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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN

FACULTTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


Cátedra de Derecho Civil Sucesiones
Undécimo Semestre Turno Tarde

DERECHO CIVIL
SUCESIONES
Tema: LA PARTICIÓN
Responsables:
1. Camila Vanessa Nuñez González 4.840.076
2. Carolina Judyth Saldivar Benitez 4.743.294
3. Ingrid Micaela Cartaman Rojas 4.610.068
4. Adriana Soledad Samaniego Santa Cruz 4.582.162
5. Diego Raul Paredes Caballero 4.883.706
6. Javier Nicolás León Galeano 5.146.191
7. Dana Gisselle Argüello Brizuela 5.404.989
8. Iris Verenisce Segovia Fernandez 5.188.107
9. Edgar Gabriel Lopez Ruiz Díaz 5.629.629
10. Derlis Ariel Agüero Torres 4.599.393
11. Thalía Dahiana Montserrat Núñez Cabrera 5.254.019

UNDÉCIMO SEMESTRE TURNO TARDE


Prof.: ABG. ARNALDO LEVERA

Asunción – Paraguay
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Cátedra de Derecho Civil Sucesiones
Undécimo Semestre Turno Tarde
2023

Introducción
En términos generales podemos decir que la partición es la acción por la cual se hace una división o
repartimiento entre algunas personas, de hacienda, herencia o cosa semejante.

Cuando existen varios herederos, el estado de indivisión tiene por naturaleza un carácter
eminentemente transitorio. Normalmente debe terminar con la adjudicación a cada heredero de una
parte de los bienes, pero no ya una parte alícuota idea que la tienen desde el momento mismo de la
muerte del causante, sino una porción concreta. La partición es, pues, el acto mediante el cual los
herederos materializan la porción ideal que en la herencia les tocaba, transformándola en bienes
concretos sobre los cuales tienen derecho exclusivo. Es un acto de asignación, tendiente a localizar
los derechos de cuota, después de él se materializan en objetos determinados.

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LA PARTICIÓN

La partición es, como su nombre lo indica, la causa de cesación de la comunidad hereditaria


producida por la pluralidad de herederos; mediante la atribución a cada uno de ellos de bienes
singulares o porciones indivisas de bienes concretos en pago o satisfacción de sus respectivas cuotas
hereditarias.

La partición es por ende el medio por el cual se distribuye entre los coherederos el caudal
hereditario, otorgándose en propiedad bienes determinados que forman parte de la masa hereditaria.

Es el acto en cuya virtud se pone fin a la comunidad hereditaria y a raíz del cual la parte alícuota
que tiene cada heredero se transforma en una porción concreta, físicamente determinada, y de
exclusiva propiedad de heredero a quien ha sido adjudicada.

Tiempo en que corresponde pedir la partición

De acuerdo con lo establecido por el Art. 2529 del Código Civil Paraguayo solo se podrá requerir la
partición una vez que el pasivo hereditario haya sido liquidado, es decir, después de que los
compromisos hereditarios por deudas hayan sido cubiertos en su totalidad, por lo que la misma solo
afecta a los bienes excedente.

Quienes pueden pedir la partición

a) Los herederos: según la legislación paraguaya cualquiera de los herederos podrá pedir la
partición de los bienes excedentes.

b) Los legatarios: hoy en día es muy común que, además de los herederos, los legatarios pidan la
participación dentro de la partición de los bienes excedentes, de modo a no dejar librado al arbitrio
de los herederos la oportunidad de entregar la porción.

c) Los cesionarios: Se ha reconocido también que los cesionarios totales o parciales están
habilitados para pedir la partición, pues vienen a ocupar el lugar de los herederos cedentes d)
Herederos del heredero: Durante el periodo de la indivisión hereditaria puede sobrevenir el
fallecimiento de uno de los herederos, en ese supuesto, sus herederos están investidos del derecho
de reclamar la partición

e) Los acreedores del heredero: También puede ser pedida la partición por los acreedores de los
herederos. Estos, para poder perseguir los bienes de su deudor, ejecutando la obligación, requieren
de la previa partición, puesto que sólo entonces quedan individualizados o determinados los bienes,
que definitivamente, corresponden al obligado en pleno dominio

Acción de la partición:

Aun cuando el texto de la ley habla de acción de partición, en realidad, no se trata de una acción en
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la acepción procesal del vocablo; es, por ende, una petición que puede ser hecha en forma privada a
los coherederos, o en su defecto, formulada judicialmente ante el juez de la sucesión

Contra quien se plantea la acción de partición

Esta acción deberá deducirse contra todos los demás coherederos, según lo dispuesto en el Art. 2529
de muestro código. En caso de que algún o algunos de los coherederos hayan fallecido, deben
intervenir sus herederos, y si han cedido sus derechos hereditarios, deben participar sus cesionarios.

Tipos de Partición

La Partición privada:

La partición privada o amistosa, como también se la llama, tiene lugar cuando todos los coherederos
son capaces y se ponen de común acuerdo acerca de la distribución de los bienes sucesorios.

