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La dimensión sexual humana mediatiza todo nuestro ser, hasta el punto de que no debemos
decir que tenemos sexualidad, sino que somos sexuados.
1. En cuanto seres corporales
1.1. Tenemos un programa genético sexuado en todas nuestras células, con cromosomas
propios del hombre XY y propios de la mujer XX.
1.2. Tenemos gónadas sexuadas, propias del hombre (testículos) y propias de la mujer
(ovarios) con funciones.
1.3. Todo nuestro cuerpo está impregnado de hormonas sexuales que influyen en nuestro
deseo sexual, en nuestra conducta y en nuestra capacidad reproductiva.
1.4. Tenemos una anatomía sexuada en órganos genitales externos e internos, un cuerpo
sexuado con formas y zonas eróticas. Toda nuestra piel es y tiene un alto significado sexual;
un mapa corporal de casi dos metros cuadrados lleno de receptores / emisores de
sensaciones eróticas.
1.5. Nuestra fisiología sexual del placer (las respuestas y sensaciones que acompañan a la
excitación) se pone de manifiesto en todas las formas de excitación y sensaciones de placer
—desde la respuesta sexual genital de la erección y la vasocongestión de toda la zona genital
a las llamadas zonas erógenas y a toda la piel.
1.6. Nuestro cerebro es sexuado, de forma que, por ejemplo, regula el funcionamiento del
ciclo en la mujer y los circuitos de la respuesta sexual en ambos sexos.
Sexualidad y valores
Vivimos en una sociedad plural, que comprende una amplia gama de actitudes y valores
sexuales. Pero antes que nada permitidnos exponeros dos argumentos que guiaron nuestro
trabajo:
1. El conocimiento sexual y las habilidades del pensamiento crítico o analítico son muy útiles,
porque nos permiten tomar decisiones sexuales con información.
2. Vosotros, los estudiantes, deberéis tomar un papel activo para cuidar y mejorar vuestra
salud.
Las actitudes sexuales de las personas, sus experiencias y sus conductas están
condicionadas en gran medida por sus tradiciones culturales y creencias.
CONCEPTOS:
• Género: Rasgos conductuales, culturales o psicológicos típicamente asociados con
un sexo.
• Erótico: Relacionado con el despertar de los sentimientos o deseos sexuales. (De la
palabra griega para el amor, eros.)
• Identidad de género: Conciencia y experiencia personal de ser hombre o mujer.
• Papeles de género: Manifestación compleja de las maneras en que los hombres y las
mujeres se comportan en una cultura determinada.
• Estimulación preliminar: Estimulación sexual mutua que precede a la relación sexual.
• Coito: Relación sexual que implica penetración.
• Sexualidad humana: Maneras en que experimentamos y nos expresamos como seres
sexuales.
• Valores: Cualidades de lo que en la vida se juzga importante o insignificante, bueno o
malo, correcto o incorrecto, deseable o indeseable.
• Culto fálico: Culto del pene como símbolo generador de poder.
• Símbolo fálico: Imagen del pene.
• Tabú del incesto: Prohibición de relaciones sexuales y reproducción entre parientes
cercanos.
• Poligamia: Práctica que consiste en tener dos o más esposas al mismo tiempo. (De
las raíces griegas que significan «muchas» [poly-] y «matrimonio» [gamos].)
• Monogamia: Práctica que consiste en tener una esposa. (Del griego mono-, que
significa «único» o «uno solo».)
• Bisexual: Interesado sexualmente por ambos géneros. (Del latín bi-, que significa
«dos».)
• Pederastia: Atracción sexual por menores. (Del griego paidos, que significa «chico».)
• Cortesana: Prostituta, especialmente la amante de un noble o un hombre rico. (De las
raíces latinas que significan «mujer de la corte».)
• Concubina: Una esposa secundaria, normalmente de estatus legal y social inferior.
• Bestialismo: Relaciones sexuales entre una persona y un animal.
• Sadismo: Práctica que consiste en obtener satisfacción sexual a través de herir o
humillar a otros.
• Felación: Actividad sexual que involucra el contacto oral con el pene.
• Cunnilingus: Actividad sexual que involucra el contacto oral con los genitales
femeninos.
• Fornicación: Relación sexual entre personas que no están casadas el uno con el otro.
(Si uno de los dos está casado, este acto puede ser llamado «adulterio».)
• Sexólogo: Persona comprometida en el estudio científico de la conducta sexual.
• Evolución: Desarrollo de una especie hasta su estado actual, que implica
adaptaciones continuas a su medio ambiente.
• Selección natural: Proceso evolutivo por el cual los rasgos adaptativos permiten
sobrevivir hasta la edad reproductora a los miembros de una especie y transmitir estos rasgos
a las futuras generaciones.
• Genes: Unidades básicas de la herencia, que consisten en segmentos cromosómicos
de ADN.
• Cromosomas: Estructuras con forma de bastón que residen en el núcleo de cada
célula y contienen el código genético en forma de genes.
• ADN Ácido desoxirribonucleico: sustancia química cuyas moléculas componen los
genes y los cromosomas.
• Mutaciones: Cambios aleatorios en la estructura molecular del ADN.
• Psicólogo evolucionista: Psicólogo que estudia los efectos de la evolución de la
especie en los procesos mentales y del comportamiento.
• Análogo: Algo que es similar o comparable a alguna otra cosa.
• Copulación: Relación sexual coital. (Del latín copulare, que significa «unirse» o
«formar una pareja».)
• Poliginia: Una forma de matrimonio en la cual un hombre tiene dos o más esposas.
(Del griego gyne, que significa «mujer».
• Poliandria: Una forma de matrimonio en la cual una mujer tiene dos o más maridos.
(Del griego andros, que significa «hombre» o «macho».)
• Psicoanálisis: Teoría de la personalidad creada por Sigmund Freud, que propone que
la conducta humana representa el resultado del conflicto entre fuerzas internas.
• Mecanismos de defensa: En la teoría psicoanalítica, procesos automáticos que
protegen el ego de la ansiedad, enmascarando o desechando ideas e impulsos inaceptables.
• Represión: Expulsión automática de ideas que evocan ansiedad de la conciencia.
• Zonas erógenas: Partes del cuerpo, incluyendo pero no limitándose a los órganos
sexuales, que son sensibles a la estimulación sexual.
• Desarrollo psicosexual: En la teoría psicoanalítica, el proceso por el que los
sentimientos sexuales pasan de una zona erógena a otra.
• Fijación En la teoría psicoanalítica, desarrollo contenido, que incluye la atadura a los
objetos de una fase más temprana del desarrollo psicosexual.
• Complejo de Edipo En la teoría psicoanalítica, un conflicto de la fase fálica en la cual
el muchacho desea poseer a su madre sexualmente y percibe a su padre como un rival en el
amor. (El conflicto análogo para las muchachas es el complejo de Electra.)
• Conductistas: Teóricos del aprendizaje que argumentan que un acercamiento
científico para entender la conducta debe referirse solo a las conductas observables y
medibles.
• Teoría del aprendizaje social: Esta teoría, reconociendo la influencia de la capacidad
del conocimiento, considera que el aprendizaje observacional, los valores y las expectativas
juegan papeles clave en la determinación del comportamiento.
• Modelado: Adquirir conocimiento y habilidades observando a otros.
UNIDAD 3
Epistemología del modelo médico Hegemónico y de la sexología con perspectiva de género.
La sexología en la actualidad
En la clínica, se encarga de problemáticas sexuales específicas como las
disfunciones: preorgasmia (ya no decimos anorgasmia, porque se considera que todas las
mujeres tienen capacidad de alcanzar el orgasmo, si aprenden cómo), disfunción del deseo,
disfunción de la erección, eyaculación precoz, vaginismo, dispareunia, etc., y las derivadas
de los problemas de género, de la violencia, de la diversidad sexual y de la discriminación.
Estudia fundamentalmente la salud sexual y reproductiva y las formas de prevención de los
problemas sexuales tanto físicos, como vinculares o derivados de problemas psicológicos y
sociales (abuso, violación).
La sexología educacional, trabaja en el área de la formación, la información y la
prevención de problemáticas relacionadas con el ejercicio de la sexualidad: salud sexual y
reproductiva, enfermedades de transmisión sexual, VIH/sida, embarazos no deseados o
precoces, abuso sexual, violación y problemáticas surgidas en las distintas etapas evolutivas.
Es de suma urgencia una nueva orientación sexológica basada en pruebas científicas,
que permita avanzar tratando de conseguir la mejor evidencia.
La investigación en sexología
Para investigar, es necesario preguntar en detalle y esto requiere vencer la vergüenza
de tratar la sexualidad como tabú, de desarrollar una confianza estable con el terapeuta, de
poder aceptar la sexualidad como algo natural y no malo y de tomar conciencia de que debería
poder hablar de su aparato genital con la misma naturalidad con la que hablaría de su aparato
cardiológico y gastrointestinal.
Así como un paciente no se siente avergonzado de contarle al médico que tuvo un
episodio bronquial, por ejemplo, tampoco debe sentir vergüenza de hablar acerca de su
orgasmo, de su falta de erección, de la imposibilidad de alcanzar la penetración en una
relación coital o de su falta de deseo. Debería sentirlo tan natural hasta el punto de que pueda
tratar sin restricciones con su terapeuta sexual lo que hace con su cuerpo y su genitalidad.
A diferencia de otros problemas psicológicos, los problemas sexuales en la mayor
parte de los casos implican a dos personas, aunque muchas veces suela estar una sola en
tratamiento. La influencia positiva o negativa del partenaire, a menudo, los terapeutas e
investigadores no pueden controlar ni manejar. Aquí no podemos aislar al paciente de su
pareja y las problemáticas son más importantes cuando esas parejas son ocasionales y no
contamos con información para predecir sus reacciones, que estarían en muchos casos
funcionando como refuerzos de sus conductas.
Difiere mucho la sexología que trabaja con problemáticas de causas psicológicas, de
la sexología médica. Esta ha podido trabajar más con la evidencia, ha desarrollado y
estudiado con mayor profundidad los resultados de sus terapias, al trabajar con casos donde
las disfunciones se deben a causas físicas y no psicológicas.
Si partimos de las investigaciones de Kinsey, nos encontramos con una metodología
con un gran entrenamiento de sus entrevistadores, lo que dio como resultado el conocimiento
en detalle del ejercicio de la sexualidad humana. 20 años después, Masters y Johnson
estudiaron las problemáticas relacionadas con ese ejercicio y trataron de solucionarlas.
Crearon técnicas terapéuticas muy específicas para las disfunciones sexuales y las aplicaron
en su institución, trabajando, a veces con partenaires sustitutas que, también, fueron
entrenadas. Los resultados de la aplicación de las técnicas de Masters y Johnson y de sus
investigaciones fueron un gran aporte a la sexología y abrieron un campo hasta el momento
no trabajado: el poder resolver las problemáticas sexuales de los individuos solos o en pareja.
Sin embargo, el mundo ha cambiado y la vertiginosa vida que se lleva en el siglo XXI
casi no permite que la gente se interne 15 días para solucionar sus problemas sexuales.
Para realizar las tareas, que hoy el terapeuta sexual indica al paciente, se debe
propiciar un ambiente y una motivación que den lugar a algo de deseo sexual y una gran
cantidad de casos este ambiente y esta motivación no se logran por falta de diálogo, de
tiempo, por estrés, etc.
El hecho de que la terapia se alargue, por lo expuesto anteriormente, desmotiva a los
pacientes. Nada tiene que ver con la motivación que mantenían los pacientes tratados por
Masters y Johnson. ¿Cuánto tenía que ver la motivación en esos resultados? No lo sabemos.
Tampoco en las investigaciones de Masters y Johnson, ni de Kaplan se tuvieron en cuenta
características de personalidad de los sujetos.
Las investigaciones respecto a estos temas comenzaron recién en la década de 1980
y 1990. De las formas de aprendizaje que pueden llevar las disfunciones, confirmé mediante
una investigación minuciosa, en el instituto Kinsey de Sexología en la ciudad de Rosario,
cómo el aprendizaje lleva a la eyaculación precoz.
Dentro de la misma institución, se desarrollaron investigaciones respecto a las
características de la personalidad o aprendidas, relacionadas con las distintas disfunciones
sexuales.
Conclusiones
La sexología basada en la evidencia aún está en sus comienzos. Faltan más
investigaciones que corroboren la eficacia y la eficiencia de las técnicas que se están
aplicando en las diferentes terapias.
Mientras la sexología y la sexualidad sigan siendo un tema casi tabú, aún en las
facultades de medicina y psicología, esta será una tarea difícil de llevar adelante.
La sexología es una ciencia incómoda y lo seguirá siendo, mientras no se puedan ver
y pensar los genitales como una parte del cuerpo humano tan aceptable como las otras partes
y al ejercicio de la genitalidad como una conducta respetable. Este ejercicio es un
comportamiento normal y vital que compromete lo biológico, lo psicológico y lo social de las
personas. Además, las relaciones sexuales, son consideradas normales, mientras no
provoquen daño a quien las ejerza ni a su pareja, mientras no fuercen a otro a realizar actos
que no desea y se den entre personas adultas y responsables de sus actos.
Los movimientos feministas han sido muy fuertes y han tenido mucha influencia y algunas
personas de esos movimientos han hecho mucha fuerza por la perspectiva de género. Sí, hay
perspectiva de generao , porque el 80% de los médicos, los estudiantes en la facultad de
medicina, son mujeres. “En este momento todos mis médicos en este momento son mujeres,
¿te dice algo esto? Y son más estudiosas... Y los médicos son más, habilidad manual
probablemente, de cirugías, para las cosas técnicas... Pero creo que el mundo, le va a costar,
pero se tiene que resignar. La psicología la coparon las mujeres hace rato, hay una
perspectiva de género impresionante en la psicología.” Expresiones como «nos cuidamos
cuando hablamos» o «el mundo se tiene que resignar» aluden a una aceptación de la
perspectiva de género , más por presión social que por convencimiento individual sobre la
pertinencia e importancia de adoptar dicha perspectiva en sus intervenciones.
De las y los doce referentes entrevistados, sólo tres sexólogas mostraron estar familiarizadas
con una perspectiva de género. Estas tres sexólogas se mostraron críticas respecto al bajo
conocimiento e incorporación del enfoque de género entre sus colegas y su visión coincide
con nuestra percepción de que, hasta el momento, dentro del campo sexológico la
perspectiva de género ha sido adoptada predominantemente en términos de corrección
política. Consistentemente con la escasa presencia de la perspectiva de género en la
formación sexológica, la incorporación de una mirada de género en el consultorio parece
limitarse a distinguir problemas de mujeres y problemas de varones. Si bien algunas de las
sexólogas más sensibilizadas con dicha perspectiva relacionan estas diferencias con la
socialización de género, en general los sexólogos se limitan a enumerar los motivos de
consulta más comunes de uno y otro sexo o diferenciar diagnósticos frecuentes para unos y
para otras, pero raramente esbozan explicaciones que refieran a cuestiones de género como
posibles determinantes o condicionantes de la emergencia de cada tipo de problema.
En los últimos años han percibido cambios en las conductas y prácticas sexuales que los
enfrentan a situaciones novedosas tanto en el consultorio como en las actividades educativas.
Estos y estas profesionales consideran que la sexología debe ponerse al servicio de la
sociedad en el nuevo escenario. Indican que la consulta de personas GLTTBI no es frecuente
en la sexología clínica. Las cuestiones relativas a la diversidad sexual tampoco fueron
mencionadas al ser consultados acerca de los temas de los que se ocupa la sexología
actualmente, más allá de su propia experiencia clínica.
Mientras que la primera ola de la sexología tuvo como principal preocupación dar una
explicación biológica/científica a la sexualidad considerada anormal por su carácter extra-
familiar y no reproductivo , en una segunda etapa la sexología dejó de lado su interés por la
sexualidad «desviada» para volcarse hacia la sexualidad «normal». « Al contrario de lo que
ocurría a final del siglo XIX, no se trata más de los excesos a ser restringidos, sino de la falta
que debe ser sanada» , lo que se observa paradigmáticamente en la definición de las
disfunciones sexuales . Además de este recorte preferencial de la sexología sobre la
sexualidad heterosexual, probablemente las actitudes discriminatorias o prejuiciosas de
algunos profesionales contribuyan al alejamiento de la población GLTTBI de la consulta
sexológica. La perspectiva de los derechos humanos en general y de los derechos sexuales
en particular parece no haber arraigado entre las y los referentes del campo sexológico,
quienes han avanzado por un camino relativamente independiente de los colectivos que
trabajan por la promoción de los derechos sexuales, de las mujeres y/o de minorías sexuales,
como el feminismo o el movimiento GLTTBI.
Propuso una revisión de los discursos y prácticas habituales en el campo, que considera
«excluyentes, condenatorias, que sólo validan, normalizan lo hegemónico».
Comentarios finales
Esto supone un contacto más fluido con organizaciones y movimientos sociales que, sumado
a la diversidad de disciplinas que lo integran, explica la mayor legitimidad de la que gozan los
aspectos socioculturales y, en particular, las perspectivas de género y derechos en la
vertiente educativa de la sexología. Finalmente, debemos tener en cuenta que, más allá de
la formación específica en sexología, en la educación universitaria de grado de estas y estos
profesionales la incorporación de los estudios de género y/o sobre sexualidad es escasa o
directamente nula, según el área disciplinar que se trate. La formación biomédica no brinda
herramientas para abordar cuestiones relativas a la sexualidad más allá de lo estrictamente
anatómico-fisiológico, ni una perspectiva de género y derechos para la prevención y el
tratamiento en el campo de la salud. En las ciencias sociales y la psicología, por su parte,
existe un mayor énfasis en la formación en cuestiones de género que en las relativas a
sexualidades pero, en ambos casos, la incorporación de estas temáticas requiere, por parte
de quienes las enseñan, grandes esfuerzos personales para lograr la inclusión de estos temas
en la currícula , y casi siempre como materias optativas.
UNIDAD 4
Crítica a los manuales diagnósticos clásicos.
UNIDAD 5
Disidencias sexuales. Definiciones, conceptos y sexualidades. Identidades trans y no
binarias, orientaciones no hegemónicas. Intersexualidad. Marco ideológico y social.
Transodio. Legislación. Familias homoparentales y transparentales, respeto y valor de la
diversidad.
Ley 26.743 IDENTIDAD DE GÉNERO
ARTÍCULO 3o — Ejercicio. Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y
el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género
autopercibida.
ARTÍCULO 4o — Requisitos. Toda persona que solicite la rectificación registral del sexo, el
cambio de nombre de pila e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los
siguientes requisitos:
1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo establecido
en el artículo 5° de la presente ley.
2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales
correspondientes, una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley,
requiriendo la rectificación registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento
nacional de identidad correspondiente, conservándose el número original.
3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.
En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total
o parcial, ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.
ARTÍCULO 6° — Trámite. Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4° y 5°, el/la
oficial público procederá, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo, a notificar
de oficio la rectificación de sexo y cambio de nombre de pila al Registro Civil de la jurisdicción
donde fue asentada el acta de nacimiento para que proceda a emitir una nueva partida de
nacimiento ajustándola a dichos cambios, y a expedirle un nuevo documento nacional de
identidad que refleje la rectificación registral del sexo y el nuevo nombre de pila. Se prohíbe
cualquier referencia a la presente ley en la partida de nacimiento rectificada y en el documento
nacional de identidad expedido en virtud de la misma.
Los trámites para la rectificación registral previstos en la presente ley son gratuitos,
personales y no será necesaria la intermediación de ningún gestor o abogado.
ARTÍCULO 7° — Efectos. Los efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de pila,
realizados en virtud de la presente ley serán oponibles a terceros desde el momento de su
inscripción en el/los registro/s.
La rectificación registral no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que
pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni
las provenientes de las relaciones propias del derecho de familia en todos sus órdenes y
grados, las que se mantendrán inmodificables, incluida la adopción. En todos los casos será
relevante el número de documento nacional de identidad de la persona, por sobre el nombre
de pila o apariencia morfológica de la persona.
ARTÍCULO 8° — La rectificación registral conforme la presente ley, una vez realizada, sólo
podrá ser nuevamente modificada con autorización judicial.
ARTÍCULO 11. — Derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de
dieciocho (18) años de edad podrán, conforme al artículo 1° de la presente ley y a fin de
garantizar el goce de su salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y
parciales
y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su
identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorización judicial o
administrativa. Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, no será necesario
acreditar la voluntad en la intervención quirúrgica de reasignación genital total o parcial. En
ambos casos se requerirá, únicamente, el consentimiento informado de la persona. En el caso
de las personas menores de edad regirán los principios y requisitos establecidos en el artículo
5° para la obtención del consentimiento informado. Sin perjuicio de ello, para el caso de la
obtención del mismo respecto de la intervención quirúrgica total o parcial se deberá contar,
además, con la conformidad de la autoridad judicial competente de cada jurisdicción, quien
deberá velar por los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño o niña de
acuerdo con lo estipulado por la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061
de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La autoridad judicial
deberá expedirse en un plazo no mayor de sesenta (60) días contados a partir de la solicitud
de conformidad. Los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del
subsistema de obras sociales, deberán garantizar en forma permanente los derechos que
esta ley reconoce. Todas las prestaciones de salud contempladas en el presente artículo
quedan incluidas en el Plan Médico Obligatorio, o el que lo reemplace, conforme lo
reglamente la autoridad de aplicación.
ARTÍCULO 12. — Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las
personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto
al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, el nombre de
pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo, llamado y cualquier otra
gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados.
Cuando la naturaleza de la gestión haga necesario registrar los datos obrantes en el
documento nacional de identidad, se utilizará un sistema que combine las iniciales del
nombre, el apellido completo, día y año de nacimiento y número de documento y se agregará
el nombre de pila elegido por razones de identidad de género a solicitud del interesado/a.
En aquellas circunstancias en que la persona deba ser nombrada en público deberá utilizarse
únicamente el nombre de pila de elección que respete la identidad de género adoptada.
Diversidad sexual
,tres usos comunes del término
Tres son los usos comunes del termino diversidad sexual los cuales vamos a ampliar a
continuación
1. como EUFEMISMO o forma decente, para referirse públicamente a individuos o grupos
estigmatizados con palabras consideradas vulgares.
2 .como termino SOMBRILLA para agrupar a esos individuos o grupos estigmatizados por
sus prácticas sexuales o por su identidad sexo –genérica.
3 .como forma para referirse a la OTREDAD de la trilogía macho-masculino-heterosexual.
1 como EUFEMISMO de manera tradicional se usa el término de diversidad como una
expresión para decir gay ,lesbiana, bisexual, transgenero o de plano puto, marimacha,
bicicleta, vestida o loca como estos términos no son adecuados para un discurso público
político ,entonces se recurre a la menos altisonante locución ,DIVERSIDAD SEXUAL ,Este
uso tuvo varias acepciones valga recordar que el termino gay, surge en Estados Unidos como
categoría de identidad política para contestar al discurso médico y policiaco de la
homosexualidad y para reivindicar una actitud vital y positiva hacia la sexualidad y en términos
generales de la sensibilidad ideal del patriarcado.
Paulatinamente el termino diversidad sexual, confiere una legitimidad importante que se ve
aprovechada para el avance de la existencia sexual de las personas , sobre todas de aquellas
tradicionalmente estigmatizadas. Esta legitimidad proviene de su asociación simbólica con la
creciente legitimidad en el lenguaje político mundial a respeto de la biodiversidad y a la socio
diversidad impulsado por los movimientos ambientalistas y por los movimientos de las
minorías étnicas en los llamados países desarrollados más allá de todo. La legitimidad se
ha ido construyendo en el proceso de democratización que se gesta entre los 80 y 90 en la
llamada transición democrática, aquí aparece un valor central :EL RESPETO A LAS
DIFERENCIAS .Es en este escenario cultural y político donde la noción de diversidad sexual
se nutre de un mayor consenso ,se avanza en visibilizar y proscribir la discriminación al menos
en sus formas más groseras y evidentes.
En líneas posteriores abordaremos el termino HOMOFOBIA DIFERENCIALISTA , aquella
que ..utiliza la tolerancia de las diferencias… ,para garantizar la inequidad
jurídica.(Barillo,2000).
2 como término SOMBRILLA, se usa el mismo para una diversidad de identidades sociales
,históricas y políticas ,portadoras de sus propias limitaciones y posibilidades liberadoras ,no
completamente exploradas en sí mismas, el problemas que aquí radica es que se engloba
en una misma percepción ideológica y política ,homogeneiza ándolos a personas y grupos
con intereses ,experiencias de vida ,necesidades y posiciones sociales ,simbólicas y políticas
Dicho de otra manera el termino de diversidad sirve para subordinar u ocultar precisamente
a quienes resultan más inquietantes para la moral pública: los y las llamadas transgeneros
,intersexuales y transexuales al punto de no reconocerse a si mismos/as.
Entendiendo el término de transgenero como la persona transgresora del género masculino
o femenino que la sociedad espera y trata de imponer a partir del sexo biológico ,un término
preferido por algunos es el de DISFORIA DE GENERO. El transexual es una persona que,
en primera instancia , no se siente a gusto con su propio sexo biológico y desea un cambio
de sexo.
3. su uso para referirse a la OTREDAD de la heterosexualidad
Este término está siendo empleado para agrupar a personas y grupos con identidades no
heterosexuales ,es un absoluto equivoco tanto lingüístico como ideológico .de hecho no
existen grupos de la diversidad existen miembros de una totalidad diversa .Lo mismo sucede
con las personas y la sexualidad ,todas son personas y todas tienen una sexualidad diferente
,son integrantes de una totalidad que es diversa: las personas.
El termino más allá, divide ya que mantiene incólume un elemento sexista: el heterosexismo
.esto es la ideología y practica que jerarquiza las sexualidades como superior a las otras
prácticas e identidades sexuales .y deja entrever eso que queda atrapado en e el habla
popular, cuando se dice “es de los otros” para referirse a los homosexuales ,lo que coloca en
el plano simbólico la heterosexualidad ,como la identidad central ,única, y natural completa
,absoluta del ser ,al grado de que ni siquiera tienen que decir su nombre.
Sin embargo existe un “Afuera”, una periferia , los diversos pero que por reflejo simbólico da
vi no es diverso ,sino homogéneo ,unificado. Por eso cabe preguntarse, si unos grupos son
de la diversidad sexual , entonces los otros ,los no gay, las no lesbianas, los no bisexuales
,los no transgeneros ,etc. esto es, los no diversos ,¿Qué son? los de la homogeneidad sexual
,los de la unicidad sexual…detrás de este uso se reproduce de nuevo el viejo correlato
heterosexual normal y los raritos, los normales y los perversos .Los diversos de ahora son
las locas de antes ,pero en un lenguaje políticamente correcto.
Más bien debemos cambiar los conceptos de su uso, desde esta perspectiva los grupos de
diversidad sexual , no existen. Si bien su uso es lingüísticamente correcto cabe discutir su
sustento en la teoría y en la investigación y sus consecuencias políticas.
Este es un tema que merece particular atención y qué nos lleva a tres asuntos de fondo:¿Cuál
es la posición teórica que hace posible y deseable la afirmación de que la existencia sexual
de las personas es diversa? qué implicaciones tiene para la manera de pensar las identidades
sexuales ¿Qué implicancias políticas nos lleva el concepto .más allá de las persona y de la
sociedad, sino a la sexualidad de cada persona?
