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organización propia
¿ Qué es eso de
Participar ?
ISBN:
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº.:
http://www.tdh.de/content/foreign/spanisch.htm
terre des hommes - Alemania
CONTENIDO
Presentación 7
Introducción 9
PRIMERA PARTE
I. Primeras ideas sobre esta sistematización 13
SEGUNDA PARTE
II. Derroteros de la participación infanto-adolescente en la Región Andina 19
1. Haciendo un poco de historia: 19
2. La Campaña KIKO, un impulso para promover la participación 21
a. Niños, niñas y adolescentes: de objetos a sujetos sociales 24
b. Lo que la Campaña buscaba: haciendo procesos 26
c. Resultados esperados de la Campaña KIKO: 28
3. Los actores: ¿Qué es eso de participar? ¿Dónde, en qué y cómo han participado? 30
a. ¿Qué es eso de participar? 30
b. Espacios en los que se generó la participación 32
c. ¿Para qué nos ha servido participar? 35
d. Participación pública de los NNA 37
4. Qué fue lo que favoreció y lo que dificultó la participación 39
4.1. Lo que favoreció: 40
a. El factor (o componente) pedagógico: 40
b. Las estrategias: 42
c. La predisposición de los NNA a factores creados 44
4.2. Lo que dificultó: 46
a. Una visión adultocéntrica 46
b. Ausencia de material educativo de la participación 47
e. Comprensión errática del proceso 48
5. Nuestras experiencias país por país 49
a. La experiencia boliviana 50
b. La experiencia colombiana 53
c. La experiencia chilena 55
d. La experiencia peruana 57
6. ¿Qué devino de ello? – nuestros aprendizajes 59
7. ¨Otro Mundo es posible¨. Una experiencia concreta de Participación en el FSM.
Foro Social Mundial (Belem Du Para, 28-31 enero 2009) 61
¿Qué mensajes y de qué forma los niños y niñas han logrado llevarlos a los FSM? 62
En el Último Foro: fuimos escuchados 63
¿Qué hemos visto sobre el FSM y los derechos de la infancia? 64
¿Cuáles han sido los principales logros? 65
¿Cómo continuamos? 66
TERCERA PARTE
III. Estrategia y metodología de la propuesta de participación 69
1. La apuesta de terre des hommes 69
a. De dónde surge la idea de promover la participación de los niños, niñas y adolescentes 69
b. Lo que se tuvo que implementar para lograr participación 72
c. ¿Qué pasó con las niñas y las adolescentes? 72
d. ¿Cuáles fueron las dificultades que tuvieron que afrontar? 74
e. Qué no volverían a hacer: lecciones aprendidas 75
2. Cuáles fueron los roles y funciones de terre des hommes 76
a. Las etapas experimentadas institucionalmente 77
b. El proceso para la aclaración de conceptos 80
c. El marco de la participación de los niños, niñas y adolescentes 81
d. Una aceptación no sin contradicciones 82
e. Una oportunidad para mirar más allá 83
3. Roles y funciones que cumplieron las copartes en estos países 85
a. Acerca del sector o sectores de la infancia y adolescencia con los cuales interactúan 85
b. De dónde les surge la idea de promover la participación 86
c. Etapas que han experimentado institucionalmente 87
terre des hommes - Alemania
d. Un aspecto medular a tomarse en cuenta 89
e. El marco de la participación y su implementación 89
f. Expresiones de participación de los NNA 90
g. Las dificultades y lecciones aprendidas 91
4. Los acompañantes, sus roles y sus funciones – ¿una presencia indispensable? 97
a. Cuál es la terminología que se emplea para referirse al acompañante 98
b. Cómo se vincularon con esta propuesta 100
c. De dónde surge la idea de promover la participación 101
d. Cómo se fue aclarando el panorama 102
e. Las etapas que experimentaron 103
f. Qué se tuvo que implementar 104
g. Cuáles consideran las dificultades y los aprendizajes 106
CUARTA PARTE
IV. Algunas cuestiones todavía abiertas a la reflexión 111
QUINTA PARTE
V. Los procesos de participación infanto-adolescente, y el marco teórico de referencia 121
A. Entre la herencia del siglo XX y la deuda incumplida del siglo XXI: Escenarios de la participación 121
a. Mutaciones culturales profundas 121
b. Cambios en el ordenamiento social 122
c. Las antinomias de los escenarios 123
d. Retos de los escenarios de futuro 124
B. Ajustar el lenguaje a la riqueza de las nuevas experiencias 125
C. Los niños, niñas y adolescentes de América Latina: realidad y falacias de su participación 126
D. Participación, democracia y ciudadanía: realidad y falacias 130
E. Como parte de una legítima preocupación: Una frágil realidad 131
F. Algunos elementos a modo de síntesis 137
Anexos 140
Bibliografía 141
Leyenda:
Presentación
El Equipo Ejecutor
La experiencia de organización propia
Introducción
Foto tomada en
el proceso de
sistematización de las
experiencias. 2008
América Latina ostenta el rango vergonzoso de ser el continente con las mayores
inequidades del planeta. Si bien se
habla de un crecimiento sostenido
en los últimos años, esta aparente
bonanza no se ha traducido aún en
respuestas que contribuyan a saldar
las viejas distancias entre una minoría
económicamente rica y los gruesos
bolsones de nuevos pobres, pobres
de siempre y pobres extremos.
Constatamos entonces, que desde las copartes de terre des hommes se han puesto
en marcha varias iniciativas que partiendo de la realidad socioeconómica y cultural de
los niños, niñas y adolescentes, se han enfilado en la intención de promover espacios
de encuentro, socialización positiva y búsqueda de respuestas a sus problemáticas
existentes. Se ha podido ver en ese afán, que si bien la pobreza deviene en un
importante condicionante para la vida individual y colectiva de estos niños, niñas
y adolescentes, a la vez se comprueba que estos cuadros no son determinantes,
No se trata del enfoque adoptado por terre des hommes – Alemania durante los
últimos quince años de trabajo, sino más bien de aquél con el que hemos tratado de
mirar, analizar y ponderar la experiencia de promoción de la participación de los niños,
niñas y adolescentes, que tdh ha movilizado en los últimos tres lustros.
Nos atrevemos a calificar nuestro enfoque como aquél que expresa nuestra preocupación
central, amparada en la finalidad por la que tdh compromete sus mejores energías: "El
enfoque de la dignidad emancipatoria”. En realidad lo que está en juego en la lucha
de siglos de los pueblos por su reconocimiento, por su condición de portadores de
derechos inalienables es su dignidad, signo concreto de su necesidad emancipatoria;
vale decir, de liberación de todo aquello que niega su dignidad al hacerlo dependiente,
al negarle autonomía e identidad propia. Este es el valor que está en juego en cada
derecho, muy en particular en el derecho a ser parte, a sentirse miembro activo, a lo
Toda lucha y a cualquier nivel en la que ésta se dé por la dignidad del ser humano,
constituye un proceso emancipatorio en sí. La dignidad en su sentido adscriptivo,
es inherente a la especie humana, en su sentido socio-histórico; dignidad es ¿Qué es eso de participar?
reconocimiento, aprecio, respeto, valoración, significatividad. En el mundo de nuestras
culturas ancestrales, la dignidad no es privativa del ser humano, lo es de la pachamama,
de los apus, de los animales, de las plantas, pues todos ellos tienen vida y merecen
cuidado, respeto, reconocimiento.
Fue a medidos de la década de 1980, que terre des hommes Alemania dio inicio a la
posibilidad de que los niños, niñas y adolescentes pudieran ejercer roles y funciones
que salieran del ámbito de lo privado, que a lo largo de mucho tiempo quedaron
relegados por las concepciones de un mundo adultocéntrico y postergador de la
infancia para un después, lo que a la postre acabaría con ella misma, en razón de que
para ese entonces futuro, se habría dejado de ser niños.
De ahí que los operadores de las coparte de la región andina, ubican a terre des
hommes Alemania, como una Fundación de ayuda a la niñez bastante sui generis,
pues de manera pionera incursionó en el terreno de la autonomía de los niños, niñas
y adolescentes en todo aquello que les compete, desde antes de la ratificación de la
Convención sobre los Derechos del Niño y de la exposición del artículo 12, en el que
se les reconoce su derecho a la participación. De este modo se pudo comprender
por qué luego se interesará por empujar una Campaña como la KIKO – Kinder
Konvention, la misma que sirvió como propulsora de un conjunto de iniciativas, todas
interesadas en develar la posibilidad de la autonomía y el protagonismo de los niños,
niñas y adolescentes. De este modo, terre des hommes se inscribió en la lógica de
contribuir a crear una corriente de opinión, que a juzgar por las dinámicas que se han ¿Qué es eso de participar?
puesto en práctica han intervenido
para hacer que la infancia y la
adolescencia dejen ese estadio
de anonimato, y recuperen un
lugar esencial en la escena
social.
En efecto, podemos decir que la Campaña constituye un primer intento regional por
hacer que lo que nació desde los NATs, deviniera derecho y herencia de todas las
infancias.
Constatamos que la última década del siglo pasado, contó con un marco especial nunca
antes experimentado en el planeta, respecto de la preocupación por los niños, niñas
y adolescentes, a partir de la cual se generó una mirada coadyuvadora de iniciativas
que de algún modo, pudieran responder a salvaguardar los derechos humanos de
aquellos a quienes desde el punto de vista de las categorías existentes, se les había
asumido como menores de edad.
Será con la aparición de la CDN - Convención sobre los Derechos del Niño, que se
dará inicio a una movilización que buscó recuperar la identidad de los NNA, a la luz
de empujar acciones que de manera directa, consolidaran respuestas coherentes con
las necesidades que éstos presentaban, sea en el ámbito de lo material y tangible,
como son su derecho a la vivienda digna, educación, salud, alimentación, etc., así
como de aquellas dimensiones insertas en el mundo de los afectos y las emociones,
como son la recuperación de su autoestima y el reconocimiento de su derecho a la
participación; ésta última, condición claramente sustantiva de la Convención, toda vez
que reconoce en los NNA el legítimo derecho a formar parte activa en todo lo que les
atañe. No obstante, sólo una lectura sistemática y dinámica de la CDN, permite hablar
formalmente del derecho a la participación, ya que no existe en el texto de la CDN, una
expresión así de clara. Así lo expresa Silvia Galán cuando dice:
"Bueno, si te hablo desde tdh, entiendo que se ha hecho (…), en la medida
que tdh se proyecta con el 70% de sus recursos a animar procesos de
desarrollo con niñez ¿sí?, la Convención va a ser entonces, digamos el
pretexto conceptual y de marco jurídico internacional, que posibilita mirar
qué hacer también; cómo implementarla, cómo aplicarla, cómo bajarla y
sobre ese paraguas, pues entonces internacional, se piensa que hacer ¿no? Y
La experiencia de organización propia
de acuerdo a que tdh es en ese momento, mucho más marcado, una entidad
apostándole al movimiento social, incluso como entidad misma, entonces
asume trabajar el tema del derecho a participación, porque todavía a la luz
de hoy, se entiende que ese derecho, tenerlo bien claro y ejercerlo, posibilita,
da la posibilidad de tener otros derechos, al exigirlos, aplicarlos o ejercerlos
¿no?"(Silvia Galán, oficina de tdh, Bogotá – Colombia)
Será en este contexto, que terre des hommes Alemania entre 1993 y 1995, impulsará
a sus copartes para que lleven adelante diversas iniciativas y compartan acciones
encaminadas a promover la participación de los NNA; esta propuesta apareció bajo
La Campaña KIKO devendrá de este modo, en un espacio de encuentro, con lo cual ¿Qué es eso de participar?
se constituirán redes infanto-adolescentes en la Región desde las que se animarán
acciones que contribuirán a los intercambios de experiencias y el favorecimiento de las
reflexiones críticas acerca de cuánto podría ser hecho de cara a posibilitar no sólo una
participación hasta cierto punto desconectada de dinámicas orgánicas, sino incluso
en la pretensión de que los NNA constituyan espacios de organización autónomos y
de expresión activa, para lo que se hacía indispensable contar, no sólo con adultos
bien intencionados, sino que además, éstos deberían formarse para convertirse en
educadores y colaboradores dispuestos a acompañar los procesos que se fueran
librando, como nos los expone a continuación Milagros Brondi:
"Después de 5 años, tdh se plantea qué ha pasado con el derecho a la
participación, que era el derecho más novedoso que está en la Convención
y que atrás también tenía todo ese paradigma del reconocimiento del
niño como sujeto de derechos. Se plantea hacer una campaña (…), era
una campaña muy particular, muy sui generis para tdh porque siempre
las Campañas partían de algún problema, para difundirlos, para buscar
alternativas. Ahora no se estaba partiendo de un problema, se estaba
partiendo más de una potencialidad que era el reconocimiento del niño
como sujeto de derechos y el reconocimiento de su derecho a participar
postulado en la Convención. Entonces, la Campaña, apuntaba a conocer
después de 5 años qué había pasado realmente, ¿se había promovido
este derecho o no? La sospecha internamente era que probablemente
no hubiese promovido lo suficiente o lo que se esperaba y por lo tanto,
además de hacerse la pregunta, la reflexión e indagar, buscaba a la vez
promover el derecho a la participación en las diferentes copartes con las
cuales trabajábamos. Entonces la Campaña tenía una línea de promoción
de este derecho y de capacitación. O sea, pensábamos que para promover
el derecho, se tenía que hacer un proceso de reflexión y de capacitación
fundamentalmente con los educadores"(Milagro Brondi, Oficina tdh, Lima
– Perú.Coordinadora Continental de la Campaña KIKO 1993-1995)
Queremos, con ánimo de levantar la justa medida de lo acontecido, esbozar a continuación
los ejes fundacionales de la Campaña KIKO, con el objetivo de visualizar cómo se han
ido entretejiendo las acciones que dieron concreción a sus postulados iniciales.
Consideramos que en esa búsqueda, tdh instaurará la Campaña KIKO, que centra
como un eje articulador por excelencia el debate sobre el protagonismo infantil. La
perspectiva giró en considerar como esencial e importante motivar a los operadores
adultos, para que aborden los "Derechos del Niño"desde una óptica que haga más
interesante y cuestionadores los roles de una sociedad adultizada, para lo cual era
imprescindible la presencia y acción de los propios niños, niñas y adolescentes.
Laborar desde una óptica de protagonismo infantil con los propios NNA, hará que desde
éstos se evidencien cuestionamientos que atraviesan todo el tejido social, abordados a
partir de lo cotidiano y privado, sea al interior de la familia misma, la comunidad, el barrio,
la escuela y las demás instituciones de la sociedad. Sin embargo, la entrada, por más
transformadora de conceptos que se quiera, no pretendió sólo formular cuestionamientos,
sino que en esencia buscó modificar las conductas y actitudes frente a los niños, niñas ¿Qué es eso de participar?
y adolescentes, que sustentan concepciones ideológicas que justifican, ahora los
sabemos, maneras insostenibles de maltrato y abuso permanente de los adultos y la
sociedad toda, hacia los NNA. Vemos así lo expresado por Mariana del Águila:
"Las experiencias que se tenían a nivel de Perú con el MANTHOC y a nivel de
Nicaragua con el Movimiento de Niños Trabajadores sentó las bases para lo
que existe en cuanto a organización, participación y organización protagónica
de los niños. La Campaña que impulsó tdh favoreció su consolidación. El
aporte fue un aprendizaje en el camino para todos, así como el aporte desde
el punto de vista conceptual acerca de qué era lo que realmente se quería,
el contenido de todo esto”. (Mariana del Águila – Guatemala)
Podemos considerar que los parámetros de esta forma de entender la relación entre los
niños, niñas y adolescentes frente a los adultos, justificadas tras normas y supuestos
criterios educativos, no exponen otro fin más que el de domesticar e ir formando a los
ORA)
En tdh se supo y tuvo conciencia de que esta propuesta era totalmente confrontadora;
pese a ello, fue asumida como parte de aquellas sugerencias e iniciativas de las
Con un criterio puesto en propiciar sinergias, tdh dejó abierta la posibilidad que como
¿Qué es eso de participar?
parte de ésta dinámica, se den momentos en los cuales los niños, niñas, adolescentes
y educadores de los diferentes países, tuvieran la posibilidad de encontrarse en un
escenario internacional, que no sólo les permita enriquecer y aprender de las otras
experiencias, sino que incluso contasen con un marco internacional, que les suscite la
atención y que se convirtiera en una tribuna para el tratamiento político de la situación
de los Derechos del Niño, vistos y planteados por los propios NNA. En ese sentido, se
postuló muy anticipadamente el desarrollo de actividades enmarcadas, por ejemplo, en
un festival cultural en el que se diera simultáneamente la posibilidad de expresiones de
las múltiples y diversas culturas del Continente, a la espera de no sólo dar a conocer la
riqueza que éstas poseen, sino en la perspectiva de educar a la sociedad en el respeto
a las diferencias y la revalorización de las culturas vivas y originarias.