El Art. 2530, establere: "La partición entre coherederos mayores de edad, podrá efectuarse en la
forma que convinieren por unanimidad, debiendo observarse lo dispuesto en este Código sobre la
forma de los contratos.

Lo que indica que la partición puede ser amistosa cuando la distribución se efectuase de común
acuerdo de las partes mayores de edad y con libre disposición de sus derechos. Esta es la partición
normal, la menos onerosa, más breve y mucho más rápida y sencilla, a diferencia de la partición
judicial a la que no se recurre sino a lo que la ley expresamente impone y siempre que no se
encuentre un expediente para eludir una necesidad legal.

El Código Procesal Civil, en su artículo 765 preceptúa que, una vez aprobadas las operaciones de
inventario y avalúo, si todos los herederos fueren capaces y estuvieren de acuerdo, podrán formular
la partición y presentarla al juez para su homologación".

Cabe aclarar que las particiones privadas, siempre deben ser presentadas al juez para su
homologación, siquiera estén hechas por escritura pública.

Por otro lado, el artículo 2531, establece: "Si el autor de la herencia hiciere la partición de los
bienes por acto entre vivos o en su testamento, deberá estarse a ella, salvo derecho de tercero o que
sea provisional, siempre que no perjudique a la legitima de los herederos forzosos

El Art. 2553 por su parte, reza: "El padre, la madre y los otros descendientes podrán hacer partición
anticipada de sus bienes propios, a favor de sus hijos y demás descendientes, sea por donación entre
vivos, o por testamento". Los actos entre vivos a que se refiere esta norma, son las donaciones.

Habrá donación cuando una persona por actos entre vivos, transfiere gratuitamente el dominio de
una cosa, o un derecho patrimonial, a favor de otra, que la acepta, y por su parte, el Art. 1207, dice:
"El padre o la madre, o ambos conjuntamente, podrán hacer donaciones a sus hijos. Cuando no se
imputare de un modo expreso a la parte disponible, se entenderá como adelanto a la legitima".

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Por último, el Art. 2608, expresa: "Toda persona que haya cumplido diez y ocho años puede
disponer por testamento de la totalidad o parte de sus bienes, conforme a las reglas de este Código".

Como se ve, tanto por donación como por testamento, una persona puede disponer de sus bienes, y
consecuentemente hacer particiones de ellos; a ese respecto, el Art. 2531 es claro y no ofrece
dificultad alguna para su debida comprensión: se debe respetar la voluntad del disponente, salvo
derecho de tercero y siempre que no perjudique a la legítima de los herederos forzosos. Si la
partición fuese provisional, esa partición se habría referido sólo al goce y disfrute de las cosas y no
al dominio de las mismas, por lo que los herederos tendrán derecho de hacer de esas cosas la
partición definitiva, conforme a las porciones que les asigne la ley.

La Partición judicial

La partición judicial es aquella en la que los herederos no se ponen de acuerdo sobre cómo repartir
los bienes del fallecido.

La partición privada o amistosa no es obligatoria sino facultativa y sólo procede cuando por
unanimidad, si todos los herederos capaces deciden efectuar de ese modo la división de los bienes;
si no existe ese acuerdo común, la partición será judicial; también lo será en los casos taxativamente
determinados por la ley.

La partición judicial, tiene lugar mediante un procedimiento establecido por la ley, es objeto de una
minuciosa reglamentación legal. Se la rodea en todas las fases de su realización de requisitos de
forma y de procedimientos.

El Art. 2533, del Código Civil Paraguayo reza: "La partición será judicial, bajo pena de nulidad:

a) si hubiere herederos incapaces, o menores emancipados, como interesados;

b) si el causante fuere presunto fallecido, y sus herederos tuvieren la posesión definitiva de sus
bienes;

c) si hubiere herederos o legatarios ausentes. Se consideran tales los herederos y legatarios que se
encontraren en el extranjero, si su existencia fuere dudosa. En este caso se nombrará un curador de
sus bienes conforme lo dispuesto por este Código: y

d) siempre que terceros, fundados in un interés legítimo, se opusieren a la partición privada

Por su parte, el Art. 766 del Código Procesal, dispone: "La Partición debe ser judicial bajo pena de
nulidad, en los Casos previstos por el Código Civil.

Inc. a) Si hubiere herederos incapaces, o menores emancipados, como interesados. Les incapaces
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son los mencionados en los arts 37 y 38 del Código Civil.

Tratándose de menores, sus padres en ejercicio de la patria potestad, son sus representantes legales
El Art. 76 del Código del Menor, establece: "Los padres que ejercen la patria potestad tienen la
representación necesaria de sus hijos. Pueden estar en juicio por ellos como actores o demandados y
celebrar contratos a nombre de los mismos dentro de los límites de su administración". El Art. 88
del mismo cuerpo legal, dispone: "Los padres no podrán enajenar sin autorización del juez de
Menores del domicilio los inmuebles de los hijos, ni constituir derechos reales sobre ellos, ni
transferir los derechos que tengan sus hijos sobre bienes de otros, ni enajenar bienes que tengan en
condominio con sus hijos el Art. 163 del mismo Código, del Capítulo VII Del ejercicio de la tutela y
de la administración de los bienes del menor, preceptúa Toda partición en que los menores están
interesados, sea de muebles, de inmuebles, o de condominio, debe ser judicial".