NUÑEZ ,CAPITULO 4
,LOS DISCURSOS DOMINANTES DEL CAMPO SEXUAL: SU VISION INTEGRISTA
Para la teoría QUEER, este es un sistema dominante que contienen a su vez tres formas de
entender y reducir la existencia sexual:
1) EL BINARISMO SEXUAL
2) EL BINARISMO DE SEXO
3) EL BINARISMO EROTICO
1) EL BINARISMO SEXUAL
El binarismo sexual es la ideología y practica de construir ,dos sexos de los cuerpos humanos
pero también encontramos una serie de evidencias corporales que nos demuestran que m as
allá de opuestos y complementarios existe una variedad sexual ,como el Hermafroditismo, y
que hoy se reconoce como parte de esa realidad más amplia denominada
INTERSEXUALIDAD: Personas que nacen con características sexuales cromosómicas
,gonadales ,genitales u hormonales que no coinciden con las categorías sexuales binarias de
macho y hembra humanos. A la vez estas variantes sexuales a nivel biológico se clasifican
entre otras en síndrome de Turner,
Hay sin embrago variantes que involucran otros aspectos que contribuyen a construir lo que
llamamos sexo: el sexo gonadal ,el sexo genital y el sexo hormonal. En este sentido , en la
bibliografía sobre el tema se señalan dos variantes: hiperplasia suprarrenal y testículo
femenizante .Los términos hormonas masculinas y femeninas y hormona machos u hembra
son absolutamente engañosos porque nos hacen pensar que estos compuestos químicos son
constitutivos de la masculinidad o feminidad ,lo cual es falso, pues lo que se entiende como
masculino y femenino es algo que depende de cada cultura y de sus propias convenciones
de sentido.
Está claro que las variantes cromosómicas y la presencia de genitales hembras o machos
externos e internos como así también los rasgos secundarios diversos nos remiten a una
realidad sexual que lejos está, de ser atrapada en una concepción binaria.
Para lidiar con esta realidad de la naturaleza los dispositivos de poder medico han tratado
de ajustar la naturaleza al binarismo occidental de que deben existir solo dos
sexos…recurriendo incluso hasta las cirugías.
Un interesante movimiento político ,critico el binarismo sexual entre los cuales se encuentran
algunos intersexuales, estos prefieren considerarse en la transexualidad ,y refiere a aquellos
varones y mujeres en el ámbito cromosómico ,genital y gonadal que, sufriendo una disonancia
entre su cuerpo y su sentido de identidad sexual ,se someten a una cirugía con el fin de
transformar sus órganos genitales y realizar otras modificaciones corporales .Existe lo que se
conoce como reasignación sexual que involucra fundamentalmente los genitales a pesar de
que no se encuentran con el aval de las instituciones médicas las transexuales se enfrentan
a múltiples dificultades tanto en su proceso de transformación corporal como a su posterior
integración social.
2) EL BINARISMO DE GENERO
El sexismo hace derivar del dualismo sexual antes mencionado otro dualismo ,el dualismo de
Genero: la noción de que de los cuerpos machos y los cuerpos hembras se derivan
naturalmente disposiciones diferencias de sentir percibir, pensar y actuar .ya que se suponen
una serie de disposiciones llamadas masculinas o femeninas .la gran paradoja aquí consiste
sin embargo en que la sociedad configura una diversidad de dispositivos de poder para
construir en cada individuo socialmente esas características que ,siendo conscientes habrían
de expresarse naturalmente sin ningún condicionamiento social. Esta paradoja evidencia que
son completamente arbitrarias las construcciones sociales heredadas.
Los significados de genero atribuidas a los colores y a lo que sea son siempre convenciones
sociales y están sujetas a disputas y a cambio.
En este sentido también cabe mencionar a el hombre femenino o la mujer masculina o los
hombres y mujeres que integran comportamientos y cualidades consideradas masculinas y
femeninas en sus propias personas y en diferentes grados y circunstancias (andróginas,
travestis o trans generos ) no pueden se aprehendidas con esta conceptuación binaria e
integrista, al grado de que su identificación como hombre y mujeres se pone en entredicho.
Y como la ideología dominante no puede admitir que está equivocada, entonces plantean”
faltan o sobran hormonas, sus genes son diferentes ,padecieron problemas de identificación
con sus padres o madre, etc. ”.de nuevo subsiste la idea de que la naturaleza se equivoca.
Ambos resultan amenazantes es por eso que que algunas personas consideran que hay que
someterlos ,violentarlos ,castigarlos ,darles una lección ejemplar y ponen en entredicho el
carácter supuestamente natural de los géneros ,algo que es intolerable desde el punto de
vista social y personal .
Las concepciones sobre la naturaleza masculina y femenina estructuran y legitiman así los
roles domésticos y extra domésticos de hombres y mujeres y las identidades sociales básicas
entre muchas otras .Las supuestas características afectivas de ellas e instrumentales de él
se complementan naturalmente para formar la Unidad Reproductiva tanto biológica como
social :L a Familia Patriarcal .
En relación con el travestismo, es una manifestación más de transgresión social del genero
esperado socialmente en virtud del sexo biológico ya que además de involucrar la imagen a
través de la vestimenta .implica rasgos sexuales secundarios : La modificación del vello facial
en el pecho ,la modificación de los senos ,por mencionar dos .
Existe algo que también suele llamarse travestismo fetichista que se refiere a la expresión
comportamental de la sexualidad que involucra la excitación por usar ropa o complementos
considerados propios del otro sexo en nuestra sociedad : los varones que se excitan con
prendas íntimas de sus esposas o las mujeres que gustan de usar calzado masculino por
motivaciones eróticas.
Otra variante es el travestismo por razones artísticas, que se realiza para representar a algún
personaje del otro sexo..se le suele llamar también Transformismo.
Para aclarar también que estas formas de transgresión del genero socialmente esperado
nada nos dice en misma delas preferencias sexuales de los sujetos.
Aunque , ciertamente en algunas personas esta condición trans tiene una intensidad y una
permanencia que marca profundamente su experiencia de vida.
Los binarismos sexuales y de genero adquieren un cierre ideológico que genera una
sensación de coherencia y unicidad en la heterosexualidad patriarcal ,ese producto ideológico
y social en la medida que implica la sexualidad de los diferentes como opuestos y
complementarios ,se constituye en el espacio ideológico que provee de sentido en una
finalidad biológica y social :la reproducción de la especie y la reproducción social de un
modelo de pareja y familia en el que el macho masculino .heterosexual vuelto padre –esposo
tiene preeminencia de autoridad y privilegios .
Al mismo tiempo ,los anteriores binarismos naturalizan transfieren esa naturalidad a un
deseo y a una práctica sexual institucionalizada :La heterosexualidad patriarcal .
En la medida en que el único fin valido de la sexualidad ,según la moral cristiana dominante
,es la Reproducción ,solo la heterosexualidad vivida de cierta manera es válida (orgásmico y
genital).
No obstante existen otros recursos que se abren camino hacia nuevas prácticas relacionadas
con la sexualidad y el placer ,procedentes tanto de ciertos movimientos sociales (como el
feminismo ,y los movimientos de liberación LGBTTI)
En este marco ,me interesa enfatizar y explorar la manera en que tres recursos ideológicos
trabajan para apuntalar el heterosexismo :
A. El heterosexismo y el Amor
La disonancia amorosa de las parejas del mismo sexo tiene que ver con el
subtexto de genero del discurso del amor y de la pareja matrimonial en el
patriarcado. Es por ello que los movimientos que luchan por el reconocimiento de
las uniones del mismo sexo han emprendido como parte de su lucha ,el
reconocimiento de los distintos tipos de familia en condiciones de equidad, lo que
incluye tanto a familia homoparentales como a las familias monoparentales
,unipersonales ,etc.
A su vez, este intrincado nexo ente el sexismo y la homofobia nos muestra la razón
de fondo de la alianza social , cultural ,y política necesaria entre los movimientos
feministas y los movimientos de la disidencia sexual y de género.
Todos somos bisexuales, señala Freud ;el deseo homosexual existe aunque
sea en nuestro inconsciente .
Asimismo lo que se quiere decir con esto es que tal pretensión con sus efectos
sobre los cuerpos y los deseos tienen una historia personal ligada a las
tecnologías sociales del poder. En fin .lo que implica es que todos ,aunque
sea en nuestros sueños o pesadillas ;lapsus ,chistes ,aficiones ,e idolatría a
modelos, artistas ,deportistas ,políticos ,etc. Expresan la compleja realidad de
nuestro deseo ,es que al menos somos más diversos eróticamente de lo que
pretendemos al adscribirnos a determinada identidad erótica.
(El texto es un diálogo a modo de entrevista que realiza Gabriel Benzur (desde ahora GB)
como entrevistador y Mauro Cabral (desde ahora MC) como entrevistado).
GB: ¿Qué es, qué debemos entender cuando alguien habla de intersexualidad?
MC: Uno de los problemas más complejos que enfrentamos quienes trabajamos teórica o
políticamente sobre intersexualidad es su inmediata asociación, en nuestro imaginario cultural
común, con el hermafroditismo, individuo con “ambos” sexos. El concepto clave para
comprender de qué hablamos cuando hablamos de intersexualidad es el de variación.
Con intersexualidad nos referimos a todas aquellas situaciones en las que el cuerpo sexuado
de un individuo varía respecto al standard de corporalidad femenina o masculina
culturalmente vigente. ¿De qué tipo de variaciones hablamos? Sin ánimo de exhaustividad, a
aquellas que involucran mosaicos cromosómicos (XXY, XX0), configuraciones y
localizaciones particulares de las gónadas. Cuando hablamos de intersexualidad no nos
referimos a un cuerpo en particular, sino a un conjunto muy amplio de corporalidades
posibles, cuya variación respecto de la masculinidad y la femineidad corporalmente “típicas”
viene dada por un modo cultural, biomédicamente específico, de mirar y medir los cuerpos
humanos.
GB: De allí ya estamos a un paso de la construcción social del género, de un nuevo paradigma
de la identidad. ¿Cómo caracterizar este nuevo enfoque?
MC: Lo que este paradigma viene a cuestionar, en primer lugar, es la existencia de algún
determinante específico, bioanatómico, de la identidad sexual – no solamente la identidad
sexual de aquellos individuos que hoy llamaríamos intersex, sino la de todos los seres
humanos. El sexo mismo comenzaba a aparecer bajo las características dispersas, múltiples,
que le reconocemos hoy – como sexo cromosómico, gonádico, genital... ¿Cuál, de todos
ellos, determinaba finalmente la identidad de alguien como niña o niño, hombre o mujer?
Entre 1950 y 1960 investigadores continuaron el sesgo psicosocial inaugurado hacia finales
del siglo XIX, afirmando la centralidad de lo que, con nuestro vocabulario actual, podríamos
llamar el proceso de generización – es decir, el proceso por el cual un individuo sexualmente
neutro era introducido en la femineidad y la masculinidad a través de la socialización
cualquiera fuera su corporalidad inicial. Para nombrar el resultado de ese proceso,
diferenciándolo de los caracteres específicamente bioanatómicos, se introdujo la distinción
entre género, como construcción psicosocial y sexo, como bioanatomía. Sin embargo la
dependencia respecto del cuerpo sexuado y su morfología seguía siendo fortísima. Porque
la socialización (el proceso de generización) precisaba de un cuerpo donde asentarse, de una
base material. Para socializar a alguien como una niña, para que su identidad femenina
resultara “exitosa” y sin fisuras, era imprescindible que su cuerpo fuera, en su apariencia
exterior, el de una niña standard. El cuerpo regresaba como el sostén material,
imprescindible, de la asignación de género y del éxito de esa asignación a lo largo de la vida.
El paradigma identitario del que hablamos incluía una temporalidad específica, antes que la
core gender identity (es decir, el sentido inmodificable que cada cual poseería de ser una
mujer o un hombre) se estableciera, hacia los dos años de edad. Cualquier reasignación
posterior era muy arriesgada, y virtualmente imposible, por lo que en ese entonces, como en
este momento, cada nacimiento intersex era tratado como una verdadera emergencia médica
– a pesar de que las variaciones corporales asociadas con la intersexualidad rara vez
comportan algún riesgo para la salud.
GB: ¿Pero qué ocurría en aquellos casos donde a una asignación inicial proseguía una re-
asignación?
MC: Puesto que la generización debe producirse sin “fallas”, en aquellos casos donde quienes
realizaron una primera asignación cambiaron luego de parecer, el mandato fue un cambio
drástico – de nombre, de ropa, de juguetes, pero también de vecindario, e incluso de ciudad,
el ocultamiento o incluso la destrucción de fotografías, de documentos… Es decir, la
transformación de la historia personal vivida hasta el momento en una prehistoria, tan
prescindible como peligrosa. No todas las ocurrencias de variaciones asociadas con la
intersexualidad implican algún tipo de dificultad en la asignación de género, o un
procedimiento de reasignación de género.
¿Quiénes nos identificamos, entonces, como intersex? Por lo general, aquellas personas que
fuimos diagnosticadas, y que sufrimos la intervención biomédica. En ese sentido, gran parte
del activismo intersex no se funda solamente en la experiencia de la diferencia corporal, sino
también en la de aquella otra diferencia, que podríamos llamar ética, de la intervención
médica.
GB: ¿Qué demanda el activismo político intersex y cuáles han sido sus logros más
importantes hasta ahora?
MC: Nuestras demandas son simples, y comienzan, como afirma Cheryl Chase, con la
reubicación del problema – del sistema biomédico, al sistema cultural de los géneros en el
que la biomedicina funciona, y la estigmatización de los cuerpos que varían. Si persiste el
modelo actual de asignación, binario, se demanda la asignación de cada individuo al género
femenino o masculino, de acuerdo a las mejores expectativas de una vida feliz, y teniendo en
cuenta, decisivamente, la experiencia de asignaciones anteriores; pero esa asignación inicial
no debe implicar la modificación quirúrgica, “cosmética”, del cuerpo, dándole a ese niño o
niña la posibilidad de decidir acerca de la necesidad de modificarlo o no en el futuro, con
pleno conocimiento de las consecuencias que cada decisión comporte.
Le hemos dado a otras familias la oportunidad de encontrarnos, de conversar con nosotr*s
aquello que rara vez pueden conversar con profesionales: los resultados vividos. Hemos
introducido un nuevo vocabulario, complicando la lengua, agregando asteriscos, arrobas,
imposibilidades del decir, le hemos dado un trabalenguas a la lengua, la hemos puesto a
tartamudear
GB: Si consideramos lo que decías antes, respecto del sesgo de género y la homofobia de
los protocolos intersex, la alianza con el movimiento feminista y el movimiento GLTB parece
fundamental.
MC: Es cierto, y sin duda lo es. Sin embargo es una alianza que no se da sin dificultades.
GB: La escritura autobiográfica, testimonial ¿puede ser considerada el estilo intersex por
antonomasia?
MC: Por lo general no se trata de nuestra expertise – ¡no somos médicos, no somos médicas!
– sino más bien del modo en que somos confinados al sitio de aquel que habla desde el dolor
– y solo desde el dolor –, cuyo discurso lleva impresa la marca de un idiotismo, la ley del
lugar, diría Michel de Certeau, cuya experiencia no es generalizable, puesto que se trata, a
lo sumo, y en el peor de los casos, de un accidente. Sin embargo, existe otra cuestión, a la
que podríamos llamar, mínimamente, la cuestión del vocabulario o, si intentamos una
consideración de máxima, la cuestión de la lengua. Una revisión rápida de los textos que
incluyen nuestra propia comprensión aparece estructurada, dicha, en el vocabulario que
emergió, triunfante, de los años ’50 y ’60: género, identidad de género, orientación sexual son
parte de nuestra comunicación cotidiana… y forman parte, también, del lenguaje de la
subversión
GB: Sin embargo muchas personas intersex, como vos mismo, eligen identidades o bien
masculinas o bien femeninas, y no un más allá o un afuera del género, o una ambigüedad de
género.
MC: Existe una expectativa de que la intersexualidad promueva, de algún modo, la
emergencia de nuevas identidades, o el deshacerse de las antiguas. En algunos casos es
cierto, en otro no. Pero si transformamos la intersexualidad en un nuevo deber ser o queer –
el proyecto subversivo fracasa desde el principio. Lo que se introduce es un saber –
exactamente la clase de saber clasificatorio que busca subvertirse.
Pienso, como muchos de mis amigos y compañeros de activismo intersex piensan, en la
posibilidad de una nominación otra – ni hombre ni mujer. Pero una vez más, mi temor es la
reintroducción de la taxonomía, el “por supuesto, viendo su cuerpo se sabe, claramente que
no es ni un hombre ni una mujer – y, por lo tanto, como petición de principio, se sabe lo que
es el cuerpo de hombres y mujeres”. Y prefiero, por lejos, la opción contaminante, la de la
incertidumbre, la del no saber.
GB: ¿Por qué alguien se dedicaría al activismo intersex o, más aún, al activismo intersex en
primera persona? ¿Por qué alguien se llamaría intersex públicamente? ¿Constituye el
activismo intersex una forma de cura, por ejemplo?
MC: La primera explicación que surge es el deseo de que las cosas cambien; que nuestra
historia no le ocurra a otras personas, a otros niños y niñas, a otros y otras adolescentes. El
género, tal y como los feminismos lo proponen, no es solo emancipación: el género hiere, el
género mata, el Género – que hablamos y que nos habla, el que nos hace sujetos. La
diferencia sexual no solo se celebra, también se construye, laboriosamente se construye, con
tijeras, con hilos de sutura, con carne; el cuerpo se hace, no se nace un cuerpo, se llega a
serlo, dolorosamente, mutiladamente. Ponemos el cuerpo ahí, entonces, donde ponemos la
palabra, y cruzamos los dedos, esperando que funcione, en algún lugar, para alguien.
Llevamos encima las marcas de que la generización no se produce sin espanto, sin carne
masacrada, en una lengua sin espacio, que asfixia, donde las fisuras y los orificios deben
abrirse a fuerza de poner el cuerpo, y de obligarlo, semióticamente, a que estalle, poner el
cuerpo para hacer posible la contaminación, el estallido del Cuerpo.
En ese sentido, nuestro activismo es un intento persistente de desmentir la representación
hegemónica en el imaginario occidental – la de la intersexualidad como una forma de falta o
de exceso. Una segunda forma de la intervención, muy relacionada con la anterior, es el
trabajo en torno al testimonio, al status epistemológico del testimonio y su productividad.
No hay performance. Y nosotros creemos, políticamente, en el testimonio como performance.
No en nuestro testimonio como performance, sino en los testimonios en general –
performance estructuradas de acuerdo a tropos culturales, que las vuelven inteligibles. El
tropo de la verdad testimonial es sin duda uno de ellos.
GB: Pero la afirmación del testimonio como performance ¿no compromete la eficacia del
activismo intersex?
MC: Creemos que nuestra propuesta apunta a un cambio que tiene lugar en otro sitio, y es
un cambio fundamental: el género como performance. Las personas que nos escuchan, que
prestan atención a nuestras historias, participan de la misma cultura de la que nosotros
participamos, cuentan con recursos tropológicos semejantes, intercambiamos los mismos
mitos fundantes, en una lengua que nos traiciona todo el tiempo y que nos traiciona por igual.
superpongan con los rasgos de otra de las identidades. Por lo tanto, además de ser binario
es obligatoriamente asociativo.
El problema es la estratificación sexual. Según Nuñez Noriega (2011), instala una jerarquía
en la cual varón es más que mujer, masculino es más que femenino y heterosexual es más
que homosexual.
u6.
UNIDAD 6
Las heterocisapóstatas son mujeres que no adhieren o han renunciado a los mandatos que
se desprenden del sistema heteronormado, que se han replanteado su identidad.
Como puede verse en la tabla anterior, los mandatos normativos de género que interpelan a
las mujeres les otorgan una identificación y una posición en las relaciones sociales disyuntivas
con los valores dominantes en occidente, a través de la construcción de una identidad
‘devaluada’ y una forma de interacción específica en base a ésta y al revés: emocionalidad,
empatía, disposición a cuidar, a comunicar, vulnerabilidad, dependencia, etc. Se trata, en
palabras de Almudena Hernando (2017) de una identidad relacional, de adscripción al
grupo, pero que, en el marco de la desigualdad de género, las sitúa en una posición de
subalternidad o subordinación.
Además, vemos que se da una confluencia entre los mandatos normativos de feminidad y las
experiencias sufrientes de las mujeres, que han sido agrupadas en categorías diagnósticas o
síndromes por el discurso biomédico.
MALESTAR DE GÉNERO
Esas reglas tan cerradas, naturalizadas y por lo tanto no cuestionadas, hicieron que dejaran
de ser vistas o forzaran a ser metidas dentro de alguna de las categorías permitidas a muchas
subjetividades que de por sí, no respondían a lo esperado.
El sistema médico hegemónico ha sido funcional a la heteronorma, reproduciendo esos
mandatos, intentado modificar cuerpos y psiques para que se adapten a los binarismos y las
jerarquías que operan conjuntamente.
Una parte de las clasificaciones que suelen ser utilizadas dentro del campo de la salud mental,
tienen un marcado sesgo en sus concepciones, es decir tienden a repetir los mandatos de
género propios de la sociedad, bastante alejados de una búsqueda de la
subjetividad propia de cada persona y de ese modo contribuyen a intentar normalizar y a
patologizar conductas que se distancian de lo pautado en la construcción del género, con su
potente estrechez y binarismo.
Margot Pujal i Llombart, ha hecho un interesante estudio al respecto, en el cual establece una
relación entre categorías diagnósticas clínicas, experiencias sintomáticas encontradas en
mujeres y mandatos normativos de femenidad (2017).
Para ella “La femineidad, a través del sistema de género, se define como “otredad” y ser
otredad significa básicamente adaptarse al otro, significa que las propias decisiones las
legitiman y reconocen los otros o bien que directamente las toman por tí de antemano,
muchas veces de manera velada. Es la expresión de la dependencia y de la desigualdad
social entre los sexos, que el sistema de género vehicula a través de la producción de un neo-
binarismo jerárquico masculinidad-feminidad, el cual modula las relaciones sociales entre los
sexos” (2017).
La identidad de la mujer está, pues, escindida entre la omnipotencia con la que se socializa
dentro del mundo privado de los vínculos y la vivencia cotidiana de estar despojada de poder.
Lo pueden todo para otrxs, pero son impotentes para sí mismas. Y esta escisión impide la
verdadera autonomía (Benedicto, 2018)
Agüero de Trenqualye (2017), señala cómo una parte sustancial del sufrimiento
contemporáneo, etiquetado como problemas de salud mental y diagnosticado clínicamente,
es más una cuestión social, de poder y de política, y no propiamente una cuestión de salud,
aunque acabe naturalmente impactando y expresándose en términos de bienestar/malestar
corporal, psíquico o relacional.
“Nuestra hipótesis es que tanto transgredir como obedecer de manera intensa los mandados
neo-binarios de género modernos y neoliberales, como si se tratara de modelos naturales,
universales y saludables, conlleva un conjunto de experiencias penetrantes de sufrimiento
subjetivo, que es desigual y diferente en mujeres y varones, por razones de género” (Margot
Pujal i Llombart, 2017). Desde este punto de vista podemos clasificar los malestares en
aquellos propios de la obediencia o de la disidencia.
El sistema sexo/género genera padecimientos subjetivos en todas las personas. Sin
embargo, las experiencias de malestares son diferentes en su forma y magnitudes de
acuerdo al género, siendo el sufrimiento en las mujeres mucho mayor y más continuado
(Margot Pujal i Llombart, 2017).
HETEROCISAPOSTASÍA
Personas que han sido asociadas al nacer como mujeres y que luego lo autoperciben como
parte de su identidad, tienden a transgredir los rígidos mandatos de género en los cuáles han
sido socializadas.
Son aquellas mujeres que no adhieren a las presiones de la matriz heterosexual (Butler,
1990). Han renunciado a todos o a parte de los mandatos que se desprenden de ese sistema
heteronormado. Son mujeres cis que se han replanteado su identidad. Registran atracción
hacia los varones heterocis, pero no se vinculan con éstos de manera heteronormativa. No
responden desde los roles de género a las expectativas que tiene la sociedad en base a los
estereotipos impuestos e instituídos, las cuales han impactado de tal manera que durante
décadas han tenido que ejercer de manera casi obligatoria, una serie de roles y expectativas,
para adherir con los mandamientos patriarcales de la sociedad. La heteroapostasía viene a
romper los lazos de ese orden, rebelándose en contra de las posturas preasignadas a todas
las mujeres hetero cis y el lugar desjerarquizado de las mujeres en relación a los varones cis.
Ser mujeres heteroapóstatas implica cuestionar las asignaciones en cuanto a la sexualidad e
identidad de género, en el ámbito de lo natural y de lo privado, posicionandose políticamente
como resistencia a todo intento de normalización o integración a una sociedad
heteropatriarcal, deconstruyendo las propias prácticas, cuestionando los vínculos afectivos
para controvertir los mandatos de género.
Se propone como una nueva identidad de género. Como una identidad transdeseante, al decir
de Mateo Gallego “como una identidad que se interroga continuamente por la dirección de su
deseo (deseo no solo sexual, sino también deseo de reconocimiento) y por los ejercicios de
exclusión que se han interiorizado, de la institución heterosexual” (2011).
La heterocisapostasía como identidad de género puede ser pensada como disidencia sexual,
ya que busca abandonar el sistema heteronormativo, respecto a los roles de género, los
modos de amar y vincularse sexualmente.
CONCLUSIÓN
Jessica Crispin postula que somos guiados con valores patriarcales, nuestra lectura está
sesgada en esa clave. El éxito, la felicidad y el sentido de la vida están asociados a valores
ofrecidos por este sistema de creencias (en Queipo, 2019).
Benedicto (2018) señala que si entendemos que nuestros sufrimientos tienen en gran medida
raíces estructurales y comunes, y que la deconstrucción no puede hacerse solo desde lo
individual, el malestar puede repensarse como energía de transformación social. Podemos
aspirar a la (auto)transformación usando el malestar como palanca o como cordón umbilical.
Margot Pujal i Llombart. (2017) plantea que será urgente y necesario construir puentes
entre disciplinas, nuevos discursos, y tratar de inventar abordajes híbridos; en definitiva,
aventurarse tanto dentro como fuera de la clínica, dejando de forma decidida la zona de
confort del espacio sanitario y professional. El reduccionismo que implica un abordaje del
malestar única y exclusivamente, en muchas ocasiones, a través del diagnóstico psiquiátrico
y la medicalización conduce a un coste demasiado alto en sufrimiento subjetivo e
ininteligibilidad/ignorancia social y científica.
Pujal i Llombart, M. (2018) Cap. 8.: APUNTES PARA UNA ‘SALUD MENTAL’ INCLUSIVA:
DUELO A LA IDENTIDAD
Edurne Pasaban explicaba en primera persona que había sufrido de una depresión grave,
por un diagnóstico psiquiátrico que estaba hecho en relación a su género.
