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EL AVAL

Naturaleza jurídica

Las legislaciones comerciales establecen una serie de garantías para el cumpli-


miento de las obligaciones incorporadas en los títulos-valores. Una de ellas, que
ya estudiamos, consiste en la llamada firma por acomodamiento, consagrada en
nuestro Código de Comercio en el art. 639 y que aplican países como Inglaterra y
los Estados Unidos. Hay otra garantía, denominada el aval, que obedece a tres
sistemas distintos: el francés, en el cual se toma como una especie de fianza
sujeta a condición o plazo y en la que el avalista puede oponer a la acción del
acreedor cambiarlo, el beneficio de excursión (Chile, Paraguay, República
Dominicana); el inglés o angloamericano, en el cual el aval se toma como un
endoso y el germano-italiano, seguido por Colombia y algunos países de América
Latina, en el que el aval realmente es una garantía típica y exclusiva de los títulos-
valores.
Para asegurar el pago de obligaciones existen garantías de tipo real o personal; a
las primeras pertenecen las hipotecas y las prendas, mediante las cuales se grava
una cosa, para el caso de no ser satisfecha la obligación principal, cobrarse por
medio del bien gravado. De las segundas, hacen parte la fianza que garantiza el
cumplimiento de una obligación personal para el caso de no hacerse efectiva;
igualmente los seguios de manejo que garantizan el buen aprovechamiento del
anticipo, la estabilidad de la obra y el cumplimiento de las obligaciones de un
contratista, el cual previamente a la celebración del respectivo contrato ha suscrito
este tipo de seguros.
El aval constituye una garantía diferente a las expuestas en el párrafo anterior:
es objetiva, autónoma, típica cambiaría y abstracta:
1. Objetiva
Con el aval se pretende, única y exclusivamente, asegurar el pago de la obligación
cambiaría, vinculando al título valor, por lo general, a una persona de reconocida
solvencia económica para brindar confianza a los adquirentes en la circulación del
título. Se asegura el pago frente a cualquier tenedor del título valor. Inclusive en la
circunstancia de resultar nula la obligación de la persona avalada, no por esto el
avalista se exime de la obligación de pagar el título.

2. Autónoma
Las garantías reales o personales se hacen exigibles sólo en caso de
incumplimiento de la obligación principal; en el aval ocurre cosa distinta por cuanto
la obligación del avalista es tan principal o se encuentra en el mismo grado
respecto de su pago como las de los obligados principal o de regreso, de tal suerte
que el tenedor de un título valor avalado, puede dirigirse indistintamente contra
cualquiera de los signatarios: El girado, el otorgante, los endosantes o los
avalistas de unos u otros o si lo prefiere sólo en contra de uno o alguno de los
avalistas, excluyendo los demás obligados. En ningún caso el avalado podrá
adelantar acción cambiaría contra su avalista.

Otro aspecto de la autonomía del aval estriba en el hecho de que si la obligación


del avalado se invalida por cualquier causa, la del avalista conserva plenamente
su eficacia de acuerdo con/lo dispuesto en el art. 636. En el aval no se aplica el
adagio latino, que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, como sí ocurre
tratándose de hipotecas, prendas y fianzas en los que de extinguirse la obligación
principal, igualmente fenece la garantía.

3. Típica cambiaria

Quiere decir que sólo se puede concebir el aval en relación con títulos-valores,
sea que se trate de títulos de contenido crediticio (letras, cheques, pagarés,
facturas cambiarías, bonos de prenda, bonos), de tradición o representativos de
mercaderías (carta de porte, conocimiento de embarque, certificado de depósito) o
corporativos o representativos (acciones); en la práctica puede pensarse que el
aval se presta tan sólo respecto de los primeros, lo cual no es cierto, por cuanto en
los representativos de mercaderías en caso de que el título sea rechazado, el
avalista debe responder al pago del precio de las mercaderías; si son títulos
corporativos no es extraño que en los bonos, su emisión se encuentre avalada por
un establecimiento de crédito, garante de las obligaciones de pago del capital y
sus intereses a cargo de la sociedad emisora.
Si se avalan documentos cuya naturaleza jurídica es diferente a la de los
títulos-valores, estaríamos frente a un aval inexistente.