Desde su confección, la Campaña KIKO se planteó varios resultados, los que se esperaba
mostraran de una manera clara, cuál era la secuencia que se quería desarrollar, y cuya
materialización se daría a través de las acciones ejecutadas, las mismas que actuaran
como guías de las dinámicas puestas en marcha. Se destaca que:
Se quiso que hubiera mayor calificación en el trabajo de las copartes, pues de así
se aportaba concretamente para una mejor labor en la defensa de los Derechos
de los Niños.
Se creyó importante ayudar en la forja e impulso de las experiencias de
organización de los niños, niñas y adolescentes como gestoras en el nacimiento
de los movimientos sociales de los NNA.
Se buscó colaborar con las tareas de sensibilización de las organizaciones
populares de base acerca de los Derechos del Niño vinculándolos con las
reivindicaciones sociales.
Se motivó recoger desde los propios niños, niñas y adolescentes, la demanda
frente a sus derechos e ir abriendo espacios con inicio en lo local, pero llegando
hasta niveles internacionales en los que se les reconozca como interlocutores
válidos. La expresión más desarrollada a este punto, ha sido la del Movimiento
de los NATs.
Se decidió apoyar el trabajo de lobby nacional, para que se realizara en las
La experiencia de organización propia
En ese marco, se tuvo la inquietud de dar a conocer como parte del trabajo de la
Campaña en Alemania, el recojo de la situación de la infancia en ese país, a través de
un elenco de fotografías. Surge así una mirada sugerente efectuada en esta ocasión
por el fotógrafo peruano Luis Felipe Cueto2, trabajo que dio como resultado una muestra
interesante bajo el título: "Visita desde el Sur”; "Desde la otra orilla”, en la que se dio
cuenta de la situación de la infancia en el Norte y sirvió como un material útil para las
copartes, pues pudo solicitarse como recurso para abordar el tema de la Campaña
en la perspectiva del diálogo Norte – Sur. Debemos precisar no obstante, que esta
iniciativa fue hecha en el año 1993, poco antes de que se lanzara oficialmente la
KIKO; sin embargo su resultado aportará de manera decidida en la ejecución de varias
acciones de la Campaña.
Bajo ésta comprobación inicial, recogemos que la definición de participar transita por
un abanico bastante amplio como rico, que tiene el de poder ofrecer una opinión o
idea en su carga inicial, en la medida que encarna la expectativa de que goce de la
escucha y debida atención de los demás; es decir, sea aceptada en su composición
y comentario, y se le atribuya criterios suficientemente válidos y pertinentes; esto
"Participar es decir lo que uno siente, las ideas que uno tiene, como por
ejemplo en las reuniones generales que se realizan en nuestras zonas, antes
muchas veces no daban lugar a los niños y adolescentes, pero actualmente el
directorio nos da lugar: "opinen”. Y nosotros tomamos nuestra participación;
ahí decimos: digamos lo que pensamos, las cosas que no nos gustan, las
cosas que sí nos gustan; entonces ya estamos participando”. (Lideresa de
Chasqui, El Alto – Bolivia)
Así mismo, expresan que participar es contar con un espacio propio a través del cual
les es posible contribuir con opiniones, pareceres y punto de vista, tanto como acciones
concretas en la solución de situaciones problemáticas manifiestas. En esta segunda
idea reposa la concepción de que no hay participación sin acción, como tampoco hay
acción que pretenda ser positiva y eficaz sin escucha y comprensión, sin reflexión y
capacidad de autocrítica.
"Para mí la participación es poder decir lo que tú sientes, poder dar ideas,
y más que dar ideas, accionar, lo que tú puedes tal vez realizar”. (Lideresa
de Chasqui)
Quizá, desde una perspectiva mucho más concreta, participar se relaciona con estar
en grupo, y a partir de allí, evidentemente ser parte de algo. Acá podemos encontrar
el asidero que cobra la idea de sentirse ciudadano, con capacidad para abordar los
asuntos colectivos con la suficiente responsabilidad manifestada en la crítica constante, ¿Qué es eso de participar?
pero también en la posibilidad de lograr cambios significativos, por más modestos que
éstos sean. Este es el modo de ver de Jovana:
"Cuando nosotros hablamos de participación, vemos que es un espacio dentro de
nuestra casa o del lugar donde nos encontramos, es dar a conocer lo que pensamos,
lo que opinamos frente a una situación, pero siempre y cuando eso tenga que ver con
una libre opinión, o sea no hablar porque el otro me dice; es dar a conocer nuestra
opinión libremente”. (Jovana, Delegada Nacional del Manthoc – Lima, Perú)
De este modo, lo que ha ocurrido en las copartes de los países consultados, radica en
que la participación ha hecho parte consustancial de sus dinámicas de intervención, y
se reconoce que a partir del lanzamiento y desarrollo de la Campaña KIKO – "Dar una
Debemos decir además, que no tenemos registro respecto de que alguna de las
expresiones de participación conocidas, hayan sido autogeneradas por iniciativa e
impulso de los propios niños, niñas y adolescentes; por el contrario, éstas han devenido
como resultado de la motivación puesta en marcha por educadores – colaboradores,
quienes habiendo tomado contacto acerca de la posibilidad manifiesta de devolverles
la palabra a los propios actores, vieron la necesidad de favorecer procesos de
participación autónomos. Advertimos sin embargo, que ésta condición no deslegitima
hacen. La autonomía resulta luego de un proceso intencionado, que propicia en los NNA
niveles en la toma de decisiones y desarrollo de acciones definidas por ellos mismos.
Los NNA de hoy y los de ayer, reconocen que participar de forma consciente les permitió
ser quienes son, dándoles las condiciones necesarias para involucrarse en espacios
colectivos y públicos. Destacaron que la participación interviene en la búsqueda de ser
mejores personas, en la medida que les permite asumirse con una autoestima positiva,
reconocerse como hombres y mujeres, y valorarse a partir de lo cual se les abren
posibilidades para planificar el futuro, trazarse metas y proyectarse como seres humanos
únicos e irrepetibles, tal y como lo mencionan los líderes de CAIF:
"Bueno, yo me siento bien cuando participo… yo siempre salgo a danzar;
siempre es todo bonito, todo chévere. Ahí perdemos el temor de salir al frente,
ahí podemos ser artistas; aprendemos algo allá. Me siento alegre, contento
de estar participando, aprendiendo de otros. Alegre porque me puedo
desenvolver más. Me siento como si fuera una persona que doy importancia
a alguien ¿no?, que me siento importante al participar porque me ven… todo
eso. Y es algo bonito”. (Líderes de CAIF, Tarapoto, San Martín – Perú)
"Que nos tomen en cuenta y que nos escuchen (…). El protagonismo legítimo
La experiencia de organización propia
Desde el punto de vista más próximo al ámbito social, manifiestan que participar
les posibilita conocer y analizar la realidad identificando cómo es que ésta funciona,
para luego pasar del ámbito de sus problemas inmediatos a la puesta en marcha
de acciones que se discuten primero en el grupo organización, y que se convierten
después en actividades tamizadas por distintos puntos de vista, a través de los cuales
toman conciencia de que todos pueden aportar con algo, por mínimo que sea, pero
actuando comprometidamente con la palabra, tanto como con acciones desde ellos y
hacia los demás. En palabras de Edgardo García, sería así:
"Me gusta mucho esta asociación porque además de que me divierto,
disfruto, gozo, aprendo y me formo más como niño que soy”. (Edgardo
García, líder de FUNSAREP, Cartagena – Colombia)
por la que debe ser pasible de erradicación en todas sus modalidades y formas. Sin
negar otras manifestaciones de carácter público, debemos reconocer que la encarada
por los NATs, ciertamente ha gozado de mayor presencia pública y representatividad,
involucrando inclusive a diversos actores y convirtiéndose en materia de estudio y
análisis por investigadores sociales.
"Nosotros valoramos la organización como una herramienta para tener fuerza
social y representativa, lo menciono porque a través de esta herramienta y
de sus objetivos claros hemos participado en diversos espacios, como en la
Reforma del Código del Niño y del Adolescente acá en Perú del año 2004
al 2006, en el que se quería modificar el Artículo 22 que declara el derecho
a trabajar. En vista de esas propuestas de leyes, a ningún niño o niña se le
había consultado. Nosotros como NATs decidimos lanzar nuestra campaña de
recolección de firmas y se recolectaron más de 50 mil firmas. Entonces, a través
de esa participación, a través de ese impacto y a través de la organización,
pudimos mantener nuestro artículo vigente”. (Layla Villavicencio).
Desde otra orilla, las expresiones públicas de los NNA han estado referidas a los
festivales y campañas, en los que se ha puesto de relevancia un tema o aspecto,
sobre el que se quería llamar la atención. En este caso, las acciones han ido desde los
derechos en general, hasta dimensiones específicas de éstos, como son los étnicos,
el de las niñas, en contra del castigo y el maltrato, etc. Algunos casos que merece una
mención aparte, es la presencia de NNA en la "guerra del agua"librada en Cochabamba
en el año 2000; de la misma forma la revuelta nacional iniciada por adolescentes del
Colegio "Ayacucho"de la ciudad de La Paz en febrero de 2003, en la que exigían se
derogue el "impuestazo"implementado injustamente por el gobierno neoliberal de ese
La experiencia de organización propia
que las apuestas por promover la participación de los niños, niñas y adolescentes,
han ido cobrando vigor y presencia activa en la región en los últimos 15 años, aunque
debemos decir, que no siempre estas expresiones de presencia pública hayan tenido
necesariamente detrás, la presencia de las copartes.
"Cuando esos chiquillos en Chile, los estudiantes, después de que meses
antes se estaban quejando todas las copartes de que, caramba, ningún
movimiento social se moviliza, qué impresionante, cómo que después de
Pinochet ha quedado todo paralizado. A los dos meses me enteré que los
chicos de colegios fiscales se han movilizado de tal manera que han hecho
retroceder al gobierno en su decisión de querer privatizar el último bastión
como es la educación pública, como es la municipal. Lo han hecho los
niños, niñas y adolescentes sin ingerencia de ningún otro. Los chicos sí son
capaces”. (Elizabeth Patiño)
Con todo, a lo largo de 15 años se han presentado situaciones que de algún modo
u otro, han favorecido o dificultado los procesos de participación de los NNA. En
ese sentido, creemos que han habido tres elementos que han contribuido con la
participación, y otros tantos actuaron más bien en su contra. En el ánimo de hacer
precisiones sobre lo mencionado, ofrecemos de manera sucinta, una aproximación de
cada elemento.
Tal vez no de manera sencilla, pero sí como una impostergable constatación, los
operadores de las copartes llegaron al consenso de que promover la participación
de los niños, niñas y adolescentes, no era posible si se perdía de vista la presencia
y actuación decidida de los acompañantes; de ahí se asume como válido e
insustituible, que el punto de partida radica en que estas dinámicas son motivadas en
sus cimientos por aquellos adultos, identificados seguramente de manera distinta y
según las características de sus instituciones, identificándoseles según el caso como
La experiencia de organización propia
Una etapa en la que el énfasis está articulado estrictamente con una visión
más de orden pedagógico, y una segunda etapa en la que esta visión
de carácter pedagógico se abre hacia una perspectiva que trasciende lo
pedagógico e incide en lo político; incide en el carácter ideológico que
hace la participación”. (Jorge Domic)
Resulta evidente anotar que la práctica organizativa de los niños, niñas y adolescentes
de las copartes, no surgió entonces de la iniciativa espontánea de éstos, sino más bien
del proceso intencionado, planificado o no, que lideraron educadores – colaboradores, ¿Qué es eso de participar?
fundamentalmente al inicio de las propuestas de participación. Creemos indispensable
subrayar con ello, que la presencia de los adultos deviene en un componente
insustituible en el objetivo de que los NNA adquieran mayores niveles de autonomía,
así como presencia activa al interior de sus grupos.
Bajo ésta proposición, no han sido pocas las estrategias metodológicas puestas en
ejecución, la que incluye claro está la elaboración de instrumentos en la lógica de hacer
que los adultos puedan cumplir mejor con sus tareas respecto de que los niños, niñas y
adolescentes devengan en actores protagónicos de sus historias individuales y de grupo.
b. Las estrategias:
En ese sentido, creemos importante dar cuenta de ellas, en el afán de recuperar los
aciertos surgidos a partir de las prácticas convertidas en experiencias acumuladas.
Veamos la siguiente relación:
La experiencia de organización propia
Dejar que los NNA asuman la autonomía tal como la entendieran y se hicieran
partícipes de sus iniciativas en tanto sujetos de derechos.
La puesta en el terreno del acompañamiento de diversas técnicas que se
fueron mejorando a partir de la práctica, como la dinámica de grupo de pares, el
seguimiento personal, el proyecto de vida, la escucha, el diálogo, entre otros.
El desarrollo de sesiones en los que se puso de manifiesto el autogobierno y el
ejercicio de habilidades sociales.
La promoción de espacios recreativos, a través de los cuales se permita a los
NNA hacerse de un ambiente que favorece su interrelación con los demás.
El posibilitar que los NNA tomen conciencia de su realidad inmediata hizo posible
que en ellos se despertara su voluntad por hacer acciones a favor de ellos, como
hacia los demás.
La planificación de las acciones y actividades, con su consecuente puesta en
práctica y el proceso de evaluación dio cimiento a los NNA para que repensaran
su actuación.
La familiarización con una postura ética y política, propició la apertura de un
diálogo que hizo posible sopesaran la dirección que irían a tomar las acciones.
El ofrecimiento de espacios concretos como una biblioteca comunal, un comedor
o un taller productivo que sirvieran como punto de encuentro y posibilitara la
organización alrededor de lo que ellos poseían.
La posibilidad de que los NNA se articularan con otros, hizo que emergiera en
ellos una suerte de voz propia que iba de la mano de la constitución de espacios ¿Qué es eso de participar?
especializados.
El diálogo con los padres y madres de familia, así como la ejecución de talleres
de formación, dio base para que éstos comprendieran qué era lo que estaban
haciendo sus hijos.
El garantizarles un proceso de acompañamiento individual y colectivo a los
NNA, les permitirá hacerse de una mayor seguridad para enfrentar los retos y
responsabilidades encargados. Esto transitó por lo que podríamos llamar un
protagonismo de corte personal tanto como grupal.
La implementación de indicadores y metodologías, que hicieran posible conocer
hasta qué punto se había logrado promover la participación de los NNA.
Resulta obvio que sin la disposición voluntaria de los NNA por hacerse parte de
procesos organizativos, cualquier estrategia, por más buena que se crea, resultaría
insuficiente tanto como infructuosa. Lo dicho, sirve para argumentar la mirada que
nos ofrecen en este caso los educadores – colaboradores, quienes reconocen que
han sido muchos más los niños, niñas y adolescentes a quienes lograron contactar
a lo largo de estos años, respecto de aquellos que en la práctica permanecieron
insertos a las dinámicas de participación. Es evidente que se tratará de un grupo
reducido comparativamente hablando, los que continuarán asumiendo otros roles y
funciones en el ínterin del proceso. Y esto se debería a la posibilidad de que algunos,
hallaron respuestas a situaciones que a simple vista les resultaban incomprensibles.
