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Reading Text Practice Test 2 Es
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Capítulo 4
39Giuseppe LUMIA: Principios de Teoría e Ideología del Derecho, Madrid, De- bate,
1973, pp. 38-40.
los jueces, es una auténtica fuente de derecho, del mismo modo que podría
serlo una ley escrita.
40D . I, 3, 16.
tional salvo con respecto a otra entidad, que se considera la norma según la
cual algo es excepcional.
La distinción entre derecho común y derecho excepcional surgió
históricamente, ya que desde el principio la divergencia entre el "ius com-
mune" y el "ius singulare" dio lugar a un conflicto perenne, debido a la
intención del segundo de transferir sus principios al primero y fusionarse
con él, transformándolo. Esta lucha entre el "ius commune" y el "ius
singulare" es un reflejo del conflicto existente entre la tradición de un
derecho dogmático y las nuevas exigencias de una realidad social. Este
proceso ya se manifestó en el derecho romano entre el derecho civil y el
derecho pretoriano, que poco a poco fue penetrando y convirtiéndose en
"ius commune". Más tarde, en la Edad Media, este con- flicto se manifestó
en la tensión entre el Corpus Iuris de JUSTINIANO, como derecho común, y
el derecho estatutario de las ciudades, recibido poco a poco, hasta
consagrarse con la affirmación del derecho estatal recogido en la Codifica-
tion en el siglo XVIII. Posteriormente, con las fuentes normativas
sustancialmente unificadas, continúa el conflicto entre las normas
sistematizadas en los Códigos, y las leyes especiales que las derogan,
aunque, como veremos, nunca debemos confundir ley especial con ley
excepcional.
Y aquí surge la cuestión de cuál es la relación entre lo que propiamente
se conoce como derecho especial y lo que se denomina derecho excepcional,
cuestión muy discutida por los autores. Así, por ejemplo, hay quienes
niegan la distinción, alegando que en ambos casos de lo que se trata es sólo
de la relación entre una clase y una subclase. Sin embargo, gran parte de la
doctrina considera que tal distinción es posible, e incluso adecuada. La
distinción entre Derecho especial y Derecho excepcional puede hacerse,
según estos autores, atendiendo fundamentalmente a tres criterios: el
cualitativo, el cuantitativo y el de extensibilidad.
Según el primero de estos criterios, la norma excepcional suprime la
norma general, oponiéndose frontalmente a ella, mientras que la norma
especial sólo se desvía, dando vueltas alrededor de la supuesta norma
ordinaria para aplicar mejor el principio que la rige. Desde el punto de vista
cuantitativo, las normas excepcionales son, como su nombre indica, la
excepción, es decir, una o unas pocas normas mar- ginales, mientras que las
normas especiales pueden ser un grupo abundante, un pequeño subsistema
dentro del sistema general: por ejemplo, el derecho hipotecario dentro del
sistema del derecho civil. En cuanto a la extensibilidad, las normas
excepcionales pueden ampliarse mediante una interpretación extensiva,
pero no por analogía. En cambio, las normas especiales sí admiten la
aplicación de la analogía.
La diferencia entre interpretación extensiva y analógica radicaría, a
grandes rasgos, en que la primera se limita a aclarar una ley oscura, pero sin
salirse nunca de su ámbito, sin crear nada nuevo, limitándose a dar la
interpretación más extensiva posible dentro del tenor de la ley. La
interpretación analógica, en cambio, va más allá del original, creando algo
nuevo que no estaba contenido ni en la letra ni en el espíritu de la ley,
invadiéndola. Por ejemplo, una interpretación extensiva de la
María José Falcon y Tella - 978-90-04-19337-6
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a través del Instituto Universitario de
Ginebra
56 CAPÍTULO 4
41 Giorgio del Vecchio: Filosofía del Derecho, 9ª ed. revisada por Luis LEGAZ y
LACAMBRA, Barcelona, Bosch, 1969.
42 Karl Larenz: Metodología de la Ciencia del Derecho, traducción al español
de Marcelino Rodríguez Molinero, Barcelona, Ariel, 1984.
ser desigual. En una ficción legal, un caso se trata "como si" fuera otro. A
diferencia de la identificación falsa o errónea, quienes recurren a las
acciones legales saben que lo que comparan es desigual.
Un ejemplo de ficción en derecho sería la producida con el "nasci- turus",
es decir, con una concepción no nacida. El artículo 29 del Código Civil
español establece que "el nacimiento determina la personalidad; pero la
concepción se considera nacida por todas las circunstancias legales que le
sean favorables, siempre que nazca con las condiciones expresadas por el
artículo siguiente." En este sentido, el artículo 30 dice: "A los ojos de la ley,
sólo se considera nacido al feto que tiene forma humana y vive 24 horas
completas fuera del útero". Este requisito de vivir al menos 24 horas fuera
del vientre materno se conoce como viabilidad, es decir, la aptitud o
capacidad para la vida, y tiene su explicación porque se entendía, sobre todo
cuando la medicina estaba menos desarrollada, que en este periodo de
tiempo la vida del feto podía ser fácilmente interrumpida por causas in-
voluntarias que provocaran su muerte. Del artículo 29, en relación con el
artículo 30, surge la ficción jurídica de considerar al "nasciturus" como
persona incluso antes de su nacimiento en cuanto a aquellas circunstancias
que pudieran favorecerle. El hecho del nacimiento se considera
artificialmente acaecido, mientras que en realidad no se ha producido, con
el fin de aplicar al feto el tratamiento jurídico que le correspondería si
naciera.
Las fictions legales fueron muy frecuentes en la experiencia jurídica de
épocas pasadas. Las causas de su uso son, entre otras, la desconfianza de
modificar abiertamente una ley anterior, con el fin de dar una apariencia de
continuidad y no de ruptura; también la existencia de una costumbre que
compara términos que se fingen iguales. Asimismo, en ocasiones el
legislador emplea la ficción legal en casos dudosos, cuando existe
incertidumbre sobre si el tratamiento dado a un determinado hecho debe
extenderse a otro. Para resolver definitivamente dicha duda, el legislador
ordena que ambos hechos se sitúen en el mismo plano.