luido, debe perdonarse que se.
diga lúe. Luir. en el sentido de redimir censos es el
([lie se conjuga como regular: lúa, lúes. Este se usa
asi, sólo como forense que es.
458. Sólo entre rústicos, niños y loangos se oye
algunas veces decir caberla. por cabría. Debe hacér­
seles entender que los verbos que como tener y caber
tienen irregular el futuro imperfecto de indicativo, tienen
también irregular la segunda persona del pretérito im-
perfecto de. subjuntivo, como si el un tiempo se derivase
del otro. D e modo que asi como se dice tendré, cabré,
debe decirse tendría, cabría.
459. Hay quienes pregunten cómo forma la pri­
mera persona el verbo asir, y recurren en todo caso
al verbo agarrar. El verbo asir forma el presente
asgo. Es por eufonía por lo que en tal forma se ante­
pone una g á la inflexión.
460. Aterrar es verbo regular. Conjúgase aterro,
aterras, en la significación de causar terror; pero cuan­
do significa derribar ó echar por tierra, su conju­
gación es irregular, y se dice atierro. atierras, lo
mismo que se conjuga el verbo aserrar. Convenien­
te sería que el Diccionario lo indicase en las defi­
niciones de la voz :
Mas después que aparece
El joven de Austria en la enriscada sierra,
Frío miedo entorpece
A l rebelde, y lo atierra
Con espanto y con muerte la ímpia guerra.
Herrera. .-/ Don Juan </..• Austria.
Y polvo inerte, cuya vista afarra,
Sus sabios son, sus reyes y guerreros.
Arnao. l'/sia/i.

En concepto mío. Castillejo dijo mal Cuya me­


moria me atierra, en Querella contra Forhuia.
461/ Adestrar es irregular en las formas adies­
tro, adiestras, adiestra, adiestran, adiestra, adiestre,
adiestren, adiestres ; pero no deja de haber quienes
digan también en el infinitivo adiestrar, lo que es un
abuso; dígase como Moratín (D. Nicolás):
Y satisfecho del valor hispano
Que vio el mismo en Veletri y en lülonto.
Adestrar pretendió la horrenda mano
En fulminar el rayo altivo y pronto.
Poema Dinástico. Canelo IV .

462. Tampoco debe decirse empedernió, apretcc,


empedró, plegó, renové, ni emporcó, como tantos por
ahí. Empedeuir, además de ser defectivo, cambia la
sílaba der por d ir en las siguientes formas, á sa­
ber : empedirnió, empedirnieron, empedirniera, em-
pedirniese y empedirniere. D e apretar son irregu­
lares los siguientes: aprieto, aprietas, aprieta, aprie­
tan, aprieta tú, apriete, aprieten, apriete, aprietes,
apriete y aprieten. D e empedrar, las que siguen :
empiedro, empiedras, empiedra, empiedran, empiedra
tú, empiedre, empiedren, empiedre, empiedres, em­
piedre y empiedren. D e plegar, irregulares : pliego,
pliegas, pliega, pliegan, pliega tú;- pliegue, plieguen,
pliegue, pliegues, pliegue, plieguen.. Irregulares de
renovar; renuevo, renuevas, renueva, renuevan, re­
nueva tú, renueve, renueven, renueve, renueves:
renueve y renueven. D e emporcar son irregulares,
empuerco, empuercas, empuerca, empuercan, empuer­
ca tú, empuerque, empuerquen, empuerque, empuer­
ques, empuerque y empuerquen.
463. Cosa semejante acontece con amoblar y
engrosar, verbos irregulares; pues ya es común y
difícil de desarraigar el decir amueblar y engruesar,
y aun más el conjugarlos como regulares derivados
de tal forma. Todo el mundo dice en Venezuela
amueblaste, amueblado, engruesado, engruesé. Sólo cier­
tos escritores, celosos dé las formas clásicas, y pocas
personas más, conservan estas en sus escritos.
VERBO S 2 73

464. Es un barbarismo decir aniega, aunque así


lo han usado autores españoles. Anegar no tiene
nada que ver con negar. Anegar es verbo regular:
Todo se anega en el Estibio Lago.
Pablo de Céspedes. A r t e tle la P in t u r a . I . i l . I ’rim .

465. Arredrar es otro verbo regular, que sólo


la gente vulgar hace en Venezuela irregular. Ob­
servo que este uso del vulgo, de España ha ve­
nido:
Maravíllate de esa verde hiedra
Que tu frente con tanta razón ciñe.
Con cuánta de la nn'a hora se u r r ie d r a .
Hurtado de Mendoza. Caria I I .

Fuerza del consonante, que no debe imitarse.


466. Templar es otro verbo regular al cual
todavía hace irregular el vulgo. Cierto es que así se
usó en un tiempo por algunos poetas:
Al puro ardor que vibran mis estrellas
I)o Amor sus rayos tiem plo en dulce fuego,
Siente abierto mi pecho el daño luego.
Herrera. Soneto. C X X I I I .

Pero tampoco debe imitarse. El verbo se ha


formado de temple, y es y tiene que ser regular
como en la siguiente lección de Arguijo, en su se­
gundo soneto A Car lago :
No de Sagunto el fin, único ejemplo
De la lealtad y de su injusto pago,
Descrecen mi dolor, ni satisfago
Con su memoria el mal que nunca temple.

Y en esta de D. Fermín Toro:


Mas tem pla, tem pla tu funesta hazaña.
C auto á la C ono a is la .

l8
Lo mismo que estos verbos, trocar ha sido-
usado como regular y como irregular:
Mi cuidado v mi saber
Que no se duermen ni trocan.
Dan aviso en proveer
Todo lo que es menester
De las cosas que nos tocan.
Castillejo. Diálogo cutre Memoria y Olvido.
¡ Oh destruido muro ! ¡ cuánto el cielo
Trueca, y de nuestra suerte el grande estrago !
Fernando de Herrera. Mario en Carlago.

Nadie debe imitar hoy á Castillejo: trocar pro­


cede de trueque, y es forzosamente irregular. Clo­
car se ha usado también en la lorma regular y en
la irregular. Gómez de Salazar lo presenta como de
esta última, y Bello, Salva y Barcia lo tienen por
regular. La Gramática de la Real Academia Espa­
ñola, acaso por inadvertencia, lo incluye en la lista
de verbos irregulares y defectivos (defectivo es), pe­
ro no en la principal de los irregulares que cam­
bian la o en nc, y donde sí vuelve á incluir á enclocarse
y aclocarse, legítimamente irregulares por derivación
y por uso. Hasta ahora todos los gramáticos han
tenido á enclocarse, . aclocarse y encloquecer, como
verbos compuestos de cloquear ó clocar; pero de la
investigación que he hecho parece resultar que no
están en lo cierto, y que sólo el Sr. Cuervo ha acer­
tado al decir que se ha formado del adjetivo clueca.
Vamos al caso. No he encontrado en ningún autor
antiguo, ni en ningún vocabulario que no sea moder­
no, ninguno de los verbos cloqticar, clocar ni coclear,
sino el verbo enclocarse, y este verbo es el único
que mencionan Covarrubias, el Diccionario de Auto­
ridades, y Terreros. Luego no es un compuesto del
llamado simple cloquear ó clocar, sino un verbo for­
mado gramatical y correctamente del adjetivo clueca,
vocablo que no he encontrado sino del siglo de oro
para acá. Clueca es forma de llueca, determinada por
la pronunciación castellana de la //. Llueca es voz
que se encuentra ya en escritores mozárabes. El in­
signe sabio D. Francisco Javier Simoriet. en -su admi­
rable obra Glosario de voces ibéricas y latinas usadas
entre los mozárabes (Pags. 169 y 170), la cree derivada
de la latina scloppus, henchir los carrillos de aire para
despedirlo dándoles golpes. De scloppus proceden va­
rios vocablos significativos de golpe, hinchazón, infla­
miento, y otras relaciones semejantes. De ahí el lla­
mar llueca á la gallina, que por su estado singular
se hinche, infla ó engrifa. Cloquear y clocar (casi inusi­
tado este último, lo mismo que la forma coclear), se
iormaron del sonido cío, cío. que hace la gallina, y su
formación es moderna, posterior á la de los mal lla­
mados compuestos, pues, sobre no constar en autores
ni Diccionarios antiguos, el de Autoridades dice ter­
minantemente que la voz que se encuentra en las es­
crituras de censos' perpetuos, al referirse á las gallinas,
es la de cío. cío, la cual traen asimismo Covarrubias
y Terreros. Por donde estos verbos onomatopéyicos.
que significan “ hacer cío, cío, la gallina.” sean y de­
ban ser regulares ; y enclocar, aclocar y encloquecer,
imanados de clueca, y cpie tienen el sentido de “ estar la
gallina clueca, ó inflada y en disposición de empollar,”
sean y tengan que ser irregulares. De modo que
tenemos en estos verbos dos clases distintas, con dis­
tinto origen y distinta significación ; y que la semejan­
za de forma, que por si sola no tiene importancia
en la ciencia etimológica, es lo que ha extraviado á
tantos retrayéndolos de una investigación concien­
zuda.
467. Por el contrario, desplegar es irregular, con­
júgase como su simple plegar, ó más claro, como ne­
gar ; y sin embargo hay quienes dicen y escriben, des­
plego. desplegas, desplegan. Ninguno que se precie de
hablar castellano los imitará :
Mas ¿ qué me canso de pintar, si al vivo
] >esfallece el matiz y apenas llega.
Si con humilde ingenio lo que escribo
Mal el verso declara ó mal despliega ?
Pablo de Céspedes.— E l sirte de la Pintura. I.ih. //.

O cuando amante beso licencioso


Las leves hojas de la ilor despliega.
Amenndoro Urdanela.— A l Campo.

Xacc. despliega el alma, aromas vierte,


Ennelindo Rivoclú. Las dos Llores.

468. Existen algunos verbos de doble conjugación,


regular é irregular, además de los ya citados luir y
aterrar. Atestar es regular cuando significa testificar;
é irregular cuando expresa el sentido de henchir ó lle­
nar. Sin embargo, algunos autores lo usan asimismo
como regular en esta última acepción. Desosar es re­
gular en la significación de no osar (desoso); é irre­
gular en la de quitar los huesos (deshueso).Son dos
verbos, el uno correspondiente al sustantivo osadía, y
el otro al sustantivo hueso. Despezar es regular en la
acepción de adelgazar un cañón por un extremo para
que cómodamente se pueda enchufar en otro ; é irregu­
lar en la de dividir los muros, arcos ó bóvedas de
sillería que componen un edificio, en las diferentes pie­
zas que han de entrar en su ejecución. Desmembrar
es irregular. Cierto que el vulgo en algunas partes
lo conjuga como regular, pero no parece que tenga
razón Gómez de Salazar al decir que Fray Diego
González lo usa como regular en E l Murciélago Alevoso,
porque la edición que poseo es muy antigua y dice
desmiembren :
Te divida», te corlen y te rajen,
T¿ ilesiiticiiibren, le partan, te degüellen.

Debe ser, p u e s , yerro de imprenta de alguna edición


descuidada.
409. El error de decir escaramucear no es ve-
nezolanismo, pues lo he leído en periódicos de otros
países hermanos. El verbo es correctamente escara­
muzar :
¿ Viste en que airoso y bárbaro caballo
C011 las cubiertas bélicas de grana
/•atima esíaramnzu f
Moratín ( L Cu zuzón <•/ Bueno, .le/. J. Ese. / '

Lo mismo acontece con el verbo negociar, pues


por América, y acaso por España, hay quienes
digan regacear: “ yo no lo n e g o c e o Es un uso bárba­
ro. Negociar es regular y conserva su i. Como debe
decirse es “yo no lo negocio.".
470. “ Colega, no confunda los diarios, ni troque
los papeles, que esa táctica está ya por vieja muy
desacreditada,” dice un colaborador de E l Tiempo (17
de mayo de 1895) ; y no fijaría yo en ello la aten­
ción, si tal periódico no circulase por toda la Repú­
blica, y no fuera el. mejor hecho y de los más auto­
rizados de los que hoy se publican en Caracas.
Trocar es irregular de la segunda clase, como acordar,
tronar, moler, acostar, colar, amolar, sonar, resolver,
torcer, volver, volar, y algunos más, los cuales mudan
en uc la <? de la penúltima sílaba en algunas perso­
nas del presente de indicativo, del futuro de subjun­
tivo, y del imperativo; de modo que su conjugación
es la que sigue :
Trocando, trocado.
Trueco, truecas, trueca, trocamos, trocáis, truecan.
Trocaba, trocabas, trocaba, etc.
Troqué, trocaste, trocó, etc.
Trocaré, trocarás, trocará, etc.
Trueca tú, trueque él, troquemos nosotros, trocad
vosotros, truequen ellos.
Trueque. trueques, trueque, troquemos, troquéis.
truequen.
Trocara, trocaría, trocase, trocare, etc.
Tampoco el sustantivo es troque, como bárbara­
mente expresan algunos, sino trueco ó trueque ; de don­
de nace la irregularidad del verbo. Troque es pala­
bra castellana, pero de significación muy distinta de
la de trueco ó trueque, cambio :
Yo torné á jurar que estaba libre de aquel trueco y cambio.
Hurtado de Mendoza.— Lazarillo <lc Ibr/ues. Tro/. J'riut.
— ¿ No lo adivináis ?
— Declárate.
--Q ue á Metido y á vos. . . .
— ¿ Un trueque /
— Sí, ¿ qué os parece ?
— Admirable.
I Inrtzenbüseli. — E l l'achiltcr Monitorias. Act. M I. Esc. X .
Eclípsase la luna,
Trúcense el tiempo, múdase fortuna.
Tejarla Páez.— E l l 'orón Constante.
Y esperar-he que la trueque por otra.
Santa Teresa.— Cartas.
O al otomano estúpido, que el yugo
Truca/ ledo y tranquilo.
Lista.— J.a Víctima de HuíUn.
I )o ser mudable en parecer me acusas,
Y de que el bien y el mal trueco y confundo.
El Duque de Rivas ( I). Angel).— Epístola á Cueto.

47 r.— Parejas corre con este disparate el asóla


que se ve (noviembre ele 1895) en cierto periódico
que se publica en la tipografía de mi distinguido
amigo D. Francisco de Arredondo y Miranda, y cuyo
personal no es venezolano. Lo que es yo me he
quedado con este asóla sin saber donde tengo los
ojos. Pecador de mí ! ¿N o dirán en cualquier mo­
mento que el ratón corre por el solo y el ave vola ?
A y ! Allá nos llevará el querer pasar todos por escritores
y entendidos. ¡ Dichoso modo de entender la igualdad,
el derecho y la libertad ! . . Asolar (del' sustantivo
suelo) es irregular y hace asuela.
Trastorna, arroja, oprime, estrella, asuela.
Espinel.— Incendio y Echalo en Granada.

472. A ndar tiene varias acepciones, corrientes


en España y en América ¡ pero la de pasar, correr,
volar, no se aplica sólo tratándose del tiempo, como
observa el Diccionario, sino también de cosas animadas :
.'huía, ve y di le á tu madre,
Si me desprecia por pobre,
Que el mundo da muchas vueltas,
Que ayer se cayó una torre.
Cantar papular.
Dejó la venda, el arco y el aljaba
El lascivo rapaz, ¡ donosa cosa !
I’or cojpir una bella mariposa
Que por el aire andaba.
Baltasar del Alcázar.— Madrigal.
Y a que de andar hablo, haré notar que hay quie­
nes dicen ande y andara, cuando ningún trabajo cuesta
decir correctamente anduve y anduviera. Estos adefesios
no son sólo del pueblo venezolano.
473. Oue el infinitivo de los verbos es análogo á
otras partes de la oración, con las cuales parece con­
fundirse á las veces, y que se distingue especialmente
de los demás modos, es una verdad inconcusa; pero
no por eso debe sentarse que no es un verdadero
verbo, pues tiene todos los caracteres precisos para
denotar la acción, y para expresar el atributo de una
proposición. Así, hacen mal los que confunden, por
ejemplo, el infinitivo comer con el sustantivo comida,
porque, aunque indudablemente se asemejan, su signi­
ficación no es por completo una misma. En 11EL comer
es necesario para vivir,” hay una frase elíptica entre
el articulo y el verbo : acío de, que da á la oración
un significado 'abstracto que se refiere principalmente
á la acción; mientras que, en esta o tra : “ La comida
es necesaria para vivir,” hay un sentido concreto, se
refiere á la sustancia, á la materia. En el primer caso
comer, á uso heleno, es verbo sustantivado por mo­
tivo de la elipsis indicada. En el segundo, comida es
un puro sustantivo. “ ¡ Oué risa la de este hombre !” y
“ ¡Qué reír el de este hombre !” no expresan lo mis­
mo. En el primer caso se refiere uno de un modo
concreto á la risa, á su naturaleza. En el seo-undo.
o
el sentido es abstracto, se refiere á la acción, á la
duración, al modo de reír. El verbo verdaderamente
sustantivo es el verbo ser, y cosa singular, el único
que carece de régimen, porque expresa siempre algo
intrínseco ; de modo que cuando decimos Dios es bueno,
no hay en la frase más que concordancia de sujeto,
verbo y - atributo, sin imperio en el verbo, supuesto
que es lo mismo que decir E l buen Dios. Esto, en
la única acepción que hoy se le concede.
474. Diré aquí que no es muy exacto Baralt
al calificar de galicismo el empleo del verbo ser en
lá significación de estar. permanecer, haber, porque tal
uso deriva del latín. Hubiéralo calificado de anticua­
do, agregando que el lenguaje moderno no lo aceptaba,
y nada diría yo. Con todo, no pocas autoridades
modernas han seguido á los clásicos antiguos. Bastan
los siguientes ejem plos:
Dos primeros pertenecían originalmente al derecho de propiedad, los segun­
dos eran notoriamente fuera de é l: eran una verdadera usurpación.— Jovellnnos.
Ley Agraria.)— Va eran entrados en la ciudad y admitidos á la presencia del
príncipe.— Quintana. G tr/.mán el iiueno.',— Cuarenta días eran pasados desde que
los ángeles cantaron en las alturas.— Tejada.— A i f i e ae la Cruz.

475. -‘A l día siguiente principiaron las felicitacio­


nes al Presidente de la República, siendo el General
Crespo uno de los primeros que acudiera á la Casa
Amarilla á oírecer su espada,” dice cierto periódico ca­
raqueño. Aparte de lo del., singular del verbo con la
frase "uno de los primeros,” despropósito de que ya
he hablado, el acudiera, como tiempo verbal, riñe á
puñadas con la gramática, por estar empleado mala­
mente como pretérito perfecto de indicativo. Bello
cree que tal empleo del pretérito imperfecto es una
arbitrariedad- licenciosa de Meléndez cuando dice:
A.si rea lo ordenó : mi alegre frente
De torvo cefio oscureció inclemente
V de lúgubres ropas me vistiera.

No ha faltado tampoco quien lo haya creído vulgari­


dad de la América Española ; pero tanto Bello como
los demás se engañaron, porque no es más que un
arcaísmo, lo cual comprobaré con ejemplos más ade­
lante. Arcaísmo es también el emplear el pretérito
imperfecto (amara) como pluscuamperfecto de indicati­
vo (había amado), vicio en que caen no sólo autores
venezolanos, sino de otros de las Repúblicas hermanas
y déla misma España. Los autores celosos de la pers­
picuidad del lenguaje han abandonado ya tales usos,
y todos deben abandonarlos, por trastornar á las ve­
ces el sentido de la oración y no avenirse muy bien
que digamos con la relación expresada por el pretérito
imperfecto, que tiene otros varios usos, pero lógica­
mente derivados. Curioso es que mientras se hace
uso de tales barbarismos, como si viniesen de perlas,
cierto aficionado á las letras que da en la manía de
ser crítico, pero agudo como punta de colchón, haya
censurado varias veces el empleo del pretérito imper­
fecto en el oficio del pluscuamperfecto de subjuntivo,
oficio correcto y legítimo. A continuación presento
ejemplos de Cervantes, Granada y Quintana, en el uso
propio de pluscuamperfecto de subjuntivo (hubieran
<¡ui¿ado, hubiera dado, hubiera visto) ; y otros, de es­
critores anteriores al siglo X V , y de Mariana que los
imita, para comprobar los arcaísmos arriba indicados,
que chocan hoy como vulgaridades y no deben
usarse :
Jamás se ve harta su codicia, la cual entonces llegó á lauto que aun has a
los vestidos nos i/uitara» si de algún provecho les fueran,-— Cervantes. Q u ijo te .
J ’ri/u. P a r/. C ap. X J./.j— Si aquí no se hallaran riquezas más dignas de este
nombre que todas las otras, ¿cómo d i n a el apóstol gracias á Dios por'los de
C o r in lo ? .... — Granada, ti u fa tú- JWadoreX. l i h , /. Cap. X I .) — Su esfuerzo y
su fortuna, unidos al poder del rey Alfonso, hubieran quizá extendido los
límites de la monarquía hasta el mar, y la edad siguiente 1 ¡era la expulsión
total de los bárbaros.— Quintana. H isto ria . P a r í. Seg. P .l Cid.
He aquí ahora los arcaísmos que no deben imitarse :
Cuantío encaesció había yo niuv grand tiempo el muchos años cpie non se
/¡riera en cinta [la reina.]— El Infante Don Juan Manuel. '/rae!a.io sobre /os
armas.)— El el Obispo, sabiendo el sueño que la reina soñara por voluntad de
Dios, dijo al rey el á la reina, ele.— Don Juan Manuel. Trorloo'o sobre /os
u'inos.) -E l oí decir que ■tijera el rey quel’ parecía esle sueño contrario del
que ella soñoro cuando estulta en cinta del rey Don Alfonso.— Dou Juan Manuel.
'/'melado sobre los anuos.) — Respondió el diablo que algunas vegadas sepiera
con quién (había pecado cierta mujer), mas que ya lo había olvidado.— El l.ibro
de los Enxcmplos. C C .X C I f l .) — E aparecióle el ángel é preguntóle por qué
allegara dineros.— l.ibro de los Enxcmplos. CC.V i7 /'.) — E él con gran saña de la
nialdat que /¡riera, mandólo enforcar.— l .ibro de los Knxemplos. X C l '/.)■ -Esle
caballero con la esperanza de la presa v ganancia .-v j o niara con Maleo Doria,
cabeza de bando de los ginoveses, con la mayor parle de los isleños que ;e
seguían.— Mariana, //islario de España, /.ib. Pésimo Sexto. Cap. X /X.

476. Comunísimo es en Venezuela, aun entre


gente ilustrada y dada á las letras, el emplear como
pronominado el verbo neutro Enfermar; y así, por
donde quiera oímos y leemos que fulano se enfermó á
causa de un mal baño; ó que en la última peregrinación
se enfermaron varios individuos. Tal uso es incorrecto
y vicioso. El señor Gómez de Salazar sienta que
verbo pronominal es el que en su infinitivo lleva
después de su terminación el pronombre se, ” La Real
Academia Española llama verbo pronominal “al que
participa de la índole ó naturaleza del pronombre” ;
pero parece que el verbo pronominal, propiamente
dicho, es el reflejo, esto es, aquel cuya acción recae
sobre el mismo sujeto que la causa ú origina. Claro
es que Enfermar, tasar. Reír, Nacer, M orir, no son
pronominales ; pero evidentemente pueden adquirir el
carácter de verbos pronominados cuando con ellos se
quiere expresar una acción ó voluntaria ó espontánea,
casos en los cuales se manifiesta cierta relación cuasi
refieja. Por lo tanto, está bien que Lope de Vega,
queriendo manifestar un acto voluntario y deseado,
diga en Los Tollos de Afeneses;
Quien se levanta hermosa
V con salud, parida,
Algo adivina.
Quien puede levantarse
Con bríos montañeses.
Volver quiere á enfermarse
Por otros nueve meses.

En caso ó igual ó semejante están los siguientes ejem­


plos :
F.l sol más luciente te mué riendo.
Lista. .-// Amor.
Poco á poco nació en el pecho mío,
No sé de que raíz, como la hierba
Que suele por si misma ella no terse,
Un incógnito afecto.
Jan regid. S ih a .
Fura cegó de llorar
Por no se tjuerer tasar.
Lope de Vega. Los 7ellos t/e .1/eneses.

Par diez, que se ha de comprar


El sayuelo y la basquina,
Aunque se venda !a viña,
O que no me he de casar.
Lope de Vega. Los Kmlmsles de. Celauro.

Se enjugaron en Chilpe-rico las fingidas lágrimas, y ciego en el amor de


Eredegunda, se tusó con ella.— Saavedra Fajardo. Corona CólicaJ— Y eu otro
lugar aconseja á las mujeres que .>v casen.- Oranada. D el Símbolo de la De.) —
Su Majestad me la guarde, luja mia, y me la deje ver antes que me muera.—
Santa Teresa. Carlas.

Las lenguas no se están nunca estacionadas, y


varían en la forma y significación de sus vocablos
según los tiempos y las costumbres, al modo de las
piedrezuclas que arrastra y -bate la ola del mar. El
verbo neutro casar es un ejemplo de ello, como que
hoy, por efecto de las costumbres, que dan al acto
mayor espontaneidad y voluntad, se usa más como refle­
xivo ó pronominal. El verbo reír, por la naturaleza de
la acción que expresa, se ha usado con mayor frecuen­
cia como reflexivo. Es de notarse que en la genera­
lidad de los casos, tal uso le da la significación ó de
provocar ó de burlar; y siempre esta última cuando va
seguido de la preposición de, como en el siguiente ejem­
plo de Cervantes :
Rióse D . Quijote de la interpretación que Sancho había dado al nombre y
al cómputo y cuenta de! cosmógrafo l'tolomeo.

Por igual modo debe observarse que cuando se


trata de seres inanimados, nunca se le debe emplear
como reflexivo, y menos como recíproco, porque lo pri­
mero á que debe atenderse es á ,1a propiedad del len­
guaje.
Dame tan en un ser poca salud (y que con esto lo haga todo» yo tue río
algunas veces) y déjame sin confesor.— Santa T eresa. Cartas.
Y o no sé : mas al verme
Dorila se reta :
Y á mí de solo hablarla
Tam bién me daba risa.
M eléndez Valdés. De mis .ViCaves.

El día de las exequias asistieron soldados como por guardia, riéndose los
que habían visto ú oído contar á sus padres de aquel día en el c u a l. . . . se había
procurado, aunque en vano, volver á establecer la libertad.— Colom a. A i mies de
Cavo Cornelio /'Cuito.

Los ejemplos y razones apuntados bastan para que


se vea cuándo es que puede darse la forma pronominal
ó reflexiva á los verbos que por su significación no la
tienen. En los demás casos es impropio adherirles el
pronombre, y debe acatarse el uso de las autoridades
castellanas:
Q ue nadie Se debe admirar, de (pie los reinos y las monarquías enfermen.—
Na va riele. Consen-ación de Monarquías.)— 1 .os que parecen más robustos sue­
len enfermar y morir de repente. — Saavedra Fajardo, /impresasJ — Señor, ú
morir li pailecer.--Santa Teresa. Libro Je su ¡"nía.)— Siendo cosa tan natural
ponerse á morir por e lla .— (¡ranada, (inía de JWat/ores.)... Q ue en aquel tiempo
balsa de nacer un nuevo rey.— (¡ranada. D e! Símbolo de la Le.) — M uerta T eo-
dosia, casó [Lenvigildo] con (¡osvinda, viuda del rey Atanagildo.— Saavedra
Fajardo. Corona Cólica.) — lis particular granjeria y la rg o de contar casar pobres,
con pobres, y ser lodos de un oficio.— M ateo Alem án. Cuzmaude Alfarache.
Casa con él; que aunque moro,
Kn las virtudes sin fe
Ks un archivo, un tesoro.
Lope de V ega. Los /ellos de Metieses.
E l puado ríe: las flores
E l blando eéliro mece.
Lista, //amanees.
V por tener que reír aquella noche, determinó seguirle el humor. C er­
vantes. {h/ijole.
Y bebo, y canto, y río,
\' en nueva lozanía
1 .os años desparecen
Q ue mi verdor marchitan.
M eléndez Valdés. .l//s f/listones.

477. En el sentido de ingertar úsase en algunas


regiones de Venezuela el verbo casar; y no sólo no-
está mal, sino que tiene la autoridad de Saavedra Fa­
jardo, el cual en la idea de un príncipe político-cristia­
no, d ice:
Apenas lia}- árbol que no dé amargo fruto si el cuidado no le trasplanta y
legitima su naturaleza casándole con otra rama culta y generosa.

Cuanto á la simple acepción de unir ó juntar,


asimismo figurada, que manifiesta el siguiente ejemplo-
de Mateo Alemán en Guzmán de Alfarache:
¡Cuán casados estamos con las pasiones nuestras!

Ella, además de ser corriente y propia, está autorizada


por la Real Academia Española en el Diccionario de
la Lengua.
47S. Hay otros verbos que sin ser tampoco refle­
xivos han sido usadas como tales por autoridades caste­
llanas, indudablemente á causa de cierto paralelismo
con otros que son 6 reflejos ó recíprocos, ó se usan en
estos oficios. D e ellos son Partir, análogo de Irse,
Marcharse; Osar, de Atreverse; Regresar, de Volverse.
La vieja .*<• p u n ió , y no con poca prisa.— López, «le Ubeda. L a Pícara
Ju stin a .)— I). Juan con el Duque y el Com endador mayor se p artió á M adrid.— 1
H urlado de M endoza. Guerra de Granada.)— Que había ya quien se osaba pu­
blicar por del bando de Agripina.— Colonia. Los Anales de T ácito.)— Y no se
osab.i apartar de la pila por no desamparar las armas.— Cervantes. Q uijote .) —
Quedó abrazado con el muslo izquierdo de su amo sin osarse apartar dél un
ded o . — C e r va n tes. Quijote.

. . . . La diosa en tanto
Cerca á los dos con nube que proteja
Su entrada en la ciudad liria, y se aleja,
Regresándose á I’afos.
Juan M aría M aury. Dido.

Estas formas impropias de partirse y regresarse se


oyen en Venezuela, y aun se ve en letras de molde la
de regresarse; pero lo corriente y propio es usar tales
voces sin el pronombre :
Ordena que se den carros y barcos á los que parten.— Colom a. Anales de
Tácito.)— l>c quien jam ás mi pensamiento p arte.— Garcilaso de la V ega. Sone­
tos.)— P a rtió mi bien á la lejana aldea.— Lista. 1 .a Ausencia.) — ....L e v a n t á n ­
dose de madrugada, -partió con el hijo para el monte donde lo había de sacrificar.
— Fray Luis de G ranada. D e l Símbolo de la /■ )•.)- - V tirándola hacia sí, sin que
ella t'sase hablar palabra, la hizo sentar sobre la cam a.— Cervantes. Quijote . ) —
Apenas habrá seductor por Inula!, irreverente y desaforado que sea, que ose
pretender á una soltera sin proponer la buena fin .— Juan V alera.— Pasarse de
L isto . . — A los pocos días regresó á su país nativo.— G allego. Los T orios, de
Mur/.oni.— -Al anochecer era natural regresar al convento. — Mesonero Romanos.
E l Consejero de Castilla:

479. Granjear, por su semejanza de significación


con ganar y ca p ta ra acompaña del pronombre, como es­
tos. en oficios análogos á los Suyos, por lo cual la Real
Academia Española ha dado entrada en el Diccionario
d é l a Lengua á la acepción refleja de “ captarse estima­
ción, benevolencia, amistad, ” y otros respetos y
favores, porque la voz granjear implica la idea de
utilidad ó ganancia, esto es, de beneficio, y no de per­
juicio. Así, no me parece bien que D. Juan Nicasio
Gallego, en la traducción de Los Novios, de Manzoni,
incurra en la impropiedad de ciertos periodistas de
estas repúblicas, cuando dice :
Kstaba habituado á ello, no tanto por la corta é incierta ganancia que podía
resultarle, cuanto por no granjearse enemigos entre aquella d a se de gentes.

Fray Luis de León, en L a Perfecta Casada, da á


este verbo carácter de neutro en la significación de
negociar, traficar, comerciar :
Y ordinariamente dan con desgusto, y desabrimiento, aquello que dan, las
personas con quien se granjea.

Este uso de tan gran maestro no me parece impro­


pio, una vez que el negociar ó comerciar supone utili­
dad ó ganancia ; pero el empleo más puro y correcto
del vocablo de que trato es el de Saavedra Fajardo en
estos pasos de la Idea de un príncipe político-cristiano:
Si benigno, con la risa y los ojos granjea las voluntades.— G ran delito es
granjear la gracia de los poderosos á costa de los pobres.— Como lo hizo G is-
lenes, tirano de Sicilia, que levantó una estatua á un consejero porque le con­
tradijo un triunfo, con lo cual g ra n jeó la voluntad del pueblo.

480. Sólo la gente muy vulgar dice satisfaceré,


por satisfaré; satisfaceros, por satisfarás, y así de
las demás formas del futuro imperfecto de indicativo,
lo cual debe propenderse á desterrar por completo;
pero casi no hay quien no diga satisficieron, del
pretérito perfecto de indicativo, aunque pocos dicen
satisfacía, La culpa de esto no es nuestra. El
ejemplo viene de España, pues escritores de tanto
mérito como Moneada, dice en la Expedición de los
catalanes y aragoneses contra ¿tercos y griegos: “ No
se satisficieron los alanos con sólo la muerte de
Roger.” D. Andrés Bello cree que además de la con­
jugación análoga del verbo hacer, y del imperativo
satisface, por satisfaz, pueden usarse las formas del
pretérito y futuro imperfectos de subjuntivo satisfa­
ciese y satisficiere, esto es, sise las prefiriere á satisfi­
ciese y satisficiere. Aunque tal uso es el más común
en el habla vulgar de- la América Española, debe
considerarse que una golondrina no hace verano, que
desde los principios del lenguaje cambió en tales
tiempos la a de Facer por las vecinas e ó i (1);
y que es natural que satisfacer se conjugue, y ge­
neralmente se ha conjugado por los buenos autores,
como facer ó hacer, ya que es un compuesto suyo.
Yo satisface, como dicen algunos, es abominable y
vulgarísimo. Conjugúese, pues, como hacer, y pién­
sese que nadie dice yo hací, s i yo le haciese, ellos
hacieran, sino yo hice, si yo le hiciese, ellos hicieron:
Roger, conociendo el tiempo, satisfizo los huéspedes, pagando todo lo que
habían gastado en mantener los soldados.— Moneada. Expedición de ios caía iones
y aragoneses contra turcos y griegos.)— Solicitando, primero, que se le satisficiese
una parte de su p recio.— Floridablanca. Defensa L e g a !.}— Apeáronse junto á la
fuente, y con lo que el cura se acomodó en la venta, sa/isfscieron aunque poco la
mucha hambre que todos traían.— Cervantes. Quijote. P a r!. P rim . Cap.
X X X I .) — A la cual pregunta en el capítulo siguiente se satisfará.— Rivadeneira.
Tratado de la Tribulación. /.ib, P rim . Cap. X X I I l .

481. Algunos que han oido de la libertad de


construcción del castellano, creyendo lucirse con
transposiciones arbitrarias, ó incurren en verdaderos
( i ) Véase el Poema de A lfonso Onceno, 13 y 7 9 : Vida, de San Ilde­
fonso ( Fis por H ice): los Cantares del Arcipreste, 1600 ; el Duelo, y S . Lor. de
llerceo. i r , 10 y 60.
despropósitos ó expresan á las veces lo contrario
de lo que intentan. El castellano tiene en verdad
suficiente libertad de construcción, pero subordi­
nada á los preceptos gramaticales, ó, lo que es lo
mismo, á la claridad del sentido, porque en esta
tienen aquellos origen. No es lo mismo decir: E l
General ordenó á los soldados entregar las armas;
y E l General ordenó entregar las armas A los sol­
dados, porque estas oraciones dan un sentido dis­
tinto. En el primer ejemplo el objeto directo es el
verbo ( entregar) , por lo que va detrás del dativo.
En el segundo, el objeto directo no es ya el verbo,
por lo que sucede lo contrario. Digo esto, porque
en una biografía, por otros respectos apreciable,
consta impropiamente la segunda oración: E l Ge­
neral ordenó entregar las armas A los soldados;
cuando á quien se dió orden iué á Ips soldados, y
estos los que entregaron, y del modo de ..expresarse el
autor resulta lo contrario.
482. Un rceseribir que en la significación de
volver á escribir ó inscribir, ha sonado por la Cor­
dillera hasta en documentos oficiales, y que proba­
blemente es usual por allá, no es venezolanismo ni
menos barbarismo, y no hay por qué ponerte
mala cara, aunque en tal caso suene mejor reinscri­
bir. Meló ha usado á rceseribir en la historia de la
Guerra de Cataluña :
lisie mismo recelo de algunos particulares obligó á la diputación á iwscribirlos.
usando todo el poder de madre y señora del estado político. í.ffi. ///, 11.

483. ‘1Dcmen la cruz del Gólgota sangrienta.”


Este poetilla, de los renovadores de las letras, es un
genio, no porque pida cosas imposibles de conse-
guir, sino por lo de la muía. Pero no es sólo este
autor el único que emplea la forma disparatada que
me ocupa. Empléanla otros, y aun algunos que
no la dan por rimar, y se oye en boca de colom­
bianos y venezolanos. Parece que se han dicho
estólidamente: “ puesto que el plural de tome es to­
men,, el de ¿ieme debe ser domen," y allá va la
monstruosidad, por no observar que el primero es
forma del verbo tomar. y acompañado del afijo sería
tómeme, y su plural tómenme ; mientras que el se­
gundo es forma de dar compuesta con el pronombre,
y si en singular es deme, en plural tiene que ser
denme. Lo dicho acerca de esta forma del verbo dar,
alcanza á otras, pues por dondequiera dicen igual­
mente deten duro. A médico célebre y de vasta
ilustración le he oído decir: “deten las píldoras esta
noche..” Este disparate me recuerda, otro que he
visto en periódicos y novelas de otras repúblicas
hispano-americanas ; y es el de decir oréis por sois,
formando un plural originalísimo. Hay ya quien lo
emplee en Venezuela. Pocos días hace que un dia­
rio nos decía gravemente: “ Producís escobas, las
cambiáis por moneda y consumís: oréis productor.”
Parece mentira! Recuérdese á García Gutiérrez en
Et Trovador.
Al cam po don Ñuño voy,
I >onde probaros espero
Q ue si vos sois Caballero,
Caballero también soy.

484. 'Penemos algunos escritores que hacen muy


mal uso del gerundio, y de modo tan refractario y tenaz,
que Bolet Peraza, en artículo lleno de sal, puso á uno
de ellos el apodo de Fray Gerundio. El gerundia
expresa siempre un hecho ó una acción coexistente con
el verbo que lo acompaña; más claro: significa que la
cosa se ejecuta en el modo, tiempo y persona que tiene
el verbo que se le junta; sólo sí, que la acción, como
observa Salvá, es dilatada, y no momentánea, ya por
emplearse en ella bastante tiempo, ya por la sucesiva
repetición délos actos; pues si puede decirse correc­
tamente “ ayer estuve tirando pistoletazos” , sería un
despropósito decir: “ ayer estuve tirando un pistoleta­
z o ” . Expresa asimismo el gerundio una idea anterior
á la de la oración principal; pero en este casóle pre­
cede la preposición en, como cuando se dice “ En lle­
gando se lo diré” , que vale lo mismo que “ así que
llegu e” , “ al llegar” ; y de no precederle la preposi­
ción en, la acción denotada ha de ser ó causal ó tan
inmediatamente anterior que parezca como que las cosas
pasan al mismo tiempo, v. g . : “ Viéndole reír de aquel
modo, le dió un cintarazo” ; ó “ Quitándose la sortija
se la dió” ; ó ‘ ‘ Diciendo esto se fué” . El gerundio
puede también ser regido por otro gerundio, pero
dependiendo forzosamente de otro verbo: “ Me mordió
estando leyendo la Virginia de Tamayo y Baus.” A las
veces entra el gerundio á formar frases incidentales ó
accesorias, pero siempre indicando coexistencia, y ja ­
más con carácter determinativo del sugeto, por lo que
se expresa correctamente Jovellanos cuando dice :
España, cedieudo al mismo noble impulso, había asociado sus hijos á la gloria
y á las fatigas de estas empresas.— Discurso sobre e l estudio de /a Geografi
.histórica.

Fuera de los casos enumerados, y cuandoquiera


que el gerundio no denote coexistencia, su empleo es
abusivo y disparatado. Véanse algunas ejemplos pro­
pios del gerundio:
N o estaban ociosas la sobrina y el ama de Don Q uijote, que por mil seriales
iban coligiendo que su tío y señor quería desgarrarse la ve/, tercera.— .Cervantes.
Quijote.] — Porque parece que viene colada por la tela de un cedazo, repartida-
lioso igualm ente por todas parles, y penetrando las entrañas de la tierra.— G ra ­
nada. De/ Sitnho/o de la Pe.]— M as no jadien do caminar á pie los soldados tan
gran trecho, fueron necesitados á quedar la noche cansados y mojados [ porque
el río se pasa muchas v e c e s ], á dos leguas de los enem igos.— H urtado de M en­
doza. Guerra de Granada.)- -De suerte que entrando el Capitán General en el
país enemigo, aunque no tenga intención de detenerse mucho a llí, es fuerza repa­
rarse de tal manera, que esté seguro de los asaltos repentinos.— M eló, J'olítiea
M ilitar.)— Se detuvieron, antes de entrar en Eiladelíia, reconociendo algunos lu­
gares vecinos.— Moneada. Expedición de l y Catalanes y Aragoneses contra tu r­
cos y griegos.)— N a v e g a b a .. . . [la armada], yendo señoreando todas las aldeas, de
que se huía el villanaje de una á otra, sin saber dónde se recoger ni salvar sus g a ­
nados.— M endoza. Comentarios de las Guerras de los Países B ajos.)— Formaban
sus escuadrones amontonando más que distribuyendo la gente.— Solís. Conquista
de M éjico.

485. Es muy común en tocia la república emplear


el verbo parar, al par que en sus legítimas acepcio­
nes, en la de ponerse en pie ó de pies, 6 estar en tal
actitud. Según el señor Cuervo úsase asimismo en la
Nueva Granada, y tengo para mí que se usa en otras
naciones hispano-amerícanas y ha debido usarse en lu­
gares de España, de donde nos ha venido ; por lo cual
creo que no ha lugar á formarnos causa por el adefesio,
ni á causar asombro que nuestros pobres pueblos lo
usen. Parar no es galicismo, como creen algunos. El
francés sólo tiene el sustantivo parada que confiesa ser
españolismo. Ni siquiera se le ha ocurrido derivarlo
del latín parare, del cual trae su verbo parcr, ornar.
El Diccionario castellano trae nuestro parar del latín
par, igual, del verbo parare; pero en abono de tal eti­
mología no hay realmente sino la semejanza de la
forma, si nos atenemos á la significación de detenerse,
cesar en el movimiento ó la acción. D e mí digo que
en tal sentido acaso proceda del griegopárodos, parada,
entrada, acto de entrar ó de pasar, camino por donde
se pasa, al p iso, que todo esto significa él. De para­
dos pudo formarse racional y científicamente, con su
propia significación, el sustantivo parada, y de éste el
verbo parar. La raíz de la voz griega es la sánscrita
Ptvr, mover, avanzar : de la cual salieron los prefijos
p ía , delante, ante ; prati, junto, cerca ; pari, en torno,
al rededor ; y para, más allá, del otro lado, allende ;
los que, mutatis ínutandis, se encuentran en las lenguas
griega, latina y neo-latinas. Ahora, en la acepción
anticuada de ornar, y en las corrientes de prevenirse,
prepararse, disponer, etc., que ninguna relación tienen
con cesar en el movimiento y los derivados de esta,
parar sí viene del latín parare. Es decir, que nuestro
verbo tiene dos orígenes, uno griego, y latino el otro ;
lo que nada tiene de extraño, porque en nuestra lengua
y en otras derivadas se encuentran voces qaie están en
caso semejante. Cuanto á la acepción familiar que en
Venezuela tiene parar, esto es, la de ponerse de pies
ó levantarse. no es difícil comprobar que ha debido
usarse en alguna región de España, ya porque es fácil
la transición de una acepción á otra en casos como el
de la frase estar parado. sobretodo en la mente del
vulgo ; ya porque parar conserva de antiguo la signifi­
cación de poner, y ha podido decirse pararse en p ie, de
donde la elipsis popular pararse; ora porque, si bien
raros, hay ejemplos de autores españoles en la acepción
de que trato ; ora porque parar tiene la acepción de
“ poner en otro estado diferente del que se tenía,” acep­
ción que en cierto modo disculpa á los indicados escri­
tores que han dicho pararse por levantarse, del que
estaba sentado ó acostado. Di cese correctamente “ ¡Tai
me han parado que no puedo dar un paso!” “ AI oír
esto la doncella se paró colorada.” (Ejemplo este último
del Diccionario de la Academia). El verbo parar está en
estos lugares en vez del verbo poner, é indica cambio de
estado. ¿ Oué cosa más lógica que suponer que de la
frase'pararse en pie (ponerse en pie) proceda el simple
pararse (ponerse de pies), así como de la de hincarse de
rodillas, el simple hincarse que con igual sentido se
encuentra aun en noveladores españoles? Sin duda por
esto' dijo D. J. J. de Mora pararse por ponerse en pie,
en ejemplo que indica el señor Cuervo, tomado de las
poesías de aquel notable literato español. En el sentido
de poner y ponerse, y aun en el de extender ( parar tus
honunes, del Libro de los (latos), sobran ejemplos en
autores antiguos, v. g. :
E l desque llegaron fallaron á Buena Verdad do estaba encima del árbol,
é preguntáronlo quién era, ó dijó: “ Buena V erd ad .” Ellos dijéronle: ■ ‘ Am igo
¿quién te paró tal? Et él (lijóles: “ l'n mío com p añ ero."— L.ibro de /<>.< datos.
/:’//.». .VA V ’///.)— Señor, sea la vuestra merecí que aun otra cosa le quiero mos­
trar : que quieras el domingo p u n ir tus hommes arrededor de las fuesas. é
pnrat mientes cuando veniere la raposa á lom ar del pan que llevan las buenas
mujeres á ofrecer.— Libro i/r los da/os. Linx. X X ¡ '///.) —Sennor, non paros ovo
á mis maluestades.— Segura de Aslorga. Libro </r A/exandee. /ppr.)— Al albo­
roto de los muchachos y de la demás gente so parará á las fenestras de su real
palacio el rey de aquel reino.— Cervantes. Quijo/,•. /'rita. J ’urt. Cap. X X L .

Tan singular es este pasaje de Cervantes, • que


Fernández Cuesta dice: “ De creer es que Cervantes, di­
jese aparecerá, pites que la idea es que el rey se asomase
á la ventana.” Error! porque tal manera de hablar no
era nueva, y se ven ejemplos anteriores á Cervantes :
Pues como Eu/.mán tanto lo descaso, determiné» de ir á su casa, y así lo
hizo con una nueva astucia, y llamando á una puerta, sr p aró á una ventana
una mujer vieja, y le dijo: “ ¿qué buscas, pelegrino, que tú eres el que ya otras
veces aquí has venido?” — Jerónimo de Coniferas. Selva de Aventuras, /.ib. Sex.
Cuando me fa ro á la puerta,
O me pongo á mi ventana,
Más me quería ver muerta
Que verme sin saboyana.
Blas de Aytona. Cantar sobre la saboyana.

Y en el mismo siglo X V I de Cervantes decía Castillejo :


¿Que por qué, siendo vos blanca,
Me para yo colorado?
la . J'iesta de las Chamarras.

En el siguiente ejemplo vale cesado, terminado ó


suspendido :
A este tiempo sonaron muchos instrumentos; y luego, habiendo parada, uno
de los dos viejos, que á la derecha mano estaba, comenzó á decir: etc.— Contre-
ras. Selva de Aventuras, /.ib. Prim.

En el que sigue tiene la significación de prevenir,


prever, evitar :
Parades datino e nial,
Rrev de nuestro sennorio,
Por vos puede Porlogal
A n er honrra e poderío.
Alfonso Onceno. Poema. 1190.

Sus acepciones más usuales y autorizadas hoy son las


que dan el sentido de terminar y de detener, que tiene
desde los principios, como se ve por los siguientes
ejemplos ; conviene saber :
V quien quisiere saber en qué p aró esta aventura, y los amores de Armina-
dor con esta infanta, lea la historia de Felesimlos, y a llí lo hallará.— Alfonso
Núñez de Keinoso. Clarea y Plarisea. Cap. X X V ///.)— C om o en el interme­
dio que duran estas funciones no dejan de beber, al fin paran en riñas.— U lloa.
Relación de viaje ó la America. D e l vecindario de Cartagena-)— Pues si teniendo
tantos atizadores para el mal, no tuviéremos quien nos ayude y encienda en el
am or del bien, ¿en qué vendremos á parar ? — G ranada. D e l Símbolo as la Pe.
Par/. / V . Dialogo V///, / / . ) — E l e! galápago escomenzó á pensar en su corazón
cómo furia la traición, é paróse é d ijo .— Calila e D ym nu. Cap. I V/. )— En esto
alzó los ojos, y vió que su am o estaba parada, procurando con la punta del
lanzón alzar 110 se que bullo que estaba caído en el suelo.— Cervantes. Q u ijo te.
Prim . P a r!. Cap. X X //I). — Quedóse, pues, nuestro héroe / arado como un bobo
á la altura de la fuente de C ib e le s.— Juan Y a lera. Pasarse de Listo. Cap. / / ).—
486. ¿ Qué significa el verbo hacerf Pues es claro:
ó producir; ó fabricar, formar algo ; ó ejecutar, poner
por obra ; ó contener, envolviendo la idea de formar; ó
componer, disponer, aderezar, envolviendo la idea
de formar ó trabajar; ó mejorar, perfeccionar; y
otras acciones, como habituar, importar, que envuel­
ven la idea ó de producir, ó de fabricar, ó de ejecutar.
Forma distintas frases y modos con las preposiciones
que lo rigen, y junto con algunos nombres significa la
acción de los verbos que se forman de los mismos
nombres, como hacer burla, burlarse. Acaso no haya
verbo castellano que tenga mayor número de acepciones,
y por lo mismo da ocasión y motivo á los mayores dis­
lates. Con un poco de atención es fácil evitarlos. Cuando
oigo decir á una buena moza que tal ó cual piropo le
ha hecho nacer un pensamiento, ó que mengano le hace
el amor á Futan i la. como quien le hace un chichón, me
acuerdo de nuestro docto Baralt que, á fuer de buen
maracaibero, decía que en España no se hace nacer: se
hace parir; y que el hacer el amor se parece mucho á
hacer calcetas, hacer aguas, y otras muchas cosas ma­
teriales. El se nos hace el deber, de muchos periodistas
hueros, el hacerse ilusiones, de algunos melindrosos, y
el hacer fu ro r (caramba!), y hacer atmósfera, de ciertos
cronistas trasnochados y de medio pelo, son cosas que
me ponen los pelos de punta, como si se me viniese
encima una legión de langostas. Háblese y escríbase
con mayor pureza, que aquel no está lejos de desa­
tender las glorias y los intereses de la patria, que de­
satiende su lengua.
Quizá p a u s a rá , , , )n a y o ¡m in in a , que algún mal encantador «leestos que él
«i¡ce que le quieren mal, la habrá mudado la figura por hacerle mal y daño.—
Cervantes. Q u ijo te . S a g . J \ a !. C a p . X . ) —I '/ '/ i a el cura c u u n p e n s a m ie n to muy
acomodado al gusto tic Don Quijote.—Cervantes. Quijo/,-. J ’rim. Parí. Cap.
X X I '/.) —Obró luego en ó! el amor otro nuevo pensamiento de! </ue antes tenía.
Coniferas. Seha de .¡venturas. /.ib. 1 7 7 .) — La última idea </ue ella lenta cuan­
do enmudeció fué sin duda la de su casamiento con esc tunante.—Moratín (1).
Leandro) E l Módico á Patos. Act. ///. Esc. I ’/ .) —Tiene por objeto la deíini-
ción engendrar la idea \itisma.—Núííez de Arenas, Lógica. Cap. XIII).—Por lo
que concibió este hombre e!pensamiento .perderlo ó de matarlo.—Jorge Gon­
zález Rodil. E l .laterita no. Editorial. —Las gentes vana creer que Fabián está
enamorado de usted.—P. A. de .M arcó». E l Exóndalo, /.ib. I V . //.)—¿Xo ves
que él se ha enamorado y que su rabia es que no me erre tan enamorada ni tan
capaz de enamorarme, porque no hago pucheros, y no aburro con lagrimas y
sublimidades?—Juan Ynlera. Doña Luz. V.
Por conveniencia y amor
La sirvo y !á galanteo.
Calderón. Xo hay Parlas ron el Amor. Jaén. Prirn. Ese. IV.

Mas no será mi dolor poderoso á parar la pluma </ue debo mover en su justa
alabanza.—Tamayo y l>aus. Pesumen de las .-lelas de /SS/.)
El negocio áque hevenido -
Am adrugar me ha obligado.
Calderón. Casa ron dos Pírcelas mala es de guardar. .Id. Prim. Ese. //.

Julia Kaynery ¡ausó verdadero entusiasmo y arrancó nutridos aplausos á la


concurrencia.—Hernández Gutiérrez. Revita de Teatros.)— . 1 un las cosas inani­
madas tiemblan á las aclamaciones y fama de una victoria.)—Saavedra Eajardo.
Corona Cólica. Cap. IX.]—M ucho importaacreditar entodas ocasiones con el pue­
blo la buena opinión de la prudencia y talento del rey. sembrando voz, así de su
magnánima inclinación como de su justicia y clemencia, celelrando, ya algunas
prudentes sentencias que haya cicho, ya algunas acciones heroicas que haya
hecho, etc.—Navarrete. Le/io Peregrino á Estanislao Porbio.

487. ¿Qué tal quisto está U. con el Presiden­


te? he oído preguntar. Quisto, part. pas. irreg. de
querer no se usa, según el Diccionario, sino con los
adverbios bien ó mal; pero evidentemente hay casos
en que puede usarse sin los dichos adverbios, y
que así se ha usado lo comprueban lecciones de los
clásicos castellanos:
Mas estohacen pornocaer de lare) ulación en que están; por ser 1/ni si os con
sus príncipes : por ser favorecidos y acrecentados ensus olicios.—Granada. Guía
de Pecadores. Lib. JJ. Cap. X V II.
Debe sí regir la preposición con, lo mismo que
el verbo malquistar, de el formado.
488. Hay en castellano dos verbos decorar, uno
que procede del latín decorare, adornar; y el otro
de la frase de coro, que significa de seguida* y tam­
bién de memoria. Por tanto, este decorar significa
aprender de memoria, saber ó decir de seguida ó
de memoria, y no sólo “ tomar de coro ó de memoria
una lección, una oración ú otra cosa,” como define
el Diccionario:
El afirmóse el mi corazón en I*» qitr le íd a tas ose r¡ piltras de b>s filósofos. el
i-i t|ne </iVíj; v de las palabras «]_• los sal tais el de las quistiones que facían m as á
■iros, el <!e tas disputaciones que facían entre sí. CaMn •' /'tyun;n. //.

Así es que nuestras expresiones “ya decora,”


“todavía no decora.” “ está aprendiendo á decorar,”
etc. no son incorrectas, pues lo que significan es “ya
dice de coro” “ todavía no dice de seguida ó de me.-
moria," etc. una vez que lo que se quiere mani­
festar es el decir ó n o ' e l niño de golpe, como quien
ya las sabe, las palabras y las frases que aprende
á leer. Es cosa muy distinta de deletrear y de sila­
bear.
489. Salla á la memoria una especie, pero no
salta á las narices un olor, como dicen algunos -por
ahí y he leído en cronistas españoles y americanos.
Tratándose de olores y otras cosas semejantes, lo
correcto es emplear el verbo saltear, como en esta
lección:
Al llegar aquí la relaciónque, cuino vuel lector, im prometía mucha fidelidad

histórica, .w//<vlas narices dedoña (‘•rct;oria un lufo á chamusquina que le hizo

salir de la alcolu al t abinclc.-.-l lavl/.cnlaisch. <


/
<• j\ Av,v.v. S,y a n C a

l'tu l.
490. Equivócanse los que creen que no se
puede rebanar otra cosa que el pan, y se ríen
cuando oyen que se manda rebanar un salchichón
ó un queso. El siguiente lugar basta:
Voto áDios, si me habla en nada,

Que á la primer cuchillada

/.<• rebane como :¡tteso.


M ú r e lo . /■ '.! l.imio D on Diego. Jo ra. .$<■ '£. J'.se. IX .

Porque rebanar es hacer rebanadas una cosa ó


de alguna cosa, y no importa que el Diccionario, en
la definición de rebanada. diga “ y especialmente del
pan.”
491. “ La mujer se devolvió al llegar á la puer­
ta," leo en notable revista literaria: -y en otra, que
“el abogado había restituido los documentos des­
pués de estudiarlos." Es bastante común confundir
los verbos devolver y restituir. Sienta Don José
Joaquín de Mora que devolver supone posesión, y
restituir supone propiedad. Paréenme esta una dis­
tinción demasiado sutil y por lo tanto impropia, ya
porque la posesión es un resultado del derecho de
propiedad, ya porque- cuando la posesión es ilícita ó
mal habida, cabe precisamente, con toda propiedad
de lenguaje, nó la devolución, sino mejor la restitu­
ción; porque la devolución suele ser voluntaria, y Ja
restitución revela fuerza ó trabajo por parte del que
restituye, y pleno derecho y acción por parte del
que recibe. La devolución vuelve una cosa al lugar
que le corresponde. La restitución la vuelve al es­
tado que le es propio. La devolución envuelve la
idea de cosa que no ha recibido menoscabo ni de­
terioración. La restitución envuelve la idea de res-
tablecer, rehacer, restaurar. Por esto, creo que erró
D. José Joaquín de Mora cuando dijo: “Se de­
vuelven los documentos para restituirlos al archivo,”
y que debió decir “ se restituyen los documentos
para devolverlos al archivo.” Cuando Colonia d ice:
“Restituyendo por menudo al fisco todo aquello en
que pretendía haber sido defraudado,” da al verbo
restituir su legítima acepción. Regresa, torna, vuelve
uno al lugar de donde partió; y aun se restituye
si la ausencia fue involuntaria ú obligada, porque
aquí el lugar implica la idea de estado con relación
á la persona.
Con el ayuda de Dios v la de mi brazovos os veréis prestorestiluida en vuestro
reino.—Cervantes. E l Ingenioso Hidalgo.

Cabe sin duda decir también que uno se devuel­


ve, refiriéndose al punto de partida, pero sólo cuan­
do la expresión no envuelva principalmente la idea
de desandar lo andado, como la envuelve en el
ejemplo de la revista arriba indicada, que entonces
ya no se pueden emplear sino los verbos volver y
revolver. Por eso está bien que Martínez Güerteros
( L an uig) diga :
Enapacible y sosegadovuelo
El belloarcángel s e di v n c h v al cielo.

Estas significaciones de devolver y de restituir


tienen origen en el latín. Devolvei e (D e de y vol­
vere) es voltear, tirar de arriba abajo, pasarse, dar
una vuelta ; mientras que restituiré (D e re y statuó)
es volver, reponer, restablecer, rehacer, rectificar,
reformar, etc.
492. En Venezuela se usa aún indistintamente
de las formas forcejar y forcejear, y se discute acer­
ca ele cuál es más correcta. Ambas formas se usa­
ban en el siglo XVI, y no forcejear desde el XVII, como
parece crees* el docto Señor Cuervo. La compro­
bación :
Tú i|uteres que f»r < y \ ■ y que contraste
Con quien al lin no liaste á clerrocalle.

Garalaso. Z C g fo y t //

Ansí es lamentable miseria la tle los hombres, <¡ue bracean, y fo r a je a n

trillos los días contra las corrientes de los trabajos.—Fray l.uis do León. L a

I V r f . /n C i i s , i , f , i .)—Yiú que la m
/>za/ o r a ja i/ n t por desasirse. Cervantes.—Qui
joto. P a r í. J 'r i n t . C i. / > . A'/’/-

Como Garcilaso, Meló usa forcejar en el siglo


siguiente:
Arrojando la insignia militar, fo r r .ja h n por rasgar sus ropas.—Meló. (¡t¡< -

r r ,! a '. ■ l ' t i / t i / u f i - j . /
./Vb Q u iu t > y.//.

Pero hoy impera el uso de forcejear. en los mas


correctos literatos, como puede verse por estas lec­
ciones de 1). Juan Valera en Pepita finiónos, y de D.
Juan N¡casio Gallego en Los Novios.
Contuvieron a! Conde que pugnaba y f o r c e je a b a ferozmente por desasirse.
—Lorenzo brega y / o ra j a i gritando.

493. Kn Venezuela, como dondequiera que se


habla el castellano, se da á cobrar, en su primera
acepción, el significado que le da el Diccionario de
Autoridades, es á saber: Recibir, percibir y exigir la
paga de lo <]ue se debe. Esta definición se funda
tanto en el uso común y en el de los clásicos caste­
llanos, lo que se verá por las lecciones que pongo
al fin de este artículo, como en el origen del voca-
blo. Derivado de capia, capero, tomar, coger, asir,,
esforzarse, etc, lleva en sí las ideas de exigir, ó so­
licitar y recibir n obtener. De paso diré que no
parece haya existido ningún verbo superare, como se
induce de llevar recuperare la partícula re, pues ni
se encuentra en autor ninguno ni en ningún diccio­
nario latino, ni siquiera en el admirable de Fréund
y de Theil que no han olvidado ninguna de las formas
importantes anticuadas ni las del bajo latín. La filolo­
gía y la lingüística no son hoy ciencias inductivas
sino prácticas, racionales y filosóficas. D e la partícu­
la re y el verbo capio, capere (sánscrito kup ó hub),
formó el latín el verbo rccipere, que tiene la forma
recupere. Por igual modo que de los verbos que ex­
presan deseo se formaron derivados con la termina­
ción iré ó itrirc, como civnaturire, de ccenare; par-
turirc, de parcrc; así de los verbos que expresan
acción se formaron derivados con la desinencia are, ó
i tare cuando se les formaba del supino; v. g. : ejfcc-
titarc, de ejjiccrc; factitarc, de faceré; apcriare, de apc-
rire; sedare, de sedera; salvare, de salvarc; educare,
de educar, etc. D e esta manera se formó recupera­
re, de rccipere ó recupere, que es lo mismo. Recu­
perar hizo recobrar, y de recobrar, por suponerle com­
puesto, se dijo cobrar con la misma significación, ex­
tendiéndose luego á otros oficios relativos. Esta evo-
lución, si no tuvo electo en el bajo latín, lo tuvo más
adelante, en plena formación de las lenguas deriva­
das, como que ya en la de oc se decía cobrar,
El abate de Sauvages trae esta lección : Lo coms de
San yhcli cobret Tolosa. Trae asimismo recobre, del
latín recuperare, y el vocablo rccobrain.cn, en el sen­
tido de recobro, rescate, desempeño. Para el señor
Cuervo cobrar, no es más que recuperar, adquirir,
tomar. Aunque capcre no tuviese otra significación
que la de tomar, no era ello razón para establecer
tal definición, porque los vocablos varían de una len­
gua á otra en forma ó en significación, y á las veces
en entrambas cosas. Tal aconteció con capcrc, cuyo
significado no es el mismo del verbo sánscrito kup,
cubrir, de donde deriva. Apoyado en su definición
censura el señor Cuervo como absurda la siguiente
frase: “Estoy cansado de cobrar, y no percibo ni un
cuarto;” mas, salvo el respeto que tan insigne’ lexi­
cógrafo merece, no parece que esté mal, una vez
que el complemento le da á cobrar la acepción en
que se le emplea. Lo absurdo sería decir simplemente
“estoy cansado de cobrar” , “vengo de cobrar” , sin
agregar más nada, como sería absurdo d e cir:, “ven­
go de recibir” sin decir qué, ni siquira un puntapié.
Lo que sí constituye un dislate incalificable es darle
á cobrar, como hacen algunas personas, el régimen
de la preposición á cuando quieren expresar el so­
licitar de otro el dinero. Irle á cobrar -.á Juan un
dinero, es ir á cobrar por cuenta de Juan, para Juan;
mientras que ir á cobrar de Juan es ir á solicitar
y recibir de Juan, para sí ó para otro. En el ejem­
plo de Mariana que trae el Sr. C u ervo: “ Dió or­
den que Gonzalo Gustio fuese á C órdoba; la voz
era para cobrar ciertos dineros que el rey bárbaro
había prometido” , cobrar no está propiamente por
tomar ni por recuperar, sino por exigir, obtener, ó
recibir, y este' recibir si el pago es fácil, si se cuenta
con que se le entregará al llegar, lo que no puede
asegurarse de la promesa de un rey bárbaro, que no
los había enviado. En el ejemplo de Torres A m a t:
“ Después de siete días llegó también Sara, esposa de
su hijo, con toda la familia, en buena salud, con los
ganados y camellos, y una gran suma de dinero
de su dote, además del dinero cobrado de Gabelo” , cobra­
do expresa la idea de solicitado y recibido, porque de no,
de no tratarse de una deuda cuyo pago se había solicita­
do, se hubiera empleado otro verbo. De autores caste­
llanos presento en seguida ejemplos en que cobrar tiene
las acepciones de solicitar y recibir, ó la de coger ó to­
mar, ó la de obtener. ó la de exigir, con 'toda claridad.
En luda osla noche ella ni yo hemos dormido sueño de pesar: no por
su valor de la cadena, que no era mucho: pero por su mal cobro deüa y
mi mala desdicha.-— Rojas. La Celestina. Jeto X I Í .) — Mira bien, créeme, en
su casa cobra amigos, que es el mayor precio mundano.— Rodrigo de Cota, l .t Celes­
tina, [Acto. /. Aquí del rey y de 11 justicia, que sobre cobrar m ¡ hacienda me quiere
matar este ladrón salteador «le caminos.— Cervantes. Quijote. Par!. Prim. Cap.
X I.Í V .)Ninguna cosa llevan más impacientemente los vasallos «pie la violencia
de los ministros en su cobranza [de los tributos].— Saavedra Fajardo. Empresa
L X V /J.)N o le hagas ir ni venir muchas veces y echar tantos caminos por cobrar
su hacienda, que trabaje más en cobrarla que en ganarla, como muchas veces
acaece con la dilación de los malos pagadores.— Granada. Cinta de Pecadores.
Lib. II. Cap. / '. ij I .) — Carga mucho más pesada que la principal de los pechos
y tributos, pues estos, si se cobran sin zejacioncs, nadie rebasa pagarlos. — Na-
varíete. Conserv. de Monarquías. Discurso X I '///.)-— Cuando los pechos y tribu­
tos se cobran con suavidad, no se sienten, aunque sean mayores.— Navarrete.
Conservación de Monarquías. Discurso X V ///.)— Aunque la alcabala le parece
siempre digna de su bárbaro origen, nunca es á sus ojos más gravosa que cuando
.se cobra en la venta de propiedades.— Jovelianos. Ley Agraria.) — Este impues­
to por su naturaleza, recae solamente sobre la propiedad libre y comerciable:
esto es, sobre la más preciosa parte de la propiedad territorial del reino, al
mismo tiempo que exime la propiedad amortizada, porque cobrándose sólo en las
ventas, es claro «pie nunca la pagará la que nunca se puede vender.— Jovella-
nos. I.cy Agraria.
1 >¡cen (pie á cobrar mi herencia
Corla cantidad bastara
De ese metal peligroso,.
Que los ciudadanos aman.
Lista, /.a Cabaña,
El dependiente le trae á firmar una contrata: el habilitado viene á cobrar la
20
anterior.— Mesonero Romanos. E l Con/ralis/a.) — Cierto que lu obligación era
• cobrar la alcabala; pero como los derechos eran ¡-xhorbitanles, tú por -servir al
Rey desollabas á tus convecinos.— ITart/.enlniseh. Juan de las Villas. Ael.
1‘rim. Ese. ///.

No me he ocupado sino en la primera acepción de


cobrar que es la que ofrece dificultad. En el pasaje de
Rodrigo Cota, cobrar vale tanto adquirir como solici­
tar\ por lo cual lo presento. Hay otros pasajes en los
que el sentido de adquirir' es claro y único, como el
siguiente de Mateo Alemán en la Part. Prim. Lib. I I ,
Cap. I X , de Guzmán de Alfarache:
No hay hembra que en esta posada 111 tenga <obrado resabio, aun hasta la
muía. ,

494. Leo en uno de nuestros periódicos bochin­


cheros que hay en Cuba un partido que quiere anexio­
nar la isla á los Estados Unidos del Norte. Bastante
desgracia era ya que la quisieran anexar, ¡qué seria si
la ancxionasciA Pues si tenemos anexión, .del verbo
anexar, no tenemos el tal anexionar, que lastima los
oídos castellanos; sépanlo los amigos de barbarizar
el idioma. Abandonen el terminacho á los redactores
de revistas cursis, que para eso les pagan.
No sé si de su cosecha era, ó lo había anexado con el hábito de clerecía.—
Hurlado de Mendoza, J.a-.arillo de 7'orines. Tro!. I f .) — Pues todo esto está*
anexa á la condición y obligación de los buenos hijos para con sus padres —
Granada. Gula de Peeadores. Lib. //. Cap. .17 77.

495. Barbarismo es que algunos abogados pre­


tendan que se diga dictaminar, por form ar opinión,
dictar (2? acep.), form ar juicio, opinar, ju zg a r (2?
acep.); y mayor todavía que haya quienes así di­
gan por la prensa. Pues, ¿por qué no dicen asimismo
dictaminara, en vez de dictadura, y dictaminador, en
vez de dictador.? Al menos tendría la o«racia de la nove-
dad en estos pueblos dichosos. ¿Y por qué no proponen
también que se diga actúadonar, y no actuar; rcbelio-
narse, y no rebelarse: condenacionarse. y no condenarse?
Seria cosa de cantar gloria, como que así no decían
nuestros abuelos :
La Sociedad Patriótica de. Madrid, después de haber reconocido el expe­
diente de la Ley Agraria que vuestra alteza se dignó remitir á sn examen, y
dedicado la más madura y diligente meditación ni desempeño de esta honrosa con­
fian/.»., tiene el honor de elevar su dictamen á la suprema atención de vuestra
alteza.— Jovellanrw. informe a/ ( onsejo de Castillo- en el Expediente de Ley
Agraria.)— T al fué la causa de la lentitud conque ha procedido a l establecimien­
to del dictamen que hoy somete á la suprema censura.— Jove lia nos.— Ley Agra­
ria.}— No era posible que todas las Comisiones á que últimamente se ha hecho re­
ferencia evacuasen dentro del año sirx respectivos informes.— Bretón de los Herre­
ros. Resumen de Actas de 1S60. ) — De los que ya la han obtenido con dictamen
favorable de la Academia deben, por su índole, mencionarse dos.— Tamayo y ilatts.
Resumen de Actas de /SS/.

Y a que censuro á los abogados y oficinistas


aquellas expresiones, y que doy por corriente en el
ejemplo de Bretón de los Herreros el verbo eva­
cuar en el sentido de terminar, finalizar, concluir un
informe, encargo ó cosa semejante, acepción que
no le da el Diccionario de la Lengua, debo presen­
tar con respecto á este punto, nuevos ejemplos de au­
toridades castellanas. Helos aquí :
Evacuando el encargo que Usía se sirve hacerme por su favorecida del
29 de Julio último, paso á darle primero las noticias que he podido recoger
en cuanto al origen, progresos y último estado de la real Sociedad Médica do
esta ciudad.— Jovellanos. Informe sobre el estado de la. Sociedad Médica de
Suri fia, y del estudio de medítina en su Cuhersidad,— No pocos informes acerca
de obras literarias evacuados do orden del G o b ie r n o ....— Tam ayo y ltaus.
Resumen de las Tareas y Actas </e la R. A. E . durante el año académico de
1S75 * 1S76.

496. Presupuestar es otro verbo abominable.


Los corruptores del idioma lo han formado de p re­
supuesto, participio pasado irregular de presuponer;
como si lo que ellos quieren presupuestar no lo viéramos
presuponer en buen castellano, donde este término, como
lo indica el prefijo, vale suponer desde antes, dar por cierta
con anterioridad una cosa, y formar de antemano cóm­
puto de ingresos ó de gastos. Este presupuestar es
hermano del dictaminar y otros barbarismos seme­
jantes que para nada necesitamos. Dígase presu­
puestos los gastos; presuponer las erogaciones; pre­
supónganlas esto; presupuso aquello ; presuponga- lo
otro ; que así se habla en castellano:
Estando el esposo, como presuponemos que está, ausente, ni podrá oír
los ruegos de la esposa ni satisfacer á su voluntad.— Fray Luis de León.
I'radueeidu literal r deelaraeidn tic! Libro do los Can/aros. Comento del Cap.
Prim. ] Presupuesto este pequeño preámbulo, comenzaremos á tratar deste tes­
timonio de nuestra fe .— Fray Luis de Granada. D e l Símbolo de la Pe. Parí.
1'. Cap. AYA*.— Presupuestos estos dos preámbulos, presuponed también el ter­
cero. que dijimos ser el fundamento «le todo este misterio de nuestra reden­
ción.— Granada. D e l Símbolo de la Le. Conelusidu del Tratado II. P a rí. III.

497. Hermano del presupuestar es el influen­


ciar que emplean los que no saben decir influir.
En pretendidas críticas literarias publicadas por cier­
tos periódicos se .ha sentado, con la presunción pro­
pia de la ignorancia, que el verbo asir no puede
acompañarse sino de la preposición de. No se ex­
travíen por ello los principiantes. A sir por su ana­
logía con agarrar, se acompaña asimismo de otras
preposiciones, según lo que se quiera expresar.
V éase: con la preposición a:
Asiendo al desesperado (pastor) le sacardn del agua.— Cervantes. Calatea.
JAI. V I.) Si hiciésemos lo que podemos en no nos asir á cosa della sino que
lodo nuestro cuidado y trato fuese en el cielo.— Santa Teresa. lAb. de su l'i-
da. Cap. X I.

Con la preposición de:


Levantándose en pié el Gobernador asid de la silla en que estaba senla-
do, y d ijo : Voto á tal, D. Balan, rústico y mal mirado, que si no os apar­
táis y escondéis luego de mi presencia, que con esta silla os rompa y abra
la cabeza.— Cervantes Quijote Seg. Parí. Cap. XL.VII.

Con la preposición con:


Si lít no me das favor
Contra tan fiero enemigo,
¿ Cómo he de vencer, Sefior,
Si mi adversario mayor
J'a siempre as/1/0 ron migo ?
Fray Luis de León (Cita de (¡arres)

Y aun pudiera asirse por las orejas á tales cri­


ticastros para que no desbarrasen.
498. La Academia Española tiene en su léxico
apocado, apocador y apocamiento, pero no tiene el
verbo apocar. que subsiste por acá en la acepción
figurada de abatir, humillar, envilecer, v. g\: Esto
apoca el ánimo; se me apoca el espíritu; con lo cual
se apocó y huyó, caso este último en que da el sen­
tido de acobardarse, más que el de humillarse. No
sólo lo han usado los escritores castellanos en la
acepción figurada que prevalece en Venezuela, sino
también en la principal de disminuir, minorar, acor­
tar ó reducir á menos una cosa, como se ve por
los siguientes lugares :
Nunca holm ninguno que por ellas non aparase su algo, el acrecentase
su laeerio.— Mochafa. Ca/Uu e /huma. Cap. H.) — .¡paróse tanto la gente,
que fué necesario tratar de nuevo con las ciudades que enviasen suplementos
de ella.— Hurtado de Mendoza, (¡narra de (¡ranada. )-Conviene mucho no apa­
rar sus deseos.— Santa Torosa. Libra de su I'¡da.

499. Desguazar, que no tiene hoy más acep­


ción que la de desbastar la madera para labrarla, es
verbo que entre nosotros significa destruir, despeda­
zar. Asimismo se dice desguazo y desguazan? i cuto.
Este verbo desguazar, desguazarse, se asemeja en
la forma y tiene la misma significación que el anti­
cuado desgu) gir, desgarrarse Presento ejemplo:
Camilleros yrcanos que Dário guardaitan,
lisios eran muchas que quantos hy estacan
Vioron de Nycanór que grant danno lomaunn.
l ’or i'iurn despecho non se tksgitySauait.
Libro <i,' .//<'xa/nlre. 1235.

Hn algunos puntos de Venezuela, por ejemplo


en Maracaibo. muchos confunden los verbos desguazar
y esguazar, vadear un río; y dicen con mucho aplo­
mo que “han desguazado el río Sucuy ” , lo que es
demasiado hacer. Dígase en este caso que “ han
esguazado el Su cuy” . y santas pascuas:
Arrojáronse al agua muchos sin orden ni respeto á sus oliciales, y rs-
gnazaiuio el río, entraron en los lugares opuestos con poca dificultad. Meló.
(/tierra tic Calillaña. J.ih. '/ere. 109.

500. Festinar, por activar, apresurar, de uso co­


rriente en Venezuela, es un arcaísmo que no consta en
el léxico español y que debe incluirse en él.
K trac (la mala ventura) al muy entendido fasta la muerte, et face el sabio
mal andante, el allega al codicioso el festina al la rd iñero.— Calila e Dvmnu.
C a f. I I I .

501. Demandar, tachado de galicismo moderno en


el sentido de solicitar. por no tener hoy sino las acep­
ciones de rogar, pedir, apetecer, desear, y la forense
de deducir en juicio ó exponer el actor su acción ó
derecho, es asimismo un arcaísmo en tal acepción.
Tenemos este verbo del latín demandare, y desde los
principios tuvo en el idioma, al par que la acepción de
pedir, las de buscar, solicitar y procurar. He aquí testi­
monio de ello :
1\ asi comino Kmperador te adoro pediendo perdón de todas mis maldades,
c de los tesoros del imperio que tú tientan,ios, non te encubriré una meaja.—
K l Libro tic tos h'.n.xentplas. C C .Y C l '.
502. Eso cíe “á fulano le gusta solver rapé,”
“suelve rapé, chico,” como dicen comunmente en pue­
blos hispano-americanos, y con harta generalidad, no es
más que repulirse de entendidos con repulgos de
empananada, creyendo que los pocos que dicen sorbo
pecan de incultos; ó bien, es ser sólo de media lengua,
por lo que no viene el son con la castañeta. Sepan
que solver es un verbo anticuado que significa desatar
ó resolver. Cuenta ! que ya vamos á desatar ó resol­
ver rapé ! Sorber es el verbo que significa atraer dentro
de sí alguna cosa con el aliento ó la respiración ; de
modo que debe decirse sorber rapé, ó lomar un polvo
de rapé. Así es como dicen los que entienden el idio­
ma y lo hablan con propiedad :
¡Va está hecho el nombramiento del sobrino! [dijo entonces, tomando un
polvo iic jopt1. ] — l ’edro Amonio de Alarcón. E l Sombrero ¡Ir /res Pitos, Cu/-.
X IV .

Di cese asimismo polvo de tabaco, y no sólo de rapé:


¡Soberano arbitrio que ahorra mucho tiempo, y muchos polvos ¡le ta'nuo, y
mucha torcida al candil!— Moralín []>. 1..J l.a Derrota de los Pedantes.

503. El señor Cuervo, en el Capítulo de las


Acepciones impropias (Lenguaje Bogotano), censura
que se diga en Bogotá “ Estoy peleado con él,” ‘‘Esta­
mos peleados,” y recomienda se diga “ Estoy reñido,
estamos reñidos ó tronados." No alcanzo la razón, una
vez que pelear es lo mismo que reñir, y así lo indica
el Diccionario en la definición de esta voz. El uso de
tal frase es .familiar. Así se dice en Venezuela y en
España mismo. Todavía más, en España se dice no
sólo “ listamos peleados, reñidos ó tronados,” sino tam­
bién, y más comunmente, lo que es curioso, “ Estamos
regañados," “ Ofrezco á usted que no volveremos á
regañar,” dando así á regañar la acepción de reñir
ó pelear. No he estado en España, pero tengo el caso
bien averiguado. Que se pelea sin armas, del mismo
modo que se riñe, lo enseña esta lección :
A su lado pelen la numerosa legión de los gases, que parten su dominio.
— Jovellauos. O r,uión sobre el esludio de las eieneius natu rales.

504. Si los galiparlistas supiesen que nuestro ver­


bo amasar tiene distinto origen que el amasser del fran­
cés, acaso no lo emplearían tan disparatadamente. El
amasar castellano se formó de masa, del latín massa,
masa, pasta, montón; y el verbo francés amasser se
formó de la voz amas, reunión de cosas, derivada del
griego amad, yo amontono, yo acumulo, yo multiplico.
Por esto, si es correcto decir en francés amasser des
rie/iesses, es un galicismo, y más que un galicismo, un
disparate de marca mayor, decir en castellano ama­
sar r/i/iie.zas, ni amasar ninguna otra cosa en que no
éntre el agua ú otro líquido, y harina, ó tierra, ó yeso,
ó cosa semejante. Dejen, pues, los escritorzuelos y los
oradores de cantina lo de que fulano ó mengano amasó
una fortuna, porque nadie que entienda el castellano
ha de creer que eso se pueda amasar.
505. Abrogar, del latín abrogare, formado de ah,
privativo, y rogare, promulgar, es voz forense que sig­
nifica abolir, revocar lo que legalmente ó por privilegio
se hallaba establecido, como una ley, un decreto, un
código ; y arrogar. voz también forense, formada del
latín arrogare, de ad, a, y rogare, pedir, significa adop­
tar ó recibir como hijo al que no tiene padre ó ha
salido ya de la patria potestad. En el lenguaje general
se le emplea correctamente en la acepción de atribuirse
ó apropiarse, usado como reflejo y hablando de cosas
YERBOS

inmateriales, como facultad, derecho, jurisdicción, y co­


munmente tratándose de jueces que usurpan la juris­
dicción de otros. Así es que cometen un disparate
como un templo los empleadillos y periodistas que es­
criben sobre "abrogarse facultades” y “abrogación de
derechos que no tiene.” Claro es que ellos tampoco
deben arrogarse la facultad de escribir, porque, si por
la muestra se conoce el paño, no sirven sino para
andar á la que salta.
506. La verdad no se expurga. como ha dicho
cierto novel orador. Expurgar es limpiar ó purificar
una cosa, y figuradamente se dice de los libros á que’ la
autoridad ó censura oficial manda tachar palabras,
cláusulas ó pasajes. El orador quiso usar á espulgar,
limpiar de piojos ó pulgas la cabeza ó el cuerpo, y cuya
acepción figurada es examinar reconocer una cosa con
cuidado y por menor. Aprovéchese esta lección :
l'íin la verdad cuanto es más y examinada, tanto más' descubre
su resplandor— (llanada. /-Y/ Símbolo, J 'a r l. Cap. X!.

507. “ El pobre hombre se desbarrancó por aquel


peligroso lugar," leo en periódicos y oigo cada día.
Que lo diga el vulgo, vaya ; pero ¡qué escriban así los
periódicos! Basta hojear el Diccionario de la Lengua
para ver (pie alascarse en un barranco ó atolladero es
abarrancarse; y embarrancarse. caer ó meterse en el
barranco ó atolladero, y nó desbarrancarse. No deja
de haber periódicos como E l Noticiero (pie sepan clecjr
propiamente embarracarse y abarrancarse. El tal bar-
barismo nos ha venido de fuera, pues es bastante común
en otras repúblicas hermanas. A cualquier flaco inte­
lecto se le alcanza que desbarrancarse., por sus compo­
nentes, expresa salir del barranco, y no caer ó atascarse
en él; así como despeñarse es caer ó arrojarse de las
peñas.
508. Desvestirse, por desnudarse, ya es otra cosa.
No tiene pero, se usa en toda la América Española, y
pese al Diccionario, es castellano, como lo indiqué en
el § 226, al mencionar nuestros arcaísmos. Basta .un
ejemplo:
Entonces estando las haces paradas, el rey Codro desvistió las sobre señales,
é metióse entre los enemigos peleando con ellos muy reciamente porque lo ma­
tasen, por tal que pudiesen vencer los suyos.— El Rey Don Sancho. Castigos J
Documentos. Cap. X.

Y aquí se ve la diferencia y necesidad del verbo,


porque el rey Codro sólo se quitó las divisas ó blasones
para confundirse con sus soldados.
509. Di cese en Venezula diz que por dicen que,
como se usa en todas las naciones en que se habla
el castellano, porque tal síncopa es genial del idio­
ma y tiene la autoridad de excelentes escritores, desde
los principios del lenguaje, en que existió la forma
dits que ; pero no es cierto que en Venezuela se diga
y que por diz que ó dicen que. Sólo en Maracaibo,
y ello entre criadas y gente de capa parda, se oye
alguna vez decir y que en el sentido indicado, mo­
viendo á risa y burla á los que lo oyen. El origen
del disparate es muy sencillo, y nada tiene de
extraño en boca de tal cual labriego ó marinero, que
en todas partes salen de regla en asuntos de lenguaje
los que nada saben de sus preceptos. Un arte­
sano, periodista inteligente, ufanándose de entendido
en gramatiquerías, dió en usar con frecuencia en las
crónicas de su periódico la conjunción y adverbiali-
zada en interrogaciones y exclamaciones directas, se-
V K RIJOS 315
ñalánclole naturalmente el primer puesto en la frase.
Nada tenía esto de censurable, pero empleado como
gala con demasiada frecuencia, y omitida á las veces
la admiración en frases como: Y que la beata se casa \
Y que las cosas no han pasado como las contamos ;
y en otras por el estilo, algo desviadas del legítimo
uso, ármesele bronca al malaventurado escritor, terció
como siempre la ignorancia, y hubo quienes entendie­
sen, como el señor Cuervo, que aquel y que era una
síncopa de dicen que. Tal sentido daba en ocasio­
nes, y de ahí que la gente del bronce hiciese chaco­
ta de la frase y no faltase tampoco pobrete que
creyese pulir su lenguaje empleándola. Pero esta ex­
travagancia no ha hecho camino, y sus glorias pasan,
á Dios gracias. No obstante que lo dicho basta para
poner las cosas en su lugar, quiero presentar aquí un
ejemplo clásico de tan controvertido uso, bien que
puesto en práctica por quien sabía manejar la lengua,
y no á tientas y á locas :
Si d ía supiera lo que sabes tú. no me mandaría cosas imposibles. . . . 5’
es latí bueno, i- <///<• es ••ico, r ¡¡itc me irá tan bien con é l . . . . S e lia eníada-
1lo tanto, y me lia llamado picarona, inobediente... — Moratín [ 1>. I.enmiro]
/•.'/ S í ilc Ins .Yutas. — .•/«/, Priut. lint. /.Y.

Y (dice, porfía, asegura, etc.) que. A pesar de


ello, no me gusta el giro; y de todos modos, el
abuso es muy digno de censura.
510. Riñen con la gramática los que fuera de
razón y regla, con el aplomo propio del que pre­
tende sabérselo todo, dicen en corrillos y en tertu­
lias, y aun á la tabla del mundo; "Y o soy úno de
tos que más crédito alcanza;" "Este es úno de los
que compró la obra;” y vergüenza da ver semejante
modo de hablar hasta en libros y periódicos que
pretenden ser jueces en asuntos de lenguaje. Así
va el mundo ! La concordancia pide que en esa ora­
ción el verbo este en plural como lo está el artículo.
D e los que es írase elíptica: de los individuos que
compraron, este es uno. Diciendo “este es uno de
los que compró la obra,” lo que se dice es que
“ la obra compró entre otros al individuo indicado,”
y sería cosa peregrina una obra que comprase á un
mortal, como no fuese por obra del Espíritu Santo.
Ksis; ano do grandes provecho.-; ¡¡no sotan de! o lid o del confesar.— Gra­
nad:). ( í nía do potadoros. /.ii». i . Cap. X X V I I I .) — Lita ,/«• ¡as cosas i/tto más
erudito dan á los reyes y sus ministros, es Eu IHiena elección d e sú d e lo s para los
o lid os.—-N avarrelc. /.alio / ’oroyriaa á Ks.'nuis/tro Uorfuo.)— Y o tío soy. hombro do
/'■ •> ,/ttos, aojan llevar al pilón como el otro bárbaro.— M oralín. /.ti Escaria do ¡os
M an,¡os. . Ir,'. Toro. Uso. /W at.)- -;Soy yo por ventura do,iy indios caballeros que
/. man i c ] m isn en los peligros.- Cervantes. (, ir ¡jo/a. Car/. /W at. Cap. X .V.

El vicio que censuro, de poner en singular el


verbo que debe estar en plural, no 'es venezo-
lanismo, pues se ve asimismo en libros de pacotilla
impresos en Barcelona de España. Escritores de los
más esclarecidos, en el empeño de imitar el griego,
incurrieron en construcciones semejantes que ningún
buen literato castellano es capaz de imitar hoy que
el idioma está fijado y pulido. Sírva de testimonio
aquel lugar de hablista tan insigne como Coloma:
Ni.i se ejercí¡aba ya oiras armas sino pistoletas y puñales: tan pecados andaban
unos con otros.— (¡/torras do /•'¡andes. /.ti. ,\\

Por el contrario, creo deber censurar á los que


debiendo poner el impersonal hacer en singular, lo
ponen en plural en locuciones como estas : hace años,
hace días. No encuentro ejemplo de tal adefesio
en ningún autor clásico, por lo que me asombra que
Juan Montalvo diga; Hacen ya sesenta siglos.
( E l Espectador, 2°- Ir A la Guerra y Casar.)' Hacen
veinte años me está salvando la vida. ( E l E.xpec-
lador, 2(- Correspondencia literaria) .
511. Aquí, en España, y dondequiera que se
habla el castellano, se dice indistintamente “ yo soy
quien lo digo” y “ yo soy quien lo dice.” Los autores
castellanos usan de uno y del otro modo de hablar;
y los gramáticos y los- filólogos que han estudiado el
caso, salvo D. Andrés Bello que algo pertinente dijo
al tratar de las construcciones del relativo quien, lo
han visto más bien á la luz de la filosoiía que á la
de la gramática, cuando la expresión filosófica no tiene
por qué ni para, qué reñir con la gramática, y es
conforme á ésta que conviene fijar el uso. Tengo
para mí que cuando se dice “ yo soy quien lo afirmo ” ,
la frase es correcta, porque quien es un relativo, se
refiere al sujeto, yo, y los verbos ser y afirmar deben
concordar con é s te : yo soy, yo afirmo; mientras que,
cuando se dice “ Quien lo afirmo soy yo", es incorrecta
porque quien en este caso es pronombre indetermi­
nado, hace de sujeto, vale aquel que. el hombre que,
la persona que, y no cabe concordancia con la prime­
ra persona del verbo, afirmo, sino con la tercera, corres­
pondiente á él. afín de aquel.- De modo que debe
decirse “ Y o soy quien lo afirmo” , ó “ Quien lo afirma
soy y o ” , según sea el sujeto, determinado ó indeter­
minado. Cuando, en el ejemplo citado por el señor
Merino Ballesteros, dijo Cervantes por boca de Don
Quijote : “ Y o soy aquel caballero que anda en boca
de la fam a” , para manifestar cuán esclarecida consi­
deraba Don Quijote la gloria alcanzada en sus em-
presas. se valió del pronombre demostrativo aquel,. que
designa lo que está lejos de la persona que habla, lo
no bien determinado, á fin de poner correctamente el
verbo en tercera persona, refiriéndose asi á aquel ca­
ballero, el cual no es ya la persona que habla. Por
igual modo, aunque no con la energía de aquel, pudo
decir: el caballero que, ó sencillamente el que, porque
el que es en tales casos frase elíptica significativa de
el hombre que, el ser que, el caballero que, aquel que.
Por las mismas razones, cuando tan gran maestro como
Lista, d ijo :
Y eres Ui <•/ a u r velando
L a excelsa m ajestad en nube ardiente
/•'uliniiuisle en Sin á ? y el impío bando,
Que eleva contra tí la osada frente.
; E s e ¡ q u e oyó medroso
De tu rayo el estruendo fragoroso ?

Dijo muy bien uel que oyó medroso; pero erró ai


decir el que fulminaste (el hombre que fulminaste)
y sin necesidad, porque, ofreciendo siempre el con­
traste de la grandeza de Jesús con su muerte, del
horror de ésta y del esplendor del Siná, pudo y de­
bió decir con toda propiedad:
V eres tú qu ien velando
La excelsa majeslai en nube ardiente
E tthn im tsh * en Sin á ?

Una vez que con quien, que es simple relati­


vo, es propia la concordancia del sujeto (tú) con el
verbo en segunda persona (fulminaste); y cpie si en el
lenguaje tiene cabida, por licencia, la traslación de
los tiempos, no la tiene la de tos sujetos. Digo esto
último porque si el pronombre hí, que es sujeto, no ad­
mite concordancia confulminó, la frase elíptica el que,
la persona que, el hombre que, tampoco admite concor-
Y K RIJOS 319
clancia con fulminaste. Por los mismos motivos, erró
Ouevedo cuando tradujo: ¿ “ Eres tú el que has de
venir, ó esperamos á otro “ ? y debió decir : ¿ “ Eres
tú quien has de venir ” ? ó, como dice el señor Cuervo
que trae el Padre Scio : “ ¿Eres tú el que ha de venir,
ó esperamos á otro " ? Trato el punto únicamente á
la luz de la gramática y la filología, sin tener para
qué entrar en disquisiciones ideológicas ó metafísicas,
ni para qué briscar afinidades en lenguas extrañas. Sé
que este estudio mío se aparta en algo de la opi­
nión de varones tan esclarecidos como Merino Ba­
llesteros, Cuervo y otros más ; pero no pretendo pre­
sentarlo trabajado ad unguem.
512. Una de las cosas que más preocupan á los
escritores castellanos, tanto aquí y en el resto de la
América Española como en la misma España, es el
uso de la silepsis con los nombres colectivos, esto es,
el concertar éstos con un verbo en número plural. Sal-
vá y la mayor parte de los gramáticos, sientan que
es preciso que los nombres colectivos signifiquen mu­
chedumbre de personas ó cosas indeterminadas. No
está, nó, esta regla, comprobada por el uso de los
clásicos, como que escuadrón, por ejemplo, no es inde­
terminado, y Fray Luis de León en el Salmo L X X X V 1I,
dice :
N o en parles, sino junios, me rodean
Un escuadrón terrible de quebramos.

A pesar de negarles la silepsis á los colectivos


determinados, convienen los gramáticos aludidos en
que hay nombres que sin ser colectivos se revisten
de tales, unidos á un nombre plural ó á dos singu­
lares por medio de la preposición de. Cierto es, pero
no pasa de ser una observación , como que no cons­
tituye regia, y no bastan las circunstancias indicadas,
pues Velásquez en los Orígenes de la Poesía Caste­
llana, dijo : “La mayor parte de estos poetas filé de
la Andalucía, y de las dos famosas Academias de Cór-
dova y Sevilla.” Y Velásquez no hubiera dicho bien
fueron, porque él se refería á la mayor parte y no
á los poetas. Por esta misma razón es por lo que di­
suena que diga Viera en el prólogo de su Historia de
Caiiarias: Exornado con las . . notas que el fondo
de las mismas materias dieren naturalmente de sí. Y por
lo mismo no disuena que en frases de carácter recí­
proco se diga : Se tranforman el uno en el otro. Se
disputaron el uno a l otro el campo ; y no debe decirse de
otra manera. Dedúcese, pues, que el uso de la si­
lepsis está subordinado principalmente al sentido, á
la claridad de lo que se quiere expresar ; más claro,
y esta debe ser la regla gram atical: en éstos casos
el verbo debe concertar ó con el colectivo ó con el
nombre que le sigue, según que la acción recaiga so­
bre el uno ó sobre el otro. Lo demás es empírico,
porque de ahí es de donde realmente depende la
facultad de emplear ó no la silepsis. A la prueba:
Digo : “ La cantidad de alacranes era muy grande” , por­
que como me refiero á la cantidad, el verbo concier­
ta con el colectivo. Póngase el verbo en plural, y
resulta un despropósito. D igo : “ Una nube de cuer­
vos destrozaron el cadáver” , porque como fueron los
cuervos los que destrozaron, y no la nube que for­
maban, me refiero á ellos, y por lo tanto el verbo
concierta con el nombre que sigue al colectivo. Di­
go : L a mitad de los trabajadores se incorporó vo-
luntariamente al faccioso” , porque me refiero á la
mitad, porque la mitad fué la que se incorporó, y no
todos los trabajadores. (Es el caso del pasaje de
Velásquez). En verdad que no disonaría el plural,
pero sería impropio. D igo: “ Gran número de pá­
jaros cantaban en el bosque” , porque los que canta­
ban eran los pájaros, y no el colectivo número, y
debe concertar el verbo con el sustantivo pájaros. Vese,
pues, que no es por ser el sujeto expresivo de úna
colección indeterminada de personas ó de cosas, por
lo que deba ó pueda emplearse la silepsis. Muche­
dumbre y multitud son colectivos indeterminados, y
sería hoy una concordancia singular é intolerable la de:
“ La 'muchedumbre invadieron á Caracas” ; “ Salieron
al campo una gran multitud". Hoy todos huimos de
construcciones semejantes.
513. Un escritor aprovechado ha dado al verbo
mandar la significación que tiene dominar aplicado á
montes ó edificios. Así he oído decir también en Ma-
.racaibo, y aunque prefiero el verbo dominar, no en­
cuentro mal el uso de mandar, porque éste tiene la
acepción de comunicarse un punto con otro, y porque
el mismo uso ha hecho de él Solís en la Historia de la
Conquista de Méjico; conviene á saber :
Descubrió una elevación del terreno, poco distante del camino, que nuui-
i/it/iti por todas ¡railes la campaña.