Por su parte, el Art. 265 del Código Civil, dice "Se nombrará judicialmente curadora las personas
interdictos o inhabilitadas. Son aplicables a la curatela, las disposiciones del Código del Menor
relativas a la tutela, con las modificaciones establecidas en este capítulo.

Inc. b) Si el causante fuese presunto fallecido, y sus herederos tuvieran la posesión definitiva de sus
bienes. Conforme al Art. 22 del Código, que determina "Transcurridos diez años desde la
desaparición o desde la última noticia que se haya tenido del desaparecido, o setenta años desde el
día de su nacimiento, el juez podrá dar posesión definitiva de sus bienes a los herederos y
legatarios. Si el desaparecido se presentare posteriormente, recobrará los bienes en el estado en que
se encuentren, así como los adquiridos con el valor de los que faltaren, y las rentas o intereses no
consumidos". Otorgada la posesión definitiva de los bienes del presunto fallecido, ya no rigen las
limitaciones previstas con relación a la posesión provisional de los bienes

Inc. c) Si hubiere herederos o legatarios ausentes. Se considerarán tales los herederos y legatarios
que se encontraren en el extranjero, si su existencia fuere dudosa. En este caso se nombrará un
curador de sus bienes conforme a lo dispuesto en este Código". La disposición es bien explicita, y
no requiere declaración alguna. La última parte del inciso es coherente con el Art. 222 del Código,
que dispone: “Además de los casos previstos por este Código, se proveerá judicialmente de curador
a los bienes de una persona, cuando ésta se ausentare o desapareciere de su domicilio, morándose su
paradero, sin dejar mandatario para administrar sus bienes.

"Inc. d) Siempre que terceros, fundados en un interés legítimo, se opusieren a la partición privada.
Los interesados a que se refiere la ley, son los acreedores de la sucesión y de los herederos, así
como los legatarios.

Tasación de los bienes:

Es evidente que la tasación de los bienes dejados por el causante es un procedimiento que no puede
eludirse a los efectos de la partición, para que impere la igualdad en la distribución de los mismos,
entre los coherederos, que es la regla maestra en el derecho sucesorio, especialmente cuando la
partición es judicial.

El Art. 2534, dispone: "Cuando la formación de la masa, o su división en lotes lo exija, se procederá
a la estimación de los bienes. El avalúo será hecho por el perito que las partes propusieren de

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común acuerdo, y en defecto, por el juez de la sucesión".

En nuestro país, los trámites del inventario y avalúo de los bienes hereditarios se hallan regulados
en el Código Procesal Civil, en las disposiciones, entre otras, que se mencionan a continuación:
"Art. 758: Inventario. Iniciado el juicio sucesorio, el juez ordenará el inventario y avalúo de los
bienes hereditarios, dando comisión para el efecto al secretario del juzgado o al juez de paz del
lugar en que se encuentren los bienes, sin perjuicio de concurrir personalmente si lo considerase
conveniente".

"Art 761: Avalúo. Sólo serán avaluados los bienes que hubieren sido inventariados y siempre que
fuere posible, las diligencias de inventario y avalúo se realizarán simultáneamente, para lo cual se
notificará a la Dirección de Impuestos Internos. El avalúo será practicado por el representante de
ésta, al cual se remitirá una copia del inventario realizado".

La Dirección de Impuestos Internos ha sido sustituida por la Dirección General de Recaudación,


dependiente de la Sub-Secretaría de Tributación, según Decreto-Ley N° 15, del 8 de marzo de 1990.

"Art. 762: Otros Valores. Aunque hubiere conformidad de partes, no podrá darse a los inmuebles
una avaluación inferior a la fiscal. Para los títulos y acciones, al sólo efecto de la partición o
adjudicación, se tomará su valor nominal, salvo que hubiere disconformidad, en cuyo caso se estará
por la cotización de la bolsa de comercio o mercado de valores, o de peritos designados por el juez”.

"Art. 763: Impugnación del Inventario o Avalúo. Agregados al proceso el inventario y avalúo, se los
pondrá de manifiesto en la secretaría por cinco días. Vencido el plazo sin haberse deducido
oposición, se aprobarán ambas operaciones, sin más trámite".