Al respecto, Ana María argumenta:
tan importantes los números, cuanto más la actitud que cada niño, niña o adolescente
interioriza en su paso por espacios colectivos. He ahí lo que hemos querido denominar
predisposición, a fin de entender por qué en algunos, se logró que calara la idea de
participar, mientras que en otros, no surgió con el mismo ímpetu.
Desde la otra orilla hallaremos igualmente tres elementos que jugarán en contra de los
procesos de participación, poniendo en peligro incluso lo actuado a través de los años.
Debemos señalar sin embargo, que no resultó fácil ni para los educadores – colaboradores,
ni para los propios niños, niñas y adolescentes, ingresar a una forma distinta de asumir
posiciones, siendo conscientes de que ha sido mucha el agua deslizada bajo el puente,
respecto de cómo fue asumida la infancia y adolescencia bajo una cobertura cuya óptica
ha sido ciertamente menos progresista, que aquella que se ideó como producto de los
procesos de participación.
Veamos ahora cada una de ellas, con el objeto de mostrar aquellos vacíos suscitados
como parte de las prácticas de organización de los NNA, y que bien merecen la pena
tener en cuenta:
Si bien, con el transcurrir de los años ha habido una evolución sustancial en el proceso
de los educadores – colaboradores resulta evidente que, para algunos, estas ideas de
tinte ciertamente innovador no constituyeron para nada un estilo de vida ni una opción
pedagógica, por lo que tuvieron que abandonar incluso las instituciones en las que
laboraban. Una vez más, vemos que en culturas originarias, el principio de equivalencia
constituye un factor determinante para superar el adultocentrismo tan propio y naturalizado
en la visión occidental y en las prácticas sociales que de ella se derivan.
Mientras tanto, parte del mercado estaba inundado de las llamadas técnicas de participación,
de dinámicas para la animación de grupos de adultos y jóvenes. Por ello se constata que
había una ausencia de materiales pedagógicos específicos que presentaran experiencias y
sistematizaran métodos exitosos en la promoción de la participación de niños y niñas en los
distintos espacios de vida de éstos. Cabe señalar sin embargo, que no es que los niños no
participaran, sino que estas experiencias no gozaban de gran significación para las ciencias
sociales, incluso para quienes se inscribían en la corriente de la educación popular.
Resulta casi obvio en tal sentido, que las dinámicas de participación hayan estado centradas
en lo que podríamos llamar una suerte de ensayo y error, en la medida que no hubo una
metodología creada con este fin, que fuera capaz de orientar la labor de los educadores –
colaboradores. Por el contrario, las prácticas de acompañamiento han surgido de la práctica
misma, y ha sido en ella donde se han consolidado las experiencias vividas con los NNA.
Desde terre des hommes se editó en el 2000 "Participar es bien Chévere”, Consulta
Regional de Participación Infantil y de las y los Adolescentes de Bolivia, Colombia, Chile
y Perú, en el marco de la celebración de los 10 años de la firma de la Convención sobre
los Derechos del Niño, cuyo objeto era indagar cuánto se había avanzado en uno de los
derechos más novedosos y sustanciales de dicha declaración; sin embargo su uso no
constituyó una herramienta que orientara la práctica de los educadores – colaboradores
en el terreno de lo cotidiano, aunque no por ello dejara de ser una importante propuesta
respecto la participación.
Quién sabe, si una sobredimensionada creencia de que los NNA son per se
"protagonistas"una vez iniciado el proceso de constitución de sus propias organizaciones,
no trajo sino más de un dolor de cabeza en varias de las copartes, ya que se pasó de un
día al otro, de una visión postergada de la infancia y adolescencia, a otra que más bien
"El 2003 se da un hito, donde los changos, los niños y adolescentes deciden:
–queremos un caminar autónomo como organización infanto- juvenil. Y
además tienen una posición crítica frente a las instituciones y dicen: –no
queremos una dependencia de las instituciones, etc. (…) En su caminar
autónomo, parte del crecimiento y donde se van a ir generando algunos
conflictos, de divisiones entre ellos, pugnas, parte odiosa del caminar, este
sentido de excesivo protagonismo que generaba más que un liderazgo
verdadero, un caudillismo malsano”. (María Esther Padilla – Educadora
Centro Juana Asuruy, Sucre – Bolivia)
Es preciso señalar que los periodos de crisis debilitaron los engranajes de lo colectivo,
acentuándose el enrarecimiento del clima humano, que terminaron en algunos casos con
la desaparición de las experiencias de grupo y organización, o en su defecto, quedaron
en manos de aquellos que habían puesto sus baterías en oponerse tajantemente a la
presencia de los educadores–colaboradores haciéndoles aparecer como si fueran en sí
mismo nocivos para sus deseos e intereses.
Esta constatación hace por demás imposible intentar homogeneizar las expresiones
puestas de manifiesto en las experiencias recogidas, razón suficiente para mostrar por
separado cómo han sido vividos cada uno de los momentos de la participación, en clara
alusión a los contextos sociales y culturales en los que transitaron y se movilizan aún los
NNA y sus educadores – colaboradores.
Un elemento que nos ha llamado poderosamente la atención, radica en que en las copartes
existentes, tanto como en aquellas que ya no forman parte de la relación de financiamiento
con tdh, existe la institucionalización de los procesos de participación, lo que permite
observar que la presencia activa de los niños, niñas y adolescentes a través de grupos –
organización, ha devenido en una tradición que pasa de una generación a otra con cierta,
digamos, naturalidad. Milton dice con claridad:
"Yo creo que se fue madurando tanto en los educadores de ese entonces,
como nosotros; no había mucho trabajo en ese sentido cuando llegamos
nosotros a esa institución (…), fuimos promoviendo nosotros y los educadores
también ¿no? Creo que juntos fuimos creciendo, fuimos construyendo”.
(Milton Mora, ex integrante de las acciones del Centro Juana Asurduy,
Sucre – Bolivia)
a. La experiencia boliviana
Las prácticas participativas visitadas en este país responden a las dinámicas de grupos–
organización de niños, niñas y adolescentes de las instituciones Chasqui de El Alto, el
Movimiento Intiwatana, el Programa Oqharikuna y el Centro Saractañani; estos dos últimos
promovidos por la Fundación La Paz, de la ciudad del mismo nombre; La Roja y Derecho
del Niño Internacional – DNI, de la ciudad de Cochabamba; el Centro Juana Asurduy de
la ciudad de Sucre; y el Proyecto de la Pastoral Social de la ciudad de Potosí. Las cuatro
localidades, geográficamente ubicadas en la zona andina, que como parecerá obvio,
les imprimirá a cada experiencia particularidades expresadas en los modos, hábitos y
La experiencia de organización propia
Desde otras prácticas, sobresalen los procesos de participación de los niños, niñas y
adolescentes, quienes son delegados por sus compañeros para representarlos en los
espacios de organización comunal en los que se debaten diversos temas vinculados con el
desarrollo y mejoramiento del habitad urbano. Es destacable, que estas instancias fueran
hasta hace poco reservadas sólo a los adultos; sin embargo las muestras de participación
de los NNA hicieron posible que se ganara un sitio, que en la actualidad cuenta con el
reconocimiento de las otras organizaciones locales.
Lo propio podría decirse de las iniciativas que se gestaron alrededor de lo que se dio
en llamar "la guerra del agua”, cuya apuesta fue recuperar el derecho a este elemento
hídrico, sin mediar para ello la inminente privatización promovida en Cochabamba por
parte del Estado. De igual modo, sobresale la presencia de NATs organizados en la
Asamblea Constituyente impulsada por los compromisos asumidos por el actual gobierno,
en la perspectiva de la transformación de esa nación. Queda explícito que los NNA fueron
asumiendo en estos contexto roles en los que se puso a prueba su protagonismo, lo que
hizo que destacaran a tal punto, que aún continúan vivas estas expresiones en la memoria
colectiva. En palabras de un líder de Potosí:
La experiencia de organización propia
"Si no hubiéramos ido allá a La Paz, quién sabe, tal vez ahoritita no
estaríamos nosotros los trabajadores; sino hubiéramos ido ahí, ahoritita
estaríamos muertos. Gracias a Dios han cambiado ese artículo y ahora
estamos trabajando libremente, con paz, sin que ya no nos discriminen,
porque había mucha discriminación a nosotros”. (Líder de los grupos de
NATs acompañados por la Pastoral Social Cáritas de Potosí – Bolivia)
Los picos más altos en el cuadro de la participación, se orientan a las discusiones, formulación
y aprobación del Tercer y Cuarto Código de los NNA, en vísperas a la aprobación de la
Consulta Nacional por la Constituyente. Podríamos afirmar que se gestó una especie de
boom de la participación, que se expresó en la movilización de los NNA, como parte de la
sociedad civil organizada. De ello da cuenta María Esther Padilla:
"El año 2001 ó 2000 que es cuando se está aprobando el actual Código de
la Niñez y Adolescencia Boliviana, es también un momento de debate que
baja a estos gremios, cuando ahí estamos con un cuello de botella en la
Pero como ha ocurrido en todos los casos, las experiencias de participación tuvieron su
asidero en las ofertas que desde las copartes se hicieron en beneficio de los niños, niñas y
adolescentes, y a partir de allí se produjo un importante tránsito, que se insertará luego en
las voluntades expresas de los propios NNA.
En todo este proceso, las copartes admiten que sintieron la presencia de tdh bastante
cerca, sea en la estimulación de las reflexiones sobre el tema, como en la puesta en
marcha de iniciativas orientadas a promover la inserción de los NNA en las dinámicas de
participación. Esto favoreció que se avanzara en la comprensión de este fenómeno, tanto
en el caso de los propios niños, niñas y adolescentes, como en los acompañantes, quienes
hicieron por así decirlo, un camino para nada sencillo, pero al mismo tiempo inevitable, en
la búsqueda de respuestas. Consideran que en ésta tarea, contaron con la presencia de
una institución decididamente aliada, que estimuló los procesos de discusión, reflexión,
formación y capacitación, tal como puede evidenciarse en las memorias de los Talleres
de Educadores realizados entre 1994 y 1995, así como en el resultado del Encuentro de
Niñas, Niños y Adolescentes sostenido en 1995.
Los procesos de participación en este país no se han centrado en los NATs, aunque es
destacable que éstos se hayan vinculado luego a instancias de coordinación regional y
continental. Más bien se abordará otros tipos de niños, niñas y adolescentes, como son en
Acá son notorias las muestras de reconocimiento a la Campaña KIKO, pues se percibe que
ésta hizo posible que tomaran conciencia de la existencia de la Convención Internacional
sobre los DDNN, y la importancia que supuso hacerse de una convicción que proponía dar
una voz a los niños y niñas, no como una concesión de los adultos, sino más bien como
la devolución de un atributo conculcado por ideologías limitadoras de la presencia pública
de la infancia.
Lo mencionado en el párrafo anterior, no cancela para nada que no haya habido expresiones
de grupos – organización de NNA desde antes; por el contrario, se sabe de instituciones con
muchísimos años de existencia; sin embargo todos reconocen que la KIKO los estimulará
a pasar del concepto de participación, al de protagonismo, con lo que se instala una nueva
reflexión no valorada hasta entonces y que servirá como tren de despegue, para múltiples
acciones en este sentido.
"Yo creo que en principio fue un conversar, un promover el que los niños,
las niñas tuvieran voz y esta etapa yo creo que tuvo que ver concretamente
con buscar que los niños expresen por dónde estaban sus necesidades, sus
inquietudes, sus intereses”. (David Órdenes, Santiago, Chile)
Es imprescindible decir que, en el caso chileno las motivaciones por promover la participación
de los NNA, sólo verán la luz luego de la ratificación de la Convención, en la medida que
hasta finales de 1980 esta nación estará enmarcada por un contexto de post dictadura, y
el incipiente reinicio de la vida democrática, gestada por movilizaciones sociales con un
costo humano bastante alto. Como es comprensible, ello hacía hasta cierto punto peligroso
atreverse a gestar expresiones de participación en las que se pusiera de manifiesto la
actoría y protagonismo de los NNA socialmente hablando. Patricio Farias señala:
De parte de la Caleta, la mirada estuvo siempre puesta en los niños, niñas y adolescentes
de los sectores populares de Santiago y Lota, mientras que FUNDECAM orientó su
La experiencia de organización propia
accionar a los niños y niñas de las comunidades mapuches de la Araucanía. En este país,
la experiencia de los NATs organizados fue abordada solamente de manera tangencial
tanto como temporal. A causa de ello, nunca devino en un movimiento consolidado ni contó
con vinculaciones a nivel nacional e internacional.
d. La experiencia peruana
Las instituciones a quienes se les consultó para la recuperación de las experiencias
empleada en esta sistematización, fueron CAIF de la ciudad de Tarapoto; CEPRONAM
– Centro de Promoción de los Derechos del Niño de la ciudad de Jaén; Huchuy Runa de
la ciudad del Cusco; MNNATSOP – Movimiento Nacional de NATs Organizados del Perú,
MANTHOC – Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos,
IPEC – Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, IPP – Instituto de
Pedagogía Popular, y Proceso Social de la ciudad de Lima; y Wawakunamantaq de la ciudad
de Ayacucho. Como es obvio, cada una de ellas mostró sus propias particularidades y
trayectorias, las cuales nutrieron
sustancialmente la
¿Qué es eso de participar?
recuperación de las prácticas
a favor de la promoción
de la participación de los
niños, niñas y adolescentes
integrantes de diferentes
grupos – organización.
Años antes de la ratificación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, y
del impulso de la Campaña KIKO, algunas de las instituciones visitadas, habían comenzado
a poner en marcha ofertas cuyos destinatarios directos eran NNA de los sectores populares,
entre los que se ubicaban preferentemente aquellos que trabajan. La orientación de estas
ofertas tenía en lo educativo, artístico, lúdico – recreativo puesto su acento. Las propuestas
de participación generarán que se dé un giro, y comiencen a incluir dentro de sus prácticas,
la promoción de espacios de grupos–organización, así como la canalización de acciones
hechas por los propios destinatarios.
para inaugurar debates acerca del protagonismo organizado y de la valoración crítica del
trabajo ejercido por los niños, niñas y adolescentes.
Es necesario presentar como parte de los hallazgos, que en el caso peruano, la Campaña
KIKO fue vivida con menos intensidad, respecto de lo experimentado en los otros tres
países. Pese a ello, para quienes experimentaron de cerca esta oportunidad, reconocen
que la Campaña sirvió sobre todo como un espacio para interaprender conjuntamente
acerca de qué era eso de participar, y cómo se hacía para llevarla a la práctica sin falsear
las verdaderas posibilidades puestas de manifiesto por los niños, niñas y adolescentes
captados por las copartes a través de sus propuestas de intervención.
Debemos resaltar que no fueron pocas las iniciativas que pusieron particular interés en
elaborar y editar diversos materiales, que de manera instrumental pudieran coadyuvar
respecto de los procesos de participación en marcha. Por cierto, no todos cruzaron por
el umbral de la validación y distribución, motivo por el que en la mayoría de casos, sólo
sirvieron para los fines de las instituciones que les dieron vida.
a) Cabe señalar en primer lugar, que esta sistematización se diferencia un tanto del estudio
"Participar es bien chévere”, en el hecho de que no se inserta directamente en lo que
devino luego de una "campaña"como la KIKO, sino que incluso pasa a categorías más
elaboradas como la del protagonismo, y pone de relieve a la organización, ésta última
ausente en su rol de herramienta capaz de contener los procesos de participación.