514. Resumir es hacer el resumen de un escrito,


de una oración, de un debate, etc., repetir el actuante
el silogismo del contrario ; y convertirse, comprenderse,
resolverse una cosa en otra. Reasumir, es volver á
tomar lo que antes se tenía ó -se había dejado ; y tomar
21
en casos extraordinarios una autoridad superior las
facultades de todas las inferiores ó dependientes de ella.
Asi, incurren en disparate los periodistas y demás escri­
tores que, como el autor del libro Hojas de todos colores,
emplean á reasumir en el sentido de resumir, hacer
resumen. Este error no es sólo de los escritores indi­
cados. Cométese asimismo en España, aun por hom­
bres de letras notables. El insigne filósofo Ni me/, de
Arenas incurrió en él en la pág. i i i del tratado de
Psicología y en la 220 del de Lógica, contenidos en el
primer volumen de su Curso Completo de Filosofía;
pero ni NCiñe/de Arenas consta en el Catálogo délas
Autoridades Castellanas reconocidas como tales por la
Real Academia, ni á las autoridades, como dice ella
misma, se concede valor absoluto, sino valor relativo,
siempre sujeto á previo examen. Every one is Hable to
error. Huyase, pues, de caer en el dislate, porque, si
no hablamos bien la lengua, llegaremos a n o entender­
nos. He aquí ejemplos correctos del caso en cuestión :
F esn iu ien d o. pues, aquí lodo lo dicho, si por lanías razones, ejem plos y ospe-
riencias nos consta que no se halla la felicidad y descanso que torios buscamos
en el mundo sino en I >¡os: ¿por qué no le buscamos en Dios?— Granarla, (¡iría
de /'oradores. /.ib . /. C lip . .Y .Y /.Y . ) — V para re s u m irlo lodo en una palabra,
por este misterio se nos dan bienes de gracia y gloria, (pie son las dos mayores
cosas (pie la omnipotencia de Dios puede dar á una pura criatura.— Granada. D e l
S ím bolo ile lu F e . J ’a rr . ///. Cn/>. . Y / ! '. ) — Dos discursos críticos en que re s u ­
m iendo la historia del arte recomendaba los buenos principios, que nadie intentaba
S íg u ir .— Leandro Fernández de Moratín. I'O lo -le D o n A 'ieo hís F e rn á n d e z de
M o ro tín .

515. Son incontables ya los aficionados á las letras


que escriben frases como estas: “me discierne la honra,”
*ie ha discernido la distinción,” y otras más por el
estilo, fuera de sentido y de conveniencia. Aun escri­
tores notables, ufanados justamente de correctos, han
VERBOS

incurrido en tal falta de propiedad. En la introducción


al libro intitulado Apoteosis del eminente ciudadano D r .
José María larcas, leo: “Se dirigió á la austera capi­
tal de la antigua Caledonia. atraído por la faina é impor­
tancia que el Orbe científico le discernía como ilustre
emporio de los adelantos médicos de la época.”— D is­
cernir fama y discernir importancia, son descuidos muy
notables. En cierto periódico que: aspira á que lo ten­
gan por entendido, y, creyéndose con la suma del saber,
gusta de atribuir la calidad de castizo y correcto al len­
guaje de escritorcillos y poetillas, acabo de leer lo si­
guiente : “ Esta noticia animará á los escritores que
van seguros de que.al mérito y no al favor se discernirá
el premio ” , donde emplea á discernir en el sentido de
adjudicar ó conceder, como otros en el de dispensar, ó
en el de hacer ó en el de otorgar ó de atribuir. Bar­
barísimos desnudos. Conviene saber que discernir es
distinguir una cosa de otra, señalándola diferencia que
hay entre ellas, y se refiere comunmente á operaciones
del entendimiento. Tiene asimismo la acepción forense
de encargar de oficio á uno el juez la tutela de un
menor, ú otro cargo. En toda otra acepción es un dis­
parate, peseá los Diccionarios de pacotilla. Ejemplos
correctos:
1 >c tal manera, que fuera imposible disrrriiii- ó conocer cuál era la ropilla
ó los calzones, quien los viera tendidos en el su e lo .— Alem án, (iir.'i'iíii dr . /A
/■ .iriultr. J 'a r t . I . Lió. ///. Cn/>. J .) — Sin que la prudencia llegue á distentir le
honesto de lo malo, y lo útil de lo dañoso.— Saave Ira Fajardo. /C n tprr;,i ¡ ’l ! . )
--M uchos hacen elección de la vida monástica en edad tan tierna, que apenas
sallen tfisccruir los motivos de su entrada.— Xavarrele. Conft'nnaón d r Mona.--
i/ttfiis.
D i se. X J .I/I.) — Enrócele á usted imposible que un hombre que tan lúci­
damente diserniln el bien y el mal dejase de ser un S an to.— Pedro Antonio de
Alarcón. A’/ Rseándn/o. /.ib. ///. Cap. V I .) — Sean cuales fueren las materias
en que un grande y poderoso entendimiento se ejercite, siempre aparece dominado
por cierta facultad particular que viene á ser ccmo un instinto que le mueve, y
que ayuda á d is c e r n ír íe . — Baralt. D is c u r s o de R e c e p c ió n .

D el sacro empíreo el esplendor d is c ie r n e

Q ue ni en visión columbra
Humano pensamiento. . . .
F élix Soublelle. B a ta lla de A y a n tc h o .

Véanse en seguida algunos lugares correctos en


que los que no entienden el idioma gustan de usar
disparatadamente el verbo discernir:
Su! r.ó hambre, padeció frío, vivió en extremada pobreza, cansóse y desvelóse,
y anduvo muchos caminos, sólo á iin de h a c e r bienes de incomparable bien á los hom­
bres.— Fray Luis de León. X o m lr e s d e C r is to . J .il> . / / . ) — ¿Que importa que
Un,-en mercedes el príncipe, si parece que apedrea, descompuesto el rostro y las
palabras, cuando las h a ce? — San ved ra Fajardo. Id e a de u n P r in c ip e p o lític o -c r is ­

tia n e . E m p . X L l . ) — L o cual le sucedió también al emperador Jusliniano, d á n d o le

el pueblo romano, por haber quitado los tributos que su antecesor Justino tenía im­
puestos, los mayores renombres y atribuios que hasta a llí había tenido ningún otro
antecesor suyo.— Xavarrele. C o n s u lta d e l C o n s e jo S u p re m o de C a s tilla .) — Debe
ser tal el galardón, ó d ad o á tiempo que se pueda aprovechar dél aquel á quien lo
diere.-— Alonso el Sabio. P a r tid a s . Ub. I . 'J 'i t . X X I .) — Estos son pues, hermano
mío, los d o c ; privilegios q u e je con ced en á la virtud en esta vida.— Granada. G u la

de P e ca d o re s . S eg . P a r/ . j.i!> . f. ( '(// .X X IV .) —Para r e n d ir al que la muerte acaba


de arrebatarnos á deshora, con duelo de propios y de extraños, el homenaje de res­
peto y honor que merece su memoria.— B aralt. D i s c u r s o d e R e c e p c i ó n . ) — N o me
atrevo á esperar que acierte á justificaros del voto c o n q u e m e h o n r a s t e i s , conven­
ciendo al público de que soy digno de la investidura que vais á c o n f e r i r m e . — Moti­
lan. D i s c u r s o d e R e c e p c i ó n e n l a A c a d e m i a E s p a ñ o l a ) — Estim ará día feliz aquel en
que logre a d j u d i c a r el premio de cuatro mil pesetas á una novela que en su con­
cepto deba obtenerle.— T am ayo y Baus. R esu m en de r S S i ) — H ubo bastantes per­
sonas que me h ic ie r o n la honra de atribuirme los artículos mencionados.— Juan
Valera. J .a O r ig in a lid a d y e l P la g io ) —E l inmerecido honor q u e r e c ib o y la forma
en í[ue m e lo c o n c e d á is ponen en confusión mi espíritu.— El Conde de la Vinaza.
D is c u r s o d e r e c e p c ió n e n la R . E ) — L e habéis d i s p e n s a d o un doble honor, lla­
mándole á vestro seno para ocupar un sitial que estuvo destinado para trono de
uno de los reyes que aquí se sientan. Tidal y M on.— C o n t e s t a c i ó n a i D i s c u r s o d e l
C o n d e d e la I /ñ a ca .

516. Al frente del periódico E l Cóndor se lee


este aviso permanente: “Para fines que nos com­
piten, hacemos saber: que E l Cóndor no se ocupa de
literatura ni de política.” Todo es peregrino en tal
aviso; pero el compiten pasa de raya. Hasta ahora,
sólo la gente muy vulgar confundía los verbos com­
petir y competer. Neutros ambos, competir, del latín
competeré, contender, pretender lo mismo que otro,
de cum, con, y petere, demandar, pedir, significa en
castellano, ó contender dos ó más personas entre sí,
aspirando unas y otras con empeño á una misma
cosa, ó igualar una cosa á otra análoga en la per­
fección ó en las propiedades, como lo comprueban
las siguientes lecciones, conviene saber:
Q u i s o á lo s p rin c ip io s e s fo rza rs e á competir con e llo s h a c ie n d o fra n q u e za s

e x tr a o r d in a r ia s c o n d á d iv a s de m ucho p r e c io .— A l e m á n . Guzmán tic Al/HracI/e.


J'art. I I . I.ib. ///. L\ip. / '.)— V con la g ra n d e za d e s to s d o lo r e s p a re s c e que

compiten la s in ju r ia s c ig n o m in ia s con que el S a lv a d o r fu e e s c a rn e c id o y des­

h o n r a d o .— G r a n a d a .— D el Símbolo <ie h Fe. J'a rt. / ’. Cup. V I.)--M a s lo s g l o r i o ­

sos c a b a lle r o s d e C r i s t o , competían e n tre s í s o b re q u ié n p rim e r o re c ib iría la co ro n a

d e l m a r t ir io .— G r a n a d a , id . i d . — A c a b ó d e c e rra r la n o c h e con ta n ta c la r id a d de la

lu n a , q u e p o d ía competir con el que se la p re s t a b a .— C e r v a n t e s . Quijote. F o rt.


J'rim . Cop. III.)— Cuando su fo rtu n a y v a lo r a n d a b a n compitienJo en el a u m e n ­

to d e s u p o d e r y e s t im a c ió n .--M o n e a d a . F.xpeJicióu Je los Catalanes y Aragoneses


contra turcos y griegos.)— A fu e rz a de competir en o s t e n t a c ió n c o n la s f a m ilia s

o p u le n ta s , la b r a n en p o c o s n iio s s u c o n fu s ió n , su ru in a y la d e sus in o c e n te s

f a m ilia s .— J o v e l ia n o s . Ley A g raria. Tomo I.

Ahora, competer, del verbo latino competeré, con­


cordar, corresponder, tiene en castellano la acep­
ción de pertenecer, tocar ó incumbir á uno alguna
cosa. Va la comprobación en ejemplos de egregios
literatos:
La v e r g a n z a y a h e d ic h o s e r c o b a r d ía , la cual nace d e á n im o fla c o y m u je r il,

á q u ie n s o la m e n te compete.— A le m á n . Guzmán Je A/farache Par/. T I. /.ib. III.)—

La m a te ria del r a c io c in io puede ser e m p ír ic a , ra c io n a l ó m ix ta . En c u a n to

á la f o r m a s ie m p r e es r a c io n a l y d e c o n s ig u ie n t e e n t r a e n la r a z ó n . L u e g o su e se n ­

c ia compele á la s c a p a c i d a d e s i n t e l e c t u a l e s y al e n t e n d im ie n t o .— N ú í ie z d e A re n a s .

Psicología y Lógica. Cap. IX .


5 17. Colear, denota en castellano el movi­
miento de la cola; y coico la acción de colear. Co­
lear, en la significación de tirar á pie ó á caballo
de la cola de una res á todo correr con el objeto
de derribarla en el momento oportuno; coleada, en la
del acto de derribar la res tirándola de la c o la ; y
coleador, en la del que en las corridas de toros y
en los hatos tira de la cola de la res con el fin de
derribarla en la carrera, son venezolanismos expre­
sivos y bien (orinados, y constan ya en el Diccio­
nario de la Lengua, lo mismo que el mejicanismo
colear en la acepción, hermana de la nuestra, de
“coger el jinete la cola del toro que huye, y, sujen-
dándola bajo la pierna derecha contra la silla, derri­
barle por efecto de mayor arranque del caballo.”
M as. ¿ q u é im p o r t a q u e e l lo r o la s tim a d o

Y a zg a en el e m p e d ra d o ,

I >(.• s a n g rá n d o s e e l m í s e r o á t o r r e n t e s

Si quedan por (olear a u n o tra s g e n te s ?

P r o c la m a n d o a l a u t o r d e ta l (olea,la
El R e y d e la j o r n a d a .

Q u e es h o m b re e l (oteador a s a / d is c r e to .

Je sú s M a. S is t ia g a . I 'na Corrida de Toros.

5 18. A enlazar le damos la acepción de echar


á úno un lazo; y decimos: Fender á uno un lazo, por
Poner á uno una celada. Encuentro que no está
mal la frase, y. que la acepción es muy antigua en
el castellano, como lo comprueba esta lección :
K por me a ¡laxar jn g a s t e s c o b ie r lo .

J u a n Sanche/, d e H u e le . Condotiero de Ilaena.

El Diccionario no da á engorrar sino la acep­


ción anticuada de tardar, detener, aquí desconocida.
VERBO S 327
Engorrar es voz común en Venezuela. Significa
fastidiar, ser -molesto, y es castellana y propia :
R e y g e n t y l, m u y ¡Ilu s tr a d o ,

I .a v e s t í a m e r S e t a c o r r a

C a ss y m i p e rs o n a engorru
M u e r ta la v e o p riv a d o .

A l f . A lv a r o / .d e V illa s a n d ir m . Ciintionerod, A'u un.

519. Usamos como recíproco el verbo concer­


tar en la acepción de ajustarse el criad») ó domés­
tico para servir en una casa ; y aunque tal acepción
no consta en • el Diccionario, castellana es. y propia
y castiza, y tiene la autoridad del gran manco de
Le panto :
Q u e rría y o s a b e r c u á n to g a n a b a u n e scu de n* d e u n c a b a lle r o a n d a n te e n aque­

llo s t ie m p o s , y s i .f<- eomertnbiw por m eses ó por d ía s c o m o peones de a lb a ñ il.—

C e rv a n te s . Quijote. / ’iim . P a r!. (<//>. . V . V .

520. Cuando hacemos diferencia entre ensanchar


y anchar, empleando este último verbo, que no consta
en el léxico, obramos lógicamente. En efecto, anchar
y ensanchar no son una misma cosa. Ensanchar. co­
rrespondiente de ensanche, es extender, dilatar, anmen­
tar la anchara de una co sa ; mientras que anchar,
formado de ancho, significa hacer ancha alguna cosa,
dar anchura. Su significación es propia, y su formación
perfecta. No es venezolanismo, ni americanismo, pues
se usa también en España :
.. .. Y e n ¡a c a b e z a lo lla m a d o e n to n c e s m o rrió n , y después chacó, u n e ib a

uiiilmitilo según s u l n 'a . - - A l c a l á (¿ a lb in o . /\V« uorJos <ii u n ou-.¡ono. /_?,/

521. Abahar. que el vulgo dice abajar, abajear y


bajear, arrojar el baho por la boca, respirar con fatiga,
y tpie el diccionario escribe hoy vahar y vahear, de vaho,
que deriva del latín vapor, es castellano, y parece ser el
árabe aballar, despedir vapor, exhalar:
Y no m enos en la f u e r z a del e s lío , cuando aballamos con e l c a lo r g ra n d e ,

hace el C ria d o r q u e se le v a n te un a ir e fre s c o que se r e f r ig e r a n la s e n tra ñ a s .

F ra y L u is d e G ra n a d a . D e l Símbolo de Id De. Darte. /. Cap. 17/.

522. Refirmar tiene la acepción de estribar, apo­


yar una cosa sobre otra, y es castellana.
V p a ra refirmar l o s p ie s s o e c e s ,

E l o r o s e r v ir á d e n u e s tra s c ru c e s

H a c i e n d o d e é ¡ la b r a d a s e s t r ib e r a s .

A rg e n s o la . Tragedia Isabela.

523. Cuando los escritores venezolanos y los que


no son escritores dicen: "le sepultó el puñal en el pe­
cho" ó “vi á Fulano sepultado en honda tristeza,” dan
al verbo sepultar dos acepciones que positivamente no
constan en el Diccionario ; la primera es la de intro­
ducir, meter, ó hacer entrar ó penetrar una cosa en
o tra : y la segunda es la de entregarse del todo á la
contemplación, al dolor, al placer, ó mejor, dejarse llevar,
arrebatarse de un pensamiento ó afecto. Estas acep­
ciones figuradas, son muy castellanas:
Y d á n d o le e n u n lu d o le sepultó d o s c o s t illa s e n el c u e r p o .— C e rv a n te s . Q u i­
jote. Driiu. Dar/. Cap. A 7 7 / / .)— D o n Q u ijo te sepultado e n lo s p e n s a m i e n t o s d e

su s a m o re s , y Sancho en lo s « le su a c r e c e n t a m ie n t o .— C e r v a n t e s . Quijote. Seg.


Dar/. Cap. X X X .

524. Hay ya entre nosotros periodistas que em­


plean como neutro el verbo disfrutar. Entiendo que
se debe este dislate al salado escritor español D. Luis
Taboada, cuyos escritos son muy celebrados en la R e­
pública. Comienza Taboada un escrito intitulado E n
Broma con estas palabras: “ Hay personas que disfru­
tan muchísimo cuando viajan.” Ocurre naturalmente
preguntar: ¿Y de qué disfrutan? Mas, ¿quién puede
saberlo, si no lo dice ! Disfrutar es activo ; no es neu­
tro ni reflexivo. En el mismo sentido, como neutro, se
emplea también á gozar, y debe evitarse por impropio.
Ejemplos correctos :
S in p ro t e c t o r e s y s in e n e m ig o s disfruta del bien m á s a p r e c ia b le , la q u i e t u d , la

p a z .— lla r tz e n b u s c h . E l Lugareño en M a d rid . — H a s ta la paz de A u g u s to no

p iu lo gozar e l c u ltiv o en E sp a ñ a ni esta/dlidad n i g ra n fomento— J « v d ía n o s . Ley


A g raria.

525. A.rdci\ como activo, en el sentido de abrasar,


quemar, casi no tiene uso. en España, pero indudable­
mente lo tuvo :
T ú q u e lo s m o n t e s ardes s i lo s t o c a s .

K ra v L u is de L e ó n . Salmo C I I I .

Tal uso es común por acá, y aun se emplea el


verbo como reflexivo: s e e s t á a r d i e n d o ; m e e s t o y a r ­
d i e n d o , s e a r d e d e a m o r e s ; lo que no encuentro mal.

526. “ Pues no quiso d u r a r su apuesta," oí decir un


día en iVíaracaibo, y dudé si el que hablaba personificaba
la apuesta ó empleaba como activo el verbo d u r a r . Vi
más tarde que aquel era un uso anticuado que no
apunta el Diccionario de la Lengua:
L a g r a c ia d e D io s s ie m p re es d u r a d e r a

E n q u ie n dura s u a m o r , y s u c e d ie n d o

l ’o r m i l g e n e r a c i o n e s p e r s e v e r a .

F ra y L u is de León. Salmo G IL

Donde se ve á d u r a r como sinónimo de M a n t e n e r ó de


s e r v ir . Ningún escritor se atrevería hoy á tanto. Ejem­
plo correcto :
E n G ra n a d a dura e ste n o m b re p o r a lg u n a s p a rte s : y la m e m o ria en e l s o to

y to rre d e R o m a .— H u rta d o de M e n do za . Guerra de Granada. L i l . P rim .

527. A l verbo apurar se le emplea en la acepción


de apremiar, dar prisa, y ésta indudablemente es espa­
ñola, pues es la misma del siguiente pasaje del Padre
Isla eñ E l Casamiento por Venganza;
V la apuraba p a ra q u e e n tra s e e n la c a m a .’ ’
De apanalar, dar forma de panal, digo lo mismo :
C o n u n c u e llo apanalado,
¿ Q u é f e a ld a d n o se e n m e n d ó ?

A h irc ó n . f_.ii ! 'erJad Sospeeliosa.

La formación de tal verbo es perfecta.


528. Tiene peinar la acepción de tocar ó rozar lige­
ramente una cosa á otra : especialmente se le dan nues­
tros carpinteros (pie dicen que una hoja de ventana ó
puerta peina con la otra. El verbo en este uso es
neutro. Como activo lo usan los poetas castellanos:
M ie n tra s m ira b a

Cóm o peinaba
I.a m a r s e re n a

L a le v e a re n a .

M a rtín e z d e la R o s a . Coneián del Caulreo.

El uso es antiguo:
N e g r o e l c a b e llo , im ita d o r u n d o s o

D e la s o s c u r a s o n d a s d e l L e t e o ,

A ! v i e n t o (| u e l o peino p ro c e lo s o ,

V u e l a s in o r d e n .

G ó n ^ o ra . Fábula Je J ’olifemo y (iala/ea.


C e d r o o f e n d e á lo s c i e l o s d i l a t a d o ,

A q u ie n peina ó h a la g a le v e e l v ie n t o ,

U s u r p á n d o s e a l lin c e m á s a te n to

P e n a c h o d e e s m e ra ld a s c o r o n a d o .

F ra y l í o r l " . F é lix l ’a r a v i c i n o . /'au/anee.

529. Retraer se emplea á las veces en el sentido


de volver á traer, y esta acepción, que parece ser la más
natural del vocablo, teniendo cuenta de su formación, no
es venezolana, pues se encuentra en autores españoles,
bien que no en los (pie están reconocidos como autori­
dades castellanas. Don Juan Martin Cordero, en la
traducción de la Historia- de la Guerra de los Judíos por
Flarrio José/o, Libro V il, Cap. I X , Pag. 259, de la 5:.1
edición, d ice:
. . . . lo s d e m á s h u y e ro n , y rr/ruycinto su fu e rza lo s Rom anos c o n tra e llo s ,

v o lv ía n á r e s is t ir le s , y com o lo s ro m a n o s o tra vez v in ie s e n c o n tra e llo s , lu e g o

huían. . . .

Y a que de esta acepción de retraer hablo, indicaré


que reaparecer, verbo de uso general, no se encuentra
en el Diccionario; pero verdad es que tampoco se en­
cuentran exculpar, orificar, depreciar, y otros necesarios
y sin pero. Reaparecer por “ volver á aparecer,” lo
emplean hasta Académicos de la Lengua:
V in o e n to n c e s á t u r b a r su re j» « n u n ta rd ío a m o r, y el flu jo m e n s tru o >\«-
pttrcfió. y s ig u ió d u r a n t e a lg u n o s años m á s .— M o n t a n . Higiene 3.1 Mo.lriinonio.
Cap. X . Ptíg. 333- Te rc e ra K d ie ió u . R lv a d e n e y r a .

530. Tejar es para nosotros el lugar donde se


fabrican tejas, ladrillos y adobes. No le damos otra
acepción. Decimos también correctamente tejería por
tejary en el sentido indicado. Cubrir con tejas las
casas y demás edificios y fábricas, es para nosotros
entejar; y quitar las referidas tejas, desentejar. 'Lo­
do esto está conforme con el genio é índole de la lengua;
es lo regular, y á pesar del Diccionario debe ser
español porque se usa no sólo en Venezuela sino
también en otras repúblicas hispano-americanas que
no tienen entre sí frecuente comunicación con ella.
Si entejar y desentejar nó son vocablos castellanos
por fe de bautismo ó carta de ciudadanía, merecen
serlo por su limpia alcurnia y su escudo nobiliario,
aunque de barro cocido.
531. Hay un galicismo (pie está haciendo camino
en Kspaña y en América, aun entre oradores y perio­
distas célebres, si bien no entre hablistas celosos de
la pureza del lenguaje. Ks el verbo acaparar. del
francés acea,parer, estancar géneros ó frutos, comprar­
los para hacer monopolio con ellos. ¿ Y para qué lo
necesitamos, cuando tenemos los verbos monopolizar,,
estancar, adquirir, apoderarse, usurpar, comprar, re­
colectar, recoger, acopiar, acumular, reconcentrar, y
hasta robar, según lo que se quiera expresar con
claridad ? Nuestro vocablo es acaparrarse, y sólo
significa guarecerse bajo la cap a; y figuradamente,
acogerse á la protección de alguno. Pues hablemos
castellano.

532. "Ojalá practique y actualice sus obras siem­


pre en armonía con los principios de la virtud,” es­
cribe cierto señor Canónigo dado á las letras. Así
dicen por ahí algunos más, pero en boca de dig­
nidad tan elevada, es sobremanera pernicioso. Actua­
lizar es verbo que no existe ni tiene para que exis­
tir en el castellano. Los mismos franceses, cuyo es,
no le dan sino la acepción forense de actuar, caracte­
rizar legalmente un contrato. D e algún „tiempo acá
lo usan periodistas y noveladores franceses en el sen­
tido de dar interés actual, de hacer oportuna, ó coetá­
nea, ó del (lia alguna cosa, por lo que en tal sentido
aun en francés es un neologismo, no autorizado por
los doctos. Tal vez el autor del escrito quiso decir
que hiciese convenientes ú oportunas ó útiles, ó les
diese novedad, ó interés, ó estilo ó sabor moderno
á sus obras; pero esto no es más que - una suposi­
ción, pues no dice nada de eso. Hablando Jovellanos
de corregir y formar de nuevo las leyes, en su discurso
sobre la necesidad del estudio de la Lengua para
comprender el espíritu de la legislación, d ice: "Tú,,
que debes ser el depositario y el órgano de ellas, sé-
también quien las form e y publique.” Claro que los
galipardistas hubieran dicho : quien ¿as actualice, ¡ y
santas pascuas!
533. El verbo prestar se emplea correctamente
en todo el territorio de Venezuela, excepto en los pue­
blos occidentales desde Maracaibo hasta el Táchira,
en los cuales, al mismo tiempo que su acepción le-
gitima, le dan muchas personas la del anticuado c¡Ji­
pi'esti llar, andar pidiendo prestado. Tal acepción de
pedir prestado ha sido indudablemente introducida de
la Nueva Granada, hoy Colombia, donde, según el
señor Cuervo, es corriente. La vecindad de Mara­
caibo y el Táchira con la indicada república herma­
na lo comprueba. No he podido encontrar testimonio
de que prestar haya significado pedir prestado; pero
sí de que emprestar tuvo este sentido. En la página
155 de su Diccionario de voces aragonesas, dice el
señor Borao ; “Amprar. a. tomar prestado; la Acade­
mia y el Diccionario aragonés de Peralta añaden que
significa también pedir prestado. Timoneda en su So­
bremesa, dice : para ampararle un ducado, que tenía
grandísima necesidad de él. (Nótese su parentesco
con el emprunter francés).” Ampras significaba tam­
bién empréstito, según la frase de Pedro de Cunchillos
que trae el mismo Borao en otro artículo:facen am­
pras y ajustes de gentes así de á caballo como de á
p ié para facerse guerra desaforada. Este amprar (pe­
d ir prestado) que el Diccionario de la Lengua trae
también como aragonesismo, es, en concepto mío. el
mismo castellano empavar que con la significación de
defender se lee en el siguiente pasaje de Berceo :
Toda tu cosa, m a d re , es to n !> ¡en adunada.

Que q u ie n en tu s o la z e n tra una vegada


Siuisi|>rc* sm cosa es m e jo r n U in a t ln .

1 l.rl «iia lílo en c a lió e! a lm a ¡w pitrinin.


l.t'orcs ii¡‘ X ti,í/ rn Sifíi'm . 2o0.

Amparar no parece: haberse formado de am y


parare, aprestar, preparar, ganar, lograr, porque en
tal etimología no hay en puridad sino semejanza de
forma, lo que no basta científicamente. Ampara?
viene históricamente de amprar ó empatar. formas
sincopadas de emprestar ó ampresiar, vocablo forma­
do del acusativo cm y ptes/aro, abrigar, defender, ga­
rantir. proteger, preservar, suministrar, proveer, dar.
Kl que hace algo de esto ampara. y cimpat a el que
presta. ó facilita lo que otro ha menester. No in­
vento i:sta etimología: la defienden y comprueban las
variantes históricas de los vocablos, su significación,
y su derivación. La significación di: pedir prestado
que tuvo ampra r ó emparar ó amparar, es decir, el
primitivo emprestar, se ve asimismo en la significa­
ción de empréstito (que en escritores anteriores al si­
glo X V encuentro con las formas empresto y empres­
tido), la cual denota la acción del verbo en el signifi­
cado ile solicitar, pedir, exigir prestado ; como en
préstamo se ve la de prestar: dar prestado. Oue em­
prestar haya tenido también á las veces la significa­
ción de prestar, en nada se opone á lo que en es­
te artículo digo, ni á que se establezca que empres­
tar es pedir prestado; empréstito la acción de em­
prestar ; y préstamo la de prestar, ó pedir prestado.
534. Salva incluye en su Diccionario el verbo
enjaminar como provincialismo cubano, con el signifi­
cado de aunar ó colocar algo con poca, gracia; pero
es de uso antiguo en Venezuela, donde su significa-
ción es la de componerse, adornarse, ataviarse,' y así.
o n r
YKKIM »S ooí)
hablando de una persona, se dice: “ One mal enja­
minada, está !” ó (*¡ Vaya, que está bien enjaminada
hoy !” H1 tal vocablo parece corrupción de enjalmar,
y posible es que pertenezca á algún dialecto español.
535. Embastar por hilvanar, esto es, por apun­
tar ó asegurar con hilvanes lo que se ha de coser
después, acepción que ha sido ya autorizada por la
Real Academia Española, es puro aragonesismo, for­
mado de la preposición en, y de basta, hilván, del an­
tiguo alemán bestan coser.
536 Aragonesismos son asimismo alegrarse por
gozar ( y de aquí el sentido de embriagarse que se
le da también á tal vocablo ); condenar, por irritar,
enfurecer ; enjaretar, por intercalar, incluir ; combala­
charse, por confabularse; y probar, por catar; que
yo recuerde.
537. De la analogía que en muchos verbos
tienen las terminaciones ar y car, resulta una con­
fusión que da origen á no pocos despropósitos don­
dequiera que se habla el castellano. Porque es lo
mismo besucar que besuquear; cimbrar que cimbrear;
escamotar que escamotear; agujerar que agujerear;
contornar que contornear; chapurrar que chapurrear;
centellar que centellear; galopar que galopear; jaro­
par que jaropear; golosinar que golosinear; silabar
que silabear; sondar que sondear; romanzar que
romancear; remolinar cpie remolinear; herbajar que
herbajear; amonedar y monedar, que monedear; tra­
pazar que trapacear; sombrar que sombrear; soletar
que soletear; romanar que romanear; respausar que
rcsponscar; garrar que garrear; sonrosar que son­
rosear; travesar que travesear; vagar que vaguear;
usurar que usurear; vaporar que vaporear; veranar
que veranear; ventiscar que ventisquear; trompar que
trompear; atenazar que atenacear: forcejar que f o r ­
cejear; martillar que martillear; zarandar que zaran­
dear; confunden no pocos otros verbos que tienen
tales terminaciones, pero diversa significación, como
adular (lisonjear) y adulcar (vocear, vociíerar); ajar
(maltratar) y ajear (quejarse la perdiz acosada); ar­
car (sacudir lana) y arquear (formar arcos); bordar
(enriquecer una tela con labores) y bordear (dar
bordadas); barrar (embarrar) y barrear (cerrar, for­
tificar con maderos ó faginas); bastar (abundar, ser
suficiente) y bastear (echar bastas); bromar (roer la
broma la madera) y bromear (chancearse); cabestrar
(echar cabestros á las bestias) y cabestrear (seguir
sin repugnancia la bestia al que la lleva del ca­
bestro); campar (en la acepción de acampar) y cam­
pear (salir á pacer los animales, etc. ); cazar (perse­
guir animales para cogerlos ó matarlos) y cacear
(revolver una cosa con el cazo); cuartar (dar la cuarta
vuelta de arado á las tierras) y cuartear (dividir en par­
tes, etc ); escopetar (cavar y sacar la tierra en las minas)
y escopetear (disparar repetidos tiros de escopeta); granar
( irse llenando el grano en la espiga ) y granear (es­
parcir el grano ó semilla en un terreno); lograr
(conseguir, alcanzar) y logrear (dar ó recibir á lo g ro );
machar (machacar) y machear (engendrar más machos
que hembras); moldar (amoldar) y moldear (hacer mol­
duras); palmar (morir, dar por fuerza) y palmear (dar
palmadas); pavonar (dar al hierro color azulado obs­
curo); y pavonear (hacer uno vana ostentación, etc.)
puntar (apuntar faltas, etc.) y puntear (tocar la vihue-
la, etc.); raspar (raer ligeramente, picar el vino ú otro
liquido, hurtar); y raspear (correr con aspereza la
pluma despidiendo chispillas de tinta); pulsar (tomar
el pulso, tocar, golpear) y pulsear (probar la fuerza
del pulso dos individuos, asida mutuamente la mano
derecha ó la izquierda, y apoyados los codos en al­
guna cosa) ; rasgar (en la acepción de romper, ha­
cer pedazos) y rasguear (tocar la guitarra ú otro ins­
trumento de cuerdas arrastrando la mano por estas,
hacer rasgos con la pluma); replantar (volver á plan­
tar, etc.,) y replantear (volver á señalar la planta de
un edificio); revolar (dar segundo vuelo el ave, re­
volotear) y revolcar (en la acepción de derribar á uno
y maltratarlo); saltar (dar saltos) y saltear (acometer,
sorprender, sobrecoger); florar (dar flor árboles y
plantas) y florear (adornar con flores, decir flores);
transflorar ó trasflorar (copiar un dibujo al trasluz)
y transflorear ó trasflorcar (dar un color sobre plata,
oro ú estaño); secretar (segregar las glándulas, mem­
branas y células) y secretear (hablar en secreto); tor­
nar (volver lo tomado ó restituir, etc.,) y tornear
(labrar ó redondear al torno, dar vueltas en torno,
desvelarse con alguna idea); varar (encallar, etc,.) y
varear (dar golpes con vara ó palo, etc.); vacar (ce­
sar por algún tiempo en una ocupación, etc.) y va­
quear (cubrir con frecuencia los toros á las vacas);
volar (ir por el aire las aves é insectos, etc.) y vo­
lear (herir en el aire la pelota, ú otra cosa, - para
darle impulso); zapar (trabajar con la zapa) y za­
pear (espantar al gato, ahuyentar á alguno). Aunque
la Academia Española, fundada en el uso de autores
esclareciddos, da á dentellar la significación de dar
cliente con diente, de frió, de miedo, etc,; y á dentellear
la de mordiscar, clavar el diente, autores hay que no
hacen distinción entre las dos formas. Véase el si­
guiente ejemplo :
<'«va temerosa visión de lodo pimío remató el ánimo cíe Sandio l’anza, el
cual comenzó á dar diente con diente como quien tiene frío de cuartana, y cre­
ció más d batir y t/en/.i/enr. cuando distintamente vieron lo que era.— Cervantes.
(W /.'A. Pri/n. Por/. Cii/>. .W.Y.

Pero casos como este, atendido el uso general,,


son sin duda descuidos, y no deben imitarse.
538. A pesar de que arria es de antiguo
lo mismo que reata, arriar no es estimular las bes­
tias para que echen á andar, sino voz puramente
marinesca con que se significa bajar las velas ó las
banderas, ó aflojar, largar ó soltar un cabo. El ver­
bo que tiene la significación de estimular las bes­
tias para que anden, es arrear, derivado de ¡arre!
No deben confundirse, como lo practican tantos.
Arrear el borrico. A rriar la bandera. A cada pa­
so se encuentran correctos ejemplos en los buenos
autores castellanos, y á la mano está cualquier dic­
cionario del idioma, que todos, salvo raras excep­
ciones, copian naturalmente las mismas defini­
ciones. En Venezuela se le sabe emplear también
correctamente:
I )esala los ronzales
De aquellos animales
Y para arrear decía :
¡ Arre, mulita mía !
Sistiaga. E l Arriero y el Peregrino.

Una vez que he citado el verbo arriar voy á


hablar de la acentuación de los verbos terminados en
iar, en uar y en oir, por creerlo conveniente:
Por discusiones habidas en Maracaibo, me han con­
sultado los señores D. Miguel Zapata y D. Enrique
Ferrara si debe decirse yo vacio ó yo vacío. Perte­
nece esta consulta á una de los puntos más oscu­
ros de la ortología castellana, ya que ni diccionarios
ni gramáticas, como lo observa I). Andrés Bello, dan
mucha luz respecto de la acentuación de los verbos
en iar y e n . uar. El Sr. Cuervo (i), siguiendo el
parecer de Bello (2), pretende que debe decirse yo
vacio; y esto cuando uno y otro sientan que puede
establecerse la regla de que si el verbo se compone
ó deriva de un nombre, se conserva el acento de és­
te. Dedúcese' que fundan la acentuación de vacio en
la autoridad del uso ; pero en esto hay error. Ten­
go bien averiguado que si es cierto que por Astu­
rias, Vizcaya, Navarra y Aragón se dice yo vacio, co­
mo se dice asimismo yo rócio, yo arrio, también lo
es que en entrambas Castillas, en Andalucía, en V a­
lencia, en Murcia, en Estremadura y en Barcelona,
como en casi todas las repúblicas de la América Es­
pañola, se pronuncia yo vacío, como se pronuncia
asimismo yo rocío, yo arrío. Lo que puede sentarse
es que de los verbos terminados en iar y en uar
disuelven el diptongo en el presente de indicativo,
en el presente de subjuntivo y en el imperativo, los
siguientes, á saber:
Aliar, Ampliar, Arriar, Ataviar, Averiarse, Aviar,

(i) Lenguaje Bogotano, Pág. 143


{2 ) Principias tle la Ortología y Métrica de la Lengua Castellana. Part.
Seg. § III.
Ciar, Confiar. Contrariar. Criar, Cuantiar, Cariarse,
Calofriarse, Desafiar, Desconfiar, Descriarse, Desliar,
Desvariar, Desviar, Descarriar, Enfriar. Enviar, Es­
piar, Estriar, Expiar, Fiar, Filiar. Gloriar. Guiar, Has­
tiar. Liar, Piar, Porfiar. Resfriar, Rociar. Triar, Va­
ciar. Variar, Vigiar, Zurriar, Acentuar, Actuar, Arruar,
Atenuar. Avaluar, Conceptuar. Continuar, Desvirtuar,
Efectuar, Exceptuar, Extenuar. Fluctuar, Graduar,
Habituar, Individuar, Infatuar, Insinuar, Perpetuar. Pun­
tuar. Redituar. Situar, Tumultuar, Usufructuar, Valuar.
Y de igual modo, que de los verbos terminados en
cir, disuelven el diptongo en los mismos tiempos, y
además en el infinitivo como algunos de los citados
en ¿trr, los que siguen: D esleír-E ngreir-Freír-R eír-
Sonreírse. Los ejemplos de versos no sirven para es­
tablecer reglas en estos casos, porque el uso es
generalmente vario, debido á las imposiciones, de la
rima y del metro. Por esto al mismo tiempo que en
el lenguaje común se dice con toda propiedad yo an­
sio\ abundan los poetas que escriben yo ansio.
C A P IT U L O VI

FRASKS, MODOS A D V K R Í5IA I.K S, MODISMOS V RKI-RAXKS.

539. Grave error el de creer que los vocablos de


un idioma permanecen estacionarios en su significación.
Precisamente es en esta parte de la lengua donde la
evolución y la transformación son mayores, porque ellas
sirven á la expresión de las ideas reflejando los diversos
matices de estas; los cuales son tan varios y movibles
como el pensamiento del hombre y el eterno combate
de la humanidad. La sintaxis, que es una come alma
de las lenguas, permanece la misma en sus leyes mate­
máticas, en el fondo que constituye la base de su natu­
raleza ; pero las voces varían en el tiempo y en el
espacio, y á las veces ó se gastan ó se transforman
como resultado del continuo uso, que fuera del ánima
nada hay en la vida inmutable y eterno. ¡Cuántos
idiomas no han desaparecido ya de la escena del mun­
do ! Cuántos no se han modificado lentamente en vir­
tud de los tiempos ; y cuántos transformado violenta­
mente á poder de guerras 6 irrupciones inesperadas !
Y así. no obstante, se quiere que vocablos y frases que
han alcanzado desarrollo natural, conforme á leyes lógi­
cas y eternas y al carácter propio del idioma, sean
rechazados por parecerse á los de tal ó cual otra lengua,
confundiendo por tal modo la fuerza de la barbarie con
lo que es evolución natural, y lo que es parentesco ó
semejanza con lo que es idiotismo.
540. Baralt, porque los franceses dicen avoir licu.,
acontecer, acaecer, suceder, tener electo, sostiene que
tener lugar no significa en castellano sino tener cabida.
Ni quiere que se emplee la voz lugar en vez de la de
sitio ó paraje ; y bien que censura algunos verdaderos
galicismos, lo cierto es que la mayor parte de ellos no
provienen, como se supone, del empleo de la voz lugar,
sino del verbo que la acompaña ó de la construcción
de la frase. El castellano es hermano del trances.
Entrambos tienen del latín el término lugar (francés
/¿en, latín loáis) con las acepciones de sitio, paraje,
puesto, colocación, punto, motivo, ocasión, tiempo, opor­
tunidad ; pero uno y otro tienen también acepciones
que no les son comunes, las unas tomadas del latín, y
desarrolladas metafóricamente las otras. Lugar es más
vago para los franceses que para nosotros. Nosotros
decimos lugar del sitio, parte ó pasaje de un discurso,
y para los franceses en tal acepción la voz correcta es
endroil, (pie para ellos es más determinativa que lien.
Nosotros decimos el último lugar, el lugar de honor,
tener ó tomar lugar; para ellos en estos casos lo correcto
es la derniere. place; la place d' honneur; avoir ó preiulre
place. Por el contrario, ellos dicen venir de bou licu,
y nosotros 'descender de buenafam ilia; ellos teñir lien de,
y nosotros reemplazar, sustituir; ellos au lien que,
y nosotros en tanto que. mientras que; porque esos
son verdaderos galicismos, es decir, idiotismos propios
del francés. Baralt se equivoca : indudablemente que
tener lugar significa tener cabida-. pero su significación
más castiza V común es la de: tener ti aupó, ocasión ú
oportunidad. Veamos ejemplos de autoridades caste­
llanas en distintas épocas:
Porque cuando la justicia llamó calaban en una cama haciendo las paces, y
con el alarma no habían huido lugar de lomar sus vestidos.— l l . d e lama, ¡'¡da
di’ Lazarillo de Tormos. Cap. X I V .) — Mas vivía el rey con tal cuidado y guarda,
que no (¡¡rieron tugar do ejecutar su deseo.- -(riñes Pérez de Hita. Cuereas
driles de Cranada. Parto [. Cap. XTV.)— No tengo lugar de decir lo que qui­
siera.— Sta. Teresa. Carla C X .)— Y rogó al cura que cuando lindóse lugar le en­
senase. -Cervantes. Quijote. Parce 1Vim. Cap. X X IX .)— Y o dije que en un caso
que yo figuraría me parecía «pió podría tener aquello tugar.- Fray l.uis de León.
/isrrito ue tS de abril de t . g j j .) — La ocupación de mis negocios os tan grande
«pie no tengo lugar de rascarme la cabeza.— Corvantes. Quijote. Parte Scg.
Cap. 1..)-—De suerte «pie no //¡viese lugar, poniéndose sobro Lieja, de apoderarse
dolía sin «pie él se lo estorbase socorriéndola.— Mendoza. Can/, atarlos de las
guerras de tos Países Pajas.) — Sus llantos y clamores cargaban sobre su afligida
república, que lastimada de ellos turo poco lugar «le alegrarse con los vivas «leí
triunfo.— Molo, (itierra de Cataluña, [.ib. I. 3 1.) ---Que apenas Itera lugar el
enemigo para servirse de las armas arrojadizas.— Solis. C-un/uista de Méjico.)--
A llí se encontraba cuando taro tugar la rebelión de Tu pac-A maní.— Juan Valora.
/.'/ Cota. Mendoza. J¡'.

Con los verbos dar. tomar y haber, se encuentran


asimismo en estos autores, y en Granada, Moneada,
Navarrete, Hurtado de Mendoza, Coloma y otros más,
numerosos ejemplos en que lugar tiene la significación de
tiempo, ocasión y motivo. El ejemplo trascrito del
Maestro León, el de Valera, y los dos que pongo á
continuación patentizan cuán fácil era que la frase tener
lugar pasase, por la gradación de ocasión y tiempo, á
significar
O suceder, acontecer:
Su testamento, por la grandeza de sus riquezas, nu turo lugar, así c-nm la
pobreza de Pisón fue causa de que ie /árlese el suyo.—Coloma. Cayo Cornelia
Tatito. Lib. I.)— V si teniendo respecto al interés, «pie es otra razón, n<i nos
convienen, porque habernos de acudir á sus necesidades, á que no puede bastar la
vida, ni la hacienda (ie uno, si los amigos son muchos; tampoco tiene aquesto
lugar. — Fray Luis de León. Xowóres de Cristo. Lib. III.

El modo adverbial en lugai por cu vez, es muy antiguo


y corriente en nuestro idioma :
L'.u lugal de iusli£ia regnana falsidal.— Lió. <ie .-t/exaudre. C. 1554 .)— Y
que por ella los hombres en lugar d é lo s falsos dioses -habían de adorar al Dios
de Abraham.— Grana»la. D el Sinthe/o de la Pe. Quinta Parle. Cap. VJ.
Dije ya que lugar en la significación de paraje,
sitio, pueblo, etc., es más propio del castellano que del
francés, y presento ahora lecciones :
¿Que otro tuzar nos quedaba de descanso sino la España?— Meló. Guerra
¡ir ('«/tul'tulu. Lih. II. 66. ) — No entenderse en ella que hubiese hecho mudanza
de Jcnmiingen su campo, lugar en que le dejó alojado-— Mendoza. ( 'omentarios
las giirr/iis ¡ir las Países fíajos.)— A ningún edificio, á ningún lugar sagrado
perdonó la furia v la ¡lama. Preve espacio de tiempo vió en cenizas las villas y las
ciudades. Saavedra Fajardo, /'.tupresa X I I .) — Kn las ruinas de tantos tuzaras
sin población se ve que carece (Castilla) de la antigua y numerosa que tuvieron.—
Nnvarrele. L\'//se■■ ración ¡la Monarquías. Discurso. I l .) — El efecto de toda la
tregua es la suspensión de las hostilidades. Podemos por consiguiente hacer en
ella, y en los lugares de que somos dueños, ó dentro de los límites prescritos pol­
la convención, lodo lo que es lícito durante la paz.— Pello. Principios tic Dere­
cho Internacional. Cap. IX.

Mendoza, en los Comentarios de las guerras de los


Países Bajos. emplea á lugar en la significación de
espacio, punto, claro: " Y con tan buen orden formado,
dice hablando de un escuadrón, que aun con la vista
no se hallaba lugar en él para entrarle ni acometerle.”
Creo que en materia de lengua tan perjudicial es el
excesivo celo como el abandono y descuido de los
maestros, y que para fallar en ciertas cuestiones que á
ella tocan es menester detenido estudio y meditación,
para no extraviar á los escritores con estrechos proce­
dimientos.
541. Tan deficientes son todas nuestras gramá­
ticas v diccionarios en lo relativo al régimen de las
preposiciones, que cuando el progreso de las ciencias
y de las artes nos obliga á emplear frases nuevas ó de
que no hay ejemplo en los clásicos castellanos, raro
es que no veamos disparidad de pareceres acerca del asun­
to aun entre los más calificados hablistas ; y raro asimis­
mo que si la frase nueva se asemeje por algún modo
á la que en francés le corresponda, no se la tache
de galicismo, olvidando que entrambos idiomas son
hermanos, que abundan en vocablos y locuciones se­
mejantes, y que lo que debe estudiarse es si la fra­
se en cuestión se conforma ó no con el genio de la
lengua, y conviene ó no á la perspicuidad y hermo­
sura del habla castellana.
542. Las frases dibujar á la pluma, al carbon­
cillo. al lápiz, etc., son de las que establecen discor­
dia entre los hombres de letras más entendidos. ¿ Có­
mo debe decirse, dibujar á la pluma. ó dibujar á
pluma, ó dibujar de pluma ? Diversos son los pare­
ceres á este respecto; y por ello quiero yo manifes­
tar el humilde mío. con el fin de ver si la Real
Academia Española estudia y resuelve el punto, como
puede y sabe ella hacerlo, docta y categóricamente,
de modo que todos sepamos á qué atenernos. La
preposición de, en su oficio de genitivo, no expresa
más que la posesión ó pertenencia; y en los distin­
tos casos de ablativo no tiene el de indicar el instrumento
con que se hace alguna cosa, como sientan no pocos gra­
máticos. confundiendo así la causa eficiente del hecho
con el instrumento que la determina ; pues cuando se
dice : muerto de una- puñalada ó -murió de un sabla­
zo, ni el puñal ni el sable están gramaticalmente in­
dicados por la preposición de, aunque ideológicamen­
te se les suponga. Lo indicado por ella es únicamente
la causa inmediata de la muerte, esto es, la puñalada
y el sablazo, que no son más que efectos del puñal
y del sable. Compruébase ello sustituyendo los vo­
cablos puñalada y sablazo con los de fiebre, cólico ó
cualesquiera otros indicativos de enfermedades mor-
tales, pues se ve así que la causa que origina éstas,
ni siquiera se trasluce en la locución, y no importa que
haya sido ó no un instrumento de muerte. Cuando
en nuestro idioma se sustituye la preposición de á
la preposición con es cuando se quiere indicar un esta­
do del ánimo, como en esta frase: de mal humor.
En murió de hambre, lo hizo de soberbia, la prepo­
sición de no tiene, sin embargo, la significación de
con, sino la de por, por efecto de. Por lo tanto .es
impropio decir dibujar de pluma. Pero como la pre­
posición de suele colocarse después de un verbo, y
aun de un sustantivo, rigiendo á un nombre, con
elipsis, como en las frases: dame de tu pan, dame
de tu dinero, en que están callados un pedazo y un
poco, la frase dibujo de pluma, que apuntan la Real
Academia Española y D. Rafael María Baralc, es
correcta, porque en ella está elidido el termino he­
cho : dibujo hecho de pluma. No acontece lo mismo
con dibujar de pluma, dibujado de lápiz, dibujando
de caí boncillo. donde no cabe suponer elipsis ningu­
na ; por lo cual tales locuciones, además de afecta­
das y mal sonantes, son incorrectas. Varón tan doc­
to como el señor D. Rufino José Cuervo opina que
la frase dibujar á la pluma es galicismo, y debe por
ello decirse dibujar á pluma, equiparando este modo
de decir al de labrar á cincel; perol salvo el res­
peto que tan señalada autoridad me inspira, creo con­
veniente objetar uno y otro asertos. Aunque los sus­
tantivos determinados requieren que se les antepon­
ga el articulo, casos hay en que no se les antepo­
ne. Sucede esto precisamente en locuciones como
labrar á cincel, porque tales locuciones son elípticas.
Labrar A cincel’ es labrar A fuerza de cincel. Lo mis­
mo ocurre en las que realmente pueden ser equipa­
radas con ella; por ejemplo: abrir A golpes, moler
A palos, coser A puñaladas, malar A sablazos, labrar
A mar!¿lio, A marlilla (modo adverbial). Otras, de dis­
tinta significación, como provocar A risa, son igual­
mente elípticas. Dibujar A pluma no puede equipa­
rarse con labrar A cincel, porque en dibujar A pluma,
A lApiz, A carboncillo, no hay elipsis ninguna, y si
parece haber anfibología y poca conformidad con las
reglas gramaticales, una vez que ni la pluma, ni el
lápiz, ni el carboncillo, están en las condiciones del
cincel, del palo, del martillo, del puñal, ni del sable.
Lo que sí sucede es que en el modo de decir di­
bujar A la pluma, hay un idiotismo, un hispanismo,
que consiste, por ma yor elegancia, en el empleo de la
preposición A en lugar de la preposición con, que es
la que gramaticalmente pide la expresión. Ejemplos
de tal idiotismo los hay de sobra en la lengua cas-,
tellana, v. g . : criar al pecho, curtirse al sol, derre­
tirse al sol, ganar al juego, estarse ó hacerse A las
resultas, (conformarse con ellas), mandar ó tratar A
la baqueta (modos adverbiales que envuelven la pre­
posición con), ligar el cobre al plomo, rendirse A la
evidencia, calentarse al brasero, asar A la lumbre, ó
al juego, acertar al blanco ; y paro de contar, que va
ya larga la enumeración. Por ello dice Cervantes :
no durmió . . por acomodarse A lo que había leído ;
y por lo mismo dice Jovíllanos : con todo, ; cuAuto con­
vendría saber si pintaban al óleo, a l temple ó al fr e s­
co .11 óleo es con aceite; al temple, es con colores
preparados ; al fresco, es con agua y colores ; así como
al encausto es con adustión : á la aguada, es con co­
lores disueltos en agua : al carboncillo. es con el car-
boncillo : á la pluma es con la pluma. Tal idiotismo
se formó sin duda por analogía, al observarse el uso
que los latinos hacían á las veces de la preposición
á (a. ab. ad), por ejemplo:
/acere ad fundas— Lanzar con honda.
. Id regen/ mansil■— Ouedo con el rey.
A d l/oc. ad ture— Con referencia á eso.
y Id ungucm— Con perfección.
Discedo ah Uto— -Salgo de estar con él.
y] se— Con sus bienes, de si mismo.
yIb i rato— Con ira.
y Id libi/um— Con libertad, á voluntad.
.Id ron— Con precisión, con claridad, con acierto.
.■ Id óslenla/ionon— Con pompa.
A forliori— Con fuerza, por fuerza, á la fuerza.
Considero, pues, tan correcto decir dibujar á la
pluma ó con la pluma, como decir dibujo de pluma ó
a la pluma. Por otra parte, no creo que el modo
de hablar dibujar a la pluma pueda ser calificado
con justicia de galicismo, supuesto (pie los franceses
como dicen es dessiucr arce la pin me. arce te era yo//.
etc.; y aunque si dicen dessin a la pin me. au rrayón,
ello no es motivo bastante para desechar una frase
<¡ut; conviene con el genio del idioma castellano, como
me parece haberlo comprobado. Las lenguas neo-latinas
abundan en vocablos, giros, y locuciones afines, y abun­
daron aun más en sus principios. 1 )e las frases que
me ocupan pueden encontrarse en todas ella s: alia
¡/¿Hilare, dice el italiano, para indicar con estilo mar-
fíat; y el inglés dice : t/icy danccd tu (he music o f a
piano, bailaban con música de piano.
No hay quien ignore las analogías del francés y
el castellano, y aun fueron ellas mayores antiguamente.
Id francés tuvo en sus orígenes el adverbio de lugar
dont, equivalente á nuestro donde (de linde); tuvo par­
ticipios como los nuestros; formó, como los nuestros,
adverbios en mente; empleó á que como lo hacemos
nosotros, en calidad de conjunción causal equivalente á
pues ( i ); tuvo formas de construcción tan semejantes
a algunas nuestras que asombrarían al que no supiese
que en el siglo XIII uno y otro idiomas se amoldaban en
lo posible á las formas del latín ; y por lo mismo nada
de extraño tiene que conservemos modos de hablar
con igual ó parecida significación.
Triste oficio es. sin duda, el de corromper el idioma
adoptando voces, giros y locuciones que chocan con la
gramática y la índole del lenguaje: pero no menos
triste es el de empobrecerlo rechazando sus idiotismos
y modos de decir por que se asemejen á los de otra
lengua, como tal vez acontece en el caso de la locución
dibujar á la pluma, y las demás de igual forma. I )e
esperarse es que la Real Academia Kspañola ponga
término á tal anarquía, estableciendo en el diccionario
el legítimo modo de decir entre los que han originado
la discordia señalada. (2)
543. D e una novela, obra de escritor venezolano,
copio las siguientes líneas:1

(1) En francés <ii/\ conjunción ipic en un tiempo filé también oa-u ¡diana. y
turnaron entrambos idiomas del latín
(2.) Sometí este juinio, respetuosamente, li la Real Academia Esjn.ñ- •I:*. 'a
cual se diunú considerarlo, l éase el Apéndice.
“ Y poniéndose de pie en medio de las sombras,
á las que apenas disputaba su imperio una mezquina
lamparilla que ardía frente á un altar, se dirigió al
confesionario. ”
Así mismo escriben otros y dice el vulgo, tanto en
Venezuela cuanto en España y donde quiera que se
habla el castellano. En ilustres escritores modernos
encuentro ejemplos del mismo pecado :
L u c ía , c o m o si cu u u ¡lis ia n t e h u b ie s e a d q u irid o lu d a s sus fu e rza s , se p u so

a rre b a ta d a m e n te Jo pió. — G a lle g o , /.os .Voz/os. Cap. X X / l Se pone Jo pío


f u r i o s o .- -1 fa r lz e n lm s c l). /•'./ /.unos. ) — La v ie ja se puso Jo pió al o ír e s ta s p a la

lir a s .— -L e d r o A n t o n io d e A la rc ú n . /■'./ /■'¡nal Jo ¡Corma, (/aarla /'arlo. / X . ) —


L u c e ro , q u e casi se h a b ía p u e s to Ja pió s c -h re lo s c u a rlo s tra s e ro s , se h u m illó

e n t o n c e s lu i s l a d o b l a r m a n s a m e n t e la s r o d i l l a s . — J u a n Y a le r a . P ip ila Jiménez. /.
•— l ’c r n si Jo pió le puedo d e c ir á u s te d lo q u e . . . .

; Do pió/ ¡O lí! n o se I r a l e d e eso.

M o ra tín . (! '. L e a n d ro ) /.a. /Cscuo/a Jo /os M a r i Jos. .lo/. Top. /'.so. // /.

La semejanza de tal modo de hablar con nuestro


cu p/c, y el uso antiguo de de pie en el sentido de á pie
cuando el castellano no se había depurado aún, como
en este lugar :
Andar Jo pió c a m in o

V va buscar 10 5 i n :
D e c a lc a r c a lc a s v in o

S u c o lx liS ia s y n f y n .

A'/JJJ Do// Som Tan/. Pnroorbias M a r tiios. 20S.


Y acaso más que todo, la construcción é índole del
francés, que en semejantes frases emplea el singular:
Etrc sur pied, Se mettre sur pied, son los motivos de
este exótico modo de decir, que no usaron jamás los
buenos escritores castellanos, del siglo de oro. No
embargante, cuando se encuentran ejemplos semejantes
en hombres de letras de tal valía y tan entendidos en
el manejo de la lengua, como Moratín, Hatzenbusch,
Gallego, Valera y Alarcón, hay por fuerza que atribuir­
los al impresor ó al corrector de pruebas, si nó á dis­
tracción ó descuido del autor, impulsado involuntaria­
mente por el habla del vulgo que de continuo le hiere
los oídos, ó por la costumbre de leer obras francesas.
Descuido es el de la Real Academia Española cuando, al
hablar de la preposición de, presenta como ejemplo esta
frase: Almorzó de pie. Tan así es todo esto que ella
no incluye la locución de pie por en pie en el artículo
relativo al sustantivo, y que preceptivamente trae el
modo adverbial de pies como correspondiente de en pie.
Debemos, pues, creer que tanto ella como los insignes
literatos citados escribieron de pies, y por mí lo creo
con tanto mayor motivo cuanto más de una vez los
cajistas me han enmendado de pie donde yo había escrito
de pies. En estos casos la preposición de sirve para
explicar el modo de efectuarse la cosa, y la significa­
ción de la frase es naturalmente recta, por lo que deci­
mos Jugar de manos, Irse de manos, D ai' de manos;
Caer de pies; Caer de rodillas; Orar de hinojos; Caer de
espaldas; Alzarse de hombros; y aun D a r ó caer de ho­
cicos; Quitar los hocicos; mientras que en las expresio­
nes figuradas ó ideológicas entra á formar modos y
locuciones que permiten el empleo del sustantivo en
singular, como D ar de mano (abandonar un asunto),
Dejar de la mano; Debajo de mano; De mano; De mano
armada; Herir de pie y de mano; D el pie á la mano.
En pie es positivamente un modo adverbial que
significa estar derecho, erguido. Natural es, por tanto,
que cuandoquiera que se trata de levantarse, estar,
ponerse sobre los pies, digamos de pies ó cu pie, ya que
son los modos de antiguo autorizados y están confor­
mes con la analogía y el carácter ele la lengua. Véanse
en seguida ejemplos de autoridades de diversas épocas :
— ¿Quién va allá? ¿Jugáis de pies.J
Tornad un poco, galanes,
Y llevaréis qué contar.
Torres Naharro. Comedia Ilion-nea. Jornada Prime/a.
Esta esperanzaalentó,
Dulcísima I.isi. el ver
Q ue amor que de pies nació
1lichoso promete ser.
Pedro de Quirós. Redondillas.

Llegué á una gran roca que en medio do! hondo mar estaba, y como me vi
en ella de f ie s , holguéme algún tanto.-— J /iiie r lo A u t o r. L a z a r illo de T o rm o s . Cap.
I I . ) — Estaba, pues, como se ha dicho, de p ie s sobre Rocinante, metido torio el
brazo por el agujero, y atado de la muñeca y al cerrojo de la puerta.— Cervan­
tes. Q u ijo te . I ’r im . P a r / . C a p. X I . I I I . ) — Pesóme de que la vieja estuviese tan
tarde de p ie s, y no se hubiese acostado— Lujan. C u zm a // de .U f a r a che. P a r !.
I I . / . ih . / . C a p . V I .) — A tiempo que Don Q uijote se había puesto de p ie s sobre
la silla de Rocinante por alcanzar á la ventana enrejada.— Cervantes. Q u ijo te
P rim . P a r í. Cap. X I . I I I . ) — Leunntados en p ie , ya, Cid Cam peador.— Poema
d e/ C id . V. 1028.)■ ■ -E l Campeador <■ ///>/<.• es leuantado. Cesta d e l C id . V. 2220.)—
T úvolas en p ie siempre, nunca les d i asiento en que reposasen.— Alem án. C u :-
m an de .l/J'a ra e h e . P a rt . I I . I.ib . III. C ap. I V .)— Se fue á poner de hinojos
ante Dorotea, la cual no le consintió que hablase palabra hasta que se l-e a n -
tase, y él por obedecella se puso e// p ie y le dijo: etc.— Cervantes. Q u ijo te P r im .
P a rt . C ap. X I . I V . ) — E 11 acabando de decir su glosa D on Lorenzo, se levantó
en p ie Don Qui jote.— Cervantes. Q u ijo te . Seg. P a r í. Cap. X I V I I .

En pies se ha dicho también en ciertos


caso :
Estaba tan mareado que en pies no me podía tener ni alzar la espada para
defenderm e.— Indar lo autor. Lazarillo de 'Pormes. Cap. I I .

Y aquí cabe decir que no anduvo muy acer­


tado Baralt al censurar la frase tenerse en p ie, fun­
dándose en que basta decir tenerse, porque, además
de ser el castellano lengua esencialmente pleoná.stica,
tenerse tanto vale asegurarse ó afirmarse para no
caer, como detenerse ó pararse, y resistir ó hacer
or
OJO

oposición á úno en riña ó pelea ; por lo que hay


casos en que el empleo de tenerse da lugar á an­
fibología y requiere precisar la manera. Con las pre­
posiciones á y con se forman también modos adver­
biales de diversa significación: á pie enjuto, á pie
quedo, á pie llano, A pié jtintillas ó puntillo, á p ie,
con pie ó pies de plomo, con pie ligero.
544. Vulgarmente dicen en algunos puntos de V e­
nezuela, y aun en Caracas mismo: Fulano es hombre
de caballo, pretendiendo expresar que es ginete, cuan­
do si algo dan á entender es que posee caballo, ó
algo así que no le honraría. No se puede decir
hombre de caballo ni hombre de pie, que son dos
disparates mal disparados aun por boca de labriegos.
Dígase de A caballo y de d pie, cuando ocurra el
caso:
Venida la mañana, ya que esclarecer quería el alba, viérades venir de ¡i p ie
y tic tí cabnllo en busca del rey mucha g e n le.— Tim oneda. E l P a tru ñ u e lo . )— Y
allí se ordenó que luda la genle de A a lb u llo y de infantería estuviese en sus
escuadrones.— Avila y Zúñiga. C om entario de lu G u e rra de .-I lerna n ía .)— -Todos con
la genle de tí p ie y de tí caballo que pudieron juntar de sus criados y vasallos.—
M ejía. C om unidades de C a s tilla .)— El primero para la gente de á p i e sobre pe­
queñas barcas, y el segundo para la de á caballo y carros, sobre grandes potv
tunes.— Colom a. J.a s g u e r ra s de los E sta d o s B a jo s .) — Llegaron á la venia cuatro
hombres de ti caballo, muy bien puestos y aderezados, con sus escopetas sobre
los arzones.— Cervantes. D o n Q u ijo te . J ’r im . J 'a r t . C a p. X í / I l .

Cuando en algún autor se encuentra la frase de


que tratamos sin la preposición á debe entenderse
que es yerro de imprenta. Tal acontece en este
lugar de Mendoza, en los Comentarios de las Gue­
rras de los Países-Bajos, á saber: “ Asi de gen-
tileshombres franceses como de soldados, así de á pié
como de caballo."
545. Cuando no se trata de la calidad de gi-
nete sino de decir el modo ó la manera de venir,
presentarse ó hallarse, sólo se pone la preposición
A ó la cu, según la oración:
listando 011 esto vieron <|ue hacia donde ellos- csiaUin venía un hombro tí //<•
caminando api ¡esa y dando varazos á un macho que venía cargado de lanzas y de
alabardas.--C ervantes, (h /i/o t r. .SVjf. / ’</;•. C u /'. . Y . Y / I '.)— M iente como muy
gran bolineo, y se lo haré y o entender </p ie ó tí ca/'(>/!<>, armado ó desarmado,
de noche ó de día, ó como más gusto le diere.— Cervantes. Q u ijo fr. l'r iu t .
J \ trt. C,i/>. .Y .Y / I
Kst:d>a r.v m t tn/'n/lo, derivado
De la española raza, poderoso,
Ancho <le cuadra, espeso, bien trabado,
Castaño de color, presto, animoso.
F.rcilla. Lm A ra u c a n a . C anto ! ' / .

Fue necesario que el mismo padre se fuese paseando tí muía por las calles,
para que )■ • viese toda la gente.— I’edro de Kivadeneyra. V id a d e i /'a d ra
S t/in.n')/ .

Veso por estos ejemplos que el mismo caso se


expresa por medio de la preposición A ó de la pre­
posición en. La diferencia de régimen depende de
que cuando al sustantivo se le antepone el articulo
es preciso emplear la preposición en, y cuando no,
la preposición A. Asi se d ice: Ambos cabalgaban á
los lados del coche: Juan iba en una muía y Pedro
en un caballo; ó Juan iba á muía y Pedro A caba­
llo. Juan iba A caballo, alase-ano éste y muy brioso;
y Pedro en tina milla patituerta y mañosa.
54Ó. Haralt tiene algunas singularidades en su
Diccionario de Galicismos. Encuentra afrancesada
la frase cuanto A, sobre todo si se refiere á personas,
y cree más correcta la frase por mí. La frase por-
mí, por mí digo, es algo afrancesada, aunque algunos,
buenos escritores la han usado:
Por mí digo <¡uo daré orden que ni aun una mosca entre en su estancia.— Cer­
vantes. Quijote. Se;', /'arte. Cap. X

Los franceses dicen precisamente ponr uto?,


donde nosotros cuanto A mí, cu cuanto A mí, por lo
que A mí respecta, c?i concepto mío, etc.
Ponr ///<>/’. je ne vois l ien fians Ic trnublo ou je suis,
Qu'un gotirti: <ie uialheurs, qu’ un abime fi enmiis.
Corneille.
Ponr m u í, qmdquc peril qui me puisse aceab’. e r .. ..
Racine.

Cnanto no lo usan los franceses sino cuando


tratan de cantidades ó de didáctica, ó en discusiones
y controversias. Cuanto anuncia un nuevo objeto.
Cuanto A mí, que de los escritores sólo usan Mo­
liere y Lafontaine, porque es familiar en francés,
sólo se pone en boca de un hombre presuntuoso,
vano, altivo, que gusta ó trata de imponerse. Es
en esos casos en los que la frase es puro gali­
cismo; pero cuando implica modestia ó no indica
disposición de ningún género, nó, porque en estos
casos el francés emplea á ponr moi. De lo dicho
se colige que no es galicismo emplear á cuanto á
con personas en casos como el siguiente, que abun­
dan en nuestros clásicos:
V atonto ó los libertos, si sabían de algunos que conservasen para cotí su
seíior lealtad y fe incorrupta, al momento los despedían y apartaban con los mis­
mos pretextos.— Coloma, /.os Anales, /.ib. X I í.

547. Cierto historiador nuestro dice que Brión


'‘dio vuelta á la isla de Margarita,” para decir que
regresó á ella. Entiéndese así, sin el artículo y con el
verbo dar y la preposición á, que navegó al rededor de
la isla de Margarita. No tiene él la culpa, porque sin
duda leyó los siguientes ejemplos, si bien no alcanzó á
apreciarlos, por falta de estudio :
C A P IT U L O VI

Aquí no hay que hacer otra cosa, señor don Luis, sino prestar paciencia,
y dar la vue/la ó casa, si ya vuestra merced no gusta que su padre y mi señor
Ai dé a l otro inmuto.— Cervantes. Quijote. I ’rint. Parí. Cap. X I.I V .)— Reco­
gieron la presa y las cautivos, y dieron la vuelta ó sus presidios con grande ale­
gría y regocijo de haber dado fin á su venganza.— Moneada. Expedición de los
Catalanes i' .-¡ragouesss contra Turcos y Griegos.)— Ganada la batalla, los nuestros,
fieros con el suceso, dieron la vuelta <í Ñapóles.— Quintana. Roger de Lauria.)—
Hecho esto, la armada dió la vuelta ó Brindis.— Quintana. A’oger de Lauria.) —
P ió la vuelta a ' puerto de Mesina.— Quintana. Roger de Lauria.)— Y los moros
que el Corrí había enviado, teniéndola por cierta, dieron vuelta hacia la A lpu-
jarra.— Mármol. Rebelión y Castigo de los Moriscos de Granada.

Obsérvese que en los primeros ejemplos ninguno


omite el artículo, y que si en el último Mármol lo omite
tiene el cuidado de emplear la preposición hacia que no
da lugar á anfibología. Sin embargo, me tomo la liber­
tad de consejar que no se emplee en tales casos el ver­
bo dar y la preposición á, lleven ó no el artículo, porque
teniendo vuelta acepciones tan diversas, la anfibología
se impone de todos modos, aunque no sea con igual
fuerza en todos los casos; y asimismo que se emplee
siempre la locución la vuelta- de, ya que no otro giro,
(hacia, camino de) y prefiriendo cualquiera otro verbo
que no sea el verbo dar, como en las siguientes leccio­
nes, que no tienen pero :
Y él en persona partió la vuelta de Casandra.— Moneada. Expedición de los
catalanes y aragoneses contra turcos y griegos.)— Luego que las galeras venecianas
vieron á Tibaldo general riel ejército en nombre de Carlos, partieron la vuelta de
su casa.— Moneada, id. id .)— l ’artió pues el Cardenal la vuelta de su casa, hacien­
do su viaje por Francia.— Coloma. Las Guerras de los Listados Bajos.)— Por
esto fué forzoso á toda nuestra gente caminar retirándose de !a mar la vuelta de
las casas de Norlzce, Soelcrwoude, Kerckweg y NVeyporl. —Mendoza. Comentarios
de las Guerras de los Países Bajos.)— Rehechos sus escuadrones, pasaron la vuelta
de Filadellla, siguiendo lentamente al enemigo.— Moneada. Expedición de los
Catalanes y ragonetes contra Turcos y Griegos.

548- Un distinguido hombre de ciencias, que se


aplica á estudios gramaticales, ha intentado con empeño
que se pida á la Real Academia Española el adicionar
la cédula del vocablo A un con la frase aun no, como
correspondiente de no bien, tan luego como, luego que, al
punto que, apenas. En tal intento cita como ejemplo los
siguientes versos de Rioja, en la silva A la Rosa:
Tiendes aun no las alas abrasadas
Y ya vuelan al suelo desmayadas.

Refuerza luego su parecer con el siguiente ejemplo de


Cervantes, traído por Bello: '"Aun no hubo andado
una pequeña legua, cuando. . . . ” Fué Garcés el pri­
mero que presentó tal ejemplo de Cervantes, creyendo
que aun no tenía en él la significación de apenas. Bello
le sigue, y copiando el mismo ejemplo le da á aun no
la significación de en el -momento que, en casos como el
indicado, en que aicn no lleva de correlativo á cuando:
Indudablemente que Garcés no anduvo muy descami­
nado al darle á aun no en el citado ejemplo de Cervan­
tes la equivalencia de apenas, si se toma este vocablo en
el sentido de casi no que es semejante al propio de
aun 110, todavía no; pero resulta impropio en la signi­
ficación de luego que, en el momento que, como sin duda
por descuido analiza Bello. A un tiene la significación
de hasta, todavía. siquiera. "A u n no hubo andado una
pequeña legua, dice Cervantes, ( i) cuando le deparó el
camino, en el cual descubrió una venta. ” Esto es : ni
siquiera hubo andado, no hubo andado todavía. INI¡en­
tras que si se substituye en el punto que. en el momento
que, etc., ya se precisa lo que no intentó precisar Cer­
vantes. Por donde se ve que aquella frase no amerita
interpretación ni adición ninguna. Cuanto á la contenida
en los versos de Rioja :

(j) Parle Ia Cap. X V del Quijote.


Tiendes mui no las alas abrasadas
Y ya vuelan al suelo desmayadas,

está asimismo perfectamente bien, en el sentido propio


del adverbio aun, porque no quiere decir Rioja que las
alas cayeron no bien las tendió, sino que “todavía no
tiéndelas alas y ya vuelan al suelo,” valiéndose así-de
la hipérbole, expresando por medio de bellísima ponde­
ración la brevedad de la vida de la rosa. Esto es
propio de la poesía y de la elocuencia, y nada tiene qué
hacer con ello la gramática. ¿A dónde iríamos á parar
si en todo caso hubiésemos de dar á las palabras signi­
ficaciones absolutas y restringidas para deducir luego
de ellas los preceptos? El mismo Rioja, en esosynismos
versos, no hubiera podido llamar alas los pétalos de la
rosa, ni decir que vuelan, ni presentarlas abrasadas, ni
menos desmayadas. Así como Rioja, para expresar con
peregrina novedad lo breve de la vida dé- la rosa,
dice :
Tiendes mm no las alas abrasadas
Y ya vuelan a! suelo desmayadas

así, para manifestar la celeridad de un caballo, decimos


de él que se bebe los vientos, ó se come la tierra, cuando
el infeliz no bebe más que agua ni como otra cosa que el
pienso. Cuando decimos que tal individuo está en los Irno­
sos. para dar idea de su flacura, ¿ qué hacemos sino
emplear una hipérbole semejante á la de Rioja ? por­
que un hombre materialmente en los huesos, un es­
queleto, no puede tener vida. Capmany trae entre
muchos ejemplos este, del Capítulo 3(? del Exodo: “ Yo
os daré una tierra por donde correrán arroyos de le­
che y miel ”, cosa imposible, es cierto, pero que ex­
presa la fertilidad y abundancia de la tierra prometida.
Vese. pues, que es tan perjudicial seguir á los corrup
tores del idioma como imitar á los neo-filólogos que
quieren hacer del idioma un esqueleto, formado sólo
de huesos, y para nada se fijan en las bellezas del
lenguaje que pertenecen á la viva expresión del pen­
samiento. Por lo demás, el citado ejemplo de Cervan­
tes es paralelo con el siguiente de Floridablanca que
copio del Juicio imparcial sobre el M oni lorio de Ro­
ma, y donde menos se podría sustituir el aun no con
en el momento que sin decir lo que no quiso el autor,
y ello aunque la falta del correlativo citando (A u n
no . . cuando) no deja de hacer gramaticalmente co­
rrecta en este caso la oración, sustituido como está
por la conjunción y : V éase:
“ Aun no había ocho días que estaba sentado en la silla de San Pedro,
y ya reconvino á nuestros monarcas sobre los derechos de la silla de Roma
al trono de las Españas.”

Aun, en sentido propio, sirve, como se ha visto,


para exagerar alguna cosa. (3:i acepción que le da el
Diccionario de Autoridades). En tal oficio es análo­
go este aún á adhuc en ciertos usos de los clásicos,
como puede verse en Freund ( i ):
Premissusque cuín delecta manu Julius. . . . incondilam nudtitudinem mi luto
disjecit. (Tácito. A n. j>. ./■ ?.)

Donde el sentido e s : "todavía dispersa, en de­


sorden, antes de que hubiese tenido tiempo de formar­
se en líneas.”
549. Como en España, en Colombia y donde­
quiera que se habla el castellano, di cese en Venezue­
la “ No me voy hasta que no me pague.” El señor
Cuervo en sus Apuntaciones Críticas sienta que don
Andrés Bello ha empleado tal modo de hablar en cartas

(i y Diccionario latino, revisado v corregid» por Thcil.


dirigidas de Londres al historiador Restrepo ; presenta
este ejemplo de un ilustrado paremiólogo: “ Advier­
te que no se celebren las cosas hasta que no estén
concluidas, ” y copia los siguientes :
Jusía que no l'emborrachas
jYo bienes en busca mía;
Ojalay t’ emborracharas
Todas las horas de! día!
Calilos popularos aspai)o¡,:s. Número 273Q.
. . . . Estoy resuello,
//astu que usted no me escuche,
A no abandonar el puesto:
Isúfier. de Arce. /)rn,/as d<: la honra.— Act. III.— Esc. III.

Pero el erudito colombiano condena en absoluto


tal modo de hablar, y para ello se funda en la signi­
ficación de la preposición hasta, la cual señala el tér­
mino ó de una acción, ó de un lugar, ó de cantidades
continuas y discretas ; y asimismo en que la negación
equivale á dejar de. Todo esto es así ; pero el señor
Cuervo olvida que, como lo dice Bello, la preposición
hasta es de las que salen de su naturaleza y oficio
primitivo y propio, y antepuestas á palabras ó frases
de varias especies modifican su sentido ; que la A ca­
demia Española reconoce, y no puede dejar de reco­
nocerse. que hay casos en que esta preposición se
adverbializa ; y que el no se usa en castellano super­
finamente ó con carácter redundante ó pleonástico, ya
para dar energía ó expresión á la frase, ya en ora­
ciones que manifiestan temor ó duda, ora en condi­
cionales, ora en algunas de pregunta ó de admiración.
Y hay que observar que cuando se dice ; “A me
voy hasta que no me p ague” , se expresa la condi­
ción de 110 irse si no le pagan, la duda de que se
le pague, y la enérgica voluntad de permanecer re­
clamando hasta obtener el pago ; mientras que al de­
cir “ A ’o me voy hasta que me. p ague” , sólo se ex­
presa la espera, que puede provenir de que el deu­
dor ó pagador esté ocupado, sea con otros pagos ó
en cualquiera otro asunto. Además, este caso, con
el presente de subjuntivo en el complemento, que es
como se usa en Venezuela; los casos de Núñez de
Arce y del distinguido paremiólogo, que si mi me­
moria no me engaña es el Presbítero don José María
Sbarbi ; y probablemente los de Bello, no son recha­
zables, porque, sin atender á lo que ya he dicho, el
subjuntivo “ no me pague,’ se resuelve en “ no lle­
gue á pagarme” , frase que es distinta, dado el ge­
nio del idioma, de esca otra: “ llegue á no pagarme” ;
y asimismo porque la frase “ no me voy hasta” en­
vuelve la idea de un ínlcrim, por lo que Itasl-: ad­
quiere carácter de adverbio con la significación de
mientras: “ no me voy mientras no me pague” , “ en
tanto no me pague” , “ si no me paga.” Y queda
asi demostrado el principal carácter condicional que
refleja la oración que me ocupa. No debe objetarse
que hasta no encabece á las veces la oración, por­
que lo mismo es que encabece ésta, que el comple­
mento, cuando ’ este constituye una frase. Que
haya ejemplos sin la negación, es natural, porque,
como ya lo he dicho, no expresan el mismo esta­
do del ánimo, y así acontece también con las oraciones
de interrogación y de admiración. Del género de la
que me ocupa son las siguientes:
Poco á ¡meo so fueron ;i embosca! en una alameda, que hasta un cuarto
«le levita de allí so fa n r ia .— C e re a le s Quijo/,•. Sop. Par!. Cap. X.\ I I I I .) —
V.uás tú. hija, cómo na para ñu.-:./ ñaornuo condesa.— Cerrarles. Quijote.
J'urt. Cap. /..— Se dejó engañar y tener en forma de prisión hasta que redujo
las casas á sosiego y quietud. y se apoderó del reino.— Saavedra Fajardo. Emp.
X X X id .
Tú pensarías que guardaré tu puerta
Desde que se recogen las gallinas
//astil que el ronco gallo las despierta.
Lup. Leonardo de Argensola.--.-/ /dora.

V en el pronóstico duda.
Y cavilo no quiere hacerlo
//asta que síntomas note
Más favorables que adversos.
El Duque de Kivas.— E ! Solemne Desengaño. Rom. l'rim .

Pero ni en estos pasajes, ni en los siguientes pre­


sentados por el señor Cuervo, á saber: “ El célebre
dicho de Luis X IV : Y a no hay Pirineos, no ha sido
verdad hasta hoy" ( Ochoa); Hasta la paz de Augusto
no pudo gozar el cultivo en España ni estabilidad ni
gran fomento ( /avellanos) ; “ Me casé con ella, y hasta
ahora no estoy arrepentido ; ( Hurtado de Mendoza.) ;
en estos pasajes, repito, con negación ó sin ella, no
hay paridad con el que me ocupa, porque ninguno
de ellos tiene carácter condicional, ni dubitativo, ni
enérgico, ni ninguno expresa temor para que requiera
la forma combatida por el docto señor Cuervo. Casi
todas son oraciones simplemente expositivas, y algunas
deductivas. Respecto á la análisis del señor Cuervo,
¿ cuántos modismos, cuántos españolismos, analizados
fríamente como ha hecho el señor Cuervo con tal
modo de hablar, no resultarían verdaderos despropósi­
tos si se les tomase á la letra, ciñéndose sólo á la
significación primitiva y material de cada vocablo ?
Moratín, á quien Hermosilla califica de impecable,
dice en E l Medico á Palos, A ct /, Esc. II: “ No
confesará su capacidad á menos que no le muelan el
cuerpo á palos.” Esta oración es de carácter condi­
cional, por lo cual nada hay que objetar; pero ana­
lizada al modo del señor Cuervo en la frase en cues­
tión, resulta lo contrario de lo que debe entenderse,
por que o menos que es á no ser que, y. el no* niega la
acción, vale dejar de; no obstante, así se dice en
oraciones condicionales, ✓v así entendemos todos el
sentido que quiere expresar el autor, porque á menos
tiene carácter de condicional, y la negación denota
energía, dado el lugar que ocupa y el oficio que se le
ha asignado. Cuando Cines Pérez de Hita, en la Part.
I, Cap. XVII de las Guerras Civiles de Granada,
dice: “Pué enterrado el difunto con mucha pompa
no sin faltar llanto de una parte y de otra.” para
decir que se lloró de una parte y de la otra, bien pu­
diera sostener cualquiera, analizando la oración por
el mismo método, que decía lo contrario, fundándose
en que no sin da el sentido de con, y faltar, el de p r i­
vación ó carencia, y aun para reforzar la censura se
traerían á cuento lecciones como estas:
1,¡is sirvieron como ¿forasteras, no sin espanto do las demás criadas.—Cer­
vantes. QnijoU'. .SV*f. Par!. Cap. L IJ.

V trayendome á la aldea
Do Kusebio, ijue no sin causa
Kstalia entonces en olla,
l .e contó mi prodigioso
Nacimiento.
Calderón. Dcx'thión </*■ ir. Cnr/..

K1 dómine lo dejó partir. n < sin darlo un luten coscorrón.- .Jesús M:l.
Sistiaga. P.l Mncs/ro ¡ir J'.sait'hi.

Y hasta se observaría que en el ejemplo de


Pérez de Hita, no sin fallar, daba el sentido de
faltando, del mismo modo (pie en este de Sistiaga no
sin darle da el de dándole, deduciéndose al fin que
el de Sistiaga está bien, y mal el de Hita; pero
ambos son propios, porque el complemento es ad­
versativo, y el no se refiere en el de Hita al verbo
enterrar, y al verbo dejar en el de Sistiaga, dando
en el uno el verdadero sentido de pero no le en­
terraron sin, y en el otro el de pero 110 le dejó sin.
Vese, pues, que para establecer el sentido de cier­
tas frases castellanas no es posible exponer la sig­
nificación absoluta de los vocablos y apegarse á ella.
Por otra parte, debe tenerse presente que en de­
terminados casos la fuerza del subjuntivo es tan po­
derosa para atraer la negación, que hay casos, co­
mo el siguiente de Granada, que sin ella darían
un sentido contrario:
I >e donde viene á ser que en ninguna del las puede tocar la mosca, que ella
(la a rafia) en ese punto no lo siento, y corriendo por la misma línea, no lo fronda.—
r>o! S i r,dudo ilo la l e . J'nrl. /. Cap. X I 7//.

Para expresar lo mismo sin la negación habría


que recurrir al indicativo lo siente, la prende. Pero,
¡cuánta mayor energía y elegancia no tiene la ora­
ción del divino fraile! Un mediano escritor vene­
zolano en críticas publicadas y aplaudidas por dos
acreditados periódicos, censuró el uso del no redun­
dante ó pleonásíico en oraciones admirativas. Palta
de gramática y de literatura en el crítico, y más
nada. El no pleonástico se u s a ' legítimamente en
diversas oraciones castellanas, que he indicado ya.
Lo mejor es estudiarlo en las lecciones que pongo
á continuación:
Arrizáronme luego, ellos hicieron como quien pudo, y yo padecí como el que
más no pudo.— Alemán, (iir.mtin do Alfaradtc. Por!. II. Lió. I I I . Cap. IX .)—
V como ninguno de nosotros no entendía el arábigo, era grande el deseo que
teníamos de entender lo que el papel contenía, y mayor la dificultad de bus­
car quien lo leyese. — Cervantes. Quijote. Pri/n. Par/. Cap. X I..) — No fallaron
algunos ociosos ojos que lo suelen ver todo, que no viesen la bajada y la su
bida de Melisendra, «le quien dieron noticia al rey Marsilio.— Cervantes. Quijote.
Srg. P arí. Cap. X X V I.

Morir quiero mil veces cada día


Antes que no vivir sin tí en tormento.
Francisco de Figueroa. Estantías.
¡Para vivir tan poco estás lucida,
Y para no ser nada estás lozana!
Cóngora. A una Rosa. Sonrio.
¿Quién duda, señor 1>on Diego de Miranda, que vuesa merced no me tenga
en su opinión por un hombre disparatado y loco ?— Cervantes. Quijotr. Srg. Parí.
Cap. X V II.
La huerta, la arboleda
¿.Vi;ves, del fiero viento combatida,
Cual bram a?.. . .
Fray Luis de León. Oda X. Lih. I I I ¡ir Horario.
Tu carta recibí, Sancho mío de mi alma, y yo le prometo y juro que no fal­
taron dos dedos para volverme loca de contento.— Cervantes. Quijote. Srg. Parí.
Cap. I I I . ) — ¿Qué no ha costado de pleitos y disgustos en el territorio ele Sevilla la
costumbre de acotar los amanchones?— Jovellanos. le y Agraria. Tomo. /.)—
¡Qué espacio tan inmenso no abre este sublime, pero sencillo conocimiento, á las
percepciones del hombre !— Jovellanos. I.ry Agraria. 'Pomo. II.
El s í pronuncian y la mano alargan
Al primero que llega! ¡Qué de males
Esta maldita ceguedad no aborta!
Jovellanos. Sátira A .Irnrs/o.
Ya ni el rico Tlrasil, «/las cavernas
Del nunca exhausto Potosí no bastan
A saciar el hidrópfico deseo.
Jovellanos. .1 .Irnoslo.

Aun no sé yo si no encierra esa escena algún pasaje, capaz, de excitar en los


•espectadores sentimientos muy opuestos á los que el autor se propuso.— Martínez
de la Rosa. Apcudirc sobre la Tragedia.)— Ríñame usted ahora, cuando vengo des­
de el puerto en una carrera, y me he dado una costalada, «pie por poco no me des­
nuco.— Ilarl/.enbusch. La Visionaria. Arlo. Prirn. Ese. IV .

¿De dónele el uso pleonástico ó redundante de la


negación castellana? D e la tradición, del latín, in-
dudablemente. “Timeo ne non impetrem,” dice Ci­
cerón; y si Terencio dice: “ Vereor nt hic dies sa­
tis sit,” pudo también decir “ne non satis sit,” por­
que en el latín es de precepto que cuando el ver­
bo subordinado está empleado negativamente se
emplee la doble negación nc non, ó ni en lugar de
ella, (i) De ahí vemos la negación, á las veces
aun innecesariamente, en la proposición complemen­
taria. tanto en castellano y en italiano como en fran­
cés, en el cual se ha hecho genial: “11 est plus heu-
reux que vous nc l’étes.” Lo mismo que nosotros
desde los principios del lenguaje:
K viví:» en una aldea, ca los gentiles ornes de á caballo se payan de vivir mas
en las aldeas é en los campos, que non en las ciudades.— Clavijo. itinerario </«•
viaje.) — Así es más fácil dar el temerario en verdadero valiente, que no el cobarde
subir á la verdadera valentía.— Cervantes. Quijote. .SV;;1'. Cap. X VII.)—
Mejor suena en las orejas de los que lo oyen: el tal caballero es temerario y atre­
vido, que no: el tal caballero es tímido y cobarde.— Cervantes. Quijote. Se¿. Parí.
( ’ap. ,\7 ’// .)- -Estas tales almas son siempre aficionadas á dar mucho más que
no á recibir.— Santa Teresa. Camino de Perfección Cap. IV .)— Más vivirá ella que
//(■ él.— Kivadcncira. ¡ ‘ida de San Ignacio de Povo/a. /.ib. Cuarto, Cap. //'.

A pesar de todo, hay casos en que el no pleonástico


disuena hoy y tiene visos de vulgaridad, como el de nin­
guno no, que sólo encuentro en los Fueros españoles.
Valga este lugar del de Villavicencio: “ Nenguno non
tome posada sin andador.” que ninguno que se precie
de hablar castellano imitará. De todo lo que he dicho
se deduce que en el caso que motiva estas observacio­
nes y defiendo, la oración ha de constar de dos miem­
bros: si el consiguiente es negativo, el hasta que debe
ser seguido del no, el cual es entonces enfático y (i)

(i) En los fueros y observancias de A rayón, de que lie leído trozos, Lib. TX.,
l 'e Candcntis fe r r i jndieia, se encuentra nee non.
anuncia previamente la negación que viene, v. g. :
“ Hasta que w m e dé una satisfacción no debe contar
conmigo.” Basta llegar á satisfacción para saber que
el consiguiente va á ser negativo. El no del hasta que
prepara, pues, la negación subsiguiente, con lo que da
mayor claridad y energía á la expresión, por lo que lo
llamo enfático. Y es tal el genio de la lengua y el
hábito creado por el uso común, que no sonaría b ien :
"H asta que me dé una satisfacción no debe contar
conmigo. ” Si el consiguiente no es negativo, el no
del hasta que está de más; por ejemplo: “ Hasta que
me dé una satisfacción, estaré hostilizándolo” ó bien:
*• Estaré hostilizándolo hasta que me dé una sastisfac-
ción. ” Bien entendido que todo esto se dice en el
caso de que siga un verbo al hasta ó al hasta que, al
cual se refieran estas voces ; pues el no enfático ha de
preceder á un verbo ó expreso ó tácito. El ejemplo de
“ hastamañana te esperaré, ” verbigracia, está fuera de
la discusión, porque el no enfático no tiene cabida en
él, aunque sea negativa la frase : " Hasta mañana no
te pagaré. ” Vése así que el ejemplo de Núñez de
Arce y los de los demás autores citados, son correctos,
porque están conformes con la índole de la lengua cas­
tellana, como lo están los siguientes conque quiero ter­
minar este apuntamiento:
¡fasta </uc no desapañarlo de mi vista la cúpula y las torres del terrible mo­
nasterio no resobra la tranquilidad. . . . — 1’éro/. Guidos. I.a Corta da (.arlos I I .
Cap. X I X J — Aunque no tendría más que asomarse un poco para verme, no me
varó hasta ¡¡na no entre en la casa.— Pérez Galdós. I.a Corta da Carlos //'.
Cap. X X .)— T ú no ganarás nada hasta <¡na no pasa al^ún tiempo. — Pérez G al­
dós. I.a Cúrta da Carlos //'. Cap. XX.

Luego, todos estos usos de la negación, además


de geniales, son tan generales, tan comunes donde­
quiera que se habla el castellano, que sería imposible
desterrarlos.
550. Usase en la conversación y aun escriben
hombres de letras calificados las frases bajo de y debajo
de en el sentido de con sujeción a, y así dicen bajo ó
debajo de este punto de vista, bajo el punto de vista, bajo
precepto, bajo de preceptos, bajo de este aspecto, bajo estas
bases, elidiendo algunas veces la preposición de que
sigue al vocablo, y regularmente la componente de deba­
jo. Esta significación figurada de debajo y bajo es anti­
gua y en ella han tenido origen en estos tiempos frases
como algunas de las indicadas, que-han arrancado du­
ras observaciones á Alcalá Galiano y á Baralt, y últi­
mamente á Cuervo que ha escarbado la lengua en el
propósito de robustecer las aserciones de aquellos dos
ingenios, y quiere que, cuanto á pinito de vista, se
diga sólo como Quintana, en este paso que transcribe
el erudito colombiano:
lis preciso subir más sillo para mirar es los acontecimientos desde su verdadero
paulo de vista. [1 ] — Cartas á í.o rd J/o/land. X .)

Y como Cañete y Ochoa que han seguido á Quin­


tana. Proviene tan amarga censura de querer tomar
las palabras en su sentido recto, y no en el figurado,
arrebatando así al idioma una de sus bellezas. Claro
.es que por tal método no podríamos decir, por ejemplo,
linterna sorda, porque sordo es lo que no oye ó no
oye bien, lo callado, lo silencioso, lo que suena poco ;
ni raíz sorda de la irracional que no se puede expresar
con números ; ni encima por además, ni sobre por acerca
de y además de y á . y hacia; ni . . n o acabaría yo si1

[1] Los franceses dicen de tv p o iu td e v u e ; du point de vite; á son point


de vite.
fuese á citar todas las voces, iliodos y locuciones que se
toman en sentido traslaticio, y algunas de las cuales
serían verdaderos disparates si las palabras se tomasen
todas en su sentido recto. Por otra parte, el pinito de
vista ó de la vista es, como dice S alvá: “ aquel desde
donde ha de mirarse un objeto para verlo con toda su
perfección; ” y natural es que lo constituya una altura
para ver perfectamente el objeto, que estará debajo de
ella. Por donde tan correcto parece decir, á imitación
de los franceses, desde este punto de vista, como bajo ó
debajo de este punto de vista. Aspecto, (de aspectus,
vista, apariencia, de aspectarc, ver, mirar), no rechaza
la construcción, ni la rechazan tampoco parecer y opi­
nión, porque si aquéllas tienen relación con vista, éstas
la tienen con dictamen, sentencia, regla.
Parece agora á mí, ¡M ia ja de o tro mejor p a re c e r, q u e . . . . — Sta. Teresa.
C am in o de p crfe cci/m . Cap. X X X III.)— Sino que todas las suertes y maneras
de bienes que se comprehenden debajo de esta palabra bien, se encerraban aquí
sin alguna limitación.— Granada, P ró lo g o de la C a fa de P e c a d o re s .)— L a agri­
cultura en una nación puede ser considerada ba jo dos g ra n d e s respectos: esto es
con relación á la prosperidad pública y á la felicidad individual.— Jovellanos.
L e y A g r a r ia . Seg. C ía . E s to rb o s m ora les ó d eriva d o s de la o p in ió n . ) — Pone la
hermosura de la buena mujer, no en las figuras del rostro, sino en las virtudes
secretas del alma, las chales todas se comprehenden en la Escritura debajo de esto
que llam am os tem er ¡i E s o s .) — Fray Luis de León. L a p e rfe cta Casada. § X X .) —
P a jo este p u n to de v ista diríamos está ó esté. — Andrés Bello. G ra m a !. C a s i.
Cap. X V 1T I.)— Sobre el gusto se ha escrito mucho: los filósofos le han mirado
ba jo i/e u n p u n to de v ista , los retóricos b a jo ¡te otro.— Capmanv. E i/o s o fla de la
E lo cu e n cia . D e l g u sto .)— Cuando se consideran los fenómenos internos ba jo e ¡
p u n to de rusta de la actividad y b a jo e l de lo pasividad se clasifican en dos órdenes.
— Nímez de Arenas.— P s ico lo g ía . C a p. V I L ) — El p u n to de v is ta ba jo e l c u a l el
señor "Bello considera el oficio que desempeña el verbo en la oración es entera­
mente nuevo.— 15. C. Atiban. J u ic i o sobre la A n á lis is id eo ló gica de los tiem pos de
la co n ju g a ció n C a stella n a , p o r D . A n d ré s P e llo .) — Los demostrativos este, ese,
a q u e l, designan los objetos, considerándolos b a jo e l p u n to de vista del lugar que
ocupan fon relación á dichas personas.— Coll y V ehí. //.(ementas de L it e r a t u ra ,
i,il>. I’rim. Cap. i’rini.]— V hasta b a jo este p it illo do. t•isla siguen las lenguas su
destino.— Javier de (Quinto, //¡.t r u n o do recepción cu ia R e o ! . leuden//)) E s p a ñ o la .)
■ La más racional es la concebida ba jo e l p u n to de visto de las causas finales.— •
Monlau. /tipien-i de! Ma/rinionio. Capílulo A'.]... Si no hubiera engañado á Sexto
l’oiupeyo si. color de paz, y á I.épitio debajo de capa de amistad.— Colonia.
Anales. Lili. I.j — Pu jo de esta repta lie juzgado á Zcuxis de Henifica, famosí­
simo pintor, por muy prudente. — Capmany. /•'//asofia de la Elocuencia, l'rólopo.)
Fácil es conocer ipic las diferentes formas bajo las cuales presentamos los pensa­
mientos, resultan, ó de su misma naturaleza, ó de la situación moral y la intención
del tpu: habla. —I lermosilla. Arle de /Pablar, /.ib. //. Introducción.)— l'.l Dere­
cho convencional puede considerarse también bajo otro aspctlo.--Helio, Pnnci-
pios de Derecho Internacional. A 'aciones preliminares, j . ] — Si el que se ha
casado bajo el imperio de leyes que lo hacen indisoluble pudiese disolverlo.—
Helio. En ¡a misma obra. Cap. / I . J . ) — Rajo el pan lo de vista del sugeto, el
mismo es en filosofía que en las demás ciencias, el espíritu humano.— Núñez. de
Arenas, fnlrodnceldn tí la /'sicolapia y /.típica.)— fíaj o el punió de vista filológico,
ilcb.'uims al fenicio muy buena parte de la nomenclatura geográfica.— Severo Ca
lulina. Discurso de recepción en la Academia Española.)— Y aunque en medio de
la gentilidad ludio algunas naciones que se permitían la muerte voluntaria, siem­
pre filé debajo la ceguedad de sacrificio, engañados por el demonio que les per­
suadía ser la última prueba de su religioso celo.— Mein, Política Militar. .lv .
'./--Muchas cosas hay en las artes y disciplinas que no cuben debajo de
preceptos ni reglas.— Capmany. Eli. de la Elac. D el Gasto.