"Art. 764: Reclamaciones. Las reclamaciones de los herederos o de terceros sobre inclusión o
exclusión de bienes en el inventario, se sustanciarán por el trámite de los incidentes. Si las
reclamaciones versaren sobre el avalúo, se convocará a una audiencia a los interesados y al
representante de la Dirección de Impuestos Internos, para que se expidan sobre la cuestión
promovida. En caso de que no se llegare a acuerdo, el juez designará de oficio perito o peritos,
según la importancia de la cuestión resolviendo lo que correspondiere. Si no compareciere a la
audiencia quien dedujo la oposición, se lo tendrá por desistido, con costas. En caso de inasistencia
de las demás partes interesadas o del representante de la Dirección de Impuestos Internos, el juez
resolverá igualmente sobre las reclamaciones, sin más trámite, o previo dictamen pericial, conforme
a lo establecido en el párrafo anterior, si lo juzgare necesario. Si las observaciones formuladas
requiriesen por su naturaleza, sustanciación más amplia, a criterio del juez, la cuestión tramitará por
vía de incidente. La resolución que así lo disponga no será recurrible".

La tasación por perito, de acuerdo con las normas precedentes, se presentará con rara frecuencia en
nuestros Tribunales.

No obstante, debemos hacer notar que el modo de la designación del perito evaluador está legislado
en forma distinta por el Código Civil y el Procesal Civil. Aquél establece que el avalúo será hecho
por el perito que las partes propusieren de común acuerdo y en defecto de esa unanimidad acerca
del perito, el juez lo nombrará de oficio; en tanto que el otro dispone que, en caso de no llegarse a
acuerdo sobre la tasación, el juez designará de oficio al perito o peritos, según la importancia de la

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cuestión. En el afán de conciliar la discrepancia entre ambas normas, consideramos que el juez, aun
cuando tenga la potestad de designar al perito de oficio, debe nombrar al propuesto por unanimidad
de las partes, que son los verdaderamente interesados en la correcta tasación de los bienes.

Procedimiento para la partición judicial:

Ya se ha dicho que la partición judicial es objeto de una regulación minuciosa; la misma se


desarrolla con un ritmo largo y complicado.

En efecto, el Art. 2535, determina: "En la partición judicial se observarán para la formación de las
porciones hereditarias, las siguientes reglas:

a) los herederos designarán partidores en la forma establecida por el artículo anterior;

b) los interesados propondrán las bases que entendieren ser más ajustadas a la naturaleza de los
bienes;

c) se dividirán los bienes que admitan adecuado fraccionamiento. Se consideran tales, aquéllos que
con el reparto en lotes no queden disminuidos en su valor o explotación económica;

d) los bienes que no se hallaren en el caso del inciso anterior, podrán ser adjudicados a uno de los
herederos, o a varios de ellos, que los aceptaren, y cuando excediere su valor de los respectivos
haberes, se compensará la diferencia en dinero u otros bienes. El saldo deudor podrá ser garantizado
con hipoteca o prenda, siempre que los otros herederos lo exigieren;

e) las cosas que no admitan fácil división y fueren pedidas por varios herederos a la vez, se licitarán
entre ellos al mejor postor. El precio ofrecido se juzgará parte integrante de la masa, como también
el de aquellas cosas que, no siendo reclamadas, o cuya adjudicación no fuere aceptada, se vendieren
en remate público;

f) aunque hubiere incapaces interesados, podrá diferirse la venta de un bien cuando las
circunstancias así lo aconsejaren. La voluntad unánime de las partes decidirá a este respecto. Si no
concurriere la unanimidad, decidirá el juez;

g) dentro de lo posible, se formarán lotes en igualdad de condiciones y se cubrirán las diferencias


con sumas de dinero, que abonará el adjudicatario, observándose lo dispuesto en el inc. d), parte
final. En caso de no aceptarse las adjudicaciones, los lotes serán sorteados; y

h) se reservarán sin adjudicar, bienes bastantes para el pago de los créditos y las cargas pendientes,
así como el de los legados no cumplidos".

La designación del perito es imperativa; en la partición judicial no cabe obviar su actuación. Su


nombramiento será hecho conforme al in-fine del Art. 2534; es decir, si existe común acuerdo entre
los herederos, será designado partidor el por ellos propuesto; en caso contrario será nombrado de
oficio por el juez.

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Dividir una masa de bienes es hacer varias partes de esos bienes. Por tanto, lo que se adjudique a
cada heredero ha de formarse con las cosas existentes en la herencia que se divide, de donde se
sigue que no hay división propiamente dicha, que la que tiene lugar en especie. Los bienes
inmuebles urbanos o rurales admiten, generalmente, adecuado fraccionamiento. En materia
agropecuaria un campo puede serlo, si cada parcela cumple con los requisitos exigidos por la
reglamentación pertinente y su superficie cubre la unidad económica de la zona, y los inmuebles
urbanos, si por su superficie y características pueden ser divididos en lotes o propiedad horizontal.
Los animales, vacunos, caballar o lanar, etc., son también propicios para un adecuado
fraccionamiento.

"Inc. d) Los bienes que no se hallaren en el caso del inciso anterior, podrán ser adjudicados a uno de
los herederos, o a varios de ellos, que los aceptaren, y cuando excediere su valor de los respectivos
haberes, se compensará la diferencia con dinero u otros bienes. El saldo deudor podrá ser
garantizado con hipoteca o prenda, siempre que los herederos lo exigieren". in lepo Un
establecimiento comercial o industrial no admite un adecua- do fraccionamiento; tampoco uno o
más edificios.