Creemos que la presencia y evolución de la propia organización, tanto como su
carácter instrumental, permitirá no sólo cobijar a los niños, niñas y adolescentes, sino
que además les dará la posibilidad de accionar.
posibilitar que los niños, niñas y adolescentes, logren niveles de autonomía traducidas
en el ejercicio de su protagonismo. Se comprueba que sin este ingrediente, a todas
luces insustituible, se correría el riesgo de repetir modelos autoritarios y nada
democráticos, pues se dejaría de alimentar el sano ejercicio de la reflexión y la acción
comunitaria.
f) Hay una muy rica acumulación de experiencias, producto de varios años de intervención
que en su mayoría yacen sin haber sido sometidas a procesos de sistematización,
lo cual deja una ventana abierta que debiera ser recuperada. En efecto, pese a lo
g) Los procesos de participación hasta ahora experimentados con los destinatarios de las
copartes, se han insertado en espacios amplios, en los que éstos lograron encontrarse
no sólo con otros niños, niñas y adolescentes con características a veces similares
como distintas, sino que incluso han irrumpido en dinámicas sociales que de manera
preponderante, habían estado reservadas a los adultos. Aquí hay un importante caldo
de cultivo que merece la pena conocerse mejor.
h) Queda la arista que interpela los roles que debe cumplir la cooperación internacional
en América Latina, de cara a una abultada y optimista óptica que ve en el continente un
crecimiento económico sostenido, que va de la mano de la instauración de procesos
democráticos. Esta entrada hace suponer que la pobreza extrema será controlada
pronto, razón por la que se hace preciso destinar los fondos a regiones como África, en
donde los cuadros de supervivencia son ciertamente mucho más duros. Si la entrada
se guarece en la idea de la pobreza dura, tal vez tenga sentido esta posición, pero si la
intención gira alrededor de la construcción de sociedades más inclusivas y equitativas,
acompañar procesos de participación de los destinatarios, no es un lujo del que se
pueda prescindir, sino una apuesta que camina por los linderos de la ciudadanía y el
ejercicio del protagonismo.
¿Qué mensajes y de qué forma los niños y niñas han logrado llevarlos a los FSM?
"Los niños, niñas y crianças tenemos derecho a participar en el Foro,para
que en el futuro haya gente mejor que muchos adultos de ahora”. (Marco,
Brasil. 16 años)
El mensaje llevado a los FSM ha dependido de las instancias diversas en las que se ha
participado.
Los 9 adolescentes y jóvenes asistentes de los países antes mencionados, junto a los
adolescentes de chile y Colombia, constituidos en el colectivo "Juntos para Mejorar el
Mundo"definieron el objetivo de su participación en este Foro:
Con la participación que ha sido asumida por niños y niñas de las copartes, por educadores/
as y delegados de las oficinas de ORA, se ha logrado:
La socialización de los postulados y concepciones en torno a niñez, derechos y
cultura que se han producido.
Difusión de elementos de la propuesta de campaña sobre Globalización, niñez y
diversidad cultural.
Intercambiar experiencias organizativas, metodologías, producción y trabajo
desde el enfoque de la Educación Popular (participativa, creativa, consensuada,
analítica, critica y propositiva).
Ha permitido conocer la dinámica social y cultural de países como la India,
Ecuador y Brasil, Venezuela.
¿Cómo continuamos?
NATs - Bogotá.
Publicaciones que en su
momento recogieron la
presencia y trabajo de
terre des hommes.
Para ello y con el afán de ser fieles a lo expresado, haremos una redacción ordenada, pero
que no pierda de vista los elementos sustanciales que formaron parte de las acciones en
la perspectiva de dar una voz a los NNA. Así mismo, añadiremos de manera secuencial,
algunos testimonios directos, con lo cual queremos reforzar las ideas desarrolladas en este
acápite.
En este caso, tdh no sólo aprecia con buenos ojos lo visto, sentido y oído, sino que se
apropiará de estos postulados, los asumirá y enriquecerá en reflexiones internas, antes
de impulsar lo que más tarde será la propuesta de participación. Se reconoce que el Perú
fue pionero en estos asuntos gracias al nacimiento del MANTHOC, lo que encontrará un
correlato importante años más tarde cuando se crea, en 1985 entre una organización
popular de niños, niñas y adolescentes, MANTHOC y tres ONGs: Cesip, Tacif, Tipacom,
La Coordinadora de Trabajo por los Derechos del Niño (COTADENI), espacio de debate
y construcción de apuestas de cara a poner en el tapete público las aspiraciones de una
sociedad organizada, inquieta en mirar a la infancia con otros ojos. Al respecto, Milagros
Brondi considera que:
Con la aprobación de la Convención Internacional sobre los DDNN, se verá reflejada por
primera vez en el devenir de la historia el reconocimiento del niño como sujeto de derechos
específicos. Todos estos insumos, darán las bases para que se lance una Campaña
que tiene su asidero en la potencialidad que se abría al reconocer a los niños como
sujetos de derechos humanos específicos, y no como un problema que eventualmente
había que solucionar. Es interesante esta entrada, toda vez que en ella se delineará una
Campaña, desde la que se buscaba promover la participación de los NNA, para lo cual era
indispensable capacitar a las copartes en aras de que trabajen este tema hacia dentro de
sus estructuras, pero de cara a evaluar los aportes que traía consigo la Convención.
Con las iniciativas de la Campaña se empezará a identificar cuál sería la metodología que
haría viable la promoción de los procesos de participación a nivel regional.
Cercanos al cierre del siglo pasado, se toparán con proyectos que ponían su acento sobre
la afirmación cultural, con lo cual se producirá una suerte de freno a las reflexiones y
apuestas sobre la participación. De este modo se introducirá el tema de las "Culturas de
Infancia”, cuyo espectro ponía la mirada en las concepciones de niñez que cruzaban las
cosmovisiones de las comunidades originarias. Sin embargo, habrá una recuperación en
la medida de considerar el derecho a la participación como una estrategia a través de la
cual se asumían otros derechos.
A este punto, se tenía conciencia de haber vivido la participación sólo desde lo urbano,
razón por la que se ponía el interés de hacer una inmersión también en lo rural. Este
intento no empezará de cero, pues ya había un camino recorrido, pero hacía falta contar
con una sistematización que de un modo intencionado, ordenara las prácticas que sobre
procesos de participación se habían llevado adelante.
Es importante igualmente señalar, que en el transcurso de estos años, en tdh se han
venido planteando reflexiones en función a temas de interés común, como por ejemplo
construir una relación Norte – Sur, que se ampare en la codecisión. Estas motivaciones
surgieron como propuestas en Alemania, pero se enriquecen con el aporte de las copartes,
sobre todo aquellas de la Región Andina. Lo mismo podría decirse de la Campaña
KIKO, que habiendo visto la luz en este país fue claramente potenciada en estas tierras.
Por ejemplo, en Nicaragua6 las mayores dificultades se harán presentes cuando se limitan
La experiencia de organización propia
Las copartes se verán motivadas a revisar sus estrategias de intervención a fin de incorporar
de mejor manera a las chicas. Por desgracia, los contextos de abuso sexual y maternidad
precoz han rondado la vida de las niñas y las adolescentes, ante lo cual sintieron limitaciones
para enfrentar esta clase de situaciones. Son conscientes no obstante, de que las prácticas
intrafamiliares inadecuadas, por decirlo de algún modo, escapan a toda posibilidad de
ensayar una interacción diferente.
para que fueran trabajados en las copartes, o si desde éstas deberían alimentarse reflexiones
hacia el seno de tdh. La primera conclusión a la que llegarán será que dependía mucho de
dónde venían las propuestas sobre las actividades, y si éstas contaban con una consistencia
y proyección mínimas. Se pudo escuchar, por ejemplo, que en algunos casoshubo copartes
que realizaban las actividades a causa de haber sido planteadas por tdh, y no porque hallarán
en éstas, una oportunidad para construir nuevos procesos. Se verá así una dificultad latente,
pues mientras que algunas se comprometerán con lo que se lanzaba, otras en cambio sólo
actuarán bajo criterios de cumplimiento restándole lucidez a estas apuestas.
Con el pasar de los años se puede comprobar que la idea de ejes ofrecidos inicialmente
por tdh, y sobre los cuales se hacía factible construir derroteros a través de los que se
proponía transitar, han ido perdiendo fuerza en la Región; por el contrario, como ocurre en
la actualidad con la "Campaña Globalización, Niñez, Diversidad Cultural y Biológica”, ésta
es esencialmente promovida y conducida desde las copartes, lógicamente con el apoyo
de la ORA. Esta proactividad, no surge sino luego de 12 años, tiempo que permitió se
madurara en la idea de ser co–parte, y no instituciones regidas únicamente por los linderos
del financiamiento externo.
Una primera constatación que saltó a la vista es la referida a que la Campaña KIKO, a
diferencia de lo que ocurrió en los otros tres países, en el caso peruano será asumida de
una manera más bien débil, tal vez causada por no haberse contado con la conformación de
un equipo, y que por el contrario, será empujada por una sola persona, situación que como
es lógico, le restará el impacto esperado. Se recupera así, la imprescindible necesidad
de generar sinergias y un colectivo que pueda sostener en sus manos una apuesta de
envergadura como ésta, a fin de garantizar su eficacia y pertinencia.
Por otro lado, se asume que siendo éste un contexto de mucha competencia, se debió
haber tenido más cuidado a la hora de postular una iniciativa como la Campaña KIKO, ya
que hubo muchos escenarios con reveses que jugaron en contra de los postulados que
desde esta iniciativa se lanzaron.
Estas premisas permiten valorar, con más claridad, que los equipos en quienes reposa
la articulación de las campañas debieran contar con una legitimidad tal, que les permita
hacer las convocatorias a las copartes, y no repita por ejemplo lo ocurrido en el caso de
MANTHOC que no se sintió, en general, parte de estas iniciativas.
En esta misma línea es necesario sopesar hasta qué punto resulta pertinente lanzar temas
relativamente grandes, que de por sí generan mucha movilización y cuya propia lógica y
Así mismo, se considera imprescindible llevar adelante procesos mucho más sostenidos y
continuos, en cuanto a lo que a formación y capacitación se refiere, con lo cual se puedan
medir mejor los impactos alcanzados. Se argumenta esto en razón a la constante movilidad
que presentan por un lado los NNA, y por el otro los educadores – colaboradores, quienes
luego de haber sido preparados abandonan los espacios en los que se encontraban
limitando la continuidad de los procesos iniciados. Por ello, se haría necesario prever de
alguna forma, quiénes serían aquellos con los que eventualmente se contaría en el afán
de desarrollar estas apuestas. Lo propio podría decirse del acompañamiento posterior a la
etapa de adolescencia; quién sabe instituciones como el IPEC en el caso peruano, o la Red
Juvenil de Medellín puedan ensayar una respuesta a esta cuestión todavía abierta.
Por último, creemos relevante subrayar que en esencia, la finalidad de la Campaña KIKO,
esperaba de una manera creativa y abierta a la reflexión, llegar a impactar en la infancia y la
adolescencia; sin embargo debemos decir que ella estuvo fuertemente influenciada por las
dinámicas que desde mucho antes habían comenzado a gestar los NATs organizados. Esta
constatación, lejos de ser un defecto es por el contrario, una oportunidad, pues todo intento
por abrazar una apuesta por la infancia, principalmente la pobre y de contextos difíciles tiene
en las experiencias de NATs un aliado insustituible, en la medida que ellas representan una
de las expresiones de participación más desarrolladas que ha visto este continente.
Lo dicho en el párrafo anterior no cancela de ningún modo, que las apuestas de participación
estén limitadas a un sólo tipo de niño o adolescente en particular; por el contrario, sabemos
que éstas devienen en una vocación que se abre para todas las culturas de infancia
existentes. Simplemente vemos en lo alcanzado por los NATs en Bolivia, Colombia y Perú,
un potencial que no debiera perderse de vista.
"A mi manera de ver, las etapas no son tan cronológicas. Algunas co-partes
tuvieron su primera etapa mucho después de la Campaña KIKO, por ejemplo.
En muchos sentidos y lugares estamos aún en la primera, incluso hay idas
y vueltas, retrocesos de algo, que ya se había ganado. Tampoco son etapas
jerárquicamente ordenadas. Si bien la experiencia participativa en el ámbito
ayuda a proyectarse más, como se ha visto en el caso de Bolivia (protestas
en el 2003, el proceso Constituyente), tampoco es imprescindible, como
Ya con la Convención se pasará de un sentido que privilegia la protección, a una visión que
valorará la promoción de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes. De
este modo, se incorporará la idea de que ellos puedan opinar, lleven su voz y se movilicen
de acuerdo a sus intenciones y deseos. De este modo lo anota Elizabeth Patiño, cuando
menciona:
"Yo dividiría un poco entre lo que pudiera ser lo internacional, desde
Osnabruck, y lo que es la Región Andina. Dividiría, digo, porque como
he señalado antes, a nivel internacional de hecho el instrumento básico
para hablar de participación es la Convención y es ello lo que se maneja
y lo podemos ver en varios documentos de tdh. Y sí hablamos más
concretamente con un epicentro en Alemania, encontramos que hubo
antes de la Convención un enfoque evidente y decididamente de apoyo
a la "niñez”; pero desde lo que pudiera ser una buena intencionalidad, y
después de la Convención, yo creo que ha entrado en ese intento de trabajar
desde el enfoque de derechos enmarcado en la Convención”. (Elizabeth
Patiño, Co-directora ORA)
De manea simultánea, del lado de los NATs, se dará inicio a procesos de análisis en los que
éstos habían avanzado hasta asumirse como sujetos sociales de derechos, y por lo tanto,
con criterio suficiente para interpelar los roles de instituciones como la escuela, la familia e
incluso el propio proceso de sus grupos–organización. Es interesante recuperar que estas
prácticas ocasionaron que se tuviera que ser cada vez mucho más finos a la hora de encarar
los procesos de reflexión y debate, ya que se originaban características que surgieron desde
las acciones que los NATs organizados iban poniendo en el tapete público.
Un asunto que no pasó de reflexiones iniciales estuvo relacionado con las dinámicas de ¿Qué es eso de participar?
participación, hasta entonces ubicados únicamente en las urbes medianas y grandes, pero
incipientes o desconocidas en el ámbito rural. Del mismo modo, quedó un vacío por llenar:
cómo se abordaron los contextos de violencia en los que nacieron y crecieron cientos de
NNA tanto en el caso colombiano, como peruano en particular.
Con la Convención sobre los DDNN se irán organizando redes semánticas, a través de
las cuales se pondrán en el tablero distintos temas que requirieron paulatinamente de
un abordaje específico. De este modo, se pudo delinear por ejemplo una metodología,
que a este punto, incluyera la presencia de un nuevo sujeto, hasta ahora visto sólo como
beneficiario, pero negado como actor.
Otro aspecto es el que guarda relación directa con la presencia de los educadores–
colaboradores, de quienes se esperaba un empoderamiento que les permita asumir
roles y funciones enmarcados en la promoción de la participación. Aquello, como resulta
lógico, llevó a sendas discusiones que aportaron sin duda a la construcción de un modo
La experiencia de organización propia
particular de concebirse acompañantes. De esta forma, se plantearán retos, que hará que
inevitablemente profundicen en sus reflexiones. Al respecto Peter Strack anotará:
"Diferentes grupos y tendencias tenían (y tienen) diferentes visiones, algunas
más claras, otras menos. Incluso estamos en pleno debate sobre el alcance
del postulado, el concepto que se tiene del niño y la niña. Sin embargo,
la claridad a veces es causa de sobrepasar la vida cotidiana y de actuar
de acuerdo a la realidad ambigua, a veces difusa o incluso contradictoria
(cuando hay conflicto entre objetivos). O para decirlo distinto: El camino
más se hizo y se hace al andar, que debido a una claridad de ideas, que
de hecho siguen en construcción”. (Peter Strack, ex Director de la ORA,
Cochabamba – Bolivia)
Dos serán los elementos detonantes en los procesos de participación de los NNA. De un
lado, el interés que irá paulatinamente surgiendo en los educadores – colaboradores, tanto
como de sus copartes, por planificar junto a los NNA acciones que les permitan lograr ciertos
niveles de participación. Por el otro, la formulación de proyectos sociales, cuyo tinte estará
puesto en alcanzar objetivos que proponían un abordaje de la gestión y el financiamiento,
con la preocupación puesta en la conformación de espacios y la articulación con otros
actores, a través de encuentros locales, nacionales e internacionales. Manfred Liebel dirá
¿Qué es eso de participar?
en este caso:
"Empezando con proyectos de educación en la calle y casas de atención
a los niños, hemos ofrecido a los niños talleres testimoniales y paseos en
donde promovimos la idea de un movimiento social de los niños, que poco
a poco desarrolló la identidad de un movimiento de niños trabajadores,
llamado NATRAS. La Campaña KIKO fue parte temporal de este proceso y
contribuyó de manera significante al facilitar la expresión pública de la voz
de los niños, incluyendo otros países en la Región: El Salvador y Guatemala.