Recogeremos su generoso testimonio por dos razones. La primera, porque permite visibilizar
y explicitar la dimensión de género invisible pero inherente a su experiencia de sufrimiento y,
por tanto, vinculada a la condición social de ser mujer como situación de adversidad en una
sociedad sexista, patriarcal y neoliberal como la nuestra, y también mostrar un proceso
posterior de autorización, reconocimiento y levantamiento psico-social. La segunda razón de
la inclusión de su testimonio es que me ayuda a mostrar que la categoría de salud mental en
el siglo XXI se refiere a sufrimientos ‘evitables’ que pueden experimentarse en la vida
cotidiana de cualquiera de nosotras al estar vinculados al dispositivo de poder de género y,
por tanto, apelan a una dimensión política de la vida.
Maria José Agüero, señala cómo una parte sustancial del sufrimiento contemporáneo,
etiquetado como problemas de salud mental y diagnosticado clínicamente, es más una
cuestión social, de poder y de política, y no propia-mente una cuestión de salud, aunque
acabe naturalmente impactando y expre-sándose en términos de bienestar/malestar corporal,
psíquico o relacional.
Las categorías de ‘salud mental’ y las de ‘enfermedad mental’, porque considera que sus
significados han experimentado desplazamientos importantes a nivel histórico.
objetivo de este capítulo es explorar la relación entre el malestar y el género en las sociedades
occidentalizadas en las que predomina una retórica de la igualdad, y para ello se estructurará
en tres partes: En la primera, se trabajará con un primer plano, aplicando una microanalítica
de género a la narrativa en primera persona de una mujer diagnosticada clínicamente de
depresión y que ha transgredido mandatos normativos de feminidad del sistema de género
contemporáneo. En la segunda, ampliaremos el zum para componer una vista panorámica
o una cartografía de la distribución del malestar entre los sexos, preguntándonos por la
relación de dichos malestares con el hecho de performar los mandatos de género de forma
obediente y no solo transgresora. En la tercera parte, se planteará la dificultad de reconocer
la operatividad y el impacto actuales del sistema de género sobre las experiencias
generizadas de malestar contemporáneas; y se propondrá una figuración de la subjetividad y
del sujeto que ayude a identificar dicha operacionalidad y a frenarla.
El relato que nos ofrece Edurne nos permite preguntarnos sobre cuestiones que más de una
hemos experimentado: nuestras decisiones no siempre van en la línea de los mandatos de la
feminidad normativa del siglo XXI. Edurne, a través de su decisión de profesionalizarse en el
alpinismo, ha roto con algunos man-datos de la feminidad normativa, al entregar la vida a un
apasionante proyecto pseudo profesionalizado de deporte masculinizado y competitivo. Dicha
en-trega le ha supuesto renuncias de dedicación a actividades habituales de la vida cotidiana
‘propias’, según mandatos de género, de una mujer joven del siglo XXI en Occidente lo que
puede tener un coste muy alto en términos de sufrimiento y dolor subjetivo y emocional, como
ha sido su caso. La cuestión es: ¿por qué? Como mujer, dedicar la vida a una pasión propia,
decidida unilateralmente y de forma diferencial, todavía rompe hoy día con los mandatos de
feminidad normativa implícitos, relacionados con la adaptación a, y con el cuidado de los
otros, frente al mandato de libertad y autodeterminación. La feminidad, a través del sistema
de género, se define como otredad y ser otredad significa básicamente adaptarse al otro,
significa que las propias decisiones las legitiman y reconocen los otros o bien que
directamente las toman por ti de antemano, muchas veces de manera velada. Es la expresión
de la dependencia y de la des-igualdad social entre los sexos, que el sistema de género
vehicula a través de la producción de un neo-binarismo jerárquico masculinidad-feminidad, el
cual modula las relaciones sociales entre los sexos.
La falta de reconocimiento externo impide o socava el interno y al revés, por ser seres
psicosociales que nos constituimos a partir de la mirada de los otros, y éste es un proceso
universal. Sin embargo, dado el androcentrismo y el sexismo hegemónicos de la cultura
occidental, dicha necesidad de reconocimiento no se descubre, y en su lugar la operatividad
del sistema de género compone dos identidades ficticias interrelacionadas y desiguales
simbólicamente pero aparen-temente separadas, la masculina como identidad autónoma y
poderosa, y la fe-menina como identidad dependiente.
una analítica de género siempre debe ser intersec-cional y preguntarse cómo el género es
modulado en cada contexto por otros ejes sociales de desigualdad, para poder comprender
mejor la ecuación entre fortaleza y vulnerabilidad de cada situación específica. En este caso,
como mínimo es regulado por dos ejes centrales como son el de clase social y el de edad, al
pertenecer Edurne a una clase social media y a una condición de mujer joven con
oportunidades, además de disfrutar de una pro-yección profesional relevante.
Las identidades de género, aún en el siglo XXI y en Occidente, están na-turalizadas hasta el
punto de que tanto el dolor corporal y/o psíquico, como la creatividad e imaginación que
comportan desgarrarlas, subvertirlas, a través de prácticas sociales contra normativas y su
respuesta social, se hacen invisibles e ininteligibles, dado que no existe un imaginario cultural
sobre la heterogenei-dad del deseo y la experiencia más allá del silencioso y tácito neo-
binarismo de género vigente. Es algo parecido a lo que ocurre con las personas transgénero,
ya que en ambos casos el cuerpo y el malestar se ponen en juego, como expre-sión de una
diversidad subjetiva, social y sexual clausuradas. Sin embargo, no disponemos en el marco
hegemónico de las Ciencias de la Salud de los instrumentos necesarios para un abordaje
integral del malestar que tenga en cuenta que dicho género binario y disimétrico enferma
razón por la cual será urgente y necesario construir puentes entre disciplinas, nuevos
discursos, y tratar de inventar abordajes híbridos; en definitiva, aventu-rarse tanto dentro
como fuera de la clínica, dejando de forma decidida la zona de confort del espacio sanitario y
profesional.
El uso del Diag-nóstico Psicosocial de Género en relación con el dolor somático sin causa
orgánica que se croni-fica sobre todo en mujeres de mediana edad nos ha permitido abordar
la dinámica sistémica biopsicosocial y de género del sufrimiento evitable y sus formas de
recomposición. Entendemos que la arti-culación de dicho tipo de diagnóstico psicosocial de
género, con un abordaje clínico más sintomático centrado en el cuerpo y/o en la psicología,
podría ser productiva en la construcción de intervenciones más integrales, efectivas y
transformadoras de malestares de género.
pro-ponemos el uso del concepto de malestar de género en lugar del de categoría diagnóstica
y/o trastorno psicológico, utilizados por la Psiquiatría hegemónica, ya que dicho concepto
pone en relación las nociones de experiencia subjetiva heterogénea y sexuada, y de
bienestar/malestar. El malestar de género es entendido como experiencia hete-rogénea y
conflictiva, en relación con la regulación del sistema de género, y está presente sobre todo
en las mujeres pero también en los varones. Su uso tiene el ob-jetivo de profundizar en una
Psiquiatría y una Psicología de la diversidad, más inclusivas y más igualitarias. O, dicho de
otra manera, ayudar para avanzar en una Psiquiatría y una Psicología no androcéntricas ni
heteropatriarcales.
La pregunta por el malestar de género en las mujeres: Un dolor invisible fruto del no
reconocimiento y de la ininteligibilidad de sus experiencias.
La OMS ha declarado, por una parte, que en el año 2020 la depresión será la segunda causa
de discapacidad en el mundo, aunque lo ha hecho poniendo en el centro a un sujeto de
apariencia neutra, sin género. Dicha mirada se adscribe al paradigma de la invisibilidad de
las mujeres en me-dicina, el cual oscila entre el androcentrismo y la diferencia, pero sin
romper el binarismo
Nos referimos aquí al concepto de salud mental señalando ese plus de su-frimiento humano
psíquico que es evitable, al estar relacionado con la domi-nación, la opresión, y las relaciones
de poder, ya que también hay un dolor psíquico inevitable relacionado con la vida e inherente
al ser humano. Partimos de la existencia de una organización sexista de la vida social que es
el sistema sexo/género heteronormativo occidental, que genera unas fuentes específicas de
vulnerabilidad y fragilidad desiguales según el sexo y el género. Tres son las características
fundamentales de dicha organiza-ción sexista: la división sexual del trabajo; la construcción
imaginaria, simbóli-ca y material de las subjetividades de género y la sexualización del
mundo. La construcción del género es un proceso de diferenciación, cuyo efecto es la
organización social desigualitaria y la acumulación, como resultado de la explotación de las
mujeres.
En pleno siglo XXI es necesaria una renovación contemporánea de la pregunta por el dolor
específico de las mujeres, que proviene de la inquietud y el desconcierto que producen el
crecimiento de los malestares de género.
En el ámbito de la salud, por ejemplo, asistimos hoy en día a una presencia reactualizada de
la tradición psiquiátrica hegemónica, ciertamente preocupante, que es fruto de dicha
involución. Dicha tendencia puede observarse, por ejemplo, en el amplio campo de
investigación actual que parece reabrirse hoy en día sobre lo que se ha denominado
Reproductive Related Disorders (RRD) o Trastornos Relacionados con la Edad Reproductiva
de las mujeres (TRER). Los TRER surgen de la observación de que algunas mujeres son
vulnerables a sufrir síntomas psicológicos de intensidad considerable en periodos de
fluctuaciones hormonales, malestar que se ha utilizado desde la Psiquiatría para constituir
psicopatologías como el “síndrome disfórico premenstrual” (incluido en el DSM-5), y
“síndromes depresivos” en el postparto, la menopausia y perimenopausia. Todo ello
elaborado a partir de datos estadísticos (del DSM-5, entre otras fuentes) que exponen que la
tasa de prevalencia de los trastornos depresivos y ansiosos en las mujeres duplica a la de los
hombres y unido a que ciertas investigaciones han concluido que estos son mayores durante
la vida reproductiva de las mujeres.
En este sentido, queremos dar un paso más para mostrar, por una parte, cómo estos procesos
—ilustrados a través del análisis del inicio— son frecuentes en términos generales; y por la
otra, que no solo transgredir mandatos de género enferma sino también (y mucho) su
contrario, performarlos de forma obediente. Nuestra hipótesis es que tanto trans¬gredir como
obedecer de manera intensa los mandados neo-binarios de género modernos y neoliberales,
como si se tratara de modelos naturales, universales y saludables, conlleva un conjunto de
experiencias penetrantes de sufrimiento subjetivo, que es desigual y diferente en mujeres y
varones, por razones de género.
Para ello vamos a tomar, como fuente de datos y punto de partida descriptivo, la
sintomatología en mujeres y varones hallada en el DSM5. Es el texto con mayor autoridad
académica y profesional en las sociedades occidentales en lo que respecta a la promulgación,
clasificación y diagnosis de trastornos mentales. En él, se conceptualiza el “trastorno mental”
como: un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado
cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento del individuo, que refleja una
disfunción de los procesos psicoló¬gicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su
función mental. En el discurso biomédico, síndrome significa “conjunto de síntomas”. El DSM5
desarrolla un doble vínculo con la explicación biológica del sexo, ya que hace alusión a las
diferencias ‘por género’ al referirse a la pre¬valencia o sintomatología de los “trastornos
mentales” y, sin embargo, no con¬templa que el género sea una construcción psicosocial
independiente del sexo de la persona.
Como puede verse en la tabla anterior, los mandatos normativos de género que interpelan a
las mujeres les otorgan una identificación y una posición en las relaciones sociales disyuntivas
con los valores dominantes en occidente, a través de la construcción de una identidad
‘devaluada’ y una forma de interacción específica en base a ésta y al revés: emocionalidad,
empatía, disposición a cuidar, a comunicar, vulnerabilidad, dependencia, etc. Se trata, en
palabras de Almudena Hernando (2017) de una identidad relacional, de adscripción al
grupo, pero que, en el marco de la desigualdad de género, las sitúa en una posición de
subalternidad o subordinación.
Además, vemos que se da una confluencia entre los mandatos normativos de feminidad y las
experiencias sufrientes de las mujeres, que han sido agrupadas en categorías diagnósticas o
síndromes por el discurso biomédico.
Con la intención de dar un paso más en la visibilización de la estrecha relación existente entre
la organización social del sistema sexo/género heteronormativo y la producción de
malestar de orden psíquico, nos preguntamos sobre el impacto de la organización social y
su regulación de las relaciones sociales de género en la producción de síntomas psíquicos.
Síntomas entendidos como la expresión de conflictos relacionales y subjetivos que
experimentan las mujeres (a un nivel más o menos consciente) que se acaban enquistando
hasta enfermar, por permanecer invisibles e ininteligibles en su dimensión de género y, por
tanto, sin opción a poder abordarlos desde dicha perspectiva.
Para ello, se presenta una tabla que relaciona los ideales de la feminidad normativa con las
prácticas sociales según roles y normas de género, y diferenciando entre la dimensión
simbólica de reconocimiento y la dimensión material de redistribución del sistema de género.
Esta tabla nos muestra claramente que sí hay coincidencia entre síntomas/experiencias
subjetivas conflictivas y dolorosas vividas por las mujeres (vulnerabilidad) con los roles,
normas, expectativas, estatus de una interacción social que está regulada por el sistema de
género.
En este sentido, se da una contradicción entre las prácticas y el discurso del logro de la
igualdad. Esta contradicción comporta un doble vínculo, convierte irremediablemente a las
mujeres contemporáneas en el ‘sexo estresado’ y en muchas ocasiones con poca
escapatoria; aunque, ciertamente, las crisis también se convierten en posibilidad de
transformación y de creatividad subjetiva y social.
Para comprender la intensa relación entre género y salud que venimos ilustrando, se tomara
la crítica al concepto de violencia en la modernidad, realizada por René Girard y Sigmund
Freud, que nos servirá para abordar la pregunta sobre cuál es la naturaleza y la operatividad
inherente al sistema de género heteronormativo moderno y neoliberal, y a qué se deben tanto
la magnitud de su impacto en el eje bienestar/malestar.
Parafraseando a Girard diremos que, en las explicaciones antropológicas, decir violencia es
hablar de unas fuerzas que se apoderan de los hombres, una fuerza que se vuelve
incontrolable, una fuerza arrasadora que domina a la humanidad y amenaza con su
existencia. Frente a lo cual la modernidad se autoproclama como la legítima encargada de
producir el tránsito desde dicha fuerza bruta o violencia incontrolable premoderna, a la
construcción de un pacto social, una cultura y un derecho que la regulen. Para frenar dicha
violencia y el caos, según el mismo autor, la modernidad necesita producir otra forma,
inevitable de violencia, pero que es muy distinta y es controlable y regulable. Se trata de una
especie de violencia menor frente a la existencia de la violencia salvaje desbocada y
arrasadora, una violencia ilegítima y otra violencia legítima.
Sin embargo, este relato hace aguas muy pronto, puesto que tal y como señala Freud advertía
en ella que desde un principio la comunidad estaba formada por elementos de poderío dispar,
donde las leyes serían hechas por y para los dominantes y concederían escasos derechos a
los subyugados.
Dicha crítica muestra cómo la modernidad está fundada y sostenida mediante el ejercicio de
una violencia propia y diferente, a través de su mascarada de orden, prevención y contención
de la violencia originaria; no obstante,como se trata de una violencia legitimada e
invisibilizada, no se percibirá como
tal sino como todo lo contrario, algo deseable. Finalmente, esta nueva concepción de
violencia será desarrollada y afinada, hasta entenderse como una violencia de naturaleza
estructural, simbólica, sistémica-objetiva, que será clave para entender la relación
(ininteligible e invisible) entre el sistema de género y el dolor en las mujeres, por la que nos
estamos interrogando.
Zizek define a esta violencia “como constitutiva del orden”, y añade que es una violencia no
experimentada como tal por quien está sometido al orden. Y la violencia constitutiva del orden
es la hegemonía, es decir, cuando un elemento ya no es percibido como usurpador y ha
subordinado violentamente a todos los demás elementos para así comandar todo el campo.
El sistema de género heteronormativo constituye una parte claramente sustancial de dicha
violencia estructural o sistémica que es inseparable de la fundación de la modernidad.
1. Una experiencia subjetiva que es histórica y que está sujetada a prácticas y discursos
históricos a través de prácticas de sí de autovigilancia y de autocontrol, a partir de las cuales
el sujeto se autorregula, al sentirlas como prácticas de libertad y no de sujeción.
2. Una experiencia subjetiva que es abierta, procesual y dinámica, y que se construye a través
de las narrativas disponibles en cada época, incluida las narrativas de identidad/diferencia
sexual.
3. Una experiencia subjetiva corporeizada, lo que supone una asimilación experiencial de los
discursos en forma de disposiciones y deseos normativos. En este sentido, es importante
diferenciar a nivel analítico entre cuerpo y corporalidad. El ser humano no es un ser con
cuerpo, sino que es un ser corporal. El dato empírico no es el cuerpo, no es el organismo, por
lo que el cuerpo es el nodo que condensa la interacción humana entre lo orgánico, lo psíquico,
lo social y lo ambiental. En este sentido, los procesos de transformación y des-sujeción
subjetiva del sistema de género requieren una labor de resignificación crítica y al mismo
tiempo un trabajo emocional e intersubjetivo, dado que los significados siempre llevan
asociados emociones y afectos.
4.Una experiencia subjetiva que tiene una parte singular, relacionada con el sujeto del
inconsciente que no quedaría sometida totalmente a la constitución por parte de los
dispositivos de poder que operan en el cuerpo social. El inconsciente puede ser entendido
como un indicador del fracaso de lo biológico y lo cultural para determinar la subjetividad y el
deseo sexual.
Anne Fausto Sterling plantea la idea de un género con corporalidad, que denomina género-
sexo, donde su objetivo es ir más allá del concepto de performatividad y repetición
compulsiva de las normas y de lo simbólico, ampliándolo, al introducir la producción social de
los sentidos, que son fruto de transformar las desigualdades sociales en corporalidad. El
género-sexo sería distinto al sexo referido a la capacidad de reproducción biológica, y al
género referido a la cultura institucional e ideología aprendidas. Finalmente, según la autora,
la identidad de género provendría de una interconexión constante entre todos los elementos
(conscientes, inconscientes, de deseo y normativos).
5. Una experiencia subjetiva que es capaz de recrearse y de transformarse, de manera
espontánea (como explica la teoría performativa, a través de fallos en la repetición de la
norma) y también a través de un trabajo emocional intersubjetivo, necesariamente articulado
con una resignificación simbólica (en el que se remueve parte del sujeto del inconsciente
singular).
6. Una experiencia subjetiva que es sexualizada/generizada desde el minuto cero, incluso
desde antes del nacimiento. Olvidarse de ello tiene como consecuencia condenar a los grupos
subalternos y a su sufrimiento a ser parcialmente invisibles e ininteligibles (como hemos
podido ver a través del DSM-5).
Dado que los modelos sociales e identitarios de género son históricos y se van adaptando
a las transformaciones sociales, se trataría de un dispositivo de poder dinámico y
heterogéneo. Se trata de producciones diversas pero que tienen un efecto transversal, que
es el de constituir corporalidades de género femenino que duelen en distintos grados.
La figuración que hemos apuntado, de una subjetividad heterogénea corporalizada, y de
un sujeto de deseo, en parte inapropiable, entra en disputa tanto con la figuración de la
identidad sexuada como con su reverso, la muerte del sujeto sexuado. Creemos que no
atender estas disputas internas al feminismo contemporáneo, dificulta comprender las
experiencias difíciles y conflictivas de mujeres (u otras posiciones) en relación con sus
identidades subalternas, las cuales, en muchas ocasiones, acabarán por estallar y serán
medicalizadas y cronificadas sin más, cuando no empeorarán.
Muchas veces se presenta un malestar de género continuado, invisible, ininteligible e
inmanejable para la persona, que se convierte en insostenible, ante el cual un/a profesional
de la psicología puede indicar, desoyendo el género y apuntando a una corrección en el
pensamiento individual.
Para concluir, como se ha ido exponiendo, esta situación de dolor o expresión de malestar
parece que guarda una relación muy estrecha con la producción social de la identidad de
género, que ha sido y es esencialmente una figura capital de control, regulación y violencia
modernas. Efectivamente, parece que forjar tal relación entre identidad y género ha sido la
principal conquista de la gubernamentalidad, ejercida a través de una violencia estructural
combinada e invisible, pero constitutiva del sistema de género moderna. Y su remate
neoliberal contemporáneo está siendo hacernos creer que es una identidad de género líquida,
cuyo ejercicio depende de nuestra elección y poder individual. Razón por la cual es necesario
trabajar hacia una salud mental inclusiva que emprenda un duelo de fondo a la identidad de
género moderna y neoliberal (y con ella a la identidad, aunque no al deseo y su
heterogeneidad).
UNIDAD 7
Masculinidades. Identidad y Masculinidad como problema social, político, ético y de salud.
Masculinidades en el feminismo. La mística de los nuevos hombres.
Masculinidades y Feminismo - Aspiazu - CAP. 2 Homo homini lupus. ¿Es posible
pensar la masculinidad desde la masculinidad? (Damaris)
Los distintos acercamientos a las cuestiones de género por parte de los hombres indican
puntos de partida divergentes que desembocan en distintas posiciones. La historia de los
grupos de hombres por la igualdad y de las iniciativas en torno a las masculinidades indican
precisamente esto. Los principales argumentos para involucrar a los hombres en cuestiones
de igualdad parecen ser éticos. Los hombres nos comprometemos, o debemos
comprometernos, con la igualdad porque es una deuda histórica que tenemos hacia las
mujeres, porque debemos hacerlo y es justo. Este parece ser el mensaje principal de las
iniciativas en torno a esta cuestión. No debemos obviar las particularidades y las
contradicciones que emergen en los discursos sobre las (nuevas) masculinidades.
Merece la pena detenerse a pensar en los posibles efectos de estos discursos que afirman
que la igualdad nos beneficiará a todas y a todos, y con la igualdad todas y todos viviremos
mejor e incluso el país avanzará más lejos. Buscamos siempre emitir un mensaje que pueda
ser entendido, que resulte asumible y atractivo para las personas a las que queremos llegar
y con las que queremos impulsar dicho cambio. Esto es evidente tanto en las iniciativas
institucionales como en aquellas impulsadas desde espacios de participación política directa
como movimientos sociales/populares.
El 95% de los asistentes son hombres. Te detienes a observar durante 90 minutos. Esta
escena es más fácil todavía de interpretar. ¿Puede alguien afirmar que, en un campo de
fútbol, como ejemplo de espacio generalmente ocupado por hombres, no hay emociones?
Probablemente, haya poco más que emociones. Frustración, rabia, enfado, ambición… a
raudales además.
Creo que hemos estado y estamos limitados a la hora de expresar emociones que se
entienden como femeninas, así como las mujeres han estado limitadas a no expresar
emociones del patrimonio social masculino. De la misma manera, a los hombres se nos ha
instado a no vestir prendas que se consideren femeninas y se nos ha castigado socialmente
cuando lo hemos hecho. Pero ¿quiere eso decir que hemos ido desnudos? Los hombres
hemos vivido y vivimos la limitación de ciertas formas de expresión emocional, pero también
el privilegio y el monopolio de otras que, aún hoy en día, están absolutamente limitadas para
las mujeres.: la lujuria, el deseo sexual, la rabia, la ambición… Me voy a aventurar a dar un
paso más en una hipótesis que no es probablemente más que una idea que me ronda por la
cabeza: algunas de aquellas emociones que los hombres hemos expresado sin problemas, y
que nos han dado nuestros buenos réditos, aún siguen siendo tabú para las mujeres y, directa
o indirectamente, como he señalado antes, se considera que no deben expresarlas porque
son incorrectas. Es muy común, por ejemplo, que nos llamen la atención las mujeres que
ocupan posiciones de poder y muestran ambición. Las criticamos mordazmente, nos parece
que «no es un avance» que las mujeres se comporten «como hombres».
Se está produciendo un cambio sustancial en este sentido, hasta el punto de que considero,
como ya he mencionado anteriormente, que el canon de referencia actual del hombre que
sustenta el poder no es el del hombre frío, racional y calculador. En la era del individualismo
y de la gestión-de-todo, el hombre triunfador debe ser emocional, saber entender y
expresarse con sus parejas, con sus empleados, con sus iguales.
Me aventuro a decir, una vez más, que estamos acercándonos poco a poco a una visión de
sentido común en la que el modelo de paternidad irresponsable, desapegada y no implicada
empieza a considerarse como un vestigio del pasado. Los hombres comienzan a implicarse
en estas cuestiones, llevan a sus criaturas al parque, a la escuela, al kárate de la tarde y, no
pocas veces, reciben los vivas y palmaditas en la espalda correspondientes: «míralo cómo
se implica», «se le ve contento y entregado a sus hijas...», cosa que no sucede con las
mujeres que realizan las mismas tareas. Otros datos, como los de permisos laborales por
maternidad que hemos señalado anteriormente, indican que estos permisos siguen siendo
muy claramente cosa de mujeres. Pocos hombres, por no decir casi ninguno, dejan de lado
sus carreras profesionales para dedicarse a ser padres. En una sociedad tan centrada en el
empleo remunerado, disponemos de datos respecto a este aspecto, pero podríamos intuir
algo similar sobre las carreras artísticas no remuneradas o aficiones varias, la vida social, el
deporte.
Los hombres seguimos abiertos al cambio, a adquirir nuevas habilidades y a explorar nuevos
caminos, siempre y cuando no nos hagan perder lo que ya teníamos. Es difícil negar que
pasar tiempo con las criaturas nos aporte una calidez, un sentido, un bienestar, más aún
cuando seguimos eligiendo el momento en el que queremos hacerlo. Las propuestas de la
economía feminista subrayan la necesidad de no analizar ni pensar el mundo de la
reproducción y los cuidados separado del mundo del empleo, ni de la organización política de
las instituciones que lo regulan. Por lo tanto, hay que observar estos elementos tomando un
poco más de distancia y teniendo en cuenta las diferentes caras del asunto. Si algunos
trabajos de cuidado —sobre todo los de las criaturas— se visibilizan cuando somos los
hombres quienes los estamos ejerciendo, ¿cuáles son los trabajos que continúan siendo
invisibles y que, por tanto, siguen sin ser nuestra responsabilidad? Y, más aún, ¿estamos los
hombres abandonando cuotas de poder en el mundo productivo en correlación con la
percepción —en mi opinión magnificada— de la implicación que estamos adquiriendo en la
crianza? Seguramente no y, en ese contexto, cabe preguntarse si el enfoque de las ventajas
de la paternidad responsable no se está quedando en la superficie de una cuestión más
amplia que, si abordáramos con datos, no daría resultados tan positivos. Otra de las
reivindicaciones muy presentes, tanto en el movimiento de hombres por la igualdad como en
las iniciativas institucionales dirigidas a hombres, es la asunción de las tareas de trabajo
doméstico. Una de las puntas de lanza del movimiento feminista, el reconocimiento de las
tareas «de puertas adentro», se ha traducido en la consigna de que los hombres «tenemos
que ponernos el delantal» y asumir nuestras responsabilidades. Hemos interpretado esto un
poco a nuestra manera y nos hemos apropiado de las partes «más interesantes» del trabajo
doméstico. Las tareas del hogar son importantes, demarcan esos cambios que están más
allá de lo meramente postural, cambios en profundidad que parten de lo más personal, porque
lo personal es político. Y los hombres empezamos a reconquistar el hogar. Sin restar ningún
valor a esta cuestión, quisiera plantear hasta qué punto los hombres hemos convertido de
forma peligrosa el lema feminista de «lo personal es político» en «lo político es personal».
