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»Haré de ti una nación grande,
y te bendeciré;
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Bendeciré a los que te bendigan
y maldeciré a los que te maldigan;
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Abram partió, tal como el SEÑOR se lo había ordenado, y Lot se fue con él. Abram
tenía setenta y cinco años cuando salió de Jarán.
b. A la tierra que Yo te mostraré: Después de decir que quería que Abram
dejara su país y su parentela, Dios le prometió a Abram una tierra.
Específicamente, Dios le prometió la gran tierra de Israel.
c. Haré de ti una gran nación: Dios prometió hacer una nación de Abram.
Él tendría suficientes hijos, nietos y futuros descendientes para poblar
toda una nación.
d. Y engrandeceré tu nombre: Dios prometió bendecir a Abram y
también engrandecer [su] nombre. Probablemente no existe otro nombre
tan honrado en la historia como el nombre de Abram, quien es honrado
por judíos, musulmanes, y cristianos.
En uno de los pasajes de la Biblia más impresionantes que hay, Dios tienta
a Abraham para comprobar su fe. Y dijo [Jehová]: Toma ahora a tu hijo, tu único,
Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre
uno de los montes que yo te diré
.
(Génesis 22: 2)Dios le exige a Abraham que para poder comprobar su fe en él
debe matar a su hijo a sangre fría, poniendo en cuestión el código moral que lo
rige. A pesar de esto Abraham no duda en ofrecer a su hijo en sacrificio con tal de
mantener otro de los puntos importantes de este código moral, «amarás a Dios
sobre todas las cosas»,
Incluso por encima de su hijo…
Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que castigo la maldad de los padres
sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y
hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
(Éxodo20:5, 6)En el momento en que Abraham va a asesinar a su hijo para calmar
el capricho de Dios, éste lo detiene en el último instante y le otorga la bendición y
la fertilidad por el resto de su vida, «por cuanto obedeciste a mi voz» (Génesis
22:18).Es muy claro que el código moral en el que se funda este pasaje es
completamente cuestionable. Dios desestabiliza emocionalmente a Abraham en el
momento en el que le dice que debe matar a su hijo a pesar de que no se debe
matar; pero si Dios te lo exige, lo debes obedecer, porque debes subordinarte ante
todo lo que él te diga, aunque eso rompa con todas las demás ideas de su código
moral.
Soy de las personas que cree que si Dios puso un sueño en tu corazón es porque lo
va cumplir. Si lo puso ahí es por que sabe que tienes el potencial para alcanzarlo y
porque al final, él siempre te da las herramientas que necesitas.
Muchas veces nos damos por vencidos con nuestros sueños porque los vemos muy
lejanos a nuestra realidad, nos damos por vencidos gracias a personas que quieren
desanimarnos, incluso nosotros mismos hacemos que no sucedan esos sueños
porque nos da pereza levantarnos y hacer sacrificios y esfuerzos para alcazarlos.
Quiero decirte que el sueño que tengas sea grande o pequeño, Dios lo toma en
serio. Ningún sueño importa menos para Dios, porque ve el deseo que hay en tu
corazón, así que siempre sueña en grande, no te sientas menos y quieras soñar
cosas pequeñas, al contrario ten fe de que si sueñas en grande lo podrás cumplir,
él tiene todo el poder para darte la fuerza, el potencial y las herramientas para que
puedas lograrlo. Pero, tú eres el responsable de cumplir esos sueños, de salir
adelante y luchar por ellos.
Presta atención a las siguientes afirmaciones. Serán clave para cada cosa que
quieras alcanzar:
¿Qué sueños del tamaño de Dios has imaginado una y otra vez? Te hablo de esos
sueños en los que si Dios no interviene sería imposible realizarlos. El Espíritu Santo
siembra sueños increíbles en nuestros corazones cuando le buscamos con
intensidad e intimidad.
Comparte tus sueños solo con aquellas personas que son de tu plena confianza.
Que sabes que creen en tí y que te apoyarán en oración. Pueden ser tus padres, tus
mejores amigos, líderes, pastores o un profesor.
También conviértete en esa persona que apoya e invierte en los sueños de los
demás, que anima a sus amigos y familia a luchar por sus metas y objetivos y se
convierte en parte de sus procesos.
Nunca dejes de soñar. Habrá gente que criticará tus sueños, y que incluso se
burlará, pero como te lo dije en un inicio, a Dios le importan tus sueños, así que
haz oídos sordos a los comentarios negativos y las criticas que solo buscan
derribarte, no importa lo que la gente opine, no dejes de hacerlo, no dejes que un
comentario te desilusione. Tú sabes a quién o a quienes debes escuchar.
Tampoco dejes de soñar si las cosas no están saliendo como quieres. Si estas
intentando todo y no ves que ese sueño se va acercando , sigue, vale la pena.
“Los sueños que más tardan en cumplirse, son los que más enseñanzas dejan en el
proceso”
Hay muchos que renuncian a sus sueños porque sienten como si fueran demasiado
poco para tan grande sueño o demasiado tarde para lograrlo. Pero la Biblia nos
demuestra una y otra vez que nunca es demasiado tarde ni eres demasiado poco
en las manos de Dios para ser quien debes ser.
“Cuando me desperté y abrí los ojos, me di cuenta de que había tenido un sueño
hermoso…”
Todos tus sueños son hermosos, pero te prometo que serán más hermosos cuando
dejen der ser un sueño y se convierta en una realidad.
¡Adelante! creo en ti y Dios cree en ti y está esperando a que te pongas en acción
para verte cumplir todos esos sueños que él ha depositado en tu corazón.
Pablo nos dice aquí lo que es la fe. Primero, dice que la clave es el
objeto de la fe. Abraham, Pablo dice, creyó a Dios. Dios es el objeto. La
calidad de tu fe depende del objeto en el cual tu fe ha colocado su
confianza. La cantidad de fe que tienes no tiene nada que ver con ello.
Es por esto que Jesús nos dijo que incluso si tenemos una pequeñísima
fe, como un grano de mostaza, funcionará. El objeto de tu fe es la cosa
importante. ¡No es una cuestión de lo pequeña o lo grande que es tu fe;
es una cuestión de lo grande que es tu Dios! Hay dos cosas sobre este
Dios que ayudaron a Abraham enormemente: Primero, Él es el Dios que
da vida a los muertos, el Dios que hace vivir a las cosas muertas, que
toma las cosas que estaban vivas, vibrantes y llenas de vida, pero que
han muerto y que se han vuelto desesperadas, y las vuelve a dar vida de
nuevo; y segundo, Él es el Dios que “llama las cosas que no son, como si
fueran”. Él llama a existencia las cosas que no existen. Es un Dios
creativo.