4. Abstracto
Es abstracto porque se independiza de la causa que le dio origen o sea de la
relación jurídica fundamental.

Puro y simple.

Obro por aval de xxxxxxxxx firma

Un firma impuesta en el titulo valor que no tenga ninguna otra categoría, se


entiende que es aval.

No es del deudo, no es del acreedor, no es de un deudor solidario,


Esa firma es de un aval.
Aval en principio debe estar en el mismo titulo (literalidad) nada impide que un aval
se imponga en otro documento, que tendrá por obligación permitir que se
relacione,

TV.

Abonos, pago de intereses,

Aval:

anota
Concepto y características

El Código de Comercio, al referirse al aval en los arts. 633 a 638 no da una


definición de él, lo que si hacía el antiguo Código de Comercio en su art. 807 al
decir que: el aval es un acto escrito en virtud del que un tercero extraño a la letra
de cambio afianza solidariamente el pago de ella, en los términos y bajo las condi-
ciones allí expresadas o en los que nuevamente se estipule. Concepto que
entendía el aval como una fianza, aplicable a la letra de cambio y prestada por un
extraño y no como es en la actualidad, una garantía especial y objetiva, aplicable a
todo género de títulos-valores y prestada por un extraño, al título o por una
persona ya vinculada cambiariamente al mismo».

A continuación daremos una definición que trate d6 reunir las características


propias de esta garantía. Así, tenemos que el aval es/un acto jurídico unilateral, en
virtud del cual una o varias personas garantizan en forma objetiva, escrituraria,
pura, simple, total o parcial y mediante sus firmas, el pago de una obligación de
personas determinadas o no vinculadas cambiariamente en un título valor.

1. Es un acto jurídico unilateral


Por cuanto depende de la manifestación de voluntad de una persona, el avalista,
quien puede ser un extraño o un vinculado cambiario en el título valor en calidad
de girador, girado, otorgante o endosante; declaración de voluntad hecha
mediante la expresión por aval o en garantía o a través de otra equivalente como
aval o el presente título, garantizo la obligación cambiaría contenida en este título,
etc. (art. 634). De faltar esta expresión, la sola firma puesta en el título valor a la
cual no se le puede atribuir otra significación, se tiene como firma de avalista; a
este último aspecto nos referimos en el literal c) de este numeral.

2. Debe constar por escrito


En este sentido no se conciben los avales verbales, pues el aval siempre debe
constar por escrito; en nuestra legislación se admiten tres formas escritas de aval
a saber:
 En el mismo título valor. Esto ocurre cuando el documento ofrece espacio
físico para escribir la nota necesaria sobre el aval.
 En hoja adherida al título. Esta forma constituye al igual que la que veremos
en el punto 2.3, dos excepciones al principio consagrado en el art. 625, en el
sentido de que la obligación cambiaría deriva su eficacia de una firma puesta en el
título valor y de la entrega con la intención de hacerlo negociable de acuerdo con
su ley de circulación; en esta forma la firma no se coloca en el mismo título valor
por faltarle espacio físico para ello, sino en hoja adherida a él, permitiendo que
entre uno y otro documento exista conexidad y puedan negociarse conjuntamente.
 En documento separado. El art. 634 exige que en el escrito contentivo del
aval se identifique el título al cual pertenece, es decir, que se vea en forma
inequívoca a qué título valor se refiere dicho aval; fundamentalmente, el aval en
documento separado se presenta, cuando el avalado se encuentra en lugar
diferente de donde se halla la persona que va a prestar el aval.
La modalidad que estamos viendo se presta para que antes de la emisión del título
valor se otorgue el aval, identificando plenamente las características del título
objeto de emisión posterior, tales como el número, serie, monto, término de
vencimiento, etc. (aval pretérito), o puede coexistir con el giro del título (aval
presente), o darse después de ser emitido un título valor a favor de uno de los
endosantes (aval futuro).