Puede parecer un juego de palabras, pero me explicaré: el primer lema indica que el mundo
político (es decir, toda relación social mediada por repartos y usos de poder) no se limita a la
esfera pública, no es una cuestión de parlamentos, leyes o grandes acuerdos, ni siquiera de
proclamas y reivindicaciones. Es una cuestión que tiene, como punto de partida, o al menos
como lugar de articulación principal, el espacio que hemos llamado «privado», donde los
hombres no se sabe muy bien lo que hacemos y no se puede cuestionar ni preguntar y que,
a las mujeres, hasta hace bien poco, se les presuponía ―y se les sigue presuponiendo―
como espacio naturalizado. Este lema ha contribuido a que las conductas «personales» o de
convivencia e interacción cotidiana se puedan politizar, por ejemplo, pidiendo cuentas a
quienes, desde discursos igualitarios, encarnan actitudes incoherentes en su «vida privada».
El segundo lema implica una pequeña perversión del primero que, en mi opinión, puede
dejarnos a las puertas de una perspectiva de cambio poco profunda respecto a los
desequilibrios de poder por cuestiones de género. Sin restar valor a los cambios que deben
darse en las actitudes personales ―suscribiendo el planteamiento del párrafo anterior sin
reservas―, opino que, a menudo, el espacio de la individualidad como único lugar de acción
que nos ofrece la actual forma neoliberal de patriarcado capitalista en que vivimos puede
quedarse corto para modificar pautas, conductas y tendencias que desembocan en injusticia
social. Las formas de acumulación de capital social, de hecho, pueden darnos una pista de
cómo asumir determinadas conductas, puede ayudarnos a incrementar el capital social y
simbólico que ya acumulamos como hombres en la actualidad, sin que nuestro privilegio
global se vea trastocado por los pequeños privilegios a los que renunciamos. En cambio,
recibimos réditos interesantes al acercarnos a modelos deseables de masculinidad:
mantengo mi campo de reconocimiento y relevancia y amplío mi prestigio social adaptándome
a las exigencias del modelo del hombre igualitario.
Necesitamos explicar por qué algunas de las reivindicaciones feministas nos están calando
tanto y otras tan poco, o al menos por qué hablamos mucho más de unas que de otras. Sin
salir del terreno que se considera privado, podemos poner el ejemplo de la violencia de género
en la pareja, que ha generado una opinión pública contraria por parte de los hombres. En el
polo opuesto, podemos situar la cuestión de la custodia compartida, un tema que se ha
convertido en bastión reivindicativo de neomachistas. Algunos grupos, la mayoría de hombres
pero también algunos mixtos e incluso algún partido político, defienden la implantación de un
modelo de custodia compartida por defecto en los casos de separación. Por otro lado, desde
varios grupos feministas, se ha insistido en que la custodia compartida ya existe y que, por lo
tanto, no hay que reivindicarla, sino plantearse qué está pasando en los casos en los que las
partes no se ponen de acuerdo en este tipo de custodia. La negativa de muchas mujeres a la
custodia compartida está relacionada, muy frecuentemente, con los comportamientos previos
a la separación (los hombres no se han hecho cargo de sus responsabilidades y, sin embargo,
después de la separación reclaman la custodia como si lo hubieran hecho), cuando no con
relaciones de violencia soterrada que, a menudo sin ser denunciadas oficialmente, se
esconden detrás de la negativa materna a la custodia compartida. Quienes argumentan (y,
desgraciadamente, cosechan simpatías e incluso logros administrativos y legales) a favor de
la custodia compartida han elaborado discursos que en ocasiones aluden a reivindicaciones
feministas (las mujeres no son solo madres cuidadoras, los hombres también pueden serlo)
mezcladas con argumentaciones neomachistas sobre el lobby feminista en la justicia y la
imposibilidad de los jueces de optar por imponer la custodia compartida por miedo a las
feministas. Pero, más allá de quién haga la reivindicación, ¿cómo es que el resto de los
hombres hemos dicho bien poco al respecto? ¿Por qué no nos hemos pronunciado, en
muchos casos ni los hombres más cercanos al feminismo, para decir que la demanda de la
custodia compartida por defecto pretende esconder las condiciones de desigualdad salvaje y
violencia en las que se da la crianza en la actualidad? Respecto a algunas cuestiones
feministas, lo tenemos claro, respecto a otras, no sabemos lo que pensar. Y esto me parece
significativo. Los hombres que queremos implicarnos en cuestiones feministas hacemos
nuestras, por ejemplo, las propuestas del movimiento feminista para atacar la cuestión de la
desigualdad salarial o la explotación laboral específica hacia las mujeres —aquí sí, las
propuestas feministas son las nuestras—; pero, ya que estamos pensando en que «lo
personal es político», ¿qué vamos a hacer en el ámbito «personal»? Podemos proponer no
acceder a ciertos puestos de trabajo, podemos promover iniciativas que apoyen la acción
positiva, por ejemplo, respecto a los problemas de representatividad social; podemos
proponer que los hombres no accedamos o renunciemos a los puestos de visibilidad en los
movimientos sociales, partidos políticos o instituciones.
UNIDAD 8
Educación sexual integral orientada al placer. Satisfacción, fantasía. Autoestimulación
Ley 26.150 EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
Establécese que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en
los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones
nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. Creación y
Objetivos de dicho Programa.
Sancionada: Octubre 4 de 2006
Promulgada: Octubre 23 de 2006 El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina
reunidos en Congreso, etc.
Sancionan con fuerza de Ley: PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACION SEXUAL
INTEGRAL
ARTICULO 1º — Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en
los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones
nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. A los efectos de
esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos,
psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
ARTICULO 3º — Los objetivos del Programa Nacional de Educación Sexual Integral son:
a) Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas
orientadas a la formación armónica, equilibrada y permanente de las personas;
b) Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables y
actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral;
c) Promover actitudes responsables ante la sexualidad;
d) Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y
reproductiva en particular;
e) Procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres.
CAP. 1, 2 y Final
Introducción
¿Qué se enseña? ¿Quién lo enseña? ¿Dónde, por qué y para qué? ¿Qué sabe quién
“enseña”? ¿Qué se aprende? ¿Quién lo aprende? ¿Por qué y para qué? ¿Cómo se
“aprende”?, etc., etc., son interrogantes que las teorías pedagógicas han tomado usualmente
en el núcleo de sus desarrollos. Estas preguntas apuntan no solamente a la razón
instrumental, el “cómo hacer” las cosas, sino principalmente a la intención, a la valoración que
se les otorga, ya que la pregunta acerca de “qué” es aquello valioso de enseñar implica una
toma de posición sobre qué es aquello valioso de aprender (“por qué y para qué”).
Las decisiones que implican el diseño de un currículum implican relaciones de poder y las
teorías del currículo, en la medida en que buscan decir lo que el currículo debe ser, no pueden
dejar de estar implicadas en asuntos de poder. Las teorías del currículo (…) están implicadas
en la actividad de garantizar el consenso, de obtener hegemonía; están situadas en un campo
epistemológico social, en ese sentido están en el centro de un territorio polémico.
Cualificando esas relaciones de poder, en uno de los textos clásicos del campo, Ideología y
currículo de Michael Apple, autor subraya la fuerte determinación de “clase” en el proceso de
reproducción cultural y social ejercida por el currículum, admitiendo secundariamente (lo
reformularía en trabajos posteriores) las relaciones de poder relativas a la “raza” y al “sexo”.
A pesar de no ser el único aparato ideológico que produce hegemonía, el currículum escolar
continúa siendo un escenario de tramitación y lucha de significaciones que, en relación con
el dispositivo de disciplinamiento de los sujetos en general y el disciplinamiento sexual en
particular, ha sido escasamente abordado por las pedagogías críticas en general hasta muy
recientemente.
Tras examinar los supuestos que esta noción presenta, la autora concluye que para lograr
una concepción adecuada de esfera pública es exigible “no sólo poner en suspenso la
desigualdad social sino eliminarla”,
Otra tradición en las discusiones del campo es la llamada
“pedagogía feminista”. Se desarrolló fundamentalmente en la universidad, sobre todo
en los entonces recientemente creados departamentos de “Estudios de la Mujer”, y
se centró sobre todo en cuestiones pedagógicas ligadas a la enseñanza universitaria
de temas feministas y de género.
Se centraba más en las cuestiones de los modos, del “cómo” se enseñaba más que en la
cuestión de un currículo que fuese inclusivo en términos de género. Se entendía que ya
estaban jugándose contenidos
de “género” en las aulas.
Así, la pedagogía feminista se preocupó, sobre todo, en desarrollar formas de enseñanza
que reflejasen los valores feministas: el “dominio” sobre múltiples formas de conocimiento,
incluyendo la experiencia como fuente válida, el ejercicio de “la propia voz”, en suma, un
contrapunto a las prácticas pedagógicas tradicionales, que eran consideradas como
expresión de valores masculinos y patriarcales. La pedagogía feminista intentaba construir
un ambiente de aprendizaje que valorara el trabajo colectivo, comunitario y cooperativo,
facilitando el desenvolvimiento de una solidaridad femenina, en oposición al espíritu de
competencia e individualismo dominan te en el salón de clase tradicional.
Entre los valiosos aportes de la pedagogía feminista, coinciden en esto de crear una
autorización a las alumnas para tener una voz propia, considerando las sujeciones históricas
a que han sido sometidas.
La biomedicalización de la sexualidad
Una de las tradiciones de mayor presencia en muchos programas de educación en la
sexualidad llevados a cabo en diferentes países del mundo se vincula con el llamado –en
forma crítica– modelo biologista. Desde esta perspectiva, se considera que en la escuela se
abordan las cuestiones de la sexualidad si se estudia la anatomía de la reproducción. Y,
eventualmente, la fisiología, aunque por lo general desgajada de las emociones o de las
relaciones humanas que le dan sentido al uso del cuerpo biológico. Para este modelo, hablar
de sexualidad en la escuela es hablar de la reproducción y, por lo tanto, de la genitalidad. Y
entiende que “los aparatos” o, más recientemente, “la reproducción de la vida”, son
contenidos que cómodamente pueden enseñarse en “Ciencias Naturales” del nivel primario
para reforzarse, con más profundidad, en “Biología” del nivel medio.
La biologización de prácticas sociales históricas no es novedosa, sino que integra
uno de los recursos más frecuentes para la pervivencia de las relaciones de poder y
de saber en que se inscriben los cuerpos. Como vimos anteriormente, lo “natural” es
presocial y concebido como aquello que se debe “dominar” si se pretende ser
realmente humano.
Este abordaje suele complementarse con una perspectiva “médica”. Así, de acuerdo
con el paradigma pedagógico hegemónico en todos los campos, es notorio y
recurrente el enfoque de “la necesidad de informar”. La información necesaria para
prevenir “conductas riesgosas”. Lo valioso desde este enfoque consiste en la
especificidad, el detalle y el recorte de la información que prevendrá lo “peligroso”.
El modelo biomédico suele abordar las cuestiones de la sexualidad poniendo el eje en las
amenazas de las enfermedades o “los efectos” no deseados de la sexualidad, quedando
fuera toda referencia a los efectos “deseados” o “deseables” que una sexualidad rica y sana
podría aportar al proceso de subjetivación humana.
Como veremos, en la escuela media la serie simbólica de las prácticas a prevenir está
integrada por “el alcoholismo”, “la drogadicción”, “los embarazos”, “el suicidio”… Dentro de
esta serie están integradas las cuestiones relativas a la sexualidad. Extremadamente cerca,
en el plano simbólico de las adicciones, la sexualidad aparece como una función de un
cuerpo desenfrenado a “contener”.
Ahora bien, retomando la crítica que numerosas autoras y autores, podríamos
interpretar también que la biologización escolar de la sexualidad integra el dispositivo
de disciplinamiento social de los cuerpos. Dice Pierre Bourdieu: “Las apariencias
biológicas y los efectos indudablemente reales que ha producido, en los cuerpos y en
las mentes, un prolongado trabajo colectivo de socialización de lo biológico y de
biologización de lo social se conjugan para invertir la relación entre las causas y los
efectos y hacer aparecer una construcción social naturalizada (los “géneros” en
cuanto que hábitos sexuados) como el fundamento natural de la división arbitraria que
está en el principio tanto de la realidad como de la representación de la realidad que
se impone a veces a la propia investigación”. 32
La inversión entre causas y efectos, es decir, la negación de que en toda forma de
clasificación de “lo natural” están subyaciendo categorías sociales de significación, lleva a
clasificar como “anormales” todas las formas de combinación de caracteres sexuales externos
o internos (los “intersexos”, en que se combinan lo masculino con lo femenino) o “abyectas” 33
todas
las formas de elección de objeto sexual no funcionales a la reproducción de la
especie (los “glbt”, o sea, gays, lesbianas, bi sexuales y todas las formas
trans de sexualidad). Lo natural vuelve una y otra vez a transformarse en
social: “enfermedades de transmisión sexual” son construidas como “enfermedades
de transgresión moral”.
La biologización, como una de las formas básicas del control moral, también abona y es
reforzada por la “medicalización”, es decir, el control médico y de los laboratorios sobre los
cuerpos.
La medicalización de la sexualidad, la reduce a números de contactos y a riesgos de
embarazos y de transmisión de enfermedades, la descontextualiza de la historia, de la cultura,
del complejo deseo-placer y, lo que es peor, la descontextualiza de ese “abrazo amoroso”.
Por otra parte, si nos atenemos a la realidad científica, la verdadera vía de transmisión son
los
‘contactos genitales no protegidos adecuadamente’ y no ‘la sexualidad’. Por todo
ello, propongo cambiar el nombre de las ETS por ‘enfermedades de transmisión
genital’, porque la sexualidad solamente transmite placer, solamente transmite
amor”.
Los y las representantes de las ciencias médicas/biológicas son las voces autorizadas para
hablar de sexualidad. El debate, en consecuencia, queda delimitado y establecido por el
código médico-biológico. Se abre la pregunta entonces acerca de qué ejes, temas, intereses
son “aprobados”, considerados valiosos y quiénes los deliberantes. Los temas vinculados a
la sexualidad quedan en manos de “médicos, obstetras, ginecólogos”. Fraser (1997) nos
anticipa el resultado de tal desplazamiento: “aislar ciertos asuntos en espacios discursivos
especializados y, al hacerlo, protegerlos de un debate y una confrontación más amplios”. 43
La especialización se torna en tal sentido una protección al debate .Es justamente en la
imposibilidad de ampliar el debate donde creemos que reside el verdadero peligro…
los/las/les quedan sin voz. Los/las/les que sólo son tenidos/as/es en cuenta en tanto que
población a atender, pero de ninguna manera logran hacer oír sus propios discursos… “
Modelos emergentes
Existen otros enfoques menos extendidos pero que también vale
la pena retener en este breve inventario, ya que se trata de aportes más recientes que tienden
a “abrir” o desplegar con mayor amplitud los temas que nos ocupan. Se trata tanto del modelo
de la sexología como del modelo normativo o judicial, que de manera mucho más reciente
también comienzan a tener presencia en los debates sobre educación en la sexualidad.
La sexología, como disciplina que tanto auxilia a la psicología o a la medicina más clásica,
tiende a sostener que la educación debe dedicarse a enseñar las “buenas prácticas” sexuales,
y de ese modo, prevenir disfunciones, contrarrestar mitos o creencias erróneas, ayudar a
explorar los modos personales o compartidos de conocer y disfrutar del cuerpo sexuado. Este
enfoque entiende la sexualidad como una dimensión de la construcción de la subjetividad que
está presente toda la vida.
Los enfoques centrados en los temas jurídicos ponen el énfasis en las realidades que
atraviesan, de manera innegable, numerosos niños, niñas y jóvenes con una frecuencia que
nunca deja de ser sorprendente, en sus hogares y también en ámbitos laborales o en la calle.
Se trata de loscasos de asedio y acoso sexual así como las diferentes formas del abuso que
pueden llegar a la violación. Dado que se trata de situaciones que violan los derechos de
niños/as y jóvenes, los temas que este enfoque ilumina deberían estar presentes también
desde el nivel inicial y a lo largo de toda la educación formal, en materias tales como
Formación Ética y Ciudadana y haciendo fuerte hincapié en el conocimiento de los derechos
humanos.
Teniendo en cuenta los aportes de los diferentes enfoques se trata de entender que el cuerpo
humano está inscripto en una red de relaciones sociales que le da sentido y que su uso,
disfrute y cuidado está fuertemente condicionado por el sector socioeconómico y educativo
de pertenencia, las costumbres y valores del grupo social que se integra, las relaciones de
género hegemónicas, y varios etcétera más. Por ello, los condicionantes sociales y culturales
de la construcción de la sexualidad representan uno de los ejes estructurantes de la
educación sexual con enfoque de género. La coerción sexual, los mitos respecto de la
sexualidad, los temores a concurrir a los servicios de salud, el desconocimiento del propio
cuerpo y tantas otras limitaciones que sufren las personas a lo largo de su vida tienen sus
raíces en la sociedad y no solamente en la constitución subjetiva individual. Tendiendo a
arraigarse más en las vidas reales de los y las adolescentes y jóvenes, estas propuestas de
educación sexual apuntan al conocimiento del propio cuerpo y de los discursos sociales en
los que está enmarcado, abordando tanto los mitos que lo determinan y los modos de
avasallamiento más usuales como las posibilidades de su uso y disfrute cuidadoso.
Asimismo, el enfoque subraya que existen diversas formas de vivir el propio cuerpo y de
construir relaciones afectivas, formas y relaciones que deben enmarcarse en el respeto por
sí mismo/a y por los demás y que merecen –todas– el mismo respeto. Y también, que existen
prácticas abusivas condenables que no pueden ni deben ser silenciadas. En este sentido, la
cuestión de los derechos es otro de los núcleos centrales del enfoque. Por una parte, por su
propósito –no logrado totalmente aún– de constituir un discurso universal que tienda a incluir
a todos y todas; por otra parte, porque se trata de compromisos que asumen las personas
pero, fundamentalmente, los Estados y, por lo tanto, también devienen un parámetro para el
monitoreo social. Así, el discurso de los derechos aparece como la fundamentación única y
válida para la educación sexual, resultando sin duda una superación del silencio imperante
en la escuela y del carácter descorporizado de la visión moralizante de la sexuali dad, pero
resultando finalmente en otra forma de
silenciamiento de la afectividad.
Obviamente, no se trata de eliminar el estudio de las dimensiones biomédicas de la
sexualidad y, menos, de eliminar las oportunidades de niños/as, jóvenes y adultos/as de
cuidar su salud y, menos aún, considerar menor la cuestión del conocimiento de los propios
derechos. Sin embargo, se impone su tratamiento en un marco más amplio.
Los directivos buscan la “prevención”… Los sentidos escolares que encierra la idea de
“prevención” implican que el segundo término, aquello que se previene, es
de las formas del temor o, aún más, del terror frente a los efectos “no” deseados de algunas
prácticas. la noción de “prevención inespecífica” fue tal vez su punto límite: casi
en el territorio de la “promoción”, otro concepto del qué hacer en términos de salud pública.
“Prevención inespecífica” o, mejor, “promoción de salud” parece ser un concepto más
complejizador, pero no suficientemente difundido en el discurso escolar; “prevención” sigue
siendo hegemónico.
Las principales destinatarias de las clases de educación sexual son las chicas.
M. Fine en Canadá identifica diferentes discursos acerca de la sexualidad femenina que
coexisten en la escuela: a) la sexualidad como violencia: que supone que existe una relación
causal entre el silencio oficial sobre sexualidad y una disminución de la actividad sexual; b)
la sexualidad como victimización: que busca infundir en las jóvenes la confianza para
“defenderse” de predadores varones (o más recientemente, de otra mujeres); c) la sexualidad
como moralidad individual: que plantea la educación sexual desde el lenguaje del autocontrol
y desde una escala de valores usualmente tradicionales.
El embarazo como cuestión de mujeres porque van a tener que “cargar con” el niño o niña,
la visita al médico-a ginecólogo-a, los peligros de la violación o el abuso, y otras temáticas
afines igualmente impactantes desde el punto de vista emocional emergen en esa “charla” de
especialistas un contexto en el cual los sentimientos tienen escasísimo lugar en otras
materias o espacios institucionales.
Es sabido que el lenguaje cotidiano referido a la sexualidad encubre y vela más de lo que
clarifica. En los espacios informales en los que se producen charlas “en términos grotescos
que se han debido clausurar” , las palabras ocultan los impulsos, los deseos… no los
aniquilan. El grotesco expresa, pero en la escuela no puede tener cabida. Es de notar que
detrás de las llamadas “malas-palabras” suele haber una referencia a la sexualidad y, más
específicamente, a la genitalidad femenina. Una referencia que en general alude a un cuerpo
visto como “sucio”, orientado al pecado, que habrá que purificar… a través de la palabra.
la propia sexualidad del/a docente deban ser incorporadas a la tarea pedagógica, sino de
tomar en cuenta cuánto los modelos internalizados y no transformados en palabra se ponen
en juego a la hora de enseñar. Y es evidente que el corte disciplinar de
La tensión se produce entre un currículum oficial, que por lo general se estructura con
clasificaciones y enmarcamientos fuertes –fijando así los límites sobre los principios de la
transmisión y realización de las prácticas pedagó-gicas– y los espacios de autonomía,
flexibilidad y creatividad, que otorga o permite a las instituciones educacionales, a los
docentes y a otros actores que participan del proceso de recontextualización pedagógica.
Cuando las profesoras hablan del cuidado, hablan del cuerpo enajenado, del cuerpo
“científico”, de órganos, de aparatos, no de una subjetividad encarnada, sino de un cuerpo
tipificado, clasificado por el conocimiento médico-biológico. El cuerpo subjetivado no cabe en
la escuela. En la escuela media, los cuerpos de las/os adolescentes son peligrosos por
su posibilidad de reproducción, o sea, de engendrar otro cuerpo que estará visible,
del que la sociedad –la escuela, en este caso–, tendrá que hacerse cargo “de sus
necesidades”. Además, los cuerpos femeninos son los peores, porque visibilizan las
consecuencias de la sexualidad adolescente no responsable”. Entonces, aun cuando
se habla de cuidado de cada una o uno, lejos estamos de hablar de la práctica de la libertad,
de formar sujetos autónomos Bell Hooks sostiene que “las profesoras” entramos en la clase
decididas a anular el cuerpo, aceptando el supuesto de que la pasión no tiene lugar en el
aula. Si pensamos en una pedagogía que subvierta esta división mente/cuerpo, tendremos
que reconocer que conocer tiene que ver con incluirnos enteros profesoras/es y estudiantes
en las aulas. Sin embargo, el enseñar a partir de las preguntas de las/os
Britzman sostiene que el currículum de sexualidad debe estar más próximo a la dinámica de
la sexualidad y al cuidado de sí. Una conversación franca no puede ser planeada
anticipadamente porque si predecimos estaremos moviéndonos en el terreno de la “pasión
por la ignorancia”. El problema es entonces el de formular cuestiones que puedan
desestabilizar la docilidad de la educación
sentido de reducción ------ Es un “tema” porque hay un “algo” que no puede ser nombrado.
La sexualidad siempre fue hablada públicamente desde un lenguaje procaz (no “elaborado”:
“lo chabacano”, lo sospechoso de suciedad), cargado de sentidos pecaminosos y sesgados
por el sistema de sexo-género como lo obligatorio para las mujeres en el matrimonio, y lo
obligatorio y compulsivo para los varones
Con la sanción de la Ley de Educación Sexual Integral en 2006, es que el discurso de los
derechos aparece como la fundamentación válida para la educación sexual, resultando sin
duda una superación del silencio, o del modelo biomédico imperante en la escuela, o del
carácter descorporizado de la visión moralizante de la sexualidad. Se apoya también en una
hipótesis discutible: conocer los derechos “es condición suficiente” para que se los ejerza en
la práctica social. Sin embargo a investigación muestra que tampoco parece suficiente con el
trabajo sobre los derechos para que los/as estudiantes se los “apropien” y modifiquen los
vínculos y las prácticas en sus vidas cotidianas
Sobre la pedagogía
La pedagogía es la teoría de la educación y dado que la educación es una práctica social
compleja, las diferentes tradiciones de la pedagogía implica siempre una concepción de
sujeto, de conocimiento y de relación entre ellos. Los aportes de las pedagogías feministas y
las pedagogías críticas nos permiten trazar algunos rasgos que aún están omitidos en las
tradiciones emergentes en la educación sexual
El psicoanalista Rapaport sostiene que las posibilidades del Yo de poner coto a las exigencias
del mundo externo dependen de la capacidad de conectarse con la propia interioridad. A
modo de consejo para el/la docente: la cuestión es ser un educador que no sea intrusivo, ni
por invasión de sentimientos, ni por rechazo a la sensibilidad, suficientemente bueno, atento
a la interacción, a lo que apuntala y contribuye a sostener, a la creatividad primaria. Atento a
lo que hay que dar y también a lo que hay que negar.
La Educación Sexual Queer que los chicos y las chicas esperan es aquella que abre un
espacio donde la pregunta “¿Cuál es mi deseo?” pueda ser formulada, la construcción de un
espacio tal requiere describir, explicar y denunciar la injusticia erótica y la opresión sexual.
Necesita instrumentos conceptuales que puedan mostrarnos el objeto a estudiar, trabajar
sobre las emociones en el currículo escolar estaría lejos de invadir la intimidad o privacidad
sino, más bien, de ofrecer un espacio público donde analizar las determinaciones subjetivas
alrededor de contenidos permiten la historización de los mitos y la crítica de la subordinación,
el doble estándar de moral o violencia
La ética
Sobre la pedagogía feminista Pensamos que estos pueden aportar a nuestra propuesta de
una pedagogía sexuada diferente de lo que se está pensando como educación sexual, puede
servir de inspiración para una perspectiva curricular preocupada por las cuestiones de género.
Sin embargo, una alerta es necesaria. Jennifer Gore critica el concepto de poder que usan
señalando un uso irreflexivo cuando se asume que “el agente” del empoderamiento ya está
empoderado. Desde esta perspectiva, se contempla al teórico, al profesor o a ambos como
‘el que tiene el poder ‘darlo’ a los lectores o alumnos, dando por sentado que el profesor no
oprime ni reprime en virtud de su intento liberador, se asume que el teórico o profesor sabe
lo que está potenciando y se sitúa como constructor y transmisor de la verdad. Britzman
sostiene que el currículum de sexualidad debe estar más próximo a la dinámica de la
sexualidad y al cuidado de sí que a la de las “clases” más convencionales. Nuestro auto
modelado ético no es el resultado de nuestros deberes morales, sino de nuestras opciones
morales”. Se tratará entonces más bien de movilizar las opciones morales antes que imponer
de manera externa una única visión de mundo-
Uno de los problemas del ejercicio de la sexualidad es si está ligada o no está ligada en la
relación a un otro concebido como un otro subjetivado. Es decir, no se toma en cuenta el
hecho de que el otro, es un otro humano”. La perspectiva de Bleichmar brinda un marco ético
no moralizante para la orientación en la educación sexual: la relación con otro, otra, otrx, el
“objeto” del amor o del deseo, será subjetivante en tanto su deseo entre también en juego.