Si el valor de la cosa excede la porción que corresponda al o a los herederos a quienes se la


adjudica, deberán compensar con otros bienes de la herencia, o con dinero efectivo. Si la
compensación no se cubriera en el acto de la partición, en todo o en parte, el saldo adeudado, el o
los adjudicatarios podrán garantizar con hipoteca o prenda, si los coherederos lo exigieren.

"Inc. e) Las cosas que no admiten fácil división y fueren pedidas por varios herederos a la vez, se
licitarán entre ellos al mejor postor. El precio ofrecido se juzgará parte integrante de la masa, como
también el de aquellas cosas que, no siendo reclamadas, o cuya adjudicación no fuere aceptada, se
vendieren en remate público". El Art. 768 del Código Procesal Civil, dispone: "Si alguno de los
herederos pidiese la licitación de los bienes hereditarios, se procederá en la forma prevista por el
Art. 2535, inc. e) del Código Civil. El juez citará a una audiencia a los herederos y el cónyuge,
notificándoseles personalmente o por cédula y se licitarán los bienes entre quienes comparecieren y
al mejor postor". La licitación en nuestro derecho hereditario tiene un significado y alcance
específicos:

1) tiene lugar en la etapa de la partición;

2) se efectúa exclusivamente entre los herederos; y

3) el precio entra a formar parte de la masa sucesoria.

De lo dicho se desprende que la licitación es una venta entre los herederos de bienes que fueren
pedidos por varios de ellos y que no admitan división, realizada en la forma prevista en el Art. 768
del Código Procesal; bienes que se adjudicarán el mejor postor y sus precios entran a formar parte
de la masa hereditaria.

El inc. 3) prevé también el caso que ningún heredero reclame o acepte algunas de las cosas que
integran el acervo hereditario. En ese supuesto, las mismas deben ser vendidas en subasta pública, y
sus precios pasarán, igualmente, a formar parte de la masa partible.

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"Inc. f) Aunque hubiere incapaces interesados, podrá diferirse la venta de un bien, cuando las
circunstancias así lo aconsejaren. La voluntad unánime de las partes decidirá a este respecto. Si no
concurriere la unanimidad, decidirá el juez".

La disposición es clara; aun cuando hubiese menores interesados, podrá esperarse un tiempo mejor,
cuando las circunstancias no fueren propicias para efectuarse una venta en condiciones favorables.
Para adoptar esta decisión se requiere el consentimiento unánime de todos los interesados; en caso
de existir oposición, aun cuando fuese de uno sólo de ellos, el juez de la sucesión deberá decidir
sobre el caso.

"Inc. g) Dentro de lo posible, se formarán lotes en igualdad de condiciones y se cubrirán las


diferencias con sumas de dinero, que abonará el adjudicatario, observándose lo dispuesto en el inc.
d), parte final. En caso de no aceptarse las adjudicaciones, los lotes serán sorteados".

La ley quiere que, en cuanto sea posible, se formen lotes en igualdad de condiciones; pues, la
igualdad constituye el principio cardinal en las particiones.

Si algunos lotes excedieren de las porciones que corresponden a los adjudicatarios, éstos deberán
compensar la diferencia a los demás coherederos, de suerte a mantener la regla de la igualdad.

En caso de no aceptarse las adjudicaciones propuestas por el partidor, los lotes serán sorteados entre
los interesados.

"Inc. h) Se reservarán sin adjudicar, bienes bastantes para el pago de los créditos y las cargas
pendientes, así como el de los legados no cumplidos". pendientes, así como el de los legados no
cumplidos.

Esta disposición es consecuencia directa de que la masa hereditaria debe responder al pago de las
deudas y cargas de la sucesión. Hay deudas que, por diversas circunstancias no pueden ser pagadas
o los legados entregados antes de la partición; en cuanto a las cargas, los honorarios del partidor y
de los profesionales que intervienen en el juicio sucesorio, son regulados con posterioridad a la
terminación de los trabajos respectivos; para casos tales, la norma que nos ocupa obliga a reservar
bienes bastantes para hacer frente a esos compromisos. Por último, corresponde señalar que el
Código Procesal Civil regula, igualmente, los trámites de la partición en las disposiciones
siguientes:

"Art. 770. Presentación de la Cuenta Particionaria. Presentada la partición, el juez previa vista al
Agente Fiscal de menores y a la Dirección General de Menores la pondrá de manifiesto en la
secretaría por diez días. Los interesados serán notificados por cédula. Vencido el plazo sin que se
hubiere formulado oposición, el juez, previa vista al Agente Fiscal de menores, si correspondiere,
aprobará la cuenta particionaria, sin recurso, salvo lo dispuesto en el artículo 2540 del Código Civil.
Será apelable la resolución que rechace la cuenta".