En particular, la campaña se dedicó – a través de diagnósticos testimoniales
– a hacer visible los/las niños/as trabajadores/as del campo y del hogar”.
(Manfred Liebel. Responsable campaña KIKO para Centroamérica)
Puede verse que se producirá una especie de movimiento de traslación, en la medida que
los intereses ya no estarán centrados en atender a la infancia y adolescencia únicamente
desde la visión y los objetivos institucionales, sino que se apelará a una casi necesaria
cogestión, desde la que se establezcan la puesta en marcha de iniciativas que previamente
Con el transcurrir del tiempo, los NNA alcanzarán en mayor o menor grado, articularse a
procesos en los que ingresarán a un escenario como actores y protagonistas. Con ello,
llegarán a estar presentes en diversos espacios públicos ejerciendo representación y voz
propia, incluso fuera de sus localidades. Así tenemos por ejemplo, la participación en los Foros
Sociales de Puerto Alegre, Ecuador y Venezuela, así como en el Encuentro Latinoamericano
de NNA que tuviera lugar en el Perú en 1997. Estos eventos les permitirán ascender varios
peldaños en el terreno social, y los dotará de nuevos aprendizajes sobre la participación, en
la medida que llegarán a ser reconocidos y considerados por sus aportes y opiniones.
Del mismo modo, las plazas públicas y calles en las que recogerán firmas en torno a la
Convención sobre los DDNN, o sostener un evento de denuncia contra la explotación en el
trabajo, la violencia sexual o la discriminación, constituyeron prácticas de ciudadanía, que
La experiencia de organización propia
alentó en los NNA el deseo y la voluntad por formar parte de otras dinámicas sociales de
diversas entradas y envergaduras.
Es preciso remarcar sin embargo, que los procesos de participación, por lo general han
girado en torno a contextos difíciles y marcadamente condicionantes, lo cual se convirtió
en un elemento en contra, en relación al propósito de que los NNA vayan asumiendo roles
y funciones de carácter público. En efecto, en más de una ocasión, las historias de vida
signadas por la pobreza extrema, inestabilidad familiar, explotación laboral, deserción de la
escuela y barrios altamente peligrosos, pusieron en cuestión las iniciativas que en el afán
de promover la participación, las instituciones iban ejecutando.
Con todo, se reconocerá que tdh saltará a la palestra de lo público, como una institución
innovadora, toda vez que levantará en ese caso, un asunto importante como controvertido,
que animará debates y la construcción de nuevos conocimientos, en aras de permitir la
aclaración de conceptos y la postulación de posibles caminos a seguir. A nuestro modo de
ver, quizá acá radica el eje de su apuesta, cuyo frente se ubicará en función a no intervenir
en la escena social sólo como una "financiera”, sino más bien hará suyas las iniciativas
que desde las copartes, se habían ya comenzado a impulsar. En esa afirmación, Elizabeth
Patiño argumentará:
"No se equivocó ¿no? O sea yo creo que le apostó a eso y hay que reforzarlo;
le apostó a eso aunque en Alemania no terminan de comprender su verdadera
magnitud, real magnitud; yo creo que ha sido un acierto. Debemos cuidar el
tema de que al respaldar la participación, apostemos a procesos genuinos,
donde no haya otro tipo de intereses, donde realmente las demandas de
esos actores sociales, ya sea desde lo que pudiera ser su misma situación,
las demandas más colectivas”. (Elizabeth Patiño, Co directora ORA)
En esa dimensión, una de las regiones que fuera asumida con particular interés ha sido
América Latina, en cuyo terreno ya venían operando desde hacía casi dos décadas,
previas al lanzamiento de la Campaña KIKO, que como se sabe fue implementada desde
1993 hasta 1995. Como un hecho relevante, en agosto de 1993, se inaugurará la Oficina
Regional Andina – ORA, con sede en la ciudad de Cochabamba Bolivia. La KIKO será
en ese caso, una de las primeras actividades con carácter regional que se implementaría
De este modo, tdh a partir de 1996, trabajará varios temas regionales, como el de Infancia,
Mujer y Género, Campo–Culturas Originarias, Juventud, Derechos Humanos. En ese
camino, el tema del derecho a la Participación se constituirá en uno de los ejes prioritarios
abordado desde lo que se dio en
llamar el eje Regional Infancia,
y a partir del cual se promovió
posteriormente el diagnóstico
"Participar es bien chévere”,
"María y su De-Duen”; por otro
lado, desde el eje Regional Mujer
y Género, se llevará adelante el
diagnóstico sobre la Joven en
Colombia; estos son sólo algunos
ejemplos de las iniciativas que se
hicieran a nivel regional.
Cabe decir entonces, que al
momento en que tdh planteara
las campañas, éstas coincidían
con los Planes Estratégicos, y
se articularon a las acciones que
fueran desarrolladas en el marco
del mismo.
La experiencia de organización propia
Bajo este título, lo que buscamos presentar será lo ofrecido por los directores/as de las
copartes que fueran visitadas en el marco del proceso de la sistematización, y cuyas
opiniones nos parecen pertinentes ubicar en este momento, principalmente tratándose de
quienes tuvieron un rol preponderante en el desarrollo, sea de la Campaña KIKO, tanto
como de la puesta en práctica de estrategias que favorecieran la participación de los NNA.
Por lo demás, sus comentarios aludirán en general, a la posibilidad de servir de ayuda
para refrescar lo vivido en el contexto mismo de la Campaña, y lo experimentado como
desprendimiento de ésta, luego de manera cotidiana al interior de sus instituciones. Así
mismo, tomará relevancia conocer cómo es que actuaron los equipos humanos, y subrayar
sobre todo, cómo es que entendieron los roles y funciones que las circunstancias en este
caso, les pedían asumir.
Lo primero que tendríamos que decir, es que en todos los casos se puede constatar
¿Qué es eso de participar?
que la interacción ha estado orientada a niños, niñas y adolescentes de los sectores
socioeconómicos pobres y pobres extremos, asentados en las ciudades de los cuatro
países visitados. A partir de allí, podríamos ensayar una suerte de tipificación, advirtiendo
que su uso, no tiene otro interés que el de servirnos para fines esencialmente didácticos.
Las entradas en este sentido son variadas, como variadas son también las dinámicas que
se fueron desarrollando en el continente. Así por ejemplo, los directores/as reconocerán
como un reflejo importante, las experiencias del MANTHOC en Perú, los NATRAS en
Nicaragua, o los MENINOS e MENINAS da RUA en el Brasil. De igual manera, señalarán un
antes, un durante y un post Convención Internacional sobre los DDNN, como componente
sustanciales en los procesos de participación de los NNA. En este caso, resulta sugerente
la opinión de Mariela Molinari:
Se verá en esta Convención una entrada hasta antes no reconocida, que logra pasar del
enfoque proteccionista, a la de sujeto de derechos; sin embargo se quedará corta respecto
de dar saltos más audaces, que a criterio de muchos, era lo que estaba necesitando
por ejemplo, Latinoamérica. Pese a ello, la Convención permitirá ubicar un hito, que se
verá como un relativo avance, una vez que ésta recupera el enfoque de la participación,
principio que surge como resultado de las prácticas que ya otros, desde mucho antes,
venían desarrollando.
vii. E t a p a d e a u t o n o m í a y
protagonismo:
Ciertamente se entiende como el
momento en el que los NNA están en
plenas condiciones de autogobernar
sus espacios de encuentro y de
participación, expresando un mayor
liderazgo y conducción, para lo cual
pondrán a prueba sus capacidades
desarrolladas a partir de la práctica.
Debemos mencionar como una constatación, que en todas las experiencias recogidas, en la
última etapa, serán principalmente los adolescentes los que asumirán la representación de
sus compañeros, incluyendo como es lógico, a los más pequeños; esto no constituye sino una
cuestión obvia, en la medida que se requerirá de un cierto número de años, antes de estar
en condiciones de comprender los componente que suponen las dinámicas de participación.
Sin embargo, ello traerá consigo una limitación, ya que el periodo en el que los adolescentes
asumirán sus cargos será relativamente corto, si tomamos en consideración que en muchos
de los casos, las experiencias de participación se auto impondrán límites de edad, las que
no pasarán más allá de los 16 o 17 años, amén de la finalización que ellos mismo se darán,
una vez que sienten que acabaron ya con un estadio de sus vidas.
Con ello, se hará imprescindible la preparación de los nuevos equipos para el recambio;
sin embargo no se tratará de un asunto lineal y mecánico, motivo por el que no siempre
tenderá a funcionar dado que por lo general, quienes alcanzaron ciertos niveles de
representatividad se irán con el cúmulo de sus aprendizajes, ocasionando que las nuevas
generaciones tengan que hacer su propio camino.8 Al respecto, un ex brigadista nos dice:
"Lo que implica a la institución en algún momento la edad. Me acuerdo que
justamente en el Encuentro Nacional, no me acuerdo bien si el 2000 o 2002;
2000 creo… después de "La Guerra del Agua"creo; decían: –de aquí a un
paso, ustedes tienen 18 años, chao, chao… hay otros espacios; está abierta
la sociedad, está la universidad… no sé, tantos espacios–… Y ese destete, ni
siquiera destete, era como que chao, váyanse de aquí… ¡Qué lástima que
ya tienen 18 años y formalmente ya no nos sirven!”. (Ex Brigadista de DNI,
Cochabamba – Bolivia)
Este impulso dejó como herencia en las copartes, la necesidad de sostener procesos
conjuntos para lo que invertirá tiempo y recursos en el afán de levantar y acompasar directrices
válidas para todos. Desde tdh Alemania se apoyarán estas apuestas, pues emergerán
comunes de acción.
Veremos que lo más usado en las copartes ha estado vinculado a procesos de participación,
cuyos actos pretendieron movilizar a los NNA a fin de que hagan frente a determinados
hechos, muchos de los cuales más bien eran coyunturales. Queremos advertir, que no
suponemos como de menos valía estas expresiones, simplemente nos coge la impresión
de que en la mayoría de experiencias, no se logró la constitución de espacios amparados
en una lógica que permitiera institucionalizar procesos pasibles de ser transmitidos de una
generación a otra.
A razón de lo expuesto, es que hemos creído oportuno hablar a lo largo de este documento
de grupo–organización, y no del grupo u organización tal, toda vez que no nos resultaba
evidente la existencia de colectivos cohesionados y con una clara articulación, si se quiere
general, entre los representantes y los integrantes.
A modo de muestra, haremos una relación detallada de las formas de participación más
usadas. En las copartes, los niños, niñas y adolescentes, han devenido en:
Lo que expondremos a continuación es una lista de aspectos que fueran presentados por
los directores/as de las copartes, entre los que se destacarán por un lado las dificultades
que acaecieron en el proceso, así como aquellas lecciones que constituyen conocimientos
acumulados a lo largo de estos años.
Aunque hubo una intencionada apuesta por la formación se reconoce una relativa
ausencia, respecto de las discusiones sobre la concepción de lo que significa ser
un líder y de su maduración como tal.
Se hacía a veces difuso lograr comprender cuáles eran las demandas concretas
que tenían los NNA, con lo cual, a veces se ensayó metodologías no adecuadas
ni en consonancia con sus prácticas diarias.
Surgían cuestionamientos y autocríticas al interior de las mismas instituciones; sin
embargo no se lograba ubicar con claridad cuál era el tipo de organización para
los NNA que se apuntaba ayudar a construir.
Entre las situaciones abiertas, aparecían dudas respecto de ¿cómo querrían los
NNA organizarse?, o quizá sólo buscaban convivir entre ellos. ¿Cómo saber si el
enfoque de trabajo era el correcto?
No fueron pocas veces, que algunos NNA al sentirse acogidos y cobijados por
las instituciones, así como haber alcanzado ciertos niveles de representatividad
como producto de la participación, decidieran abandonar a sus familias; esto llevó
a tener que reflexionar, acerca de cuáles eran los limites del acompañamiento
evitando transferencias que a la larga, no condujeran a nada.
Los recursos disponibles con los que se contaba para acompañar los procesos
de participación, no resultaban suficientes, lo que obligó a tener que abandonar el
seguimiento individual y colectivo.
Las exigencias de los proyectos, así como de las acciones propias de las
expresiones de participación, imponían en el caso de los NNA una destinación
mayor de tiempo, lo cual generaba tensiones con las familias, pues al tratarse
de chicos/as de los sectores populares, compartían sus vidas entre trabajar y ¿Qué es eso de participar?
estudiar, a lo que se adicionaba la variable distancia geográfica, respecto de los
lugares donde se reunían.
Hubo la necesidad de modificar las prácticas de intervención, haciendo que los
procesos sean de más largo aliento y no tan intensivos, a fin de evitar agotamientos
improductivos que sólo apuraban procesos pero no los consolidaban.
Sin duda, los estilos de las escuelas y las familias poseen un enfoque que vulnera
los liderazgos de los NNA. Contra esto hubo la necesidad de lidiar cotidianamente,
no sin enfrentar tensiones que chocaban con racionalidades distantes, de aquello
que desde esta orilla se iba proponiendo.
Estamos seguros que un actor fundamental en todos los procesos de participación, han sido
aquellos adultos, quienes por un camino u otro, llegaron a formar parte de las dinámicas de
los grupos – organización de niños, niñas y adolescentes destinatarios de las copartes en
los cuatro países. En ese sentido, hemos creído conveniente dedicarles esta parte, a fin de
esbozar, sea su identidad, tanto como conocer los desempeños que ejercieran desde su
condición de educadores – colaboradores dentro de estas experiencias.
¿Qué es eso de participar?
Así, daremos una mirada sobre las concepciones que han servido de base en el afán de
comprender mejor, quiénes eran los integrantes de ese ejército de personas animadas a
mirar y asumir a la infancia y adolescencia tomando prudente distancia de las acepciones
más tradicionales y en desencuentro con las nuevas formas de ser y actuar de las nuevas
generaciones. Para Luz Rivera:
Debemos por otro lado comentar, por qué a lo largo de esta sistematización, hemos
Una primera cuestión que nos interesó, era conocer el término que en las copartes se
empleaba para definir a los acompañantes, el cual como comprobamos más adelante,
guardará estrecha relación sea con su ser, tanto como con los desempeños que les ha
correspondido asumir. Al respecto, Edgardo García anota:
"Bueno, los educadores son más bien los acompañantes de este proceso
(…), son más, digamos responsables, digamos de los eventos; son los que
nos llevan, son los que toman las fotos; son los que toman apuntes, son los
que dicen: – hicieron esto muy bien – porque los protagonistas, los propios
trabajadores, los propios funcionarios activos de este proceso somos nosotros
los niños y los jóvenes, los adultos solamente son ahí un guía, digamos
profes. El profesor nos pone el tema y uno lo evoluciona, entonces así más
bien es el acompañante”. (Edgardo García, líder de FUNSAREP, Cartagena
– Colombia)
No muy lejos de esta definición sobresale el término promotor/a, que es entendido como el
que se inserta en los procesos de los NNA y promueve acciones, a la par que va asumiendo
roles de animación a través de los cuales posibiltan el empoderamiento de los sujetos, y la
consolidación de espacios de autoorganización. Al respecto María Elena Unigarro dirá:
Desde otro ángulo reluce la idea de facilitador/a, en tanto su interés estará puesto en
prever se desarrollen trayectorias que respondan a los procesos de participación de los
NNA, para lo cual, deberán estar en condiciones de "facilitar"para que ello ocurra.