En una concepción de la sexualidad centrada en el instinto, la pulsión, el afecto, los
protagonistas, En una concepción de la sexualidad centrada en el instinto, la pulsión, el
afecto, los protagonistas, hombres y mujeres, llegan a ser definidos como poseedores o no
193 de ‘objetos’ corporales, capaces de producir o de experimentar el goce. Ya no son
considerados como sujetos.
La “pedagogización” del tema sexual vemos cómo los discursos en pugna, los temores y
fantasías, la carencia de espacios de formación docente llevan a alejarse velozmente de un
involucramiento personal
En la pedagogía para una educación sexuada habrá que tener en cuenta la construcción de
una autoridad emancipadora en el trabajo en el aula reconociendo el poder y el no poder de
estudiantes y docentes y considerando las desigualdades de género en la construcción de
las subjetividades. Los imaginarios hegemónicos constituyen la cotidianeidad en las
instituciones educativas. En este punto, las/os profesores/as quizás deberíamos pensar que
el aprendizaje del disfrute de la sexualidad implica desaprendizaje de la sexualidad como
mandato y tabú. El ejercicio de una sexualidad “no normatizada” como un derecho de
ciudadanía significa desaprender que “la sexualidad es privada”. El de la sexualidad como
inestable es el desaprender que el cuerpo “dicta” la verdad de las identidades.
Hay un desencuentro entre las propuestas escolares adultas sobre abordaje de la sexualidad
y las expectativas/pedidos que los chicos y chicas tienen al respecto. Las voces juveniles –
aun cuando se trate de los/as afectados/as–, no son tenidas en cuenta en el desarrollo del
trabajo escolar sobre la sexualidad. En los debates acerca de la educación sexual, las
tensiones se ubican en los conflictos entre los discursos que el Estado sostiene y los valores
de las familias que, por supuesto, deben ser respetados. La preocupación institucional por
lograr acuerdos con los padres, por respetar las morales particulares de las familias, opera
en detrimento de los derechos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Generando espacios
de discusión de justicia curricular, en cuanto a la participación de los públicos que decidan
qué es lo valioso de enseñar y de aprender; que disputen los significados de los contenidos
curriculares y produzcan continúas transformaciones en las formas de la transmisión
Valeria Flores sostenía: “De esta manera, maestras y maestros tienen que entender que la
experimentación con la conducta sexual no es una experiencia de igualdad de oportunidades.
Por eso, la educación sexual en las escuelas no puede desentenderse de los estudios
feministas, lésbicos y gays y queer, como tampoco de las reivindicaciones que reclama el
activismo en torno al género y la sexualidad. Es preciso una articulación entre los campos
teóricos, políticos y pedagógicos que tensione las construcciones hegemónicas de la escuela”
Desde los trabajos de Britzman que identifica tres versiones de la educación sexual: la
“normal”, normalizadora de los cuerpos y el deseo; la “crítica”, que cuestiona a las relaciones
de poder y reivindica los derechos sexuales y reproductivos y la que denomina la “aún no
tolerada”, que apunta al cuidado de sí como práctica de la libertad. La educación sexual
“normal” genera no solamente un cuerpo de contenidos limitado por las voces dominantes,
sino que también genera los límites de lo que interesa conocer y lo cognoscible.
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clases desgrabadas
La terapia sexual se ocupa de trabajar con situaciones sexuales que para la persona que las
vive no son las que quiere tener en la vida. Se acerca un consultante para modificar algo de
esa vida sexual que no está resultando como quiere. Hay algo del orden del disconfort sexual
por lo cual una persona acude. ¿Qué hace la terapia sexual ante esto? ¿Qué elementos
tenemos para trabajar con esto?
La terapia se inicia en los años 40 en EEUU, con investigaciones que muestran que hay
elementos de la sexualidad sobre los cuales no se había consultado nunca. Es decir, cierto
grupo de personas (no era totalmente inclusiva la muestra) manifiestan cuestiones relativas
a la sexualidad de las cuales nunca se había consultado . Por ejemplo, gran cantidad de gente
que había tenido conductas homosexuales.
Master y Jhonsons empiezan a sistematizar el abordaje de estas dificultades sexuales que
las personas narraban y que hasta el momento no habían tenido una forma de ser tratadas.
Las personas llegaban a las consultas y tenían problemas específicos como eyaculacion
precoz, problemas con ereccion, problemas para llegar al orgasmo, todo en términos
heterosexuales, coitocentristas... se dedicaron a esto.
Proponen técnicas para abordar este tipo de dificultades, a las cuales llamaron “disfunciones”
(esto implica un posicionamiento: si hay una disfunción es porque hay una función) lo que
hacían era intentar restablecer a las personas en esa función.
Funcion basada en una premisa heterosexual y coitocentrista: las personas querían tener
placer en la modalidad de la reproducción, lo placentero tenia que ser si o si en la modalidad
del sexo reproductivo.
Este modelo se replicó, estandarizó y de esta manera surgieron técnicas para tratar tales
disfunciones. Con este formato empezó la terapia sexual: para tal disfunción, hay tal solución.
Tienen índices altos de éxito.
Se banalizaron las enseñanzas, porque ellos trataron de ir más en profundidad. Esas técnicas
existen, luego aparecen otros autores que le dieron otra forma de rosca a esto.
Master y Jhonson trabajaban con un enfoque conductual, más allá de que eran del ámbito
médico, las formas de abordaje eran de lo conductual, hay mucho basado en el aprendizaje
y formas de aprender .
En los 80 esto se difunde en nuestro país. Esta es la primer aproximación a lo que fue la
terapia sexual. Hay ámbitos en los que aún persiste.
Este modelo basado en la idea de que la terapia está para corregir algo que no funciona (una
disfunción) y que esa corrección puede ser hecha desde esos terapeutas.
A pesar de que haya sido abordado desde este modelo médico,binarista, etc, fueron los
primeros grupos profesionales que trataron de apoyar y fortalecer las luchas desde las
disidencias sexuales. Época de vuelta a la democracia, era algo difícil. Estos profesionales
se posicionaron claramente frente a la inclusión de las disidencias y a pensarlas fuera del
esquema patológico. (años 80)
Planteaban el pensar la sexualidad placentera como un derecho y la inclusión. Pero no hubo
lucha por derechos de las mujeres. Con el paso del tiempo, esto se fue dando a conocer más,
desde este grupo y lógica,y entonces algunos profesionales comenzaron a hacer una revisión
crítica de esta terapia y se empezó a pensar en una terapia sexual con perspectiva de
género. Se intentó cambiar el enfoque por uno que los interpelaba más. Este enfoque implica
cosas bastante complicadas porque es revisar toda la base epistemológica de la terapia
sexual, repensar todo y producir de nuevo. De lo original queda un porcentaje pequeño. La
terapia sexual con PDG implica otro posicionamiento epistemológico diferente.
Hay en ella una toma de posición de los profesionales en una crítica al sistema patriarcal. La
terapia sexual clásica no se lo planteaba, se planteaba más bien: como hacemos para
funcionar mejor dentro de este sistema, como tenemos placer sexual dentro de este sistema.
Pero esta crítica implica muchas cosas.
¿A que se critica? al sistema patriarcal: Sistema basado en binarismos, que forman ese
pensamiento o matriz heterosexual patriarcal.
- binarismo sexual: el sistema considera que está formado por H y M
- binarismo de género: el sistema considera que hay masculino y femenino
- binarismo erotico: el sistema divide en heterosexual u homosexual.
Estos binarismos son jerarquicos: hay una jerarquia donde varon es más que mujer,
masculino es más que femenino y heterosexual es más que homosexual.
Pero estos terminos tmb están ligados a una obligatoriedad: que el varon sea masculino y
heterosexual y la mujer femenina y tmb heterosexual.
Con esta matriz de pensamiento está armada la sociedad. La idea es corrernos de acá en
pos de una vida mejor.
La perspectiva de género critica este sistema, presente en la terapia sexual clásica. La terapia
sexual con PDG se corre de este lugar, desnaturaliza cuestiones presentes en la terapia
sexual clásica.
Esta terapia aborda las problemáticas sexuales que las personas traen, sin considerarlas
disfunciones sexuales, patologías. considera que hay muchas formas de identidades
sexuales, sexogenericas, sexoafectivas, y que ninguna es mejor que la otra.
Formas en las cuales el sistema patriarcal nos ha marcado.
Cuento: donna haraway. Bastardas de Camille. Cuenta otra forma que parece imposible de
vivir pero sirve para ampliar el marco. Este sistema nos dice como es el amor, la reproducción,
quién tiene que ocuparse de los cuidados, quién tiene el poder, el dinero. Este cuento, marca
otras posibilidades que nos cuesta tanto imaginar, y desde este lugar tan amoroso cuestiona
este sistema patriarcal de funcionamiento. En el cuento, se ve a diferencia del sistema en que
estamos inmersos, un sentimiento de comunidad donde c/u decide si quiere y puede gestar
tiene la posibilidad de hacerlo, pueden cambiar, y habla de transformaciones, frente a las
cuales la comunidad no tiene miedo de ellas . acepta las transformaciones , muestra familia
elegida, vinculación sexual responsable, etc.
Punto ciego del ojo: lugar donde se inserta el nervio y que por lo tanto no tiene posibilidad
para captar imagen, en ese lugar, y el resto del ojo si tiene posibilidad de captarlo, pero el
resto del ojo cree que ve todo, pero no ve todo, porque hay una parte que no puede ver. El
sistema opera en muchos casos de esta manera.
No es posible despojarse de lo propio, para poder ampliar la mirada lo más que se quiera se
necesita revision, estar presente con lo propio.
Jack Annon: tenía un esquema de trabajo para pensar lo que era la terapia sexual
diferenciandola de la educación sexual entre otras cosas. Esquema P.L.I.S.S.I.T → En primer
instancia, cuando un usuario llega a la consulta es dar permisos. Luego determinado tipo de
información que tuviese que ver con cuestiones sexuales, de funcionamiento, si las mujeres
son multiorgásmicas, etc; cuestiones que no se conocen hoy en día incluso. Información
general, en tercer instancia, las sugerencias específicas: ligadas a técnicas que se utilizan
dentro de la práctica terapéutica, y por último terapia intensiva: aquello más vinculado a
aspectos profundos que aparezcan en la terapia y que debían ser abordados.
Los dos primeros niveles (permiso e info) se compartían con la educación sexual.
Los dos segundos son propios de la terapia sexual.
La sociología clásica se fundó en este esquema, las formas de manejarse en la práctica tienen
que ver con este esquema.
Los permisos: ¿desde qué lugar uno podría dar permisos? en función de que? para dar
permisos, hay que estar en determinada posición de autoridad, jerárquica, de creencias.
Es frecuente que una usuaria consulte: puedo hacer X cosa? puedo estimularme
manualmente mientras tengo una penetración? puedo? soy normal? este tipo de cosas los
abordaban desde este esquema la sexologia clasica y este autor en particular.
Jose Carrobles:epitex → hace un esquema con una diferencia. Se basa en lo que dice Jack
Annon, pero pone primero la educación y después el permiso. también habla de indicaciones
específicas y el le dice al ultimo nivel terapia sexual.
Silvia Aguirre → Hay un punto que tiene que ver con la información que damos, pues las
personas llegan con gran desinformación a la consulta sobre distintos aspectos de la
sexualidad; para esto la terapeuta tiene que tener mucha información, para poder asesorar
correctamente en cuestiones que deberían estar aprendidas pero que no están; otro punto es
el asesoramiento en géneros: lo fundamental es tenerlo primero en claro nosotros: como el
sistema patriarcal nos demarca, como es que a partir de esto vamos a escuchar a la persona
que llega, de manera crítica, y a partir de esto dar una devolución, desde la crítica al sistema
y no reproduciendo, escuchar desde una revisión de estos aspectos; está es una de las
características que hace la diferencia entre la terapia sexual y terapia sexual con PDG, hay
un posicionamiento , una crítica al sistema, un modo de escuchar especificó que no es el que
nos enseño la sexologia clasica, hay un corrimiento, y en este sentido no se puede hablar de
neutralidad.
Otro punto son las indicaciones específicas, es lo que se comparte con otros autores: técnicas
para modificar determinadas partes de la respuesta sexual x ejemplo. técnicas que no son
para todas las personas ni momentos, hay que incluirlas dentro de este esquema. hay que
adaptarlas.
Y el último punto es el acompañamiento en el ars amandi → indicaciones sobre cómo amar.
la sexologia retoma el término refiriéndose al propio arte de amar, que esto difiere en cada
persona y que es lo que tenemos que ayudar a conectar, descubrir. esa sería nuestra tarea.
El ars amandi no tendría todas las indicaciones que tiene la rta sexual clásica, que algunos
autores decían: la rta tiene deseo, tiene excitación y orgasmo; el ars amandi como forma
propia de manifestación de la sexualidad de cada individuo no tiene porque tener eso, no
tiene que tener algo previo,algo dsp, un orden, un sentido, un organo sexual principal, no
tiene que tener nada como orden, sino que ayudamos a que la persona que consulta pueda
encontrar la forma particular de disfrutar fuera de la norma. norma que viene con el
patriarcado
De estro puede salir algo sumamente variado. Cuando una persona realmente se decide a
encontrar la forma propia de disfrutar de la sexualidad, que no tiene que ver con el
coitocentrismo, con penes y vaginas, con tiempos, con lubricaciones y erecciones, con nada
de eso, sino con cómo esa persona disfruta de su cuerpo, de los intercambios con otras
personas. Encontrar esto, que la persona rompa con estos esquemas limitantes es fabuloso.
El guión sexual está determinado desde el sistema patriarcal. En terapia se desarma este
guión. Se piensa otra forma de guión, porque hay una crisis en ese guión.
El porno es un tipo de educación porque tenemos muy poca info sobre otros saberes, es lo
que más se ve, se consume entonces. El porno repite el guion heterosexual tradicional.
Y cuando se acompaña el ars amandi de la persona, se rompe con este guión internamente
todo lo posible, poniendo en juego el propio cuerpo y propias experiencias. Hay que hacer
una revisión siendo terapeuta, preguntarse si uno está conforme con su vida sexual : me
gusta como vivo? ¿Cómo me siento? como me vinculo? pienso si habrá algo más? disfruto?
la puedo pasar mejor? puedo conectarme conmigo misma? no se puede acompañar en el
descubrimiento del ars amandi si uno no revisó la suya, si no descubrió su propio ars amandi.
CLASE 2: 6/5
volvemos a la pregunta: ¿qué es la masculinidad? no tiene nada que ver con la biología tal
cual nos han enseñado las teorías feministas hace rato. Simone en el segundo sexo ya decia
“naturaleza no es destino, mujer no se nace se llega a serlo” habla de la clara separacion de
los aspectos biologicos y los aspectos culturales y como la masculinidad demarcada en esas
construcciones de genero que la cultura arropa de alguna manera, estereotipos que
determinan de manera rigida cuales son los roles y características de lo masculino y lo
femenino. estas características de lo masculino no tienen nada que ver con lo biológico, no
son los genes, hormonas, gónadas, lo que determina estas características.
Quienes se oponen a esta mirada de la PDG siempre acuden a estos argumentos de la
naturaleza, de lo biológico, de un esencialismo del ser varón o ser mujer para sostener las
desigualdades.
¿Qué es la masculinidad?
Es un mandato cultural pero en forma de dispositivo, de un ordenamientos que garantiza la
producción y reproducción de una lógica de distribución de poder en la cual el varón obtiene
ventaja, beneficios y privilegios.
Es el dispositivo cultural del patriarcado que garantiza su sostenimiento.
Es una categoría relacional, porque en la ausencia de una definición concreta se basa en un
sentido de oposición a lo femennino. Ser varón es no ser mujer, ser masculino es no ser
femenino. su lógica de existencia tiene que ver con la lógica relacional y de oposición a todo
lo del mundo de lo femenino.
Pero hay varias posibilidades de ser varon incluso desde la posicion de hetero cis, hay un
sinnumero de posibilidades de ser varon, que han existido desde SIempre. Han habilitado
otras posibilidades de ser varon desde un lugar mucho más empatico, solidario o flexible pero
han sido masculinidades que a lo largo de la historia no sumaban, masculinidades de tipo
enclosetadas, que no cotizaban porque la masculinidad es algo que se reafirma
permanentemente en un ejercicio constante que se da con los pares, y muchas veces varones
que han vivido las masculinidades de otra forma la han tenido que acallar o vivirla puertas
adentro, dentro del universo hetero cis.
Tmb hay otras masculinidades habitadas por otras identidades, y otras corporalidades que no
son las hetero cis : trans, no binarias, maricas, lesbianas. Hay un amplio espectro de
posibilidades de expresión de lo masculino.
en este encuentro vamos a ver criticamentre la construccion de la masculinidad como
mandato, obligatoria, que busca en su logica la produccion y reproducción de varones hetero
cis, que sigan sosteniendo una logica de desigualdad que le otorga privilegios y beneficios a
esos varones.
Volviendo atrás, en esto de las distintas masculinidades: hay masculinidades normativas (que
responden a los mandatos, al estereotipo) y subvertidas: son las masculinidades que se
corren del ideal de masculinidad. Poseen un disvalor que las coloca en un lugar de
inferioridad.
La mujer puede ser habilitada a participar del mundo masculino, pero para eso hay que
desexualizarla. “un bro más”. Cada vez gana más terreno en territorios masculinos, pero con
los varones no sucede: no ocupan espacios de lo femenino, porque lo femenino está
desprestigiado, y porque en el terreno de la crianza, la frontera como dijimos es muy estricta.
“Los hombres no lloran” Una cuestión en este mandato es la represión de las emociones, los
varones tienen dificultad en utilizar la palabra para gestionar los conflictos, no se les permite,
entonces son torpes con el uso de la palabra porque existe una tendencia a aguantar y
explotar. la imposibilidad de poder expresar sentimientos (frustración, miedo, llanto, angustia)
y aguantar y aguantar; muchas veces muchos varones explotan a través del mecanismo de
la violencia.
Las características de la lógica pedagógica va generando las herramientas ideales para que
este varón a futuro tenga las condiciones ideales generadas para generar la violencia., esto
está instaurado en la forma de educar a los niños y naturalizado.
“no llores que pareces nena” lleva implícito el disvalor de lo femenino y todo lo que se aleje
del ideal masculino. Por esto podemos entender porque los varones devienen naturalmente
homofóbicos y misóginos. tienen un rechazo por el disvalor. Estas frases gestan esta lógica
de rechazo.
→ “homofobia” mal dicho porque de fobia no tiene nada, conductas homoodiantes y
transodiantes que se generan y naturalizan en la conducta de los varones.
Pornografia: marca una especie de guión, de libreto en el terreno de la sexualidad, tanto para
varones como para mujeres, aunque sean producciones hechas mayoritariamente para
hombres y para hombres. Sobretodo la pornografia de consumo masivo: hay un porno
feminista pero son producciones minimas, de más dificil acceso, hay que conocer como llegar
a ellas y más. Las generaciones actuales tienen acceso muy simple a estas paginas
pronograficas, y ante la ante una ausencia de educacion sexual tanto x las familias donde en
praacticamente ninguna se habla de sexo porque es tabu y las escuelas , ante una ausencia
de un contradiscurso que diga: no, las cosas pueden ser de otra forma, va a seguir
prevalecendo está mirada coitocentrica, basada en el placer masculino, en la eyaculacion
pero sobre todo en la penetracion.
Esta pornografia afirma este viejo guion donde la penetración es lo más trascendente, donde
el varón es dominante, que hace prevalecer sus deseos, sus ganas, donde su placer es lo
más importante, y donde la mujer es pasiva, objeto sexual, está en un lugar de sumisión para
darle placer al hombre. refuerza esta lógica binaria, jerárquica
El goce, disfrute orgasmo se puede llegar de mil maneras aunque no este presente la
penetración.
Este formato deviene en muchas problemáticas, porque los varones piensan que así deben
ser en el terreno de la sexualidad. La cuestión del consentimiento queda en una especie de
límite difuso, porque estas producciones suponen que la mujer siempre quiere más y espera
que el hombre avance sobre su corporalidad.
Mujeres: aparece mucho la dificultad para llegar al orgasmo, para vivenciar placer →
problemática que data de mucho tiempo. Consideran que es un problema de ellas no llegar
al orgasmo y cuando uno lee la historia es siempre lo mismo: varón está listo para la
penetración y no piensa si ella tiene ganas, si está erotizada, si se calento con la situación, si
está en el momento adecuado, si logro disfrutar y llegar al orgasmo: preguntas que el varón
ni siquiera se hace.
Debe estar siempre tratando de tener relaciones sexuales, de sumar conquistas. Esto es
germen de muchas situaciones de abuso que se han dado. Se enseña a sacar ventaja de un
cuerpo. La lógica masculina es sacar ventaja del cuerpo femenino. El cuerpo femenino es un
territorio a conquistar, como sea. hasta en prácticas naturalizadas de tocar la cola: acceder
a un cuerpo sin su consentimiento, con la intención de humillarlo. Incluso se hace entre
varones, invadir un cuerpo sin su consentimiento: está naturalizado el avasallamiento de la
corporalidad del otro.
En el terreno de la sexualidad es donde los varones tienen que ejecutar este mandato y dejar
bien claro qeu su construcción ha sido efectiva, pero tmb a través de acciones discriminatorias
y violentas: homoodiantes y transodiantes, en la adolescencia el varon debe demostrar
rechazo ante los pares de esas vivencias, demostrar que uno está lejos de lo trans,de lo
femenino, de la homosexualidad, de todo lo que desestructuraria la masculinidad.
Es tan fragil la masculinidad que permitir el acceso a esa azona que puede ser de placer y de
goce pondria en jacke u construcción de masculinidad, ademas del terror homosexual:
cuiertas partes del cuerpo deben ser impolutas e intocables porque alli se encuentra el centro
de la masculinidad.
Pero también es potente, tan eficaz porque atraviesa incluso a quienes la padecen. Por
ejemplo mujeres, que crían a sus hijos siguiendo este mandato. Tiene eficacia el dispositivo.
En esta construcción participamos todxs, estamos atravesados por esta lógica. Hay que
pensar cómo desarmar estos mecanismos. Están hechos carne en nosotros, internalizados.
Hay que hacer un ejercicio permanente, la deconstrucción es constante. Se requiere un
trabajo crítico en términos sociales y crítico en términos personales.
La Educación sexual integral viene avanzando, la cuestión de género y los mandatos tmb,
pero del placer se habla poco y nada
“Toda educación es sexual” (Morgade, G. 2011) → es una investigación.
En el 2005, 2006 la discusión giraba en torno a los grandes miedos de la familia acerca de la
experimentación de los adolescentes, porque si tenían ESI iban a salir a experimentar todo
lo que podían .Se demostró que la esi posterga y protege la iniciación sexual.
En ausencia de la ESI se buscaba con la experiencia, en cambio cuando empezamos a
incorporar se reduce la ansiedad con respecto a esas curiosidades por lo tanto las iniciaciones
son más tarde en el tiempo y a su vez más seguras y placenteras porque tienen más
herramientas para poder experimentar y disfrutar.
Que pasa sin la ESI? es una especie de adoctrinamiento sin perspectiva de género. Una serie
de voluntades o esfuerzos de hablar de sexualidad desde lo que un autor polémico denomino
sexosofia → refiere a la propia filosofía acerca de la sexualidad , basada en experiencias
creencias y valores propios.
Todos tenemos nuestra propia sexosofia, el problema es dar educación sexual desde nuestra
propia sexosofia ya que nuestros conocimientos son limitados.
La ESI plantea educar desde el desarrollo y los conocimientos científicos, y desde la
perspectiva de género.
¿Qué pasó cuando surge la ESI? Aparecen reacciones conservadoras para preservar el
orden establecido, apoyadas en creencias religiosas, desinformación y miedos . Sostenidas
desde sectores de poder. Ejerciendo control, represión y rechazo sobre la sexualidad
La exigencia que recae en las mujeres hetero cis tiene uqe ver ocn acceder aunque no tengan
ganas, y en lov arones que siempre tienen que haber ganas y erección
Aspectos básicos del placer: está en el cuerpo ,en la fantasía, en las emociones, vinculos
Sin embargo estos 4 elementos son los grandes ausentes en la educación tradicional. No
están presentes. Salvo en educación física y arte, las mayorias de las clases son :
cuerpos quietos y callados, mentes memorizando y repetitivas, cero expresión de las
emociones (expresión emocional inhibida), vínculos condicionados y caracterizados por la
competencia en torno a la calificación
- La autopercepción del rol docente, como una especie de apostolado, con pobre
reconocimiento social y económico, a quienes se les suma una nueva “carga” :
ocuparse de la ESI
- Las limitaciones personales: prejuicios, miedos, represiones, malestares, inhibiciones
de docentes. Sobran ejemplos del consultorio y la sala de profesores. Por ejemplo, si
en su propia experiencia personal el disfrute y bienestar no es lo cotidiano en su
sexualidad, difícilmente puedan hablar de eso a sus estudiantes.
La ley de ESI 26150 se presenta como una bisagra para un nuevo paradigma, porque puede
experimentarse como dificultad y posibilidad
DIFICULTAD:
- su texto original no menciona al placer, y es resistida por algunos sectores sociales
- comienza a aplicarse como una imposicion, casi una “tortura” que desde las
direcciones se obliga a incluir en las planificaciones . demoró en aplicarse, en 2012
comenzaron a controlar sin embargo se hace poco en las escuelas
POSIBILIDAD
- propuesta de una nueva mirada sobre esa misma ley, a partir de 2008 con la
resolución ministerial, que desarrolla los primeros lineamientos curriculares.
- permite desarrollar creatividad, flexibilidad, y libertad en el marco del respeto. permite
revisar los contenidos
Para el nivel medio 2 grandes contenidos ayudan a incorporar esto del placer:
Respuesta sexual humana + perspectiva de género
Rta sexual humana: conjunto de acciones ,reacciones, sensaciones que puede experimentar
el organismo humano durante cualquier tipo de actividad sexual. Es tan variada que sería
más correcto hablar de RTAS SEXUALES HUMANAS
Perspectiva de género
Los estudios de género, que desde la antropología, la sociología y la psicología, entre otras
disciplinas, reconocen una gran diversidad sexual relativa a cuerpos, identidades,
orientaciones y prácticas, desnaturalizando órdenes y jerarquías establecidas que no lo son,
son culturales.
Perspectiva de género es una especie de zoom (permite acercar y ver de cerquita y alejar y
ver un panorama más amplio)permite ver un poco más, desde otro lugar, no solo ponernos
los lentes de la perspectiva de género, sino que es una lente que es elástico. hay personas
que se deciden a no usarlas, pero no por no usarlas eso que no ven deja de existir, sigue
estando. Zoom que permite ampliar la mirada sobre la sexualidad humana. Permite combatir
la propuesta de que es una ideología, no es , está basada en estudios científicos.
Son descubrimientos, construcciones y saberes dinámicos y perfectibles que posibilitan
conocer y comprender las experiencias sexuales de las personas, en permanente evolución.
En el consultorio vemos personas que vienen con deseo deteriorado pareciese y en realidad
es que vienen negociando hace meses y año “le dije que no 3 veces, entonces bueno tengo
que decir que sí sin ganas” : esto genera una experiencia negativa y displacentera, deteriora
el deseo, entonces después no hay ganas, se genera un circulo vicioso.
