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Las políticas públicas en general y las educativas en particular no son ajenas a este
mecanismo, sino que ambas fueron dando respuestas a este colectivo desde los modelos o
paradigmas de cada momento histórico.
Lo que no encontramos casi (entre muchas otras cosas) son estudiantes con
discapacidad. Curioso, ¿no?
Según las estadísticas, el 10% de la población de 6 años y más tiene algún tipo de
discapacidad1. Entonces, es esperable que en un grupo de 30 estudiantes existan 3 de ellos
con alguna discapacidad. Sin embargo, sabemos que esto no es así: encontrar estudiantes
con discapacidad sigue siendo la excepción y no la regla.
Los motivos de esto son múltiples; en esta clase haremos un recorte de aquellos
aspectos (aunque no de todos) que se ponen en juego en las instituciones educativas y en
nuestra práctica docente.
1
https://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/publicaciones/estudio_discapacidad_2018_b1.pdf
Normalidad en el comportamiento
La normalidad de un comportamiento está vinculada a la conducta de un sujeto que
no muestra diferencias significativas respecto a la conducta del resto de su comunidad. Que
los hombres usen falda puede formar parte de la normalidad de ciertas regiones de Escocia,
pero resulta anormal en muchas otras sociedades, por ejemplo.
No hay que olvidar, de todas formas, que la normalidad tiene una gran carga de
subjetividad y está vinculada a la condición social, la edad y otras cuestiones.
¿La pandemia de COVID-19 hizo que utilizar mascarilla o barbijo constituya una
nueva normalidad en todo el mundo? Es interesante pensar cómo se construye la
normalidad (y no es algo dado) como serie de cuestiones educativas pasaron a considerarse
"normales" cuando antes no lo eran. Por ejemplo, las clases sincrónicas y asincrónicas,
recursos digitales, criterios de regularidad, promoción y acreditación… ¿Ser docente y dar
clase es igual en la pos pandemia?
¿Qué mejor para un niño discapacitado que estar con otro niño discapacitado?
¿Ambos tienen los mismos problemas, tiempos, posibilidades? En esta concepción imperaba
el supuesto de que una vez que se rehabiliten lo suficiente, es decir, se adapten al medio
social y educativo en términos de ser, estar, y hacer como las demás infancias, podrán estar
con ellas.
Esta idea de rehabilitación como requisito previo para poder estar en sociedad, de
lograr corregir el defecto, la anomalía, el retraso, garantizaría que el sujeto esté “en
condiciones” para estar en sociedad. Mientras tanto, por su bien y el de los demás, era
mejor que su vida transcurriera en otros espacios.
Cuánto de correccional, de Patronato de la infancia, hay en estas ideas médico
pedagógicas que fundan la educación especial, ¿verdad?
¿Acaso lo primero que se dice no es que ese estudiante no puede como el resto?
¿Que no es su lugar, que atrasa a los demás? ¿Que debe tener algún problema y se pide el
diagnóstico como si este nos determinara pedagógicamente? ¿Y acaso no se pide aún que
intervenga educación especial, para “derivar” a estos estudiantes?
En esta clase abordaremos los dos primeros modelos; el modelo social, que ya hemos
mencionado en la clase anterior, será retomado más adelante, en la Clase 4.
1. Modelo de la Prescindencia
Las características o presupuestos esenciales del modelo que se denominará de
prescindencia son dos.
Por un lado, la discapacidad tiene una justificación religiosa. Bajo este pensamiento
se sostenía que las causas que dan origen a la discapacidad son religiosas: un castigo de los
dioses por un pecado cometido generalmente por los padres de la persona con
discapacidad, o una advertencia de que la alianza se encuentra rota y que se avecina una
catástrofe.
Las respuestas sociales durante este modelo para con las personas con discapacidad
fueron objeto de un doble tratamiento. Por un lado del trato humanitario y misericordioso
que inculca la caridad cristiana y, por otro, un tratamiento cruel y marginador, originado
como consecuencia del miedo y el rechazo.
2. El modelo de la Rehabilitación
La autora sostiene que las causas que se alegan para explicar el nacimiento de una
persona con discapacidad son científicas, con posibilidades de ser consideradas
modificables.