Hay quienes no están de acuerdo con este sistema, debido a que le hace perder al
título valor, su unidad, en la literalidad y además viene a convertirse en una
garantía de la obligación de una persona determinada y no en una seguridad para
el pago, como es su esencia.

Si en el documento del aval no se identifica plenamente el título valor cuyo pago


se avala, debe considerarse aquel como inexistente. Por último, la negociación del
título valor implica la del documento separado en donde se contiene el aval.
3. Firma de avalista
El avalista es la persona que, de acuerdo con el art. 634 debe estampar su firma
en el escrito en que ha constituido el aval. Sin la firma del avalista no podemos
hablar de aval, lo que significa que la expresión del nombre o apellido del avalista,
o de algunos de sus elementos o un signo o contraseña que utilice para
identificarse, constituye requisito esencial del aval. Pero, ¿qué persona puede
firmar como avalista? Nuestro Código de Comercio no dice nada al respecto,
luego hay que interpretar las normas en el sentido de que pueden firmar como
avalistas un tercero o alguna persona vinculada cambiariamente con el título valor.
En el primer caso se trata de una persona extraña a la relación cambiaría, de tal
forma que con el aval se vincula una persona nueva dentro del instrumento. En el
segundo, necesariamente se trata de alguien que ya ha firmado o ya
está/vinculado cambiariamente al título valor, como cuando un endosante/avala
con su firma a otro endosante, o un endosante avala al girador, librador o
aceptante de un título valor. A su vez, una persona o varias, pueden avalar a un
vinculado cambiario (aval singular activo, aval plural activo o coaval activo).

Ya hemos dicho que el aval se produce por medio de la expresión por aval, en
garantía u otra equivalente, además de la firma del avalista; sin embargo, se dice
que la sola firma puesta en un título valor a la cual no se le pueda dar otra
significación, se tiene como firma de avalista; en este sentido hay que tener
cuidado porque una firma de avalista se puede confundir con la de un endosante
en blanco, por lo que en la práctica siempre es recomendable que la firma del
avalista vaya al lado o al pie de la del avalado, cuando por algún olvido se omite la
expresión comentada.

4. Indicación del nombre del avalado


De conformidad con el art. 637, el avalista debe indicar el nombre de la persona
cuyo pago se garantiza con el aval, so pena de garantizar las obligaciones de
todas las partes en el título.

En las legislaciones mexicana y argentina, a falta de indicación del nombre del


avalado, se entiende que el avalista garantiza el pago de la obligación de la
persona que al pagar libera mayor cantidad de obligados, por ejemplo en una letra
de cambio la de su aceptante. A nuestro modo/de ver, la legislación colombiana es
más favorable al avalista que paga en este caso, por cuanto puede repetir contra
cualquiera de los obligados cambiarios en el título valor.

El avalado puede ser un obligado de regreso o endosante (aval de regreso) o el


obligado principal (aval directo); a su vez el avalado puede ser una persona o
varias (aval singular pasivo, o aval plural pasivo).

La importancia de indicar el nombre de la persona avalada, radica en el grado de


responsabilidad adquirida por el avalista en relación con el pago del título valor a
su tenedor, ya que del nombre del avalado en el evento de pago por el avalista,
depende del número de los liberados de esta obligación; así, si el avalista de un
endosante paga, se liberan los endosantes posteriores únicamente y si el que
paga es el avalista del aceptante, se liberan todos los endosantes posteriores.

5. Debe ser puro y simple y puede ser parcial


Cuando decimos que el aval debe ser puro y simple queremos decir que no puede
estar sujeto a un hecho o acontecimiento futuro, incierto, esto es, no puede
depender de una condición ni tampoco del transcurso del tiempo o plazo. Cosas
distinta es que en el aval se estipule el plazo que tiene el título valor para el
vencimiento, para realizar el protesto por falta de pago, pues dado que el aval
garantiza el pago de los derechos incorporados en el título valor puede nacer
antes del vencimiento o después, siempre y cuando no se haya protestado por
falta de pago o no haya vencido el término para realizar el protesto.