Está tan incorporada la manipulación tmb “si no queres estar conmigo es porque no me
queres” , por ej 300 adolescentes en un salón de actos hablando de preservativo con gente
de afuera de la escuela, un varón levanta la mano y dice: prefiero no usar preservativo porque
prefiero sentir la piel de la mujer,y un coro de señoritas diciendo “aaaaaaa que tierno” la
manipulación funciona, la tiene naturalizada. ese varón gano.
Perspectiva de género
Se presenta como la herramienta fundamental para cuestionar y modificar el guion impuesto
desde la tradición cisheteropatriarcal, que instala como única opción al encuentro sexual
coital, orgasmico y simultáneo.
Está triple exigencia reduce el placer sexual a lo genital y lo condena a una suerte de objetivo
único y privilegio de cuerpos masculinos jovenes atleticos y potentes. Y este guión llega
incluso a personas que no se identifican como heterosexuales.
Para ir “acabando”. .
Esta propuesta, lejos de descuidar contenidos tradicionales como anticoncepción y
prevención de ITS, ofrece alterar el orden: es más fácil llegar a adolescentes si comenzamos
hablando del placer, en lugar de lo que genera miedo e inseguridad, o asco. Se pueden
abordar estas cuestiones transversalmente. Se logra más conexión y participación.
Desde el conocimiento de las posibilidades para experimentar placer, se abordará con más
interés y participación, lo cuidadoso, respetuoso, seguro y saludable.
A modo de círculo virtuoso, se potencia lo placentero y disminuye las ansiedades propias de
las exigencias grupales, apoyadas en mitos y desinformación mediatizada.
Favorece encuentros caracterizados por la confianza y el clima relajado y respetuoso.
Desde el placer, hacia el cuidado, que aportará mayor placer.
Clase n° 3
Epistemología sexología
⦁ Cristianismo: pecado donde se asociaban todo lo que tenían que ver con conductas o
prácticas que no fueran destinadas a la procreación como del orden del pecado inclusive procreación
entre una pareja estable y dentro de un matrimonio con acción.
⦁ Positivismo y racionalismo
⦁ Post racionalismo constructivismo social el campo de la salud pasa a pensarse como una
enfermedad y si es el campo del derecho pasa a pensarse como un delito el positivismo en realidad
no tiene en cuenta la significación que tiene el aspecto social y lo contextual en el ámbito de la
sexualidad de las personas y las formas de vincularse de éstas lo que hace es conseguir un individuo
a la pareja y la sexualidad como estáticas si tiene conceptos así como muy cerrados
Positivismo racionalista:
⦁ Enfermedad y delito
⦁ No toman en cuenta la significación que tienen el aspecto social y contexto en el hábito de
la sexualidad y las formas de vincularse
⦁ Concibe el individuo, a la pareja y su sexualidad como estáticas
⦁ El fenómeno que se conoce puede ser separado de quien la observa
⦁ Ignora el papel activo del individuo en factor del impacto de fuerzas externas susceptibles
de un examen y de un análisis objetivo
⦁ Incidir a la persona: parte biológica, parte psicológica y parte social
(la mayoría de las veces que es recetado, es para personas jóvenes que no lo necesitan, ya
que su malestar puede ser por otro motivo no solo biológico)
en términos de síntomas signos diagnóstico curación tratamiento o abordajes y la sexualidad
en realidad termina siendo un espacio de salud y no de enfermedad pero atravesándolo,
haciéndolo pasar por lo que sería él l tamiz del modelo médico hegemónico y todo el sistema
capitalista alrededor que en esto de los nomencladores. necesitamos dar un diagnóstico para
que las personas accedan a ciertas intervenciones oa ciertos tratamientos hay que convertir
esto de alguna manera en algo de la enfermedad, etiquetando el malestar que tiene o lo que
le sucede para que se lo cubra la obra social
ya no apunta a una sexualidad desviada sino a una sexualidad de lo que considera el modelo
médico hegemónico como normal entonces el objetivo de esta segunda ola es resolver las
situaciones problemáticas en las relaciones sexuales, se saco el fetichismo, el trasvestismo,
la transexualidad, de las llamadas desviaciones.
Definición: patrón de desempeño sexual al cual las personas debían adaptar sus prácticas
sexuales para alcanzar los estándares de normalidad. Patrón de respuesta sexual propuesto
por máster y Johnson.
Alonorma: norma social implícita que impone que todas las personas tienen que tener
atracción sexual hacia otras personas con una frecuencia e intensidad determinada si no
entran en el terreno de déficit o patología. Través del modelo se Norman, reproducen y
reafirman desigualdades y relaciones significantes de poder.
Orgasmo normatividad: el orgasmo es la parte culminante del placer sexual y sólo es válido
si es durante el coito pene vagina. (cuando se produce, se da por culminada el acto sexual y
no es valido si se obtuvo un orgasmo fuera del coito pene vagina)
Genitalo centrista: (penetrativo) y cisheterosexista, por lo que la globalidad erótica tiene una
connotación de no sexo: previa ( se prefiere hablar de juegos sexuales porque si no pareciera
que todo se hace en función de generar una plataforma potable para llegar a una sola práctica
que es la más importante que es la penetración)
Se vive de manera idealizada. El intento de ajuste a esta norma provoca muchos malestares,
dificulta el afrontamiento de los cambios y de las advertencias en el terreno erótico y
empobrecen nuestro repertorio de placeres.
Los individuos pueden pasar por un período considerado disfuncional, debemos considerarlo
como parte de una fluctuación qué es normal.( la mayoria de las personas viven con el peso
de la etiqueta que se les puso deacuerdo a "sus sintomas" que encajan perfectamente en una
categoria del manual, para que de esa manera la obra social le cubra el proceso terapeutico.)
La visión de las disfunciones sexuales guarda estrecha relación con la respuesta sexual
considerada normal e ideal para quién?
*Estimulación eficaz es aquella que facilita el progreso desde una etapa del ciclo de la
respuesta sexual humana a la siguiente como sobre todo lo que propició el orgasmo.
conviene recordar que para que un diagnóstico ni siquiera se requiere la angustia subjetiva,
basta simplemente la indicación objetiva de una desviación del ciclo de la respuesta sexual
humana.
Alteración de los procesos propios del ciclo de la respuesta sexual o por dolor asociado con
la realización del acto sexual. Perturbaciones cuantitativas por desequilibrio en más o menos
del deseo o apetito sexual y de la capacidad funcional coital y por la provocación de malestar
y problemas interpersonales. Se presentan en forma persistente o recurrente.
el tema del mercado de vender más patologías que un tema que se está viendo ahora es que
no hay negocio curar entonces hay que medicalizar hasta lo no medicalizable no qué es lo
que sucede con el viagra es lo que sucede con el viagra femenino también o es lo que sucede
con la utilización del sildenafil en personas marcadas con mujeres o de repente los
antidepresivos para controlar algunas cuestiones de la respuesta sexual pero también el tema
de la respuesta sexual funcional a un sistema donde a ver si no vamos a mirar que quizás no
puedes disfrutar de tu sexualidad porque trabajas más horas de las que puedes descansar
dormir,etc. vivir en base al capitalismo, sin pausas.
⦁ Inversión de los síntomas como medida del éxito de la terapia sexual: ignora el contexto
socio fisiológico y la experiencia sexual
⦁ Equipara las respuestas sexuales de manera binaria y universal: privilegia los intereses de los
socializados varones. Enmascara la desigualdad genérica.
⦁ Respalda el coito heterosexual como la actividad sexual normativa. Rubin “ son premiadas
con un certificado de SM los individuos cuya conducta se halla situada en la cima de esta jerarquía”
se asocia sexualidad con género cis y orientación heterosexual.
Omisiones:
⦁ Faltan las voces de las vivencias de las socializadas mujeres, identidades disidentes. No hay
mención acerca de la emoción, comunicación, experiencia sensorial, briasco, tabú, educación
sexual, atracción, seguridad, respeto, consentimiento, consenso, sentimientos, ciclos, embarazo,
puerperio, anticoncepción o envejecimiento.
Despatologizar y desarmar el guión sexual ( 80 para adelante tiene que ver con
despatologizar y desarmar el guión sexual no contribuir a armarlo de nuevo para que la
persona sigue viviendo ciertos canales entonces hay pasamos desde la epistemología a un
período post racionalista o de construccionismo social)
Epistemología
Las personas constituyen activamente los significados que marcan y organizan sus
perspectivas y experiencias. Lo sexual se concibe como una construcción recíproca e
individual. La expresión de la sexualidad es una co- construcción.
Los guiones sexuales de las personas se manifiestan en tres niveles distintos: interno,
interpersonal y escenario cultural.
⦁ Este ciclo erótico sexual no es exclusividad de vínculos estables, puesto que la finalidad es
el goce
Los fundamentos:
⦁ Las conductas sexuales están enmarcadas histórica y culturalmente.
⦁ las aportaciones de lo que se presenta como ciencia sexual también están enmarcadas
histórica y culturalmente
⦁ Los significados de la(s) sexualidad(es) y sus expresiones residen en las lecturas corporales y
⦁ No clasificar
en este modelo de sexológico anima a los sujetos a tener una actitud de cultivo es decir el
guión no te lo voy a dar yo sino que vas a tener que ver vos cómo te gustaría armarlo y cómo
te gustaría desarmarlo con estás veces quieras que le permita gestionar su biografía de forma
autónoma y vivenciar su erótica llamada teoría desde una forma en la que prime la
satisfacción y no el rendimiento
No disfunción
No trastorno
Hablamos de:
⦁ Inadecuación relacional
⦁ Incomodidad
⦁ Dificultad
La respuesta sexual es múltiple y de idea de que existe un solo patrón de respuesta sexual
incrementen ansiedad de las personas que creen alejarse de los estándares de normalidad y
salud
La universalización y descontextualización de la respuesta sexual ocasiona desconcierto
cuando las personas no entienden porque “no funciona bien”
Debe considerarse:
⦁ La identidad cultural y de género de la persona, orientación sexual y romántica
⦁ El concepto cultural de malestar
⦁ Los estresores y características psicosociales y culturales de vulnerabilidad y resiliencia
⦁ Problemas sexuales debido a factores económicos políticos y socioculturales
⦁ Problemas sexuales relacionados con el o los vínculos
⦁ Problemas sexuales debido a factores de padecimiento subjetivo
⦁ Problemas sexuales debido a factores orgánicos
⦁ Ir más allá del binarismo
Este modelo sexológico no sólo es despatologizadora sino que ánimo a los sujetos a tener
una actitud de cultivo ( Amenuzúa, 2014) que les permita gestionar su biografía de forma
autónoma y vivenciar su erótica y amatoria de forma en que la prime la satisfacción y no el
rendimiento.
Conclusiones
⦁ Sexo educación: proporcionar y promover económicamente una educación y la creación
de una toma de conciencia más que un asistencia sanitaria
⦁ Investigación: alzar las voces disidentes y no imponer un paradigma preexistente
⦁ Situado: reconocer la importancia del contexto social para facilitar o limitar la experiencia
de las mujeres y las disidencias
⦁ Los que las personas precisan no son más reglas oficiales sobre cómo ser normales sino el
reconocimiento de que el paso su sexualidad estuvo frenada por estructuras patriarcales ( matriz
heterosexual) todos los estigmas, el pudor, los tabúes tienen que ver con toda ese daño cultural
patriarcal
⦁ Lo personal es político: las intervenciones de nuestra praxis sexológicas son de cualquier
modo que se organicen, políticas.
CLASE 4
Charlando, si bien no vengo con unas ideas cerradas, ni menos que menos respuestas, mas
bien muchas preguntas en esto, la invitación fue un poco a pensarnos en este entorno, en
esta formación, este camino que han elegido, y poder hoy al menos tener algunos temas en
agenda, problematizando sobre todo masculinidades trans, varones trans, o trans
masculinidades, que somos aquellas personas que hemos nacido en cuerpos biológicos
femeninos, con un genero que nos asignaron al nacer, femenino, y un nombre, juguetes,
colores basados en estereotipos, que supuestamente marcaban un destino, y con una
energía puesta ahí de quien ponía ese nombre, madre, padre, familia ampliada, quien sea, y
entendía que a partir de ese sexo biológico y ese nombre el devenir iba a estar siempre
cerrado, y de alguna manera en un lugar como común, celeste o rosa, y se marca que si
naces varón te clavan directamente el osito celeste. En mi caso me clavaron el rosa, y a partir
de ahí, una lectura y una crianza socializado como niña, criado como mujer, con todas las
violencias que también a lo largo del tiempo van a ir trayendo a nuestras identidades trans
masculinas este devenir, y las violencias de genero asignadas a las mujeres, que también las
vivimos los varones trans.
Como para repasar rápidamente, y no perder mucho tiempo en las siglas lgbt y las tres t,
trans-travestis-transexuales, yo voy a hablar más de transmasculinidades y en general, y
también muy subjetivo, mi propio recorrido, porque cada persona es única y hay tantos
géneros como personas en el mundo, sus orientaciones, deseos, y en este caso, por ahí
pensar en las masculinidades trans tiene que ver con esa movilidad de sexo y este genero
que parecen lo mismo y que no tienen nada que ver, con las construcciones sociales y estos
mandatos que parece que viniéramos a cumplir, y que cuando nos corremos un poco de ese
estante, tambalea no solamente la percepción de esos y esas adultas que están alrededor
nuestro sino también nuestras propias estructuras que intentan ser corregidas o ser
reencausadas, y aparecen los abusos correctivos, esto de este devenir como decía, lo
asignaba a nuestra genitalidad y a nuestro género, entonces las niñas, y en este caso los
niños trans pero leídos como niñas, no podíamos hacer determinadas cosas, no podíamos
jugar a determinadas cosas, usar ciertos colores ni ciertos nombres. Sin embargo,
comenzamos a manifestar quienes somos corriéndonos de ese primer nombre y usando,
muchos de nosotros, nombres de personajes de la tv, de superhéroes, algo que nos saque
del nombre y todo lo que eso trae. Que serian las tres masculinidades entonces, como
transmasculinidades o varones trans: aquellos que fuimos socializados como niñas, que no
somos niñas, sin embargo, tenemos una ley muy reciente, la ley de identidad de género, la
26743, que cumplió 9 años el 9 de mayo, a partir de la cual comenzamos a ser sujetos
políticos de derecho en este país, en una ley revolucionaria a nivel mundial. Sin embargo, ese
cambio cultural del que siempre hablamos tarda en llegar, y vemos que por un lado nos brinda
el marco legal para caminar, pero sin embargo hay que seguirla militando todos los días, en
todas las esferas, en cada institución o en cada ámbito que habitamos. Hablamos un poco,
como por ahí nos dicen, que nos revelamos contra el genero como destino; y de alguna
manera lo es. Cruzan en estas vivencias los estereotipos de género, las tensiones, las
vacilaciones, porque como nos construimos, de donde tomamos modelos, o referencias, cada
uno de nosotros como personas en general siempre buscamos grupos de pares o de
pertenencia, entonces tomamos del afuera para sentirnos partes, o para sentirnos queridos,
y todo lo que ese va generando en la medida en que sentimos que no estamos cubriendo
esas expectativas. Sin embargo queremos que nos abracen, queremos estar, queremos que
nos nombren, queremos seguir compartiendo la mesa en la familia y todo lo que viene dado
en crianza, acompañadas, respetadas, en infancias o en niñeces, y realmente es un camino
de mucha soledad a veces, pero también de nuevos vínculos y de alegrías, también es un
camino de muchas despedidas, sin embargo de bienvenidas, y cada transición tan propia, tan
subjetiva, cada proceso tan único que en este camino también poderse dar los tiempos de
pararnos y de reflexionar en el entorno que transiciona; no solo las personas trans
transicionamos sin todo lo que está a nuestro alrededor, nuestra familia, nuestro lugar de
trabajo, si estas saliendo con alguien, también hay una transición, y también hay mandatos
dentro de eso que también se van a traducir incluso en el deseo, en el placer hasta en las
practicas sexuales que vienen dadas a los géneros. Las practicas sociales históricas de
discriminación que también se meten en la cama, y la exclusión de la población trans en
general. Un camino, como decía, una construcción que intentamos sea cada vez más libre y
más sana, saliéndonos también de las masculinidades hegemónicas, pensando otras
masculinidades, por ahí se habla de nuevas masculinidades, a mi personalmente no me gusta
hablar de “nuevas” porque implica invisibilizar todo el camino y el recorrido que traemos, en
mi caso 45 años, y de los varones trans que conozco el más grande tiene 70, y si digo quiero
una nueva masculinidad básicamente se acaba la amistad jaja entonces estaba todo el tiempo
como volviendo a estos conceptos: para quien es nuevo? ¿Ustedes, son nuevas
femineidades, nuevas masculinidades, nuevas personas no binaries? ¿Para quien es nuevo
el termino o por què estamos en determinados lugares considerados como nuevos? Entonces
estas otras masculinidades o estas otras formas de crearnos o de construirnos, tiene que ver
también con lo que nos proponen. Es parte de la ley, porque la ley de identidad de genero
habla de un derecho, pero no habla de una obligación, ni de cambiar el documento o toda la
documentación que tengas a tu nombre, un hacerte cirugías totales, parciales. ¿Qué es
parcial? ¿Qué es total? Una modificación corporal que también se siguen considerando aun
hoy como cirugías estéticas, que para muchos de nosotros tiene que ver con una cuestión de
vida, o de una vida mas feliz, las transiciones sociales, las transiciones clínico-medicas, los
tratamientos o reemplazos hormonales, los tratamientos de bloqueo hormonal, bueno… hay
un sinfín de cosas.
Bueno, son muchas cosas creo las que mencione en este ratito que se me ocurrían como
disparadores y arrancar a pensarnos. Por ahí nos encontramos cada día con mas infancias,
mas niñeces que expresan quienes son, como se sienten, con mucha mas naturalidad que
nosotros lo hacíamos, mas entre cuatro paredes, o encerrados en el baño, o encerrados en
la pieza, y siempre buscando la mirada de algún adulto o alguna adulta que habilitara o
legitimara ese juego, y cuando aparecía esa mano correctiva a veces dentro de las familias,
porque están quienes te apañan y quienes no, buscando esa complicidad o ese lugar mas
amoroso, y cuando esa complicidad no existe en el entorno de la familia, la expulsión, que no
suele ser una expulsión directa, no siempre es “te vas y te dejo las cosas en la calle”, sino
que son más bien violencia mas simbólicas, mas sutiles, no incluirte en una mesa familiar, o
celebrar un cumpleaños y a propósito regalarte algo que saben que no te gusta o que te hace
sentir incomodo, que uno dice por favor, no se dan cuenta lo que vivo, lo que siento, lo que
soy… asique la vedad es como muy amplio. Sin embargo muy atravesado por la
generaciones, porque obviamente nuestras generaciones, las que ya hemos superado los 40
y pico, miramos a los niños de ahora y vemos cómo ha cambiado en esos 40 años o esta
cambiando el primer entorno y la primera institución, que es la validación, la familia. También
siento que es un tiempo de las familias, asique por ahí me van a escuchar hablar de eso y de
las esperanzas que me representan y nos representan las presencias de esas familias que
hoy van y exigen a la escuela la implementación de la esi, el trato digno y humano que dice
la ley de genero y por que dentro de la escuela, aun con la familia acompañando
amorosamente, abrazando, dando todos los recursos, cuidando, comprendiendo y
acompañando ese proceso, en la escuela seguimos con un discurso que no es el mismo, o
viceversa. Entonces en el medio, dentro de las posibilidades que aparecen, tu familia, tu
escuela, tus amiguitos y amiguitas del barrio, tus vecinitos, tu abuela, tu abuelo, que no nos
entendían a nosotros los adultos de hoy, pero si entienden a los que hoy pueden ser mis hijos,
por ejemplo, y los cambios que hubo en el medio, los quiebres, las ausencias, las distancias,
las lejanías, y aquellos que también nos hemos ido de nuestros lugares. Yo soy trans serrano,
y cuando me fui de villa dolores también fue un poco como con una visa, porque tenia que
irme del pueblo chico infierno grande, sabía que iba a estudiar comunicación, sin embargo en
ese momento tenia que estudiar o trabajar, asique bueno, vamos a estudiar y que mejor que
poder irme de mi lugar para poder ser,, legar a una ciudad tan grande en el 94, en Córdoba,
y encontrarme con la palabra y que importante es que aparezca una palabra que te nombre,
porque hasta ese momento era quien soy? Si, me gustan los chicos, ok, y también me gustan
los chicos, pero era otra cosa lo que me estaba pasando, más allá de ser una chica lesbiana,
y de las relaciones que elegia, sino con que era yo, ese sapo de otro pozo, que en mucho
silencio intentaba buscar alguna info algún dato que recién encontré a los 19 años, cuando
ya estaba en la facultad, el primer año vendría a ser, al final del primer año. Me encuentro
con una activista que es Mauro Cabral, que es un compa intersex y también varón trans, que
me regala esta palabra y me abre un mundo. Me dijo: ¿sabes lo que te pasa a vos? Vos sos
transgénero. Y yo dije: ¿y esto como se come? Jaja ¿qué es ser transgénero? Sonaba tan
horrible como lesbiana o desviada, que es a lo que siempre lo asociaba. Asique ese nombre,
ese somos, también abría una puerta y un mundo, donde explorar era ir a la casa de mauro
que tenia internet y me mostraba hombres trans de algún lugar en el fin del mundo, en los
países avanzados. Y me decía esto es un hombre transgénero, y lo veía tan distante. Y yo
decía ¿eso se puede? Y me decía más vale, acá también se va poder, y tenia una esperanza,
y peleaba con todo el mundo, y yo lo seguía. Acuérdense que venía de traslasierra
básicamente con mi jaulita en la mano, y seguía un camino también buscando en la noche
de Córdoba algún lugar, que hoy puedo llamarlo búsqueda, no encuentro, de la comunidad
afectiva, esa que te da el abrazo, que te recibe, que te da la información y que te acompaña
de la mejor manera. Esas comunidades que no tuvimos, donde quedábamos expuestos a
cualquier situación de la noche, a violencias de todo tipo, abusos de todo tipo, algunos de
esos que siguen ahí como marcados a nivel hasta celular, y que son los espacios que
necesitamos romper, de los que necesitamos aislarnos de verdad para pasar por este
contexto que nos toca, y viendo con alegría otra vez volviendo a las familias, que en este
tiempo pandémico las familias tienen mas tiempo de compartir, de mirar y de observar, y
darse cuenta de repente que tienen un niño, una niña, une niñe trans en casa. Porque hasta
ahora las rutinas, el trabajo y las demandas de todos los días, antes de que todo esto
comenzara, nos hacia quizás encontrarnos muy pocas horas al día, y hoy si hay algo bueno
que esto ha traído, es esto del encuentro, y darnos cuenta que esa otra persona o personita,
que incluso me escuchaba a mi como adulto reírme o naturalizar el humor de los medios que
fogonean, que también violentan nuestras identidades, o en el hazme reír del barrio, donde
siempre hay una referencia a un puto, una torta, una traba, o un traba, como todavía se les
dice a las mujeres trans, de repente esto de darme cuenta de que todo lo que yo estaba
diciendo, también había un niño, niña o adolescente que estaba como una esponja tomando
todo eso a su alrededor, y se retiraba en silencio a encerrarse en su pieza, en su habitación
buscando el momento para poder contar quien es. Nosotros tenemos que hacer todo un
protocolo para contar quienes éramos. Pero también el quien éramos, o lo que sentíamos, en
un momento aparecía como una obligación: tenes que decir quien sos, tenes que decir como
te sentis, tenes que confesarlo, tenes que confesar tu crimen, tu crimen es tu sentimiento,
Entonces buscabas la manera, el momento, etc. Como si fueses a comenzar un delito que
habías cometido y que esto nos terminaba enfermando y lamentablemente nos sigue
enfermando, a quienes todavía no pueden correrse, saltar ese cerco, de provocarnos
ansiedad, depresión, autolesiones. No tiene que ver con la patologización que sigue habiendo
sobre las identidades trans, en términos de que si sos trans sos una persona enferma, que
ya sabemos que eso no existe; sin embargo, todo eso de no poder decir, de poder abrir la
garganta, no poder expresar quien sos, no poder habitar tu vida en libertad, trae serias
consecuencias para nuestra salud. Por eso también hablamos de una salud integral que no
se refiere solamente a los aspectos físicos clínicos médicos específicos, sino también a una
salud entendida mas en términos sociológicos, todo lo holistico, el universo que comprende
a un ser humano.
- Vos decías que muchos chicas o chicos trans, tienden mas a lo que es el suicidio. Que
mecanismo en tu caso usabas cuando salias a la calle, o estabas en tu casa, y tenias que
enfrentarte a eso también, como hacias?
¿Como cada uno puede a lo largo de su vida ir sobreviviendo? Camaleónicamente. No
siempre decimos quienes somos en la familia, en el lugar donde trabajamos, porque tenemos
miedo de perder lo poquito o mucho que tengamos, entonces nos imaginamos que una forma
es seguir informando a las familias y sobre todo a las personas que van acompañando
nuestras transiciones y procesos, porque nosotros, nosotras, sabemos perfectamente
quienes somos, lo que sentimos, lo que deseamos, solo que cuando estamos en una situación
de dependencia, viviendo en la casa de nuestros padres, nuestra familia o dependemos de
un adulto en términos económicos, para estudiar, de una obra social, etc, también quedamos
condicionados por eso y a veces elegimos no decirlo. Esa situación va a suceder en muchos
momentos y también en las situaciones de búsqueda de trabajo, donde ir con una
determinada cara, un sonido de la voz que todavía no transiciono, un documento que todavía
no hemos cambiado, sin embargo sintiéndonos varones, pero quien esta delante mío me lee
como una mujer, y lo mas posible es que si quiero ese trabajo, termino también
autocensurándome, diciendo que si, que soy la chica que esta mirando, la chica que aparece
en ese documento, solo porque quiero el trabajo. Después si lo obtengo y veo que el ambiente
es saludable, amistoso, que hay un trato digno, etc, quizás me vaya animando un poco mas,
pero para que eso suceda también tenemos que ir ayudándonos mucho, siempre nos ayuda
estar con pares y con espacios amorosos, vuelvo a lo mismo, con los espacios de consultorios
inclusivos que están pensados justamente para que cuando uno vaya a atenderse en
cualquier aspecto de su salud no tenga que explicar tantas cosas. Las lesiones y las
situaciones que son de odio hacia uno mismo tiene que ver a veces con esas referencias de
ese mundo adulto, donde incluso los abusos intrafamiliares están validados para “enderezar”
a esa chica que al menos es torta, ni hablar siendo un varón. Entonces aparecía un tio, un
primo lejano, que tenia hasta derecho de tocar ese cuerpo, o de reorientarlo con el ok
silencioso de los demás. Que se puede esperar de una persona que en ese contexto intenta
pedir ayuda cuando su vida o lo que dice de si misma todavía se esta viendo como una
patología, como una abominación, una aberración, y también el contexto de lo religioso o de
las creencias y de las crianzas, la educación, que nos sigue poniendo al borde del borde. Es
difícil, eso hace que nosotres digamos que el promedio de vida sigue siendo de la época
medieval, porque no tiene en si que ver con que las personas trans nos morimos solo por ser
trans, sino que todo estos sistemas de expulsiones, familiar, de la salud, con el uso de una
“o” o una “a” que no te nombra, que no te mira, no queres volver mas, o te tratan mal, etc.