"Art. 771. Trámite de la oposición. Si se dedujere oposición, el juez citará a audiencia a las partes,
al Agente Fiscal de Menores, en su caso, y al partidor, para procurar el arreglo de las diferencias. La
audiencia tendrá lugar cualquiera sea el número de interesados que asistiere. Si quien ha impugnado
la cuenta particionaria dejare de concurrir, se lo tendrá por desistido, con costas. En caso de
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inasistencia del partidor, perderá su derecho a honorarios. Si los interesados no pudieren ponerse de
acuerdo, el juez resolverá dentro de los diez días de celebrada la audiencia".

Cabe advertir solamente que el Juez resolverá las impugnaciones de la cuenta particionaria,
conforme a las disposiciones legales pertinentes y las reglas establecidas en el Art. 2535, que
acabamos de examinar.

No se admite la adjudicación de la nuda propiedad a unos y el uso o disfrute a otros

Siempre inspirado en el principio de la igualdad de los lotes, el Código no admite en las particiones
judiciales, la adjudicación de la nuda propiedad a unos y el usufructo, uso o habitación a otros, de
los herederos.

El Art. 2536, dispone: "En las particiones judiciales, no será permitido adjudicar la nuda propiedad
a unos herederos, y el usufructo, o el uso o habitación a otros, pero si constituir servidumbres
prediales a beneficio de un inmueble sobre los demás. Tampoco podrán quedar las particiones
sujetas a condición".

Esta norma tiende a mantener el principio de la igualdad de los lotes entre los herederos; otorgarles
a unos el dominio de ciertos bienes, y sólo el usufructo, uso o habitación a otros, indudablemente
rompe esa regla. Sólo caben las servidumbres prediales.

El Art. 2536 tampoco autoriza que las particiones queden sometidas a condición; ellas deben estar
libres de imposiciones modales. "Ninguna partición debe quedar sujeta a condición; debe ser
definitiva".

División de las deudas de la herencia:

La regla de nuestro Código es la aceptación de la herencia a beneficio de inventario. Pero el Art.


2457 autoriza la aceptación pura y simple, la que debe ser siempre expresa en el juicio sucesorio;
"ella resultará también por haber cesado el beneficio de inventario, por hecho del heredero, en los
casos previstos por este Código", de acuerdo con dicha norma.

El Art. 2483, dispone: "Se pierde el beneficio de inventario por la ocultación fraudulenta que el
heredero hiciere de algunos bienes de la sucesión al efectuar el inventario. También se lo perderá
cuando se contravinieren las normas que rigen la administración, o gestión de la herencia, con
perjuicio grave para los acreedores de la sucesión"

El Art. 2484, expresa: "Si el heredero incurriere en la pérdida del beneficio de inventario, será
considerado heredero puro y simple. Los acreedores y legatarios podrán exigir que se mantenga la
separación de patrimonios. El heredero indemnizará con sus bienes propios el perjuicio que con sus
actos hubiere causado a la masa. Liquidada ésta, podrán los acreedores y legatarios perseguir el
pago en los bienes propios del heredero".

Por su parte, el Art. 2459, establece las obligaciones del heredero que acepta la herencia sin
beneficio de inventario, cuando dice: ... Si fuere pura y simple, el aceptante quedará obligado al
pago de las deudas y cargas, tanto con el activo sucesorio como suyo propio..."
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Corolario inevitable de las disposiciones precedentemente mencionadas es el Art. 2537, que dice:
"Los créditos contra la sucesión, que no se pudieren cubrir por insuficiencia de la masa, se dividirán
en tantos créditos independientes y separados, como aceptantes puros y simples existieren, de
acuerdo a las porciones hereditarias y podrán hacerse efectivos en esa medida, sobre los bienes
personales de cada uno".

Viene del Art. 3490 del Código de Vélez. Rara vez, como ya se ha puntualizado anteriormente, los
herederos aceptarán la herencia pura y simplemente. Pero en los casos en que la acepten en esa
forma, en el supuesto de que los bienes dejados por el causante no alcancen a satisfacer todas las
deudas de la sucesión, el saldo insoluto "se dividirá en tanto créditos independientes y separados,
como aceptantes puros y simples existieren, de acuerdo a las porciones hereditarias y podrán
hacerse efectivos en esa medida, sobre los bienes personales de cada uno", como dispone el Art.
2537.

Debemos recordar que la división de la deuda se producirá después de que el acervo hereditario
haya sido liquidado, pues, en nuestro derecho, la división de la deuda entre los herederos no es de
pleno derecho, como en la legislación argentina; el Código Paraguayo "organiza la liquidación de la
herencia en tal forma que primero sean pagadas las deudas, y luego se haga la partición", como
otros Códigos modernos.

La adjudicación de los títulos de propiedad:

El Art. 2538, dispone: "Cada heredero recibirá los títulos de propiedades y de los créditos que le
fueren adjudicado. Si quedare alguno en común, el título corresponderá a quien tuviere la mayor
porción, dándose a las otras copias fehacientes a costa de la sucesión".