Cierto es que jamás he empleado la frase bajo


el punto de vista. pero no ha sido porque la haya juz­
gado impropia, sino porque nunca se me ha venido
á los picos de la pluma.
551. Debajo de 6 Bajo palabra, es frase correcta
en castellano, por la misma razón del significado figurado
del adverbio :
Confesó sin apremio que Vicente de la Rosa le había engañado, y debajo de
palabra de ser su esposo, la persuadió que dejase la casa de su padre.— Cer­
vantes.— Quijote. Par!. /. Lib. p, Cap. j i ).— Así se dice : . . . . Bajo palabra de.
sacerdote, y no de presbítero.— Capmany. Filosofía de la. Elocuencia. Eral, de
la Elocución. P. Prim. Arl. III.

Y bajo palabra en aun más correcto que sobre pa­


labra, porque el sobre sí es mala traducción del sur fran-
cés. No es, como cree Baralt, el significado de sobre
el que tiene sur en tales casos. Sur y sous, preposi­
ciones francesas, tienen distinta significación; pero en
tales casos son consideradas como sinónimas por los
preceptistas; son equivalentes, y difícil sería tratar
de distinguirlas. Se dice sur tclpretexte, y so?¿s leípre­
texte. Sous se emplea para lo que no es notable, y sur
para lo que tiene algo de extraordinario ó solemne,
por lo cual sous es de mayor uso que sur. Un
francés no les encuentra otra distinción á estas dos
voces en semejantes locuciones. Con la voz pretexte
y otras, sous puede emplearse sin artículo, y sur
nunca: Sons pretexte; Sur le pretexte. Estos sous y
sur no se pueden traducir sobre, sino bajo ó debajo-
Claro es también que en castellano bajo y debajo
acompañan correctamente á -joder, gobierno, autori­
dad, etc., y ocioso sería presentar ejemplos, los cua­
les de sobra se encuentran en autores clásicos.
552. Pero si Baralt tiene razón en censurar las
frases bajo vientre, lo bajo de la calle, lo bajo del ves­
tido, y otras por el estilo, que son verdaderos barba-
rismos, no lo tiene en censurar la frase bajo estado
por estado llano, pues no hay por qué, y antes bien
la abonan lecciones autorizadas, en las cuales bajo tiene
correctamente la significación de humilde:
Todos aquellos señores c caballeras, ó la oirá "V///c más luíj a fueron apo­
sentados á sus guisas en aquellos logares. Atnadis da O' a a / a f . i b . Cnar/o. Cap- III.
T al valor en un cochero
l.os celos no más, lo engendran.
Que nunca así por leales
Los Lo/abras bajos se arriesgan.
Rui/ de Alarcón. Las ¡'arados Ovan. JLI. Esa. /'//.

Habiendo ( Virinto) vencido infinitas batallas y hedióse señor de grande


parle fie España, jamás mejoró <le traje, preciándose de traerle igual con el
más b a jo soldado. — Navarrete. C onservaeidn de M o n a rq u ía s . D is c . X X X I I I ,
Ca el ha j o oslado es pisado de los mayores, y el alto por sí mesmo desva­
necido se cae.— Granada. C a rta de E v c h e rio . § I.)— Toda la soberbia indómita
de la clase h o ja y sin educación, se desarrolló á sus anchas, y la sirvienta
que antes era sufrida, se hizo insufrible.— llartzenbusch. J-'.l A m a de lla v e s .

Hay m ás: la acepción ele humilde que tiene el


vocablo bajo es más castellana que francesa. La
que es propiamente francesa, en el sentido figurado,
es la de innoble, vil, abyecto. Bajo en francés supo­
ne cobardía, corrupción, malevolencia, en suma, algu­
na especie de maldad, ó algún vicio ; por lo cual es
sinónimo de vil y de innoble. En tal acepción figu­
ra d a lo bajo en francés es lo humillado; en caste­
llano es lo humilde. No es, pues, galicismo en este
sentido. Hablando de los estados, clases ó condicio­
nes sociales de Francia, dice Montesquieu :
‘ •II y a, en Frunce, trois sorles d 'c iá is , l’ Eglise, Pepee el la robe” .

Así tenía que decir, ó Etat eclésiastique, Etat


militaire, Etat de la magistrature ; y si hubiera que­
rido señalar sólo dos, la aristocracia y el pueblo, esto
es, la nobleza y el bajo estado ó estado llano, hubie­
ra dicho l'étal de la noblesse y le tiers état.
553. Cierto es que la mayor parte de los es­
critores castellanos, venezolanos ó españoles, ó de
otras nacionalidades, no distinguen entre las frases
echar menos y echar de menos, y que ninguna obra ha
señalado diferencia de significado entre ellas; pero
no por ello es menos cierto que no tienen el mismo
valor, y conviene fijar el de cada una. Se echa
menos lo que se tenía y no se encuentra, lo que
se ha perdido, lo que se gozó y falta. Se hecha de
menos lo que no se ha tenido y convendría tener, lo
que nunca se ha poseído y se desea, ó sería natural
tener. “En mi biblioteca echo menos las obras de
Tamayo y Baus.” (Las tenía, y han desaparecido.)
“ En mi biblioteca echo de menos las obras de T a ­
mayo y Baus.” (No las he tenido nunca, y conven­
dría que las tuviese, como cosa de importancia.)
Aunque con cierta vacilación, como de quien no se
da cuenta de lo que hace, tal es, por efecto de la
lógica y del genio de la lengua, el uso de los más
notables escritores:
Con el padre fray García de Toledo, que es sobrino del virrey, persona que
yo echo harto ///¿nos, podrá vuestra merced tratar.— Sta. Teresa. C a rta s . ) — Pol­
aca le echan mucho menos las que estaban hechas á su dotrina.— Sta. Teresa.
C a rt a s . )— Un estudiante, respondió el criado, á quien distes cuenta de vuestros
pensamientos, íué el que los descubrió movido á lástima de las que vio que hacía
vuestro padre al punto que os echó m enos. — Cervantes. Q u ijo te , l ’r i/u . P a r í.
C a p . X / ./ l'.)\ Ah bodas deCaniacho y abundancia de la casa de Don Diego, y cuán­
tas veces os tengo de ech a r m enos.'— Cervantes. Q u ijo te . Sep. P a r / . Cap.
X X / 1'.)— En medio de esta prodigalidad de ingenio, de esta caudalosísima co­
rriente de poesía, ¿no se echaba menos algo en los teatros de España? Sí: el eru­
dito debía sentir la falta de la tragedia: el lilósofo buscaba y no hallaba sino vez
rarísima, la comedia moral.— 1inrlzenbusch. D is c u rs o A cadém ico.') — Al salir, va
en su pueblo, de la casa del desuella-caras con título, echó menos la mano suave del
barbero que le rasuraba cuando había de visitar al oficial dibujante.— Hnrlxenbusch.
E l L u g a re ñ o en M a d r id .) — Si echáis menos á mi señora ya os he dicho que no está
en casa.— Uarlzcnbusch. /.os A m a ntes de T e ru e l, .l e í. T e re . P . P . E s c . P r im . ) —
Es imposible que un lenguaje desordenarlo, inculto, y en que se eche de menos el es­
mero en la elección de la voz propia y genuina que corresponde á cada concepto,
no proceda de un entendimiento confuso, de un gusto depravado, do una ins­
trucción mutilada, incompleta y errónea.— José Joaquín de Mora. D is c u rs o A cn-
d é m ico . ) - -Acaso volviendo al estudio de nuestros autores antiguos hailáranse recur­
sos rio lenguaje con que suplir en parte lo que se echaba de m enos.)— Gil y Zarate.
Contestado'// a l s e ñ o r de P ia r a .

554. Decir, como en Venezuela y en algunas


otras repúblicas hispano americanas, tirar por mam­
puesto, para significar el disparar un arma de fuego
apoyándola en un tronco de árbol ó cosa semejante,
con el objeto de asegurar la puntería como explican
algunos, ó ir. is bien, lo que es lo cierto, cubrién­
dose para disparar con seguridad y sin peligro, es
en buen castellano, disparar á mansalva ó á mano
salva ó á salva mano. No existe el tal modo por niani-
pi/cslo, Mampuesto, como adjetivo, significa lo que se so­
brepone á otra cosa en las obras de manipostería, tal
como un ladrillo á otro ladrillo; y como sustantivo, el
material de que se hace la obra de manipostería.
El modo adverbial corriente y castizo es de mampuesto, y
significa de repuesto, de prevención. Véase claro en la
lección que sigue, conviene á saber:
Es fuerza que el Cupiláii Gciieiíil con suma providencia repare y guarnezca
aquellas partes por ¡londc el enemigo puede internar salida alguna, teniendo siem­
pre para esto efecto gente de mampuesto q.ie esté ociosa en el trabajo de la fo r­
tificación y sólo dirigida á este lin harto competente á la seguridad del ejército.—
Mein. Po/f/iea Mi¡¡tur. De ios Sitios.

555. La preposición de, como nota Salva, y he


comprobado al tratar de la frase hasta queK no, ha
sido interpuesta en las frases de pregunta y admira­
ción entre el que y el sustantivo que le va unido,
por muchos clásicos castellanos y por escritores mo­
dernos de superior nota. Este uso es muy común
en Venezuela; pero Salva 110 observó que el empleo
de la preposición no es indiferente, pues da un sen­
tido distinto á la frase; y ello debe tenerse en cuen­
ta. Cuando Jovellanos dice: \ Qué de privilegios no
fueron dispensados á las artes! y en otro lugar: ; Olió
no ha costado de pleitos y disputas en el territorio
de. Sevilla! el que, por efecto de la preposición, da
el sentido de cuántos-, cuántos privilegios, cuántos
pleitos y disputas. Mientras que si hubiese dicho:
¡Oué privilegios no fueron dispensados á las artes!
y ¡Qué pleitos y disputas no ha costado en el terri­
torio de Sevilla! el que conservaría su propio valor,
y á (o más equivaldría á cuáles, qué clase de, refi­
riéndose así, no ya al número, sino á la clase ó es­
pecie, con carácter determinativo; y arrebatándole á
la oración energía v elocuencia.
556. La exclamación ¡qué varilla! y la frase
echar varillas, de uso común en la República, son
castizas. Echar varillas es dirigir indirectas, ó echar,
lanzar, arrojar pullas, aun que no consta en el Dic­
cionario:
l’uesto que 011 su oración hablase honradamente de él (Augusto de Tiberio),
no dejó de echar algunas '■ ari/las locantes á su forma de vestir y manera de­
cida : con que en són de excusarle sus faltas, mostró bien «¡u>- no las ignoraba.
Coloma.— .1nales. I.H. /.

557. En Colombia, en Cuba y en Venezuela


se dice simplemente hincarse en el sentido de arro­
dillarse. postrarse, hincarse de rodillas. Antigua­
mente se dijo fincarse é hincarse, pero sólo en la
acepción de quedar, permanecer, fijarse, como puede
verse en Berceo, Segura de Astorga, y otros escrito­
res anteriores al siglo X V (Págs. 11, 19, 73, 253,
254, 331 y 339 del tomo 57 de la Biblioteca de
Rivacleneyra); pero no se ha empleado por arrodillar­
se, bien que en ciertos casos no es diíicil equivo­
car el sentido. ^Siempre se ha dicho hincar la ro­
dilla, hincarse de rodillas; ó simplemente arrodillarse:
J-in/nc /os mis hinojos aniel e mi mesnada,— El Arclliprestc de i lila J.ihro
Je Can/ares. tsgtf
No se tetina por hablilla
Que lloraba de sus ojos.
JfincaJos ambos hinojos. . ..
Castillejo. Sermón Je . ¡/ñores.
Todos*: hincaron de rodillas, y delante del aliar con los clérigos comenzaban
ácantar con voz baja una letanía.-— Hurtado de Mendoza. Lazarillo de Tormén,
’i ia t . V.)— Llegando junto al balcón le hizo arrodillar y poner la boca en el
suelo. —Pérez de Hita. ' (hierras Civiles de Gramulo.. T a ri. 1. Cap. XVII.)
Arremetió su caballo,
Viendo aquel sol que amanece.
Haciendo que se arrodille.
Y el suelo en su nombre bese.
Tómame de Gasitl y Linda raja.

5 58. Di cese indistintamente “■romperle ó quebrar­


le á úno la cabeza” , frase figurada que significa ator­
mentarlo, aturdido. La frase con el verbo romper
no necesita observación ninguna, porque consta en el
Diccionario en la definición de cabeza, y en cualquier
autor castellano se encuentra. Con el verbo quebrar
si conviene comprobar que es castellana y castella­
nos nos la trajeron.
Pintonees entrando Apolonio en el templo, i/iie/irá/xinle la raheza con voces lo
viejos, mujeres y niños, rogándole que no lo hiciese.— Juan Martín Cordero. Mar-
lirio de les A/reaheos, por J-hreio Josefa, pág, 378 de la 5a edición de 'Madrid, año
de 1791.

559. Por las provincias ó Estados de occidente, di­


cen algunos silla de jineta, y asi ha escrito algún autor y
dice el Diccionario de la que sólo se distingue de
la común en que los fustes son más altos y menos
distantes con mayores estribos; sirve, agrega el lé­
xico, para montar á la jineta, modo adverbial éste,
que no define en ningún lugar, y significa
montar con los estribos cortos alardeando de jinete,
esto es, de destreza y primor en el cabalgar. Como
debe decirse es silla jin eta, y no de jineta, pues no
se emplea la frase porque tenga la silla la lanzallama-
da jineta, ni porque sea para uso de amazonas, sino
porque sirve al jinete ó al que alardea de serlo, lo cual
da á la silla el carácter de femenino de jinete y hace
que la preposición de sea incorrecta. Para comprobar
esta observación basta la autoridad de Saavedra Fajardo,
el cual, en la Idea de un príncipe político—cristiano,
Empresa L X I X .) dice: “ La mercancía con espíritus
nobles trocó los bancos por las sillas jinetas, y salió á
ruar por las calles. ” V pues se ofrece la ocasión, ob­
servo que esta misma lección de autoridad tan compe­
tente como Saavedra. comprueba asimismo que ruar,
formado de rúa, no es solamente en su primera acep­
ción, “andar por las calles en coche ú otro carruaje.”
pues en este ruar de Saavedra no se trata de vehículos
rodantes, sino de “ andar por las calles ó los caminos en
cualquier carruaje ó cabalgadura.” Montará la jineta.
ó simplemente á la jineta, significa “ montar con los
estribos cortos, alardeando de jinete.” Así se usa por
acá, y es correcto y castizo:
Salió, en lili, Sandio, ncompaíiado ríe rundía gente, vestido á lo letrado, y
encima un gabán muy ancho de camelote de aguas leonado, con una montera de
lo mismo, sobre un macho ,í la j i n d a . — Cervantes Q u ijo '.:. Seg. P a r í. Cay.
X LIY.
Provisión á la j in d a ,
Fue la fiesta que pasó.
Quevedo. E l ju e g o <1: C a ña s f rim e ro , f a r la ven ida d e l P r in c ip e de Gales.

560. El autor de cierto estudio histórico dice


que “ Brión hizo velas para oriente,” y más útil le
hubiera sido que hubiese hecho cualquiera otra cosa
y la hubiese vendido á vela y pregón. Valga la ver­
dad, la culpa no es enteramente del indicado autor,
sino del gran Quintana que en Rogcr de Lauria y
en otros escritos dice : Hizo vela para Mee i na ;
volvió a hacer vela para la isla; si bien, puso el
vela en singular. De todos modos, lo mas correcto
y propio es : Hacerse A la vela, Hacer A la vela, r&rr
/<? Tender velas, Tender las velas. Alvar velas,
Levantar velas, Largar las velas, y sobra.
Cuando íbamos r? /<•/ rv/o tenía cuidado con la or/.a de avante, y con la
orza novela.— Alemán. (/ir.nnin de .Il/nrue/ie. Parí. //. I.ih. ///. Cap. IX. )
Y se embarcó con Domingo en a<|iicl baje!, que no tardó en levar anclas
y darse ú la vela.— Tomás de Iriartc. Rabíman. Tarde Trigésima.

561. En discurso de un notable literato español


que aun vive, tropecé con la Ira se en su (orno, en la
significación de A su alrededor. y como cierto venezo­
lano no menos distinguido en las letras, consideró
aceptable la novedad y nos la presentó en una erudita
disertación, creo conveniente señalar su impropiedad.
Torno es una máquina, y porque gira al rededor de su
eje, ha alcanzado la acepción de vuelta, rodeo, y dado
motivo á que se forme el modo adverbial en torno,
que significa al rededor. Bastaba lo de ser en ionio un
modo adverbial aceptado por todos los buenos escrito­
res, para comprender que no se le podía interponer el
posesivo su, sino tratándose de la máquina y de su
dueño. De modo que al oír decir "Estaban en su
torno varias mujeres.” ha de entenderse que se trata de
torneras que están en su trabajo, y no de mujeres que
se hallan al rededor de alguna persona ó cosa. Esto
no tiene pero. Dígase, pues, cu torno de él ó de ella,
en torno suyo, ó simplemente en torno, como en estas
lecciones :
llierusalem en aquel tiempo era una de las mayores, más ricas, más afama­
das y más fortalecidas ciudades, y de más líennos.>s edificios que había en el
mundo. Tenía en Ionio cuasi legua y m e d ia .... — Granada. P e í Sintióla de la
Fe. Par!. //'. Ca/\ X V I.)
Y la escena, en inmóvil agonía
Hoy yace, sin calor, sin esperanza,
Mientras en torno resplandece el día.
Carlos de Peñaranda. A Calderón.
T'uro ¡'ir /orno do í 'oso/oos existen más cercanos testimonios i!e esta •jrumUj/n.—
lovellanos. OmtitSu sobro o! os/n dio do hts oiondos no/tirados.J — Mira <7/ lom ado
.7 oíros seres, y no vieinlo en ellos cosa estable ni ihinnlera, se apresura á observar
su Unjo sucesivo.-—Jovelianos. id.

562. “ Declara que esta Asamblea poco tendrá


que hacer, ¡oda vez que el partido liberal guarda su
evangelio en la conciencia del pueblo.” Así escribe el
redactor de cierto diario, y así muchos otros que ma­
nejan la pluma, como si para ser periodista no impor­
tase el conocer la Lengua, siquiera mediana mente,
liste barbarismo ha venido de inera ; es obra de los
que, sin ser competentes para el olido, se dan á tra­
ducir el trances. Hasta un señalado novelista español
incurrió cierta vez en el descuido de estamparla, si no
fuere que. como acontece* por acá. algún sabio impresor
quiso con la mejor intención enmendarle la plana, según
su leal saber y entender. Ni vez en tal sentido tiene
partes, ni todo, que es lo que se comprende entera y
cabalmente, tiene en castellano la significación de cada.
sino usada en plural en ciertas frases, y ello porque
filosóficamente traduce tal sencido. K! toda vez que es
mala traducción del francés touüfois (toutesfois) que
denota que entre todas las veces, casos, ocasiones y
circunstancias en que una cosa acontece, se encuentra
ó puede encontrarse una en que no se realiza, y por
lo tanto, equivale á nuestras (rases no obstante, sin em­
bargo, no embargante, con todo eso, por tanto. con todo,
según el c a so ; mientras que las frases castellanas
todas /as veces que y unía vez que son locuciones con que
se supone ó da por cierta una cosa para pasar adelante
en el discurso, y equivalen á ya que, supuesto que,
cuando, siempre que, cada vez que, según su colocación
y oficio en la oración. Asombro me ha ocasionado
que Baralt censure la frase todas las veces que, en la
acepción de cada vez que, siempre que, cuando. Ella es
muy propia y correcta, y tiene la autoridad de los más
insignes hablistas :
Mas también todas los vetes que dió d alguno y le añadió alguna cualidad
señalada, demás de las que de suyo tenía, le ha puesto también algún nuevo
nombre que se conformase con ella.— Fray Luis de León. De los Nombres de
Cristo, JJb. Prim. Introducción.
Todos los veces que d cualquiera cosa
T e inclines y aficiones,
Porque no se malogren tus acciones
3>ebes llegarte á ellos.
Que vedo y Villegas. Doctrino de Jupíetelo.
Los ministros de tan crueles hazañas, todas los'veces que los ve el que dió la
comisión, parece que las traen á su memoria y se las vituperan y reprenden.—
Colonia. I.os Anales, /.ib. X 'IV .)— Se acostumbra emplear el término prescrip­
ción todos los -veces que no hay necesidad de señalar particularmente la primera
especie.— Helio. Principios de Derecho Internacional. Prim. Parí. Cap. I I .) —

Una vez que es locución familiar, pero no hay por


qué no emplearla en escritos serios:
('na ev~ que ha manifestado hacerlo así, no es iieilo a la s otras despojarla
«le esta adquisición.—Bello. Principios de Derecho Internacional. Prim. Parí.
Cap. I I .) — Mas uno vez qno los dos se obstinan en decir cada cual de ellos que
es Almanzor: ¿cómo salir de la duda?— Martínez «lela Rosa. Apéndice sobre io.
Tragedia.

563. Dícese comunmente en el pais “ hombreó


mujer ó cosa de cuerpo, ” para significar que tiene
gran tamaño, que es corpulenta. Es un modo de
hablar castellano y autorizado, aunque el Diccionario
no lo indique ni traiga la locución figurada de tomo y
de cuerpo, esto es de grosor y grandor, como la de
tomo y lomo significa de grosor y peso.
Porque el sér que tienen en sí es ser de tomo y de cuerpo.— Fray Luis de
León. De los .Yombres de Cristo. Lib. I. £ II.

De igual manera se usa á cada paso en Vene­


zuela, y vano seria buscarla en el léxico castellano, la
frase ó modo adverbial á secas que tiene el sentido de
simplemente; y sin embargo no es venezolanismo, sino
puro castellano. Anda en dramas y novelas, y ahora
se me acuerda la siguiente lección :
l,a fórmula do Lázaro á secos es una maña de que se vale para que sospe­
chemos si descenderá <1e aquellas blasonadas cortinas.— Pedro Antonio de Alar-
cún. E l Escándalo. Lili. IIP. Cap. /'/.

564. “ Veíase de primero al General Presidente,”


dice afectadamente un escritor notable, para expresar
que el General iba á la cabeza ó primeramente. Es un
despropósito. La preposición de está de sobra en tal
frase, porque de primero es un modo adverbial que
significa anteso al principio, con referencia al tiempo ó
á la sucesión de los acontecimientos. Bastan estas
lecciones :
Los mares las cubrían de primero [á las tierrasj
Por cinta los collados.
Fray Luis de León. Salmo C///.
¡Oh gloria, oh gran prez nuestra,
Escudo fiel, oh celestial guerrero!
Vencido ya se muestra
El africano fiero
Por tí, tan orgulloso ácprimero.
Fray Luis de León. .-/ Sntliapo.
De allí en adelante, dice la crónica del Rey, él tornó á la gobernación como
de primero.— Quintana. Don Alvaro de Luna.

565. “ Lo que somos nosotros no hemos dicho


nada al colega,” escribe el cronista de una de nuestras
revistas, siguiendo el hablar de los nuevos reforma­
dores ó barbarizadores del idioma. Cualquiera media­
namente instruido en la Lengua castellana creerá que
al principio de la oración se ha elidido impropiamente
la preposición de: “ De lo que somos nosotros, nada
hemos dicho al colega pero leyendo el párrafo entero
se cae en que no hay tal elisión sino una impropiedad
mayor, y esta es la de emplear la expresión equívoca
lo <]uc somos, en vez de la frase castellana lo que es.
equivalente á cuanto á, ai cuanto a, por lo que respecta- á.
•'Lo que somos nosotros es muy amigos de escribir
despropósitos y ufanarnos de entendidos,” hubiera dicho
un Aristarco. Un el caso en cuestión no se dice “lo
que somos nosotros^ ni “ lo (pie: soy yo,” sino "lo que
es nosotros” y “ lo que es yo.” Como muestra de la
frase correcta, bastan los tres siguientes ejemplos de
varón tan puro y castizo como el autor de Los Amantes
de Teruel:
l>kvn ijuu d verdadero canil n le: trae á úm> desvelado : y /o que ,s el
má>. n>. ido desvela mayormente.— I larl/eidnisch. /.« ¡'isiouurio. .-/<•/. Prim .
. /.Y.) Pues /.’ que es su voz se ha <]uedad>> dentro.— 1lart/enlmsch. Juan
i/. /(».<• I'iíms. ./•/.' Prim. I'.si. Prim.) I’ucs io que es yo, lo ••.prometo hacer
<|ue la prisión diuelodo lo posible— I larlzenluisch. ¡uuu i/e /os I ’tí/iis. Ae!.
//. /•:$<•. fI
566. De hierro arriba es frase que aplicamos en
América al ganado que ha llegado hasta la época de
poderlo marcar con el hierro caliente, lo cual es cos­
tumbre efectuar al año de nacido. Es bien formada y
expresiva, y no hay por qué desecharla.
567. La irase por siempre jamás, que algunos han
juzgado incorrecta, que todos los cristianos pronuncia­
mos diariamente y Helio presenta como ejemplo de ser
jamás el negativo que mejor conserva su antiguo carác­
ter de positivo, es puramente un arcaísmo. Formado
de ya más, jamás significó siempre, de . donde el pleo­
nasmo por siempre jamás; como de antiguo también en.
el sentido de nunca, empleamos el pleonasmo nunca
jamás. Presento ejemplo de jamás en la significación
de siempre:
La dueuna con e) hispo avie esta entenSia,
Mas linaronlo tocio en buena avenen¡jia.
Jamás ovieron amor e hienquerenSia,
Encerraron su vida en buena paciencia.
Rereeo. Milagros de unes!ni Se nuera. S 7S '

568. Nuestra frase Estar uno en la cuerda ó E s­


tar uno en la cabuya., para expresar el hallarse úno
entendido de algún asunto, ó de acuerdo con otro 11
otros, conviene con la castellana: No ser uno de la cuerda
de otro ú otros. Es además expresiva, y no hay, por
lo tanto, motivo para rechazarla. Di cese ¡qué cuerda! y
una cuerda, de chicos alborotadores, cuando el diccionario
sólo la aplica al conjunto de penados que van atados á
cumplir su condena en el presidio ; pero el sentido que
se da en Venezuela á la voz cuerda en el caso de que
tratamos es legítimo, porque ella supone liga é iden­
tidad de carácter y propósitos. Desde tiempos antiguos
se encuentran acepciones análogas, de cuerda y de soga,
como puede verse en seguida :
Anly vos lo rimemos, si bien vos remembrarles,
Qiu/serie luenga soga deSir las sus bondades.
Rereeo. ¡'ida de Santo Domingo de Sitos. <)j.
Deque á la eordietla de los sánelos rezada
Sobre la sanela sangne, e sobre la oblada
Santigua por ires ve/.es con la mano sagrada,
Debiendo tres palabras r’e sanctidad granada.
Rereeo. D el Smrijieio de t i Misa. 230.

569. Cima es lo más alto de los montes, cerros


ó collados, y la parte más alta de los árboles. Figu­
radamente es el fin ó complemento, de alguna cosa.
M irar una cosa por encima, es írase figurada que signifi­
ca mirarla ligeramente, sin enterarse bien de ella ; y por
cima, es un modo adverbial que significa en lo más
alto 6 por lo más alto. Cima viene del latín summa;
y en cima que, como puede verse por el poema de
Berceo Sancta Oria, 43, se dijo primeramente cuso/no,
es el latín iu summo. Encima significa en lugar ó
puesto superior respecto de otro inferior, y asimismo
descansando ó apoyándose cu la parte superior de una
cosa. Es también adverbio de cantidad, que se em­
plea en ciertos casos con el sentido de además, sobre
otra cosa. El modo adverbial Por encima, significa
solamente de pasada, superficialmente, á bulto. No
deben, pues, confundirse las frases por cima y por
encima, pecado en que incurren escritores de España
y de Venezuela, de Méjico, de Colombia y otras partes.
570. Pongo á continuación algunos refranes, fra­
ses y modismos que se usan en Venezuela, y entre
los cuales hay no pocos españoles, como lo indicaré
en su lugar, aunque no constan en el Diccionario
de la Lengua.
Pelar el castaño, ó pegar los baúles ó las peta­
cas, son frases familiares y metafóricas que equivalen
á las castellanas Apretar ó picar de soleta, ó tomar
soleta ; tomar las de Villadiego ; tomar el pendingue.
Estar limpio, frase familiar metafórica, equivalen­
te á Estar sin blanca; B ailar úno el pelado. En es­
te mismo sentido se dice ; Estar úno más pelado que
una rata; Estar pelado ó pelón. Estar pelón es indu­
dablemente español:
Sirvo, les dice, á im pelen,
Que no sólo ha veinte años
Que come de aventurero,
Mas cjue duerme de prestado.
Con ¿ora. Reman ce. X L V J I .
Tirarse de espaldas, frase familiar metafórica que
significa espantarse, ó retraerse de alguna cosa.
Ojo de garza ! frase familiar metafórica equiva­
lente á la locución familiar Ojo avizor!
En un tilín, tilín, aludiendo al sonido de la cam­
panilla, frase familiar equivalente á En nn decir j e ­
sús, E n un tris, en un instante.
N o ver sol, frase familiar metafórica. Embriagar-
se por hábito.
Verle las patas al caballo, frase familiar metafóri­
ca equivalente á Verle la oreja al lobo. Advertir el
peligro. La frase ha salido de las casas de juego.
Ser un hombre cuadrado, frase familiar metafó­
rica : ser para todo.
Pisar uno el peine, frase familiar metafórica equiva­
lente á Caer en el garlito. Tiene origen en el peine,
falsamente sostenido, que se coloca en las trampajaulas
para que pisándolo el pájaro se hunda y quede preso.
Tragarse lino la píldora, frase familiar metafórica:
Creer con facilidad alguna patraña.
Tirar á Ciño una punía ó puntas, frase familiar
metafórica. Endilgarle indirectas.
Parece que no quiebra un plato, frase familiar me­
tafórica que se aplica á los taimados que aparentan
no serlo.
Pedir Lino cacao, rendirse ó huir. Del cacareo
del gallo que huye en la riña formaron tal frase los
jugadores de gallos, y así dicen pide ó pidió cacao;
está pidiendo cacao. Los chicos la aplican en sus lu­
chas al vencido ; y cuando éste cae derribado, el ven­
cedor le fija la rodilla en el pecho y le obliga á pe­
d ir cacao. Si no consigue hacerle decir cacao, reco­
mienza la lucha. Úsase también por Colombia en la
primera acepción, según el señor Cuervo. Probable­
mente fué llevada en la guerra de la Independencia
por el ejército venezolano.
Dejarse úno sacar un ojo por ver dos defuera, frase
metafórica. Arrostrarlo todo por vengarse.
D ar úno gallo ó un gallo, frase familiar metafórica.
Desafinar el que está cantando.
Morder á úno, ó pegarle un mordisco, equivale
á pegar á úno un petardo.
Conocer úno el almendrón, frase familiar metafóri­
ca equivalente á Quien no te conoce (pie te compre.
E l que lo tiene lo gasta y si no se lame el asta,
refrán equivalente á Nadie, tienda más la pierna de
cuanto fuere larga la sábana.
A quien lo quiere celeste que le cueste, refrán equi­
valente á No luiy atajo sin trabajo; Nunca mucho costó
poca; No se toman truchas á bragas enjutas.
Ganarse á úno de manos, frase familiar. Lograr ■
excederle en cualquier línea.
D ar ó tener úno una piedra, frase familiar metafó­
rica, que se dice cuando en virtud de algún hecho ó de
alguna palabra se pone alguien en capacidad de com­
prender alguna cosa ó de alcanzar un fin determinado.
Ser úno un tigre, frase metafórica. Ser muy avis­
pado, muy astuto.
Comprender uno la bolada, frase familiar metafórica.
Adivinar la intención de alguno.
Poner á úno en la puerta de la calle. frase familiar.
Lanzarlo.
Conmi00 y la rana es ¿ana, frase figurada y fami­
liar conque se manifiesta que no se está dispuesto á
dejarse perjudicar.
Estar úno partiendo un confite con otro; frase figu­
rada y familiar, equivalente á Morder un confite; Comer
en un mismo plato.
Mamar á dos carrillos, frase figurada y familiar,
equivalente á la castellana comer ó mascar a dos carri­
llos, sólo en la segunda acepción de gozar de dos em­
pleos de utilidad á un mismo tiempo.
N o aflojar la teta, frase figurada y familiar. No
dejar nunca el empleo ó cargo público.
Estar úno cu pico de. zamuro, frase figurada y fami­
liar. Estar en riesgo ó en peligro de muerte.
Poner á Lino un zamuro de prendedor, frase figurada.
Matarlo.
Estar úno cu cien brazas de agua, frase figurada
y familiar, equivalente á la castellana Estar con el
agua hasta la boca, el cuello ó la garganta.
Alégrate, ó atrácate, pavo, que mañana te gu i san-,
frase figurada y familiar conque se advierte irónica­
mente que si lo contentan y halagan es porque esperan
sacarle mayor utilidad.
Tener úno el colmillo ahumado, frase figurada y fa­
miliar. Ser de mucha esperiencia.
Vivir úno como el cachicamo en sil cueva, frase
figurada y familiar, equivalente á Estar metido en s?í
.concha como el caracol, citado por Sbarbi.
Oler uno el caldo, frase figurada y familiar. Tener
indicios de alguna cosa,
S i así escupe, quito el baile, frase figurada y familiar
que advierte que no se está dispuesto á sufrir repri­
mendas ni perjuicios, ó bien á continuar relaciones con
quien falta al trato y conveniencias usuales.
fener uno la lengua de cabecera, frase familiar me­
tafórica. Estar muy tomado del vino.
Como quien no quiere la cosa, frase familiar que se
dice del que hace algo disimuladamente cuando tiene
interés en ocultarlo.
l'cuer ímo un realero, frase familiar equivalente á
Ser úno un Creso.
Tener más puntas que ten cabestro de cerda, frase
familiar metafórica. Ser muy dado á dirigir indirectas.
Ser una cotorrona, frase familiar. Di cese de la
mujer entrada en años, especialmente de la jamona.
Echarle á úno la paja, frase familiar equivalente
á Llevar ó llevarse á úno de calles.
Dorm ir á pierna suelta, es frase equivalente á .
Echarse ó tenderse á la, bartola. Es española, pues re­
cuerdo haberla leido en Bretón de los Herreros.
No valer una cosa un pepino, frase figurada y familiar
equivalente á No valer una cosa un comino, la cuál es
también de uso común en Venezuela. Como se dice en
España es N o dársele á úno un pepino de ó por una cosa;
esto es, no importarle nada, no hacer caso de ella.
En escritores antiguos se encuentra no valer y no dár-
selc un pcpión, lo que se refiere no al pepino. sino á la
moneda de escaso valor llamada pcpión; asi como no­
sotros decimos no vale un centavo, no vale un fisco, y
los maracaiberos no vale un cobre, frases todas despec­
tivas para ponderar el escaso valor de alguna cosa.
En el Libro de Alcxandrc dice Segura de Astorga (56):
1>í que por lodos ellos non darás un pcpión.
Igualmente decimos no vede un higo, y además no se nos
da un higo, como reza el Diccionario ; pero nuestra frase­
es castellana :
Xon valdrás mas por esso q turnio rale nn jigo
Bereeo. Milagros de Xueslra Sunñora. j; .t.

Aro valer, y no dársele un pito, son corrientes y cons­


tan en el Diccionario.
Coger á uno la razón de la boca, conque se mani­
fiesta la acción de continuar uno el discurso por otro
comenzado, es asimismo frase castellana:
Cogióle la razón <Ir la lana: .$'anclo, y prosiguió diciendo.......— Cervantes.
Quijote. Seg. Par/. Cap. X X X II.

Muera Marta y muera, harta, refrán conque


irónicamente se moteja á quien por satisfacer su
gusto no para en las resultas, es castellano aun­
que tampoco consta en el Diccionario:
De esa manera no aprobara vuesa merced aquel refrán que dice : muera Marta
y muera harta.— Cervantes. Quijote. Seg. Par!. Cap. I.IX .

Las necedades del rico pasan por sentencias en


el mundo, refrán que pondera la importancia que sue­
le darse á la riqueza, nos ha venido también de
España:
N o sino |>opeii y calóñenme que vendrán por lana v volverán trasquilados, y
á quien Dios quiere bien la casa le sabe, y Ití necedades del riea pasan por sentencias
en el mundo.— Cervantes. Quijote. Seg. Par/. Cap. XJ'.III.
Parientes y trastos viejos, pocos y tejos, refrán
cruel pero filosófico conque se pondera lo perjudi­
cial que suelen ser los parientes.
Sentarle á uno una cosa como A un Sanio
Cristo un par de pistolas. frase que denota la falta
de conveniencia, propiedad ó armonía de una cosa
con otra, nos ha venido también de España, pues
el Presbítero D. José M:‘. Sbarbi lo incluye en su
Florilegio ó Ramillete alfabético de Refranes y ¿Mo­
dismos de la /.engua Castellana. Tal frase equivale
á esta otra, que también usan en Venezuela: Como
una guitarra en un entierro.
Mamarle á úno el gallo es frase metafórica y
vulgar que significa usar de bromas con úno ha­
ciéndole creer lo que no ha acontecido ó no se ha
dicho, con el propósito de halagar su vanidad
ó su esperanza. Procede de la costumbre que
tienen los jugadores de gallos de reanimar al ani­
mal en la riña chupándole la sangre que mana
de las heridas de la cabeza y los ciega.
Ser un Juan Bimbe, equivale á ser un simple,
un Juan Lanas.
Pegarse úno un chine¡tarraza de algún líquido;
frase familiar metafórica: beber con exceso, apurar
de una sola vez.
Pegarse úno un palo, frase metafórica vulgar.
Tomar una copa; así dicen también se pegó dos ó
tres palos.
Ser una cosa de pitón. frase familiar metafórica
equivalente á Ser de rechupete; A pedir de boca.
Obtener una cosa de Valdivieso, frase vulgar
que significa obtenerla de regalo, y procede de la
semejanza del apellido de Valdivieso con la frase
de balde.
Ser una cosa de á folio, frase vulgar metafórica.
Ser de grande importancia.
Cobrarle á lino la sangre, frase metafórica, d o ­
mar de él venganza. Proviene esta frase de la
costumbre de algunas tribus indígenas, especialmen­
te de lasgoagiras, que se hacen pagar la muerte
de alguno de los suyos, y de nó castigan cruel­
mente al causante de ella.
Estar ó andar cogiendo cabañuelas, frase equi­
valente á andar de zoca en colodra; andar de ceca
en meca; estar de ocioso.
Chupe ( / ) usted y déjeme el cabo. frase vulgar
metafórica conque se pondera la excelencia de al­
guna cosa; por lo que equivale á A pedir de­
boca.
Gastar uno la. pólvora en zamuros, frase figu­
rada equivalente á Gastar la pólvora en salvas.
Anda., ó vete, á la porra, frase familiar figurada
equivalente á Anda. ó vete, al infierno.
Meter cabras, frase figurada que se emplea en el
juego de dominó y expresa la trampa de casar la
ficha de un número con la de otro diverso. De aquí
se dice asimismo esa es cabra, por esa es trampa,
de cualquier ardid perjudicial.
Pedir á úno una paloma ó una palomita. frase

(i) Sóloel vulgo dice clt.it¡uir tabaco. Sin embargo, Ulloa en su A'cituióit
viajeá América, hablando do Cartagena. dice ¡Impar por fum ar.
figurada. Pedirle la pareja para bailar por breve
tiempo. Aunque no se acostumbra en baile de eti­
queta ó serio, es siempre indicio de viciosa edu­
cación.
Ojos que te vieron, paloma turca, frase figurada,
equivalente á Ojos que te vieron ir:
Quedarse uno con los ojos claros y sin vista,
frase figurada equivalente al modo adverbial figurado
A la Luna de Valencia.
Salir con las costas en ¿as costillas, frase figu-
rada familiar. Quedar doblemente perjudicado.
Recibir á uno con cuatro piedras, frase figurada
familiar. Ab i rato. Lo mismo que desfogando la-
ira; cerrado como pie de muleta.
Coja usted- ese trompo en la uña, frase figurada
con que se muestra la dificultad de hacer ó enten­
der alguna cosa.
largar uno las costas, frase figurada equivalente
á salir uno condenado en costas, salir perjudicado.
Quedar úno zapatero, frase figurada. Quedar
sin blanca.
Sentir úno la humedad de alguna cosa, frase
figurada. Comenzar á sufrir las resultas del caso.
Embolsar úno el violín, frase figurada familiar. Re­
traerse de un propósito ; y á las veces callar y re­
tirarse, como en la frase Embolsó el violín y se fue.
Ganar úno gracias con escapulario ajeno, frase
figurada. Recibir úno ó la gratitud, ó el premio ó el
beneficio que corresponde á otro.
A l enemigo qnc huye, plomo con él, ó plomo ca­
liente. refrán que es la antítesis del castellano: A l
enemigo que huye. la pítenle de plata. Atribuyesele
al vencedor en la batalla de Santa Inés, Ezequiel
Zamora, que lo tenía siempre en los labios, y
agregaba, que si huye es para rehacerse y darnos
más que hacer. Zamora recordaba, sin duda, á Don
Q uijote: “ Deteneos y esperad, canalla malandrína,
que un solo caballero os espera, el cual no tiene
condición, ni es de parecer de los que dicen,
que al enemigo que huye, hacerle la puente de
plata.”
Durar una cosa lo que cazabe en caldo caliente,
es frase figurada. No durar nada.
Los mochos se juntan para rascarse, adagio
equivalente á Cada asno con su tamaño.
Estar uno chinoyo ipor una cosa; frase figurada.
o
Desearla con ansia.
E l que come la naranja- que pase la dentera;
refrán que enseña que el que se da un gusto debe
sufrir con paciencia las resultas.
A pecado nuevo penitencia nueva; refrán muy
común conque se previene no volver á incurrir en
falta, ó se manifiesta que la nueva pena sufrida es
justa. Es español. La Academia no lo ha consig­
nado en el Diccionario; pero Cervantes lo usa en el
Quijote: "N o tornes á esas pláticas, Sancho, por
tu vida, dijo Don Quijote, que me dan pesadumbre;
ya te perdoné entonces, y bien sabes tú, que suele
decirse, á pecado nuevo, penitencia nueva."
Barriga llena corazón contento; adagio que ad­
vierte que el que está contento es porque ha ob­
tenido lo que deseaba.
Quien con muchachos se acuesta, apesta; refrán
que enseña que quien no prevé las consecuencias no
debe quejarse. El Diccionario io trae con una va­
riante poco culta en lugar de apesta.
E l que fuere bobo al ciclo no va, lo amue­
lan aquí y lo amuelan allá, adagio que pondera lo
perjudicial que es la excesiva confianza en los
demás.
Ponerse úno en cuatro uñas; frase figurada v
familiar equivalente á la castellana: Ponerse úno en vein­
te uñas.
No dejarse úno comer el rancho; frase figurada
y familiar. No dejarse dar bromas.
Conmigo son pandas las navajas, frase figurada
y familiar equivalente á N o hay quien me tosa.
Chúpate esa y vuelve por otra; frase conque se
zahiere á quien por su imprudencia le han echado el
toro.
Pagar las verdes y las maduras, frase figurada equi­
valente á la expresión familiar Pagarlas, esto es,
sufrir el condigno castigo ó la venganza merecida.
Pegarse úno un verde, frase equivalente á darse
úno un verde.
Ser un caimán, frase figurada que se aplica al
que acostumbra alcanzar sus fines con astucia y disi­
mulo.
N o tener úno dónde caerse muerto, frase figurada.
Estar en la mayor miseria.
Loro viejo no aprende á hablar; refrán que expresa
lo inútil de intentar hacer algo que se considera im­
posible.
Quedarse úna cornialdo pavo, frase figurada y
familiar que significa quedar una dama sentada en un
baile por no haber sido invitada por ningún caba­
llero.
Estar úno más pelado que una rata, frase figu­
rada. Estar sin blanca.
Ser el pollo ó el gallo pelón de una familia. Ser
el más inútil, el más pobre ó el más desafortunado
de ella.
Ser úno el primer chicharrón de la cazuela; fra­
se figurada y familiar. Ser el primero con quien
$e cuenta para todo.
Ver ó tratar á úno como á- palo de maraca;
frase figurada y familiar. Menospreciarlo.
Ser úno un palo de maraca; frase figurada y
familiar. Ser un badulaque.
Do?'mir úno la pea, frase figurada vulgar, equi­
valente á Dormir úno la mona.
Dormir úno la turca, frase figurada y familiar.
Dormir lino la mona.
Coger úno una turca, frase figurada familiar, equi-,
valente á Pillar úno una mona.
Este turca, por vino ó licor. es vocablo del lenguaje
de Gemianía, y es de suponerse que á él pertenezca
también la frase.
Los matos son piulados y andan empinados, frase
conque se manifiesta la dificultad de realizar una ame­
naza de muerte. Juégase del vocablo con el verbo
■ malar y el sustantivo mato (especie de lagartija).
Las lecciones de torear se dan en los cuernos del loro,
refrán equivalente á los españoles: No es lo mismo pre­
dicar (jue dar tr igo, y Más fá cil es hablar que obrar.
Poner úno oJejas ú oídos de mercader, frase figu­
rada equivalente á Iíaccr oídos de mercader.
571. Imposible sería presentar en este libro tocios
los modismos, frases, refranes y proverbios que se usan
en Venezuela, pues requerirían un volumen aparte.
Para muestra bastan los indicados. Dejo de mencio­
nar muchos que á pesar de proceder de España, pues
los he encontrado en novelas, cuentos, artículos y refra­
neros españoles, no constan en el Diccionario, como,
por ejemplo: Nadar como el aceite cu el agua; Extenderse
como mancha de aceite; Más amargo que el acíbar; Más
claro, el agita; Esperar á alguno como el santo adveni­
miento; Estar ó ponerse en mangas de camisa; Conver­
tirse en campo de Agramante; Más vale ponerse una vez
calorado que denlo amarillo; Jfie de, que apesta; E l buen
artillero al pie del cañón muere; Como el que iba montado
en el burro y lo echaba de menos; Tener más letra me­
nuda que un breviario; distar como una balsa de aceite;
/'nublar como un azogado; Ser más listo ó más ligero
que una ardita; Reventar como arca vieja; Cortar un
pelo en el aire; A ro de fiaría un saco de alacranes; E l
hacer bien á villanos es echar agua en el mar; Como al
fuego el aire ¿a ausencia apaga el amor pequeño y aviva
el grande: Como anillo de oro en hocico de cerdo; y mu­
chísimos más qué se hallan en los tratados de los
paremiólogos españoles, ó en novelas y dramas de cele­
brados literatos.
572. En cuanto á las frases agujerear á uno los
oídos, por importunarle con una misma reflexión ó sen­
tencia, ó -con excesiva conversación ó bulla; liar el
petate, por “tomar las de Villadiego;” á rastras, por “á
la rastra;” costar ion sentido, por “costar mucho;” estar
ímo sordo como una tapia, por “estar completamente
sordo;” ser uno un mascarón de proa, por “ser ímo muy
feo;" y no hay tu tío ó tu tía, por “ no hay excusa posi­
ble;” son aragonesismos, y algunas de; ellas, como esta
última, se leen en novelas castellanas.
573. La frase nuestra Andar desempedrando las
calles, de que el Diccionario no tiene noticia y que es
lo mismo que azotar calles, ó, cuando se refiere á una
determinada, pasar y repasar por ella, debe de haber
venido también de España, según la siguiente lección :
¿ V para eso me manda una embajada, me ta c e venir desempeilruinlo ralles,
y dejar una agradable com pañía?— Martínez de la Rosa. Lo jn , pitedi un E m ­
pico. .-/r/. í'r im . Esc. /’///.

Porque aunque en este lugar el sentido no es el mismo


que nosotros le damos, la diferencia no es muy grande
(pie digamos.
574. Las abuelas, las nodrizas y las solteronas
amigas de contar cuentos, los principian con fórmulas
puramente españolas, aunque no muy correctas todas,
como la de Era este un hombre, que se ve en los cuentos
de Fernán Caballero ; érase una vicjccita, que recuerda
á Q uevedo:
Erase un nomine á una nariz pegado.

y aun más comunmente la muy rara de érase que se era;


E stim e vuestra merced atento que ya comienzo. Erase aue se era. el bien
que viniere para lodos sea, y el mal para quien le fuere á b u s c a r .... — C ervan ­
tes. Quijote. 1‘rim . J ’a rl. Cap. X X .
! Kmcflias im sé qué son,
Poique me conló umi vieja,
Que ya son sólo ,u tos «y/¡•h /os
Fruía de <vw.-v ,/nr .>■<■,-m.
Queve.do. A f u su Q u iu n t. AA7.V.

C A P ÍT U L O VII

FTIMOI-OGÍAS

575. Refiriéndome á la duodécima edición del


Diccionario de la Lengua- Castellana, por la Real Aca­
demia Española, dije en 1886: "Aventaja además
esta edición á las formadas por aquel ilustre senado
con posterioridad al de 1793, en acompañarla etimo­
logía de los vocablos, tarea ésta delicada y dificilísima,
en la que, cuando se incurre en desaciertos, es' cuando
por carecer de pruebas incontestables se aplica el
etimólogo á disquisiciones inductivas. Digo esto últi­
mo. porque son muchos los que aquí y fuera de aquí,
guiados unos por laudable propósito, y los otros por
el rencor ó la vana presunción propia de la ignoran­
cia, han caído en el prurito de censurar esta parte
del Diccionario, presentando á veces peregrinas en­
miendas, y llegando hasta afirmar la inutilidad de la
etimología. Mas nada tan acertado y digno de alaban­
za como el sabio intento de la Real Academia Española,
porque la etimología, ciencia, si alguna vez inductiva,
generalmente de laboriosas investigaciones históricas,
lingüísticas y filológicas, al indagar y examinar la es­
tructura de los vocablos, su origen, su formación y
transformaciones, tanto literales como de significado,
determina su valor absoluto, y por lo tanto, señala la
diferencia de las voces sinónimas, enseña á formar con
propiedad las derivadas y á analizar las ya formadas;
descubre los neologismos, fija la ortografía, evita las
corrupciones, y sirve para formar, explicar y aclarar
los tropos y figuras del lenguaje; por donde se ve que
quien conozca la etimología de las voces, conocerá la
propia significación de cada vocablo, y no sólo escri­
birá su mismo idioma con pureza, elegancia y claridad,
sino que comprenderá la teoría de las lenguas y apren­
derá fácilmente los idiomas y dialectos .afines.”
576. Aventurado é injusto es hacer responsable
al ilustre senado español de los errores etimológicos
que contenga el Diccionario de la Lengua, porque en
labor tan ardua, y en que á las veces es no sólo difícil
sino imposible, por falta de comprobación, la seguridad
del acierto, los Académicos españoles se han limitado
con prudente sabiduría, en todos los casos no com­
probados, á dar las etimologías aceptadas por los más
calificados etimólogos europeos y americanos. La ma­
nifestación del error, cuando ocurre, no menoscaba,
pues, la competencia de ningún Cuerpo ni de persona
ninguna, sino que es un testimonio más de la arduidad
de tal ciencia, la cual requiere, además de los cono­
cimientos que he indicado, calidades de laboriosidad
para la investigación, y penetración y sagacidad no
comunes.
577. Por la importancia que esta materia tiene
en el conocimiento del idioma, voy á ocuparme en al­
gunas etimologías que considero desacertadas, y entre
las cuales las hay que son erróneamente aceptadas co­
mo americanas.
578 Créese que Maza, procede del griego maza,
maza de metal ; Mazo, del latín malleus, martillo; Ma­
char, de machacar; Machacar, del grigo masaomai,
de masao, que deriva del verbo sánscrito mas, cortar,
romper ; Machaca, de machacar; Machucar, de
chacar; Macana, del mejicano macahuitl, de luaytl,
mano, y qttauitl, madero; y Mazorca, del árabe rnag-
zuZ, hilado, bien que esta no se dé sin vacilaciones,
sin duda por comprenderse que el hilado es sólo
parte de la husada ó mazorca, que representa una
masa de hilos. Pero hay que hacer algunas obser­
vaciones á estas etimologías. El latín tiene el voca­
blo Mateóla, que los diccionarios traducen bastón,
palo, báculo, mango de martillo. Freund le da la
significación de mazo ó martillo, y Nebrija la de
pcquchio mazo. Evidentemente Nebrija está en lo cierto,
porque la formación de mateóla es la de un diminutivo,
cuyo primitivo tiene que haber sido matea, etimología que
el sabio Diez les da á mazo y maza. Ajustase á
todas las reglas lingüísticas de derivación esta eti­
mología, y la confirma el bajo latín mazza, y la con­
sideración de que la voz helena maza ha sido intro­
ducida en el griego moderno, según el autorizado
testimonio del insigne sabio D. Francisco Javier
Simonet, en su excelente obra Glosario de voces ibé­
ricas y latinas usadas entre los mozárabes. Del
latín matea creo que formó el bajo latín los voca­
blos macha, machia, macla, massay mazza, significativas
de ‘‘instrumentos de madera ó de metal para dar gol­
pes.” El castellano dijo en un tiempo macho (distinto de
mallo ó martillo, de modleus), el francés mache, hoy
masse (distintos de mail y- maillet, afines de nuestro
mallo), y el portugués conserva aún la forma
macho. Diminutivas del indicado maza son las for­
mas bajo latinas maxuca y maznea, clava, (diminu­
tivo de macha es machuca); el vasco dice ma­
coca, especie de martillo; el portugués mascuca,
barrita de hierro; el picardo, machuque, maza; el,
italiano mazzochio, moño ó trenza ; el rumano maeiuca
(machuca) husada; y el gallego mazaroca, mazorca ó
husada. Por donde se ve que la etimología de mazo,,
es el bajo latín mazza, del latín matea: la de mazo.
maza; la de mazorca, el b. 1. mozuca, dim. de maza;
la de machar, el b. 1. macha, del latín matea-, la
de machaca, el b. 1. maxuca\ la de machacar, ma­
chaca; y la de machucar, el b. 1. maxucarc. Ma­
cana, no es mejicano, porque en la última edición
de Ducange publica el editor un extracto de un do­
cumento correspondiente al año de 1256, donde
consta que un rey de Portugal dejó á su hijo una
fuerte macana- de metal; y es sabido, por afirmarlo
los historiadores de la conquista, que los españoles
daban nombre á lo que ó no lo tenía ó era por
ellos ignorado, de donde las voces castellanas, la-
tinas y árabes que, corruptas, ó no, tienen las len­
guas indígenas. Macana pudiera enlazarse á los vocablos
anteriores ó al mismo griego maza ó ma;a, forma
■ maca, en la significación de masa de metal, pero lo
encuentro algo aventurado, y más lógico derivarlo
del latín maehianis, machionis, de machina, máquina ó
arma de guerra. El goagiro, que nada tiene que ver con
el mejicano, usa también desde la Conquista la vóz
macana, lo mismo que otras tribus bárbaras de
Venezuela.
579. Ya que ele estas tribus hablo, sentaré que
cacique no es voz caribe, como dice Litré, ni tam­
poco mejicana, como establece el Diccionario de A u­
toridades, sino árabe, usada por los alarbes de
Africa en el reino de Mazapán. Con tal vocablo in-
dican ellos al jefe principal ó cabeza de los aduares,,
al cual dan asimismo el título ele xeque. Según
Oviedo y Valdés (Sumario, Cap. X .) la voz cacique
no estaba aún generalizada cuando él escribía, y en
unas partes decían quevi, y en otras cacique, Uva
en otras, y en otras guajiro, y así de diversa ma­
nera en las demás, donde había también el saco
(xaque), el cabra, etc. Fray Simón dice (Noticias
Historiales) que en cierta tribu llamaban al jefe pa­
pa. Es evidente que las voces árabes de que trato
fueron introducidas por los conquistadores, muchos de
los cuales habían guerreado contra los moros, y
otros vivido entre ellos.
580. He hablado, en Resúmenes de Actas leídos
en la Academia Venezolana, acerca del origen de núes-
tros indios, y de la probabilidad de existir entre ellos
tribus de la Oceanía. La voz piragua, con la forma
pirahua, consta en los vocabularios caribes y en el taino;
pero es de notar la semejanza de tal vocablo con el
malayo y javanés práhu, embarcación, navio, bote,
como puede evidenciarse por el Diccionario malayo-fran­
cés del Abate Favre. El malayo praioua y su corres­
pondiente javanés prawan, citados por cierto etimolo-
gista con motivo de la voz piragua, no significan em­
barcación, sino virgen, niña, doncella.
581. Rucare y búcaro, tenidas por portuguesas
desde que un ilustrado investigador hispano-americano
les dió tal filiación, son evidentemente de origen sáns-
crito, pasadas sin duda á América por medio de las
lenguas del archipiélago indio. Jhikhara significa en
sánscrito “ el grito del tigre” (1), y era nombre que en
la India ponían al niño cuando en las cercanías de su
vivienda se había cazado un tigre que diezmaba los
rebaños. En una oda ó gazal del poeta Hafiz, que he
leído en la Gramática persa de YV. Jones, se menciona
la ciudad de Jhikhara, que es á todas luces la misma
que con el nombre de Ihtkar señalan los tratados y
diccionarios geográficos en la provincia de Lahore.
Hoefer (2) sienta que los árabes designan el higo pre­
coz con el nombre de bticar; y búcar era también
nombre de un rey árabe mencionado en dos antiguos
romances castellanos, y en la Historia de las Guerras
Civiles de Granada, de Ginés Pérez de Hita.
Búkkaris, babbarcos, llamaban los griegos á una es-
pecie de salvia y al perfume extraído de tal planta (3)
BaccariSy y bacckaris eran nombres de hierbas olorosas;
entre los latinos, y según Plinio del nardo silvestre.
En castellano tenemos búcara, nombre de una hierba
olorosa, y aun búcaro, que dice Lope de Vega en Los
Pastores de Belén, labro fi-:
Míen Iras el alba de sus verdes nácares
Aljófar vierte, dad silencio, Dríades,
Entre estas llores y olorosos Mttuvs.

Castellanos, Helio y Maytin han empleado nuestra


vez búcaro; y Zorrilla, José Antonio Calcaño, Arístides

(1) Diccionario de los nombres propios por José Miguel Maclas.


(2) Uistoire de la i5olanii|uc.
(3) Alejandre. Diccionario i riego-francés.
Calcaño, Francisco G. Pardo y Jacinto Gutiérrez Coll
el término búcaro, en expresiones como esta: búcaro
de flores; porque lo que con propiedad se llama búcaro
no es la arcilla sino el utensilio que sirve para beber, ó el
tiesto ó maceta que sirve para colocar plantas, acepción
ésta que consta en el Diccionario de Autoridades. Así
lo emplearon también los antiguos poetas castellanos :
Suena la lira, A nim o: y lú, Ncrea.
Dame agua. Beso el búcaro. bebamos,
l ’or los pechos se vierta.
Francisco de Mediano. Oda X X X III.

Y lo emplean los escritores modernos :


Tiene el fuego en un ángulo, en otro un Mi uro para el agua, otro laicaro
para la leche y una hortera de ¡talo.— Ros fie Glano. Leyendas de Africa.

Rioja fué quien por extensión lo -empleó en el


sentido de flor ó ramillete:
De los rosados cercos donde suena
Dulcemente ofendido el puro aliento
Pendes ufano, ¡oh búcaro sangriento!
Dando á envdioso amante acerba pena.
Sonrio X X V II.

Ambas voces, búcaro y búcaro, tienen más analogía


con las malayas buha y búkar, derivadas del sánscrito é
introducidas en el árabe, que con la castellana búcara,
derivada del griego, aunque evidentemente son todas
hermanas. Búkar y belúkar, significan en malayo bos­
que nuevo, bosque recién cortado. Buha significa abier­
to, descubierto, y se aplica á puertas, vasijas y otras
cosas. Esta misma voz es en kawi bukak; en sunda,
buka; en batak, buha; en macassar, buhara; en dayac,
buha, voz que también significa extensión; y en tagal y
en bisaya, buka.
5S2. El vocablo ají conque designamos el pimiento
americano tampoco parece ser ele origen americano, y ó
fue puesto por los españoles que venían de la guerra de
Granada ó fué introducido en tiempos anteriores por los
malayos ú otras tribus del antiguo continente, si no es
que todas las naciones americanas, como tengo para mí,
vinieron del Asia y del Africa. El malayo tiene la voz
axic/i, significativa de una especie de sanguijuelitas,
las cuales pican ; y tal vocablo como los de igual raíz
axar, que en malayo ye n sunda significa salsa picante
y fru ía s ó legumbres en vinagre, encurtidos; axum,
que en todas las lengnas del archipiélago indio significa
excitado; y axixa, haxixa ó alhaxixa, nombre de una
hierba inebriativa que menciona el Cancionero de Baena
en la nota CL., son de origen persa, pasada la última
al árabe según el mencionado Cancionero. H axixa ó
Jialcxixa, según escribe el Marqués de Villena en su
Arte Cisoria, es el nombre de una yerba usada en
Castilla como condimento. A lh a xix, la llama Hurtado
de Mendoza en el Lió. ///d e la (hierra de Granada,
concediéndole propiedades inebriativas y atribuyendo él
nombre á los alárabes. Haaxi, escribe Mármol, en su
Descripción de Africa, de una frutilla roja, dada, sin
duda, por la misma planta á que se refiere Hurtado de
Mendoza. A la misma frutilla la llama Marina a xi en
su Vocabulario de voces castellanas puramente arábigas.
A jí llama á la misma Oudin, en su J'rcsor des irois
laugues, latine, espagnole ctJran^aisc. Y Oviedo en
la Historia General y Natural de ¿as ludias, Lib. L.
Cap. X X I V , escribe axi, refiriéndose al pimiento ame­
ricano. Don Antonio Bachiller y Morales en su obra
Cuba Primitiva, apoyándose en la intitulada 'J'hc Ju­
dian Tribus o f Guiana, de Guillermo H. Brett. dice
cixi y ají, al mencionar el pimiento americano, y expli­
ca que los :i raguas pronunciaban achí. Es de notar
que la x de las voces malayas arriba expresadas corres­
ponde á la ch francesa, según puede verse en la Gra­
mática malaya del Abate Favre ; y asimismo que Acos­
ta, en su obra Historia Natural y Moral, pág. 60 de
la edición de 1561, afirma que a x i es la forma déla voz
que designa el pimiento americano; y que según el
Protocolo de Antigüedades por D. J. J. García, el criado
Parra escribía en 159S a-.xi-xixi, al tratar del ají rojo
que es el más urente. Tal forma a x i-x ix i, es más seme­
jante á la árabe haxixa, del Cancionero de Bacila y del
Marqués de Villena, y parece comprobar que el vocablo
pasó á América con los conquistadores españoles. Hay
más, en Venezuela los indios escagücycs pronuncian toda­
vía chinchín, (pie los timotes han corrompido en chikás.
Del ají pequeño, rojo y bravio, dicen algunas tribus
chirc, y los venezolanos ají chirel, como quien dice
ají de fuego, a jí bravio, porque abrasa la boca. El vo­
cablo chivé parece derivación de chirnp, fuego. La
raíz ch i tiene carácter mongol. En chino, chin significa
ó espíritu ó cuerpo, y esta raíz entra en la formación
de muchas voces indígenas de Venezuela: chiktén,
viento ; chirnp, fuego ; chikabó, lumbre ; chimanakot,
casa, familia, (en chino chi) : ehikapá, huevos \ chimpué,
agua ; chañes, chcmún, demonio, etc.
583. Nuestra voz petaca- la incluye Arístides Ro­
jas entre los vocablos de los dialectos de Haití y Cuba;
Dozy y Engelmann la derivan de la voz mejicana petla-
calti, cofre ; y Miiller de la árabe bitaca, haciendo pro­
ceder ésta de la griega pitia letón, de la cual proceden la
latina pitlacium (carta) y la castellana pe teguia, que
denota las manchas que nacen en la piel á consecuencia
del tifus. Pero yo encuentro en malayo y en sunda la
voz pe/i, cofre, caja, que se pronuncia en malca­
sar, y paii en dayak ; en malayo pe ti Paya, caja de ma­
dera, y peta, carta y cuadro ; en el mismo malayo peíale,
habitación, cuarto, aposento, que en bisava se pronuncia
patak. en kawi peíale, en sunda peíale, en dayak pítale,
en tagalpita/e, y en malgacho petatea, dándole este últi­
mo la acepción de aplicación; voces todas que corres­
ponden á la raíz sánscrita Pal, ocupar y extender ; y
noto como de mayor singularidad que en cumanagoto
casa sea patalea; y que esta misma voz. lo que indica
Arístides Rojas, signifique asiento en el dialecto de los
indios palenques. De creer es, pues, que los vocablos
pataca y petaca son originarios de la India.
584. Del sánscrito pala, nuez, hacen los dia­
lectos del archipiélago indio pala, papala, palapala,
paras, parapara, con el fin de significar la misma
nuez ó la redondez de un cuerpo. De los indíge­
nas del país tenemos la voz parapara, significativa
de dos cuerpos esféricos: el uno es una se­
milla dura, negra y redonda, y el otro es la se­
milla, verde ó roja, del arbusto del café. De modo
que cuando el café no ha sido desgranado se dice
café en parapara ó café parapara, esto es, café redondo,
Para, significa también grande y porción en malayo; y si
en tales idiomas los sustantivos n doblados sólo dan idea
de colección ó de repetición, cuando, lo que es más
frecuente, no toman dicha forma sino, por simple
eufonía ó elegancia, los adjetivos y adverbios ad­
quieren casi siempre un sentido minorativo por medio
de la repetición. Así. para significa grande, y para­
para menos grande ó pequeño. Corrobora estas ob­
servaciones que la voz para en el sentido de por­
ción la tiene el cumanagoto lo mismo que otros
dialectos indígenas de Venezuela, bien que alguno
de éstos le da significación muy diversa. Para-
hita llaman los cumanagotos al mar, y parahna- los
indios de Guayana á uno de nuestros ríos más
hermosos; y en una y en otra voz se ve claramente
el significado de ‘'porción de agua” ó “ río grande.”
De notar es que /¿atoa, es voz malaya, originaria
del árabe, y que significa atmósfera, aire, viento, cli­
ma, aliento; así como que el árabe tiene también
el vocablo toad, río; y las analogías del malayo con
el árabe y el hebreo, á pesar de ser un dialecto del
sánscrito, han sido demostradas por Robinson y
b'avre.
585. K1 sustantivo budarc, (véase el § 965) es
caribe, esto es, indígena de Venezuela; pero su raíz
pertenece al malayo, dialecto del sánscrito; bn, asar,
emparrillar. Su desimencia es peculiar de los dia­
lectos de los indios de Venezuela, como lo com­
prueban I>ucare, Manare, Guanare, Zarare, Uñare,
Mi tare, Mapanare, Care, Petare, Caurimare, Anare,
Casanare, Carare, •Tamare, Cumanivare, Chacachacare,
Curare. Yare, Ypire, Guatire, Cancanapire, Curapire,
Catigiíire, Chigüire, Uchire, Panaquire, Petaquire, y
muchos más en ari, cri , ir i ori, etc., significativos
de pueblos ó tribus, animales y ríos.
586. Pero no hay que engañarse con las ter­
minaciones. Catire, voz que aplicamos al individuo
rubio, y principalmente al de cabello rubio encendido
y ojos verdosos ó amarillentos, producto regular­
mente de la mezcla de blanco y mulato, no es voz
indígena ni pudiera serlo si se considera que en­
tre los indios- no había rubios. Catire ha sido in­
troducida de las antillas francesas, y es el vocablo
francés cataire derivado de cat, hoy chat gato.
5,87. Patilla es voz conque los cumanagotos han
designado siempre la sandía. Como tal la emplea
Fray Diego de Tapia, diciendo en castellano sandía;
y es además desconocida en España. No obstante,
corresponde al vocablo arábigo batikh ó batid/, que,
según Plinio, es el nombre de la sandía en el Afri­
ca. Es de observarse la correspondencia ó afinidad
de la b y la p, y de la di y la //. Pero, ¿es antigua
en el cumanagoto, ó la introdujeron los vencedores
de la guerra de Granada? Eccó il problema.
Con todo, acaso no sea difícil resolverlo al
considerar que los conquistadores introdujeron otras
voces indudablemente árabes, como ju re l (xurel), te­
nue (alegría); merey (mireya, espejo); xexen ó jején;
joropo (.varop, jarabe); gandul (guerrero); guácharo
ih..Acharo, triste): Guaira (hornillo) nombre de ciudades
de Venezuela y del Paraguay; guabina; arria (harria;) y
otras más indicadas en este libro. El vocablo gua­
bina á que me refiero es el nombre de un pez muy
abundante: en la República. La guabina del lago de
Valencia es insípida, y de aquí la frase es un gua­
bina que se aplica á las personas en el sentido de
“ es un simple, un tonto, un bobo, un bolonio.” Con
esta acepción ha pasado el vocablo á Colombia (an­
tigua. Nueva Granada) donde dicen “es un guabino'\
dándole erróneamente género masculino y extendién­
dolo á significar
C^>
maricón, según
O
el señor Cuervo, lo
que no tiene relación con la significación primitiva del
término.
588. Diré de paso que tan difícil es la ciencia
etimológica y tantas investigaciones y tanta meditación
requiere para dar en el hito, que no sólo en las eti-
otologías indígenas de América, sino en las del propio
castellano cometen grandes errores los más sabios
etimólogos. En algunos lugares de este libro quedan
comprobados algunos, y en seguida señalaré otros de
los que recuerdo haber remitido á la Real Academia
1española desde que por servirle me apliqué á tales
estudios.
589. Bosque es muy antiguo en el castellano y
no deriva del alemán busch, breña, sino que es hermano
de él, y procede del gótico basehcu, bosque, que en la
lengua meridional del siglo XII se dijo boseh.es, según
Adrianes Scriekius.
590. . Irnos, que en la lengua indicada del siglo
X I 1 ya se decía arnés, no deriva del francés moderno
//uníais, ni tiene relación con el céltico iarn, hierro,
sino que es puramente el gótico harnisch, el arnés
de aquella nación guerrera de los godos.
591. El balacauc ó mirador persa no es más que
pariente del gótico balicen, balcón, que los trovadores
escribían balkoun. Fué el godo, y no el persa, el
que dio la voz al castellano.
592. Gótico es también el vocablo albergue,
porque el aleman herbergen, albergar, deriva como el
castellano albergue del gótico herberghe, hospedería,
de donde, dijo el provenzal albergaría, el castellano
albergue, el francés aubcrgc, y el alemán formó su
verbo.
593. JfAsteria es distinto de hospedería; no hay
tal contracción de hospitc, ablativo de hospes, huésped.
Ifosteríá es el gótico ¡mus, casa, de donde la lengua
meridional formó os/ y el castellano hostería.
594. No hay para qué formar la frase ga/licus
¡iinis en el propósito de; hallarle etimología á galgo.
El infeliz no tiene nada de gálico, ni el mal francés.
(¡<il<;o se formó en el castellano de calco, dar con los
pies, caminar, recorrer; de! mismo modo que el pro-
venzal formó su galgat de calcatus, a, um.
595. Comulgar no procede del castellano comuni­
car, sino del bajo latín comugar, comunicar, del sustanti­
vo comunalha, comunión, de! latí n communio. " Comughcn
la hostia sagrada á lor partida per míéi.” Tratado
de fj?<) entre tos Condes de F oix y d ', /rmaguac,
citado por el Abate de Sauvages.
596. Jisporóu no deriva de espuela. La voz
anticuada esporón es la gótica sporon correspon­
diente á la céltica spor, De esporón derivó espolón,
y de éste espítela. Es más lógico suponer que la,
espuela se hizo á imitación del espolón, y no al
contrario. La etimología latina spicula no tiene en
su favor sino una ligera apariencia de forma, y
una relación de signilicidó de escasa importancia.
De casca/, que en la lengua celta significaba ruido
de las nueces removidas, y asimismo cacareo, formó
la lengua de oc kiscabcl y caseazul, liste es el origen
de cascabel, y no el latín scalc'luui.
579. Ayo procede d d vascuence, pero no de alta,
padre, sino de atcho, mujer vieja.
598. Flojo no es el latín Jla-uid/ts sino el latín
Jluxas, lánguido, negligente, Mojo ; por donde su prin­
cipal acepción es la de negligente, perezoso, des­
cuidado y tardo en las operaciones.
599. Taladro no se formó de tcrcbrum, sino de
taratrum, barrena.
600. La Academia pregunta, y con razón, de
dónde deriva mozo. Para mi tengo que del latín mus­
íais, nuevo fresco, joven, rollizo; como deriva pla­
za de platea.
601. Grito no deriva de garrílus, charla; sino
de quintas ó quirito, grito, clamor.
602. Rescoldo no es del francés redi and. En
el castellano antiguo se dijo rescaldo. Es el prefijo
re, res, y caldo del latín caldas, síncopa de cali­
das. Por eso la /, que no justificaría la etimolo­
gía francesa. 1.a lengua meridional decía caouda, de
calda, y formó recaonda, de donde el francés rediaad.
603. Zapato no tiene que ver con ciabatta, zapa­
to viejo. Es el vascuence zapat, en gascón sabato,
porque el vascuence tiene no pocas voces turania-
nas, y ésta corresponde á la del suomí simpas, bota,
y á la del lapón zappad, zapato ; como ama, madre,
corresponde al suomí na a; estoniano cmmae\ turco,
ama; groenlandés anaaur, y añ y an, nodriza, corres­
ponden con otras lenguas turanianas : lapón ene (ma­
dre); ostyak, agua-; turco, ana; magyar anya\ tongu-
so, ané.
604. La etimología del vocablo pata, ramera, no
es la del latín pata, muchacha. D el sánscrito Pú, lim­
piar, purificar, tiene el latín puro, puto, puta, putas,
pitras; y de ahí puta en el sentido de muchacha ó
doncella, esto es, limpia, pura. No es este nuestro tér­
mino. Pero también del sánscrito Piíy, podrir, disolver,
tiene el mismo latín puteo, piUreo, putris, putis, puta-
cius, piiteus, putas, etc., y es de. donde hemos toma­
do la voz puta, disoluta, corrompida, perversa. Consúl­
tese á Eichhoff, Par alíele des langues de E ur ope et de
ilu d e , edición de 1836, pág. 347; y al mismo, Cram-
maire Gcnéral Indo-curopcenne, Maisonneuve, 1867, pá­
ginas 222 y 223.
605. Marca es evidentemente el gótico market,
distinción, señal, del sánscrito marc, discernir, distin-
tinguir; de donde también el alto sajón meare, marca,
señ al; antiguo alto alemán marc; alemán moderno
merke; danés merk; antiguo francés mere; francés mo­
derno marque; sueco marIce; inglés marle.
606. ¿Por qué traer á trapo del francés drap?
El latín medio ó de la Edad Media, tenía el vocablo
drappus, que dió origen á los términos trapo, castellano ;
drappo, italiano ; y francés drap. El vocablo castellano
se compadece más con el latino que con el francés, y el
cambio de letras está conforme con las reglas lingüísticas.
607. Cosa semejante ocurre con la etimología de
bastón. ¿Por qué darle por origen el francés moderno
balón? A la forma batan precedió en el mismo francés
la de bastón, que encuentro en el idioma de Joinville
(año de 1305), conviene saber: “ . . . . Et qui ainsi le
fait il vaint Fennemi de son bastón et de s’espée, dont
li ennemis le vouloit occirre.” Mis/, de St. Louis, pa-
rág. 44. Hállase asimismo, bastón en el vocabulario
de la lengua de Joinville, por Natalis de Wailly, en la
letra B. ¿ Y de dónde provienen batan y bastón ? del
bajo latín batiere, del latín balfuere, batir, golpear.
Berceo en Sta. Orya, 138, emplea 'abatir por pegar,
golpear. Lógico es suponer que el castellano y el francés
recibieron la voz del bajo latín, y quizá el francés del
castellano.
60S. Por qué traer á cuadrilla de cuatro? Nada
tienen qué hacer cuatro ni ocho con una cuadrilla.
Cuadrilla es el bajo latín quadrillus, del clásico qua-
dro, avi, atuui, en su acepción de ordenar, disponer
convenientemente, formar en cuadro, completar, etc.,
y cosa singular, aunque parece muy buena la etimolo­
gía de cairel. del griego ¡cairos, hilo, cairel procede tam­
bién del mismo latín quadro, avi, atum, formar simétri­
camente. adaptar, completar, etc., de donde formó e!
bajo latín el vocablo quarellus, La etimología que
Barcia le da á cairel\ no parece admisible, á más de otras
razones, porque en ninguna parte consta que la voz
empleada por Morado signifique precisamente peluca.
609. Perla no puede derivan* de sphaernla, bolita,
sino de perfila, ce, diminutivo de pera, forma que co­
munmente tienen las perlas. En el propio latín, perfila
se aplicaba asimismo á lo que tenía forma de pera,
como una alforja ó mochila, y aun á cosas que no
tenían precisamente tal forma. (1)
610. Nuestra batea es únicamente un utensilio de
madera, toscamente labrado, redondo ú ovalado, y hon­
do y plano. Sirve para lavar la ropa batiendo ésta en
ella con un palo ó con las manos ; y á las veces para

(!) 1 »¡ojjencs quilín vnlisset puerum cava manu bibentem aquain, fregiti
] roümis exemjUim e pcritla cal ¡cení. .V.vuro. F.p. «jo. Quantum juilas boíl
noli!* yeris ¡11 isla p ititín ? .l/ p itl. M et. 5.
colocar la masa del maíz, lavar la loza y el oro, etc.
Hoy suelen labrarse piedras en forma de batea para
lavar y batir la ropa. Nuestra batea nunca ha sido
cónica, ni comparable propiamente con un azafate.
Tiénense por de origen americano el utensilio y el nom­
bre. Dozy y Engelmann no encuentran muy aceptable
la etimología árabe que se le ha dado á batea, y Santa
Rosa la rechaza ; y en verdad que no hay comparación
posible entre una batea y una escudilla. Como en algu­
nas partes se usan grandes bateas al modo de bote
para navegar ríos, por lo que en los campos suelen
llamarlas canoas, posible es que tal vocablo, puesto por
los españoles, derive de batel, si no fuere que tenga
origen en el verbo batir, por el uso principal que se
hace del utensilio. No obstante, indicaré como cosa
singular que la lengua de oc tenía los términos batedou
y baccl, significativos del palo ó pequeño bastón con que
las lavanderas batían la ropa. Posible es que la batea
sea antigua y que del nombre del palo ( batedou) conque
se batía la ropa, derive el del utensilio en que se batía.
La forma baccl, y el designar un palo ó pequeño bastón,
indican que la etimología es latina; baecllus ( bacillus),
de bacillus. Cuanto á batel, lo tenemos del bajo latín
batcllus, acaso del celta bat, bote, de donde las france­
sas batelet, botecillo, y batean. bote. El mismo origen
deben de tener las demás voces europeas significativas
de batel y bote. El sueco y el anglo-sajón conservan la
primitiva forma celta : bal, bote.
6 11. Parece que trabajar no procede del gótico
dreiban, impeler, y que son también erróneas otras eti­
mologías que diversos diccionarios asignan á tal vocablo.
El provenzal tenía el verbo trabalhar, afligir, pro-
bablemente del latín tributare (tríbulo, bribulatum),
oprimir, apretar con el rastrillo ó con otro instrumen­
to, y que figuradamente significaba apurar, atormentar,
afligir. El verbo deriva de tribulum, rastrillo, que
menciona Virgilio en las Geórgicas (1164). Freund
trae ¿rebla, ce, instrumento de agricultura, y las for­
mas de Catón /rebuta, trabilla:, trabes. Véase la
gradación : Trabutare, l rabalharé, trabajar. El pro-
venzal tiene también la forma trabaliaire,, laborioso,
infatigable.
612. De burdo, burdonis, muleto y mulo, no
puede traerse á burdel sino por modo violento, por­
que ni en los burdeles se da á luz ser ninguno,
ni aunque se diera con frecuencia, sería ello suficien­
te para sentar que era fruto de distintas razas. Del
latín borda, ce, pequeña habitación, casita, formó el
bajo latín el diminutivo bordeltum, de donde el fran­
cés bordel y el castellano burdel. La voz -se aplicó
en el siglo XIII á las casas de desorden que la co­
rrupción obligó á tolerar en calles apartadas que re­
cibieron el nombre de carteras caldas.
613. La Academia Española ha rechazado la
etimología árabe que Martínez Marina asigna á
abano y abanico. Tiene ella en su seno insignes
arabistas como Eduardo de Saavedra, y no puede
equivocarse. Sin duda la voz árabe es forma de la
castellana, en su significación de abanico. Pero se
da á abano y abanico origen germano, de fahíle,
pendón, bandera, y las creo de origen latino: ad
patíns, al modo de orillo, espiga ó panoja que
se descoge y recoge, abanus, abano. A d pañicuín,
abamcum, abanico. De aquí el catalán baño, de panas,
simplemente. El latín pautes ' indicado, es hermano
del griego panos ó fanos, más conforme con la for­
ma catalana vano ó baño. Su significación es
semejante: en griego, banda pequeña que se
usaba en la cabeza; en latín, además de la men­
cionada ya, pedazo de tela, jirón, pieza, banda.
Un pedazo de tela, un pañuelo debió de ser el pri­
mer abano ó abanico. Refiriéndose á la voz del
antiguo portugués, define así Santa Rosa, citado por
Dozy y Engelmann, lo que se llamaba abano:
“ Compunhase de una tira de garpa, ou volante, da
largura de huma mao travessa, tomada en prega.”
Es la misma significación de panus. También se dijo
flabelo (Berceo, Milag. 32fl), resucitado hoy por mi
ilustre amigo Rubén Darío: (1)
. . . . V mientras sentía un soplo de g a b e lo s, contemplaba, no lejos de ella, la
cabeza de Juan.— L a M u e rte de S alom é.

Pero el flabelo, de flabellum {Jiabvuni), era un


aventador, un fuelle, un abanico de grandes dimen­
siones.
Si en castellano tenemos el verbo sorber, del
latín sorberé, y el sorbete lo sorbemos con bar­
quillos ó sin ellos, cuando no lo tomamos con cu­
chareta, ¿por qué vamos al árabe á buscar el voca­
blo .vorbe, bebida? ¿Se bebe el sorbete? ¿Lo usaban los
árabes? Tal etimología arábiga me parece un des­
cuido.
614. Casaca, del latín cásanicus, relativo á la1

(1) Las ciencias usan las voces fla b c lífc ro . Jla b e lic o ru e , J la b e /if d ia d o , Jla b e lip e d o ,
y fla b e lifo rm e , de Historia Natural, Zoología. Botánica y Didáctica, y que no
están en el Diccionario.
casa, doméstico. Por sincopa se dijo casaeo y casa­
ca, porque en los principios fue un vestido casero.
Provenzal casaca, vestido; bretón casacquen; italiano
casacea; catalán casaca. A llá darás, rayo, en cas de
Tamayo, para que arreglen la casaca, porque el ca­
so es de volverla.
615, No están acordes los etimologistas res­
pecto del origen del vocablo cerro. La mayor par­
te lo traen del celta izar, eminencia; pero observo
que el francés no tiene ni sombra del vocablo.
Barcia y otros lo traen del latín cirrus, cresta ó me­
chón. Van por el de Úbeda. Simonet cree que pro­
cede del bajo latín serrum, monte, colina, del latín
serva, sierra, cordillera, tomando la parte por el todo.
Ignoro si serriun, monte, ha existido en el bajo la­
tín, pues no consta en los diccionarios y vocabularios
respectivos que conozco, pero debe haber existido
cuando lo dice varón tan sabio como el señor Simonet.
Scrrium, del griego, serrum, era el nombre de una
lengua de tierra ó montaña en las costas de Tracia,
sobre el mar Egeo, según Herodoto, citado por
Freund. Debo observar, para que sirva á la inves­
tigación, que Cernes, derivado de Ceres, llamaban
los latinos el cerro ó árbol del brezo, con el cual
se hacían los carbones en la montaña; y que aquí
ha podido también tomarse la parte por el todo, y
el “ ir á cortar y quemar el cerro," extenderse á “ir al
cerro ó montaña.” Es esta una simple conjetura mía,
no mal fundada, que puede ayudar en la investiga­
ción para fijar la etimología. Cemitas decían los
latinos del castigado por Ceres, ó que suponían tal.
61 ó. Taravilla no deriva de tarautantara, sonido
onomatopéyico de la trompeta, sino de ir avilla, dimi­
nutivo de traba. del latín trabs. Ni el zoquete de
madera llamado lar avilla, que mantiene unidas puer­
tas y ventanas, hace tal ruido, ni mucho menos, ni
la voz tarantanlara permitiría explicar científicamen­
te la terminación villa. ¿Q ué es la taravilla sino
una pequeña traba ? La acepción viene desde el la­
tín : traba!¿s, de trabs, llamaban los latinos un clavo
de madera para jija r algo sólidamente (oficio de la
taravilla, especie de clavo de madera giratorio). Ci­
cerón, según Freund,emplea el vocablo trabalis (trabilla).
617. Metra. Pequeña esfera de piedra con que
juegan los muchachos. Ni el juego ni el nombre son
americanos. El Diccionario nada dice ; pero en Es­
paña se la ha llamado siempre metra y pija. Ufe-
ira es forma de petra, piedra. Los ingleses la lla­
man maride. porque ellos la hacen de mármol. Hoy
se fabrican también lujosas de vidrio. El vocablo
metra, remonta hasta los antiguos romanos. Metra y
Mctrclla, como Petra y Petrclla. son apellidos italia­
nos muy antiguos. El diminutivo mctrclla, metralla,
que también se dijo me(ella, medias, medallas, meta­
las, es la etimología de nuestra voz metralla, que
fue en tiempo de los romanos, según Vegecio (Milit.
4. 6.), una máquina de guerra que consistía en una
cesta llena de piedras que los sitiados arrojaban so­
bre los sitiadores. Este es el origen de metralla,
mitaillc y ihitraglia, y no mite, cobre, como hasta
ahora habían creído todos los etimologistas (1). Se
( i) Esta elim alogía la som etí á la Academ ia Española en los principios
de 1SS5.. y Incoo la indiqué á los lingüistas franceses y belgas con quienos
llevo correspondencia. D e ahí que I . a ro n . e n su última edición, diga que
sabe que hay quien crea que m etralla viene de metra, forma de p a r a . X o
sabía él más.
dijo también mei ella y metida, como de mitra se dijo
mitclla y mitrida.
6 18. En Venzuela no se llama almuerzo la co­
mida que se toma antes de la principal, sino la que
sigue al desayuno y que por todos respectos puede
llamarse principal. El árabe almodda no parece ser
la etimología de almuerzo. Sin duda se formó este
término del pronombre anticuado al (otro) y el parti­
cipio irregular de morder, muerzo, que significaba bocado,
y que se encuentra también con la forma muesso. El
almuerzo es otro bocado, el que sigue al desayuno.
Latín morsum, morsi. Estos vocablos- que principian
por al son muy engañosos, y yerran los que los supo­
nen todos arábigos, pues los hay hasta de dos distintos
orígenes, sin que ninguno délos dos sea árabe. Alto­
zano, por ejemplo, es en mi concepto simple metátesis
de altazona, terreno alto, en su sentido clásico,., pues
no significa otra cosa. Pero como significativa de pórti­
co. plazuela, atrio, andén, acepción que le damos en
América, es variante legítima del vocablo vascuence
antazuna (pórtico ó plazuela) donde cambiaron las lí­
quidas l y n y las vocales vecinas u y o. Anta-zuna
•deriva de athea, puerta, lo mismo que atezaina, por­
tero. Razón tiene la Academia Española en dudar
que altozano proceda de alto y llano.
619, El periódico E l Mercurio de Valparaíso dió
cuenta, en un importante escrito, de la inauguración de
la Academia Chilena (1885); y en tal ocasión afirmó
que en Venezuela se designaba comunmente con la voz
banano el fruto que en España se llama plátano. Ello
no es cierto; es sólo una conjetura sugerida por la
lectura de los siguientes versos de la justamente cele­
brada silva de D. Andrés Bello A la Agricultura de la
Zona Tórrida :
Y para tí el banano
1> e s m n y a al peso de su dulce carga.

En tales versos, felicísima imitación de Homero


(llíada VIII 306), cuando dice que la adormidera inclina
la cabeza cargada de frutos, y que ya había imitado
Manuel Justo de Rubalcava en la Silva Cubana :
L a guanábana enorme
Q ue agobia el tronco con el dulce peso;

aunque sin la belleza de dicción de Bello ; en tales ver­


sos, digo, y en la nota que los acompaña, nada dice el
ilustre venezolano de que banano sea la voz conque se
designa el plátano en Venezuela. Bello sabía que en
parte del Oriente de Venezuela (Maturín y Carúpano)
se designaba con el nombre de banana á las distintas
especies de cambur: y asimismo que los franceses lla­
man banauc y bananier las especies frutales de plátano
y cambur (1), en la creencia de que tales nombres
son indígenas de América, y por lo tanto empleó el
vocablo banano para significar las dos familias de Mu-
sáceas paradisiaca y sapicntnm, como es permitido en
poesía. Banano no es más que corrupción indígena
de la voz plátano: palatano, balatano, banano. El
término plátano, empleado por Homero (llíada II, 307)
fué introducido por los españoles, ó juntamente con la
planta ó para designarla por su semejanza con el plá­
tano oriental, punto éste que aun 110 está bien averi­
guado. Es, sí, indiscutible que el cambur ó banano
(musa sapicntnm) fué introducido del Africa, y que la

( i) Los fra necees sólo llaman fla la n c al plátano oriental que no Ja fruto y
tienen por planta <lc ornato.
especie morada ó escarlata es originaria de la China.
Castellanos, en la Historia de Cartagena, C. I. dice:
H ay p iá la n o s ,'q u e os fruía deliciosa:
A manera do árbol es su plañía,
Mas no lo os aquella muy umbrosa
V estéril do qilion vieja musa canta,
Pues á la fruía dcslos deliciosa
M u sa lo llaman en la Tierra Santa;
Y no sé por (pie vía ni qué hombre
Aon do plá tan o le puso el nombre.

Y en el Ji/ogio de Rojas, C. 4.. dice:


Traían yucas, p lá ta n o s , auyamas.

Los indios, digo, corrompieron la voz plátano. El


cumanagoto le llamaba cúrateme; el goagiroprona y p u ­
ra na; el caribe balatana; el galibí paratanóu, paran-
tana y balatana; el aruaca pía lena; el rucuyano parurú;
el carijona/w'/L el piapoco paratuna; el baré par ana
y palana; el puinaví sana; el piaroa parurú; el guaraú-
no simó; el cariniaca palnlú; el chaimas balatana y bana­
na; y así las demás lenguas y dialectos indígenas deri­
vando la voz bárbaramente, casi todos, de la castellana
plátano. Los chaimas, que designan el plátano con la
corrupción caribe balatana son los que llaman banana al
cambur. Los chaimas están en la costa de Venezuela
cerca de las Antillas, y por ello los isleños franceses han
dado al idioma francés como indígena la palabra banano.
Aunque los franceses designan con el nombre de bana­
not para ellos vulgar, tanto el plátano como el cambur,
los autores científicos distinguen á las veces propia­
mente con la voz banano al cambur, y dan entonces el de
pisang (vocablo de Tahití) al plátano, como puede verse
en el diccionario de botánica práctica de Ferdinand
Hoefer. Cierto naturalista indicó que la voz banana
derivaba de la pala mencionada por Plinio. No niego
que pueda esta ser la raíz de plátano, si ello se preten­
de, pero sí que sea la de banana, porque las referencias
que trae el naturalista en cuestión son posteriores al
descubrimiento de América, y porque la historia del
vocablo y la investigación de las corrupciones del tér­
mino plátano, lo contradicen. Lo acontecido con plá­
tano y su corrupción banano, es semejante á lo sucedido
con lagarto y alligator. Antes de que se conociese el
vocablo caribe acagoumán y se transformase y popula­
rizase, se llamó por mucho tiempo lagarto al caimán ó
crocodilus lucias, impropiamente, como observa Las
Casas en su Apologética Historia. La frase el lagarto
la corrompieron en alligator. (1) Con esta forma la
vemos en obras inglesas v francesas, v con la de allioa-
toro en italianas, sin que falten españolas que digan
aligátor y aligador. No obstante, á ningún naturalista,
trasnochado ó no, le ha ocurrido el absurdo de sostener
que tal nombre sea ó. pueda ser el vocablo latino allí -
gator, el que liga, aliga ó ata. La semejanza de forma,
por sí sola, no significa nada en materia de etimología.
620. En castellano llamamos los venezolanos
cambur el fruto de la musa sapicntnm. Se ha dicho
también camur y camuri; y hoy camurí y cambur/ de un
poblacho y un río cerca de la Guaira. Tales vocablos
no son indígenas, y si no se les encontrare en las len­
guas africanas, pueden derivarse del latín cama rus,
encorvado, al modo de cuerno. A este respecto bueno
es citar lo que dice Bernardina de Saint Fierre: "He
visto en la isla de Francia bananeros enanos unos, y

( i) Véase W ebsler. .1 D 'u lio iin ry o f ///,■ /ing/¡sf: /.n n ^u n y,. Kün.’iór. iit:
1S90.
otros gigantescos, originarios de Madagascar, cuyos fru­
tos, largos y corvos, se llaman cuernos de buey." Si el
plátano parece un cuerno de buey, no parece menos el
cambur un pequeño cuerno, y en latín camurus así se
aplica al cuerno del buey como al de la cabra, el car­
nero, el venado ó cualquiera otro animal semejante. El
cambur nos fué traído de las Islas Canarias ; pero en las
Canarias no se le ha llamado cambur ni camur; los
diversos frutos de musáceas los denominan los isleños
canarios plátano, plataniio y pial a-no chico. Es este un
punto perfectamente indagado por mí. Mas como el
cambur existe también en el Africa, bien que' no sea
originario de él (i), y como el nombre en cuestión tie­
ne aspecto de pertenecer á las lenguas del Africa orien­
tal, nada de extraño tendría que el nombre resultase afri­
cano, pues tenemos otras voces como mandinga, quim-
lotnbó, ñame, funche, bambuco, marimba, introducidos por
los esclavos desde los principios de la conquista.
621. En Venezuela no se usan la.s voces anón
y anona, sino en el lenguaje científico ó en el poé­
tico. Decimos chirimoya {enmona humbolliana), riñón
[anona squamosa, que cita Codazzi), y guanábana, [almo­
na miiricata). Según el Diccionario de Autoridades
se llama más comunmente anona la fruta (chirimoya),
y anón el árbol (chirimoyo). Anón y anona son vo­
ces castellanas. Anón es el nombre de una variedad
del bacalao del mar del norte que se pesca anual­
mente por febrero ó marzo; y anona significa pro-1

(1) Todavía hay quienes crean que el plátano, por encontrarse silvestre en
el interior del país de los Cafres, es originario de Africa, lo que no parece cierto.
Véase la obra /.as /lazas Jfminutas por Federico Ratzcl, Tamo /. Libro Prutn-ro*
Caf. /'//. Año de 18SS.
visión ele víveres. El origen
o
de estas voces es la-
tino. Anona era 11'na diosa romana que presidía
el abastecimiento anual de granos, por lo que á las
veces se la representa acompañada de Ceres. Freund
deriva á annona de annus, como pomona de pomum,
y le da la significación de cosecha anual, confirmán­
dolo con ejemplos de Livio y de Columela. (1). De
aquí dieron los españoles el nombre de anón y ano­
na á la chirimoya y á la guanábana que sólo- se dan
una vez al año. La Academia Española, Webster,
Barcia, los más renombrados etimoíogistas dan tal
procedencia á los vocablos anón y anona. A
pesar de esto, el naturalista extranjero indicado,
al tratar de la voz banano, me impugnó dicha
etimología fundándose en que anón no es de origen
latino sino indígena ( !). Apóyase en que Oviedo
y Yaklés escribió hanon, y sostiene que Commelyn
latinizó la palabra y escribió ' anona; que Plumier
nombró más tarde al mismo árbol guanabanus; y
que Linneo rechazó este nombre y adoptó el más
antiguo, si bien escribió annona porque no quería
ningún nombre de las lenguas bárbaras ni gustaba
de juegos de palabras, afirmación ésta de De Can-
dolle (2). Es todo un castillo de baraja. Bastaba
para derribarlo el odio de Linneo por los vocablos
de las lenguas bárbaras; pero lo voy á soplar me-

( t ) Harria cree que anona deriva del latín a1tenis. Creo que este autor se
funda en que i'‘linio en el Libro X X L Cap. LVTII, Pág. 59: y Lib. X X V II.
Cap. XV, l ’ág. 229, traducción de l.itré, menciona una planta espinosa llamada
anvuis po- unos, y por otros ottonis. El cliirimovo tiene unos corno nudillos;
la fiuta del guanábano tiene pequeñas púas, y el riñón es escamoso.