Es muy complejo. La seguimos luchando todos los días y la militancia esta siempre a flor de
piel, por eso lo que nos queda como recurso cuando no hay espacios amorosos es conocer
al pie de la letra la ley, seguirla difundiendo, seguirla compartiendo, para tener al menos
alguna herramienta y poder distinguirse en algún momento en el que se estén vulnerando
nuestros derechos y pedir ayuda.
El caso Luana fue paradigmatico y genero cambios estructurales, aun siendo aprobada la ley,
la ley no había sido probada como en lo concreto, con los pies en la tierra, a ver que pasa,
como la podemos manejar, si se cumple, no se cumple, como se cumple y que es lo que
menciona. Primero es importante recordar también que la ley de identidad de genero habla
de personas trans, y no habla de un mínimo de edad para poder hacer rectificaciones o
modificaciones corporales, etc etc, sin pedirle permiso a nadie, y habla de que nuestros
cuerpos a partir de los 16, donde seria el reemplazo hormonal, necesitaríamos el ok de la
familia que incluye la firma y un consentimiento informado, sobre todo cuando se le inician los
tratamientos de reemplazo hormonal, porque hay modificaciones y se ingresan también
medicamentos al cuerpo, para poder reemplazar las hormonas que venían digamos en el
envase original. Pero la ley no acota, y por eso siempre es muy importante escuchar a esa
niña o a ese niño, sujeto de derecho, no hijo de, ni mi propiedad, que nos va a decir lo que
siente y que necesita y tenemos que acompañar. Para lo cual esta el articulo 12 de la ley que
habla del trato digno, a su sola necesidad y a su sola mención, si me dice que es pablo, es
pablo, no importa lpo que yo este mirando, es mi problema lo que yo veo. Sin embargo siguen
estando presentes creencias, crianzas, todos los estereotipos y es difícil romper ahí. Pero el
caso de Luana, como en otras casuísticas que nos abrieron un poco el panorama, son muy
recientes pero también en los medios de comunicación, históricamente, si indagamos hacia
atrás vamos a ver a Mariela Muñoz, por ejemplo, a una mujer trans que crio casi como 20
hijos y siempre el sesgo estaba visto entre que tenia en medio de las piernas, su genitalidad
podía definir o no el derecho a construir su familia, que incluso estuvo judicializado su caso,
y estaba recibiendo, cobijando y criando a hijos que eran hijos que habían sido abandonados
o que por distintas circunstancias llegaban a su cuidado y que hoy son excelentes, mujeres o
varones que construyeron su familia, y no tenia que ver con quien te criaba cuando había
amor en el medio. Siempre esta en tensión esto y lo que pasa cuando hablamos de
orientación sexual, nos quedamos con una genitalidad, con una practica, por eso es
importante también seguir pensando en términos de la afectividad, cuando hablamos de
orientaciones sexuales también son orientaciones sexoafectivas, u orientaciones afectivas,
con quien nos vinculamos, que persona nos gusta, con quien queremos tomar un helado, con
quien queremos compartir la vida entera o un momento, sino seguimos en ese mismo lugar
que ha sido dado históricamente, no? A la promiscuidad, al devenir del trabajo sexual y a todo
esto que siempre esta en los márgenes, que hoy dista mucho de muchas realidades. No de
todas, por supuesto, pero si de muchas. También es cierto en cuanto a la formación, que esa
perspectiva de genero que suena tan hermosa no esta aplicada y no son por ejemplo materias
obligatorias, no están dados como una cuestión vital dentro de la formación, entonces lo que
nos da la universidad o las instituciones en general de formación, son profesionales que en
su abordaje luego en consultorio o donde sea que se desempeña, si vos no tenes ya de base
una empatía, porque con la simpatía no alcanza, si no es al otro como una persona que puede
desarrollarse plenamente y ya le estas viendo desde un lugar patologizador, o que no puede
sereso asi, que es una enfermedad o todo lo que chupabas antes cuando te ponían ese chip,
eso si tiene que ver con el adoctrinamiento de verdad, con todo lo que nos dieron y que es
tan difícil romper. Es muy necesario y hay que insistir y pedir porque es el derecho de todo
estudiante la ESI, y esta pensada para nivel inicial pero también para nivel superior, como
estudiante yo tengo que exigir la esi en mi materia, en mi carrera, lo tengo que exigir. Que
alguno de los recorridos académicos incluya necesariamente esta perspectiva de genero y
esta posibilidad de co-construir saberes con personas trans, porque también hay mucho de
este extractivismo intelectual, donde se nos invita a lugares para tomar este conocimiento y
apropiármelo, y a partir de ahí digo esto es mi teoría. Entonces tenemos también que crear
esas comunidades epistémicas dándole lugar a las personas trans, pero no desde este lugar
de ser meros “bichos” que hay que observar o diseccionar sobre una mesa.
Que cambio en estos últimos años? Cambio mucho, bastante, de hecho estamos en este
encuentro porque eso cambio. Y lo que queda por hacer es seguir insistiendo en una ley que
tiene muchos grises, en los cuales hay que seguir basandonse, pero insistir en una ley que
tiene que estar asociada con otras leyes, porque nosotros tenemos la ley de identidad de
genero, pero esa ley que se sanciona en 2012 es el resultado también de una primera ley que
identificamos con ley de esi que es del 2006, que entre sus ejes habla del respeto a la
diversidad y no menciona infancias trans, o adolescencias trans, pero menciona una
diversidad sexogenerica en general. Por ahí te dice la escuela no, pero la esi no habla de
personas trans entonces yo no tengo por que aceptar que mire a un chico o una chica con un
nombre que no dice. Bueno, esta primera ley después profundizada por todas las leyes
posteriores que vinieron donde se fueron nombrando otras realidades, pero tomadas de esta
primera base. Yo insisto mucho en la esi porque es la que nos da todas las herramientas, y
sobre todo porque es una herramienta pensada para quienes se están formando y para
quienes estudian. Luego llega el matrimonio igualitario en el 2010, la ley de protección integral
de las mujeres en el 2009, la ley de fertilización asistida, que también va a hablar de
orientaciones pero no de identidades y también es una ley que excluye la posibilidad de que
las personas trans podamos hacer uso de la ley de fertilización. La ley de identidad de genero
nos nombra como sujetos de derechos pero toma las posibilidades por ejemplo de hacernos
cambios corporales (que la ley sigue llamando como “reasignación” cuando en realidad no
hay nada que reasignar, modificamos nada mas) nos impide por ej a personas trans porque
ni la ley de fertilización asistida ni la ley de genero unen un punto en el medio si queremos
ser padres o madres con nuestros gametos o en la cara biológica, no podemos hacer uso de
ninguna de las leyes para esto, entonces hay toda una cuestión legal en el medio que es
compleja. Si yo quiero por ejemplo reservar mis óvulos porque quiero ser papa el día de
mañana, quizás quiero gestar o no, o si estas con una compañera que pueda gestar puedo
con mis óvulos se papa. Todas las posibilidades de acuerdo a todas las experiencias. De eso
tampoco se nos hablaba cuando comenzábamos con nuestras transiciones, de que había
una posibilidad de preservar si es que vos querias. Después vienen todas las otras
posibilidades. Yo soy papa por adopción, de Lola que es mi hija de 9 años, pude construir mi
familia como cualquier persona, me ha costado mucho mas en el tiempo, también construi no
solamente mi masculinidades, que la sigo construyendo todos los días porque siempre hay
algo nuevo que me hace ruido, pero también la llegada de la familia es mas tardía para
nosotros, hasta que encontras los vínculos, porque también en otros momentos teníamos
sueños con compañeros o compañeras que no se bancaban las transiciones, y hay rupturas
y momentos muy dolorosos, y hay momentos en que negocias con eso y te quedas, y después
un día tambien saltas del trampolín y te das cuenta que la vida se te va, y que nadie la va a
vivir por vos. Bueno, hay un montón de cosas para hablar y ver.
-Con relación a lo que estabas diciendo, estaba pensado que en la facultad y en la sociedad
en general muchas veces se habla de que hay perspectiva de genero, pero como que los
conceptos y todo eso es muy superficial y mucha gente habla de la gente trans como si fueran
una sola cosa, como si no tuvieran subjetividad, como si ser trans fuera algo único o algo
igual para todos y también eso, se habla como de las identidades trans pero desde el lugar
de cis y heterosexual y no se le da la palabra muchas veces a la gente trans o no se, hablo
de homosexualidad pero soy heterosexual, y tocamos los conceptos muy por arriba y no
podemos ver realmente las subjetividades que hay en juego por detrás de estos conceptos.
Si, totalmente. Creo que tiene que ver con las posibilidades y los espacios también. No hay
personas iguales. A veces hacemos bromas con un grupo de amigos y decimos bueno
nososotros, las personas trans, nos juntemos y hagamos un seminario y hablemos de las
personas cis, y hablemos de sus problemas, y su salud, etc. Y algunas cosas las vamos a
poder entender, pero no todas. Entonces con que criterio, con que autoridad, con que
legitimidad también podría hablar cualquier persona trans de las vivencias cis, es muy
complejo. También hay alguin¡en que dice que los espacios son ocupados porque hay otros
que no los pelean o no los luchan. No todos tenemos las herramientas o la educación para
busca resos espacios, por eso es tan importante también que cuando bsuquemos lainfo
también nos salgamos del espacio de la academia. Yo soy egresado universitario, de la
nacional, pero sin embargo siempre me identifico mas como un educador popular, porque
siempre me toca en el trabajo, dentro del equipo técnico de la uepc, como organización de
base y ahora con un proyecto muy hermoso que e la red de paternidades trans argentina, ver
las realidades de esos lugares, de los lugares de miedo. A veces digo lugares de miedo, otra
vez con las familias, porque por ahí terminamos alguna charla y se acerca alguna madre o
padre al borde del llanto, y nos dice ¿o sea que no era mi culpa? Porque también hay culpa
de como criamos. En mi propia casa, mi vieja era la que llevaba las riendas de todo, y mi viejo
el que habilitaba. Sin embargo existía esta puja adentro de “culpa tuya dejaste que sea de
esta manera, porque dejaste que se junte con tal, o que se vista así”. Siempre era culpa de
alguien que el hijo o hija naciera “fallado” o “fallada”. En vez de ponernos en ese lugar de
fracasar como padre, tener un hijo trans o hija trans no te hace fallar como padre.
Abandonarlo, violentarlo, expulsarlo, no acompañarlo, por supuesto que si. Por eso las
particularidades de cada persona también van a estar dadas por todo ese contexto que
tuvimos. Cuando hablamos de diversidad, hablamos también de diversidades étnicas,
sociales, de procedencias, de los sabores de helado que nos gustan… si nos referimos
solamente a la diversidad por el tipo de personas que nos atraen o la identidad que tenemos,
si solo tomamos eso y nos olvidamos de todo lo demás, es imposible que contemplemos la
diversidad como mas amplia. Asique bueno, en este mundo, lo que nos iguala es que somos
diferentes, en todo caso. Y creo que eso es lo mas importante.
Que difícil la pregunta. Creo que inevitablemente las personas trans hemos tomado
referencias en estos estereotipos de como son los hombres, trans, y en caso de las chicas,
como son las mujeres trans. Primero hay una cuestión real, que es genética y organiza. Y hay
uqe tener como muy presente, y es algo que lo charlo mucho con adolescentes sobre todo,
esto de que cuando nos imaginamos un cuerpo o una posibilidad en los cambios que
esperamos, también tenemos que ver como es nuestro papa, nuestro hermano, nuestro
abuelo, etc. Porque nis a a dar una referencia, un espejo un poco mas inmediato. Mi viejo es
pelado, no tiene ni un pelo en las piernas, entonces no puedo pretender que vaya a tener una
barba prominente. Digo, siempre tomamos algún estereotipo. Y esto de que, a ver, como son
los hombres? Mas musculo, menos musculo, como hablan, como se paran, que dicen, como
socializan, de que manera me muevo?. Sin embargo, en mi experiencia personal, las
masculinidades y al menos la masculinidad, he sido victima de violencias de genero y aunque
hoy en la calle cualquier persona me pueda leer como un varón cis, yo traigo esa memoria
que esta presente, y que aun hoy, siendo un varón trans, compañero, que tiene una excelente
compañera, su hija, siendo papa, siendo tio, amigo, docente, aun hoy si voy por la calle y veo
a la barrita de varones en la esquina, hay algo en mi que me hace cruzar la calle, oque me
hace pensar si paso por ahí o si me vuelvo. Eso ha quedado tan presente, tan impregnado
en esas violencias históricas de las que por ahí no hablamos. Porque después aparece esta
cuestión de como medimos el sufritometro, quien sufre mas? Los varones trans, las mujeres
trans, los gays… y también otra vez, es tan particular, tan subjetivo lo que cada uno le paso,
que algo que te sucedió puede ser lo mas grave de tu mundo y de repente no va a ser lo
mismo que le paso a otra persona. Y para mi hoy, y para muchos varones trans, la onu dice
que 1 de cada 3 mujeres va a ser victima de abuso sexual a lo largo de su vida. Agrego: 1 de
cada 3 varones trans también. Porque venimos de la misma historia, del mismo lugar de
abuso sexual en la infancia y en las adolescencias. Hasta que después en algún momento,
cuando empezamso a hacer nuestros cambios, físicos, aquellos que lo elegimos, empezamos
a pasar, no digo desapercibidos, pero hay algo que se mueve del lugar inevitablemente. Y
esto me lleva a pensar en el tehuel, que lo seguimos buscando; cuando vemos a tehuel
podemos comparar a tehuel en su transición, que no llevaba tanto tiempo en hormonizacion
y también ha sido victima de estas violencias de genero, victimad e odio a su identidad, donde
seguramente tehuel, ha sido leído por estos machos asesinos, violentos, que lo
desaparecieron y que todavía no terminan de dar la informacion que necesitamos, ha sido
leído como una chica, como una mujer, como un cuerpo que les pertenecia y que con el
podían hacer lo que quisieran. Eso mismo pasa con los varones trans. Entonces no podemos
hablar de una masculinidad con privilegios, porque no somos privilegiados, no somos varones
cis, tampoco mujeres cis, somos varones trans, somos otras masculinidades, no somos
nuevas masculinidades, y nuestras confomraciones como sujetos dentro de estra sociedad
esta lleno de estos caminos de memorias y de violencias, donde lo que yo quiero construir de
mi, elijo construirme de algo que siempre me puso en ultimo lugar, que siempre me violento,
y siempre me puso como un lugar de deseo, que cuando me corro de ese lugar de deseo y
me planto como un varón trans, me van a atacar por otro lado: ah entonces capaz que no te
cogieron bien, o capaz que admiras tanto a los hombres que queres ser uno. El genero, esto
que se construye y esto que soy, es lo que siento, yo no lo puedo cambiar, así naci, así lo
vivo, entonces intento en mi construcción, lo mínimo que puedo hacer es tratar de romper con
todo eso con lo cual nos siguen bombardeando. Pensar una masculinidad no hegemónica,
libre, emotiva, que rompa con ese otro molde, también a veces pienso que sigue siento un
acto revolucionario, de resistencia, y ojala muchos varones cis pudieran hablar con varones
trans, porque hay una cosa así entre que sos el par y no lo sos, pero también se da algún
código de masculinidad que también tenemos que romper, porque algunos varones trans
también a veces caemos en esto de, al ser legitimado por otro que te dice efectivamente que
sos un varón, te dicen veni vamos a jugar al futbol, veni mira esa minita que va… te meten
en esos discursos, y en esto de “pertenezco, soy un varón” también me la creo y vuelvo a
caer en este lugar, que es otro lugar de supervivencia también, porque si no estoy de acuerdo
con lo que me están diciendo, otra vez vuelvo al primer lugar. Entonces es muy difícil. Yo a
veces digo que como mujer, o leída como mujer, con muchas situaciones que he pasado a lo
largo de mi vida y que también me han dado como las herramientas para estar de pie hoy y
como el varón que soy, siento que a veces digo bueno, vos siempre triunfando, ahora que
quiero ser un varón, o que me digo que soy un varón, de repente hay toda una mirada cobre
la masculinidad o sobre los varones en general que también me ubican a mi, leído de afuera,
como un sujeto peligroso. Porque cuando yo subo a un colectivo, o estoy en una fila
esperando algo, una chica que me ve y me mira, también puede interpretar que soy uno de
esos varones violentos. No puedo andar explicando en todos lados que soy un varón trans,
que yo estuve en el mismo lugar, que yo se lo que le paso. No lo puedo explicar y ni puedo
decir no soy peligroso, sino estoy en peligro. Pero si no nos damos estos espacios y
posibilidades para poder hablar, dificilmente conozcamos de que se trata ser un varón trans,
o una transmasculinidad, o un “otro” varón, que construye otras posibilidades.
Importancia de la capacitación no solo para los adolescentes y estudiantes, sino también para
los docentes, directives o personas que son responsables dentro de los espacios educativos,
que a veces se ven jaqueados por sus alumnos que tienen en claro para donde van las cosas,
y sienten como si perdieran autoridad, si esto que me traen mis alumnos no lo puedo resolver
porque no tengo las herramientas. Pero es al contrario, cuando somos permeables a esto que
todavía se sigue viendo como novedad, recuperamos como ese poder hablante y habilitante.
Pero claramente como docente, yo soy docente de la secundaria, creo que lo que siempre
aparece es esto de que nos corre de la zona de comfort una informacion o hablar en lenguaje
inclusivo, el uso de la e que me jode.
Cuales son nuestras practicas de verdad en la vida? Porque la educación sexual es integral,
tenemos las leyes como la ley micaela, y todas las leyes que tenemos en nuestro país en
realidad son filosofías de vida, se tienen que convertir en una militancia, nosotros tenemos
que ser miloitantes no solamente como docentes, y transversalizar la docencia con la
militancia, sino también como profesionales. Yo puedo tener el titulo colgado en la pared de
psicologue y todo, pero si cuando me llega un paciente trans, por ej, no se como tratarlo, o lo
trato de manera incorrecta, voy a hacer que se vaya, que no vuelva mas. Y hay una carga
sobre la profesión, sobre la psicología. Cuando éramos chicos, en nuestra generación, nos
amenzaba con que iba a venir la policía o el hombre de la bolsa si nos portábamos mal; a la
policía si hay que seguir teniéndole miedo, el viejo de la bolsa siguen dando vueltas por ahí,
pero ahora también aparece el psicólogo, en la infancia y en nuestra adolescencia. El
psicólogo aparece como ese policía y ese viejo de la bolsa. Aparece como la autoridad.
Entonces la psicología como una profesion de ayuda, de acompañamiento, también es mirada
por muchas personas, como el que aparecía para decir esa palabra habilitante o no, o el
medico. Son las voces de autoridad. Después relacionas eso con los directivos, tu vieja o tu
viejo, y no queres saber nada con esa autoridad. Entonces como ponemos a la psicología, a
esta profesión, al pie para ayudar, para acompañar, para abrazar, para poder pensar en voz
alta, y no como un lugar que yo voy a dejar algo que tiene que salir transformado. (min
1:28:12)
Antes de la ley de identidad de género, nosotros teniamos al menos dos años de tratamientos
psiquiátricos, donde además se judicializaba todo este tema, donde al final de todo este
tratamiento alguien decía que la disforia de género (que yo llamo euforia, me hace feliz ser
trans) causaba un peligro para esa persona, entonces hay que decirle o hay que darle lo que
pida porque se va a matar. Entonces no era una cuestión con la que estábamos de acuerdo,
la que estábamos mirando más amorosamente o contemplando esto holistico o esta
humanidad completa, sino que seguiamos dentro de la patología y habilitábamos, y de hecho
hubo muchísimos casos de personas que pudieron hacer sus cambios luego de haber pasado
por todos estos circuitos de la patologización, de haber estado institucionalizado, etc etc. Así
que poder pensar hoy en la formación en la que ustedes están y que puedan salir con más
preguntas que respuestas y también mostrarse de esa manera y poder colaborarse con otras
y con otras profesiones hace que eso multidisciplinario se transforme finalmente en esa salud
integral que necesitamos, porque a eso nos referimos cuando hablamos de salud integral, en
términos de lo trans.
-Mi pregunta capaz ahora queda media como colgada porque era con un tema que ya como
que se cerró un poco. Era un poco lo que trae a colación el compa julián acerca de esto que
tiene que ver con las instituciones. Entiendo que el año pasado se decretó el cupo laboral
travesti-trans en Argentina, y justo un poco relacionado a lo que traías vos de cómo se lleva
a la práctica estas realidades, que a veces están como desde lo legal pero después en la
práctica no vemos nada entonces hay que continuar militando; la pregunta es y también me
resonaba esta noticia que salió de la mujer investigadora del conicet que decía que ella era
como la primera investigadora abiertamente trans en lo que era el conicet y que como que
ella explicaba que había como en el campo laboral de la ciencia había como poco espacio,
por no decir nada de espacio, a lo que era las diversidades. Entonces yo te quería preguntar
si podés comentar algo de esto, si se ve, si se respeta, si sigue habiendo prácticas
discriminatorias en cuanto al campo laboral. Que me resonaba esto cuando diste el ejemplo
de la niña que por ejemplo a la hora de buscar el trabajo se tiene que someter y decir bueno
si soy la niña que ves, pero lo digo únicamente para obtener el trabajo y posteriormente si
veo que el ámbito laboral me permite expresar quién en realidad soy, lo hago, y si no no
porque tengo miedo de perder el trabajo. Te quería preguntar un poco si puedes comentar
sobre eso.
Bueno el término del cupo laboral o la inclusión laboral también son peleas y debates que se
dan en el marco de las organizaciones de la diversidad en general, de la sociedad civil y en
particular de las organizaciones trans. Algunos en estos debates van por el cupo como una
obligatoriedad, del 1, del 3, cada uno dentro de esos pedidos. Más allá de que el año pasado
en septiembre se sancione, digo sale esta ley, todavía no hay al menos en córdoba una
bajada concreta de cómo van a ser incorporadas estas personas. Porque también se habla
de la idoneidad, y que idoneidad pueden tener personas que han estado fuera del sistema
educativo, fuera de posibilidad de formación, y si bien se habla de incorporamos y ayudamos
para el desarrollo seguir estudiando y pudiendo crear carreras dentro de los mismos espacios
laborales, no es tan sencilla la realidad. De hecho hay cupos laborales que se han sancionado
con anterioridad en distintas municipalidades, en distintos puntos del país, que han sido de
mayor inclusión que ese decreto nacional. Lo que sale el decreto nacional no había forma de
que nos sucediera en el marco de las leyes que tenemos, o sea era algo que caia de maduro
que iba a suceder. Como fue con la ile también, el debate nos lleva a que ya estaba dado, ya
sabiamos que era una cuestión de tiempo. Lo que pasa con el tema de la inclusión real laboral
es que muchas de las personas que hoy están en determinados cargos, determinados
puestos , ya habían comenzado en sus transitos, en sus trayectorias, en esos espacios con
otras identidades, con otras posibilidades, entonces si uno buscará en los datos reales y
concretos de quién ha sido el primero, la primera, porque también aparece esto de “el primer
docente trans”, “la primera”, y nosotros no podemos decir que somos los primeros en nada
porque no sabemos cuántas identidades o cuántas personas han estado calladas o nunca lo
han dicho por miedo de perder ese trabajo o porque en el proceso lo dijeron después o porque
nunca lo dijeron o porque nunca les intereso. Hace muy poquito un amigo que hoy es médico,
un compañero trans que es médico, que se llama Ernesto y eligió su nombre por el Che. Lo
llamo para felicitarlo a Ernesto y le digo que te parece si hacemos un conversatorio, me
encantaría que te parece, sos el primer médico!. Y me tapó la boca y me dijo no soy el primer
medico Santiago, y me empieza a nombrar una serie de nombres y especialidades médicas
que al menos había cinco o seis que estaban en salas debut y fisioterapeutas, de un
neurólogo. Y digo dónde están? porque tenés que decir que sos trans? entonces esto otra
vez no? quién es el primero? quien es la primera? quien dice que somos los primeros? como
esto de las nuevas masculinidades o lo nuevo, para quien? entonces también es un lugar que
tenemos que romper. A mi en un momento también me gusto que me digan ay sos el primero
que hace tal cosa. Sin embargo ser el primero también implica una responsabilidad tremenda
porque podés estar invalidando otra experiencia y porque además te pone en un lugar de que
en todo lo tenes que hacer no hay lugar para el error. Una persona trans que llega a un lugar
tiene que hacer el triple de las cosas que haría una persona cis para sostenerse, para
mantenerse en ese lugar y esto hablado con muchas compañeras y compañeros, cuando
vemos las formaciones que tenemos en general, algunos que hemos podido digamos cómo
tener educación, tener familia que nos acompaño y estar en algunos de estos ámbitos, al
menos hay que tener 2, 3 formaciones, carreras, bla bla, siempre era mostrar que se podía,
siempre mostrando a la sociedad que ser trans no podía igualarnos a las personas cis, porque
en esa igualdad volvíamos a perder, porque esa persona cis tenía más tiempo en ese espacio
o en un orden de mérito, tenía quizás hasta un mes más de ingreso en el trabajo, un mes
anterior, te imposibilitaba continuar, entonces cuando mencionamos todo esto también sigue
siendo subjetivo y también sigue siendo como esta cosa de la responsabilidad de las palabras
que tenemos que tener todes. Queremos que haya por supuesto una inclusion de verdad y
una inclusión plena. Recuerdo hace dos años me llamaron para una charla así como la de
ahora, pero que era dentro del ámbito del ministerio de trabajo con la oficina local en córdoba,
vamos a hacer esta charla que estaba dirigido a áreas de recursos humanos, a auditores y
médicos laboralistas. Y el título de la reunión, el título de la charla era Identidades trans y
ausencia laboral. Yo dije ni en pedo voy a dar una charla ni compartir nada cuando ya están
partiendo de la idea de que por ser trans vas a estar ausente en tu trabajo, porque la idea no
era cómo incorporar y cómo facilitar, sino, sin haber incorporado, sin haber facilitado, sin
siquiera que existiera una inclusión de verdad o una posibilidad, por qué era nada de nada, o
sea yo estaba partiendo de la idea de que “el día que fuese que tuviese una persona trans
seguramente esa persona trans iba a faltar, porque se iba a pasar de quirófano en quirófano,
porque seguramente iba a tener problemas de salud, por los cuales no iba a ir a trabajar”. Me
bajé de esa charla. Después se volvió a hacer con otro nombre, que fue la condición y cuando
se fue a hacer la segunda charla volvió con el primero, y ya no participe. Pero digo como
enunciamos y como convocamos a esto no? Entonces otra vez lo mismo: quienes tienen ese
lugar de poder, esa convocatoria y quienes hablan desde esos lugares donde esta seudo
inclusión no pasa ni porque existe el cupo, ni porque me nombres en términos inclusivos ni
porque hagamos la charla y traiga a algunas personas trans; eso no nos aleja de todo el
horror.