En otra dimensión, se ubicará la idea del animador/a, concepto que estará asociado a la
perspectiva de propiciar e incentivar dinámicas animadas por éstos, y que posibiliten que
los NNA participen activamente. Jennifer Patrón menciona sobre esta definición:
"Animador o animadora, porque considera que esto tiene más que ver con
el trabajo de cómo la persona puede trabajar en la comunidad o un grupo
determinado, y animador significa incentivar a las personas a que sigan
participando en el grupo o sigan realizando determinadas acciones; más
es una persona que incentiva, que acompaña, que anima”. (Jennifer Patrón,
Educadora FUNSAREP, Cartagena – Colombia)
No obstante, todos estos apelativos coincidirán en que desde cualquier punto de vista, la
tarea del adulto debiera encarnar el acompañamiento de las dimensiones individuales y
colectivas de los niños, niñas y adolescentes miembros de los grupos–organización. Para
ello, su preparación no sólo deberá ser constante sino que, además, deberá ser portador
de una imagen que sirva de modelo para los sujetos a quienes acompaña.
Una definición, que en todos los casos y por iniciativa propia se desmarca de los nombres
anteriores, es la de profesor/a, ya que su sola pronunciación, en la mayoría de las
experiencias es asociada a un rol que connota verticalismo y relación tradicional, lejana de
aquel con quien se interactúa y a quien se tiene más bien por alumno o aprendiz.
Creemos así mismo, que la identidad del educado colaborador surge de la lucha
permanente por no reproducir conductas signadas por el autoritarismo propios de la cultura
adultocéntrica; en ese distanciamiento generarán interacciones con aquellos que siguen las
mismas búsquedas, lo que como podemos comprobar, les ha permitido compartir prácticas,
experiencias y aprendizajes que han devenido de por sí en conocimientos válidos, pero no
suficientemente explorados hasta ahora.
tío, promotor, animador, educador, facilitador, etc., hasta llegar finalmente a la categoría de
colaborador; ésta última definición, a nuestro entender más acabada, aunque equivalente
con las demás expresiones en el fondo.
"Hice parte del primer colectivo infantil que se formó aquí (…) donde
éramos representantes de cada uno de los distintos grupos infantiles que
Desde la significación que produjera en muchas personas la propia Campaña KIKO hará
que se impulse en algunos la intención de hacerse educadores–colaboradores, luego de
que tomaran conciencia de la Convención y que a través de ella existiera la posibilidad
para darle una voz a niños/as legítimamente reconocida. De este modo, se interesarán por
incursionar en la asunción de roles y funciones de acompañamiento.
c. De dónde surge la
idea de promover la
participación
"Surge de esa necesidad de saber desde los mismos sujetos niños, niñas y
jóvenes; saber cuáles son sus reales necesidades, cuáles son sus propuestas y
de pensar que no son actores pasivos, sino que son actores realmente activos.
Yo pienso que en la historia se ha visto como que los adultos, las adultas
son quienes saben qué es lo que les conviene a los niños y a las niñas, qué
es lo que les conviene a los adolescentes, qué es lo que les conviene a los
jóvenes, mujeres y hombres y deciden por nosotros. Realmente surge de
esa necesidad de poder alzar nuestra voz y de poder dar nuestra opinión,
nuestra palabra”. (Jennifer Patrón, educadora FUNSAREP)
Desde otro punto de vista, dirán que el lanzamiento mismo de la Campaña KIKO será un
importante aliado para propiciar reflexiones que orientarán en los educadores–colaboradores
la preocupación por comprender mejor cuáles son los fines y propósitos de la participación
de los NNA, así como promoverla con oportunidad a través de sus grupos–organización.
Se reconoce, de igual modo, que la variada y abundante literatura que sobre el tema
de la participación y el protagonismo de la infancia y adolescencia se ha producido en
las últimas décadas se favoreció a los educadores–colaboradores del continente, al
contar con documentos que le dieran sustento y complementariedad a sus prácticas de
acompañamiento. Asimismo, la creación de instituciones de formación y capacitación
especializadas han sido una oportunidad para generar interaprendizajes e intercambio de
experiencias entre los acompañantes, con lo cual reforzarán las acciones a favor de la
participación de los NNA.
La experiencia de organización propia
Parte de las aclaraciones girarán en torno a comprender no sólo que los NNA deban participar
sino que además se despertó el interés por interiorizar por qué tenían que hacerlo. En todo
caso, se puso en la balanza una suerte de pros–y–contras, no con un afán peyorativo,
sino más bien analítico y reconstituyente de una dimensión ciertamente poco explorada.
En efecto, admitirán que al empezar no sólo enfrentaron la necesidad de trabajar sobre
conceptos y diversas miradas del mismo asunto, sino incluso libraron reflexiones acerca de
las posiciones que promovían una participación sin límites, lo cual contravenía los criterios
orientados a contribuir con la formación de la personalidad protagónica.
De este modo, podría decirse que se ha ido creciendo en experiencia a partir de lo hecho
y andado, lo cual comporta un importante cúmulo de saberes aprendidos que servirán a la
hora de teorizar y construir conocimientos, cuyo aporte se verá reflejado en el mejoramiento
de las prácticas de acompañamiento. ¿Qué es eso de participar?
en la casa, con nuestros padres y madres los problemas de barrio y fue allí,
en esa metodología cuando empezó a incubarse toda esa propuesta de
decir la palabra, de expresar, de decidir”. (Edilberto, Educador Funsarep,
Cartagena – Colombia)
En ese proceso se toparán con el concepto de autonomía; categoría que engendró más
de una controversia, pues no tenían clara idea, de si en la práctica podría ocurrir que en
verdad los NNA se movieran por iniciativa y riesgo propio. Para ello, se verán llamados a
desarrollar procesos de acompañamiento a través de los cuales irán comprendiendo mejor
por dónde y hacía qué objetivos dirigirse.
"En el tema de hacer acciones concretas, los NATs yo creo que han logrado
revertir una ley dentro de la Constitución Política del Estado, de la nueva
que ha aprobado los Constituyentes ¿no?; esto de la erradicación, revertir
a simplemente que esté prohibido las peores formas de trabajo y no a la
explotación también”. (Luz Rivera, Potosí – Bolivia)
Debe decirse, así mismo, que esto ocurrirá no sin tensiones, algunas de las cuales
experimentadas como sublevaciones de parte de los NNA, quienes dado el caso, reclamarán
un mayor protagonismo frente a los escenarios que a veces, aún eran controlados por los
educadores–colaboradores.
Lo que viene a continuación es una lista ordenada, pero también general, de aquellas
formas y maneras con las que los educadores – colaboradores han realizado los procesos
de acompañamiento a los NNA en los países visitados. Veamos:
Una vez más, en términos esencialmente didácticos, haremos una separación arbitraria
entre dificultades y aprendizajes, con el único objeto de mostrar sus particularidades por
separado; no obstante debe quedar claro, que en la práctica el uno con el otro, coexisten
de manera dialéctica al interior de los procesos de participación de los NNA.
Exponemos a continuación, una lista de las dificultades que tuvieran más ascendencia en
el desempeño de los acompañantes:
Otra realidad que ha tenido un crecimiento vertiginoso en los países visitados está
referido al embarazo precoz de chicas en la etapa adolescente, cuyas causas
estarán a veces circunscritas a la falta de oportunidades, desafección por parte
de sus padres, abandono, soledad o medios para empezar sus proyectos de vida
en "libertad”.
No serán pocas las ocasiones en las que los difíciles contextos intrafamiliares
actuarán como un impedimento a la hora de promover procesos de participación
de los NNA.
Por su parte, los esquemas de una escuela con un acento abstracto y
exageradamente academicista obligará a los NNA a cumplir innumerables tareas,
las cuales competirán con el poco tiempo disponible, con lo cual se restarán
oportunidades para participar en las acciones y actividades previstas por los
grupos–organización.
Se presentará, en el caso de algunos dirigentes o líderes de los grupos–
organización, actitudes y comportamientos que diferirán con los principios de la
participación, acentuándose una suerte de autoritarismo pernicioso que pondrá
en peligro los procesos en marcha.
A saber, originado por diversas razones que no viene al caso exponer aquí,
se producirán cambios intempestivos en la ubicación de los educadores–
colaboradores, lo que hará que se queden colgados los grupos–organización,
limitándose de este modo las dinámicas de participación de los NNA.
No han sido ajenos los contextos de violencia o convulsión social, los que han
La experiencia de organización propia
Queremos ofrecer a continuación, una nutrida lista de lo que a opinión de los educadores–
colaboradores entrevistados, constituyen los aprendizajes más resaltantes producidos a
través de las prácticas y desempeños de acompañamiento en función de la participación
de los NNA.
se comprende que es de vital importancia para quienes actúan con NNA el abordar
su contenido con una mirada aguda y crítica que permita conocer mejor cuáles
son sus bondades, tanto como sus limitaciones.
Hay una oportuna comprensión respecto de la importancia y necesidad de
crear y mantener espacios de intercambio entre los educadores–colaboradores
de las instituciones de los cuatro países, ya que ello ofrece la posibilidad de
retroalimentar las experiencias y propiciar interaprendizajes y debates de altísimo
valor educativo.
Se reconoce que estamos ante una época de cambios acelerados, lo cual implica
estar al ritmo de las exigencias que los NNA presentan a lo largo de la interacción
con ellos; esto da rienda suelta para la versatilidad e innovación requerida por los
educadores – colaboradores, a fin de estar en sintonía con las necesidades que
cada etapa va imponiendo.
En esa perspectiva, creemos que los párrafos a continuación, posibilitarán por un lado
hacernos de una idea de aquello que nos ofrece este trabajo de sistematización, tanto
como imaginar las cuestiones que merecen, por derecho propio, continuar su proceso de
reflexión y de búsqueda de nuevas y sugerentes explicaciones.
Dicen las abuelas que la palabra dicha y el golpe dado, ni Dios los quita. Usamos esta
frase popular, para introducirnos en la idea de que las copartes no sólo se han alimentado
respecto al tema de la participación de los niños, niñas y adolescentes, sino que además
han instituido en sus prácticas esta dimensión convirtiéndola hasta cierto punto, en un hecho
natural que cruzará transversalmente todo lo que hacen. En ese caso, somos concientes
¿Qué es eso de participar?
de que es sencillamente imposible revertir lo ya empezado, no obstante y como es lógico,
habrán en el camino mutaciones producto de los nuevos escenarios en los que se mueva
la infancia y adolescencia; asunto que estamos seguros, será más una oportunidad, antes
que un defecto.
Lo visto y oído nos permite confirmar que, las copartes se han insertado en los procesos
de participación de los NNA a lo largo de todos estos años, generando prácticas de
acompañamiento ininterrumpidos, siendo esto un motivo suficiente como para interrogase
acerca de cuál sería, en este caso, el rol que le tocaría asumir a partir de esta constatación
a terres des hommes de Alemania; ello, porque en resumidas cuentas, ha sido portavoz
en la puesta en marcha de iniciativas encaminadas a repensar los imaginarios de la
infancia y adolescencia. A opinión que se desprendiera de las copartes, se enuncia como
una necesidad que tdh continúe apoyando estas dinámicas, toda vez que ellas devienen
en pilares en la formación de una nueva propuesta de ciudadanía desde los NNA.
Recuperamos como insustituible, que luego de entrevistar a muchos de los actores que
estuvieron en los procesos de participación, así como a aquellos que están insertos en estos
grupos–organización ahora, encontrarnos con una lección aprendida: "Participar nos ha
permitido ser lo que somos ahora, ya que ésta experiencia nos ha cambiado la vida para
siempre”. Es ahí donde creemos radica la importancia de continuar bregando porque nuevas
generaciones puedan experimentar la riqueza de estos espacios, sea por su interacción,
acción y reflexión, tanto como por su impulso para ser mejores seres humanos.
Bajo ese paraguas, la particip–financiación, sino que ella encarna dentro de sí misma,
una apuesta que transita del anonimato de la infancia, al ejercicio de uno de sus derechos
impostergables. Esto es en esencia, lo que podríamos entender como el centro de una
interacción que no se queda en la institución que le da vida, sino en la posibilidad de
generar nuevas dinámicas profundamente transformadoras.
De lo dicho, se desprenden además interrogantes como ¿qué significó para terre des
hommes haber contribuido con la participación de los niños, niñas y adolescentes de las
copartes con las que ha trabajado? ¿Esta apuesta le permitió desarrollar una dimensión
que apelará a la ética institucional y enfrentará los retos políticos que suponía hacerse
La experiencia de organización propia
Para ello, hemos querido emplear la definición que, sobre participar ha elaborado
Ezequiel Ander-Egg10. Para él, este concepto proviene del latín participare, palabra que
se compondrá de las voces pars (parte) y capare (tomar). En su acepción más precisa
significaría "tener parte"en una cosa. Se trata en ese sentido, de un acto que es ejercido
por un sujeto–agente que está inserto en un ámbito donde éste puede tomar decisiones.
No obstante, advierte que no todo a lo que solemos llamar participación, en realidad lo sea,
en la medida de que hay formas muy variadas acerca de esta dimensión, muchas de las
cuales apenas y simulan que lo son.
A partir de lo dicho, quisiéramos precisar algunos elementos que nos permitan contar
con una idea más acabada y si se quiere precisa de la participación. Para ello, haremos
una exposición de las ideas que urgieran como producto de las reflexiones de ésta
sistematización:
en cualquier tarea emprendida a favor de los demás. Significa que ni los niños,
niñas y adolescentes, por sí solos, ni los adultos prescindiendo de los niños,
niñas y adolescentes, pueden tampoco por sí solos resolver la vida compleja y
conflictiva de nuestras familias, barrios, comunidades, instituciones, etc. El co-
protagonismo llama a la solidaridad y al respeto de las distintas maneras de
asumir responsabilidades.
producirá una vez que finalizan los espacios de participación de los NNA. Se ha
comprobado que no existen puentes tendidos que permitan la conexión de éstos
con instancias de jóvenes, en las cuales poder continuar su proceso de formación,
presencia y actoría social. Hasta ahora hay un corte brusco, amparado en una
tácita aceptación del límite de edad.
Todos estos aspectos, creemos son una suerte de nichos o tópicos pendientes de llenar.
Estamos seguros que, de manera definitiva, su abordaje práctico o de estudio aportarían
suficientes elementos en la construcción de nuevos conocimientos que seguramente
nos permitirán comprender mejor esta corriente de opinión, claramente siempre en
construcción.
Puede evidenciarse que los procesos de participación que han experimentado los NNA
de las copartes, les ha posibilitado insertarse en espacios amplios en los que pudieron
interactuar con otros niños, niñas y adolescentes, cuyas expresiones de participación no
siempre eran coincidentes con las de ellos. Lo interesante aquí, radica en que esto les ha
permitido arribar a dinámicas de representación social reservadas exclusivamente para
los adultos. Así, podemos dar cuenta de las Juntas Vecinales de El Alto y el proceso de la
Constituyente en Bolivia; las dinámicas de incidencia política en el Perú, la presencia en
los Foros Sociales y la intervención en una serie de eventos públicos, que hacen posible la
expresión de los NNA. Consideramos que sería oportuno recuperar estas apuestas, a fin
de conocerlas mejor e indagar sobre sus alcances y eventuales limitaciones.