Por su parte, el Art. 772 del Código Procesal Civil, expresa: "Liquidación y Pago del Impuesto.
Aprobada la liquidación para el pago del impuesto a la herencia, se abonará la tasa judicial y el juez
dispondrá la apertura de una cuenta judicial en el Banco Central del Paraguay, a la orden de la
Dirección de Impuestos Internos. Con la constancia del depósito de la totalidad del importe del
impuesto sucesorio en dicha cuenta, el juez ordenará la expedición de los certificados de
adjudicación de los bienes sujetos a inscripción..." Estos certificados se inscribirán, sin más trámite,
en la Dirección General de los Registros Públicos.

El impuesto a la herencia, que menciona la disposición que antecede, ha sido suprimido en nuestro
derecho fiscal, con la promulgación de la Ley N° 125, del 9 de enero de 1992, "Que establece el
nuevo régimen tributario".

Y si el bien instrumentado en el certificado de adjudicación es de los registrables, debe inscribirse


en la Dirección General de los Registros Públicos, sin más trámite, de conformidad con el Art. 271
de la Ley N° 879/81 -Código de Organización Judicial-.

El Código Procesal se refiere a la expedición de certificados de adjudicación de los bienes sujetos a


inscripción; pero es el caso, que también tienen que expedirse tales certificados sobre bienes que no
deben ser inscriptos en registro alguno, como los referentes a los créditos a favor de la sucesión, que
se adjudiquen a los herederos. La disposición del Art. 2538, en ese sentido, es más completa que la
norma procesal.

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División provisional:

Es uno de los modos de la división. La partición provisional es cuando sólo se refiere al uso o
disfrute de los bienes hereditarios, sin recaer sobre el dominio de ellos.

"La partición puede ser definitiva o simplemente provisional, en este último caso, no recae más que
sobre el goce de los bienes hereditarios; no se hace más que provisionalmente, la indivisión subsiste
en cuanto a la propiedad y no llegará a su fin sino por una partición definitiva, la cual quizá se
establezca sobre bases diferentes de aquellas en que se fundaba la primera operación.

El Art. 2539, dispone: "Cuando la partición fuere provisional deberá serlo respecto de todos los
herederos. Cualquiera de estos, tendrá derecho a exigir la división definitiva de los bienes".

Lo que la norma de nuestro Código exige, es que la partición provisional "deberá serlo respecto de
todos los herederos", condición que no aparece en el Art. 3464 del Código argentino.

Particiones anulables:

El Código paraguayo, al igual que el de Vélez, no legisla en forma especial acerca de la nulidad de
la partición; sólo le dedica algunas normas aisladas, tales como los Arts. 2533 y 2540. Por ello, en el
derecho argentino, según el dictamen común de sus doctrinadores, se considera que son aplicables a
la partición hereditaria, como acto jurídico que es, las disposiciones generales relativas a la nulidad;
criterio que debe ser compartido en nuestro país.

El Art. 2540, expresa: "Será anulable la partición privada o judicial cuando no se hubieren
reservado bienes suficientes para el pago de los créditos y legados, cuya existencia constare en
autos".

El Código, como se ve, ha incluido también, como causa para que sea anulada la partición, si en ella
se omite efectuar la reserva "de bienes suficientes para el pago de los créditos y legados, cuya
existencia constare en autos", sea la partición pública o privada.

Derecho de los acreedores y legatarios omitidos:

El Art. 2541, dispone: "Los acreedores o legatarios omitidos podrán dirigirse contra los bienes de la
herencia que se encuentren en poder de los herederos, como si la partición no se hubiera efectuado,
salvo los derechos constituidos a favor de terceros con posterioridad a la inscripción",

El derecho acordado por el Art. 2541 se refiere a "los acreedores y legatarios omitidos". ¿Pero
quiénes son los acreedores y legatarios omitidos aludidos por la ley? Indudablemente, serán los no
pagados, a pesar de haber reclamado oportunamente el cobro de sus créditos, pese al derecho que
les acuerda el Art. 2540 de anular la partición; pero, principalmente se tendrán que considerar como
"omitidos" a los que se presentaren a hacerlo tardíamente, es decir, después de la partición.

Los fundamentos de Bibiloni acerca de la disposición de que se trata son esclarecedores: "La acción
de los acreedores, y la de los legatarios en su caso, procede, decimos por el todo. No, como hasta
ahora, por la parte de cada heredero, en cuanto haya bienes en su poder. Es contrario a todo
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principio que la acción se limite, porque hay enriquecimiento indebido en el heredero, que recibió
bienes comprometidos a pagos preferentes. Y como él, el legatario que cobró en daño de los
acreedores. El hecho de aparecer éstos después, no altera la situación: Arts. 3371 y 3398. Si se
presentasen nuevos legatarios, por virtud de un testamento nuevo ignorado, o que les atribuyese
legados superiores, existe mayor razón, para ver en ello un enriquecimiento indebido. Según las
reglas de éste, pueden hacerse efectiva la acción en los bienes adjudicados si se encuentran en poder
del obligado, y en los enajenados o afectados a favor de tercero, si lo fueron a título gratuito. La
acción es por el todo sobre cualquier bien, como lo era contra el causante, según el principio general
que hemos proyectado" (Opus cit., T. III, págs. 438/439).