{2) J/Origine des plantes cultivéis, 136.


jor. Oviedo, Herrera y todos los cronistas de la
Conquista no se paraban gran cosa en la ortogra­
fía, y sea por descuido ó por lo que fuere, escri­
bían una misma palabra, aun castellana, de diver­
sos modos, por lo que vemos en ellos anón, hanon, ano­
na, annona; ahora, aora; ihuana, ybana, yuana, yhuana;
etc. Gaspar Commelyn escribió en Amsterdam el año de
1697; y mal pudo latinizar el vocablo anón escribiendo
anona (que no es ortografía latina), cuando Fray
Bartolomé de las Casas (1553) escribe annona (que
sí es ortografía latina); cuando el padre Acosta
(1590) escribe anona; y cuando Betancourt (1634)
llama anona ó manjar blanco la guanábana. Estas
mismas citas destruyen lo que el naturalista dice
de Carlos Plumier, que escribió en 1703, un año
antes de su muerte; y del célebre sueco Cari von
Linnmeus ó Linné que nació en 1.707 y murió
en 1778. Anón y anona, son, pues, de origen
latino.
622. En Venezuela se llama anime un árbol
útil por su madera y su resina; y se le da el
mismo nombre, en algunos lugares, á la goma ó
resina del algarrobo. Los latinos habían dado ya
á anima, ánimos, el sentido de suco ó jugo (Anima
uva\' de Plinio, suco de la uva); los españoles lo
aplicaron á una resina oriental de una especie de
zumaque (animas, copal, animas oriental, resina ani­
mes (/). En la Celestina ó Tragicomedia de Calixto
y Melibea, impresa el año de 1499en Medina del
Campo, se lee: “ Y en su casa hacía perfumes, fal-1

( 1) Según el I Accionario de Autoridades, Galeno le da la etimología de la


m irra nmiuca. Barcia trae la forma Anime del catalán.
seaba estoraques, menjuí, animes, ámbar, algalia, pol­
villos, almizques, mosquetes.” Act. Prim. Lope de
Vega, aunque éste puede ya referirse á la resina del
citrbaril, dice en E l Peregrino en su Patria :
¿ Ks dónde pescan coral
Que )■ >ver 1c en rojo minia,
O la perla al' ia oriental,
O iloinle hay árliol <p.¡e suda
llálsamo, Cu:¡un• y copal ?

Por la semejanza, pues, de la resina llamaron


también anime los españoles de la conquista la re­
sina del curbaril y la del algarrobo. El origen de
la voz ánimo es sánscrito: de anas, añilas, soplo,
aire, aliento, de donde el griego ano¡nos y el latín
animas. El castellano la tiene del latín anima,
animas.
623. Ocurre lo mismo con el uso de la voz
agave que sólo la empleamos en obras científicas ó
en poesía, como cuando Bello dice:
El vino es tuyo, epte la herida it¿¡»7v
Para los hijos vierte
Hel Anahuac feliz...........

El nombre común de la agave americana es ma­


guey ó pita.
Agave tiene origen en el sánscrito yag-ya-s, y
agao. venerable, digno de admiración y respeto, del
verbo ae, venerar, honrar (1); de donde los vocablos
griegos agios, agaves, agave, y el latino agave. Ovi­
dio y Juvenal (2) emplean la voz agave; y como quie-

(1) A’.»//, traducción de Ürc.il, tomo IV .•—l'.iihhoff, AVv///////i/Av lint /v.v


h u ir l.t t r o p C a u t c .

(2)
Ovidio, Metamorfosis, Canto 111.. Páy. 305 de la colección de Nisard.
Jn r-m i/, Sátira Vi l .
Pá$*. 239 de la citada colección. Hállase también en Ho­
racio v otros autores.
ra que los eruditos acostumbraban latinizar las vo­
ces ó emplear las latinas para designar las plantas,
acaso no tengamos ésta directamente del griego sino
del latín. Lo mismo da que sea del uno ó del otro,
y que signifique admirable, ó que signifique reina,
por la hija de Cadmo, ó que sea la ninfa Agave
transformada en planta por Ovidio en una de sus
metamorfosis.
624. Si me atengo á la definición del Dicciona­
rio, basada en el uso de los buenos autores castellanos,
los venezolanos incurren en barbarismo al aplicar el
adjetivo burdo á la persona de modales toscos que no
alcanza á manejarse como conviene, y al caballo rudo,
brutal, pesado en el movimiento de la cabeza y en la
obediencia al freno. Pero estas acepciones me hacen
sospechar que ellas son también de uso familiar en
Lspaña ó en alguna de sus provincias, y que la etimo­
logía que se le ha asignado no es la propia. No creo,
pues, que sea ésta el vocablo árabe bord, tela grosera,
sino el latino bardas (burdus). burdo, tosco, grosero,
salvaje, rudo, brutal, basto, que así se aplicaba á las
cosas como á las personas. Este vocablo, bardas, re­
monta al sánscrito bliaras, carga, de donde proceden
asimismo con significaciones análogas de pesado, difi­
cultoso, gravoso, rudo, burdo, las góticas baurlhs, baur-
t/iei, bairau; alemanas barde y p.urdi; inglesas burthen
y barden; sajona berau; danesa byrde; sueca borda; lo
mismo que la griega parios y la latina burdus. El mismo
origen tienen las voces castellanas bordo (interior del
buque, donde se contiene la cargaJ, bordo (tabla), y
borde y borda (orilla); las alemanas bord, bret y bort;
inglesa board; gótica baurd; sajona bort; sueca y da­
nesa bord y braedt. No otro es el origen de las voces
castellanas borde, en el sentido de salvaje y silvestre ;
burda y burdégano. Burdo, por lo tanto, deriva del
latín y no del árabe.
625. Ripio no tiene relación con el alemán rip-
pen, frotar ó picar la piedra, sino que deriva del latín
repico, lengua de oc, reble; cascajo, ripio; italiano ripie-
no (re-plenus)\ relleno, ripio. (1)
626. No parece que la etimología de alcanzar sea
el latín ad y calx, caléis talón, como se ha sentado. La
significación primitiva de alcanzar fue la de atesorar,
ahuchar, conseguir y guardar dinero, de donde conser­
vamos el vocablo alcancía, hucha :
Que lo ote(tuzaría en sus armarios el que lo dejaría por he redal á los reyes
que después dél veniesen.— Cotilo C Dynma. Cap. Piim .

La gradación en las acepciones está clara : ateso­


rar,-conseguir.-obtener,-lograr,-llegar á un fin,-coger,—
llegar á juntar,-llegar á juntarse,-etc.-^ Castigar no
significó también aconsejar, enseñar, suavizar ?— Lo que
ha sucedido con las gradaciones de alcanzar es un tras­
trueco de las significaciones, dando por figuradas las
rectas, y por rectas las figuradas ; y todo por error de
la etimología, que es el arábigo al—amasa, que da el
glosador D. Pascual de Gayangos, ó si se quiere, el
arábigo alcanz, que la Academia Española asigna á la
voz alcancía.(l)

(l) Ripidito ( i" acep.) si dice á tulla quella materia che serve per tiem-
piere qualunque cosa vota, e a lulto qucllo che in alcun luo<jo non opera e non
serven nulla. (2 ! lacep .) Quella parlicella non necessaria nel discorso alíatela
j'/ammaticale; ma che per proprietá di linj'uaggio serve d’ornamento al discorso.
( Diccionario de la Cn/.uaJ.— Respecto d«- esta misma acepción, dada por los lati­
nos á repico, véase á Qnintiliano. /así. /o, 4, 1.
627. Monicongo, que, como en España y en Co­
lombia, usamos en el sentido de mocoso, muñeco, moni­
fato, es voz indudablemente africana, formada de mona
y congo, si mucho no me engaño. Mona, en los idio­
mas hantus, es palabra especial que se aplica para
designar en general, respectivamente, á los hijos y á los
hermanos; y congo designa las tribus del Congo. A
menos (pie nos la hayan traído los españoles, y haya
sido formada por ellos de mono y congo, como quien dice
“ mono del Congo.” El hecho es que el vocablo es muy
insultante, y no tiene relación con las lenguas indígenas.
62S. Nuestro ¡hnpa! ¡hnpa! que los africanos de
los campos suelen pronunciar ¡jupa ! y que así significa
¡ arriba ! ¡ sube ! como ¡ arriba ! ¡ en pie ! es el africano
hnpa! hnpa! que significa adelante, adelante ! También
exclama la gente del campo ¡ jupa, y qué bueno ! dán­
dole á hnpa el valor de vaya! Probable es'que el upa
de Castilla tenga el mismo origen que este.
629. M aíz tampoco es vocablo indígena. El D ic­
cionario gallego de Cuveiro, impreso en Barcelona de
España el año de 1876, trae la voz malí izo como
propia de aquel dialecto. En quichua se decía zara
y en cumanagoto crepa, del maíz en sazón ; y del tierno,
en quichua capia, en cumanagoto chocari, en azteca
dote, y así en otras lenguas y dialectos. Los qui­
chuas tenían la voz choclo para designar la husada,
mazorca ó panoja de maíz verde ó en agraz, que en
Venezuela se llama jojoto.
630. Cacho (cuerno) no es indígena sino corrup­
ción del castellano y aragonés gacho, “cuerno recogido
ó retorcido hacia abajo,” acepción que se ha exten­
dido á significar toda clase de cuerno con referencia
a) ganado, si no fuere cacho, como creo yo, anterior
á gacho y procedente del latín coactics, forzado, re­
cogido, costreñido. La Academia Española supone
que deriva del árabe auach, recogido. Cuanto á ca­
cho, que se usa por América en la acepción de chasca­
rrillo, cuentecillo, agudeza, anécdota, paréceme que tiene
origen en la voz latina (ó mejor, sabina) catus, agudo,
ingenioso, sutil. Posible es que se haya usado ó se
use en alguna provincia española.
631. Pulpería procede, según Fr. Pedro Simón
Abril, de que los pulperos vendían de todo, hasta pulpos ;
y. según el Inca Garcilaso, se les dió tal nombre por
burla á un pulpero que tenía un pulpo en su tien­
da*. Lo cierto es que aun hoy venden pulpos en
pulperías del oriente de Venezuela, y que por lo tanto
el vocablo nada tiene que ver con el mexicano pulque,
ni con su derivado pulquería. Las apariencias enga­
ñan, y no pueden aceptarse cuando pugnan con asevera­
ciones históricas.
632. Draga, no deriva del inglés drag, cor­
chete, gancho, sino del escandinavo drakar (dra­
gón), barco usado en los mares del Norte desde el
siglo IX hasta el XII, y que en el extremo de la
proa llevaba esculpido un dragón, como la pristis de
los antiguos una ballena. De esta clase de buques
proviene la costumbre de usar en la proa parasemas
ó mascarones. El buque ó máquina moderna conque
limpiamos los puertos se llama draga, por las garras
del dragón, y en recuerdo del antiguo navio de los
mares del Norte.
633. En Venezuela, en la América Central, en
la República Argentina, en el Uruguay, y en otras
naciones más de la América Española, se emplea el
término baqueano, sin que por ello dejen muchos de
decir baquiano y vaqniano. Alcedo, Salvá, Fernández
Cuesta y otros han hecho bien al dar entrada en sus
diccionarios al vocablo baqueano. Mateo Alemán, en
Guzmán de Alfarache, escribe baquiano; y Castellanos,
en diversas elegías, escribe vaqttiano y baquiano. Co­
mún es el cambiar la c y la i en vocablos de seme­
jante estructura, y poco cuidaban ciertos autores antiguos
de la ortografía de algunos vocablos cuya etimología
ignoraban. La voz antigua baquía hoy bacía, es de
origen árabe, y significaba escudilla ó cosa semejante,
por lo que no ha podido dar origen á baqueano ó
baquiano. El americanismo baquía, en el sentido de
conocimiento práctico de los campos, es posterior á
baqueano ó baquiano y deriva naturalmente de éste.
En Venezuela poco se usa el término baquía, del an­
ticuado baquiano. Baquiano ó baqueano puede proce­
der del vascuence baque; ó de la voz marinesca bo­
quear, navegar con la corriente, práctico en viajes ; 6 de
baque ( latín batucre) golpe que se da con el bastón;
ó del anticuado baco, síncopa de bácttlo, qué tuvo
también la forma bago :
A />a<;o de rrotas
Muy mal los castigas
Fray Diego de Valencia. Cancionero de Reúna.

No obstante, para mí tengo que se formó del


aragonés baque, que significa quiebra ; porque conviene
con la significación que le dam os: “ práctico en las
quiebras, atajos y veredas.” No me parece que haya
lógica en derivar á baquiano ó baqueano de baquía. Ba­
queano, según Fernández Cuesta, es voz anticuada que
significaba perito en el negocio de que se trata. Baquía ,
y no baquía, se dijo de los españoles viejos ya prácticos
en el conocimiento de tierras y caminos de América,
según Fernández de Oviedo. Herrera y los demás
dicen baquiano y baqueano.
634. Tampoco puede considerarse como indígena
la etimología de bojote, y no están en lo cierto los que
tal sostienen. Llamamos bojote el lío ó bulto de ropa
ó cosa semejante hecho con una sábana ó colcha ó
pañuelo ó cualquiera otra materia análoga, que una
vez lleno y atado por las puntas queda como un bolo
con orejillas, ni más ni menos que el boj sobre el
cual se cosen los pedazos de cordobán ó cabra para
hacer el zapato.
635. ¿De dónde proceden chato y chata, que
en todas sus acepciones denotan cosa llana, aplasta­
da, y no cosa extendida ni alargada? Indudable­
mente del latín plañís, plato, como del verbo com­
planare, se formó chanflón, y de nuestro plantar ,
chantar. Este cambio se observa en los idiomas
neo-latinos como natural, por cierta semejanza que
existe entre los sonidos de pía y cha. De la l de
lañes es difícil derivar la ch, sobre que á poco que se
medite se comprende que la significación de lato
no conviene con la de chato. Es una etimología ale­
gre ésta, que hace pensar que el Principe Narigudo
pudo llamarse el Príncipe Chato, no por antítesis
sino por lo prolongado de su nariz.
La Academia Española hace proceder el verbo enro­
car de en y roque, y á roque del arábigo roj, carro de
guerra, torre de ajedrez. No parece que se'a así. El juego
28
de ajedrez nos vino de Persia; y así como el alfil
estaba representado por un elefante (fil), la torre lo
estaba por un camello (roe). De esta voz roe derivan
roque y enrocar. El camello fue cambiado más tar­
de por la torre, pero quedaron subsistentes en el
juego los vocablos roque y enrocar. Por América
no llamamos roque la torre, sino la acción y efecto
de enrocar. El italiano llama rocca la torre, por­
que para él lo es toda fortaleza ó ciudadela, y de­
riva el vocablo de roca ó peña. Es un hecho ca­
sual.
636. En Venezuela decimos y escribimos balija,
y no valija. saco ó maleta de cuero en que se trans­
porta la correspondencia de las oficinas de correos.
No creo que proceda del francés valise, maleta ó sa­
co que se lleva en la grupa del caballo, y que de­
cimos maleta y capotera, sino que es castellano,
formado tic bala, como botija, de bota; vasija, de
vaso; manija, de mano; canija, de cana (caña); etc.
El vocablo valiza, del latín bárbaro palitius, según
Ménage y Beschérellc, sí lo tenemos del francés,
y lo extendemos á significar toda señal semejante
al madero dotante, tanto que á la entrada del puer­
to de Trinidad hay unas campanas que suenan con
el movimiento de las olas y las llamamos balizas,
aunque los diccionarios dicen valiza.
637. El hecho de usarse la voz ingrimo en
varias repúblicas hispano-americanas parece indicar
que ha sido introducida por los españoles. En sus
Apuntaciones Críticas, impresas en 1885, dice el
docto señor Cuervo: “ Un escritor venezolano pre­
tende en La América Latina derivar del latín este
vocablo! No nos jactamos de haber dado en la
yema, pero sí estamos seguros de que el otro va
más lejos de la verdad. Grima es voz germánica,
y de extensa parentela en el norte de Europa."
Ignoro quién sea el autor indicado, y si es ó no
venezolano; pero sí extraño que el señor Cuervo no
diga más, cuando á la Academia Colombiana y á
él se les remitió el Resumen de Actas de la A ca­
demia Venezolana impreso en 1884, y el cual pro­
bablemente extracta el escritor de La America L a­
tina. No hay tales carneros, respecto de la etimo­
logía del vocablo. En la página 75 del indicado
Resumen de Actas, dice lo que á la letra copio:
“Ingrimo, a. adj. One se emplea únicamente en
el modismo ingrimo y solo, ó ingrima, y sola, y con
el cual se denota idea aumentativa de desamparo ó
circunstancia agravante en la situación de quien vive
ó pone algo por obra fuera del auxilio de todo sér
extraño. Es de advertirse que si del crymos griego
se deriva el sustantivo grima, enunciador de desa­
zón, terror, miedo, espanto, etc., y existe cierta ana­
logía entre tales ideas y la que parece representar
el mismo elemento lexicológico juntamente con el
prefijo in, no hay en la voz propuesta sino un ad­
jetivo formado naturalmente por la superposición de
la partícula latina in, que, como lo prueba Monlau
en la página 135 de su Diccionario Etimológico,
puede significar muy bien aumento y modificación
en el nombre á que se agrega.
Observación. Presentó esta cédula el señor D. Ma
nuel bombona Palacio; y estando ella en considera­
ción del Cuerpo, impugnó la etimología griega pre-
sentada el señor D. Julio Calcaño. Después de una
discusión tan prolongada como comedida, la Academia
acordó que las observaciones del señor Calcaño se
agregasen á la cédula del señor Fombona Palacio,
para la superior resolución de la Real Academia Espa­
ñola. El señor Calcaño manifestó que aunque Co-
varrubias suponía que la voz grim a, procedía de
la griega crymos, frío, opinaba que la etimología
correspondiente no era griega sino teutónica ó go­
da, tle la voz grima, espectro, ó de. grym, cóle­
ra, ceño, enojo, y que para ello se apoyaba, pri­
mero : en que tal voz la tienen todos los idio­
mas del norte con significaciones relativas ; y segundo,
en que Webster, Barcia, Barberi, Muratori, Cecchi,
y todos los diccionarios alemanes le dan etimología
teutónica. Dijo que los estudios lingüísticos están hoy
más adelantados que en los siglos pasados, y que,
no obstante, aun Aldrete, competente escritor- del siglo
XVI, trae la voz esgrimidor como derivada del vo­
cablo godo grymmich. Agregó que la significación
que en castellano tiene la voz grim a, es la de de­
sazón, estremecimiento que causa alguna cosa, y tam­
bién miedo, horror, espanto, como lo indican las frases
dar, meter, poner grima. Reforzó este parecer con
las siguientes voces: Alemán : grima, espectro, en
relación con grym, cólera, enojo. Antiguo alto-alemán :
grimmisón, estar colérico, ceñudo, con la frente arru­
gada. Antiguo sajón: grimm, rabia. Germano : grum.
enojo. Sueco : grym, cólera. Provenza] : grim, afligido,
y grima grave. Italiano : grima, arrugado, viejo. Fran­
cés : grime, barba, actor que representa el papel de viejo
ridículo ; g i 'imace, mueca; grim and, hombre enfadoso.
Catalán: grima, como en castellano. Por último, dijo, que
aunque el latín tenía la voz ingrimus, del verbo ¿ugruoy
ingrucre, asaltar, creía que el vocablo castellano ha­
bía sido formado, como sienta el señor Fombona Pala­
cio, de la partícula in y la voz grima ; y que por lo
tanto significa en concepto su yo : desazonado, afligi­
do, grave.
638. Di cese en Venezuela el hombre ele marras,
el mismo de mareas, aludiendo al que en otro tiem­
po procedió malamente ó incurrió en alguna fechoría.
La Academia sólo le da la acepción de “lo que se dijo,
se hizo ó sucedió en otro tiempo.” No obstante, la
acepción usal en Venezuela no es impropia, y tiene
aspecto de arcaísmo, según la siguiente lección en que
marras está por Fulano ó Perenecjo, esto es, indicando
persona innominada:
Tales avien ddlus que metien apellidos
Que los miera /mirras en Cogedla ven Sidos:
Si de tan re he/, omne fincassen escarnidos,
Mucho niaes lis valiera que non fuessen nasSidos.
líerfeo. ]"u!a a'r San M i Han. 206.

Estas acepciones, que no constan en el léxico espa­


ñol, y el verbo marrar, faltar, hacen creer que la etimo­
logía del vocablo no es el término árabe marra, una
vez ; sino la (pie apuntan Sánchez, Pidal y Janer, esto
es, el latín -marra, instrumento de agricultura, y marres,
marrarum, los instrumentos de agricultura; porque cuan­
do los labradores no pagaban las rentas el día estipulado,
les quitaban las marras, y aquel día aciago era natu­
ralmente para ellos el día de marras ó la noche de
marras. D e ahí también la acepción de fa lta r. Véase
el glosario de Berceo.
639. Guarapo, conque designamos el jugo de la
caña de azúcar ó el de la pina indígena fermentado, y
el agua de papelón hervida, no es tampoco voz de ori­
gen americano. Deriva sin duda de la árabe sharab,
sharúb, sitarbat, plural í /tarabat, bebida, jarabe, del
verbo shartba. beber, apagar la sed ; de donde tuvo el
castellano antiguo las formas Xarofic (charope), y Xa-
rabo (charabe). hoy jarabe, y formó el bajo latín el
vocablo gttarapits que menciona Barcia, pues la forma
árabe concuerda más con las castellanas que la latina
scrapium. El quichua huarapu debe ser una de tantas
voces castellanas que tienen los indígenas acomodadas
á su idioma.
640. Ilallaca, tampoco puede ser indígena, porque
ni los indios de Venezuela tenían //en sus vocabularios
ni sabían preparar plato ninguno. Se comprende que
careciendo los conquistadores de harina de trigo, utili­
zaron la del maíz para formar la pasta del pastel, y
envolvieron éste luego en hojas de plátano para poder
cocerlos. La costumbre antigua de comerla la noche
de navidad, determina su etimología que es la voz
castellana haya, regalo de navidad, y la desinencia ca,
que suele indicar, ya lo característico ó peculiar, como
en casaca, de casa, ya la pequenez, como en Jtojica, de
hoja. La hallara es un pastel pequeño, y nadie pronun­
cia sino hayaca. Del árabe /taina, pasta dulce, no
puede proceder, porque á la pasta no se le echa dulce
sino sal. Es puro venezolanismo : en Maracaibo la lla­
man tama re, en Cuba tallullo y bacán, en Méjico tamal;
en Centro América y en Colombia usan la voz meji­
cana ; pero es de advertir que nuestra hallaca se dife­
rencia en mucho del tamal, aun del de Maracaibo,
pues es un verdadero pastel y no tiene forma esférica.
641. Por m asque se pretenda, la voz nigua no es
indígena, aunque sí lo es el arador (j) asi llamado que
se introduce bajo la piel, deposita allí sus huevos y
causa á los pobres labriegos tanta picazón y molestia.
Nisrua es voz de origen árabe significativa de limadura
ó polvo metálico. Por eso dijo el célebre Beneficiado.
V entrellas derlas niguas de buen oro
Como por certidumbre del tesoro.
Castellanos. Varónes ilustres. P a r !. Scg. Relación.

Ó42. Nuestro jaiba tiene también aspecto árabe


(xaiba), y por tal lo da el Tesoro de las /res lenguas
como nombre de un cangrejo que abundaba mucho en
España. Por asemejarse á él llamarían los conquis­
tadores jaiba á nuestro molusco.
643. Canana, cinto de cuero con tubos de hojalata
para llevar cartuchos, y que es la cartuchera de los
llaneros, no es voz indígena, como se ha pretendido, ni
se deriva del latín canana, caña, sino del árabe quena-
na, carcaj, como lo ha enmendado ya la Real Acade­
mia Española. Los indios no podían tener cartuche­
ras ; ¿ á qué fin ?
644. Redoma, según el Diccionario de la Lengua,
significa vasija ancha de abajo, que va angostándose hacia
la boca.En Venezuela es algo más. Llámase redoma:

(t) L a nigua- [pulex penetraos] hace hoy estragos en Tangauyika y Nyan-


za y en la provincia de llunijako, según el l ’adre Giiillermain, de la Sociedad
de los Ladres Tilancos, y los africanos la llaman Pum a. El e.rplorador belga
Deleonimime cuenta como la llevó ni Congo hace pocos años un buque brasileño
que cargó como lastre arena llena de niguas, y la desembarcó en el Conga.
He las orillas del Congo fue llevada por las caravanas á los lagos Tungauyica
y Nyanza, por el año «le 1890.
i 9 El viril en forma de media esfera prolongada conque
se resguarda del polvo un busto ó una pequeña es­
tatua, ú otro objeto semejante. 2< -> Toda obra de ar­
quitectura de forma abovedada ó cóncava, como una
cúpula, ó un medio círculo ó arco que en forma de
puente cierra una calle sobre una quebrada. 3<-) Va­
sija redonda de vidrio, ancha de abajo, que va an­
gostándose hacia la boca.
Di cese también picaro redomado, esto es, picaro
por completo, picaro muy cauteloso y avisado. Las
acepciones que redoma tiene en Venezuela deben de
ser castellanas, porque convienen con la etimología
del vocablo. Esta no es ni puede ser ninguna de-
las que se le han asignado. La íorma arredoma que
apuntan Dozy y Engelmann, no basta para sentar que
la etimología sea árabe, pues igual forma toman otras
palabras castellanas que no son árabes, por ejemplo
arrevolvedor y revolvedor, La forma retoma, si no
fuere yerro, se explica por la afinidad de la d y la t.
Redoma es de origen latino, de re, partícula deno­
tativa de aumento, y domas, domo. Del verbo sáns­
crito dam, calmar, domar, derivan voces latinas que
ó signñcan domar. ó expresan ideas relativas de
dominio, protección, amparo, refugio, etc., por ejem­
plo domo, dominas, domas, domans, domina. (lomillo,
do-milust etc. Así como domo significa domar, domas
es denotativo de casa, de templo, de nido, de se­
pulcro, de la concha del galápago, que ampara al
animal, etc.; y hecho singular, como todas estas co­
sas 6 tienen cavidad como la casa y el templo, ó son
cóncavas como el nido, ó abovedadas como el sepul­
cro y la concha del galápago, domo ha venido á sig­
nificar cúpula ó bóveda, si no fuere que se haya
tomado la parte por el todo, es decir, la cúpula por
el templo. Lo que parece innegable es que esa es
la etimología de redoma, de re y domo.
645. Ñauó suelen llamar nuestros niños á sus
nodrizas, cuando comienzan á hablar, y esta circuns­
tancia indica que tal voz es una forma de la voz mamá
v tiene origen en el tartamudeo de los niños de teta.
Con todo, hay que observar que en Méjico llaman
nana á la niñera ó nodriza ; y en parte de España á
la madre o á la abuela. La forma nanua con la signi­
ficación de abuela se encuentra en el bajo latín. El
váhico dice nana, y el árabe africano, según el señor
Simonet en su excelente Glosario, emplea las formas
nanua- y non na. El griego tiene el vocablo nanua. tía
carnal, y nenia. canto de las nodrizas, en latín nenia; el
vasco nini a. niñera; el catalán nena \ el castellano,
además de nana, madre ó abuela, tiene los términos
nene, nena, nene, y niño que antiguamente se escribía
nimio. Para el turco nene es madre ; y para el malayo
néne/i, abuelo ó abuela. Kn Venezuela son términos
comunes nene, nena y mué, y con ellos llamamos cari­
ñosamente a ios niños de teta. El vocabulario de la
obra clásica de Rivadeneyra explica que nana ó nali­
na (ñaña) s; significa hijo y niña; pero si es evidente
que en la estro! a 1860 del Libro de sl/exandrc, nano
significa niño, como se ve aun' sólo por el verso en
que está el vocablo :
Taulo •iau;i por ella iptanto por un nau<:,

no lo es menos que en los siguientes significa madre:


r':xl»!;i!!is (lurantoni-.:, nivan/nllis r. sannns
I '.Vi: •pi-- lis Í.uviL's viudas a las mn.as.
/*>--- /;y.
Ketróxo! que era fijo de mala mi na.
L ib ro tio A le ja n d re . Eslrof. 1017.

Por lo que elejamos dicho, y siendo la voz nana


tan antigua en el castellano, no parece que éste la
haya tomado del italiano, origen que le asigna
la duodécima edición del Diccionario de la Lengua.
Tampoco parece que la etimología de nuestros vo­
cablos niñot niña, nene, nena, nene. sea el latín mini­
mus, pequeño, sino el griego y latín nenia, de don­
de sin duda deriva asimismo nana, como lo da á
entender la doble significación de las voces, su for­
ma anticuada, su primitiva significación, y las formas
catalana (nena) y vasca (ninia). Lo único en contra­
rio es la voz portuguesa menino, menina. pequeño, pe­
queña, por extensión niño, niña, joven y doncella, como
se ve por estos versos de Fagundes Varella ;
Tao brando
Como á voz melodiosa
I )a malina enamorada.
J u r a d lia. P oem a //.

Pero también hay que tener cuenta de que la


voz con que el portugués expresa lo que nosotros
con el vocablo niño, es crianza, como lo demuestran
los versos que siguen, del mismo indicado poeta:
J)<> lempo ñas cinzas frías
Rep>usa<) p’ ra sempre os dias
De mea son bar de frían fu !
J a v a d/ia. V il/ .

Esquecer-me de tí, frágil erianSa !


Ave medrosa que esvoaSa é chora
Teniendo ó raí o en días de bonanSa !
J .iv ro das sombras. P ro le s ¡o s.

De paso digo que la voz griega nanns que según


Freund trae Lampridio en Alejandro Severo, 34, y
se aplicaba á lo diminuto, á lo muy pequeño, de
donde nuestro vocablo enano, es un testimonio más
de la fraternidad de las voceas apuntadas, y de que la
etimología de niño y nene no es miuimus.
646. Mi ilustre amigo el célebre Julio Mar­
co u (i), tan sabio como modesto, y otros escritores
más, creen que el nombre de America puede ser
indígena del Nuevo Mundo, y alegan en apoyo de
tal suposición el existir en Nicaragua una cadena
de montañas ó serranía llamada Amerrica, Amerri-
que ó Amcrric. del nombre de una tribu de indios
que dicen amerriques, y entre otras inducciones la
circunstancia de no encontrar en Diccionario italiano
ni en calendario ninguno europeo el nombre de
A meneo; de donde sostienen que Vespucci ó Ves-
pudo se llamó sólo Albcrigo, Amcrigo ó Amcrrigo
ó Almcrigo, ó de otro semejante modo. Los tra­
bajos de Julio Marcou, extensos y llenos de pro­
funda erudición, llevarían el convencimiento al más
avisado, si la historia y otras consideraciones no le
contradijesen. Paréceme, pues, que todos estos es­
critores padecen graves errores. Aun suponiendo
que el término Amerrica ó Amerrique, que no per-
tece al náhuatl por carecer esta lengua de r y de rr,
perteneciese al chorotega, al niquirana ó á algún dialec­
to de estos, su existencia nada significaría, porque es
ahora cuando viene á conocérsele, y no consta en nin­
gún autor ni en carta geográfica ninguna. Losconquis-

[ ij Carla (l'Amcrii.ja-j «Iit.• <k- I milis IV tic 1669. ÜesaSnoii 1893.—


Noli vellos Rocherohes sur I‘ Origine «Iu nuni iPAmerique. I’arís. 188S.— Deriva-
'¡ 0 1 1 <>í ihe iianii America. Washinj'ion, 1890.— Ainerri«|,i j s , A nicrigio Vespu­
cci el Ameriquc, 1892. en París.— O rign <>f ñame America, New York. 1893.
(.adores acostumbraban poner nombres á las tribus
indias, como lo comprueban los motilones, los corcovados,
los orejones, los moscas, los cocinas, los salivas, los /i ce­
nados, los pintados, los pampanillas, los mosquitos, los
alcoholados, etc., nombres todos castellanos. Goagiro
es árabe, y caribe es quizá el vocablo (por los
antiguos cálibos), que también se corrompió en carite,
aplicado á un pez. Amcriqncs, parece, por todas las
razones, apuntadas, una corrupción indígena de ama
riscos, por vivir en la serranía y tener en los riscos
su defensa. Oue los calendarios y los diccionarios no
contengan el nombre de Ame rico, no es argumento
digno de tenerse en cuenta. Los calendarios no son
más que santorales, como tales contentivos sólo de los
nombres que han llevado los individuos canonizados; y si
es cierto que el Diccionario de la Crusca, el de Barben, el
de Manuzzi, y otros más, no contienen tal nombre, sí lo
contienen otros. Bástame citar el D ia i onao ¿o Un i versale
de. K¡cola de Jacobis, impreso en Ñapóles el año de 1S43,
que trae el siguiente artículo, á saber: "America, n. p. m.
sin. Amerigo, Americhctto, Americotto, Amoretto, Amo-
rotlo. Aimerico, Emerico, Emerigo.” Distante estoy ele
creer con el Jacobis que Amoretto, diminutivo de Amare,
tenga relación ninguna con el nombre de América ó
Amerigo, pero sí creo que éste data de la invasión de
los bárbaros y es congénere de Emerico, Erica, Gun-
dcrico, Alarico, Sigerico, Ardcrico, /imalárico\ y otros
más : de Erica, derivaron Emerico y America ó Ame­
rigo, como de Alarico, Jim alarico. Del cambio de g y
e se ven testimonios en castellano y en italiano. Véase
claro en amicus y amigo, lacas y lago, Langobriga y
Laugobrica, Air!abriga, Turobrica, y otros, tanto
que la terminación celta triga ó brica, es una misma,
con una misma significación : villa. Por esta afinidad
escribe Machiavelli Amcrigo, y Dante Hamcricus. Y
sobre todas estas razones está la de que todos los his­
toriadores de la Conquista escriben America, ó A m cri­
go ó Amérrigo. La doble rr aceptada al fin por Vcs-
pucci se explica preferentemente por la mayor facilidad
de pronunciación en castellano, donde la pronunciación
esdrújula de Amérigo, con r suave, no se conforma con
el carácter del idioma. Y luego, su apellido, con el
que no hay cuestión, ¿no se encuentra escrito por él
mismo Vcspuci y Vcspucci, y por otros Vcspucci, J'es-
pieci, Ycspítcio, Vcspuchio, Vcspuchco, y hasta en forma
latina Vcsputins. Por igual modo que el ¡lustre Mar-
cou y los que han querido aceptar y desarrollar sus
ideas, v con mayores visos de acierto que ellos, bien
pudiera cualquier etimólogo aventurarse á sostener que
la palabra América derivaba de México, forma femenina
en náhuatl de Méxicatl, y ambas derivadas de México.
al cual se dió nombre del dios M cxitli. que otros dicen
M cxi, Messiy M cxitc y Ocite. Para dar carácter de
verdad á semejante aserto bastaría sostener que existió
ó pudo existir en náhuatl la forma América. de igual
manera que uno de los genitivos de los pronombres
personales de tal idioma, moca, toma la forma amoca; y
luego, llamar la atención sobre que México era el
emporio de la civilización americana y su descubri­
miento había causado honda conmoción en el viejo
mundo. Pero esto sería simplemente ingenioso, y no
más ; porque todos sabemos que en materia de etimo­
logía nada significa por sí sola la semejanza de las
voces, y que las suposiciones arriesgadas y los violentos
cambios de letras sin sujeción á las leyes eufónicas, y
sin pruebas históricas que las realcen, sólo sirven para
llevar de abismo en abismo al investigador. La historia
comprueba que el nombre de America tuvo origen en
el de elmérigo ó América Vespucci ó Vespucio, com­
pañero de Ojeda y amigó de Colón. No existe prueba
ninguna para acusar de usurpación á Amérigo Vespucci,
como ([ue en sus cartas geográficas no puso su nombre
á los países descubiertos, según el testimonio de insig­
nes autoridades. Colón fue el descubridor de la Amé­
rica y el que primero descubrió á Venezuela el 31 de
julio de 1498; pero es asimismo cierto que Ojeda y
Vespucci fueron los primeros que en 1499 recorrieron
toda la costa de Venezuela ó tierra firme, y el mismo
cronista Herrera dice que "Ojeda, á quien acompañaba
Vespucio, fué quien puso nombre al Cabo de la Vela.”
Cristóbal Colón, en carta á su hijo Diego, dice de
V espucci: “ Siempre tuvo deseo de me hacerpiacer : es
mucho hombre de bien ; la fortuna le ha sido contraria
como á otros muchos ; sus trabajos no le han aprove­
chado tanto como la razón requiere. El va por mío y
en mucho deseo de hacer cosa que redonde á mi bien,
si á sus manos está.” Y robusteciendo este testimonio
del mismo Colón, acerca del carácter y servicios de
Amérigo Vespucci, está el de todos sus contemporá­
neos. ninguno de los cuales le acusa de usurpador, ni
el mismo Fernando Colón, tan celoso del nombre de su
glorioso padre, como observa César Cantil.
Es un hecho indiscutible que fué el Gimnasio Vos-
giano quien en 1507 ( Cosmographice Introductio) pro­
puso que se llamase América al Nuevo Mundo, en
honor de Amérigo Vespucci, á quien suponía descu­
bridor del Continente, y el cual acababa de publicar en
Vicence su diario y sus cartas geográficas. Reprodujo
esta Cosmografía en Lorena. el año de 1509, Walt-
zemíiller (Martín Hylacomilus), dándose como autor de
ella, y contribuyó á la propagación de la idea propuesta
por el indicado Gimnasio. El nombre de América se
generalizó después de la muerte de Vespucci, acaecida,
á lo que parece, en 1512 ; y todo esto sucedió así, por­
que si Vespucci no fue el descubridor de la América,
gloria que nadie puede arrebatar al inmortal genovés,
sí fué el primero que dió á luz pormenores del descu­
brimiento, mapas y observaciones científicas, como
que recorrió la costa firme, y era, aunque mal narrador,
varón de inteligencia y saber, según afirman no pocos
historiadores. D e estos, los primeros que le han acu­
sado de superchería y usurpación han sido Fray Barto­
lomé de Las Casas, que escribió medio siglo des­
pués su Historia- de las Indias Occidentales, publicada
últimamente, de 1875 á 1876; el cronista D. Antonio
de Herrera en la Descripción de las Indias Occiden­
tales, cíe 1596 á íóoi ; y Fray Pedro Simón en la pri­
mera parte de las A roticias Historiales. de 1626 á 1627 ;
y ellos, y los que posteriormente han seguido su pare­
cer, escribieron sin duda impresionados al ver la
gloria de Colón menoscabada. Ha sido después de
1830 cuando han aparecido documentos bastantes
para comprobar la inocencia de Amérigo Vespucci,
por lo cual ya el Barón Alejandro de Humboldt,
con el gran talento que le distingue, le disculpa en
aquella obra admirable que, según sus propias pa­
labras, ocupó su pensamiento durante medio siglo.
Si la América no lleva como debiera llevar el nom­
bre glorioso de Colón, débese únicamente á la des-
gracia que en vida y en muerte ha perseguido á éste,
y á la fortuna, que no usurpación ni superchería,
de Amérigo Yespucci. Pero, ¿ á qué extrañar la
desgracia de los grandes hombres, ni las injurias di­
rigidas á los varones probos, ni los juicios contra­
dictorios y temerarios, ni las suposiciones gratuitas,
ni las investigaciones audaces? La víbora de la en­
vidia ha contaminado siempre el corazón de la hu­
manidad, enferma ya de corrupción hasta la medula
de los huesos; y por esto, hoy, de igual modo que
en los tiempos del paganismo, casi perdida la fe en
una vida inmortal, mezquinas ambiciones imperan en
el hombre, y la envidia, sobreponiéndose á todo no­
ble impulso del ánima, se ha transformado en uno
como dios fatal. Por donde acontece que no haya
virtud, grandeza ni mérito ninguno que se vea libre
del ataque injusto de las pasiones humanas; las cua­
les ni reconocen jerarquías ni cejan en el empeño
de ponerlo todo al nivel de su propia pequeñez.
647. fmuntar é imantación se encuentran en
escritores científicos de Zaragoza y de Barcelona de
España, y D. Roque Barcia las define en su dic­
cionario. La Academia sólo incluye en el suyo el
sustantivo Imán, y el verbo imanar. Este verbo,
formado de imán, es relativamente moderno. Los
antiguos escritores castellanos, cuando habían de ex­
presar la idea de comunicar la propiedad magnética
de la piedra, lo hacían por perífrasis, como Saave-
dro Fajardo en este paso de las Empresas:
¿Q u é fuer/a milagrosa incluye en sí la piedra imán, que produce tan admi­
rables efetos? ¿Qué amorosa correspondencia tiene con el norte, que ya no
¡meile por su peso volver siempre los ojos y fija!los e i su hermosura, los vuel­
ven las agujas locadas ene!/a/

y en otro lu g ar:
No es menos maravilloso el efecto <lel imán en atraer á sí y levantar el
hit rro, contra la repugnancia ele su gravedad: el cual, movido do una in d i-
imcián natura! jito /o oh/iya ti obedecer ¡í otra f m r z a superior, se une con él y 1.a-
ie -voluntario !o rv halda de hacer forzoso.

Tiénese por barbarismo á imantar, pero ello de­


pende de la etimología que se le asigne á imán. La
de Terreros y otros, del latín magues, no explica la
i inicial, ni aun anteponiéndole la voz Lipis. La de
amante, que dan otros por semejanza de esta voz
con la francesa aimaut, como si se dijese amante
del hierro y del norte, me parece una etimología
infantil, nada digna de ser considerada, sobretodo
cuando para mí tengo que no hay por dónde ase­
gurar que la voz francesa sea más antigua que la
castellana. La voz imán tiene el mismo origen que
la voz diamante. La Real Academia Española y la
mayor parte de los etimólogos derivan tales voces del
griego adamas, adamantis, formado de la a privativa
y de damao, domar; esto es, indomable, duro. Ten­
go por acertada esta etimología. César Cantil ( r )
sienta que se ignora qué nombre daban los antiguos
al diamante, porque con el de adamante lo que de­
signaban era el acero. Efectivamente, á mediados
del siglo XIII, Jacobo de Vitry, (2) escribe: “El diaman­
te que se encuentra en la India, atrae el hierro por
cierta fuerza oculta: una aguja de hierro, después de

(1) Historia Universal, IV . Documentos.

(2) Ilist. I fieros.


ser locada por él se vuelve siempre hacia la estre­
lla del Norte, por lo que es muy conveniente á los
que navegan por el mar.” Que el acero y la piedra
imán tenían el nombre de diamante es indudable ;
pero es probable que el citado paso de Jacobo de
Vitry extraviara á César Cantil, pues por los mismos
años en que Vitry su obra en Francia, escribía en
España Juan Lorenzo Segura de Astorga el Libro
de Alejandre, y en él, al tratar de las piedras pre­
ciosas, dice: (c. 1309.'):
Adtamani en que fierro nunca faz sina],
Con sangre de cabrito se tiende, non con a l :
KslopaS’io que es de color comunal,
Q ual color lien aSeroa lom a ella en tal.

Es más creíble que el nombre de la piedra pre­


ciosa precediese al de la piedra imán, por ser ésta pos­
terior. La brújula se inventó después del siglo XII, y
al comenzar el X IV (1.300) fué cuando Flavio Gioja
perfeccionó su uso para dirigir las naves. El hecho es
que la etimología de la voz imán es la griega adama?Uis,
de donde el castellano, enemigo de las palabras largas
y amigo de la síncopa, formó el sustantivo imán, que
dió vida luego al verbo imanar y al sustantivo imana­
ción. No obstante, creo que no son muy dignos de
censura los que tanto en España como en Venezuela
y otros puntos de América, emplean las formas imantar
é imantación, porque la mayor parte de las voces de
semejante formación se derivan del genitivo ó del
ablativo, y no del nominativo. Por esto dice el catalán
imantat, d a ; y el francés aimanté. Y o escribo ima­
nado por respeto á la autoridad de la Real Academia
Española y al uso de los hablistas castellanos, tanto
como por la consideración de que nuestro verbo ima-
uar se ha formado del sustantivo imán, que le precedió
en el uso.
Hay otras etimologías más que requieren mayor
estudio. Indicaré algunas para terminar este capítulo.
La Academia Española pregunta si escarcela procederá
del italiano searsella, de scarso, avaro. En concepto
mío, el adjetivo scarso deriva de scarsclla, y éste, y el
castellano escarcela, proceden del latín scortea, (de cuero,
de piel) en la forma diminutiva. Scortum, el cuero ó
p ie l; scortillum ó scortulum, el cuero pequeño; scortenm
el carcax ; scortia, el pellejo donde se acarrea el acei­
te ; scortes, cierta bolsa. El cambio de letras es cor­
riente : ¿ de platea no se formó plaza ?
No parece que galón haya nacido del griego galos,
cable. Galón en los principios era el lujoso pasamano
de las libreas. La lengua de oc decía galónn. voz
hermana de galo/, galota, regocijado, divertido, placen­
tero ; y de gallaren. gallnreon, gallaras, galán, majo,
mozo que se hace el galante en presencia de las se­
ñoras, y cuyo mérito consiste en afectar elegancia.
Estas voces parecen proceder del griego ghelao. ¿ Pro­
cederá galán de gallaren, y habrá error en suponerlo
apócope de galano / Posible es.
Sobrepelliz, en la lengua de oc snbrcpelis, es del
bajo latín snper pclliciam, y se dijo así porque los
sacerdotes y doctores la usaban sobre la toga de pieles.
No es creíble que la voz sánscrita indicada en
el Diccionario de la Academia como etimología de la
castellana manteca, y cuya significación no se da, haya
saltado al castellano por sobre los idiomas interme­
diarios. P>ueno es observar que del latín mantam,
manto, se formaron en el propio idioma las siguien­
tes voces indicativas de cubierta, capa, forro, etc., á
saber: mantile, mantelum, mantelium, mantica, man-
ticula, y otros más, de donde proceden las castella­
nas manta, mantilla, manteo, mantel, y otras. De man-
i i cu. (de manta) puede proceder el vocablo manteca,
que expresa una cubierta ó capa que se le forma
á la leche y á la carne. Probable es que el térmi­
no latino malla, nata, pertenezca al grupo de voces
que he indicado.
Mejor que la etimología que se le ha asignado
á morcilla, cuádrale la latina manticula, alforja ó bol­
sa pequeña, una vez cpie el señor Simónet cita las
voces mozárabes móndela, monchilla, y mordí illa, for­
madas de aquélla ; y que, por otra parte, el diminutivo
de morcón sería morquilla, y no morcilla. Claro es
que nuestro vocablo mochila, tiene la misma derivación ;
de manticula, (alforja), monchilla, mochila. Hay, pues,
que enmendarla en el léxico.
indudable es que el término tacha tiene dos di­
versos orígenes. En la significación de nota, falta,
defecto, lo deriva del francés la Real Academia Espa­
ñola, y del celta en la significación de clavo pequeño.
¿ Es más antigua la voz francesa que la española ? No
lo creo. Por el § 662 de la Histaire de Saint Louis
por Joinville se ve que en el antiguo francés tache sig­
nificaba cualidad. Tengo para mí que este tacha
nuestro procede del latín lacia, participio pasado del ver­
bo tango, langere. Tango, tangís, tetigi, tactum, tan-
gere, tiene varias significaciones, como las de tocar,
herir, manosear, coger, quitar, etc.; y tanto con tal
forma como con la primitiva tago ó con la frecuentad-
va laxo, laxas, laxare, se encuentra empleada en el
sentido de impregnar, manchar, tachar, bañar, por
Ovidio, Propercio, Plinio, y otros autores más, según
las citas que hacen Freund, Valbuena y Salva. Es
decir, que lacha se formó de lacla,como pecho de pec-
tus, hecho de factus, y hechizo de fictitius. La forma
tacha en la significación de clavo, procede también del
latín en mi humilde parecer; pero del sustantivo la­
xas, tejo, árbol de madera resistente con la cual se
fabricaban picas, astas, lanzas, y otros instrumentos y
utensilios. Lo comprueba que en la lengua deoc clavo
se decía tacho. y no lacha. Tacha era el verbo : enclavar.
No indica el Diccionario de la Real Academia
cuál sea la etimología de Bieldar. En mi humilde
concepto procede este vocablo del verbo latino vello,
vcllcrc, separar. El cambio de la v por b, y vicever­
sa, ocurre con frecuencia por la afinidad de estas
letras: de verruina se dijo borrina, por la influencia
del árabe. Por la misma inHuencia cambió la c en ie, como
en petra, fiel, ferrum ; y la // se resolvió en otras le­
tras, lo que no es nuevo, pues de sella se dijo
xil^a; de caballas, cabalyo, hoy caballo; de sarralia,
xarralla, se dijo xarralya y .serrada, hoy cerraja.
De piscllum, dicen bisalto los navarros y los arago­
neses. Otra etimología que tampoco se da es la de
corcova. Procede del latín curvare, (encorvar), de don­
de la reduplicación cucnrvare. El Sr. Simonct cita la
forma encorvare, empleada por escritores mozárabes
en vez de curvare. Para tratar de etimologías va
ya largo este capítulo.
Y K X [-:/.• U .A N I S .M O S

648. Tanta extensión ha tomado ya esta obra,


que, para no cansar y fastidiar á los lectores, voy
á indicar sucintamente en este y en los dos siguien­
tes capítulos los venezolanismos y las voces indí­
genas y barbarismos usados generalmente en la
República. Por supuesto, señalaré sólo los principa­
les, pues no ha sido mi intento en este trabajo el de
formar completo un diccionario, sino el de dar idea
del lenguaje castellano en Venezuela, y corregir los
vicios más censurables que lo afean.
649. Designo con el nombre de venezolanismos
los neologismos y las voces extranjeras ó formas de
éstas que pueden ser aceptadas, ya por expresar
cosas ó acepciones nuevas, ya por no ser viciosa
su formación.
650. Algunas de estas voces se oyen en otras re­
públicas de América, pero en ninguna, según infor­
mes, con la generalidad con que se usan en Ve­
nezuela, por lo que colocándolas en este capítulo
las distingo de otras va mencionadas en los ante-
rieres.
65 i. Abacorado significa corrido, huido, fati­
gado por hostigamiento, acosamiento, instancia enfa­
dosa y continua; y también amilanado, acoquinado.
No he podido encontrar tal vocablo en ningún au­
tor antiguo ni moderno, ni en ningún diccionario ni
vocabulario. Es de uso general en Venezuela, y pa­
rece haberse formado de la preposición a y el verbo
latino bacchor, bacchari, enloquecer, correr, errar,
andar furioso, encolerizarse contra alguno.
Abacorar, verbo que tiene las mismas significa­
ciones del adjetivo anterior. Usase también como re­
flexivo.
652. A gredir, del latín agrcddi, acometer, es
de uso común en Caracas en la primera acepción de
acometer, y en la segunda de provocar. La creo
de uso castellano, pero no la he encontrado en
ningún autor clásico. En el Diccionario consta • el
sustantivo agresión.
653. Aguado, da, es adjetivo existente en
Venezuela y que se aplica á los licores mezclados
con agua, en lo que no hay que notar; pero el
pueblo va hasta aplicarlo á las frutas jugosas cuan­
do están desabridas ó desapacibles.
El aragonesismo aguachinado, que corresponde
al castellano enaguachado, se usa comunmente en
la República en el sentido de aguanoso. El ilustra­
do y venerable D. Baldomero Rivodó, según mi
amigo 1). Daniel Granada, sienta que en Vene­
zuela se dice aguachento, como en Colombia, Chile,
el Perú y el Plata; pero ninguna de las personas
á quienes he consultado la ha oído nunca en ciudad
ni campo, y yo ni en la Goapira, vecina de Colom­
bia. Aguachento es el galleguismo a ovacaito, v creo
que Rivodó lo confunde, por defecto de memoria,
con aguachinado que es el vocablo usual en Vene­
zuela, y no recomiendo tampoco.
654. Los españoles observaron un pájaro de
vuelo corto, al modo de salto, que después de ano­
checer y antes de amanecer sale á los caminos y
revuela á trechos ante el caminante; y lo llamaron
aguaitacamino. Ningún poeta, ni romántico ni decaden­
te. lo ha mencionado todavía, acaso por lo largo y prosai­
co del nombre ; y no obstante, su aparecimiento y el
ruido de sus alas, su silencio y su insistencia en
aquella media luz, entristecen, y bien merecía él'
un canto como el del cuervo de Poe.
655. Cosa curiosa es que, cuando la gente cul­
ta dice “se aguó la fiesta,” el v u l g o diga impertur­
bablemente “se •maguó la fiesta;” y todavía más cu­
rioso que haya quienes crean que el vulgo1- corrom­
pe el verbo aguar en tal expresión. Pues no hay
t a l; la frase de la gente culta es castellana corriente,
y la del vulgo es un portuguesismo ó lusitanismo,
de maguarse. entristecerse, frustrarse un proyecto,
de magoa, tristeza. Creo que quien dice portugue­
sismo, dice galleguismo, y casi castellano, ó espa­
ñol anticuado. A pesar de ello, no emplearía yo el
v e rbo >■nagual 'se.
656. Aguilotc, águila pequeña que vive solita­
ria con su compañera y se alimenta de carne pal­
pitante. Alcanza larga vida y está hasta tres sema­
nas sin comer.
657. ¿ L o llamamos ahilar ir uno tras otro for­
mando hilera? Pues legítimo es nuestro ahilar, sembrar
formando hileras, sembrar á hilo, especialmente el
cacao, y legítimo el sustantivo ahilado, sembrado á
hilo ó formando hileras.- ¡ Ojalá tuviera la Real Aca­
demia unos cuantos ahilados de cacao para regocijo
de las letras ! No embargante, en castellano ahilado
ó hilera de árboles ó plantas, se ha dicho siem­
pre liño.
658. Aindiado, vale parecido al indio en color
y facciones.
659. Ajiaco, designa principalmente cierta salsa
condimentada con a jí, y es el nombre de una especie
de olla podrida.
6óo. Alambrado, da, cerco de alambres ó cual­
quier cosa hecha de alambres. Alambrar. Cercar- con
alambres 6 poner alambres á alguna cosa.
661. Alcatraz, voz que tiene el castellano de
la árabe alcartaz, cucurucho, designa entre nosotros
un pájaro grande, el pelicanas fuscas, que habita las
costas del mar. Es muy voraz, y debe su nombre á
una bolsa ó saco que tiene debajo del pico, donde
deposita los peces, que va luego á digerir sobre la
cima de alguna roca, ó sobre las ramas de los árboles.
662. Alfajor, del árabe al hachón, forma alfaxur,
es una pasta hecha de harina de yuca, papelón,
pina y jengibre. Pongo esta voz entre los venezo-
lanismos por la naturaleza del dulce que expresa,
puramente venezolano, y para sentar su etimología ;
pero ella es antigua en el castellano, aunque no
constaba en el Diccionario, y debió de aplicarse á algún
otro dulce.
Alvarez de Villa Sandino (D c z ir 79 ) tiene esta
estrofa:
Otrosy del n / fi.x o r .

Bien puedo dezir poquillo


Vos enbía c del pardillo
Q ue bevades por su amor.
(C u > ttit> ii,T o J ia c t M , l ’ áy. 76,)

663. Aljorozar, verbo de uso general entre ar­


quitectos y alarifes venezolanos, procede indudable­
mente del árabe aljor, piedras, y ni está en el Dic­
cionario de la Lengua, ni, al parecer, tiene uso en
España, pues ios tratados españoles de arquitectura
y construcción sólo emplean los verbos enfoscar y re­
pellar. La significación de estos vocablos no es la misma
exactamente. Nuestro aljorozar es reforzar é igualar
con piedrezuelas ó pedacitos de yeso ó mezcla dura la
mezcla que se extiende en la pared antes de encalarla ;
enfoscar es tapar los mechinales y otros agujeros que
quedan en una pared después de labrada ;-.y repellar
es arrojar pelladas de yeso ó cal á la pared que se
está fabricando ó reparando. Debe, pues, darse en­
trada en el Diccionario á nuestro aljorozar, que pro­
bablemente se usó en España.
664. Amadrinar, expresa incorporar en la ma­
drina los caballos ó el ganado disperso. Véase el
párrafo 365.
6 6 5. Amarchantarse. Hacerse parroquiano de
algún tendero ó mercader.
Sólo entre gente muy inculta se oye en Vene­
zuela alguna vez el disparate de “amarrarse la cor­
bata.” por hacerle el lazo. Encuentro muy sabias las
observaciones del señor Cuervo acerca del verbo ama­
rrar y las frases á que da m otivo; y erróneas las
de los señores Batres Jáuregui y Fernando Paulsén.
Deben emplearse los verbos atar, ceñir, vendar, en­
trapajar, etc., según lo que se quiere expresar cuando
se cubre la cabeza con un pañuelo ó tela, que unas
veces es por herida, otras por golpe; otras por en­
fermedad, y por costumbre ó adorno no pocas. En
la frase que usamos por América : ‘‘Amarrarse uno
los calzones” en el sentido de tenerse firme y pre­
pararse á la defensa, el amarrarse no es censurable
como pretende I). Zorobabel Rodríguez, porque la
gente del pueblo acostumbra amarrarse los calzones
con cuerdas, cordeles ó correhuelas. El venzolanísmo
Tener uno la cara, amarrachí' 6 “ Pistar con la ca­
ta amarrada'' significa estar grave, imponente y ame­
nazador; y nace probablemente de la actitud que
toma el caballo cuando le ponen la amarra ó correa
que va de la muserola al pretal.
666. Andón y andona, aplicados respectivamente
al caballo y á la muía andadores, no tienen porqué ser
rechazados.. Su formación, como la de comilón, es propia
del castellano, y hasta conveniente para dejar andador y
andadora, caminador y caminadora á los seres racionales.
Cuanto á corralón, corrclona, que aplican á las caballerías
que corren mucho, y á las veces á las personas, son voca­
blos que sólo se oyen en boca de la gente vulgar, y
entre ella deben quedar hasta que desaparezcan.
667. Ansias, precisamente en plural, es congoja
ó fatiga con deseo de vomitar ; náuseas.
668. Apaniaguado. Confabulado. Véase el cas­
tellano paniaguado.
669. ripio, de! latii'i apium: arracacha.
670. Aragua, nombre que se lé dioá una d élas
provincias más fértiles y herniosas de Venezuela y á las
tribus indias que la poblaban, parece ser el mismo*
de
,■ !raima, nombre vasco de las ricas montañas de Alava.
Araguato se llama un mono corpulento, de los
más semejantes al hombre, y que se encuentra en las
montañas de A ragua.
671. Arenillero. Salbadera. Sospecho que esta
voz escrita con b hoy, procede de la lengua de oc.
sab/á, sabias, montón ó puñado de arena, del latín salrn-
linu. No importa que haya habido quien emplease
asimismo salvado, como hay quien emplea cal.
Ó72. AraTiagato, que el vulgo ha corrompido en
naragalo. es nombre de una planta que tiene diversas
aplicaciones medicinales.
673. El Arrendajo, de arrendar (remedar), es una
de las aves de más hermoso canto. Imita el de todas
las aves y aun los gritos de los cuadrúpedos y el rebuz­
no del asno. El término se aplica á las personas que
no tienen ideas y repiten lo que oyen á otros.
674. ¿Qué es lo que llamamos arria, cuando deci­
mos arria de burros ó de muías, pues jamás decimos
arria de caballos ni de ningún otro animal que no sea
de carga? No es precisamente la recua lo que llamarnos
arria, sino la recua de animales de carga que marchan
en fila atados uno á otro. Esto da un sentido determi­
nado y algo distinto del de recua, porque los animales
de la recua pueden ir atados ó no atados. Parece que
tal vocablo no procede del castellano ¡arre! como se cree,
sino del árabe harria, de donde decían ellos harr! y lo
comprueba la escritura castellana antigua. Basta el
ejemplo de Pedro Simón Abril, que dice en las Noticias
historiales: “Las trasportaron los turcos con carabanas,
que son harrias ó recuas de camellos ó dromedarios.”
675. Azucarera, llamamos al azucarero, vocablo
desconocido entre nosotros en el uso de toda clase de
personas. Azucarero dicen del que'se emplea en ven­
der azúcar de casa en casa. Todo esto es muy propio.
676. Azulillo se llama en Venezuela la tintura 6
líquido que se extrae del añil ó índigo.
677. El vocablo baba nos sirve para designar no
sólo el humor viscoso que á las veces fluye de la boca del
hombre y de la de algunos animales, y el que por
diversas partes del cuerpo expelen algunos testáceos,
insectos y reptiles, sino también el jugo semejante que
contienen algunas plantas y frutos. Tenemos, además,
un anfibio del género de los caimanes llamado baba, y
una culebra que tiene el nombre de babosa:
678. Bachaco, insecto semejante á la hormiga, pero
más corpulento y cabezudo que ella. Vive en baches
que abre en la tierra húmeda ó en el tronco de los árbo­
les podridos. El indio tamanaco pronunciaba chiauco,
pero evidentemente bachaco deriva del castellano bache,
hoyo. Es un disparate sostener otra cosa.
Aquí viven y moran á su anchura
El /'Ocintro, la pulya, el lemhlacor.
Sislui^ a. 1.a 1 ¡i/a , 7 / A’fu V h u a .

679. Bagre, nombre- de un pescado, es voz árabe


introducida por los españoles. La mayor parte de los
nombres de nuestros peces han sido puestos por ellos,
ó del castellano, por la semejanza ú otra circunstancia,
ó del árabe, ó del latín, ó de algún dialecto español, por
lo que tenemos ballenas, ballenatos, torpedos, jureles,
pai'gos, lizas, bacalaos, guabinas, robalos, albures, cher-
nas, meros, tiburones ( ó tigrones), sábalos, lebranch.es,
dorados, valentones, rayas, rayados, anguilas, agujas de
mar, ballesta-viejas, puerco-espines, doncellas, pilotos, vola­
dores, 4>yz//m marinos, lunas, sienas, (pristes), cofres, y
otros más. A cierto pez. acaso el más estimado, sí no
lo fuere el pargo, y que persigue á los más pequeños se
le puso caribe ó carite, voz que unos tienen por indígena y
otros nó; y á otro, bueno de comer, pero voraz y sangui­
nario, le pusieron el mismo nombre de caribe. ¿A quienes,
apartando lo fantástico y novelesco, se les llamó caribes,
como á los indicados peces? A los piratas sanguinarios de
la nación cumanagota. Esta es la verdad histórica.
Tengo para mí que caribe no es término derivado de
esta ó de aquella raíz haitiana, como pretende alguien.
Así como los conquistadores llamaron goagiros, pampa­
nillas, cocinas, salivas, moscas, mosquitos, orejones, moti­
lones, tiznados, alcoholados, etc., con nombres castella­
nos ó árabes ó latinos, á diversas tribus ó naciones, así
llamaron catibos, calibis y caribes á esta tribu cumana­
gota. porque su ferocidad sanguinaria y su espíritu
guerrero les recordó á los cálibos de Lípara que infesta­
ban antiguamente el mar tirreno. Mucho los recorda-
ban los escritores italianos y españoles, y en el siglo
XVI decía el Veinte y Cuatro de Sevilla á quien Rodrigo
Caro llamaba el Apolo de todos los poetas de E spañ a:
Ilo y con duros martirios, como en l.ípara
La membruda cuadrilla de tos nUi/wx,
Le combaten con 1111a fuerza indómita
Y le deshacen en pequeños Atomos.
Juan de Arguijo. Kpfs/ola.

6S0. Bamba, moneda de plata, de valor de dos


bolívares ó pesetas, y cincuenta céntimos. Llámase
especialmente así la acuñada por los Estados Unidos de
Norte América.
681. El ¡barajo! de los jugadores al barajar las
cartas, ha salido de los garitos con el carácter de in­
terjección que denota extrañeza, sorpresa ó admiración,
y su uso es tan común en Venezuela que sería difícil,
si no imposible, desarraigarlo. No hay tampoco por
qué desecharlo, tanto más que su empleo es puramente
familiar. Barajuste, que se usa en el mismo sentido y
en el que tenía antiguamente el verbo barajustar, hoy
baraustar, debe de ser tan antiguo como el verbo,
pero no he encontrado otro testimonio que el hallarse
en el Diccionario desbarajuste, lo mismo que desbara­
justar. Por ello va aquí :
— / B a ra ju s te , D olor, con sus i'o tjid b h 'i! . . . .
G onzalo Picón Felirés. / Va //o ra ! C a p. IV ,

682. Nuestro vocablo barbiquejo me parece aún


mejor que el barboqu,ejo que apunta el Diccionario.
Sin embargo, no lo he encontrado en ningún autor cas­
tellano. Por Colombia, según el señor Cuervo, dicen
barbuquejo, cambio de vocales éste muy común en todas
las lenguas, pero que barbariza el término.
683. Becerrero. El encargado de los becerros.
684. Bejuquero es lo que en castellano bejucal ó
bejuqueda.
685. Bemba, no es precisamente belfo ó befo, ni
menos bezo ni jeta, sino el labio inferior protuberante y
caído, como suelen tenerlo los individuos de algunas
tribus africanas. Por Guayana, según se me informa,
se dice bembo, y aunque esto parece indicar se deriva
del alemán báfpe, boca, debo advertir que bimbe y Juan
Bimbe significan tonto, y que este vocablo bimbc es
tenido por africano.
686. Bernegal ha adquirido en Venezuela
la acepción ele “tinaja en que se recibe el agua
para beber que destila la piedra de filtrar,” y como
se le ha dado esta acepción por ser dicha tinaja se­
mejante al bernegal ó laza, y relativo su oficio, no
lo considero barbarismo, sino simple acepción ex­
tensiva para determinar un utensilio. Luego, no es
propiamente tinaja, porque no tiene cuello; ni copa,
porque no tiene p ie ; ni cuba porque no es de ma­
dera ; ni escudilla, porque su forma y tamaño son
distintos. Hay que digerir el bernegal, por duro
que sea.
687. Bisteque (inglés beef steak.) Plato pre­
parado con lonjas de carne fritas en manteca ó man­
tequilla, rebanadas de cebolla, y á las veces vi­
nagre.
688. Biznaga, vocablo árabe derivado del latín
pastinaca, es una especie de eneldo.
689. Blancuzco, lo mismo que blanquizco.
690 Borraja, y borrajón (ó rabo de alacrán').
son nombres de plantas. Se les ha dado del cas­
tellano borraja, del latín borrago.
691. El familiar bobera, en el sentido de bo-
bería ó bobada, se ha formado como tontera, y ad­
quirido así derecho al pasaporte.
692. Bocadillo, sirve para señalar una pequeña
conserva de guayaba de distintos colores, envuelta
en hojas secas de plátano. Los más estimados son
los de Mérida de Venezuela, y los de Vélez, de
Colombia.
693. Bochar se usa familiar y figuradamente
en el sentido de dar calabazas ó rechazar la mujer
al que la pretende ó requiere de amores. Deriva
de locha, y es más aceptable que el barbarismo que
anoto más adelante en el § 1080.
694. Nuestro bochinche no es precisamente aso­
nada, sino alboroto, desorden, confusión y alteración
del orden, tumulto, rebullicio, regularmente oca­
sional. Jlochinchcro, es el que acostumbra promover
bochinches. Las reuniones populares para conseguir
tumultuaria y violentamente algún fin, las llamamos
asonadas, puebladas (sic), motines, rebeliones, etc.
según su importancia.
Ó95. Del término bojote, que he definido al ha­
blar de su etimología, se ha formado el verbo em­
bojotar. envolver formando bojote; y como sucede
con las palabras de tal género, se le ha dado á tal
verbo la acepción figurada de engañar, hacerle creer
á úno por conveniencia que está equivocado y que
no es la verdad lo que cree, acepción ésta seme­
jante á la segunda del verbo envolver.
696. Bolada es plan ó propósito de que úno
espera alcanzar buen éxito, ó lance ó suceso nota­
ble ó curioso por cualquier respecto. Procede la voz
del juego de billar.
697. Boquineto, se dice de la persona que tiene
el labio superior hendido ó leporino.
698 Bosta, excremento de los bueyes ó ganado
30
vacuno,, es boñiga en buen castellano. Bosta, del
anticuado bastar (de bos, buey, y starc, estar), lugar
ó caballeriza donde están los bueyes, debe de ha­
ber venido de alguna provincia de España, y ha
sido tan bien derivado de bastar, como bañista del
latín bov¿nica, buey ó vaca; pero hasta ahora no
ha sido legitimado.
De España debe de haber venido asimismo el dar
á botiquín la acepción de tienda de vender licores
al por menor, lo que nada tiene de extraño, una
vez que á botica se le dan las acepciones de tien­
da de mercader y tienda del mercero.
Brisera. Guardabrisa. Ha entrado ya en el
léxico español.
700. El molusco ((ue en Venezuela llamamos
broma, ó está mal definido en el Diccionarib de la
Academia ó'no es el mismo que se conoce allende el
mar. No es precisamente un caracol. El cuerpo tiene
la forma de un gusano largo, que á las veces crece
hasta tener seis pulgadas, y está cubierto de una capa
tubulosa abierta en las partes superior é inferior. Es-
célebre por los daños que hace perforando la quilla de
los buques, las esclusas, las estacas de los diques, etc.
En algunos puertos los buques que no están forrados
en cobre, á poco tiempo quedan inútiles. Es tal su
voracidad, que obliga á carenar las embarcaciones cada
dos ó tres meses. Broma, del mismo modo que car­
coma, tiene la acepción figurada de cuidado grave y
continuo que mortifica interiormente, ó de cosa que
contraría y se hace molesta ; por lo que es muy común
oír las frases / Qué broma ! / Esto es una broma ! etc.
701. Brusca es nombre de una de las plantas ve­
nezolanas más útiles para la medicina, como purgativa
y sudorífica.
702. Caballada es lo mismo que conjunto ó ma­
nada de caballos, y figuradamente.vale por acción torpe
ó rústica ó grosera. Y ¡ vaya ! que hay en la república
bastantes caballadas que están pidiendo vaya! En la
acepción principal parece un tanto necesaria, porque
la voz caballería, por tener otras acepciones, resulta á
las veces anfibológica.
703. Cabuya es voz castellana perteneciente al
lenguaje marinesco ( cabulla) . De ahi ha venido á sig­
nificar la cuerda hecha de pita. Cabuyera es el atado
de cabuyas ó cuerdas que á cada extremo lleva la ha­
maca y se ata á los ¡íleos que la sostienen. Cabuyería
es el conjunto de cabuyas sueltas. Estas voces debían
escribirse con // como la castellana de que provienen.
Véase la desinencia lilla.
704. Caca es voz familiar con que las nodrizas
previenen á los niños que no deben tocar alguna cosa-
La etimología de esta voz es griega: cacos, malo;
lengua de oc: caca ; francés : cacai.
Sospecho que es por extensión por lo que tal voz
ha tomado la acepción de excremento, etc.
705. Cachimbo se dice en Venezuela, y no cachim­
ba, de la pipa de fumar. Es un derivado de cacho
(gacho), y no hay por qué decirlo indígena ni africano.
Tampoco alcanzo por qué ha de ser femenino. Cachim-
bero se dice vulgarmente del que acostumbra fumar em­
pipa.
706 . Caehorrada. Dicho y acción propios de la
persona cachorra.
Cachorro, rra. Aplícase á la persona hosca y
respondona, intratable por su condición áspera é irri­
table. Deriva la acepción de la del castellano ca­
chorro, hijo pequeño del tigre, del león y de otras fieras.
707. El vocablo cadillo tiene el significado de
verruga que se forma en los dedos de la mano del hom­
bre, ó en las patas de animales como el perro. De
ahí (pie llamemos también cadillo de perro una planta
medicinal que tiene semejanza con las verrugas de este
cuadrúpedo.
708. Calicanto llamamos especialmente un muro
de cal y canto que regularmente se hace para represar
las aguas ó para conducirlas por la orilla de los cerros
al riego de las fincas rurales.
709. Calmudo vale tanto como cachazudo y pere­
zoso, y su formación es perfecta y expresiva.
710. Cambado, que el vulgo dice cambao, se aplica
al esterado. pero no precisamente al que lo es por natu­
raleza. sino al que ha adquirido el defecto por la cos­
tumbre de montar á caballo, ó al chico que lo tiene por
la de cargarlo siempre á horcajadas. Cambado sale de
camba, como estevado de esteva.
711. D e l ta m a ñ o d e un c u e r v o e s el Campanero,
(p ie tie n e u n a e s p e c ie d e tr o m p a ó tu b o d e c o lo r d e
é b a n o , v a r ia d o co n p lu m a s b la n c a s , p o r d o n d e a r r o ja d e l
e s ó fa g o un g r it o c la r o y fu e r te c o m o un a c a m p a n a d a ,
q u e s e o y e h a s ta u n a m illa d e d is ta n c ia .

712. Campechana. Hamaca llanera. Lo que le


encuentro al nombre es gracia, porque en ella duermen
hasta los matrimonios, y suele ella causar broma al re­
ventarse las cuerdas ó ¡1icos que la sostienen. Este
uso es provincial, y especialmente de los lugares cálidos.
Hoy no se encuentra en Caracas una campechana ni
por un ojo de la cara, si no fuere mujer de vida
airada ó natural de Campeche. En otro tiempo solía
encontrárselas en las canastillas, término que sólo usa ya
alguna anciana trasnochada, y que denotaba “ tienda
donde se vendían telas y mercería." Esta voz canas­
tilla se formó por venderse en los principios dichas
mercaderías en canastas.
713. Los crespos, ensortijados ó rizados artificia­
les que ciertas amables coquetonas hacen dél cabello
por medio de varillas, cuando no se los hace el pelu­
quero. los llamamos canciones; y mejor llamados no pu­
dieran estar, porque unos parecen carámbanos, canelo­
nes de charretera otros, y los más tienen hasta canela.
714. Caneca, diminutivo de cana (medida caste­
llana). es significativa de una como botella de loza vi­
driada. larga y cilindrica, que poco se. diferencia del
botijo, y en que se envasa ginebra ó cerveza. Vacia se
aplica á ciertos usos domésticos, como se hace con el
botijo :
Pongan ustcilos al .scficir un •'•o/ijf dv: a^ua «.•aliento :’t 'los j.ios.— ! larl/.cii-
buscli. /•.'/ . !//'■ / </.' f.fm v s.

Puesto ( [ l i e de voces derivadas de caña hablo,


quiero decir aquí que en el Diccionario no consta la cpie
decimos caña brava ó lata, y que de ella ha formado el
pueblo el vocablo cauabraval, sitio poblado de cañas
bravas, del mismo modo que del gallego cañaduz (caña
dulce) dicen en Colombia cañaduzal, como en Filipinas
cañadulzal, según el señor Cuervo. Este docto escritor
incurre en el descuido de dar á cañaduzal la corres­
pondencia de cañaveral, sitio poblado de cañaveras
(carrizos) ó cañas comunes, lo misino que cañal, cañizal
y cañizar. El sitio plantado de cañas dulces ó de azúcar
se llama en castellano cañanciar (de cañamiel']. Nues­
tra caña brava es una graminea colosal que Humboklt
describe con el nombre de oyucnirm. y Codazzi iguala
en el porte al douax de Italia. Es muy útil para la
construcción de casas, y con ella se hacen cestos, sebu­
canes, cedazos, y otras cosas más. No hay por qué no
decir cañal, cañaveral, cañizal ó cañizar en vez de
cañabraval. por brava ó áspera que se considere tal
caña, que caña es.
715. Capacho. Planta de Venezuela q u ed a una
raíz comestible y muy útil en medicina. Hay de dos
ciases, una blanca y la otra morada. El nombre se le
da asimismo á la raíz, y. es castellano, del bajo latín
cabassinm, del árabe cajaa.
Vu apostaré, replicó Sancho, que lia mezclado el hi de p e r o lier/as con
/•<*.<•.— Cervantes. Q u ijo te. Seg. J'a rt. Co/>. ///.

7 i ó. Capellada es en castellano remiendo de cor­


dobán que se echa á los zapatos rotos, del medio pie
adelante por la parte de arriba ; y de aquí se llama en
Venezuela capellada el tejido que forma el medio pie
de las alpargatas, y que á la verdad parece un re­
miendo.
. alpargates de llorccida e u j e l / i n l t i y sombrero de jipijapa engalanadocon
ancha cinta verde.---Iíon/alo l’icón Pebres. ■ 1'a ex lle r a ! C u jí. I ’.

Lo (pie ha recibido entre nosotros el nombre de


capotera es una como maleta, hecha de lienzo ó tejida
como las capelladas, y con jaretas en los extremos.
Colócasela en la grupa, y viénele el nombre de que en
los principios se llevaba en ella solamente el capote,-
cuando se salía á caballo al campo.
717. Caramera, por dentadura tosca con dientes
como amontonados, debe haber venido de alguna pro­
vincia de España, y aun es probable que sea voz
castellana anticuada, una vez que caramillo (flauta)
se dijo caramela. y que caramillo (planta salada con
hojas aovadas, agudas y carnosas), significa también
“montón de algunas cosas mal puestas unas sobre
otras.” ni más ni menos que lo que llamamos caramera.
718. Se llama en Venezuela carátula la cubier­
ta de papel que se pone á los libros encuadernados
á la rústica, y que consta de dos hojas ó planas, la por­
tada ó anteportada y la p n a l ó que cierra. Se les
pone generalmente de papel de color y con adornos.
Como quiera que esto no tiene en castellano otro
nombre que el de cubierta de papel, porque portada,
anteportada y frontis, son otra cosa ; y como carátu­
la se deriva de cara, significa máscara, haz ó velo,
y es el velo ó cubierta del libro, no lo creo barha-
rismo, sino vocablo aceptable.
719. Nuestro Cardenal es pequeño y lindo. Es
un mitrado de rojo con el pico y las patas negras,
la parte superior del cuerpo de un azul negruzco, y
la inferior colorada.
Los chirrido-; y arrullos
Dd ionio, el , i i n . J, 7 / ( t / y la [lalonia.
Yeptís. t i l ( ¡ ¡7 l i o 1i c P u r a y a iila .

Tenemos así muchas aves de que no define el


Diccionario sino una sola clase. Entre los loros fal­
ta nuestra catana azul, de lindos colores ; la varie­
dad verde con la cabeza azul y las alas de diferentes
pintas; y la que tiene la cabeza verde, y la cola y
alas de variados colores. Tenemos asimismo muchos
pericos de varias calidades y colores: amarillos con
alas verdes y coloradas; ó verdes con la cabeza
de color amarillo sucio ; ó de color verde claro hermo­
so. con picos y patas blancas; ó verde brillante, con
alas azules ó verde m ar; y otros de un verde subido.
720. Carey, nombre de cierto reptil parecido á
la tortuga, cuya preciosa concha sirve á la industria,
no es corrupción de cure ó carct, voces caribes,
como sienta mi inolvidable amigo Arístides Rojas ( 1 )
á quién demostré éste y otros errores en 18X3.
A l contrario, la voz indígena, como sucede con otras,
es corrupción de la castellana carey, del malayo kara/i
que se pronuncia leare de donde el francés carct,
nombres todos del reptil. Esta voz malaya es la sánscrita
/cara, en batak fiara. En las lenguas oceánicas se
aplica á las cosas agradables ó que causan "placer.
721. El precioso pájaro que asorda el bosque
agujereando los árboles con su fuerte pico, recibió
el nombre de carpintero; y es carpintero, sin duda,
el que fabrica así su nido en el tronco de los ár­
boles. abriendo estos con el pico y los pies.
La gente campesina dice que este nido queda
algo carrasposo. Este término carrasposo. aplicado á
lo que tiene la superficie áspera y raspa la mano,
no consta en ningún diccionario, mas no tiene pero.
En España dicen carraspante, según Salva, y el mis­
mo Salva apunta además los vocablos carraspera. ca-1

(1 ) Kslu lio histórico >


rá(¡'.;>
.
rraspada y carraspeño. La Academia sólo define en
su Diccionario los términos carraspera y carraspada.
722. Carrizo sé denominan á varias especies de
gramíneas. Hay una gigantesca que en sus grandes
tubos contiene agua dulce y fresca; y otra sin nudos,
como de diez y siete pies de largo, recta y cilindrica,
que sirve de cerbatana á los indios, especialmente para
cazar pájaros. Ha)- otra gramínea, semejante á las
anteriores, llamada carricillo. Carrizo! se usa co­
mo interjección que denota extrañeza ó enfado.
Pero yo no tengo l a c a r p a , porque pn qué me chocan, ¡u irri-.o ! — Picón
Pebres. ¡ Ya vs H o ra ! Cor- V I H .

723. Con el nombre de cascarilla se designa


el blanquete hecho de cáscara de huevo. Somos
muy aficionados á los diminutivos, pues asimismo de­
cimos casilla de cada una de las casas cuadradas
en que se divide el tablero para los juegos de
ajedrez y de damas. En puridad de verdad no está
mal; pero el nombre técnico de tal casilla es es-
ccu]ue.
724. La ceiba es un árbol frondoso y gigan­
tesco. una bombácea de las regiones tropicales de
América. La forma de sus hojas leves y el co­
lor amarilloso que toman al nacer en la época de
la mudanza, determinaron indudablemente el nombre
(pie se le dió, del árabe zela, alga, ova. En algu­
nos lugares, fuera de Venezuela y de Colombia, di­
cen erróneamente ceibo. La etimología que apunto
es incontestable, porque en algunas partes del océa­
no llaman también ceiba el alga (1}. No es, pues,1

(1) V.¡ h:- (!»«!«> i :sii!i:»nin que ¡os cinniiiisíailore.-; tltibnn nomine á árbjit.s,
frutos, tribus.
vocablo haitiano. No deben confundirse nuestra voz
ceiba y la rioplatense seibo ó seibo, que procede del
guaraní sebil y expresa una planta distinta, una
leguminosa, la erythrina crista galli de Linneo. Cei­
ba está ya en el ¡Diccionario, pero conviene sentar lo
que aquí digo, á fin de evitar errores.
Km imu-liivliiinluv
Coicos. acacias, mirlos se entretejen.
Helio. .-I■ /irrii'd. /‘,¡/7.

725. Cernidor, del anticuado cernir, designa


el torno de cerner la harina de ciertos granos. [Já­
mase también así el cernadero.
El señor Cuervo creía que cernir ‘ jamás había
existido en castellano;” pero además de constar en
el 1Accionario de Autoridades, ya se pavonea en la
I2'-1 edición del Diccionario de la Academia sin el
sambenito de anticuado, y Fray Luis de Granada
dice en la Guia de Pecadores: “ Conviene que ten­
gamos siempre, en las manos un cedazo ’-muy del­
gado. para cernir todas las obras que hacemos.”
726. Cerrero, ra se aplica á la bestia de silla
que conserva algo de su condición cerril; y asimismo
á las bebidas, como el chocolate y el café, que no tie­
nen suficiente dulce ó están insípidas. La primera
acepción consta ya en el Diccionario académico.
727. Ciclón \clyclone), huracán.
728. E l cienpics nuestro (mejor que cien¿opios)
es un insecto venenoso, semejante al cientopies, pero
más grande y sin alas.
Ks 1:« América palria i¡c estiman js,
He coH^oro-'ins. sapo: y eiciif'Üs.
Sislia^a. / a Vi-.iit .// A‘¡o Chico.
729. Cinco. Guitarrillo de cinco cuerdas. Kl
que tiene sólo cuatro es llamado cuatro. Asemé-
janse más á la guitarra y al laúd que á la bandola,
la cual tiene el cuerpo combado.
750. Cierto autor venezolano ha sentado que
clarearse significa en Venezuela azorarse. Es tomar el
rábano por las hojas el dar tal definición. Clarearse
se emplea entre nosotros correctamente por transpa­
rentarse y por descubrir uno involuntariamente sus pla­
nes, intenciones ópropósitos. Ks natural que el que así
quede descubierto se azore, conturbe ó sobresalte, por
lo menos en los casos graves, y ello no es razón ni
motivo para sentar que dañarse sea azorarse, lo que
no es cierto.
Clineja, que el vulgo dice crineja y tiene aspecto
de diminutivo de crin, del latín criáis, pelo, cabello,
cabellera, es voz familiar que se usa en el sentido de
trenza ó crencha tejida en tres ramales, y abundante y
larga. Acaso proceda de crinígera. y haya sido intro­
ducida de alguna provincia de España.
731. Coco es el fruto del cocotero. La Academia
Española deriva la voz coco del latín enei, especie de
palma, aceptando así la opinión de cierto etimologista.
No hay tal. Es el castellano coco. y no hay por qué
discutir :
Kl m«ubre de <v>r s • les dijo pirque aquel lu^ar donde eslá asida en el
árbol aquesta fruía, quitado el pe:'/ni. deja allí un boyo, y encima de aquel tiene
oíros dos buyos naturalmente, y todos l;\:s vienen á hacerse como un i^cslo ó
(¡"lira </«•//// monillo que ¡■ ■ ■ a: y por eso s- dijo ¡o,o.— («nn/aln IVniándo/ de
Oviedo. lliU . (íroi. Stnnm'io. (n/>. l.\l~ .

732. Cocotero. Arbol de nuestras playas coronado


de palmas que cobijan su fruto, al cual llamamos coco.
Es un error del Diccionario el darle el nombre de coco
al árbol. El vulgo dice mata de cocos, cuando no coco •
tero; y nadie coco, sino del fruto.
733. Cogotazo, que usamos con el significado de
coscorrón, debe de haber venido con los españoles. Ha
sido formado de cogote, ó cocote, de coca, cabeza. Proba­
blemente se dijo en un tiempo cocotazo, golpe en la
parte superior clel cuello. Por su desinencia es algo
bárbaro, pues da el sentido de golpe dado con el cogote,
y no en el cogote ; pero tales anomalías se ven en el uso-
de las lenguas, y ¿quién le pone el cascabel al gato?
Coscorrón., cuya etimología no da la Academia,
deriva en mi concepto de casco, cráneo, cabeza. Cosco­
rrón, coscorrón.
734. Pavón ('ase ya en el Diccionario el sustantivo-
cohete con la acepción de volador. Tal es el uso que ha
tonillo siempre entre nosotros. Por la definición ante­
rior parecía que incurríamos en barbarismo al decir
cohete, y que éste era en España lo que aquí llama­
mos i¡iicno, si no lo que en todas partes llaman
buscapies. Nuestro trueno no se encuentra en el léxico-
castellano, y se diferencia del buscapiés en que éste es
cohete sin varillas, que corre por el suelo, por lo que el
pueblo lo llama también ratón; y el trueno, paquetillo
de pólvora fuertemente reforzado con cuerdas, que esta­
lla con estruendo cuando se le pega fuego. Trueno es
de buena estirpe, y debe entrar en el Diccionario. La
misma Academia al definir el cohete tronador dice : “ El
que da muchos truenosC
Kit efecto, he aquí los primeros <v> •ie señ al.— Rafael J fe mánde/ Ou-
liénv,-. <” //(/• .V.»»1'/<■<// Ais .Yuiu-s. '/'nuim,ie>n </,■ S<’//:\slr,\ ) — V ensordecían lo;;
los (-ciquitroques y los truenos.-- -/•'.sh-bun /'<•/.'/<•. (Jacoin. Orti/.). A 'ti/sh)
Tres son nombrados para los novillos,
Y Iros para la música y <
i<
//
<Yc
.v.

Sistiaga. ( na Corritta <tr J'iucs.

735. Coime. En Venezuela sólo se designa con


este nombre al que interviene en el juego de billar
y está especialmente encargado de apuntar los tantos ó
puntos que hace cada jugador. Posible es (pie esta mis­
ma sea la acepción que. según los diccionarios, tiene
en Méjico el término coime. cuando dicen mozo de
b i / l a i pues tanto se puede entender lo que reza mi
definición, como el sirviente encargado de asear el
billar y el local, y al cual no se le llama coime
por acá.
736. Colineta (de colina) Pasta hecha con hue­
vos, azúcar y almendras. Se le da tal nombre con
motivo de la forma.
737. Combado. el que es torcido de cuerpo.
738. Cornejoñera. Lugar donde se crían los
comejenes. Por extensión se llama así familiarmente
el paraje donde se reúnen gentes de mal vivir.
739. Del africano traen la voz congorocho, ex­
presiva de un insecto inofensivo, largo y de mul­
titud de pequeñísimas patas, que se asemeja al
cicnpics y se encuentra por dondequiera en terrenos
húmedos. No falta quienes digan congolocho.
l-'s la A menea patria <le caimanes.
De fpHgor<<</v.v, sapos y ciempiés.
Sislia^a. /.</ .ti A‘f.> C/ti-o.

740. Coroso ó carozo. palma semejante al co­


cotero que da un coco del tamaño deuna mt.cz.
llamado también coquito. El vocablo (pie le ha dado
nombre es provincial de Galicia. El corocillo es
una palma semejante al carozo. Corozal, llamamos
el sitio poblado de corozos. El corojo haitiano es
corrupción de coroza.
741. Cotorrona vale solterona, y naturalmente
'deriva de cotorra. Por supuesto, que ni en esta
acepción ni en la derivación del vocablo tengo par­
te ninguna. Me lavo las manos, como Pilatos.
742. Criollo se ha formado de criar, y significa
en Venezuela el hijo de padres europeos nacido ó
criado en la República. Equivócense los que creen
que criollo es lo mismo que indígena.
744. Crup es ya voz común conque se desig­
na una grave enfermedad semejante al garrotillo ó
angina gangrenosa. El origen de la voz es esco­
cés: croup, crupc, croup, graznar.
744. Cuadrarse se usa figuradamente' en el
sentido de recibir ú obtener fino algo de mucho
valor ó importancia.
745. Cuartear ha adquirido entre nosotros la
acepción de contemporizar á un tiempo un individuo
con uno y otro partido en los momentos de lucha,
para quedar en situación de incorporarse al (|ue al­
cance la victoria. El término es vergonzoso para el
individuo, y desdice del carácter y de la altivez repu­
blicana.
Cuarteo se ha formado de la indicada acepción
para expresar la acción de cuartear,
746. Cucamba y cucalambc son términos africa­
nos, el primero de un juego semejante al escondite,
y el segundo de un baile popular de los negros.
747* Cucarachero es un lindo pájaro aleonado
con menudas pintas negras y blancas, y que se ali­
menta de insectos, especialmente de cucarachas.
El colombiano José María Samper en una poesía
intitulada E l Cucarachero. y Paral t y Codazzi en la
Geografía de Venezuela, comparan su canto al del
ruiseñor.
748. Cucharilla., aunque es el nombre de una
enfermedad del hígado en los cerdos, es tan dimi-
nutivo de cuchara como cucharila y cuchareta, por
lo cual no puede calificarse de barbarismo que los
venezolanos lo usen ; pero bueno es saber que el
diminutivo aceptado y corriente es cuchareta. Debe
preferirse asimismo cucha-retazo á cucharillazo.
Pidieron el primer plato con tales voces y con un repique tic atíharUa-
solí re los platos y la mesa, tan sostenido y ruidoso, que indudablemen­
te debió quitar, á las Maritornes del parador todo el buen deseo que pudie­
ron tener de servirnos.
llarlzenbusch. C u ;¡uy, <■// 6 a.'rnr.

Y a que de esto hablo, diré que en Venezue­


la se da el nombre de cuchilla á la ceja ó cumbre
de un monte ó sierra, y á la vereda que la atravie­
sa. Este no es propiamente venezolanismo, pues así
se dice en Colombia, según Cuervo ; asi en Cuba,
según Pichardo ; y según 1). Daniel Granada, así
en las repúblicas del Plata, y en la misma España,
aun en documentos científicos y oficiales.
749. Cueriza, de cuero. significa azotaina, zurra.
No le encuentro pero, ni tampoco á los términos
cuerazo y correazo, golpe dado con correa ó tira de
cuero.
750. Culebrilla. Enfermedad cutánea dolorosa y
en forma de culebra, que comienza por un costado cau­
sando fiebre y delirio, y avanza alrededor del cuerpo has­
ta unir sus extremos, período en que suele ocasionar la
muerte. Cúrasela fácilmente tomando á tiempo limo­
nadas. y aplicando á la erupción yerba mora, limón
agrio ó ácido fénico, lo que indica que es producida
por animalejos microscópicos. Parece distinta de la
que define el Diccionario.
751. Culi, ni/i es y colí, colíes, llaman en Vene­
zuela á ciertos jornaleros ó peones que vienen del
Asia y del Africa. El vocablo calí es el malayo
kfi/i que significa jornalero, hombre de trabajo, ma­
niobra, y se formó del sánscrito kuli, mano. La for­
ma k ó l i es del Hindostán, donde se le ha dado la
significación de tejedor. La tenemos, pues, del mala­
yo. y creo que no la necesitamos, ni suena bien en
nuestro idioma. Póngola aquí que por. la consi­
dero difícil de desarraigar.
752. Nuestra chamarra no es precisamente la
chamarra ó zamarra española, sino la cobija puesta
al modo de manta.
753. Chambón. Lo aplicamos por extensión al
que es poco hábil en cualquier arte ó facultad.
Salva apunta la acepción venezolana.
Calla la boca, chambón !
N*> me bables de sastrería
Porque pierdo la chabela;
No me hables de chaqueta,
Chaleco ni pantalón /
M. M. Fernández, ‘/.apalera á tas Zapatos.

Chambonada es lo mismo que inhabilidad\ desa­


cierto propio del chambón, y lo usamos del mismo
modo.
Posible es que el vocablo chambón, que es ape­
llido francés, haya adquirido tales acepciones de ma­
nera semejante á la del apelativo R abone, de que
hablo en el número 919.
754. Chamuchina. Populacho. Usase también en
el Perú y en el Plata, según Ricardo Palma y Daniel
Granada. Parecíame bárbara pronunciación de chamus­
quina. Y a la Academia le dió lugar á este vocablo en el
Diccionario. Dios la perdone á ella, y á él lo conserve.
755. Del vocablo africano chango con que los
esclavos bautizaron al mico, se usa comunmente en
toda la república el término chingo, significativo de
chato, dcsnai igado, porque el mono indicado tiene las
naricillas explayadas como si hubiese sido clesnariga-
do. Chato suele emplearse cariñosamente; chingo
tiene siempre carácter despectivo.
756. Chaparro es un árbol á que pusieron nom­
bre los españoles por semejanza con el chaparra ó
chaparro de España. Hay varias clases de chaparro:
chaparro manteca-, chaparro sabanero, etc.; y hay un
árbol llamado chaparrillo, que da excelente madera
para obras de carpintería.
757. Chelín (shilling), moneda inglesa de valor
de una peseta y veinticinco céntimos.
758. Chino, china, se dice en muchas partes de
Venezuela para indicar á los indios goagiros, sin du­
da por su semejanza con los chinos.
Parece no tener relación ninguna con el vocablo
quichua china, criada, moza de servicio.
759. .No me parece mal formado el aumentativo
de chinela, chiación, con que designamos cierto zapato,
más alto que la chinela, con orejas, y sin botones,
hebillas ni lazo. Es el deleite de los viejos á quie­
nes los callos encallan á cada paso como buque mal
gobernado.
760. Chinchorro (voz castellana antigua), es
atarraya ó red de pescar, y asimismo hamaca teji­
da de cuerdas como red ó esparavel.
Tú guindas la cumanesa
Más blanca que las espumas
De nuestros mares sin brumas;
I .a ves cuando te embelesa
IC11 su chin,-horro de plumas.
Manuel Norberto Vetancourt. A Cu maná.

761. Chiquero se dice en Venezuela, lo mis­


mo (pie en las islas Canarias, del espacio pantanoso
cpie ocupa un cerdo que se ha atado á una estaca
ó á un árbol para criar ó para engordarlo': Por ex­
tensión se dice de cualquier lugar desaseado y pan­
tanoso. I.a etimología es la misma de chi­
cada, chico. En el Plata, según D. Daniel Gra-
nada, se ha extendido á significar
o
corral de cerdos.
de ovejas ó de terneros.
762. Chiriquarc, nombre indígena de un ave
de rapiña muy voraz, es vocablo con que se desig­
na una situación pública de penuria general, sea
por causa de guerra, de mala administración, ó de
otra cualquiera por el estilo. Es familiar, y tan co­
mún que no sería fácil desterrarlo, por lo cual lo
pongo en este capítulo.
7Ó3. Chorote. La pasta de cacao sin vainilla,
canela ni azúcar, cocida en agua endulzada con pa­
p e ló n ; e s d is tin to d e l chocolate, q u e e s la p a s ta d e c a ­
cao p n ep a ra d a co n azú car y v a in illa ó c a n e la , y
a s im is m o la b e b id a h echa co n e lla . La p a s ta sim ­
p le con qu e se hace el chorote, que en o tr o s pun­
to s d e la R e p ú b lic a y en C aracas lla m a m o s cacao,
lle v a ú n ic a m e n te e s te m ism o n o m b re .
76 4 . Chubasco, que es una de ta n ta s voces
n u e s tr a s a u to r iz a d a s y a por el lé x ic o v u lg a r , la for­
m a r o n lo s e s p a ñ o le s d e l p o r tu g u é s chuva, d e l la tín
pluvia , y t u v o e n lo a n t ig u o la fo rm a d e chubazo.
E n t r e n o s o tr o s e s voz p u r a m e n te m a rin e sc a , lo q u e
ta l v e z n o a c o n te c ía co n e l a n tic u a d o chubazo.
76 5 . Chucuto e s e l n o m b re de un m ono de
c o r to ra b illo . Es fácil d e d o m e s tic a r ; p e r o d e p oca
v iv e z a é in te lig e n c ia , y m uy feo , p o r lo c u a l el p ue­
blo, p ara exagerar la fe a lta d de a lg u n a p erso n a ó
la a n tip a tía que le in sp ira , d ic e que es un chu­
cuto. C o m o cañuto d e caña, chucuto s e h a fo rm a d o
d e chuca, p o r s e m e ja n z a d e l ra b illo ó d e l p e q u e ñ o
m u ñ ó n d e l r a b o co n el p ic o ó c u lo d e la chuca ó
ta b a . Es u n a fa c e c ia e tim o ló g ic a la d e dar por am e­
r ic a n a ó in d íg e n a to d a voz que no e s tá en el D ic ­
c io n a rio ó c u y o o r ig e n s e ig n o ra .
76 6 . Chucho ( o n o m a to p é y ic o ) d e s ig n a un lá t ig o
fle x ib le , fin a m e n te te jid o d e cu erd as d e cu ero . Chu­
chazo e s el la t ig a z o d a d o c o n él.
767. La danta e s un ta p ir m o ren o o s c u ro , co­
m o d e s e is p ie s d e la r g o . E l n o m b re no es in d í­
gena s in o p o r tu g u é s . En a lg u n o s lu g a r e s lla m a n al
m a ch o danto.
Dan'os y puercos tan multiplicados,
Que culiren las riberas de los ríos.
Castellanos. Elegía IX . Cunto //.
768. Desbabadero, p ie z a c o n d e s a g u a d e r o , d o n d e
s e e n c ie r r a e l c a c a oh a s ta q u e p ie r d a la baba ó j u g o
p e g a jo s o q u e c o n tie n e .
Desbabar. P e r d e r e l c a c a o la b a b a .