Ahora bien, cuando se habla de que el aval puede ser parcial es porque el mismo
art. 633, en concordancia con el art. 635 lo autoriza, pero tratándose de garantía
parcial en el aval la cantidad garantizada debe indicarse en el mismo título valor,
so pena de que se garantice o se tome como garantía la totalidad del importe de
instrumento (art. 635). Cuando se garantiza la totalidad del importe de los
derechos incorporados en el título valor, es facultativo del avalista expresar la
totalidad en el instrumento o no indicarla (aval total).

En la práctica no es recomendable constituir un aval parcial por cuanto:


 Contradice lo estipulado en el art. 636, en el sentido de que el avalista se
obliga en los mismos términos del avalado, pero si aquel se obliga por cantidad
menor, su obligación no es en los mismos términos del avalado, por lo que la
expresión de la norma debía ser en el mismo grado del avalado y,
 Si el avalista paga, el tenedor del título aún lo conserva, careciendo aquel de
las acciones cambiarías para recuperar lo pagado, en contra de los signatarios
anteriores y de su avalado.

Efectos del aval

Los efectos o consecuencias del aval tienen relación principalmente con dos
aspectos, uno el grado cambiarlo en que se obliga al avalista, según los arts. 636
y 637 y otro con fundamento en el pago hecho por el avalista de acuerdo con el
art. 638 del mismo estatuto legal.

1. En cuanto al grado cambiarlo en que se obliga el avalista


Dice el art. 636 del Código de Comercio: el avalista quedará obligado en los
términos que corresponderían formalmente al avalado y su obligación será válida
aun cuando la de este último no lo sea y el art. 637 expresa:
En el aval debe indicarse la persona avalada; a falta de indicación quedarán
garantizadas las obligaciones de todas las partes en el título.
La primera norma se aplica a aquellos casos en que se indica el nombre de la
persona avalada, caso en el cual el avalista adquiere la misma responsabilidad
cambiaría de su avalado, frente al tenedor del instrumento; así, si avala al
aceptante de una letra de cambio o al otorgante de un pagaré o al girador de un
cheque, se aplican en su favor los términos prescriptivos a que se refieren los arts.
789 y 730, igualmente las formas de interrupción natural o civil de la prescripción,
los términos de caducidad previstos en el inciso 1° del art. 729; ahora bien, si el
avalado es un endosante, el avalista estará obligado únicamente frente a los
signatarios posteriores del título y a su tenedor, y tendrá los mismos derechos del
avalado a saber: gozará de los términos de prescripción previstos en los arts. 790,
791 y 730 y los de caducidad previstos en el inciso 2° del art. 729. Aspecto que
trataremos al hablar de la acción cambiaría.

En el caso de ser avalado un endosante sin responsabilidad, es de advertir que el


avalista no adquirirá responsabilidad alguna, por cuanto el art. 636 indica que su
obligación la adquiere en los mismos términos del avalado, no en el mismo grado
de responsabilidad que debería ser lo correcto, convirtiendo el aval en inocuo.

Por último, el art. 636 resalta que si la obligación del avalado se invalida por
cualquier causa, la del avalista conserva plenamente su eficacia.

En relación al art. 637 sólo nos queda agregar que si el avalista no indica el
nombre del avalado, si bien es cierto que su responsabilidad cambiaría es mayor
frente a los signatarios en el título, no es menos cierto que si paga, podrá repetir
contra cualquiera de ellos.