Se abre una preocupación manifiesta que de manera directa recae sobre los roles que le
corresponderían asumir a las agencias de cooperación internacional, en un contexto que
muestra a una América Latina, en un aparente optimismo amparados en un crecimiento
económico sostenido en algunos países, así mismo la reinstauración de las democracias
representativas. Esta imagen, expone indicadores macros, en los que se asegura que
la pobreza y pobreza extrema ingresarán a un franco retroceso, impulsado a través de
políticas públicas inclusivas.
Sin embargo, a decir de los operadores que interactúan con la gente de a pie, esta bonanza
no se siente de igual manera a como la perciben en discursos triunfalistas quienes gobiernan
y de los pronósticos de macro-economía de los que se benefician. No obstante es evidente
que genera la duda en la cooperación externa, quienes derivan sus fondos a países de
la Europa del Este o África, donde siguiendo esta lógica, serían más útiles y urgentes. La
constituir dinámicas organizativas; pese a ello, creemos útil contar con una herramienta
como esta, con el objeto de canalizar sus intenciones y apuestas.
Por nuestro lado, queremos sentar la idea de que nos parece oportuno, que los NNA
constituyan espacios de referencia mucho más concretos, y gocen de un acompañamiento
desde ahí, antes que propiciar la abstracción que podría suponer participar solamente de
manera masiva.
Consideramos, que hace falta idear un modelo, capaz de orientar en los educadores –
colaboradores acerca de cuáles debieran ser las formas de estructurar una experiencia
de organización a fin de que las expresiones de participación, puedan contar con una
suerte de estructura y representación, que las provea de identidad propia, fuera de la
que a veces es signada por la institución que les dio vida. Pensamos que este es aún un
(complicadísimo) asunto pendiente.
Repasemos algunos aspectos, que a nuestro modo de ver, bien vale la pena mirar
cuidadosamente:
A nivel urbano, hay signos de avance en el ejercicio de opinar y tener voz propia, los
niños y niñas se preguntan luego, qué pasa con sus opiniones, qué sentido les han dado
las autoridades. En general, no las ven reflejadas en las decisiones que se toman en su
nombre. Ello se agrava cuando nos referimos a la infancia rural, a los niños y niñas de
culturas originarias ya que la dimensión intercultural en países de la Región, mantiene
niveles significativos de atraso y de subvaloración.
Ciertamente que hay una relativa inflación en lo que podríamos llamar la formalidad de
una participación infantil en eventos, en paneles, en conferencias, asambleas, congresos
a los que son invitados niños y niñas para dar su testimonio, expresar sus opiniones. Pero
se trata de cuestiones eventuales, ocasionales, nada sistemáticas. Ello revela lo difícil de
La experiencia de organización propia
institucionalizar la participación de los niños y niñas a todos los niveles. Este es un reto
para la próxima década en la Región, toda vez que no se trata sólo de instituir presencia,
sino de repensar las formas de organización institucional que los adultos se han ido dando
a todos los niveles, en lo público como en lo privado.
Es innegable que, en los últimos veinte años, se han dado pasos importantes en lo que
sería la incidencia de las acciones de los niños y niñas a niveles micro, como en el barrio, la
escuela, la familia. Pero es a nivel macro que la incidencia es aún débil. Podría argüirse que
esto no sólo es real en el caso de la infancia, sino de muchos sectores de la sociedad. Pero
ello abre el horizonte a preguntarse cómo los niños y niñas deben ser reconocidos por los
demás sectores e incorporados en las grandes cuestiones que el conjunto de movimientos
sociales se plantean ante ciertas circunstancias. Las experiencias en esta dimensión no
dejan de ser alentadoras en algunos de nuestros países.
Sin lugar a dudas, son las nuevas generaciones que se están abriendo un amplio campo
de manejo de las nuevas tecnologías informacionales. Este deviene un factor añadido a
la brecha intergeneracional. En efecto, nadando en un mar informático, se percibe una
Si bien,el futuro de la vigencia de los derechos de los niños y niñas no depende del
lenguaje en primer lugar, debemos admitir que las categorías empleadas hasta hoy no
dejan de evidenciarse como con cierto atraso o cierta torpeza para expresar la complejidad
y riqueza que está emergiendo en nuestra Región desde experiencias sociales en las que
los niños y niñas no son tan extraños.
Ello es válido para el lenguaje heredado como para el que se viene abriendo camino.
Actualmente es más frecuente recurrir al inglés que a nuestras lenguas originarias. Por
ejemplo, se habla de empoderamiento, advocacy, lobby, agency, capabilities, accountability,
etc. No es frecuente el empleo de expresiones en quechua, aymara u otras de las tantas
lenguas que hay en nuestros pueblos y que tienen una riqueza conceptual que, bien podría
ofrecerle menor ambigüedad a nuestro discurso y nuestras prácticas. Una vez más, no es
mera cuestión semántica, requiere que el lenguaje sea asumido con la cosmovisión y la
cultura de la que forma parte.
Por ello, los discursos sobre participación deben estar direccionados por la afirmación y la
experimentación de la dignidad del ser humano, de cada niño, niña, en su contexto cultural.
Allí se cifra su fundamento radical, en que la dignidad es inherente en el terreno histórico al
derecho a la participación, expresión de pertenencia, de membresía de la común especie
humana. Negar u obstaculizar la participación refiere directamente a una cuestión que afecta
la dignidad. Aquí se anuda el discurso sobre participación al de democracia, en que ambas
tienen como fin la dignidad del ser humano como individuo y como colectivo. Podríamos
decir, en este sentido que la participación constituye una forma de humanismo, entendido
éste –en el horizonte de la modernidad– como la afirmación del valor de todo ser humano, su
igualdad radical, su pertenencia a una única especie, su inviolabilidad. Sin lugar a dudas, el
equivalente en la cosmovisión de nuestras culturas originarias, el humanismo no adolece del
antropocentrismo que es característico de la visión occidental y moderna.
Lenguaje y subjetividad van de la mano, aunque no siempre el lenguaje logra cabal expresión
de lo que la subjetividad vivencia. Una nueva subjetividad demanda la instauración del
afecto, de la afectividad, de la ternura como factor constitutivo de la vida en sociedad, de
la sociabilidad. Y ella constituye un factor de modulación de la participación ejercida en el
respeto, la valoración del otro como igual y diferente, vivida en espíritu emancipatorio.
Que la participación de los niños, niñas y adolescentes sea una realidad que precede
a su reconocimiento como un derecho es algo obvio en nuestras culturas ancestrales.
Baste con tomar en cuenta la cosmovisión que subyace a las prácticas comunales en el
mundo andino, amazónico, en el mundo de las culturas originarias centroamericanas, para
reconocer cómo es impensable la comprensión de la realidad de esos pueblos sin ver a
los niños y niñas como parte de un todo y como éste se reconoce en la parte. Ello explica
por qué el discurso sobre el "derecho"a la participación, deviene en algo que no entraña
novedad alguna. En culturas hijas de la modernidad fue necesario inaugurar el derecho
a la participación de los niños y niñas, porque es una manera de salir, formalmente, al
La experiencia de organización propia
• Convenir, en nuestra Región, que el principio de los Mejores Intereses del Niño (MIN)
estén centrados en el derecho a la participación es una consideración meramente
literal, ya que la Convención no se refiere explícitamente a "participación”, de allí que
sea necesario hacerlo en la normativa de aplicación a nivel nacional y regional, si se
diera el caso. Relacionar entonces de forma ineludible el mal llamado Interés Superior
del Niño con participación como camino obligado para que se reconozca como del
mejor interés del conjunto de la sociedad y de la democracia.
Tener en cuenta que aceptar la participación infantil se abre paso mientras ésta
no implique riesgo alguno para las actuales formas de poder establecido en el
ámbito de la familia, del barrio o comunidad, de la escuela, etc. Es decir, mientras
se trate de una especie de participación vigilada por los adultos quienes se
reservan la facultad de decidir. Participación de niños, niñas y adolescentes en
la toma de decisiones es ya harina de otro costal. Sin embargo, el propio Comité
de Ginebra en su comentario General al Artículo 12 de la Convención, abre pistas
que hacemos nuestras:
“El Comité insta a los Estados Partes a trasladarse de un enfoque, a la consulta
con niños basado en eventos, en el cual los niños meramente están involucrados
en reuniones, conferencias y otros eventos que se dan periódicamente, hacia la
inclusión sistemática de la participación de los niños en la creación de políticas.
Se deben introducir mecanismos para institucionalizar la participación del niño
en todos los niveles de toma de decisiones del gobierno, incluyendo reformas
legislativas, creación de políticas, planificación, recolección de datos y colocación
de recursos….”
"Desmantelar las barreras legales, políticas, económicas, sociales y culturales
que actualmente impiden el acceso de los niños a la participación en la toma de
decisiones”, Nº 75.
"Los niños deben ser consultados acerca de la formación de la legislación y las
políticas relacionadas con la justicia juvenil e involucrados en la formulación,
desarrollo e implementación de planes y programas relacionados"Nº 62.
La experiencia de organización propia
"Los niños también tienen derecho a ser provistos de una clara retroalimentación
con respecto a cómo su participación ha influenciado cualquier resultado"Nº 73
(VIII).
"El Comité… reconociendo el creciente número de organizaciones dirigidas por
niños y jóvenes en todo el mundo, da la bienvenida a su formación como vehículo
para promover el derecho a la participación. Incentiva a los Estados Partes a
apoyar e incentivar a las organizaciones infantiles y las iniciativas lideradas por
niños, así como a considerar la introducción de una legislación o reglamentos
que permitan y apoyen a los niños para que formen sus propias organizaciones.
Los grupos organizados de niños y jóvenes deben tener estructuras democráticas
participativas"Nº 29 (V).
"El Comité enfatiza que no impone edad límite al derecho a la participación y
desalienta a los estados Partes a que introduzcan límites de edad en la ley y
práctica que restrinjan el derecho del niño a la participación"(N.9).
El discurso tiene un carácter político por irrumpir en el espacio actualmente ocupado por
adultos y por no relegitimar la actual división social del poder que condena a la infancia al
mundo de lo privado, de lo doméstico. La participación infantil, entonces, deviene en una
interpelación y en una ampliación de lo político.
El carácter ético refiere al hecho de que todo niño o niña como individuo y como fenómeno
social, es un ser de carácter público es cuestión de Estado y jamás puede ser asumido
como un medio. Al reivindicar la centralidad del niño como ser humano, nos coloca ante la ¿Qué es eso de participar?
posibilidad de mirar a la infancia como parte del conjunto de estructuras que condicionan
su específico modo de vida, estructuras de las que forma parte y que espera de reales
posibilidades para que sus potencialidades devengan en realidades históricamente
concretas y reales. Por ello más que un discurso moralizante es una concepción ética,
interpelante sobre la capacidad de generar humanización. La participación infantil,
constituye, entonces, y en primer lugar, una responsabilidad ética de la sociedad en su
conjunto y de cada individuo. Esta es una consideración que emana del derecho mismo
de la participación.
La participación de niños, niñas y adolescentes se presenta como un ideal, como una utopía.
Y es un discurso utópico en la medida que si bien embrionariamente es ya existente y en
curso en todas nuestras sociedades; no puede decirse sin embargo, que haya alcanzado
los niveles deseables y justos. En efecto, la relación entre mundo adulto y mundo infantil
encara tales niveles de complejidad, que toda propuesta de modificación de esas relaciones
en una dirección horizontal, de reconocimiento de igualdad o de equivalencia como se dice
en culturas andinas, aparece como un discurso irrealizable, utópico en el sentido más
desmovilizador e inhibidor del término.12
Las experiencias acompañadas por tdh sobre la participación de los niños, niñas y
adolescentes, responde a una profunda convicción, a una opción institucional de primer
orden cultural y político. Pero ello, no evita tomar conciencia de que, todo aquello se ha
desplegado en un contexto global y local que, en general, no aboga por la participación,
es decir por aquella que busca incidir en las relaciones sociales, en la división y ejercicio
del poder. Pero además, en situaciones en las que se hace extensiva la estrategia de
aceptar discursos y vaciarlos de su contenido. Dicho de otra manera, en que se suele
cooptar discursos y colocarlos en otro molde epistemológico funcional a los intereses del
poder dominante. Es en este sentido que la presente sistematización intenta hacer una
La experiencia de organización propia
Suscribimos la anotación que hace Cebrián cuando opina que hemos de desconfiar de
aquellos planteamientos deentemente democráticos que tienen como punto fundamental
el limitar al máximo la participación de los ciudadanos en base a una consideración de
éstos como menores de edad políticos.13
Pero luego de casi veinte años de aprobada la Convención sobre los Derechos del Niño y
no obstante los esfuerzos desplegados, las democracias que hoy tenemos como sistemas
constitucionales, fatigan para encontrar no sólo mecanismos institucionalizados para la
participación de los niños, niñas y adolescentes a nivel real y no sólo figurativo en el espacio
público, sino incluso a niveles como la familia, la escuela, el propio ámbito municipal, etc.
Los avances más significativos se vienen dando en lo que se conoce como el Presupuesto
Participativo, en países como Ecuador, Perú, Brasil; cabe además señalar, las Defensorías y
Comités de defensa de los derechos del niño en Paraguay, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú.
Se trata de encarar la cuestión de poder que subyace a todo discurso sobre la llamada
La pregunta que emerge entonces es si los niños, niñas y adolescentes son sujetos
del derecho a la ciudadanía y si como tales tienen derecho a participar de forma no
ficcional; vale decir con derecho a saber qué sucede con su opinión, qué se hace
en la toma de decisiones con sus aportes. En efecto, aquello de "Exigibilidad de sus
derechos"nos plantea que la exigibilidad es un insoslayable componente de todo
derecho. No es una exterioridad, le es constitutiva. Los niños, niñas y adolescentes
forman parte de lo que Sinesio López apunta: "Los grandes contingentes sociales son
excluidos formalmente de las decisiones políticas, no obstante que la "ciudadanía"no
es un estatus legal definido, sino que es un proceso que confiere identidad y punto de
referencia a amplios sectores de la sociedad”.17
Señalamos tres cuestiones que están simultáneamente inscritas en la noción dinámica ¿Qué es eso de participar?
de "derecho”: un valor, una facultad, una responsabilidad que los juristas suelen
llamar obligación o deber. Sin embargo en algunas culturas se puede reconocer una
especie de inversión. Mientras en el mundo occidental, del derecho se deriva una
responsabilidad, en otras culturas pareciera que el derecho es el que emana de haber
satisfecho una obligación. Algo así como que el afirmar y exigir un derecho es como
la compensación a haber satisfecho un deber; el derecho vendría a ser una especie
de premio o estaría supeditado su reconocimiento al cumplimiento de la obligación.
Mientras en la cultura occidental en teoría un infractor, delincuente por ser tal no pierde
su derecho a ser respetado, no torturado, etc., aunque se restrinja el ejercicio de
algunas facultades, en otras tradiciones tendría que verse entonces como aceptable
que el que ha delinquido ha perdido su condición de ser portador de derechos o
igualmente de algunos de ellos.
Demás está decir que eso de participación ha devenido en una especie de passe
par tout, de ganzúa, vale decir de una muletilla en discursos, en la presentación
de proyectos para su aprobación, de metodologías de trabajo, en procesos de
aprendizaje, etc. Esta extensión de la categoría a las diversas prácticas sociales al
mismo tiempo ha devenido en un cierto vaciamiento de su significación fuerte y su
banalización afecta su fuerza innovadora. Los discursos sobre participación infantil no
escapan a este fenómeno de inflación-devaluación de los llamados a la participación.