769. Dcscerazadora. M á q u in a ele descerezar ó


d e s c a s c a r a r el ca fé.

Descerezar e s d e s c a s c a r a r e l ca fé, y s e d ic e a sí p o r
la s e m e ja n z a d e l fr u to d e l c a fé co n el del cerezo , de
m o d o q u e c u a n d o e l c a fé n o h a s id o d e s c a s c a r a d o s e le
lla m a café en cereza ó café cereza.
770 . Desecadora. M á q u in a d e s e c a n te .

771. L a A c a d e m ia d ic e q u e desech-o e s c o s a q u e
p o r u s a d a ó p o r c u a lq u ie r o tr a c ir c u n s ta n c ia n o s ir v e á
•la p e r s o n a p a r a q u ie n s e h izo . A s í e s la v e r d a d ; p e r o
ese no es p r e c is a m e n te el rebote v e n e z o la n o , c o m o
q u ie r e n v a r io s , el c u a l e s “ e l v e s t id o d e s e c h a d o q u e o tro
s ig u e u sa n d o , ó q u e s e a r r e g la p ara uso de o t r o .”
Rebote e s rechazo, y n o h a y p o r q u é rebotarlo, a u n q u e
rebote lo lla m e n Mr. Rcbotier, ó le
a l q u e v is t a d e
d ig a n q u e el m u e rto e r a m á s g r a n d e , si n o m ás p e q u e ñ o ,
q u e to d o s e s t o s e s c o llo s t ie n e la m ise ria .

772. Desgaritarse v a le ta n to c o m o d e s b a r a ju s ta r s e
la re s ó el c a b a llo , d e l c o s o ó d e la m a d rin a .

773. Deshecho e n V e n e z u e la s ig n ific a atajo, ó s e n ­


d a ó p a r a je p o r d o n d e se abrevia el c a m in o . E l D ic ­
c io n a rio lo h a p u e s to c o m o c o lo m b ia n is m o c o n la s ig n i­
fic a c ió n a n tic u a d a d e deshecha: salida, precisa d e a lg ú n
p a r a je ó ca m in o . E n tre varón y varona, c o m o d e c ía n
n u e s tr o s a b u e lo s , lo s A c a d é m ic o s e s p a ñ o le s s e d e c id e n
por la varona. Y o h a r ía lo m ism o .
77 4 . Desmadrado s e a p lic a a l a n im a l a b a n d o n a d o
p o r la m a d re . C o n s ta y a en e l D ic c io n a rio , á p r o p u e s ta
d e D . E d u a r d o B la n c o , d e la A c a d e m ia V e n e z o la n a .

775. Despegarse e n el s e n tid o d e a p a r ta r s e , s e p a ­


ra rse una p erso n a d e o tra , y e n e l d e d e s a p e g a r s e , no
es in c o rre c to , p ero sí v u lg a r , a q u í, en E sp añ a, y
d o n d e q u ie r a q u e s e h a b le e s p a ñ o l.

776. Destoconar. R e c o r t a r lo s c u e r n o s d e l toro.


E l tr o z o q u e q u e d a s e lla m a lacón, y e l m ism o n o m b re
s e le d a a l to r odestaconado. A m b a s v o c e s tie n e n a s p e c ­
to d e a n tic u a d a s . Dcstoconar s e h a fo r m a d o c o m o
destroncar y tocón p a r e c e lo m is m o q u e tronco ( trun-
cus, truncum) , á p e s a r d e l a le m á n stock, q u e tr a e la
A c a d e m ia c o m o e tim o lo g ía d e tocón. E s t e v o c a b lo e s
m u y a n t ig u o e n c a s te lla n o :
Se, que el peno viejo non ladra á to a m .
El Ardí ¡preste de Hila. Caníitivs. q /6.

777. Desyerbar, lo m ism o q u e desherbar, v o c a b lo


d e e le v a d a a lc u rn ia .

77 8 . Dislate e n e l u s o v e n e z o la n o e s d ic h o ó e s ­
crito d is p a r a ta d o . N o lo r e fe r im o s á lo s h e c h o s , q u e
p a r a n o s o tr o s s o n p u r o s d is p a r a te s , d e s p r o p ó s ito s , c a la ­
v e r a d a s , e tc . S i a te n d e m o s á la e tim o lo g ía , a s í d e b ie r a
s e r s o la m e n te , dislate s e h a for­
p o r q u e e n c u e n tr o q u e
¿lis y d e latas, n o e x a c to ,
m a d o d e la p r e p o s ió n la tin a
no c la ro , c o m o disparatas, dispar.

779. Dólar, m o n e d a n o r te a m e r ic a n a , d e oro , d e


v a lo r d e u n p e s o fu e r te y c u a tr o c e n ta v o s , p r e m io é s te
que ú ltim a m e n te s e le h a q u ita d o e n la R e p ú b lic a . En
p lu r a l se d ic e n a tu r a lm e n te dólares, e s p a ñ o liz a d o el
v o c a b lo .
780. Elásticos y clásticos son sustantivos con que
se designan los tirantes que sirven para suspender dé
los hombros los pantalones. Lo más común es decir
clásticas. Sólo en Maracaibo he oído decir clásticos. Ni
el masculino ni el femenino merecen ser tachados de
barbarismo, en rigor de expresión.
7<S¡. Embullarse es lo mismo que llenarse de re­
gocijo con la próxima realización de cualquier cosa, ó
con la esperanza de que se realice pronto algo que se
desea con vehemencia.
782. Empaquetado, da. se aplica en Venezuela á
la persona emperejilada que parece como aprisionada
en el vestido, que no está á sus anchas, como si no
tuviese costumbre de vestir bien. Y a que digo empe­
rejilada. diré que el vcnezonalismo emperifollar, (de en
y perifollo). no significa emperejilar, como apunta Sal-
vá. sino adornar á úno de modo excesivo y; con mal
gusto. La Academia debe darle entrada en su Diccio­
nario. Hay otros verbos de semejante formación, como
empatucar (de en y patuco, de pato), que es embadurnar
ó ensuciar á únó con exceso, de barro ú otra cosa seme­
jante.
783. Nuestro comunísimo empastar, encuadernar
en pasta los libros, cpie no tenía equivalente en caste­
llano. figura como otras voces nuestras en la última
edición del Diccionario de la Lengua. Fue propuesta
en 1884, por indicación de D. Felipe Tejera, á la A ca­
demia {'Apañóla.
784. No ha habido un peguero que la haya pega­
do con los franceses tan briosa y tenazmente como D.
Juan Martín Diez en la guerra de Independencia de
E s p a ñ a , y d a g u s t o v e r a l h é r o e , m á s q u e en la h istoria,
en lo s e p is o d io s d e P é r e z G a ld ó s . P o r lo m ism o a s o m ­
b ra q u e n u e s tr o empecinado, p o r te rc o , te n a z , p o rfia d o ,
y el v e r b o empecinarse, d e é l sa lid o , n o fig u r e n e n el
D ic c io n a rio , c u a n d o tie n e n q u e h a b e r v e n id o d e E s p a ­
ña, y r e g o c ija ta n to a l p a tr io tis m o p o n e r á Empecinado
e s ta e t im o lo g ía : “por el a p o d o d e I), lu á n M a r tín
D i e z .”

78 5. Empotrerar. E n c e r r a r en e l p o tr e r o la s b e s ­
tia s c a b a lla r e s ó e l g a n a d o .

Empotrcramiento,, a c c ió n y e fe c to d e e m p o tr e r a r .
786. Encabullado s e a p lic a a l g a r r o t e q u e , p a ra
h a c e r lo m á s r e s is te n te , s e le h a p u e s to c a b u lla ( 1 ) e n c e ­
ro ta d a . E l e n c a b u lla d o s u e le ju g a r g r a n p a p e l en la s
folliscas. Follisca e s un v e n e z o la n is m o que exp resa
riñ a ó p e n d e n c ia co n a lg a z a r a ; y e q u iv a le á la s v o c e s
c a s te lla n a s fullona, gresca, pelotera, chamusquina, gaza­
pera, e tc . E n c o n c e p to m ío follisca d e r iv a d e l c a s te lla n o
follat a n tic u a d o , fo la (en fola, d e s o r d e n a d a m e n te ). E l
c a ta lá n a n t ig u o d e c ía folla , tr o p e l ; e l p o r tu g u é s d ic e
fila ; foule el f r a n c é s ; y e l ita lia n o folla y fola. E n c a ta ­
lán c o r r ie n te foll, folla (lo co , lo ca ), s e a p lic a á lo s a n i­
m a le s c o m o el* lo b o y el p e r r o , en e l s e n tid o d e ra b io so ,
lle n o d e furia. A c a s o n u e s tr o follisca n o s e a s in o u n a
voz com ún a n tic u a d a sin u so ya ni te s tim o n io en
E sp añ a.

78 7. Encancerado, da. s e a p lic a e n V e n e z u e la á lo s


d o lo r e s m o r a le s p a r a p o n d e r a r su in te n s id a d y acre­
c e n ta m ie n to . P r o b a b le e s q u e a sí se h aya u sad o en

(i) Por lo que lie dicho aceren de esla yo/, creo que debo . .¡evibirse coi: i!.
como que es la misma inhiiUn ó conjunto de caíais de los marinos españoles.
E sp añ a, segú n e s t e lu g a r d e l a n d a lu z b e n e fic ia d o d e
T u n ja :
A más c'naimrnn/a.i pesadumbres.
Castellanos. Historia tt¿ AntioquUi. Canto VII, verso 11.

S ó lo q u e e n tr e n o s o tr o s e l u s o e s p u r a m e n te fa m i­
lia r y e p is to la r .

788. Encasquillar, p o r herrar, y cosquillo p o r


herradura, h a lo g r a d o v e r lo s en e l D ic c io n a r io d e la
L e n g u a la A c a d e m ia V e n e z o la n a p o r in d ic a c ió n d e D.
F e lip e T e j e r a . E s tá n ya a v ia d o s p a r a el v ia je . Cas-
guillo s ó lo sig n ific a b a , adem ás de b rizn a , el h ie rro
d e la s a e ta y e l a n illo d e m e ta l q u e s e p o n e a l c a b o
del a sta , la n z a ó b a s tó n , y de lo s e je s d e coch es y
carro s. E n c ie r to s c a s o s , p u e s , e s c o r r e s p o n d ie n te d e
recatón.
789. Enguerrillarse, v a le in s u r r e c c io n a r s e e n g u e ­
r r illa s u n p u e b lo ó c a s e r ío e n s u s m o n ta ñ a s ó sie rra s;,
y es ta m b ié n d iv id ir un e jé r c ito e n g u e r r illa s .

790 . Enlajado. E l s u e lo c u b ie r to d e la ja s.

Enlaja-dura E l a c to d e e n la ja r.
Enlajar. C u b r ir e l s u e lo co n la ja s, a ju s ta d a s u n a s
co n o tr a s y a d h e r id a s á la tierra.

79 1. Enrostrar e s e c h a r le á u n o e n c a r a el b e n e ­
ficio r e c ib id o ó la fa lta c o m e tid a . Se e m p le a en el
s e n t id o ’ d e a fre n ta r . E s d e u s o fa m iliar.

Ensabanarse, y la s fr a s e s ponerse ó declararse


792.
en la sabana, s ig n ific a n d e c la r a r s e e n c o m p le ta lib e rta d ,
y fig u r a d a m e n te g o z a r de to d a c o m o d id a d , ser feliz,
c a s o s e n lo s c u a le s se u sa co n e l verb o e sta r: está
ensabanado, está en la sabana.
793.. Enseriarse. P on erse se rio , to rn a r a ir e de
graved ad . A p lí c a s e a s im is m o á c ie r ta s cosas: "E l
n e g o c io se e stá e n s e n a n d o ,” lo q u e me p arece un
ta n to b á r b a r o . Ensopar s e u s a c o m o r e fle x iv o r e firié n ­
d o s e uno, n o y a a l p an , s in o á la r o p a q u e le c u b re , y
d á n d o le a sí al v erb o e l s e n tid o d e v o lv e r s e u n a sopa.
No e s b á r b a r o e s t e v o c a b lo , p e r e sí in n e c e s a rio , p u e s to
q u e te n e m o s á empapar.
D el tapara- (n C) 10 4 2 ) s e h a fo r­
v o c a b lo in d íg e n a
m a d o e l s u s ta n tiv o fa m ilia r entaparado, q u e s ig n ific a
a s u n to o c u lto d e que s ó lo s e tie n e n le v e s in d ic io s ;
a s u n to q u e s e e fe c tú a c o n e l m a y o r s ig ilo ó s e c r e to ,
y apenas puede so sp ech a rse. V ie n e ló g ic a m e n te d e
que cu an d o h a y a lg ú n o b je to e n u n a ta p a ra , s e c o n o c e
p o r e l so n id o , p e r o n o s e p u e d e a s e g u r a r lo q u e es.

794. Entreverado. M a n ja r que se p rep a ra co n


e n tr a ñ a s d e c o r d e r o ó d e c a b rito , s a l y v in a g r e , y se
p on e a l fu e g o e n s a r ta d o e n u n a s a d o r d e m a d e ra .

79 5 : Escaparate, s e g ú n e l d ic c io n a r io d e A u t o r i­
d a d e s, e s el a rm a rio , c o n p u e r ta s d e v id r io ó d e crista l,
donde se gu ard an jo y a s , b u je r ía s de c rista l, o ro
ó p la ta , y lo s a liñ o s d e m u je r e s y h om b res. Escapa­
rate e s ta m b ié n e l h u e c o d e la fa c h a d a de a lg u n a s
tie n d a s, r e s g u a r d a d o co n c r is ta le s p o r la p a r t e e x te r io r ,
y en el q u e s e c o lo c a n m u e s tr a s d e lo s g é n e r o s q u e
a llí s e v e n d e n , s e a n te la s , tra je s , im á g e n e s , etc.

E l c ita d o D ic c io n a r io tr a e e s t a le c c ió n d e Z a b a le ta
en el Día. de Fiesta :
En los rincones escaparates que aprisionan infinidad de menudencias costosas.

■ En V e n e z u e la n o s e h a c e d istin c ió n e n tr e e s c a p a ­
r a t e y a rm a rio , y n o lo h a llo m al, á p e s a r d e la s d e fi­
n ic io n e s d e l D ic c io n a rio , p o r q u e lo s v id r io s n o tien en
q u é h a c e r c o n el n o m b re , y p o rq u e en lo s a r m a r io s
d o n d e g u a r d a m o s la r o p a gu ard am os ta m b ié n jo y a s ,
d in e ro , b u je r ía s y a liñ o s , s o b r e q u e ta m p o c o e s tá en
o p o s ic ió n la e tim o lo g ía . E s t a n o es, no. e l la tín ex y
apparatus. ¿Por qué ? E l o r ig e n d e l v o c a b lo d e b e d e
ser godo, u n a v e z q u e, así co m o en el c a s te lla n o se
d ic e escaparate, en fla m e n c o s e d ic e schaprceye, a r m a r io ;
y el fla m e n c o se: fo rm ó d e l írisó n y e l g ó tic o . N o hay
por qué no d a r á escaparate la c o r r e s p o n d e n c ia de
armario.
Cuando, fo r m á n d o lo c o r r e c ta m e n te d e e s p a ld a , d e ­
c im o s espaldero p a r a d e s ig n a r el p a je d e arm as ó de
la n z a , ó e l c r ia d o a r m a d o e n c a r g a d o d e a c o m p a ñ a r á
su señ o r y g u a r d a r le la s e s p a ld a s , n o in c u r r im o s en
d e s p ro p ó s ito , s in o q u e usam os d e un té r m in o b e llo ,
(p ie e s t á p id ie n d o e n tr a d a e n e l te s o r o c íe la Lengua
c a s te lla n a .
79 6 . En V e n e z u e la s e lla m a ú n ic a m e n te esquila,
h a b lo d e l in s tru m e n to , la c a m p a n ita que se pone
al c u e llo d e l ganado la n a r ; y esquilón la cam pana
m a n u a b le s u je ta á un tra v esa ñ o de m ad era que se
c u e lg a de una co rrea a l c u e llo y con qu e en lo s
te m p lo s y c o n v e n to s se convoca p ara c ie r to s a c to s.
E sto ha d e b id o s e r a s í, y c o n v ie n e con su e tim o lo ­
g ía . q u e 110 e s el a le m á n shellen, s o n a r, sin o á mi
h u m ild e ju ic io , el g ó t ic o schclle, c a m p a n ita , q u e e n la
le n g u a m e rid io n a l del s ig lo X I I s e d ijo sch-illa.
A h ora, que el son ar a le m á n tie n e deudo in m e ­
d ia to y d ir e c to co n la c a m p a n ita g ó tic a , es in c o n ­
te s ta b le .

797. E l v e n e z o la n is m o estampilla e s d e lo s q u e
están pidiendo á voz en grito su legítimo puesto en
el léxico académico, y no hay por qué temer (pie
!e acontezca como á Emilio Zola en la Academia
francesa. Estampilla es la estarnpita con sello ofi­
cial que sirve para el franqueo de la correspondencia
y para otros usos. El vocablo es tan bueno como
sello. y quizá más propio para el caso. l ia sido pro­
puesto ya por i). Aníbal Domímri á la Academia
Venezolana.
798. Estancia. Casa de campo con huerta,
situada cerca de las ciudades. No lo encuentro mal;
ni tampoco que se diga fagina en el sentido de
hacendera. porque fagina significa asimismo trabajo
corporal; y fagina, faena y hacendare proceden todas
de fadeuda. cosa que se ha de hacer. No obstante,
cuando se trata de trabajo á que debe concurrir to­
do el vecindario, por ser de utilidad común, la pa­
labra hasta ahora autorizada es hacendera.
799. Nada de trapacero tiene el pobre fa ra ­
mallero venezolano. Es apenas un petulante, un fa­
rolón jactancioso y hasta inocente, un charlatán lle­
no de vanidad, y más nada; y como esta significa­
ción conviene más con la etimología de faramalla
que la (pie tiene en España, no encuentro por qué
calificarlo de barbarismo. Viva el faramallero entre
nosotros, y viva muchos años, para solaz de viejas
verdes y antorcha de tertulias soñolientas.
800. l'acistor dicen comunmente en Venezuela
del petulante que gusta de llamar la atención y
ponerse en evidencia. Es la misma voz facistol que
antiguamente significó la silla ó asiento de obispo
que en las festividades se colocaba frente al coro
y aun s e a p lic a b a a) m is m o a tr io d o n d e e r a c o s tu m ­
b re p o n e r la . P a rece q u e e sta voz facistol n o tie n e
qué v e r con el id io m a a le m á n , s in o que es la fr a s e
la tin a Fácil stallium. D e l m ism o m o d o , p a r e c e q u e
Filibustero n o p r o c e d e d e l ing-lés Frcebooler, s a q u e a ­
d o r. s in o d e l v o c a b lo d e l m is m o id io m a Flyboaicr, q u e
e n la A m é r ic a d e l N o r t e a p lic a n a l c o n d u c to r ó p a tró n
del Flyboat, (e n d a n é s vliboot y e n c a s te lla n o f l i ­
bóte), fo r m a d o d e fi)\ a ta c a r v io le n ta m e n te , y boat.
b o te .
8 0 1. Flechera. E m b a r c a c ió n lig é r a de gu erra,
en fo rm a d e c a n o a con q u illa , y m o v id a por cana­
le te s . P uede c o n te n e r m ás de c ie n h om b res que
m a n e ja n é s t o s y van arm ad os de fu sil. L le v a un
cañón d e p e q u e ñ o c a lib r e en la ' p ro a , y anda co n
sum a v e lo c id a d . En tie m p o de paz s ir v e en las.
g r a n d e s p e s q u e r ía s con lo s n o m b r e s de piragua y
caladora. Tai v o c a b lo , p re se n ta d o y d e fin id o por
A n íb a l D o m ín ic i, c o n s ta y a en el D ic c io n a r io . D ió -
s e le e l n o m b re de flechera , n o p o r s u e x tr a o r d in a r ia
v e lo c id a d , s in o p o rq u e en lo s p rin c ip io s ib a m on­
ta d a p o r in d io s a r m a d o s d e H echas.

802. F lu x (d e l la tín flu x n s , de H uere. Huir,


c o r re r , su ced erse una cosa) t ie n e e n tr e n o s o tr o s la
a c e p c ió n d e v e s tid o de h om b re c o m p u e s to de saco
ó de p a le to , c h a le c o y p a n ta lo n e s , to d o de una m is­
m a te la . H ay que o b servar que no se d ic e flu x
c u a n d o la p ie z a p rin c ip a l d e l te r n o e s frac, casaca ó
le v ita . P r o c e d e e s t a a c e p c ió n d e la que tie n e flux.
e n tr e lo s ju g a d o r e s de b a r a ja :
O uno ¡ha d labrador viendo sus naipes, hallólos Ionios un linaje, y con e
alegría de ganar !n inano «lijo en el mismo punió: no muy bendito, que tengoJ h t\.—
¿dale1.' Alem án, iiur.íuñu í/¿ ;i'Jb.r<n/h\ l ’u r l. í . L ib , / , C g , /,
803. Fondearse. El verbo fondear ha adquiri­
do la acepción familiar de armarse ó aviarse de modo de
quedar con el porvenir asegurado. Estar fondeado
equivale á ser rico; y se dice también está medio
fondeada, refiriéndose á persona que goza de recur­
sos suficientes para las principales necesidades de la
vida. Creo que puede aceptarse la frase familiar
Estar fondeado, pero no el verbo.
Y piensa el público
Que lal empleado
JSsO'rfondeado
bis un Nabad.
Jesús Ma. Sistiaga Delicias de un Kntpleo subalterno.-

804. Estar i\x\ofregado, por .estar embrollado, en­


redado, ó confundido, acaso no sea venezolanismo y
proceda- de algún punto de España, como lo da á
entender la frase ser uno lo mismo para un fregado
que para un barrido, dónde fregado vale enredo,
embrollo. D e España nos vino el verbo amolar en
el uso figurado y familiar de fastidiar, molestar, per­
turbar, moler, como lo comprueba el siguiente ejem­
plo de D. L. de Moratín en carta á I). Pablo Fór-
n er: “ Leísela, (la Comedia Nueva) y quedaron des-'
patarrados; la estudiaron con ansia; los amolé á ensa­
yos, y saqué de ellos todo el partido que sacarse
puede.”
Estar úno jalado, es “estar ebrio;” pero tal
frase sólo la usa el vulgo, y tiene visos de
bárbara.
805. Fusilamiento, acción y efecto de fu sila r ó
pasar por las armas. Debe-cuidarse de no confundir
á fu sila r con fucilar, ni á fusilazo cow fucilazo, como
he visto en una obra de cierto señor ingeniero. De
fucilar y de fucilazo traté ya en el § 398.

806. El ave gallinácea originaria de Africa que el


castellano llama gallina de Guinea, y los antiguos
llamaron gallina de Mclcagra ó de N um idia, la llama­
mos en Venezuela ó Gallineta ó Pintada. Gallineta
de agita es un precioso zancudo de laguna, de pico rojo,
amarillo y blanco, frente y patas rojas, el plumaje par­
do oscuro, moreno verdoso por encima, por debajo
blanquecino, y con las alas guarnecidas de una línea
blanca.
807. Gallera. Redondel construido al modo de
circo para las riñas de gallos, Casa dedicada expre­
samente á las riñas de gallos. Derecho de gallera, el
impuesto municipal de las galleras públicas.
Gallero. El jugador de gallos.
808. Gamboa es uno de los ríos de Caracas.
Yiénele el nombre del apellido vizcaíno Gamboa.

809. No clel castellano garzón, que procede del


francés garlón, ni del portugués garzón, sino de nuestro
sustantivo garza, del latín arden, dieron los conquista­
dores el nombre de garzón, plural garzones, á un ave
de la especie de las garzas reales, de cabeza sin plu­
ma, pelo ni pelusa, de ojos sin párpados, como embu­
tidos en la cabeza, de pico muy largo y huesoso, de
collar rojo, de alas negras con brillo azulado y de
vientre blanco ; y con la particularidad de tener como el
pelícano una como bolsa ó depósito debajo del gargüero,
donde recibe el agua que traga con los alimentos.
No quiere esto decir que no tengamos también
garzas ; tenemos varias : garza blanca, la garza more­
na y la garza atigrada.
810. Garrasí, muy usado en Venezuela, es el
calzón del llanero. Es abierto á los costados con botona­
dura hasta el jarrete, donde termina en dos puntas al
modo de garras, llamadas por la gente de los llanos
uñas de pavo.
8n . El gavilán (voz castellana de origen árabe),
es el halcón venezolano, fuerte,, activo y atrevido. Se
le amansa, y es el más propio que tenemos para la
cetrería.
812. Gavilucho (de gavilán) es un ave pintada de
moreno y gris con la cabeza de un blanco sucio, y una
banda negra al rededor de los ojos y a los lados del
pico. Es audaz y cruel como el águila, y voraz como el
buitre.
813. Gofio, de gofiiis, grosero, tosco, mal hecho,
es un dulce hecho de harina de maíz tostado y papelón.
Es seco y deleznable. Figuradamente tal vocablo sig­
nifica tonto, mentecato.
Gofio, como dice el pueblo, es el que encuentra
mal que se diga coger goteras en el sentido de tras­
tejar, porque el mayor trabajo es el de dar con las gote­
ras, que no siempre provienen de las tejas, y porque
coo-cr significa también encontrar.
814. Guácimo, término castellano anticuado y for­
mado acaso del arábigo o-uazuma, es significativo de
cierto árbol dé corteza medicinal.
815. Guachafita es un término que significa ca­
sa. de juego y se aplica á toda clase de desorden ó
de irregularidad, y así á las asociaciones, como á los
gobiernos y á las personas y á las cosas. Cecilio Acosta
me d ecía: la palabra es un tesoro, pero no doy con
su. orí eren ! Años más tarde en la revolución de Ma-
racaibo, de 1869, fui más afortunado que él al oír
decir, no ya sólo guachafita, sino guachapa y gua­
chapita, y se me informó que los jugadores llamaban
guachapa el acto de apagar las veías y manotear la
mesa, por donde comprendí que formaban el sustan­
tivo del verbo guachapear. La corrupción guachafita
ha triunfado, y se ha hecho indispensable y expre­
siva en el lenguaje familiar.
816. El guácharo, vocablo castellano, del árabe
uachio, doliente, es un pájaro nocturno que sólo se
encuentra en las montañas de Caripe, y especialmen­
te en una gran cueva que lleva su nombre. Este
término, como otros indicados en esta obra, consta ya*
en el 1Accionario.
817. Guaduba- es lo mismo que guadua, caña
brava. Guaduba, formado de la voz morisca ó arábi­
ga indicada, aunque usada en gran parte de la R e­
pública, tal vez no sea venezolanismo, pues Castella­
nos la emplea en varios lugares.
818. Guaira (de Guairo) Vela triangular, que
se enverga regularmente con garruchas.
819. Guairo, clel inglés udierry, falucho costero
de vela triangular.
820. Guerrillear es lo mismo que pelear en
guerrillas.
821. Hablar paporretas y hablar de paporreta
es hablar sin ton ni son, sin saber lo qije se dice.
Por lo tanto parece que nada tiene que ver con la
frase castellana hablar de papo, que es hablar con
presunción y vanidad, cosa bien distinta. Tampoco
se explicaría la introducción de la rr. No creo que
tenga relación con porreta, de porrería, necedad, ni
con paparrucha. Juzgo á paporreta una voz capri­
chosa.
822. Hartón, que se aplica, como en otro lu­
gar he dicho, á cierta especie de cambur, por ser in­
digesto. se ha formado como tragantón, bailón y otros,
y puede dejársele entrar como en su casa, aunque
tantos oucs, bailón, tragantón, hartón, parecen cosa
de bribones.
........... atestada de Ja/.os y correas la carga de piálanos hartones.
Picón Felaes. ¡ Va es J ¡ o r a ! C a f. .V/.

823. Hato (formado de hatajo) se extiende en


Venezuela á significar lo mismo que masada, sin que
por ello deje de tener sus demás acepciones. Es
bárbaro, si. llamar hato una simple dehesa. como en
algunos lugares acontece.
824. Hechor se aplica al asno en el sentido de
garañón. El mismo uso tiene en el Plata, según mi
amigo D. Daniel Granada, bien que por allá se ex­
tiende al caballo y al toro.
825. Hervido. Cocido de carne de vaca ó de
gallina, con plátanos y raíces farináceas.
826. Higuerote ( de higuera), es nombre de un
árbol de los que dan el caucho ó goma elástica. Es
también el nombre de un puerto.
827. Huevo de gato y huevo de sapo, son plantas
á las que han dado nombre sus frutos, que se utilizan
en la medicina.
828. Hueca, por ser esponjado, es el nombre que
se le da al azucarillo de papelón. Como hueca es el
nombre castellano de la muesca espiral que se hace
al huso en la punta delgada para que trabe en ella la
hebra que se va hilando y no se caiga el huso, acaso
seria mejor llamar al dulce azucarillo de papelón, y no
hueca.
829. fabillo (del árabe jabí, manzana silvestre)
ó árbol del diablo, llamado por los indios del Ucayalí
sandi. Da un fruto verde y redondo que se compone
de una cápsula leñosa de doce á diez y ocho cocas
que al secarse se abren súbitamente por el dorso en
dos valvas, y se desprenden produciendo un estampido
semejante á un pistoletazo. Dásele al fruto el nombre
de salladora, porque sirve de tal cuando se le coge y
hierve en aceite. Con la madera de este árbol se fa­
brican canoas.
830. /alar, por halar, tendrá que prevalecer como
tantas otras palabras que han trocado la h por la j ; ya
porque se usa en partes de España, y universalmente
en la América española, ya porque se conforma más
que halar con la energía del idioma y la acción que
expresa. Lo mismo hay que decir d(¿jalón, hermano
legítimo de lirón. sobre que al dárselo á cualquiera, la
j impedirá que se le confunda con un alón de pavo,,
aunque el jalón sea de una buena moza.
831. El nombre de jojoto, que damos á la ma­
zorca de maíz que no ha llegado á sazón, parece
ser venezolanismo, formado por corrupción del auinen
tativo jayote, de joyo, grama llamada vulgarmente en
Venezuela “rabo de zorro,” que se da entre las ma­
tas de maíz tierno, y tiene una espiga parecida á la
del malojo, y frutillas con barbillas ó raspa semejante
á la del jojoto ó mazorca de maíz verde.
Diferenciase este joyo del maíz del que se da
entre los trigos, en que la cáscara de la frutilla es
de color de paja seca.
Circundado de bolillos «le jojoto ya desnudos del envoltorio consabido de
linas hojas de maíz.
l ’icón Febres. •)o J/orn! C o j. .Y.

S32. Jubilarse tiene el significado de hacer no­


villos, ó como dicen hoy “declararse en huelga los
estudiantes” , fugarse alguno de la escuela ó no asistir
á ella con engaño de padres y maestros. Debe de
ser anticuada esta acepción y haberse usado en al­
guna provincia de España, pues jubilarse tenía la
acepción de regocijarse, y el hacer novillos no es otra
cosa. También se dice, y con mayor generalidad, sa­
car cera: “ Fulano está sacando cera", esto es, ha­
ciendo novillos. Este sacar cera no tiene pero, una
vez que en castellano cerero tiene la acepción de “ el
que no tiene oficio y se anda paseando por las ca­
lles ”, según reza el léxico de la Academia.
833. Ladino, que es voz castellana, corrupción
de latino, sólo se usa en Venezuela por la gente
vulgar en la significación figurada de astuto, sagaz,
taimado.
834. Laircn, raíz comestible, cucurbia ameri­
cana.
835. Laja. Lancha ó piedra ordinaria que sa­
le de la cantera llana y lisa, y sirve para solar y
otros usos.
836. Lanchero. El patrón ó conductor de
lancha. Definido por el Dr. Aníbal Domínici, ha
sido ya sometido á la Academia Española.
837. Lanudo, lanuda. se aplica á la persona
rústica, tosca, grosera. Donde más se usa es por
Maracaibo y la Cordillera de los Andes.
838. Lapo. El pueblo aplica este vocablo al
individuo que con frecuencia, ó por cobardía ó por
simpleza, se deja vencer ó engañar por otro. Así
se dice que "Perencejo es el lapo de Fulano.”
839. Lata tiene, además de las acepciones au­
torizadas, las de bote hecho de hojalata, con su con­
tenido ó sin él (lata de salmón, de pimientos); y
tabla delgada sobre la cual se aseguran las tejas.
Y pues de lata hablo, no ya venezolanismo sino le­
gítimo barbarismo es llamar lata una vara de cha­
parro; decir dar lata por fustigar, castigar, etc. y
formar de tal lata el verbo latir en él sentido de
molestar, inquietar, perjudicar á otro, ganárselo todo
al juego, etc. Con todo, es curioso que en Es­
paña se emplee la frase dar lata. con la significa­
ción de dar broma, molestar, fastidiar, importunar,
según se ve por la prensa de la Península.
Probable es asimismo que por allá se diga ó
haya dicho lázaro por lazarino, pues nuestro voca­
blo es el bajo latino lazaras, leproso. Decimos in­
distintamente lázaro y lazarino. Del italiano laza-
mito tiene el castellano el término lazareto, al cual
da la acepción de hospital ó lugar fuera de poblado,
que se destina para hacer la cuarentena los que vienen
de parajes sospechosos de enfermedad contagiosa.
Los venezolanos lo usamos sólo para designar la isla,
hospital o lugar retirado donde se recluye indefinida­
mente á los lazarinos. Probablemente lo que hace­
mos es conservar la acepción primitiva de lazareto.
El hospi.al donde recluimos á los que padecen de
viruelas ú otra enfermedad contagiosa lo llamamos
degredo (1), acepción que debe de ser española. Lo
mismo es de sospechar de otras voces. Llanero, por
ejemplo, con que designamos al habitante de los
llanos ó llanuras, y á los deheseros, tiene puro as­
pecto español, y debe de serlo ó de haberlo sido.
S40. Lechero vale lo mismo que cicatero, taca­
ño, agarrado, avaro. Es despectiva. En el propio
sentido de lechero se dice en Venezuela, y con no
menor generalidad, pichirre, formado del indígena
picha, poco.
841. Lechosa. Fruta que da el papayo ó pa­
payero.
Lechoso, el papayo ó papayero.
842. La lechuza y el mochuelo son aves de
rapiña nocturnas semejantes á las de España. El
mochuelo es torpe. De la lechuza hay varias espe­
cies. Del individuo misántropo, que se deja ver ra­
ras veces, se dice que “ Es un mochuelo.” No dis­
cuerda con el castellano “ Cada mochuelo á su
olivo.”
843. Lepe. Golpe dado sobre la oreja con los de­
dos ínclice y cordial, sonando el índice, al modo de
látigo, contra el pulgar y el cordial. Generalmente
se da .de broma. Algunos emplean esta voz en
el sentido de coscorrón.
844. Licorera. Frasquera que además de los
frascos contiene las copitas para tomar el licor.
845. Linchar. Dar muerte por acción popular.
Linchamiento. Acción, y efecto de linchar.
Liuchcro ó linchaclor. K1 (pie lincha.
listas voces derivan, como es sabido, del apelli­
do inglés Lynch, v traen su orí tren de los Estados
Unidos del Norte. Origen norte-americano tiene
asimismo el vocablo locha, con el cual designamos
la moneda de nikel que representa un cuartillo de
real fuerte, pues aunque el castellano tiene la mis­
ma voz locha ó ¿oja, y el francés el término loche
para designar el cahitas barhilatus, cuyo color ha
dado nombre á la moneda, por acá, donde llama­
mos á este pez barbado, hemos formado tal voz del in­
glés loach, bien que esta palabra no tiene en tal
idioma la acepción venezolana.
846. Liquelique, que otros dicen liquilique, es
una voz singular formada del inglés like—likc
(laique—laique) en el patuá ó dialecto de las an-
tillas inglesas. Se usa generalmente en Venezuela
para designar una como blusa hecha de lien­
zo y en forma de camisa corta y con faltriqueras,
(pie usa la gente de escalera abajo, especialmente
los cargadores y mandaderos. Va aquí porque ex­
presa una cosa nueva y es de uso común en la
república y en las antillas inmediatas, bien que á
mí me ataca los nervios.
847. Mabita es un vocablo (pie dicen de origen
africano, y con el cual designan una especie de arador
que les cae á los cueros y los malea. En algunas par­
tes de la república llaman asimismo mabita las manchas
amarillas que aparecen en las hojas ele las plantas.
Metafóricamente se da á mabita el sentido que los
italianos á gettatorc, esto es. persona desafortunada que
lleva consigo la desgracia, y con quien nada sale bien.
Así dicen; “es un mabita;” y “le cayó la mabita,” “le
echaron mabita” ó “tiene mabita” de la persona que
por algún modo ha venido á menos y no alcanza á
mejorar. Enmabitar es privar úno á otro de toda buena
suerte ; hacer que con sólo su proximidad ó trato le salga
mal todo. Es como complemento de la creencia del
vulgo en el llamado mal -de ojo.
848. Oué llamajnos -mazorca en Venezuela ?
No es la espiga densa y apretada en que se crian los
granos del niaíz. como reza el Diccionario, que eso
lo llamamos tusa y lo llaman en España carozo. Deci­
mos mazorca del fruto del maíz con su envoltorio de
hojas, del carozo engranujado y sin las hojas, y de la
baya del cacao, que es como una pequeña maza, como
lo es la husada con su porción de lino, lana ó estambre
(Véase el § 578). La husada y las mazorcas de que hablo
tienen la misma forma. Estas acepciones de mazorca
son de legítima derivación ; y la nuestra, aplicada al
fruto del cacao, está autorizada :
1loscubrid un árbol frulal que tampoco conocía. d¿l cual pendían unas frutas
•‘1 ma'.orcos bastante "rundes (las del c a c a o ) .- - ). Tuinas de Inarle. /•,'/ X/zcn>
Van/,• Dttoticcima) . — Sus doncellas y ella, tudas.su;> un ascua de oro.
todas mazorcas </<• />crfas, tudas son diamante», tedas ruines, todas telas de
brocado de más de diez altos.—-Corvantes. ¡jóle. Sr¡/. Cu/’. X.

849. Malditas. Llaguitas pertinaces que se for­


man en las piernas y en los pies á consecuencia de las
picaduras de insectos venenosos.
850. Malojo llamamos la planta del maíz que por
no dar fruto ó por no desarrollarse éste conveniente­
mente, á causa del modo de sembrarla, sólo sirve para
pasto de las caballerías. En libro antiguo que se
halla en la Biblioteca Nacional, y cuyo* título y autor
no he podido recordar, dice que se puso tal nombre á
la planta indicada, porque debiendo sembrarse el maíz
á cierta distancia para que sea productivo, el colono
solía exclamar ¡mal ojo! cuando por no fructificar la
planta veía que el sembrador se había equivocado en el
cálculo de la distancia que unas de otras deben guar­
dar la matas. No obstante, es de de observar que
malhojo ó malojo es voz castellana antigua, significa­
tiva de “desperdicio ó desecho de alguna cosa que se
arroja por inútil,” como debió arrojarse ó desecharse
en los principios la planta del maíz que no fructificaba.
En Cuba han variado la terminación del vocablo, y
dicen malojo. De malojo decimos malojal\ .plantío de
malojo ; y malojcro, del que lo vende. El polvillo que
suelta la espiga del malojo determina una especie de
oftalmía que el vulgo llama mal de ojos.
851. Mavuvt, de mamar, es el nombre de una
fruta muy estimada.
I )el>ajo <ic los macos ó iintinoiuf.
Plantados por ¡Hieras ordenadas.
Castellanos. Elogio .V. Cunto /.

852. Manatí ó manato es un anfibio herbívoro de


color gris ceniciento, de diez á quince pies de: largo, de
cuero más grueso que el del buey, y de carne semejante
en el gusto á la de éste. Su grasa es excelente para el
alumbrado. Abunda en el lago de Maracaibo y en el
Orinoco. Se ha dicho que su nombre es indígena. Es
un error: ha sido formado de mano, como lo dice el
Cronista real Fernández de Oviedo :
“ Tione solas dos h u m o s ó brazos cerca d e la cabeza. cortos, e /•<-'/• oso los
chripslianos /«• iia'u-u Manatí.''— Historia (.ion,-raí y A alura! ti,• las hi-.lias, /.ib
X !//. Cu/. /X.

853. Mancorna, mancuerna ó yunta. Juego de


dos botones iguales, ó gemelos, sujetos por un arito ó
cadeníta del mismo metal. Me parece que no son
impropios los nombres de mancuerna y yunta.
854. Mandinga es voz africana, significa diablo.
y se aplica á las personas de carácter endiablado ó
pervertido y revoltoso. Se usa asimismo en otras re­
públicas de América, como introducida por los afri­
canos, pero en Venezuela su empleo es privativo del
vulgo.
855. Maneto. se aplica al que es muy junto de
rodillas.
En castellano corriente se llama “ mano de pa­
pel” el conjunto de veinticinco pliegos, que es la
vigésima parte de una resma de papel ; y en Vene­
zuela llamamos además manilla de p apel” el con­
junto de cinco pliegos que es también la vigésima
parte de una resmilla. Esto es propio, y pide su lu­
gar en el Diccionario.
856. nfanjarele, que el vulgo pronuncia bárba­
ramente majarete, se ha formado de manjar y expre­
sa un dulce hecho al modo de crema, pero más con­
sistente, con masa de maíz dulce y leche de coco,
y espolvoreado luego con canela. Nuestra mazamo­
rra se diferencia del manjarete en que es Hoja, no
lleva leche de coco y se le suele agregar ó cogollitos
de naranjo ó anís.
857. Lo que decimos -mantequilla es la manteca
preparada con el cuajo de la leche y sal. El espa­
ñol no distingue entre -manteca y mantequilla. Para
nosotros -manteca no es más que la grasa ó gordura
de los animales, especialmente la de la vaca ó el cer­
do. Mantecada es la rebanada de pan con mante­
quilla, y mantecado el bollo de pan amasado ó pre­
parado con manteca.
858. Mantuano, derivado de manto, por el que
usaban los indios, significó en los principios "descen­
diente del enlace de indios y españoles nobles ” , y
ha venido á significar por extensión, “ noble de al­
curnia” . D e este significado han creído algunos que
el vocablo derivaba de Mantua ; pero Madrid dejó de
llamarse Mantua hace largos siglos; de Madrid sólo
no venían los nobles; y cuando los reyes de España
concedían licencia de matrimonio á un noble español,
si la novia era de sangre limpia ponían la-,, cláusula:
“ por ser ella limpia de sangre, y no mantuana.” '
859. Manufacturar es verbo corriente en Vene­
zuela, y una vez que en esta época eminentemente
industrial, existen manufactura y manufacturero, no
alcanzo por qué no ha de existir manufacturar. Que
exista fabricar no es motivo para desecharlo, pues
también existe fábrica, y no obstante se ha dado
entrada á manufactura. Más viso de barbarie tiene
manufacturero, por fabricante, como que por su ter­
minación y por su sonido no conviene- mucho que
digamos con el genio de nuestro idioma, y huele á
francés plebeyo. O quitar este galicismo ó poner el
otro.
860. Maniñón. voz vascuence y castellana que de­
signa un pueblo de Navarra, es el nombre que damos
al mayor río que tiene la América. En castellano
se llama también marañan, el ciruelo silvestre. 1él
sabio Simonet cree que marañan como ararán y ara li­
rón, formas de la misma voz en diversas provincias
de España, deriva del árabe araucón, nombre del
sebestén y del ciruelo silvestre. Probablemente esto le dio
nombre de marañan al indicado pueblo de Navarra
y al Amazonas. El mcrcy (véase el párrafo 587) re­
cibe también el nombre de; maranón, acaso por el
hueso que lo corona, semejante á una ciruela.
Pin esta clase de relaciones de las voces las hay
muy curiosas ; llámase, por ejemplo, maraquita y ma­
raquita. respectivamente, al niño y á la niña menores de
una familia. El origen de esto es sin duda que el
menor es el último queha usado la maraquita ó ju ­
guete de tal nombre con que se acostumbra entrete­
ner á los niños de teta. De aquí el pueblo ha ex­
tendido el vocablo maraquita á significar cariño­
samente el o-uarin ó lechoncillo menor de una cria.
Del niño menor, cuando no dicen maraquita ó
maraquita. dicen aunceo ó cuneea. derivados de cuna.
861. Marimba es término africano, designa un
instrumento músico usado por los negros en sus bailes.
furruco. otro instrumento usado por ellos, es onoma-
topéyico. El farruca es un tamborcillo hecho de
un barrilito y un cueroal cual se le horada en el
centro para colocar enel agujero un pequeño palo
que por continuo frotamiento produce el sonido que le
da nombre. Cualquier ctimologista presuntuoso deriva-
ria á furruco do. fuñico, y á este de furo, por el agujero
del cuero.
562. Los llaneros llaman por extensión mala los
grupos ele árboles que se ven á trechos en nuestras
extensas dehesas ó llanuras.
Algunas m u ía s , que Sun pequeñas grupos de amules, parecen naves á la vela y
producen en sulejanía el efecto de estas.
liaraH y Coda/.zi. (¡t v g n t f ia </<■ I <

//
<*z t/ r / ii. P t ig . 66.

Mato, (pie es afín de matorral, es el nombre que


se le da á un reptil de la familia de los lagartos.
Los matos son pintados y andan empinados. (Véa­
se el nV 570.)
563. Mecha, por chanza, debe de haber sido in­
troducida por los españoles, como lo hace creer la frase
castellana, fig. y fam.: Aguantar úno la mecha ; y nace
sin duda de que la mecha sirve para comunicar el fuego.
Salva incluye en su Diccionario como venezolanismc
la frase hablar ele mecha, correspondiente á la de hablar
de broma. A mechero se le da la acepción de chancero.
Mechificarse es lo mismo que chancearse, bromear, pero
vacilo en creer que mechificarse se haya formado de me­
cha y el latín Jico re. Acaso no sea más que antigua co­
rrupción española del latín moestifieare, dar pena. Del la­
tín meestficore, tenemos mistificar, en el sentido de enga­
ñar, chasquear, burlar ; y mistificación, engaño, chas­
co. burla; pero mistificar y mistificación, se usan asimis­
mo en E spañ a; basta verlas en el diccionario de
Serrano.
864. Melado, por su semejanza con la miel en
calidad y color, llamamos la miel de cañas. También
se dice caballo melado, del que tiene el color de dicha
miel.
S65. Jfico, del latín mico, por los saltos y el
incesante movimiento, se llama á cierto mono muy
común en la República y en otros puntos de Amé­
rica. También se le llama chango y machango, voca­
blos africanos puestos por los negros de los campos.
866. Mingón aplicase al niño que de todo llora,
por exceso de mimo.
867. Así como en España se llama mona no só­
lo á la hembra del mono en general, sino á cierta
especie de mono africano, los cristianos, como llamaba
Fernández de Oviedo á los conquistadores, le pusie­
ron mona á una especie semejante á la africana, de
cabeza redonda, nariz chata y hocico corto. El mono
común es el machango ó chango, ya mencionado en
este libro; y además de estos y del araguato. hay
otros de nombres puestos por los españoles, como el
capuchino, la marimonda, el mico ó macaco, el carane­
gra, el carar-rayada, el machín. Marimonda se dice
por extensión de la mujer que por costumbre anda
desgreñada, y á quien le caen los cabellos sobre la
frente, como al mono así llamado. Macaco es voz caste­
llana formada de la árabe macacon. Nuestro macaco
es semejante al de España.

868. Monifato, venga de mono y Jato, como quie­


ren irnos, ó de mono y fatuo, como otros pretenden,
significa mozo presuntuoso y vano. Se le da también
la acepción de mamarracho.
869. Montuno. Rústico, ordinario, grosero; aplí­
case á las personas.
870. Morocoto es un pez orbicular y brillante, y
de él dió nombre de morocota á la onza norte ameri­
cana el General José Tadeo Monagas, Presidente que
era de la República, cuando por primera vez se recibió
en Caracas dicha moneda. De ahí se dice, con refe­
rencia al hombre muy rico, que está morocoludo. Para
mi morocoto es voz indígena; para otros se ha for­
mado de moto y coto.
La onza venezolana de valor de cien pesetas se
llama pachano, por el Inspector del Cuño, General
Pachano ; la peseta, bolívar, en memoria del Liberta­
dor ; y el peso de cinco pesetas, venezolano.
871. Morocho, cha, significa en Venezuela gem e­
lo, mellizo; y se aplica también á los frutos como
el plátano cuando se dan unidos, lo que acontece á
veces. Ignoro en qué país de América se aplica mo­
rocho al maíz que se distingue por su dureza y á la
persona robusta, fresca, y bien conservada, como dice
el I Accionario de la Lengua. Creo que la voz es
desconocida en Colombia. En las repúblicas del Plata
y en el Perú, morocho. significa moreno, y deriva del
latín monis, negro o moreno, por los habitantes de la
antigua Mauritania, como apunta D. Daniel Granada.
El vocablo que se usa en Venezuela procede del latín mo­
nis. el moral, castellano morco (moroeco. vulgo moro­
cho) que se aplica á la higuera, la morera, la papelera,
y otras plantas que. como el moral, dan la flor herma*
frodita. masculina y femenina.
872. Morrocoy. Animal ovíparo, semejante á la
tortuga, el galápago y el terecay; llega á tener más de
dos pies. Su coraza es redonda y parduzca con man­
chas negras. De pies parece un morro, y boca arriba
un coy con sus cuatro puntas. Esto le hizo dar nom­
bre, Kn tiempos antiguos hubo un barco español lla­
mado ■ morrocoy por estar cerrado por todas partes, y
tenca- por lo tanto figura de morra ó cabeza.
873. Llamamos mota, no sólo la partícula de hilo
ú otra cesa semejante que se pega á los vestidos ó á otras
partes, y el nu dillo ó gran illo que se forma en el paño,
sino también la pellita hecha de hilo, de lino, lana,
seda, ó algodón, que remata en pelusa colgante, al
modo de velló n ; y es distinta de la borla, la cual
tiene forma de campana y largos hilos sueltos ó entor­
chados como canelones, bien que tanto la borla como
la mota se les ponen á cenefas, colgaduras, cortinas y
otras cosas. De aquí mota es asimismo la borra, pe­
lusa, vello ó vellón que adherido á la pepita ó simiente
contiene la cápsula del algodón ó algodonero ; y deci­
mos desmotar el algodón, quitar la mota ó vellón á la
pepita, cuando el castellano diee despepitar ó alijar,
quitar la pepita á la mota ó vellón. Creo que en Ve­
nezuela conservamos las acepciones. legítimas, (pura­
mente castellanas la de pellita y vellón), si atendemos
á los diccionarios extranjeros.
874. De naranja decimos familiarmente media
naranja hablando de la mujer respecto del marido,
por considerarla como su mitad en virtud del lazo indi­
soluble del matrimonio. Es el único caso, en que se
emplea. La acepción general que trae el Diccionario
no tiene ni ha tenido uso en Venezuela.
875. Narizón es lo mismo que narigudo.
876. Nevería. Tienda donde se fabrica y vende
hielo, ó sorbetes y bebidas heladas.
Nevero. Persona que fabrica ó vende hielo, sor­
betes ó bebidas heladas.
877. Niguatero. El que tiene muchas niguas,
como acontece á los chicos campesinos.
878. Níspero, árbol que da una fruta que lleva
el mismo nombre. También se llamó níspero al sapote.
E s ta fru ía lla m a n lo s e s p a ñ o le s nísperos, s in lo se r. p o r q u e p a re s ce n a lg o

en la c o lo r al n ís p e r o .— F e rn á n d e z de O v ie d o . I lis/. Gruí, tic las Indias.


/.//«. V I II . Cap. X X J f.

879. Ñame, raíz comestible que se usa únicamente


en el cocido ó sancocho. La voz pertence á la lengua
de Angola. Indicaré que el Vizconde de San Javier
afirma haberla encontrado en Sierra Morena.
880. Olleta. Plato que se prepara con agua de
maíz, yare ó ají, tocino, carne de pato ó de gallo, sal,
vinagre, papelón y clavos.
881. Ollita de mono. Fruto semejante á una vasiji-
ta, que se emplea para curar el asma ó ahoguío. Lo da
un árbol muy hermoso que tiene el mismo nombre del
fruto.
882. Ojo de Zamuro. Almendra de cierta planta
del mismo nombre. Es un poderoso antiespasmódico.
El zumo de las hojas de la planta da una hermosa
tinta de escribir, que se aplica á la curación de las
hemorroides y de los callos.
883. Orégano. Planta aromática estomacal y anti-
espasmódica, que tiene diversos usos. Diósele el nom­
bre por semejanza con el que se da en España. Oré­
gano marítimo ó (abaco pescador es el nombre de una
planta marina semejante á la indicada, y muy eficaz
para los males de la orina y los ríñones.
884. Pajarero, ray (de pájaro), aplícase á las
caballerías espantadizas. En el antiguo castellano
se encuentra este vocablo con la significación de ca­
zador de pájaros.
E r a s e u n c a z a d o r m u y s o t il pajarera.
Can lares del .I r fipres/e d c l'ita . 720.
885. Pajareque clícese de la pared construida
con viguetas colocadas perpendicularmente, y á las
cuales se ponen de través cañas, rellenándola y cu­
briéndola con tierra 6 barro amasado con paja y
agua. Parece formada de paja ó pajar y la termi­
nación eque, la cual, aunque rara en castellano, lo
mismo que ique y oque, es de carácter des­
pectivo.
886. Paleto ha sido ya usado por muy buenos
escritores castellanos é hispano-americanos. Así co­
mo le tomamos al francés la voz levita, tenemos
que tomarle la voz paleto, porque en asunto de mo­
das Francia da la ley, y el que inventa tiene de­
recho á poner el nombre al invento, sobre que no
tenemos vocablo con qué designar, tal vestido. Se
equivocan los que creen que se formo de paleto, hom­
bre zafio, rústico, y asimismo los que lloran que no se
diga paletoque. El cual es otra cosa, es un capote sin
mangas, como el gabán es un capote con mangas.
El paleto es distinto y tiene mangas. Procede del
francés palctot, que se formó del latín palla, lo mis­
mo que el castellano paletoque.
■ 887. Pañizuelo, pañuelo, ó pañuelo de bolsillo,
ó de la mano, ó de las narices, son modos de de­
cir castellanos y correctos; pero cuando nosotros de­
cimos simplemente pañuelo, ó bien, pañuelo de las
narices, del que sirve para limpiar éstas ó sonarse,
los españoles dicen moquero, como los franceses mou-
cJioir. El peine que llamamos alisador, y se aplica
á alisar el cabello y á sacar las liendres, lo llaman
en España lendrera, que la gente de escalera abajo
dice li andvero, voz que tiene distinta significación.
No recomiendo el empleo de estas voces españolas. Más
culto es en tales casos el uso venezolano.
Con el nombre de paraulata, que es puro cata­
lanismo, (de porania, palabra), se bautizó un tordo
ceniciento que charla, canta y silba, al modo del
arrendajo. La paraulata no tiene, como éste, el dón
de imitar el canto de los demás pájaros.
888. Pancada. Golpe dado en el agua con el
pie ó la pierna cuando se está en el baño. D ar
pancadas. Tirar pancadas. La acepción es venezola­
na; pero la voz es gallega en el sentido de dar
uno golpe con el pie á otro.
889. Panela, derivado de pan, no significa en
Venezuela raspadura, como en otras partes, sino azú­
car ó papelón en panes prismáticos. Especie de
biscochuelo en panes prismáticos. Ladrillo prismá­
tico. La raspadura la llamamos simplemente ras­
padura, y es bastante llamarla así.
890. Papa, nombre de la patata, fue dado por
los españoles, del latín papa, comida. Acaso pa­
tata no sea sino corrupción de la voz castellana pa­
pa; mas como esta es una hipótesis que sólo
se apoya en el modo bárbaro conque los indí­
genas corrompían los vocablos castellanos, consi­
dero á patata como indígena. Verdad es que
el celebre helenista Fernán Núñez de Guzmán,
en sus Refranes y proverbios glosados, trae la
voz patata: pero tal vez el refrán se refiere á
los dátiles secos, en latín pateta?. La voz batata
es forma evidente de patata.
891. Papirotada lia adquirido el sentido ex­
tensivo de necedad, y no parece mal.
Papirote, tonto, necio; • y tampoco parece mal.
892. De pareja hemos formado parejero para apli­
carlo al que acostumbra andar siempre acompañado de
otro. El término es llanero ó de los habitantes de los
llanos ó llanuras, y de aplicarse á los caballos ha pa­
sado á aplicarse á las personas, que las hay xwwypare­
jeras, sin ser pederastas ni. bardajes. 6 por cariño ó por
miedo ó por interés.
893. Y a está en el Diccionario nuestro aragone-
sismo parranda, por jarana, holgorio; pero faltan en él
nuestros términos derivados parrandear y parrandero;
y si el padre ha sido convidado al banquete, no hay por
qué no convidar á los hijos, ya crecidos y barbados
bajo el sol de los trópicos. Tampoco estarla mal en el
léxico español nuestro término familiar patuleco, que no
es precisamente pateta ni zambo, sino únicamente el que
anda como los patos. Patojo es afín de patuleco, y es
el que tiene los pies hacia dentro como el pato, y más
nada.
894. Pedilón, formado analógicamente como comi­
lón, lo emplea el pueblo en la significación de-pedigüeño,
pedidor, pedigón. Del mismo modo dicen mordelón, en
el sentido de ■ mordedor. Tales venezolanísmos son vul­
garidades, pero sería difícil desarraigarlos.
895. Pela, zurra, azotaina.
Pelar, dar látigo, fustigar, azo tar; pero estos voca­
blos pela y pelar, deben entenderse en regla, hasta
arrancar la piel. Unos cuantos latigazos no constitu­
yen una pela. Por extensión se aplica el vocablo en
sentido moral á discusiones y controversias. La acepción
principal puede ser antigua, pues no procede de pelar,
derivado de pelo ; sino de pelar, (derivación de pellis,
piel), quitar la piel ó película:
Como al abu (arda vos p ela rá n el pellejo.
Can tures d t l A r c ip r e ste de P ila . ¿ 28 .

896. Así como se dice Juan, Juan Lanas, Juan


Palomo, del hombre sencillo, del tonto y del inútil, di ce­
se en Venezuela Pepe y Pepito en el sentido de curru­
taco, lechuguino, pisaverde, lindo, ninfo, narciso, barbi­
lindo, dengue, filé, tónico, etc.
E sté era un tipo inocente «leí anticuo, que existió siempre, aunque con dis­
tintos nombres de pisaverdes , currutacos, petim etres, elegantes y ttínicos.— Meso­
nero Romanos. Lechuguino.

No porque don Diego es lindo,


Mas porque del pié al cabello
Naturaleza le hizo
H om bre sin defecto alguno.
R ojas Zorrilla. D o n Pliego de X oche. J o r a . ! >rim . Pise. X P P I.

Y o descubriros no puedo
Más de que soy B ealricilla,
Y vos el lin d o Don I )iego.
M oreto. PU l i n d o D o n Pliego. J o r n . Tere. Pise, X l'P P P .

Que con las armas es Marte


Y con las galas X a re ¡so.
R o jas Zorrilla. D . D ieg o de X oche. J o r n . P r im . Píse. X I I P .

Haced creer estas cosas


A los hombres barbilindos.
Que por parecer potentes
Prohijaran un pollino.
Quevedo. Romance.
Que ya cubierto de canas
F u era un petim etre ¡im ío,
D ijecito de las damas,
Vivarachilo, m oñudo,
Director de contradanzas.
Moratín. ’/'.V V iejo y la X I h a . sle/. P ’rim . Pise. I I .
V oto al sol que estos n in fo s, muñecos de la Córte, piensan que en viendo á
un hombre cotí un gabán de puño, no hay más de hermanear.— AY Saftitulo P in -
(/tiro) . — Vino el i/on^uo, el f iló , el lechuguino de los bigotillos y la pera.— Meso­
nero Rom anos. AY D ía tic Toros. I I I .

De estos vocablos la Academia no ha aceptado los


de tónico, dengue y filé. Este último es el francés filé,
hilo de oro, hilo de plata. Aunque nada tenga qué
hacer con los pepes y pepitos, y menos con el filósofo
Platón, diré aquí que el vocablo platón, aumentativo de
plato, se emplea en Venezuela en la cuarta acepción
que el Diccionario de la Academia asigna á la voz
fuente; y no hay ningún mal en ello.
897. Pocilio, del latín pocillum, diminutivo de
pocnlum, vaso, se denomina en Venezuela un vaso de
loza, de forma cilindrica, que sirve especialmente para
beber líquidos hervidos.
898. Ponqué (paneake) Pasta ó masa muy delicada
hecha con harina, mantequilla, huevos1y azúcar.
899. Peritaje. Juicio pericial. Propuesta ya por
D. Aníbal Domínici.
900. Además del perol que indica el Diccio­
nario, designamos con tal nombre una vasija de
hojalata, de forma cilindrica, que sirve para calentar
ó hervir líquidos. Es un error sentar que la eti­
mología de este vocablo es el italiano painolo. El
perol primitivo se hizo de piedra. Su etimología es
el latín potra, de donde el provenzal pe ir o, peirol.
castellano perol, italiano painolo. Parolero es el
vendedor de peroles y otros útiles de hojalata y de
latón.
901. Picaflor. Colibrí, llamado también Clin-
fiaflor y Tcnte-cn-el-airé. Los mismos nombres tie­
ne en otras partes de América.
Mi amigo el egregio poeta argentino Rafael
Obligado, dice en sus redondillas E l M anantial:
Como ames, oculta aquí,
Kn el arbusto llorido,
I.as «los (k t Ius de su nido
K 1errante toUhrf.

Y en la Canción, dice:
Allí, en los bosques murmuradores,
Rajo la sombra de mi seiluil,
Donde girando los piajiotTS
Liban el dulce imrucuyá.

El burncuyá, vocablo guaraní, es la pasionaria.


902. Pico de plata, por la blancura y precioso
corte de su pico, más que por su armonioso canto
es el nombre de un pajarillo que. como nuestro
cardenal nuestro canario. nuestro turpial nuestro
gonzalito y nuestro curnñatd se acostunibra á los
dorados alambres de la jaula y deleita el hogar
venezolano.
903. La gente culta dice picoso, cacarañado y
picarazado del que ha sufrido de viruelas y queda
con hoyuelos y rnanehitas en la cara. El vulgo em­
plea el término picarazado, y en vez de cacaraña­
do pronuncia bárbaramente cacarrañado y cascaraña­
do, en algunos pueblos. Picoso es voz castellana co­
rrecta; cacarañado es voz de Galicia, según Cuveiro,
y consta ya en el Diccionario como correspondiente de
picoso. Cuanto á picarazado, se ha formado de
picaraza, nombre de una de las especies de urraca
ó marica, por las pintas que tiene, y que se ven
asimismo en los huevos que pone.
904. Pichagüero, árbol de la familia del totumo
que da el fruto llamado pichagua, de que la gente
pobre de los campos hace sus cucharetas.
905. Pilar. Descascarar granos como el maíz. 6
triturar cuarzo en el pilón.
Pilón. Mortero de madera ó de metal á la
altura del cuerpo. Sirve para pisar el maíz ú otro
grano por medio de una ó dos manos ó majaderos largos,
con el objeto de descascararlo, y se emplea en las minas
para triturar el cuarzo.
90Ó. Nuestro piñón no es la simiente del pino,
ni los huesos del fruto de éste, sino un fruto que
exteriormente se asemeja al del pino, y lo produce
la planta llamada mata de piñón (jaíropha curcas):
del mismo modo que nuestra pifia no es tampoco el
fruto del pino, sino la planta y el fruto de la bro-
mclia ananas. Pifia- está ya en el Diccionario, pero
no lo está piñal, plantío de pifias ó ananas, voz, es­
ta última, que no usamos:
V tus valles perfumados,
V los bananos frondosos
D e tus bosques primorosos,
Donde crecen descuidados
'fu s p iñ a les olorosos.
Manuel ¡Sorberlo Velancourt. .1 C iiw iii /C:.

907. Pipiólo. del latín pipió, polluelo, lo trae


ya el Diccionario con la significación de novato, inex­
perto, acepción desconocida en Venezuela, donde lo
que significa es simple, bobo, mentecato, que obra
sin reflexión y carece de carácter. Se le da siem­
pre sentido despectivo. Es esto cosa muy distinta
de novato. Por Colombia pipiólo es lo mismo que
chico, niño, lo que se conforma más con la etimo­
logía latina; y á pesar de ello,el señor Cuervo le da la
acepción de bisoño, novato. En Venezuela se ha for­
mado el término pipiolajc en el sentido de mucha­
chería, gentuza, chamuchina.
908. El pistero, ó vasijita en forma de jarro
con asa y un cañoncito ó pico, que se usa para
dar líquidos á los enfermos, lo llaman generalmente
en Venezuela pático, y no lo encuentro bárbaro,
porque realmente tiene tal forma. Es, sí, innecesario',
una vez que tenemos el corriente pistero. Convie­
ne que los cuarenta y tantos millones de hombres
que hablamos el castellano nos entendamos. Esto
no es posible sino uniformando y conservando el
idioma.
909. Pistola. Tonto, necio. (Porque cualquiera
lo maneja).
Pistolada. Necedad, simpleza.
910. Plancha, indudablemente por referencia á la
fotográfica, ha adquirido en el pueblo venezolano la
acepción de cuadro ó espectáculo que se presenta á
la vista, como el de un viejo carantoñero que enamora
á una buena moza.
911. Platanillo no es más que un diminutivo con
el cual designamos una hierba arborescente -de hojas
semejantes á las del plátano.
912. Pontificar, oficiar el pontífice, obispo ú arzo­
bispo.
Pormenorizar, es lo mismo que circunstanciar, que
es el vocablo castizo.
913. Prendedor denota una joya que tiene adhe­
rido un alfiler, y con la cual se prenden al pecho ó al
cuello el vestido ó la pañoleta las mujeres. Prendedor
de brillantes. Prendedor de oro. Es bien formado, pro­
pio y necesario.
914. No opino como baralt, que prestidigitador y
prestigiador sean una misma cosa. Prestidigitador, pro­
ceda de donde procediere, es simplemente/?¿£77r/(>/' de ma­
nos; mientras que prestigiador es algo más, pasa ya del
terreno del arte al de la ciencia, y es el que causa
prestigio, el que embauca fascinando, y el que hace
creer en lo maravilloso ó sobrenatural. De todos mo­
dos prestidigitador, de antiguo usaclo en Venezuela,
acaso más que en ninguna otra parte, se da ya la mano
con el prestigiador castellano en el Diccionario de la
Lengua, y bien pueden vivir juntos.
915. Pretil. Cualquier poyo de piedra, ladrillos,
ó cal y canto. En Venezuela no se llama pretil el
antepecho, que se llama antepecho, y si es el de la ven­
tana alpei zar, que el vulgo designa también con el
nombre de poyo, reservando el de pretil para los que
sirven de asiento. Esto conviene con su etimología que
es el latín petrinus. de piedra; griego, petrinos. De
aquí el castellano anticuado potril, hoy, por metátesis,
pretil, listo lo presento con toda claridad, de modo que
se ve la equivocación de los etimologistas que derivan
á pretil del latín peetus, pee/oris, y para justificar la
derivación lo llaman antepecho.
916. Pringamoza (de pringa y moza) es una de
nuestras ortigas ; otra tiene el nombre depicapica; otra
el de rompezaragüelo (de rompe y zaragüelles.)
917. Qucrrequerre dice un precioso gálgulo más
pequeño que la paloma, y asi lo llamamos.
918. Q-uimbombó, planta de semilla comestible.
La voz es africana, como parece serlo quinchoncho, otra
planta de semilla comestible.
919. Rabón. Cuchillo que ha perdido la cacha. Se
aplica por extensión al ya casi inútil por tener la hoja muy
gastada á fuerza del uso. Se le dió el nombre por la
cuchillería de Rabone & O- que existió en París. De
suponerse es que con facilidad perdían la cacha.
920. El rabopelado, que también llaman algunos
rabípelado, nombre más culto y que no es el que le ha
puesto el pueblo' es un animal del tamaño del gato.
Destroza nuestros gallineros y palomares, y le ha dado
nombre la circustancia de tener el rabo desnudo de pelo.
921. Raíz de Alato. Cierta planta en que para
neutralizar el veneno de las mordeduras se revuelca el
lagarto llamado mato cuando combate con otro reptil
venenoso.
922. Rasca. Embriaguez, borrachera.
Rascarse. Emborracharse, embriagarse, por la cos­
tumbre de rascarse el ebrio consuetudinario.
Rasca y rascarse son términos del vulgo.
923. Remojo, significa en Venezuela la propina
que se da al oficial ó sirviente del sastre que le lleva
á uno un vestido nuevo, y la cual consiste á las veces
en un trago de licor.
924. Con el nombre de reverbero se denota un ■
hornillo doméstico en el cual se cuecen líquidos por
medio del alcohol. Se hace generalmente de hojalata
ó de latón.
925. Ribasón. de riba, se llama en Venezuela un
fenómeno marítimo que consiste en afluir á la ribera
aglomeración de peces en grandes cantidades. Se
anuncia siempre por espesas nubes de pájaros marinos.
“Así como no se ha explicado todavía con certeza,
dice Aníbal Domínici, el fenómeno que llamamos
r i barcón."
926. El vocablo rochela (por el sitio de la Ro-
chelle) tan común en Venezuela con el sentido de de­
sorden, puede haber sido introducido por los españoles.
Mateo Alemán en la Part. II Eib. II Cap. IV de diez­
man de Alfarache, dice : “Todo el mundo es la Roche­
la en este caso, cada cual vive para sí, quien pilla
pilla, y sólo pagan los desdichados como tú.” Pero
el pueblo venezolano tiene asimismo el adjetivo ro­
chelero, ra, que aplica al chico juguetón y atolon­
drado, y á las caballerías que tienen el resabio de
resistirse á continuar la marcha. El verbo arroche­
larse es tomar querencia á un lugar, y se dice de
las caballerías cuando inopinadamente resisten á seguir
camino.
Rochelear es lo mismo que retozar, y no se ne­
cesita.
927. Rom (ruin) y romo, bebida preparada con
aguardiente destilado ; es muy semejante al brandy, y
quizá más fuerte.
928. Romanilla denota el cancel corrido, hecho
al modo de celosía, que se usa en comedores v co­
rredores.
929. De rost/ncle se ha formado arros/j notado para
designar e! color acanelado; pero tal voz es puramente
familiar y de uso de la gente vulgar. No es barbaris-
mo, pero sí vulgaridad, y no merece honores de ningún
género. Va aquí porque su forma no es incorrecta.
930. Nuestro sabw'eo salió tan legítimamente
de saborear como paladeo de paladear, y su uso es tan
común en la república que sería dificilísimo, si no-
imposible. desarraigarlo.
931. Sal de Urao es el nombre común que
damos al sesquicarbonato de sosa que se haya en
una laguna de nuestra provincia de Mérida ó Es­
tado de los Andes.
932. Sapolcro. El árbol que da el sapote.
( Sapolc, nombre de una especie de níspero, es vo­
cablo de origen mejicano).
933. Sarapia es el nombre común de un ár­
bol originario de los bosques de Guaya 11a y que
los indios llaman yape y cuniarú. El árbol es ele­
vado, hermoso, y exhala un aroma esqmsito. Su
madera es muy útil para muebles, y su fruto se ex­
porta en grandes cantidades para perfumería. Po­
sible es que sarapia sea corrupción de serapio, se-
rapia, nombre que se le hubiere puesto por lo sun­
tuoso. Los periódicos dicen hoy sarrapia.
La recolección de I cacao, del cu m am ó sari’f ia , de la castaña, e le .— Miclie-
I;mi y Rujas. K x p h r a d ó n (if d ir / . /JA. i ! I Cap. / ! ) . — 1.a w r o / w ú yape (.///•-
taris oiiaraío), originaria de los busques de la U u a y a n a .'-lía ra ll y Cudaz/i. A'rsit-
///.•;/ ¡ir /a (ir,'¿ ra fia ¡ir I'rn riir,/a .

934. Seringa, uno de los árboles de donde se


extrae el cancho.
Comercio que en el año más próspero, á cansa-d el valor que entonces tuvo
el caucho ó s,■ rin¿a, no excedió en su exportación de 2.000.000 de pesos.— Fran­
cisco de Michelvi::’. y Rojas. /\.\ptrnuián O/irii:/. /.i/’. /// Cap. /!'.
Acaso seringa, que otros escriben ceringa, sea
forma ele cerina. del latín eerium, por el humor que
del árbol mana y constituye el caucho ó goma elás­
tica.
Hay una palma llamada de la cera, por la es­
pecie de cera que vierte por la corteza.
935. Con el nombre de taburete (indudable­
mente tabúlete, de tabula), tenemos un pequeño asien­
to raso, sin respaldo.
936. Tara, es un insecto muy común, la lo­
custa veridissima.
937. Tequíele. Manjar hecho de masa de
maíz tostado, leche de coco y mantequilla. Es de
la consistencia del manjarete, pero casi negro por
haberse tostado el maíz. No lo tengo por indígena.
Los indios no sabían preparar tales manjares. 'Ta­
que es alegría en árabe, y la terminación ¿che se
ve en la formación de otras voces nuestras, como
palmiche, especie de palma.
938. Tibiar, calentar moderadamente, templa­
damente, ni caliente ni frío. Usase también como reflejo.
Figuradamente vale disgustarse. La Academia autoriza
los vocablos tibiamente, tibieza, etc. pero no el verbo
tibiar, que es español, pues se encuentra en escri­
tores clásicos con la acepción de calentar modera­
damente, como lo ha comprobado el señor Cuervo.
El sol no /i'iiti mis cerúleas ondas
Ni las enturbia el baladnr «anatlo.
1\ «le Espinosa. i-VihitUi lú/J.u i!.

El autorizado entibiar debe de significar poner


tibio lo que estaba muy caliente; y templar, modo-
rar las pasiones, etc; y tibiar poner tibio, dar cierto
grado de calor á lo que estaba frío. Sea como fue­
re. ta l'e s el uso en Venezuela; y sólo en Venezuela,
<[ue yo sepa, se le da á tibiar la acepción figura­
da de disgustarse ó desabrirse. Tibiar me trae á
la memoria el verbo temperar, al cual se le da la
acepción de ir á un temperamento ó territorio de
condiciones de salubridad distintas de las de aquel en
que se habita.
939. Tijereta llamamos un ave marina cuya
cola presenta en el vuelo forma de tijeras, y asimis­
mo una especie de polilla ó traza que deja un cor­
te como de tijeras. Los. alarifes llaman también
tijereta los palos colocados en forma de tijeras
abiertas. Estos vocablos no tienen pero.
940. Tina es mitad de barril ó tonel, y sir­
ve para varios usos. Es asimismo el utensilio de ma­
dera que expresamente se hace de la misma forma y con
asas. Esta voz ha sido propuesta ya por 1). Fe­
lipe Tejera.
941. Tinajero, voz ya colocada en el Diccio­
nario. expresa un armario en cpie se pone la pie­
dra de filtrar, el agua potable, la tinaja ó bernegal
que la recibe, y el cántaro y los vasos para su ser­
vicio.
'Tinajón y botijón se llama indistintamente un
gran botijo de loza gruesa é interiormente vidriada,
de abultado vientre y boca proporcionada, pero sin pi­
tón ni asa. Sirve para depositar agua. Botijoncito
se dice del medio botijón, que tiene, poco más ó
menos, una vara de altura.
942. Tomuza (¿latín thomix, thomicis?) desig­
na en Venezuela la greña abundante y áspera, co­
mo la del africano cuando tiene el cabello crecido.
943. Tranca, borrachera.
Trancarse, embriagarse, por aquello de dar tran­
cos ó pasos largos el ebrio. Tranca y trancarse son
voces de uso familiar.
944. Traza (de taraza, taracea), designa una espe­
cie de polilla, semejante á la llamada tijereta. Para es­
pecies de polillas que destruyan no faltan hasta en
dos pies en estos fecundos países de América.
945. Trompa, en el sentido de hocico (2^ acepción)
acaso proceda de Andalucía. Trompada-, que decimos
en vez de puñada, puñete, puñetazo, es un andalucismo,
y si bien rectamente debía entenderse golpe dado con la
trompa,, y no en la trompa, ni en ninguna otra parte,
no me atrevo á calificarlo en rigor de barbarismo, por­
que la Academia tiene trompis y en el mismo caste­
llano y en otras lenguas, acaso en tocias, existen voca­
blos semejantes tomados en sentido contrario que el
que analíticamente expresan, como pescozada. Y aun
los hay tan anómalos que tienen una y otra significa­
ción, como nalgada, que así es golpe dado con las
nalgas como golpe dado en las nalgas. En castellano,
sólo el elefante ó sus congéneres, y entran en ellos los
trompetas. debieran dar trompadas.
Con ia primer trompada que le alumbre, del tiro lo eolio al suelo sin sentido.
— Picón Febres. / 1~a os H o ra ! Cap. X II '.

Y a que cité el vocablo pescozada, diré que es un


barbarismo escribir pezcozada y pczcozón, como hacen
tantos; y mayor barbarismo darles la significación de
bofetada, pues pescozada y pescozón lo que significan es
golpe que se da con la mano en el pescuezo, ó algo
más arriba, en la cabeza.
946. Porque canta como una trompeta, se le ha
dado á una preciosa cantinga el nombre de Trompetero.
Los hispano americanos son muy aficionados á esta ter­
minación en ero. La voz anticuada trotero, significa co­
rreo en la acepción del que tiene por oficio llevar cartas
de un lugar á otro; mas en Venezuela le dan malamen­
te el sentido de trotón y trotador :
Que es cosa dura y de muy mal agüero
Salirse por las ancas de un trotero.
Jesús María Sisliaga. Una Corrida do Toros.

947. Acaso no haya portugués de alcurnia que


tenga tantos nombres como el tucán ó tucano. Noso­
tros lo llamamos Tucán. Diostedé, Pico de frasco, P ia­
poco. Predicador, y aun tiene otros nombres en dis­
tintos lugares de América, como Pico-feo, Guazaté.
Pito-real. Su nombre más común es el de tucán:
Es la America patria de caimanes.

De monos, papagayos y tucanes.


Sisliaga. La vida, en Rio Chico.

948. Como se aplica el participio cerrado en cali­


dad de adjetivo á la persona muy silenciosa y disimu­
lada, aplícase en Venezuela el participio tupido á la
persona torpe ú obtusa. Siendo tupido lo que está obs­
truido, cerrado en todos sus poros ó intersticios,
encuentro hasta gracia en el venezolanismo, el cual
nada tiene qué ver con estúpido, si bien por su for­
mación y linaje se le acerque mucho.
949. Con el castellano tusa, del verbo anticuado
tusar, atusar, significamos lo mismo que carozo ó carosa,
esto es, la parte leñosa ó corazón ele la mazorca de
maíz después de desgranada. Los venezolanos jamás
hemos oído llamar tusa el cigarro de tabaco picado y
envuelto en hoja de maíz. De mí digo que esto tiene el
aspecto de un barbarismo. Todo tabaco menuda­
mente picado, envuelto en papel ó en hoja de maíz, lo
llamamos cigarro ó cigarrillo; y tabaco simplemente, ó
puro. (que es puro tabaco, ó tabaco puro\ el rollo de
hojas de tabaco fabricado expresamente para ser fuma­
do. En España se da el nombre de colilla al remate
ó cabo del cigarro ó puro que arroja el fumador cuando
ya está satisfecho, ó no quiere fumar más, ó se quema­
ría si continuase; pero en Venezuela se le llama sim­
plemente cabo ó cabo de cigarrillo, cabo de tabaco, lo que
es tan propio como colilla. Paréceme extremada la
definición que de colilla dan los diccionarios, pues en
todas parte los mendigos recogen los cabos ó colillas
y los fuman sin riesgo de quemarse, como que raras
veces se arrojan éstos tan pequeños como hace suponer
la referida definición.
950. Virote. por hombre erguido, demasiadamente
serio y quijote, es castellano autorizado ; pero de él
hemos formado virotada, acción necia, • propia de un
virote ó quijote. Nada tiene qué censurar.
951. ¿ Qué nombre ponerle á aquella avecilla ne­
gra y brillante, como vestida de finísimo raso, listada
de blanco en la cabeza, en los extremos de las alas y en
la cola, de gracioso copete, y- vivaracha y alegre y sali­
dora ? Pues atinaron los españoles al ponerle Viudita.
Viudita llamaron también á un pequeño mono de pelo
suave, lustroso, y de un hermoso negro. Tiene la par­
ticularidad de tener la cara cubierta con una como
máscara cuadrada y de color blanco azulado que le
cubre ojos, nariz y boca. Es de las regiones del Ori­
noco. y raro y delicado.
952. Va-acabo dice un hormiguero que como una
voz humana canta especialmente de noche en la soledad
de los bosques. El romanticismo de Abigaíl Lozano
no olvidó el canto triste de este pájaro, y lo transformó
en algo como precursor ó heraldo del ángel extermi­
nado)'; pero el mundo todavía remienda sus paños y
pasará sus años.
953. Zamarro. Astuto, hombre mal intencionado
que aparenta ser un cordero.
954. Zamuro. Cuervo indolente y voraz y de olor
repelente. Prefiere para el alimento la carne corrompi­
da y los excrementos. Su glotonería k) obliga á vomitar,
de donde el llamarle Zamuro ó Samuro, del anticuado
Xa murar ó Jamurar, vomitar. Esta variación de letras,
como en Jamuga y Samuga, es muy común en el caste­
llano. Este zamuro es negro, pero hay otro blanco
sucio, de alas negras y pescuezo rojo, llamado rey tic los
zamuros. por el temor ó respeto que inspira á los otros.
Al zamuro, distinto de nuestro c?icrvo, que es un ave
acuática, se le llama en la isla de Margarita Fuaramuao,
voz anticuada que significaba cuervo; y en Maracaibo
gallinaza (vocablo castellano), por lo inmundo.
955. Zarandearse equivale á contonearse; zaran­
deo á contoneo; y de este verbo zarandearse, del caste­
llano zarandar, viene el sustantivo zaranda, especie de
peonza con punta muy larga de la misma madera.
Paila por medio de un manguito y una cuerda. He de-
jado de incluir en esta lista muchos venezolanismos
como arepita, orejano, malojal\ que- se encuentran ya
en el Diccionario de la Academia lo mismo que algu­
nos de los que he definido ; y he callado asimismo rio
pocos significativos de árboles, plantas, lugares, mon­
tañas, ríos y animales, porque de otro modo alcanzaría
este libro demasiado cuerpo.

C A P IT U L O IX

V O C A B LO S IX D ÍC E X A S

956. Pocas son las voces indígenas de que hace­


mos uso en Venezuela, y algunas de ellas, introduci­
das por los conquistadores, pertenecen al azteca ó á
otras lenguas del continente, ignoradas de nuestros in-
dios. Basta leer el Conjessoiiario Cuma nabato de Fray
Diego de Tapia, donde más que en ninguna otra obra se
pinta vivamente la ignorancia y barbarie de los indios de
Venezuela, para comprender por qué no ha sufrido el
castellano en esta nación, como en otras, la invasión de
términos indígenas, y por qué los conquistadores, sobre
acontecer generalmente que estos impongan su lengua
al vencido, se vieron en la precisión de dar nombre, en
los más de los casos, á casi todo lo que se presentaba
á su vista, además de que debía de tenerlo á orgullo y
como de derecho. Por más que con gramáticas y estu­
dios especiales se quiera hacer ricas tales y cuales
lenguas de nuestro territorio, como el caribe, el cuma-
nagoto, y el goagiro ó guagiro. los vocabularios de las
.tribus son relativamente escasos, y conformes, por ley
de naturaleza, con sus necesidades y costumbres, en
general bárbaras y limitadas. Por ello vemos en el cu-
managoto palabras latinas ó castellanas, corrompidas ó
no, y de las más necesarias para expresarse, como la
conjunción et, el verbo temeré, los sustantivos carne,
papua (padre), patretom (padres), mama (madre), poca-
toppc (pecado, falta, yerro, error); y voces de su propio
vocabulario como choto, significando indio, hombre, indi­
viduo, persona, etc.; y de la misma manera en el goa-
giro voces arábigas, como gandul, guabina, moján ó
mohán, y entre muchas más la misma de guagiro (jefe
ó señor); corrupciones del castellano como rahuna,
lagu n a; karica, ca rg a ; manchare, manchar; purke\
puerco ; pitra, para ; kurúrase, corales ; jir ju l, frijol;
ptirana■ y prana, plátano ; marike, maíz, y muchas más.
Lo mismo acontece en todas las lenguas y-^.dialectos de
esta región. Fernández de Oviedo, Las Casas y Pedro
Simón Abril señalan no pocas veces la razón de cómo
y por qué pusieron tal ó cual nombre á esta ó á aquella
cosa, ó por semejanza con alguna d é la Península ó por
cualquiera otra circunstancia, á las veces rara y capri-*
chosa. . El latín, el castellano, el árabe y las lenguas
regionales de España, especialmente el vascuence, con­
tribuyeron á tal obra. De aquí que las voces indígenas
usuales en Venezuela sean relativamente escasas. Se­
ñalo en este capítulo las más comunes, omitiendo sólo
algunas significativas de árboles, plantas, lugares, ríos
y animales.
957. A cure (del taino kuri). lvspecie de conejo
indígena. Phs blanco, variado de manchas de diversos
colores. Es dulce y tímido, y de fecundidad asombrosa.
Hay otra especie llamada agutí ó un ¿re de monte que
se asemeja algo en sus costumbres al conejo y á la
liebre.
958. Aguacate (del azteca ahuacaquahuitl) árbol
de cuyo fruto, que es muy apetecido y gustoso, se saca
aceite. Su madera, que es roja, sirve para máquinas y
obras' de torno. La corteza da un tinte medio entre
amarillo y rojo.
El aguacate es «lela misma familia.— Mural; yCoiliu/.i. Resumen de la (/,■ <>-
¿rafia de Venezuela. Geografía /■ '/sien.

959. Anaca ¡mita (mejicano). Nombre de una fru­


tilla negra de concha más dura que la avellana, y más
pequeña.
960. Arcito. significa baile. La voz se encuentra
en el goagiro y en el haitiano, lo que parece darle
origen caribe. Los caribes eran piratas que asolaban
las costas de Venezuela y las Antillas.
961. Arepa. Pan de maíz de forma circular
y que se cuece en el budare. Es el cumanagoto tre­
pa, maíz maduro. El tierno ó en agraz lo llamaban
chocori.
962. A tol, (voz mejicana), preparación un tan­
to espesa que se hace con agua, arroz y azúcar,
y se administra como alimento á los niños y
enfermos:
963. B ijao (vocablo taino ó haitiano, bihai.) Es
una planta muy útil de cuyas grandes hojas se
sirve el indio para formar sus barracas.
964. Botuto se llama hoy el pezón largo y
hueco que sostiene la hoja del lechoso que en otros
países llaman papayero, por dar la papapa, que
en Venezuela llamamos lechosa. El vulgo pronun­
cia botuto. El indio goagiro usa el botuto como ins­
trumento. Eos indios del Orinoco construían su
botuto de arcilla al modo de trompeta, con tres barri­
gas elipsoides que iban siendo de mayor tamaño ha­
cia el extremo inferior. Dicen que su sonido era
grave y terrífico. Por lo grave del sonido llama­
rán botuto los indios el pezón indicado.
Kl boluto ile que habla (riimiUa es uno ile los instrumentos más antiguos de
los indios de estas regiones.— Kanióu <lt: la l ’la/.a. Unsayos sobro d Arte cu l'cuc-
-.h,•/«.)- I.a trompeta del bolillo ya no suena como una cosa sagrada, sirviendo alm-
ra sólo para sus Sui les y diversiones.— I¡arail y Coda//i. (/coyrafia ,1c Vene-
Z/lcht.

965. Bu da-re, plancha de barro cocido en que


se cuece el pan de maíz llamado arepa. La voz.
como he dicho ya 585), es caribe; el taino dice
hurón. El sánscrito tiene el vocablo búlala, tierra;
y el malayo la raíz bu asar, emparrillar.
De la rayada yuca
Sobre el tuniurr
Sé tostar el mañoco
V hacer cazabe.
Abelardo Gorrochotegui. Aromare.

966. Cacao (mejicano).


967. Cachapa, bollo de masa de maíz en
agraz, endulzada con papelón. Tal vocablo es cii-
managoto, formado de calcha, masa de harina de
yuca (quichereb y de la partícula subfija pe. El
mismo es, en concepto mío, el origen de la voz
casabe, torta de harina de yuca, aunque haya quien
pretenda darle derivación árabe, de casaba, fortaleza
ó fortificación. Es de notar que el malayo designa
una planta con la voz kechapi; y nombra kechambah
los granos germinados, y kachang los frutos de las
plantas leguminosas.
968. Cachicamo, es el nombre que se da en
toda la república al tatú ó armadillo. Créesele- vo­
cablo tamanaco. de hahihamo, que otras tribus pro­
nuncian ha ichamo; pero acaso estas formas sean co­
rrupción de cachicamo, voz de aspecto castellano,
formada como cachidiablo, cachirulo. cachivache, ca­
chicuerno, cachipolla, cachigordo, etc. y que parece
compuesta de cachi y cama camus) por la forma
del animal, que por otra parte es ridicula, encor­
vada casi siempre.
969. Caguama (del caribe kahuamd). Carey
ordinario. Animal de la familia del cangrejo.
970. Caimán (caribe acogouman). Cocodrilo.
¿Qué ¡inaje temió <le muerte cruda
Quien con ojos enjutos
Vio los escollos verlos, la Herminia
Y los fainuuus Itritios?
Francisco de Mediano. Oda A'.

No puedo dejar de decir que ahí el adjetivo


brutos es un ripio del tamaño de un caimán. Juan
Ignacio de Armas cree que caimán es voz árabe;
y es posible, porque en los principios se le llamó
el lagarto, de donde la corrupción norte americana
alligator, hoy en castellano aligador, que así ruedan
los vocablos.
971. Carnaza, fruto del camacero, variedad dej
totumo, más grande y fuerte que éste.
Cuando el sol nuevo rasgaba brumas
De ac|uellas lomas del Cavicuao,
Ya con au/uiziix, ya con totumas,
Agua cogían del Macarao.
Domingo Ramón 1le mánde/.. /-.Y .¡m illo </.- /'■ /.( J'aiom.:.:.
972. Caney, vocablo que unos tienen por si-
boney, pero que otros creen puede haber sido for­
mado de caima por los conquistadores, designa una
choza redonda hecha de palos y cañas. Difícil es
atinar hoy con las voces indígenas 6 con las corrup­
ciones, cuando no hay comprobación incontestable.
Por ejemplo, se establece que meen i es negro en
oyampis. Ellos dicen mecrú ó neerú, pero para
cualquiera medianamente entendido en lingüística, ta­
les vocablos son corrupciones de la voz castellana
negro, ajustada á la pronunciación oyampi. Sin
embargo, tengo para mí que caney, es el malayo
kana/i, casa, habitación, sea que de antiguo hubiese
pasado á América, sea que haya sido introducido por
los portugueses ó españoles.
Y esta manera de casase llama tuncy— Oviedo y Valrtús. Sumario. Cap. X.

973. Canoa. Embarcación de remos, larga, sin


popa, proa ni quilla, al modo de un gran cayuco.
No conocemos ningún bote ni ningún sombrero con
tal nombre. Este es venezolano, de origen indígena.
Caribe canaca; de donde el galibi y el rucuyano
canana, haitiano canoua, y carijona canaouaya, que es
vocablo bien canalla. Según Horn la voz canoa- es
de origen fenicio, con la misma significación de na­
ve. No falta quien la crea voz castellana, del latín
caima; ¿por qué? Léase á Llano Zapata y á Bachi­
ller y Morales. D e los oficios de la canoa en los
temporales, procede la frase metafórica y familiar
arrimarle á úno la canoa, favorecerlo en alguna
necesidad, especialmente con dinero.
Y mira como la búa
Ilaciaun montecillo vcnle
Domle sur«'e una ■ aura
José Ramón Ycpes. //¡.¡¿ana.
974. Carato (caribe). Bebida hecha con masa de
maíz, papelón y agua. Cuando el carato se pone agrio
por efecto del tiempo, se dice que está casquite; y
asimismo se dice de platos como la ensalada, cuando
guardados por algún tiempo exhalan un olor desagra­
dable que indica no hallarse ya en buen estado.' La
voz casquite es tenida por indígena, pero no ine aven­
turo á asegurar que lo sea. Los mozárabes decían
cascachux (bajo latín quassicatus, latín qnassatus, verbo
quassare, mover, maltratar, destruir, quebrantar, pertur­
bar; en castellano, cascar), de la suciedad, hez, escoria ó
cascarilla del cobre; y lo casquite, como todo lo que
comienza á descomponerse, cría moho ó suciedad. Por
extensión se aplica el término casquite á la persona de
mal carácter.
975. Cariaco, del oyampis cariacu, corza. Cierto
arbusto y su fruto.
976. ' Cariaquito. Arbusto semejante al anterior.
El mismo nombre se da á su frutilla.
977. El caricari, (voz caribe), es el halcón brasi­
leño, que se alimenta de ratones, reptiles, pajarillos é
insectos.
978. Caoba. La madera del caobo.
Caobo (voz caribe), árbol hermoso cuya madera se
conoce con el nombre de caoba.
979. Cayuco, voz tenida por caribe, conque se de­
signa una pequeña embarcación hecha de una sola
pieza. En malayo kayuh es remo, y kayú, árbol, madera.
980. Cazabe, del cumanagoto kaic/iapc, es el pan
en forma de torta hecho de yuca rallada.
Teuíiin allí amellas lorias ^raíales de safti/u vizcocliado. é también de mahiz
é yuca mezclado, tjucsbuen pan.— Oviedo y Valdés. J/ist. JJb. L Cap. X X I I'.

El Diccionario de Autoridades cree que cazabe,


que Oviedo y Las Casas escribían calalú, nace del
verbo árabe casabe, fortalecerse, guarecerse. Tal supo­
sición del Diccionario de Autoridades queda desvane­
cida con esta afirmación de Las Casas, muy bien fundada :
El alimento que ¡mlinariameiUe se les dalia, era una porción de pan del
país, esto es de Cazata, compuesto con ciertas raíces, el cual es </<.• muy j-oat sus -
tsimia, si no se le mezcla carne ó pescado.- -Las Casas. Opuse. S , / u y//.•sita
•u/rt! la ilespa/j/as'iihi ¡le las laslias Oi't/\!i'nla/es. A'uztf/i XJ".

981. Colibrí (caribe). Avecilla más grande que el


tucuso, de colores variados y hermosos, y pico corvo y
prolongado. Vive del néctar de las flores, y sólo en
las regiones frías. Sus huevos en el nido parecen
perlas en una concha.
982. Conoto (voz caribe y cumanagota). Pájaro
algo más grande que el arrendajo y que imita también
el canto de otras aves; pero es hediondo y persigue
las plantaciones de cacao. D e las mismas tribus indí­
genas de Venezuela es el vocablo coroto que significa
cosa inútil, y hoy se emplea en toda Venezuela, y aun
en las demás repúblicas que compusieron á Colombia, en
el sentido de trastos, bártulos, trebejos. Estas termina­
ciones indígenas, ato, oto, ote. han ejercido notable
influencia en el vulgo que á las veces, para ponderar,
las da á ciertos sustantivos y adjetivos.
983. Conuco. Plantío de frutos menores que con
permiso del amo sembraba el esclavo para provecho
suyo y de su familia. Hoy se da el nombre de conuco
á cualquier plantío de frutos menores. Fernández de
Oviedo da este vocablo como de la antigua Isla Espa­
ñola ó Santo Domingo en la-significación de haza ó
heredad; pero ella lo tiene del caribe cunucu.
984. Copey (voz taina). Hernioso árbol de sombra.
Y del <7'/vr altivo
1.a verde, la ancha copa. . . .

José Amonio Mnylíu. C u .h ito s <


/ iV / f i/ , ¿ r.

085. Cuaima (voz chaima*: kuaimd). Culebra


muy ágil y en extremo venenosa, negra por su parte
superior y blanquecina por la inferior. Abunda en la
región oriental de Venezuela. Ser una- cuaima. es
irase familiar y metafórica, que significa ser muy avi­
sado y peligroso. Los mismos chaimas llaman finai na-
á la boa ; y los cumanagotos guaima á una de las di­
versas clases de lagarto. Quedan restos de los indios
chaimas en la antigua provincia deMaturín, al oriente
de Venezuela.
986. Cují. mimosa arborescente de madera torcida '
pero muy sólida, que se emplea en horcones, dientes
de máquinas y curvas.
Ouc ¡ti mustiorayo del sol quevuela,
Verás palomas cutre r u jie s .

De piesy alas como canela,


De picoy cuello como rubíes.
D. k. Hernández. E l A r r u llo .C l e E j/ o u tu

Cuando en la noche la blanca luna


l’iriía la orilla de la laguna,
Allá en !n copa de algún. a :¡¡

Caula iieamores e¡ i / iin ilí.

Felipe Tejera. E l CU)uto C:/./tt.-.

El ehirulí es una avecilla de dulcísimo canto. Dudo


de que ehirulí sea vocablo indígena. Acaso pertenezca
al habla de gemianía con la significación de parlero, y
haya sido puesto por los españoles.
987. Cunaguaro (indígena). Especie clel tigre,
común en Venezuela.
988. Curiara, es una embarcación de vela, y remo,
menor que la canoa, pero más ligera y más angosta.
Es del caribe Iculiala, de donde el piapoco coliara,
galibí kuliara, chaima ¡curiara.
Cuando el espacio se aclara
Se ve que luchan á muerte
Encima de una enriara,
El español !>ravo y fuerte
V el cu ro y fornido Mara.
José Ramón Yepes. Indiana.