2. En cuanto al pago
El art. 638 señala: el avalista que pague adquiere los derechos derivados del título
valor contra la persona garantizada y contra los que sean responsables respecto
de esta última por virtud del título. El avalista que paga, adquiere los derechos a
repetir lo pagado con sus intereses en el plazo y en la mora, en contra de la
persona avalada y de los signatarios anteriores a esta (art. 785, inciso 2°). Si el
avalado es el obligado principal, la acción cambiaría emprendida por el avalista
que paga en contra de aquel, es la única que puede llevar adelante, si se trata de
un avalado insolvente verá en peligro la recuperación de lo pagado; si el avalado
es un obligado de regreso, no sólo puede iniciar acción cambiaría en contra de
éste, sino de los signatarios anteriores responsables cambiarios del avalado
(endosantes anteriores y obligado principal). Ejemplo: si en una letra de cambio
suscrita por X aparece una cadena de endosos (A-B-C-D) y el último tenedor es
M, si la obligación del endosante C está avalada por Y, en el evento de que M
obtenga el pago del avalista Y, éste queda con la facultad de repetir contra su
avalado (C), contra cualquiera de los endosantes anteriores (A y B), o
directamente contra el suscriptor del título (X); a su vez, por haber pagado el
avalista de un endosante anterior (C), los endosantes posteriores quedan
liberados del pago.

En cambio, si el avalista (Y) garantiza la obligación del suscriptor (X), en caso de


que M obtenga el pago del avalista (Y), éste solamente puede repetir contra el
suscriptor (X), teniendo como efecto principal el que todos los endosantes se
liberan del pago (A-B-C-D).

Ahora bien, estos ejemplos se refieren únicamente al caso de ser avalista una
persona externa al título valor; cosa diferente ocurre cuando el avalista es alguien
ya vinculado cambiariamente. En el mismo ejemplo: si A, avalista de C paga el
importe del título al último tenedor (M), tiene dos caminos: repetir contra su
avalado o garantizado (C) o, simplemente contra el suscriptor del título que es X;
sin embargo, no se puede repetir contra B ni contra D, puesto que su posición res -
pecto a éstos, es la de endosante anterior y de acuerdo con el Código de
Comercio no se puede repetir (volver a cobrar) contra endosantes posteriores.

Cuando los que prestan el aval son varias personas, además de las acciones a
que hemos hecho referencia, tendrán las acciones propias de la solidaridad a que
se refiere el art. 632.

Si el avalista paga parcialmente el título, su tenedor lo conservará, extendiéndole


recibo por el abono parcial y quedando el avalista cruzado de brazos, pues sin el
título no podrá iniciar acción cambiaría contra su avalado y demás obligados
anteriores. Nuestro Código de Comercio no trae solución al respecto, pero
creemos que al recibo extendido por el acreedor sobre el pago parcial, debería
dársele la calidad de título ejecutivo amparado por la presunción de autenticidad
de la firma del tenedor del título, siempre y cuando no se identificara plenamente
en aquel, el título al cual se refiere el abono parcial; en lo que toca con la acción
cambiaría para obtener el reembolso de lo pagado parcialmente, acompañarlo con
fotocopia autenticada del título respectivo.
Diferencias entre el aval y el endoso
 El endoso siempre procede de un persona que ha detentado el título valor; el
aval puede proceder de un vinculado cambiarlo o de un extraño al título.
 Se endosa un título valor por el total de la obligación cambiaría, mientras que el
aval puede ser total o parcial.
 En el endoso, el endosante es un obligado de regreso, mientras que el avalista
puede ser directo, si avala al obligado principal o de regreso si se garantiza el
pago de un endosante.
 El endosante se da en el título y a falta de campo en hoja adherida a él; el aval,
fuera de dos formas anteriores, admite la del documento separado con los
requisitos legales.
 Por el endoso se transfiere generalmente la propiedad del título valor y ex-
cepcionalmente la facultad para cobrarlo (endoso en procuración) o se da en
prenda de otra obligación (endoso en garantía); el aval siempre constituye una
garantía del pago del instrumento.
 El endoso admite la forma sin responsabilidad, sin que el endosante quede
vinculado cambiariamente; el aval no admite esta posibilidad.

Diferencias entre el aval y la fianza

A continuación resaltaremos algunas diferencias entre la institución fianza (arts.