Durante este periodo histórico gran parte de los niños, niñas y adolescentes con
discapacidad sobrevivieron o tuvieron una mayor probabilidad de supervivencia, ya que se
buscó la recuperación de la persona. La educación especial, nacida con esta matriz, se
convirtió en una herramienta central e ineludible para el abordaje educativo de las personas
con discapacidad, en tanto camino de recuperación o rehabilitación. La pedagogía
ortopédica y la terapéutica son dos ejemplos de este modelo.
Actividad optativa :
Este último punto, junto con el primero, resultan muy interesantes para el análisis
que venimos desarrollando. Podríamos pensar que, en cierta forma, los estudiantes que al
mismo tiempo están y no están en la escuela. Tanto su educabilidad como su permanencia
en el aula común dependerá de su tratamiento. Esta sospecha sobre la educabilidad de las
personas con discapacidad, llevó a desarrollar una propuesta educativa que durante este modelo
actuó en forma paralela al conjunto del sistema educativo..
Cada cual en su lugar
Todas estas respuestas pedagógicas se deben, según las autoras, a la existencia de espacios
educativos donde predomina “la selección, la clasificación, la jerarquización de los
alumnos desde la perspectiva estadística, y se llega hasta su expulsión del circuito
educativo normal”. (Rendo y Vega:2006:98)
En el mismo capítulo, la autora cita a Skrtic (1991) afirmando que: “los alumnos con
necesidades educativas especiales son el fruto del curriculum tradicional, de la forma de
organizar las escuelas y la enseñanza bajo el mito de la homogeneización”.
Claudia Werneck (2005) en su Manual sobre Desarrollo Inclusivo para los Medios y
Profesionales de la Comunicación, presenta la idea de “ciclo de invisibilidad”. Con este
concepto intenta explicar cómo las personas con discapacidad son excluidas de la vida social,
y se las margina a la pobreza.
El cuadro presentado bajo la denominación Ciclo de invisibilidad, está conformado por 5 cuadros de textos que se conectan formando
un círculo donde el último cuadro se vuelve a conectar con el primero formando el ciclo y volviendo a empezar. Los cuadros tienen los
siguientes textos: 1. Las personas con discapacidad no consiguen salir de casa, por lo tanto, no son vistas por la comunidad; 2. Por no
ser vistas por la comunidad, dejan de ser reconocidas como parte de ella; 3. Por no ser reconocidas como parte de ella, garantizar el
acceso de las personas con discapacidad a bienes, derechos y servicios no es considerado un problema que la comunidad deba
enfrentar y solucionar; 4. Sin tener acceso a bienes y servicios, no hay cómo incluirlas dentro de la sociedad; 5. Una vez excluidas de la
sociedad, siguen invisibles, y sometidas a constante discriminación.
Como consecuencia de este ciclo, los trayectos vitales y las expectativas resultan
acotados, invisibilizados y ello conlleva a contar con escasas posibilidades de tomar
decisiones acerca de su propia vida. Esto se pone en juego especialmente en las personas
con discapacidades intelectuales ya que, por su compromiso cognitivo, este suele ser el
primer motivo de anulación subjetiva.
¿Si en lugar de pensar que no pude, que no nos formamos para esto, que le
corresponde a otros abordar esta situación educativa, nos animamos al desafío de asumir la
responsabilidad de nuestro rol, de pedir acompañamiento, de trabajar con otros y otras que
tengan una finalidad en común?
Quizás si en lugar de excluir aquello que nos genera ruido, miedos o nos hace sentir
en falta, abrimos las puertas de nuestras escuelas y damos la bienvenida a todos y cada uno
de los y las estudiantes que forman parte de nuestra comunidad educativa, seguramente las
respuestas pedagógicas que encontremos serán otras
Actividad obligatoria
Actividad obligatoria:
Bibliografía de referencia
De la Vega, E. (2015) Anormales, deficientes y especiales. Genealogía de la educación
especial. Buenos Aires: Noveduc.
Devalle de Rendo, A. y Vega, V. (2006) Una escuela en y para la diversidad. Buenos Aires:
Aique.
Lus, M. A. (2008) “La educación especial en nuestro país”. En: De la integración escolar a la
escuela integradora. Buenos Aires: Paidós.
Terigi, F. (2010) “Las cronologías de aprendizaje: un concepto para pensar las trayectorias
Werneck, C. (2005). Manual sobre Desarrollo Inclusivo para los Medios y Profesionales de la
Comunicación, Rio de Janeiro: WVA.
Créditos
Autores: Moyano, A. y Mantovano, D.
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