Es de notar que en sánscrito leu¿i ó kuri es mano,


y /cula, lago.
989. Curuca/, es el nombre que nuestros indios
dan al tacamahaco, y designa en nuestro lenguaje una
quebrada. Parece voz caribe, como curujujul. nombre
de una fruta; caricari, que he mencionado ya ; cu-
riora , y otras más de forma semejante.
990. Cvpana. Bebida preparada con el fruto de
la planta del mismo nombre. Es muy amarga, pero
devuelve las fuerzas materiales perdidas por exceso de
trabajo ó desvelo.
Por que si se hah/an en 1lin aju do huitín sido creyendo que la cu pana que les
dahan era como la de San Peinando. — M ichelcna ) Unjas. — U.x¡'lametón Oficial
I'rhn. Cap. X I X .

991. Chaguarama. palma gigantesca, elegante y


majestuosa. El trcnco tiene al rededor de veinticinco
varas, y las hojas son como plumas, delgadas, ondeadas
y rizadas hacia la punta. Su fruto es farináceo, dulce
y nutritivo, y se come como el plátano y la papa. Este
árbol magnífico se usa también como adorno en casas
y alamedas.
A qu í del i/in g iin n im a
Con sentido rumor, la copa enhiesta
A reposar me lla m a .. . .
Ildefonso Vásqucz. . / Carneas.

992. Chayota (mejicano). Nombre de una le­


gumbre:
993. Chicha, como nombre de la bebida fermen­
tada de los indios, no es castellano, á pesar de que
el Diccionario de Autoridades dice que pudo llamarse
así por ser muy sustanciosa como la carne. El malayo
tiene la voz chicha, que significa en salsa, impregnado ;
y tampoco es malayo. El origen del nombre está
en que los indígenas llamaban chichi ál sol, y le ofren­
daban su bebida favorita, que suponían era también la
del dios. Por ello dice Gonzalo Fernández de Oviedo,
Libro L Cap. X X IV :
I.os quales (d o s leon es) tenían con los bracos c tiñas toda la obra que
a llí estaba esculpida de medio relieve, en medio de la cual había un agujero por
donde echaban ekieha ofivsSida al sol, ques el vino que aquella gente bebe, y el
sol es á quien adoran por stt Dios.

Chicha es el néctar de Chichi. Oue le haga buen


provecho.
994. Chimd (indígena) Pasta de extracto de taba­
co y sal de Urao.
995. Chirimoya (quichua), fruta muy estimada.
Chirimoyo. Arbol que produce la chirimoya.
996. Chocolate, (mejicano).
997. Chorote. Este vocablo cuya significación
definí ya en el párrafo 763 es de origen mejicano..
998. Chumbe (voz goagira) designa una especie
de manta ó refajo largo de las indias goagiras, tejido
de algodón.
o La definición de Salvá es errónea.
L 7///*•'/<<•.> y d iales
M ás ricos i]ue «leí moro
I.os almaizales.
José Antonio Caleaíio. J.u M a g tty el Genio t/e Lis .V.7r■os.
Chagualas tic oro repartió :í las vírgenes
Y azules rh n m le s á las madres todas.

José Ramón Yepes. /.os H ijo s de /'a rayanla. Historia /'asada.

Y cuya el/n/nbe de algodón blanquísima en extremo, prestaba cierto lustre


de salud á su pied cobriza.— José Ramón Yepes. Anuida.
l ’arda serpiente cascabel agita,
Y elevando á Yarfú propicio ruego,
C oge un tizón, la e/tiintf'e se despoja,
Salta, y tizón y sierpe y ehunibe arroja.
Yepes. Los H ijos do /'arayanta.

999. Cania (quichua). Llovizna y Mollizna.


(¡amar. Lloviznar y molliznar. Estas voces no
se usan sino en el oriente de la República, especial­
mente en la isla de Margarita, tal vez desde la inva­
sión del tirano Aguirre. Estas voces peruanas se usan
en Chile, según D. Zorobabel Rodríguez, en el Plata,
según I). Daniel Granada, y por supuesto en el Perú.
Aun en nuestras provincias de oriente, su uso es limi­
tado y familiar. No acontece así en las otras repúbli­
cas de América que he indicado ; mi amigo Granada
presenta esta lección :
lis por extremo enemiga de la lluvia, principalmente de la más menuda que
llamamos yanta.— l .ozano. Historia de /a Con,/nista del /'aró, Rio de ¡a / ‘/ata y
/ /ti timón.

1000. Guadua, voz muisea. designa una gramínea


arborescente á la que nada igaiala en elegancia. El
tronco es liso y reluciente, y la forma y disposición de
sus hojas le dan cierto carácter de movilidad y ligereza.
Se inclina hacia el borde de los arroyos, y el menor
soplo del viento la agita. Humboldt, que la describe,
dice que estas palmas de los trópicos son de las que
más sorprenden la imaginación del viajero. Armas dice
(pie esta voz es arábiga.
rooi. Guacharaca. A ve de color sucio, parecida
á la gallina. Procede este vocablo del caribe ñachia-
raca y es onomatopéyico, pues es lo cpie dice el grito
del ave.
Muchas palomas loica/es, gallinas de monte, pcrdizes, coclorni/.es, g iu u h a -
ttH'tis, nquiras ó paba de m o n t e .... — Fray Antonio Cauün. H is t o ria tío tu
Á 'n o 'u t A iu tiih ic ta . Cop. / '/ / / , J.ih . J .

En algunas partes de América dicen guacho. cha,


como apunta Salvá, del animal •mamón ó -mamantón
que no ha sido criado por la madre ; pero en Venezuela
se dice generalmente mante, vocablo indígena que,
como guacho, guacha, significa expósito.
1002. Guama, fruta del guamo.
Guamo, árbol ramoso, de hermosa copa, bellas
flores y vainas peludas que contienen semillas gustosas
envueltas en una ‘ pulpa suave y azucarada. Sirve el
árbol para dar sombra al café. La voz se encuentra en
el caribe y en el taino.
1003. Guama cito (caribe). Arbol medicinal.
1004. Guanábana. Voz caribe que se halla tam­
bién en el haitiano y que designa el fruto del gua­
nábano.
Guanábano. Arbol de la familia de los anones.
Hay dos especies, una de las cuales se llama guanábano
cimarrón.
L!1 ¿n m u ih a n o es un árbol muy gramil* y hermoso en la vista.— Oviedo y
Vahíos. S u m a rio . (V//. ¡ . X / / / .)— H ay muchas do estas ^ iia iió ln n io s .— E l m is­
mo. ¡tí. iit.

1005. Guano (quichua ¡mano). Excremento de


ciertas aves marinas que sirve de abono.
1006. Guarataro, del caribe uaraturi, es el nom­
bre que comunmente damos al cuarzo ó piedra dura de
sílice con fractura concoidea y lustre craso. Sólo lla­
mamos cuarzo el hialino, y la piedra que contiene oro,
plata ú otro mineral semejante.
Acom pañados de instrumentos raros
Q ue llaman en la tierra guarnim os.
Sistiaga. U n a Cor ruin de Toros.

De origen caribe parece ser igualmente el vocablo


guarura, forma goagira de uarura, caracol ó instru­
mento guerrero que sirve á nuestros arrieros para tocar
á manera de bocina. Con la guarura llaman los ma­
yordomos á los trabajadores en algunas haciendas.
1007. Guaricha, india soltera.
Es del cumanagoto hucriz, m ujer; plural Jmericha,
hucricham:
Amó hurriz yaké cama un cnichirquo yanca?— T ivin hucrl’s vaqué quene
huaze.— Otua hucrichmn vaqué mozocuan?— Copoica huericha/n tiviecani.
Fray D iego de T ap ia . Confesionario Cumanagolo. Platica.

Q ue ya no volveré, guaricha, á verte.


Aun cuando nunca deje en esta vida
Com o la vez primera de quererte.

Abelardo G orrochotegui. A rama re.

1008. Guayaba. Fruto del guayabo. Lo hay


agridulce y agrio. La pulpa del agrio es roja; la del
dulce, blanca ó amarillenta. La fruta dulce es
comestible y muy estimada. Con entrambas clases,
ó con la dulce y limón agrio, se hacen conservas
y ja le a s: jalea de guayaba; conserva de guayaba. La
voz es de origen caribe. A la voz guayaba se da
el sentido de mentira ó embuste, regularmente
en chanza.
Guayabal. Plantío de guayabos.
Guayabo. Arbol que da la fruta llamada gua­
yaba.
Y frutas de guayabas y papayas
Con no se cuantos pájaros pnjíes
Castellanos. JUcgia A7 Canto ///.

Se dice en castellano corriente ruede la bola


y ¡qué bola! y di cese en toda la República del
mismo modo ruede la- guayaba, ¡qué guayaba! y lo
que es más, se tragó la guayaba, y me tragué la
guayaba. dándole á guayaba la acepción metafórica
de mentira, que tiene bola. Procede esto de que
generalmente la guayaba madura, á pesar de tener
la corteza lozana, está interiormente dañada, ó por
hallarse podrida ó por contener gusanos.
1009. Guayuco, es voz caribe. Pampanilla ó
taparrabo de los indios.
1010. Hamaca (caribe hamak.') Lecho colgante,
de tejido compacto, á diferencia del chinchorro, que
se teje á modo de esparavel ó red (§ 760).
El (olido) de los mujeres es hilar, tejer hamacas y chinchanas, en que duer­
men, y las fajas conque unos y otros cubren su honestidad.— Caulín. J /¡s t . </<• la
¿Cueva Andalucía, I.ih. Priiu. Cap. X f í.

El caribe hamak s i g n i f i c a árbol. De árboles sue-


len colgar tal lecho los indios.
i o n . Hicaco (del taino). Arbusto que da una
fruta, blanca y rosada, de que se hacen conservas.
La fruta tiene el mismo nombre.
1012. Hico, (del taino). Cuerda conque se cuel­
ga la hamaca.
1013. Huracán, del caribe ioracano.
1014. iguana, reptil semejante al lagarto. El-
vocablo debe ser caribe, por encontrarse en lenguas
de Venezuela y de las Antillas. En indio es ihuana,
y no y nana. Quien escribió y nana fue Oviedo y
Vaklés, el cual d ice : “ Llámase y nana, y escríbese
con estas cinco letras, pronunciase y, é con poquí­
simo intervalo u, é después las tres letras pos­
treras ana, juntas ó dichas presto: assi que en el
nombre todo se hagan dos pausas de la forma ques
dicho.” Los franceses creen que iguana viene del
haitiano guana; pero como los caribes dominaron
en las Antillas, la etimología es ihuana. Iguanodón
es vocablo formado por Gedeón Algernoon Mantell,
de iguana- y el griego odons, diente, para desig­
nar un gran lagarto fósil descubierto en Inglaterra.
La Memoria original se publicó en 1825 en el Pki-
losophical Transaclións o f the Royal Socicty o f Lou-
dou, Vol. 115, Pág. 179, con este título: “ On the
yguanodon a newly discovered fossil reptile from
the strata of Tilgatc Forest in Sussex.”
1015. Jaguar, voz quichua que significa san­
gre, es el nombre de una especie de tigre muy
sanguinario y semejante al leopardo.
1016. Jicara, mejicano xiccdli, es vaso de loza
ó de porcelana que se usa para tomar el choco­
late.
1017. Jobo, árbol de Venezuela que da una ci­
ruela amarilla y agridulce que lleva el mismo nombre.
El vocablo jobo (kobo) se encuentra en el taino y
en los dialectos de varias tribus de Venezuela, por
lo que es creíble que pertenezca al caribe.
Eos frescos higos de 1<is tunales
Y el dulce fruto <|ue el jobo cría.
lKimiii"ii Ramón Hernández. /.V Arrullo Jo las Palomas.

1018. Macagua. Culebra terrible cuya morde­


dura es mortal.
. . . . Mira, mira.
Es una sierpe niarayua.
José Ramón Yupes. Zainyira/a.

1019. Macuarc. Voz usada en el juego de bi­


llar llamado guerra, de palos, para significar que todos
estos, excepto el del centro, han sido derribados,
con lo cual se gana el juego. La etimología es in­
dígena, de zúa, todo, y Pare, muerto. Originóse la voz
de que cuando una tribu atacaba y exterminaba á
otra, gritaba: makkarc ! makkarc !
1020. Macuto. Cesta tejida de caña amarga, de
forma cilindrica y con una asa en la boca. D e ella
suelen hacer uso los pobres para recibir las limos­
nas. No querer uno que otro tenga macuto, es frase
que significa tener envidia del bien ajeno. No f a l­
tarle á tino sino el macuto, se emplea para ponderar
la miseria en que está alguno. Este vocablo es cari­
be. pero no falta quien crea que es el castellano
macona, cesto, corrompido por los indígenas.
1021. Maguey, nombre indígena de dos clases
de mimosas que ocupan extensas llanuras en Vene­
zuela. Del maguey cocui, así llamado por estar co­
munmente en los magueyes y cañas dulces los co­
cuyos, se extrae el aguardiente conocido con el nombre
de cocui; y del maguey cocuisa, que es la pita, se
hacen excelentes cuerdas llamadas de cocuiza.
Ni venden los tamlios chicha
Ni la cidra de ninynoy.
Yepes. Hijos Jo J'iiraymilii. Jorraros Jo /a Tribu.
1022. Mamey (cumanagoto), árbol de gran pre­
cio por su madera y su fruta, que tiene el mis­
mo nombre.
1023. Afanare, cedazo tejido de varillas finas de
caña amarga. Se tiene esta voz por indígena; pero
en concepto mío es el latín manare, puesto por los
frailes españoles que no lo podían llamar cedazo. una
vez hecho á imitación de éste, por no ser de cerdas,
de lo cual no podían tampoco hacerlo por falta de
caballerías y ganado.
.Vanare.'! en que cuelan las bebidas que hacen de todas frutas.— Fray An­
tonio Cautín.— //¡si. tle la Xuevn .-hnialuefa. /.ib. Prim. Cap. X//.

1024. Afanóle. Planta que crece á los bordes


del océano y del mar de las Antillas, y en el delta
pantanoso del Orinoco. Su corteza se exporta en gran
cantidad á causa de su tinta.
Ks un caño tan sólo que parece
Morada de una ninfa.
I )onde un manglar exhuberanle crece
Al frío de su linfa;
Y como aquel recibe las tostadas
Cortezas desprendidas,
Sus aguas están siempre coloradas
Por el mangle teñidas.
José Ramón Yepes. E l Ditirambo tle las Selvas.

Coloco aquí esta voz porque se ha dicho siempre


que pertenece á la lengua mejicana. En concepto mío
es la voz castellana anticuada manóla.
1025. Mañoco. Harina de yuca preparada, muy
alimenticia, sana y gustosa.
Y aquel maño,-,' y aquellos sabrosos plátanos de que tan tristemente se la­
mentaba el viajero, en setentieinco días que apenas duró su paseo.— Michelena y
Rojas. Exploración OJieial. /.ib. Prim. Cap. X I'/.
1026. Mapanare (cumanagoto). Culebra cuyos co­
lores forman una como cadena de negro y amarillo en
su parte superior, y en la inferior tiene un amarillo que
tira á blanco. Es muy cruel y venenosa, y se la consi­
dera como la culebra más ligera y atrevida de las que
atacan al hombre. Ser una mapanare, frase familiar
conque se pondera la furia de alguno.
1027. Mapurite. Carnívoro que tiene la particu­
laridad de despedir, de una especie de bolsa que posee
junto al orificio, un olor excesivamente fétido que se
extiende á gran distancia rápidamente, y hace huir á
sus perseguidores. El vocablo mapurite es el caribe
■ maipurí, del que se formaron el cariniaca maipinri;
tríos y galibí maipurí; carijona mackiurí; apalayo ma-
cZiipurí; y chaimas mapurite. D e origen caribe es
también maraca. El taino le ha dado la forma de
maruga. Ninguna relación tiene con la latina marasca,
ni con la quichua, maraca. Mayor analogía puede hallár­
sele con la malaya mara/c, encender, porque nada
enciende tanto entusiasmo en la gente del campo como
el són de las maracas. La maraca se hace con el cala­
bazo ó fruto del totumo, al cual después de asado y
extraída la pulpa, y horadado convenientemente se le
introducen semillas de capacho y un palillo ó mango
que sirve para agitarla. Es instrumento usado en cier­
tos bailes populares. Mácense asimismo de metal para
entretenimiento y solaz de los niños.
En las diversiones llamadas joropos imitan con las mure.tos el empico de las
castañuelas.— Salvador N. l.lamo/.as. Ensayo sobre el Arto en Venezuela. //.

1028. Mavacurc (caribe mawacure). Bejuco del


cual se extrae el terrible veneno de los indios llamado
curare.
lin ciinnlo á bejucos, fuera del nia'oariirr ó bejuco del curare, son de muchas
calidades y grosor.— Michelena y Rojas. Exp/orarión Oficial. J,H. Prim.
Cap. ,\7.Y\

Lo (¡iic es nuestro vocablo caribe curare, no sólo


está ya en el Diccionario de la Academia, sino que ha
entrado en el francés :
I >¡rigor coiilre los emiemis de la Republique les lléchcs d ’or frútices d’ un
peu de taran á la poinle.— Alplionsc Daudel. Z'rcn/r uns tic París. Ptíg. 3j.f.

1029. Morichal. Plantío de moriches.


¿Ouién no bendice el cariñoso bando.
Los frescos morirhales
Si en su sombra sediento reposó? ■
R. I. Montes. /.</ Pahua, .UoricJw.

Alari che. Palma de maravillosa fecundidad, y tan


útil que proporciona al hombre todo lo más necesario,
agua, alimento, abrigo, lecho, vino, aceite, jabón, cuer­
das, embarcaciones, y muchas cosas más que se hacen
de su tronco, corteza, fruto y hojas. El agua se halla
siempre á su pie en venas subterráneas. Los misione­
ros la llaman Pan de vida.
T L n c su palma rliit/uir/iit/nr y la no menos preciosa c inagotable del mo­
rirJ/r. - Michelena y Rojas. Exploración O/irial. ¡ .i!. // Cap. /.

1030. Mucura, del caribe-tamanaco muera, signi­


fica tinaja, taza, cántara, jicara :
A la manera de mogoles ó cántaras, á quienes llaman los indios mCunras.—
ú'iay A. Cauh'n. Historia tic la .Yncra Antlalurla-

La forma mucura se la dió al vocablo el cumana-


goto, según se deduce del Confcssonario de Fray Die­
go de Tapia.
1031. Salvo una que otra voz geográfica, como la
de Naiguatá, no recuerdo más que dos vocablos ame­
ricanos que en nuestro hablar principien por u : Naiboay
término taino que significa veneno, aplicado al jugo de
la yuca amarga, y nos sirve para designar una pasta
cpie se prepara con casabe, papelón, queso y anís; y el
mejicano Nopal ( nopalli), que expresa el cardo que
da la tuna, y poco usamos, como no sea en poesía.
1032. Napa (quichua yapa ó ¿lapa). Adehala,
propina.
1033. El obiubi es un mono nocturno, según dice
Codazzi, de color oscuro y cara casi negra y muy
triste. Está continuamente sentado con la cara entre
las piernas, y la cola, que tiene poco pelo, enroscada
al rededor del cuerpo. Duerme todo el día.
1034. Pasóte (mejicano). Cierta planta medi­
cinal.
P au jí, ó paitjil que dicen en otras partes de
América, está ya en el Diccionario académico, pero
falta la etimología. Es voz quichua.
1035 Pesgua. Planta de hojas muy olorosas, las
cuales se usan en las fiestas sagradas para aromar el
templo. Según Humboldt es la gauthcria adórala.
Algunos pronuncian pesjua y pcsjoa, como los in­
dígenas.
l ’orque, si al templo iba. era por veros,
V con alma «le niño, candorosa,
Llena de afecto místico, ofreceros
Hojas de fesgiui y pétalos de rosa.
Domingo Kamón Hernández, /.as '/'ras .l i n fas.

1036. Pichagua, el fruto del pichagüero, del cual,


por ser muy pequeño, hace la gente pobre sus cucharetas.
Es voz cumanagota, de picha, poco, plural pichaca. y
la desinencia hua, agua. Lo singular es que puede
decirse asimismo que es deformación castellana, de piche
y agua.
1037. Pimpina. vasija 6 vaso de barro cocido
para contener agua y para bebería. Se la tiene por
indígena, pero en concepto mío deriva del malayo
pimpin, pimpinan, conducida por la mano, acción de
conducir.
1038. P íritn (cumanagoto: pirichu) es el nom­
bre de una hermosa palma, y lo llevan también una
villa y una aldea.
1039. Pitahaya ó pitajaya (tainopitahai) género
de cactus que da una fruta gustosa.
1040. Poporo (indígena de Venezuela). Arma
de los indios, como clava ó porra de madera; y asimismo
chichón, tolondro, tolondrón.
Dejarlas ya las llechas y e lpoporo
Por el guanelmcan feroz, robusto,
Esta "enle paupérrima ele Coro
Tomaron u:i po piUIo de buen "usto.
Castellanos. .SV". Parí. Eloght I Cutio ///.

Son los indios goagiros y los caiquetías los que


más usan el término poporo. Los goagiros llaman
mapora un género de palmeras. Afapota es tam­
bién voz indígena; significa golpe y se usa en Vene­
zuela en el juego de trompo cuando por mutuo con­
venio el vencedor somete el trompo del vencido á
recibir cierto número de golpes.
1041. Sebucán, que en otras partes dicen jebu-
cán y cibucán, es un cesto largo tejido de palmas.
Estrújalo en un <¡/'/tr,í/t. ipuí es una manera de talega «le diez palmas ó más
«le luengo, y gruesa como la pierna, «pie los indios hacen de palmas.— Oviedo y ■
Valdés. Sumario. C af. / ’.

1042. 'Pacamahaca. La resina del árbol iaca-


mahaco. Esta voz, (pie ha prevalecido, es la az­
teca thecomahyyac. Los indígenas de Venezuela lla­
man al árbol cuntcai.
Tacamahaco. Arbol de donde se extrae la
resina llamada tacamahaca. Es de un grosor enor­
me, y tan abundante en el oriente de la República
que los indígenas de Guayana se sirven de la
corteza para formar piraguas y canoas portátiles, á
veces capaces hasta de diez personas. El Diccio­
nario contiene el vocablo tacamahaca, pero escrito
tacamaca. como nadie lo pronuncia ni escribe, salvo
el chistoso Ouevedo, obligado por la medida del
verso.
Tapara, que dudo sea indígena, está ya, como
otras voces nuestras que no indico, muy oronda en
el léxico de la Academia; pero no así el nombre
del árbol que da el fruto : taparo.
1043. Tcrccay, genero de galápago ó morrocoy
muy pequeño:
Ca/a abundante de venados, chigüires, váquiros, cachicamos, galápagos,
U-rccaycs, morrocoyes.. . . Harait y Codazzi. Geografía tic Venezuela.

Tomate. es vocablo de origen mejicano, con el


cual se designa cierta legumbre indispensable en la
cocina americana.
1044. Totuma. Fruto del árbol llamado totumo.
Asado, aserrado en dos mitades ó en más partes,
sacada la pulpa y raspado, se destina á diversos
usos domésticos. El vocablo es cumanagoto, pero
bien pudiera ser el latín tolum, puesto por los frai­
les españoles, según Juan Ignacio de Armas.
Venguen tita ¡no con su pie de plata
].a blanca leche á rebosar la artesa.
C-cilio A fs t a . I.ii Cosita Blanca.
1045. Tucuso es voz indígena conque designa­
mos un pequeño pájaro de un verde atornasolado.
Tiene grande la cabeza, y se mantiene de frutas é
insectos. Tucusito de montaña llamamos otro de di­
ferentes colores muy vivos y brillantes, y que se dis­
tingue por tener el pico y patas encarnadas. Con-
el nombre de tucusito simplemente, ó con el de
chupaflor 6 chupamirto (voces castellanas) distingui­
mos un trochilus de que hay varias especies, por
su tamaño y colores. Todos son atornasolados, y
el fondo verde de varias gradaciones, dicen Codazzi
y Baralt; los hay dorados, azules y color de fuego;
todos ellos, según están heridos por la luz, repre­
sentan diversos visos que centellean el fuego de los
rubíes, topacios y esmeraldas. Son más bonitos que
las mariposas, y andan de flor en flor chupando el
néctar con sus largos picos. Son sumamente peque­
ños; algunos con su nido pesan un cuarto de onza.
Este está formado del algodón de ceiba, y los hue­
vos que ponen en él son más pequeños que un
garbanzo. Al tucusito se le distingue del colibrí
(V. § 981).
1046. Turpial, turupial ó trupial (del tama-
naco turpiara). Avecilla de hermoso canto, y que
se domestica fácilmente.
Plumas, las del furfia/ son las mejores.
José Ramón Vepes. Las j/arrs a'r Trapa.

1047. 1ore (caribe). Veneno extraído de cierta,


planta.
. . . . para destilarle el jugo ó yarr que es venenoso y mortífero.— Caulin. //¡si.
<ó la Xva. Amia!itrio. Lib. / Cap. IV .

1048. Yuca, raíz comestible. La hay dulce y


amarga. La amarga es venenosa, y dé ella, ex­
traído el veneno, se hace el cazabe. La voz pro­
cede .del taino juca.
Lítenlos :tl par:»je que se traía,
! >¡crnn á su camino más reposo,
l’or hallarse maíz..:•//<>/ y batata.
(Castellanos. ¡ ’urt. HUgUt / C on tolU .
1.a otra especie elc raí/ opic llaman yuta <hi!cc, mies venenosa.— (,‘aulín.
/<• ;¡t . Y i f i - r n /.//<. / (.-<//'. / / ' .

1049. • Ynriuna (taino yurumo). Medula de ana


clase de moriche, con la cual hacen pan los
indios. Del mismo vocablo taino deriva el nombre
del y agrumo. cierto árbol. De voces indígenas de uso
general en Venezuela, como camota por alubia ó j u ­
día; mecate (mejicana): petate (mejicana); titi (opu­
se supone caribe); y de otras más, que constan ya
en el léxico académico, nada digo por ser muy cono­
cidas. Las demás que no indico pertenecen á la
historia natural, y no son -de uso tan común como
las indicadas en este capítulo.
C A P ÍT U L O X.
ISA k Ü A k l S M O S .

1050. Llamo especialmente barbarismos las voces


mal formadas, las de acepciones impropias, y las
extranjeras que 6 no son necesarias ó no convienen con
el carácter del idioma castellano, y no obstante son de uso
no sólo entre palurdos, sino aun entre gente medianamen­
te culta. Poco caso hago de las incorrecciones fonéticas
del vulgo, porque ni los que componen éste han de
leer mi obra, ni se diferencian ellas de las que
comete el vulgo de todos los países en que se
habla el castellano.
1051. He visto citado como venezolanismo el
verbo aboyar en la acepción de hacer que un obje­
to sobrenade por medio de boyas que se le ama­
rran ; mas tal acepción es legítima, y basta leerla
en el Diccionario Académ ico; la que si es una co­
rrupción bárbara es la de dar á aboyar la significación
de hacer ó formar hoyos, confundiéndolo así con ahoyar,
y la de darle el significado de formar bollos ó ele­
vaciones en un objeto de metal, lo que es propiamen­
te abollar. D e igual modo dicen y escriben aboya-
dura, cuando debieran ahoya-dura ó abolladura, según el
caso. Si el golpe ó presión es en la parte exterior del
objeto de metal, lo que se ve en ella es ahoyadura;
y si el golpe ó presión se ejerce en la parte interior,
lo que aparece en la exterior es abolladura.
1052. Ni acolchonar ni acolchonado existen en caste­
llano. Las palabras correspondientes son acolchar y
acolchado. Hasta son más breves y bellas. Entre
los que no conocen el idioma existe este vicio de
adulterar los vocablos. Por eso hay también quienes
digan y escriban acuciosidad, en el sentido de dili­
gencia. actividad, prisa, deseo vehemente. Los tales
no saben que los vocablos castizos son acucia y
acuciamiento, y que de acucia es de donde se ha
formado acucioso. Mejor es no decir ni acucia ni acu-
ciamicnto, ni acucioso, ni nada semejante, teniendo
tantos términos correspondientes y bellos.
1053. Malo es llamar adobo la carne puesta en
adobo, porque correctamente se llama adobado. Ado­
bo es el caldo, salsa, 6 lo que fuere, con que se adoba.
Adobo se llama asimismo el afeite ó aderezo de que
usan las mujeres para parecer mejor. ¿ Se atreverán
por ello á llamar adobo á una buena moza ? Que
están adóbalas bien podemos decirlo acá, entre no­
sotros, de modo que no lo oigan ellas. Bien es
verdad que se dejan llamar tranquilamente adoratri­
ces (!) Este adoratriz, que ha hecho camino en Ca­
racas en el sentido de adoradora ó adorante, que es
como se dice en castellano, se da el brazo con el
expoliatriz que censura Baralt. Ha sido populariza­
do por cierto literato que tiene en gran concepto
á un su amigo y consultor, filólogo cumanagoto que
pretende reformar el castellano. Gloria á tí, porten­
to del lenguaje! ¡Salve, bellísimo vocablo, que nos
vas á obligar á decir vengatriz, paisa¿riz, soñafriz,
y otras zarandajas de la laya ! Dios te guarde ! Bien
quiero decir aquí que las voces de tal terminación,
cuando no se han formado del masculino terminado
en tor, han pasado así del latín, como fregatriz, que
no corresponde á fregador sino á fregón.
1054. Afrontar, como dicen algunos para expre­
sar la entrega sin dilación de una suma de dinero,
es un disparatado. Como se dice en nuestro idioma
es aprontar. Afrontar es poner una cosa enfrente de
otra, hacer frente al enemigo, carear, y arrostrar, éste
en su segunda acepción.
1055. Agalludo no es voz castellana, y de darle
pase, atendida su buena formación, no podría atri­
buírsele la acepción de codicioso, agarrado, que se
le tía en Venezuela y en algún otro punto de Amé­
rica, porque su significación sería la de valeroso, in-
.trépido, una vez que la frase castellana tener agallas
es lo mismo que tener ánimo esforzado.
1056. El hueco que queda en los tapiados des­
pués de sacar las agujas, es agujal, y no agujada
como creen nuestros albañiles.
Agujeta, por aguja grande y gruesa, es barbaris-
mo, y tanto mayor cuanto agujeta es diminutivo de
aguja, como silleta de silla. A guja se llaman todos;
los instrumentos y utenslios semejantes, cualesquiera que
sean su tamaño y grosor; y agujeta es cierta correa ó cin­
ta con un herrete en cada punta, que sirve para
atacar los calzones y otras cosas ; propina que se le
da al postillón ; y también los dolores agudos ori­
ginados por ejercicios violentos. Es en estas acep­
ciones en las que lo emplean los autores castellanos.
1057. Ahogo, por ahoguío, no puede pasar. Debe
tenerse presente que ahogo es aprieto, congoja y
aHixión grande ; y estrechez, penuria, falta de recur­
sos ; mientras que ahoguío es opresión y fatiga en el
pecho, que impide respirar con libertad. Ahogo tie­
ne. pues, un sentido moral, y ahoguío material. Aban­
dónese el barbarísmo de decir ahogo cuando se debe
decir ahoguío.
1058. Ahorrarse (volverse horra?) Morírsele á
la vaca la cría.
1059. A liaje debe dejársele al francés ; ¡qué ga­
nas de hurtar cachivaches tan feos En castellano
decimos liga, mezcla, unión, según el caso ; y cuando
no, aligamiento ó aligación, de aligar, verbo ya poco
usado, en el sentido de ligar. Piste aligar, y amojonar,
amenorar, atemplar, amesurar, y otros verbos anticua­
dos, me hacen sospechar que al decir impropiamente
amellar, por mellar; y arrevesado, por revesado y enre­
vesado, se emplean formas antiguas, y de todos modos
originarias de España.
AlterHabilidad no es voz castellana, ni se necesita
teniendo la de alternación.
1060. Es bárbaro lo de peligro amenazador ó
amenazante. Así dicen los franceses. Para nosotros el
peligro es siempre inminente. Podemos librarnos y aun
libertamos del riesgo; jamás libertarnos del peligro.
Lo que podemos hacer es tratar de no encontrarnos
nunca en peligro, librarnos de él.
1061. A-moreteado. Corríjanlo los que lo pronun­
cian mal ; es amoratado.
1062. Anvelope (Envelope). Cubierta, sobre de
carta, sobrecart .
1063. Apeñuscan es un neologismo, no aceptado
aún. El término correcto es apañuscar, forma ele apañar,
y significa coger y apretar éntrelas manos alguna cosa
ajándola. Es, pues, asimismo otro barbarismo ciarle á
apañuscado la significación de aglomerado ó de apiña­
do, participio éste del verbo apiñar, juntar y estrechar
mucho unas cosas con otras. No da la Academia tal
significación al adjetivo apiñado, pero es la del verbo,
y ha sido usado así por buenos escritores :
Abro los ojos, y todos los trajes apiñados, todos los países me rodean en
breve espacio.— Mariano José de Larra. E l Pobrcdto Hablador. E l Ufando
lodo es Máscaras.

1064. La silla de montar no se llama apero, sino


silla de montar, galápago, aparejo, etc. Apero es cosa
muy distinta : es “ el conjunto de instrumentos ó herra­
mientas de labranza ú otro oficio,” y asimismo “rebaño,”
“ majada.” Ved, ¡ qué cosas tan distintas de una silla
de montar ! ¿ Quién va á montar en un apero? Por lo
mismo, poner los aparejos . á las caballerías es apare­
ja r , y nó aperar, porque aperar es componer, aderezar
ó hacer carros, ó galeras y aparejos para el acarreo y
trajino del campo.
1065. Aportar no significa contribuir; aportar es
arribar al puerto, tomar tierra ; y en lenguaje forense
llevar. No se pregunte más ¿cuánto aportas tú? sino,
¿con cuánto contribuyes? ó de otro modo corriente y
preciso, que sobran.
1066. Aprovisionar, fournir les choses nécessaires.
Moi, je le crois ; pero si hablan español, ¿por qué no
dicen abastecer, proveer, surtir, y páre U. de contar?
Sin duda porque no lo saben.
1067. No se debe decir armastrote, que parece
cosa de cimarrones, sino armatoste.
1068. Arrojar, brotar, echar renuevos ó pimpollos,
es pimpollecer, y no pimpollar, el cual es sólo "sitio'po­
blado de pimpollos. ”
1069. Aspas, por la figura, cuentos. Aspa es el
aparato exterior del molino, y otros semejantes que tie­
nen figura de X.
1070. A tarragar, procedente del árabe, significa
propiamente martillar, por lo que se ha extendido en
Venezuela á significar clavar, bien que este uso no sea
muy común, y sólo impere en algunas provincias. Nin­
gún trabajo cuesta decir clavar, y dejar el atarragar á
los señores herradores ó encasquilladores, que ya este
término nuestro adquirió ejecutoria de nobleza. ¡ Están
hoy estas tan baratas !
1071. Atortajar se dice en el país por atortujar
(de a y torta), vocablo que significa aplanar ó aplastar
alguna cosa apretándola mucho. Por extensión se le da
en Venezuela el significado de confundir, turbar, correr,
atortolar, amedrentar, etc., apretando ó acosando á las
personas en discusiones ó de otro modo. Aun en la
forma legítima (atortujar) es bárbaro emplearlo en tal
sentido, porque ni está autorizado ni es necesario. Son
preferibles confundir, atortolar, etc. Los que dicen
atoriojar y atortajarse, son los mismos que dicen sinven
güenznra por desfachatez, descoco, cinismo, falta de pundo­
nor ó de estimación de sí propio. Este bárbaro sinver-
güenzura, lo ha formado el pueblo de la frase "es un
sin vergüenza” (es un hombre sin vergüenza) , por
creer, sin duda, que ahí sin vergüenza es un sustantivo,
como el anticuado sinjusticia, y el corriente sinnúmero.
En Venezuela no le dan plural como en Colombia á
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sinvergüenza. Escríbanse y pronúnciense separada­
mente sin y vergüenza.
1072. Aujero es agujero, y éste no tiene atije nin­
guno. Dígase agujero, agujero, aunque nos agujereen
los tímpanos. Este despropósito de decir aujero va en
esta lista por ser de mucho uso aun en villas y pueblos
de cierta cultura. No sucede lo mismo con estilla, por
astilla; chocozuela por choquezuela, y otros despropósitos
más que sólo se oyen en boca de la gente de los
campos.
1073. Avalancha se queda en francés : avalarehe.
Y dirán ellos, ¡qué fácil es traducir el francés! Así, yo
también lo creo ; pero es el caso que en castellano no
hay avalancha-, sino alud, y el castellano gana un no-'
ventinueve por ciento.
i 074. En traducción española del libro Roma, de
Zola, reproducida en Caracas, dice; “ aquellas hormi­
gas negras buscando azaradas su camino.” Así hablan
muchos por ahí, creyendo que azararse es. conturbarse,
cuando lo que significa es torcerse un asunto. El que
se conturba lo que hace es azorarse. Por eso dice Larra
en Jll Doncel de D . Enrique el Doliente: “¿ Qué tenéis,
señora, que dais tantos gritos ? preguntó azorada Elvi­
ra.” Vean los contratiempos que puede ocasional* el
cambio de una sola letra en materia de lenguaje. No
deben confundirse los vocablos azararse y azorarse.
1075. Ranal no existe en el tesoro de la Lengua.
Se dice insignificante, sin importancia, simple, vano,
hueco, inútil, etc. Banalidad tam poco; los que dicen
banalidad quieren decir Lobería, simpleza, necedad, etc.
Pues, ¿ por qué no lo dicen claramente ?
1076. Batí barrillo. Dígase batiborrillo ó batur­
rillo.
1077. nuestra lengua no hay bcrracos sino
verracos, y aun con v son tremendos, quizá más que
el cuadrúpedo de Don Melchor Ortega.
Disiento del venerable señor D. Baldomcro Rivodó
cuanto á la traducción del vocablo bibelot, porque sí
éste, sea de mucho ó de poco valor material, no es
artístico y precioso, y no está destinado para adorno
de una casa y recreo de la vista, no es tal bibelot. En
castellano bibelot es alhaja ó preciosidad. No puede
traducírsele por cachivache, porque esta voz es des­
pectiva y expresa cosas inservibles; y tampoco por
trebejo, por lo mismo que no es cachivache, ni tampoco
juguete para enredar ó travesear.
1078. Boa no es masculino sino femenino. No se
debe decir el boa, na boa, refiriéndose á la serpiente, sino
la boa, ana boa. Un boa es una persona á quien se
atribuyen las principales condiciones de la serpiente
boa.
1079. Bocarada es en castellano bocanada. Afortu­
nadamente sólo en ciertos pueblos y entre chicos y
mujerzuelas del partido impera el botarada.
1080. Boche (de bocha) en el sentido de desaire
ó golpe, es harbarismo. Boche en castellano es hoyo
pequeño y redondo que hacen los chicos para jugar.
1081. Borboja ; lo que así designan es barbaja.
1082. Eso de bordejada y bordejear sale sin duda
de alguna taberna de maragatos, pues los marinos saben
que es bordada y bordear, y lo sabe quienquiera que
conozca medianamente la lengua de Castilla.
1083. No hay necesidad de recurrir al francés
bouquct cuando tenemos los vocablos ramillete y ramo.
Esto es sólo para los pocos afrancesados y los perio­
distas presuntuosos.
1084. brazalete, para significar que dos per­
sonas van asidas del brazo, es una monstruosidad. Eso
se expresa en castellano con la frase de bracero, como
dice la gente bien educada.
1085. J>rollo es impropio. Dígase embrollo, así
como se sabe decir embrollar.
.K11Irayóse l.oren/.o también á la esperanza, como les sucede á todos los des­
graciados que se hallan metidos en algún embrollo.— D. Juan Nicasio Gallego.
J.os .\’|>Túos. Cnp. ///.

Jlucycro. por boyero, es propio sólo de pa­


tanes.
1086. Bufet, galicismo pelado. Dígase convite,
banquete, refresco, agasajo, pipiripao, etc.* según sea.
1087. Hay quienes digan bujarra, que no
existe en la Lengua, en vez de bujarrón, que es el
término autorizado. Lo mejor es no expresarlo de
ningún modo, ó valerse de voz más culta como la
griega pederasta, que vale lo mismo y se usa en
castellano, aunque no se lea en el Diccionario de
la Lengua :
Kl batallón sagrad» de Instábanos se componía de peden i skis y ¡xmiajes.— Fer­
nández Cuesta. Ilisl. L ~nivt ¡ u il ./,• Cesar Ca/i/ií.

Pederasta y bordaje constan en el Diccionario de


Don Vicente Salva.
1088. No hay bullaranga en castellano; lo que
hay es bulla, bullaje, bullanga, y demasiado es. No
debe hacerse más bulla con la tal bullaranga.
1089. Llamar buscapié al cohetillo sin varilla
que encendido corre por el suelo como buscando
los pies de la gente, es barbarismo. Dígase busca­
piés, por dos razones, porque no busca un solo pie,
y porque buscapié, en singular, tiene otro significa­
do, el de especie que se suelta en conversación ó
por escrito para dar á alguno en qué entender, ó
para rastrear y poner en claro alguna cosa.
1090. Butaque\ si es diminutivo de butaca, es­
tá mal formado. Lo correcto sería butaqui-
ta y butaquilla. con perdón de los manes de
Butaquito, aquel temeroso oficialito así apodado.
Debo observar que el llamado butaque es una silla
pequeña con asiento y respaldo comunmente de
cuero, (lo que conviene con la raíz del vo­
cablo). y con brazos ó sin ellos; en tanto que la
butaca, es sillón de brazos, entapizado, almohadillado,
cómodo, y generalmente con el respaldo echado ha­
cia atrás. Butaque tiene aspecto de despectivo de
butaca, más bien que de diminutivo; y así podría
pasar.
1091. - Butifarra es una clase de embuchado
ó chorizo hecho de carne de buey (bul), y no carne
picada ó reducida á pequeños pedazos, como entien­
den algunos.
1092. Cuando el vulgo dice caballo despiado.
expresa una barbaridad, que no ya un barbarismo,
con su revesada pronunciación. Como debe decirse
es caballo despeado. Nuestros escritores cultos é ilus­
trados emplean correctamente el vocablo;
I .os republicanos r.<» comían hacía dos 'días; !u rní-n/í. rt-.t estaba < . v . / \ .• y
la infantería necesitaba r e p o n e r s e ....— Laureano Viliam ieva. </.•/ Lima
.1fiiriscat ii, -Avat Ht Ju>.
Este vicio de trocar la c por la /, y viceversa,
es muy común en nuestro pueblo. En el número
538 censuré el emplear á arriar en el sentido de
arrear. Del mismo modo dicen brutalmente cara­
bear por cambiar; roldar, por voltear; carear, en el
sentido de caviar; roecar. por rociar; pella, r, por
pelear; ¿ripiar, por golpear; y así otros más.
D ebe confesarse que dondequiera que se habla
el castellano incurre la gente inculta en tales
despropósitos. Sólo la instrucción popular podrá co­
rregir el mal.
'Tampoco debe decirse caballo padrote, del que
se destina á padrear, sino caballo semental.
1093. Cabellos pasudos es lo que en castella­
no se llama cabellos pasas.
1094. Cabrera, es la mujer del cabrero ó la
que cuida las cabras, y no el lugar ó casa en que
se recogen las cabras ó se vende la leche de
éstas. En tales casos se dice correctamente. cabre­
ría, y aun puede decirse también del ganado ca­
brío ó conjunto de cabras.
1095. cs cabreslo sino cabestro. Las cabras
no tienen qué hacer con el vocablo, sino los cabos.
1096. Cacaraquear, que dice el pueblo refirién­
dose al grito repetido del gallo ó de la gallina, es un
barbarismo inaceptable. En castellano se dice cacarear,
y nó cacaraquear; cacareo, y nó cacaraqueo.
Smitos los hombros de casia de •rallinas pomíderas, c1110 si (¡Metemos hacer
aU;ún bien, lo ■'rilamos y ittcni\;w b's. — 1.1111:1. / r.-y.irUlo </<• Toruh's. l'r .r !. //
t.:,\ 17//.
Viénense :i diferenciar
I.a gallina y la mujer
Kn «¡iie ollas sal ion poner,
Nosotros sólo quitar:
Y crt lo que es itu tiri< tr
K1 mismo tono tenemos.
(jhievedo y Villegas. /.i.'rit /u .

1097. Cachetada, es guantada, guantazo, golpe


en la cara con la mano abierta. Cuando sea con el
puño ó mano cerrada, debe decirse cachete, puñetazo,
puñada.
\ fe que si le i¡oy u,i:i pníhuitt
One yo lia;;.'1, que de mí se acuerde.
Polo de M olin a . . /)■ .!/n , .

1098. Calabacear, verbo vulgar, cpie se emplea


con el significado de la frase dar calabazas en la acep­
ción de desairar ó rechazar la mujer al que la requiere de
amores.- Pero por las leyes de la analogía la significa­
ción de calabacear es dar calabazazos ó golpes con la
calabaza. De paso diré que si se supiera que calda y
caldero significan en castellano ladrón, no se injuriaría
más con tales vocablos al peonaje, y á los cargadores,
acarreadores, peones ó jornaleros que trabajan en nues­
tros puertos, lista última circunstancia indica que
nuestro bárbaro caleta es el diminutivo de cala, en­
senada.
1099. Lo que el pueblo llama cámara, pieza pe­
queña de hierro con su fogoncillo que usan . en las festi­
vidades atacándola de pólvora, y cuyo disparo imita la
salva de artillería, se llama en buen castellano morte­
rete. Cámara con referencia á tales instrumentos, es
sólo el espacio que ocupa la carga del morterete.
1100. Kl cilindro taladrado, de madera ó de otra
cosa, en que se arrolla el hilo, la seda, etc., no se
llama carretero, como dice la mayoría de las mujeres
venezolanas, sino carrete. Carretero es el que hace
carros y carretas, y el que guía los animales que tiran
de ellos. Aquí cuadra advertir que carruajero es el
que guía ó conduce cualquier clase de carruaje; y que
el que fabrica carruajes, carros y vehículos semejantes,
tiene el nombre de carrocero. Tampoco se llama ca­
rruajería el lugar donde se fabrican, sino carrocería.
i i o i . Lo que por ahí llaman carriel, tiene su
nombre propio, y no feo : gmirnicl.
i 102. Hablando de cometas no es corriente decir
caudado, sino can-dato, barboto, crinilo, según el aspecto
de su luz.
1103. De acicate se ha formado el verbo acica­
tear. espolear, que lo más bajo del vulgo pronuncia
cicatear (anticuado {'icate) y cicatear, término este aun
más torpe y bárbaro. Cicatear es vocablo familiar que’
correctamente significa hacer cicaterías. Tanto por esto
cuanto porque en Venezuela no se usan acicates, sino
espuelas y espolines, debe relegarse el verbo acicatear,
abominarse de sus bárbaros congéneres, y emplear
sólo los verbos castizos y bellos espolear y espoloucar,
ó los verbos aguijar. aguijonear, aguijonar y aguizgar.
1104. Los que dicen ciénega deben aprender á
decir ciénaga; clisé (del francés clisséj, los que dicen y
escriben cliché; y coligar los que dicen y escriben bru­
talmente coaligar.
1105. Hay en Venezuela quienes digan gallina
culeca, de la que está en disposición de empollar. El
vocablo culeca es corrupción aragonesa (1) del castella­
no clueca (Véase el nV 208), D e no decir gallina llueca..
dígase gallina clueca, como Ouevedo en el Entremés
de La infanta Palancona :
Moños, cometas, gazpachos,
Candiles, gallinas churas,
Suegras, venteros, vicarios.

Muchos dicen asimismo eluequeaba, cluequen, cinc-


cando, y es un despropósito porque cloquear y clocar
son regulares, y los verbos regulares conservan inalte-
terable la raíz del infinitivo en todos sus tiempos. En
el n9 466, correspondiente al Capítulo de los Verbos,
hablo del origen de cloquear, clocar y coclear, é igual­
mente del de enclocarse, aclocarse y encloquecer. Cuan­
do la gallina no cacarea ni cloquea sino que grita,
se dice que grazna, como del ganso y otras aves.
En esto de voces de animales se cometen muchos
errores por falta de estudio. Debe tenerse presente
que en la brama ó época del celo, el león, el tigre, el
toro, el venado, el ciervo, y otros más, braman y rebra­
man. El león, cuando ataca ó está hambriento, ruge.
El buey maje; la pantera himpla; el ternero berrea;
el caballo relincha; el burro rebuzna y rozna; el cerdo
gruñe; la hiena rozna y aúlla; el lobo aúlla y rozna;
el perro, además de aullar y de roznar, ladra ó late;
cuando resuella fuerte, hipa, y cuando aúlla de dolor
con sonido ronco y triste, gañe; el gato maya y maúlla;
los monos chillan; la rana croa; la sierpe silba; la
zorra ladra; la oveja bala; el cuervo croaja, crascita ó
grazna; el gallo canta; el gorrión y otros pájaros pitan,
y muchos de estos cantan; la abeja zumba; el pato, la
cigüeña, la perdiz, y otras aves semejantes, crotoran ó
castañetean; la misma perdiz cuchichía, (canta); las
chicharras ó cigarras chirrían ó chillan, como no pocos
pájaros : el grajo, grazna; el cisne y otras aves, voznan
ó graznan, y algunas gañen como el perrro; la paloma
arrulla; la tórtola gime; los poliuelos ele las aves p i­
pían; el pollo y otras aves pian (cuando llaman á la
madre ó tienen hambre ó sed ); el jabalí rebudia; ronca
el gam o ; guañen los cochinillos ; el toro, el caballo y
otros cuadrúpedos, bufan y rebufan.; y páre l 1. de con­
tar, que la letanía parece el cuento de nunca acabar.
Cuando se tenga duda acerca de la significación de
tales voces, debe consultarse el Diccionario de la Len­
g u a ; en esta obra basta la indicación. Cuanto á los
sustantivos chirrio y chirrido, es bárbaro decir "el chi­
rrio de las cigarras.” Debe decirse “ el chirrido de
las cigarras.” Chirrido se dice de cualquier sonido
agudo, continuado y desagradable; chirrio. solamente
del ruido desapacible y agudo de ciertos carros y ca­
rretas.
i 106. La tela muy basta y bronca, que se ha­
ce de las estopas más ordinarias de cáñamo, no se
llama coletón, como dicen por Venezuela, sino mala­
cuenda. \ Qué empeño el de cambiar el nombre de
las cosas ! Por eso nadie quiere ya decir confortante,
confortativo, cómodo, y otros vocablos análogos, sino
confortable, á uso inglés, lo mismo que los franceses.
Vicio espartano, que perjudica y me recuerda á
aquella maniática que robaba alfileres, y nada más
que alfileres, por el placer de robarlos. Hn castella­
no sólo se podría tolerar la voz confortable en el
sentido de dar vigor, animar, alentar, consolar, que
es el del verbo confortar.
1107. 1-a percha tiene colgaderos y no colga­
dores. Colgador es un utensilio de imprenta. No
se dice, pues, el colgador* sino la percha., el colga­
dero.
Maiiuómo traer ese uiaitUi,
l’nr«|iteallá lio .seestuviera,
l’uesluijtte es¡ai>anca!>;i<!",
Lleno 'le polvo en Ai
Calderón. .l/,y'iv : .//ir r./,i/:i. /.■ ;// S ,^ . !'.

A Picón Pebres se le ha deslizado el barbarismo de


decir colgador, por colgadero ó percha :
Imito :i la vaina eslali:'. el . ear“ a<l¡lo ele ropa de ' j a s i m i v L o •> //•■
Cu/'. //.

i 108. Colindar, listar un campo ó edificio


contiguo á otro. La Academia tiene colindante, nada
más. y con razón, pues colindar es el mismo lin­
dar con un co innecesario, y en ciertas frases bár­
baro por redundante.
1109. En la pág. 15X de un libro de viajes, es­
crito por uno de nuestros más apreciables hombres
de letras, leo con disgusto y asombro: “ No se da
un paso en aquellas populosas ciudades, ni en aque­
llos caminos, cruzados por los ferrocarriles, sin en­
contrar el hábito del Religioso ó del congregacio-
nista.” Es un barbarismo este congregacionista, y
más largo que la esperanza de un pobre. Véase
lo que en el lugar correspondiente digo de la ter­
minación isla. En castellano siempre se ha dicho,
y debe decirse, congregante, único vocablo autori­
zado.
m ío. Lo d e corneta de pistón se queda en
francés: comet a pistón. La corneta de pistones {pues
tiene varios), pese á los malos diccionarios, se
llama en castellano cornetín; y así es como dicen
los músicos en Caracas y en España. Perdone el
docto señor Cuervo.
1111. Cotón dicen en Maracaibo por chaleco.
Este barbarismo debe de haber sido introducido por
gitanos, como en Méjico donde llaman cotona una
chaqueta de gamuza (!) De chaqueta ó jubón á
chaleco no va gran cosa, y se dan así la mano
muracaiberos, mejicanos y gitanos. Es probable que
la acepción tenga origen en la costumbre de usar
la gente del pueblo tales piezas de cotonía ó de
alguna otra tela de algodón, en francés y en inglés
coton y cotton, respectivamente.
1112. El cerco de hierro conque se ciñe el
molde en la prensa, apretándolo con cuñas ó con
tornillos, no se denomina cuadro, como creen nues­
tros impresores, sino rama.
1113. Cubiletero, por prestidigitador'’-ó jugador
de manos, no hace gran falta; y .como es significativa
del propio cubilete, y por su desinencia convendría
mejor al fabricante de cubiletes, si hubiese platero
ó vidriero dedicado especialmente á ellos, conve­
niente es relegarla á la sombra y dejarla morir.
[ r 14. La plancha de hierro con manilla ó asa,,
de que usan los albañiles para tender y allanar el
yeso ó mezcla de cal en las obras, no se llama
cuchara. como se dice generalmente en Venezuela,
sino llana-ó palustre.
1115. Chaflán. en la frase "le vi de chaflán;.
es cosa que no se entiende. Como debe decirse es de sos­
layo ó de refilón. Esta impropiedad de chaflán sólo la.
estila la gente menuda, y arrieros y cocineros.
El periódico E l Universo me ha preguntado cómo
debe traducirse el término francés chantaje, en su acep­
ción figurada de perjudicar úno á otro en sus in­
tereses amenazándole con publicar cosas secretas,
como si se le dijese: “Tengo una carta de U.
•que lo compromete; si U. no me da tal suma, j e
■ chante (yo canto.)” El castellano tiene el verbo can­
tar con las mismas acepciones, y pudiera traducirse
canta-je; pero como asimismo tiene el verbo chantar
que es “decir á úno una cosa cara á cara sin mi­
ramiento ni reparo,” nada se opone á que se tra­
duzca chantaje ó chantada. Se la chantó, dice la
Academia en su léxico; le chantó á la hija, Cer­
vantes en el Quijote. Este chantar nuestro procede
de plantar.
11 ió . No es chapaletear, sino chapalear, chapo­
lear ó chacolotear. Semejante á tal disparate es el
de decir chaparriar, verdadera vulgaridad; el ver­
bo es chapurrear ó chapurrar, como dice la gente
•culta.
1117. Cheque, del inglés check. orden de pago
á la vista, siempre se ha dicho castizamente libranza,
y aun es más bello.
Cherchas del italiano sccda, es burla, chanza,
zumba, broma. Cherchar, burlar, zumbar, chan­
cear, bromear. Chercheros chancero, burlador; y lo
que los burladores y chanceros llaman cínicamente
chirlan, es en puro castellano ciclan.
1118. “ La gallina chilló al cogerla,” que dicen
vulgarmente, es otro adefesio más con las pobres
gallinas. Chillan, el conejo, la liebre, y otros anima­
les semejantes. La gallina, el ganso, el pato, lo que
hacen es graznar, cuando lanzan gritos aislados.
Y a lo. dije en el párrafo 1105.
KsIk amor so ve duro en una gallina que cría, porque con ser esta un
ave muy tímida y desconfiarla, si (¡iteréis llegar á los poilos que cría comienza
á : ‘T . r . n o r . y engrifarse, y ponerse contra vos.
(«ranada. /V/ S ím b o lo ¡lo ln /v.— J 'o r t . ] L'c.p. X II.

1119. Chirriquitín no es lo correcto, sino chi­


quirritín, diminutivo de chico, lo mismo que chiqui­
tín, chiquito, chiendo, chiquillo, etc.
Chisporreteo y chisporretear, son incorrectos ; es
chisporroteo y chisporrotear.
Tampoco debe llamarse chivo ni chivato al ca­
brón ó macho cabrío, ni chiva á la cabra. Chivo y
chiva no se aplican propiamente sino al cabrito, esto
es, al hijo y la hija de la cabra que no tienen más
de un año. Chivato es el que pasa de seis meses
y no llega á un año. Esto está diciendo que la
etimología del vocablo es latina, ó del verbo ribo,
cibarc, por tener que cebarlo ó alimentarlo para apro­
vechar la leche de la madre, ó del sustantivo cibus,
por servir de alimentoó plato en tal edad, pues
ya cabrón la carne esen extremo dura. El Dic­
cionario de Autoridades dice que la voz procede
del sonido que hace cuando bala, pero el soni­
do es mee y es imposible que de él derive chivo.
La i2‘.1 edición pregunta si procederá de caper. No
habría cómo sostenerlo. No sé por qué escribe hoy la
Academia chivo, pues siempre se escribió chibo, y la
etimología comprueba que así debe escribirse. Los clá­
sicos, y todos los diccionarios antiguos hasta Salvá, escri­
ben chibo. Otro barbarismo es el de llamar chiva la por­
ción de la barba que nace en la parte de la cara que
está debajo de la boca y se. usa al modo de la
barba del macho cabrío ó cabrón, pues como se ha
visto, éste no se llama chivo. No menos bárbaro es
lo de ponerse íino chivo, y chivarse, en el sentido
de enfadarse, etc.
1120. Damczana. Corríjase: damajuana, ó bote­
llón, ó garrajón. Pongo & damczana como barbarismo por
que de tal está tachado como corrupción de dama­
juana ; pero tal vez sean voces diversas. Damajuana
procede del francés damcjeauue, señora Juana, de al­
guna ventera rechoncha; y damczana parece derivar
del árabe damcháu, botellón. Damajuana sólo se usa
en Andalucía en el sentido de castaña, vasija de be­
ber que tiene la forma de ta l- fruta. Nosotros llama­
mos damczana el botellón redondo y con corchera
de mimbres que carga de 25 á 150 botellas. Cuan­
do carga menos de 25 botellas, le llamamos gamafán.
Los franceses llaman damajuana el botellón que car­
ga más de 50 botellas. No pretendo decidir ; me lavo
las manos.
1121. Hay ya quienes den en la Mor de decir
debaele, como si el castellano fuese tan pobre así de
vocablos. En nuestro idioma se traduce por deshielo
en su sentido recto, y figuradamente por desastre,
7'nina, ■ revolución súbita, cagada, etc., según el caso.
Jamás tiene la acepción de nuestro vocablo derrota,
como alguien pretende.
Debut, dicen no pocos de nuestros periodistas
improvisados, como para meterles miedo con el B u
á las compañías dramáticas. ¿ Oué trabajo les cues­
ta emplear el bello término estreno ? Porque esti'cno
es la voz castellana, y no ex treno, como han escri­
to algunas veces periodistas que tienen el buen sen­
tido de rechazar el debut de los franceses. Digno
de igual reprobación es el verbo debutar, por estre­
narse, dar principio, etc.
1122. Es por demás impropio decir decorar en el
sentido de deletrear ó en el de silabear, como á estilo
colombiano usan por Maracaibo y por pueblos de la
cordillera de los Andes. Digo colombiano porque el
señor Cuervo así lo asegura en su importante obra
intitulada Lenguaje Bogotano. Léase lo que acerca del
verbo decorar digo en el § qSS, pues sería ocioso repe­
tirlo aquí.
1123. Los polvos deníríjicos que según ciertos
periódicos están á venta en tal ó cual botica, deben
tle ser tan abominables como los de la madre Celes­
tina. Los polvos dentífricos ya deben ser,co sa buena
para limpiar los dientes, porque dentífrico, lo dice
claramente, procede del latín dentis, diente, y frico,
fi icarc. frotar, estregar.
1124. No es desapartar el separar ó poner en
paz á los que riñen. Pocos vocablos hay tan
bárbaramente formados. Como se dice en castellano
es despartir. Véase en Cervantes:
No tienen que pararse á escuchar, sino entren á despartir la pelea ó ayudar á
ini amo.— Quijote. Parí. l'rhu. Cap. X X X V .) — Don Fernando despartió al
cuadrillero y á Don Quijote, y con gusto de entrambos les desenclavijó las manos,
que el uno en el collar dd sayo del uno, y el otro en la garganta del otro bien
asidas tenían. Quijote. Par!. J'rhu. Cap. X L V .)

1125. Desbarrancadero debe abandonarse. Dígase


despeñadero, precipicio, derrumbadero, y todavía mejor,
barranco. Del disparatado verbo desbarrancarse, por
embarrancarse y abarrancarse. hablé ya en el Capítulo
relativo á los verbos. Tan bárbaro como estos vocablos
es el desarrajar conque muchos expresan la acción ele
arrancar la cerradura de una puerta., cofre, etc. El
término castizo que en tal caso debe emplearse es
descerrajar. Basta ver cualquier diccionario castellano.
[¡26. Desgano no puede tolerarse. No tenemos
desgano, sino descoco para decir impropiedades. Em­
pléese en su lugar el término desgana, formado del
negativo des y del sustatantivo gana : no rana, inape­
tencia. etc. Para no decir tanto despropósito, conviene
el estudio de los prefijos y de las desinencias usados en
nuestra lengua. Otro adefesio por el estilo es el de
decir desacabalar. Téngase presente que el verbo cor­
recto es descabalar y se ha formado del adjetivo des­
cabal (no cabal), y nó del negativo des y el verbo aca­
balar.
El despajar y el despalillar, que emplean los taba­
queros para significar el quitar las fibras á las hojas
de tabaco, son disparates. Esas tripas se llaman
venas. Dígase, pues, desvenar.
1127. Esa enfermedad de los riñones que mata
tanta gente en Caracas, no se llama diabetes, aunque
haya médicos que pronuncien así. Se llama diabetes.
vocablo puramente griego. El que sí es esdrújulo es
el adjetivo diabético.
1128. Diafanar. que dicen algunos, es puro bar-
barismo. Diafanizar, que dicen otros, no ha sido auto­
rizado. Conforme á la índole del castellano la forma­
ción correcta sería la de diafanizar. derivado del sus-
37
tantivo diafanidad, como amenizar, divinizar, latinizar,
de amenidad, divinidad, latinidad, respectivamente. Na­
die ha dicho nunca amenar, divinar, latinar; ni los
decadentes de la época actual.
1129. Dintel es la parte superior de puertas y
ventanas ; y umbral es la parte inferior de ellas. Dintel
es la que está arriba; umbral la que está abajo.
Nadie puede pisar el dintel de una puerta. Dígase
como Calderón en la Esc. XVIII, Jorn. Tere, de La
Dama Duende:
Yo á sus umbru/rs llego
(lecha volcán <le nieve, Alpe de fuego.

Y Cervantes en el Quijote, Parí. Seg. Cap. X V IT í:


•T ’cl.o los asaetee, y las musas jamás atraviesen los timbrair; de sus casas.’ *

Kué Alejandro Peoli el primero que en E l Pica


y Joyo ( 1860) censuró el uso impropio de dintel por
umbral, y trabajo cuesta desarraigarlo.
1130. No se debe decir dislacerar. El verbo es
dilacerar, del latín dilacerare. Dispcndiar no es cas­
tellano ; como se dice es despender. Otro disparate,
hermano de éste, es el de decir dispendiador, cuando la
palabra castiza es despendedor. No porque sea propio
y correcto decir dispendio, dispendioso, dispendiosa­
mente, se pueden tolerar los barbarismos dispcndiar y
dispendiador. Dí gase, pues, despender y despendedor.
cuando ocurra el uso de tales términos. Pariente de
este barbarismo, por afinidad de significación, es el de
decir gas tiro en. el sentido de gastador, que antigua­
mente se dijo gastosa. Bótese el gastivo; y bótese el
displaute, que es desplante. voz de la danza y de la
esgrima, y que tampoco significa patochada, como creen
tantos, sino postura irregular.
i 13 i. No os Dolo rilas ni /oscilo; ¿cómo saben
decir Bartolo mee¿lo, lienta berilo, y no Barlolomeilo,
Bernabeilo? Pues claro que es f)olorrilas y /osee¿lo.
Mas como loro viejo no aprende á hablar, mejor es no
emplear nunca tales diminutivos.
1132. Ejemplarizar no está mal formado, pues
así se formaron singularizar y otros más ; pero no está
autorizado, es feo, y no lo necesitamos. K11 un tiempo
se dijo ejemplificar, en la misma acepción, por los mejo­
res escritores de Castilla, y se abandonó, por razones
análogas, en la acepción indicada de dar buen ejemplo.
Nos sobran verbos castizos y bellos para expresar lo
mismo en todos los casos: enseñar, morigerar, adver­
tir, mejorar, doctrinar, aleccionar, corregir, instruir, en­
mendar, reformar, prevenir, persuadir, amonestar, etc.
No es con la formación y empleo de vocablos nuevos,
feos, escabrosos é innecesarios, con lo que se enriquecen
las lenguas, sino con lo que se corrompen y deforman.
Dígaseme si con cualquiera otro verbo no hubiera
quedado mejor el siguiente párrafo de cierto trabajo cri­
tico de uno de los más talentosos escritores venezolanos :
“ Creemos que más ejemplariza el desenlace dadoá esa
obra, que el espectáculo del esposo regenerado por la
esposa que lleva su resignación hasta más allá de lo
que es posible.” Barbarismo de otro orden es el de
confundir los verbos empollar y ampollar. Empollarse
nu dedo, es cosa curiosísima, tanto como ampollar los
huevQs la gallina. Hay asimismo que tener cuenta de
que la vejiguilla que se forma por elevación de la epi­
dermis, no es empolla ¡ qué diablura ! sino ampolla. del
latí n ampulla.
1133. El que aprieta la mano cerrándola no la
empuña, sino que la apuña. Empuñar es asir por el
puño la espada, el bastón, etc. Este disparate es sólo
del vulgo de ciertos pueblos del interior de la Repú­
blica ; y de no pocos de ellos el decir empavonar en el
sentido de hacer vana ostentación de gallardía ú otra
cosa. Sépase que el vocablo correcto y propio es
pavonar.
1134. Enchambranar, formado de chambra, por
zambra, es un barbarismo que usa el pueblo en el sen­
tido de desoí donar, turbar ó alterar el buen concierto
•de una cosa.
1135. Enchapar vale chapear ó poner chapas, y
ile él ha salido enchapado, conjunto de chapas de un
mueble ú otra cosa en que se hayan puesto. Son vo­
cablos (¡ue no pueden considerarse mal formados, y
•que pongo como barbarismos sólo por haber sido to­
mado del francés el verbo enchapar, no -.estar autori­
zado. y tener el castellano el correspondiente chapear.
1136. Las personas no se encarrujan, lo que
hacen es encarrujarse, acurrucarse, acorrucarse; las
cuerdas no se encarrujan, lo que les acontece es que
se ensortijan, se tuercen, se retuercen; y las telas tam­
poco se encarrujan, sino que se encoben. Encarrujarse
es un despropósito cursi, si hay despropósitos sin cur­
silería. D é l a índole de este barbarismo es el de decir
escabullarse, cuando lo correcto es escabullirse, sobre
todo al oír ó leer tanto disparate.
1137. 1 )e cueva, antiguamente cova, se formó el
verbo encovarse. Es una vulgaridad decir encuevarse.
Todavía más rudo es el verbo enfuetarse. (¡ue en correc­
to castellano es destorcerse, hablando de una cuerda.
1 138. Engrillar, hablando del caballo, es engallar
(hacer que el caballo, por medio del freno, lleve la-
cabeza y pescuezo recogidos y en la debida proporción),
ó encapotar (bajar el caballo la cabeza demasiado, arri­
mando al pecho la boca). Cierto escritor venezolano,
por no estar al tanto del castellano, ha corregido á
engrillar con engallas se. Pas posible! No le hagan
caso, porque engallarse ere, ponerse erguida y arrogante.
y no va con el caballo sino cuando levanta la cabeza
por efecto del engallador, ese tormento del ilustre Midd-
leton.
1139. Por los campos, más que por las ciuda­
des. es por donde se oyen vocablos peregrinos. De
la gallina dicen enhuevar cuando deben decir aovar ó
huevar, según el caso. De los míseros gatos, cuando
se enferman por comer mucho ratones, dicen que están
enratonados, porque no saben que el verbo corriente
es ratonarse. Bueno es que sepan también que arra­
tonado es lo comido ó roído de ratones. Enrejar, por
atar, que dicen los vaqueros cuando atan un becerro á
las piernas de la vaca, es otro despropósito. Enrejar
es propiamente, tratándose de vacas, bueyes y caba­
llerías. herirlos en los pies con la reja del arado.
1 140. No se dice que tal ó cual hombre es
muy e n n i seado. como acostumbran expresar algunos,
porque es decir que tiene riscos ó peñascos, lo
que sería curioso. Para expresar que es audaz y
resuelto ó gallardo y ágil, se dice correctamente
arriscado. Es lo autorizado.
Saücinloles valenisamenU: al encuentro I»»s más ¡.'iris,•<>/<>.<de los nuestros.— C o ­
lunia. //ish’ri't.i. /.¡i. I '.

11-41. Entrépito, por entremetido, entrometido.


intruso, es vulgaridrd que sólo usa la gente de ca­
pa parda y de la hampa. Tengo para mí que el
barbarismo nos ha venido de allende el mar. pues
no sólo <-n Venezuela se usa, sino también en otras
repúblicas hispano—americanas: pero no sé decir si
es corrupción de intrépido, como sienta el señor Cuer­
vo. porque no se compadece la significación de
aquel vocablo con la de este; ó si lo es de entré­
pitosi o. p. p. del anticuado eutreponer que significaba
mezclar, entremeter. acepciones que tenía también en
<•1 latín Interponen\ .que hoy decimos en castellano
interponer. Jint reponer puede verse en el Libro de
Cantares del Archipreste. 34. lintrepuesto prevalece
todavía, y es de mucho uso en España y en V e­
nezuela. solo que ha perdido la acepción de entro­
metido.
1 142. Escarrancharse. Dígase esparrancarse.
EE tal escarrancharse pasa por portuguesismo y tie­
ne cierta analogía con el aragonesismo. ya aceptado,
. I escarramanchones, esto es, á horcajadas. No re­
comiendo á espatarran porque, aunque muy castellano,
me suena como término de taberna.
1 143. Jispa turrar es una corrupción vulgarí­
sima. El verbo correcto es despachurrar, aunque ha
habido quien haya dicho espachurrar:
Si y » 110 pusiera mioitlts
A ijue era til Rey. ; malos años
l ’ara mí. si no ] urliura
Como ú un pollo hurrario!
Kiii/ •!<• AUuvón. I'i'iíios J'riviUgintios. .7(7. Z\r<. lisf. J'rim.

i 144. Acabo de ver, lleno de sorpresa, que


no pocos profesores venezolanos llaman cstcrcotomía
el arte de representar ó dibujar, cortados ó no, los
sólidos en un plano. Pues eso se llama en caste:
llano estereografía (de stcrcós, sólido, y grapheiu.
dibujar); mientras que estereotomía (de stcrcós. sólido,
y tome, corte ó sección), es el arte de cortar la
madera y las piedras para las construcciones, i.a
culpa es de los malos traductores del francés, y no
menos del Diccionario de la Lengua, que no define
el vocablo estcrcotomía. (pie traen Barcia y otros
más. Sería conveniente hacerles también lugar en
el léxico á cstcrco/ogía, estereométria, estereouomía.
estereorama. estereoscopia, estereostálica. estereotipia, y
otros de igual formación, á fin de evitar mayores dislates.
Estas voces me recuerdan que es muy común por
nuestras provincias el dar el nombre de estero
al sitio bajo ú hondo donde se detienen las aguas
llovedizas, V que propiamente se llama aguazal;
y asimismo al depósito de agua detenida ó estan­
cada en el terreno después de una creciente, y cu­
yo nombre correcto es charca. Debe tenerse pre­
sente que estero es "caño ó brazo que sale de un
río y participa de las crecientes y menguantes
•del mar, con lo cual es á veces navegable.” Aun Co-
dazzi. y Baralt que revisó y corrigió el Resumen de
la Geografía de Venezuela, emplearon con impropie­
dad el vocablo estero al hablar de la estación
de las lluvias (Pag. 36.5): "Estos ríos inun­
dan entonces lamayor parte de las sabanas in­
mediatas á ellos, formando gran número de esteros
(pie sólo se secan en lo fuerte del verano, y mu­
chos de ellos conservan cenagales todo el año.”
Creo que apenas podría llamarse estero el de Camaguán.
1145. Es ir ¿par, por destripar, sólo lo usa el
vulgo. Acaso sea una forma anticuada, pues en­
autores antiguos encuentro estruir por destruir, estorcer
por destorcer, y otros ejemplos; además de que no
son pocas las voces que se usan promiscuamente
con una y otra forma.
IT46. Estruendo-roso, dicen muy ufanos, tanto
en prosa como en verso, algunos empingorotados
aspirantes al laurel de Apolo. Pues nó, que es es­
truendoso, porque no hay ningún estruendory sino
estruendo :
MI cedro, cpie orgulloso
Al.'.a á las nubes la pomposa frente,
C ae, y braman temblando,
A l caer i'í /cim ii .W i1,
Las selvas.

<'¡enfilemos. Cunto f/ínr/>>\\

Lástima que uno de nuestros más celebrados


poetas haya incurrido en el adefesio:
La nube, al reventar, le diú sit rayo:
Su voz tvfrH m tfonw r el torbellino.

Huyase de incurrir en tal dislate.


1147. F allir es, en castellano correcto, quebrar.
Fallido (quebrado) es forma verbal de fallar.
Fañoso, debe dejarse á los portugueses, y de­
cir gangoso, que es lo propio.
Faralao, farfalao\ quíteseles la o, y dígase fa­
ralá y farfala.
Digan también faramalla y faramallero, los
que gustan de emplear los corruptos zaramullo y
zaramullero. Ningún trabajo cuesta.
El italianismo fiasco es en castellano chasco,
salir mal, fracaso.
j 148. Finanzas es vocablo francés en la acep­
ción de rentas públicas, hacienda, tesoro. Dígase
Ministerio de Hacienda; Ministerio del 'Tesoro-, E l
estado de las rentas públicas; E l estado del Tesoro,
etc. Cuando en algún libro castellano se encuen-
tra la voz fiuanza su significación es la de fianza ó
rescate, porque esa es la propia en el idioma. Si
lo que quieren decir con Ministerio de Finanzas es M i­
nisterio de Fianzas ó de Rescates, está bien. Dé­
jese.
1149, Las plantas no florean. Florear es ador­
nar ó guarnecer con flores, ó decir flores á las damas
hermosas, que bien tonto será el que las diga á las
feas. Dar. echar ó arrojar flor las plantas, se dice
florecer ó florar. Hasta poetas y escritores como
Pérez Bonalde han incurrido en tal barbarismo :
/-‘! o r.;th w lo s t i l o s , c a n t a b a n l a s a v e s .

Y a le g r e s v e r t ía s u s r a y o s e l s o l.

No debe imitarse' tan mal uso. En Venezuela


tiene el pueblo notable tendencia á cambiar en car la
terminación de ciertos verbos en ar; y asi dicen, por
ejemplo, rastrillear y martillear, cuando lo correcto es
rastrilla]' y martillar.
1150. Forte ó fuete, para significar lo que se
llama látigo, (francés folíete), es galicismo. Foctear ó
fuetear es fustigar. El tal fuete es más bárbaro que
fuete; y aun lo es más el decir fuetear, que sería fotear,
verbo de aspecto sucio y feo.
11 5l - Es barbarismo llamar foguero y fueguero
al pirotécnico y al cohetero ; barbarismo llamar foguero
al fucilara; y barbarismo de africano bozal decir Juey
por fuelle.
1152. Fresco, por refresco. es barbarismo. Los
que convidan para tomar un fresco (pues, un aire frío
moderado), quedan frescos, porque comprueban con
ello que no conocen la Lengua castellana.
1153. Llamar fru ía (.*1 fruto de los árboles que
no es comestible, es barbarismo. Fruta e:s solo 1;a que
se puede comer.
Y andada» cogiendo ln f r n : ¡ : aunque no estada madura. t.'i'ia antes . ('.v/
¡\ u l. J'rint. 1\:f. A 1.1.

Sel á cual \\rdc planta.


O íu : á la s c o r r i e n t e s a g u a s a s e n t a d a s .

Al i'ittlfi se levanta
('m i f i n i d sa zon ad a.

I *0 h e r m o s a s h o j a s s i e m p r e c o r o n a d a .

l't u y L ilis d r León. /• • //'/.re.

En general so dice fruto, término genérico :


D e s p u é s d e la t i e r r a s í g u e s e q u e tra te m o s m ás » :n p a r t i c u l a r d e la f e r t i l i d a d y

f n t / u s d e lta , (¡r a n a d a . /V/ S iiit ó r / o . l 'o r i ■ I . C lip . A ".

Y fruto, asimismo, cuando no es comestible :


Kl to tu m o p ro d u c e frutos de d iv e r s o s t a m a ñ o s .- Harali y t 'o d a r z i . AV'//a7í 7/
%¡t- fu (.•>•(';'<■«//(/ >//• /

1154. Hay ignorantes (jue creen cjue fu sila r sig­


nifica simplemente malar. dar muerte. Recuerdo cpie
en un parte oficial de la llamada guerra larga, al darse
cuenta de la ejecución de ciertos prisioneros, se decía :
"por economizar pertrechos fueron fusilados ó máchele:'
Y era el caso de preguntar, ¿por qué el autor del parte
no sería macheteado ó fusil.'
1155. Fusión es el nombre de: únatela de algo-
<lón que se usa para forros. Lo que nuestro pueblo
llama fustán sollama enaguas. Xo se: diga fustán ni
fustansón, como dicen otros, de loque tiene su nombre
propio • enaguas.
1156. Los impresores (lesionan impropiamente
galera el trozo de composición que entra en la galera.
Corno debe decirse es galerada. La galera es el uten­
silio en ([Lie entra el trozo de composición de imprenta
llamado gaU rada.
( 'h i i i n l i -s e l o d i-;c -iia 'k :i i!a :t !:¡< -v <í /i :< ntns ;t '¡m i-n -s iiiv ... I l:ir i/ t ::i¡u :s . Ii

/:/ I mus.

1157. Por qué ¡grandulón/ Crandnl/ón ó gran­


dillón es lo que autoriza el 1 Accionario, y por ende
como han escrito los hombres de letras, y dicho siem­
pre los varones cultos. c*Y por qué gra/cu'm. de la are­
na gruesa? Granzón es término de minería conque se
designa cada uno de los pedazos gruesos de mineral
que no pasan por la criba. En plural designa los
nudos de la paja que quedan cuando se acriba. Dígase,
pues, arena gruesa, ó ¡grava, ó guijo: ó en plural grijas
ó guijas. cuando se hable de la arena que se emplea
para solar con cemento.
1158. El baile popular español que tanto gus­
ta en ciertos pueblos de Venezuela, no se llama
guaraña sino guaracha:
1 >„• i : l ¡ i p r c i l t i i ó ¡;) !¡1 .; tt" t r / i i ¡ u .

Kl I iu Iltm, y t n !ii!. música y Imiio


|i v c II. u k k . S t i f i m t¡ .1'iU -sC -.

No digáis más /guaraña, lindas choroniceras y


porteñas.
1159. La gente menuda y de escalera abajo
que pronuncia gu-argüero debe ser enseñada á pro­
nunciar garguero ó garguero. Milagro es que sepan
pronunciar gárgaras, y no nos hayan formado un
gnárguaras propio de un corrincho del Congo.
1160. .Hablachento es puro maracaiberisrno.
Dígase hablador, ó de cualquier otro modo menos
impropio y vulgar. Otro maracaiberisrno de la e s­
tofa de este, es el de decir catirrucio, formado de
catire y de rucio, para designar al catire, ó rubio.
Léase lo que del vocablo catire digo en el ^ 586
Y pues de maracaiberismos hablo, bueno es con­
denar el término Jlacuchento. Con jlacucho ha)- de sobra.
Picón Pebres, que gusta de empedrar sus novelas
con venezolanismos y barbarismos, trae tan vulgar
término:
I .aryuinidio, ilcscuadcntaih». Jim n> ¡tonto (!)
/ )</ //(•!',!! f <;/>. /'//.
1161. Hablantina. en el sentido de algarabía.
es impropio. Hablantina sólo se aplica en castellano
correcto á la mujer habladora. Hablantinosa, que
aplican á la mujer parlanchína ó habladora, es una
vulgaridad propia de gente perdida. Como debe
decirse es hablanlina, habladora, habíadoreilla, ha­
blador zuda, hablanchína.
1162. Hartazón y hartadura, dos vulgaridades
son. Basta que se diga hartazgo, y hay de sobra
con hartura. No faltan bozales que digan
jartazón. El tal hartazón es aragonesismo (§ 208 j.
1 163. Hombrera y mujerero son vulgaridades
indignas de hombre culto. Dígase mujeriego.
1164. No se dice hendidor, porque el verbo-
no es heudir sino hender. Dígase por lo tanto hen-
dedor. Tampoco es lierver, cernir, vertir. Los
verbos castellanos castizos son hervir, cerner,
ter, como ya queda dicho.
1165. La abundancia de humo se expresa con
la palabra humareda. Humarada no es nada en
el idioma de Castilla.
1 166. Ilustraciones. por hombres ó varones
insignes, ilustrados, egregios, no puede tolerarse.
Pista en el mismo caso de notabilidades, de que he
hablado en otro lugar.
1 r67. Implicar no tiene el significado de abrazar\
ni el de denotar, señores corruptores del idioma
patrio; implicar significa envolver 6 enredar, y
asimismo obstar, impedir, envolver contradicción, ca­
sos estos en que se usa más con adverbios de ne­
gación. Estos mismos parlanchines son los que em­
plean el verbo segundar en el sentido de ayudar,
apoyar. Segundar es lo mismo que asegundar, ser
segundo ó seguirse al primero. El que sí significa
ayudar, favorecer, es secundar. Véase cuánta dife­
rencia por el simple cambio de una letra en dos
voces hermanas.
1168. “ Pero, es tan rara la ingenuidad conque
se declara vencedor el articulista, que no podemos
dejar de recoger sus palabras, porque si quedaran
incentestadas" . . Verbo nuevecito y peripatético el
verbo incontestar, formado por los directores de la
soñada renovación de las letras. ¿Qué trabajo les
cuesta hablar claro y decir sin contestación? El ver­
bo independizar, formado de manera tan singular,
como observa el señor Cuervo, corre parejas con el
anterior, por su rareza. Todos los escritores cas­
tellanos dicen cn/auc/parsc, y no independizarse.
1169. ínfulas significa adorno de lana blanca al
modo de venda. Llámase también así la mitra epis­
copal. Figuradamente tiene el sentido de vanidad.
Ks. pues, impropio decir ínfulas en el sentido de
ornamentas doriorafes,.
1 170. Infundía es corrupción conque la gente
di* la olla yJ la rústica designan
o la oorasa ó ogordura
(¡ue las aves tienen en la overa. Los demás saben
que se dice enjundia.
1171. involucrar no significa envolver ni impli­
car, como con tanta ufanía lo emplean ciertos escri­
tores. Involucrar es simplemente •‘ingerir en los dis­
cursos ó escritos cuestiones ó asuntos extraños al
principal objeto de ellos.”
1172. Lo que no se puede reducir es irredn
elide, es claro. Pues, ¿ de dónde y á qué el termina­
cho irreductible que hasta en periódicos y libros anda
por ahí ? Dirán los tales que reducción se escribe
en latín rcductio. y se quedarán tan orondos, tan es­
ponjados, como si fuesen el Preste. Juan dél a sabidu­
ría. Con su pan se lo coman.
1 173. /aspearse, por enfurecerse, enfoscarse, amos­
tazarse, es una vulgaridad que no suena bien en
labios de persona culta.
1174. / ¡palo, color pálido amarillento como el de
la persona que padece del hígado. Dígase pálido,
hepático. Jipato ó hipa lo, es corrupción del grie­
go hepatas.
ii 75. Jornugar es corrupción de hurgar, ju -
ISA K 15AKISM OS 59'
rungo ó jorungo, de la corrupción jorungar ó jurgar,
del verbo hurgar, pues no parece tenga otra deri­
vación, es voz no muy antigua, pero muy común,
conque se designa al extranjero que no conoce el cas­
tellano ó lo chapurrea. Es término del vulgo exclu­
sivamente. Castellano correcto: gringo. Cuanto á jo ­
rungar, dígase como Lujan en este paso.
I'itccic el t!eni:»:i¡i>. aprovechándose de la complexión y alterando las pa­
siones del alma, solicitar, tentar, hurgar, requerir y convidar con el pecado.
Cuantía ib Alfaraehe.— Part. //, 7.///. ///. Cap. /!■ '.

1176. Llamar kerosina el kerosén ó el petróleo,


es un barbarismo estupendo. El kerosén es el pe­
tróleo ó aceite de piedra purificado. La kerosina es
una esencia medicinal que se extrae del kerosén.
1177. En castellano no se dice lacréate sino la­
crar ó zulacar, cerrar ó sellar con lacre un pliego
ú otra cosa.
1178. Xo existe ningún lagartijo; lo que exis­
te es la lagartija, vocablo derivado de lagarto.
r 179. Largura cho. Corríjase larguirucho ó lan­
garuto. Este largurucho me trae á la memoria otro
barbarismo de la gente del pueblo, y es el de lla­
mar currutaco al individuo pequeño y gordo, que
en buen castellano es regordete, rechoncho. ó reta­
co. Currutaco se aplica correctamente al que sigue
afectadamente e! uso de las modas, esto es, al le­
chuguino, petimetre, etc. Va que de modas, larguiru­
chos y retacos hablo, conviene que diga que zancón, apli­
cado á los vestidos y con el sentido de corto, derivándo­
lo de zanca, pierna, no puede pasar. Dígase corto.
1180. Liendra, por el hueveadlo del piojo, es
cascarle al idioma las liendres. Dígase, pues, liendre,
que no cuesta trabajo.
1181. El paño basto ú ordinario, regularmente de
lienzo, que sirve para limpiar, no se debe llamar limpión
sino rodilla, que es su legítimo nombre. Limpión
significa limpiadura ligera.
1182. Listar no es adornar con listas, como en­
tienden tantos, sino alistar, sentar ó escribir á uno en
lista. Adornar con listas se dice gayar.
1183. Llamar lumbre el palo grueso ó viga que
se atraviesa en el hueco de la pared por la parte de
arriba, para asegurar la puerta ó ventana, es una im­
propiedad en que no hay quien no incurra en Vene­
zuela. El nombre correcto es umbral, y si se quiere
lumbral como decían nuestros abuelos y debe decirse
para evitar confusiones. Lumbre es el espacio que una
puerta, ventana, claraboya ó tronera deja franco á la
entrada de la luz. Bueno es aplicar bien tales voces.
No se debe decir mantención sino manutc7ición ó
mantenimiento, según el caso.
1184. Marchante (de merehant) es en lenguaje co­
rrecto parroquiano, persona que acostumbra comprar
en una misma tienda ó servirse siempre de un arte­
sano, etc,
1185. El hombre afeminado y de poco ánimo y
esfuerzo es marica, y no marico. Marica, de María,
no tiene la acepción de sodomita que tiene maricón.
Más decente que este término es bardaje, voz griega que
significa lo mismo, y aunque no está en el Diccionario
se usa en el castellano desde los tiempos de Mari­
castaña :
De quien Imfósi desciendes. y hiras/j,'.
l’iu-s ores el i>his-('.ltr;i desvarios.
KI non plu s-u ln a perros y judíos.
Q ueveiio. Posma lo r a i so ,/,• O r/anfo. C a n '. P r im .
Cualquier* sabe, mas que sea paje.
• Qiio Horacio con su pelo y con su lana.
Satiriza el pn/i’ unlo y el InirtAijr.
Jnrije 1‘iiillns. S á .‘ira.

1186. Mastique es másticis ó almáciga; y si se


refieren á la masa de yeso mate y agua cola para llenar
los agujeros y hendeduras de una cosa que se ha de
pintar, entonces el nombre es plaste. En castellano
no hay ningún mastique. aunque todos masticamos.
1 187. Matón. se usa sólo en IMaracaibo. en el
sentido de tinajón. Harán bien si lo matan por dema­
siado matón. Maracaiberismo es también lo de jua­
nillo (derivado de mar) en el sentido de ■ mareta; y lo de
mata por vasija; y rcqueucto por retaco, hombre re­
choncho y grueso. •
1188. Despropósito es el de darle á mezclar el
sentido de involucrar, ó el de intercalar, entremezclar,
etc., y despropósito muy común, por desgracia. Debe
tenerse presente que mezclar es juntar, unir, incorporar
una cosa con otra : y en otra acepción, enredar ó poner
enemistad, etc,
1:89. M itin (meeting). Reunión, junta, conciliá­
bulo. según el carácter que tenga. Bastaba el ser In­
glesa esta voz para que la repeliésemos.
1 190. Molcnillo no se debe decir sino molinillo.
pues se ha formado de molino (diminutivo molinillo i,
y no de moler, para lo que no sirve el utensilio, bien
que si los corruptores del idioma.
Morisqueta, cuando no es ardid ó treta propia
de moros, ni arroz cocido sin sal, es acción con que
uno pretende engañar, burlar ó despreciar á otro. D e
modo que cuando sin estos propósitos y sólo por enfer­
medad nerviosa ó por maña ó hábito, se hace un movi­
miento ridiculo del rostro, no se le puede llamar mo­
risqueta sin incurrir en impropiedad, porque no es más
que una simple mueca.
1191. Mugre no es masculino sino femenino : es
la mugre, y nó el mugre.
1192. lYema, hasta trabajo cuesta pronunciarlo'
pero no hay cocinera, al menos fuera de Caracas, que
no suelte por las narices la palabrilla. Enséñenlas á
pronunciar yema, y á no llamar Tierna ni yema el huevo
de la gallina. Pariente de Tierna, á lo menos por el
aspecto, es el barbarismo de decir ñato por chato.
1193. Obituario, barbarismo de curiales y perio­
distas trasnochados, para significar *el fallecimiento de
alguna persona. Oue lo boten, y digan óbito, o falleci­
miento, defunción, etc.
1 194. Pachotada- no es corriente ; dígase patocha­
da como en esta lección de Cervantes :
Apostaré vo, dijo Sandio, que líesele el principio me caló, y me entendió,
sino que quiso turbarme por oírme decir otras doscientas pa tín h a d a s.— Q u ijo te .
l \ t r t . .V,'c'. C ap. /'//.

Metaplasmos como pachotada son comunes en el


vulgo, que dice asimismo mallugar. por magullar; y
malino amiento, por magullamiento. Debe evitarse se­
mejante monserga.
1 195, Parcho, ¿por qué, si es parche4
1 196. Pataletear, por patalear, es intolerable.
1JARHAKJ.SMOS 595

119 7. L o m isin o d ig o d e pro-osle p o r pegote, q u e


e s la p a la b r a c o rre c ta .

1 198. Pajonal e s v o z b á rb a ra , n o por su for­


m ació n , sin o p o r su s ig n ific a d o . D ebe ten erse en­
te n d id o q u e paja no e s lo hierba. P a ­
m ism o que
j a e s la c a ñ a d e c ie r ta s p la n ta s después de seca y
separada- de la espiga; el residuo d e s p u é s d e trilla ­
d a s la s s e m illa s y a p a r ta d o el g r a n o ; la arista 6
p a r te p eq u eñ a de una h ie r b a ó cosa s e m e ja n te ; lo
inútil, lo d e s e c h a d o en c u a lq u ie r m a te ria ; m ie n tr a s
q u e la s p la n ta s de raíz p e re n n e , (p ie m u e re n y
ren acen y no e c h a n tro n c o s , ó ta llo s d u ro s y le ñ o ­
sos, s e lla m a n hierbas. Un sitio p o b la d o d e h ie rb a s ,
es un herbazal, y n o un pajonal. El c o n ju n to de
h ie rb a s que se c r ia n en lo s p ra d o s y deh esas ó
llan u ra s, s e lla m a herbaje. La h ie r b a que s ir v e pa­
ra e l a lim e n to de lo s ganados p a c ié n d o la , se lla m a
pasto. T e n e m o s v o c a b lo s p a r a to d o e s t o : estopar,
jaral , matorral, maleza, e tc ., s e g ú n lo q u e s e q u ie r a
exp resar. No h ay p ara qué in v e n ta r té r m in o s im ­
p ro p io s . Cuando un g e ó g r a f o ó un a g r ic u lt o r v e n e z o ­
la n o e m p le a el v o c a b lo pajonal, lo p o n e en b a sta r-
dill a, c o m o una p ro te s ta .
l ’aii'cc reylíi s'i-.nirral en es lo.-i llanos, i|iic cuantos más /’r.ú jiits ó n iti/n rro /i’i se
encuentren en ellos, lanío más almmla a llí el gusano. - ( !ucl;:/.,ci y llarall.
f i u (/<• / iiit'/ii.

P e r o si en c ie r to s lu g a r e s de lo s lla n o s d icen
pajonal, en v e z de herbazal, maleza, y matorral,
en o tr o s d ice n pajar y pajarito e n el m ism o sen­
tido; y e s ele c h u p a r s e lo s d e d o s a l o ír la o r d e n de
a m a r r a r un c a b a llo d e un pajarito! S é p a s e q u e pa­
ja r ' s ó lo s ig n ific a en c a s te lla n o c o r r ie n te el s itio ó-
lugar donde se encierra y conserva la paja; y que
pajarito no es más que diminutivo de pájaro. El
diminutivo de pajar es pajar dio.
1199. Palo ensebado nunca dirá lo mismo que
ruéana, porque un palo se enseba- para muchas co­
sas, y hasta para dar una paliza, á fin de que sea
difícil arrebatarlo. Dígase, encaña, que no hablar
con propiedad es barbarismo.
1200. "No comprender yo, me decía Mr.
Morland. que es ser gallo papujo, gallina papuja;
no encontrar en el ! Accionario este papujar/” Hu­
be de hacerle comprender que esas eran corrupcio­
nes ó síncopas censurables de nuestro, pueblo, y
que como se debe expresar es gallo papujado, ga­
llina papujada. y así de las demás aves, cuando
tienen mucha pluma y carne en el papo; y de las
que tienen éste crecido y grueso, papitdo: gallo pa­
pudo. gallina papuda. Papujado se dice también
figuradamente de lo abultado, elevado, ó sobresa­
liente y hueco.
1201. Se comprende que las gentes digan mujer
paridora, aunque el vocablo castizo es paridera;
pero no que sabiendo decir ciruelas pasas y uvas
pasas, digan higos jasados y cambures pasados. Co­
mo debe, decirse es higos pasos y cambures pasos,
porriuc el participio pasado irregular de pasar
i jaso) es el que se aplica en castellano á las fru­
tas desecadas.
lii/u. iiit viaje ¡i un lu pir «]»•• se llama S ari;d . <|uc está
veinte leyu.is i!e An.jel Inicia la parle tic Oniii, en el cual hay mucha conlralación tic
■ U'x'i'S/-y/.'r'.c.- Curvantes. Quijo!,-. P¡>¡ l . Prim. Cop. X L l.

