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MENSAJES DEL PR DANIEL MAZZA Ministerio Presencia de Dios

Sunday, 18 de June de 2023

Ahora es mi tiempo
El Espíritu de Caleb
Josué 14: 6 –13; Salmo 145: 19

Dios cumplirá mi deseo.

Hay una diferencia entre deseo y necesidad.


Podemos decir: “Necesito tener un trabajo, una casa o un auto”, pero Dios anhela conocer los deseos de
tu corazón, pedí específicamente porque quiere suplir tus necesidades.
El deseo es bien detallado y Dios da más abundantemente de lo que le pedimos, siempre da un “extra” a
tu deseo.

Dios quiere que le reconozcamos como el que da los deseos, como el que dice “Acá estoy, te daré no sólo
lo que necesitás, sino todo lo que voy agregar, porque te amo y quiero bendecirte en abundancia”.

¡Qué bueno que es eso! Le pido y Él me da más; pido algo pequeño y me da algo grande; pido algo
grande y me da algo Extra Grande.

Caleb es un ejemplo de fortaleza espiritual, esperó cuarenta y cinco años por su deseo.
En este varón hubo una fortaleza espiritual que le permitió esperar tanto tiempo sin perder su fe, ni el
deseo o las ganas de ver el sueño hecho realidad.

Caleb era un hombre con mentalidad de bendición.

Tuvo la capacidad de dominar su mente.

Dios nos ha dado un espíritu de dominio propio para todo lo que queramos y si no lo usamos es nuestro
problema.
Caleb entró con Josué a la tierra prometida (aunque vio a lo gigantes se negó a hablar de ellos), y lo que
primero describió fueron las uvas.
Los vio pero se negó a hablar de ellos; los gigantes le recordaron que habían entrado a la tierra de la
promesa.

Cuando veas gigantes en tu vida, alrededor tuyo, en tu territorio, te recordarán que llegaste a lo que
Dios te prometió hace tiempo.
No mires los gigantes, mirá solamente las uvas que hay en esa tierra que Dios dijo pisarías.

Hay personas que siempre ven una oportunidad en todo; cuando algo se les presenta ven las uvas y
aunque están los gigantes no hablan de ellos, porque ven la bendición.

¿Cómo se logra una mentalidad para ver la bendición?


Hay personas que naturalmente ven sólo bendición, es como un don, pero otras tienen que aprender a
dominar su mente.

Marcos 14 dice que Jesús antes de ser crucificado se entristeció hasta el punto de la muerte (tanta era su
tristeza que podría haber muerto por ella).
Fue tan agobiante porque unió su pensamiento a otros pensamientos.
Al pensamiento de que debía morir en la cruz se le unió el juicio, los latigazos, la burla de la gente, la
corona de espinas, y todos juntos hicieron que sintiera una angustia de muerte.

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MENSAJES DEL PR DANIEL MAZZA Ministerio Presencia de Dios
Sunday, 18 de June de 2023

No es sólo un pensamiento el que nos derrota o deprime, sino la unión de varios.


Una persona puede tener alrededor de siete mil pensamientos por día, sin embargo no se hace cargo de
todos. A unos los desecha instantáneamente, a otros le dedica más tiempo. Y si es negativo en vez de
sacarlo lo acaricia, por eso no ve la bendición cuando tiene la oportunidad porque su mente está llena
de negatividad.

Jesús estaba angustiado (el que le había dicho a los discípulos que al tercer día resucitaría, el que dijo a
los religiosos que si destruían el templo -hablando de sí mismo- lo levantaría en tres días), hasta el
punto de la muerte.

Hay momentos en los que llevarás cruces y será cuando al venir los problemas no reaccionas con el
espíritu sino con tu alma.

En el momento de angustia, Jesús estaba reaccionando con el alma (mente, voluntad y emociones), y lo
que antes había declarado era en el espíritu.

Jesús orando dijo: “Padre, sé que podes hacer todo (eso es fe), me gustaría que esta copa pasara de mí,
no me gustaría pasar por esto”; pero enseguida lo descartó y dijo: “Que no se haga mi voluntad sino la
tuya”.

Jesús aprendió a fortalecer su espíritu de manera que al venir un pensamiento negativo, no lo negara
sino que lo descartara.

Cuando venga un pensamiento negativo descártalo, no lo niegues.

Cancelá los pensamientos en el nombre de Jesús cuando vienen a tu mente; no hables de los gigantes
sino de las uvas. No permitas que la mente se extienda hacia donde quiera, terminá con el pensamiento
negativo.

Jairo casi pierde el milagro para su hija por bocón. Fue a buscar a Jesús para que sanara a su hija y, en
el camino se le presentó una mujer que estaba enferma. Jesús se detuvo y la sanó, vinieron otros
hombres y dijeron a Jairo: “No molestes al maestro, no lo detengas, tu hija ya murió”.
Antes de comunicárselo, Jesús le dijo: “Jairo, solamente cree, no temas”. (Le tapó la boca porque si
hablaba cancelaba el milagro.)

Cuando sacas conclusiones apresuradas, cancelas tus propios milagros.

“Ah!, pero la enfermedad le tomó todo el cuerpo, ya no se puede hacer nada”. Cancelaste el milagro.
“Ah!, con la metida de pata que te mandaste, tu mujer no te va a perdonar nunca más”. Cancelaste el
milagro.
Saca tus pensamientos negativos. Si no escuchas a Jesús es porque está caminando, trae tu milagro y
grandes promesas para tu vida. No lo detengas.