2631 y ss. del Código Civil) y el aval, regulado por el Código de Comercio (art. 633
y 638). Entre estas diferencias tenemos:
 La fianza es una institución propia del derecho civil, mediante la cual se puede
garantizar todo tipo de obligaciones, por ejemplo, en relación con un contrato de
arrendamiento para vivienda, o de la obligación que adquiere el comprador
respecto del precio en la compraventa, etc. Mientras que el aval es una garantía
típica y exclusivamente cambiaría, es decir, que solamente puede utilizarse para
garantizar obligaciones consignadas en un título valor, lo que significa que por si
alguna circunstancia en la práctica se avala una obligación no incorporada o que
no conste en un título valor, el aval no existe.
 La fianza puede tener su fuente en un contrato (convención de las partes), en
la ley o en decretos judiciales (arts. 104, 465, 605, 834, 1354 y 2362), mientras
que el aval solamente puede tener su fuente u origen en un negocio jurídico
unilateral, es decir, en la manifestación de voluntad de un tercero o de una
persona vinculada cambiariamente en el título valor.
 La fianza puede versar sobre una obligación (deudor principal) condicional e
inclusive natural (arts. 2364 y 2365 del Código Civil).
El aval no puede versar sobre obligaciones condicionales ni naturales, puesto que
la obligación del avalado garantizado, sea endosante o girador, no puede estar
sujeta a estos elementos. A su vez, la obligación del fiador puede ser a plazos
(desde cierto día, o hasta cierto día), o puede estar sujeta a condición suspensiva
o resolutoria (Código Civil, art. 2366), mientras que la obligación del avalista es
pura y simple, como quedó dicho anteriormente (Código de Comercio, art. 636).
 La obligación del fiador es subsidiaría, esto es, que el "fiador solamente debe
cumplir con la obligación del deudor principal si éste no la cumple, y además
puede oponer al acreedor que lo reconvenga el beneficio de excusión en los casos
permitidos por la ley, o sea pedirle al acreedor que antes de proceder contra él,
procederá contra el deudor principal, indicando los bienes que posee para
responder por sus obligaciones (Código Civil, arts. 2361 y ss., 383 y ss.).
En el aval, la obligación del avalista, es decir, la persona que garantiza, es una
obligación principal y por eso no goza de este beneficio, ya que, como dice el art.
636 del Código de Comercio, el avalista se obliga en los mismos términos del
avalado.
 La fianza es una institución de naturaleza accesoria a la obligación del deu dor
principal, de tal manera que si esta última se invalida, se invalida también la
obligación del fiador (Código Civil, arts. 2361, 2364, 2370); a su vez, el aval no es
accesorio respecto de la validez de la obligación del avalado, pues, según el art.
636 del Código de Comercio, si esta última, la del garantizado se anula por
cualquier causa, no quiere decir que la obligación del avalista se emule, es decir,
conserva plenamente su validez. Sin embargo, como hemos dicho anteriormente
en este título del aval, si hay una invalidez, pero respecto de requisitos de forma
del título valor, ya que es lógico que la obligación del avalista no es válida, como
cuando falta la firma del suscriptor, a su vez cuando el que paga el derecho
incorporado en el título es el avalado, a nuestro modo de ver, pues este hecho
libera al avalista.
 Los fiadores en la fianza pueden ser varios para obligarse, ya sea en forma
solidaria o divisible (Código Civil, arts. 2392 y 2393), mientras que en el aval,
según el art. 632 del Código de Comercio, cuando varias personas firman en un
mismo grado como avalistas se obligan solidariamente, es decir, '•de hecho están
excluyendo la divisibilidad frente al tenedor del título, no la divisibilidad de la
garantía interna entre los avalistas. A nuestro modo de ver, podría existir un caso
en que el aval prestado por varias personas sea divisible, es cuando expresamos
cada una de éstas, anota la cantidad por la cual se obliga. Si, por ejemplo el
importe del título es de cien mil ($100.000,00) y hay cinco avalistas de uno de los
endosantes, cada uno expresamente se obliga por veinte mil pesos ($20.000,00),
el tenedor del título solamente puede exigir de cada uno de ellos la cantidad
indicada en el título, o por la cual se ha obligado o prestado la garantía.