Bueno gracias, gracias a todos, a todas, a todes, quedo a disposición. Voy a dejar una
invitación si me permiten, despues voy a mandar un flyer para que lo puedan difundir; el 19
de junio a las 19 horas vamos a hacer una jornada nacional de paternidades trans con la
experiencia de compañeros en distintos lugares del país, que van a estar compartiendo sus
recorridos, sus crianzas y las formas en las que fueron papás, papas gestantes, papás a
través de técnicas de fertilización de baja y alta complejidad, papas por adopción… así que
bueno, les paso la invitación para seguir pensando estas masculinidades que cambian.
Noe
Bueno queríamos empezar esta clase obviamente con el testimonio de santi, digamos en
primera persona porque personalmente me queda grande el lugar de ser una persona endo
cis hablando de identidades trans y no binarias, pero sí me parece que desde el lugar de
personal de salud está bueno como marcar algunas cuestiones o tratar de acercarles, no con
una bajada de línea, pero sí acercarles algunas cuestiones.
Voy a empezar con algunos conceptos, así a modo de glosario, que estos días han estado
como dando vueltas en las clases, para qué quede como un poco más ordenado. Cuando
hablamos de género como concepto digamos en general, tiene que ver con un conjunto de
ideas, creencias, atribuciones sociales que se encuentran en cada cultura y en un momento
histórico determinado, es siempre situado, con base en la diferencia sexual. Y sus rasgos se
han ido modelando a lo largo de la historia de las relaciones sociales. Eso es el concepto de
género. En cuanto a la identidad de género tiene que ver con cómo me auto percibo. Para
Butler en realidad no es una verdad incuestionable interna digamos. Está presente santi, y
me acuerdo cuando tuvimos la primera formación en sexología nos decían: la identidad de
género está cerrada a cal y a canto entre los cuatro años, nos habían dicho. Obviamente que
esto cambio por suerte y llega Butler para decirnos que no, que eso no es una identidad fija,
estable y cristalizada sino que es un fenómeno que se produce y se reproduce
constantemente. Por lo tanto es performativo. En la obra de butler van a escuchar un montón
o leer un montón este término, que es la conjunción del término performance, que es la puesta
en escena, un acto, y la cuestión normativa que tiene que ver digamos con la conjunción, es
decir bueno cada quien hace una performance de su identidad y de su personalidad pero esa
perfo no cae muy lejos de la normatividad, digamos, que nos gobierna y bajo la cual hemos
sido socializadas. Y entonces por eso hace esto de lo performativo digamos, algo que va
haciendo siempre una puesta en acto pero que tiene mucho que ver con la normatividad, ya
sea alejándote o acercándote de la misma, no? en este caso la heteronormatividad.
-Varon cis
-Mujer cis
-Travesti
-Transexual
-Transgenero
-Intersex
-No binarias
-Neutro
-Agenero
-Genero fluido
-Pangenero
-Queer
La realidad es que asistimos a la era pos género, en relación a las multiplicidades, hay tantos
géneros como personas existen y se autodeterminan. Y bueno y en esto tiene que ver con
esto que planteamos la otra vez de hay tantas sexualidades como personas.
La cuestión inicial, porque en esta unidad tienen digamos un texto de mauro cabral también
de intersexualidad, es que digamos la intersexualidad tiene que ver con una configuración
atípica (y cuando digo atípica quiere decir que se distancia de la normalidad estadística) de
cuestiones genéticas, ya sea gonadales, fenotípicas o genitales. No se usa más el concepto
de hermafroditismo, al contrario, es un concepto bastante peyorativo. Se usa el de intersexual,
no tiene que ver con una identidad aunque algunas personas lo plantean como una militancia,
como un activismo. Y las personas que no son intersexuales son endosexuales. Entonces
cuando definimos esa categoría tenemos estos 2 binarismos, aunque en realidad podríamos
pensar más como en un espectro. Y por otro lado, digamos en estas categorías de cis y trans,
que han estado preguntando en estas clases: el prefijo cis fue acuñado por un científico trans,
que es Carl Buijs, quien eligió continuar con la imagen está de lo trans que tiene que ver con
una palabra que viene del latín que dice “del otro lado”, a fin de denominar aquello que no es
trans, que quiere tiene que ver con esto “del mismo lado”. La persona cis entonces es una
persona que no es trans o una persona que se identifica con el sexo o género que le fue
impuesto o asociado o diagnosticado al momento del nacimiento. Porque les puse estas tres
opciones? porque son las tres opciones que escuchado acerca de estas definiciones desde
los activismos. Hay personas que prefieren hablar de que el género el sexo es impuesto, otras
que dicen no esto es un diagnóstico médico, y otras que existen fue asociado. La realidad es
que habría que descartar el término “asignado” porque pone como una cuestión asimétrica.
Cuando hablamos de personas trans*, es un prefijo amplio para incluir a personas cuya
identidad de género no coincide con el sexo género impuesto asociado diagnosticado al
momento de nacer. Empleamos el asterisco a fin de nombrar las heterogeneidades de todo
este colectivo. Las definiciones de los trans, de los cis y del límite entre ambos se establecen
de manera situada y móvil. Este paraguas tiene que ver con por ejemplo travesti, transexual,
transgénero, todo lo que entra dentro de lo trans. La realidad es que los colectivos prefieren
utilizar la palabra “transgénero” porque acuñan… digamos en algún momento la
diferenciación era: las personas que habían sido intervenidas de alguna manera son las
personas transexuales y las personas que no han sido intervenidas son las personas
transgéneros. En realidad transexual es un concepto que pone la comunidad médica para
denominar a estos colectivos y transgénero es un término que plantean los colectivos de
como prefieren denominarse. En cuestión de travesti depende digamos para la comunidad
medica o para los libros nomencladores se plantea esto de una persona que se viste con
prendas socialmente marcadas como para otro género y en relación a los activismos hay
personas que se auto persiben por ejemplo como trabas como un identidad, como por ejemplo
la más conocida que la deben tener es Lizi Tagliani. Entonces el término trans* es un término
paraguas para englobar a transexuales, personas transgéneros y travestis sin tener que
explicitar las diversidades que existen dentro del propio colectivo, es como un término que
nos ampara, es una propuesta del colectivo para salir el campo médico y cambiar el
paradigma desde el que comprendemos la transexualidad o el transgénero.
Otro término que fue muy mencionado la semana pasada por la efeméride, se habló por todos
lados de transfobia; y en realidad lo que sucede es el trans odio, el homo odio, el lgtbq odio,
porque si planteamos en esto de la fobia nos da a pensar que esto puede ser una patología,
un padecimiento subjetivo y por lo tanto generar algún tipo de tratamiento, y en realidad tiene
que ver con una cuestión más de un tipo de violencia, digamos tiene que ver con una opresión,
digamos en esto de una simetría en cuanto a las jerarquías, tiene que ver con una
discriminación, también tiene que ver con un rechazo a estas personas y a veces también un
rechazo a sí mismas o a algunas partes de su corporalidad.
En principio, esto está en el material, la ley de identidad de genero no es la ley trans, la ley
de identidad de género es una ley que reconoce a todas las personas, a las personas cis, a
las personas trans, a las personas endo y a las personas intersex. El derecho a la identidad
de género autopercibida, el reconocimiento de esta identidad, al desarrollo esa identidad
conforme a digamos de la persona que conforma esta identidad, a ser tratada de acuerdo su
identidad y a ser identificada mediante los instrumentos que acrediten esta identidad respecto
de los nombres de pila y los pronombres también que planteé, si bien no aparecen en los
documentos, con el que es registrada.
El artículo 2 se entiende por identidad de género la vivencia interna e individual del género tal
como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al
momento del nacimiento incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la
modificación de la apariencia de la función corporal a través de medios farmacológicos,
quirúrgicos o de otra índole, siempre que eso sea libremente escogido. También incluye otras
expresiones de género como la vestimenta, el modo de hablar y los modales. Siempre que
sea escogido, no es una imposición, no es que entran por un canal y tienen que completar un
determinado proceso.
En cuanto a la rectificación registral, bueno en ningún caso debe ser requisito algún tipo de
intervención quirúrgica. Por reasignación genital total o parcial. Bueno fíjense esto, ahi les
puse que aquí debería decir readecuación o reafirmación; no hay manera de plantear que
una persona te reasigna algo, asi como yo te nombro digamos, ni acreditar terapias
hormonales u otro tratamiento psicológico médico.
El derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de 18 años de edad
podrán, conforme al artículo 1, garantizar el goce su salud integra,l acceder intervenciones
quirúrgicas totales y parciales, y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su
cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género (en esto de tratamientos totales y
parciales, esto que decía santi, que seria lo parcial y que seria lo total, sobre todo lo total) sin
necesidad de requerir autorización judicial administrativa y tampoco psicológica o psiquiátrica.
Nunca falta le medique, le endocrinólogue, o le cirujane que te deriva a un usuario para que
vos le hagas un apto. No. No hay que responder con un apto, yo lo que hago es pedirle el
nombre de la persona, pedirle el teléfono de esta persona si es que lo consiguió, llamarle
decirle mira vos estás faltando al artículo de la ley, no tenés que pedir absolutamente nada
de esto, ofrecerle si quiere un espacio de acompañamiento de salud mental, las personas con
identidades trans y no binarias por su transición en sí no necesitan un tratamiento , es un
acompañamiento porque no es una enfermedad. Pueden necesitar tratamiento por otras
cosas no? digamos porque todas las personas podemos ser pasibles de atravesar algún tipo
de padecimiento subjetivo en algún momento de nuestra vida.
El trato digno bueno, esto lo vamos a pasar pero bueno: respetar la identidad de género, el
nombre de pila, a su solo requerimiento. Deberá ser utilizado en ámbito público o privado.
Después revisan bien toda la ley, pero digamos las leyes de identidad de genero de argentina,
de malta y de dinamarca son las únicas que despatologizan las identidades trans. Ya se
habrán enterado estos días del lío que hay con la no aprobación de la ley en España. La ley
de argentina es la única que garantiza el acceso a la salud transicional. El acta de malta es
la única que prohíbe intervenciones sobre niñas intersex, que son consideradas mutilaciones.
Los principios de Yogyakarta y el informe “Derechos humanos e identidad de género” de
Hammarberg, en realidad son los principios como fundamental y están por encima de
cualquier ley o constitución nacional de cada país. La realidad es que en otras culturas, antes
de que existieran o se desarrollan en las categorías médicas en relación a las cuestiones
trans, existían ya identidades muy parecidas a lo que tenemos hoy comúnmente nombrado
como personas transexuales, donde la misma no era considerada un problema ni una
patología sino que se le atribuía una connotación positiva, inclusive tenía como en algunas
culturas la connotación de deidad. Por ejemplo las hijras de la india. Hay un documental en
netflix que se llama Sexo por todo el mundo, o algo así, que tiene un documental de la línea
y ahí plantean digamos cómo es hoy la vivencia de estas personas. Es muy interesante ese
capítulo.
La realidad es que hoy en día, para cualquier tipo de intervención que las personas quieran
acceder, hay que ponerle un diagnóstico y esos diagnósticos hoy en día los únicos códigos
que manejan los nomencladores y el dsm, que ya lo estuvimos criticando un poco la semana
pasada, son códigos para catalogar patologías o problemáticas, entonces la realidad es que
todavía, algo que sería como muy simple digamos, plantearle a las obras sociales las
coberturas para procesos de salud, es decir crear una nueva categoría o mención no
patologizante en la clasificación de la oms, que no implique atribuir a las personas trans o no
binarias un diagnóstico de enfermedad y que a la vez garantice la cobertura médica de sus
necesidades. También de sus elecciones.
Esto también responde a alguna cuestión digamos que tiene que ver con un término que
puede que lo hayan visto alguna vez, que tiene que ver con el “cisexismo”. El cisexismo en
realidad es una forma de violencia, en cierta manera, así como el sexismo, que tiene que ver
con la creencia o la suposición de que las identidades, expresiones y encarnaciones de
géneros de las personas cis son más naturales y legítimas que aquellas de las personas
trans. An Millet (les recomiendo el libro de An Millet) es un sistema complejo y totalizador
capaz de hegemonizar la creencia de que las opiniones, las identidades, los deseos, las
experiencias, los cuerpos, en suma la vida de las personas trans y con identidades no binarias
valen menos que las personas cis, y a partir de esta idea arbitro una distribución desigual de
violencias y privilegios. Por que les traigo este término? porque el dispositivo de salud como
tal, todo el dispositivo si, esto pensemos digamos del dispositivo desde Foucault, no
pensemos solamente en un hospital o en el ministerio de salud sino todo el dispositivo, es
cisexista. Inclusive cada vez que hablamos en esto de personas con acompañamiento, de
personas con identidades trans y no binarias, siempre lo pensamos desde lugar de usuaries
de algún servicio o de pacientes también, y no como profesionales no? Bueno santi acaba de
contar su lugar desde profesional también, y eso nos pareció muy importante también para
acercarles a ustedes. Esto es una encuesta que se hizo en el 2010, es del equipo del doctor
Helien, del hospital Durand, no porque nos parezca de referencia el abordaje de ahí, sino que
me parece importante esto. Inicien una encuesta a personas con identidades trans acerca de
la relación con les profesionales y dice: el 57% de 154 personas en 2009, se sintieron
ridiculizades; el 55% no tratades por su nombre de elección; el 45% directamente les negaron
su identidad; el 47% se han sentido persuadides de avanzar en el proceso de reasignación
(en realidad, pues, yo saqué tal cual como está en el informe, pero ahi es reafirmación); 50%
se ha visto educando al profesional tratante; el 98% no atendieron su consulta ni supieron a
quien derivar. Entonces esto plantea en el 2013 Adrian Helien, dice: ¿cuáles son los
obstáculos que tienen para acceder a los cuidados de la salud las personas con identidades
trans o no binarias? los obstáculos son:
-Del profesional
-la falta de entrenamiento en cómo preguntar o dialogar, tener en cuenta por ejemplo algo tan
simple como cuáles son tus pronombres y cómo te gustaría que te llamen
-falta de tiempo, temor a abrir la “caja de pandora” y preguntar o meter la pata cuando
preguntamos
-mal manejo de la confidencialidad, porque entre los servicios sucede esto de “allá va tu
paciente trans”, viste.
Por eso es que yo les quiero acá plantear: no se dice cirugía o proceso de reasignación de
sexo o de reasignación de género o readecuación de sexo o readecuación de género; no
hablen de feminización o de masculinización, sino que se habla de reafirmación de género.
Todas las intervenciones que la persona desea hacerse, hablan de esto de reafirmación de
género.
Tiene menos afirmado su genero una persona que no ha hecho ninguna intervención? No,
de ninguna persona. Del momento en el que la persona se autopercibe, te canta y te dice “yo
soy tal, me auto percibo como tal, mi nombre es tal y ms pronombres son tales” listo ya está.
Las personas con identidades trans y no binarias no se transforman sino que transicionan,
que eso también le he escuchado a algunos profesionales.
Van a escuchar, van a ver, van a leer, van a veces asistir a un curso en que les van a hablar
de “disforia de género” o “incongruencia de género”: huyan de ahí, de esos lugares, porque
en realidad esos son los diagnósticos que les plantean los manuales y esas son las formas
de patologizar más o menos éticamente a identidades de las personas. Huyan de todo lo que
empiece con el nombre de manual, por ejemplo de esto, que se lo que hay que traer.
-Aquí en la placa anterior podes explicar un poco más esto de la transformación versus la
transición?
Claro, es porque no son transformers las personas trans, entonces no se transforman, o sea
transicionan, estan en tránsito a. En realidad todas las personas estamos en tránsito a. no?
Digamos, a algo, aún no sabemos a que, no? pero hay personas que dicen “tal se está
transformando”. No. La palabra correcta para hablar de alguien que está cursando un proceso
de, es transición. Hay gente que dice que tiene que ver con un sinónimo, como una sinonimia,
como una metonimia digamos. No.
Bueno entonces todo lo que tenga que ver con diagnóstico de disforia, incongruencia de
género, son obviamente las categorías diagnósticas que plantean los manuales. Para Julia
Serrano, son una forma de acallar las voces disidentes, significa nosotros contamos la historia
en usted, significa nosotros tenemos la razón usted no, y es una forma de acallar
subjetividades, de borrarlas y de patologizarlas. Por eso es que este tipo de diagnósticos
cuando vayan a un lugar y vean que tiene esa bajada, bueno sabrán qué tiene que ver con el
modelo médico hegemónico. Por que justamente descartamos eso? porque no es un
problema médico, es una realidad social, cultural y política, aunque tenga efectos y
necesidades en el plano de la salud; así como en el plano de lo económico, en el plano de lo
educaciónal, en muchos planos digamos, pero a veces se piensa en primera instancia las
cuestiones de salud. Bueno esta clase es para profesionales de la salud, pero también
podríamos pensar por ejemplo el cupo laboral. Kim Pérez dice no se trata una patología
personal sino de una patología social y eso lo linkeo con lo que dice Misse, que es más
económico una cirugía que cuestionar digamos todas las representaciones sociales de las
personas.
En relación a esto que se escucha muchísimo, inclusive Adrian Helien que es el doc que les
mencionaba hace un rato, el primer libro que larga se llamaba Cuerpos equivocados y bueno,
ahora lo tuvo que reformular al título justamente, porque Misse dice: la metáfora o la idea de
personas que nace en un cuerpo equivocado nos ha hecho más daño que alivio, porque tiene
que ver con decir bueno, si vos te autopercibis de una manera no conforme a tu corporalidad,
si eso no cierra el binarismo, es decir, si no me da coherencia esa matriz de heterosexual, es
que estás en un cuerpo equivocado, hay algo malo con tu cuerpo. Esto también habilita que
las personas a veces, en esto de que empieza a resonar el cuerpo equivocado, a que hagan
todo tipo de conductas autolíticas para su cuerpo, para con su cuerpo. Y esto tiene que ver
con justamente la rigidez de la categoría género en relación a un binario cerrado, de decir
bueno, si vas a ser trans tenés que ir sí o sí a completarte para el otro lado, habiendo
solamente dos lados. Y esto genera muchísimos malestares de género y, contrario lo que
dicen a veces de otro diagnóstico médico que es el estrés de las minorías, no es una
experiencia minoritaria. Los malestares de género no los atraviesan solamente las personas
trans y no binarias sino que también las personas cis, eso ya lo vamos a ver en otra clase y
creo que Silvia ahora les va también a puntuar algo de eso.
El cuerpo de las personas trans y no binarias, es el lugar donde se expresa el malestar, pero
en realidad no es la fuente de malestar en sí. Esto tiene que ver con una trans normatividad.
Si vos te autopercibis como varón no te podes dejar las mamas, si te autopercibis como mujer
no te podes dejar la barba y si te autopercibis como no binaria en realidad para el sistema de
salud no tenes cabida, y tenés que ir a declararte que te auto percibís de un género que no
es, ya sea varón o mujer, para poder acceder a alguna intervención quirúrgica en el caso de
que lo desees, o a un tratamiento de hormonización.
Entonces yo lo que hice fue pensar en un modelo de buenas prácticas en salud, de cualquier
profesional de la salud, y las implicancias tienen que ver con que la transexualidad no es un
trastorno psiquiátrico, hay que despsiquiatrizar, despsicopatologizar estos tipos de
trayectorias vitales. La transexualidad no es una enfermedad orgánica (despatologización
orgánica) ya que el género de ninguna persona, cualquiera sea, trans, cis o no binaria, se
halla biológicamente programado. La psiquiatralizacion y la patologización orgánica forman
parte de los dispositivos sociales que contribuyan al menoscabo de la salud de las personas
trans potenciando este transfobia. Y por otro lado también tenía en claro que el trans odio es
una violencia en sí, ejercida contra las personas trans y practicada tanto social como
institucionalmente.
Entonces, los roles que podemos llegar a encarnar les profesionales de la salud tienen que
ver con ayudar a la persona a tomar conciencia de que el problema no es su identidad de
género sino la violencia social, la transfobia o el trans odio en realidad; hacer un ajuste de
expectativas con la persona teniendo en cuenta que el tratamiento médico es una intervención
de carácter individual que no incide en la raíz social de la problemática, es decir hay personas
que consideran que hasta que no se hayan hecho todas las intervenciones no se van a
mencionar como tales, o no van a esto de afirmarse como con determinada identidad, e
inclusive hay personas que habiendo completado todos estos procesos no se hallan y bueno,
también hay situaciones de suicidio. Plantear esto, que no es la cirugía lo que te va a terminar
de completarte, o de hallarte. Es un proceso interno que hay que acompañar si la persona lo
desea obviamente. Identificar que las crisis identitarias cursan en contacto con la realidad y
asegurar que la persona conoce los diferentes tratamientos médicos. Acá bueno, dice
médicos pero en realidad los tratamientos de salud, no necesariamente van a ser médicos,
por ejemplo no está cubierto. pero por ejemplo una depilación láser. Y realizar un
acompañamiento terapéutico (terapeutico en el sentido de acompañar desde un lugar de por
ejemplo de salud mental, pero vuelvo a decir, no porque la persona tenga una patología, sino
a petición de la persona, del usuario); a veces es psicoeducacion lo que plantean. La función
evaluadora de les profesionales que intervienen en el proceso debe ser sustituida por una
función de acompañamiento. Promover y respetar la autonomía de la persona en lugar de
sustituirla en el proceso y decirle bueno vos tenes que hacer esto o lo otro, te conviene esto
o el otro, digamos darle todas las opciones que puedan conocer. Las decisiones son
competencias de la persona o del usuario y el proceso es compartido. Les profesionales
deberían tener en cuenta la multiplicidad de trayectorias vitales así como la influencia de la
procedencia cultural o de la clase social, es decir la idiosincrasia en la cual provienen esas
personas. Apoyar el proceso de subjetivación de esta persona, realizar un asesoramiento y
la vinculación de las redes comunitarias ya existentes, y el conocimiento de espacios y grupos
fuera del sistema médico también permite descentrar la transexualidad o el trans generismo
de una visión medicalizadora y potenciar la autonomía de las personas con entidades trans y
no binarias. Estos roles facilitan la participación de la nueva figura, por ejemplo, de
profesionales como les trabajadores sociales.
Todo protocolo de atención sanitaria y otro proceso de atención médica deberia orientarse a:
potenciar la mejora de las condiciones de la calidad de vida de las personas con identidades
trans y no binarias para generar su propia manera de vivir el género, de significar su cuerpo
desde el reconocimiento a las diferentes maneras de hacerlo, fuera de estigmatizaciones que
recaen sobre aquellas identidades y expresiones de género y cuerpos o corporalidades que
quedan al margen de las concepciones tradicionales de hombre y mujer. Es decir, en nuestra
práctica, en todas las prácticas, hay que tratar de salirse de los binarismos, dejar de hablar
de masculinización y feminización, dejar de hablar de femenino y masculino.
Y en el caso de que quieran o tengan tiempo en algún momento después que lean toda la
bibliografía que le hemos dado tienen estas opciones para ver en hbo, amazon no creo que
este flex y Netflix. Esta “Pose”, que está muy interesante porque la mayoría de sus actrices
son personas trans en la vida real. “Girl” es la historia de una chica trans. “Euforia” también,
tiene una adolescente como protagonista que es Jules, que está ahí, que es una modelo muy
reconocida en eeuu, que es trans. “Jake” es la historia de un niñe, ya sacan sus conclusiones
en la peli y otra serie que es fabulosa, que recién la nombraron, es muy muy bella y también
todo su elenco es de personas trans, es una producción española que se llama “La veneno”,
que es como la historia de la cris miro española.
Así que bueno, nada, esto sería todo lo que les traigo para hoy.
Silvia
Voy a agregar algo a todo esto y después dejamos el espacio si les parece. Tenía previsto
otras cosas pero siempre en función de lo que va pasando me aparecen otras. Y bueno lo
escuchamos a santi con todo lo que tuvo para decirnos, para compartir.
De todo los estados, de lo que ha dicho santi, y de lo que ha dicho Noe, y de cosas que tengo
por allí también escuchando en estos días, me quede pensando en una que por ahí en primera
instancia parecería no tener nada que ver, pero que a mi me preocupa mucho, y que es la
superioridad moral. Me preocupa mucho la superioridad moral. Tenemos dos grupos en este
momento, podríamos decirlo, de profesionales: aquellos que están totalmente todavía
afirmando que la transexualidad es una patología, que inclusive ciertas orientaciones
sexuales también lo son; tenemos el otro lado donde posiblemente estemos nosotras,
nosotros, nosotres, o por lo menos esté la intención, que en este momento podríamos decir
inclusive nos ajustamos a la ley, porque como bien cito santi, como cito noe, hasta hay un
marco legal que dice que en realidad está esta posición que podríamos decir desde la
perspectiva de género, que podríamos pensarlo desde posiciones hasta de un activismo, en
lo que es lo lgtb y demás. Ese lugar que hasta en este momento está respaldado legalmente,
puede ser también para nosotros, para nosotras, para nosotres, un lugar cómodo, puede
convertirse en un lugar seguro, puede convertirse en un espacio donde ya no haya nada que
preguntarse y empecemos a solamente hablar entre nosotras y escucharnos entre nosotras,
y a no cuestionarnos más y a decir qué pedazo de dinosaurios son los otros que hablan de
patología, qué gente tan rancia aquella que todavía considera… que suerte que estamos
nosotros que vinimos iluminamos, todo lo que es el campo de la salud psíquica, qué suerte
que hay tantos autores y tantas autoras que podemos hablar y podemos además con esto
demostrarle a los demás, dentro de este grupo, cuanto hemos leído y cuántos sabemos. Me
preocupa que tengamos esa superioridad moral, me preocupa tenerla, me preocupa, no? lo
digo como una cosa en la cual por supuesto me incluyo. Creo que esto sería un grave
problema no solo para nosotras mismas sino para todas las personas que vengan a
consultarnos. No puede ser, me parece a mí, la inclusión un lugar cómodo, porque también
podemos pensar inclusive a quienes vamos a incluir. Somos muy fantásticos, muy fantásticas,
incluimos a los trans, incluimos a los lgtb, e incluimos a no se quien. Pero en esto de decirnos
inclusivos también vamos a dejar a gente afuera, porque incluir es un círculo si quieren, que
tiene un límite y que deja gente afuera. Cuál es el límite de inclusión? si es que lo hay. Nuestra
posición, si es que hay una, no puede ser cómoda, no nos puede dejar tranquilos o tranquilas,
si nos deja en paz para mí es un indicador de que estamos errando. Y si por eso que hacemos
somos superiores a otro grupo me parece que es otro indicador que nos tiene que molestar.
No podemos estar cómodos, porque en la medida en la que estemos cómodos vamos a estar
reproduciendo otro marco que dentro de unos años van a venir otros u otras y nos van a
criticar y nos van a decir que somos rancios y nos van a decir porque van a tener otras formas
de incluir, otras formas de mirar. Yo sé que necesitamos de algunas certezas, que
necesitamos de bueno, también pero y desde donde me paro, desde donde miro, por
supuesto que sí, digo es totalmente lógico y esperable, sobre todo cuando nos estamos
formando. Hace falta archipiélagos de certeza en un mar de incertidumbre diría morí. Algo,
necesitamos de algo. Yo lo que les podría decir es que ese algo sea lo más incómodo posible.
Ahora si las preguntas.
Compa recomienda un ciclo de charlas que se llama Queer, precio y desprecio de un valor.