Es evidente que, si un sólo heredero no responde con los bienes que se le adjudica en la partición,
por el "todo" del crédito reclamado, el acreedor puede accionar también contra otro u otros
herederos para percibir íntegramente lo adeudado por la sucesión.

Y la razón de la ley es que se tiene "como si la partición no se hubiera efectuado"; por lo que la
misma debe volver a practicarse con el objeto de que el heredero afectado por la acción, vuelva a
restituir su hijuela en la proporción que legalmente le corresponde.

La partición definitiva anulada vale como partición provisional:

El Art. 2542, preceptúa: "La partición definitiva que sea anulable por no haberse practicado ante el
juez en los casos establecidos por este Código, o por inobservancia de las formas prescriptas, valdrá
como partición provisional en cuanto al uso de los bienes".

Según el Art. 361 de nuestro Código, "la nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al
mismo estado en que se hallaban antes del acto anulado, e impone a las partes la obligación de
restituirse mutuamente todo lo que hubieren recibido en virtud de él, como si nunca hubiera
existido, salvo las excepciones previstas en este Código". El Art. 2542 constituye una de esas
excepciones.

En efecto, la partición definitiva anulada por los vicios previstos por el citado Art. 2542, tiene por
no hecha la distribución de los bienes, vale decir, que ninguno de los coherederos es titular del
dominio de las cosas que en virtud de ella le fueron adjudicados, pero vale como partición
provisional, o sea del goce, uso o disfrute de tales bienes. En consecuencia, cualquiera de los
herederos puede pedir una nueva partición definitiva, por imperio del Art. 2539.

Gastos de la liquidación y partición:

El Art. 2543, establece: "Los gastos irrogados por la liquidación, hechos en beneficio común, se
imputarán a la masa con privilegio sobre los bienes hereditarios. Los determinados por la partición
en igual supuesto, lo tendrán sobre los bienes adjudicados proporcional- mente a su valor. En
ningún caso se entenderán comunes los gastos innecesarios o referentes a pedidos desestimados, los
que serán de cargo de las partes que los causaron".

La disposición se refiere a los gastos de la liquidación y partición, haciendo la siguiente distinción:


por una parte, regla acerca de los gastos de la liquidación, y, por la otra, sobre los relativos a la
partición. En el primer caso, los gastos recaen sobre toda la masa sucesoria, y en el segundo, sobre
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el líquido partible. Esta distinción trae aparejada importantes consecuencias.

Bibiloni explica con toda claridad el sentido del precepto, en la nota a su proyectado Art. 3054, en
estos términos: "Distinguimos entre gastos de la liquidación y gastos de la partición. Los primeros
son hechos en beneficio común de herederos, acreedores y legatarios. Los segundos, en beneficio de
aquéllos. El privilegio debe recaer sobre la masa bruta de bienes en un supuesto, y en el segundo,
sobre la masa liquida". (Opus cit., T. III, pág. 441).

Los gastos innecesarios o referentes a pedidos desestimados, no serán tenidos por comunes y
estarán a cargo de las partes que los causaron, determina el in-fine del Art. 2543.

Conclusión

Con la partición de la herencia termina la comunidad hereditaria mediante la atribución de los


bienes comunes que la conforman a cada uno de los coherederos. Finalizado un proceso hereditario
y constituida jurídicamente una comunidad hereditaria, sus coparticipes o comuneros son
propietarios y poseedores en virtud de la ley y permanecerán proindivisos en el patrimonio dejado
por el causante, en la porción que corresponda de acuerdo con la forma de sucesión que se abra, que
puede ser ab intestato o testamentaria.

Cuando el testador no ha realizado por sí mismo la partición o no ha designado contador partidor en


su disposición testamentaria, o cuando se trate de sucesión intestada, los herederos por sí mismos
están facultados para realizar la partición, regidos por el principio de unanimidad; en virtud de este
principio se puede sobrepasar lo meramente particional e incluir actos dispositivos más allá de lo
propiamente divisorio y de lo dispuesto por el causante.

El procedimiento judicial para solicitar la división de la herencia comienza el requerimiento de la


partición una vez que el pasivo hereditario haya sido liquidado, es decir, después de que los
compromisos hereditarios por deudas hayan sido cubiertos en su totalidad, por lo que la misma solo
afecta a los bienes excedente.

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Bibliografía

Eladio Wilfrido Martinez, (2009) DERECHO SUCESORIO EN LA LEGISLACIÓN PARGUAYA,


(9na Reimpresión). Editorial La Ley Paraguaya. Asunción – Paraguay.

Ley N° 1183/85 CÓDIGO CIVIL PARAGUAYO

Ley N° 1337/88 CÓDIGO PROCESAL PARAGUAYO

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