Diferencias entre el avalista y el codeudor solidario

Antes de entrar en materia, debemos examinar la existencia de varios tipos de


codeudores. En primer lugar, el codeudor subsidiario o fiador, al cual nos
referimos en el numeral anterior. En segundo lugar, el codeudor divisible o aquella
persona que se obliga parcialmente a una prestación, v. gr. de cien mil pesos
($100.000,00), en la que dos personas se obligan a pagar cada una cuarenta mil
pesos ($40.000,00) y una tercera veinte mil pesos ($20.000,00), (Código Civil, art.
1568). En tercer término, el codeudor de obligaciones indivisibles, es decir, aquella
cuya prestación no admite división, como cuando tres personas se obligan a
entregar un inmueble a un tercero. Por último, los codeudores solidarios, sobre los
cuales estableceremos algunas diferencias con los avalistas.
 La obligación que adquiere el avalista en el título valor es de naturaleza
diferente de la de codeudor solidario, pues aquel se constituye en garante de un
obligado cambiarlo en el título; el segundo adquiere una obligación principal que
de manera alguna es garantía de una prestación ajena, es su propia obligación
frente al acreedor. En otras palabras, la obligación del avalista surge a la vida
jurídica como una garantía, la del codeudor solidario no.
 La obligación del avalista puede adquirirse por la totalidad o parte de la
prestación cambiaría vinculada al título, siempre que en este último caso se
exprese la cantidad en el texto del mismo; mientras que tratándose de la
obligación del codeudor solidario, junto con los demás codeudores, está
constreñido a pagar la totalidad de la prestación al acreedor que se la exija, sin
que sea admisible la división.
 La obligación del avalista es pura y simple, esto es, no sometida a condi ción o
a plazo (cosa muy diferente es que se someta a las condiciones de exigibilidad del
título (ver capítulo XII, aparte 3, 4); por el contrario, la obligación del codeudor
solidario si puede estar sometida a estas eventualidades.
 La obligación del avalista surge de la manifestación unilateral de la voluntad de
un tercero o de alguien vinculado cambiarlo al l (negocio jurídico); la obligación del
codeudor solidario puede en un testamento, en un contrato o convención o en la
ley misi Civil, art. 1568).
 La obligación del avalista se vincula únicamente a prestaciones de tipo
cambiario; la obligación del codeudor solidario puede relacionarse con todo tipo de
prestaciones.
 El avalista tiene una doble calidad, la del obligado en el título, s o de regreso,
según el caso, y la del garante de la obligación cambiaria de una persona ya
vinculada en el título valor, sea como girador, girado o endosante (Código de
Comercio, arts. 638 y 785); el codeudor solidario sólo ostenta la calidad del
obligado principal.
 Si entre el avalista y el tenedor del título valor obra una novación respecto de la
obligación de aquel, no por esto los demás obligados quedan liberados de su
obligación cambiaría; mientras que si entre un codeudor solidario y su acreedor
media la novación de su obligación, se liberan los demás solidarios, a menos que
éstos accedan a cumplir la nueva obligación Civil, art. 1576).
 El avalista que ha pagado la obligación cambiaría puede repetir contra su
avalado o los demás obligados anteriores, por lo que ha cancelado sin que se le
pueda oponer el beneficio de división de la prestación cambiaria. A su vez el
codeudor solidario que ha cancelado la obligación sólo tiene derecho a reclamar
de los demás codeudores la cuota que le corresponda a cada uno ya que opera
automáticamente la división de la prestación entre ellos (Código Civil, art. 1579).
 La obligación del avalista no se invalida por el hecho de que la obligación del
avalado esté viciada de nulidad (v. gr. objeto y/o causa ilícitos, del avalado); la
obligación del codeudor solidario se invalida cuando la prestación adolece de
objeto, y/o causa ilícitos, mas no cuando incapacidad absoluta de uno de los
codeudores, caso en el ci obligación de éste y no la de los demás (Código Civil,
art. 1568)

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