No obstante, el reto al que hay que responder es a dotarla de una resignificación que
recupere, en el caso de la infancia, su potencialidad transformadora de las relaciones
La experiencia de organización propia
Algo similar acontece con los discursos sobre ciudadanía que en los últimos veinte
años ha cobrado cierta hegemonía en los discursos de educadores, trabajadores
sociales, comunicadores, trabajadores por los derechos humanos, organismos no
gubernamentales como oficiales, etc.; aparece, entonces, en nuestro medio ligada
a la cuestión de la sociedad civil, a vigilancia, a derechos, a participación, a control
ciudadano, a educación, etc. Ciertamente que el tema no es nuevo. Su eventual
novedad está cuando se habla de analfabetos y analfabetas como ciudadanas, de
pueblos indígenas y derechos ciudadanos. Pero se hace más polémico cuando se
dice que los niños, niñas y adolescentes son ciudadanos.18
De lo expuesto, desprendemos que deviene en una labor imprescindible para con las
nuevas generaciones, alcanzar lo central de los avances, debates y búsquedas que se viene
haciendo sobre democracia, participación y ciudadanía, no sólo como hoy la conceptúan
las sociedades occidentales, sino con los conceptos y prácticas sociales con los que las
comunidades originarias de nuestros países entienden eso de derechos, participación,
democracia y ciudadanía. Señalemos algunos de estos ejes temáticos a tomar en cuenta:
¿Qué es eso de participar?
Colocar el derecho a la participación en las coordenadas que la distinguen de la
deliberación, asumiendo que no son intrínsecamente complementarios.
Cuestionar fundadamente, por qué los niños, niñas y adolescentes están fuera
del "mercado político democrático"como lo llama Andrés Hernández (Modelos
de democracia representativa liberal y modelos de democracia participativa. Un
ejercicio de interpretación, 2005, p 13).
Ayudar a desfetichizar la participación, devenida en un fácil recurso demagógico
y mágico.
Aprender a desarrollar el componente deliberativo de la participación democrática
como señala Cebrián (Op.cit, p 10).
A este punto entonces la gran pregunta es cómo hacer que los avances que niños, niñas y
adolescentes vienen dando como sujetos sociales, como actores sean reconocidos y enriquecidos
por lo que se ha dado en llamar "el nuevo espíritu de la acción pública"(Ibidem, p.105).
Las nuevas generaciones podrán con mayor habilidad y rapidez, dar un vuelco en su
reflexión sobre lo que entienden por decidir y hacerlo con otros, por deliberar sin límite y en
permanente aprendizaje, por experimentar formas de tolerancia, de negociación, de diálogo
y de superación de prejuicios, en una palabra, por construir una experiencia y una cultura
democrática, que las generaciones que las han antecedido. Nos estamos refiriendo a lo
La experiencia de organización propia
que se ha dado en llamar la teledemocracia. Desde allí se puede ingresar más fácilmente a
las paradojas a las que nos referíamos líneas arriba. El no votar por ser menores de edad,
puede encontrar formas nuevas de sentirse que sí opinan y hasta que sí votan aunque
su opinión no sea considerada oficialmente. Esta especie de votación fuera de urnas y
simultánea aunque paralela, podría ir acumulando imaginación y presión para repensar
los sistemas de democracia delegada o por representación que en algún momento pueden
revertirse en movimientos sociales por la participación de los hasta ahora menores de edad
no votantes.
Ángel Valencia concluye bien al decir que el ideal democrático del futuro, lo llamemos
"democracia participativa o no, pasa por una nueva reflexión sobre el concepto de
democracia y también por la elaboración de procedimientos imaginativos que ayudados
por las nuevas tecnologías ayuden a complementar la "democracia representativa"que
tenemos"(Citado por Cabrián, op. Cit. p.10).
Debemos empezar señalando que si bien década y media, resultan poco en tiempo de
cara a los procesos sociales, vemos que en definitiva, para el caso de una sistematización
que pretenda recuperar las prácticas y experiencias transcurridas a lo largo de 15 años, se
encontrará, inevitablemente, con más de una dificultad, producidas básicamente a la sazón
de que en tres centurias, se generan movilidades que responden al propio devenir humano.
De ello se desprende, que en muchos de los lugares, no hayamos podido encontrar a
varios de los actores, que en su momento tuvieron un rol por demás importante, en la
trayectoria de las expresiones de participación. Pese a ello, creemos que la información que
hemos obtenido de primera mano, constituye en sí misma, un riquísimo cúmulo de saberes
y aprendizajes, que estamos seguros, contribuirán a nutrir los análisis y reflexiones, de
cuyo resultado eventualmente surgirían los señalamientos de aquellos posibles caminos
a seguir.
Consideramos que lo expuesto de manera comprimida en este material, bien podría mostrar
el recorrido que han seguido durante este tiempo las copartes de los cuatro países, así
como lo que le tocó a la misma tdh en la región. En esencia, las miradas puestas en la idea
de posesionar en el escenario social, un tema por demás delicado, como el de promover
y acompañar los procesos de participación de los niños, niñas y adolescentes, ora de ¿Qué es eso de participar?
manera colectiva, ora a través de sus grupos – organización, instauró, ahora lo sabemos,
un importante hito en las apuestas por construir una nueva cultura de la infancia.
Lo dicho, quizá nos lleve inevitablemente a recuperar todos los aspectos valiosos, que
nos permitan imaginar por dónde deberían continuar a partir de ahora, estos necesarios
procesos de participación. Para ello, contamos con el recogimiento de los hechos y lecciones
aprendidas, que alientan a este punto, la construcción de conocimientos nuevos.
En aras de continuar imaginando juntos, por dónde hemos de seguir, queremos exponen
algunas de las ideas, que consideramos deberán ser trabajadas un poco más, en lo
sucesivo:
del mundo andino rural, del mundo indígena amazónico, para los aymaras,
quechuas, mapuches? Igualmente, ¿cómo entienden todo ello las poblaciones
afro-descendientes de Colombia? Las categorías que predominan están
prestadas del mundo urbano, occidentalizado y moderno. Ciertamente que suena
curioso hacer una campaña para comunidades en que ni es necesario hablar
de participación, pues ello es parte constitutiva de pertenencia e identidad como
es el caso de nuestras culturas originarias. Incluso, debiéramos preguntarnos
por la eventual correspondencia o equivalencia con categorías que las lenguas
originarias puedan tener para expresar lo que nosotros llamamos participación,
protagonismo, ciudadanía, colaborador, colaboradora, acompañante, etc. Por
ejemplo, la palabra ñoqanchis en quechua significa que no hay "yo"al margen del
nosotros, ni nosotros, sino como matriz y lugar de encuentro de los yo. Es decir,
el individuo y la colectividad son indesligables: ñoqa es parte del ñoqanchis. Aquí
se incorpora de manera muy rica eso que llamamos el co-protagonismo.
6. Evidenciamos que resulta curioso, el hecho de que nos cuesta realmente mirar
desde otro lado la relación adulto – niño/a. Es decir, no es natural y consensuado
que los NNA acompañen, colaboren con nuestras organizaciones de adultos. En
las ONGs, los NNA no tienen una presencia comparable a la que ellos nos permiten ¿Qué es eso de participar?
tener a los adultos en sus organizaciones. Hay una suerte de "amparo"de que así
sea; pero, ¿podría ser de otro modo?
7. Muchas son las razones que justifican esta relación desigual, asimétrica. No es así,
aún, en muchas comunidades y pueblos originarios. El principio de equivalencia
entre adulto-niño establece un paradigma diametralmente diferente al que rige en
el mundo moderno para entender la relación y los roles de los niños y los adultos
en el devenir de la sociedad local, de la comunidad. Lo importante es reconocer
que la equivalencia como un principio fundamental para resignificar las relaciones
intergeneracionales como se entienden en el mundo moderno occidental, no
refiere sólo al campo simbólico, a la ritualidad. Estamos ante una realidad de
consistencia social, de densidad organizativa, de sentido y significación "política”.
Vale decir, se trata de algo absolutamente real, histórico y no de algo figurativo,
ficcional.
8. Es real concreto, como dirían los aristotélicos, al mismo tiempo que es real
subjetivo, espiritual. Así se hace comprensible para la mentalidad urbano-
moderna, lo que es parte de larga tradición en el ande. Baste recordar el caso de
Joaquín, el niño de 11 años que fuera elegido presidente de su comunidad en las
alturas de Cochabamaba, o los niños de 8 y 9 años que en Urubamba, en Cuzco,
fueran elegidos por toda la comunidad como regidores de su pueblo, siendo él
el alcalde de apenas 18 años. Es decir autoridades políticas de sus respectivas
comunidades. Esto representa un paradigma para entender la relación mundo
adulto y mundo de la infancia adolescencia, sin equivalente hoy en la complejidad
de nuestras ciudades, pero en particular, por la distinta forma de entender el
poder, la división social del poder en las configuraciones sociales de las culturas
dominantes.
12
Participar en sentido estricto, supone acción y conciencia de su finalidad; en este
sentido, es propia de los seres que tienen ambas facultades: la de actuar intencional
y concientemente.
13
Enrique Cebrián M, “Democracia deliberativa y teledemocracia: ¿Realidades
enfrentadas o dos caras de un mismo discurso?”, en el VII Congreso Español de
Ciencia Política y de la Administración: Democracia y Buen Gobierno, s/f, p.8.
14
Loic Blondiaux, Yves Sintomer , “El imperativo deliberativo”, en Estudios Políticos, n.
24, Medellín, Enero-Junio 2004, p.112.
15
Es evidente que el conjunto de la sistematización deviene ambiguo, pues no
es exclusivamente hecha en el mundo de culturas originarias, sino con niños y
niñas urbanos, inmigrantes, mestizos. Esto obliga a no universalizar categorías;
pero alguna hay que utilizar y señalar que hay otras, pero que no pueden pretender
universalizarse impositivamente. Averiguar si se pueden enriquecer y transformar
eventualmente.
16
Eduardo S. Bustelo, “El Recreo de la Infancia. Argumentos para otro comienzo”S. XXI, 2007, p
185,12 Tesis sobre el recreo de la infancia.
17
Citado por LF. Villafuerte, op. cit, p.9
18
Amplia literatura. Baste señalar en relación a ciudadanía y trabajo, P. Gentilli,
G. Frigotto (comp…). La ciudadanía negada, Clacso, Bs.As., 2001; en relación a
infancia, J. Ennew, ¿Qué es ciudadanía de los niños?, en Rjahmin... AAVV, Niñez y
Democracia, UNICEF, ed. Ariel.
La experiencia de organización propia
Anexos
• Línea del tiempo del proceso de participación infanto – adolescente TDH 1993 –
2007
• Materiales producidos en el proceso de participación – Terres des hommes de Alemania
– 1994 – 2003
• Instrumentos empleados
1995
Dar una voz
a los niños,
niñas y 1996
adolescentes María y 2001
1994 es hacer su De- 1997 2000 Culturas e
1993
Protagonis protagonism Duen La autonomía 1999 Participar infancias
Campaña
mo Infantil o Las niñas infantil de Consulta en bien Niños y 2003
KIKO
I Taller de Encuentro también nuestras regional chévere diversidad Participa
“Dar una
Educadore de niños, tenemos organizacione sobre Consulta cultural r en bien
voz a los
s niñas y derechos s participaci regional chévere
niños”
adolescentes ón
ORA
Publicación de la consulta
Objetivo: Colocar el tema del regional
protagonismo infantil y el “Participar es bien
1989 derecho a la participación chévere”
como ejes de trabajo en las Libro y cartillas
copartes. interactivas – ORA
Ratificació
n de la
Convención
de los
DDNN
1995 1996 1997 2000 2002 2003
1995 Maltrato, Las voces Nosotros las Respetando Cultures Culturas
La niña abuso sexual de las niñas, niños y mis and e infancia
1994 negra y el y niñas, jóvenes derechos… perceptio cuaderno
Identidad y niño negro protagonism niños quisiéramos otros serán ns of de
protagonis en o infantil andinos mis pasos infancy trabajo
mo infantil Cartagena III Taller de Diagnóstic A critical
II Taller de Diagnóstico educadores o reading of
Educadore Testimonial participativ Conventio
s
• Materiales producidos en el proceso de participación – Terres
des hommes de Alemania – 1994 – 2003
1. La Campaña por los Derechos del Niño, Circular Nº 1 Milagro Brondi Zavala Cochabamba / Bolivia Enero de 1994
2. Dar una voz a los niños en América Latina, Circular Nº 2 tdh. Milagro Brondi Zavala Cochabamba / Bolivia Abril de 1994
3. Campaña por los DDNN KIKO, Protagonismo Infantil, Memoria del primer taller María del Milagro Brondi Cochabamba /Bolivia 1994
de educadores – tdh.
4. Identidad y Protagonismo Infantil, Memoria del segundo taller de educadores – Ximena Morales /Martha Saico La Paz 1994
tdh. Campaña por los DDNN KIKO. /Cristóbal Ayaviri /Carmen Siles Bolivia
5. Niño objeto de nuestra asistencia o sujeto de su protagonismo, Circular Nº 6 tdh. Milagro Brondi Zavala Cochabamba Abril de 1995
Bolivia
6. Dar una voz a las niñas, niños y adolescentes es hacer protagonismo, Memorias Patricia Vargas Cochabamba Noviembre de 1995
del: Encuentro de niñas, niños y adolescentes, 11 y 12 noviembre 1995 Bolivia
Cochabamba, Bolivia, Campaña KIKO.
7. Maltrato, abuso sexual y protagonismo infantil, Memorias del tercer taller de Mariela Molinari /Patricia Vargas Cochabamba 1995
educadores, Campaña por los DDNN KIKO. Milagro Brondi Bolivia
8. La niña negra y el niño negro en Cartagena, Diagnóstico testimonial de Funsarep Cochabamba Octubre de 1995
Colombia, Serie: Dialogando Nº 2 tdh. Bolivia
9. María y su De-Duen, Las niñas también tenemos derechos. Albert Recknagel (Edición) Cochabamba Mayo de 1996
Manuel Vargas Bolivia
10. Las voces de las niñas y niños andinos, Diagnóstico Participativo de Perú y Milagro Brondi Z. Cochabamba Enero de 1996
Bolivia, Serie: Dialogando Nº 3 tdh. Y Copartes de Perú y Bolivia Bolivia
11. La autonomía infantil de nuestras organizaciones, Una aporte de niños, niñas y Peter Strack Cochabamba Marzo de 1997
educadores colombianos – tdh. Bolivia
12. Nosotros las niñas, niños y jóvenes quisiéramos… Propuesta de la Campaña María Verónica Gabriela /Aguirre Santiago de Chile Mayo de 1997
KIKO, Resultado del trabajo de organizaciones e instituciones con niñas, niños y Roberson/ David Ordenes
jóvenes en cuatro regiones del país.
13. Respetando mis derechos… Otros serán mis pasos, La situación de la niña y la Diana Castillo /Marcela Otero Santafé de Bogotá Junio de 2000
joven en la región Andina – tdh. Martha Suárez Colombia
14. Participar es bien Chévere, Consulta Regional de Participación Infantil y de las y Nélida Céspedes Rossel Lima Septiembre de 2000
los Adolescentes, Bolivia, Colombia, Chile y Perú Tdh. Participación / Derechos y Copartes de la Región Andina Perú
del Niño / Estudio Exploratorio.
15. Culturas e infancias, Serie: Niños y Diversidad Cultural – tdh. Milagro Brondi Zavala (Edición) Lima Octubre de 2001
ABA; CHUYMA ARU, entre otras Perú
16. Cultures and different perceptions of infancy A critical Reading of the Convention Milagro Brondi Zavala Lima Abril de 2002
on the Rights of Children – tdh. (Resumen) Perú
17. Culturas e infancia, cuaderno de trabajo tdh Patricia Coca Cochabamba Mayo de 2003
Paola Dimattía Bolivia
18. Participar es bien chévere, Bolivia, Colombia, Chile, Perú – Tdh. Versión para Nélida Céspedes Rossel Bogotá Septiembre de 2003
niños Colombia
19. Dar una voz a los niños y niñas, KIKO – Video / VHS Duración 17 minutos. Guión: Milagro Brondi Zavala Cochabamba Bolivia Diciembre 1995
terre des hommes - Alemania
La experiencia de organización propia