Sin duda que pasos significa lo mismo que


pasados, pero el participio autorizado en tales casos
es el irregular, por lo que se tiene por barbarismo
no respetar su uso. Por el contrario, los ene cali­
fican de barbarismo nuestro pasoso, aplicado al papel
que se pasa, no lo entienden, porque pasoso en tal
caso no está mal formado.
1202. Pedante, en el sentido de presuntuoso
petulante, 'etc., cuando sólo se. alude á la vana \
ridicula presunción en el porte y modales de las
personas, es impropio, porque pedante sólo se apli­
ca al que hace inoportuno y vano alarde: de eru­
dición. Esta significación corresponde á su étimo
logia, que es palabra griega y significa instr; r.
Incurren igualmente en disparate los (pie dicen
'hacer peninos." Como debe decirse es "ha­
cer pinos" ó "hacer pinicos." Los peños y los Apeni­
nos no tienen que mezclarse <-n el asunto. Pino, na,
significa en castellano muy pendiente o muy de­
recho.
Es bárbaro decir "el pipar de los caballos."
Tal verbo es piafar. Pifiar es hacer pifias.
1203. Plantilla es la de los zapatos ó medias,
soleta de lienzo, y otras cosas que nada tienen quf
ver con los árboles ni con la tierra; por !<> que es
barbarismo de marca mayor decir árboles de plantilla.
j qué van á tener plantilla los árboles! Cuando se
refiere uno á la tierra ó sitio plantado o que se pue­
de. plantar, á la acción de plantar ó al conjunto de
los arbolillos, ó árboles nuevos, como se dice es
plantío. E l plantío. Arboles de plantío.
1204. Policía es el Cuerpo. El individuo de él
es gendarme, corchete, guardia civil, oficial ó jefe de
la policía, ministro de justicia, etc., según sea. Y
aun es más castizo llamar Cu ardi a Civil al mismo
Cuerpo encargado de la policía, ó aseo y seguridad
de poblaciones y caminos. Todavía es más prefe­
rible que policía, aplicado al individuo del Cuerpo,
el vocablo policial, que emplea Juan Montalvo en
sus Cal¿linarias. Esto por respeto* á la lengua y
para evitar confusión en ciertos casos, pues llamándo­
se Calicia y Cuardia Civil el Cuerpo, ya que es co­
rriente decir un guardia, bien pudiera decirse un
policia.
1205- Pronunciar pasjuaio y pajuato, como un
mandilandín, cuando el vocablo correcto es pazguato,
es serlo más que. aquel á quien so le aplica, porque
todo hombre bien educado debe conocer su idioma.
En este mismo capitulo he citado versos de Pitillas
en que consta bien escrito el término pazguato.
E11 el sentido de pazguato, simple, tonto, dicen en
Venezuela sonso, y de este vocablo han formado son-
sera, que en castellano es sosería, bobada, bobería,
tontera, tontería, tontada, simpleza, etc. El tal sonso
es propiamente zonzo, vocablo castizo que' significa
simple, insulso, desabrido, así como zoncería es in­
sulsez ó íalta de sazón. Soso y zonzo son vocablos
hermanos ( 1 )
1206. Pea, vocablo vulgarísimo que demuestra
falta de cultura, y expresa lo mismo que borrachera, chis­
pa, etc. Chispo se dice correctamente por achispado', pero1

( 1) S alva incluye en su diccionario irl termino so m e ra . bobada, tontada,


cunto ¡intencanismo. l.n correcto sería zoncera. correspondiente de zoncería.
B A K JíA K IS M O S 599
es barbarismo crudo decir chispar en el sentido de
achispar, porque chispar no tiene otra significación
que la de traer y llevar chismes, esto es, chismear
ó chismar.
\2oy. Los pianos tienen pedales, pero las má­
quinas nó. Lo que ciertos individuos nombran pedal\
al hablar de máquinas, se llama careóla.
1208. Pelarse es perder el pelo, y nó equivo­
carse, como cree el vulgo en Venezuela.
Pesenesndo será más fácil de pronunciarse que
pescozudo, pero éste es el término autorizado.
1209. Pe/¿pieza, es en castellano sainete.
Pchpoá (petit—pois) es vicias, arvejas ó alverjas.
El guisante, llamado por los andaluces chícharo (del
latín cícera), lo llaman los franceses pois, y es me­
nor que el garbanzo y mayor que la alverja ó vicia.
Se equivocan, pues, los que, como el respetable
señor Rivodó, creen que petit—pois debe traducirse
guisante ó chícharo. Aceptar galicismos innecesarios
es propender al abandono de nuestros vocablos y
corromper el idioma. Cuando sean precisos, pase;
pero, cuando no, ¿para qué ni por qué? El que pu-
diendo impedirlo contribuye á la corrupción del idio­
ma, no está distante de ver con indiferencia la corrupción
de todas las demás cosas.
1210. Petróleo significa aceite de piedra, como
sus componentes lo indican. Cometen, pues, grave
impropiedad los comerciantes que venden aceite de
petróleo. Ni por ser extranjeros merecen perdón, pues
en todas las lenguas el vocablo es el mismo, del
latín pch'G, piedra, y oleuní, aceite. Este vocablo se
{'armó c:n el bajo latín. No es nuevo.
12 i i. Picar el ojo, por cerrar un ojo con di­
simulo y volverlo á abrir rápidamente, es en caste­
llano gu iñ ar; y así debe decirse, porque me picó el
>j ■.> lo que realmente significa es me hirió ó me pun­
zó el ojo, lo que es una barbaridad que pone los
pelos de. punta. Mejor es que piquen otra cosa
¡2 1;* Pie hipen ( fiteh--fin e), pino, alerce.
12 13 Jiedrero P Pero ¿ cómo va a ser p,
ro ni />:Ytrero un pedregal 0 sitio ó terreno cubiei
piedra menuda? Pedrero es cantero, hondero, cierta
pieza de artillería., y hasta el hijo d e . . . . la piedra,
pero no pedregal. Piedriro no es nada.
i 2 ¡4. J Ultraja es una cosa, y piltrafas, en plu­
ral, otra.. Piltrafa tde piel trefe) es parte de carne
ílaca que casi no tiene más que el pellejo;)- piltra­
fas s¡quiñón carniza, residuos menudos de las carnes
y otras viandas. Para expresar esto debe emplearse
siempre el plural, ó el vocablo carniza.
1.715. No hay nada de pilón, que eso parecí:
cosa do. pitofleros, y lo mejor es no pitar nunca de
tal modo, para* que nadie di ya cuando pitos, llamas,
cuando (lautas, pitos ; visto que la frase no vale un
pito por carecer de fundamento y relación. En cas­
tellano se dice á pedir de haca, magnifico, ex­
celente, etc.
lOruUui ilijn tjiit; así lo creí:: y <|ue :i¡< hivioso pena, ipic lodo se hurí
'lien y sucedería .7 p v á ir </.• Coca.— ( . V i vanOs. { h t ijo lr . J 'u r l . J 'r h u . C;i/>. -V .V .W .

1216. El golpe que se da de plano con la espada


no tes planazo, sino cintarazo. A fla n de machete es
todavía mayor barhansmo: es d á n d o l e d e p l a n o . como
debe expresarse, si se quiere hablar castellano.
kut;7. / la n ía es la de los pies, y
la de lasp a lm a
manos. N o hay p í a n í a tic l a m a n o , y diciendo asi
se envilece una de las partes más nobles del hombre.
i 2 \8. i 'o l i c h e r a no es nombre cíe la p a l a n g a n a ó
a l j o f a i n a ; p o n c h a r a e.s ¡a taza en que se hace el ponche.
No debe aplicarse tal nombre á la aljofaina, á menos
que la cabeza del que lo aplique se haya transformado
en ponche por efecto del licor. ¿Quién quita?
!_> 1 9 . / C u e lo , apiieado aí gallo ó i\ la gallina':
g a l l o p o n - á'o. ¿ o d i 'n a p a u e h a , h e l i o p o n c h o [jara decir
que no tienen cola, es impi opiedad. Como se debe
dm.-ir es r a m i o : g a l l o r a m i o , g a l l i n a n e n i o , p o l l o n -
c;do. Al menos, es lo autorizado en castellano.
! 220 Xo hay popelina sino popelina. El céle-
bre ¡\>pe no tiene nada que hace r en el asunto.
i 22 \ / l'if a ocioso, del trancé s prelencieux, en el
seurido de lleno de presunción y orgullo, no e.s to­
lerable... Como se debe decir es presuntuoso. Este
barbarismo. censurado ya por Barnlt. nos ha venido
de España. como nos lian venido otros, en malas tra­
ducciones de novelas francesas. I). Florencio Janer lo
emplea en las .Volidos y Consideraciones que prece­
den á las Obras Poéticas de í). Francisco de Que-
vedo :
Ha cuanto á bis burlas y 'lia(ribas que unos á otros su dirigían ios escritores
con temporáneos de Qucvodo, liaqueza lniniana que ha sido en todas épocas com ­
pañera inseparable de los qm: militan en la República literaria, debieran haber
sido también más disinutiablus. no ¡asando de desahogos del humor />r,-/,-n,-/o.<o
y más ó menos ¡ras.ible de c.-.'lu vate.
1222. Considerado el respectivo valor de las de­
sinencias cuto y oso, el pulguiento que usa gran par­
te del pueblo venezolano es menos propio que el vo­
cablo autorizado pulgoso, lleno de pulgas. Además,
pulguiento tiene cierto aspecto de vulgaridad. D í­
gase, pues, pulgoso cuando quiera que se crea
preciso, si bien, en concepto mío, lo mejor sería no
aplicarle á nadie adjetivo tan poco culto.
1223. Pulla, por púa, es una atrocidad. Puya,
con y— es la punta acerada de las varas o garrochas
de picadores y vaqueros. Pullar en el sentido de
herir de punta, 6 lastimar con púa ó con puya, es
barbarismo. Como corresponde decir en tales casos
es punzar. Pullar significa dirigir pullas.
1224. Los que dicen que sienten puntadas en
la cabeza, puede ser (pie tengan esta apuntada por
algún diablillo, ó que necesiten que se la 'apuntalen, y
lo mejor es que no den puntada en materia de len­
gua y se limiten á la de la aguja si son sastres ó
costureras. Como se dice en castellano es punzada,
y no puntada.
1225. Puntilla es un cuchillito sin mango con
punta redonda, para trazar en lugar de lápiz ; y asi­
mismo el cachetero ó puñal conque se remata á las
reses, y usaban antiguamente los malhechores. Esto,
como instrumento. Nunca ha significado cortaplumas
6 na-cajilla.
1226. En algunas partes de la República dicen
puñalero del que acostumbra cargar puñal, y apuñalar
por cualquier cosa; pero .eso es en buen castellano ase­
sino. y no está bien trocar los trenos en cosa de tanta
monta. Puñalero es el que hace ó vende puñales;
como espadero el que hace ó vende espadas :
RtíSpundiium: ijtie »-n t«/«í<> «k-cían vcrilsul. sksn en la «lay-.t. p« «ripie: 11.. í.;ó
daga, ni pequeña. siim un puñal !i:::«lo más agwln <pu: una Ic/na. I H:!>ía de .'c:'.
«lijo á csU: punto Sandio, d i a l puñal de Ramón di- llut-t::- d Srt'illano. N«¿ só,
prosiguió» Don (Quijote:: pirro no sirria «Ic-m.* /•/////// ¡r e , poripu- Ramón do I ! io j >:
fuó ayer, y !•» «!<-• Roiioirsvallos, acoi>l»d<‘« esta «los»rada, ha m in tió aruj-,
— ( amantes. Q / rijo / r. / ‘o r í . .So:;. .VA'///.

1227. Purria, purria, dicen en algunas partes, v


en otras fu rr io , fu r r ia , de cualquier cosa, ó despre­
ciable, ó de mala calidad, ó sin importancia ó valor.
Evidentemente es corrupción del francés poitrri. D íga­
se purriela; que: aunque tiene el mismo origen y el
mismo olor gálico, es el vocablo aceptado y de uso
general. May desgraciadamente en el país grande
amor á los vocablos franceses ; pero justo es decir que
algunos van desapareciendo. Pocos dicen ya, por ejem­
plo, quinqué, pues la mayoría prefiere acertadamente
los términos guarda—brisa y brisera.
122b. Rajuñar y rajuño, son términos demasiado
bárbaros, y propios sólo de gente baja. Rasguño es.
aunque duela ; y rasguñar, aunque sea un cañón de
bronce. Raspón es asimismo barbarismo; dígase ras­
padura, rasguño. araño, arañamiento. etc. Tampoco
está bien lo de rasgar el guitarrillo, que no es tela ; lo
que deben hacer es rasguearlo, que ya sonará bien con
el joropo ó la guaracha. Rasgar se usa por rasguear,
pero en la acepción de hacer rasgos con la pluma,
poso al Diccionario. 1.a rotura de un vestido ó tola nó
se debe llamar rasgadura, sino rasgón; y la que es gran­
de no es desgarradura sino desgarrón. Son las vetees
autorizadas. Al caballo no se U da rasqueta. La ras­
queta no existe. Kse utensilio se llama rascadera, rus-
c.ador, almoh a R a / j u c i a . que no rasqueta* es la pala
cid jileco del volante. Lo que digo del sustantivo/-¿uf-
(/¡.'(/a se extiende al verbo ras/u cica i\ c(tic correcta­
mente se. dice almohazar. A ¡tesar de todo, la existen­
cia de la voz marinesca ras,jacias, y su significación,
i'i'e. hacen .sospechar que no incurrimos sino en un
simple aicaisma cuando decimos rasc¡uela por almo­
haza y rasi/acícar por almohazar; y digo sospechar,
porque en ningún autor he encontrado testimonio de las
acepciones que en Venezuela les damos. En caso se­
mejante están lamber y lambido, que dice el vulgo por
(amar y lamido, y conservan ¡a forma del vocablo latino
de que proceden.
t >29. Rampa. y no ¡ ampia, es como se llama el
declive formado suavemente para bajar sin escalera. R ali­
pa . . . . ; pero deben saber estos escritores alrancesadi >s
que nosotros no tenemos raupo. sino ra o p íf r<>, y no es
alusión. Com oddx. decirs<- es nía. clase, linea, categoría,
jerarquía, ele., según lo «pie se quiera expresar. Me
duele tener que mdicar que Helio usa este, innecesario
galicismo , en varios lugares de su obra Principios de
f)c>\-eho /nieraacioaal. Compréndese (¡lie es una dis-
tracción ó descuido al traducir de obras francesas algu-
nos razonamientos y reglas. El francés rastajoncrc
no lo necesitamos; en castellano es fachenda, fachendoso.
1230. Decir rebatido es no saber lo que. se dice.
La palabra es rebullicio. Véase lo que acerca de este
barbarismo, tan común en Venezuela, digo en los párra­
fos 191 y 194.
1231. No ha)' tal redondillo; dígase redondel ó
circulo.
1232. Remarcable es francés puro y muy censu­
rable, si se le analiza y se tiene cuenta de que se le. da
el sentido de notable, distinguido, señalado, calificado,
conspicuo, insigne. egregio, ilustre, voces más propias
y bellas. Afortunadamente sólo lo .usan ciertos aficio­
nados á las letras, ciertos escritores que la dan de
hombres de ciencia, y ciertos malos traductores, nin­
guno de los cuales conoce el patrio idioma, que otra
cosa serían realmente si lo conociesen.
Komlón. en t|iiivi la virtud .:ra val* ir. |>m la ilitsiracam y rl tah at-i.
- M a r c o A iumi. íii Saluzzu. /'.,■/¡n/ir - / 7.

Los que como los sastres y zapateros de viejo


remiendan con primor, son los bien llamados remendo­
nes; pero no es remendón, sino chafallón, el que remienda
mal las cosas, sin arte ni aseo.
1233. Repantiligarse es puro barbarismo, y de los
peores. Debe decirse repantigarse, de re y el latín pau­
lex, pandéis, panza; ó bien repanchigarse, de re y
pancho, derivación familiar de panza.
¡234. Repórter i del inglés r<portcr). es. en
castellano castizo, relator. Nada se opone á que
le demos a este vocablo la misma acepción (pie
los norteamericanos á repórter. Además. tenemos
los términos noticiero, cronista, colonista, correspon­
diente, corresponsal, viajero, agente, etc.
1235. Restar, en la significación de ptrinancccr,
es barbarismo crudo, /testa)' tiene la acepción
de quedar en el sentidode faltar, pero no en e! de
permanecer. K1 uso correcto de tai acepción se ve
en el siguiente pasaje de. Muñoz, en la /historia
del Nuevo Mundo:
Otru empresa /v
.</i;/wdijjna do i:;t (¡denlo «le primer orden, ie un corazón
'.V
-inroso, y ile un valor intrépido.

Retaliación es inglesismo; debemos decir represa­


lia ó pena del talion, según lo que se quiera ex­
presar.
1236. Retropróximo. Próximo pasado, último.
1237. Revancha, francés puro, de re y venger
{revanche), es una atrocidad en el castellano, que.
para expresar lo mismo, tiene los vocablos desquite,
compensación, satisfacción, venganza, según el caso.
1238. Revoletear no se debe decir. Es revo­
lotear ó revolar.
1239. Comoquiera que riego es el acto de
regar, ó beneficio que se da á la tierra regándola,
y regadío un adjetivo que se aplica al terreno que
se puede, regar, lo correcto es decir tierras de re­
gadío, ó tierras regadizas, y no tierras de riego,
como se expresan nuestros labradores :
K.n natural pie l:i pcpicfia cultura so prefiera en los países frescos y en los
/<•-••// ’»•/.*., ./,■ r .y u J i , '. — [avellanos, /.¡y A g r a r ia .

Ahora, árbol ó planta de riego, ya es otra


cosa:
Ks verdad ¡pie los i/r.W.-j- pueden venir untodas parles, que puod•» lograr­
se -.v r ir g a y do secano.—Jovolianos. l.e y A g r a r itt.

1240. Lo que nuestros impresores llaman rolo,


se llama en castellano rodillo.
1241. ‘ Debe saberse que ropilla es vestidura
corta ajustada al medio cuerpo, y loga traje largo
que usan sobre el acostumbrado los magistrados y
catedráticos; por donde es disparate mayúsculo lla­
mar ropilla lo que propiamente se llama toga. Bas­
ta leer el Diccionario.
1242. Sánduich (sandwich). Rebanadas de pan
con jamón ó mantequilla, ó con entrambas cosas.
Estas rebanadas de pan con cualquier clase de
manteca ó gordura, se llaman propiamente manteca­
das. Mantecada., simplemente, si es con grasa sola;
Mantecada de jamón, etc., según lo que se le pon­
ga. Esto de jamón, manteca y gordura, me acuer­
da que á los individuos rechonchos ó cachigordos ó cachi-
gordetes, les dicen saporretos. Los colombianos les dicen
saporros. Tan antipático es lo uno como lo otro.
1243. "E sto y todo sarpnUado ó salpullado". que
dicen por pueblos de Venezuela, es barbarismo, pues
los verbos autorizados son salpullir y sarpullir.
Todavía es más común decir sarpullo y salpullo, en
vez de sarpullido y salpullido. Lo que es sarpullo
y salpullo. se usan asimismo en las islas Canarias,
y aun se oyen por España, según informes que
merecen respeto. ¿Existió el sustantivo salpullo, ó
es síncopa de salpullido? Depende la respues­
ta de la etimología que definitivamente se establezca.
Para Covarrubias salpullido expresa "unas pintas co­
loradas que salen en el cuerpo qliando se ha pasa­
do mucho sol ó calor. No es enfermedad; ’díxose á
serpendo, porque conde por todo el cuerpo.” Según
esto, cabe inducir que el término procede del latín sal\
mancha (de donde el francés salir, manchar), y pullo
pallare * propagarse, extenderse; formado como sal­
picar, salpicadura, etc. Para el Diccionario de A u­
toridades, sarpullir "es voz voluntaria” (sic) y sig­
nifica "picar la pulga dexando manchas en el cuer­
po.” Aquí cabe suponer que el vocablo procede
de sal y p u l ex, pu lids. No me arrogo autoridad
para decidir en punto tan discutible. Aunque tales
diccionarios no contienen salpullir ni salpullido, es­
tas formas se encuentran en los clásicos, y es evi­
dente que son las primitivas. L 1 Maestro Jlurgui-
llos, (Lope de V eg a ), dice salpulles en la canción
, / una' Pulga. En la i edición . del Diccionario
de la Lengua se da á salpullir la etimología del
latín scalpturirc, escarbar como las gallinas, rascar
fuertemente. N o.hay ejemplo de que la raíz scal
haya pasado al castellano trocada por sal ni dejado
de anteponer la vocal <• á la silbante „s\ como se ve
en escarbar, de sealpsre; escalpelo, de scalpcllum;
etc. De la p nada digo, porque en el mismo latín
existe la forma sccdpurio, que, de paso sea dicho,
hubiera hecho escalpullo, como murmurio hizo mur­
mullo. Conviene investigar algo mejor tal etimo­
logía.
1244. E l sartén. Dígase la so ríen.
1245. Seibo y saibó es inglesismo que ni sabe
bien ni necesitamos para maldita la cosa. Tal mue­
ble se ha llamado siempre aparador.
1246. Algunos dan el nombre de serafines á las
grapillas ó broches con que se sujeta el papel. No
hay por (pié ni para qué.
1247. Soaré. nada más que por hacer creer
que se sabe francés ó que se ha estado en París,
pues nadie ignora que tenemos sarao. baile. tertulia,
y otras voces más, bellas y expresivas. Sarao, con
la significación del tal soaré es muy antiguo en
castellano. Juan de Timoneda en el Cuento L X X X
de la Prirn. Part. del Sobremesa y Alivio de Cauri-
nantcs, dice: “ Un día- estando en sarao, tomóle un
desmayo, y fueron corriendo á decirlo á su ma­
rido.”
1248. Susceptible, en el sentido de suspicaz
puntilloso ó quisquilloso, no es castellano. Susceptible
en castellano no es más que lo capaz de recibir
modificación ó impresión, como la cera, que es sus­
ceptible de recibir varias formas, ó el corazón hu­
mano que lo es de recibir diversas impresiones.
Correctamente dice Ventura de la Vega en la Esc.
VI de su precioso juguete dramático Quiero ser
Cómico:
El corazón de la mujer es tan de entusiasmo, tan sensible á la
"loria. .. .¡si yo llego á adquirir un nombre!. . .

De susceptibilidad, que no es de uso tan ge­


neral en Venezuela, hablé en el § 374.
Ejercitar el sentido del tacto palpando ó to­
cando una cosa material (como las paredes el ciego),
no es acepción de tantear sino de tentar,
1249. El palo que ponen en el cuello al perro y á
otros animales, se llama en castellano tara-gallo, y
no tara-jallo ni zoquete, como dicen en algunos
pueblos.
1250. No es tarraya sino atarraya, esparavel, red
de pescar, chinchorro. Debe tenerse entendido que
tembleque, cuando no significa la flor ó botón de diaman­
tes ú otras piedras, preso á una aguja de plata ú oro,
que, por estar en forma de hélice, tiembla con el peso,
significa la lentejuela ó plancha de plata, oro ú otro
metal, que se emplea en los bordados. De un indivi-
39
dúo que tiembla, no se debe decir, pues, que está
tembleque, sino temblón ó tembloso.
1251. A yer tuvimos una tenido . . ., le oí decir á
cierto individuo de una asociación de bellas letras y
ciencias. Y o me imaginé sencillamente que habí an­
tenido una poseída ó mujer endiablada, ó que se ha­
bían dado una a o-arroda, ó que habían tomado una
borrachera. En fin. no atinaba. Luégo supe que que­
ría expresar que habían celebrado sesión! Frescos
quedamos ! ¡ Y tantos que escriben tenida por sesión !.
l ’ues mejor es que la tengan para ellos solos !
1252. Las mujeres del pueblo de Maracaibo dicen
á cado paso, con un dejo lleno de gracia : “ Tenetc,
hombre, que pareces endiablao. ” Pero lo verdadera­
mente endiablado es el leude por tente. Y hay. no
obstante, hombres que peinan barbas y repiten el desco­
munal barbarismo, como si fuese cosa de rechupete.
Posible es que á ciertos Jilólogos y lexicógrafos se les
ocurra defenderlos alegando lo que ellos llaman el \uso.
También se usa por ahí dar buenas puñaladas.
1253. Tibiera. Corríjase incomodidad\ enfado, de­
sazón, etc.
1254. La frase vulgar el tiroteo délos cohetes, pasa
de raya. Pin castellano se dice el Irajueo. Los cohetes
no tiran nada. No menor disparate es el de decir
titiritar, en vez de tiritar, temblar de frío. Casi no
ha)' en el pueblo quien no diga titiritar, para signi­
ficar el temblor que produce en el cuerpo la acción
intensa del frío ; ni enfermo que sufriendo de fiebre
paroxismal no la emplee para referirse á la sensación
de frío que la ciencia denomina con el término de rigor.
Uno tic los fenómenos más notables en las liebres ríe accesos, es el calofrío,
que constituye el primer período de ellas, y caracteriza su invasión. Kn él los
enfermos experimenta» ;ni umi*li*r general, ¡ticunas veces con réclnnni'.iicnlo :1c
dientes y la condición ilc la piel denominada por su aspecto i ’/a'/' (/»■ ■ /•
están liri/tMtíi> t/rf i ¡ '\ Jusé Manuel <lc los Ríos. 1.,-nión rHuita). Principia ron
las muías á andar, el aire á arreciar, mis compañeros á dormir, yo á lirilur </.
fr ío .— Uarizenlnisclt. Cu Cinjc <n

1255. 77; es en nuestro idioma ¿iza.


Tobo (tub), es balde, de metal ó de madera; cubo,
vasija.
1256. En castellano se ha llamado siempre tontillo
(de tonelete) lo que las modistas francesas llaman
crinolina. Déjeselas con su vocablo, y digamos los
venezolanos tontillo, que así hasta ganas dan de acari­
ciarlo como á todo chiquillo ó bobillo.
1257. Torreja y torreznot que dice el vulgo por
*torrija, son barbarismos. Torreja, sería un diminutivo
despectivo de torre, que nada tendría que ver con to­
rrija, el cual se ha formado de torrar, tostar ; y torrez­
no, que no torrezno, es pedazo de tocino frito ó para
freír, y no rebanada de pan'empapada en vino, leche ú
otro líquido, rebozada con huevos batidos y frita, que es
lo que llamamos torrija.
1258. Otro barbarismo es el de emplear á
tramojo en la significación de torga. ‘Tramojo es
vocablo de los segadores, y significa vencejo ó
atadero para la mies, etc. La prisión que se pone
en el pescuezo á los cerdos y otros animales se
llama en castellano torga ó collar.
1259. Transar no es verbo castellano; el ver­
bo corriente y ‘propio es transigir. Eos que ajus­
tan una transacción, lo que hacen es transigir. Es­
te transar se usa también por Canarias, el Ecuador,
el Perú y Cuba, según Campano. Nada se pro­
paga como la mala hierba.
i 260. "Le di un trompón á fulano’’ no significa "le di
un trompisó' sino un trompo grande, como que
es muchacho y juega. Trozo de madera dicen del tronco
aserrado por los extremos con el fin de sacar tablas,
y tronco ó trozo de berros, del tallo y hojas cor­
tados de esta planta. Dígase troza de madera, en
el primer caso, pues trozo es el tronco cortado ó
quebrado sin arte; y en el segundo, dígase troncho
de berros, pues es troncho, diminutivo de tronco, el
término correspondiente en semejantes casos.
Yo que oslaba comiendo ciertos Iromhos de berzas, con las cuales me desayu­
ne.— Hurtado de Mendoza. /.. </r 1'omus. 7'ral. ///.

1261. Túnico, no; es túnica, camisón; y lo que


llaman camisón es propiamente traje. vestido.
'Tuñeco se dice, entre el pueblo venezolano, del
gafo ó baldado que por enfermedad ó accidente
tiene encorvados y sin movimiento los' dedos de
las manos ó de los pies. Evidentemente tuñeco es
corrupción de tulleco ó ¿olleco, formado de tollir ó
tullir. probablemente en alguna provincia de España.
La gente culta dice tullido.
1262. Vale es sustantivo á que únicamente los
llaneros dan la acepción de camarada ó compañero.
Extiéndenlo á toda persona á quien tienen en esti­
mación y aprecio, y así dicen: "el vale zutano;”
“ mi vale mengano;” “mire, vale." ¿Procederá de
alguna provincia española? ¿Es síncopa del anticuado
valedero? ¿Es corrupción popular de valido? Dice
el señor Cuervo que por Colombia se usa la frase
"ser úno vale con otro,” en el sentido de "tener
valimiento con él, ser su amigo ó compinche.” Tal
frase, en que vale tiene el sentido de valimiento,
no se usa en Venezuela.
1263. No es veruta el nombre que designa la
hoja de la madera que se arrolla con el cepillo al
tiempo de labrarla. Dígase viruta, que procede del
latín virio.
Vocerrón, por vozarrón, es vulgaridad.
Zaperoco es. en buen castellano, alboroto, zara­
gata etc.
No se califique de zorocho sino de zorollo. que
es el término castizo, el grano duro segado 6 re­
colectado antes de su completa madurez. 'Jal vo­
cablo se ha formado del latino ccrcolus. amarillo, de
color de cera.
Termino este capítulo con algunos galicismos
que se usan en la república, aunque no comunmente.
Tales son Brigán. por bandido, bandolero; B ri-
o-andaje, por bandería, bando, pillería, etc; Con aplo­
mo,, por "con seguridad, con firmeza;” Chicaría y
Chicañería. por artificio capcioso, sofistería, ardid,
trápala, engaño; Chicauero, por enredador, in­
trigante, engañador, trapalón, etc; Elucubración, por
lucubración, pues, si bien el latín tiene ambas voces,
los franceses tomaron la primera, nosotros la última,
y nuestro verbo es lucubrar; dable, por transitable,
acepción que ni siquiera es francesa, pues liemos
tomado el vocablo con su natural significación: "que
puede vivir.” dable, se ha formado de vie, vida,
y no tiene relación ninguna con vía (camino); E x ­
perimentación, que decimos correctamente experimen­
to ó experiencia, según convenga; Excentricidad (por
extravagancia, y Excéntrico, por raro, extravagante;
Eina adero y Einaucistct. por hacendista; Mobi­
liario, por moblaje, que; no nos hace falta; y Pros­
pecto, en el sentido de esperanza, probabilidad, etc.
No me he atrevido á poner en esta picota el
vocablo Comité, aunque tenemos los castizos comisión
y junta: porque su uso es ya muy común en Es­
paña y en América, y expresa una relación espe­
cial derivada de la voz comicios. que es asimismo
nuestra como de otros idiomas formados del
latín. No se vea con extrañe/a que calle ciertas
vulgaridades propias de gente mal educada, como
las síncopas de para ypa mi, p<r tí), .y de señor,
si-ñora [señó Castro., seflii Juana: ño Morián, ña Rude-
cinda), porque esto acontece entre el vulgo de to­
dos los países en que se habla el castellano, y sería
inútil aplicarle otro remedio que el del extenclimiento
de la instrucción popular.
Ai/iO S i ) 15KK VKRSIFK'ACION

1264. Algunos poetas venezolanos tienen versos


terminados por relativos y otras partículas semejan­
tes. encabalgadas naturalmente, y aun consonadas ; y
hay quienes, como Bello 1 en versos no incluidos en
las ediciones de Caracas y de Bogotá ). consuenen á en
que, por ejemplo, con palenque. Tal uso. sobretodo
en versos aconsonantados, es una imitación de los an­
tiguos poetas españoles : pero no tiene cabida sino
en versos cortos de carácter dramático, epigramático,
satírico, descriptivo ó festivo, en los cuales puede
•efectuarse de modo que adquiera propiedad y gracia.
En los demás casos es de mal gusto y hace pro­
saico el verso. Además, en consonar á en que con palen­
que, al modo que Don José Joaquín de Mora á con que con
ronque (1) hay cierta impropiedad, porque, á pesar
de ser gramaticalmente inacentuado el vocablo que de
las palabras compuestas en que y con que, la pausa
natural del ritmo final del verso, y la naturaleza mo­
nosilábica de la partícula, obligan á cargar el acen­
to sobre ella, de modo que como palenque es término
trisílabo y llano, el consonante queda deslucido. Por
esto en los grandes poetas antiguos de Castilla, y
en otros de los que los han imitado, se ven las par-1

(1) Lo hizo eum > Bello en versos de arle mayor, y aun así es viólenlo:
Narcótico clicnz y activo con une
Abra la mano, caiga el libro y ronque.
trcula.s e n c a b a lg a d a s co n e l v a lo r y fu e r z a d e l a c e n ­
to, a u n q u e g r a m a tic a lm e n te n o le s c o r re s p o n d e .
Y este enojo mostraré
De manera que enemigo
Me juzguen tuvo, por qué
Viéndote pobre, agraviado.
Luego se querrán valer
De tu generoso pecho
Contra mí.
Tirso de Molina.
Alanzo.- ¿Quién dice que no ?
5'/.Vi'— Q u e trunqué '
Mi seHor cerró las puertas
l’ien salir los dos podéis.
Calderón.
Ya empiezas ?
Que este ralo (pie calló
Nos hizo merced <¡e no
Rompernos estas cabezas.
Calderón.
Digo que me ha parecido
Tnn bien, Clara hermosa, qué
Ha de pesarle algún din
Que me parezca tan bien.
Calderón.
.¡tinqué
Contigo desde pequeño
Me crió Lauro, y uuuqué
Según mi edad, ya podre
Gobernar cusa y ser dueño.
Tirso de Molina.

No d e ja r á d e haber q u ie n d ig a q u e ta le s e je m ­
p lo s no son m u}' d e l ca so , p orq u e la n e c e s id a d de
fo r m a r el c o n s o n a n te , en un os, y en lo s o tr o s el
a s o n a n te , fu é lo q u e o b lig ó á lo s a u to r e s á a c e n tu a r
d ic h o s v o c a b lo s ; p ero au n q u e tal p arezca á p rim e ra
v ís ta , éch ase d e ver, d e s p u é s d e l c o n v e n ie n te estu d io .
<pie n o p u d ie r a s u p o n e r s e ta n ta p o b r e z a en tan e s c la -
rédelos ingenios, y que esa acentuación se origina
en la pausa y ritmó clel verso, que nopermiten
emplear propiamente de otro modo laspartículas
que encabalgan. Sin necesidad de recurrir á- los poetas
del siglo de oro que no sean dramáticos,podemos
hallar ejemplos que lo corroboren. José Antonio
Gaicano, tan celoso de su reputación literaria, dice
en el juguete intitulado Pudor:
Detrás (!o este, en tafilete,
Butacas y canapé
Formando una especie </<*
Reservado gabinete.

Donde el de, por la fuerza que he indicado, tie­


ne el valor de dos sílabas, como si estuviese acen­
tuado. José Ramón Yepes, Juan Vicente Camacho,
Manuel María Fernández, y otros más, han hecho de
las partículas uso igual, pero sólo en versos cortos
y del carácter que he señalado. Los decadentes
franceses, aunque no lo hayan observado sus imita­
dores de España y de América, están haciendo uso
de este género de encabalgamiento, como lo hacen
malamente de la aliteración y de otras circunstancias
de forma, verdaderamente decadentes, porque cuando
se atiende de preferencia á la forma y se descuida
el fondo, las letras retrogradan lastimosamente; y por­
que hay que tener cuenta de que cada lengua tiene
carácter propio y peculiaridades que no pueden, sin
constituir vicio, trasladarse á otra. La aliteración, por
ejemplo, propia de las lenguas del Norte, y nacida
de la preponderancia que en ellas tienen las consonantes,
es un primor en nuestras lenguas neo-latinas, pero
sólo cuando se la sabe emplear con propiedad y tino,
como Hérédia en el soneto Le Pieil Orfevre:
/ 'a i s c r li le r itb is , la p c r lc d le béryl,

soneto en el cual predomina la i que, como dice Le-


maitre, es vocal a^uda como una espada, menuda y fina
como los diamantes. En latín y en castellano tenemos be­
llos ejemplos de aliteración, y muestras también de caco­
fonías como las de los decadentes. Tan triste es asi­
mismo el encabalgamiento de estos corruptores del
lenguaje y de la poesía, que Verlaine, poeta desequi­
librado, dice :
I ifl:i« ! mi t:'cs pus vievgc u ¡
Mui non ¡>!us. S iiilu u i Ui n ’ e s pas
I.:i \ '¡ a l i o el m es ¡vis
M u rd icn í tres peu v e is l infini.

En francés eso es prosa pura ; tales vicios no


deben imitarse.
12 6 5 . En e l c a s te lla n o te n e m o s o tr o v ic io s e m e ­
ja n te á e s te d e a c e n tu a r la s p a r tíc u la s , y es el de
a c e n tu a r lo s v o c a b lo s a fijo s, c o lo c a d o s en m e d io d e l
verso , cu an do s ó lo tie n e n p o r o b je t o dar á é s te la
a c e n tu a c ió n c o n v e n ie n te , y es c e n s u r a b le p orq u e ar­
guye su m a p ob reza. S ó lo p u e d e to le r a r s e c u a n d o s e
e m p le a , n o co n e l o b je to in d ica d o , s in o co n el d e im p ri­
m irle g r a c ia al verso , ó co n el d e d a r le e n to n a c ió n
q u e ju m b r o s a com o en lo s v e r s o s vi L o la de E lo y
E s c o lia r , en q u e la a c e n tu a c ió n del verso n o r e q u ie ­
re la del afijo .
X u lie «i11c v as por ui vien to
C o im i <icM:u :iaila y sola.
!.s: triste acen to,
/.,' mi am os á l,r>!a,
X u i-c que vas por e! vien to!

Nunca será aceptable el uso de Quintana en el


acto II del Pelayo :
. U tt¡ nii¡ir que ha infeliz láspufíri
I >c ! f su bien y sn espenuiza 1’ui.

En composiciones de arte menor y al fin del verso


es tolerable, y ha sido usado por los poetas dramáticos
de España, por analogía con lo que acontece con las
partículas, y no en realidad por otra cosa, rpie no es
creíble tratándose de varones cultos é ilustrados.
Í2Ó6. Los poetas venezolanos dan á poesía cuatro
silabas y á po¿ta tres. Esto no es extraño, porque asi
debe ser : pero de algún tiempo á esta parte, tal cual
decadente da á poesía, tres y á paría dos, lo que obliga,
á pronunciar, como la mayor parte de los habitantes de
cierta república pronuncian, puesta y pítela, y asi en
otras combinaciones como asaltar y héroe. que pronun­
cian asar y /'tente. porque, dada la índole de la lengua,
en tales casos es forzoso cambiar la o en ?/. ó poco
menos. No se origina esto en que algunos poetas,
como Lope de Vega en las páginas 19 1 y 194 del tomo
X X X V III de Rivadeneyra. obligados por la medida del
verso, le den á poesía tres sílabas, porque ellos mismos
en otros lugares le reconocen cuatro, y el propio Lope
de Vega le concede tres á poeta en las [.‘aginas 188,
193, 222, 236, 24.0. 373, y otras más del volumen indi­
cado : pero sí nace de la práctica tic: algunos poetas
modernos de España, aunque no de los de primera
rila. Esta práctica española proviene de las aberracio­
nes de varón tan docto como 1). Eduardo Benot, el
cual en su tratado de Prosodia Castellana r Versépea-
lióu. establece tal abuso en contra de las legítimas re­
glas de ortología y prosodia castellanas. De mí digo
que si así debiera pronunciarse ei castellano, nadie
debería hacer versos por no oírse llamar pítela, y á su
hijo, si lo tiene, hi depucta. á estilo antiguo, porque es
casi una injuria. D e tantos como han escrito acerca de
ortología y prosodia, los que con mayor acierto han
tratado de la naturaleza de la cantidad y del acento
en el idioma castellano, han sido D. Mariano José
Sicilia, i). Sinibaldo de Mas, 1). José Coll y Vehí, y mí
amigo el ilustre chileno 1). Eduardo de la Barra. En
el punto que me ocupa, Sicilia, de los confundidores
del acento con el tono, columbró la verdad, pero no
alcanzó á dar en el clavo, según se ve por la regla que
sienta en la Lección 17 / de su Tratado, al hablar de la
formación de los diptongos y triptongos. Bello, que
erró en la teoría del silabeo, ya por contundir comí.»
Salva lo que es una dicción con lo que es una silaba
en medio de dicción, olvidando además que la ere (r?
es letra y sonido castellano ; ya por tener en cuenta ¡a
cuantidad de tiempo, y no la emisión sola de la voz, el
ayuntamiento natural de letras que dice Lebrija s<-
pueden coger en una herida de la voz ; Bello, digo, ha
sido el que con mayor claridad ha hablado acerca de
los diptongos, sentando que si concurren dos vocales
llenas y el acento cae sobre cualquiera de ellas, las
dos vocales no forman naturalmente diptongo ; y esto
es lo que tiene establecido la Real Academia Española.
Con todo, en el conjunto de las reglas, ninguno hasta
ahora satistace, porque, más que á la prosodia propia
y natural del castellano, se ciñen á las analogías, á las
relaciones con el latín y el griego; y á otras circuns­
tancias que más sirven para confundir al que estudia
que para facilitarle el aprendizaje. 1)<• ahí la confusión
entre todos los prosodistas ; de ahí que Cáscales siente
peregrinos despropósitos ; y que varones tan doctos
como Caro y Cuervo tropiecen también y no den en el
hito. Por modo contrario, los que como Benot com­
prenden que no deben atenerse sino al genio y carác­
ter propios del idioma, se dejan arrastrar por investiga­
ciones especulativas hasta caer en lamentables aberra­
ciones. Y sin embargo, acaso no sea imposible establecer
reglas sencillas para facilitar la enseñanza, teniendo en
cuenta, nó el uso de los poetas, que es vario y contra­
dictorio por tener facultad para contraer y para disolver
diptongos, sino el uso general de la gente culta y el
sentido del oído. Acaso convengan las siguientes:
i ;-1 Son vocales llenas la a, la e, y la o; y débiles
la i y la ?/.
2? Dos vocales llenas no forman naturalmente
diptongo.
3^ Dos llenas concurrentes con- acento sobre
cualquiera de ellas nunca forman diptongo.
4;-1 La vocal llena acentuada en concurrencia con
una débil, forma forzosamente diptongo, porque en tal
caso la llena arrastra ó cuasi absorbe á la débil.
5".1 La vocal débil acentuada en concurrencia con
una llena, no forma diptongo, po ripie igualándose con
esta en fuerza de expresión, rechaza la absorción ó
dominio.
ó'1 Dos vocales débiles forman naturalmente dip­
tongo, á menos que se quiera disolver éste por medio
de la diéresis.
7:-1 La vocal débil seguida de llena acentuada se
presta á la diéresis.
La regla 5‘-1 de Bello (pie sienta que si concurren
dos vocales, la primera débil y la segunda llena, y
está acentuada la llena, las vocales concurrentes for­
man unas veces diptongo y otras no, de.be declararse
insubsistente, porque está basada en el uso arbitrario
y contradictorio de los poetas, y en erróneas analogías.
Cruel, por ejemplo, tiene una sílaba, y se le dan dos
por el imperio de la primera silaba compuesta y el
esfuerzo natural que hay que hacer al cargar sobre la
segunda aguda ; pero no, como se sostiene, por derivar
del latín crudelis que tiene una d en medio ; pues fie l y
reina, por ejemplo, proceden de las latinas jid elis y
reo/na, y nadie le cía dos sílabas á fie l ni tres á reina.
Presento ejemplos de estos casos en que por licencia se
hace uso de la diéresis :
Que fu e p a ra m í nefato

l 'n c o r r o ríe m o z a s b e lla s .

C a s t ille jo . .7 m: A.mt'¡v.

S ie n d o tan t/esrariadas
M uy go rd as y m uy cerra d a s.

— Zancudo demnsiado
C a s tille jo .7 u n Cu hallo.

T u d ila ta d o c u rs o 'arioso.
R io ja . A l (¡inu/ii/i/ttiilr.
C r is t a l y a c e de honor d estituido.
R io ja . A !u i'id .
F e l i c e s v o s ip t c u fa n o s a l s u a v e . . . .

R io ja . A unos A ltan os himnos.


H ie lo s d e ed a d la p ú rp u r a ardiru/r.

R io ja . .7 unos J.oídos.

M ie n t r a s F u b o ra y a re en O riente.
R io ja . A ! (iu n d a i.ju iid >.
l ’o r e l h ervo r del s o l demasiado.

G a rc iU ts o . Cauri Ju prim era .

Estos usos no son para establecer tales reglas..


¡ Y cuántos abusos no" han cometido los poetas, no ya
en materia de diptongos, sino en lo relativo á acentos
y á íorma de vocablos! Baste decir que Juan de Mena
escribe agenares por agenórides, Cadillo por Cadmo
lagosjncíroes por lagos meólides, plátanos por plátanos,
Penclopc. por Pcnclope; Macias sandio por sandio;
Lupercio Leonardo Darío por Darío, Nemías por AL-
hemiasy y Aníbal por A n íb a l; y por tal modo otros
muchos poetas, tiranizados, ó por la medida del verso
ó por la exigencia del consonante ; por lo que dijo
L ope:
Fuerza del consonante, á lo que obligas,
A decir que son blancas las hormigas !

y ello porque no tenía conocimiento de las hormigas


blancas, que tales son los comejenes. Así, causa asom­
bro que el señor Benot se apoye en ejemplos de
algunos poetas para establecer reglas peregrinas acer­
ca de las combinaciones de vocales llenas, combatiendo
desacertadamente las observaciones de Bello, quien en
verdad no dió en el hito de las posiciones, como no ha
dado tampoco el ilustre Académico. Por ello que
Benot califique de torpísimos desates de diptongos las
combinaciones de vocales fuertes que se ven en los
siguientes versos :
Con diente agudo rorrá sus letras.
Cien fuegos.
Tus galas rompa el roedor gusano.
Cienfuegos.
Hijo d e T e lis : roedor agravio.
Hcrniosilla.
De rtu-Joras furias envidiosa.
Cienfuegos.
Piensas que esto que llaman poesía.
Moratín.
Si eres tú la poesía,
¿ Qué voz dirá tus encantos ?
Abarcón.
Diera mi moribunda poesía.
Quintana.
Esparcir deberá la po esía .
Quintana.
¡ Oiga, y qué poesía tan extraña !
Airiax.a.
La poesía <lesfallece y muere.
Arria/a.
Toda la creación, y allí suspenso.
Maury-

y por ende, los siguientes :


Va no existe el poeta ! Pero en vano
Querrá la muerte oscurecer la gloria.
Núñex, de Arce.
El exaltó la santa p o e sía .
Núñex. de Arce.
Si la Rana entendiera p o e s ía . . . .
Iriarte ( T o m á sJ.
Sus obras de elocuencia y po esía .
Iriarte ( T o m á s ).
Divina Poesía.
Tú, de la soledad habitadora.
Bello.
¡ Oh ! ¡ Quién contigo, amable P oesía,
Del Cauca á las orillas me llevara !
Bello.
La lux. d éla esplendente p o e sía .
Kspronceda.
Atrevióse el inglés, de engaño armado.
Por que al león de España vió en el nido.
Lope de Vega.

Pero, ¿para qué más citas? Baste decir que encuen­


tra magnífico el siguiente verso de Espronceda, que
no comprueba otra cosa sino que también á aquel
gran poeta se le deslizaban versos prosaicos:
H a b e rm e dedicado tí !a poesía.
(Léase p u e s t a ).

Aberración, oído mal educado, ó falta de gusto, y


más nacía ; porque, como elijo muy bien Bello, dos
vocales llenas no forman naturalmente diptongo. Fal­
tóle sólo estudiar las posiciones ; y esto es. que pueden
formar diptongo cuando la sílaba que las precede
está acentuada (voces esdrújulas), porque entonces se
prestan á la sinéresis si el vocablo esdrújulo termina
el verso ; y la imponen si va en principio ó en medio
de él. Por lo tanto es mal sonante el indicado verso de
Ksproncéela:
Haberme dedicado d la p iu sin .

Y el siguiente de Mora:
O

La !u/. en lc>sV/«fr«w umbrales.

y no lo son los que Benot tacha de torpísimos. Ni


el de Moratín, donde purpúreo tiene tres :
A llí la blanca rosa ;
A llí el clavel p tn p íira > ,
V el lirio azul, formaban
Paraíso segundo.

Ni el de Bello en que purpúreo tiene cuatro:


Lleva en sus alas Zéliro
Esencias aromáticas.
Ya de clavel p m p í i n v ,
Ya de azucena cándida.

Benot presenta un mundo de .versos aislados de


diversos autores donde aparece el vocablo héroe al
final, y sienta que héroe no es esdrújulo porque está
entre versos llanos. Según esta lógica, aparte de que
el vocablo se presta á la sinéresis por ser esdrújulo
de los comprendidos en la excepción, esto es, termi­
nado por vocales concurrentes precedidas de sílaba
acentuada, pudiera decirse que por probar demasiado
no prueba nada, porque, si esa fuera razón, ráfaga
tampoco sería esdrújulo en estos versos de Bello :
40
Y luirá se esparcen
Como las hojas
Anle la J /íftjt
I íovastadora.

Ni árboles, en estos de Espronceda, porque va con


uno llano ;
Y agua, fuego, peñas.
Avirla sorbe al pasar:
A llí colgada la luna.
Con torva, cárdena fa/.

Y sería ocioso el argüir que estos vocablos no tienen


diptongos. El vocablo esdrújulo lleva siempre pintado
el acento que le corresponde ; en los versos llanos se
entremezclan esdrújulos; y los esdrújulos entremez­
clados con llanos, ocupan siempre un lugar obligado ;
de modo que para que el lector se cerciore de si
héroe al final de un verso tiene sus tres sílabas, ó dos
por licencia, no basta un verso aislado, sino que es
preciso presentar una ó dos estrofas, según lo requiera
la composición. En esta estrofa de Garcí.a de Oue-
vedo :
Y si al romper impávidos
N uestra servil coyunda.
Morís, nunca del hsrot
1.a sangre fue infecunda
Se ve perfectamente que héroe tiene, sus tres síla­
bas ; pero si sólo se presenta el verso aislado, ¿ quién
adivina si se le han dado dos ó tres ? Así como en
final de verso héroe puede por sinéresis tener dos síla­
bas, en principio ó en medio de verso sólo tiene dos.
porque, como he dicho, la sinéresis se impone en
virtud del ritmo. Por ello se leen versos como estos :
Y los héroes famosos de la Orada.
Cien fuegos.
Cerca de! héroe la robusta h.n/a.
Ilente en el Lucio ¿il vencedor de Turno.
Duque de Rivus. (!>. Angel «
le Suavodra.) {1 )

1267. La insigne literata española Doña Emilia


Pardo Bazán sienta que los poetas venezolanos riman
la .t con la z. Sólo uno que otro venezolano ha incu­
rrido en tal defecto, en raras ocasiones y acaso por
imitar á los poetas españoles, pues siglos hace que
Gil Polo dijo :
Medres y frescas
Fu yerlias fresáis

Y A r r ia z a , Ig le s ia s , y o tr o s m ás, h an in c u rrid o en la
m is m a fa lta . T o d a v í a h an c a íd o p o r E s p a ñ a en la m á s
g r a v e d e r im a r ¡a // co n la y, p o r e je m p lo murmullo
con tuyo. T a le s a n d a lu c is m o s no deben im ita rse .
Cuando m e n o s, a r g u y e n p o b r e z a en d v e rs ific a d o r, si
n o ig
O
n o r a n c ia .

{1} Son Un singulares algunas de las alírmaciones de l>. Kduardo l’enol.


que 110 vacila en sen tur que Ksproncuda hace asonantes á hay y tras: cuando
líspmneeda no cscrihió tras sino fray, forma anlicuada de traer, formando así, no
asonantes sino consonantes:
Yo quiero amor, quiero gloria.
Quiero un deleite divino,
Como en mi mente imagino.
Como en el mundo no hay:
Y es la lu/ de aquel lucero
Que engañó mi fantasía.
Fuego fatuo, falso guía
Que errante y sólo me hay.
Antes que él dijo 1.ope de Vega :
Sote unos hal'ía, sute anos
Que las novas no le fray.
A'tananca A7.V. <7/ ^ai/aya _i- tas/,-//a//a.
Y Santa Teresa:
fray consigo grandes humes.
I.Ua-n t/r .// I'i,/a. Cuy. A'A7 7/.
Ahora nos han hablado de dos monjas muy de buen arle, que quieren serlo
acá y /raya más dedos mil ducados.— Carta AY./'.
1268. Cierto escritor venezolano, que la daba de
•crítico, censuró en un libro (colección de artículos) que
no sé qué poeta hubiese rimado la b con la v; como si
•el autor del libro no hubiese hojeado nunca ningún
tratado de métrica y prosodia, ni leído poesías caste­
llanas, ni sabido que desde los principios del idioma se
ha confundido la pronunciación de dichas letras donde­
quiera que se habla el castellano. Eso no se censura :
No de mi gula amenazada vive
T.a fénix del Arabia temerosa;
Ni ultrajes de mi arado en sí recibí:
1.a tierra por ganancia codiciosa.
Quevedo.* /*."/ Desengaño.
Tú tejes al verano su guirnalda
De granadas espigas: tú la uva
Das á la hirviente cuba.
Helio. . / la Agrie. <fc la Zona Ton i Ja.
Recibe mis cariños y mi llanto
Cuando fuera de tí la planta llevo.
Ya. mundo corruptor, nada le délo.
llarízenbti.scli. '/.a Infanticida.
infecto lodo, que de tí recibe
1.a forma de mujer encantadora.
Que en tus dorados lupanares vive
Y tus incautas víctimas devora.
Muñoz de Arce. Taris.
Ilacia su rubia frente pudorosa,
Nadie la osada faz á alzar se aireve.
Entre sus labios de purpúrea rosa
El aura de su aliento aromas hele.
Felipe Tejera. J.a Colombiada. C. S,
¡Simples engaños de la edad primera!
¿Quién de tan puras ilusiones vive
Que auras de amor y encantos no g.-.rcib.
De esos tiempos jamás?
Krmelindo Kivudó. 7 fitin a s del Crepúsculo.

A puñados se encuentran los ejemplos en todos


los poetas y en todas las épocas. Si me he detenido
en cosa tan nimia, es porque ha habido periódicos que
han aplaudido tales escritos y calificado al autor de
hombre de letras, y de algo más.
1269. Se ha hablado en círculos literarios, y aun
por la prensa (1), de que por precepto clásico deben
consonar en los sonetos los versos i 9, 49, 5'? y 89; y los
29, 39, 69 y j 9, que componen los dos cuartetos. Es una
extraña aberración, pues no hay tal precepto clásico.
Salvá, el primer gramático español, dice en su tratado
de prosodia y métrica lo que á la letra copio: “ La
última composición corta de un determinado número de
versos es el sondo, que consta por lo regular de catorce
endecasílabos, divididos en dos cuartetos y dos tercetos,
cuyos consonantes están entrelazados con suma varie­
dad, los del primer cuarteto con los del segundo, y los
de ambos tercetos entre sí. ” Bello, el primer gramá­
tico hispano americano, al hablar del soneto en su Tra­
tado de Ortología y Métrica, dice lo siguiente : “ La
distribución de las rimas no es invariable» á veces
todos los versos impares de los cuartetos están sujetos-
á una rima, todos los versos pares á otra : á veces en
los tercetos consuena el primer verso con el 39 y 5? ;
y el 29 con el 49 y 69 ; ó bien el i 9 con el ¿ 9, el 29 con
el q9, y el 39 con el 69. Mas. esto último parece con­
trario á la índole del soneto, en que debe brillar más
que en todos los otros géneros de composición, la
exacta simetría de los miembros. ” Gil y Zárate, en
sus Principios de Retórica y Poética, de lo mejor que
en la materia tiene España, dice : ‘‘ Soneto es una
composición en extremo artificiosa, que sólo consta de
catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos
y dos tercetos. En el segundo cuarteto se repite la
misma rima del primero, y esta en los tercetos se
combina de diferentes modos. Además de esta dificul­
tad material, tiene la de que sólo ha ele contener un
solo pensamiento convenientemente desarrollado, y ter­
minando en el último verso con un rasgo notable. ”
Boileau, el más severo de los preceptistas, dice en su
A rle ÍWI'ica. Canto Segundo, que el dios Apolo pres­
cribió leyes rígidas al soneto haciendo alternar con
gracia en dos cuartetos de medida igual, dos solas
rimas, y enlazando de tal modo los seis últimos versos
que el concepto los separe en tercetos. Poco más ó
menos lo mismo dicen Revilla y Alcántara García, Coll
y Yehi. Rafael Gano. Eduardo de la Barra, Narciso
Campillo. Eelipe Tejera, y los demás tratadistas. Estas
citas bastaban para desvanecer tal afirmación, que á
muía conduce, pues para un versificador lo mismo es
combinar los cuartetos de una que de otra manera, alter­
nadas ó no las rimas : pero como efectivamente la
mayor parte de los sonetos de los poetas clásicos espa­
ñoles (están consonados como se pretente que deben
estarlo todos, diré algo más acerca del soneto, para que
quede demostrado con toda claridad que no existe tal
precepto sino una costumbre originada en el prurito de
imitación inconsciente. El soneto no es de origen cas­
tellano. imentado tal vez por los árabes, ó. con mayor
probabilidad, por los trovadores provenzales. que ello
no está bien averiguado, es lo cierto que apareció por
Italia en el Siglo XIII, y que: en Italia filé perfeccionado
en el siguiente siglo por poetas como el Petrarca, cuyos
sonetos son modelos de gracia, de voluptuosidad y de
perfección. ! íasta el siglo X V no se compusieron so­
netos en España, y á lo que entiendo fué el célebre
Marqués de Santillana uno de los que primero los ensa­
yaron. D e Santillana es aquel soneto que principia así :
No vn pal:iliras los ánimos "entiles,
No vn amonaras, ni en seminantes tioros
So muestran altos, futirles c viriles,
lira vos, aullaros, duros, temederos.
Sean los actos non punto civiles
Mas virtuosos c do cavalIcios.
K liexemos las armas feminilcs
Abominables á tollos guerreros.

Soneto que no está rimado como se pretende


deben estarlo todos. Pero en el sio¡do XVI fué
cuando el Petrarca y otros poetas italianos se po­
pularizaron en España y la poesía castellana expe­
rimentó una verdadera revolución, afiliándose en la
escuela italiana y abandonando el ritmo tic ¡oree
Manrique, de Maclas, de Guevara, y otros poetas
notables. Aquel movimiento saludable la llevó al
estudio de los griegos y latinos, pero siempre al­
canzaron ventajas el ritmo y la rima italianos, y no
hay poeta de tal siglo que no tenga algún soneto
ó madrigal, preciosos ios más. como los de Gar-
cilaso y de Lope de Vega, deGutierre de Cetina y
de Luis Martín. Como gran número de los prime­
ros sonetos del Petrarca están conso nados con pa­
reados, asi los hicieron en su mayor parte los poe­
tas españoles del siglo XVI; pero el Petrarca,
modelo en el arte, y los demás poetas italianos,
hasta los de la época actuai. tienen no pocos de con­
sonantes alternados. Pudiera citar muchos, desde el
Petrarca hasta Stechetti. pero hasta uno de! prime­
ro. L1 soneto CCII, en el cual dice que la hermo-
sura ele Laura es gloria de la naturaleza, y que no
ha visto mujer que se le parezca, principia así:
In tale stella <iuo beyli occlii vidi,
Tullí píen d’otieslale c il¡ doleezza,
Che pressefa que» d'Amor leg<ji:iflii nidi
I! mío cor lasso ojjni altra vista sprezza.

Los poetas ingleses, que gustan más del sone­


to que los franceses y los alemanes, también los
tienen con esa distribución de las dos rimas de
los cuartetos, y aun los tienen igualmente los norte­
americanos. La dificultad material del soneto está
en que sólo deben emplearse dos rimas en los
cuartetos y dos en los tercetos: y á esta última re­
gla faltan a menudo aun los poetas clásicos espa­
ñoles, que, además, incurren en el descuido de con­
sonar un verso con vocablo asonante de la rima
del inmediato, como Juan de Arguijo en su soneto
Jms Jistaciones, Lupercio Leonardo de Argensola
en el que comienza.
Vuelve de) campo el labrador cansado.

y Cabanyes, en aquel:
¿Ves, Gi!. un hnmhronaxu allí sentado. . ..

Descuidos en que debe tenerse el cuidado de


no incurrir. La verdadera dificultad del soneto, la
intrínseca, está en el fondo y no en la forma; y
consiste ella en que el soneto, para que sea per­
fecto, debe contener una idea, ó delicada ó gran­
diosa, bien desenvuelta, y terminar con un pensa­
miento presentado con novedad, ó con una imagen
inesperada y brillante, ó una expresión en grado
sumo natural y conmovedora. Este es el verdadero
escollo del soneto, y por ello son tan raros los
perfectos.
¡270. Felipe Tejera censuró el verso de Bello
Va la razón a! tr iu n fa ! r a n o alada.

Y ello dió motivo á que saliesen á la palestra Benja­


mín Qüenza y Ramón Montilla Troanes, quien sostuvo
que el verso era intachable, porque los acentos rítmico y
anti-rítmico que aparecen en él no violan las reglas
ni ahogan la armonía ni menos oscurecen la ima­
gen. Tengo para mí que si se atiende á la ono-
matopeya, al hecho de representar la viva imagen
del carro de triunfo, tardo y pesado, cargado con
los trofeos de la victoria, el verso no es censurable,
pero que si se atiende sólo á la extructura, á sus
condiciones artísticas puramente naturales ó mecá­
nicas, sí lo es; y ello que nadie ha advertido que
tal verso se asemeja al siguiente de Calderón de
la Barca en la Esc. ¡ I f de la Jorn. Tercera de
E l Mayor Monstruo los Celos, á saber:
N o el triunfa!rorro en triste: nx«mímenlo.

Y asimismo al de la Avellaneda en su her­


mosa composición escrita con motivo de la corona­
ción de Quintana, donde dice :
; 1 ,us uve ei espafn >1! í )el tr iu n fa ! ran a
Kn tjiit: á la Europa absorla recorría
La t:\icial tiranía,
l'ára el empuje su tesó» bizarro........

Bello ha sentado esta regla, que copio al pie


de la letra: “ Ks de notar que cuando está acen­
tuada la sílaba impar que viene inmediatamente se­
guida de un acento rítmico necesario, es preciso re­
forzarlo de algún modo para que pueda tolerarse
la cadencia, lo cual se logra ó por medio de una
conexión gramatical estrechísima que debilite el
acento de la sílaba impar, como en el verso de
Ouevedo :
Desprecia c¡ varón sabio á la fortuna,

6 por medio de una cesura bien señalada, que


realce el acento de la silaba par, v. g . :
Hórrido frajjor se oye, c! Ih>si|iic suena."

Esta regla, que no me parece suficiente, no se


encuentra en ningún otro tratado de prosodia y
métrica, y aun después de admitirla como buena,
necesario es convenir en que no hay reglas absolutas.
y la transcrita tiene que estar sujeta á las excep­
ciones que determina la mayor tuerza ó intensidad
de las sílabas, bien en virtud del número de ele­
mentos de que estos se compongan, ó del acento
expresivo: pues recayendo éste en el anti-ritmico.
es imposible que exista conexión gramatical capaz
de debilitarlo. Bello es de los prosodistas que con­
funden la cantidad con el acento, acaso por la po­
ca determinación que aquella' tiene -..en castellano;
y aunque pudiera apoyarme en la cantidad de las
silabas para demostrar que ella vicia también el
verso referido, por ser más larga la silaba j a l que
la silaba ai. prescindiré de ello para apoyarme úni­
camente en el acento, como que es este el que sin
discusión señala la mayor fuerza y prolongación
de las sílabas en nuestro hermoso idioma. Tenemos
tres acentos: el prosódico, el rítmico, y el expresivo,
que la Academia Española llama enfático y Rousseau
racional, y que comprende el ideológico, que con­
tribuye. á iu expresión de las ideas, y el patético,
que ayuda á la expresión de los alectos y pasiones.
Sin el tercer acento, no habría ni autores ni orado­
res, ni lectores. propiamente dichos, porque el
discurso, el parlamento, ó la lectura del verso ó
do la prosa, carecerían de. su principal encanto que.
consiste en herir la imaginación v conmover el
corazón del que oye, de modo que se comprenda
y se sienta lo que ha pensado y sentido el escri­
tor ó el orador. En el verso:
V.? ¿;i ív./ i 'H ai /¡¡nnfi/ni: :.! a la d a .

el acento expresivo cae en el vocablo triunfal, que


debe expresarse* con énfasis porque en él reposa
la idea del poeta, esto es, la de que el despotismo
triunfante lleva aprisionada, arrastra ó conduce á
¡a razón. Iodo se podría variar, el vehículo \ la
manera de ser conducida la razón; pero no la idea
del triunfo, que expresa la victoria del uno y la
sumisión de hi otra. Y claro está que siendo así,
que cayendo en el adjetivo triunfal el acento pro­
sódico (pie le es propio y el acento expresivo en­
fático ó racional que le da el pensamiento del
poeta, no hay ni puede haber conexión grama­
tical bastante poderosa para debilitarlo y realzar el
acento rítmico de carro. Hay más. el verso de
Bello es asimismo censurable por la dureza de la
sinalefa conque termina : carro atada: y la razón
ele ello puede verse en la Métrica del propio nues­
tro, en la parte que trata del hiato y de la sina­
lefa. H! mismo ilustre; gramático venezolano sienta
que el verso de. (darcilaso
A.Ü .V, :¡i. m iañ as. adiós. v-.T 'ii-s j irado*.

es defectuoso, porque el acento del secundo adiós


está contiguo al de nenies, sin que intervenga n i n •
quna causa que lo atenúe; y que corregido asi:
Aíli.-s. |>airin' iiayiTid*-
V n v d e v>is. jir a s . . . .
quedará satisfecho el oído, porque la cesura des­
pués de patria realzará el acento necesario de la
octava sílaba. Paréceme este otro error de mi insig­
ne compatriota, porque el verso de Garcilaso sólo
disuena por dos motivos: porque la sílaba dios. es
más fuerte ó sonora (pie la silaba ver, y porque
el verso termina con dos palabras disílabas que
hacen imperfecto el ritmo de tiempo. En la correc­
ción hecha por Pello suena mejor porque el ritmo
de tiempo es más perfecto, porque la palabra patria
tiene un acento más fuerte, y porque en ella cae
realzándolo el acento patético. Esto se. comprueba
quitando la, cesura á que alude Pello. D ígase:
Adiós, montanas: adiós, patria hermosa;!

y se tendrá un verso también más perfecto cine el de


Garcilaso cuanto al acento de que se trata. En este
verso de Triarte:
I,as maravillas de aquel ¡irte canto.

hay estrecha conexión gramatical entre los vocablos


aquel y arte; y no obstante, censurado por Martínez
de la Rosa, lo ha sido también por Salva, quien dice
que por hallarse tan pegado el agudo aquel con arle
no le deja al acento de esta última dicción' la promi­
nencia necesaria, y el lector vacila justamente en si
la apoyatura de la voz está más en la silaba última
de aquel que en la primera de arle. Satisfecho ya el
oído con el acento rítmico, no importa que siga in­
mediatamente un acento prosódico, y por ello es por
lo que no disuenan versos como estos :
De la noche del n u il /‘« jo el imperio.
A rn a o

Monstruos que al rrs/'irar veneno.


llart/.enlmsch.
V a s í, en vez de una flo r, vaya un c o n s e jo .

Q u in ta n a ,

Raya, d o ra d o sof, orno y c o lo r a ,

(ió n g o r a .

A sueños de dolor, sueños de a m o re s .

M a rtín de la G u a r d ia .

1271. No sería posible que en esta obra tratase


detenidamente de los acentos, cantidad, tono y tiem­
pos rítmicos del lenguaje. Para ello necesitaría yo
meditar mucho y escribir un volumen, porque hay
pocas cuestiones^ tan delicadas como esas. Comprué­
balo la notable desconformidad entre unos y otros
de los que han escrito acerca de la prosodia y mé­
trica castellanas, como Nebrija, Luzán, Hermosilla, Si­
cilia, Salva, Bello, Mas, Martínez de la Rosa, Coll y
Vehí, Benot, de la Barra, y otros no. menos céle­
bres. Conviene, sí, que los versificadores tengan pre­
sente que la cantidad es la duración comparativa de
los sonidos, y que, como ha dicho un académico
eminente, no se altera aunque se lea aprisa ó despa­
cio, como no se altera el valor de las notas musi­
cales con acelerar ó retardar el compás. Así nos
librarán á todos de tropezar con ciertos versos más
duros y tétricos que una piedra hornera. Por no
estudiar estos asuntos con la calma que requieren, se
han sentado en Venezuela cosas peregrinas acerca de
pausas y cesuras en el verso endecasílabo, trayendo
para ello los versos latinos. A la mano tengo un
escrito muy celebrado del señor D. José Luis Ra­
mos acerca de una controversia que respecto de los
versos endecasílabos tuvieron los egregios literatos,
honra del Parnaso Español. D. Alberto Lista y D. Juan
Nicasio Gallego. Después de una introducción muy
erudita acerca de la utilidad y excelencia del verso
endecasílabo, define el señor Ramos lo que los lati­
nos llamaban cesura, palabra que rectamente, signi­
fica corte ó tajo, y con la cual designaban ellos la
sílaba que queda al fin de una dicción, después de
algún pie, y que juntándose con otra ú otras de la
dicción siguiente, forma otro pie. K 1 señor Ramos
al llegar á este punto no explica bien qué era lo que
los latinos llamaban trihemimeris, penthemiineris y
heptemimeris, y parece que confunde estas con la
cesura propiamente dicha. Cuando sienta que la ce­
sura se considera bajo dos aspectos, ó como aislada
y solitaria, esto es, sin formar pie con las sílabas de
la dicción siguiente, como sucede en el pentámetro:
ó como conjuntiva ó sociable, es decir, que termina
una palabra y comienza un pie. debió haber dicho
también que cuando tiene este último carácter es
cuando es propiamente cesura en los versos latinos;
y (pie las que tienen el otro, que no cortan la pa­
labra sino que. alargan la silaba, se llaman trihemi­
meris, heptemimeris ó penthemiineris. según la sílaba
y el verso en que tengan lugar. Por consiguiente,
lo que él cita como cesura en el pentámetro de Ovidio.
M e la m e » e x tin / o , fa m a s u ji e r s t c s e .\ il

es lo que los latinos llamaban penthemiineris, y que


tiene efecto en el verso pentámetro, cuando después
de dos pies queda una silaba que se hace larga, á
las veces por licencia poética. La heptemimeris es una
especie de cesura que cae de la misma manera en
los versos exámetros, después de tres pies. Por lo
mismo, lo (pie el señor Ramos llama trihemimeris.
penthemimeris y hepthemimeris en el siguiente exá­
metro de Lucrecio:
A lm a V e -;/ / '., c e -/ / s u b -/ * v la -b c n lía -s iy n a .

no son tales, sino propiamente cesuras. Hay más,


algunos dan por extensión el nombre de penthemi-
meris, heptemimeris y tríhemimeris al alargamiento
de sílaba que en otros versos cae en lugares iguales,
es decir, después de uno, de dos, ó de tres pies, y
que se llamaban semiquinaria, semiseptenaria y se-
miterciaria. Otros han reconocido una llamada en-
neemimeris ó seminovenaria, después de la cuarta ; y
no son pocos los que no reconocen sino la penthe-
mimerís, y además la llamada sección trocaica, que
tiene electo cuando después de dos pies sigue un
troqueo que da fin á la dicción, y la llamada bucóli­
ca ó tetrapodia, que tiene lugar cuando el cuarto pie
de un hexámetro es un dáctilo, con el cual termina
la dicción. Es tanto más extraño que el señor Ra­
mos no hiciese la verdadera distinción de las cesuras
latinas, cuanto más adelante censura á los poetas y
tratadistas castellanos que hablando del endecasílabo
digan indiferentemente pausa de cesura, pausa, y ce­
sura. por ser distintas las ideas que cada una de
estas palabras representa ; y agrega : "Tomada en
el sentido figurado que acostumbran los latinos no
hay ni puede haber cesuras en español, cuyos ver­
sos no se miden por pies métricos sino por sílabas
acentuadas. Sólo tenemos pausas, reposos ó descan­
sos indicados por la puntuación. la cual sirve para
distinguir las frases entre sí y los sentidos parciales
de cada frase, conforme al orden ideológico.” Con­
vengo en que tomada la palabra cesura en el sen-
ti do figurado que acostumbraban los gramáticos lati­
nos, no puede haber cesuras en castellano; pero sí
las hay tomando la palabra en su sentido recto de
tajo ó corte; y lo comprobaré fácilmente, así como
que hay también una pausa que no es la que señala
la puntuación, y que el número de sílabas y el acen­
to prosódico no constituyen, de manera tan absoluta
como se pretende, el verso endecasílabo. No olvi­
daré rebatir los demás argumentos en que se apoya
el señor Ramos para sentar su doctrina. En mi hu­
milde parecer la prosodia y la métrica castellanas tie­
nen aún mucho que estudiar para resolver puntos dis­
cutibles y fijar reglas generales que sirvan á los que
se dedican al ejercicio del arte, pues, si bien se ha
escrito mucho, y por sabios é ilustres filólogos, acerca
del asunto, aun deja lo escrito bastante que desear.
El castellano tiene, lo que niega también el señor
Ramos, versos simples y versos compuestos. Versos
compuestos son casi todos los llamados de arte ma­
yor, en los que la cesura corta el verso en dos
hemistiquios perfectos ; y versos simples casi todos los
llamados de arte menor. La circunstancia de hallar­
se la cesura en todos los versos compuestos, y no en
los simples, parece demostrar cpie el verso ende­
casílabo es un verso compuesto de versos simples
de distinto metro, según cae en él la cesura después
de la 2?, 3'^, 4?, 5'-1, 6?, ú 8‘-1 sílabas ; pero, como
esto es muy hipotético y su examen requeriría pro­
fundo estudio, considero el endecasílabo castellano
como un verso simple que necesita una cesura para
ser cadencioso, dependiendo de la colocación de las
cesuras la perfección métrica de la estrofa ; perfec-
•ción que sólo puede darle un verdadero poeta de
esclarecido ingenio, ó uno mediano., pero de profun­
da instrucción literaria y depurado gusto. Esto es
tanto más cierto, cuanto el verso endecasílabo es
el escollo de los malos poetas, el potro de tormento
de los que principian á versificar, y el vulgo no ha
podido nunca invadir su inmaculado santuario. El
verso endecasílabo, que es el verso por excelencia,
tiene dos formas. En la primera, además del acen­
to constitutivo ó natura! de la io‘? sílaba, debe tener
precisamente acentuada la 6:-1. por ejemplo :

6
E ! d u lc e la m e n t a r tic d o s p a s to re s
C a r c i la s o .

Y en la segunda, además del acento constitutivo,


debe llevar precisamente acentuadas la 4? y 8^ síla­
bas, v. gr. :
4 8
E o s o jo s c ie g u e n c o n s u a m a r g o ll a n t o .

M c lé n d e / . V a ld é s .

En los de la primera forma la cesura no tiene lugar


fijo, por lo cual este verso es más flexible y carece de
la monotonía que distingue á otros en los que la cesura
tiene un lugar determinado. Ejemplos de la variedad
de la primera forma :
S i v u e lv e s — y d e m í t ie n e s m e m o r i a . . . .

M i r e a i h a l c ó n — v e lo c o y a t r e v i d o . . . .

J V ir q u e e n lla m a in m o r t a l— a r d ie n d o m u e r a . . . .
1l e t r e r a .
G o m o a l p a r t i r el s o l— la s o m b ra c re c e . . . .

A l p a re c e r— la d u l c e p r i m a v e r a . . . .

Q u e lo s a n t i g u o s r o b l e s — c i e n t o á c ie n t o

V lo s p i n o s a l t í s i m o s — a tie rra .
G a r c ila s o .
L a u r a --¿ q u é fu e d e lí? — pé’ r i i d o s i n o

D e t u s p r o m e s a s — a r r a n c ó la s f lo r e s ,

Y a l r i g o r — d e l c o n tr a r io t o r b e llin o

D e s p a r e c e r te v i — c o n m i s a m o r e s .
G u tié r r e z O l í .

Kjemplo de la monotonía con el empleo exclusivo de la


segunda forma :
¡ C o n c u a n t a d ic h a — su le n g u a je o y e r a

Y e l n o b le a s p e c to — d e su s e r m ir a r a

Y lo s c o n s e j o s — o t r a ve/, b a i l a r a

Q u e s ó lo e l la b io — m a t e r n a l v e r t ió !
M e m lib le .

Por fuerza tienen que desagradar. Otra cosa es.


cuando se mezclan las dos formas :
Q u e b ra d o el c e tro -q u e lle n ó d e e s p a n to .

C o m o a l p o l o s a j ó n — la í n d i c a z o n a .

A rís tid e s C a lc a ñ o .

R e f l e j o s v i v o s — « le e t e r n a ! a u r o r a

l\ ! á g u i l a — d e l a n g l o v e n c e d o r a .
F r a n c is c o G P a rd o .

O cuando, como en los sáficos adórneos, se les


combina con versos menores :
H u é s p e d e te r n o — d e l a b r il f lo rid o ,

V i t a l a lie n t o — d e la m a d r e V e n u s ,

C é f ir o b la n d o .
V ille g a s .

Hay (¡lie notar, como lo ha hecho Don Andrés


Bello, que la cesura permite la sinalefa y no consen­
tiría el hiato ; lo q u e se ve en este verso de Herrera:
M i d u lc e c a z a d o r a — e s té c o n m ig o

Pues ni aun dándole las once sílabas y el acento


prosódico, seria soportable decir :
M i d u l c e c a z a d o r a — -e s c o n m i g o .

Por modo contrario, la pausa, que indudablemente


existe al término de cada verso, no permite la sinalefa
y admite el hiato, como se ve en los dos de Garcilaso :
(^ u tó lo s a n t i g u o s r o b l e s c í e n l o á c ie n / » '

) ’ lo s p i n o s a l t í s i m o s a l i e n a .

En los endecasílabos de la segunda forma, la


cesura debe caer precisamente después de la cuarta
sílaba si la palabra que lleva el primer acento rítmico
es aguda, por ejemplo :
K l g r a n t e r r o r - - « le la c i u d a d f a m o s a ,
K s p in e l.
Ju n ta r m i v o z — q u e p o r el y e rm o suena.

K n rk p ie G il.'

Después de la quinta, si la indicada palabra es


grave :
l . a ñ o r h e r m o s a — q u e m i r a b a e l c ie lo
H a ra il.

O después de la sexta, si la misma es esdrújula, lo que


ocurre rara vez :
l . a s o m b r a p á l i d a ..... ríe a q u e l g u e r r e n f

Jo sé R a m ó n Y u p e s .

El sáfico castellano, según todos los que han tra­


tado de esta materia i 1). incluso el ilustre Bello, debe
principiar con un hemistiquio grave :
..... d e l a b r i l l l o r i d o .
Villegas.

Fijando como regla que la cesura debe tener lugar


invariablemente después de la quinta silaba. Tal re­
gla, fundada en que el sáfico castellano es una imitación
del latino así llamado, y en que los poetas del Lacio,
imitadores de Safo, los principiaban por un coreo y
un espondeo, acentuando la primera y cuarta sílaba,
la juzgo fuera de camino. El señor Ramos ha demos­
trado con perfecta claridad que Horacio tiene sáficos(l)

(l) lis to s p á rra fo s re la tiv o s a l v e r s o e n d e c a s íla b o s o n p a r le d e u n e s c r it o q u e

p u b liq u é en / a / ‘ivisfit de (a t r a c a s e l a ñ o d e 1 S 7 1 .
acentuados arbitrariamente, esto es, sin sujeción á lo
que se ha establecido como regla general ; y sin duda
por ello, Villegas, tan versado en el latín y que tanto
empeño puso en imitar sus pies métricos, tiene versos
sáficos que faltan á la regla que ordena poner el acento
en la primera sílaba, v. g. :
V i t a l a l i e n t o t i c la m a d r e V e n u s . . . .

S i <le m i s a n s i a s e l a m o r s u p i s t e . . . .

A s í lo s d io s e s c o n a m o r p a t e r n o . . . .

J a m á s e l p e s o d e l a m i lie p a r d a . . . .

Ven se asimismo en Martínez de la Rosa, Moratín y


muchos otros ; y aun va más lejos Jovellanos, supuesto
que en su oda sálica s í Pondo, raro es el verso que
e.stá acentuado en la primera silaba. Lope de Vega
llamó sáficos unos exasílabos A l Amor escritos en-for­
ma de duodecasílabos. En latín puede verse que Séneca
también usa de pies ilegítimos, y en todos los lugares
del verso. El primer pie espondeo en vez de coreo, y
el segundo moloso en vez de espondeo ; otras el créti­
co, y á las veces el coriambo, por ejemplo :
S u m e r c in n ú m e ra s s o lilu m fig u ra s

Y una imitación en castellano de semejante sálico, si


no imposible, nos daría un verso inarmónico, porque
aunque hija de la lengua latina, la castellana tiene una
índole y un carácter muy distintos. No pretendo con
esto sentar que en castellano sea imposible encontrar
palabras á las cuales pueda reconocérseles un valor
muy semejante al de los pies latinos, pues, si no tan
exactos, tenemos acentos de posición que corresponden
á la cantidad de los latinos. El sonido de la a de
amigo es, sin duda, más débil que las de abstracción,
y la u de cálenlo mucho más débil que la de circuido-
guio, sin embargo decjne.no están acentuadas; y en
consecuencia, triste que -cuenta una larga y una breve
podía ser considerada como un coreo ; obstrucción, tres
largas, dos por posición y una por acento, un moloso ;
— obstar, dos largas, espondeo ;— sarán, breve y larga,
yambo ;— trasmutación, dos breves entre dos largas,
coriambo ; pero siendo tan débil la diferencia de tiem­
pos musicales en el castellano, lengua que no debe
reconocer otras silabas largas que las acentuadas,
no sé á qué nos conduciría esa nomenclatura, ni
qué haríamos con buscar tales semejanzas, cuando
nosotros no pronunciamos como los latinos, para quie­
nes el acento no constituía á las veces la mayor exten­
sión de sonido en una palabra. Ni es seguro que la
pronunciación que damos al latín sea la misma de los
antiguos habitantes del Lacio. Los franceses acentúan el
latín como su propio idioma, y no obstante lo encuentran
tan armonioso como nosotros ; los ingleses lo pronuncian
como los españoles, con la diferencia de la g. á la cual dan
el sonido que tiene en su propia lengua y en la italiana,
y que es tal vez el verdadero de los latinos, de quienes
parece lo conservan los italianos, al igual que el de la
c, la <>'u v la x. Si el carácter de la lengua castellana
es muy diverso del que distingue á la latina; si los
sáneos latinos no estaban sujetos á las reglas invariables
que. se les han asignado, y si los castellanos titulen que
ser distintos de aquellos en cuanto lo exige imperiosa­
mente la índole del idioma, puede sentarse, como regla
general, que los sáficos castellanos deben estar acentua­
dos en la primera, cuarta y octava sílabas, porque así
son más armoniosos ; pero no que el primer hemistiquio
deba ser necesariamente grave, cayendo la cesura con
precisión después de la quinta sílaba, pues aun cayen­
do después de la cuarta no deja de ser sáfico caste­
llano perfectamente melodioso, por ejemplo :
Tren»ula voz— que por los aires suena. . . .

Sentado esto diré que la cesura es tan necesaria


en el verso endecasílabo que un buen poeta sólo se toma
la libertad de omitirla en señalados casos, paralo cual es
preciso que las palabras que hayan de formar el verso ten­
gan inmediata relación de sentido que las haga de todo
punto inseparables, lo que será más fácil mientras
fueren más grandes los vocablos que se empleen ; y es
en esto y en la elegante distribución de las cesuras
en lo que más se distingue el excelente versificador.
Las estrofas cuyos versos carecen todos de cesura, son
prosa, y nada más que purísima prosa :
Su .sonríe el maestro poderoso
Al mirar al Amor tan inmediato.
Y que pura excitarle ya no resta
Sino un sonido semejante y grato.
K1 Conde de Noroiia.

Garcilaso de la Vega tuvo el capricho de acon­


sonantar en la Egloga I I el vocablo final de cada
verso con otro á mitad del verso siguiente. Leyéndolos
se observa que cuando la rima cae en el hemistiquio
perfecto, en el lugar de la cesura, no desagrada, y
que choca de todo punto cuando el consonante va
en otro donde no cae la cesura, como en el verso:
Qu.'l viejo padre preso le tenía

porque la cesura cae entre padre y preso, y forzándola


en preso hasta parece ser éste apellido del padre.
Esla 1>:t cmi un 1»rí«» desdeñoso,
Con pedio corajoso aquel valiente
Que c n t ia un rey potenle-y de gran seso,
lluel viejo padre-preso le lema.
Cruda guerra movía-desper lando
Su itusire y claro bando-al ejercicio
De aquel piadoso olicio.................

No puede haber testimonio más incontestable de


la existencia de la cesura. Demostrado que esta existe
y que es necesaria para la cadencia del verso, com­
probaré que los demás versos de arte mayor son
compuestos ; que tienen la cesura de una manera in­
variable en la unión de los hemistiquios ; que es pre­
cisamente porque la cesura no puede cambiar de lugar,
por lo que se ve que son compuestos : y que por
tenerla fija es por lo que casi todas las composiciones
de versos compuestos son un tanto monótonas, y á
las veces, pesadas. Los versos duodecasílabos, por
ejemplo, tienen la cesura después de la sexta sílaba,
formando dos hemistiquios perfectos, lo que no impide
que cuando el primer hemistiquio termine en agudo, el
segundo tenga siete sílabas, • y cuando en esdrújulo,
tenga el segundo cinco. Esto mismo es una compro­
bación más, porque sólo cuando se dividen en dos
hemistiquios iguales, son enteramente agradables al oído;
como que entonces los hemistiquios resultan puros
versos simples sujetos á las reglas de composición.
Cuando, por ejemplo, el primer hemistiquio termina
en esdrújulo, parece que echamos de menos la sílaba
del segundo:
Ni salir la fúlica de lu marina
Juan ilc Mc-na.

lo que es muy distinto, como verso armonioso, de su


forma regular:
Venid d mis. voces doncellas hermosas
One holláis la ribera-de! I lauro y G e n il;
Venid coronadas-de sándalo y rosas.
Más puras, más frescas que el aura de alnil.
Marlíne/. <le la Rosa.

Mezclado con los de esta forma, aquel no es verso.


Por el carácter que los hemistiquios perfectamente
iguales imprimen al verso, es por lo que. aun el ende­
casílabo, con la cesura después de la sexta sílaba, á
continuación de un esdrújulo, más que como verdadero
endecasílabo, suena como un verso compuesto de dos
quinarios, por lo cual es rarísimo su uso. Hay que
observar asimismo que los antiguos poetas castella­
nos cuando escribían en el metro duodecasílabo. en
el decasílabo y en el alejandrino, daban lugar al hiato
en la cesura, lo que no estando conforme con la ín­
dole de la lengua, indica que. no los consideraban
sino como versos compuestos, v. gr.:
Ya pues si Se d e b e -en este ” 1:111
J Uiin <ii- M en a .

Que en algunos versos no dieran lugar al hiato, no


arguye nada, si no es que se estaba en los comien­
zos y el oído y la práctica se imponían, como su­
cede hoy á los que escriben seguidillas en forma de
estrofas de arte mayor. A mayor abundamiento, pon­
go un ejemplo de duodecasílabos de Lope de Yoga,
que él llamó sábeos, y en los que no sólo hay pau­
sa en la división de los hemistiquios, sino que éstos
están aconsonantados :
Amor poderoso en el cielo y tierra,
iHiIcísima ” tierra-de aquestos sentidos,
¡O cuántos perdidos-ron vida incpiicta
Tu imperio sujeta

Hoy mismo, en pleno siglo XIX, hay poetas que al


componer decasílabos, duodecasílabos y alejandrinos.
suelen, no sólo dar lugar al hiato en contra de las re­
glas que la necesaria cadencia del verso ha prescripto,
sino aun dar á éste mayor número de sílabas, por
el empleo de esdrújulos con un valor eufónico que
no es el que se les ha reconocido en castellano
cuando no están al término del v e rso ; y es proba­
ble que esto les acontezca porque al escribir y leer
el verso prolonguen demasiado la cesura que divide
los hemistiquios. Sirvan de testimonio los siguientes
versos del celebrado poeta neo-colombiano Don Ra­
fael Rombo, en la composición intitulada La Eva de
los Aires, que dirigió á María Teresa Carreño :
Y el hmnbrc ócsile entonces— la escucha por doquiera
Y i císcala y persíguela— y adórala tena/.:
Y aun más tena/, escóndenos— la típica hechicera
Sus inmortales formas— su incompartible faz.
. i’rofumlnmcmle humana—es á la par divina
Cuno iris que de! alma— á los sentidos va;
í.h ie ensancha de !a vida— la atmósfera mezquina,
dice !■• indecible—y lo imlonaldc da.

Para ei erudito señor Ramos los versos así es­


critos son heptasílabos que no debían estar en esa
forma; y convengo en ello, decidiéndome de una
vez por los versos simples; pero es de notar que,
aunque en el caso que me ocupa el poeta falta
á las reglas métricas, no los presentaría bajo tal
forma si no creyese escribir verdaderos alejandrinos;
y por lo tanto es evidente que el dar lugar al hia­
to indebidamente, y el emplear esdrújulos en el
lugar de la cesura, disminuyendo así en el pri­
mer caso y aumentando en el segundo el número
de sílabas de que debe constar el verso, provie­
nen, ó de la prolongación de la cesura al leer
éste, ó de defecto de oído en el poeta. Prueba ade­
más esto que la armonía del verso ele arte mayor,
estriba principalmente en la acentuación rítmica y
en la acertada distribución de las cesuras; y para
comprenderlo basta considerar que no hay poeta,
ni improvisador mucho menos, que cuente las sí­
labas. del verso ni antes ni después de concebido,
pues lo hace únicamente cuando le encuentra algún
defecto de cadencia, que supone puede estar allí, y
muchas veces está en la falta de cesura ó en la
mayor cantidad de un acento anti-rítmico. El mis­
mo entiendo yo (pie era el proceder de los latinos
con sus pies métricos. Comprueba también que
tales versos no pueden ser considerados como sim­
ples, la circunstancia de que en castellano el verso
mayor es el alejandrino ó de catorce sílabas: y que
no embargante, pueden hacerse de diez y seis, do­
blando los octosílabos y teniendo cuidado de evitar
el hiato mi la cesura, que caerá necesariamente,
como en aquellos de que trato, en la división de
los hemistiquios. Con sujeción á las mismas reglas-
pueden hacerse los de quince sílabas formándolos
de tres quinarios y dos cesuras; pero ya he dicho
que prefiero los versos simples á los compuestos,
cuya existencia dejo indudablemente comprobada. El
señor Ramos trata en seguida, con mucha erudición,
del pie métrico latino, y sostiene con juiciosos razo­
namientos, lo inútil, si no imposible, de asimilar los
pies métricos latinos á las cláusulas ó partículas
rítmicas del verso castellano; y combate con muy
buenas armas á Hermosilla, á Sicilia y á otros lite­
ratos que han tratado la misma materia. Critica el
señor Ramos que para tal fin no se haya determina­
do la cantidad en las sílabas de las voces castellanas,
lo cual al mismo tiempo considera imposible. Tan­
to como' imposible no lo parece después de un (exa­
men detenido. Me comprobado ya que el idioma
castellano posee sílabas largas y sílabas breves,
pues no todas consumen igual tiempo: y ahora pre­
sentaré como reglas para determinar las largas, las
siguientes :
P-1 Son largas todas las sílabas acentuadas.
2“ Ks larga la sílaba formada por contracción,
por ejemplo del y al.
3;- Toda vocal antepuesta á dos ó más conso­
nantes. de las cuales la primera forma sílaba con
ella al deletrear, es larga por posición.
4‘1 Los diptongos y triptongos, por natura­
leza largos, son breves por posición, exceptuando
determinados casos en que se hace uso de licen­
cias poéticas. Alguna confusión hay aquí de la
cantidad con el acento, como que la cantidad dilata
más que la apoyatura de! acento, pero ello es nece­
sario para establecer reglas generales. Mas. hecho
esto, preguntaré con Don Andrés Helio, quién sin
determinarlas tampoco las ha reconocido, "¿Cuánto
"mayor es la duración de las largas? Porque si es
"innegable que hay silabas largas y breves, lo
"seguro es que las largas están á las breves en
"una relación mucho más cercana ;i la igualdad que
"á la .de 2. á 1.” A fijarse en la diferencia de la
cantidad y del acento, hubiera observado que lo
mismo sucedía entre la larga por cantidad ó posi­
ción y la larga por acentuación, lo que acaso tuvo
en cuenta el señor Ramos para sentar su afirma­
ción. De consiguiente. Bello, como Ramos, com­
bate victoriosamente la teoría de Hermosilla de que
los endecasílabos castellanos constan generalmente de
pies disílabos breves y largos, por lo cual- se
le lia dado el nombre de verso yámbico, bien que
Hermosilla los admite troqueos, pirriquios y espon­
deos. y Luzán y Sicilia trisílabos. Bello concluye
sentando acertadamente que es locura asimilar el
verso castellano al verso latino por ser muy distin­
to el mecanismo de las dos lenguas. V aun su­
poniendo que así no fuera, los pies métricos que
se dan á los versos latinos, ¿son los mismos que
les daban los poetas del Lacio? ¿Esa medida de
los pies latinos es perfecta? Creo poder asegurar
que es un tanto arbitraria, como que no conocemos
matemáticamente la. verdadera cantidad ,de las síla­
bas latinas; y aun creyendo, en contra de enten­
didos humanistas, que la que se les da es la ver­
dadera, hay prosodistas que no concuerdan en la
medida de algunos versos. Pondré un ejemplo.
La oda primera de Horacio, que principia:
M-recuas atavis e.üu- rugilms.

es monócolos, de pequeños asclepiádeos, esto es,


de versos asclepiádeos de una misma clase; y según
unos, el verso copiado consta de medio pentáme­
tro y dos dáctilos; según otros consta de un es­
pondeo. un dáctilo, un espondeo, un anapesto, y un yam­
bo; y en opinión de no pocos maestros consta de un es­
pondeo, dos coriambos y un yambo, (pie otros llaman
pirriquio, siguiendo, sin duda, la regla de que la última
sílaba era indiferente pitra los latinos. También he visto
medir este verso no ya como de la clase de los
coriámbicos, sino como un dáctilo asclepiádeo tetrá­
metro mesopercataíéctico, es decir, como si constase
de cuatro pies y un semipié ó sílaba larga (cesura)
en medio, que es lo que le da el nombre de me-
sopercatalecto. ¿Y en qué quedamos? Por otra par­
te la Métrica de Araujo que es la mejor que tene­
mos en castellano, y la que parece seguir el señor
Ramos, al enumerar los pies latinos, olvida que los
había de cinco sílabas como el doquiuo, v. g . : per-
horresccrent. de -uso entre los clásicos; ó el pro-
brachys, V. g . : redundaraeruní; ó el mcsobrachys,
compuesto de cuatro largas y la del medio breve,
v. g . : puleherrimarum. Que estos últimos sean
poco ó nada usados, no es motivo para omitirlos.
Asimismo, al hablar de las licencias, nada dice de
algunas como la epéntesis, por la cual se introduce
una ó más letras, como nanita., por nauta; Afavors,
por Mars. Y encontrándose estas y otras distrac­
ciones de Araujo en las demás métricas latinas
usadas hoy en nuestros colegios, ¿no es de supo­
ner que no sea muy acertada la medida que ge­
neralmente se da á los versos latinos? Supuesto
que ignorando cualquiera que los latinos tenían
pentasenios ó pies de cinco sílabas, puede medir á
pjilchcrrimn.rii.nl, por ejemplo, que es un mesobra-
chys, de la siguiente manera:
rulclu-rri- niíii um.

como si constase de un antilxiquio y un espondeo.


El erudito señor Ramos transcribe el siguiente pá­
rrafo de Hermosilla, el cual tenía empeño en asimi­
lar las cláusulas rítmicas castellanas á los pies latinos:
“ En este verso de Villegas :
/.ciiri'i Mando,

••aun concediendo que constase de dos pies, y el pri-


“ mero fuese dáctilo, el segundo no puede ser espon­
d e o pues la o de blando es breve.” Y exclama el
señor Ramos : “ A tantos errores precipita la manía
“de sostener á todo trance una opinión ! Extraño es
“que á tan insigne literato le haya abandonado aquí
‘ •Ja lógica, y que llame rigorosa demostración á un
“absurdo raciocinio. Conque Zéílro no es dáctilo
•porque blando no es espondeo? Fue un error del
señor Ramos deducir esto de lo que dice Hermosi-'
lia, pues lo cpie este expresa claramente es .que blando
no es espondeo para él porque la o es breve, y di­
ce “aun concediendo que Záfiro fuese dáctilo,” por­
que ya había sentado que en su concepto no lo era
por parecer!e larga la o. En este punto yerra, sí,
1lermosilla, como yerra Bello, quien en su tratado de
( biología y Métrica. sienta que en castellano no hay
más sílabas verdaderamente largas que las acentua­
das, y en tal concepto son dáctilos y muy verdaderos to­
dos los esdrújulos trisílabos. Más grave es el error de
Ramos, pues para él serían dáctilos todos los esdrújulos
castellanos. Proviene esto de confundir el acento con la
cantidad ; pues tratando de tal asimilación, sería pre­
ciso reconocer que fiábrica, por ejemplo, que tiene
dos sílabas largas, una por acentuación y otra por
posición, no podría considerarse como dáctilo, sino
como antibaguio ó radio ; y p a rí simo, terrífico, y otros
muchos, aunque esdrújulos, tampoco podrían nunca
ser dáctilos, según las reglas latinas, sino peones de
segundo orden. Pero repito que tal asimilación á na-
da conduciría, como que salvo dos ó tres poetas que
han teñid • el capricho de imitar versos latinos, va­
liéndose de los acentos, ninguno en ningún tiempo
los ha compuesto sino atendiendo á la distribución
de los acentos y de las cesuras, porque como ya lo
dijo Bello, el mecanismo de las lenguas es muy dis­
tinto. Por lo mismo el pueblo no sale de los ver­
sos de arte menor, de las coplas que sólo requieren
oído. Hay más, y es que la mayor parte de los
poetas castellanos han ignorado é ignoran lo que son
los pies latinos. Todo lo demás que para rebatir á
Lista, Gallego y Hermosilla trae el ilustrado señor
Ramos, revela mucho estudio y gran caudal de eru­
dición ; mas, en concepto mío, incurre en algunos
descuidos. De tal califico que cuando Hermosilla sien­
te que el verso :
Que ;í adornar basta la 11a turalo/a.

es insonoro por no tener acentuada la octava sílaba,


diga el señor Ramos que es prosaico é insonoro,
nó porque no tenga acento en la octava, sino por
la sinalefa doble ó de tres vocales c a a, por el largo
pentasílabo natitraleza que lleva al fin, y porque en
el ritmo binario la combinación de tres y cuatro acentua­
das e's inadmisible pues forma una verdadera disonancia.
El señor Ramos debió observar que ese largo penta­
sílabo es precisamente lo que impide que el verso
pueda llevar el acento rítmico en la octava sílaba como
prescriben las reglas del endecasílabo de la segunda
forma, por lo cual tiene razón el señor "Hermosilla.
Es verdad que la sinalefa que menciona es algo du­
ra, y verdad relativamente lo que dice respecto de
los acentos inmediatos en un verso; pero ni una ni
otra cosa constituyen la insonoridad de que trata Her-
mosilla al hablar de los acentos, porque aquella puede
sufrirse por licencia poética, y la última está subordina­
da á la mayor fuerza del acento y á la calidad de
esas cesuras que el señor Ramos niega, y sin embar­
go existen en el verso castellano. No quiere decir
esto que tales sonidos deban aceptarse como buenos
ni que no sean generalmente anti-rítmicos, pero si que
no son ellos, sino la íalta del acento rítmico, lo que
constituye la insonoridad del verso citado por Her-
mosilla. A la prueba. Con el acento en la cuarta
y en la octava, si bien con los demás defectos anota­
dos por el señor Ramos :
■ Que á adornar Pasta la radiosa frente.

Con el acento rítmico en la sexta, aunque con el


largo pentasílabo y la doble sinalefa:
Que :> adornar bastará naturaleza.

Nadie negará que hay gran diferencia entre estos


versos y el inacentuado que cita Hermosilla, con lo
cual queda demostrado que no está en lo cierto el
señor Ramos al criticar en este punto á Hermosilla. •
1272. D e intento no he incluido el llamado verso
dactilico entre las formas del endecasílabo castellano,
ya por desusado hoy en nuestro idioma, ya porque es
puramente un verso compuesto, y sólo propio para ser
cantado, como las seguidillas, á la gaita ó á la guitarra,
como los siguientes que cita Benot :
* Tanto bailé— con la moza del cura
Tanto bailé— que me di ó calentura.