El llamado de Dios no es romántico; Debo conocer la realidad de mi llamado

Caleb sabía que su llamado no era fácil, que el deseo de tomar el monte Hebrón no era fácil y dijo: “Sé
que hay enemigos y que, si Dios me ayuda, los voy a vencer”.
Cuando el pueblo de Israel quiso apedrear a alguien, tomó a Caleb y a Josué para apedrearlos porque
ellos querían conquistar la tierra prometida. No apedrearon a Moisés porque era el único que sabía

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Sunday, 18 de June de 2023

cómo volver a Egipto y dijeron: “Si lo matamos, no podremos volver a Egipto”. Caleb y Josué tuvieron
que sufrir esto.

Ahora hay algo que tenes que preguntarte: ¿Tenés mentalidad de uvas, de tierra prometida, o de
desierto?
Eso se sabe cuando orás. El que tiene mentalidad de desierto dice: “Señor dame esto, dame aquello”. El
que tiene mentalidad de tierra prometida dice: “Señor quiero que me reveles la estrategia para ver cómo
alcanzaré el deseo que hay en mi corazón”.
-“Señor revélame la manera, los movimientos, los pasos que tengo que dar para poder alcanzar el deseo
que hay en mi corazón”.
Aprende a tener mentalidad de tierra prometida.

Caleb reconoció el tiempo de tomar la promesa.


Hay momentos en donde Dios te va a decir: “Ahora andá y tomá este deseo, ahora es tiempo de entrar y
tomar la tierra, ese sueño que es tuyo. Hacelo ahora”.

Pero hay momentos en los que no te lo va a decir porque está esperando que te des cuenta que es tu
“ahora”.
Caleb habla con Josué y le dice: “Ahora bien Josué, esperé cuarenta y cinco años, ahora dame ese
monte”. Caleb determinó que ese era el momento de recibir la promesa.

Hay personas que siempre están listas para salir y tomar lo que Dios le prometió, pero parece que
corren la línea todo el tiempo, siempre les falta cinco para el peso; y Dios te está diciendo: “Estoy
esperando que determines cuál es el momento de tomar tu promesa, porque tu momento es ahora y si
te das cuenta lo vas a tomar y disfrutar; pero sino la promesa y el deseo se te pueden ir”.

Caleb se dio cuenta que era su momento por dos cosas:

Nunca cambió de monte.


Pasaron tantos años y él seguía diciendo “Hebrón, ese es mi sueño”. Moisés había determinado que
cuando entraran a la tierra prometida, iban a distribuir la tierra por suertes y así lo hizo porque Moisés
quería quedar bien con todo el mundo, no quería que se pelearan.
Cuando Caleb vio que Josué se había puesto a sortear la tierra, lo enfrentó y le dijo: “Con mi monte no
juegues, mi monte no se sortea, mi sueño no se lo vas a dar a nadie, porque mi sueño es mío, porque
Dios ya me lo dio a mí”.

Hay un sueño que Dios te dio, que nadie te lo sortee, que nadie juegue con tu deseo, porque pronto lo
vas a tener enfrente y lo vas a tomar, conquistar, disfrutar, para la gloria de Dios.

Dios lo puso delante de algo que antes le dijeron que no iba a tener.
Cuando Dios te pone delante de lo que te dijeron no ibas a tener, ése es tu ahora, ése es el momento de
tomar la bendición.
¿Te dijeron que esa casa no podrías tenerla? Dios te la pone adelante porque es tu ahora, es tu
momento.

“Ya te divorciaste, nunca más a poder rehacer tu vida y ser feliz”. Dios de pronto te dice: “Ahora es tu
tiempo, aprendé a determinar tus tiempos, tomá lo que te corresponde, lo que te pertenece”.

“No creo que puedas volver a tener ese negocio, si fuiste un desastre”. Y Dios te lo pone adelante.

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Sunday, 18 de June de 2023

Lo que te dijeron que ayer no podías tomar, hoy Dios lo pone adelante porque te hizo caminar y llegar al
monte para que digas: “Ahora es mi tiempo, lo voy a tomar”.

Ahora es tu tiempo

Atrevete a decir: “Ahora es mi tiempo para esa carrera”, “Ahora es mi tiempo para ese matrimonio”,
“Ahora es mi tiempo para hacer ese negocio”, “Ahora es mi tiempo para ganar ese dinero”, “Ahora es mi
tiempo para ir a las naciones”, “Ahora es mi tiempo para servir al Señor”, “Ahora es mi tiempo para
obtener todo aquello que me dijeron que no podía tener pero Dios me hizo caminar hasta aquí para que
lo tome”.

Determiná tu “ahora”. Tomá los sueños que te pertenecen.

Hay un Josué que está esperando que te pares delante de él y le digas: “Ahora bien, esperé tantos años
por esto, no juegues con lo mío”.

“Ahora es mi tiempo; Dios me lo prometió, he caminado lo suficiente, he corrido lo suficiente, he


sufrido lo suficiente, no voy a poner más lejos la salida, es hoy y ahora, es el momento de tomar mi
herencia”.

Caleb se dio vuelta y miró alrededor y no había nadie de los que habían salido con él, y dijo; “Esta es
otra señal, alrededor mío no hay nadie de los que salieron conmigo”.

Tal vez en medio del camino se te murieron muchos; tal vez muchos se apartaron y no están acá; tal vez
muchos se quedaron en otros lugares y otros están tomando otros montes, porque Dios muchas veces te
va a sacar la gente en la que te asegurabas, porque dice: “Cuando vayas a ese monte, lo conquistarás
solo y lo vamos a disfrutar vos y yo”, dice el Señor.

No llores por los que no están, por los que se quedaron en el camino, porque Dios quiere que sólo lo
disfrutes con Él; ese monte es para disfrutar de a dos.

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