Este verso, además del acento constitutivo, re­


quiere los rítmicos en la primera, cuarta y séptima
•sílaba. Acentuado, como lo ha hecho D. Tomás de
Iriarte, en la segunda cuarta y séptima, ó sólo en la
cuarta y séptima, es purísima prosa:
Reniego yo de la Escoba, decía,
Con su basura, y pedazos que deja
Por donde pasa.
J.o Criut/n y !» Escobo. /■ 'libitla /. / ’/.

El haberlos combinado Iriarte con versos de cinco


sílabas, y el haberlos aconsonantado D. Leandro Fer­
nández de Morad n en los hemistiquios, son testimonio
de que para ellos no eran versos endecasílabos propia­
mente dichos, sino versos compuestos de otros de cinco
y de seis sílabas :
Suban al cerco— de Olimpo luciente
Eco doliente-— lamentos y
Lleguen 'reloees— al trono de 1>ios.
Los Ptnlrrs <ie! Lintlo .

No tiene el verso dactilico la majestad, robustez y


varonil cadencia del* endecasílabo castellano, y no debe
considerársele como una tercera forma de éste. Sólo á
los decadentes déla época actual Ies ha ocurrido hacer
composiciones en tal metro, propio sólo de los orígenes
del arte, cuando las formas de nuestro endecasílabo
aun no se habían fijado perfectamente. Los versos
dactilicos aislados que se encuentran en composiciones
de versos endecasílabos de la primera y segunda formas,
no son más que descuidos que las afean.
1273. El ilustre Bello ha creído ver la rima aso­
nante en la célebre Chausou tic Rolaud; pero el aso­
nante es exclusivamente propio de la riqueza y primor
del castellano. La rima asonante, semirrima ó rima
imperfecta, consiste en la igualdad que entre dos pa-
42
labras tienen la vocal acentuada y la final. Dedúcese
de esto que en las voces agudas la asonancia es de
una sola vocal, que es siempre la acentuada ; y que en
las esdrújulas y sobresdrújulas no se estiman las sílabas
intermedias, esto es, las que están entre la vocal acen­
tuada y la final. El francés antiguo ( i) dividía la rima
en diversas clases, con arreglo á la forma ó á la signi­
ficación de los términos consonantes. Rima rural era
llamada la que consonaba voces como pcnser y a!lev:
rima de repetición de sentido, la que rimaba allcr y
mnbnlcr; rima de repetición llana, la que consonaba aroir
con avoir; y rima emporcada ó sucia la que consonaba
cauta con cauche. Esta última, la rima sucia, así llama­
da por considerársela un defecto en la poesía francesa,
es la que Bello llama asonante en la Canción de Ro-
land, creyendo, sin duda, que las ccs no eran mudas en
<•1 francés antiguo, pues de otro modo no expresaría
con este motivo que tal idioma tuvo antes una pronun­
ciación distinta de la que hoy tiene : argumento que
carece de fuerza en este punto, pues sin tener segu­
ridad de la prosodia antigua, aventurado es afirmar un
hecho que está en abierta contradicción con la índole
y carácter especial de la poesía francesa. Ni el francés
ni lengua ninguna se pronuncia hoy exactamente como
en la Edad Media, porque, además de que las lenguas
cambian de continuo, en aquellas épocas en que los
idiomas neo-latinos empezaban á formarse, variaban
éstos en el tiempo y en el espacio, por tal modo que la
pronunciación en una aldea era distinta de la de otra;
y en una misma obra se ve una misma palabra con
diversos elementos gráficos. Un francés decía arbre,
y otro arbe, y otro abre. En inglés la reunión de voca­
les ea, ec, que hoy tienen distinto sonido, tuvieron
uno mismo, muy diverso del actual:year, need, speack, se
pronunciaron .yer, ucd, spek. (1) Lo propio acontece en
todas las demás lenguas, y ya se habrá visto, por el
Capitulo II de esta obra, que el castellano tuvo la c
muda. Las estrofas de la Canción de Roland que á
Bello le han parecido asonantadas son, sin duda, las
que á fin de verso tienen los vocablos large, Daucmar-
che, halle, faire, y las que terminan este con otras como
hastive, iré; pero el resto de tales estrofas manifiesta
que no se tuvo en mira sino el acento predominante de
la rima, por ser mudas las finales. V que la c era
muda, como lo es hoy en dichas voces, se comprueba por
ser de origen celta, y bastaría á testificarlo su existen­
cia en el dialecto bretón, como lo afirma Demogeot. (2)
Sólo dejando comprobado que las ees finales é ina­
centuadas no eran mudas, pudiera sostenerse que el
francés había tenido en un tiempo la semirrima que
también llamamos asonante, pues la rima imperfecta
fundada sólo en el acento predominante.- es cosa ya
muy distinta del asonante castellano y de su genitor,
el asonante árabe. A lo más. huhiérase podido consi­
derarla como imitación ineficiente, y por lo tanto efímera,
de la forma aguda de nuestra primorosa semirrima.
Lo mismo que Demogeot, Moke sienta que la lengua de
oil, fuente principal del francés, se señaló por el olvido
absoluto de la construcción latina y la supresión de las
terminaciones sonoras de los romanos, ó el cambio de
estas por el empleo de la c muda. Era la pronuncía­

te) Kaynouani. Hr>imma¡re Com pnrée.


(2) H is tc ir ,• tú- /a /.¡itcfxU ure /■ 'ni/ifiii.w.
•ción sorda de los pueblos del norte que apagaba la
prosodia antigua. Y si esto acontecía en los comien­
zos de la formación del francés ; si tales formas tenían
las primeras crónicas rimadas, á las claras se deduce
que eran ellas las de la Canción de Roland, cuya
muestra más antigua, la del trovero normando Turold ó
Flieroulde, remonta, cuando más. al siglo XI. La cir­
cunstancia de que en algún fragmento de aquella se
encuentre escrito Turold y en los otros flieroulde, de­
muestra asimismo que en el francés antiguo la e final
inacentuada era muda como en el moderno, en el cual
dicha e sólo tiene cierto valor eufónico en monosílabos,
como la negación nc. que no hallan cabida en la rima.
Que en la Canción de Roland sólo se atendió al acento
predominante con las impropiedades de toda rima infor­
me, y defectos semejantes á los que se observan en la
gesta del Cid, queda confirmado con sólo transcribir
una estrofa que no termine en e muda :
Un faldestued i out d'un olifant;
Marsilics fait pnrter un livre avant;
La Id i fu l Malmm ó Tervagant
Qo ¡uljurcl li Sarrazins Espans;
S e en rere -guarde truevel le cois Rollan!
Cum balrnl sei á Irestule sa g e n i:
E se il poet. mnrrat-i vdrement.
Guenes res|>unt: -l?en sdt vosire comanI.

Los propios versos que Bello transcribe refe­


rentes al viaje de Cario Magno son testimonio de
que la rima era informe, pues en ellos la llamada
rima llana ( parí consonando con p a r í) alterna con
la llamada rima sucia (chcvaus con p a rt); y esto
admitiendo de grado que en la voz chcvaus, aunque
derivada del latín caballo. caballas, ó del griego cu-
bullís, fuese muda la terminación us. Por otra parte,
es harto discutible la antigüedad que al idioma fran­
cés ha querido dar Genin, y que á la Canción de
Roland han asignado diversos autores en el pro­
pósito de darle al francés mayor y mejor fundada
ejecutoria que al castellano, así como Puigblanch pre­
sumió dársela á éste respecto del latín. El monu­
mento más antiguo de la lengua francesa no es,
como dicen varios autores, el juramento prestado-
por Luis el Germánico á su hermano Carlos el Cal­
vo en el mes de marzo de 842, porque tal jura­
mento está en el dialecto de oc; lo son, sí, los ver­
sos de Graciano de Tours en el siglo X, escritos
en monorrima imperfecta:
I ’o r a m o r D e n . v o x p r i , su c h o s lia r a n .

Su cu vos ttiii. seo le r la luSon


1>e Saint Ksteuuu ú glorieas barun,
Kscotut la par bonne inlenlion,
Qni a ce jor reSu la passion. (¡)

D e que Taillefer cantase en la bat¿illa de Has-


tings la Canción de Roland no hay otro testimonio
sino la mención que Roberto W ace hace en el Ro­
mán de Ron; pero de ella sólo se deduce que cantó
algo acerca de Cario Magno y de Roland. A l tra­
tar Ea uriel del origen de la epopeya caballeresca,
demuestra (pie la Canción de Roland adolece de
numerosas variantes en que una misma idea se
reproduce tres ó cuatro veces en términos análogos
y con pormenores á las veces contradictorios: tes­
tificando así que no es ella obra de un solo poeta
sino la reunión de estrofas de varios. Del mismo

(i) Cesar Canlú. /fis/oriu l'nirnsul.


dictamen es Demogeot, quien sienta con sumo cri­
terio que las canciones de gesta, constantes de vein­
te, treinta y cincuenta mil versos, no pueden haber
sido parto de los juglares errantes, los que, por
lo general, sólo cantaban pequeños fragmentos. E s­
tos, como es sabido, compilábanlos más tarde otros
trovadores, los cuales se quejaban á menudo de la
ignorancia de los juglares, como se ve por esta
lección:
(.‘.es joii^liciirs ijuiíití savi lien! rimer
l'irvnt l'iinvrage en ¡liiisicurs lienx fausser.
Ne surcnl pus les |.aróles placer.

Donde los mismos trovadores afirman que los


juglares no sabían rimar. Pudieron afirmar también
que falseaban la historia, pues, como lo observa
Francis W ey (i), no fué con los sarracenos de
España, sino con los vascos, que dirigieron la em­
boscada de Roncesvalles. contra quienes combatió
Roland, si es que el famoso sobrino de Cario M ag­
no no es un mito. El Conde Canelón ha sido
inventado por el poeta, y la cronología para tan
mal, que Cario Magno figura en la Canción como
un anciano de barba encanecida, v recibe el título
de Emperador, que aun no se le había conferido,
pues Eginhart. el único que en su obra In vita
Carotas habla de aquel suceso, supone que la muer­
te de: Roland acaeció en 768, época en que Cario
Magno no contaba más que 25 años de edad.
Luego, el monumento más antiguo de la poesía
castellana parece no ser el poema de Mío Cid si-
no el poema de Los fres Rey s d’ Oricnt. ( 2) Erro­
res graves, debido alguno probablemente á incuria
de copistas, contiene en esta parte el escrito de mi
sabio compatriota D. Andrés Bello: pues no fue en el año
de 1850 cuando se publicó por primera vez la Canción de
Roland, sino en el de 1837 por Francisque Michel, y ya.
antes de la edición de Genin. la había reproducido, en
1848, Erancis W ey, en su ya citada obra acerca de las re­
voluciones del lenguaje en Francia. Tampoco existe ni
ha existido nunca idioma ni dialecto ninguno llamado
de <7/it, punto que noto con profunda pena. La ver­
dad es que cuando la unión de los provenzales con los
catalanes acabó de separar los dialectos provenzal
y welsh ó galo, se les señaló, ’ para mejor distinguirlos,
con el vocablo conque en cada uno se expresaba la
afirmación oui; y así. el uno fue llamado lengua dé oc
(del latín //oc), y el otro lenguaje de oil (del latín hoc
illud). Por aquel tiempo llamábase al italiano lengua de
sí, y al alemán lengua de ruv pero ningún idioma reci­
bió el nombre de oui, que sólo con referencia al fran­
cés moderno hubiera podido cuadrar. Fácil es que á
los oídos de un español parezcan asonantes las rimas
sucias de la Canción de Roland. así como á los de un
francés pueden parecer consonantes los asonantes cas­
tellanos ; más no hay prueba mayor de que el asonante
no es propio del francés, que la circunstancia de que
tal idioma no ha pasado de los rastros que en su favor
señala el esclarecido poeta venezolano, y que sólo lo
tengan perfectamente formado, entre las lenguas neo­
latinas, el castellano y sus afines el catalán y el portu-

( 1) P/'si ur.<o «/»• /»’■ •<.■ /■ i'ithi ,!,• D . I f. ! , ’!■ r ,n tu A .-.


pa ño/a .
gués, y los dialectos gallego y bable. Circunstancia
también notabilísima es que el provenzal no lo tenga
tampoco sino por modo accidental. En el Resumen de
Actas de la Academia Venezolana, publicado en 1884,
me extendí en este punto con el intento de comprobar
el origen arábigo del asonante, cuestión que no corres­
ponde á esta obra, por otra parte ya demasiado extensa,
Afirmo, sí, por innegable y fuera de toda discusión,
que en el estado actual' de los idiomas neo-latinos el
asonante es sólo propio de la lengua castellana y sus
dialectos, que en ellos tiene sus ejecutorias, y de ellos es
corona brillantísima.
1274. Los versos duodecasílabos ó de arte ma­
yor no tienen hoy tanto uso como en los primeros
tiempos de la poesía castellana, cuando Juan de Me­
na los hizo tan populares. En verdad, son puros ver­
sos hexásílabos cuando están perfectamente construi­
dos. El Pinciano estableció que debían estar acen­
tuados en la 5‘-\ 8?, y i P sílabas. Olvidó señalarla
2;-\ que en el primer hemistiquio corresponde á la S1-1
que señala y es la 2? del segundo hemistiquio. Bello
sienta perfectamente que el acento debe caer en la
2 5'-1, 8? y n i 1 sílabas. Así es en tal forma, como se
ve por la siguiente estrofa de D. Miguel Antonio
Caro :
No, empero desmayes: ; alienta, alma mía!
El Sol de repente sus rayos envía
Después (.pie una nube robó su presencia.
Hombre eres: y es fuerza «pie en toda existencia
Lluvioso á las veces y oscuro e
.->
té el día.

Pero, á pesar de todos los tratadistas, creo que


el verso duodecasílabo es asimismo sonoro y cadencio­
so con los acentos en la 5;*. 9r-1 y ii?‘ sílabas, co­
mo en este ejem plo:
T i í d u re m o s , si h a c e s q u e el p u lid lo c e s e ,

Una saya hermosa con ¡¿alón plateado,


l'rimoroso cirio que tres libras pese,
V un San Juan pequeño para el Niño amado.

Lo que si es inadmisible es el mezclar en una


composición versos de la una forma con los de la
otra, como de antiguo se observa en algunos poetas
descuidados.
1275. Lo mismo debo decir de las distintas for­
mas de los versos enneasílabos. El llamado d e c a n ­
c i ó n debe llevar los acentos en la r 1 ó 2‘.1 sílabas y
en la 4‘i1 y 8‘.1 El apellidado iriartino por Menéndez y
Pelayo, lleva los acentos en la 3^ y 6? sílabas. El
¿ a v e n í a i c o , en la ?.;-1 y ó'-1; y el esprouccdaico en la
2a y 5a

Mezclar unas formas con otras, esto es, escribir


versos libres de nueve sílabas sin sujetarse á otro
acento que al natural de la 2;-1 sílaba, es puramente
escribir prosa en rengloncitos. Los que tal hacen de­
ben saber que el oído castellano no soporta sonidos
tan inarmónicos. Acerca del verso de nueve sílabas
ha publicado últimamente un luminoso escrito el docto
literato colombiano D. Miguel Antonio Caro ; y nada
pudiera yo agregar á lo que él sienta. En materia
de medida de versos, el mejor guía y maestro es el
oído. El que no tiene oído no es poeta ; y el que
no sea poeta no debe hacer versos.
APÉNDICE

N9

R eal A c a d e m ia E sp a ñ ola

El señor Académico dé número á quien la Real


Academia Española confió el encargo de estudiar deteni­
damente el escrito de V. S. acerca de la locución “ Di­
bujar á la pluma ” y otras análogas, y de proponer á
esta Corporación lo que considerase más acertado, ha
emitido el informe que se copia á continuación :
“ Son en verdad muy deficientes nuestras gramáti­
cas y diccionarios en la parte relativa ai uso de las
preposiciones como elementos indicadores del régimen ;
pero esta deficiencia reconoce, en mi sentir, causas
que nada tienen que ver con la probada ilustración de
los autores de aquellas obras más celebradas donde
buscamos todos satisfactoria solución á los problemas
complicados y difíciles, conque . á menudo tropezamos
en el estudio del lenguaje. Es evidente que sustitui­
das las formas de la flexión nóminal latina por las pre­
posiciones en nuestra lengua, habia de resultar com­
plicada y confusa en ciertos casos la expresión del
régimen, desde el momento en que quedaran conver­
tidas en mixtas preposiciones que como de acompaña­
ban en la lengua clásica á un solo y determinado caso,
y desde el punto en que preposiciones como á se
vieran obligadas á representar en nuestra lengua rela­
ciones de régimen tan varias como las que en latín
expresaban a, ab y ad. En esta que es una verdadera
imperfección de nuestra lengua, radica la confusión y
falta de claridad que respecto al uso de las preposi­
ciones echa de ver en nuestros diccionarios y gramáti­
cas el docto Correspondiente de esta Academia señor
I). julio Gaicano.
" Claro es que el summum de la perfección en este
género de obras consiste en exponer con claridad en
ellas los principios fundamentales y lógicos en que
haya de basarse la teoría que pretendan desarrollar, y
en confirmarlos además con el uso autorizado de escri­
tores que merezcan el renombre de clásicos, lo cual,
tratándose de nuestra lengua castellana, constituye una
dificultad no siempre superable, y que. contrayéndonos
al uso de la preposición a, obliga á I). Rufino José Cuer­
vo á decir en su Diccionario de construcción y régimen
de la lengua castellana : "Son tan variadas sus signifi­
caciones y usos, y se tocan sus acepciones con inedias
tintas tan tenues, que es empresa sobremanera ardua
clasificarlas reduciéndolas á contornos perfectamente
delineados." índica á continuación el plan que h ad e
seguir en la exposición de la doctrina contenida en el
articulo a , y añade: “ Tal es el rasguño de este arti­
culo, uno de los más difíciles en el Diccionario de las
lenguas romances. " l.)e modo semejante parece que
opina esta Academia, cuantío en la última edición de
su gramática, página 1yo. afirma: "q u e es'ta preposi­
ción ( a ) es de uso tan vario como frecuente en nues­
tra lengua. ” y cuando aun á posar de los reducidos
límites á que le obliga el plan de la obra, consigna
diez y nueve relaciones de régimen, que pueden expre­
sarse por esta preposición, formulada en estos térmi­
nos. ; cómo debe decirse, dibuja/ á la pluma, dibujar
d pluma, ó dibujar de pluma? la cuestión que el señor
Calcaño lia puesto sobre el tapete se refiere no sólo
al uso de las preposiciones, sino también al uso del
artículo ; y respecto de este último, preciso es confe­
sarlo, tampoco luce la mayor armonía, y el más unáni­
me acuerdo entre los cánones de la gramática y el uso
de los doctos. Y esta, sin duda, ha sido la razón por
qué. después de examinar la naturaleza del artículo,
declara esta Real Academia en la citada edición de
su gramática, página 14, “ que no hay regla fija y
constante para el uso ú omisión del artículo, ” y es
en verdad muy difícil, fijar las reglas á que debe ajus­
tarse el uso de esta parte de la oración castellana.
“ Por lo que: al punto concreto, (pie nos ocupa,
se refiere, afirma el señor Calcaño que “ la preposición
de en los distintos casos de ablativo no puede tener el
de indicar el instrumento conque, se hace alguna cosa, " y
podría aceptarse sin reserva esta opinión si no hubie­
ran dicho Yalbnena en su Bernardo :
i:]\slc hicie (
/-
■ n l / 't i i j 1, de clava."

Y 1treílla :
i : . . . . y no empacharse
“ K n tú la /■/.'<? e i i¡ u c os llc c h e r o

••Ni //■' i1: //.•</;>/ !• <1. el pi*|ucri’i.

“ Y aunque esta forma de expresión no parezca


hoy muy corriente en castellano, forzoso es reconocer
que las citadas autoridades habrían hecho algún camino
en nuestra lengua para (pie 1). Antonio Palomino en
su Musco Pictórico, Tomo I.— Indice de los términos
privativos de la pintura,— dijera :
Dibuxo de Aguada: El que está hecho con A gua­
das de 'finta ó de otro color.
Dibuxo de Carbón: El que está executado con car­
bón.
Dibíixo de Lápiz: El que está executado con Lápiz
negro ó colorado, gastado ó fumado ó plumeado.
Dibuxo de Pastel: El que está executado con
Clarioncillos de diferentes pastas de colores [de que
procede llamarse Pastel] .que parece colorido.
Dibuxo de Pluma: El que está executado con
Pluma y Tinta. ”
•‘ Por donde se ve que ateniéndonos á las autori­
dades de Valbuena, Ercilla y Palomino, en las cuales
la preposición de equivale á con y significa por consi­
guiente el instrumento de que nos servimos para hacer
alguna cosa, la expresión dibujo ele pluma es, como
asegura el señor Calcaño, correcta y ajustada á la pro­
piedad castellana. Lo que no se me alcanza, y lo digo con
toda sinceridad, es, que siendo, como acabamos de ver,
propia y correcta la expresión dibujo, de Pluma, no
pueda, según el mismo señor Calcaño, decirse con la
misma corrección y propiedad dibujar de pluma, dibu­
jado de lápiz, dibujando de carboncillo. pues si bien es
verdad que estas frases no son como dibujo de pluma,
elípticas, puesto que el verbo es más expresivo que el
derivado verbal, no es por eso menos cierto, que dibu­
ja r de pluma equivale á dibujar con pluma, y por tanto
la preposición de en ambas .frases no significa otra cosa,
que el instrumento de que nos valemos para hacer
el dibujo.
“ A este mismo tenor en sus Diálogos de la. P in ­
tura, publicados en «633 por Vicente Carducho y saca­
dos nuevamente á luz en 1865, se dice en el Diálogo
V página 178: “ No menos que esas líneas del desnu-
do se estiman hoy las de una cabeza lineada de carbón
del mismo Michael. ” Francisco Pachaco en la obra
titulada Arte de la Pintura, en el libro f , página 336,
escribe: “ Mateo Pérez de Alecio traxo á Sevilla mu­
chos debuxos acabados de su mano, de lápiz y de aguada,
y también entre ellos uno de aguada y realce, de la muerte
de Moisen.” Y por si esta autoridad no se estimare
concluyente, opino que decidirán por completo la cues­
tión estas palabras del mismo libro, página 337, que
dicen así : “ Cartones grandes para pinturas á olio de
que doi fee debuxados muy diestramente de carbón" :
y aun podrían añadirse estas otras de D. Antonio Pa­
lomino en el Museo Pictórico, tomo I., libro IV., Cap.
I V. $ II. : "A lgu n os piensan en viendo un dibuxo bien
plumeado ó esfumado de ¿apis, que el que lo hizo era
un gran dibuxante. ”
“ No hay pues inconveniente en decir dibujar de
pluma, puesto que á ello no se opone la lógica gra­
matical, y además autorizan la frase, como liemos visto.
Vicente Canducho que dice una cabeza lineada de carbón.
Pacheco que nos habla de cartones. . . .debuxados. . . .
de carbón, y Palomino que escribe dibuxo bien p lu ­
meado ó esfumado de lápiz, en donde la preposición de
expresa, con la misma fuerza y vigor que pudiera ha­
cerlo la preposición con, el instrumento de que nos
valemos para linear, dibujar, y plumear ó esfumar.
"Plantea luego el señor Calcaño la cuestión de-
si debe decirse dibujar á pluma- ó dibujar á la pluma,
y manifiesta resueltamente su sentir en abierta oposición
á las opiniones de Baralt y Cuervo, que reputan gali­
cismo la frase dibujar A la pluma.
“ Baralt. en efecto, en su Diccionario de galicis­
mos, páginas 5 y 6, asegura que: " A con el artículo
definido no puede emplearse sino cuando dejando de
significar con expresa el modo ó manera como se eje­
cutan ciertas cosas. Antes denotaba el instrumento:
v. g. : Pintar al óleo, al temple, al fresco; Retrato hecho
ó sacado al deguerreotipo." Y continúa:
‘•¿Deberemos decir Pelear, reñir á sable, pistola,
etc., por Pelear, reñir con pistola, sable, espada, etc. ?
Me parece que sí, atento á que hay varias expresiones
idiomáticas del mismo género : v. g. •: Ponerse á brazos
con alguno (reñir, contender) ; A brazo partido (con
los brazos solos); Andar á estocadas (reñir con espada
ó estoque); Andar A escopetazos (tirar unos sobre otros
con escopeta.)”
“ Dicho sea con el respeto que se debe al autor
del Diccionario citado, las palabras que acabamos de
copiar no pueden llevar el convencimiento pleno al
ánimo de quien pretenda profundizar en estas materias
estudiándolas con la atención que requieren, y libre el
ánimo de preocupaciones. D e las palabras citadas se
desprende que deberemos decir pelear, reñir á sable, á
pistola, etc., y por tanto dibujar á pluma y no A la
pluma, porque en estas frases a equivale á con, y en
ellas no se expresa, como en pintar al óleo, al temple,
etc., el modo ó manera como se ejecutan ciertas cosas,
y porque hay además en la lengua frases idiomáticas
que autorizan este uso. como ponerse A brazos con algu­
no, A brazo partido, andar A estocadas, etc. Y es el
caso que en la lengua hay de todo, expresiones idio­
máticas y hasta muy respetables autoridades que con­
tradicen lo que Baralt pretende.
“ ¿ Si debe decirse pelear, reñir A sable, ' A pisto­
la, etc., y no al sable. d la pistola, etc,, por qué de­
cimos ju gar á la pelota, al billar, asar carne á la
■ parrilla, atacar á la bayoneta, tocar unas seguidillas
á la guitarra, etc.? A frases en que la preposición
a expresa el modo como se hace una cosa, como
andar á estocadas, podrían oponerse entre otras andar
a la greña (reñir tirándose de los cabellos), huir A
la desbandada ( huir saliéndose de las filas, en contu­
sión, en desorden) marchar á la carrera, (marchar
corriendo), cerrarse, á la banda (negarse resuelta y
obstinadamente á todo acomodamiento), venir á la
chita callando (venir silenciosamente, con precaución
y sin ruido), y varias más á estas semejantes.
"En cuanto á ponerse á brazos con alguno (reñir,
contender), pudiera ponerse enfrente la frase venir ó
llegar á las manos, de que están llenos n"estros his­
toriadores, y sobre todo estas palabras de Cervantes
en su Ingenioso hidalgo, 4.-68.-337 : "Levántate por
tu vida y desvíate algún trecho de aquí, y con buen
ánimo y denuedo agradecido dáte trescientos ó cua­
trocientos azotes á buena cuenta del desencanto de
Dulcinea : y esto rogando te lo suplico, que no quiero
venir contigo á los brazos, como la otra vez, porqe sé
que los tienes pesados,” donde venir con alguno á
los brazos vale tanto como ponerse á brazos con
alguno.
"Sí, pues, decimos, cargar d la bayoneta, ju g a r
á la pelota etc., ¿ por qué no hemos de decir dibujar
á la pluma, al lápiz, a l carbón, como el señor
Calcaño propone ? ¿ Acaso porque Baralt lo tacha de
barbarísmo intolerable, sin aducir razones decisivas,
que apoyen su opinión, muy respetable sin duda, pero
no infalible, ni universalmente seguida ? Las razones
que el señor Calcaño aduce acerca de las semejan­
zas y analogías, que en punto á la especial construcción
de ciertas frases presentan las lenguas romances, me
parecen de mayor peso que la afirmación escueta de
Baralt y las sutilezas en que pretende fundarla, y de
mayor fuerza también, que las que el mismo 1). Rufi­
no José Cuervo alega en su ya citado Diccionario, cuan­
do afirma que "debe notarse la diferencia que establece
el uso respecto del articulo según se denota el instru­
mento: á pico, á cincel, á martillo, á plum a; ó bien el
método ó procedimiento: al óleo, al temple, al fresco, á la
aguada, al encausto." Pues notémosla. Y en primer
término no olvidemos que lejos de omitirse el artículo
en frases en que se denota el instrumento por la pre­
posición <i. como ju gar á la pelota, atacar á la bayoneta,
asar á la parrilla, tocar á la guitarra, y otras se­
mejantes, este, uso se halla autorizado por el testi­
monio de respetables escritores como el Padre Yepes,
que en la vida de Santa Teresa.— 2.-—30.. dice: "El ejer­
cicio común de todas después de! tiempo de oración,
ha sido hilar continuamente á la rueca." Por tanto
bien pudo en su Diccionario Histórico. en la página
IX. nota 5 del prólogo, decir Cean Bermúdez: "Piste
escritor (D. Lázaro Díaz del Valle) fué cronista de los
reynos de León y Castilla . . muy buen dibujante, pues
se conservan de su mano un correcto dibujo á la plu­
ma. muchos y buenos escudos de armas . . etc." : y
más adelante en el tomo f- página 128.: "Ignoro el
paradero de un cartón al lápiz que representaba un
descendimiento de la Cruz." Sin que por otra parte
>*>
•+A
esto le impidiera decir en el tomo 2'' página 208.: “ Gra­
bó A buril con dibujo y delicadeza una estampa.” De
donde infiero yo. que por lo que corresponde á la ex­
presión del instrumento en estas frases, puede indistin­
tamente usarse ú omitirse el artículo.
“ Por lo que se refiere á las frases en que se
denota el método ó procedimiento para hacer una cosa,
deberemos expresar el artículo según afirma el señor
Cuervo ; confirmándolo con estas frases de uso vulgar
y corriente: al óleo, al temple, al fresco, á la aguada,
al encausto; frases que tienen confirmación plena y
absoluta en la autoridad de Don Felipe de Guevara,
gentil-hombre del señor Emperador Carlos V., y el
cual en sus Comentarios de la Pintura, página 40.,
(M adrid, 1738) escribe: " Este es el género de pin­
tura que en Italia se llama pintura al fresco " : y la
de D. Fernando de Herrera, sobre la égloga 3? de
Garcilaso, donde dice: " Esto dijo á diferencia de la
pintura que hay de claro y obscuro que es como
diseño hecho en papel, que prácticamente llaman
aguada y realce, y en pintura al fresco y claro y
obscuro." En los citados Comentarios de Guevara,
página 227, se lee también: ' Muchos d é lo s moder­
nos afirman que Apeles y los pintores de su tiempo
ignoraron la pintura al óleo." X más adelante: “¿Cómo
pudiera Protogenes colorir cuatro veces su Jaliso, pin­
tándole cada vez de nuevo para la eternidad, si sus
colores no fueran gastadas al óleo*" Conforme con
este modo de hablar, que acaso no sea muy castizo
por su abolengo italiano, bien pudo decir D. Antonio
Palomino en su Musco Pictórico I. I. VI. IV.: " Usase
de la pintura al Temple sobre pared, lienzo, talla,”
etc.: y en la misma obra í. I. VI. I.: ••Conque la
dividiremos (la pintura <olorida)cn sus tres comunes
especies: s i el Temple, á el Freseo, y á el Olio" \ y
Cean Bermúdez en su ya citado Diccionario Ifislórieo,
tomo III, página 122 : •• Fue su primera obra un cuadro
al óleo de la sacra Familia” : y en la página siguiente :
“ Entonces la necesidad le obligó á piulen- al /roseo la
bóbeda de los P. P. Celestinos de aquella capital por
solos 200 escudos.” Pero acaso se conformaron más
con la propiedad castellana el citado 1). Felipe de (Fie-
vara, que en la página 50 de su nombrada obra escribe:
“ l)e la pintura á fresen en el grotesco hablaremos más
adelante.” : y sobre todo Francisco Pacheco, que en el
A rte de la Piulara, libro p-, página 333. dice:: •• Yo usa­
ba, siendo muchacho, en un lienzo pequeño, ó de blanco y
negro, hazer esta junta para una historia, ó figura, piulán­
dolo á olio : y en la página 334.: '•Muchos pintores ai que
para las obras al olio huyen de hazer cartones del
mesmo tamaño ; mas para las obras á Jreseo no se pue­
den huir” : y en la 335.: “ P arala huella de la capi­
lla que piuló á fresco. . . .\\izo cinco ó seis figuras
desnudas” : y en la 337.: “ Cartones grandes para pin­
turas ó olio"\ y en la 3_| 1.: “ Mucha veneración y
respeto se debe á la piulara á Temple"', y Palomino
cuando en el Museo Pictórico I. I. Yí. Y II 1., dijo:
“ Pasemos ahora á la pintura á freseo": y en I. 1. Yl.
VIH.: “ Ks preciso persuadirnos á que estas pinturas
eran áfresco": y en I. I. VI. IX.: “ Pasemos ahora á
tratar de la p ia l uva á olio": y el mismo Cean Ber-
múde.z en el tomo 31’ página 122 de su Diccionario
Ifislórieo escribe: “ Pasado este tiempo, volvió Ismael
con su hijo á Dresde y le ocupó en pintar á pastel.
“ Por las autoridades que anteceden queda de­
mostrado, que aun en las frases que denotan el
procedimiento ó método seguido para hacer una
cosa, puede expresarse ú omitirse el artículo definido
después de la preposición á y antes del nombre
que significa el método, sistema ó procedimiento.
Ou¡/.á la omisión del artículo está más en armonía
con el carácter de nuestra lengua; pero tampoco
puede negarse que en este caso' particular, si hoy
se omitiera, nuestro oído lo echaría de menos, por
efecto de la costumbre. Elíjase, pues, entre la ex­
presión ú omisión del artículo, la forma que más
agradare á cada cual; y si alguno se sintiere perple­
jo en la elección, quizá pudiera hallar ' satisfactoria
solución á sus escrúpulos en estas dos autoridades,
que se leen en el tomo 3V, página 120, del D ic ­
cionario Histórico de Cean Berm údez: “Trasladada
á Madrid (]>? Ana M:-1 Mengs) aunque se le aumen­
taron los estorbos con siete partos y la crianza y
educación de los hijos, no dejó de 'pintar de minia­
tura y pastel con buen gusto é inteligencia.” — Su
padre (de Rafael Mengs), pintor de esmalté, hizo
que le pusiesen en el bautismo los nombres de
Antonio y Rafael” ; y aun podrían añadirse para
el caso las frases de Palomino, dibujo de a-ouada y
dibujo de pastel, citadas al principio de este
trabajo.
“ En resumen, opino: que, teniendo en cuenta
las razones apuntadas, el problema propuesto no
puede plantearse en los términos en que lo plantea
el señor Calcaño; porque lo terminante y absoluto
de la pregunta, impide dar una respuesta terminante
y categórica, puesto que la experiencia nos atestigua
que no siempre se acomoda al rigor de los cáno­
nes gramaticales el uso que del lenguaje han hecho
los que consideramos maestros en este arte difici­
lísimo. Los escritores que reputamos clásicos, á mo­
do de tribunal supremo, apartándose á veces de! ri­
gorismo gramatical, aun cuando se dejan llevar por
la fantasía, sientan jurisprudencia en materias de
lenguaje, ensanchan los horizontes del idioma in­
troduciendo en él nuevos modos y formas de decir,
que lo enriquecen, lo perfeccionan y lo hermosean:
formas y modos que cuando no están en oposición
abierta con la naturaleza, las tendencias y las tradi­
ciones del idioma, adquieren el carácter de ley pro­
mulgada por el genio y sancionada por la posteridad.
•‘A mi entender el problema debería plantearse
en esta forma : ¿Puede decirse dibujar á pluma, d i­
bujar á la pluma, y dibujar de pluma.' Y así plan­
teada la cuestión se puede contestar: que, en vista
de las autoridades que la abonan y puesto que no
es contraria al carácter de la lengua, la frase
dibujar de pluma es correcta y ajustada á la pro­
piedad castellana.
“Teniendo además en cuenta que el agente
del verbo en pasiva se expresaba en latín por el
ablativo precedido de a ó ab, y que en esta última
forma, y qui&á por semejanza, se significaba á ve­
ces el instrumento en frases como servas a mauu.
amanuense, servas a pedibus, lacayo: y aun por acu­
sativo con ad, como en servas ad manual, amanuen­
se, servas ad remum, remero, y que de aquí provino,
sin duda alguna, que la preposición a expresara en
castellano la causa y el instrumento aun en aquellos
casos en que se. omitía en latín, (y para el instru­
mento se omitía siempre en la sintaxis clásica) co­
mo r.inuit [acias, hecho á mano, cqv.o fngere, huir á
caballo, solé adustas, tostado a! sol. urbes ct agros
ferro alcjac igui vastare. asolar los campos y las
ciudades á hierro y fuego, y «lando á las autorida­
des aducidas el valor que les corresponde, opino
que puede decirse dibujar á pluma y dibujar á la
pluma, sin que esta última frase pueda ser
censurada de intolerable barbarismo."
V habiendo hecho suyo por unanimidad la
Academia el preinserto dictamen, tengo la honra de
comunicárselo á Y. S. en cumplimiento de lo acor­
dado por la misma Corporación.
Dios guarde á Y. S. muchos años.
Madrid: 51 de octubre de 1893.
El Secretario,
M anvkl T amayo y B a l -s .

Señor D. Julio Calcaño, Correspondiente de la


Real Academia Española.

NV 2
O vero
Se ha escrito y se escribe aún indistintamente
overo, hovero, babero y oboro. pero el i^so más co­
mún es el de overo. Mucho se ha dicho acerca de
la etimología de este vocablo. Dice Covarrubias
en su Diccionario publicado en 16 ii, y en la pá­
gina 474. que el Padre Guadix lo da por nombre
arábigo, h.nbira, avutarda, no tanto por el color de
la pluma como por el de la carne después de c o c í -
da; y en la página 481 dice que es nombre arábi­
go, havcrum, que vale: avalarla do, según el Padre
Guadix, por el color que (orna la carne después de
cocida (!) pero que puede ser francés, del verbo (?)
lurucr, leda ti y ovare. porque es alegre y regocijado.
Kl Diccionario de Autoridades le da la latina ovina,
huevo. Pedro de Alcalá le da la arábiga haberi.
Dozy y Hngelmann le dan la de holiera, avutar­
da. del Padre Guadix. que según Covarrubias es­
cribe: l¿ul)ira. 'Iodo esto es io que me parece ver­
daderamente alegre y regocijado. La avutarda es
roja, manchada de negro, y sólo tiene blancas las
remeras exteriores: y el caballo ove.ro ú hobero
es el de color de albérchigo. ó medio entre blanco
y bayo. La circunstancia del color de la carne de
la avutarada después de cocida es una superfluidad
etimológica demasiado rebuscada. Los franceses lla­
man por analogía ova i re y nosotros ovario ciertos
dos cuerpos blanquizcos y ovales, y esta circuns­
tancia y la de decirse ojos overos, de los que son
casi blancos, impulsó en mi concepto á los Aca­
démicos españoles de 1796 á establecer la etimolo­
gía de ovuin, huevo, después de encontrar falsa la
etimología arábiga mencionada. Los franceses di­
cen de antiguo cheval auberc, y por ello, después
de . estudiado el punto, los actuales Académicos de
la Kspañola entre los que hay arabistas como luluar-
do de Saavedra y Prancisco |avier Simonet. se han
decidido por la etimología francesa de auberc.
blanquizco, do. aabe, del latín alba. Por estas di­
versas etimologías se ha escrito overo, oliera, hovero
y hobero. De la h tiene la culpa la antigua etimo­
logía árabe; y por ello dicen nuestros llaneros /overo.
IN D IC E A L F A B É T I C O
me i.<> m ás n o table o l e se t r a ta en los a r t íc u lo s

Ó PÁRRAFOS NUMERADOS.

a (privativa) i j y absolver y otros pret.) 475.


i 2. verbos 455. acure 957.
a (prostética) 10. á caballo, en un acho (desinencia)
a (porpara) 2 7 5 . 1 caballo 545. •07.
a (determinando, i acaparar 5 31 . ad 14.
como p r e p o s i-; á cas de 280. ad, dad. tad, idad
ción, el sentido ¡ accidentado (te­ (terms.) rio.
de varias frases) j rreno) 328. ada (term. colec-
286. 2S7. 288. aceite de petróleo ti v a ) 1 1 1.
a (error de Baralt j 329- adestrar 4 6 1.
respecto de un i acento prosódico ado (term.) 11 2.
verso ele Alora- I 1,2 70. adobo 1053.
tin) 275. 1a c e n t o rítmico adoratriz 133 y
ab, abs. 13. 1.270. »°53-
abacorado 65 1. a c e n t o enfático aducimos 453.
abacorar 651. 1.270. adució 453.
aballar 521. acentuación de los adular 537.
abajar 521. verbos en tar, adulear 537.
abajear 521. ¡tur, cír 538. j adusto 422.
a b a n ic o (e.tim.) acicalcar 1,103. j aereo lito 61.
613- acó (desinencia) I aereonauta 61.
á bien que 260. 107. I aereostática 61.
able (term.) 126. acó (term. genti­ aeri 61.
abóle 443. licia) 108. aero 61.
abolir y otros ver­ acolchonar 1052. aerolito, etc., 61.
bos análogos 443 • acreencia 329. j afeto 170.
aboyada ra 1,051. actualizar 532. ¡ afijos acentuados
aboyar 1051. acuciosidad 1052. I 1.265.
abrogar 505. acudiera (uso del I afrontar 1,054.
agalludo 1055. jal enemigo que á man d e r e c h a
agave (etim.) 623. : huye, plomo ca- 280.
agredir 652. ! líente 570. a m a r c h a n t a r-
aguacate 958. j á la p 1 u m a. al se 665.
aguachento 653. I lápiz, etc.. 542. amparar 533.
aguachinado 653. í á quien lo quiere amprar 533.
aguado, da 653. c e 1 e s t e que le ; amarrar 665.
aguaducho 370. I cueste 370. ¡ amarrarse úno los
a g u a i tac a min o i-albergue (etim. i ; calzones 665.
654. : 592- amasar una fortu-
agüelo 176. . alcanzar ( e tim .): tuna 504.
aguilote 656. 626. ; ambos 299.
agujada 1056. ¡alcatraz 661. ambos á dos 300.
agujeta 1056. ! alegrarse 536, ¡ amellar 1059.
ahogo 1057. i alejandrinos 1271.' A m é r i c a (etim)
a h o r c a (cuelga) ¡alfajor 662. 646.
218. ! alférez (su plural); amoblar 463.
ahorrarse 1058. 1: 4 2 ' . ;
j amolar 804.
ahoyadara 1051. •algia (suf.) 1 16. ! amoreteado 1061.
ahoyar 1051. ¡ algos 308. i án (term.) 1 18.
ahilado 657. 1aliaje 1059. ana'; ano (ternas,
ahilar 657. j alisador 887. gents.) 1 19.
ahincar, a h i ñ e a- i aliteración i 264. j aná 224.
miento 226. aljonjolí 187. anacahuita 959.
ahujerar 208. aljorozar 663. a n c i a, e n c í a
alnijero 208. i almirante (nave) j (terms.) 120.
aindiado 658. n
j OJ/-
*7 i
: a n c ó n. a r r ó n
ajar 537. al modo (jue 2 5 1 .’ (terms.) 121.-
a j e (desinencia) Ialmuerzo (etim. ) j anchar y ensan­
1 13- 618. i diar 520.
ajear 537. ¡'al ó ar (term.) 1 15. i
anda ó vete á la
ají (etim.) 582. ¡altozano ( e tim .)!
porra 570.
ajiaco 659. ‘ 618. ' ¡
ajo (tem í.) ¡ i4. alia. isma. ualla. j a n d a r cogiendo
alambrado 660. usina, uza. (ter-l cabañuelas 570.
alambrar 660. mi naciones) i 17. andar desempe­
Alamo (apellido) amadrinar 365 y drando las calles
424. 664. 573-
andar (correr, vo- • ral) 427. á rastras 572.
lar ) 472. a pe ñuscar 1063. arrabiatar 226.
andara 472. : aperar 1064. arrear 538.
anclé 472. apero 1064. arredrar 465.
andino 430. apiñar 1063. arrendajo 673.
ando(tenn.) 122. apio 66q. arrempnjar 226.
andón, na 666. a p 1 0 m 0 (cor.) arrevesado 103.0.
anchar 464. '263. arria 674.
anexionar 494. á poca deslo 226. arria (orip. del vo­
anfíbraco 1271. apocar 498. cablo i 587.
anime (etim.) 622. aportar 1065. arriar 338 y 1092.
anón (etim.i 621. á pospelo 343. arrochelarse 926.
■i no que 1colom­ a preta 462. arrón (term ) 929.
biano) 225. aprovisionar ¡ 066. arrutarse 226.
anque sea 22 \. apurar 527. arrullar 1 103.
ansias 667. ar, ear (te. r m s. á secas 362.
ante 15. verbales) 124. asesino 385.
ante. ente(terms.) araguato 670. así ( por U :Yl-
123- . ara ñapa üo 672. mcnii )
antecristo 16. . arcar 537. asina 226.
antepuerta 15. archi 63. asir (prim. pers.)
a mi 16. arder 525. 459-
antibaquio 1271. ardita 206. asir (su répimen)
a n ti cámara 16. areito 960. 497-
an tropo 65. arenillero 67 1. asna 387.
anvelope 1062. arepa 961. aso 459.
añudar 191. 200. arlil 340. asóla 471.
ao i t m n . ,re/(>) a r i 0, e r o . <> r asonante 1273.
227. íTerm s.) 123. aspas 1069.
apaniaguado 66S. arismélica 226. áster 66.
•i pecado nuevo, aristo 64. astro 66.
penitencia nue­ armastrote 1067. atapuzar 216.
va 570. arnés (etim. ¡ 300. atarrapar 1070.
apellidos v i r i 0 s arquear 337. aterro 460
,¡ 2ó. arqueo 62. atestar 4.68.
apellidos : con ios arqui, archi 63. ati errar 460.
artículos» 427. articulo {elisiones atierro 460.
apellidos (su plu anticuas) 310. atol 962.
atortujarse 1071. bajo estado ó es­ b a s tó n (e t i m .)
atrácate pavo que tado llano 552. 607.
mañana te gui­ bajo palabra 551. batea (etim.) óic.
san 570. bajo vientre (el) batiburrillo 1076.
aujenir 1072. 552• batuquear, batu­
a ajero 1072. balanceo 401. car 226. I i
aullar 1 105. balar 1105. becerrero 683.
a u me n t at i v os balbucear 444. bejuquero 684.
a r !i ó //. cichona balbucir 443. bemba 685.
109. balcón (etim.) 591. bernegal 686.
aun no (casi no, balija (etim.) 636. berraco 1077.
todavía no) 548. baliza 636. berrear 1 105.
aurífero 366. ballesta-vieja 679. botuto ó vetute
aut. auto, 67. bamba 6S0. 964.
avalancha 1073. banal 1075. bi, bis 17.
aventear y aven­ banalidad 1075. bibelot io77.
tar 226. b a n a n o (etim .) b i e 1 d a r (etim. i
ayo (etim.) 597. 6! 9. 647.
azar (a z a h a r) banda 422. bijao 963.
1260. baque-ano (etim.) bisteque 687.
azararse 1074. 633- bizcocho 17.
azo 16 i. Maqueros y Va­ biznaga 688.
azucarera 675. queros 425. Blancos 425.
azulillo 676. baquiano 633. blancuzco 689.
baba 677. barajo 681. ble. able, eble, etc
babosa ó7 7. barajuste 681. (terms.) 126.
bachaco 678. barbarismo 1050. blo. bro, ero, gro
bagre 679. barbiquejo 682. etc. 130.
bajar abajo 276. barrar 537. boa 1078.
bajear 521. barrear 537. bobera 691.
bajo del vestido bocadillo 692.
barrial 226.
(lo) 552. bocarada 1079.
bajo de. la m'esa barrioa llena, co­ bochar 693.
302. ra zó n contento boche ¡ 080.
bajo de y debajo 5/0- bochinche 694.
de 550 y 551. basalicón 226. bochinchero 694.
bajo e! punto de bastar 537. bodega 353.
vista 550. bastear 537. bojote (etim.) 634..

bolada 696. brisera 699. cablegrama 372.
Bolívar 870. bro, ero, gro, tro. cabo de * tabaco
bolondrón y mo­ ulo, 130. 949.
londrón 191 y brollo 1085.. cabra (ser ó me­
205. broma 700. ter) 570.
boquineto 697. bromar 537. cabrera 1094.
borboja 1081. bromear 537. cab resto 1095.
bordar 537. brusca 701. cabuya 703.
bordear 537. b u c a r e (e t i m.) caca 704.
bordejada 1082. 5« í - cacao 966 y 763.
bordejear 1082. búcaro 1• ¡ cacarañado 903.
borracho (e t i m.) bucólica 1271. cacaraquear 1096.
352- bu d a re (etim.) cacaraqueo 1096.
borrachón y bo­ 5«5- cacarear 1096 y
rrachín 352. budare 965. 1105.
borraja 690. Ijuenas ó malas cacarrañado 903.
borrajón 690. que sean 253. c a c i q u e (etim.)
b o s q u e (e t i m .) bueyero 1086. 579-
5S9- bufar y rebufar cachapa 967.
bosta 698. 1105. cachetada 1097.
botado (expósito) bufet 1086. cachicamo 968.
312. bujarra 1087. cachimbero 703.
botarate 320. b u 1 o. b 1 o. u 1 o cachimbo 705.
botijón 9 4 1 . (desins. ) 130. cacho (etim.) 630.
botiquín 698. j bullaranga 1088. cachorrada 706.
botuto 9 6 4 . j bundo. da (term.) cachorro, rra 70Ó.
bouquetó buqué j ¡ 28. cachupín 226.
1083. burdelíetim.) 612.- cadillo 707.
bramar 1 105. burdo (etim.) 624. caguama 969.
bravo (enfadado, buscapié 1089. caimán 970.
fiero) 386. butaque 1090. calabacear 1098.
brazada 226. • butifarra 1091.
caladora 801.
b ra za 1 e t e (De) caballada 702. I
1084. ! caballos (sus co-1 caleta y caletero
brigán, brio-anda- lores ) 428. ¡ 1098.
je 1263. caber 458. I cález (cáliz) 187.
bre (term.) 127. cabestrar 537. ¡ calicanto 708.
brisas 316. cabestrear 537. j calmudo 709.
calo, cali, (prels.) capuchino S67. iar y por unir 1
,<.v caramera 717. i 477*
caluniador 170. caranegra S67. | cascabel ( ctim. ;
cámara 1099. ¡camota 1049. j 596.
camarón 363. j caráter 168. 1 cascarañado 903.
carnaza 971 I carato 974. | cascárilla 723.
cambado 710. carátula 7 18. I casería 368.
cambear 1092. : cardenal 719. ; casilla 723.
cambio de o-por cardón 208, 210. ¡ cosquillo 788.
j ¡69. cardonal 210. ; casquite 974.
c a m b u r (ctim. catatar 1092. ; castañetear 1 10^.
6 2 0 . carey 720. ¡ catadura 321.
c am b u 1 pasado | cariampollar 38S. j catana 7 19.
• 201. i cariaco 9 7 5 . í catar (mirar) 226.
camisón 1261. j cari aquito 9 7 6 . catire (etimd 586.
campanazo iói : caribe 679. catirrucio 1 160.
campar 537. •caricari 977. catre. 356.
campanero 7 1 1 : caricaturista 430. i caudado ;cometa;
campear 537. Icarite 679. | 1102.
campechana 712.! carozo 740. j caudillaje 430.
c a n a n a (ctim.)! carpintc.ro 72 . caudillc.jo 430.
I cayuco 979.
canastilla 712. i carrasposo 721. ¡ cazabe 980.
car.cea 714. carreta 327. ¡ caza-moscas 422.
canelón 71 o- carretero 1 100. cazar y cacear ¿37
caney 972. carretil 391. ca zurro 215.
canguelo 191, 204 carricillo 722. ce tal 69.
canoa 973. carriel 1101. ceiba 724.
cantidad y acen­ carrizo 722. celante 332.
to i 266. carro y sus deri­ cernidor y cernir
caña braval y ca­ vados 327. 725-
ña brava 714. cerrero, ra 726.
carruaj e r i a. c a-
caoba 978. cerro (etim.) <315.
rruaje.ro 1 100.
caobo 978, cesura y pausa
capacito 715. c a s a c a te tim.) 1271.
capellada 716. 614. ciclón 727.
capitulo 422. cas 280. cidio (suf.) 129.
capotera 716. casar (por ///gre­ ciénega 1 104.
cien pies 728. coletón ijoó. i congregacioni s t a
cigarrería 430. colgadores 1107. ' 1 109.
cigarro 949. colibrí 981. | conmigo son pan­
cigarrillo 949. colindar 1 108. das las navajas
cima y eiv'cima colineta 736. 57°-.
569- colunia 348. conmigo y la ra­
cinco 729. com, con. co, cor, na es gana 570.
ciñió 445. 2° . connotado 3 18.
circum 18. combado 737. conocer úno el al­
cis, citra T9. com bal a c h a r s c j mendrón 570.
cisne 428. 536-. ¡ conoto 982.
clarearse 730. comejonera 738. consona 451.
clocar 466. comité 1263. ' c o n s onantes en
chequeaba, etc. c o m o (galicado ) j que y palenque,
1 105. 2 74- ' de B ello; y con
cliché 1104. competer 516. ¡ que y ronque, de
coaligarse 1104. competir 516. ; Mora i 264.
cobija 360. comprender la bo­ con tanta mayor
cobija ( i r uno á lada 570. razón 264.
/<r) 360. comulgar (etim.) con tanto más ra­
cobijera 360. 595- zón 2Ó4.
cobrar 493. con los ojos cla­ contra 23.'
cobrarle á 11no la ros y sin vista contrarréplica, du­
sangre 570. 57o- : plicación de la
coco 73 i . concertarse 519. : r. 21.
cocotero 732. concordancia del conuco 983.
cofre 679. colectivo con un copey 984.
coger úno una verbo en . nú me- ¡ corcova ( e t i m. )
turca 570. ro plural 512. | 647.
c o g e : r goteras condenado ( s e r coreo 1271.
813. un.) 422. coriambo 127 i.
coger ij Ci1 trompo condenar 536. corneta de pistón
en la uña 57o- condolencia 416. j ¡ n o .
cogotazo 7 a'yj- ■ confianzudo 430. coroto 982.
cohete 734 corozo 740.
coime 735- confitada 208. correazo 749.
colear 5i 7- confortable j ¡o6. corregidor 2 1.
colchado 3.44. congorocho 739. comilón 666.
coscorrón 733. cucarachero 747. chamuchina 754.
cosmo 70. cucliara de albañil chango 755.
coso y corso 323. 1114. chanta ge 1115.
costar una cosa un cucharilla 748. chapaletear 1116.
sentido 572. cuchichiar 1105. chaparro 756.
cotón i i i i . cuchilla 748. chapurriar 1116.
cotorrona 570 y cuerazo 749. chato 635.
74i- cueriza 749. chayota 992.
crascitar 1105. cuerpo (cosa de) chelín 757.
crético 1271. 5Ó3- . cheque 1117.
crineja ó clineja cují 986. chercha r 117.
73o-. culebrilla 750. cherchar i 1 ij.
crinolina 1256. culeca 208 y 1 105. cherchero 1117.
criollo 742. culi 751. chibo (etim.) 11 19.
ero, gro, tro. ulo culo (term. dim.) chicana y chicane-
(desins.) ¡30. b i­ ro 1263.
croar 1105. eldo, bulo, blo, chichón 1117.
croajar ¡ 105. bro, ero, gro. tro, chicote 219.
crono 7 1. ulo (desins.) 130. chicotear 219.
crotorar 1 105 cunaguaro 987. chicha 993.
cruel (sus silabas) cu ñeco, c a n e c a , chicharrero 377..
1266. 860. chillar 1 1 18 y 1105
crup 743. cupana 990. chimó 994.
cuadrarse 744. curare 1028. chinchorro 760.
cuadrilla (etim.) curiara 988. chinelón 759.
608. curujujul 989. chingo 755
cuadro (d e i m- curtiembre 350. chingo por una cosa
p r e n t a ) 1112. cu ruca i 989. (estar uno) 570.
cuaima 985. currutaco 1179. chino, china 758.
cuanto á 546 cuyo (su valor y chiquero 761.
cuartar y cuartear oficios) 271. chiriguare 762.
537- cuyo (por cuál ó c h i r i m o y a 995y
cuartear 745. (¡icé) 272, 621.
cuarteo 745. chaflán 1115. chirulí 986.
cuatro 729. chaguarama 991. chirriar 1105.
cubiletero 1113 chamarra 752. chirrío y chirrido
cucalambé 746. chambón 753. 1 105.
cucambé 746. chamiza 389. chirriquitín .1 i 19,
chispar 1206. de caballo (hom­ d e s b a r ranearse
chisporreteo 1119. bre) 544. 507-
chisporretean 119. decasílabos 1271. d e s c e r e z a d o r a
chivo, chiva, chi­ decen, deca, etc. 7 2 769.
v a t o . chivarse d e c i r (imperati­ desecadora 770.
1119. vo de) 447. desecho 771.
chocolate 996. decorar 488 y 11 22 desembarco 338.
chocozuela 1072. decursión 347. desembarque 338.
chorote 997 y 763. dedeo 401. desempedrar las
chorroborro 393. degredo‘226 y 839 calles 573.
chubasco 764. de hierro arriba ¡ de se n g u antarse
chucuto 765. 566. 329-
chucho 766. dejarse uno sacar desentejar 530.
chumbe 998. | un ojo por ver desespero 208 y
chupaflor 1045. ] dos.de fuera 570. 2 11.
chupe ud. y déje­ ¡ demandar 501. desfachatadamen­
me el cabo 570. demen, delen, 483 te 422.
dactilico (endeca­ dengue 351. desfigú rate (figú -
sílabo) 1272. dentellar 537. rate) 217.
dáctilo 1271. dentellear 537. desgano 11 26.
damezana 1 120. | dentrifico 1123. ¡ desgaritarse 772.
danta 767. i desguazar 499.
| de pie (ponerse)
dar gallo 570. j deshecho 773.
dar lata 839. j 543-. ' ; desia (suf.) 132.
de pitón 570 y
dar,una piedra570. ! desinencias y su-
! 1215.
de, des, di, dis 24. , fijos 106.
depreciar 529.
de abajo á arriba ¡ desmadrado 774.
de primero 564.
277. i desmembrar 468.
de á folio (ser) 570 desacabalar 1126. I desmotar S73.
de mecha (hablar) desalado 346. ídesosar 468.
S63. ! desapartar 1 124. ¡despegarse 775.
débacle 1121. ¡ d e s a p e r c i b i d o ' despezar 468.
deber de ser 291. ! 3^ 1• ! despiado 1092.
deber ser 291. ¡ desarrajar 1 125. • desplegar 467.
debut 1121. jdesbabadero 768. j destoconar 776.
debutar 1121. | desbarrancad e r o • de súpito 226.
dcca. decen, etc. 7 2 i 1125- ¡ desvenar 11 26.
desvestirse 226 y tos a dv e r b i o s ) el arcaísmo 162 y
508. 281 y 282. 163.
desyerbar 777. doquimo 1271. elásticas y elásti­
detienta 452. dor, ador, or, etc., cos 780,
de Valdivieso 570. (term s.) 133. eleccionario, r i a
devolver y resti­ dormir úno la pea 12 5-
tuir 491. 57°-. el f a n t a s m a. la
diábetes 1127. dormir uno á pier­ fantasma 311.
diafanar 1128. na suelta 570. el que come la
difanizar 1128. • d o r m i r uno la naranja que pase
dialecto 313. j turca 570. j la dentera 5 7 0 .
díceres 214. dotor 170. i el que fuere bobo

dictaminar 495. draga (etim.) 632. | al cielo no va,


Diez (a p el 1i do) dramaturgo 342. etc., 5 7 0 .
424. d u o d e c a s í 1a bo s el que lo tiene lo
Diez ( a p e l l i d o ) 1271. gasta, y si no,
424 = durar 526. etc., 5 7 0 .
diezmar (qué es) durar una cosa lo el sartén 1244.
T\- que cazabe en el triunfal carro,
dinidad 170. caldo c a l i e n t e ! de Bello 1270.
dintel 1129. 57°-_ !e 1u c u b r a c i ó n
Dios te-dé 947. e (eufónica) 27. i 1263.
diptongos 1266. e muda francesa |ello 298.
dió vuelta á la (opinión de Be- ¡ embarco 338.
isla 547. lio) 1273. i embarque 338.
discernir honra, ear (term .) 124. embastar 535.
etc., 515, eble (term.) 126. embojotar 695.
disfrutar 524. ¡ embolsar uno. el
ecu, ecua, equi,
dislacerar 1130. | violín 570.
dislate 778. 73- . embullarse 781.
disparatero 430. echarle á uno la emburujarse 359.
dispendiar 1-130. paja 570. empaquetado, da
displante 1130. echar menos 553. 782.
dólar 779. echar de menos empastar 783.
Doloritas 1131. 553- empatucar 782.
dominguejo 430. echar varillas 556. empavonar 1138.
donde y adonde e j e m p 1 a r i z a r empecinado 784.
(confusión de es­ 11 32- empecinarse 784.
empedernió 462. | enjaretar 536. f verbos 33.
empedró 462. enlajado 790. ! entrevenir 33.
emperifollar 782. enlajadura 790. | entreverado 794.
empertiga 375. enlajar 790. 1entropezar 33.
empolla 1132. enlazar 518. ' en un caballo, á
emporcó 462. enmabitar 847. i caballo 545.
empotrerar 785. en pos 43. | epéntesis 1271.
e m p otreramiento enratonarse 1139. i érase que se era.
785. enrejar 1 139. 57-4-
emprestar 533. enrocar 635. | ereis (sois) 483.
empujada 322. enrostrar 791. ! ero (term.) 125,
empuñar y apu- enriscado irgo, j escabullarse 1136.
ñar 1133. ensabanarse 792. jescaparate 795.
en cas de 280. ensanchar y an­ ¡ e s c a r a m u c e a r
encabuyado 786. char 520. i 469-
encancerado 787. enseriarse 793. i escarcela (etim.)
encasquillar 788. ensoparse 793. ! 647.
encía (term. ) 120. en su torno (fr. e s c a r r a n c h a r s e
enclocarse 466. en torno) 56 r. 1 142.
encuevarse 1 137- en tanto que 251. escopetar 537.
encurru j ars e entaparado 793. escopetear 537.
ente (term.) 123. escribir (su part.
e n c h a mb r a n a r enteco 325. pasivo) 455.
1134. entejar 530. escuro 191 y 193.
enchapado 11 35- entendidura 423. esdríijulos en el
enchapar 1 135- entonces (singu­ v e r s o 1266 y
e n d e c a s í 1abes laridad) 239. 1271.
127 j . entrambos 299. e s g a r r a r 208 y
endenantes 226. e n t r a m b o s (en 2 12.
enfermarse 476. sent. fig.) 299. esguazar 499.
enfuetarse 1137. entrambos á dos espaldero 795.
engorrar 226. -300. espantosa (casa)
engrillar 1138. entre 283. 412.
engrosar 463. entrellevar y otros espaturrar 1143.
enguerrillarse verbos 33. espaviento 191 y
789- entre mí y tí 295. 196.
enhíievar 1139. entrépito 1141. espeso 422.
enjaminar 534. entreponer y otros espinilla 359.
espondeo 1271. estentinos 191 y exculpar .529.
esporon (e t i m .) 203. experiment ac i ón
596. estereo 27. 1263.
esprestar 226. estereografía expurgar (la ver­
esprit y espíritu 1144 y 27. dad) 506.
31° • estereología 1 T44. extra 28.
esquila 796. e s t e re o me t r í a • facistor 800.
esquilón 796. 1144. facultad del inge­
estancia 798. estereonomía nio para alterar
estada 3 19. 1 144. la concordancia
estadía 319. estereorama 1144, 309.
estampilla 797. e s t e r e o s c o p i a fagina 798.
estar uno en cien 1144. fago (suf.) 134.
brazas de agua e s t e r e o s t á t i c a fallir 1147.
57o- j 144. fandango 422.
estar úno en pico estereotipia 1 144. fañoso i 147.
de zamuro 570. e s t e r e o t o m í a faralao 1147.
estar úno partien­ • 1 144. faramallero 799.
do un confite con estero r 144. favo rielad 375.
otro 570. estilo 313. feotón, na 378.
estar úno más pe­ estilla 1072. festín ir 500.
lado que una ra­ estiseras 226. fiasco 1 147.
ta 570. estonces 226. fil, filo 74.
estar úno con la estoria 187. filibustero 800.
cara a ma r r a d a estregó 448. financiero, finan­
665. estripar 1145. cista 12Ó3.
estar úno frega­ estropicio 413. finanzas r 148.
do 804. • e s t r u e n d o r o so Ilacuchento 1160.
estar úno amola­ ! [ 146- ílato 409.
do 804. etimologías ( s us flechera 80 r.
errores) 576. flojo (etim.) 598.
estar úno en la
i etimología (su uti- florar y fl o r e a r
cabuya 568.
i lidad) 575. 537-
estar úno limpio ¡ epi 25. florear 1149.
57o- i evacuar 495. lluctígena 430,
estar úno chingo j ex, es, e, 26. flux 802.
p o r una c o s a ¡ e x c e n t r i c i d a d. foete, fuete 1150.
57a ¡ excéntrico 1263. foguero y fuegue-
ro ir 5 1. gallero 807. giro 428.
follisca 786. gallinazo 954. goagiro ó í> guagi-
í>
fondearse 803. gallineta 806. ro (etim.) 646.
forcejear 492. gallos y gallinas gofio 813.
forma en t i c del (colores de) 428. golpiar 1092.
pref. i u t e r 33. g a l l o m a r i n o gómito 186.
formas del ende- (pez) 679. gono (suf.) 137.
casí labo 1271 y Gamboa 808. G r a b i e 1 191 y
1272. gamo (suf.) 135. i 192.
frases introduci­ ganar úno gra-! grafo (suf.) 138.
das de Aragón cías con escapu- ■ grama (suf.) 139.
572. lario ajeno 570. j granar 537.
fregado 804. ganarse á úno de ! granear 537.
fresco 1 r5 2. manos 570. i grandemente 226.
friura 226. gandido 226. grandulón 1157.
fruta y fruto 1153. gandul (origen de ¡ granjear 479.
fucilazo 398 y 805. la voz) 587. ; granzón 1157.
fueguero 1151. gañir 1 105. | graznar 1105.
fuete ó foete 1 150. garúa 999. gringo 354.
fuey 1151. garuar 315. j gritadera 226.
fuiga (huya) 189. i garzón 809. ¡ grito (etim.) 601.
fulán 191 y 195. garrasí 810. i gruñir i 105.
furrio, a, 1227. gastar úno la pol- ¡ guá 404.
furruco 86i. vora en zamuros j guabina (origen)
fusilamiento 805. 57°. 587 y 679.
fusilar 1 154. ]gastivo 1130. : guácimo 8 14.
fusionista 430. | gastri 75. | guachafita 815.
fustán 1155. i gas tro 75. j guacharaca 1001.
fustansón 1155 gavilán 811. guácharo (origen)
G. (pronunciación gavilucho 81 2. " 5? 7.
antigua) 184. ge (le) 296. . j guácharo 816.
gago 226. gentes 343. guacho, cha 1101.
gaguear
OO 226. gemianía 313. guadua 1000.
traía, galán, ga- gero, gera (suf.) guaduba 817.
lÓll 647. ^136. ' Guaira ( origen )
galera 1156. Gerónimo 184. 5^7•
galgo (etim.) 594. g e r u n d i o (mal Guaira 818.
gallera 807. uso del) 484. guairo 819.
oguarna 1002. hacer (acepciones hico 1012.
guamacho 1003. de) 486. hidro 81.
guamo L002. hacer velas (una h i g o s pasados
guanábana 1004! nave) 560. 1201 .
y 62 r. haiga i 89. higuerote 826.
guanábano 1004. : hallaca 640. hiladillo. lia 422.
guano 1005. hamaca 10 io. himplar 1 105.
guañir 1 ¡05. ; hartadura 1162. hincarse (de ro-
guapo 407. hartazón 20S. dülas) 557.
guaraguao 954. hartazón 1162. hipar 1105.
guaraña 1158. harto, lleno, llena­ hiper, hipo 82 y
g u a r a p o (etim.) do 307. 83.
‘'639. i hartón 822. hom, horneo, ho­
guarataro 1006. ¡ hasta que n o .. . mo, 84.
guargüero 1159. i no. . .549. honor 306.
guaricha 1007. hato 823. honorificar 226.
guarura 1006. : hec, h e c a t o m, honra 226.
guaya 403. liecto 76. hostería ( etim. )
guayaba 100S. : hechor 824. 593-
guayuco 1009. | h e m a t, hemato, hueca 828.
g ii e b o, g ii e v o liento 77. hueco 357;
176. hembrero 1 163. huevo (por qué
giieco 176. hemistiquios 1271. la h.) 175.
güerfano 176. hendidor 1164. huevo - de gato
gíierta 176. hendija 220. 827.
guerrillear 820. hendrija 220. huevo de s a p o
güesa 176. hepta 7S. 827.
giieso 176. ; heptasílabos 1271. huiga 189.
guirigay 313. hept e m i m e r i s humarada 1 165.
h. (supresión de 1271. h u p a ! (e t i m.)
la) i 77. heme 1266. 628.
habitud 226. hervido 825. huracán 1013.
habla 3 í 3. ■ herramienta 226. I. in. etc. 29.
hablachento i 160. ¡ he tero 70. i a, c i a, i c i a
hablantina 1 161’. 1hex, hexa 80. (desins.) 140.
baldan tinoso, sa. hiatos y sinalefas í an así 221.
1161. ible (termn.) 126.
ruteen anos 510. ! Incacos 10i i. idioma 313.
idrópigo 187. n u n c i aciación) kerosina 1176.
iguana 1014. 184. kili, kilo 85.
ilustraciones 1166 jabada 428. la y las, dativos
im, in, em, en, jabillo 829. por le y les 298.
ens. 29. jaguar 1015. lacrear 1177.
imán 647. |jaiba (etim.) 642. ladino 833.
imantar 647. ¡jalado 804. ladrar 1105.
imperecible 373. 1jalar 177 y 830. lagartijo 1 178.
implicar 1167. jalón 830. lairén 834.
inconfidente 367. jartazón 1162. Iaja 835.
incontestado 1168 jaspearse 1173. lamber y lambi­
ind e p e n d i z a r jebucán 1041. do 1228.
1168. jején (origen de lanchero 836.
infinitivo 473. i la voz) 587. lanudo, da 837.
influenciar 496. j e q u e ó xeque lapo 838.
infra 31. 579* largurucho 11 79.
ínfulas 1169. jerga 313. las lecciones de
infundía 1170. jerigonza 313. torear, en los
ingrimo 637. j jeringónza 415. cuernos del to­
innorancia 168. ¡jetazo 422. ro 570.
inquilino 405. ¡jicara 1016. lata 839.
Ínter 32. ij ¡gante 184. latir 839 y i 105.
intercala c i ó n de ¡jipato 1 174. lazareto 839.
letras 165. ¡jipijapa 430. lázaro 839.
involucrar 1171. jíspido 177. le, por les 296.
í que (diz que) jobo 1017. lechero 840.
509. jojoto 831. l e c h o s a 841 y
ir (conjug a c i 6 n jolgorio 177. 964.
de) 450. joropo 587. 1e c h o s 0 84 1 y
irreductible 1172. jorungar 1175. 964.
i rrepn >cha ble 329 jorungo 1 175. lechuza 842.
irrespetar ¿1.30. Joseí to 113 1. lengua 313.
j o v e r o 428 y 1 e n g u a de 011i
irrespeto 430.
apéndice 2. (Qué es) 1273.
jubilarse 832. lenguaje 313.
jurel 587. leñatero 226.
ista (term.) 142. jurungo 1 i 75. leñazo 422.
kerosén 11 76. lepe 843.
liar uno el petate llenado 307. mallugar 1194.
.572. lleno 307. mamarle á uno el
licorera 844. lloradera 422. gallo 570.
liendra 1180. 11 u e c a (etimolo­ mamar uno á dos
ligagamba 331. gía) 466. • carrillos 570.
limpión 1181. mabita S47. mamey 102-2.
linchaclor 845. macaco 867. mamón 851.
linchamiento 845. macadamizar 329. mampararse 22ó.
linchar 845. macagua roi8. manare 1023.
linchero 845. m a c a n a (etim.) manatí 852.
linia reta 223. 57^- manato 852.
liquilique 846. macuare 1019. mancorna 853.
listar 1182. macuto [020. Smancuerna 853.
locha 845. machaca ( et i m. ) j mandar 513.
logia, logo 143. 57^- mandinga 854,
lograr 537. machacar 578, mandria 422.
logrear 537.. machango 865. maneto 855.
10 que somos no­ m a c h a r (etim.) ; manga de langos-
sotros 565. 578. ¡ tas 390.
I o r o v i e j o n o machar 537. : manganear 419.
aprende á ha­ machear 537. | manganzón 419.
blar 570. | machín 867. 1mangle 1024.
loro, ra 326. (machucar (etim.) j manida 359.
los matos son pin­ \ 5?s. | manteca (e t i m .)
tados etc. 570. madrasta 185. I 647.
los mochos se madrina 365. • i manilla 855.
juntan para ras­ madrinero 365. ¡ manteca 647.
carse 570. maguarse 655. j mantecada 857.
luego de 284. . maguer 226. ; mantención 1 183.
luir (conjugación maguey 1021. mantequilla 857.
de) 457- maíz (etim.) 629. 111a n t e q u-i l l e r a
lumbre 1 183. majarete 856. 430-
luna 679. malditas 849. mantón 226.
11 (sonido antiguo) malojal 955. mantuano 858.
178. _ malojo 850. manufacturar 859.
II (sonido moder­ malqueriente 226. mañita 324.
no) 179. m alluga mi e n t o mañoco 1025.
llanero 839. r i 94^ mapanare* 1026.
mapola 1040. mecha 863. mochuelo 842.
mapora 1040. mechero 863. mohosear 446.
mapurite 1027. mechificarse 863. moldar 537.
maraca 1027. media muerta 302. moldear 537.
marañón 860. medianero 422. moledera 422.
maraquito, ta 860. melado 864. molenillo 1190.
marca (etim.) 605. mengua 226. molondrón y bo­
marchante 1184. men, menta, etc., lo n d r ó n 191 y
marico 1185, . (desins.) 144. 205.
marimba 861. | m e r e y 587. moloso 1271.
marimonda ( s e r m e s o b r a q u i o monia(term.) 146.
una) 867. 1271. I monicongo 627. '
marmoleño 428. meso percata 1e cto monifato 868.
maroma 382. 1271. mono 867.
marullo 1187. meta, met 34. mon, mono 90.
m a r r a s 638. ! meterse de monja montuno 869.
martillear 1149. 289. - monumentos más
martilleo 382. ¡ metra (etim.) 617. antiguos del cas-
más que sea 258. metralla ó 17. I t e 11 a n o y del
mástel 187. metro 86. francés 1273.
mastique 1186. • metro (suf.) 145. morciélago 187.
mata 1187. mezclar 1188. morcilla 647.
mata de.pelo 422. mico 865. mordelón 894'.
mata 862. : micro, micros 87. morder á ti no 5 70.
mato 862. ! mil, mili 88. moriche 1029.
matón 1 187. ! Millares, Miyares morisqueta riqo.
maullar 1105. y Mijares 426. moro 428.
maulé 1101. mingón 866. morocota 870.
maracure 1028. mira, vos ! 222. morocoto 870.
mayar 1105. | mina 89. morocho, cha 871.
maza (etim.) 578. mistificar 863. morrocoy 872.
mazo 578. mistificación 863. mosqueado 428.
mazorca 848. mitin 1189. mostacilla 422.
mazorca ( e t i m .) mi. tí, sí 294. mota 873.
578. mobiliario 1263. mozo (etim.) 600.
me se, te se 2 13. m o c h i l a (etim.) mucura 1030.
mecate 1049. 647. muchacho 352.
mecer 454. i mocezuelo 352. muermo 122.
muerto 439. no me se da nada ojo de garza! 570.
muger 184. 213. ojo de z a m u r o
mugir 1105. no ver sol 570. 882.
mugre 1191. nomia, nomo, no- ojos cpie te vieron
mujer 384. mio (suf.) 147. p a l o m a turca
mujerero 1163. nonada 339. 5/0.
murciégalo 187. nopal 1031. o l e n t a , olento,
naiboa 1031. no quebrar uno ulento (terms.)
naide 191 y 192. un plato 570. . 149-
nana (etim.) 645. nortes 3 í 4. oler el caldo 570.
naonato 430. no sé qué 259. olio 226.
naranja ( m e d i a ) nostramo 191. olleta 880.
874. notabilidad 364. o l í ita de m o n o
narizón 875. no tener uno dón­ 881.
naucolonato y na- de caerse muer­ or, (term.) 125.
vígena 430. to 570. orama 15 J..
negaciones inútil i no valer una cosa orejano 955.
mente repetidas j un higo 570. orégano 883.
256. i no valer una cosa órgano (por el)
negocear 469. un pepino 570. 429- •
negra honra 334. | no valer una cosa orificación 430.
negro g r a 11 a t e 1 un cobre 570. orificar 529.
o
428. I
I ñame. 879. orto 92.
nene (etim.) 645. j ñapa 1032. osarse 478.
nevería 876. ñaragato 672. oso, osa 152.
nevero 876. j ñato 1 192. otro que él, otro
nigua (etim.) 641. j nema 1 192. que tú 252.
niguatero 877. ño, ña 1263. ¡overo 428 y Apén­
niño (etim.) 645.] ñudo 191 y 200. dice 2.
níspero 878. o, ob. 35. pa 1263.
no aflojar uno la obituario 1193. pachana 870.
teta 570. obiubi 1033. pachotada 1 194.
no d e j a r s e uno' octo 91. ’ padrote 1092.
comer el rancho !1 ocuparse de 292. j pagar uno las ver­
57°. odia (suf.) 148. j des y las madu­
no enfático y no o i d e, o i d a d ras 570.
redundante 549. i terms.) i 50. j pagar úno las cos­
no hay tu tía 572. j ojo avizor ! 570. ¡ tas 570.
pajar 1 198. parejero 892. palo 470.
pajarero 884. paridora 1201. pegarse úno 11 n
pajareque 885. pariente (la) 414. verde 570.
pajarito 1 198. parientes y tras­ pegarúno los baú
pajonal 1 198. tos viejos, pocos les 570.
palear 226. y lejos 570. pegar úno las pe­
paleto 886. partículas e n c a ­ tacas 570.
palmar 537. balgadas 1264. pegoste 1197.
palmear 537. parrandear 893. peinar 528. •
palmiche 937. parrandero 893. peje 191 y 207.
palo (pegarse úno pasamanos 422. pela 895.
nn) 570. pasjuato 1205. pelar 895.
palo e n s e h a d o pasoso 1201. pelar úno el cas­
1199. pasóte 1034. taño 570.
paloma (pedir úno pasudos 1093. pelarse 1208.
una) 570. pataletear 1196. pelear, reñir, re­
palomo 428. pata ó pie de la gañar 503.
pancada 888. • gallina 292. pelele 422.
panela 889. paternostre 191, peliar 1092.
pan, paño, panto! 201 y 202. peligro amenaza­
93. pático 908. dor 1060.
pañuelo de las na- i patilla (etim.) 587. pelotas (en) 383.
rices 887. ¡ patojo 893. peneque 422.
papa 890. i patria 330. peni nos 1202.
papelón 420. ' patuleco 893. penta 94.
papirotada 891. i paují ó paujil. 1034 p e.n t h e m i m eres
paporreta 821. : pausas y cesuras 1271.
papujo, ja i 200. , del verso 1271. pentámetro ¡271.
pararse 485. pavonar 537. pentasílabo 1271.
para 38. pavonear 537. . pepa 397-
parapara (etim.) pea 1206. pepe 806.
584. pedales 1207. pep 11a o c ueSC039 7
para (pref. • 30 y pedante 1202. pepito 896.
87- per 39.
pedilón 894.
para (por ú ) 279. perdurar 226.
paran lata 88 7. pedir cacao 570. perencejo 329.
paraulato 428. pedrada 422. peri 40.
parcho 1195. pegarse úno un pericos 7 ¡9.
peritaje S99. | piltrafa ¡214. policía* (el) 1204.
perla (etim.) 609. pillastrón 417. polis (suf.) 154.
perolero 900. pimpina 1037. poncho, cha (gallo-
perolón 422. pimpollar 1068. y gallina) 1219.
perol 900. pintada 806. ponchera 1218.
pertrechos 376. pinto 42S. poner á úno en la
pescado 359. piñal 906. puerta 5 7 0 .
pesgua 1035. piñón 906. poner úno oídos
petaca (etim.) 583. pío, pía 428. de m e r c a d e r
petate ¡049. pipa 397. 57o-
pelipieza 1209. pipiar 1 105.' ponerse úno en
petipoá 1 209. pipiólo 907. cuatro uñas 5 7 0 .
petróleo 1210.- piragua 402,801 y poner á úno un
peya, pea ( suf. ) 58a zamuro de pren­
f 53- píritu 1038. dedor 5 7 0 .
pezcocear 945. pirriquio 1271. ponerse úno chi­
pez coz ada 945. pisar lino el peine vo 1 1 1 9 .
pía-poco 947. 57o- ponqué 8 9 8 .
piar i 105. pistola 909. pontificar 912.
picador 901. pistolada 909. popelina 1 2 2 0 .
picana 375. pitahaya . 1039. póporo 1 0 4 0 .
picaporte 422. pitajaya. 1039 por cuanto más,
picarazado 903. pitar 1 ¡05. por c u a n t o y
picar el ojo 1211. pitón (de) 570. más 2 7 0 .
pico de. frasco 947. placer y compla­ j por cima 5 6 9 .
pico de plata 902. cer 440. | por encima 569.
pichagua 904. planazo 1216. j por (pref.) 41.
pichagua 1036. plancha 9 ¡ o. ¡ por (metátesis de
pichagüero 904. planta 1217. ! pro) 42.
piehipén 1212. plantilla 1203. ¿ por qué pregun-
pichirre 840. platanillo 911. tades ? 222.
piedrero 1213. platón 896. por qué se dice
pies latinos 1271. plaza Bolívar 285. j portazgo, infan-
pifiar 1202. ¡ plegó 462. I ta z g o i 73.
pilar 905. pocaza 191 y 197. • porra (ir únoá la)
pilón 905. pocilio 897. 57° ;
piloro 394. podrir 441. por sietnpre jamás
piloto (pez) 679. poli 95. • 5^7-
pormenorizar 912, castellana anti- que (en oficio de
pos, post, 43. g u a 174, 178, conjunción) 241.
poste 315, 180. 184. que (deductivo ó
pozo 355- pronunciación de silogístico) 242.
prático 168. las diversas len­ que (con la locu­
pre 44. guas 1273. ción causal por
predicador 947. prospecto 1263. dónde) 243.
prefijo 5. proto 96. que (su corrup­
prefijo mi 8. p s e u d, pseudo ción) 245.
prefijos 9. 97-. q u e (cuándo es
prefijos negativos pudrir 441. relativo y cuán­
y privativos 30. p u e r c o-e s p í n do c o n j u ntivo)
prendedor 913. (pez) 679. 246. 247, 248.
preposición elidi­ puesia 1266. que ( construido
da con las voces pueta 1266. con el adjetivo
tiempo, día, mo­ pulguiento 1222. s listan ti vado
mento etc. 239, pulpería 631. otro) 250.
prestar 533. pulsar 537. que ( construido
prestid i g i t a d o r pulsear 537. con la preposi­
9 H-. pulla 1223. ción de) 555.
prestigiador 914. pulla r 1223. que (elidido) 255.
presupuestar 496. pundonor 306. 257-
pretencioso 1221. puntadas 1224. que ( por como )
preter 45. puntar 537. 265.
pretérito inperfec­ puntear 537. que (tachado ■erró-
to 475- puntilla 1225. neamente d< ga-
pretil 915. puntilloso 422. licismo por Ba-
pringamoza 916. p u n to de vista ralt) 25. I-
privativos y ne­ (bajo el) 550. que(por la con
gativos (prefs.) puntualidades 333 junción i) 261.
29 y 30. puñalero 1226. que qué 262
pro 46. p u r - r i o , purria qué eran los pre-
probar 536. 1227. fijos, 6.
p r o b e / . a 191 y puta (etim.) 604. • que varilla! 506.
198. que ( galicismos 1 quebrará■; á uno
pronunciación de la cabeza 558.
la // 179. quedarse una co-
pron u n c i a c i ó n 244. j* mi endo pavo 570
quedar ímo zapa­ realero 570. | se, etc. 478.
tero 570. reaparecer 529. • reírse 476.
querrequerre 9 17. reasumir 514. 1 rejender 220.
quien con chicos rebanar 490. relaciones de cau­
se acuesta, apes­ rebote 771. sa 237.
ta 570. rebudiar f 105. relaciones de lu-
quimbombó 918. i rebul icio 191, 194 gar 234.
quinqué 1227. y 1230. relaciones de mo­
quiro 98. rebuznar 1105. j do 23Ó.
quisto 487. : recibir á úno con ¡ r e l a c i o n e s , de
r y s dobladas cu a t ro piedras i tiempo 235.
í 69. a/o- relinchar 1105.
rabón. 919. recién 284. remarcable 1232..
rabopelado 920. ; r e d o m a 644. remendón 1232.
r a e r ( conjuga­ | redondillo 1231. ; remojo 923.
ción ) 437. ¡ reescribir 482. renove 462.
raíz 1. relación 349. i r e p a n t i n garse
raíz de mato 921. refilón (dej 422. | 1233-
rajuñar 1228. refirmar 522. I replantar 537.
rampla 1229. reformas propues­ replantear 537.
rancho 408. tas por Capma- repolludo, da 388.
raí 140 1229. ny, Helio y G ar­ reponga (no me)
rasca 922. cía del Rio 17 r y ¡ 456-
rascarse 922. 172. repórter 1234.
rascadura 1228. refranero 430. repuesta 168.
rasgar 1228. refranes, frases y requeneto 1187.
rasgar 537- m o d i s m o s co­ res 48.
rasguear 537 y munes en Viene- \ rescoldo 602.
! 228. zuela 570. j respingo 422.
raspón 1228. refranes españo- ¡ restar r 235.
rasqueta í 228. les más usados restituido» 187.
rasquetear 1228. en Venezuela y restituir y devol­
rastaqouere 1229. que no constan ver 491.
rastrillear 1149. en el Dicciona­
restregón 422.
ratón 734. rio 57 t.
rayano á 275. régimen de pre-1 resumir 514.
re 47. posiciones 541. j retaliación 1236.
real 361. regresarse, osar- ¡ retraer 529.
re t r o p r ó x i m c> rosado ( caballo ) sebucán 1041.
123Ó. 428. secretar 537.
revancha 1237. rosalero, ra 396. secretear 537.
reverbero 924. roznar 1105. secundar 1167.
revés 422. ruano 428. j s e i b o ó saibó
revolar 537. rucio rodado 428. 1245.
revolear 537. rudimentario 125. seido 187.
revoletear 12 38. s. y r. dobladas se metió de mon­
revoltijo 422. 169. ja ó á monja
revoltina 422. sabana 411. 289.
rezadero y rezan­ saboreo 930. ¡ sernos 187.
dero 226. sacar cera 832. j sendos 406.
Ribas 425. sábeos 1271. ; seno 422.
ribazón 925. sal de urao 931. | sentir úno la hu­
rima de b y v salió de Presiden-! medad 570.
1268. te 290. | señas 226.
rima de .r y z salir uno con las j señó, seña 1263.
1267. costas en las cos­ señora (mi) 384.
riñón 621. tillas 570. señorejo 369.
ripio (etim.) 625. salpullir 1243. sepultar 523.
Rivas, Riva 425. salpullo j 243. ser (estar, perma-
riyó, riyera, etc. saltar 537. n e c e r, haber)
442. saltar (á las na­ 474-
rocear 1092. rices) 4S9. ser ( ac ón t e c e r)
rochela 926. saltear 537. 239-
rochelear 926. saludes 410. ser úno el primer
rochelero 926. sancocho 208 y chicharrón 570.
rodar la guayaba 209. ser úno el pollo
1008. sánduich 1242. pelón de la fami­
roer (su conjuga­ San S a n t i a g o lia 570.
ción) 438. 341- ser úno un guabi­
l'° ] 335- saporreto ! 242. na 587.
rolo i 240. sapotero 932. ser úno un hom­
romanilla 928. sarapia 933. bre c u a d r a d o
romo, rom 927. sarpullado 1243. 570.
roncar 1105. sarpullo 1243. ser úno un caimán
ropilla 1241. satrapía 933. 570.
roque 635. satisfaceré 480. ser úno un mas­
carón de proa siraguo 428. Tainayo 424.
572. sirviente (la) 414. tanque 400.
ser uno un mo­ so, son, sos, 50. tan malo ó más
chuelo 842. soaré 1247. que el otro 265.
ser uno un Juan sobre (pref.) 51. tantear 1249.
Bimbe 570. sobrepelliz (etim.) tanto más cuanto
ser úno un Juan 647. que 263.
Lanas 570. solver rapé 502. tañió 445.
ser una gallina ó soneto 1269. tapara 1042.
una bestia 301. s o n s e r a, sonso taparo 1042.
serafines 1246. 1 2°5 • tara 936.
seringa 934. s o r b e t e (etim.) tarajallo 1249.
serujano ó suru- 613. taravilla (e t i m .)
jano 191 y 199. sordo como una 616.
si que (como con­ tapia (estar úno) tarraya 1250.
junción) 231. 572- taza 395.
si al caso viene sota (pref.) 52. te se, me se, 2 13.
23°- su, sub, sus. 53. tejar 530.
si así escupe quito subir arriba 276. tele 99.
el baile 570. sucucho 423. tembleque. 1250.
significancia
O 226. super 54- temperar 938.
sílabas largas y supresión de le­ templar 466.
breves 1271. tras antiguamen­ tener úno el col­
silbar 1105. te 166, 168 y mi l l o ahumado
silepsis con nom­ 169. 570-
bres colectivos surujano ó seru- tener úno la cara
ra­ jano 191 y 199. amarrada 665.
silla de g i. n e t a suscepti bi 1 i d a d tener úno la len­
559- 374- gua de cabecera
si mu lacro 379. susceptible 1248. 570-
sin (pref.) 49. ¡ tabaco 949. tener lugar 540.
sin (diverso carác­ i taburete 935.
ter del pref.)' 49. tacamahaca 1042. t e n e r úno más
sinificación 168. tacha (etim. ) 647. puntas que un
s i n v e r g ü e n z a | taita 399. cabestro de cer-
.1071. 11 a 1 a d r o (etim.) da 570.
sin v e rgüenzura 599- tene-te 1252.
107U talisayo 428. tenida 1251.
tente--en--el-ai-re toda vez q u e . . . . tratar á úno como
901. 562. á palo de ma­
teo 100. todavía (siempre) raca 570.
teque (orig. del 226. tra y 1266.
voc.) 587. tomate 1043. tra ya :9o.
tequiche 937. tomuza 942. traza 944.
ter, tere, tri, etc., tontón 422. tr i h e m im e r i s
102. tordo 428. 1271.
terecay 1043. tormentado!* 226. trinquis 422.
termo 101. tornar 537. t r o c a i c a (sec­
tetra 103. tornear 537. ción ) 1271.
tibiar 938. torosy vacas trocar 466.
tibiera 1253. (colores de) 428. troja 22ó.
tiempo será que torreja 1257. trompada 945.
239. torrezna 1257. trompeta 362.
t i e r r a s d e riego totuma 1044. trompetero 946.
122,9- trabajar (e t i m .) tropezoso 33.
tijereta 939. 611. trompón 1260.
tina 940. tragarse úno la troque 470.
tinajero 941. guayaba 1008. trotero 946.
tinajón 941. tragarse úno la trozo 1260.
linazas 226. píldora 570. trueno 734.
tincar 340. tramojo 1258. trujo, etc. 18S.
t i r a r por mam­ tranca 943. tucuso 1045.
puesto 554. trancarse 943. tucusito 1045.
tirar puntas 570. transar 1259. tiid. etc. (desinen­
tirarse uno de es­ transflorar 537. cias) 155.
paldas 570. transflorear 537. túnico 1261.
tiroteo de cohetes t ransposi ci ones tuñeco 1261.
.1254. arbitrarias 481. tupido 948.
tiseras 226. trans, tras, tra, 55. turca 570.
ti tí 1049. trapo (etim.) 606. turpial 1046.
titiritar 1254. tras 302.
tusa 949.
trastabillar 218.
tiz 1255. ualla (term. ) 117.
tratamientos 293.
tobo 1255. tratar con doblez uble (term.) 126.
tocata 422. y tratar la doblez udo, uda, (terms.)
tocón 776. 3ro- 156.
ullo, ulla, (terms.) Juan 317. viable 1263.
157- verbo (futuro) 434 vicario 58.
ultra 56. v e r b o (perfecto vice, viz, vi, 57.
una poca de agua anduve) 436. vigüela 176.
226. verbo (inperfecto virote 950.
un no sé qué 259. en id) 435. vituallas 336.
uno. una (terms.) verbo ser cons­ viudita 951.
158. truido con pre­ vocablos indíge­
uno de los que posición 238. nas 956.
dijo (soy) 510. verbos ( infiniti­ vocerrón 1263.
uña (coger úno vos) 473. volar 537.
un trompo en la) verbos usados co­ volear 537.
5/0- mo r e f l e x i v o s voro, vora, (term.)
ura (term.) 159. 476 á 479. ióo.
nsma (term.) 117. verbos en ar y voquible 226.
liza (term.) 117. en car 537. voy á donde el
vacar 537. verbos en iar, en talabartero; lle­
v a c i a r y. otros uar y en eir gué donde las
verbos 538. (su acentuación) Pérez 278.
vagón 371. 53.8. voznar 1105.
vais 449. verija 418. x ( p erm 11 ta d a
vale 1262. verle'úno las pa­ por j.) 27.
valiza 636. tas al caballo Ya-acabó 952.
vaquear 537. 570. y agrumo 10497
varar 537. versos compues­ yámbico ( verso )
varear 537. ; tos 1271. 1271.
variación de los versos de más de yambo 1271.
vocablos 539. ca to r c e sílabas .}'are 1047.
váyais 449. 1271. yerto 358.
vendimaestre 359. versos duodecasí- yo soy úno de
venduta 359. labos 1274. los que dijo 510.
vendutero 359. v e r s o s simples yo soy quien lo
v e n e z o lanismo 1271. digo ó lo dice
649 y 650. versos enneasíla- 5ii-
venezolano 870. bos 1275. yo, tú (sus plu­
venir 230. veruta 1263. rales) 293.
venturanza 380. vetuto ó betuto yuca 1048.
veranito de San 964. yuruma 1049.
za (pref.) 59. ción) 59. zarandearse 9

«■./i
Ol
zamarro 953. zapato (etim.) 603 zarandeo 955.
zamuro 954. zapear 537. zoo 104.
zancón ti 79. zaperoco 1263. zorocho 1263.
zapar 537. ‘ zaramullo 1147. zumbar 1105.
zapata (su forma­ zaranda 955. j zutanejo 329.
ERRATAS NOTABLES

la página H» línea 26, donde dice ¿ . 7 w / , case kvplmlé.


“ 16 ‘; 16 11 11
m ili merlo milímetro.
“ 30 “ 10 11 ii
más mas.
33 “ 20 i.; 11 unir, ovnis “ rnirr ováis.
“ 41 il 23 ii 11
añuda) “ anudar.
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cjuiéu “ quién.
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a “ á.
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108 “ 29 11 it
Río de Galuche “ Río Catuche.
“ (i 129 , 1 2f) y 33 “ Justo Rufino “ Rufino José.
“ 16 171 12 11 ti
el quiso ;i él quiso.
“ <4 i 75 “ 28 11 11
del guerra “ de guerra.
“ i 95 “ 19 it ii
l ’arú “ Perú.
“ 210 “ 29
11 11
haxix ismaelita “ haxix, ismaelita.
i.
216 “ 12 “ ' “ asno y asno “ asno y asna.
ti 227 balanceo balanceos.
“ Si 19 *• “


44
242 “ 2S 11 |tarace me :: pa réceme.
44
243 li 4
it 11
Diez y no Diez “ Diez y no Diez.
“ “ 272 “ 5
1. ti
(1¡clástico “ didáctico.
44
273
1. 3 I 11
funesta hazaña . “ funesta saña.
282 “ r> 11 ti
de otros “ de otras.
44
331 • • 23 ti 11
con ella “ v tampoco con
[ella.
*•
44
334 28 11 11
ó pedir prestado “ y pedir prestado
íí 44
347 9
ii 11
y si “ y si.

353 “ 10 11 11
gi nele “ jinete.
“ ‘ V 400 “ 28 11
significativas “ significativos.
“ “
4*9 3°
<1
elimalogía •• etimología.

44
473 0 “ denominan á varias denominan
[varias.
“ “ 4S0 :i ,7 “ que por •• porque.
485 - 25 11 1.
preposión “ preposición.
44
489 7
11 u
V ie r e “ pero.
495 •• 1

garza blanca la garza blanca.

( 4
5° * i¡ 4 11
hospial “ hospital.
“ i( 534 28 «1
sv.blija pe “ su fija pe.
“ 557 •• 19 11 it
adobatas adobadas.
11 44
55S 23 11 11
utenslios utensilios.

559 “ 3°
11 sobrecari sobrecarta.

44
5% “ 2 0
ii ii nuije “ muge.
“ “ 672 23 11 tt
porqe “ porque.
l'ÁfSIN'A

P ró lo g o ....................................................................... VIL
Capítulo primero. Prefijos y Sufijos . . . . . . j
« II. Ortografía y Ortología. Voces
arcaicas . : ............................. 24
■( III. Partículas. Artículos y Pro­
nombres ..................................... 57
'< IV. Sustantivos y Adjetivos . . . 141
V. V e r b o s ........................................ 257
•( VI. Frases, Modos adverbiales.
Modismos y Refranes . . . . 341
«• VII. E tim o lo g ía s............................... 39S
«t VIII. Venezolanismos........................... 454
n IX. Vocablos indígenas.................. 531
.< X. Barbarism os............................... 556
■i XI. Algo sobre versificación . . 615
A p én d ice................................................... • . . . . 666
índice alfabético....................................................... 6Sr
E rra ta s....................................................................... 70.S
Acabóse de imprimir este libro,
corregidas las pruebas tipográficas por Antonio José Calcano Herrera,
en Caracas, en casa de Elíseo de Aramburu y Ca.,
e! 29 de mayo de 1897.

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